7/23/2019 Gutierrez, Nota a El Matadero
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Nota crítica a “El matadero”, por Juan María Gutiérrez El artista contribuye al estudio de la
sociedad cuando estampa en el lienzo una escena característica, que transportándonos al lugar y a la
época en que pas, nos !ace creer que asistimos a ella y que "i"imos con la "ida de sus actores# Esta
clase de páginas son escasas, y las pocas que e$isten se conser"an como %oyas, no slo para su
estudio del arte sino también de las costumbres cuyo "erdadero conocimiento es el alma de la
!istoria# Nosotros, a medida que crecemos en edad como pueblo y adelantamos en cultura como
sociedad, nos interesamos con mayor an!elo en conocer lo pasado y deseamos !allar testimonios aeste respecto que guíen nuestro %uicio# &ero este deseo no es 'ácil de satis'acer, tanto en la época
antigua como en la reciente, porque no !abiendo tenido arte ni literatura nacional, !an desaparecido
los tipos sociales tan 'ugazmente como !uye el tiempo, sin que manos de obser"adores los !ayan
'i%ado ni con la escritura ni con los medios que proporcionan las bellas artes# (a rica imaginacin de
)alter *cott, !abría sido impotente para interesar a sus contemporáneos con escenas de la
pintoresca edad media, si escritas en las crnicas, si pintadas en los museos, si talladas en piedra, no
!ubiera !allado las costumbres anglosa%onas que proporcionan asuntos, mo"imiento y color a sus
célebres no"elas# +sí como es imposible la restauracin de un monumento derruido cuando slo se
conoce el lugar donde e$istía, es igualmente obra superior a la inteligencia !umana, comprender los
tiempos sin e$aminar sus "estigios# e manera que, cuando con relacin a una época cualquiera de
nuestra "ida, tengamos la 'ortuna de encontrar un testigo, que "io o sinti por sí mismo, debemosapresurarnos a consignar el precioso testimonio que nos suministra para ilustrar con él las páginas
!asta a!ora pálidas de nuestra !istoria# Estas páginas no 'ueron escritas para darse a la prensa tal
cual salieron de la pluma que las traz, como lo prueban la precipitacin y el desnudo realismo con
que están redactadas# -ueron trazadas con tal prisa que debieron e$igirle al autor más tiempo que el
que emplea un taquígra'o para estampar la palabra que escuc!a. nos parece "erle en una situacin
seme%ante a la del pintor que abre su álbum para consignar en él con rasgos rápidos y generales, las
escenas que le presenta una calle p/blica para componer más tarde un cuadro de costumbres en el
reposo del taller# Esos croquis, bosque%os, o como quiera llamárseles, tienen gran precio para los
conocedores en las artes, por cuanto son como impro"isaciones e$temporáneas que permiten
traslucir sin enga0o la manera, el genio, y !asta el alma de quien les produ%o# &or imper'ectos que
sean los lineamientos con que se re"elan de este modo una personalidad o un ingenio, los estima en
muc!o el amigo de la originalidad y les pre'iere a todo otro antecedente para 'undar su %uicio sobre
las cualidades del artista# +parte, pues del "alor !istrico que tiene el presente traba%o, como lo
notaremos más adelante, la circunstancia que acabamos de recomendar, le da en nuestro concepto,
un mérito especial, en cuanto nos proporciona una oportunidad nue"a para comprender me%or al
autor de 1(a 2auti"a1 y del 1+ngel 2aído1, y para sorprenderle en los secretos de componer o de
1artizar1, como él diría# (os iniciados en este secreto del poeta, que él mismo no !ubiera acertado a
comunicar si lo !ubiera intentado de propsito, saben que sus obras son el resultado de serias
re'le$iones, de ensayos comenzados y abandonados, de e$perimentaciones sobre la sociedad, sobre
el indi"iduo, de e$ámenes proli%os de su propia conciencia, de indagaciones pacientes acerca de los
!ec!os que él mismo no !abía presenciado# 2uando rebosaba su paleta de colores apropiados a suidea y ésta se le presentaba clara y luminosa en su mente, entonces se entregaba a la labor con el
ardimiento de un inspirado y en corto espacio de tiempo arro%aba de sí algunos de esos 'ragmentos
que son partes aisladas de la "asta idea que !abía concebido su genio# 2omo amigos del ilustre
poeta y directores de la edicin de sus obras completas, !emos tenido ocasin de e$aminar los
papeles y borradores que de% en gran cantidad y en sumo desorden, y podemos %usti'icar lo que
decíamos un momento antes con documentos 'e!acientes# El tipo de don Juan 'ue "arias "eces
modelado por su autor ba%o di"ersos nombres, y la disposicin de'initi"a del poema en donde !ace
papel principal este persona%e, es resultado de muc!os ensayos y pruebas que arro%aba al 'ondo de
su cartera cuando no respondían al relie"e y a la per'eccin que aspiraba dar a su obra# 3emos
encontrado una interesante serie de estudios en 'orma de correspondencia epistolar, sobre la
naturaleza del terreno, el paisa%e y los !abitantes de nuestras llanuras, que "emos utilizados mástarde en el poema de 1(a 2auti"a1, en el cual si el lector se siente impresionado por la solemne
melancolía del con%unto, es a causa de la e$quisita e$actitud con que 'ueron obser"ados los
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pormenores que sir"en de 'ondo a los des"enturados persona%es de aquel drama del desierto# &ara
'ines que pueden comprender leyendo el poema 1+"ellaneda1, dagarreotip su autor el cuadro que
e$ponemos !oy al p/blico# (a casualidad y la desgracia pusieron ante los o%os de Ec!e"erría aquel
lugar sui generis de nuestros suburbios donde se mataban las reses para el consumo del mercado, y
a manera del anatmico que domina su sensibilidad delante del cadá"er, se detu"o a contemplar las
escenas que allí se representaban, teniendo el cora%e de consignarlas por escrito para o'recerlas
alguna "ez, con toda su 'ealdad, ante aquellos que están llamados a in'luir en la me%ora de lascostumbres# 2onociendo de cerca los instintos y educacin de aquella clase especial de !ombres,
entre quienes 'ue a buscar el tirano los instrumentos de su sistema de gobierno, pudo pintar con
mano maestra los siniestros caracteres que te%en la traicin en que cae la noble "íctima de su citado
poema# +quella cuadrilla 'amosa que se llam 1la mazorca1, es !asta !oy mismo un curioso estudio,
y aun !ay quien pregunta 4quiénes la compusieron5 4e dnde sali armada del terror y la muerte5
espués de la lectura del presente escrito quedarán absueltas estas dudas# El Matadero 'ue el campo
de ensayo, la cuna y la escuela de aquellos gendarmes de cuc!illo que sembraban de miedo y de
luto todos los lugares !asta donde llegaba la in'luencia del mandatario irresponsable# El poeta no
estaba sereno cuando realizaba la obra de escribir esta elocuente página del proceso contra la
tiranía# *i esta página !ubiese caído en manos de 6osas, su autor !abría desaparecido
instantáneamente# El conocía bien el riesgo que corría7 pero el temblor de la mano que se ad"ierteen la imper'eccin de la escritura que casi no es legible en el manuscrito original, pudo ser más de
ira que de miedo# *u indignacin se mani'iesta ba%o la 'orma de la ironía# En una mirada rápida
descubre las a'inidades que tienen entre sí todas las idolatrías y todos los 'anatismos, y comienza
por las escenas a que dan lugar los ritos cuaresmales, para descender por una pendiente natural que
los mismos !ec!os establecen, !asta los asesinatos o'iciales que son la consecuencia del 'anatismo
político inoculado en conciencias supersticiosas# (os colores de este cuadro son altos y ro%izos7 pero
no e$agerados porque slo ellos remedan con propiedad la sangre, la luc!a con el toro bra"ío, la
pendencia cuerpo a cuerpo y el arma blanca, las %aurías de perros !ambrientos, las bandadas de a"es
carní"oras, los grupos gárrulos de negras andra%osas, y el tumulto y la "ocería de los carniceros
insolentes# El tono subido de este cuadro ni siquiera se aten/a con la presencia del %o"en que
aparece en él como "íctima de su dignidad personal y de su cultura7 porque le%os de amedrentarse y
palidecer delante de sus "erdugos, despliega toda la energía, toda la entereza moral, todo el "alor
'isico, que inspira en el !ombre de corazn el sentimiento del !onor o'endido# (a escena del
1sal"a%e unitario1 en poder del 1Juez del Matadero1 y de sus satélites, no es una in"encin sino una
realidad que más de una "ez se repiti en aquella época aciaga. lo /nico que en este cuadro pudiera
!aber de la in"enti"a del autor, sería la apreciacin moral de la circunstancia, el lengua%e y la
conducta de la "íctima, la cual se produce y obra como lo !abría !ec!o el noble poeta en situacin
análoga# Este precioso boceto aparecería descolorido, si lle"ados de un respeto e$agerado por la
delicadeza del lector, suprimiéramos 'rases y palabras "erdaderamente soeces pro'eridas por los
autores en esta tragedia# Estas e$presiones no son de aquellas cuyo e%emplo pudiera tentar a la
imitacin, por el contrario, !ermanadas por el arte del autor, con el carácter de quienes las emplean,quedan más que nunca desterradas del comercio culto y !onesto y anatemizadas para siempre# No
sabemos por qué !a !abido cierta especie de repugnancia a con'irmar de una manera permanente e
!istrica los rasgos populares de la dictadura# 3emos pasado por una "erdadera época de terrorismo
que in'undi admiracin y escándalo en +mérica y Europa# &ero si se nos pidieran testimonios y
%usti'icati"os escritos para dar autenticidad a los !ec!os que caracterizan aquella época, no
podríamos presentarlos, ni siquiera narraciones metdicas y anecdticas, a pesar de oírlas re'erir
diariamente de boca de los testigos presenciales# 2uando estos de%en de e$istir estamos e$puestos a
que se crea que no !emos sido "íctimas de un bárbaro e$quisitamente cruel, sino de una pesadilla
durante el sopor de una siesta de "erano# (os pueblos que por cualquier consideracin se
mani'iestan indi'erentes por su !istoria y de%an pasar los elementos de que ella se compone como
pasan las !o%as de oto0o, sin que mano alguna las reco%a, están condenados a carecer de 'isonomía propia y a presentarse ante el mundo insulsos y descoloridos# 8 si este ol"ido del cumplimiento de
una obligacin es resultado intencional de un 'also amor patrio que silencia los errores y los
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crímenes, entonces es más de deplorarse, porque seme%ante manera de ser"ir a la !onra del país,
más que una "irtud es un delito que se paga caro, porque in!abilita para el e%emplo y para la
correccin# Ec!e"erría no pensaba así, y creía que si la mano de un !ombre no puede eclipsar al sol
sino para sí mismo, el silencio de los contemporáneos no puede !acer que enmudezca la !istoria, y
ya que 'orzosamente !a de !ablar, que diga la "erdad# *u escrito como "a a "erse es una página
!istrica, un cuadro de costumbres y una protesta que nos !onra# 9G#: