Interpretar
para enseñar
literatura
LA PROGRAMACIÓN DE LA
PRÁCTICA DE LA
EDUCACIÓN LITERARIA
El comentario de textosen la Enseñanza Secundaria Obligatoria
El «indiscutible»
comentario de textos
El comentario de textos nace a finales del
siglo XIX en Francia, con un marcado
carácter retórico, ya que se plantea como
una manera de estudio de los clásicos como
«modelos de estilo».
Jovellanos advierte ya sobre el sinsentido de
una materia de Retórica que eduque
idiomáticamente en la artificialidad y la
ampulosidad, convirtiendo a la asignatura en
«la doctrina de los topos».
El «indiscutible»
comentario de textos
El comentario de textos tiene una historia en nuestro sistema educativo de 59 años: se nombra expresamente por primera vez en la Ley de Ordenación de la Enseñanza Media de 1953, donde se presenta como técnica didáctica idónea.
Guillermo Díaz Plaja, por una parte, y Fernando Lázaro Carreter junto a Evaristo Correa Calderón presentaron sendos manuales para ilustrar este modelo pedagógico.
El «indiscutible»
comentario de textos
En el contexto de la Ley General de Educación (1970) Lázaro Carreter prepara una nueva monografía: Comentario de textos, Barcelona, Castalia, 1973. En su introducción señala:
«Hace falta abrir un camino nuevo, porque los anteriores no sirven y conducen al fracaso; debemos meditar con lucidez y sin añoranzas cuál puede ser el sitio de la literatura en el seno de la compleja realidad que nos rodea».
Sin embargo, y en el mismo volumen que prologa con tanta brillantez, los modelos de comentario que, presumiblemente, podrían ilustrar sus palabras, son análisis críticos de tipo universitario.
El «indiscutible»
comentario de textos
Desde los años 80 una minoría empezó a cuestionar este
modelo, incuestionable para la mayoría.
Sin embargo, pronto comienza a surgir una idea: no fallan los profesores, falla el comentario, que no es un
método adecuado al marco escolar en que se
pretende aplicar: masificado y heterogéneo.
Cada vez estamos más convencidos de que el
comentario no es la mejor alternativa didáctica. El
modelo de «crítico universitario en pequeñito» que el
comentario implica requiere una familiaridad con la cultura, unas referencias y unas lecturas, unos niveles de
lenguaje, que no se dan en el 90% de los alumnos.
El «indiscutible»
comentario de textos
¿Quiere todo esto decir que el comentario no tiene
presente ni futuro? Tendrá sentido en nuestro
marco escolar si se conserva como propuesta de
análisis crítico de la literatura no desde la
perspectiva del «crítico literario en miniatura», sino
desde las posibilidades culturales reales de nuestros
alumnos, alimentando sus preguntas, sus
preocupaciones y no las nuestras.
Pero no es la única alternativa: para enseñar a
nuestros alumnos a interpretar los textos literarios
hoy se nos ofrecen otras posibilidades.
¿Hay alternativas?
Si lo que pretendemos es fomentar el hábito
de la lectura y su disfrute, no lo conseguiremos
obligando a los chicos a diseccionar textos
que, ya de por sí, les resultan bastante ajenos.
Por ello, deberemos recurrir a otras alternativas
que también pueden ayudar a la
comprensión y análisis de esas obras literaria
que, por imposiciones del currículo, debemos
trabajar.
Dra. Mercedes Flores MartínDepartamento de Literatura Española
Universidad de Sevilla