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GIUSEPPE ALBANO QUAGLIA
CRISTÓBAL ARAUJO GARRIDO
VICTOR FIGUEREDO LAPI
MARIA GABRIELA TORRES HIDALGO
ISABELLA VALLENILLA GALLARDO
FACTORES DE RIESGO ASOCIADOS AL ESTADO NUTRICIONAL EN
LACTANTES Y PREESCOLARES. ÁREA DE INFLUENCIA DEL
AMBULATORIO TIPO I “DR. JOSÉ MARÍA VARGAS”,
VERAGACHA, MUNICIPIO IRIBARREN,
BARQUISIMETO MARZO-ABRIL 2010
BARQUISIMETO, MAYO 2010
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UNIVERSIDAD CENTROCCIDENTAL
“LISANDRO ALVARADO”
DECANATO DE CIENCIAS DE LA SALUD
DEPARTAMENTO DE MEDICINA PREVENTIVA Y SOCIAL
MEDICINA INTEGRAL EN EL MEDIO URBANO
FACTORES DE RIESGO ASOCIADOS AL ESTADO NUTRICIONAL EN
LACTANTES Y PREESCOLARES. ÁREA DE INFLUENCIA DEL
AMBULATORIO TIPO I “DR. JOSÉ MARÍA VARGAS”,
VERAGACHA, MUNICIPIO IRIBARREN,
BARQUISIMETO MARZO-ABRIL 2010
AUTORES:
GIUSEPPE ALBANO QUAGLIA
CRISTÓBAL ARAUJO GARRIDO
VICTOR FIGUEREDO LAPI
MARIA GABRIELA TORRES HIDALGO
ISABELLA VALLENILLA GALLARDO
TUTORA:
DRA. MARIELA MONTILVA
ASESORA:
DRA. DAISY PEREZ ROSALES.
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FACTORES DE RIESGO ASOCIADOS AL ESTADO NUTRICIONAL EN
LACTANTES Y PREESCOLARES. ÁREA DE INFLUENCIA DEL
AMBULATORIO TIPO I “DR. JOSÉ MARÍA VARGAS”,
VERAGACHA, MUNICIPIO IRIBARREN,
BARQUISIMETO MARZO-ABRIL 2010
__________________________ __________________________
TUTORA ASESOR
DRA. MARIELA MONTILVA DRA. DAISY PEREZ ROSALES
4
FACTORES DE RIESGO ASOCIADOS AL ESTADO NUTRICIONAL EN
LACTANTES Y PREESCOLARES. ÁREA DE INFLUENCIA DEL
AMBULATORIO TIPO I “DR. JOSÉ MARÍA VARGAS”,
VERAGACHA, MUNICIPIO IRIBARREN,
BARQUISIMETO MARZO-ABRIL 2010
POR
GIUSEPPE ALBANO QUAGLIA
CRISTÓBAL ARAUJO GARRIDO
VICTOR FIGUEREDO LAPI
MARIA GABRIELA TORRES HIDALGO
ISABELLA VALLENILLA GALLARDO
__________________________ __________________________
TUTORA JURADO
DRA. MARIELA MONTILVA
__________________________
JURADO
BARQUISIMETO, MAYO 2010
5
DEDICATORIA
A nuestros padres, hermanos y
amigos, que por apoyarnos en este
trayecto merecen compartir nuestros
logros.
A Dios que nos ha dado la
fuerza para seguir firmes en el camino
y cada día ser mejores médicos.
Y a nuestro maravilloso país por
el que trabajaremos incansablemente.
6
AGRADECIMIENTO
A la Universidad Centrooccidental “Lisandro Alvarado”, nuestra casa de estudio
que nos permitió formarnos como futuros profesionales y nos dio la oportunidad de
aprender de grandes docentes.
A la Dra. Mariela Montilva, por compartir con nosotros su sabiduría y entusiasmo,
para lograr darle forma a esta investigación.
A la Dra. Daisy Pérez Rosales, quien no solo nos brindó su apoyo como asesora,
sino también como docente y llevaremos sus enseñanzas a lo largo de todo nuestro ejercicio
profesional.
Al personal de salud del Ambulatorio urbano tipo I “Dr, José María Vargas” y a la
comunidad de Veragacha quienes colaboraron inmensamente para la elaboración de este
estudio.
Al Dr. Douglas García, la Dra. Paula Siso y la Dra. María Ferrer que de buena
voluntad colaboraron con nosotros en distintos aspectos de este trabajo.
vi
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FACTORES DE RIESGO ASOCIADOS AL ESTADO NUTRICIONAL EN
LACTANTES Y PREESCOLARES. ÁREA DE INFLUENCIA DEL
AMBULATORIO TIPO I “DR. JOSÉ MARÍA VARGAS”,
VERAGACHA, MUNICIPIO IRIBARREN,
BARQUISIMETO MARZO-ABRIL 2010
Autores: Albano G, Araujo C, Figueredo V, Torres M, Vallenilla I.
RESUMEN
Con el objeto de determinar los factores de riesgo asociados al estado nutricional en
lactantes y preescolares en el área de influencia del ambulatorio tipo I “Dr. José María
Vargas” de Veragacha, Municipio Iribarren, Barquisimeto, se realizó un estudio tipo
analítico de prevalencia en Marzo-Abril 2010, en una muestra no probabilística accidental
de 103 niños. Se aplicó a las madres una encuesta estructurada la cual contenía las
variables: datos antropométricos (peso y talla), estrato socio-económico, edad y trabajo
fuera del hogar de la madre, uso y características de la lactancia, diversidad mínima
alimentaria, frecuencia diaria de comidas y consumo semanal de grupos de alimentos,
gaseosas, golosinas y comidas rápidas. Los datos antropométricos fueron llevados a las
tablas de la OMS e interpretados según la combinación de indicadores peso/edad,
peso/talla y talla/edad. Se obtuvieron los siguientes resultados: Del total de la muestra
estudiada 66,0% presentó estado nutricional normal; 8,7% desnutrición actual, 6,8%
desnutrición crónica y 8,7% malnutrición por exceso. La mayoría de los niños pertenecía al
estrato IV (77,0%) y se apreció un aumento de desnutrición en estratos más bajos. Se
evidenció un aumento de la normalidad a medida que aumentaba la edad materna. 44,0%
cumplió con la lactancia materna exclusiva por 6 meses. Se observó bajo consumo semanal
de frutas y vegetales y alto consumo de golosinas. 16,9% ingirió lácteos 4 o menos veces
por semana. No hubo asociación estadística entre las variables estudiadas y el estado
nutricional. Con este trabajo se espera incentivar el desarrollo de programas que permitan
mejorar el estado nutricional de los niños del sector, la detección y corrección temprana de
los factores de riesgo presentes.
vii
8
ÍNDICE
CAPÍTULO PÁGINA
AGRADECIMIENTO…………………………………………………………. vi
RESUMEN……………………………………………………………………… vii
I INTRODUCCIÓN………………………………………………………. 9
II METODOLOGÍA……………………………………………………….. 27
III RESULTADOS…………………………………………………………… 32
IV DISCUSIÓN, CONLCUSIÓN, RECOMENDACIONES……………… 53
VI REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS…………………………………… 62
ANEXOS…………………………………………………………………………… 68
9
CAPÍTULO I
INTRODUCCIÓN
La meta de la atención de salud durante la infancia es procurar el desarrollo idóneo
de la población infantil, esto solo se puede lograr atendiendo cada uno de los elementos de
un buen estado de salud, siendo la nutrición un componente básico y relevante. Ésta se
define como el conjunto de funciones orgánicas de ingesta, utilización y transformación de
los alimentos con el fin de llevar a cabo el crecimiento, desarrollo y ejecución de las
actividades de los seres vivos y comprende procesos como la digestión, absorción,
asimilación, utilización de la energía y excreción de sustancias de desecho. 1,2
El estado nutricional del individuo depende de la cantidad, calidad y tipo de
nutrientes de los que disponga el niño, lo que responde a múltiples factores de orden social,
económico, biológico, cultural, entre otros. El desequilibrio de cualquiera de los factores
mencionados conlleva a un estado de malnutrición, el cual está dado por el defecto o por el
exceso de nutrientes. La desnutrición es una patología originada por la utilización
deficiente de nutrientes por las células del organismo, cuya etiología puede deberse a aporte
insuficiente, mala absorción o dificultad para el aprovechamiento de los mismos.3
La desnutrición depende entonces de la alimentación y sus características, ésta a su
vez, está íntimamente relacionada a factores de orden socioeconómico y cultural lo que
coloca a las comunidades menos favorecidas en situación de riesgo para dicho trastorno.3
Instituciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS) consideran la
desnutrición como un problema grave de los países en vías de desarrollo, comprobando que
ésta deja secuelas importantes en el progreso de las naciones, formando un ciclo de
acontecimientos desfavorables donde los niños desnutridos se convierten en padres y
madres mal nutridos que perpetuarán la cadena de desnutrición sin la intervención
apropiada. Las consecuencias de la desnutrición abarcan múltiples ámbitos, dentro de las
9
10
consecuencias a corto plazo se encuentran la disminución del crecimiento y la maduración,
la baja resistencia a las infecciones, anemia, deterioro de la función renal, cambios
endocrinos y cardiovasculares. Las consecuencias a largo plazo son de igual magnitud
siendo la talla una de las principalmente afectadas.4
La talla se ve afectada tanto por el componente genético como por el medio
externo, influida por el período perinatal y los primeros años de vida, donde aparte del
peso al nacer, juegan un importante papel la dieta y las infecciones a repetición. Si bien un
déficit de la talla producido en los primeros años de vida puede recuperarse en los primeros
años posteriores al mismo, es solo un pequeño porcentaje de la población quien logra
alcanzar su talla potencial máxima en la edad adulta si las condiciones externas se tornan a
su favor, resultando en una talla baja en la adultez para la mayor parte de las personas.4
Del mismo modo la desnutrición también repercute en el desarrollo intelectual de
los niños por medio de daño cerebral estructural y retraso del desarrollo motor, el cual
pudiese mejorar si mejorasen las condiciones ambientales, sin embargo los casos de
desnutrición no detectados o aquellos en los cuales la precariedad de las situaciones no
permitan intervenir adecuadamente, evolucionan hasta un punto irreversible por el
impedimento de realizar un correcto proceso de recuperación. Por medio de múltiples
estudios en diferentes naciones se ha demostrado que la desnutrición infantil está asociada
con inasistencia y bajo rendimiento escolar, mayores tasas de abandono de la escolaridad,
repetición de grados y durante la adultez menor éxito durante test cognitivos. Es por eso
que el escaso desarrollo físico y mental de individuos sometidos a múltiples privaciones
dietéticas, resulta en una evidente disminución del capital humano.4
A lo largo de los años se ha planteado a la pobreza como causa principal de las
condiciones de desnutrición, pero las investigaciones demuestran una doble asociación en
la cual la pobreza no es sólo la causa sino el resultado de una mala nutrición durante la
infancia. La disminución de la masa muscular y la talla durante la adultez conllevan a un
bajo ingreso en personas que dependen de la realización de labores manuales. En
11
asociación al concepto de la desnutrición como generador de bajo rendimiento y abandono
escolar, estudios demuestran que los ingresos de una persona aumentan 12 a 14% más por
cada año de escolaridad cumplida. La relación entre la desnutrición y el bajo ingreso
explica la perpetuación de desnutrición en las naciones.4
La talla y la complexión corporal materna son un alto predictor de la talla de un
niño, en particular la talla y el peso de la madre al nacer. Por cada 100 gramos de aumento
en el peso al nacer materno, hay un aumento de hasta 29 gramos en su sucesión y hasta 0,2
centímetros por cada 1centímetro de la talla al nacimiento. Haciendo referencia al hecho
que la talla en la adultez depende en gran medida del estado nutricional de la infancia, se
demuestra de qué manera se prolongan en el tiempo y las generaciones las secuelas de la
desnutrición infantil.4
Dentro del estudio de las enfermedades crónicas en países de bajos a medianos
ingresos se planteó la hipótesis de la relación de la desnutrición con su aparición. La
desnutrición materna e infantil puede modificar el metabolismo, produciendo respuestas
variables ante la acumulación de grasa corporal, el apetito y la actividad física. Si bien el
deficiente estado nutricional durante la infancia se ha relacionado con la complexión
delgada durante la adultez, si las condiciones ambientales mejoran, ciertos individuos se
pueden ver afectados por aumento de la adiposidad central, dislipidemia, resistencia a la
insulina, aumento de la presión arterial y enfermedad cardiovascular. 4
Según estadísticas del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) se
estima que 140 millones de niños menores de 5 años sufren desnutrición en el mundo, lo
que representa en países en vías de desarrollo aproximadamente 3% de desnutrición
severa, 25% de desnutrición moderada y 40-45% de desnutrición leve, significando un
problema de salud para estos países no solo en sí misma, sino por las múltiples
comorbilidades asociadas. Como muestra de lo anterior, estudios realizados en Perú,
demuestran que entre los problemas de malnutrición, predominó la desnutrición, hallándose
en 32% de los menores de 5 años para el 2002. Estos resultados mostraron marcada
12
asociación con las infecciones repetidas en la infancia, la falta de agua en el hogar y la talla
baja del padre. 5,6
Por su parte en Venezuela, se determinó que si bien la disminución de casos de
desnutrición ha evolucionado satisfactoriamente a lo largo de los años, para el año 2003 su
descenso había sido menor que en el resto de América. De hecho, según datos aportados
por el Sistema de Vigilancia Alimenticia y Nutricional (SISVAN) en Venezuela para el
año 2005, 12% de los lactantes y 24,3% de los preescolares sufrían algún grado de
desnutrición. 7,8
Posiblemente esta situación puede estar asociada a las condiciones de pobreza de
parte importante de la población. Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) en el
año 2009, 24,2% de la población nacional vivía en condiciones de pobreza, de los cuales
6% sobrevivía en pobreza extrema.9
En consecuencia, el déficit de nutrientes se presenta como la 4ta causa de muerte en
la población menor de 5 años en el país con 9,8%, según el último reporte de Salud en las
Américas publicado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en el año 2007.
El mismo indicó que la principal alteración de orden antropométrico en niños de dicha edad
era la talla baja para la edad 12,5%, peso bajo para la edad 5,2% y déficit nutricional agudo
4,1%.10
Así mismo en la Isla de Coche, Venezuela, durante el 2004, se estudiaron 76 niños
y madres con el fin de relacionar el estado nutricional de los hijos con las creencias y
prácticas alimentarias de sus madres, 68% de los hijos presentó déficit de peso, talla o
ambos y tenían menos índice de déficit en sus valores antropométricos aquellos cuyas
madres tenían conocimientos acerca de los grupos básicos, pasaban más tiempo en casa y
administraban a los niños comida con mayor frecuencia.11
13
De igual modo en Valencia, Venezuela, Acuña I. en el 2009 encontró en niños del
estrato IV y V que 16% de los preescolares presentaba desnutrición, y los factores de riesgo
de asociación más intensa fueron la dieta y menos importante, el estrato económico.12
En el ámbito local la desnutrición en el Distrito Sanitario 1, correspondiente al
municipio Iribarren en el estado Lara, Venezuela, según los registros de SISVAN para el
año 2006, la desnutrición alcanzó 13,03% en niños menores de 2 años y 20,29% en niños
de 2 a 6 años representando para éste último grupo cifras más elevadas que en otros
municipios como Torres y Morán. 13
Con respecto a los distintos indicadores en el municipio Iribarren en el mismo
período, el indicador peso/talla demostró un déficit total de 13,37%, dividido en 9,15% de
niños en zona crítica negativa, 3,57% en déficit leve, 0,38% en déficit moderado y 0,28%
en déficit severo, en niños menores de 2 años para un total de 3.979 niños estudiados;
mientras que en niños de 2 a 6 años se presentó un total de desnutrición actual de 9,25%
compuesto por 5,92% de niños en zona crítica negativa, 2,57% con déficit leve, 0,60 %
moderado y 0,16 % grave de un total de 3.157 niños estudiados.13
De acuerdo al indicador peso/edad para los menores de 2 años en el Municipio
Iribarren del estado Lara se presentó un déficit total de 13,03% representado por 7,5% en
zona crítica negativa, 4,81% de déficit leve, 0,47% moderado y 0,22% grave, de un total de
4.491 niños estudiados. Los niños de 2 a 6 años para el mismo indicador presentaron un
déficit total 19,89% de los cuales 12,23% estaba en la zona crítica negativa, 7,10% en
déficit leve, 0,60% en moderado y 0,16% en grave de 3.157 niños estudiados. 13
También según estadísticas ofrecidas por SISVAN el Municipio Iribarren del estado
Lara en el 2006 según el indicador talla/edad en menores de 2 años presentó un déficit total
de 19,19 %, de los cuales se encontraban 9,60% en zona crítica negativa, 7,59% en déficit
leve, 1,63% en déficit moderado y 0,38% en severo. Del mismo modo en los niños de 2 a 6
14
años, el déficit total fue 28,6% siendo 13,34% en la categoría zona crítica negativa, 10,61%
de déficit leve, 3,04% moderado y 1,62% de déficit grave. 13
La combinación de los indicadores expuestos anteriormente arrojan 12,19% de
déficit agudo y 7,50% de déficit crónico en los menores de 2 años, mientras que para los
niños de 2 a 6 años el déficit agudo representa 8,10% y el crónico 12,19%, demostrando un
predominio del déficit agudo en niños menores de 2 años y del déficit crónico en los de 2 a
6 años. 13
De igual manera la parroquia Santa Rosa, Edo. Lara, en el año 2006 presentó según
el indicador Peso/edad en menores de 2 años un déficit total de 13,37%, representado por
6,79% en la zona crítica negativa, 5,39% con déficit leve, 1,00% déficit moderado y 0,20%
en déficit grave, además los niños de 2 a 6 años presentaron 8,07% de déficit agudo y
14,86% déficit crónico. 13
Asimismo en el año 2005 Lucena M y cols., estudiaron la desnutrición en pre-
escolares de la comunidad “El Garabatal” Edo. Lara, encontrando: 85,0% de niños
desnutridos y como factores de riesgo en 96,3% la ablactación inadecuada, 78,2% la
frecuencia inadecuada de alimentación, 76,4% de los niños con desnutrición provenía de
hogares pobres o en pobreza extrema y 54,5% no recibió lactancia materna exclusiva.14
También en el 2005, se estudió la desnutrición en lactantes que acudieron al
ambulatorio “Cerritos Blancos” Edo. Lara, encontrándose que 10,0% presentó algún grado
de desnutrición; de los cuales 50,0% tuvo desnutrición actual con talla normal, 33,3% talla
normal (investigar desnutrición actual) y 16,7% desnutrición actual con talla alta. Ninguno
de los niños con desnutrición presentó bajo peso o talla al nacer, 50,0% no recibió lactancia
materna exclusiva, 16,7% tuvo ablactación inadecuada y 16,7% eran hijos de madres
adolescentes.15
15
De igual modo Saavedra I., en el 2005 estudió la malnutrición en menores de 6 años
que acudieron al ambulatorio Nuevo Barrio cuyo estudio reportó los siguientes resultados:
44,1% de malnutrición, correspondiendo 18,6% a desnutrición crónica y 11,8% a
desnutrición actual. La desnutrición fue más frecuente en el grupo de 4 a 5 años con
41,7%. La única relación entre factores de riesgo que pudo ser establecida fue la
proporcionalidad directa entre el ingreso familiar y el estado nutricional.16
De la misma manera Anzola A., en el 2005 determinó el estado nutricional y los
factores de riesgo en niños de 3 a 6 años que acudían a la Unidad Educativa “Alberto
Ravel”, área de influencia del ambulatorio urbano tipo II “Ramón E. Gualdrón”,
encontrando 30,7% de población en desnutrición, de los cuales 34,78% pertenecía al
estrato socioeconómico IV, y un porcentaje menor al estrato II (25%).17
Asimismo en el 2006 Echeverria J y cols., estudiaron el estado nutricional en
menores de dos años que acudieron al ambulatorio “Nuevo Barrio” Edo. Lara, registrando
22,7% de desnutrición, 8,9% presentó desnutrición actual y 13,8% desnutrición crónica;
17,5% de los hijos de madres adolescentes mostró desnutrición crónica, en contraste con
10,6% de los niños hijos de madres no adolescentes, no hubo diferencias en cuanto a
desnutrición actual. El abandono de la lactancia materna exclusiva predominó en madres
adolescentes, encontrándose 12,5% en desnutrición actual y 18,7% en desnutrición
crónica.18
En busca de establecer la asociación de factores de riesgo y desnutrición, González
Y y cols., estudiaron en el 2009 a un grupo de lactantes entre 6 y 12 meses que acudieron al
ambulatorio urbano tipo I “Los Rastrojos” Edo. Lara, el total fue de 103 lactantes, 4,9%
de éstos presentó desnutrición, de los cuales 60% no cumplió la lactancia materna
exclusiva hasta los 6 meses, siendo ésta la asociación más importante establecida.19
En el mismo año Arteta A y cols., estudiaron el estado nutricional y los factores de
riesgo asociados a malnutrición en pre-escolares y escolares del Barrio San Francisco,
16
estado Lara, los hallazgos permitieron conocer que en la población 16,9% de los
preescolares presentó déficit peso/talla, 20,3% déficit peso/edad y 20,3% déficit talla/edad.
Solo 34,8% de todos los estudiados consumía carnes 7 veces a la semana o más, 57,1%
consumía frutas 7 o más veces, 33% no consumía hortalizas o lo hace esporádicamente. El
grupo de alimentos más consumido fue el de cereales con 95,5% de consumo 7 o más veces
a la semana, seguido por los lácteos con 83% de consumo 7 o más veces, sin embargo
14,3% los consume de 1 a 3 veces por semana. Las leguminosas se consumieron en mayor
porcentaje de 1 a 3 veces por semana (62,2%) al igual que las raíces y tubérculos (54,5%).20
De acuerdo a datos aportados por el SISVAN en el año 2006, con una cobertura de
76 niños menores de 2 años en la comunidad de Veragacha, se encontró desnutrición en
12,82% de ellos. Según el indicador peso/ talla los menores de 2 años presentaron un
déficit total de 7,89% representado por 6,58% en zona crítica negativa y 1,32% en déficit
moderado. Con respecto al indicador peso/edad 12,82% presentó alteración por déficit,
7,69% en la zona crítica negativa y 5,13% en déficit leve. Para el indicador talla/ edad
19,23% presentó algún tipo de déficit, 8,97% en la zona crítica negativa, 8,97% déficit leve
y 1,28 % déficit grave. Al combinar los indicadores se estableció que 6,58% de los niños
presentó déficit agudo y 9,21 % déficit crónico.13
De acuerdo a la misma fuente del grupo etario de 2 a 6 años compuesto por una
muestra de 72 niños, 11,11% presentó algún déficit para el indicador peso/talla,
representado por 6,94% en la zona crítica negativa y 4,17% con déficit leve. Según el
indicador peso/edad 33,33% presentó algún tipo de déficit, 20,83% en la zona crítica
negativa, 11,11% déficit leve y 1,39% déficit moderado. Con respecto al indicador talla/
edad 44,44% presentó déficit, 26,39% en zona crítica negativa, 12,50% déficit leve y 5,56
moderado. La combinación de indicadores precisó que 9,72% presentó déficit agudo y
15,28% déficit crónico. 13
Por otra parte se ha observado un cambio dado por la evolución socioeconómica
mundial, que ha permitido el surgimiento de un nuevo fenómeno a nivel de los países en
17
vías de desarrollo; si bien la expresión de malnutrición dominante en éstos era la
desnutrición, actualmente ésta se ve complementada por el sobrepeso y la obesidad,
pudiendo llegar incluso a manifestarse la situación de encontrar personas desnutridas y
obesas en un mismo hogar. 21
Asimismo los países de bajos ingresos se enfrentan a una doble carga de morbilidad,
con persistencia de las enfermedades infecciosas, la desnutrición y el aumento vertiginoso
de los factores de riesgo para obesidad. Esta dualidad se ve favorecida por una nutrición
inadecuada durante el período prenatal, la lactancia y la primera infancia, el consumo de
alimentos hipercalóricos, ricos en grasa y bajos en micronutrientes y la falta de actividad
física.22
Todo lo antes expuesto es abordado en el estudio realizado en Antioquia (Colombia)
donde se buscó demostrar la asociación entre el estado nutricional de los adultos y niños
que habitaban el hogar; concluyendo que 46,9% de los hogares no presentaba malnutrición,
pero 12,0% de los hogares consistían en igual número de personas desnutridas y con
sobrepeso, 29,0% de los hogares presentaron predominio del sobrepeso en adultos, seguido
por 5,0 % de hogares que presentaban algunos integrantes con desnutrición u obesidad.
Este trabajo demuestra la dualidad de la distribución del estado nutricional, determinando la
necesidad de considerar ambas posibilidades de malnutrición para cualquier población.23
De igual modo en el 2006 se publica el perfil latinoamericano, dónde se indica que
no solo es preocupante el porcentaje de obesidad en adultos, sino también en niños donde
en 5 países alcanza hasta 6,0%. Por otra parte los valores de desnutrición infantil
disminuyeron durante el período de estudio por la mayor disponibilidad calórica, lo que
también coincide con las cifras en ascenso de la obesidad. El sedentarismo se vio en
aumento, incluyendo entre las causas subyacentes el incremento de la industria automotriz
y otros bienes que lo fomentan como los televisores y las computadoras. Los efectos de la
globalización, los cambios en el estilo de vida con la simplificación de las tareas, el
aumento de la seguridad alimentaria producto del descenso de los niveles de pobreza, a
18
pesar del mantenimiento de la desigualdad social, entre otros factores, condicionan la
evolución del estado nutricional, permitiendo entonces el hallazgo de toda la gama de
malnutrición en los países latinoamericanos.24, 25
Se define como obesidad infantil al exceso de grasa corporal. De acuerdo al estudio
antropométrico se diagnostica cuando el Índice de Masa Corporal (IMC) es igual o mayor
al percentil 97 de los patrones de referencia. Cuando la medida del IMC se encuentra entre
90 y 97 se considera sobrepeso lo cual se relaciona de igual manera con alto riesgo de
enfermedad cardiovascular y alteraciones del metabolismo de los carbohidratos.26
Actualmente el sobrepeso y la obesidad representan un problema de salud tanto
para adultos como para niños. Los hijos de padres obesos tienen más riesgo de padecer
obesidad infantil y aquellos que padecieron obesidad infantil más riesgo de presentar
exceso de peso en la adultez. La comorbilidad asociada a la obesidad infantil incluye el
riesgo aumentado para diabetes y resistencia a la insulina, enfermedad cardiovascular,
cáncer, dislipidemia, asma, apnea del sueño, esterilidad, artropatía degenerativa, depresión
y discriminación.24, 27
Diversos estudios demuestran que la obesidad comienza a representar un factor de
riesgo desde la niñez, siendo de mayor relevancia durante tres períodos críticos en la
infancia. De acuerdo al desarrollo del tejido adiposo, el exceso de peso: en la gestación y
primera infancia, entre los 5 y 7 años y en la adolescencia representan un riesgo
particularmente aumentado para el desarrollo de obesidad en la adultez.27
De acuerdo a un reporte de la OMS se describe que la población de niños menores
de 5 años con sobrepeso en el mundo alcanzaba los 20 millones. Para el año 2002 se estimó
que en 5 países de Latinoamérica los índices de obesidad en menores de 72 meses
aumentaron hasta 70,0%, corroborando la indicación para considerar la obesidad infantil
como un problema de salud en Latinoamérica.28
19
Como muestra de lo anterior según una revisión de la población mexicana en el año
2007 se precisó que 4,4% y 2,8% de los menores de 2 años hijos de padres con un trabajo
fijo presentan sobrepeso y obesidad respectivamente, mientras que aquellos cuyos padres
no tienen un trabajo estable presentaban una cifra mayor con 6,7% y 5,7% de sobrepeso y
obesidad. Las causas de este hallazgo tienen relación con un balance energético
persistentemente positivo, dado por el consumo de altas cantidades de hidratos de carbono
refinados, grasas saturadas y aumento del sedentarismo producto de la civilización.29
Relacionando el tema con la situación venezolana, según cifras aportadas por
SISVAN para el año 2005, 26,9% de lactantes y 11,0% de los preescolares se encontraban
por encima del peso apropiado en el país. Ambas cifras han ido en aumento desde 1990.
Esta tendencia puede verse influenciada por la mejora de las condiciones económicas, el
bajo costo de los alimentos de alto valor calórico y la falsa creencia de los padres que el
aspecto de los niños con sobrepeso es un indicador de salud. De otro modo las estadísticas
de la OPS en el año 2007 son diferentes considerando solo a 3,10% de la población de
menores de 5 años por encima del peso ideal a nivel nacional.10, 13, 24
Del mismo modo de acuerdo a lo reportado por la consulta de endocrinología del
Hospital J.M de los Ríos en el 2003 se recibió un total de 128 pacientes obesos, de los
cuales 1,35% representó a lactantes y 8,01% a pre-escolares. La mayoría tuvo antecedentes
familiares de hipertensión, diabetes tipo 2 y obesidad, el peso al nacer fue directamente
proporcional a la obesidad, y muchos padres pasaron por alto manifestaciones clínicas
clásicas como la Acantosis Nigricans a pesar que 46,00% la presentó, por lo que los
investigadores concluyen que toda población debe ser estudiada para descartar problemas
de peso y factores de riesgo.26
Posteriormente Vera L y cols., en el año 2005 realizaron la evaluación y
seguimiento de niños y adolescentes obesos que acudieron a una consulta especializada de
nutrición del Hospital J.M. de los Ríos, llegando a las siguientes conclusiones con respecto
a la obesidad: la obesidad no se relacionó al peso al nacer, la introducción precoz de
20
alimentos y leche de vaca tuvo una asociación positiva con la misma, 74% se asoció a
obesidad familiar, la relación entre el sedentarismo, las horas dedicadas a ver televisión y
jugar videojuegos fue directamente proporcional con la obesidad, entre algunos de los
estudiados se presentaron casos de hipertrigliceridemia e hipercolesterolemia.25
En el mismo año en el estudio realizado por Saavedra I., en la comunidad de
“Nuevo Barrio” en menores de 6 años el porcentaje de niños con sobrepeso fue 13,7%. Los
menores de 5 meses presentaron 17,9% de sobrepeso, al igual que 16,6% de los niños de 4
y 5 años. A diferencia del estudio realizado en niños de 3 a 6 años de edad por Anzola A y
cols., en la Unidad Educativa “Alberto Ravel” Estado Lara en el año 2006, quienes
encontraron 4,95% de sobrepeso dentro de dicha población.16, 17
Igualmente en el 2006 Echeverría J y cols., estudiaron la malnutrición en menores
de dos años que acudieron al Ambulatorio “Nuevo Barrio” durante este período. El
porcentaje de sobrepeso alcanzó 8,9%. Con respecto a la edad de la madre, lo presentaron
12,2% de los hijos de madres adolescentes contra 6,0% de los hijos de madres no
adolescentes. De las madres adolescentes que no practicaron lactancia materna exclusiva
(LME), 18,7% presentó sobrepeso frente a 4,0% en las madres adolescentes que si la
practicaron, cifras que igualaron a las de desnutrición demostrando que el abandono de la
LME es un factor de riesgo para malnutrición tanto como por exceso como por déficit.18
Con respecto al sobrepeso la investigación realizada por Arteta A y cols., en el 2009
en preescolares y escolares del Barrio San Francisco mostró los siguientes resultados:
69,6% no realizaba actividad física, 55,4% consumía comida rápida, 42,9% consumía de 1
a 4 gaseosas a la semana, 41,1% pasaba de 3 a 4 horas al día viendo televisión y 55,4%
consumió frituras 7 o más veces por semana. El número de comidas realizadas predominó
con 70,5% para 3 comidas y una merienda. De los preescolares 11,9% presentó exceso
según el indicador peso/talla.20
21
La malnutrición por exceso también se evidenció en el municipio Iribarren del
estado Lara, donde según estadísticas de SISVAN en el año 2006 de acuerdo al indicador
peso/talla para menores de 2 años 5,78% presentó valores sobre la norma, al igual que
16,34% de los niños de 2 a 6años. En Veragacha Edo. Lara, los valores sobre la norma
según éste indicador se presentaron en 9,21% de los menores de 2 años y 12,50% de los
niños de 2 a 6 años.13
Según lo expuesto, resalta la importancia de todo lo relacionado a la alimentación al
hablar de malnutrición. Un factor de protección ampliamente estudiado es la lactancia
materna, cuyos beneficios para el niño y la madre han hecho precisa la promoción de su
uso. La instauración de una correcta lactancia depende de factores asociados a la edad de la
madre, ocupación, factores culturales y educacionales. 30
Al respecto, la OMS recomienda la LME hasta alrededor de los 6 meses y a libre
demanda; posterior a eso, la lactancia materna continua con la alimentación
complementaria apropiada para la edad; se ha demostrado que los niños que reciben LME
tienen patrones de crecimiento diferentes a aquellos que son alimentados con fórmulas. Las
estadísticas de LME en la población en vías de desarrollo fueron de 31 a 41% en 1990 y
2004 respectivamente.30
Es preciso indicar que los beneficios de la LME en los primeros meses de vida son
incontables, resaltan la disminución de enfermedades diarreicas infecciosas, infecciones
respiratorias y otitis media. También disminuye el riesgo de presentar enfermedades
crónicas como la obesidad, diabetes y cáncer. Además aventaja al niño en el desarrollo
motor y cognitivo y se ha visto asociación en un grado menor, con la longevidad, bajo
riesgo de hipertensión arterial, atopias y enfermedad de Crohn.31
Además las ventajas no solo son para el niño, la madre también se ve favorecida al
apreciarse disminución del riesgo de cáncer de mama, ovario y la pérdida de peso post-
parto más acelerada. Los beneficios económicos abarcan el área del hogar, por ser un
22
alimento gratis, representa un ahorro para las familias si se compara a los altos costos de las
fórmulas. Y a la vez se extienden al área estadal ya que la disminución de la morbilidad
infantil y materna representa un descenso significativo de los gastos que éstas ocupan. Por
otra parte la lactancia a libre demanda no favorece la formación del tejido adiposo blanco,
mientras que la alimentación con fórmulas programada por horarios y dosis sugeridas por
los adultos promueve el desarrollo de sobrepeso.31
No obstante, a pesar de conocer sus beneficios y del arduo trabajo de promoción de
organizaciones como la OMS, la UNICEF y la Comisión Nacional de la Lactancia Materna
(CONALAMA), alrededor de 27% de los niños recibe LME hasta los 6 meses en
Venezuela lo cual sigue siendo una baja estadística, siendo la expectativa de al menos
75%.32
Lo anterior queda ejemplificado por cifras provenientes de un estudio en Antímano
(Venezuela) en el año 2001 donde 80% de los niños estudiados recibieron lactancia
materna, pero solo 16% de forma exclusiva y más de 50% inició el destete antes de los 6
meses.33
De igual modo en Pueblo Nuevo, Lara en el año 2004, se desarrolló una
investigación en lactantes referente al abandono precoz de la LME, el cual se detectó en
47,00% de los casos siendo más frecuente en hijos de madres entre 30 y 34 años de edad
(63,64%), otros factores de riesgo asociados fueron el nivel educativo secundaria
incompleta, la actividad extradomiciliaria, particularmente la realizada de 5 a 8 horas al día,
el estrato socioeconómico II, la disfuncionalidad del hogar y el parto por cesárea.34
También en el 2004 se realizó un estudio en lactantes que acudieron a la consulta
en el Ambulatorio “La Carucieña” Edo. Lara, donde el abandono de la LME fue de 39,3%
predominando en hijos de madres de 19-29 años (66,3%), los demás factores de riesgo
implicados fueron: presentar secundaria incompleta y la pertenencia a la clase obrera.35
23
Igualmente Álvarez F y cols., estudiaron el abandono de la LME en lactantes que
acudieron al Ambulatorio urbano tipo II “San José” en el año 2005, encontrando 51,5% de
abandono de la LME, a predominio de las madres mayores de 31 años (61,1%) y cuyos
estudios fuesen de nivel técnico superior y profesional universitarios (100%). 36
Asimismo en el año 2007 Colangelo L y cols., estudiaron a un grupo de lactantes
que acudieron al ambulatorio urbano tipo II “Dr.Ramón E. Gualdrón” encontrando una
frecuencia de abandono de la LME de 29,7%, predominando en madres cuyas edades
estaban comprendidas entre 15 y 22 años (39,4%). El nivel educativo principal entre las
madres que abandonaron la LME fue el universitario incompleto 55,6%, y 33,3%
perteneció a la clase pobre. La investigación no hace precisión acerca de la edad mínima
que consideraron para el indicador de LME.37
Si bien la lactancia materna predomina en el ámbito de alimentación de los niños
menores de 6 meses, para los niños mayores se hacen necesarios diferentes alimentos que
deben ser incorporados a la dieta del niño de manera estructurada. El proceso de
introducción de alimentos en la dieta se denomina ablactación, y se llama a dichos
alimentos “alimentos complementarios”, éste proceso debe ser realizado de forma
progresiva dando a probar un alimento nuevo por semana, iniciando con frutas no cítricas o
verduras y carnes tipo pollo. Se aconseja prolongar la lactancia materna hasta los dos años
de edad. Se recomienda esperar los 7 meses para incorporar derivados de la leche, a los 8
meses para las leguminosas y de los 9 a los 12 meses para los alimentos potencialmente
alérgenos como huevos y cítricos, pudiendo extenderse en personas con antecedentes de
alergia.2
Por tanto, a medida que los alimentos van siendo incorporados a la dieta, las tomas
de leche se van reduciendo y se va implantando el esquema de alimentación compuesto de
3 comidas, dos meriendas y dos tomas de leche y además, se considera una dieta variada en
nutrientes a aquella que consiste en al menos 4 grupos de alimentos diferentes al día para
niños menores de 2 años. Según el consenso de expertos promovido por la UNICEF,
24
Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID), OMS y otras
instituciones en cuanto a la recomendación de indicadores para evaluar la alimentación del
niño de 0 a 23 meses, los alimentos pueden ser divididos en 7 grupos: en primer lugar los
cereales, raíces y tubérculos como el arroz, trigo, avena, papa, yuca; un segundo grupo
conformado por legumbres y nueces como lentejas, vainitas y caraotas. En tercer lugar la
leche y sus derivados como el yogurt, queso y mantequilla. El cuarto grupo que incluye
carnes blancas y rojas. El quinto grupo solo incluye los huevos. El sexto frutas y verduras
ricas en vitamina A como mango, pimentón y el séptimo grupo al cual pertenecen el resto
de las frutas y verduras.38
Además de lo anterior, una dieta saludable debe cumplir cuatro principios básicos
conocidos como las leyes de Escudero, según los cuales la alimentación debe ser suficiente,
completa, equilibrada y adecuada. Se hace referencia a la alimentación como suficiente
cuando ésta cumple los requerimientos calóricos y provee saciedad al individuo. Una dieta
completa es aquella que provee todos los grupos básicos necesarios, entiéndase
carbohidratos, lípidos y proteínas, a demás de vitaminas y minerales en cantidades
apropiadas. La ingesta debe ser equilibrada proporcionando el porcentaje adecuado de
nutrientes básicos, siendo lo correcto que 15% de la energía provenga de proteínas, 35% de
las grasas y 50% de los carbohidratos en términos generales, sin embargo las
recomendaciones dietéticas pueden variar de acuerdo a la edad, actividad física y patologías
asociadas del individuo.2
Cabe comentar, que en México muchos niños inician el consumo de alimentos
como refrescos y jugos antes de los 6 meses y antes de los 9 años ingieren grandes
cantidades de frituras y productos industrializados tanto en la casa como en la escuela.28
Dentro de los hábitos de alimentación estudiados en Antímano, Venezuela, se
apreció que el consumo de leche era común en 78% de los niños, pero 96% recibía
preparaciones hipodiluidas de la misma, 87% consumió cereales y tubérculos diariamente,
25
83% carnes y huevo, 76% grasas, 56% frutas y tan solo 30% consumía vegetales con
frecuencia diaria.33
De igual modo Díaz A y cols., estudiaron el conocimiento en alimentación infantil
en el club de embarazadas de el Ambulatorio “Nuevo Barrio” Estado Lara, notando que el
conocimiento con respecto a la lactancia materna y artificial fue 33,36% deficiente y
regular, 45,45% regular con respecto a la ablactación y 68,18% deficiente con respecto a la
alimentación adecuada de los 2 a los 6 años. De las madres que mostraron conocimiento
deficiente en las diferentes categorías la mayoría presentó escolaridad básica incompleta.
Este estudio evidencia un factor de riesgo importante para malnutrición infantil a futuro.39
A la luz de la evidencia anterior el personal de salud tiene como responsabilidad la
atención integral no solo del individuo sino de las comunidades donde labora, por lo tanto
toda población amerita un estudio del estado nutricional con el fin de crear planes que se
adecúen a la situación presente en la localidad.
Al respecto, los últimos datos que se conocen acerca del estado nutricional de los
habitantes del área de influencia del Ambulatorio tipo I “Dr. José María Vargas” en el
sector Veragacha, corresponden al año 2006, lo que creó una interrogante en el personal de
salud de este centro acerca del estado nutricional actual, además se desconocían los
factores de riesgo tanto de la alimentación como de orden socio-económico que se
encuentran presenten en dicha población. Esto imposibilitaba la creación de programas
específicos que permitieran atender las necesidades en el campo de nutrición.40
Por lo antes expuesto, surgió la motivación de desarrollar un trabajo de
investigación que tuvo por objetivo la determinación de los factores de riesgo asociados al
estado nutricional en lactantes y preescolares del área de influencia del Ambulatorio tipo I
“Dr. José María Vargas” de la comunidad de Veragacha durante el período Marzo - Abril
del año 2010, de acuerdo a las variables antropométricas, los hábitos de alimentación-
incluido el de la lactancia materna-, el estrato socioeconómico y las características de la
26
madre. La importancia de la investigación radicó en que la malnutrición no detectada afecta
profundamente las bases de la sociedad, con efectos a corto y a largo plazo; además de las
manifestaciones en salud, que representan costos elevados para el servicio de salud y para
los padres, constituyen un factor predisponente para el bajo rendimiento escolar que
responde a un pobre desarrollo intelectual, repercutiendo así en la generación de ingresos a
futuro, fomentando la pobreza.
Por tanto es necesario identificar los factores de riesgo presentes en la población
infantil lo que permitirá posteriormente un correcto abordaje de la problemática, no solo
mejorando el estado nutricional de los niños ya afectados, sino también evitando la
aparición de nuevos casos en la población actual y futura.
La realización de esta investigación permitió conocer el diagnóstico del estado
nutricional de esta población, además de los factores de riesgo de malnutrición presentes,
reconociendo de esta manera dichos casos y procurando su atención médica, además sirve
como base para posteriores proyectos que permitan mejorar estas condiciones dando a la
comunidad de Veragacha y al resto de las áreas estudiadas un mejor estado de salud.
27
CAPÍTULO II
METODOLOGÍA
Se realizó un trabajo de investigación de tipo analítico de prevalencia con el fin de
determinar los factores de riesgo asociados al estado nutricional en lactantes y preescolares
en el área de influencia del ambulatorio tipo I “Dr. José María Vargas”, en Veragacha del
municipio Iribarren; Marzo – Abril 2010.
La población estuvo conformada por los lactantes y pre-escolares del área de
influencia del ambulatorio “Dr. José María Vargas” de Veragacha. Según el censo realizado
por los estudiantes del segundo semestre de la carrera de Medicina la población de menores
de 6 años consistía en 200 niños, se realizó un muestreo no probabilístico accidental.
Tomando en cuenta la prevalencia de malnutrición en el distrito sanitario 1, municipio
Iribarren en el 2006 se estimó, que el tamaño de la muestra no debía ser menor de 100
niños, los porcentajes usados para dicha estimación fueron 13,03% de déficit en niños
menores de 2 años y 20,29% en niños de 2 a 6 años; 5,78% de exceso en menores de 2
años al igual que 16,34% en los niños de 2 a 6 años.13
Se tomó como muestra a los niños de 1 mes a 6 años que acudieron a la consulta
matutina y vespertina del ambulatorio así como a aquellos que acudieron a los diferentes
operativos de diagnóstico nutricional realizados en este centro durante los meses de Marzo
y Abril del año 2010.
Para llevar a cabo el estudio se procedió como primer paso a visitar a la
coordinación del ambulatorio con el fin de plantear los objetivos de la investigación y
solicitar su autorización por escrito (Anexo 1); del mismo modo se realizó una reunión con
los miembros del consejo comunal, solicitando su colaboración para el estudio en la
comunidad (Anexo 2).
27
28
Con el fin de obtener la información necesaria se elaboró un instrumento tipo
encuesta estructurada según las variables del estudio, la misma estuvo conformada por 4
partes con un total de 28 ítems (Anexo 3). La primera parte del instrumento corresponde a
datos de identificación tanto de la madre como del niño: nombre, edad, sexo, dirección y
teléfono y fecha de nacimiento del niño.
La segunda parte consistió en la determinación del estado nutricional del niño
mediante la estimación de los valores de peso y talla, posteriormente dichos valores fueron
comparados con las gráficas de la OMS, permitiendo obtener los valores de los indicadores
P/T , T/E y P/E cuya interpretación se basó en la información consignada en la tabla de
combinación de indicadores, elaborada por Hernández Valera y Arenas, Henríquez en
1990, mediante la cual finalmente se estableció el diagnóstico nutricional según
combinación de indicadores (Anexos 4 y 5).41,42
La tercera parte de la encuesta permitió la determinación del estrato socio-
económico del niño y las características del trabajo de la madre. La determinación del
primero se hizo por medio del método de Graffar-Méndez-Castellano (Anexo 6).43
La última parte permitió identificar los hábitos de alimentación según cada grupo
etario, en el caso de los niños de 1-6 meses y de mayores de 6 a 23 meses se tomaron
como referencia algunos indicadores para evaluar las prácticas de alimentación del lactante
y del niño pequeño sugeridos por el grupo de expertos de la OMS, UNICEF, Instituto de
Investigación Internacional de Políticas Alimentarias (IFPRI), USAID (Anexo 7).
En el grupo de 1 a 6 meses se interrogó acerca del tipo de lactancia recibida durante
el día anterior permitiendo clasificarla en lactancia materna exclusiva, predominante, mixta
y artificial, según las características de clasificación propuestas por los indicadores de
alimentación de la OMS, UNICEF, IFPRI y USAID.
29
Para niños de 6 a 23 meses no amamantados se preguntó la frecuencia de tomas de
leche siendo dos tomas el mínimo aceptable. En niños de 6 meses en adelante se consultó
acerca del cumplimiento de la LME durante los primeros 6 meses de vida, edad de
ablactación y la continuidad de consumo de leche materna después de los 6 meses. Con el
fin de conocer las características de la alimentación de niños de 6 a 23 meses, se
consultaron los alimentos consumidos el día anterior según 7 grupos de alimentos, donde el
consumo de 4 o más grupos estableció el criterio de cumplimiento con la diversidad
mínima alimentaria; de igual modo se interrogó la frecuencia de las comidas siendo el valor
mínimo aceptable al menos 2 veces en niños amamantados de 6 a 8 meses; 3 veces para
niños amamantados de 9 a 23 meses; 4 veces en niños no amamantados de 6 a 23 meses
(Anexo 3).38
En niños de 2 a 6 años se indagó acerca del consumo semanal de 7 grupos de
alimentos y frecuencia de comidas al día. Por último se consultó acerca de los hábitos poco
saludables para niños de 6 meses a 6 años, como son el consumo de golosinas, gaseosas y
comidas rápidas, estableciéndose un consumo bajo si la frecuencia era de 2 o menos veces
por semana, moderado si era de 3 a 5 veces y alto si se presentaba de 6 o más veces
(Anexo 3).
Previo a la aplicación del instrumento, fue validado por tres expertos: un
metodólogo y dos especialistas en la materia, tomando como regla para su modificación la
discrepancia entre dos de los expertos (Anexos 8 y 9).
Posteriormente se procedió a la recolección de los datos para lo que se planificaron
múltiples jornadas, informando de las mismas a través de carteles y circulares con la
colaboración del personal de la escuela de Veragacha. El instrumento fue aplicado en el
ambulatorio de Veragacha durante los meses de Marzo y Abril, informando previamente a
las madres del objetivo de la investigación y de los pasos para la recolección de la muestra,
solicitando su consentimiento para la participación en la misma (Anexo 10).
30
Con la intención de conocer el estado nutricional se procedió a determinar el peso,
para lo cual se utilizó una balanza “Health Care” en niños menores de dos años, donde se
colocó al niño en el punto medio de la misma vestido solo con ropa interior o pañal y se
efectuó la lectura correspondiente. En niños mayores de dos años, se realizó el mismo
procedimiento en una balanza “Nuevo León”, colocándolo igualmente en el centro de la
misma. Los niños estuvieron descalzos con la menor ropa posible y el peso se registró en
kilogramos.
Para la determinación de la talla se utilizó una cinta métrica graduada en
centímetros y milímetros. El procedimiento varió según la edad del paciente. En menores
de dos años, se procedió a tallar al paciente en decúbito supino, sobre la superficie
horizontal, dura y lisa de la balanza, la cual poseía en uno de sus extremos una superficie
vertical fija que coincidía con los cero centímetros de la cinta métrica, y en su otro extremo
una superficie vertical móvil, ambas en ángulo recto con el plano horizontal. Se sostuvo la
cabeza del paciente contra el plano vertical fijo, se extendieron las piernas del niño
apoyando una mano sobre la rodilla y manteniendo los pies en ángulo recto se deslizó la
superficie vertical móvil hasta hacer contacto con los talones del niño, efectuando la lectura
correspondiente. A partir de los dos años se efectuó la medición en forma vertical contra
una superficie regular y lisa (pared), con una cinta métrica previamente fijada sobre la
misma, de manera que la medición cero centímetros coincidía con el piso que fue el
extremo inferior de dicha superficie. Con el niño de pie, descalzo y sin medias, se situó de
manera tal que sus talones, glúteos y cabeza estuvieran alineados a la pared. Los talones
permanecieron juntos, los hombros y manos relajados y la cabeza se sostuvo en forma que
el borde inferior de la órbita coincidiera con el meato del conducto auditivo externo (plano
de Frankfurt), procediéndose a tomar la lectura de la medición, la cual se hizo en
centímetros. Previo a la toma de la antropometría, los investigadores realizaron una
estandarización de la técnica.
31
Una vez obtenida la información, ésta fue llevada a una base de datos para su
posterior análisis en los programas SPSS versión 11.5 y Epi Info, luego se representó en
cuadros o gráficos utilizando números enteros y porcentajes como medida de resumen, para
el establecimiento de la relación entre las distintas variables y el estado nutricional se tomó
como parámetro el indicador peso/edad para todas las edades. Se realizó el análisis
estadístico utilizando la razón de prevalencia, el intervalo de confianza y el Chi2,
tomándose como valor de significancia p<0,05. Una vez analizados y discutidos los
resultados se efectuaron las recomendaciones y conclusiones pertinentes.
32
CAPÍTULO III
RESULTADOS
CUADRO 1
Distribución de niños de 1 mes a 6 años de edad, según sexo y edad. Área de influencia del
Ambulatorio “Dr. José María Vargas”. Veragacha, Edo. Lara
Marzo – Abril 2010
SEXO
EDAD FEMENINO MASCULINO Total
N° % N° % N° %
1-5 m 2 4,9 4 6,5 6 5,8
6-23m 5 12,2 21 33,9 26 25,3
2 a 6 años 34 82,9 37 59,6 71 68,9
Total 41 100,0 62 100,0 103 100,0
De un total de 103 lactantes y preescolares estudiados 60,2% (62) correspondió al
sexo masculino y 39,8% (41) al sexo femenino, el mayor número de niños se encontraba
comprendido entre los 2 y 6 años representando 68,9% del total de niños estudiados, solo 6
niños (5,8%) pertenecían al grupo de edad 1 a 5 meses.
32
33
CUADRO 2
Distribución de niños de 1 mes a 6 años de edad, según estado nutricional por
combinación de indicadores. Área de influencia del Ambulatorio
“Dr. José María Vargas” Veragacha. Edo. Lara
Marzo – Abril 2010
Del total de 103 niños estudiados 66,0% presentó un estado nutricional normal. La
malnutrición por exceso se vio en 8,7% de los niños de los cuales todos cursaron con talla
normal. Por otra parte 11,7% de los niños cursó con peso adecuado para la talla con algún
déficit en la talla correspondiendo 4,9% a aquellos con talla baja y 6,8% a aquellos en la
categoría investigar talla baja. A su vez 3,9% de los niños estudiados presentó desnutrición
actual con talla normal y 3,8% desnutrición actual con algún grado de déficit para la talla.
ESTADO NUTRICIONAL Frecuencia Porcentaje
Sobrepeso con talla normal 9 8,7
Talla normal (investigar sobrepeso) 1 1,0
Normal 68 66,0
Talla alta con peso adecuado para la talla 3 2,9
Peso adecuado a la talla (investigar talla baja) 7 6,8
Talla baja con peso adecuado para la talla 5 4,9
Talla normal (investigar desnutrición actual) 1 1,0
Desnutrición actual con talla normal 4 3,9
Desnutrición actual con talla alta 1 1,0
Desnutrición actual (investigar talla baja) 2 1,9
Desnutrición actual con talla baja 2 1,9
Total 103 100,0
34
CUADRO 3 Distribución de niños de 1 mes a 6 años de edad, según estado nutricional por indicadores
Peso/Talla, Talla/Edad y Peso/Edad. Área de influencia del
Ambulatorio “Dr. José María Vargas” Veragacha,
Edo. Lara. Marzo – Abril 2010.
ESTADO
NUTRICIONAL
PESO/TALLA TALLA/EDAD PESO/EDAD
N° % N° % N° %
Déficit 9 8,7 7 6,8 12 11,7
Normal 85 82,6 92 89,3 82 79,6
Exceso 9 8,7 4 3,9 9 8,7
Total 103 100,0 103 100,0 103 100,0
Del total de niños estudiados 17,4% presentó malnutrición según el indicador
peso/talla de los cuales 8,7% se encontraba en déficit y 8,7% en exceso. De igual manera
según el indicador talla/edad 89,3% se encontraba normal lo que incluyó a 8,7% de niños
que se encontraban en zona crítica negativa; el déficit según este indicador representó
6,8%. Según el indicador peso/edad 8,7% presentó alteración por exceso y 11,7% por
déficit.
De acuerdo al grado de severidad de malnutrición por déficit según el indicador
peso/talla se evidenciaron 7 niños en zona crítica negativa y 2 niños en déficit leve. Con
respecto al déficit en el indicador talla/edad todos los niños (7) presentaron déficit leve.
Según el indicador peso/edad el déficit leve se vio en 5 niños y 7 niños se encontraron en
zona crítica negativa.
35
CUADRO 4
Distribución de niños de 1 mes a 6 años de edad, según estado nutricional por indicadores
peso/talla, talla/edad y peso/edad y edad. Área de influencia del Ambulatorio
“Dr. José María Vargas” Veragacha, Edo Lara.
Marzo – Abril 2010
EDAD
1-5m 6-23m 2- 6a TOTAL
N° % N° % N° % N° %
ES
TA
DO
NU
TR
ICIO
NA
L S
EG
ÚN
IN
DIC
AD
OR
ES
PE
SO
/ T
AL
LA
Déficit 0 ,0 4 15,4 5 7,0 9 8,7
Normal 5 83,3 18 69,2 62 87,6 80 82,6
Exceso 1 16,7 4 15,4 4 5,4 9 8,7
Total 6 100,0 26 100,0 71 100,0 103 100
TA
LL
A/E
DA
D Déficit 0 ,0 1 3,8 6 8,6 7 6,8
Normal 6 100,0 22 84,6 64 90,2 92 89,3
Exceso 0 ,0 3 11,6 1 1,4 4 3,9
Total 6 100,0 26 100,0 71 100,0 103 100,0
PE
SO
/ED
AD
Déficit 0 ,0 2 7,7 10 11,7 12 11,7
Normal 4 66,7 20 76,9 58 79,6 82 79,6
Exceso 2 33,3 4 15,4 3 8,7 9 8,7
Total 6 100,0 26 100,0 71 100,0 103 100,0
p >0,05
Del total de niños estudiados con respecto a la relación de la edad con el estado
nutricional según el indicador peso/talla el exceso se vio en 16,7% de los niños de 1 a 5
meses, 15,4% de los niños de 6 a 23 meses y 5,4% de los niños de 2 a 6 años, mientras que
el déficit se aprecia en 15,4% de los niños de 6 a 23 meses y 7,0% de los niños de 2 a 6
años.
36
Con respecto al indicador talla/edad se aprecia el mayor porcentaje de déficit en
niños de 2 a 6 años con 8,6%. Para el indicador peso/edad el exceso se aprecia en 33,3% de
los menores de 6 meses y le sigue el 15,4% en los niños de 6 a 23 meses, mientras que el
déficit se aprecia en mayor porcentaje en niños de 2 a 5 años con 11,7%. No se encontró
asociación estadística entre los indicadores estudiados y la edad.
37
CUADRO 5
Distribución de niños de 1 mes a 6 años de edad, según sexo y
estado nutricional. Área de influencia del Ambulatorio
“Dr. José María Vargas” Veragacha, Edo Lara
Marzo – Abril 2010
ESTADO
NUTRICIONAL
SEXO
Femenino Masculino TOTAL
N° % N° % N %
Déficit 6 14,6 6 9,7 12 11,7
Normal 30 73,2 52 83,9 82 79,6
Exceso 5 12,2 4 6,5 9 8,7
Total 41 100,0 62 100,0 103 100,0
PR: 1,66 (IC: 0,78-3,56)
p=0,18
Del total de niños estudiados 14,6% del sexo femenino presentó déficit en
comparación con 9,7% del sexo masculino, mientras que 12,2% del sexo femenino presentó
exceso comparado con 6,5% de los del sexo masculino. Estas diferencias no fueron
estadísticamente significativas.
38
CUADRO 6
Distribución de niños de 1 mes a 6 años de edad, según estado nutricional y
estrato socioeconómico. Área de influencia del Ambulatorio
“Dr. José María Vargas” – Veragacha, Edo Lara
Marzo – Abril 2010
ESTRATO
SOCIOECONÓMICO
ESTADO NUTRICIONAL
Déficit Normal Exceso Total
N° % N° % N° % N %
II 0 ,0 1 ,0 0 ,0 1 100,0
III 1 7,1 13 92,9 0 ,0 14 100,0
IV 9 11,3 62 77,4 9 11,3 80 100,0
V 2 25,0 6 75,0 0 ,0 8 100,0
TOTAL 12 11,7 82 79,6 9 8,7 103 100,0
PR: 3,41 (IC: 0,49-23,54)
p=0,15
Del total de niños estudiados 13,3% (14) se encontró en el estrato III de los cuales
7,1% presentó malnutrición por déficit según el indicador peso/edad. En el estrato IV se
ubicaron 77,7% (80) de los niños de los cuales 11,3% presentó déficit. En el estrato V solo
se encontraron 7,7% de los niños de los cuales 25,0% presentó malnutrición por déficit. La
malnutrición por exceso solo se encontró en niños del estrato IV. Se aprecia el aumento del
porcentaje de malnutrición por déficit a medida que el estrato es inferior, más no hubo
asociación estadística para estas variables.
39
CUADRO 7
Distribución de niños de 1 mes a 6 años de edad, según edad de la madre y
estado nutricional. Área de influencia del Ambulatorio
“Dr. José María Vargas” Veragacha, Edo Lara
Marzo – Abril 2010
ESTADO
NUTRICIONAL
EDAD
< 20 años 20-30 años 31 > Total
N° % N° % N° % N° %
Déficit 1 10,0 8 12,5 3 10,3 12 11,7
Normal 7 70,0 50 78,1 25 86,3 82 79,6
Exceso 2 20,0 6 9,4 1 3,4 9 8,7
Total 10 100,0 64 100,0 29 100,0 103 100
PR: 1,55 (IC: 0,55-4,36)
p=0,42
Del total de niños estudiados predominaron los hijos de madres de 20 a 30 años
correspondiendo a 62,1% (64). Se aprecia una tendencia al aumento de niños en la
categoría normal a medida que aumenta la edad de la madre con 70,0% para los hijos
madres menores de 20 años, 78,1% para los hijos de madres de 20 a 30 años y 86,3% para
aquellas mayores de 31 años. El porcentaje de exceso es mayor en las madres menores de
20 años (20,0%). Con referencia al déficit los porcentajes fueron similares en todos los
grupos. No se encontró asociación estadística entre las variables estudiadas.
40
CUADRO 8
Distribución de niños de 1 mes a 6 años según trabajo fuera del hogar de la madre y
estado nutricional del niño. Área de influencia del Ambulatorio
“Dr. José María Vargas” – Veragacha,
Edo. Lara. Marzo – Abril 2010
ESTADO
NUTRICIONAL
TRABAJO FUERA DEL HOGAR
SI NO TOTAL
N° % N° % N° %
Déficit 5 19,2 7 9,1 12 11,7
Normal 19 73,1 63 81,8 82 79,6
Exceso 2 7,7 7 9,1 9 8,7
Total 26 100,0 77 100,0 103 100,0
PR: 1,48 (IC: 0,67-3,27)
p=0,33
Del total de niños estudiados 74,8% (77) eran hijos de madres que no trabajaban
fuera del hogar de los cuales 18,2% presentó malnutrición correspondiendo 9,1% al déficit.
Por otra parte 25,2% (26) de las madres trabajaba fuera del hogar y sus hijos presentaron
26,9% de malnutrición a predominio del déficit (19,2%). No hubo asociación estadística
entre estas variables.
Del total de niños cuyas madres trabajaban fuera del hogar 44,4% correspondía a
aquellas que trabajaban 6 o menos horas de los cuales 16,7% presentó malnutrición por
déficit y 8,3% por exceso. Por su parte 55,6% correspondió a hijos de madres que
trabajaban 7 horas o más de los cuales 20,0% presentó malnutrición por déficit y 6,7% por
exceso. Se apreció mayor porcentaje de déficit para los hijos de madres que trabajaban 7
horas o más y de exceso para los hijos de madres que trabajaban 6 horas o menos. Estas
diferencias no fueron estadísticamente significativas, p<0,05.
41
CUADRO 9
Distribución de niños de 1 a 5 meses, según tipo de lactancia y estado nutricional.
Área de influencia del Ambulatorio “Dr. José María Vargas” Veragacha.
Edo. Lara. Marzo – Abril 2010
TIPO DE LACTANCIA N° %
Lactancia materna exclusiva 1 16,7
Lactancia materna predominante 2 33,3
Lactancia Mixta 2 33,3
Lactancia Artificial 1 16,7
TOTAL 6 100,0
Del total de niños menores de 6 meses estudiados con respecto al tipo de lactancia
recibida se apreció que la mayoría correspondió a la lactancia materna predominante y
mixta con 2 niños en cada categoría, mientras que la lactancia materna exclusiva solo era
cumplida por 1 de los niños de este grupo etario. En vista del bajo número de niños en este
grupo no se estableció la relación entre el tipo de lactancia recibida y el estado nutricional.
42
CUADRO 10
Distribución de niños de 6 meses a 6 años de edad, según cumplimiento de lactancia
materna exclusiva (LME) hasta los 6 meses y estado nutricional.
Área de influencia del Ambulatorio “Dr. José María Vargas”
Veragacha. Edo Lara. Marzo – Abril 2010
ESTADO
NUTRICIONAL
CUMPLIMIENTO DE LA LACTANCIA
MATERNA
LME por 6 meses o
más
LME por menos de 6
meses
TOTAL
Nº % Nº % N° %
Déficit 4 10,0 8 14,0 12 12,4
Normal 32 80,0 46 80,7 78 80,4
Exceso 4 10,0 3 5,3 7 7,2
Total 40 100,0 57 100,0 97 100,0
PR: 0,96 (IC: 0,43-2,18)
p=0,93
Del total de niños de 6 meses a 6 años estudiados 41,2%(40) recibió lactancia
materna exclusiva hasta los 6 meses o más de los cuales 10,0% presentó malnutrición por
déficit comparado con 14,0% de los que la recibieron por menos de 6 meses. No hubo
asociación estadística entre las variables.
43
CUADRO 11
Distribución de niños de 2 a 6 años de edad, según continuidad de lactancia
materna. Área de influencia del Ambulatorio
“Dr. José María Vargas” – Veragacha
Marzo – Abril 2010
CONTINUIDAD DE LACTANCIA MATERNA
Nº %
Menos de 6 meses 12 16,9
6 a 11 meses 12 16,9
12 a 23 meses 26 36,6
24 meses o más 21 29,6
Total 71 100,0
Del total de 71 niños de 2 a 6 años estudiados la mayoría (36,6%) continuó la
lactancia materna entre 12 y 23 meses, 16,9% la recibió por menos de 6 meses, 16,9% la
continuó entre los 6 y 11 meses y 29,6% por 24 meses o más.
44
CUADRO 12
Distribución de niños de 6 meses a 6 años, según edad de edad de ablactación y
estado nutricional. Área de influencia del Ambulatorio
“Dr. José María Vargas” Veragacha,
Edo. Lara. Marzo – Abril 2010
ESTADO
NUTRICIONAL
EDAD DE ABLACTACION
Antes de los 6 meses 6 meses o más Total
Nº % Nº % N° %
Déficit 5 13,2 7 11,9 12 12,4
Normal 31 81,6 47 79,7 78 80,4
Exceso 2 5,3 5 8,5 7 7,2
Total 38 100,0 59 100,0 97 100,0
PR: 0,91 (IC: 0,39-2,09)
p=0,81
Del total de niños mayores de 6 meses estudiados 60,8%(59) fue ablactado durante
o después de los 6 meses de los cuales 11,9% presentó alteración del parámetro peso/edad
por déficit y 8,5% por exceso. Mientras que para aquellos ablactados antes de los 6 meses
13,2% presentó déficit y 5,3% exceso. No se encontró asociación estadística entre estos
parámetros.
45
CUADRO 13
Distribución de niños no amamantados de 6 a 23 meses de edad, según frecuencia de tomas
de leche y estado nutricional. Área de influencia del Ambulatorio
“Dr. José María Vargas” – Veragacha, Edo. Lara
Marzo – Abril 2010
FRECUENCIA DE TOMAS
ESTADO
NUTRICIONAL
MENOR DE 2 2 O MÁS Total
Nº % Nº % N° %
Déficit 0 0, 2 18,2 2 16,7
Normal 1 100 8 72,7 9 75,0
Exceso 0 0, 1 9,1 1 8,3
Total 1 100,0 11 100,0 12 100,0
Del total de niños de 6 a 23 meses no amamantados estudiados 11 cumplieron con la
frecuencia mínima de tomas de leche al día y solo 1 no la cumplió, el cual tenía estado
nutricional normal. No se estudió la asociación entre las variables por número de
individuos insuficiente.
46
CUADRO 14
Distribución de niños de 6 a 23 meses, según diversidad mínima alimentaria y estado
nutricional. Área de influencia del Ambulatorio
“Dr. José María Vargas” – Veragacha,
Edo. Lara. Marzo – Abril 2010
ESTADO
NUTRICIONAL
CUMPLE CON DIVERSIDAD MINIMA
ALIMENTARIA
Cumple No cumple Total
Nº % Nº % N° %
Déficit 2 9,1 0 ,0 2 7,7
Normal 17 77,3 3 75,0 20 76,9
Exceso 3 13,6 1 25,0 4 15,4
Total 22 100,0 4 100,0 26 100,0
PR: 1,10 (IC: 0,7-7,10)
p=0,92
De un total de 26 niños con edades comprendidas entre 6 y 23 meses 84,6% (22)
cumplió con la diversidad mínima alimentaria (4 o más grupos de alimentos consumidos el
día anterior) de los cuales 77,3% presentó estado nutricional normal. No hubo asociación
entre estas variables de estudio, explicable por el escaso número de niños en una de las
categorías. Para el estudio de este indicador se incluyó la leche materna dentro del grupo de
lácteos.
Del total de los niños con edades comprendidas entre 6 y 23 meses todos
cumplieron con la frecuencia mínima de comidas, considerándose para la misma la ingesta
de 2 comidas al día para niños amamantados de 6 a 8 meses, 3 para niños amamantados de
9 a 23 meses y 4 para niños no amamantados de 6 a 23 meses.
47
CUADRO 15
Distribución de los niños de 2 a 6 años de edad, según consumo semanal de
grupos de alimentos. Área de influencia del ambulatorio
“Dr. José María Vargas” Veragacha, Edo Lara.
Marzo – Abril 2010
GRUPOS
ALIMENTARIOS
CONSUMO SEMANAL
2 o menos
veces 3 a 4 veces 5 a 6 veces 7 o más veces
Nº % Nº % Nº % N° %
Cereales, raíces y
tubérculos
0 ,0 11 15,5 13 18,3 47 66,2
Legumbres y nueces 48 67,7 17 23,9 1 1,4 5 7,0
Lácteos 4 5,6 8 11,3 4 5,6 55 77,5
Carnes 14 19,7 24 33,8 11 15,5 22 31,0
Huevos 54 76,1 10 14,1 2 2,8 5 7,0
Frutas y verduras
ricas en vitamina A
20 28,2 14 19,7 6 8,5 31 43,6
Otras frutas y
verduras
34 47,9 9 12,7 9 12,7 19 26,8
De un total de 71 niños de 2 a 6 años estudiados, 66,2% consumió cereales, raíces y
tubérculos 7 o más veces a la semana a diferencia de 15,5% que los ingería 3 a 4 veces por
semana. En cuanto al grupo de las legumbres y nueces la mayoría los consumió 2 veces o
menos a la semana, acotando que ningún niño comía nueces periódicamente. Los lácteos
eran ingeridos en su mayoría 7 o más veces por semana (77,5%), sin embargo 16,9% de los
niños los consumía 4 veces o menos. De igual modo se aprecia que 19,7% de los niños
estudiados comía carnes 2 o menos veces a la semana. La mayoría de los niños consumía
huevos 2 veces a la semana o menos. Solo 43,6% de los niños ingería frutas y verduras
48
ricas en vitamina A diariamente y 26,8% otras frutas y verduras con esta misma frecuencia,
mientras que 28,2% y 47,9% las consumían 2 veces o menos a la semana respectivamente.
49
CUADRO 16
Distribución de niños de 2 a 6 años de, según frecuencia de las comidas al día y
estado nutricional. Área de influencia del Ambulatorio
“Dr. José María Vargas” – Veragacha,
Edo Lara. Marzo – Abril 2010
ESTADO
NUTRICIONAL
FRECUENCIA DE COMIDAS AL DIA
3-4 comidas 5-6 comidas 7 comidas o
más
Total
N° % N° % N° % N° %
Déficit 4 8,9 5 20,8 1 50,0 10 14,1
Normal 40 88,9 17 70,8 1 50,0 58 81,7
Exceso 1 2,2 2 8,4 0 ,0 3 4,2
Total 45 100,0 24 100,0 2 100,0 71 100,0
PR: 1,90 (IC: 0,81-4,48)
p=0,16
Del total de niños de 2 a 6 años estudiados 63,4% (45) recibió de 3 a 4 comidas al
día de los cuales 88,9% tenía estado nutricional normal y 8,9% malnutrición por déficit
según el indicador peso/edad. A su vez 33,8% (24) consumió de 5 a 6 comidas al día de los
cuales 20,8% presentó déficit y 8,4% exceso. No hubo asociación estadísticas entre la
frecuencia diaria de comidas y el estado nutricional.
50
CUADRO 17
Distribución de niños de 6 meses a 6 años de edad, según consumo semanal de gaseosas y
estado nutricional. Área de influencia del Ambulatorio
“Dr. José María Vargas” – Veragacha, Edo. Lara
Marzo – Abril 2010
ESTADO
NUTRICIONAL
CONSUMO SEMANAL DE GASEOSAS
No
consume
Bajo Moderado Alto Total
Nº % Nº % Nº % N° % N° %
Déficit 3 12,5 6 12,5 1 7,7 2 16,7 12 12,4
Normal 19 79,2 37 77,1 12 92,3 10 83,3 78 80,4
Exceso 2 8,3 5 10,4 0 ,0 0 ,0 7 7,2
Total 24 100,0 48 100,0 13 100,0 12 100,0 97 100,0
PR: 0,92 (IC: 0,37-2,29)
p=0,85
Del total de niños de 6 meses a 6 años estudiados predominó el consumo bajo de
gaseosas con 49,5% (48). El grupo de consumo moderado y alto estuvo constituido por
13,4% (13) y 12,3% (12) respectivamente de los cuales 24,4% presentó malnutrición por
déficit. Por otra parte 24,74% (24) no consumía gaseosas. No hubo asociación entre las
variables estudiadas.
51
CUADRO 18
Distribución de niños de 6 meses a 6 años de edad, según consumo semanal de
golosinas y estado nutricional. Área de influencia del Ambulatorio
“Dr. José María Vargas” Veragacha, Edo. Lara
Marzo – Abril 2010
ESTADO
NUTRICIONAL
CONSUMO SEMANAL DE GOLOSINAS
Bajo Moderado Alto Total
Nº % Nº % N° % N° %
Déficit 4 12,5 1 4,8 7 15,9 12 12,4
Normal 25 78,1 18 85,7 35 79,5 78 80,4
Exceso 3 9,4 2 9,5 2 4,6 7 7,2
Total 32 100,0 21 100,0 44 100 97 100,0
PR: 1,18 (IC: 0,52-2,72)
p=0,69
Del total de niños de 6 meses a 6 años de edad todos presentaron algún grado de
consumo de golosinas. Los niños con alto consumo representaron la mayoría con 45,4%
(44), mientras que 21,6%(21) y 33,0%(32) presentó consumo moderado y bajo
respectivamente. De los niños con consumo alto 15,9% presentó malnutrición por déficit
comparado con 12,5% de los niños con consumo bajo. No se encontraron diferencias
significativas en el estado nutricional de acuerdo a los niveles de consumo.
52
CUADRO 19
Distribución de niños de 6 meses a 6 años de edad, según consumo semanal de
comida rápida y estado nutricional. Área de influencia del Ambulatorio
“Dr. José María Vargas” – Veragacha, Edo Lara
Marzo – Abril 2010
ESTADO
NUTRICIONAL
CONSUMO SEMANAL DE COMIDA RAPIDA
No consume Bajo Moderado Alto Total
Nº % Nº % Nº % N° % N° %
Déficit 5 19,2 6 10,3 0 ,0 1 16,7 12 12,4
Normal 19 73,1 48 82,8 6 85,7 5 83,3 78 80,4
Exceso 2 7,7 4 6,9 1 14,3 0 ,0 7 7,2
Total 26 100,0 58 100,0 7 100,0 6 100,0 97 100,0
PR: 1,32 (IC: 0,34-5,04)
p=0,68
Del total de 97 niños de 6 meses a 6 años estudiados 26,8%(26) no consume comida
rápida, la mayor frecuencia de consumo fue bajo con 59,8%(58) de los cuales 10,3%
presentó malnutrición por déficit comparado con 16,7% de aquellos con consumo alto. Con
respecto al exceso se apreció en 6,9% de los niños con consumo bajo y 14,3% de los niños
con consumo moderado. Solo 6 niños presentaron alto consumo para esta categoría. No
hubo asociación estadística entre estas variables.
53
CAPÍTULO IV
DISCUSION, CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Se estudió una población de 103 niños de ambos sexos, de los cuales 68,9% fueron
preescolares y 31,1% lactantes; predominó la población del sexo masculino (60,2%). Según
la combinación de indicadores peso/talla, talla/edad y peso/edad 66,0% presentó estado
nutricional normal, 8,7% presentó malnutrición por exceso, 6,8% desnutrición actual, 4,9%
desnutrición crónica y 1,9% desnutrición actual y crónica.
Como se aprecia, según el indicador peso/talla la malnutrición tanto por déficit
como por exceso se presentó en un porcentaje igual (8,7%); esta situación corresponde a
lo que se conoce como transición nutricional, coincidiendo con el estudio llevado a cabo en
Antioquia, Colombia, en donde el porcentaje de malnutrición por exceso ha aumentado de
manera tal que iguala las cifras de malnutrición por déficit, lo que trae como consecuencias
un mayor riesgo de padecer diabetes, resistencia a la insulina, enfermedad cardiovascular,
cáncer, dislipidemias, asma, apnea del sueño, esterilidad, artropatía degenerativa, depresión
y discriminación. Igualmente la malnutrición por déficit puede provocar consecuencias a
corto plazo como la disminución del crecimiento, la maduración, la predisposición a
procesos infecciosos, anemia, deterioro de la función renal, cambios endocrinos y
cardiovasculares; de igual modo las secuelas a largo plazo son de gran magnitud siendo la
talla una de las principalmente afectadas, al igual que el desarrollo intelectual y motor.23
El déficit según el indicador peso/talla en niños menores de 2 años corresponde a
12,5% representando un valor superior a lo reportado por SISVAN en el año 2006 en
Veragacha para niños del mismo grupo etario (7,9%), mientras que en el resto de
indicadores se apreciaron valores inferiores, igualmente la prevalencia encontrada en el
presente estudio resultó inferior que la reportada por SISVAN en todos los indicadores para
el grupo de 2 a 6 años. 13
53
54
Respecto a la malnutrición por exceso, se pudo evidenciar que en el presente estudio
se obtuvo una mayor prevalencia según indicador peso/talla en niños menores de 2 años
(13,8%) al compararlo con los datos registrados por SISVAN (2006) en Veragacha, donde
se evidenció 9,2%, mientras que en el grupo comprendido entre los 2 y 6 años la
prevalencia fue menor para dicho indicador. 13
Comparando las cifras obtenidas por SISVAN en el Municipio Iribarren del Edo.
Lara (2006), el porcentaje de déficit para el indicador talla/edad obtenido en este estudio
fue inferior tanto para los niños menores de 2 años, como para los comprendidos entre 2 y 6
años. En referencia al indicador peso/talla el porcentaje de exceso en menores de 2 años
fue superior al encontrado en dicho registro, en contraste al grupo de 2 a 6 años donde el
porcentaje fue inferior. 13
Así mismo, se demostró que la mayor parte de la población estudiada se encontraba
en el estrato IV, evidenciándose una tendencia al aumento porcentual de malnutrición por
déficit a medida que el estrato socio económico era más bajo. Aunque no hubo asociación
estadística entre ambas variables, posiblemente por escaso número de individuos en
algunos estratos, numerosos reportes han demostrado que las condiciones de vida y los
riesgos de orden social y económico en los estratos sociales más bajos, afectan
directamente la nutrición de lactantes y preescolares.44
Entre otros estudios que obtuvieron resultados similares a esta investigación se
encuentra el realizado por Saavedra I. (2005) en el Ambulatorio Nuevo Barrio, Edo. Lara,
en lactantes y preescolares, dónde se estableció una relación entre el ingreso familiar como
factor de riesgo para el estado nutricional. Al igual que los hallazgos reportados por Anzola
A y cols. (2005), en preescolares de la Unidad Educativa “Alberto Ravel” área de
influencia del Ambulatorio tipo II “Ramón E. Gualdrón”, quienes también apreciaron un
aumento del porcentaje de desnutrición en estratos socioeconómicos más bajos. Del mismo
modo la investigación realizada en Valencia, Venezuela (2009) por Acuña I y cols.,
reportó un aumento de la malnutrición por déficit en el estrato IV y V.12, 16, 17
55
La mayoría de lactantes y preescolares estudiados perteneció al grupo de madres
entre 20 y 30 años, observándose una tendencia al aumento de la normalidad a medida que
la edad de la madre aumenta y un incremento de la malnutrición por exceso, a medida que
la edad disminuye, aunque no hubo asociación estadística entre las variables. La
malnutrición por déficit tuvo una distribución similar en toda la población estudiada con
respecto a los diferentes grupos de edad de la madre.
Similares resultados reportó el estudio realizado por Echeverria J y cols. (2006) en
lactantes del Ambulatorio Nuevo Barrio, encontrándose un aumento porcentual de
sobrepeso en niños de madres adolescentes (18,7%) a diferencia de los individuos que eran
hijos de madres no adolescentes (12,2%), la malnutrición por déficit en este estudio si
presentó diferencias siendo mayor en los hijos de madres adolescentes.18
La mayoría de las madres no trabajaba fuera del hogar; se demostró una
prevalencia mayor de malnutrición por déficit entre los niños de madres que trabajaban
fuera del hogar, aunque no hubo relación estadística entre los factores estudiados. Es
importante destacar que una de las razones por la cual quizás no hubo asociación estadística
entre estas variables es que si bien el trabajo de la madre fuera del hogar representa un
riesgo potencial para desnutrición, otras variables no consideradas en este estudio pudieron
confundir los resultados, tales como: tipo de trabajo de la madre, ingreso familiar, trabajo
de ambos padres y nivel educativo de la madre.
Con respecto al tipo de lactancia recibida por niños de 1 a 5 meses (6), se apreció un
mayor consumo de lactancia materna predominante y mixta, haciendo notar que solo un
(1) niño practicaba LME, no se estudió la relación entre las variables debido al bajo
número de individuos estudiados en dicha categoría.
En el grupo de niños de 6 meses a 6 años, 41,2% recibió lactancia materna exclusiva
hasta los 6 meses, se apreció una tendencia al aumento de malnutrición por déficit en
56
aquellos individuos que recibieron lactancia materna exclusiva por menos de 6 meses
(14,0%), sin diferencias en cuanto a malnutrición por exceso.
Se ha evidenciado que las prácticas alimentarias referentes al tipo de lactancia y
duración de la misma, están asociadas con el estado nutricional de los individuos,
estableciendo que su consumo exclusivo durante los primeros 6 meses de vida y su
continuación hasta los 2 años tiene repercute de manera positiva en el estado nutricional;
cabe destacar que las cifras arrojadas con respecto a la LME por 6 meses o más, fueron
mayores a las observadas en las estadísticas nacionales, ya que por medio de la información
recopilada por CONALAMA se evidencia que 27% de niños en Venezuela recibe LME
hasta los 6 meses, siendo la expectativa 75% de los niños. 32
Dentro de este orden de ideas, González Y y cols. (2009), estudiaron 103 lactantes,
4,9 % presentó desnutrición, de los cuales 60% no recibió LME hasta los 6 meses. Es
preciso destacar que los beneficios de la LME en los primeros meses de vida son
incontables, resaltando la disminución de enfermedades diarreicas infecciosas, infecciones
respiratorias y otitis media. También se ha observado que disminuye el riesgo de presentar
enfermedades crónicas como la obesidad, diabetes y cáncer. Favorece un buen desarrollo
psicomotor y un bajo riesgo de hipertensión arterial, atopias y enfermedad de Crohn; por lo
que no se recomienda una ablactación precoz. Si bien la lactancia materna se recomienda
como único alimento en niños menores de 6 meses, para los niños mayores se hacen
necesarios diferentes alimentos que deben ser incorporados a la dieta de manera
estructurada, manteniendo la lactancia hasta los 2 años. 19, 30,31
En cuanto a la relación del estado nutricional con la edad de ablactación, el
porcentaje de niños con diagnóstico nutricional normal fue similar entre los niños
ablactados antes de los 6 meses y después de los 6 meses, no hubo asociación estadística
entre estas variables. A diferencia de los resultados obtenidos en el trabajo realizado en el
Hospital J.M. de los Ríos, por Vera L y cols. (2005), dónde se encontró relación entre la
inclusión precoz de alimentos, leche de vaca y la obesidad infantil. 25
57
Con respecto a la diversidad mínima alimentaria en niños de 6 a 23 meses, solo 1
niño no la cumplió. Mas el cumplimiento de este indicador no garantiza el consumo diario
adecuado de los distintos grupos de alimentos como las frutas, vegetales o lácteos. Por su
parte todos los niños cumplieron con la frecuencia mínima de comidas.
La mayoría de los niños de 2 a 6 años, recibió de 3 a 4 comidas al día (63,4%). No
se encontró asociación estadística con el estado nutricional. Resultados similares
concluyeron Arteta A y cols., en su estudio en el 2009 en el Barrio San Francisco, dónde de
un total de 112 escolares y preescolares estudiados, 83,0% recibía entre 3 y 4 comidas al
día, la asociación con el estado nutricional no fue estudiada. 20
Con respecto al consumo semanal por grupos de alimentos en niños de 2 a 6 años,
resaltó que 16,9% de los niños consumía lácteos con una frecuencia de 4 o menos veces a la
semana, siendo esperado un consumo diario para la totalidad de los niños; lo mismo se
evidenció con respecto al consumo de frutas y vegetales de ambas categorías ya que el
consumo diario de los mismos solo era realizado por 43,6% de los niños en el caso de
aquellos ricos en vitamina A y de 26,8% en el resto de ellos. Otro factor de riesgo se
evidenció en 19,7% de los niños los cuales ingerían carne solo 2 veces por semana o
menos.
Así mismo, Arteta A y cols., concluyeron que un porcentaje (17,0%) de la
población estudiada no presentó consumo diario de lácteos, un bajo porcentaje cumplió con
las expectativas para el consumo de frutas y hortalizas y aproximadamente la mitad de los
niños estudiados consumieron carne 3 o menos veces por semana, lo que concuerda con los
resultados obtenidos en este trabajo. 20
Por último en niños de 6 meses a 6 años con respecto a los hábitos de alimentación
poco saludables, se observó que 15,4% de los niños presentó consumo moderado y alto de
gaseosas, 67,0% de golosinas y 13,4% de comidas rápidas, lo que representa un factor de
riesgo para obesidad y las patologías asociadas puesto que los hábitos nutricionales
58
practicados durante la niñez son prolongados hasta la edad adulta, cuando se hace
manifiesto las consecuencias de las prácticas poco saludables; además se ha asociado el alto
consumo de golosinas con la presencia de caries dentales. Aunque no hubo asociación entre
las variables estudiadas con el estado nutricional posiblemente los riesgos se expresen a
largo plazo.
Así mismo, según el estudio realizado por Arteta A y Cols., 3,6% consumió
comidas rápidas y 37,5% consumió gaseosas 5 veces o más a la semana, apreciándose un
menor consumo de comidas rápidas y un mayor consumo de gaseosas al compararlo con
este estudio; tampoco encontraron asociación estadística entre estas variables. 20
En conclusión, 66,0% de los niños estudiados presentaron estado nutricional
normal. Se encontró malnutrición en 22,3% de los niños según la combinación de
indicadores; de acuerdo al indicador peso/talla la prevalencia de déficit fue igual al exceso
(8,7%), el déficit para el indicador talla/edad fue 6,8 %. El estrato socioeconómico
predominante fue el IV (77,7 %), el cumplimiento de la LME hasta los 6 meses fue mayor a
las estadísticas nacionales (41,2%). La mayoría de los niños de 6 a 23meses cumplía con la
diversidad mínima alimentaria, la frecuencia mínima de comidas y la frecuencia mínima de
tomas de leche para niños no amamantados. El grupo de alimentos consumidos con mayor
frecuencia en los niños de 2 a 6 años fueron los lácteos sin embargo, un porcentaje
importante los consumía 4 o menos veces por semana (16,9 %). El consumo diario de frutas
y vegetales fue bajo. Se reportó un alto consumo de golosinas en un gran porcentaje de la
población al igual que las comidas rápidas.
En vista de los hallazgos obtenidos en esta investigación se hacen las siguientes
recomendaciones orientadas a todas las personas e instituciones que se ven comprometidas
en el estado nutricional actual de esta población y en la resolución de los problemas y
riesgos identificados.
59
A las familias:
Por ser el ente inmediato facilitador de la alimentación de los niños en las edades
estudiadas se recomienda la búsqueda de información pertinente por parte de padres y
madres a manera de orientar correctamente la alimentación de sus hijos, constituyéndose en
un ejemplo que forjará los hábitos alimenticios que practicarán por el resto de sus vidas.
Dentro de las estrategias educativas se plantea acudir a la consulta médica de niño
sano dónde el facultativo podrá aclarar dudas y dar modelos adecuados para la alimentación
del niño según su edad.
Puntualmente se recomienda disminuir el consumo de golosinas, gaseosas y
comidas rápidas de la mayoría de los niños, ya que son prácticas ampliamente distribuidas
en la población con repercusiones negativas a corto y a largo plazo.
A la Escuela de Veragacha
Profundizar las estrategias referentes a la educación nutricional, enseñando a los
niños hábitos de alimentación saludable desde temprana edad. Con el fin de captar un
mayor número de niños que se beneficien de esta propuesta, se sugiere motivar la inclusión
escolar y aplicar planes efectivos para la disminución de la deserción.
A los estudiantes de 6to año “A” de Medicina de la UCLA:
Por incluir dentro del pensum de la carrera el trabajo comunitario, se recomienda el
abordaje de la comunidad en el ámbito nutricional por medio de actividades guiadas a
fomentar un cambio de estilo de vida basado en una alimentación sana y balanceada, que se
adecúe a las características económicas de la comunidad; también se recomienda la
formación y manejo de un club de lactancia materna ya que si bien el porcentaje de
60
cumplimiento de lactancia materna exclusiva está por encima del nivel nacional aún no
alcanza el nivel óptimo esperado.
La segunda recomendación es la realización de trabajos de investigación basados en
la implementación de planes educativos en materia nutricional y la evaluación de
resultados, así como la continuidad del estudio del estado nutricional y su relación con
diferentes factores de riesgo no abordados en este trabajo.
Al equipo de salud del ambulatorio “Dr. José María Vargas” de Veragacha:
Se propone la creación de programas de educación por parte de los médicos y
enfermeras del presente centro hacia los usuarios, con respecto a la orientación en todo lo
concerniente a las prácticas alimentarias sanas y adecuadas, explicando su impacto sobre el
estado nutricional; haciendo énfasis en las características y beneficios de la lactancia
materna, la cual presenta una serie de ventajas que deben tenerse en cuenta para motivar a
las madres al amamantamiento y así brindarle al niño una mejor calidad de vida, salud
física y emocional.
Se sugiere al personal de salud del ambulatorio hacer énfasis en la instrucción
acerca de la diversidad y frecuencia de las comidas, como el consumo de por lo menos de 3
veces a la semana de carnes, por sus beneficios y alto contenido de proteínas, aminoácidos
y hierro necesarios para el funcionamiento adecuado del organismo e ingesta diaria de
frutas y verduras, ya que son la fuente fundamental de vitaminas, minerales, fibras y
compuestos bioactivos necesarios para el organismo.
Al Decanato de Ciencias de la Salud:
Profundizar la enseñanza a los estudiantes acerca de la necesidad de impartir
modelos de alimentación sanos a la comunidad, debido a los incontables beneficios del
61
cumplimiento de los mismos en materia de salud, permitiendo formar médicos capaces de
proveer la educación necesaria a las comunidades dónde laboren.
Al Instituto Nacional de Nutrición:
Vigilancia y registro permanente del estado nutricional de la población, ampliando
la cobertura del mismo en la zona. Otra recomendación es la actualización frecuente de las
estadísticas puesto que los datos disponibles datan del 2006.
Al Ministerio del Poder Popular para la Salud
Se sugiere la creación e implementación de programas de salud orientados al
diagnóstico y educación nutricional constante.
Al Gobierno Regional y Nacional
En vista del predominio del estrato socioeconómico IV se confirma la prevalencia
de pobreza por lo que es indispensable implementar medidas orientadas a la erradicación de
la misma, también la realización de mercados populares en la comunidad de manera que
sean accesibles los diversos grupo de alimentos a precios solidarios, esperando mejorar la
calidad de vida y el estado nutricional de la población en general.
62
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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embarazadas. Ambulatorio urbano tipo I “Nuevo Barrio” Barquisimeto. Estado
Lara. Junio- Dicimebre 2006. Universidad Centrooccidental “Lisandro Alvarado”.
Decanato de Ciencias de la Salud 2006.
40. Departamento de Medicina Preventiva y Social. Diagnóstico de salud de la
comunidad de Veragacha. Parroquia Santa Rosa. Municipio Iribarren. Edo Lara.
2007 Julio. Universidad Centro Occidental “Lisandro Alvarado” Decanato de
Ciencias de la Salud 2007.
67
41. Espinoza I. Guía Práctica para la evaluación antropométrica del crecimiento,
maduración y estado nutricional del niño y adolescente. AVPP 1998; 61(1): 20-10.
42. Hernández, Henriquez, G. Diagnóstico presuntivo. Evaluación antropométrica:
indicadores peso/talla, talla/edad y peso/edad. Guía para La interpretación
combinada. AVPP 2004; 67(1):23-12.
43. Méndez Castellano H, Méndez M. Sociedad y estratificación. Método Graffar-
Méndez Castellanos. Fundacredesa. Caracas 1994.
44. Díaz N, Páez M, Solano L. Situación nutricional por estrato social en niños
escolarizados venezolanos. ACV 2002; 53(4):284-5.
69
ANEXO 1.
Solicitud de autorización a la coordinación del Ambulatorio
tipo I “Dr. José María Vargas”.
70
Barquisimeto, 11 de febrero de 2010.
Ambulatorio tipo I “Dr. José María Vargas”
Dra. Romero.
Presente.
Reciba un cordial saludo. Nos dirigimos a usted, en esta oportunidad para solicitarle
su autorización para la utilización de las áreas de la institución los viernes en horario de
8:00am a 12:00pm durante los meses Marzo y Abril, para la recolección de información
para el proyecto de investigación titulado: Estado nutricional y factores de riesgo de
lactantes y preescolares. Área de influencia del ambulatorio tipo I “Dr. José María Vargas”,
Veragacha, municipio Iribarren, Barquisimeto Enero-Mayo 2010, seria un honor contar con
su ayuda.
Esperando su satisfactoria respuesta, se despiden
________________ _________________ _________________
Br. Giuseppe Albano Br. Cristóbal Araujo Br. Víctor Figueredo
__________________ _________________
Br. Ma Gabriela Torres Br. Isabella Vallenilla
71
ANEXO 2.
Solicitud de autorización al consejo comunal de Veragacha, Barquisimeto,
municipio Iribarren, parroquia Santa Rosa.
72
Barquisimeto, 11 de febrero de 2010
Consejo comunal de Veragacha.
Presidente del consejo comunal.
Presente.
Reciba un cordial saludo. Nos dirigimos a usted en esta oportunidad para informarle
y solicitarle su colaboración, en la convocatoria de las madres de niños menores de 6 años
de cada uno de los sectores pertenecientes a la comunidad de Veragacha, parroquia Santa
Rosa, municipio Iribarren con el fin de realizar una reunión informativa, cuya fecha y lugar
podríamos acordar, sobre el proyecto de investigación titulado: Estado nutricional y
factores de riesgo de lactantes y preescolares. Área de influencia del ambulatorio tipo I “Dr.
José María Vargas”, que se llevará a cabo durante los meses Marzo- Abril del año 2010.
Seria un honor contar con su colaboración.
Esperando su satisfactoria respuesta, se despiden
________________ _________________ _________________
Br. Giuseppe Albano Br. Cristóbal Araujo Br. Víctor Figueredo
__________________ _________________
Br. Ma Gabriela Torres Br. Isabella Vallenilla
73
ANEXO 3. Instrumento de recolección de datos.
Republica Bolivariana de Venezuela.
Ministerio de educación Superior.
Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado.
Decanato de Ciencias para la Salud.
Departamento de Medicina Preventiva y Social.
Encuesta:
La siguiente es una encuesta dirigida, la cual es confidencial, con el objetivo de
identificar los factores de riesgo asociados al estado nutricional en lactantes y preescolares.
Área de influencia del ambulatorio urbano tipo I “Dr.José maría Vargas” Veragacha,
Barquisimeto, Edo. Lara. Por lo agradecemos de antemano su colaboración.
PARTE I: DATOS DE IDENTIFICACION:
N°_______
Nombre y Apellido del representante legal:
Madre: _________________________________. 1. Edad de la madre: _____
Padre: _________________________________.
Nombre y Apellido del niño (a):
______________________________________________________.
Dirección y teléfono
_______________________________________________________
Fecha de nacimiento: ______________. 2. Edad (años y meses) : ________.
3. Sexo: M__ F__
74
PARTE II: ESTADO NUTRICIONAL:
PESO_____Kg. TALLA: ______cm
Peso/talla_______ Talla/edad________ Peso/edad__________
4. DIAGNOSTICO NUTRICIONAL:
____________________________________________.
PARTE III: ESTRATO SOCIOECONÓMICO:
5. Profesión del jefe de la familia:
o Profesión universitaria (1pto) ___.
o Profesión técnica superior (2 Pts) ___.
o Empleados sin profesión universitaria, técnicos medios, o pequeños
comerciantes (3 Pts.) ___.
o Obreros especializados (4 Pts.) ___.
o Obreros no especializados (5 Pts.).
6. Grado de instrucción de la madre:
o Universitaria (1 Pto.) ___.
o Técnico superior (2 Pts.) ___.
o Técnico medio o secundaria incompleta (3 Pts.) ___.
o Primaria o alfabeta (4 Pts.) ___.
o Analfabeta (5 Pts.) ___.
7. Fuentes de Ingresos:
o Fortuna heredada o adquirida (1 pto.) ___.
o Ganancias u honorarios profesionales (2 Pts.) ___.
75
o Sueldo mensual (3 Pts.) ___.
o Sueldo a destajo o por día (4 Pts.) ___.
o Donaciones (5 Pts.) ___.
8. Condiciones de la vivienda:
o Vivienda con ambientes de gran lujo (1 Pto.)___.
o Vivienda con suficientes espacios y con lujo sin exceso (2 Pts.) ___.
o Vivienda con buena condición sanitaria y ambientes reducidos (3 Pts.) ___.
o Vivienda con deficiencia de condiciones sanitarias (4 Pts.) ___.
o Rancho o vivienda en condiciones inadecuadas (5 Pts.) ___.
ESTRATO SOCIOECONOMICO: ___________________
9. Trabajo de la madre fuera del hogar: SI _____ NO _____
En caso de responder no, pase a la pregunta 11.
10. N° Horas de la madre fuera de casa:_______
PARTE IV: HABITOS ALIMENTICIOS:
Para niños menores de 6 meses:
11. ¿Qué alimento (s) recibió el día de ayer?
Lactancia Materna
Exclusiva
Lactancia Materna
predominante
Lactancia Mixta Lactancia Artificial
Para niños mayores de 6 meses:
12. En caso de no recibir leche materna, ¿Cuántas veces al día ingiere leche? (Solo para
niños hasta 23 meses)
76
13. ¿Hasta qué edad el niño(a) recibió lactancia materna exclusiva?
14. ¿El niño ha recibido algún alimento diferente a la leche? De ser afirmativa la respuesta
¿A qué edad lo(s) recibió?
15. ¿Hasta qué edad el niño(a) recibió lactancia materna?
Para niños de 6 a 23 meses:
16. ¿Qué alimentos consumió el día de ayer el niño (a)?
Cereales, raíces, tubérculos
Legumbres y nueces
Lácteos
Carnes
Huevo
Frutas, verduras ricas en vitamina A
Otras frutas y verduras
DIVERSIDAD MINIMA ALIMENTARIA: SI____ NO_____
17. ¿Cuántas comidas recibe el niño (a) al día? (incluyendo meriendas)
FRECUENCIA MINIMA ALIMENTARIA: SI____ NO_____
Para niños de 2 a 6 años:
18. Diga ¿Cuántas veces a la semana consume el niño (a) los siguientes grupos de
alimentos?
ALIMENTOS 2 VECES O
MENOS
3-4 VECES 5-6 VECES 7 VECES
O MÁS
Cereales, raíces,
Tubérculos
Legumbres y nueces
Lácteos
Carnes
77
Huevo
Frutas, verduras ricas en
vitamina A
Otras frutas y verduras
19. ¿Cuántas comidas recibe el niño (a) al día? (incluyendo meriendas)
Para niños de 6 meses a 6 años:
20. ¿Cuántas veces a la semana consume gaseosas?
21. ¿Cuántas veces a la semana consume golosinas?
22. ¿Cuántas veces a la semana consume comidas rápidas?
ANEXO 4. Tablas Antropométricas OMS.
87
ANEXO 5. Guía para la interpretación combinada de variables antropométricas por
Hernández y Henriquez G.
88
ANEXO 6. Método de estratificación social Graffar-Méndez-Castellano.
1. Profesión del jefe
familiar.
o Profesión universitaria. 1
o Profesión técnico superior. 2
o Empleados sin profesión
universitaria, técnicos medio,
o pequeños comerciantes.
3
o Obreros especializados. 4
o Obreros no especializados 5
89
2. Grado de instrucción
de la madre.
o Universitaria 1
o Técnico superior. 2
o Técnico medio o secundaria
incompleta.
3
o Primaria o alfabeta. 4
o Analfabeta. 5
3. Principal fuente de
ingreso familiar.
o Fortuna heredada o adquirida 1
o Ganancias u honorarios
profesionales
2
o Sueldo mensual 3
o Sueldo a destajo o por día. 4
o Donaciones 5
4. Condiciones de la vivienda
o Vivienda con ambientes de
gran lujo, optimas
condiciones sanitarias.
1
o Vivienda con suficientes
espacios y con lujo sin
exceso, optimas condiciones
sanitarias
2
o Vivienda con buenas
condiciones sanitarias pero con
ambientes reducidos.
3
o Vivienda con deficiencia de
condiciones sanitarias
4
o Rancho o vivienda en
condiciones sanitarias
inadecuadas.
5
Estrato Puntaje.
Estrato I 4,5,6
Estrato II 7,8,9
Estrato III 10,11,12
Estrato IV 13,14,15,16
Estrato V 17,18,19,20
ANEXO 7. Modelo resumido de indicadores de alimentación. OMS, USAID, UNICEF,
IFPRI.
Variable Indicadores.
1. Lactancia materna exclusiva o Proporción de niños que son
amamantados exclusivamente con
leche materna.
90
o Permite el consumo de suero oral,
jarabes: vitaminas, minerales o
medicina.
o Basados en la recolección de datos
del día anterior.
2. Lactancia materna predominante.
o Proporción de niños que reciben leche
materna
o Permite alimentos semisólidos o
sólidos.
3. Frecuencia de tomas de leche para
niños que no reciben leche materna.
o Proporción de niños no amantados de
6- 23 meses de edad que reciben al
menos 2 tomas de leche al día
(incluyen productos lácteos líquidos:
leche artificial, leche de vaca u otra
leche de origen animal)
4. Diversidad mínima alimentaria
o Proporción de niños de 6- 23 meses
de edad que reciben alimentos de 4 o
más grupos alimenticios.
o Corresponde tanto para niños
amantados o no amamantados.
5. Frecuencia mínima de comidas.
o Proporción de niños amamantados o
no amamantados de 6- 23 meses de
edad que recibieron alimentos
sólidos, semisólidos o suaves en un
número mínimo de veces o más.
o Mínimo se define como:
*2 veces al día para niños
amamantados de 6 a 8 meses.
* 3 veces al día para niños
amamantados de 9 a 23 meses.
* 4 veces al día para niños no
amamantados de 6 a 23 meses.
o Incluyen comidas o refrigerios/
meriendas.
ANEXO 8. Carta de solicitud de validación del instrumento
UNIVERSIDAD CENTROCCIDENTAL “LISANDRO ALVARADO”
DECANATO DE CIENCIAS DE LA SALUD “DR. PABLO ACOSTA ORTIZ”
PROGRAMA DE MEDICINA
DEPARTAMENTO DE MEDICINA PREVENTIVA Y SOCIAL
MEDICINA INTEGRAL DEL MEDIO URBANO
91
Barquisimeto, Febrero 2010
Nos dirigimos a usted, en nuestra condición de estudiantes de pregrado del
Decanato de Ciencias de la Salud, de la Universidad Centroccidental “Lisandro Alvarado”
del programa de medicina, en curso de la asignatura de Medicina Integral del Medio
Urbano, en la oportunidad de saludarle y al mismo tiempo solicitar su colaboración en la
validación del instrumento que nos servirá como base para la recolección de los datos
requeridos para llevar a cabo un trabajo de investigación, el cual, llevará por título Factores
de riesgo asociados al estado nutricional en lactantes y preescolares. Área de Influencia del
ambulatorio urbano tipo I “Dr. José María Vargas”. Municipio Iribarren. Veragacha. Edo
Lara. Enero-Mayo 2010, teniendo como asesora y tutora a la Dra. Daisy Pérez y Dra.
Mariela Montilva respectivamente.
Sin más a que hacer referencia y en espera de una positiva respuesta, se despiden
Atentamente:
Br. Giuseppe Albano
Br. Cristóbal Araujo
Br. Víctor Figueredo
Br. Isabella Vallenilla
Br. Maria Torres
Dra. Daisy Pérez
Dra. Mariela Montilva
ANEXO 9. Instrumento de validación.
ITEMS CONGRUENCIA CLARIDAD TENDENCIOSIDAD OBSERVACIONES
92
SI NO SI NO SI NO
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
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15
16
17
18
19
20
21
22
Otras observaciones:
ANEXO 10.
93
Consentimiento Informado
En el ambulatorio tipo I “Dr. José María Vargas” de Veragacha se pretende realizar
el proyecto de investigación que lleva por título: Factores de riesgo asociados al estado
nutricional en lactantes y preescolares. Área de influencia del ambulatorio tipo I “Dr. José
María Vargas”, Veragacha. Municipio Iribarren. Barquisimeto, Enero-Mayo 2010.
Se le invita a participar en un estudio de investigación. Éste estará realizado por los
Bachilleres de 6to año de medicina Albano Giuseppe, Araujo Cristóbal, Figueredo Víctor,
Torres Ma. Gabriela y Vallenilla Isabella. Lea detenidamente la información que se le
suministra a continuación y está en su derecho de preguntar cualquier duda que pueda
tener. No se le solicitará aporte económico, ya que dicho estudio está financiado por los
autores arriba nombrados. Con este estudio se espera implementar medidas para controlar
la malnutrición infantil en lactantes y preescolares.
Consentimiento Válido:
YO________________________________________CI.______________________EDAD
_____________DOMICILIADO EN_____________________________, en pleno uso de
mis facultades mentales y libre de coacciones y violencia alguna, en completo
conocimiento de la naturaleza de esta investigación declaro:
1.- He sido informado de forma objetiva, clara y sencilla por parte las personas que
realizarán este estudio, de todos los aspectos relacionados con el proyecto de investigación
titulado: Factores de riesgo asociados al estado nutricional en lactantes y preescolares. Área
de influencia del ambulatorio tipo I “Dr. José María Vargas”, Veragacha. Municipio
Iribarren. Barquisimeto, Enero-Mayo 2010
2.- Haber sido informado de que mi participación en el proyecto consiste en autorizar a los
autores del trabajo de investigación a evaluar nutricionalmente (pesar y tallar) a mi
representado y contestar de forma oral las preguntas que me hagan en la encuesta que me
suministren.
94
3.- Que la información suministrada a los investigadores será usada con fines académicos
para la determinación de factores de riesgo asociados al estado nutricional en lactantes y
preescolares. Área de influencia del ambulatorio tipo I “Dr. José María Vargas”,
Veragacha. Municipio Iribarren. Barquisimeto, Enero-Mayo 2010
4.- Que se me ha garantizado la confidencialidad relacionada a mi identidad y toda la
información relativa a mi persona.
5.- Mi participación en este estudio no implica riesgos para mí.
6.- Cualquier pregunta que tenga con respecto a este estudio me será respondida por los
responsables del mismo.
7.- Bajo ningún concepto se me ha ofrecido ni pretendo recibir ningún beneficio económico
para mi participación en este estudio.
Declaración del voluntario participante
Una vez leído, comprendido y recibido respuestas a mis preguntas respecto a este
consentimiento informado y por cuanto mi participación en este estudio es completamente
voluntaria, acuerdo:
1.- Aceptar las condiciones estipuladas en el mismo, y autorizar al investigador la
realización del estudio con los fines anteriormente descritos.
2.- Reservarme el derecho de revocar esta autorización, así como mi participación en el
proyecto en cualquier momento que lo decida.
Firma del voluntario_____________________
Nombre y apellido______________________ C.I_______________________
Lugar y fecha_______________________________________________________
95
ANEXO 11. Modelo de grupos de alimentos anexo al instrumento.
Grupo 1: Cereales raíces y tubérculos
Cereales: Maíz, trigo, avena, cebada, arroz.
Raíces y tubérculos: Yuca, papa, ñame, ocumo, apio, zanahoria.
Grupo 2: Legumbres y nueces
Legumbres: Caraotas, lentejas, vainitas.
Nueces: Nueces, almendras, avellanas, maní, pistacho.
Grupo 3: Lácteos
Leche, yoghurt, queso, mantequilla, nata, suero.
Grupo 4: Carnes
Pollo, res, cochino, pescado, vísceras y otros animales.
Grupo 5: Huevos
Principalmente de gallina, en todas sus preparaciones.
Grupo 6: Vegetales y frutas de alto contenido en vitamina A
Tomate, pimentón, lechuga, espinaca y otras hojas verdes, auyama, melón, brócoli,
melocotón, lechosa, mango, naranja, fresa.
Grupo 7: Otras frutas y vegetales:
Manzana, pera, cambur. Cebollas, cebollín, berenjena, pepino, calabacín.