�INTELIGENCIA EMOCIONAL Y DIVERSIDAD Autora: Inmaculada Delgado
Vivimos en una sociedad que sobreestima las diferencias por encima de la igualdad,
percibiéndolas como una amenaza en lugar de como un factor ligado a la naturaleza humana que puede enriquecer los grupos en lugar de disgregarlos o destruirlos.
Este módulo se ha creado por considerar que los menores que forman parte de grupos minoritarios, así como niños y niñas que sufren algún tiepo de discapacidad, son menores en
riesgo de exclusión social, que pueden sufrir discriminación desde la más tierna infancia por parte del grupo de iguales, pero también por parte de profesionales que pueden caer
fácilmente en actitudes veladas de discriminación o sobreprotección.
1. INTEGRACIÓN vs INCLUSIÓN La educación inclusiva es uno de los temas más importantes en las agendas de políticas educativas. Por esto el sistema educativo trata de definir estrategias que permitan el
desarrollo integral de la persona. La educación emocional enriquece las capacidades adaptativas de los niños considerados “diferentes” por sus capacidades, raza, credo o
cultura. También facilita el desarrollo emocional sano de todos los alumnos y reduce la violencia.
La diversidad es algo consustancial al ser humano.
En la escuela la diversidad es algo positivo. Los alumnos crecen apreciando las
diferencias (en lugar de rechazarlas o temerlas) y aprenden empatía y complementariedad.
La diversidad es uno de los mayores retos en educación.
Atender a la diversidad es una necesidad.
Apostar por la escuela inclusiva es luchar contra la segregación y el fracaso.
Cuando hablamos de “diversidad” nos referimos a personas con necesidades educativas
especiales (NEE), personas con altas capacidades, inmigrantes, niños y niñas en riesgo de exclusión social y alumnado que proviene de distintas culturas y creencias.
�En la sociedad actual y el sistema educativo español se está en una encrucijada de
caminos.
Por un lado, se fomenta la exclusión social cuando se educa a los mejores alumnos y
se cuida del resto fomentando la desigualdad permanente. A través de este sistema se promueve a los alumnos más capacitados y prima el criterio de homogeneidad,
llegando a crear aulas especiales para los alumnos discapacitados que puedan “romper el ritmo de la clase”
Por otro lado, se produce inclusión cando se acepta a todos los alumnos para educarlos en aulas con apoyos necesarios. La inclusión educativa es el primer paso
para la integración. Está relacionada con la educación y el derecho a la igualdad de oportunidades. Cuando los alumnos “diferentes” están integrados favorecemos
el crecimiento de los alumnos en una vida basada en la convivencia, aceptación, cooperación y respeto por las diferencias.
Inclusión es aceptar a todos los alumnos y educarlos en aulas integradas con los apoyos necesarios.
La educación inclusiva trata de abordar las necesidades de aprendizaje de todos los niños, jóvenes y adultos, con especial énfasis en aquellos que son vulnerables a la
marginación y la exclusión.
A menudo los educadores están desinformados y confundidos acerca de la inclusión
y por esto muestran rechazo al considerarla como un obstáculo, una dificultad en el desarrollo de su trabajo. Parte de esta confusión viene del mismo término “inclusión”,
que, por su propia naturaleza, no puede existir en entornos donde algu
El hecho de que todos los alumnos estén integrados en aulas ordinarias con los apoyos que
requieran es un primer paso para la integración. Pero la integración no es suficiente. “Integrar” implica “yo te permito que estés aquí si te esfuerzas por parecerte a mí”, la
inclusión implica “tú y yo somos diferentes y cada uno aporta algo único y especial al grupo”.
Para lograr la inclusión social se proponen programas de inteligencia emocional que
permitan
- Promover el desarrollo de los alumnos en su vertiente afectiva-cognitiva y social.
- Conseguir que los alumnos desarrollen al máximo todas sus capacidades.
- Educar las emociones para desarrollarse como personas y prevenir la violencia.
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2. EL EDUCADOR ANTE LA DIVERSIDAD El educador tiene la obligación de evitar el prejuicio hacia grupos humanos que
presentan dificultades de adaptación social y adaptar el currículo para conseguir gradualmente la plena integración de todos sus alumnos.
El prejuicio es algo muy arraigado y difícil de erradicar, va más allá de la racionalidad y de las argumentaciones. A sabiendas de esto, hemos de recordar que el prejuicio se
adquiere a edades tempranas y por lo tanto hay que prevenirlo desde la educación, desde edades tempranas, a través de la plena inclusión de los colectivos víctimas de
prejuicios sociales, marginación y exclusión.
Los educadores no nacemos con una serie de valores acordes con el modelo educativo
imperante. Es posible que debamos enfrentarnos a nuestros propios prejuicios a la hora de tratar en clase con colectivos a los que no aceptamos. Y esto es muy importante
porque tendremos a nuestro cargo a un grupo de niños a los que servimos como modelo y somos a veces su único punto de referencia válido. Nuestra responsabilidad como
educadores nos obliga a conocer, reconocer y reconsiderar nuestros esquemas mentales, prejuicios y estereotipos cuando sean incompatibles con el ejercicio de nuestra
profesión, porque somos maestros, no actores.
El primer paso para afrontar el conflicto es conocerse a uno mismo, ser capaz de
reconocer ese desfase entre lo que se supone que debo pensar y lo que pienso realmente para poder enfrentar y cuestionar mis prejuicios y darme cuenta de que son
los prejuicios los que acentúan las diferencias. Entretanto y, sin olvidar este trabajo de reflexión y crecimiento personal, si tengo prejuicios deberé actuar como si no los tuviera
si quiero contribuir a la creación de una sociedad en la que las diferencias no supongan un problema y se acepten como lo que son: algo consustancial a la naturaleza humana y
una posibilidad de enriquecimiento personal y cultural.
No es un trabajo fácil pero es necesario. Nos ayudará desarrollar en nosotros mismos
habilidades sociales y personales como la empatía, conocer la cultura que rechazamos (el desconocimiento es la base del prejuicio), comunicarnos tomando como base el
respeto hacia el otro tratándole como nos gustaría ser tratados.
Ante la diversidad, muchas veces sin ser consciente de ello, el educador puede adoptar
distintas posturas:
�• Ignorancia: se adopta una postura de indiferencia ante la diferencia haciendo
como si las diferencias no existieran. En un vano intento por vencer la desigualdad conseguimos el efecto contrario: perpetuamos las desigualdades. No
es un modelo educativo válido porque no presta atención a las necesidades de integración del niño.
• Marginación. Ningún educador en su sano juicio reconocería públicamente que
adopta este tipo de estilo educativo ante la diversidad. No obstante es algo
frecuente situar al niño diferente en otro plano para que moleste lo menos posible. Se considera a las diferencias una desventaja, tolerando la exclusión.
Esto sucede en centros en los que los alumnos con necesidades especiales o colectivos marginados socialmente eran relegados a aulas específicas o, como
mucho, a un rincón de la clase, sin fomentar la interacción con sus iguales. Así tampoco facilitamos una visión de interculturalidad y estamos favoreciendo la
separación. Subrayamos las diferencias.
• Asimilación. Supone la inmersión del niño inmigrante en la nueva cultura
haciéndole renunciar a la suya propia. El dilema que se le plantea al niño es “o entras, o te quedas fuera”. No respetamos sus diferencias sino que las toleramos
como una deficiencia que puede y debe salvarse. Este modelo pretende que el niño y niña abandonen sus raíces dejando atrás las características culturales
propias, por lo tanto, tampoco es un modelo educativo aceptable, pues no acepta las diferencias.
• Multiculturalismo. Este modelo sí acepta las diferencias pero hasta el punto de
aceptar prácticas incompatibles con los derechos fundamentales. Esta actitud favorece un relativismo cultural que puede degenerar en un racismo aún más
peligroso, al no hacer nada por atajar sus desventajas “por respeto”.
• Interculturalización. Este modelo también respeta las diferencias pero además
favorece el contacto con el encuentro, el enriquecimiento mutuo a través de un espacio común en el que la mayoría y la minoría crecen juntas. Desde este punto
de vista se promueve el conocimiento mutuo aceptando la existencia de culturas diferentes como algo positivo, favorece la toma de conciencia de los problemas
globales del mundo y enseña a afrontar los conflictos de un modo positivo.
�3. ESTRATEGIAS Y MEDIDAS DE ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD Algunas pautas de gran ayuda para actuar ante la diversidad serán:
- Detectar rápidamente situaciones problemáticas o que puedan llegar a serlo.
- Compensar las carencias detectadas y, siempre que sea posible, desde un modelo lúdico.
- Prevenir posibles desajustes personales o sociales.
- Escuchar a los niños.
- Facilitar una comunicación fluida.
- Tratar a los niños según sus capacidades de desarrollo y sus motivaciones.
- Trabajar experiencias para trabajar la estimulación, motivación y actividades que permitan a todos los niños adquirir los objetivos de un currículo básico.
- Realizar una programación didáctica lo más inclusiva posible, tratando de que todos los niños del aula puedan realizar todos los juegos y actividades y cumplir los
mismos objetivos.
- Superar la visión de las diferencias como un lastre y contemplarlas como una
ventaja y una oportunidad.
- No olvidar a los niños más capacitados dando rienda suelta a su libre progreso a
través de juegos creativos, que son una vía excelente de desarrollo.
- Disponer en el aula de una amplia gama de materiales y juguetes accesibles a
todos los niños.
- Crear un consenso en el aula sobre los materiales que son para todos y aquellos
reservados para trabajar con niños con discapacidad.
- Organizar el espacio teniendo en cuenta las características de los niños con los
que vamos a trabajar, las actividades que utilizaremos y los materiales y recursos que queremos emplear.
- Intentar que el espacio permita la integración de todos los niños, incluso si tenemos que realizar alguna adaptación arquitectónica o mobiliario especializado. Estas
especializaciones vendrán recomendadas por el equipo de motorices.
- Adaptar el tiempo de las actividades a las necesidades de los alumnos con
dificultades programando actividades complementarias para ellos.
- Adaptar el material de clase a las necesidades del alumnado.
�4. INTEGRACIÓN DEL NIÑO CON DISCAPACIDAD MOTORA
Se busca que el niño adquiera el mayor dominio posible sobre su cuerpo y logre más autonomía. Esto facilitará su eficacia, el desarrollo social y aumentará su autoestima
a través de la consecución de logros. En el aula es necesario que adaptemos el espacio eliminando las barreras arquitectónicas para que el niño pueda moverse
libremente por todos los rincones sin ayuda del adulto. Todos los lugares y objetos destinados al grupo-clase deben ser accesibles para todos. Si su discapacidad
motora conlleva problemas para la expresión verbal buscaremos sistemas alternativos de comunicación conocidos por todos los compañeros.
5. INTEGRACIÓN DEL NIÑO SORDO La base de la intervención con niños sordos es promover el intercambio
comunicativo, que deberá estar relacionado con el contexto. Será más fácil si conocemos al niño lo suficiente como para tener en cuenta sus necesidades,
intereses, capacidades y motivaciones. Facilitaremos situaciones comunicativas motivadoras y gratificantes para aumentar la interacción con iguales.
6. LA INTEGRACIÓN DEL NIÑO CON DISCAPACIDAD VISUAL La falta de visión hace que la representación de la realidad sea distinta a la de las personas que pueden ver. la principal dificultad que se encuentra a edades
tempranas está en el desarrollo de la imitación espontánea. Esto complica el aprendizaje el interés por el mundo exterior. De este modo, los niños ciegos o con
deficiencia visual tienden al auto-aislamiento. Por lo tanto, nuestro papel como educadores será fomentar su deseo de investigar y explorar el mundo. Su percepción
de la continuidad está limitada porque su mundo acaba a donde pueden llegar sus manos. Enseñarles a explorar objetos con el resto de los sentidos a través de juegos
y actividades convertirá su entorno habitual en un lugar más seguro para ellos.
Debemos concienciar a los compañeros sobre la importancia de dejar todos los
materiales siempre en el mismo lugar y recoger las sillas bajo las mesas evitando los obstáculos en la medida de lo posible. Lo importante es que el aula sea un lugar
adaptado con puntos fijos de referencia y límites claros. No debemos forzar al niño a iniciar el contacto social, lo facilitaremos de un modo sutil y no le dejaremos solo si no
se siente seguro.
�7. EL EDUCADOR ANTE EL ALUMNO CON AUTISMO
A pesar de que el autismo se descubrió hace más de sesenta años, la puesta a punto de programas de intervención ha sido muy lenta. Los programas actuales para el
tratamiento del autismo son multidisciplinares y la intervención se lleva a cabo al mismo tiempo por médicos, psicólogos, pedagogos, trabajadores sociales…
Los niños autistas presentan un desarrollo social alterado, un retraso en el desarrollo del lenguaje y una marcada insistencia en la identidad que se refleja en pautas de
juego estereotipadas, obsesiones y resistecia al cambio.
Una características común que une varios tipos de autismo es un marcado
impedimento para establecer relaciones sociales adecuadas asociado a problemas en la adquisición y desarrollo de habilidades del lenguaje.
Las necesidades de los niños autistas se centran en tres áreas problemáticas:
- Adquisición de patrones lingüísticos
- Falta de relaciones sociales
- Inconsistencia o irregularidad en las reacciones conductuales.
El autismo supone un importante riesgo de exclusión social debido a las características de la persona que lo padece y sus dificultades para establecer relaciones sociales
normalizadas, adquisición normal del lenguaje y desarrollo de la autonomía.
El autismo supone una situación de desconexión con la realidad y la creación de
un mundo interior propio y hermético.
En líneas generales el autismo presenta las siguientes características:
- problemas de interacción social.
- Problemas de la comunicación y relación con los iguales
- Retraso o ausencia del lenguaje. Problemas para iniciar o mantener
conversaciones significativas con otras personas.
- Patrones restrictivos o repetitivos de conductas o actividades, estereotipias
- Hiperactividad, hipoactividad e irritabilidad.
- Alteraciones del humor y de la afectividad.
- Agresividad con uno mismo y con los demás.
- Déficit en el desarrollo de la interacción social, uso del lenguaje y juego simbólico.
�Puesto que los niños y niñas autistas se encuentran con grandes problemas
para comprender la información de su entorno, necesitan sistemas de estructuración ambiental que les proporcionen una información accesible para
ellos.
En la actualidad, sólo un pequeño porcentaje de niños y adolescentes con
trastorno autista podrá llegar a adquirir la autonomía suficiente como para vivir y trabajar de modo independiente en su vida adulta.
El reconocimiento del derecho de estas personas a una vida personal y social lo más autónoma posible supone una intervención coordinada e integral. Un
equipo interdisciplinar formado por psicólogos, médicos, trabajadores sociales, educadores, terapeutas… llevará a cabo una intervención
psicosocial dirigida en todo momento a la construcción y fortalecimiento de conductas alternativas que permitan que el niño se desenvuelva en un
entorno grato, positivo y controlable para ellos.
El trato con niños autistas en el entorno educativo implica:
- Cuando les dediquemos tiempo lo haremos sin prisas, manteniendo un
buen estado de ánimo.
- Respetaremos sus tiempos, su espacios y códigos de comunicación
estando muy atentos a su lenguaje no verbal.
- Respetaremos su ritmo de aprendizaje.
- Proporcionaremos puntos de referencia visuales o auditivos de apoyo al
niño para que conozca mejor su entorno y sienta que tiene más control
sobre él.
- Favoreceremos un clima positivo que promueva su bienestar y seguridad
y evite las sensaciones de fracaso.
- Cuidaremos el ritmo y entonación de nuestra voz.
- Desarrollaremos habilidades sociales de autonomía y comunicación.
- Promoveremos el autoconocimiento y las habilidades de relación y
comunicación con su entorno.
Los familiares de los niños y niñas con autismo necesitan todo el apoyo del centro y de las sociedad en su conjunto. Los profesionales intervendrán globalmente con la familia,
que deberá tomar parte activa en le proceso y atención integral del niño.
�Hemos de tener en cuenta que la familia del niño autista necesita ayuda para aliviar
tensiones, recibir pautas de comportamiento y actitudes con su hijo, ayudarles a facilitar en el menor el desarrollo completo de sus potencialidades, promover la autonomía e
independencia del menor en la mollir medida posible, prevenir el deterioro o desestructuración personal y familiar y apostar por la desisntitucionalización .
A nivel educativo cobra especial importancia la educación psicomotriz y estrategias para relacionarse con el entrono.
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8. REGULACIÓN EMOCIONAL Y CONDUCTUAL EN ALUMNOS CON SÍNDROME DE ASPERGER
El lenguaje de un niño con Síndrome de Asperger es correcto, excesivamente perfecto a veces. Parece mayor que los niños de su edad. Su gramática es adecuada y su vocabulario
extenso. Pueden resultar pedantes. No entienden ironías, dobles sentidos y juegos de palabras. El tono de su voz es monótono y lineal, con pocas variaciones. Les cuesta
comprender el lenguaje oral.
Los niños con este síndrome suelen ser rechazados por sus compañeros, tienen problemas para manifestar empatía. Su radar natural para las relaciones sociales no funciona. A
menudo se sienten frustrados en sus intentos de interacción con los demás. Hasta que cumplen 14 años suele haber malentendidos frecuentes, aunque en estos casos el sexo del
alumno marca diferencias, ya que las niñas aprenden antes a salvar sus problemas de interacción, hasta el punto que el trastorno de Asperger suele pasar desapercibido en ellas.
Estos niños pueden volverse suspicaces y estar a la defensiva. Entienden cualquier risa como una burla hacia ellos. Saben que son diferentes pero no saben por qué. Al no existir un
fenotipo característico los compañeros no ven justificación para sus actitudes y comportamientos.
Para ayudarles podemos
- Utilizar frases cortas y sencillas.
- Darle órdenes breves y claras
- Utilizar ironías, dobles sentidos y ayudarles a comprenderlos.
- Utilizar apoyos visuales y mapas conceptuales para facilitar la comprensión de contenidos.
- Trabajo logopédico para que aprendan a elaborar mensajes, entrenen la expresión espontánea, comprendan los dobles sentidso e ironías y aprendan a entonar de
forma adecuada.
- Cuidar el modelo que damos a los compañeros cuando nos dirigimos a ellos.
Tenderán a tratarle tal como les tratemos nosotros.
�- Trabajar en tutoría valores de convivencia.
- Fomentar un clima de cooperación y trabajo en equipo.
- Organizar actividades y juegos por parejas.
- Comenzar con programas de mediación y resolución de conflictos.
- Facilitar que los niños resuelvan sus problemas entre ellos.
- Dar protagonismo en aquello que hace bien.
Regulación emocional en niños con Síndrome de Asperger
o Emociones e intenciones ajenas
Las personas con Síndrome de Asperger tienen dificultades para comprender
las emociones e intenciones de los demás y presentan grandes niveles de frustración e incluso explosiones de rabia.
o Desarrollo emocional
Suele ser más lento que en la mayoría de los niños y niñas de su edad por lo
que es habitual observar en ellos reacciones típicas de niños más pequeños como lloros o rabietas.
o Eventos anteriores
Las primeras veces han de ser cuidadosamente preparadas y planificadas. A los niños S.A. no les gustan los cambios y se ponen muy nerviosos ante
cualquier actividad o rutina diferente. Además, la novedad puede provocar en ellos reacciones conductuales desajustadas que tienen que ver con sus
experiencias internas.
o Estrés y decaimiento
Las personas con S.A. sufren grandes niveles de estrés y frustración de manera regular. Además, se enfrentan con frecuencia a situaciones de
rechazo social y fracaso. Su insatisfacción emocional puede provocar patologías relacionadas con ansiedad, depresión y obsesión con mayor
frecuencia desde que son adolescentes. Es habitual que presenten síntomas de fatiga, mostrándose decaídos o cansados. Una de las razones es la
prolongada exposición a situaciones de rechazo social sin posibilidad de tiempos muertos para recuperar fuerzas.
�o Alteraciones de conducta
Las alteraciones de conducta son la expresión de la combinación de factores biológicos, psicológicos y socio-ambientales. Así, una conducta agresiva
puede ser consecuencia de una gran variedad de factores: dolor o malestar físico, malestar emocional, incapacidad de comunicarse…
Ante toda conducta problemática o inapropiada se pueden identificar las condiciones indicadoras o antecedentes: todas aquellas circunstancias
presentes antes de la conducta.
De entre los antecedentes hay que destacar el evento que dispara la
conducta. El evento precursor, sin el cual no habría aparecido la conducta.
La probabilidad de que una conducta se repita en el futuro depende
directamente de las consecuencias reforzadoras que reciba. Si una conducta desafiante tiene como consecuencia algo que esa persona desea conseguir o
si contribuye a reducir o eliminar algo que no quiere, eesa conducta resultará eficiente para conseguirlo y la persona intentará repetir la conducta para
conseguir el mismo efecto.
Al igual que los antecedentes, las condiciones reforzadoras pueden incluir tanto factores personales como ambientales. La evaluación de conductas desafiantes debe dar lugar a la elaboración de recomendaciones o plan de apoyo para prevenir futuras apariciones de la conducta que deben incidir sobre…
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Estrategias en el aula Emociones e intenciones ajenas- Facilitar el aprendizaje de emociones y su reconocimiento, tanto en sí mismo como en
los demás-Examinar las circunstancias en las que se presentan las explosiones de rabia, por si
estuvieran relacionadas con elementos ambientales especialmente estresantes.- Asegurarnos de que no confunde con agresiones cosas que no lo son realmente.
Desarrollo socioemocional- Promover el aprendizaje de técnicas de relajación y autocontrol, así como el desarrollo
de guías de conducta ante situaciones difíciles.
Eventos anteriores.- Enseñar una rutina de reconocimiento de emociones y análisis de eventos relacionados con ellas.
- Promover la verbalización de pensamientos para resolver su angustia.
Estrés y decaimiento- Promover situaciones de éxito en las que sus habilidades promuevan una imagen positiva hacia los demás y mejore su autoestima.
- Permitir momentos de relajación o escape a lo largo del día, por ejemplo, proporcionar un lugar previamente pactado donde pueda ir a calmarse. Podemos señalizar esos
momentos a través de una señal visual o una tarjeta de solicitud de tiempo fuera. - Asegurarse de que haya una persona responsable de supervisar y controlar activamente
el bienestar emocional del alumno con S.A. y proporcionarle oportunidades que faciliten que exprese sus sentimientos, desarrollando su vocabulario y comprensión emocional.
- Estar alerta ante la posibilidad de deterioro emocional (reducción en la atención y concentración, aumento de crisis de conducta, aparición de conductas extrañas o
repetitivas en exceso, mayor aislamiento…) que requiera la recomendación a los padres de que soliciten ayuda externa
- Procurar un ambiente tranquilo, dado que las personas con S.A. suelen tener problemas para detectar y controlar sus estados de ánimo o su fatiga, su malestar puede ir
acumulándose y estallar en una auténtica crisis. Sus dificultades con los compañeros, los exámenes, los cambios de ubicación o su facilidad para adquirir el tono emocional que
exhiben los que le rodean hace muy importante la existencia de un ambiente relajado y distendido en la medida de lo posible.
�- Aceptación positiva: que el profesor modele una aceptación positiva es otra buena forma
de actuar con los niños que son diferentes. No podemos olvidar que un buen número de alumnos con S.A. son víctimas de acoso, burlas y maltrato. El bullying surge dentro del
aula, por desconocimiento y desprecio al compañero diferente o menos hábil y por ello el papel del profesor se hace totalmente imprescindible a la hora de prevenirlo.
- La manera en que el profesor interactúa con el alumno con S.A. funcionará como un auténtico modelo para el resto de los alumnos. Esto será algo positivo para toda la clase,
ya que todos funcionamos mejor cuando nos sentimos aceptados y apreciados tal como somos.
Regulación conductual- Estructurar los contextos facilitando información que les permita predecir y anticipar los
cambios en la rutina. - Uso de apoyos visuales en el día a día para favorecer la comprensión de la información.
- Hacer explícitas las formas adecuadas de conducta que se esperan en situaciones problemáticas. Lo que para otros niños es evidente para los alumnos con S.A.
probablemente resulta confuso y es necesario explicarlo de una forma concreta y clara. Una lista escrita de las reglas de conducta va a facilitar el aprendizaje de normas
implícitas.- Alternar actividades relajantes para el niño con otras que no lo son, para aumentar la
participación. - Introducir apoyos para reducir la ansiedad, por ejemplo, permitir que salga antes o
después que los demás en los recreos, ofrecerle la posibilidad de acudir a un lugar tranquilo para calmarse…
- Enseñarle estrategias de relajación y autocontrol para respirar-pensar-actuar. - Establecer secuencias de pasos a realizar ante situaciones concretas de estrés
- Estudiar la posibilidad de trabajar con el niño y un grupo de compañeros para formar un círculo de amigos que se responsabilicen de apoyarle y solucionar problemas de
convivencia, siendo además una fuente de ayuda emocional. - Intentar evitar luchas de poder. Prevenir confrontaciones desde la calma, la negociación,
la presentación de alternativas o el desvío de atención hacia otro asunto. A menudo no comprenden las muestras de autoridad o enfado. Reaccionan mal cuando se sienten
coaccionados, amenazados u obligados. Es preferible en estas situaciones dar marcha atrás y esperar que se calme.
�EL ADOLESCENTE CON SÍNDROME DE ASPERGER
Si bien durante la infancia los niños con SA pueden afrontar las demandas del medio, e
incluso pasar desapercibidos en algunos casos, al llegar a la adolescencia es mucho más importante sentirse aceptados e integrados en un grupo. En esta etapa las diferencias se
hacen más evidentes y son frecuentes sentimientos de soledad y frustración por no conseguir pertenecer a un grupo y ser “como los demás”. Es entonces cuando corren
mayor riesgo de sufrir ansiedad, depresión o trastornos obsesivos. Es frecuente que se acentúen los sentimientos de incomprensión, diferencia y soledad,
así como la inmadurez emocional, con reacciones desproporcionadas ante algunas situaciones.
Estrategias en el aula para adolescentes con Síndrome de Asperger:
- Educar a los compañeros en tolerancia, respeto y comprensión hacia los demás. - Motivar a participar en actividades que mejoren su autoestima y su imagen ante los
demás como facilitar situaciones de aprendizaje cooperativo que destaquen sus conocimientos en ciertos temas y promuevan su aceptación en el grupo.
- Fomentar su participación en actividades extracurriculares relacionadas con sus temas de interés y puntos fuertes, lo cual favorecerá su relacioón con los demás y contribuirá a
mejorar su autoestima y estabilidad emocional. - En esta etapa puede ser de gran ayuda conocer y aceptar lo que significa tener el
síndorme de Asperger. Existen programas específicos, como el de Peter Vermeulen (1999) que establece una serie de pasos para comunicarles su diagnósitco y fomentar su
comprensión y aceptación. - Explicarles que no tienen una enfermedad sino una organización diferente en el cerebro
que les aporta ventajas y desventajas. - Mejorar su autoestima a través del refuerzo de sus habilidades.
- Fomentar el aprendizaje de habilidades sociales, técnicas de relajación y estrategias de autocontrol para que aprendan a controlar sus pensamientos obsesivos, sus conductas
estereotipadas, sus miedos, etc.
�9. TRASTORNO DE LA COMUNICACIÓN SOCIAL (TCS)
Estos alumnos tienen un buen vocabulario, utilizan correctamente la gramática pero su comunicación verbal es inadecuada al contexto social en el que se desenvuelven. Por
este motivo solemos malinterpretar sus verbalizaciones, porque no son adaptativas y podemos tomarlas como un desafío.
Ante todo, evita las culpas. No es culpa tuya por no saber imponerte. No es culpa suya, porque no pretende ofenderte. No es culpa de sus padres. No es culpa de nadie. Posiblemente su trastorno sea de origen neurológico o debido a pautas erróneas de crianza cuando era muy pequeño. No tomes sus salidas de tono como algo personal. Tu misión es ayudarle, no vencerle.
- Empatiza con él, trata de comprenderle
- No te enfrentes a él. - Practica en clase formas sociales adecuadas.
- Realiza actividades en clase para desarrollar habilidades sociales relacionadas con la conversación
- Incluye contenidos visuales- Mantén el contacto visual cuando le hables
- Ponte a su altura cuando te dirijas a él- Realiza juegos de cambios de roles para desarrollar su empatía
- Promueve deportes de equipo y actividades de cooperación.
�10. INTELIGENCIA EMOCIONAL Y SÍNDROME DE DOWN
Tradicionalmente en el campo de las necesidades educativas especiales se ha trabajado enormemente en el desarrollo de la mente racional del niño pensante,
dejando de lado la mente emocional, más impulsiva y aparentemente más difícil de educar y controlar. En los últimos años se ha subrayado la importancia de aumentar
la capacidad de estos niños para adecuar sus emociones a las diversas situaciones en las diversas situaciones en las que se desenvuelven, sentirse bien consigo
mismos y relacionarse con los demás de modo que crezcan en su desarrollo personal.
En niños con Síndrome de Down se trabajan los distintos componentes de la Inteligencia Emocional:
- Las emociones: identificación, dar un nombre a lo que se siente, desarrollar un vocabulario emocional, evaluar la intensidad de las emociones y manejar formas
adecuadas para expresar las emociones.
- Pensamientos y conductas: se trabaja la comprensión de la relación mutua entre
pensamiento-emoción y comportamiento. S desarrolla la motivación de logro para que adquieran seguridad y autonomía.
- Autoaceptación: es muy importante que los niños dsearrollen una aceptación incondicional de sí mismos y de los demás. Con esta finalidad desarrollaremos
actividades que permitan afianzar el autoconocimiento, reconociendo sus puntos fuertes y débiles, aprendiendo a quererse y aceptarse con independencia de sus
errores, rendimiento o la opinión de los demás.
- Solución de problemas: exposición a distintos tipos de situaciones para experimentar
con distintos tipos de respuesta. Identificar alternativas de solución de problemas.
- Relaciones interpersonales: autocontrol, empatía, ponerse en lugar de otro… implican
el desarrollo de competencias sociales, cooperación, establecimiento y mantenimiento de vínculos.
�11. LIDIAR CON LAS EMOCIONES PROPIAS Y AJENAS
A lo largo de mi experiencia con personas con discapacidad se me despertaron multitud de emociones, unas más agradables, otras menos, más o menos intensas. Trabajando
con personas, estamos interaccionando, estamos movilizando emociones: miedo, impotencia, rabia, tristeza, alegría…
En uno de mis trabajos con alumnos con discapacidad yo era la coordinadora de equipo y una de mis funciones era sustituir al monitor que faltaba. Cuando esto sucedía, sabía que
me enfrentaba a una situación totalmente nueva, que nunca antes me había visto en la obligación de controlar, a lo sumo supervisar. Casi siempre conocía a los niños que iba a
tratar, cuál era su discapacidad y sus peculiaridades, porque los había visto en mis inspecciones rutinarias. Pero nada más. A veces debía hacer una sustitución en un centro
que nunca había visitado.
Nunca me acostumbré a aquello. El sentimiento era siempre el mismo al comienzo de
cada jornada: una especie de pánico escénico, incertidumbre, desazón…; soy consciente de que los alumnos con necesidades educativas especiales necesitan generalmente de
cierto control sobre su entorno y que algunos se alteran mucho ante situaciones nuevas. Yo era la nueva situación. No le conocía y no era quién para darle órdenes. Y a veces no
conocía su modo particular de comunicarse.
Cuando hablamos de emociones son tan importantes las nuestras como las suyas.
Somos personas interaccionando. Ambas partes dan y ambas partes toman.
Es sano que seamos conscientes de nuestras propias emociones, que aceptemos
nuestros miedos y limitaciones y que sepamos afrontarlos del mismo modo que las personas a las que ayudamos aprenden día a día a reconocer sus limitaciones e intentar
vencerlas.
De fondo, no somos tan diferentes. Al niño autista me daban ganas de decirle “yo te tengo
tanto miedo a ti como tú a mí”. Al adolescente minusválido al que tenía que acompañar al baño me daban ganas de decirle “A mí me da tanta vergüenza mirarte como a ti que te
mire”, al niño que corría hacia la puerta que tenía el síndrome de Cornelia de Langue me daban ganas de decirle “espera, que yo también quiero salir de aquí corriendo”.
Desde esa aceptación de mis emociones y limitaciones podía ponerme al mismo nivel del otro, sentía que en el fondo no éramos tan diferentes, la única diferencia básica era que
yo tenía que controlar mis impulsos y transmitir seguridad.
�A veces pienso que esa humildad con la que me acerco al desconocido, ese tanteo, ese ir
despacio, ese pedirle permiso para tocarle y ese empeño en conocerle lo más deprisa posible y, sobre todo, ese respeto de mí hacia ti, el respeto a la distancia que impones, a
tu modo de expresarte y comunicarte, esa manía mía de comprenderte y que entiendas que te comprendo es lo que hace que podamos trabajar tan deprisa, que se establezca
cierto vínculo y que me reconozcas y abraces en la próxima visita trimestral.
El sentimiento surge del pensamiento. Mantenemos un diálogo con nosotros mismos. Si
yo creo que alguien me pega para molestar entonces yo me enfado. Si sé que alguien me pega para comunicar algo no me enfadaré o me enfadaré menos y buscaré un modo
alternativo para que se comunique.
No digo con esto que cuando una persona con discapacidad da un manotazo o un
mordisco (y no se privan nada en la fuerza que le ponen) una tenga que estar contenta. Un manotazo es un manotazo y punto. No le sienta bien a nadie. Tal vez no podamos
evitar sentir enfado pero sí podemos controlarlo. No está mal que quien da el manotazo nos vea el ceño fruncido. Debe aprender que sus acciones tienen consecuencias y
despiertan sentimientos en otras personas. A todos nos gusta despertar sonrisas. A nadie le gusta despertar sentimientos negativos. Nuestras reacciones también van a formar
parte del aprendizaje de las personas con quien interactuamos y nuestra conducta tiende también a formar parte de su repertorio.
Personalmente me colgué una frase en el cerebro para situaciones así: “no te lo tomes como algo personal”. Una frase corta y contundente que me recordaba que detrás del
daño, no siempre existe una intención expresa de hacerlo. Y que si me enfado, ese sentimiento es mío, no es agradable y soy yo quien tiene que soportarlo y luego tomarse
la molestia de deshacerse de él.
Además del enfado es habitual sentir miedo. Miedo a que lo vuelva a hacer, a que te
pierda el respeto, a que la próxima vez sea más fuerte. Tampoco es malo reconocer que ciertas reacciones de ciertas personas nos dan miedo. Es algo que debemos hacer en
equipo para acordar entre todos el modo de actuar ante ciertas situaciones. Tener claras las pautas a seguir en casos concretos nos ayuda a tener control, más control, sobre las
situaciones y la sensación de control reduce el sentimiento de miedo.
Es importante recapacitar sobre lo que sentimos y darnos tiempo para pensar de otro modo, modificar nuestro pensamiento es fundamental y debemos hacerlo en equipo. Hablarlo, poner nombre a nuestros sentimientos y reconocer que son nuestra responsabilidad y no la de los demás. No podemos culpar a los demás por lo que nosotros sentimos.
Si no sabes en un momento dado cómo actuar, no lo hagas. Date unos segundos para pensarlo con calma. Tienes derecho a ese tiempo.
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12. MULTICULTURALIDAD
En Educación Infantil es muy importante el modelo del educador en torno a la transmisión de valores. Los niños aprenden conductas y actitudes por imitación.
Si pretendemos educar para la diversidad, la tolerancia y el respeto no podemos partir de concepciones racistas, clasistas, racistas, xenófobas o
sobreprotectoras.
Algunos de estos niños hablan otro idioma y desconocen total o parcialmente el nuestro. Provienen de lugares donde han interiorizado valores y costumbres
diferentes a los nuestros, a veces opuestos y suelen recibir rechazo de iguales y adultos. Los juegos multiculturales y cooperativos promoverán un ambiente de
tolerancia cumpliendo las funciones de:;
- Exteriorización de los problemas.
- Facilitar la comunicación y la aceptación.
- Liberar tensiones.
- Favorecer la normalización.
- Ejercitar la motricidad, autonomía y comunicación.
- Reducir las conductas disruptivas.
- Favorecer la adquisición y mantenimiento de conductas deseables.
- Facilitar la normalización.
- Motivar el desarrollo de los programas.
- Reforzar las habilidades adquiridas
- Estimular los sentidos
- Dar valor al aprendizaje.
Saber más:
El aislamiento social suele tener su origen en la no-aceptación por parte del grupo más amplio o dominante de conductas o comportamientos típicos del grupo minoritario.
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Educar en la interculturalidad supone:
- generar participación que permita a los niños conectar con su entorno más
cercano y aprender de él manifestaciones culturales de todo tipo.
- Ayudar a la socialización permitiendo que los niños se pongan en el lugar
de otras personas.
- Utilizar el juego como vía de cooperación e interacción.
- Entrenar competencias de comunicación, de colaboración, afectivas,
sociales, psicológicas, motóricas, lingüísticas y cognitivas.
- Permitir a los niños comprender el mundo que los rodea.
- No olvidar la importancia de la familia como elemento de integración.
Recuerda:
En el aula donde hay un niño o niña con limitaciones sensoriales, intelectuales, comportamentales o motóricas es importante que sus compañeros estén sensibilizados y conozcan sus posibilidades y limitaciones.
13. BIBLIOGRAFÍA: - DELGADO LINARES, I. “Intervención con familias y atención a menores en
riesgo social”. 20.12 Madrid. Paraninfo.
- FERNÁNDEZ RODICIO, C.I. (2011). “La inteligencia emocional como
estrategia educativa inclusiva” en revista de Innovación Educativa nº 21, 2011,
pp. 133-150