Transcript
Page 1: ¿Hay Esperanza Para Quien No Publica en Nature ¡Por Supuesto Que Sí!

22SEBBM 154 | Diciembre 2007

¿SE PUEDE SOBREVIVIR EN CIENCIA SIN PUBLICAR EN NATURE ?

¿Hay esperanza paraquien no publica en Nature?

¡Por supuesto que sí!Josep Rizo

Con el ejemplo de las circunstancias que han determinado el éxito y las contradicciones ligadasa la publicación de algunos de sus trabajos científicos de mayor reconocimiento, el profesor Rizo argumenta

los pros y los contras asociados a las tradicionalmente consideradas revistas de alto factor de impacto. Existenargumentos que justifican el estado de estas publicaciones, pero también muchos otros que reconocen con justicia

la calidad de numerosos trabajos publicados en revistas que no están entre el grupo de «las preferidas».

ay muchas maneras decontestar a la preguntadel título y hay diversosaspectos que considerar;cualquier respuesta cor-

ta como la del título es por necesidad sim-ple e imprecisa y, por supuesto, refleja uncierto grado de subjetividad. Por ello, em-pezaré con una breve nota autobiográficaque ayudará al lector a entender «de dóndevengo», y explicaré algunas de mis expe-riencias que me han llevado a algunos delos puntos de vista que describo.

El factor de impactoy la autoridad

Nací en Barcelona en 1959 en una familiahumilde y crecí con el franquismo, lo cualme condicionó desde el principio a teneruna aversión profunda por todo lo quesean clases sociales y gente elitista, y a estaren contra de la autoridad y del status quo.Hice todos mis estudios superiores en laUniversidad de Barcelona. Primero com-pleté la carrera de químicas (especialidadorgánica) y después la de físicas (especiali-dad teórica), mientras hacía el doctoradoen química orgánica. En 1989 me fui aDallas a hacer trabajo posdoctoral y he vi-vido allí desde entonces. En Dallas me con-vertí en biofísico-bioquímico, y desde queestablecí mi laboratorio propio en 1995

me he dedicado a investigar los mecanis-mos de liberación de neurotransmisores yde fusión de membrana. Supongo que seme puede «acusar» de pertenecer a unaélite científica por haber publicado unoscuantos artículos en revistas prestigiosas,pero quiero dejar bien cla-ro de antemano que nun-ca considero la revistadonde se ha publicado unartículo como criterio im-portante para valorarlo; laciencia es lo que cuenta.

El estar en contacto conla investigación en cam-pos muy diversos me hapermitido observar coninterés la diversidad de ac-titudes que existan sobreel tema de las publicacio-nes. Un criterio que seutiliza bastante para valo-rar la importancia de unarevista es el factor de im-pacto (FI) publicado porel Science Citation Index (SCI) (en la tabla1 se describen los FI de 2006 de variasrevistas para que sirvan de referencia). Sinembargo, la reputación de la revista en uncampo determinado es más importante queel FI para muchos científicos. Por ejemplo,en mi entorno de químico orgánico de hace

20 años el «sueño dorado» era publicar enJournal of the American Chemical Society, apesar de tener un FI más bajo que muchasrevistas de más talante biológico, porque seconsideraba que, en general, los artículosbiológicos se citan mucho más que los quí-

micos. Por otro lado,siempre tuve la im-presión de que losfísicos teóricos no ledaban mucha impor-tancia al tema de lasrevistas. Todo lo con-trario en la biología ycampos relacionados,donde publicar en re-vistas de prestigio pa-rece que sea crucial; enparticular, publicaren una de las tres re-vistas «grandes», o seaCell, Nature o Sciencepuede catapultar aun científico rápida-mente al estrellato ypor ello se convierte,

a veces, en una obsesión (por brevedad,utilizaré el acrónimo CNS para referirme aestas tres revistas). Este es el tema que nosocupa: ¿es necesario publicar en alguna deestas tres revistas para triunfar o simple-mente sobrevivir en biología y sus camposrelacionados?

H

INFORME

‘Al científicorealmente puro,a quien le gustala ciencia por laciencia y no porla fama que puedatraer, no le hacenfalta los premiosni las revistascomo Naturepara motivarse.»

J. RIZO

Administrador
Sello
Page 2: ¿Hay Esperanza Para Quien No Publica en Nature ¡Por Supuesto Que Sí!

SEBBM 154 | Diciembre 200723

INFORME

Sobre la valoración delas publicaciones científicas

El hecho mismo de que la anterior pregun-ta sea un tema de actualidad implica quehay opiniones muy distintas sobre cómohay que evaluar las publicaciones científi-cas y, de forma más general, las contribu-ciones hechas por un científico. El temaestá claramente relacionado con muchascuestiones que surgen a menudo en otrosaspectos de nuestra vida cotidiana. En ge-neral, a la gente le gusta formarse una opi-nión «bien informada» para valorar un temadeterminado; sin embargo, como la mayo-ría estamos demasiado ocupados para de-dicar el tiempo necesario para ello, nos gus-ta tener puntos de referencia y sistemas«objetivos» que nos ayuden a evaluar eltema deprisa, sin tener que pensar muchoo ser un experto. Creo que el valor desme-surado que se le da, demasiado a menudo,a la «categoría» de la revista donde se pu-blica un artículo surge en parte por estasmismas razones. Por otro lado, no hay dudade que la existencia de premios, clasifica-ciones y categorías en muchos ámbitos denuestra sociedad promueve las ansias desuperación personal y ayuda al ser huma-no a avanzar. Por lo tanto, la existencia derevistas de alto prestigio que puedan ayu-dar a los científicos a «consagrarse» tieneun aspecto claramente positivo y sin dudaayudan a la ciencia. Pero tampoco hay queengañarse, al científico realmente puro, aquien le gusta la ciencia por la ciencia y nopor la fama que pueda traer, no le hacenfalta los premios y las revistas como CNSpara motivarse, como no creo que aBeethoven le hicieran falta motivacionesbanales para superarse constantemente ensus composiciones musicales.

El problema es que, por muy idealista queuno sea, para ser científico hay que teneruna plaza en una institución científica yhay que conseguir dinero para poder reali-zar la investigación que uno desea y, paraello, se deben seguir las reglas del «siste-ma», al menos hasta cierto punto. Por ejem-plo, no hay duda que publicar en revistascomo CNS ayuda muchísimo a conseguirdinero para proyectos. Algunos departa-mentos de las universidades americanas másfamosas hasta llegan a exigir como mínimouna publicación en una de estas tres revis-tas para otorgar tenure (lo que significa te-ner una plaza de investigación estable). Porsupuesto, también existen algunos cientí-ficos que consideran que sólo vale la penapublicar en revistas como CNS y que, sialgo se publica en otra revista, no debe serimportante. Este tipo de opinión tan

tajante también refleja un problema típi-co de nuestra sociedad, la tendencia alelitismo y al placer de sentirse superior porpertenecer a una élite. A mí, esta actitudme resulta incompresible y me parece máspropia de un ordenador que de una per-sona con sentido común. Una de las vir-tudes principales de un científico es tenerla mente abierta a posibilidades variadas yestar dispuesto a considerar excepciones acualquier regla. Y por supuesto las excep-ciones a la regla «hay que publicar en CNS»son innumerables.

No hay ninguna duda de que revistas comoCNS constituyen instrumentos sumamen-te útiles de divulga-ción científica, queayudan a tener una pa-norámica amplia de laciencia de hoy en día,y que publican mu-chos artículos de unacalidad incuestionableque a veces describendescubrimientos cru-ciales. Sin embargo,también hay artículosen estas revistas quedespués se citan muypoco, o que son demuy baja calidad, oque están completa-mente equivocados(por desgracia esto ha ocurrido muy a me-nudo en mi campo de investigación; algu-nos ejemplos se citan en uno de mis reviews

recientes).1 No realizo este comentario paramenospreciar a estas revistas, puesto quede hecho les tengo mucho respeto y no sepuede pretender que el sistema de peerreview sea perfecto, pero lo que tengo muyclaro es que no se puede asumir que unartículo científico es «muy bueno» simple-mente porque aparece en CNS. Además, loque resulta también muy evidente es quemuchas otras revistas también publicanartículos de enorme calidad. Hay muchísi-mos ejemplos que se podrían citar para de-mostrar este punto, pero para dar sólo unejemplo vehemente mencionaré un artícu-lo de Elliott Ross y Alfred Gilman en J BiolChem en 1977 que llevó al descubrimientode las proteínas G y que fue crucial paraque le otorgaran el premio Nobel a AlfredGilman en 1994.2

Otro punto que hay que tener en cuenta esque, en ocasiones, muchos científicos ni si-quiera intentan publicar sus descubrimien-tos más importantes en CNS por razonesdiversas. Por ejemplo, porque quieren pu-blicarlos rápidamente y no quieren arries-garse al proceso impredecible que suponepublicar en estas revistas, o simplementeporque no se preocupan en absoluto de la«fama» que otorgan estas revistas (de he-cho, conozco bastantes científicos con estaactitud y sobreviven en ciencia perfecta-mente bien).

Los dos extremos de labalanza, ¿existe la esperanza?

Creo que algunas de mis experiencias pue-den ser útiles para el lector joven que estéempenzando su carrera científica indepen-diente y se esté planteando hasta qué pun-to hay que preocuparse de publicar en re-

vistas prestigiosas. Hepublicado algunos artí-culos en CNS y no hayduda de que esto me haayudado mucho en micarrera, pero también hetenido varios rechazosfrustrantes en CNS deartículos que se publica-ron después en otras re-vistas de alto FI comoNature Structural & Mo-lecular Biology, Neuron,Molecular Cell y EMBOJournal. Digo que fueronfrustrantes porque loscomentarios de los re-viewers de CNS fueron

mucho menos razonables que los de losreviewers de estas otras revistas y, en algu-nos casos, las críticas fueron feroces y total-

Revista FI

Cell 29,194

Nature 26,681

Science 30,028

EMBO J 10,086

Nat Struct Molec Biol 11,502

Neuron 13,894

Molecular Cell 14,033

J Biol Chem 5,808

J Am Chem Soc 7,696

J Mol Biol 4,890

Biochemistry 3,633

TTTTTabla 1.abla 1.abla 1.abla 1.abla 1. Factores de impacto de Factores de impacto de Factores de impacto de Factores de impacto de Factores de impacto derevistas mencionadas en el textorevistas mencionadas en el textorevistas mencionadas en el textorevistas mencionadas en el textorevistas mencionadas en el textosegún SCI en 2006según SCI en 2006según SCI en 2006según SCI en 2006según SCI en 2006

‘También hayartículos en revistasque despuésse citan muy poco,o que son demuy baja calidad,o que estáncompletamenteequivocados.»

J. RIZO

Page 3: ¿Hay Esperanza Para Quien No Publica en Nature ¡Por Supuesto Que Sí!

24SEBBM 154 | Diciembre 2007

mente injustificadas. Claro que esto puedepasar en cualquier revista, pero tengo laimpresión de que es mucho más frecuenteen CNS y que muchos científicos se vuel-ven mucho más críticos cuando hacen dereviewers para estas tres revistas que paraotras. Esto hace la tarea de sus editores muydifícil y convierte el proceso en algo bas-tante injusto porque para que el artículosea aceptado hay que tener la suerte de queninguno de los reviewers sea un enemigo otenga un mal día. De todas maneras, creoque el impacto de la mayoría de estos artí-culos fue parecido al que hubieran tenidosi se hubieran publica-do en CNS. Un caso cla-ro es el de un artículoque fue rechazado enCell y después se publi-có en EMBO Journal:3

el número de citas delartículo (229 según lainformación más recien-te de SCI) es compara-ble a la mediana de lascitas de los artículos pu-blicados en Cell el mis-mo mes de 1999 (184según SCI). Quieroañadir que también ten-go artículos que nuncamandé a CNS y se pu-blicaron en revistas conFI moderado como Bio-chemistry o BiophysicalJournal, pero son ampliamente conocidosen mi campo.4,5

Estas y otras experiencias me han llevado ala convicción de que, aunque publicar enCNS puede ayudar a diseminar los resulta-dos a una gama variada de científicos queno están directamente implicados en micampo, si mis resultados son interesantes,los científicos expertos en mi campo siem-pre los ven y los valoran. Todo ello, y sobretodo la pérdida de tiempo que supone elenviar un artículo a una revista para queluego sea probablemente rechazado, me hallevado en los últimos años a preocuparmecada vez menos de publicar en CNS. De

hecho, recientemente decidí no mandar elartículo que considero probablemente elmejor de mi carrera6 a ninguna de las tresrevistas CNS, en parte como símbolo derebelión al sistema y en parte porque que-ría publicarlo en una revista donde tuvieraespacio muy amplio para discutir la impor-tancia de nuestros resultados. De todas ma-neras, sigo intentando publicar en CNS enalgunos casos, porque ayuda a seguir con-siguiendo dinero para mis investigaciones.

Me gustaría finalizar insistiendo en que notengo nada en contra de las revistas CNS

por sí mismas, sinocontra la idea de que elhecho de publicar enestas revistas reciba tan-ta atención sin preocu-parse de lo que realmen-te importa: la ciencia.Creo que cualquier sis-tema de evaluación queno se base en los resul-tados científicos, in-dependientemente dedonde se publiquen, esvergonzoso, especial-mente considerandoque estamos en el sigloXXI y que una parte im-portante de la humani-dad mira a los científi-cos como sus líderesintelectuales. Me consi-

dero en parte culpable por contribuir alsistema vigente, pero supongo que todoshacemos lo que podemos mientras las re-glas del juego no cambien. Soy optimista ycreo que las cosas irán cambiando porquesé que muchos científicos comparten miopinión y porque muchos problemas dediscriminación y elitismo en nuestra socie-dad se han ido solucionando conforme másy más gente ha alzado la voz contra ellos.

Una de las razones por las que revistas deprestigio han jugado un papel muy im-portante en la ciencia ha sido una cuestiónsimple de accesibilidad: hay un gran nú-mero de revistas y muchas instituciones no

INFORME

pueden permitirse el lujo de tenerlas todas,así que publicar en una revista prestigiosaque tienen todas las instituciones ayuda aque más gente vea el artículo. Sin embargo,las revistas de publicación electrónica deacceso abierto, junto con los programas debúsqueda cada vez más sofisticados que seestán desarrollando, ofrecen la oportuni-dad de que toda la ciencia pueda ser acce-sible a todo el mundo y facilitará que lainvestigación sea valorada por lo que es yno por las apariencias. No tengo ningunaduda de que hay esperanza. #

Josep RizoCATEDRÁTICO DE BIOQUÍMICA

UNIVERSITY OF TEXAS,SOUTHWESTERN MEDICAL CENTER, DALLAS

Bibliografía

1. Rizo, J.; Chen, X. y Arac, D.:«Unraveling the mechanisms ofsynaptotagmin and SNARE function inneurotransmitter release», Trends CellBiol 2006; 16 (7): 339-350.

2. Ross, E.M. y Gilman, A.G.: «Resolutionof some components of adenylate cyclasenecessary for catalytic activity», J BiolChem 1977; 252 (20): 6966-6969.

3. Dulubova, I.; Sugita, S.; Hill, S.; Hosaka,M.; Fernández, I.; Sudhof, T.C. y Rizo, J.:«A conformational switch in syntaxinduring exocytosis: role of munc18»,EMBO J 1999; 18 (16): 4372-4382.

4. Shao, X.; Fernández, I.; Sudhof, T.C. yRizo, J.: «Solution structures of theCa2+-free and Ca2+-bound C2A domainof synaptotagmin I: does Ca2+ induce aconformational change?», Biochemistry1998, 37 (46): 16106-16115.

5. Chen, X.; Arac, D.; Wang, T.M.; Gilpin,C.J.; Zimmerberg, J. y Rizo, J.: «SNARE-Mediated Lipid Mixing Depends on thePhysical State of the Vesicles», Biophys J2006; 90 (6): 2062-2074.

6. Dai, H.; Shen, N.; Arac, D. y Rizo, J.:«A Quaternary SNARE-Synaptotagmin-Ca(2+)-Phospholipid Complex inNeurotransmitter Release», J Mol Biol2007; 367 (3): 848-863.

...........................

‘Cualquier sistemade evaluaciónque no se baseen los resultadoscientíficos esvergonzoso,especialmente enel siglo XXI cuandola humanidad miraa los científicoscomo sus líderesintelectuales.»

J. RIZO