I.2. LA SUBORDINACION DE LAS ESTRATEGIASPRODUCTIVAS A UN PROYECTOREPRODUCTIVO GLOBAL
I.2.1. Casa, explotación y grupo doméstico
Definir las unidades de análisis nos coloca frente a un problema
mayor de las ciencias sociales, la identificación de un «sujeto de la
acción social» entre ese «individuo» que nunca acaba por hacerseautónomo y una comunidad aldeana siempre «a punto de desapare-
cen>. Tres son los conceptos manejados con más frecuencia para
expresar la relación entre factores productivos y reproductivos,
«explotación», «casa» y«grupo doméstico»; los tres participan par-
cialmente del campo semántico de un cuarto concepto de uso coti-
diano, el de «familia»; y los tres conceptos se emplean a menudo,
erroneamente, como intercambiables en las ciencias sociales.
EXPLOTACION es un concepto usado con frecuencia por la
sociología rural, dentro de una teoría que prima lo productivo. EI
análisis clásico descompone las unidades identificadas en tres facto-
res de producción, «tierra», «trabajo» y«capital», y explica las
diferentes opciones productivas como resultado de la diferencial
capacidad de manipular estos tres factores (11). La «diversidad de
grados de modernización» aparece como un intento de tipologizar
esa diversidad de opciones productivas, dentro de una idea finalista
de paso de una agricultura «de autoconsumo» o«tradicional» a
una agricultura capitalista o inserta en el mercado. A parte de las
dificultades teóricas de este enfoque (12) las explotaciones de San
(11) En antropología este enfoque fue centro de debate entre las corrientes
«sustantivista» y«formalista» en los años 50-70. Jenkins (1977) es un buen ejemplo
de la primera, y Nash (1968) de la segunda. Godelier (1974) realiza una acertada
crítica de ambas corrientes. El estudio de Greenwood (1976) sobre la agricultura
de Fuenterrabía es un intento elaborado de conciliar las dos posiciones.
(12) La «teoría de la modernización» implica un paradigma de evolución
unilineal de los sistemas agrícolas, hacia una especialización en estrecha dependen-
cia de los sectores «amonu> y«aval». Por el contrario la historia reciente de las
agriculturas, europeas o extraeuropeas, contiene fases orientadas en direcciones
47
Martiño se resisten a ser conceptualizadas de este modo (13) .No
sólo combina cada una de ellas autoconsumo, producción comercial
y actividades no agrarias de la forma más diversa, sino que en el
espacio de pocos años una explotación basada en la «agricultura
a tiempo parcial» (ATP) puede pasar a dedicarse exclusivamente
a la agricúltura comercial, abaridonarla después a favor de una
agricultura de autoconsumo y acto seguido volver a la ATP.
El concepto de CASA responde a una teoría que funde aspectos
productivos y reproductivos. Por «casa» se entiende en San Martiño
una unidad social integrada por individuos corresidentes, unidos
normalmente por vínculos de parentesco; pero también forma parte
de la «casa» el patrimonio que esos individuos trabajan y/o gestio-
nan, incluida la vivienda y/o depéndencias anexas, las tierras, los
muebles, ganados y útiles de trabajo (14). Además se hace una
afirmación más o menos explícita de que esa unión entre personas
y patrimonio se enraiza en un pasado y se proyecta en el futuro.
«Casa» es un concepto que el campesinado utiliza para teorizar su
acción social, y no sólo en San Martiño, pues la literatura antropoló-
gica documenta conceptos similares ampliamente extendidos entre
el campesinado de Europa Occidental (15). Pero a menudo esa
misma literatura ha reificado un concepto de «casa» cuasiuniversal,
y cuando lo intenta imponer a un contexto etnográfico determinado
muy distintas; y en cuanto al futuro, las voces a favor de una «agricultura biológica»
plantean ya un modelo alternativo. Parece adecuado el punto de vista de Leach
(1988) cuando considera que la i<teoría de la modernización» implica un proyecto
de cambio subordinado a los intereses de las empresas del sector «amont» y«aval».
(13) Aunque con frecuencia los paisanos de San Martiño utilizan la palabra
«explotación» para teorizar ciertos aspectos de su actividad productiva.
(14) Un concepto similar de «casa» aparece ampliamente expandido por el
medio rural gallego, como lo documentan varias monografías. Ver por ejemplo
Lison (1979); Bauer (1983); o Iturra (1988).
(15) Sin salirnos de España, Greenwood (1976) ha descrito la «casa» en Euzka-
di, y Comas (1985) en el Pirineo aragonés. También en Francia ha sido analizada
la «casa», en el Bearn por Bourdieu (1962), en el Rosellón por Assier (1981). En
Irlanda la ha est^diado Arensberg (1968), y Cole & Wolf (1974) en el Tirol.
48
acepta la teorización campesina sin repensarla previamente (16).
En San Martiño las 58 «casas» que había en 1952 se han reducido
en la actualidad a menos de 40, y casi la mitad de ellas cerrarán
en los próximos años faltas como están de sucesión; y el análisis
de la memoria guardada en las genealogías documenta desde princi-
pios del S. XIX un proceso constante de desaparición y apertura
de «casas». Pero además el concepto de «casa» se corresponde sólo
con la práctica social de una franja específica del campesinado
(17), y aún dentro de esta no da cuenta de muchas variables.
El tercer concepto es el de GRUPO DOMESTIGO, dentro de
una teoría que prima los aspectos reproductivos. Es este un término
acuñado por la literatura antropológica (18), definido por Iturra
(1987) como «conjunto de personas que contribuyen en la obtención
y gestió^n de recursos productivos y reproductivos». En efecto, el
criterio para delimitar un grupo doméstico no va a ser ya ni la
corresidencialidad de sus miembros, ni la comensalidad, ni mucho
menos su cooperación en la producción agrícola dentro de una
unidad productiva, sino la participación de esós miembros como
gestores y/o beneficiarios en la gestión de unos determinados recur-
sos.Dos conceptos cercanos,«ciclo de vida del individuo» y«ciclo
de desarrollo del grupo doméstico» vienen a introducir una dimen-
(16) En último término el uso del concepto de «casa» es característico de cierta
tradición académica francesa. La cuestión se inscribe en un problema epistemológico
más amplio, el de la relación entre lo «reab> -lo que quíera que sea eso- los
conceptos utilizados en su práctica social por las personas para pensar lo real, y
los conceptos manejados por los científicos sociales. El análisis de Leach, (1961)
en cuanto a la validez del concepto de «estructŭra social» es especialmente pertinente
al respecto.
(17) Más concretamente con un campesinado medio, propietario de las tierras
que trabaja. Como expone Assier (1986) entre los jornaleros es la relación de
dependencia frente al patrón, y entre los pequeños arrendatarios y aparceros es la
naturaleza del contrato de cesión de la tierra lo que condiciona prioritariamente la
composición del grupo familiar y el desarrollo del proceso hereditario.
(18) Son hitos significativos de esta discusión Fortes (1958); Goody (1972); e
Iturra (1987).
49
sión diacrónica. El individuo a lo largo de su vida atraviesa por
una sucesión de etapas en un ciclo definido socialmente, en el que
aprende y asume responsabilidades primero, para después traspa-
sar estas funciones así como el conocimiento que desempeñarlasexige a la siguiente generación (19) . De forma análoga en la literatu-
ra antropológica se ha definido un «ciclo de desarrollo del grupo
doméstico», ciclo que se iniciaría en la formación de una nueva
pareja, se desarrollaría en el nacimiepto y crecimiento de su proge-
nie, y finalizaría con la independización de los hijos y el envejeci-
miento y muerte de los progenitores. Siendo como lo es el concepto
de «ciclo de desarrollo del grupo doméstico» una ficción homogenei-
zadora que la antropología ha construido e impone a sociedades
muy diversas y a una realidad muy heterogénea dentro de ellas
-Iturra, 1987-, este concepto sí constituye un modelo útil para
pensar la diversidad en la composición interna de los grupos domés-
ticos de una áldea, en relación con la distinta fase que está atrave-
sando cada uno de ellos a lo largo de su ciclo reproductivo (20).
«Explotación», «casa» o«grupo doméstico»? Quizás la única
manera de verificar la utilidad de los conceptos sea contrastándolos
con la realidad empírica objeto de estudio. Procederé a analizar
las unidades residenciales de que se componía en 19881a parroquia,
pero tomando estas unidades como punto de partida del análisis.
Hacia el pasado primero, en tanto los individuos corresidentes se
consideran y son considerados por sus vecinos como eslabón dentro
de la historia de una casa; y en el presente, en cuanto esos individuos
gestionan conjuntamente una serie de recursos y realizan ciertas
actividades económicas de forma coordinada. A través de estas
«historias» pretendo mostrar la íntima relación entre proceso here-
(19) Ver al respecto Fortes (1958); e Iturra (1987).
(20) La clasificación de los grupos domésticos que componen una aldea en
base a la composición interna de cada uno, siguiendo una tipología similar a las
empleadas por Laslett (1972) ignora precisamente esta dimensión diacrónica. La
comparación entre distintas aldeas a partir de la frecuencia estadística de ciertos
tipos abstractos de grupos domésticos es por lo mismo una empresa con escaso
sentido.
50
ditario y actividades económicas seguidas por las personas, en
particular la suerte de la explotación agroganadera; y cómo para
entender el devenir de una «casa» es preciso prestar también aten-
ción a la suerte de los miembros que marchan, y a las relaciones
que mantienen con quienes siguen residiendo en la aldea.
I.2.2. Historias de las casas actuales de San Martiño (21)
1. Cas Alberto
En 1928 Maruxa y su marido vuelven de Cuba y con sus ahorros
compran un pequeño lugar, que irán ampliando a base de adquirir
y roturar incultos. Casa en casa su hija menor, Susa, mientras que
la mayor, minusválida, quedará en casa soltera. En 1982, tras casar
en casa el nieto Luis, se emprende bajo su dirección un plan de
transformación técnica de la explotación, plan aún en marcha. Hoy
tienen una explotación «alta» (22), que diversifica sus ingresos
recriando «xatas» (terneras) y trabajando con maquinaria «pra
fora». Los dos matrimonios se encargan de la explotación, mientras
Pepa, la tía soltera, se centra en el trabajo doméstico. La otra nieta,
Luisa, trabaja como dependiente en úna tienda. Maruxa y Pepa
cobran pensión de vejez.
(21) Las casas aparecen numeradas para facilitar su identificación en Gráficos
y Cuadros.
El grado de exhaustividad de la inCormación es variable. A partir de un primer
matrimonio -nacidos los dos cónyuges hacia principios del S. XX- se registran
todos sus hijos. Pero una vez que estos hijos marchan de casa no se recoge su
descendencia ulterior. Del mismo modo los árboles genealógicos recogen los cónyu-
ges casados con miembros de la «casa»; pero no las familias de origen de estos
cónyuges.
(22) Distingo tres grupos de explotaciones, en función de la relación entre las
dimensiones de su cabaña ganadera y el grado de intensificación: «alta» (25-30
vacas), «media» (14-20 vacas) y«baja» (menos de 13 vacas). D4ás adelante se
desarrollará esta tipología.
51
2. Cas Bouzas
El barrio periférico de Anoca estaba formado por varias casas
que van cerrando en los años 50-60 por la emigración. Sólo queda
cas Bouzas, con una pequeña explotación. En 1982 acometen un
plan de transformación técnica que les conduce hasta ser una explo-
tación «alta»; la base territorial, insuficiente, se complementará
con el arrendamiento y posterior compra de las tierras vecinas
(vacantes) y la roturación de comunales. La explotación corre a
cargo del matrimonio mayor y.del hijo Moncho, recientemente
casado en casa; su hermano Eleuterio trabaja como agente de
ventas, pero coyunturalmente ayuda en los campos. No así la mujer
de Moncho, que trabaja en un hospital en Lugo. La.vieja Manuelacobra pensión.
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1.2.2. HISTORIAS DE LAS CASAS ACTUALES DE SAN MARTIÑO:
1. CAS ALBERTO:
(^ MARUXA^ i 1.895-
PEPA SUSA MIRO1.g22- ^ 1.934 1.934-
ANA LUIS OLUISA1.962- 1.959- 1.970-
JAVIER1.982-
2. CAS BOUZAS:
MANUELA1.907-
RAMONA PEPE1.935- 1.927-
ELETERIO Q MONCHO Q OLOLA1.965- 1.958 I I
LIDIOO OANA1.987- 1.987-
53
3. Cas Couto
Desde los años 20 esta casa experimentó una gran expansión,
gracias a la gestión del abuelo de los titulares, basada en la compra
y«aparcelamiento» de tierras. Tras unos años en los que pareció
que la casa iba a cerrar Sara casa en casa en 1975, y esto da lugar
a un plan de intensificación técnica que les conduce a tener una
explotación «alt^». El matrimonio realiza el trabajo de la explota-
ción, y Sara también el doméstico, a base de un ritmo intensivo,
los hijos apenas ayudan._La incertidumbre sobre si los dos hijos
realizarán estudios superiores o alguno acabará quedando frena
algo el ritmo de intensificación. Andrés, hermano de Sara, es funcio-nario.
4. Cas Lousado
Aquí la transformación técnica, desde 1980-83, se apoya en la
abundancia de mano de obra dedicada a la explotación, y se financia
con las pensiones del abuelo Ramón y de la abuela, fallecida recien-
temente. En 1988 tenían una explotación «media», que trabajaban
la hija casada en casa Sinda, su marido, y el nieto mayor José,
mientras el nieto menor Antonio, estudiánte, ayuda en ratos libres.
La insuficiencia de tierra se ha compensado mediante roturación
de comunales, y para un futuro próximo se planea aumentar hasta
un 50 % la cabaña ganadera.
5. Cas Arturo
Pionera en los años 70 en la transformación técnica, la explota-
ción estuvo a punto de cerrar después, ante la marcha de los tres
hijos de Arturo. El retorno de Lolo, que casa en casa, marca una
nueva fase de expansión que lleva hasta una explotación «media».
La principal limitación es aquí la falta de mano de obra, pues Lolo
carga con el peso de la explotación, ayudado por su padre pensionis-
ta y por un pariente anciano que reside con ellos. La nuera Mina
casi sólo se dedica al trabajo doméstico.
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3. CAS COUTO:
^ANDRES SARA LORENZO1.944- 1.950- 1.944-
J
CHUS O KIKO1.976- 1.978-
4. CAS LOUSADO
RAMONQ1.912- I I
SINDA1.942- 4 LUCAS
1.940-
JOSE ANTONIO1.965- 1.971-
5. CAS ARTURO:
ARTURO1.922-
LOLO1.950 ^
L
O ELVIRA
O MINA.J 1.956-
^JAIME1.985-
55
6. Cas Roque
Gasa construida por los abuelos ancianos (los dos herederos
residuales) hacia 1945, tiene un patrimonio territorial reducido y
especialmente parcelado. Tras casar en casa la hija menor Marisa
con Checho, empleado en un matadero, comienza un plan de inten-
sificación moderado que les ha Ilevado hasta una explotación «me-
dia». La avanzada edad de los viejos y el trabajo de Checho son
a la vez base de la intensificación (dos pensiones y un salario como
financiadores) y obstáculo, debido a la escasez de mano de obra
que suponen: Marisa lleva el peso del trabajo en casá y en la
explotación, y Checho sólo puede ayudarla a media jornada. Desde
1985 se dieron pasos hacia una mayor intensificación (roturación
de comunales y mecanización), y tras acabar mi trabajo de campo
Chechó dejó el matadero y las cuadras fueron ampliadas.
7. Cas Tito
Antiguos «caseiros», que en los años 60 adquirieron parte del
«lugar» de sus amos, y lo fueron ampliando. Marcelo, el hijo mayor
casó en casa, y un hermano suyo quedó en casa soltero. Hoy tienenuna explotación «media», capitalizada con las pensiones de vejez
de Josefa y de invalidez de Rosa. La nieta casada en casa Pepita
organiza el trabajo de la explotación, ayudada por su padre y sutío, mientras Paco el marido de Pepita trabaja en un taller y no
colabora en la granja. A corto plazo los dos sesentones dejarán de
ser fuerza de trabajo significativa y no hay quien los sustituya, y
esto se refleja en un plan de intensifición técnica realizado a remien-dos.
8. Cas Rial
Familia de «caseiros» durante más de cuarenta años, hacia 1960
abandonan el lugar y construyen casa propia, malviviendo durante
56
6. CAS ROQUE:
ROQUE RAMONA1.910- 1.909-
MARISA O Q CHECHO1.952- ^ 1.949-
^^MARISAO QCHITO1.981- 1.983-
7. CAS TITO:
^ JOSEFA1.901-
I _^ -^
ROSA^ MARCELO MONCHO ^1.924- 1.927- 1.930-
PEPITA PACO1.955- 1.951-
0ANDRES1.982-
años Rosa y sus padres ancianos con el cultivo de unas pocas tierras.
Hacia 1982 su único hijo Andrés abandona el trabajo en el matade-
ro, emprende un ambicioso programa de intensificación y casa en
casa. Apoyándose en la pensión de su abuelo (que pronto falleció)
y en el salario de su mujer Ramona, que trabaja en el matadero,
consigue créditos con los que financia edificaciones agrícolas y
57
adquisición de maquinaria y ganado, mientras aumenta la superfi-
cie de la explotación mediante roturación de comunales, arrenda-
miento y compra de fincas, hasta constituir una explotación «me-
dia». EI ritmo de trabajo en la explotación es agobiante,
descansando en Andrés auxiliado por su madre achacosa y por su
mujer a media jornada. Poco después de acabar mi trabajo de
campo, una vez pagados los créditos y habiendo conseguido Rosa
pensión de invalidez, Ramona abandonó el trabajo en el matadero.
9. Cas Xan
Moncho y su mujer fueron «caseiros» muchos años. La situación
mejoró al recibir la mujer su herencia, y sobre todo cuando empeza-
ron a llevar tierras del vecino lugar de Cal, perteneciente a parientes
de la mujer ya ancianos. La transformación técnica en los años 80
se financia mediante un crédito y la pensión de los abuelos, hasta
constituir una explotación «media». La muerte de las dos mujeres,
la abuela y la madre, y el hecho de que el nieto Francisco no se
decida a casar en casa genera un déficit de mano de obra, e indeci-
sión para llevar más adelante la intensificación.
10. Cas Barbeiro
La explotación se constituye hoy sobre un conjunto de fincas
dc procedencia diversa que Barbeiro ha ido «apezando» mediante
una activa política de permutas. La explotación hoy es de dimensio-nes «medio-bajas», pese a ser propietarios de buenos baldíos facil-
mente roturables, que les permitirían incrementar su cabaña en
más de un 50 %. Pero el bajo nivel de intensificación técnica (malas
cuadras, maquinaria insuficiente) apenas permite a Barbeiro y a
su hijo atender la explotación, con la ayuda de su mujer y de un
tío anciano. La baja intensificación no se debe a problemas de
financiación (el tío Avelino ]leva cobrando pensión muchos años)
sino a la indecisión del titular, avivada por la incertidumbre sobresi su hijo quedará en casa.
58
8. CAS RIAL:
ROSA O1.927- L
ANDRES Q ORAMONA1.952- 1.952-
^NITA O1.987-
9. CAS XAN:
MONCHO ^1.912- I- 1
XAN ^ 01.942- I ^
PACO ^1.966-
10. CAS BARBEIRO:
AVELINO I I I I1.895-
ANA Q Q BARBEIRO1.937- 1.936-
^JOSE Q1.973-
59
11. Cas Armando
Antigua casa de «caseiros», los padres de Armando fueron com-
prando el «lugar», y el propio Armando siguió adquiriendo tierras
después de la guerra, redondeándolo con la herencia de su nuera
Felisa, hasta convertirlo en la tercera explotación de la parroquia
... en superficie cultivada. .Un uso ineficiente de la tierra y un índice
muy bajo de intensificación (malas cuadras, pobre mecanización)
le permiten apenas sostener una cabaña «baja» con pobres rendi-
mientos, que apenas logran atender el hijo único Marcos y el nieto
Antón, con la ayuda de Armando y Felisa. Y ello no por falta de
ahorros (Armando y su mujer hoy muerta cobraron pensión durante
muchos años) sino por la indecisión de los gestores que ni siquiera
parecen decididos a casar en casa al hijo mayor.
12. Cas Pozo
Explotación «baja» que sufre una combinación de limitaciones:
poca tierra; falta de recursos financieros (el último pensionista de
la casa murió hace diez años) para atender las compensaciones
hereditarias de los hermanos de Moncho, y unos costes de reposi-
ción del ganado anormalmente altos; y falta de mano de obra, pues .
sólo recientemente ha empezado a ayudar de forma significativa
el hijo mayor en la explotación. A pesar de ello a finales de 1988
entraban en un plan de intensificación basado en la roturación de
comunales, adquisición de maquinaria y reposición de todo el gana-
do.
13. Cas Ernesto
Casa pobre en sus orígenes, el hijo Marcos ejerció varios trabajos
asalariados antes y después de casar, hasta tener que dejarlos debi-
do a padecer una grave enfermedad. Cuenta con pocas tierras
(alguna finca arrendada) y un déficit de mano de obra, ya que
60
11. CAS ARMANDO:
ARMANDO Q1.908-
MARCOS Q O FELISA1.937- 1.941-
ANTON Q Q PEPE1.966- 1.979-
12. CAS POZO:
MONCHOQ OSARA1.948- 1.952-
MONCHITOQ Q JORGE1.973- 1.77-
13. CAS ERNESTO:
ERNESTO^ ^1.911-
MARCOS Q O LOLA1.944- ^ 1.942-
^^
MARIA O Q SITO1.972- 1.979-
61
Marcos está enfermo, su padre es muy viejo y los hijos muy jóvenes:déficit agravado por la baja mecanización, que le obliga a estar
constantemente devolviendo las ayudas que le prestan otras casas.Mantiene así una explotación «baja». Las dos pensiones que co-
bran, por vejez e invalidez, eran una base de capitalización, pero
a finales de 1988 murió el viejo.
14. Cas Zarros
Romualdo es el último heredero de la gran casa de Zarros, cuya
importancia acabó de caer en la primera mitad de este siglo con
varias particiones hereditarias. «Caseiros» muchos años, hoy pro-
pietarios, la explotación sufre una cierta intensificación a partir de
1978, año en que casa en casa la hija Charo y los viejos empiezana cobrar la pensión. Pero pronto se estabiliza en una cabaña «baja»:
careciendo de hijos la pareja más joven, no tiene sentido seguir.
capitalizando la explotación, mientras que las pensiones de los
viejos permiten ahorrar para el futuro.
15. Cas Valiño
Casa que tuvo cierto peso en el pasado y acabó de perderlo
tras el reparto hereditario entre Serafín y sus hermanos, en los años
50. Tras una corta experiencia emigratoria de Fina y sus padres,
Fina casa en casa. Tienen una explotación «baja» escasamente
tecnificada, que dirige Fina con ayuda de sus padres y sin colabora-
ción de su marido José, que trabaja en un taller. Una mayor intensi-
ficación debería superar los límites de la escasa superficie de la
explotación, los problemas de capitalización (nunca se han cobrado
pensiones en esa casa) y de falta de mano de obra, y sobre todo
las disensiones entre la gestora Fina y su padre, titular de los
inmuebles. En todo caso no se acometerán reformas a fondo antes
de que se decida si el nieto Pepe seguirá estudiando.
62
14. CAS ZARROS:
ROMUALDOQ O CARMEN1.912- 1.914-
CHARO (^ Q VICENTE1.939- 1 , 1.948-
15. CAS VALIÑO:
SERAFIN Q OTERESA1.927- I I 1.932-
FINA (^ Q JOSE1.954- 1.952-
PEPE Q O ISABEL1.978- 1.982-
16. CAS MUIÑO:
ALICIA O MAGDALENA O1.932- 1.918- L
MARIA O Q PLACIDO1.958- 1.952-
^O ISABEL
1.987-
63
16. Cas Muiño
Familia de «caseiros» hasta los años 70, fueron después com-
prando unas pocas fincas. En 1985, ocho años después de casar en
casa el hijo único Plácido, llevaban una explotación con un nivel
de intensificación muy bajo. Dos meses después de quedar embara-
zada su mujer María, en 1986, con ŭtruyen cuadras amplias, com-
pran más maquinaria y doblan el ganado hasta 10 vacas, sobre los
ahorros acumulados con las pensiones de la vieja Magdalena y su
17. Cas Anxel
En 1961 Anxel y Minia, herederos residuales de casas pobres,casaron, y años después edificaron casa propia. Sin tierras propias,Anxel pasó por vários oficios hasta acabar empleado en el sanatoriocercano. Su mujer montó una granja de cría de cerdos y en 1980,tras recibir las fincas de su herencia, hicieron cuadras para vacas.Hoy tienen una explotación «baja», muy difícil de ampliar dadala escasez de tierra (en parte arrendada), de maquinaria (carecen
de tractor) y de mano de obra. Minia lleva la explotación con laayuda esporádica de los dos hijos, que no muestran interés algunopor la granja: el hijo ha tenido varios empleos eventuales y ahora
busca uno fijo.
18. Cas Ferreiro
Casa importante a principios de este siglo, estaba ya arruinada
cuando el hijo único Antón casa en casa en 1967. Antón ha pasado
por varios empleos y ahora es el especialista de la parroquia en
trabajar con maquinaria «pra fora», además de dedicarse a la venta
a domicilio. La explotación, «baja», es trabajada por la mujer Ana
ayudada por sus hijos y su suegra, mientras los mismos hijos varones
salen a trabajar con la maquinaria, y la hija Anita está empleada
en una tienda. Ramona la abuela cobra pensión. Los padres no
64
pretenden que ninguno de los hijos siga con la explotación sino
colocarlos a todos fuera de la agricultura, pero eventualmente vana aumentar el ganado para aprovechar la mano de obra que estos
hijos suponen.
19. Cas Narciso
Hijo de herederos residuales Narciso fue comprando y«apezan-
do» fincas a lo largo de años, y hacia 1985 realizó inversiones
cuantiosas para intensificar la explotación, cuando empezó a cobrar
la pensión de vejez. Sus hijos tienen una idea diferente y trabajan
como albañiles, y mientras el menor casará en otra casa proxi-
mamente, el mayor no Ileva trazas de casar. Esto les hace tener
una cabaña «baja», de 9 vacas, menos de la mitad de lo que
permitiría la superficie de pradera y el nivel de mecanización de
la explotación, en la que los hijos se ocupan del trabajo de la tierra
y la siega de forrajes y los padres atienden las cuadras.
20. Cas Bazar
Moncho fue el primero de la parroquia en comprar tractor y
segadora, a finales de los años 60. La enfermedad de sus suegros
acaparó la atención de Esther durante muchos años y generó un
déficit de mano de obra que por entonces la bajas pensiones no
contrarrestaban. Dado que sus tres hijas estudiaron y marcharon
la explotación no tiene futuro. Mantienen así una pequeña cabaña
de 7 vacas, minimizando las inversiones duraderas en la explota-
ción, y el trabajo lo aporta el matrimonio ayudado eventualmente
por una de las hijas residente en Lugo. Van cubriendo gastos hasta
que les llegue la hora de cobrar la pensión, momento en que dejarán
de trabajar la tierra.
65
17. CAS ANXEL:
ANXEL Q O MINIA1.939- I ' 1.941-
^ANDRESQ O MARIA1.964- 1.972-
18. CAS FERREIRO:
RAMONA O1.916- I I
ANTON O ANA1.949- 1.946-
TO^-NITO ANOITA LUOISA JU^AN MOONICA1.969- 1.970- 1.972- 1.976- 1.977-
19. CAS NARCISO:
NARCISOa O ANTONIA1.920- I , 1.930-
MONCHO Q Q JAIME1.928- 1.965-
20. CAS BAZAR:
NACHO Q O ESTRELLA1.928- I , 1.932-
66
21. Cas Madorra
Gracias a una política de compra de tierras el lugar de Madorra
se consolida a finales de los 50 como la mejor propiedad de la
parroquia. También fue una de las primeras explotaciones en meca-
nizarse y transformar sus cuadras. Sin embargo el lugar sostenía
a principios de 1988 una cabaña de 13 vacas, muy inferior a sus
posibilidades. La clave está en que el proyecto reproductivo se ha
saldado con que las dos hijas de Eleuterio han estudiado y consegui-
do empleo en Lugo. Con unos ingresos garantizados por las pensio-
nes, ya que cobran Generosa y Adoración por vejez y Eleuterio
por incapacidad, la cabaña ganadera se mantiene en unas dimensio-
nes reducidas, y se va sustituyendo el ganado de leche por reses
de carne, que ocupan menos trabajo, a la espera de la jubilación
de M^risa. La repentina muerte de Generosa y Eleuterio a mediados
de 1988 coincidiendo con la jubilación de Marisa ha reducido la
actividad de la explotación al mínimo, y parte de las tierras han
sido arrendadas.
22. Cas Valado
Emigrantes en el extranjero durante varios años, los ahorros
apenas les dieron para comprar unas pocas fincas y hacerse una
casa. Con poca tierra y sin maquinaria alguna la explotación se
reduce a 5 vacas de las que se encarga la mujer con la ayuda de
su l^ijo, y a veces del marido, que trabaja de albañil. En 1988Moncho levantó ŭuadras más amplias, con vistas a aprovechar la
creciente capacidad de trabajo de su hijo.
23. Cas Saiño
Madre soltera y jornalera, el lugar de Ramona siempre fue muy
pobre, y cuando Ilevó ganado fue en aparcería. Apoyándose en la
67
pensión de su madre y en la roturación de comunales pegados a
la casa, Saiño ha organizado una pequeña explotación de 4 vacas
lecheras -propias- sin apenas maquinaria, y ha empezado a
cotizar a la Seguridad Social. A medio plazo esta explotación permi-
tirá a Saiño salvar los años entre la próxima muerte de su madre
y cuando el mismo empiece a cobrar pensión.
24. Cas Tomás
Matrimonio de herederos residuales que al casar no contaban
con tierras, Tomás vive una corta experiencia migratoria y a su
vuelta monta una granja de cría de cerdos, que simultanea con
trabajos de todo tipo mientras su mujer atiende una tienda/taberna.
En 1975 Tomás consigue un empleo de conserje en la cabecera
municipal y cierra la granja de cerdos, y sobre las fincas que recibe
en herencia su mujer ponen una pequeña granja de ovejas que
atienden entre los dos. En 1988,a punto ya de jubilarse el y dado
que su único hijo ha estudiado y vive en Lugo, cierran la taberna.
25. Cas Aguiar
Tras una larga experiencia migratoria este matrimonio retorna
en 1985 a casa de la madre de Ana, que era ŭna familia de agriculto-
res pobres. Gil trabaja como viajante y Ana atiende unas pocas
ovejas, pero.la experiencia no funciona y a finales de 1988 marchan
a Lugo, donde Ana espera encontrar trabajo.
26. Cas Remedios
Hijos de «caseiros», Paco y Concha casan y marchan a Lugo
a finales de los años 60. Paco compatibiliza su empleo en la ciudad
con el trabajo de las tierras de su madre, y recientemente ha monta-
do una pequeña granja de ovejas que atiende los fines de semana,
68
21. CAS MADORRA:
GENI1.894-
^ ^
ELEUTERIO ^ MARISA O ADORACION1.924- 1.923- 1.920-
22. CAS VALADO:
MONCHO Q O MANUELA1.936- 1.942-
0JAVIER1.975-
23. CAS SAIÑO;
RAMONA O071.9 -
SAIÑO1.937-
24. CAS TOMAS:
TOMAS Q O FINA1.926- 1.932-
69
con la ayuda de su madre pensionista y residente en la aldea. La
suegra de Paco, también pensionista y enferma, reside con ellos en
Lugo.
27. Cas César
La explotación de César y Avelina se ha dedicado a criar la
numerosa familia de su hija, desde que esta marchó casada a Lugo.
Siendo pensionistas los viejos desde 1987, y cobrando Antonio
pensión de invalidez, el dinero así obtenido ayuda a financiar los
estudios de los siete nietos de César. La explotación, en la que
desde hace años se minimizaron las inversiones, se redujo en 1988
de 5 a 2 vacas de carne, acompañadas de una amplia producción
de alimentos (pan, leche, patatas y carnes) destinada a la familiade la hija, y que esta misma familia ayuda a producir. Caso de
recibir una buena oferta venderían también las tierras.
28. Cas,Jaime
La única hija de Jaime emigró tras casar, y al retornar se asentó
en la ciudad de Lugo. Hoy Jaime y su mujer son pensionistas,
parte de sus tierras están a pinos y están construyendo un chalet
para sus nietos. Su pequeña explotación -dos vacas y producciones
de autoconsumo- depende del aporte de mano de obra de su yerno.
29. Cas Herminio
Pequeños agricultores de siempre, hoy pensionistas sin hijos,
estos ancianos se obstinan en mantener una pequeña explotación
con dos vacas de carne y producciones de autoconsumo, que más
que una fuente de ingresos constituye un modo de vida.
70
25. CAS AGUILAR:
GIL Q O ANA1.949- 1.949-
GIL Q Q JOSE.1.978- 1.981-
26. CAS REMEDIOS:
REMEDIOS Q O VICTORIA1.905- I I l I 1.912-
PACO Q O CONCHA1.938- 1.939-
0JUAN1.969-
27. CAS CESAR:
^ANTON Q CESARQ OAVELINA1.938- 1.922- ^-J 1.921-
28. CAS JAIME:
JAIME Q O JOSEFA1.918- 1.914-
71
30. Cas Pombal
Pequeño lugar sin futuro, los seis hijos de Camilo marcharon
en los años 60. Los ancianos hoy pensionistas viven con una antigua
criada también pensionista, y mantienen una vaca y producciones
de autoconsumo, mientras tienen la mayor parte de sus fincas
arrendadas o ^ pinos.
31. Cas Pepe
Antiguos caseiros, este matrimonio vive hoy de la pensión de
vejez de Pepe. Todos los hijos marcharon y las pocas tierras del
lugar son trabajadas por un hijo casado en una parroquia vecina,
que las aprovecha para su explotación y ayuda a sus padres en los
cultivos de autoconsumo que estos practican en su huerta.
32. Cas Rosendo
Pequeños agricultores, su único hijo éntró en la guardia civil y
marchó a una ciudad cercana. Rosendo plantó pinos en muchas
fincas y con la venta de la madera, la venta de las fincas y sus dos
pensiones (cuando empezaron a cobrar) ayudaron a la familia de
su hijo a establecerse. Viejos y achacosos, sólo cultivan una huerta
y patatas, con ayuda de su hijo y de vecinos a los que ceden fincas.
A finales de 1988Josefa murió, y Rosendo marchó a vivir con su hijo.
33. Cas Cal-
La que fue principal casa de la parroquia cesó en la actividad
agrícola ante la larga enfermedad de Ramón. Su única hija estudió
y trabaja en un pueblo cercano, Ramón y Delia cobran pensión de
vejez, viven en Lugo y vienen a la aldea los fines de semana. Parte
de las tierras se vendió y otra parte se plantó a pinos, el resto lo
han cedido a sus parientes de cas Xan.
72
29. CAS HERMINIO:
HERMINIO Q RAMONA1.916- O 1.909-
30. CAS POMBAL:
CAMILO Q^Eŭ^21A
OAŭRORA1.910-
31. CAS PEPE:
PEPE Q O SEVERINA1.909- 1.915-
31. CAS ROSENDO:
RESENDO^ O JOSEFA1.908- 1.899-
33. CAS CAL:
RAMON Q O DELIA1.913- 1.920-
34. CAS ANA:
ANA O1.927-
73
34. Cas Ana
Separada y sin hijos, heredera de cas Queixo (antaño una casa
importante y hoy venida abajo) Ana atiende una pequeña explota-
ción de autoconsumo, con ayuda de sus vecinos de cas Pozo y cas
Saiño. Ana pasó muchos apuros para ir pagando las cotizaciones
a la seguridad social, hasta que recientemente se le concedió una
pensión.
35. Cas Tino
Hijo de agricultores pobres, viudo y sin hijos, Tino cobra pen-
sión de vejez y cuida unas pocas ovejas, pero no trabaja la tierra
sino que compra productos a sus vecinos. Se relaciona mucho con
la familia de su hermano de cas Tomás, que se supone le cuidará
cuando quede incapacitado y heredará de el.
36. Cas Arzua
Antiguo «caseiro», viudo sin hijos, Arzua llegó de fuera a residir
en la casa abandonada que un amigo suyo le prestó, y vive de una
pensión de beneficencia. Especula con que unos sobrinos se lo
llevarán a vivir con ellos.
37. Cas Arsenio
Hijo de agricultores pobres, celibatario, Arsenio no tuvo la
previsión de cotizar a la seguridad social y se enfrenta ahora a una
vejez sin expectativas de pensión. Alcoholizado, malvive con alguna
ayuda que le prestan sus vecinos, en espera de ingresar en la
beneficencia municipal.
74
35. CAS TINO:
TINO Q1.921-
36. CAS ARZUA:
ARZUA Q1.907-
37. CAS ARSENIO:
ARSENIO Q1.929-
I.2.3. Potenciación o abandono de las explotaciones, alservicio de dos proyectos reproductivos alternativos
Hay una gran diversidad entre las historias de las distintas
«casas». Y tampoco las historias individuales se caracterizan siem-
pre por seguir una línea coherente. Pero podemos postular como
hipótesis de trabajo la existencia de un común denominador, quP
en todas esas historias individuales la marcha de la actividad pr^-
ductiva en la explotación está ligada a la solución del proceso
reproductivo dentro del grupo doméstico (23). Esta hipótesis nos
permite afrontar dos nuevas cuestiones, la diversidad de grados de
modernización entre las explotaciones, y la diferencia entre las
explotaciones orientadas al autoconsumo y las orientadas a la pro-
ducción comercial.
(23) Aunque esta hipótesis se vincula a la teoría expuesta por Chayanov (1985),
comparto las críticas de Littlejohn (1977) en cuanto a las diGcultades de dicho
autor para contextualizar históricamente la sociedad campesina que analiza.
75
Dentro de los estudios de sociología rural se habla a menudo
de «diversidad de grados de modernización» para tipologizar el
abanico de estrategias productivas que siguen las explotaciones
dentro de una forma especializada de agricultura. Pero en nuestras
«historias de casas» tenemos abundantes ejemplos de que la deci-
sión de «modernizar» una explotación depende en gran medida de
la decisión paralela de solucionar el proceso reproductivo «casando
en casa» a uno de los hijos; y que aún cuando la continuidad
generacional esté asegurada, una estrategia de agricultura a tiempo
parcial (ATP) que combine actividad agrícola con el trabajo no
agrícola, es una solución alternativa a potenciar la explotación al
máximo.
Del mismo modo, el hecho de que las «casas» de San Martiñopractiquen hoy ur ŭa agriculturá de autoconsumo o una agricultura
orientada al qiercado depende exclusivamente de la existencia o
no en cada hogar de mano de obra vigorosa: las «casas» habitadas
sólo por ancianos practican una agricultura residual de autoconsu-
mo, ya que su principal. base de recursos es el cobro de pensiones;
mientras que todas las «casas» que cuentan con algún miembro
no-anciano están especializadas en la ganadería vacuna lechera.
Dieciseis de las «casas» están ocupadas por ancianos que viven
solos. Se trata de matrimonios sin hijos (cas Herminio) o cuyos
hijos emigraron (Pombal, Jaime, César, Rosendo y Pepe); o de
matrimonios entre 60-65 años cuyos hijos estudiaron y marcharon
(Madorra, Tomás y Bazar). Dos matrimonios más viven en Lugo
y vicnen los fines de semana (Cal y Salvador). Las restantes casas
están ucupadas por un anciano solo: celibatarios (Arsenio), viudos
siri hijos (Arzua y Tino), separada sin hijos (Ana) y- viuda cuyohijo marchó (Remedios)
Estas dieciseis «casas» aparecen agrupadas en el Cuadro VI.
La mayoría de ellas no vende leche, y su principal fuente de ingresos
es el cobro de pensiones. La única excepción la constituyen las
«casas» de Tomás, Bazar y Madorra, dirigidas por matrimonios
de sesentones, a punto de alcanzar la edad de jubilación.
Para las otras veintidós «casas» la venta de leche y/o el traba-
jo asalariado constituyen importantes fuentes de ingresos -Cua-
76
dro VI-. Todas ellas cuentan con algún miembro relativamente
joven, y responden a un modelo de corresidencia de tres generacio-nes sucesivas. La generación I está compuesta por los abuelosancianos; la generación II por el matrimonio formado por uno/ade los hijos/as casado en casa; y la generación III por los nietos.
Nos encontramos con un proceso reproductivo en que la renova-
ción de las generaciones se realiza a través de la marcha de todos
los hijos menos uno, que es el que «casa en casa», reside con los
padres ancianos cuidándolos, y garantiza la continuidad generacio-nal. Más de la mitad de las unidades residenciales responden adistintos momentos de este proceso, y es muchas veces un factor
aleatorio como la esterilidad de la joven pareja, la gran longevidad
de un anciano o por el contrario su muerte prematura lo que
introduce variaciones en el modelo. Frente a esto nos encontramos
sin embargo con casi la mitad de las casas ocupadas sólo por
ancianos o personas de edad avanzada. En ellas la renovación
generacional se ha saldado con la marcha de todos los hijos, y
conducirá en el futuro a la «extinción de la casa» una vez que losviejos mueran o marchen con sus hijos. Es lo que ya sucedió conunas veinte casas que «cerraron» entre 1950 y 1975.
Intentar explicar esto apoyándose sólo en factores productivos
o reproductivos conduciría al error. No es el aleas del número de
hijos, por otro lado cuidadosamente planificado, lo que habría
Ilevado a«cerrar» a las casas sin o con exigua descendencia: los
seis hijos de cas Pombal y los cuatro de cas Pepe marcharon, al
igual que el único hijo de cas César o cas Rosendo, y hoy en las
cuatro casas quedan los viejos solos. Tampoco es que hayan sobrevi-
vido las casas más ricas, y cierren sólo las casas con un patrimonio
reducido (24): cas Rial y cas Muiño, antiguos «caseiros» pobres
cuentan hoy con parejas jóvenes y un futuro por delante; de las
tres casas que eran hace treinta años las más importantes de la
parroquia cas Cal está a punto de cerrar, lo mismo que le sucederá
a cas Madorra en pocos áños, y si cas Couto gestiona hoy una de
(24) También (3reenwood (1976, p. 34) constata que
77
las principales explotaciones, hace diez años también estuvo a punto
de cerrar.
«E unha tristeza, todalas casas de fior aquí aan acabar por ir
a ruina. Ahí tes a de Bazar, a filla non quere dar golpe na casa,
e cando morran os pais as terras quedarán a inculto. 0 mismo fiasa
coa de Madorra... O error de moitos pais foi que mandaron os
fillos a estudiar e alí non os tiveron controlados, ahora nin estudiaron
nin queren traballar no campo»
Y sin embargo este anciano que se queja amargamente, fue el
primero en animar a su única hija a que estudiara y marchara. No
parece existir ni en la conciencia ni en la práctica de estos paisanos
una supuesta «ideología de la primacía de la casa» a lá que se
subordinara el porvenir de los individuos, y la mayoría de los padres
no vacilan en dejar marchar a sus hijos en vez de hacerles permane-
cer en casa encarando un futuro incierto. Todo grupo doméstico
a lo largo de su ciclo de desarrollo encara su patrimonio como base
de recursos al servicio de dos funciones: criar, educar y colocar a
todos los hijos por un lado, asegurar la asistencia de los padres en
su vejez por otro. La resolución por los grupos domésticos de estas
dos funciones ha sido dinamizada por tres transformaciones mayo-
res en la estructura ecónómica nacional: el desarrollo de los años
60 y posterior crisis de los 70, que han incidido en la capacidaddel sector agrario versus el sector secundario/terciario de ofrecer
oportunidades de empleo y remuneración alta; la evolución de la
relación precios/costes agrarios frente a la evolución del coste de
la vida y de los salarios, que ha incrementado de forma progresiva
el coste de producir un productor; y el desarrollo de sistemas de
seguridad social y pensiones a cargo del Estado a ló largo de los
años 60-70.
^rja^m abandonment is not only the dropfiing out of ma^ginal farnu, while the really
good ones continue. La^ge farnrs with good soils have also been abandoned»
78
CUADRO IV
EMIGRACION DE JOVENES DE SAN MARTIÑOENTRE 1941-85 (ORDENADA POR QUINQUENIOS Y
PUNTO DE DESTINO)
LUGO CORUfVA BARCE- MADRID POLICIAI OTROS TOTAL
LONA «GUARDIACIV[Ir>
V H V H V H V H V H V H V H
1941-45 - 1 -- 2- 1 1 2 1-. - 5 31946-50 - - - - - - - - - - - 1 - 11951-55 - - 1 - - 1 - - - • - - - 1 11956-60 - 1 -- -- 1 1 1 1-- 2 31961-65 - 2 1 1 2 2 1 1 1 1-- 5 71966-70 2 2 2 2 1 3 1 2 2 1 1 1 9 111971-75 1 4 1 1 -- -- ---- 2 51976-80 1 1 - - - - - - 1 - - - 2 I
1981-85 - 2 - - - - - - - - - - - 2
TOTAL 4 13 5 4 5 6 4 5 7 4 1 2 26 3417 9 11 9 11 3 60
' No se incluyen los emigrados a América."" " jóvenes para los que no consta el quinquenio que marcharon.
Las mujeres bajo el epígrafe «policía» son las que casaron con un varón quede inmediato ingresó en el cuerpo.
Fuente: Encuesta Oral, apoyada en Libros Parroquiales y Padrones de PoblaciónA4unicipales.
Un primer factor son las transformaciones en la economía co-
marcal, que se producen en el contexto de profundos cambios en
la economía nacional. En 1953 cierran las cercanas minas de arséni-
co, fuente estacional de trabajo. Paralelamente el desarrollo urbano
industrial va a generar una demanda de mano de obra en áreas
localizadas. Son las cercanas ciudades de La Coruña y Lugo las
que durante un tiempo más prolongado absorberán ese flujo huma-
no que sale de la aldea, entre los años 1955-75; Madrid y Barcelona
79
serán focos de atracción en los años centrales y de emigración más
acusada, 1961-65 y sobre todo 1966-70 -Cuadro IV- En total
cerca de 50 jóvenes marchan de San Martiño en el período 1956-
75. Pocos van al extranjero (2 a Suiza, 3 a Francia y 1 a Alemania)
y por corto espacio de tiempo, y si regresan con ahorros sustanciosos
es para asentarse en las ciudades, el dinero de la emigración no
revierte en el agro. La expansión del aparato estatal proporciona
una oferta alternativa de puestos de trabajo, y 8 hombres ingresarán
en el ejército, policía o guardia civil entre 1956-75. Desde los años
70, once jóvenes van a realizar estudios superiores, de ellos nueve
maestras,una sola de las cuales ha superado las oposiciones: la
mayoría de ellas ha encontrado trabajo como administrativas. Para-
lelamente más ancianos han marchado a residir con sus hijos a laciudad y más casas han cerrado.
También desdé finales de los años 50 se produce un ciertodesarrollo del sector seŭundario/terciario con el establecimiento deun matadero y de un manicomio en el ayuntamiento, y de unas
canteras de pizarra y una industria cerámica en ayuntamientos
lindantes, así como posibilidades de ocupación como albañiles,
chóferes y peones en la madera. Los varones actualmente casados
en casa de cas Bouzas, Arturo, Rial, Alberto, Couto, Xan,...realiza-
ron de solteros trabajos de este tipo, que luego abandonaron por
la dedicación exclusiva a la agricultura. No sólo la crisis de los
años 70 redujo la disponibilidad de esos empleos, también la favora-
ble coyuntura de precios/costes agrarios les Ilevó a dedicarse inten-sivamente a su explotación.
Un segundo factor va a ser el coste creciente de producir produc-
tores, el alza del coste de alimentación, vestido, ocio, educación y
colocación de unos hijos que en general están escolarizádos hasta
los trece años, y que dejan la casa paterna a una edad temprana,
antes de haber podido realizar una aportación laboral apreciable.
Esto incide en la composición del grupo doméstico en dos formas,
el descenso del número de hijos y la desaparición de la figura del
hermano/a celibatario que quedaba en casa junto a su hermano/
a casado. En cuanto a esto último, sólo hay en la actualidad cuatro
grupos domésticos qúe incluyan entre sus miembros un hermano/
80
a-o primo- celibatario, y sólo en un caso este individuo/a tiene
menos de 60 años. En lo que se refiere al número de hijos, hoy la
mayoría de las parejas jóvenes tienen sólo 1 ó 2 hijos -Cuadro V-
y cas Lousado con 4 hijos y cas Ferreiro con 5 constituyen casos
excepcionales. El campesinado acomodado había ejercido un rigu-
roso control sobre el número de hijbs desde los años veinte de este
siglo, y esto se hace general a partir de los años cuarenta, como se
ve en las genealogías que acompañan a las «historias de casas»,
donde es muy frecuente que por estos años la prole se redujera a1 0 2 hijos. Que esto era resultado de una política consciente de
los padres lo prueba la comparación de estas genealogías con las
de agricultores pobres, y sobre todo con las de los «caseiros» aquienes Ilevaban^a tener muchos más hijos las relaciones contrac-
tuales con el amo y las necesidades de mano de obra para explotar
su «lugar». Así sucedía con «caseiros» como cas Xan con 5 hijos,
cas Rial con 6 hijas, o cas Pepe y cas Tito con 4 hijos cada una;
o con propietarios pobres como cas Pombal con 6 hijos y cas Roque
con 5.
El tercer factor va a ser la extensión del sistema de seguridad
social agraria, de forma que desde mediados de los años 60 comienza
a generalizarse el pago de las cuotas por los mayores de 40 años,
y hoy sólo una anciana, de entre las personas mayores de 65 años,
no percibe pensión. El alza de la cuantía individual de las pensiones
a partir de 1967 y sobre todo 1975 ha tenido un doble efecto: por
un lado posibilita que los ancianos queden solos en casa mientras
sus hijos marchan, pués la pensión cubre con creces sus necesidades
económicas; por otro lado la pensión se ha convertido en un elemen-
to que posibilita la'capitalización de las explotaciones, y constituye
un incentivo para ánimar a uno de los hijos a«casar en casa».
Es esto lo que podemos deducir del Cuadro V. Entre 1956-65
son escasas las «casas» donde casa y permanece un hijo, y así
sucede que casi todas las casas habitadas hoy por viejos solos vieron
partir a sus hijos antes de 1975; en cambio en los años 70 y sobre
todo 80 es mucho mayor el número de hijos que casaron en casa
aún cuando la población parroquial había descendido mucho. No
es sólo que en la ciudad resulte ya difícil conseguir trabajo a partir
81
CUADRO V
ESTRATEGIAS REPRODUCTIVAS DE LAS CASAS DESAN MARTIÑO ENTRE 1950-88: HIJO/A CASADO EN
CASA Y ELECCION DE CONYUGE
CASA SEXO AIVO AIVO NUMEROHEREDERO BODA L" HIJO HIJOS
TRABAJOCONYUGE
ORIGENCONYUGE
Rial V ? 1987 1 Matadero Parroquia limítrofe
Bouzas V ? 1986 2 Enfermera Fuera del ayto.
Arturo V ? 1985 1 - Fuera del ayto.
Alberto V ? 1982 1 - Ayuntamiento
Tito H ? 1982 1 Mecánico Fuera del ayto.
Roque H ? 1981 2 Matadero Parroquia limítrofe
Zarros H 1978 - - - Ayuntamiento
Muiño V 1977 1987 1 - Parroquia limítrofe
Valiño H ? 1978 2 Mecánico Parroquia limítrofe
Couto H 1975 1976 2 Chófer Fuera del ayto.
Valado V ? 1975 2 - Parroquia limítrofe
Pozo V ? 1973 2 - Parroquia limítrofe
Ernesto V ? 1972 2 - Ayuntamiento
Ferreiro V ? 1969 5 - Ayuntamiento
Armando V 1962 1964 2 - San Martiño
Lousado H ? 1965 4 - Parroquia limítrofe
Anxel H 1961 1964 2 Peón San Martiño
Barbeiro V ? 1960 2 - Parroquia limítrofe
Narciso V ? 1956 3 - Parroquia limítrofe
Bazar H 1954 1954 3 - Ayuntamiento
t«Ayuntamiento»: Cónyuge proviene del ayuntamiento de Castro de Rei, excluí-da la parroquia de San Martiño y las seis parroquias colindantes coñ ella.
Fuente: Encuesta Oral y Padrones Municipales.
de los años setenta, mientras que los precios de la leche hacen más
remunerativa la actividad agraria. El coste de reproducción en el
campo es también mucho más bajo, tanto en el capítulo de la
alimentación como en el de la vivienda, que cuando se «casa en
casa» sólo exige gastos de rehabilitación, mientras quien se traslada
a la ciudad ha de afrontar alquileres en alza y los gastos de equipar
82
esa vivienda. De ahí que desde 1970 la población parroquial seestabilice en torno.a los 150 habitantes.
Es dentro del contexto de un proceso reproductivo global dondedebemos resituar cuestiones como matrimonio o herencia. A menu-do se nos presenta en la literatura antropológica a los campesinosobedeciendo a pretendidas normas consuetudinarias para casarseo heredar (25). Pero matrimonio y herencia son cuestiones subordi-nadas a la necesidad de mantener grupos productivo/reproductivosviables - Iturra, 1985- y en los últimos cincuenta años los campe-sinos de San Martiño se han aplicado a resolver esas cuestiones deuna manera pragmática.
En cuanto al matrimonio, el paradigma de un reciente paso dela endogamia a la exogamia, frecuentemente invocado por la litera-tura antropológica, se nos revela poco explicativo -Bourdieu,1976-. Es cierto que, como se ve en el Cuadro V, los hijos/as quecasan en casa en lps últimos veinticinco años seleccionan cónyugefuera de San Martiño, pero dentro de un abanico de parroquiasvecinas. El problema está en determinar qué condiciones se le pidena un cónyuge, tales que esas condiciones las cumplen quienes vivenen un área territorial determinada.
Analizando la composición de los grupos doméstico ŭ actuales,vemos como en casi todos aquellos donde hay un matrimonio jovenesa pareja compone el equipo productivo básico en el trabajo agríco-la, o al menos aporta una parte sustancial de la fuerza de trabajo.En cas Muiño, cas Zarros y cas Couto la joven pareja constituyecasi la única mano de obra, en cas Alberto las dimensiones de laexplotación absorben el trabajo de todos. La característica principalque se le exige pues a un cónyuge es su capacidad de trabajo,determinada por su juventud, salud y presuntas condiciones mora-les (26). Caso de que el cónyuge venido de fuera sea mujer, tantovalor tiene su aptitud para realizar «trabajo doméstico», y especial-
(25) Por ejemplo en Lisón Tolosana, 1979, Antropología cultural de Galicia.
(26) Algo similar concluye Greenwood (1976, ps. 109-110) cuando afirma
83
mente su capacidad de procrear, a través de la que se garantiza lacontinuidad generacional.
«The farmers argae that the htalth and moral character of a potential spouse is the
most important consideration becatese eaen a[arge dowry is insignif:cant when
compared to the aalue of a lifetimeŭ labor»
Buena parte de los cónyuges venidos de fuera a«casar en casa»
desde los años 70, realizaban y siguen realizando un trabajo asala-
riado: una enfermera, dos mecánicos y dos empleados en el matade-
ro. La capacidad de aportar un salario posibilita una diversificación
de estrategias, y ha sido factor clave en la capitalización de explota-
ciones como las de cas Roque y cas Rial, pero exige una intensifica-
ción extrema del ritmo de trabajo. Así sucede en estas dos casas,
donde los viejos no suponen una gran ayuda, y el trabajo agrícola
ha de ser realizado por lá joven pareja a un ritmo agotador. En
otros casos el cónyuge salarizado apenas trabaja en la explotación
pero ha de ser sustituido por parientes del hijo/a casado en casa:
los padres en cas Valiño, padres y hermano en cas Bouzas, padre
y tío en cas Tito. Trabajo y/o salario son los factores escasos que
ha de aportar el cónyuge. Se reduce así la importancia de la herencia
que reciba de su casa matriz al posible pago de la boda y a la
cantidad que en el futuro le corresponda por la venta de sus partijas,cantidad que se reinvertirá entonces én su nueva casa, a veces en
la cómpra de tierras.La procedencia del cónyuge es una cuestión subordinada a la
cualificación que se le pide. Seleccionarlo en la misma parroquia
no es ni necesario, pues no se le pide que aporte fincas próximas
a la casa que le acoge, ni fácil, debido a la caida de la población
que casi reduce a cero los consortes posibles: los azares demográficos
determinaron que entre 1975-81 en San Martiño hubiera mujeres
en edad de casar y no hombres, entre 1982-87 sucedió lo contrario.
De esta manera el cónyuge se va a seleccionar dentro de las redes
de relaciones que facilitan el contacto entre jóvenes, en la concentra-
ción escolar municipal primero, después en la red de fiestas parro-
quiales y-últimamente- de salas de fiestas. Casar un hijo en
casa supone también ampliar la red de alianzas y de entreayuda
84
más allá de la parroquia, enlazándola con la red de la casa de la
que ese cónyuge proviene -Iturra, 1980-.Del mismo modo que con el matrimonio, respecto a la herencia
los paisanos de San Martiño teorizan los cambios de los últimos
treinta años como paso del régimen de «millora», en el que el hijo
que «casaba en casa» heredaba la mayor parte de los bienes -vid
infra- hasta una situación actual de «partixas», de herencia a
partes iguales entre los hijos. Sin embargo es preciso plantear la
distancia entre practica notarial y la práctica so ŭial real que subyace
a esos documentos notariales -Assier, 1981- La herencia es un.
proceso subordinado a un proceso reproductivo mayor, y en parti-
cular a dos funciones principales, buscar un porvenir a los hijos y
asegurar el cuidado de los ancianos. Desde ese punto de vista el
problema central está cn qué hijo se hará cargo de los padres y
-generalmente, no siempre- de la explotación, y qué porvenir
se buscará a sus hermanos. Quizás se pueda hablar de una cierta
«finalidad asistencial» de los «matrimonios en casa» de mujeres
hasta 1980, con vistas a asegurar el cuidado de los padres, que lian
dado lugar a explotaciones «medias» con ATP como cas Roque y
cas Tito, o a explotaciones «bajas» como cas Zarros y cas Valiño.
Mientras que en los años 80 el «matrimonio en casa» de hijos
varones forma parte de una estrategia de lanzamiento de explotacio-
nes-punta, como en cas Alberto, cas Arturo, cas Bouzas y cas Rial,
en las que cuando hay trabajo asalariado es la mujer quien lo
descmpeña.Dado que los hermanos que marchan habrán de buscarse un
futuro en la ciudad o tendrán que aportar un sálario a la casa que
los reciba, se procura darles una capacita ŭión profesional en forma
de estudios o de aprendizaje de un oficio, y se les ayuda a encontrar
trabajo, y e• ta será su mejor herencia. Mientras, el hijo casado en
casa dispone de recursos no inventariables en el testamento, como
el trabajo de sus padres, su pensión, la cuota en los montes vecinales
(que no son propiedad privada «de iure» pero sí «de facto»). Aún
dentro del testamento se suele hacer una pequeña «millora» al
casado en casa; los otros hermanos no entran en posesión de sus
«partixas» hasta la muerte de los padres; y aún entonces el hermano
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casado en casa puede seguir trabajando de forma gratuita las tierras
que tocaron a sus hermanos, y acabar por recomprárselas a unprecio reducido.
Podemos ahora encarar de forma más adecuada el problema
de por qué «cierran» o no las «casas». El ciclo de desarrollo del
grupo doméstico se soluciona en un proyecto reproductivo al que
se subordinan las estrategias productivas. En toda «casa» los padres
ancianos suponen ventajas y problemas: problemas en cuanto con-
forme ^envejecen precisan de forma creciente cuidados y afecto,
llegando a cuasi-monopolizar el trabajo de una persona a su servi-
cio; ventajas en tanto son titulares de una casa y tierras, aportan
su trabajo en tanto les es posible, al menos vigilando al ganado 0
a sus nietos, y sobre todo reciben una pensión. De esta manera el
proyecto reproductivo de todo grupo doméstico oscila entre dos
posibilidades. En un extremo un proyecto según el cual uno de los
hijos casará en la casa rural y convivirá con los padres ancianos,
solución que hace al mismo tiempo posible (le da sentido) y necesa-ria, dados los altos costes de la reproducción, la intensificación
productiva. En el otro extremo tenemos un proyecto donde los
ancianos quedan solos ante la marcha de todos sus hijos: los recursos
de la «casa» se subordinan entonces a la reproducción, presente o
futura, de la/-s familia/-s de quienes marcharon, mientras que las
atenciones que de forma creciente precisarán los viejos serán satisfe-
chas por esos hijos. Mientras en los años 60 muchas «casas» organi-
zaron su reproducción sobre este segundo proyecto, desde mediados
de los 70 un proyecto basado en la contiñuidad de la «casa» volvió
a ser la solución dominante.
I.3. ESTRATEGIAS PRODUCTIVAS
I.3.1. La importancia de la producción lechera dentro deuna estrategia productiva global
Hay una gran diversidad entre las veintitres explotaciones gana-
deras de San Martiño, tanto en la dimensión de su actividad produc-
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