4Instituto Colombianode Bienestar Familiar
Diego Andrs Molano AponteDirector General
Adriana Mara Gonzlez MaxcyclakSubdirectora General
Andrea Bibiana Garca AmadoCoordinadora del Proyecto
Ciudades Prsperas
Comit tcnico de redaccinAdriana Snchez Sierra
Carlos Ivn Garca SurezDiana Isabel Eugenia Ramrez Vargas
Diana Mara Senz Giraldo, Henry Ivn Matallana Torres
Coordinacin editorial Isabel Cristina Quiroga Gmez
Jefe Oficina Asesora deComunicaciones
Grupo Comunicacin Externa
Diagramacin y diseo Oficina Asesora de Comunicaciones
ICBF
ISBNNo. 978-958-623-134-3
EdicinMayo de 2013
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PRESENTACIN 7
SIGLAS 9
INTRODUCCIN 11
OBJETIVO Y ALCANCE DE LA GUA 15
Objetivo 15
Alcance 15
MARCO JURDICO PARA PROMOVER PROCESOS DE PARTICIPACIN 19
MARCO CONCEPTUAL 25
Perspectivas generales 25
Concepto de participacin 27
Participacin significativa, autntica, protagnica 28
Condiciones de un proceso de participacin 34
Por qu es importante promover y generar espacios de participacin de nios, nias y adolescentes? 39
Resultados de la participacin 40
MBITOS Y NIVELES DE PARTICIPACIN 43
mbitos de participacin 43
Ciudadana y democracia 46
Capacidad de agencia de nios, nias y adolescentes 48
Participacin en la gestin pblica 49
Niveles de participacin 51
COMPONENTE METODOLGICO Y PRCTICO 55
Cmo escuchar a nios, nias y adolescentes? 55
Matrices de participacin 56
Espacios de trabajo con primera infancia 58
Instituciones educativas 61
Comunidad y familia 66
Gestin pblica 69
Modelo operativo para promover procesos de participacinen el mbito de la gestin pblica 73
Propuesta de agenda 75
Recursos 83
A MANERA DE INVITACIN 87
BIBLIOGRAFA 91
Cont
enid
o
7E l Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) entiende el derecho a la participacin como la oportunidad que tienen los ciudadanos de influir en la construccin y transformacin del bienestar indi-vidual y colectivo.
La garanta de este derecho permite, de manera indivi-dual y colectiva, a nios, nias y adolescentes1 sentirse parte de una sociedad que los respeta, escucha y se in-teresa por ellos, entendiendo su obligacin de manera corresponsable por su bienestar y proteccin, y de ma-nera colectiva, el Estado al comprometerse con polticas pblicas territoriales que incorporan en todo su ciclo la participacin significativa.
De este modo, el Estado debe de manera continua re-visar, evaluar y ajustar los mecanismos e instrumentos que promuevan y garanticen la participacin de todos los ciudadanos, particularmente la de nios, nias y ado-lescentes.
El ICBF, como rector del Sistema Nacional de Bienestar Familiar (SNBF), propone la Gua para la promocin y la ga-ranta de la participacin de nios, nias y adolescentes como instrumento para que las administraciones municipales y dems instituciones vinculadas al Sistema cuenten con orientacin para adelantar y fomentar procesos de parti-cipacin con esta poblacin.
PRESENTACIN
1. De acuerdo con la Convencin sobre los Derechos del Nio (CDN), la niez cubre a todos los menores de 18 aos, es decir, la primera infancia, la infancia y la adolescencia. En la presente gua se usar los trminos de nios, nias y adolescentes para referirse a las personas que se encuentran en la infancia y la adolescencia.
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9CDN Convencin sobre los Derechos del Nio
ICBF Instituto Colombiano de Bienestar Familiar
IIN Instituto Interamericano del Nio, la Nia y Adolescentes
SNBF Sistema Nacional de Bienestar Familiar
UNICEF Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia
SIGLAS
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Colombia en su Constitucin Poltica se reconoce como un pas democrtico, participativo y plura-lista que promueve el respeto por la dignidad hu-mana, el trabajo conjunto y la solidaridad entre las personas que lo conforman, todo ello con el fin de conformar una sociedad justa, organizada y en paz. As mismo, promueve la garanta de los derechos de nios, nias y adolescentes para su armonioso desarrollo en un ambiente de amor, respeto y alegra dentro de una fami-lia, una comunidad y una sociedad que los respeta, escucha y valora.
La Ley 1098 de 2006 o Cdigo de la Infancia y la Adolescencia hace el llama-do a toda la sociedad para que haga par-te de la promocin y garanta de derechos de nios, nias y adolescentes y reconozca la importancia de su participacin en todos los espa-cios donde ellos interactan, entendiendo que debatir, opinar, concertar, disentir, construir y aportar son todas acciones que contribuyen a la formacin de su perso-nalidad, y les permite formar un criterio y una perspec-tiva sobre su comunidad, ser parte de un grupo, generar sentido de pertenencia con su entorno y garantizar su desarrollo en el pleno ejercicio de sus derechos. Ade-ms, contribuir a cualificar la democracia en cuanto se promueve la participacin y la incidencia del conjunto de la ciudadana.
En este sentido, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar-ICBF ha decidido poner a disposicin de todos los actores sociales la serie editorial Herramientas de participacin la cual buscar facilitar procesos parti-cipativos y orientar acciones para garantizar la parti-cipacin significativa de nios, nias y adolescentes.
INTRODUCCIN
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La presente gua, primera de la serie referida, convoca a todos los actores sociales, particularmente a las autoridades locales, para que asuman compromisos en la construccin colectiva de procesos formativos en torno a la participacin ciudadana de sus nios, nias y adolescentes como seres po-lticos que se interesan por los asuntos pblicos de su comu-nidad. Esto mediante la ruptura de la barrera existente en la que los adultos se consideran nicos responsables de crear alternativas para la infancia y la adolescencia, y del estigma sobre nios, nias y adolescentes como sujetos pasivos sin ninguna participacin en su presente y su futuro.
El mejoramiento de las condiciones de una sociedad es responsabilidad de todas las personas que hacen parte de ella; por tal motivo, a partir de este instrumento se espera aportar a la garanta del derecho a la participacin de la niez y la adolescencia, as como activar y fortalecer las redes de par-ticipacin a partir de la inclusin social y del fomento de la corresponsabilidad.
Reconociendo la importancia de trabajos anteriores res-pecto de la participacin, la presente gua recoge experien-cias nacionales e internacionales implementadas por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el Instituto Interamericano del Nio, la Nia y Adolescentes (IIN) y el Ins-tituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), entre otros. Sea sta la oportunidad para agradecer los aportes del Centro Internacional de Educacin y Desarrollo Humano (CINDE), en la revisin de sta gua.
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Brindar elementos conceptuales y prcticos a las administraciones municipales para que de-sarrollen acciones efectivas que promuevan y garanticen el derecho a la participacin de nios, nias y adolescentes en los m-bitos de atencin a la primera infancia, educativo, familiar y comunitario, y de la gestin pblica.
Esta gua presenta un marco de referencia para el reconocimiento, la promocin y la garanta del dere-cho a la participacin de nios, nias y adolescentes en los mbitos de atencin a la primera infancia, edu-cativo, familiar y comunitario, y de la gestin pblica, a partir de la implementacin de estrategias basadas en elementos tericos y prcticos al alcance de todos los actores sociales, comunitarios e institucionales pre-
Objetivo
Alcance
DE LA GUA
OBJETIVOY ALCANCE
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2. La gua de participacin es una propuesta indicativa que inicialmente ser puesta en marcha en el marco del proyecto de Ciudades Prsperas; sin embargo, puede ser ajustada de acuerdo con las propias dinmicas territoriales para ser implementada en otros municipios tanto en el rea urbana como en el rea rural. As mismo, podr complementarse con el desarrollo de metodologas particulares de participacin asociadas a los otros ejes temticos del proyecto: primera infancia, entornos protectores, hbitos de vida saludable, desarrollo urbano incluyente y justicia restaurativa.
sentes inicialmente en las ciudades vinculadas al proyecto de Ciudades Prsperas de Nios, Nias y
Adolescentes y tambin de los de otros procesos terri-toriales2.
La presente gua es un documento base que debe ser ajustado de acuerdo con la realidad de cada municipio en cuanto a su historia, cultura, experiencias previas y existentes de nios, nias y adolescentes en procesos de participacin, y de realizacin de sus derechos, en consideracin
tanto de la perspectiva de la proteccin inte-gral y de derechos, y el enfoque diferencial.
Comparte contextos y contenidos tiles para alimentar iniciativas locales de participacin como el marco jurdico internacional y nacional, las perspectivas conceptuales, las condiciones a tener en cuenta, las razones que fundamentan la importancia de promover procesos participativos y los resultados esperados de los mismos.
A su vez, seala los mbitos para el ejerci-cio y la promocin de este derecho (espacios de trabajo con primera infancia, educativo, familiar,
comunitario y de gestin pblica); los rasgos de los tres niveles en los que se puede clasificar un municipio en
relacin con el desarrollo de procesos de participacin (bsico, intermedio, avanzado); las actividades sugeridas para cada uno de los actores intervinientes en cada uno de los mbitos referidos: tanto nios, nias y adolescentes como personas adultas; y el mo-delo operativo para poner en prctica el proceso de participacin en la gestin pblica, mbito en el que se hace un especial nfasis.
Es importante aclarar que las actividades tiene un carcter me-ramente enunciativo, mediante la propuesta de campos temticos y tcnicas pertinentes para el desarrollo de actividades grupales en cada mbito, segn los actores especficos implicados y el nivel de desarrollo de la participacin del municipio3, pero que esta gua no incluye las pautas metodolgicas para el desarrollo en detalle de cada actividad sugerida pues ellas constituirn una gua que se desarrollar mediante un proceso complementario en el marco del proyecto Ciudades Prsperas de Nios, Nias y Adolescentes.
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A continuacin se expone el marco jurdico y normativo nacio-nal e internacional que fundamenta el ejercicio y la garanta del derecho a la participacin de nios, nias y adolescentes en Colombia:
3. Siempre y cuando se busque el cumplimiento de los logros esperados por cada actor en cada mbito, las tcnicas pueden ser cambiadas o enriquecidas para responder a las caractersticas del contexto y los actores locales.4. El marco jurdico y normativo fue tomado del documento Seis Claves. Participacin de nias, nios y adolescentes y jvenes (Mesa Nacional de Participa-cin de Nios, Nias, Adolescentes y Jvenes, 2008).
Marco normativo Descripcin
Convencin sobre los Derechos del Nio.
1989
Artculo 12. Se reconoce el derecho de nios, nias y adolescentes, que estn en condiciones de formarse un juicio propio, a expresar libremente sus opiniones en todos los asuntos que les afecten, y a tomarlas en cuenta en funcin de su edad y madurez.
Artculo 13. Proclama el derecho a la libertad de todas las formas de expre-sin de nios, nias y adolescentes.
Artculo 14. Nios, nias y adolescentes tienen derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religin.
Artculo 15. Nios, nias y adolescentes tienen derecho a la libertad de asociacin y de celebrar reuniones pacficas.
PROCESOSDE PARTICIPACIN
MARCO JURDICO PARA PROMOVER
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Observacin general No 7 del Comit de
Derechos Humanos a la Convencin sobre
los Derechos del Nio (1 de noviembre de
2005)
Artculo 14. Respeto a las opiniones y sentimientos de los nios pequeos. Se establece en el artculo 12 de la Convencin que nios, nias y adolescen-tes tienen derecho a expresar sus opiniones libremente en todos los asuntos que los afectan y de ser tenidos en cuenta. Este derecho los refuerza en la condicin de participantes activos en la promocin, proteccin y vigilancia de sus derechos. El respeto por la capacidad de agencia de infantes y adolescen-tes como participantes en sus familias, sus comunidades y la sociedad es frecuentemente pasado por alto. En muchos pases y regiones las creencias tradicionales han considerado a nios, nias y adolescentes como poco desa-rrollados, carentes incluso de capacidades esenciales para la comprensin, la comunicacin y la toma de decisiones. Han sido impotentes en sus familias, y a menudo mudos e invisibles en la sociedad. El Comit desea hacer hincapi en que el artculo 12 aplica tanto a los pequeos como a los mayores. Como titulares de los derechos, incluso los nios ms pequeos tienen derecho a expresar sus opiniones, que deberan tenerse debidamente en cuenta en funcin de la edad y madurez del nio (art. 12.1). Los nios pequeos son muy sensibles a su entorno y adquieren con rapidez comprensin de las personas, lugares y rutinas que forman parte de su vida, adems de con-ciencia sobre su propia identidad. Pueden hacer elecciones y comunicar sus sentimientos, ideas y deseos de mltiples formas, mucho antes de que sean capaces de comunicarse a travs de las convenciones del lenguaje hablado o escrito. A este respecto:
A) El Comit alienta a los Estados a que adopten todas las medidas apro-piadas para garantizar que el concepto del nio como titular de los dere-chos, con libertad para expresar su opinin y derecho a ser consultado en los asuntos que le afecten, se llevan a cabo de acuerdo con las capacidades de nios, nias o adolescentes, teniendo en cuenta el inters superior y los derechos a la proteccin. B) El derecho a expresar opiniones y sentimientos debe estar anclado en la cotidianidad de nios, nias y adolescentes, en el hogar (incluyendo, en su caso, la familia ampliada) y en su comunidad; dentro de la gama com-pleta de la atencin de la salud de la primera infancia, y los servicios de educacin, as como en el procedimiento legal, y el desarrollo de polticas y servicios, en particular mediante la investigacin y la consultas.C) Los Estados Partes deben adoptar todas las medidas apropiadas para promover la participacin activa de padres, profesionales y auto-ridades responsables en la creacin de oportunidades para que nios, nias y adolescentes puedan ejercer progresivamente sus derechos en las actividades cotidianas en todos los entornos pertinentes, inclusive proporcionando capacitacin en relacin con las aptitudes necesarias, en particular mediante la enseanza de las habilidades necesarias. Para lograr el pleno ejercicio del derecho de participacin es preciso que los adultos adopten la actitud de escuchar a nios, nias y adolescentes, respetando su dignidad y sus puntos de vista individuales. Tambin se requiere que los adultos sean pacientes y creativos adaptando sus ex-pectativas a los intereses de la niez y la adolescencia, a sus niveles de comprensin y formas de comunicacin preferida.
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Constitucin Poltica de Colombia. 1991
Artculo 2. El Estado debe facilitar la participacin de todas las personas en las decisiones que los afectan en la vida econmica, poltica, adminis-trativa y cultural de la nacin.
Artculo 40. Consagra el derecho de todos los ciudadanos a participar en la formacin, ejercicio y control del poder poltico.
Artculo 44. Define como uno de los derechos fundamentales de nios, nias y adolescentes la libre expresin de su opinin y asigna al Estado, la sociedad y la familia la obligacin de concurrir en su garanta.
Artculo 45. Establece que el Estado y la sociedad deben garantizar la participacin activa de los jvenes en los organismos pblicos y privados que tengan a su cargo su proteccin, educacin y progreso.
Artculo 340. Seala que los adolescentes y jvenes pueden ejercer su derecho a la participacin en el Consejo Nacional de Planeacin, el cual se constituye en un foro de discusin del Plan Nacional de Desarrollo.
Ley 1098 de 2006 o Cdigo de la Infancia y
la Adolescencia
Artculo 31. Derecho a la participacin. Nios, nias y adolescentes tie-nen derecho a participar en las actividades que se realicen en la familia, las instituciones educativas, las asociaciones, los programas estatales, de-partamentales, distritales y municipales que sean de su inters. El Estado y la sociedad propiciarn su participacin activa en organismos pblicos y privados que tengan a cargo la proteccin, cuidado y educacin de la infancia y la adolescencia.
Artculo 32. Derecho de asociacin y reunin. Nios, nias y adolescen-tes tienen derecho de reunin y asociacin con fines sociales, culturales, deportivos, recreativos, religiosos, polticos o de cualquier otra ndole, sin ms limitacin de las que impone la ley, las buenas costumbres, la salu-bridad fsica o mental y el bienestar del menor.
Artculo 34. Derecho a la informacin. Nios, nias y adolescentes tienen derecho a buscar, recibir y difundir informacin e ideas a travs de los dis-tintos medios de comunicacin de que dispongan.
Ley 115 de 1994 o Ley General de Educacin
Establece los mecanismos de participacin en el mbito escolar a travs de los personeros estudiantiles y de la participacin estudiantil en el gobierno escolar, en el cual deben considerarse las iniciativas de toda la comunidad educativa, incluyendo las de estudiantes, en aspectos tales como la adopcin y verificacin del reglamento escolar, la organizacin de las actividades sociales, deportivas, culturales, artsticas y comunita-rias, la conformacin de organizaciones juveniles y dems acciones que redunden en la prctica de la participacin democrtica en la vida escolar. Los personeros estudiantiles, por su parte, son estudiantes del ltimo grado que ofrezca el establecimiento educativo, que actan en represen-tacin del estudiantado y como promotores de sus derechos y deberes.
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Decreto Reglamentario 1860
de 1994
Promueve, protege y defiende los derechos humanos de nios, nias y adolescentes en el espacio escolar, y seala los mecanis-mos a utilizar para promover y defender los derechos estudian-tiles. Desarrolla la figura de las y los personeros estudiantiles, quienes tienen la funcin de promover, proteger y defender los derechos humanos estudiantiles en el espacio escolar, donde reci-ben, evalan y dan curso a las quejas cuando sienten que se estn vulnerando sus derechos. Tramitan ante el Consejo Directivo de los colegios las inquietudes encaminadas a defender y promover los derechos estudiantiles.
Ley 1622 de 2013 o Estatuto de Ciudada-
na Juvenil
Establece dentro del Sistema Nacional de las Juventudes, el Sub-sistema de Participacin de las Juventudes, constituido por el conjunto de actores, instancias, mecanismos, procesos y agendas propias de los y las jvenes, y sus procesos y prcticas organiza-tivas; se constituyen de conformidad con el principio de autono-ma. Este Subsistema incluye Consejos de Juventud, Plataformas de las Juventudes y Asambleas Juveniles.
Los Consejos de Juventud son mecanismos autnomos de partici-pacin, concertacin, vigilancia y control de la gestin pblica e interlocucin de los y las jvenes en relacin con las agendas de las juventudes, ante la institucionalidad pblica, en los mbitos nacional, departamental, distrital, municipal y local.
Las Plataformas de las Juventudes son escenarios de encuentro, articulacin, coordinacin y concertacin de las juventudes, de carcter autnomo asesor. Por cada ente territorial municipal, distrital y local deber existir una plataforma, la cual ser confor-mada por un nmero plural de procesos y prcticas organizativas, as como por espacios de participacin de los y las jvenes.
Las Asambleas Juveniles son el mximo espacio de consulta del movimiento juvenil del respectivo territorio. En ste tienen presencia todas las formas de expresin juvenil, tanto asociadas como no asociadas.
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Por orientar la accin del ICBF, tanto el Proyecto Ciudades Prsperas de Nios, Nias y Adolescentes como la presente Gua para la promocin y la garan-ta de la participacin de nios, nias y adolescentes, comparten las siguientes perspectivas generales:
CONCEPTUALMARCO
Perspectivasgenerales
Perspectiva de derechos
En el marco de los principios generales de los Derechos Humanos: universalidad, exigibilidad, in-divisibilidad, progresividad y diversidad, conlleva al reconocimiento de nios, nias y adolescentes como su-jetos titulares de derechos civiles, polticos, econmicos, sociales y culturales y del Estado como garante de tales derechos.
El enfoque de Derechos Humanos apunta esencial-mente a otorgar poder a las personas por la va del reco-nocimiento de derechos. Una vez introducido este con-cepto en el contexto de la adopcin de polticas el punto
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de partida para formular una poltica ya no es la existen-cia de ciertas poblaciones que tienen necesidades insatis-fechas, sino fundamentalmente la existencia de personas que tienen derechos que pueden exigir o demandar, esto es, atribuciones que dan origen a obligaciones jurdicas para otros, y por consiguiente, al establecimiento de me-canismos de tutela, garanta o responsabilidad.
Respecto de los nios, nias y adolescentes esta pers-pectiva permite visibilizar a cada uno y cada una como sujeto integral, concreto y particular, y como ciudadano cuyos derechos deben ser garantizados gracias a un con-junto de acciones en el que todos los grupos y sectores de la sociedad tienen un rol que jugar.
Esta perspectiva se liga, entonces, a la nocin de corresponsabilidad, segn la cual el Estado y la socie-dad deben propiciar conjuntamente la participacin de nios, nias y adolescentes en articulacin con las en-tidades responsables de la garanta de los derechos, la prevencin de su vulneracin, su proteccin y restableci-miento, en los mbitos nacional, departamental, distrital, municipal, y resguardos o territorios indgenas.
Es un imperativo tico en las polticas p-blicas y en las acciones institucionales, que interacta con la ciudadana a partir del reconocimiento de su diversidad. Es decir,
apuesta a una ciudadana desde la diferencia en escenarios de una democracia participativa,
de inclusin igualitaria de ciudadanos y ciudadanas en la escena poltica y en la toma de decisiones en la esfera ntima, privada y pblica (Castells, 1997).
Este imperativo tiene como referente el conjunto de diferencias individuales y colectivas que carac-terizan a las personas y que, en muchas ocasiones, se toman como excusa para la configuracin social
de las desigualdades. As para garantizar la univer-salidad de los derechos frente a la diversidad de nios,
nias, adolescentes y jvenes, y de sus condiciones de vida, es necesario reconocer las diferencias de gnero,
Enfoque diferencial
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Para la elaboracin de la presente herramienta se considera conveniente retomar la definicin propuesta por Roger Hart, quien afirma que el trmino participacin se refiere de manera general a los procesos de compartir las decisiones que afectan la vida pro-pia y la vida de la comunidad en la cual se vive. Es el medio por el cual se construye una democracia y es un criterio con el cual se deben juzgar las democracias. La participacin es el derecho fundamental de la ciudadana (Hart, 1993: 5).
Por su parte, Save the Children plantea que:
La participacin busca influir en la toma de decisiones y lograr el cambio. La participacin de la niez es la participacin informa-
ciclo vital, etnia, condicin de discapacidad y condicin social sea por pobreza, por diversas afectaciones del con-flicto armado, por ser vctimas de otras violencias, por su ubicacin geogrfica (urbana o rural) o incluso, por infringir la ley penal, e incluir acciones distintivas en las polticas y los planes, programas, proyectos y estrategias, que construyan o reconstruyan las condiciones habilitan-tes para el ejercicio y la garanta de sus derechos, sea como individuos o como grupos.
Concepto de participacin
Proteccin integral
Se entiende por proteccin integral de los nios, ni-as y adolescentes el reconocimiento como sujetos de derechos, la garanta y el cumplimiento de los mismos, la prevencin de su amenaza o vulneracin y la segu-ridad de su restablecimiento inmediato en el desarrollo del principio del inters superior. La proteccin integral se materializa en el conjunto de polticas, planes, progra-mas y acciones que se ejecuten en los mbitos nacional, departamental, distrital y municipal con la correspon-diente asignacin de recursos financieros, fsicos y hu-manos (art. 7 de la Ley 1098 de 2006).
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da y voluntaria de todos los nios y nias incluyendo a aquellos que tienen diferentes capacidades y a aquellos que estn en situa-cin de riesgo en cualquier asunto que les concierne directa o indirectamente. La participacin de la niez es un valor que abarca todos los programas y se produce en todos los escenarios desde el hogar al gobierno, desde el nivel local al nivel internacional (Save the Children, 2005).
As pues, la participacin contribuye con el desarrollo social, forja ciudadanos activos y contribuyentes al bienestar propio y co-munitario y enriquece de manera sustantiva la democracia, cuan-do existe la disposicin de escucha por parte de los tomadores de decisiones y la intencin real de cambio para generar transforma-ciones en la sociedad.
De esta forma cobra sentido, el concepto de or la voz de los nios, incluido en la Convencin de los Derechos del Nio, el cual seala que no se debe limitar a hacerles preguntas o ponerles a representar situaciones desde inquietudes de los adultos, para que estos colecten la informacin, la interpreten y la usen en sus decisiones. Tiene que ver tanto con escuchar sus voces para con-siderarlas en la toma de las decisiones que les van a afectar como crear las condiciones para que nias y nios se puedan enunciar en la accin. Hacerlo permite, a ms de cualificar y hacer ms pertinentes las decisiones que se tomen con relacin a la niez y a los factores que la afectan, permitirles un mejor desarrollo de la capacidad de escucha activa de sus pares y de los adultos, base del principio de alteridad, pues les implica escuchar al otro por-que se le reconoce su valor. Y, por ello mismo, es un factor de gran potencial para transformar prcticas de los adultos, dado que el reconocer las capacidades de nias y nios para la accin, implica fortalecerse a si mismos como sujetos, y abrirse al reconocimiento de la validez de los dems. (Acosta y Pineda, 2007: 169).
Con el nimo de distinguir la simple asistencia o presencia en eventos o procesos de participacin y formas de la misma, que
Participacin significativa, autntica, protagnica
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pueden denominarse como decorativas o manipulatorias, de otras formas que -al tiempo que reconocen el enriquecimiento que la participacin infantil y adolescente puede significar para la vida cotidiana y la gestin pblica en el territorio- entienden tambin su impacto positivo y transformador en los saberes, prcticas y habilidades de los propios nios, nias y adolescentes, la litera-tura sobre este campo ha venido calificando la participacin con trminos como significativa, autntica y protagnica.
Dos razones estn a la base de dicha calificacin. Primero, re-conocer como elemento central de la participacin aquel que ya aparece en las definiciones previas: las decisiones. Ello sirve para aclarar que ejercicios de simple escucha de opiniones o sugeren-cias de nios, nias y adolescentes que luego no tienen el poder de impactar las decisiones territoriales, pueden ser ejercicios o simulacros de la participacin, pero obviamente no se trata de una participacin significativa.
En segundo lugar, la nocin de protagonismo emana de la propia Convencin sobre los Derechos del Nio, en el sentido de que justamente el artculo 12 postula a nios, nias y adolescentes como prota-gonistas de su propia vida para que participen en todas las decisiones que los afecten.
En opinin de Alejandro Cussinovich y Ana Mara Mrquez (2002: 5-6),
El protagonismo permite retomar la condicin de sujeto y actor del nio, de su derecho a la opinin, a te-ner voz, a participar en todo aquello que le concierne. Pero se trata de un protagonismo que debe constituir tambin un modo de vida, un estilo, una concepcin de la vida en sociedad, de las relaciones que en ella se establecen, una autntica espiritualidad. Y esto es lo que constituye un objetivo a lograr a travs de toda accin, iniciativa o lucha que pretenda inscribirse en el inters su-perior del nio.
Esa calidad que se busca en la participacin de nios, ni-as y adolescentes puede orientar el reconocimiento efectivo de qu no es participacin o, por lo menos, no tiene un carcter autntico, significativo o protagnico. Lo que se pretende es con-tribuir a que adultos, nios, nias y adolescentes, construyan una nueva forma de interaccin de manera positiva, fortaleciendo la capacidad de agencia de ambas partes y reconociendo el valor de dicha interaccin y participacin en las relaciones.
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No es una mera cuestin de formaDentro del proceso de participacin de nios, nias y adolescentes
es fundamental que los adultos estn absolutamente convencidos y comprometidos con las actividades que se desarrollen, con la plena conviccin de que ellos tienen aportes importantes y novedosos, ade-ms que tienen el derecho a ser parte activa en la construccin de sus vidas y entornos.
El maestro Francesco Tonnucci, en su libro La ciudad de los nios (2003), propone tomar al nio como parmetro:
No se trata de defender los derechos de un grupo poblacional d-bil. Se trata de conseguir que la Administracin baje los ojos hasta la altura del nio o la nia, para no perder de vista a nadie. Se trata de aceptar la diversidad intrnseca del nio o la nia como garanta de todas las diversidades. Cuando la ciudad sea ms apta para las nias y los nios, ser ms apta para todas las personas.
Por lo anterior, es importante distinguir entre la participacin que se realiza en condiciones democrticas, que incorpora a nios, nias y adolescentes como verdaderos participantes, de otras formas que pueden ser definidas como no autnticas o no de participacin.
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En relacin con este tema el modelo clsico de Roger Hart tipifica la participacin en proyectos o eventos y su interaccin con los adul-tos. A partir de la metfora de la escalera ubica tres categoras consi-deradas como NO participacin en los primeros escalones. Ellas son las que han predominado en la historia de la participacin infantil y adolescente y se refieren a eventos y otras iniciativas promovidas por adultos, a partir de sus propios fines. Estas pueden entenderse como modelos de NO participacin:
Por su parte, Baratta (1998) plantea la necesidad de comprender la diferencia que existe en la participacin de nios y nias respecto de la de los adultos, sin ser inferior o menos importante la de la niez. Por lo tanto, es importante que se abran espacios y nuevos criterios en la relacin entre nios, nias y adultos, donde entren el juego, el arte, el cuerpo; y por sobre todo, el compromiso de los adultos de respetar las opiniones de nios y nias y permitir que estas incidan y modifiquen las propias opiniones con la disponibilidad de modificarlas.
Participacin simblicaCuando aparentemente se da
a nios, nias y adolescentes la oportunidad de expresarse, pero en realidad tienen poca o ninguna incidencia sobre el tema o el estilo de comunicarlo y poca oportunidad de formular sus propias opiniones.5
Participacin decorativaSon convidados de piedra. Se evidencia la presencia de nios,
nias y adolescentes en proyectos o actividades sin haber sido debida-
mente informados ni involucrados en su organizacin. Las personas adultas
no pretenden hacer creer que
5. En algunos son nombrados en cargos ejercidos por adultos como mandatarios infantiles, sin tener la oportunidad de incidir de manera real y efectiva.
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ManipulacinCuando las personas adultas de-
ciden actuar en nombre de nias, nios y adolescentes, pero sim-plemente los utilizan porque no comprenden de qu se trata y por lo tanto, no comprenden sus propias acciones. Los adultos, a modo de portavoces, usan la voz de aqullos para comunicar sus mensajes con un lenguaje que no les es propio. Nios, nias y adolescentes dicen lo que los adultos quieren que hagan y digan, no entienden de qu se trata porque no son in-formados, son consultados, pero no se les retroalimenta sobre los resultados.
Es imperativo avanzar en la apertura y fortalecimiento de espa-cios y procesos de participacin autntica, significativa y protag-nica de nios, nias y adolescentes, pero es necesario reconocer que este tipo de participacin es un proceso de construccin so-cial novedoso e innovador en el pas, es un reto que requiere de estrategias de pedagoga poltica y social y de una consecuente movilizacin social e institucional.
El reconocimiento y el fortalecimiento del derecho a participar requieren de condiciones y capacidades por parte de todos los actores implicados. Para ello deben existir los medios y espacios adecuados para hacerlo posible. De acuerdo con Daz Gmez (2001) formar ciudadana desde y para la democracia implica con-tar con espacios y oportunidades que promuevan habilidades y concepciones democrticas y ciudadanas, y asumir deberes y de-rechos que socialmente se han acumulado como legado cultural, lo que conduce a la participacin activa en los procesos pblicos. Constituirse como nuevos sujetos en aspectos simblicos y ticos demanda la articulacin de los sistemas de educacin formal y no formal, acceso al conocimiento y a la informacin necesaria para la participacin ciudadana y la formacin en valores y compe-
nias y nios han inspirado la causa, pero ellas y ellos participan en el evento adulto sin tener idea de qu se trata y ninguna posibilidad de influir en su organizacin y con frecuencia estn ms motivados por premios o espectculos.
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tencias. Requiere, igualmente, trascender la lgica individual para acceder a puntos de vista universales.
La participacin de nios, nias y adolescentes tiene sentido no slo por los beneficios que pueden derivar haca s mismos/as, sino porque la consolidacin de la ciudadana requiere de manera insoslayable de su concurso. Esto se refiere a la idea expandida de la misma que por fortuna ha venido reemplazando su limitacin a los derechos polticos y especficamente al derecho al voto, lo que de por s deja por fuera a la poblacin infantil y adolescente.
Nios, nias y adolescentes pueden realizar aportes significa-tivos a la necesidad de la democracia de procurar la mayor par-ticipacin de intereses particulares en las decisiones colectivas de inters general, con el mximo grado de beneficio para los menos favorecidos y el menor prejuicio posible para todos, actuando so-bre reglas y procedimientos acordados y procesos pblicos, esto es, visibles (Abad, 2004: 11).
Si en muchas dinmicas la participacin infantil y adolescente se ha proyectado como un acto de condescendencia frente a un gru-po de actores inquietos, sin repercusiones reales en el cambio, o en ocasiones se ha convertido en simples simulacros de la democracia representativa, esta gua propone examinar cmo el Estado y la so-ciedad pueden beneficiarse de una concrecin cierta de la agencia infantil y adolescente, cuya nocin se ampla a continuacin.
En este horizonte es preciso comprender que para garantizar la autonoma, la organizacin y la participacin de nios, nias y adolescentes deben existir las siguientes condiciones mnimas, respaldadas por los adultos, los gobiernos y las instituciones.
Actitudes positivas por parte de los funcionarios guber-namentales y los polticos, que los comprometa a apre-ciar el significado de la contribucin de nios, nias y adolescentes.
Formacin, educacin y sensibilizacin de los adultos para que comprendan los asuntos de nios, nias y ado-lescentes.
Informacin de fcil acceso y en un lenguaje adaptado a la niez y la adolescencia.
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Evaluacin y seguimiento de las consultas con nios, nias y adolescentes, y retorno de la informacin obte-nida para hacerles saber lo que ocurre y los progresos que se obtienen.
Compromiso efectivo de los adultos a no discriminar los nios, las nias y los adolescentes y a no subestimar su potencial.
Instituciones que potencien el intercambio de experien-cias entre nios, nias y adolescentes en escenarios lo-cales, nacionales e internacionales.
Reuniones de los representantes del gobierno central y local con grupos de nios, nias y adolescentes para concertar su participacin en el proceso de formulacin y desarrollo de polticas, planes y proyectos, asegurn-dose de que organizaciones y redes infantiles y adoles-centes estn prestos a participar.
Una educacin pblica que eleve la conciencia de los padres y madres, las comunidades y la sociedad en ge-neral sobre la importancia del significado de la partici-pacin de nios, nias y adolescentes en el desarrollo de la sociedad.
Medios de comunicacin comprometidos con la par-ticipacin de nios, nias y adolescentes para asegu-rar que sus perspectivas sean escuchada y promovidas efectivamente, mediante campaas tendientes a elevar la conciencia de la sociedad.
Condiciones de un procesode participacin
La participacin significativa se realiza cuando nios, nias y ado-lescentes toman parte en decisiones compartidas con otros en los asun-tos que afectan sus vidas y las de su comunidad. Para que ello sea po-sible se requiere una serie de condiciones que rodeen el ejercicio y la construccin de la garanta del derecho a la participacin:
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Si se les asume como ciudadanos, sujetos titulares de dere-chos y sujetos polticos del territorio, en virtud de lo expre-sado previamente, la promocin de su derecho a la parti-cipacin en todos los mbitos en los que se desenvuelven no se puede ordenar como un acto de condescendencia adulta, o como un detalle emotivo en los procesos locales, sino como un proceso formativo de construccin de ciu-dadana y como un ndice fiel de la calidad de la democra-cia en el territorio.
Llegar a este reconocimiento y promover el agen-ciamiento de nios, nias y adolescentes en los diversos mbitos en los que se desenvuelven implica que las personas adultas se dispongan a enriquecer sus concepciones y perspectivas sobre la primera infancia, la infancia y la adolescencia; sus procesos de desarrollo fsico, cognitivo, emotivo y expresivo; y sobre los rasgos, metodologas y condiciones de los procesos de participacin, por lo cual la gestin del talento humano y los procesos formativos con personas adultas son clave como parte del capital cultural local a construir. En particular, es importante que aquellas personas adultas que interactan directamente con grupos de nios, nias y adolescentes fortalezcan su capacidad reflexiva y crtica frente a su rol como acompa-antes del proceso de desarrollo de su autonoma para ir ampliando el alcance de sus decisiones, as como su capacidad de dilogo con las formas de pensamiento y expresin de los grupos con los que entran en relacin.
Atendiendo a la condicin procesual del derecho a la par-ticipacin, se aprende a participar, participando, es clave
Reconocimiento de la capacidadde agencia de nios, nias y adolescentes.
Valoracin de la vida cotidiana.
Reflexividad en las personas adultas.
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que su promocin no se destine al desarrollo de oportu-nidades espordicas, formales, protocolarias y artificiosas, sino que, en reconocimiento de la vida cotidiana como contexto de comprensin y realizacin de tal derecho, se oriente a la instauracin de prcticas de participacin en la cotidianidad de los mbitos en los que se desenvuelve la vida de los nios y a que los procesos formativos de la subjetividad poltica y la participacin en el ciclo de las polticas pblicas no tenga una condicin exgena o ex-cepcional, sino que, justamente, en interaccin entre los mbitos referidos sea una experiencia posible y cercana para los nios, nias y adolescentes del territorio.
A las condiciones anteriores se agregan las propuestas por Seis Claves (2008), documento desarrollado por la Mesa Nacional de Participacin de Nios, Nias, Adoles-centes y Jvenes. Con base en ellas es posible plantear que ellos y ellas tienen derecho a participar:
1. A cualquier edad. La participacin debe promoverse a todo lo largo del ciclo vital pues cualquier nio, nia o adolescente tiene derecho a participar, de acuerdo con el desa-rrollo de sus propios intereses, contextos y lenguajes.
2. En condiciones de equidad. No hay ningu-na condicin o situacin personal o colectiva como la etnia, el gnero, la situacin de dis-capacidad, las afectaciones por el conflicto, entre otras, que pueda usarse como excusa para impedir o limitar su participacin. En los casos que se requiera y a partir del en-foque diferencial, se deben tomar medidas afirmativas para posibilitar una participa-cin significativa.
3. En mltiples escenarios, niveles y formas. La pluralidad de mbitos y edades ya seala-da requiere metodologas diferenciadas
Seis claves para la participacin.
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de participacin de nios, nias y adolescentes, acordes con sus grados de desarrollo, inquietu-des, intereses, saberes, formas de expresin y con el grado en que deseen vincularse en los procesos participativos (Mesa Nacional de Participacin, 2008: 17). Ello implica reconocer, disponer y pro-mover en los diversos procesos a adelantar diver-sos componentes de la participacin:
Informacin. Derecho a buscar, recibir, y di-fundir informaciones e ideas de de todo tipo sin consideracin de fronteras, ya sea oralmen-te, por escrito o impresas, en forma artstica o por cualquier otro medio elegido por los nios, nias y adolescentes (art. 13 de la CDN).
Consultas. Su metodologa debe asegurarles verdaderos espacios de libre expresin para compartir su opinin con otros y hacerse escu-char.
Deliberacin. Oportunidades igualitarias para que sus expresiones, opiniones, acciones y aportes sean analizados, discutidos y valora-dos por todos los actores implicados.
Construccin de consensos. La inclusin de diferentes opiniones y formas de expresin y la deliberacin se orienta fundamentalmen-te a la construccin de decisiones colectivas para el mejoramiento del bienestar de nios, nias y adolescentes, y el de sus comunida-des y territorios.
4. En un ambiente favorable. Es aquel que provee a nios, nias y adolescentes de vivencias y co-nocimientos clave para ampliar su capacidad de participar y tomar decisiones con impacto en sus vidas y realidades. Por ello los espa-cios, muebles, objetos y metodologas deben ser pertinentes y, al mismo tiempo, flexibles, pues nios, nias y adolescentes toman parte en su diseo o bien en sus ajustes y cambios, de acuerdo con sus necesidades, intereses y pre-ferencias. As mismo, deben sentir seguridad y
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proteccin en los procesos y mbitos de par-ticipacin; esto implica prevenir la ocurrencia de cualquier forma de maltrato, abuso o explo-tacin en los procesos de participacin y, si in-fortunadamente llegan a ocurrir, tener previstos procedimientos oportunos y completos de de-teccin, denuncia y restitucin de derechos.
5. De modo autnomo, integral y continuo. La par-ticipacin debe ser un proceso continuo, esto quiere decir, que debe ofrecer posibilidades y condiciones para que nios, nias y adolescen-tes participen en procesos y no slo en even-tos puntuales de acuerdo con sus intereses y su disponibilidad. En el marco de la construccin de ciudadana y respecto de la gestin pblica en los territorios se espera que, en su calidad de ciudadanos, nios, nias y adolescentes par-ticipen en todo el ciclo de la poltica pblica (formulacin, implementacin, monitoreo y evaluacin).
Esta condicin tambin implica que la partici-pacin debe ser voluntaria y consciente, y que nios, nias y adolescentes tienen derecho a escoger sus propias formas de participacin y estar en libertad para crear sus propias formas organizativas y de movilizacin, obviamente dentro del marco legal vigente.
6. Con un impacto real. En consideracin de los rasgos ya referidos de una participacin signi-ficativa, sta debe orientarse no slo a la vi-vencia de acciones de informacin, consulta y deliberacin por parte de nios, nias y adoles-centes, sino a la generacin de dinmicas para que estas experiencias se plasmen finalmente en decisiones y resultados verificables para la garanta de sus derechos o para el beneficio de sus comunidades. As sus perspectivas, opinio-nes e iniciativas pueden enriquecer de manera cierta tanto las polticas sociales como las de desarrollo de sus territorios.
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Porque:
Por qu es importante promover y generar espacios de participacin de nios, nias y adolescentes?
Afianza la confianza en s mismo, y fortalece la au-toestima.
Permite la apropiacin del territorio y su reconoci-miento como espacio vital para el desarrollo y la cons-truccin del proyecto constructivo y positivo de vida.
Permite el goce efectivo de derechos, particu-larmente losde asociacin, participacin y desarrollo.
Genera espacios para el ejercicio de una ciu-dadana activa y responsable y mejora la goberna-bilidad.
Mejora la toma de decisiones pblicas sobre los te-mas de infancia y adolescencia al asegurar que quie-nes tienen la experiencia directa de su situacin pue-dan hacer escuchar su voz (facilita la identificacin de problemas y la priorizacin de las acciones).
Promueve la transparencia en la accin del Es-tado y la pertinencia en el desarrollo de las polticas pblicas.
Desarrolla en nios, nias y adolescentes su capacidad de vincularse con los otros, de escu-char, de cuidar, de organizarse y de incidir.
Permite el reconocimiento y la valoracin de la di-versidad y las diferencias, en trminos de etnia, g-nero, lengua, edad, etc. en un marco de solidaridad y responsabilidad.
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Facilita la construccin entre pares y tambin con las personas adultas en desarrollo de un dilogo interge-neracional para el fortalecimiento de entornos ms amables y propicios para garantizar sus derechos.
Fortalece una cultura democrtica de convivencia y respeto que potencia el desarrollo de nias, nios, adolescentes y el de sus comunidades.
Territorios con acciones participativas y con decisiones de-mocrticas consultadas.
Desarrollo de planes, programas y proyectos acordes con las necesidades de nios, nias y adolescentes.
Nios, nias y adolescentes capaces de incidir en las deci-siones colectivas del territorio.
Valoracin de las expresiones, opiniones y acciones de ni-os, nias y adolescentes, y abordaje de las mismas como propuestas vlidas incluidas en los planes de desarrollo territorial.
Mayor pertinencia en el anlisis, diseo e implementacin de planes territoriales basados en las categoras de dere-chos (existencia, desarrollo, proteccin y ciudadana).
Resultados de laparticipacin
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Como se mencion anteriormente la participacin infantil no es mera cuestin de forma. El objetivo de desarrollar procesos de partici-pacin que logren ser significativos, autnticos y protagnicos requiere tanto discernir los mbitos en los cuales transita la vida de nios, nias y adolescentes, como analizar el estado de la promocin y garanta del derecho a la participacin en los diversos espacios considerados.
Por ello se proponen unas categoras que no tienen el inters de calificar o hacer juicios de valor sobre las administraciones muni-cipales y dems actores corresponsables de promover el derecho de participacin en los municipios y sus diferentesespacios, sino de proveer elementos que permitan identificar los espacios en don-de se puede ejercer la participacin, y adicionalmente, desde una mirada objetiva y comprensiva se pueda identificar el estado en el que se encuentra dicho ejercicio, planteando desde all un plan de accin que le permita potenciar su mbito y nivel de participacin, hasta el estado deseado o esperado.
En relacin con los mbitos, ngel Espinar (2008: 32) seala que:
En algunos casos, estos espacios estn enmarcados en trminos de lu-gares, como pueden ser el hogar o la escuela, pero fundamentalmente se refieren a las personas o actores con sus respectivas identidades y
PARTICIPACIN
MBITOS Y NIVELES DE
mbitos departicipacin
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posiciones. Sus intereses o necesidades de reconocimiento, configuran y delimitan estos espacios mediante la participacin.
As pues, la invitacin es a superar la comprensin de ellos como lugares fsicos donde se desarrolla una accin, para concentrarse en identificar los actores y sus roles, intereses, conocimientos y habilida-des, con el fin de cualificar el tipo o nivel de participacin de nios, nias o adolescentes que all se da o se puede dar.
Los espacios de trabajo con primera infancia, las instituciones edu-cativas, la comunidad y la familia, y la gestin pblica, son los mbitos propuestos en la presente gua para facilitar el anlisis del estado o nivel de participacin de nios, nias y adolescentes en los municipios. Es necesario aclarar que la divisin en estos cuatro escenarios obedece a una categorizacin para el anlisis; sin embargo, en la prctica los m-bitos se pueden encontrar estrechamente relacionados e interactuando entre s. De igual modo, las personas que se encuentran en ellos pueden estar inmersas en uno o varios, dado a la diversidad de roles que pueden asumir.
As mismo, esta divisin no excluye la importancia de otros espacios de interaccin con nios, nias y adolescentes, como por ejemplo los medios de comunicacin o las redes virtuales, sin embargo, la gua se circunscribe a cuatro mbitos comunes a todos los municipios, cuyas dinmicas propuestas pueden tomarse como iniciativas bsicas a partir de las cuales pueden idearse modos de expansin a nuevos escenarios.
Con estas aclaraciones es til abordar cada uno de los mbitos pro-puestos. En primer lugar los espacios de trabajo con la primera infancia, como un mbito especfico, hacen parte de una apuesta por resaltar las condiciones particulares del desarrollo de los nios y nias en este mo-mento del ciclo vital como por ejemplo, sus formas de expresin y de utilizacin del lenguaje verbal y no verbal para comunicarse (corporal, simblico, etc.), las cuales configuran un desafo tanto para los agentes educativos como para las familias y la comunidad, en el sentido de su comprensin y potenciacin en formas significativas de participacin. Otro ejemplo, la adaptacin de los espacios para un fcil acceso por parte de los nios y nias de la primera infancia, la minimizacin de riesgos de accidentes, el desarrollo de actividades ldicas centradas en sus intereses son algunas formas de interaccin de los nios y nias de primera infancia y los agentes que convergen en este mbito, dentro de procesos de participacin infantil diferencial (Garca y otros, 2010).
Las instituciones educativas son el segundo mbito propuesto. Este escenario, como lo menciona Espinar (2008: 33-34), es el lugar por ex-celencia para la convivencia y la construccin de conocimientos que orientan la construccin de una comunidad de personas que aprenden a reconocerse como sujetos de derechos, iguales en condiciones ()
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Las experiencias de los municipios escolares o de los consejos estudiantiles, reflejan la importancia de la escuela en estos aprendizajes y vivencias de participacin democrtica o ciudadana, aunque algunas de ellas parecen ser una simu-lacin de mecanismos democrticos al interior
de la escuela y son dirigidas por los mismos edu-cadores. De ah que sea importante, generar la partici-
pacin de los nios en los espacios escolares en los que se promueva el ejercicio del derecho a opinar, presentar
propuestas, elegir representantes e intervenir en la ges-tin de la escuela.
El tercer mbito es la comunidad y la familia, all, nios, nias y adolescentes van desarrollando de manera progresiva su autonoma y ampliando el rango de sus decisiones. La fundamentacin de la subjetividad poltica y la formacin ciudadana que
se traducen en actitudes democrticas y habilidades de participacin poltica en el mbito de la gestin pblica de-pende en alto grado de las oportunidades de participacin significativa en estos entornos prximos. Por ello es clave el
acompaamiento de padres, madres y otros adultos significa-tivos en el proceso pedaggico de desarrollo de la participacin, que demanda tanto una actuacin corresponsable de la familia para asegu-rar la proteccin integral de nios, nias y adolescentes, como una ca-pacidad de hacerlo en el marco de relaciones exentas de autoritarismo y violencia.
As mismo, las relaciones intergeneracionales que suceden en la comunidad representan un desafo y una oportunidad para la identifi-cacin de intereses comunes orientados a la construccin de un mejor bienestar colectivo, la convivencia entre personas y perspectivas distin-tas y la identificacin de modos eficaces y positivos para la configura-cin de liderazgos.
Finalmente, el mbito de la gestin pblica cuenta con una amplia variedad de actores sociales que incluyen tanto representantes de insti-tuciones pblicas, tomadores de decisiones en distintos niveles, como representantes de entidades internacionales, privadas y comunitarias de acuerdo con la presencia y el rol de estos en los territorios. Al respec-to cabe resaltar que, sin desconocer los procesos participativos previos o existentes en el territorio, se debe viabilizar la generacin continua de experiencias de participacin activa de nios, nias y adolescen-tes en la gestin pblica, junto con los actores referidos, con el nimo de que incidan de manera significativa en el diseo, implementacin, monitoreo y evaluacin de polticas pblicas que ataen a sus propias
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necesidades e intereses, o que tambin cubren aspectos ms amplios del desarrollo territorial.
Esta incidencia ha promovido reflexiones en torno a las particularidades que como ciudadanos tienen nios, nias y adolescentes, pues sus acciones de participacin se perfilan como novedosas respecto de los mecanismos tradicionales o formales de participacin ciudadana.
Para Torney y Amadeo (2011: 195), Incluso los polit-logos (que histricamente se han centrado en la actividad electoral) estn comenzando a reconocer que las actividades dentro de los nichos de la vida cotidiana son la mejor cultu-ra (en el sentido de laboratorio biolgico) para el crecimiento de ciudadanos entre los jvenes. Dalton Rusel (2008) sostiene que entre las generaciones ms jvenes el concepto del deber ciudadano (por ejemplo votar y obedecer la ley) est siendo sustituido por un concepto de ciudadana comprometida, que incluye la accin poltica para beneficiar a otros (y no slo el derecho al voto) y hace hincapi en la tolerancia poltica de los grupos con diferentes puntos de vista y en las actitudes hacia los grupos tnicos.
La ciudadana es la virtud que adquieren las personas al pertenecer a una determinada comunidad socio-polti-
Para hacer efectivo el derecho a participar de nios nias y adolescen-tes se hace necesario que la sociedad se re-cree activamente. Signi-fica permitir el intercambio de ideas, el re- nios nias y adolescentes conocimiento como pares y la creacin de una conciencia grupal, que admita que opiniones y aportes incidan en la toma de decisiones. Esta re-creacin de la sociedad permitir asumirlos como sujetos de derechos con capacidades reflexivas, propositivas y transformadoras.
De acuerdo con lo anterior y con el nimo de enmarcar la participa-cin en el mbito de la gestin pblica se hace necesaria la compren-sin de algunos conceptos que son inherentes a este proceso:
Ciudadanay democracia
Ciudadana.
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ca. Dicha virtud es posible mediante su reconocimiento como un sujeto de derechos y deberes, con capacidad de participar en la toma de decisiones que convienen a dicha comunidad y con posibilidades de auto deter-minarse de manera autnoma. La ciudadana plena es posible mediante la generacin de capacidades para ejercer una participacin significativa tanto en los dife-rentes mbitos de la vida social, como en los asuntos relacionados con la gestin pblica.
En trminos generales la democracia significa el poder del pueblo, de la gente; es decir, se constituye como el poder que todos tenemos para participar activamente en los procesos destinados a la organizacin de la sociedad. Esta nocin ha tenido diferentes modelos a lo largo de la historia de la humanidad. La ms antigua y a la que se debe su origen es la democracia griega, quese sustentaba en la participacin directa de los ciudadanos en la orga-nizacin de la (ciudad). Los modelos de democracia ms recientes y cercanos a nuestra realidad son la democracia representativa y la democracia participativa.
Democracia representativa. Se basa en la delegacin del poder de cada uno a un ciudadano que es elegido como representante de los intereses de la colectividad a la que pertenecen los ciudadanos.
Democracia participativa. Se basa en la participacin de los ciudadanos en los diferentes escenarios en los que se toman decisiones en torno al inters colectivo. Tambin se requiere que el ciudadano haga uso de los mecanismos establecidos para garantizar su participa-cin. Mediante esta modalidad se busca que los ciu-dadanos desarrollen capacidades para la participacin activa en los diferentes mbitos de la vida social.
Se refiere a los procesos relacionados con la adminis-tracin de los asuntos pblicos; es decir, con el manejo
Democracia.
Gestin pblica.
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del Estado y su respuesta frente a la garanta y goce de los derechos de los ciudadanos. Segn el Departamen-to de Planeacin Nacional la gestin pblica se define como un proceso dinmico, integral, sistemtico y par-ticipativo, que articula la planificacin, ejecucin, se-guimiento, evaluacin, control y rendicin de cuentas de las estrategias de desarrollo econmico, social, cul-tural, tecnolgico, ambiental, poltico e institucional de una administracin sobre la base de las metas acordadas democrticamente () debe buscar de manera eficaz y eficiente resultados frente a la reduccin de la pobreza y el mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes (DNP, 2007: 9).
La participacin de nios, nias y adolescentes en todos los mbitos en donde se desenvuelven en el territorio, incluyendo todo el ciclo de polticas pblicas territoriales tanto generales como especficas sobre la situacin de la infancia y la adolescencia, parte no slo del reconoci-miento de su ciudadana, sino de sus valiosos aportes en la transforma-cin de sus condiciones de vida y del resto de la poblacin.
Para ello se acoge el trmino ingls agency que ha sido traducido al espaol como agencia, accin o actuacin, y se puede definir (ms que la intencin de hacer cosas que se refiere a la voluntad) como la capacidad cierta para hacerlas. La agencia implica una capacidad de y para actuar.
La agencia ha venido extendiendo su significado a la capacidad de producir un efecto de novedad frente a lo establecido, de realizar cone-xiones, de abrir posibilidades.6 Con base en este marco, se puede decir ahora que la promocin del derecho a la participacin de nios, nias y adolescentes es una movilizacin territorial para potenciar su capa-cidad de agenciamiento poltico. Es, adems, un proceso orientado a potenciar su capacidad de accin crtico-reflexiva, creativo-propositiva y activo-transformadora que reconoce y afirma sus especificidades terri-toriales, generacionales, culturales, tnicas y de gnero.
6. Jos Enrique Ema (2004: 15) afirma que acudir al concepto de agencia en el mbito poltico nos permite:a. Entender la capacidad de actuar (la agencia) no como propiedad individual, sino como posibilidad (poder hacer) compartida. Esto implica vincular la capacidad de accin con una concepcin relacional del poder.b. Entender la accin como mediacin entre flujos de acciones y vincular esta mediacin al compromiso tico-poltico con una ubicacin en un espacio social determinado.c. Incorporar la nocin de responsabilidad como construccin semitica y material de una entidad, acontecimiento o prctica como elemento dinamizador de la accin.d. Entender la capacidad de actuar como capacidad de generar conexiones entre entidades y procesos heterogneos.
Capacidad de agenciade nios, nias y adolescentes
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En los artculos 103 y 104, la Constitucin Pol-tica de Colombia propone mecanismos de participa-cin democrtica a travs de instrumentos formales como el voto, el plebiscito, el referendo, la consulta popular, la inicia-tiva legislativa y el cabildo abierto. En ese sentido, el Estado contribuir a la organizacin, promocin y capacitacin de las asociaciones (profesionales, cvicas, sindicales, comu-nitarias, juveniles, benficas o de utilidad comn no gu-bernamentales), sin detrimento de su autonoma, para que constituyan mecanismos democrticos de representacin en los diferentes niveles de participacin, concertacin, control y vigilancia de la gestin pblica.
Los ciudadanos del pas podrn presentar proyectos de competencia de la respectiva corporacin pblica, que est obligada a tramitarlos. As mismo, elegir representantes en las jun-tas de las empresas de servicios pblicos (Artculo 106), previo el cumplimiento de los requisitos que la ley seale y en los casos que sta determine.
El Congreso de la Repblica regular las instituciones y me-canismos de participacin ciudadana (Artculo 152) y a los mu-nicipios les corresponde promover la participacin comunitaria (Artculo 311). Es responsabilidad de la sociedad civil organizada participar en la elaboracin de los planes de desarrollo local, vigi-lar y controlar la prestacin de los servicios y las inversiones que se realicen en servicios pblicos (Artculo 318).
Los mecanismos de participacin de la ciudadana son formas de participar democrticamente en el ejercicio de sus derechos y se encuentran consagrados dentro en la Ley 134 de 1994. Entre ellos se tienen:
En suma, asumir la nocin de agencia de nios, nias y adolescen-tes como condicin fundamental de la ciudadana, implica compren-der la incidencia que tienen ellos y ellas ms all de los mecanismos y escenarios establecidos formalmente para la participacin. Se podra afirmar que la participacin de nios, nias y adolescentes no se limi-ta a los escenarios y mecanismos formales, sino a todos escenarios de la vida social.
Participacinen la gestin pblica
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1. Iniciativa popular legislativa y normativa ante las corporaciones pblicas. Es el derecho poltico de un grupo de ciudadanos de presentar un Proyecto de Acto Legislativo y de ley ante el Congreso de la Repblica, de Ordenanza ante las asambleas de-partamentales, de Acuerdo ante los concejos muni-cipales o distritales y de Resolucin ante las juntas administradoras locales, y dems resoluciones de las corporaciones de las entidades territoriales, de acuerdo con las leyes que las reglamentan, segn el caso, para que sean debatidos y posteriormente aprobados, modificados o negados por la corpora-cin pblica correspondiente.
2. Referendo. Es la convocatoria que se hace al pue-blo para que apruebe o rechace un proyecto de norma jurdica o derogue o no, una norma ya vi-gente. El referendo puede ser nacional, regional, departamental, distrital, municipal o local. El refe-rendo puede ser derogatorio, o aprobatorio.
3. Revocatoria del mandato. Este es un derecho po-ltico por medio del cual los ciudadanos dan por terminado el mandato que le han conferido a un gobernador o a un alcalde.
4. Plebiscito. Es el pronunciamiento del pueblo con-vocado por el Presidente de la Repblica mediante el cual apoya o rechaza una determinada decisin del Ejecutivo.
5. Consulta popular. Es el mecanismo mediante el cual una pregunta de carcter general sobre un asunto de trascendencia nacional, departamental, municipal, distrital o local, es sometida por el Presidente de la Repblica, el Gobernador o el Alcalde, segn el caso, a consideracin de los ciudadanos para que se pronuncien formalmente al respecto. En todos los casos la decisin del pueblo es obligatoria.
6. Cabildo abierto. Es la reunin pblica de los con-cejos distritales, municipales o de las juntas admi-nistradoras locales en la cual los habitantes pueden participar directamente con el fin de discutir asun-tos de inters para la comunidad.
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Como una forma de operacionalizar lo expuesto, a continuacin se sugieren una serie de situaciones que permiten identificar el es-tado del proceso de participacin en los municipios, clasificndo-los en los siguientes tres niveles (bsico, intermedio y avanzado) por cada uno de los mbitos de participacin propuestos (espacios de trabajo con primera infancia, instituciones educativas, comunidad y familia, gestin pblica).
Nivelesde participacin
NIVEL DE PARTICIPACIN DE LOS MUNICIPIOS
ESPACIOS DE TRABAJO CON
PRIMERA INFANCIAINSTITUCIONES
EDUCATIVASFAMILIA Y
COMUNIDAD GESTIN PBLICA
BSICO Los agentes educativos y los padres de
familia y/o adultos significativos se
muestran favorables a los derechos de nios y
nias, infancia. En estos espacios se realizan actividades
de sensibilizacin con la comunidad educativa en torno a qu es y cmo se puede promover la participacin
significativa de nios y nias.
Las instituciones educativas llevan a cabo actividades
que sensibilizan a la comunidad
educativa en torno a qu es y cmo se puede promover la participacin
de nios, nias y adolescentes.
Existe la estructura de gobierno escolar de manera formal y requiere apoyo para que se desarrollen
acciones orientadas a promover la
participacin de todos los actores involucrados en la comunidad
educativa.
Las comunidades y familias reconocen que
nios y nias tienen derechos, y adelantan algunas acciones en
las que se cuenta con su participacin.
Las administraciones municipales cuentan
con informacin mnima sobre: nios, nias y adolescentes vinculados a procesos
de participacin, organizaciones infantiles y juveniles, espacios de
participacin. Se encuentran
incipientes organizaciones infantiles
y juveniles.No se cuenta con
espacios de participacin formalmente
constituidos para la participacin de nios, nias y adolescentes.
Administraciones municipales
desarrollando acciones de participacin
simblica, decorativa, no informada.
El Alcalde, los secretarios y otros funcionarios se sensibilizan en torno a
qu es y cmo se puede promover y desarrollar la
participacin de nios, nias y adolescentes.
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NIVEL DE PARTICIPACIN DE LOS MUNICIPIOS
ESPACIOS DE TRABAJO CON
PRIMERA INFANCIAINSTITUCIONES
EDUCATIVASFAMILIA Y
COMUNIDAD GESTIN PBLICA
INTERMEDIO Agentes educativos discuten y acuerdan
acciones que favorezcan la
proteccin integral de nios y nias.
En ese marco abren espacios, informacin y
consulta para ellos.
Padres y madres se involucran en los
procesos formativos.
Las instituciones educativas desarrollan actividades
sealadas en los documentos de planeacin pedaggica en
torno al gobierno escolar, que
promueve una participacin de
nios, nias y adolescentes.
En este nivel se requiere fortalecer
las acciones orientadas a
la formulacin participativa de iniciativas,
proyectos, programas,
estrategias y su implementacin.
Nios, nias y adolescentes,
comunidad, familia, y representantes
de organizaciones sociales y
comunitarias, reconocen que
todos deben estar involucrados
en procesos de participacin que
contribuyan al fortalecimiento del
entorno comunitario y familiar. .
Se desarrollan algunas iniciativas comunitarias con aportes infantiles
y adolescentes, o proyectos
desarrollados por nios, nias y adolescentes.
Las administraciones municipales cuentan
con informacin sobre: nios, nias
y adolescentes vinculados a procesos
de participacin, organizaciones
infantiles y juveniles, espacios de
participacin.
Existe la voluntad por parte de la administracin municipal de
fomentar procesos de participacin y
el inters por parte de nios, nias y adolescentes en participar. No se
han establecido de manera especfica las condiciones (espacios, organizacin, recursos)
para adelantar un proceso de participacin.
Organizaciones infantiles y juveniles
constituidas tienen una interrelacin incipiente con la administracin
municipal.
Polticas, planes y proyectos territoriales
incorporan aportes infantiles y
adolescentes.
53
NIVEL DE PARTICIPACIN DE LOS MUNICIPIOS
ESPACIOS DE TRABAJO CON
PRIMERA INFANCIAINSTITUCIONES
EDUCATIVASFAMILIA Y
COMUNIDAD GESTIN PBLICA
AVANZADO Los agentes educativos y los padres de
familia y/o adultos significativos
interactan, toman decisiones y adelantan
acciones en los espacios de trabajo
con primera infancia, desde la mirada y perspectiva de
derechos de los nios y nias en beneficio de su desarrollo infantil.
El desarrollo de los proyectos educativos institucionales en los espacios de trabajo de primera infancia, incorpora opiniones
y aportes de los nios y nias, y se cuenta con instancias de
seguimiento de su implementacin.
Existe la estructura de gobierno
escolar de manera formal, los actores
involucrados participan de forma significativa y activa entre ellos, los nios, nias y adolescentes,
generndose propuestas y acciones en beneficio de
la comunidad educativa.
Se cuenta con instancias de
seguimiento de dicha participacin.
La comunidad y familia la reconocen
a nios, nias y adolescentes como sujetos de derechos, y en consecuencia
promueven la expresin de sus
opiniones y la participacin en la vida comunitaria y
familiar.
Nios, nias y adolescentes se reconocen como
sujetos de derechos, expresando
sus opiniones y participando en la vida comunitaria y familiar.
Se cuenta con ambientes y espacios
propicios que les generen confianza
a nios, nias y adolescentes para
expresar sus opiniones y participar. En el caso comunitario, los adolescentes a
partir de los 14 aos, participan en juntas de
accin comunal.
Instancias de organizacin
y movilizacin comunitaria
incorporan, con apoyo de la administracin,
una participacin significativa de nios, nias y adolescentes
y formas de seguimiento de dicha
participacin. /
Las administraciones municipales cuentan :
Con informacin organizada y actualizada
sobrenios, nias y adolescentes
vinculados a procesos de participacin,
organizaciones infantiles y juveniles, y espacios de
participacin.
Estructura municipal para el fomento de la participacin: recurso humano, presupuesto, y recursos financieros y
logsticos para promover el ejercicio.
Polticas pblicas territoriales incorporan
en todo su ciclo una participacin
significativa de nios, nias y adolescentes y cuentan con formas de seguimiento de dicha
participacin.
Resultados del proceso de participacin de nios, nias y
adolescentes, tales como: polticas
pblicas, programas y proyectos formulados e
implementados.
Organizaciones infantiles y juveniles constituidas y activas
que inciden en procesos de participacin en la
gestin pblica.
Espacios de participacin constituidos y en uso.
54
55
A continuacin se presenta la metodologa sugerida para promover ejercicios prcticos de participacin de nios, nias y adolescentes:
Cmo escuchar a nios, niasy adolescentes?
Creando espacios adecuados que faciliten los pro-cesos participativos y estimulen las relaciones tanto intergeneracionales como entre pares.
Generando procesos colaborativos en los que el adulto asuma una postura horizontal frente a los ni-os, nias y adolescentes.
Convocando adultos con experiencia en procesos participativos capaces de leer las diferentes formas de expresin de los nios, nias y adolescentes.
Estableciendo una nueva relacin intergeneracional basada en la comunicacin, la reflexin y la volun-tad de escuchar.
COMPONENTE METODOLGICOY PRCTICO
56
Invitndoles a formar parte de los procesos territoria-les que comprometan sus derechos.
Generando procesos dinmicos, pedaggicos, ldi-cos y diferenciales, en los que sus aportes conduz-can a cambios reales para mejorar la garanta de sus derechos.
Teniendo en cuenta sus opiniones y observaciones, y visibilizarlas en programas, proyectos y actividades que redunden en su desarrollo integral y se integren al plan de desarrollo territorial.
Concediendo tiempo suficiente y de calidad, as como una escucha atenta a los diversos modos de la participacin de nios, nias y adolescentes.
Promoviendo formas de comunicacin e interaccin entre adultos, nios, nias y adolescentes.
Disponiendo de una variedad metodolgica y peda-ggica que permita reconocer y aplicar las perspecti-vas infantil y adolescente.
Garantizando informacin de fcil acceso y en un lenguaje adaptado a nios, nias y adolescentes.
Promoviendo que sus acciones tengan incidencia en los mbitos en los que se relacionan de manera co-tidiana.
En el siguiente apartado se incluyen unas matrices guas que per-miten monitorear el avance de municipios y ciudades respecto del ejercicio y la garanta de la participacin por parte de nios, nias y adolescentes.
Tomando en cuenta los elementos conceptuales compartidos pre-viamente, en particular la condicin de nios, nias y adolescentes como ciudadanos, la participacin se plantea en relacin con diversos
Matrices de participacin
57
mbitos posibles para su ejercicio: espacios de trabajo con primera infancia, instituciones educativas, comunidad y gestin pblica.
Las matrices definen los sujetos participantes, los contenidos, las actividades, los recursos, los indicadores y los logros.
El compromiso efectivo de las administraciones municipales y de-partamentales en relacin con la garanta del derecho a la participa-cin se puede constatar no solo con expresiones de voluntad pol-tica favorables a la misma, sino con la disposicin de recursos y de personas formadas en el tema, que multiplicarn los conceptos y las metodologas aqu propuestas con los referentes de promocin de la participacin en cada uno de los cuatro mbitos referidos.
Es importante sealar que esta propuesta es una gua abierta a com-plementarse con otras acciones, propuestas o alternativas respecto de los contenidos y las metodologas, y debe conducir al cumplimiento de indicadores y logros7. As mismo, se hace nfasis en que avances significativos en materia del derecho a la participacin no slo requiere un trabajo directo con nios, nias y adolescentes, sino que, en virtud del principio de corresponsabilidad, demanda el involucramiento de la familia, miembros de la comunidad, los agentes educativos sociali-zadores, docentes, funcionarios pblicos, promotores sociales, es de-cir, todos aquellos adultos presentes en los distintos mbitos donde se quiera promover la participacin. Tal involucramiento comienza con un proceso formativo que haga posible su reconocimiento y apren-dizaje de los modos de la participacin infantil y continua con una aplicacin y promocin de metodologas para potenciar su ejercicio.
En este sentido, se propone que cada ciudad desarrolle dos proce-sos en paralelo, uno dirigido a dejar herramientas para la promocin de la participacin en los espacios de trabajo con primera infancia, instituciones educativas, comunidad y familia y el segundo, en el m-bito de la gestin pblica, sobre el cual la presente gua realiza un mayor nfasis.
Con el fin de avanzar cada ciudad debe identificar al interior de su administracin los profesionales que tengan la competencia para desarrollar el proceso de promocin en los diferentes mbitos, de este modo identificar una persona responsable para la multiplicacin en: espacios de trabajo con primera infancia, instituciones educativas, co-munidad y familia y dos8 facilitadores para realizar todo el proceso de participacin en el mbito de la gestin pblica. Estos responsables recibirn una formacin y transferencia de herramientas contenidas en esta gua para su posterior multiplicacin en cada mbito.
7. En los diferentes mbitos y niveles se presentan unos contenidos como marco de referencia, que no pretenden desconocer los avances y desarrollos en cada territorio. Los indicadores y logros se presentan de manera indicativa. 8. Ver ms adelante el modelo operativo para la promocin de la participacin en la gestin pblica.
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Espacios de trabajo con primera infancia
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