Discurso del General Guderian ante los periodistas
Discurso del General Guderian ante los periodistas
alemanes y extranjeros, en Berln, el 6 de marzo de
1945
(Texto publicado por Cedade )
Desde que por primera vez, pisaron los bolcheviques
suelo alemn, su camino se halla sealado por la
sangre y el horror. Cada da aporta nuevas pruebas
fehacientes sobre los asesinatos, lo daos, los
saqueos y las asolaciones de que son vctimas las
regiones orientales de Alemania, y sobre los horrores
espezlunantes que la soldadesca bolchevique comete con
personas alemanas indefensas.
En los ltimos das y semanas, durante los cuales
los bolcheviques, despus de romper las lneas en
Baranoff, pudieron penetrar profundamente en antiguas
tierras alemanas, los combatientes alemanes del frente
oriental han tenido que soportar el alud de masas
gigantescas de hombres y material. En el curso de
numerosos contrataques, que nos pusieron de nuevo en
posesin de territorios pasajeramente perdidos,
nuestras tropas han descubierto las huellas de los
crmines horripilantes cometidos por los bolcheviques
en personas alemanas, con una bestialidad que nunca se
hubiera credo posible. El espectculo de las mujeres,
nios y ancianos asesinados, se ha grabado
profundamente con caracteres de fuego en el corazn
del soldado alemn. El soldado alemn no olvidar
nunca las lgrimas y los lamentos de las mujeres y de
las muchachas violadas, martirizadas y atormentadas.
Los asesinatos, profanaciones , saqueos y asolaciones
de los bolcheviques (1) en las regiones
orientalesalemanas no tiene ejemplo en la historia
moderna y slo pueden parangonarse con las crueldades
diablicas cometidas en el corazn del Occidente, hace
muchos siglos, por los mogoles, hunos y varos.
Aleccionados por las experiencias en este terreno, no
hemos esperado que en las naciones enemigas o
neutrales se levantara -como en realidad debiera de
ser- una tempestad de indignacin ante este cmulo de
horrores de los bolcheviques. No nos asombra el hecho
de que la sedicente opinin mundial no se haya dado
por enterada, o poco menos, de estos sucesos. La
tentativa, empero, de designar como productos
fantsticos de la propaganda alemana nuestras noticias
sobre los horrores bolcheviques, que, sin embargo, no
constituyen ms que un fragmento mnimo de lo
acontecido realmente, ya que el relato ntegro apenas
sera soportable para la capacidad receptiva del
hombre civilizado, es lo que me ha movido a
presentarme hoy ante ustedes. Les presento a dos
oficiales que, a lo largo de una marcha a pie de 300
kilmetros por territorio alemn ocupado por los
soviets, han podido darse perfecta cuenta, tanto de
los hechos en s, como del carcter sistemtico del
rgimen de terror bolchevique. Ambos han prestado sus
declaraciones bajo juramento, y les informarn a
ustedes a continuacin con todo detalle. Sus
impresiones ganan en significacin por el hecho de que
no se trata de descripciones de horrores cometidos en
un solo lugar, sino que han sido numerosos los
lugares en los que han podido comprobar idntico
proceder de los bolcheviques, es decir, un mtodo
comn a todas las crueldades bolcheviques. Las
declaraciones que estos oficiales les harn a ustedes
demuestran, una vez ms, que nosotros ya sabemos por
innmeros informes oficiales que poseemos: que las
crueldades bolcheviques que se van conociendo ahora
paulatinamente no constituyen sucesos inconexos,
desafueros de solados aislados, tal como se dan
siempre en la guerra y que son siempre penados
severamente en los ejrcitos de un Estado civilizado.
Nos hallamos, ms bien, ante los siguientes hechos
claros:
1- Por medio de una propaganda abundante, realizada
con sistmatismo judo, se ha ido excitando a los
pueblos orientales reunidos en el Ejrcito rojo,
preparndolos para el momento en que los bolcheviques
consiguieran penetrar en Alemania. Por medio de las
ms viles calumnias y tergisersaciones se ha creado
para este momento en los miembros del ejrcito
sovitico una vesania destructiva que , al primer
contacto con personas alemanas indefensas, tena que
conducir y ha conducido a la ms espantosas
crueldades.
2- Adems de esta preparacin intelectual, se di a
los miembros del ejrcito rojo, al comienzo de la
ofensiva sovitica de invierno, en las instrucciones
de sus comisarios y jefes, rdenes inequvocas de
saqueo y asesisanato.Como prueba singular del carcter
sistemtico que reviste la campaa de exterminio
contra el pueblo alemn, del que se ha encargado al
ejrcito sovitico, merece destacarse la orden
sangrienta y rebosante de odio dada a sus tropas por
el comandante en jefe del primer frente en la Rusia
blanca, Zukof, al comienzo de la ofensiva bolchevique
de invierno. Esta orden comienza ya con la expresin,
realmente desacostumbrada en el idoma militar: "Ahora
se trata de dar la puntilla a la alimaa fascista en
su propia guarida."
A continuacin enumera una serie de supuestas
crueldades cometidas por los soladdos alemanes durante
su campaa en la Unin Sovitica.
Yo mismo he combatido en la URSS, y puedo asegurarles
que nunca he visto ni "hornos del diablo", ni "cmaras
de gases", ni ninguno de esos productos de una
fantasa enfermiza. La intencin es evidente: con
estas mentiras palmarias se trata de atizar los
sentimientos de odio de los solados soviticos, de
carcter tan primitivo. Zukof contina diciendo, en
efecto: "Ha llegado la hora de ajustar nuestras
cuentas con la canalla germanofascista. Nuestro odio
es grande abrasador, y nos vengaremos cruelmente (2)
de todo lo pasado.
Con expresiones como "alimaa fascista", "canbales
hitlerianos" y otra expresiones anlogas, atribuye
depus el mariscal de la Unin Sovitica al pueblo
alemn la culpa de las vctimas que los planes de
conquista universal del bolchevismo ha costado a los
pueblos de Rusia, y la amenaza con una venganza
multiplicada; es decir, prcticamnete, con el
exterminio de nuestro pueblo con sus noventa millones
de habitantes.
La orden del da dirigida por el mariscal sovitico a
su Grupo de Ejrcitos al comienzo la la ofensiva de
invierno, representa el documento ms sangriento y
rebosante de odio que haya suscrito jams un soldado.
Todo lo que la soldadesca sovitica comete en
asesinatos, torturas, violaciones y saqueos en el Este
alemn, est de acuerdo con la letra y el espritu de
esta orden y hay que subrayarlo aqu con toda energa.
Es la orden de Mosc, la que se est llevando a cabo.
Mientras que los ejrcitos soviticos se disponen
desde el Este al exterminio del pueblo alemn, tratan
simultneamnete desde el Oeste de dar cima a este plan
lo aviadores asesinos angloamericanos, obedeciendo
rdenes de Londres y Washington.
Al final de su orden del da, dice Zukof: "Nos espera
todava el vencimiento de una encarnizdada resistencia
alemana", "el enemigo luchar con encarnizamiento".
Nosotros, por nuestra parte, no podemos hacer ms que
confirmar esta idea. El soldado alemn del frente
oriental combate con una decisin sin igual; El
espectculo de las mujeres alemanas violadas y
asesinadas, de los nios muertos con crueldad bestial,
de los ancianos y enfermos asesinados, ha despertado
en l una furia indomable y un odio ardiente, tal y
como se expresa en las palabras que, segn se me ha
comunicado, se han convertido en la divisa de la plaza
fuerte de Koenigsberg, teatro hoy de una lucha tan
encarnizada: "Guerra sin cuartel"Venganza" Muerte a
las bestias bolcheviques!"
La vesania destructiva bolchevique, que desata
nuestras provincias orientales, ha puesto a nuestros
soladdos en un estado de mximo furor nacional. El
comabtiente alemn del frente oriental sabe que sta
es la lucha-ltima y decisiva, de la que depende la
subsistencia de nuestro pueblo y de nuestra nacin. Si
l fallara, nuestro pueblo sera exterminado y, por lo
tanto, quedara tambin sentenciada la vida de cada
uno de los individuos que lo componen.El saberlo as
le ha conferido aquella dureza y decisin, sin la cual
nunca pudo rechazarse el alud asitico de la estepa.
Esto soldados alemanes, duros y resueltos a la lucha,
sometidos a prueba en muchas batallas, animados de un
odio ardiente y dispuestos a lo ltimo, nos dan la
orgullosa certeza de que en el Este no slo
detendremos a los ejrcitos bolcheviques, sino que, al
final los haremos retroceder. Queremos recuperar
nuestras provincias orientales, un da tan
florecientes y queremos lieberar de las garras
ensangrentadas de la bestia bolchevique la tierra
alemana del Este.
Con decisin apasionada trabajamos para llegar al
momento en que, en el frente del este, podamos pasar
de nuevo de la defensa al ataque. Mientras tanto no
perdemos los nervios, por muy duras que parezcan las
cargas que sobre nosotros gravitan, porque nos
hallamos penetrados de la fe profunda de que
lograremos provocar ese giro histrico del que el
Frher ha hablado.
Ms all de las fronteras que marca el dolor del
presente, aspiramos con todo el ardor del alma y toda
la pasin del corazn al restablecimiento del Este
alemn. Para ello pondremos en accin todas las
energas del espritu y del cuerpo, sin que nunca
prenda en nosotros el desnimo cobarde, y acordndose
siempre de las hazaas de nuestros antepasados, que
colonizaron estas regiones a lo largo de siglos,
convirtindolas en un floreciente edn alemn, en el
que gentes alemanas se entragaron al trabajo en paz,
libertad y dignidad, pero que, a la vez tambin las
defendieron recobrndolas siempre que las profan la
planta de un conquistador extranjero.
Alemania es un imperio lleno de fuerza; pero tambin
de sentido moral, de cultura y de arte: un pilar del
edificio europeo. Cree Europa que seguir en pie, si
ella misma ayuda a derribar la columna que la
sustenta?.
FIN DEL DISCURSO
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(1) Cmo se ver el General Guderian siempre se
refiere a bolcheviques, no a rusos. Un cosa es el
pueblo ruso y otra bien distinta la rojera asesina y
despiadada, que tambin hizo verdaderas masacres entre
su propio pueblo gracias al angelito de Stalin.
(2) El tiempo, despues, se ha vengado de ese pueblo
hundiendolo en la miseria ms espantosa.Todo gracias
al paraso rojo, de tan grato recuerdo por donde ha
pasado.
-tomado del sitio:
http://usuarios.tripod.es/MEEPN/biblioteca.html