Universidad de las Artes
Maestría en Arte Contemporáneo
Dr. Víctor Manuel González Esparza
Octubre 17, 2009
DULCE MARIA RIVAS GODOY
Síntesis
Mitos, Emblemas e Indicios
CARLO GINZBURG
1989
Cuando las causas no son reproducibles, sólo cabe inferirlas de los efectos. La idea
del paradigma indicial o sintomático, se ha venido abriendo camino en los más variados
ámbitos cognoscitivos y ha influido profundamente en las ciencias humanas.
En su libro Mitos, emblemas e indicios, Carlo Ginzburg muestra cómo a finales del siglo XIX surge el reconocimiento de un saber denominado cinegético, que descifra la realidad a través de minúsculos detalles delatores. Declara que en este saber , “se vislumbra el gesto tal vez más antiguo de la historia intelectual del género humano: el del cazador que, tendido sobre el barro, escudriña los rastros dejados por su presa”.
Tal vez, la idea misma de narración, dice Ginzburg, haya nacido por primera vez en una sociedad de cazadores, de la experiencia del desciframiento de rastros.
Más que un método, se trata de una actitud que lleva a gustar de los detalles y a una vinculación documentada en donde datos
marginales - que habitualmente se consideran poco importantes o triviales-, proporcionan la clave para tener acceso a un saber.
En el caso del psicoanálisis, conduce a las más elevadas realizaciones del espíritu humano; en el de la medicina, el modelo de la sintomatología o semiótica médica, permite diagnosticar las enfermedades inaccesibles a la observación directa. En el ámbito policiaco, a descubrir al culpable y en el arte, a identificar la autoría de una obra.
Este razonamiento mental es el orígen de la novela policiaca y fue precisamente
gracias a la literatura de ficción, que el paradigma indicial alcanzó un inesperado éxito.
Lo que caracteriza a este tipo de saber es su capacidad de remontarse desde datos experimentales aparentemente secundarios a una realidad compleja, no experimentada en forma directa.
En el libro Mitos, emblemas e indicios, Carlo Ginzburg relata un antiguo cuento
oriental en el que tres hermanos dialogan con un hombre que ha perdido un camello. Los
jóvenes le describen al animal sin haberlo visto nunca, pero como han recogido una serie de
indicios, con ellos han reconstruido sus características. Inmediatamente se les acusa de
haber robado el animal perdido, pero ellos demuestran que con un minucioso examen de
detalles ínfimos pudieron llegar a una certeza.
La adivinación, también está basada en este mismo procedimiento para predecir el
futuro; justo al contrario del desciframiento cinegético, que se refiere al pasado. La actitud
cognoscitiva es, en ambos casos, muy similar: las operaciones intelectuales involucradas,
como análisis, comparaciones y clasificaciones, son formalmente idénticas. Lo mismo
sucede con el doble aspecto de la sintomatología médica: diagnóstico y pronóstico.
Algo parecido es lo que hacen los peritos en grafología: analizar los caracteres. De
igual manera, se analiza una pintura para saber quién la hizo, porque hay un paralelo entre
el acto de escribir y el de pintar: en ambos casos el perito se enfoca en la fuerza, la
franqueza, la decisión, los trazos, la velocidad. Por medio de este análisis y comparación es
posible aproximarse a una certeza. La manera de plasmar los detalles en la forma, (los
lóbulos de las orejas o las uñas), al igual que los mencionados anteriormente, son actos que
el autor realiza en forma natural, casi inconscientemente, por lo tanto, están presentes en
todas sus obras.
Existen señales que poseen la involuntariedad de los síntomas y la mayor parte de
los indicios: garabatos, palabras o frases favoritas. Pero existen otras que son inequívocas:
las huellas digitales.
Dos hechos recientes nos confirman lo anterior: La autoría de El Coloso, por tantos
años atribuído a Goya, se ha puesto en entredicho por la doctora Manuela Mena Marqués,
Jefa de Conservación de Pintura del siglo XVIII y especialista en jefe en Goya, del Museo
del Prado; y hace unos días, la huella digital de Leonardo da Vinci, encontrada en una
pintura que se pensaba había sido creada por un artista alemán del siglo XIX y vendida
hace dos años por 19 mil dólares, hace que ésta pueda valer hasta 150 millones de dólares.
Mínimos indicios han sido asumidos una y otra vez como elementos reveladores de
fenómenos más generales: la visión que tiene del mundo una cierta clase social, un
escritor, un historiador, o una sociedad entera. Una disciplina como el psicoanálisis se
conformó alrededor de la hipótesis de que ciertos detalles aparentemente desdeñables
podían revelar fenómenos profundos de notable amplitud.
Muchas cosas en la vida son engaños y es bonita a veces la ilusión; pero para
esclarecer los hechos y aproximarse a lo que llamamos realidad, Carl Ginzburg nos propone
la importancia de atender a la singularidad: a la fineza del detalle.
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