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Universidad Argentina John F. Kennedy
Escuela de Ciencias, Artes y Técnicas
Departamento de Literatura
Introducción a la Expresión Oral y
Escrita
Guía para prácticas
Rosalía Montes
Ricardo Santoni
Carolina Fernández
Laura Banfi
Santiago Fuentes
Graciela Corbetta
Fernando Martínez
Ezequiel Gusmeroti
Cecilia Pelle
Coordinación: Alicia Genovese
Ediciones Leuka 2011
1
Índice
Unidad 1 Leer y escribir en la universidad 2
La máquina de leer (Sarlo) 3
Oralidad y escritura (Majul/Capusotto) 5
La lectura (Vandendorpe) 6
La escritura: ejercitación 7
Unidad 2 Texto y discurso. Tipologías textuales 8
El texto 9
Tipos textuales (cuadro comparativo) 10
Secuencias o tipos textuales 11
Ejercitación: tipos textuales 12
El resumen: ejercitación 14
Unidad 3 El proceso de escritura 18
Ejercicio transformación textual (Greenpeace) 19
Unidad 4 Formas textuales argumentativas 21
Ensayo/Texto académico (cuadro comparativo) 22
Aproximación al ensayo 23
Análisis (Saramago) 24
El ensayo: ejercitación 28
Texto argumentativo no académico (Chico B.) 29
Unidad 5 El texto académico 31
Guía para la confección de una monografía 32
Pautas monográficas UK 35
Ejercitación (Edgar Morin, Cabrera) 37
Ejercitación (Eco, Logan) 41
Lista de conectores 46
2
Desde hace varias décadas, las
nuevas tecnologías de la
información vienen instalando
cambios en la circulación de los
saberes que imponen nuevas
modalidades de lectura y de
escritura.
Podría decirse que asistimos a un
nuevo universo donde la ―galaxia
Gutenberg‖ pierde su tradicional
poderío y aparecen nuevas estrellas
a través de Internet (los buscadores
como Google, las redes sociales
como Facebook, Twitter, etc.).
Las transformaciones exigen en
todos los ámbitos, incluido el
universitario, una adecuación de las
competencias de lectura y escritura.
El objetivo de esta unidad es que
los estudiantes reflexionen sobre los
desafíos que se imponen en
relación con las nuevas
modalidades de lectura y escritura
para el intercambio de
comunicaciones, particularmente en
la vida universitaria.
Lecturas obligatorias: “Escribir en la universidad” en Klein, Irene (Coord.). El taller del escritor universitario. Buenos Aires: Prometeo Libros, 2007. 9-14. “Lectura intensiva y extensiva o los derechos del lector” en Vandendorpe, Christian. Del papiro al hipertexto. Ensayo sobre las mutaciones del texto y la lectura. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2002. 139-142. “¿Qué es el código escrito?” en Cassany, Daniel. Describir el escribir. Cómo se aprende a escribir. Buenos Aires: Paidós, 1997. 27-44.
Unidad 1 Leer y escribir en la universidad. Código escrito y código oral.
3
La máquina de leer
Beatriz Sarlo*
Leer: una de las operaciones más complejas. No es sorprendente que adquirir un manejo de la máquina de leer sea difícil y, en períodos de mutación cultural, se corra el riesgo de perder la máquina y la destreza para manejarla. Para decirlo con algunas comparaciones evidentes: es más difícil aprender a leer que aprender a conducir un coche o una bicicleta, jugar al tenis, cocinar comida china, andar a caballo o tejer. Por supuesto, aunque vale la pena recordarlo, es más difícil aprender a leer que a mirar televisión. En lo escrito hay una clave de bóveda del mundo. Todavía no se ha inventado nada más allá: los hipertextos, Internet, los CDROM y los programas de computadora suponen la lectura, obligan a la lectura y no son más sencillos que los libros tal como los conocimos hasta hoy. Quien afirme algo diferente nunca vio un CDROM ni un programa de hipertexto, o quiere engañarnos haciendo barato populismo tecnológico. Si el futuro son las computadoras, la lectura es indispensable. Téngalo en cuenta quienes profesan la optimista superstición del futuro. Pero no querría hablar del futuro, porque ya los suplementos de ciencia de los diarios exaltan suficientemente el mundo maravilloso que nos espera. Querría hablar del pasado y del presente. La lectura opera con una máquina del tiempo que hasta hoy no ha igualado ninguna otra máquina: bajo la forma de página impresa o de pantalla de computadora que imita o
*Sarlo, Beatriz, ―La máquina de leer‖. En Instantáneas. Medios, ciudad y costumbres en el fin de siglo. Buenos Aires: Ariel, 1997. Pág. 193.
perfecciona la página impresa, están el mundo que fue y el mundo que es. Hasta hoy, nuestra cultura (quiero decir la cultura llamada occidental en sus diversas versiones) es visual y escrita. Esto no la hace superior a las grandes culturas orales del pasado: simplemente, marca su diferencia y el ser de su diferencia. Se puede valorar la oralidad, pero no se puede volver a ella como instrumento básico de la continuidad cultural. Se podrá prever un futuro donde la lectura resigne su hegemonía frente a otras formas de transmisión, pero ese futuro todavía no ha llegado y, si llega, llegará por la lectura y no a pesar de ella. Es indiferente el soporte material de la lectura: ¿una página impresa, un microfilm, la pantalla de una computadora, un holograma? En el límite, todos exigen esa capacidad infinitamente difícil: interpretar algo que ha sido escrito por otro. Leer es, siempre, de algún modo, traducir. La máquina de leer pide ser accionada con sutileza. Pero admite que se la ponga en marcha en las condiciones más libres. Difícilmente pueda ponerse en otra máquina que sea, a la vez, tan complicada en su manejo y tan abierta a los usos más personales, secretos, innovadores, transgresivos. La máquina de leer nos permite prácticamente todo. La máquina está allí: mucho menos servil que un televisor, mucho más compleja que una computadora, pero también más esquiva porque exige más de quien la opera. La máquina de leer, instalada en la larga duración de la historia, sigue funcionando cuando otros instrumentos hoy sólo pueden ser vistos como curiosidades en los museos de la técnica. La máquina de leer: una hipermáquina, una nave espacial, una cápsula de tiempo, un espejo, un Aleph.
4
Consignas: 1. Seleccione el enunciado que mejor sintetice la tesis sostenida por Beatriz Sarlo en el artículo: a. Los avances tecnológicos de los últimos años permiten prever el ocaso de la lectura como práctica. b. Leer es siempre traducir, no importa el soporte. c. La máquina de leer, como toda máquina, caerá en desuso al ser reemplazada por otra. d. La cultura occidental es visual y escrita, y en ella la lectura es una práctica cotidiana. e. Es más difícil leer que manejar las nuevas tecnologías. 2. ¿Por qué habla Sarlo de la ―máquina‖ de leer? 3. ¿A qué se refiere Sarlo cuando habla de ―barato populismo tecnológico‖?
4. ¿Qué características distintivas observa Sarlo en la lectura y la oralidad? ¿Qué características de una y otra práctica quedan implícitas en sus afirmaciones? 5. ¿Por qué cree Ud. que Sarlo compara la lectura con la traducción? ¿Encuentra Ud. elementos comunes a ambas prácticas? 6. Explique la siguiente afirmación: ―La máquina de leer pide ser accionada con sutileza. Pero admite que se la ponga en marcha en las condiciones más libres.‖ Reflexione sobre el uso del adversativo (―pero‖) en este fragmento. 7. Explicar por qué Sarlo define a la máquina de leer como: -una hipermáquina; -una nave espacial; -una cápsula del tiempo; -un espejo; -un Aleph.
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Oralidad y escritura. Ejercitación
Leer el siguiente fragmento, extraído de una entrevista de Luis Majul a Diego Capusotto en el programa ―Cuatro sillas‖, emitido por Canal A: MAJUL: Antes de preguntarte algo te voy a invitar ahí [le señala un sillón] porque me parece que estás mejor... ¿Vos de qué te reís cuando te reís? CAPUSOTTO: Bueno, hay gente que me hace reír, que me hace reír muchísimo, por su afectación, por, por la manera de cómo dice las cosas, eh... Por una corpore, corporalidad, y algo que tiene que ver con el cuerpo, digamos, por una manera de moverse, o por algo que a mí me provoca, este, me provoca risa. Es una emoción también, directa. Y me hace reír el sinsentido, muchas cosas, me hacen reír los, eh... Las cosas que veo que están dentro de un marco de una supuesta normalidad, ¿no? Este... Y en realidad, uno de lo que se ríe es, cuando yo hablaba un poco de la, de la deformación de la realidad, lo que a mí me, más me hace reír en general es imaginarme escenas que uno conoce de otra manera, ¿no? Por eso uno con, con el humor lo que hace es deformar lo que uno ya conoce, ¿no? MAJUL: ¿Por ejemplo? ¿Por...? CAPUSOTTO: Y, me refiero a que a mí me puede hacer reír mucho que un tipo le esté diciendo una declaración de amor a una chica y le esté acariciando el pelo y sin querer le meta el dedo en el ojo y le, realmente le lesione el ojo y la chica siga como si nada, recibiendo ese, esa dádiva de amor, e inclusive respondiéndola, digamos. Eh, eso siempre se sitúa en lo que, ehm, en lo que se dice el humor absurdo porque en realidad, este, es la, es la exageración y la deformación de lo que uno conoce, el humor. De eso uno se ríe. O por lo menos yo. MAJUL: Mh. Si yo pienso en, en tu vida y en tu laburo, hay como, debe haber como tres o cuatro ejes que yo podría
decir ―deben ser sagrados para Diego‖. Racing, el peronismo... ¿Puede ser? CAPUSOTTO: Eh... Sí, sí, sí. No sé si sagrado todo eso, vamos a decir, pero... MAJUL: No. No, por ahí como... Son ejes... CAPUSOTTO: Son cosas que están vinculadas a mí... MAJUL: Y coherentes. CAPUSOTTO: Y que están vinculadas desde algún lugar, emocionalmente. Este... MAJUL: El rock. CAPUSOTTO: El rock, claro, el rock, los amigos, el whisky... Hay un montón de cosas para mí... MAJUL: ¡El whisky! CAPUSOTTO: Para mí importantes, que tienen importancia. Digamos, este... Que no las sacralizo, digamos, como para pensar que son sagradas, porque... viste que lo sagrado tiene como esa cosa de impoluto, de no tocar, y las cosas que uno ama tiene que, tienen que tocarse también, tienen que, a veces están mal, qué sé yo...
Consignas: 1. Señalar las características de discurso oral que aparecen en el texto: repetición de palabras, vacilaciones, apelaciones al interlocutor, errores de concordancia o sintaxis, reformulaciones. 2. Reescribir el texto eliminando todas las marcas de oralidad (pensar cómo sería si se hubiera tratado de una entrevista vía email o si esta entrevista se editara para publicarse en una revista).
6
La lectura. Ejercitación
Hasta fines de los años setenta, todavía podía creerse que la computadora sólo tendría aplicaciones en los campos científico y técnico. Hoy nos damos cuenta de que este aparato y las tecnologías que trae aparejadas están revolucionando la manera misma en que nuestra civilización crea, almacena y transmite el saber. Llegado el momento, esta mutación transformará la herramienta más preciosa que haya inventado el hombre para construir sus conocimientos y elaborar su imagen de sí y del mundo: el texto. Y como éste sólo existe en función de la lectura, las mutaciones del primero tendrán repercusiones sobre la segunda, de igual modo que las de la segunda necesariamente acarrearán la instalación de otros modos de textualidad. No se lee un hipertexto de la misma manera que una novela, y la navegación en la web proporciona una experiencia diferente que la lectura de un libro o del diario. (…) Si en principio el libro posee una función totalizadora y apunta a saturar un campo de conocimientos, el hipertexto, por el contrario, invita a la multiplicación de los hipervínculos, en una voluntad de saturar las asociaciones de ideas, de ―extenderse como mancha de aceite‖ más que de ―cavar‖, con la esperanza de retener a un lector cuyos intereses sean móviles y en una deriva asociativa constante. Así, cada concepto convocado en el interior de un hipertexto es capaz de constituir una entrada diferente que, a su vez, podrá engendrar nuevas ramificaciones o, más justamente, nuevos rizomas. Debe añadirse a esto que, por su naturaleza, un hipertexto es normalmente opaco, a diferencia del libro, que presenta referencias múltiples y constantemente accesibles. De esto se desprende que la dinámica de lectura es muy distinta de un medio a otro. Mientras que la lectura del libro
está ubicada bajo el signo de la duración y de cierta continuidad, la del hipertexto se caracteriza por un sentimiento de urgencia, de discontinuidad y de una elección que debe renovarse constantemente. De hecho, cada enlace hipertextual cuestiona el efímero contrato de lectura firmado con el lector: ¿proseguirá su búsqueda cliqueando sobre la hiperpalabra, o abandonará? Extraído de Vandendorpe, Christian. Del papiro al hipertexto. Ensayo sobre las mutaciones del texto y la lectura. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2002.1-2 Consignas:
1. Ubique los dos tipos de lectura que plantea Vandendorpe en este texto. 2. Organice el contraste entre los modos de leer sobre la base de palabras que Ud. subrayaría como claves. 3. Hiper es un prefijo que significa superioridad o exceso según el Diccionario de la RAE. ¿Cómo explicaría con sus palabras los términos aquí usados: hiperpalabra, hipervínculo, hipertexto? 4. Reflexione sobre los pros y los contras de los diferentes tipos de lectura.
7
La escritura. Ejercitación
“Escribir no”
Unos cinco mil años antes de Champollion, el dios Thot viajó a Tebas y ofreció a Thamus, rey de Egipto el arte de escribir. Le explicó los jeroglíficos, y dijo que la escritura era el mejor remedio para curar la mala memoria y la poca sabiduría.
El rey rechazó el regalo: –¿Memoria? ¿Sabiduría? Este
invento producirá olvido. La sabiduría está en la verdad, no en su apariencia. No se puede recordar con memoria ajena. Los hombres registrarán, pero no recordarán. Repetirán, pero no vivirán. Se enterarán de muchas cosas, pero no conocerán ninguna.
“Escribir sí”
Ganesha es panzón por lo mucho
que le gustan los caramelos, y tiene orejas y trompa de elefante. Pero escribe con manos de gente.
Él es maestro de iniciaciones, el que ayuda a que la gente empiece sus obras. Sin él, nada en la India tendría comienzo. En el arte de la escritura y en todo lo demás, el comienzo es lo más importante. Cualquier principio es un grandioso momento de la vida, enseña Ganesha, y las primeras palabras de una carta o de un libro son tan fundadoras como los primeros ladrillos de una casa o un templo.
“Contrabandistas de palabras”
Los pies de Yang Huanyi habían sido
atrofiados en la infancia. A los tumbos caminó su vida. Murió en el otoño del año 2004, cuando su vida estaba por cumplir un siglo.
Ella era la última conocedora del Nushu, el lenguaje secreto de las mujeres chinas.
Este código femenino venía de tiempos antiguos. Expulsadas del idioma masculino, que ellas no podían escribir, habían fundado su propio idioma, clandestino, prohibido a los hombres. Nacidas para ser analfabetas, habían inventado su propio alfabeto, hecho de signos que simulaban ser adornos y eran indescifrables para los ojos de sus amos.
Las mujeres dibujaban sus palabras en ropas y abanicos. Las manos que los bordaban no eran libres. Los signos, sí.
Extraído de Galeano, Eduardo. Espejos: una historia universal. Buenos Aires: Siglo XXI Editores y Siglo XXI Iberoamericana Editora, 2008. Consignas: 1. Reflexione brevemente sobre los textos que se presentan a continuación. 2. Luego escriba su posición acerca de la importancia del dominio de la escritura en la sociedad actual en forma breve y precisa.
8
¿Qué es un texto? En principio, un
texto puede definirse como una
enunciación mediante la cual un
hablante (emisor, enunciador) hace uso
de la lengua para comunicarse con
otros. De modo más amplio, puede
considerarse que un texto no solo
comunica, sino que su enunciador
mediante ese acto verbal construye
una versión de sí mismo, del mundo
(referente) y de aquellos a quienes se
dirige, sus enunciatarios (receptores,
auditorio).
Un texto desde el más informal (una
nota que se deja sobre la mesa a un
familiar, un mail que se envía a un
amigo para su cumpleaños, un
mensaje de texto que dice tkm), hasta
el más formalizado (una declaratoria de
herederos, una ponencia para un
congreso, una tesis doctoral) resuelve
mediante la utilización de recursos
lingüísticos un problema retórico.
En esa resolución elige un qué (tema o
contenido temático), un para qué
(objetivo o propósito), un para quién
(receptor o comunidad de discurso),
dentro de una situación comunicativa
en la que pueden distinguirse variables
como las de espacio, tiempo y relación
entre los hablantes.
Todo texto se ubica dentro de un
determinado género discursivo. Decía
Bajtín* que ―cada esfera del uso de la
lengua elabora sus tipos relativamente
estables de enunciados a los que
denominamos géneros discursivos‖.
* Bajtín, Mijail. Estética de la creación
verbal. México: Siglo XXI, 1997.
De manera que si un texto es un
enunciado particular, donde puede
identificarse un hablante y una
particular situación comunicativa, el
discurso o género discursivo identifica
tipos generales de enunciados
(modelos, protocolos) que constituyen
formas estandarizadas del uso de la
lengua. Mientras que el texto es una
producción particular y singular, el
discurso es una producción social.
Dentro de los géneros discursivos
Bajtín distingue los géneros primarios,
aquellos ligados a la oralidad o a una
esfera íntima (discurso coloquial,
discurso familiar, discurso amoroso), de
los géneros secundarios (discurso
literario, discurso académico) que
plantean una mayor complejidad en el
uso de la lengua y exigen una mayor
elaboración.
Producir un texto es poner en escena
un género discursivo.
Lecturas obligatorias: “La situación enunciativa” en Klein, Irene, op. cit. 25-44. “Resumir ¿una tarea de lectura o de escritura?” en Klein, Irene, op. cit. 75-83.
Unidad 2 Texto y discurso. Tipologías textuales
9
El texto. Ejercitación
Ejercicio 1
Lea con atención los siguientes inicios de texto y luego conteste las preguntas:
• "Había una vez un rey..."
• "La metáfora es un tema que ha despertado gran interés, por lo menos desde Aristóteles, y del que existe una bibliografía vastísima. Si ha parecido oportuno presentar ahora este libro de Lakoff y Jonson es en el convencimiento de que aporta un enfoque nuevo de la cuestión..."
• "En un lejano país, había un niño muy, muy pobre..."
• "En Roma, tendrá lugar mañana la reunión anual de los países industrializados"
• "Para ser cada día más bella, más joven, más admirada, nosotros tenemos la solución para su piel..."
1. ¿A qué género discursivo pertenecen?
2. ¿Cuál es el mundo al que se refieren?
3. ¿Cuál es su finalidad?
Ejercicio 2 Convierta en un breve texto las siguientes oraciones sueltas: • Los actores dieron las gracias al público. • Los actores eran jóvenes. • Los actores eran del Conservatorio Nacional. • Un actor era Martínez. • Martínez había tenido ya algunas críticas. • Las críticas habían sido muy positivas.
Ejercicio 3
Convierta esta serie de oraciones en un texto coherente y cohesivo. El texto resultante será descriptivo: La ciudad de Zenobia es admirable. La ciudad de Zenobia está situada en un terreno seco. La ciudad de Zenobia está edificada sobre altísimos pilotes. Las casas de la ciudad de Zenobia son de bambú y de zinc. Las casas de la ciudad de Zenobia tienen galerías y balcones. Las galerías y balcones están situadas a diferentes alturas Las galerías y balcones estás situadas sobre zancos. Los zancos se superponen unos a otros. Las casas de la ciudad de Zenobia están unidas por escaleras de mano. Las casas de la ciudad de Zenobia están unidas por aceras colgantes. No se sabe por qué los fundadores dieron esa forma a la ciudad. No se sabe por qué los fundadores combinaron los elementos de esa manera. No se puede clasificar a la ciudad de Zenobia en feliz o infeliz. Las ciudades deben clasificarse en dos clases. Las ciudades deben clasificarse en aquellas que a través de los años y las mutaciones siguen dando forma a los deseos. Las ciudades deben clasificarse en aquellas en las que los deseos, o logran borrar la ciudad o son borrados por ella. Extraído de Calvino, Ítalo. Las ciudades invisibles. Madrid: Siruela, 2000 (Texto
adaptado)
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TIPOS TEXTUALES (Rosalía Montes)
NARRATIVO DESCRIPTIVO EXPOSITIVO EXPLICATIVO ARGUMENTATIVO
FINALIDAD
Relatar, contar, narrar. Caracterizar, calificar. Informar, exponer, explicar. Transmitir conocimientos. Implica asimetría entre emisor y receptor.
Persuadir. Crear, postular nuevos conoci-mientos.
EMISOR
Narrador (personaje ficcional). Importante distinguir entre el autor y el narrador.
Observador. Objetivo, no deja marcas, tercera persona. Deja pistas: título, subtítulos organiza- dores, división en párrafos, componentes gráficos (tipo de letra, tamaño, etc.).
Subjetivo, deja marcas, primera persona. Presenta argumentos organizados jerárquicamente.
TEMA Responde a un interrogante ¿Qué es? Responde a un ¿Por qué?
ORGANIZA-CIÓN
-Situación inicial de equilibrio. -Complicación. -Resolución (nueva situación distinta de la anterior). Temporal: Qué sucedió en primer lugar, luego...
En el espacio (mirada del observador a la derecha, arriba, en primer plano, etc.). Selección y jerarquización (según el punto de vista del observador).
-Presentación del tema. -Profundización. -Problematización. -Conclusión.
-Presentación. -Planteo de hipótesis. -Argumentos 1, 2, 3... -Corroboración de la hipótesis = tesis. -Conclusión.
TIEMPOS VERBALES
Pasado. -Acciones de primer plano: Pretérito Perfecto Simple. -Acciones de segundo plano: Pretérito Imperfecto. -Acciones más antiguas: Pretérito Pluscuamperfecto.
-Pretérito Imperfecto. -Presente.
Presente: -atemporal -histórico -habitual
Dependerán de la secuencia que utilice: -narrativa: tiempos del pasado; -descriptiva: Presente o Pretérito imperfecto; -expositiva: presente habitual, atemporal, histórico.
PALABRAS MÁS
IMPORTANTES
• Verbos • Conectores temporales, espaciales.
• Adjetivos (objetivos y valorativos) • Adverbios o locuciones adverbiales.
• Conectores causales, consecutivos. • Conectores de todo tipo: temporales, espaciales, causales, etc.
RECURSOS
• Secuencias descriptivas • Secuencias dialogales.
Figuras retóricas: imágenes sensoriales, comparaciones, personificaciones, exageraciones, metáforas.
• Definiciones, ejemplos, comparaciones. • Utilización del código icónico: fotogra-fías, mapas, dibujos, gráficos, infografías.
• Citas de “otros” (de autoridad) • Comparaciones, analogías, definiciones, ejemplos.
OPERACIONES Sintetiza, explicita causas y consecuencias, reseña, comenta.
Plantea controversias (se opone a).
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Secuencias o tipos textuales
(Carolina Fernández)
Según J. Adam1, las secuencias son
unidades mínimas de composición
textual, es decir, conjuntos de
enunciados que se organizan de una
manera particular: esta organización
hace posible que los reconozcamos.
Las secuencias textuales son seis:
1. Secuencia Narrativa: presenta una sucesión de acciones o eventos finalizados. Predomina en el cuento o en la novela, pero también en géneros que no pertenecen a la ficción: crónica periodística, manuales de historia.
2. Secuencia Descriptiva: presenta los rasgos de objetos, personas, paisajes o acciones; no hay ―fábula‖, no se cuenta nada, no hay progresión causal ni temporal. Predomina por ejemplo en el género guía turística, pero también aparece en pasajes de textos con secuencia predominantemente narrativa (por ejemplo, en la novela).
3. Secuencia expositivo-explicativa: presenta análisis de conceptos; en general, los textos en que predomina responden a una pregunta (que puede no estar explícitamente formulada), y están redactados en presente del indicativo porque buscan una ilusión de objetividad: la explicación se presenta como una verdad no abierta al debate, no se pretende discutir sino hacer comprender al interlocutor algo que desconoce.
1 Adam, Jean Michel, Les Textes: types et
prototypes. París: Nathan, 1992.
4. Secuencia Argumentativa: presenta una postura que el enunciador sostiene respecto de un tema polémico; intenta convencer a su interlocutor, y para ello despliega una serie de argumentos; además intenta demostrar que las posturas de otros enunciadores no son válidas. Predomina en la nota de opinión y en el ensayo.
5. Secuencia Dialogal: se caracteriza por la alternancia de voces, se estructura como un diálogo. Predomina en guiones de cine o TV, obras de teatro, la conversación cotidiana y la entrevista.
6. Secuencia Instruccional: presenta consejos u órdenes, predomina el modo imperativo ya que se apela a la 2º persona para que haga o no algo. Predomina en manuales de uso, recetas de cocina, reglamentos.
Siempre se habla de predominio de
una secuencia determinada, porque a
la secuencia dominante pueden
subordinarse otras, como vimos en el
caso de la secuencia descriptiva.
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Tipos textuales. Ejercitación
Consignas: 1. Señale cuál es la secuencia que predomina en cada uno de los siguientes textos; indique qué otras secuencias detecta y delimítelas. 2. Indique a qué género discursivo podría pertenecer cada fragmento y cuáles podrían ser las características de su destinatario.
Texto 1
–Si no estuviera usted... –murmuró Clara–. Yo creo que si no estuviera usted me habría animado a bajarme.
–Pero usted va a Retiro –dijo él, con alguna sorpresa.
–Sí, tengo que hacer una visita. No importa, me hubiera bajado igual.
–Yo saqué boleto de quince –dijo él– Hasta Retiro.
CORTÁZAR, Julio. ―Ómnibus‖. Texto 2
El vocablo español novela designa un género narrativo de ficción en prosa cada una de cuyas obras resulta suficientemente extensa como para ocupar por lo menos un volumen independiente. El sentido que otorgamos a la palabra novela en nuestra lengua difiere del que poseen en otras lenguas términos afines. REST, Jaime. Conceptos de literatura moderna. Texto 3
En 1582 fue fundada la ciudad de
San Felipe de Lerma, que recibió del valle en que estaba situada el nombre de Salta. Las riquezas minerales de la
sierra de Famatina atrajeron a los conquistadores hacia otros valles, y en 1591 se fundó La Rioja; y para vigilar la boca de la quebrada de Humahuaca se fundó en 1593 San Salvador de Jujuy. ROMERO, José Luis. Breve historia de la Argentina. Texto 4 (...) el padre Quesada. No era únicamente un hombre bueno; era también valeroso, inteligente y cuando estaba en vena, podía hacerme reír durante horas. Cuando yo lo conocí, tenía cincuenta años: la barba entrecana y los cabellos revueltos, ya ralos lo avejentaban un poco, pero su cuerpo era espeso y musculoso, y la cabeza se mantenía firme entre los hombros gracias a un cuello tenso y lleno de vigor. Las venas, los músculos, la piel, siempre oscura y quemada por el sol, recordaban las raíces y la leña seca y retorcida. SAER, Juan José. El entenado. Texto 5 Había como una rampa que salía del
quicio del salón, pasando por sobre un armario recostado, para subir a las Tres Cajas de Vajilla, puestas una sobre otra, desde las cuales podía contemplarse el paisaje de abajo, antes de ascender, por riscosos vericuetos de tablas rotas y listones parados a modo de cardos hasta la Gran Terraza... CARPENTIER, Alejo. El siglo de las luces. Texto 6
Ha quedado evidenciado en el trasuntar de la causa la manifiesta arbitrariedad con que se conducían los máximos responsables políticos y
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económicos de la Nación en aquellos períodos analizados. (...) No se tuvo reparos en incumplir la Carta Orgánica del Banco Central de la República Argentina; se facilitó y promulgó la modificación de instrumentos legales a fin de prorrogar a favor de jueces extranjeros la jurisdicción de los tribunales nacionales; inexistentes resultaban los registros contables de la deuda externa...
[...] Con todo ello, no existiendo
imputados en la causa, conforme se manifestara el Sr. Fiscal oportunamente y dando por concluida la actividad jurisdiccional en tal sentido, es que: RESUELVO: SOBRESEER
DEFINITIVAMENTE en la presente causa N° 14467 (expte. 7723/98) en la que no existen procesados (art. 434 inc. 2° del Código de Procedimientos en Materia Penal).
Fallo del Juez Ballesteros sobre la deuda externa argentina, 13/06/2000. Texto 7
Rogelio se da vuelta y marcha en dirección a la casa, sacudiendo la cabeza.
–Viejo loco –dice. –A ver, cuñado –dice Wenceslao–.
Dígale a su mujer que venga y trate. –Estás colifato –dice Rogelio, sin
darse vuelta, caminando en dirección a la casa. Siguiéndolo, detrás suyo, el cuerpo magro de Wenceslao parece todavía más diminuto.
–Dígale. Dígale –dice Wenceslao–. Dígale que venga y que trate.
–¿Dónde te habías metido? –dice Rosa, después que pasan junto a la bomba y doblan hacia el patio delantero. Teresa está sentada en la esquina de la mesa, con la silla vuelta hacia el rancho, y detrás suyo se hallan de pie Josefa y la Negra. Rosa está parada en el sol, cerca de la pared blanca.
–Estaba durmiendo –dice Rogelio.
–Hace una hora que te estamos buscando –dice Rosa.
SAER, Juan José. El limonero real.
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El resumen. Ejercitación
Consignas: 1. Lea atentamente el texto siguiente. 2. Marque con una anotación al margen los temas o ideas centrales que desarrolla cada párrafo. 3. Escriba un resumen de veinte líneas dirigido a un profesor de la materia: Comunicación. 4. Escriba un resumen de tres líneas dirigido a un compañero de clase. La cultura de los poslectores
Alejandro Piscitelli*
1. Más allá de las estadísticas
irrelevantes En noviembre de 2007 Jeff Bezos
había hecho la primera demo pública del Kindle, el mejor libro electrónico de la Historia, hoy ya en su versión muy mejorada 2.0. Dos meses más tarde, Steve Jobs, cofundador de Apple y uno de los titanes de la industria al haberla revolucionado cinco veces con productos únicos (la Mac, Pixar, el iPhone, the iPod e iTunes), al presentar la Mac Air comentó como al pasar del Kindle: ―No importa cuán bueno o malo sea el producto, lo cierto es que la gente ya no lee, el 40% de los norteamericanos leen un libro o menos por año‖.
¿Habrá que creerle a pies juntillas a Steve Jobs? ¿O al revés habrá que hacer como Timothy Egan, ex reportero del New York Times y bloggero de monta, que insiste en que cada tanto alguien brillante dice una estupidez supina, y rebate los datos de Jobs
* En Revista Ñ, 25/04/2009.
insistiendo en que el último libro de Harry Potter vendió 9 millones de copias en 24 horas, el Código Da Vinci 60 millones, mientras que sólo se vendieron 3.7 millones de iPhones en el año 2007?
Este intercambio aparentemente inocuo puede ser una muy buena apostilla para iniciar esta nota que pretende responder a las siguientes preguntas: ¿Cuál es el futuro de la lectura (profunda)? ¿Y cuál es el futuro de los lectores cuya atención (o falta de) es atraída por otras ofertas mediáticas? ¿Y si la lectura profunda está en riesgo de extinción, qué es lo que la amenaza? ¿El ocio, el escepticismo, una mutación cultural o cognitiva? ¿La aparición de nuevas tecnologías, soportes o prácticas? ¿Se termina la lectura o se termina un tipo de lectura? ¿Se terminan los lectores o se mediamorfizan? ¿Estamos viendo el fin de la lectura o más bien el fin de la lectura solitaria, silenciosa, en papel, y el inicio de la lectura colectiva, multitasking, en la pantalla? ¿O lo que está pasando, sumado a todo lo anterior es no tanto el fin de nada, cuanto el nacimiento de una nueva ecología mediática, caracterizada por el pasaje de un número irrestricto o gigantesco de lectores -en relación con un número minoritario de-escritores- a un sistema de lectoescritura multimedial mucho más democrático y masivo de lo que hemos visto nunca antes?
2. Las reiteradas muertes de la
lectura La entrada ―muerte de la lectura‖ en
Google arroja 213 millones de resultados. Si la cantidad de obituarios mide al algún modo la grandeza de alguien en vida, tantas referencias a un tópico que precisamente erige ser leído es, al menos, paradójica. No casualmente la primera de esas referencias empieza con una consabida cita a uno de los dos grandes gurúes de la historia de los libros (junto a Roger Chartier), Robert Darnton quien
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en ―Primeros pasos hacia una historia de la lectura‖, un simpático artículo publicado ayer nomás en 1986, instaba a construir una historia de la lectura, complementando las previas de la escritura, la imprenta, el libro, las bibliotecas, etc.
La propuesta de Darnton apuntaba a enfocarnos en la historia de los elementos cognitivos y afectivos, y en las dimensiones internas y profundas de la experiencia de la lectura. Y de un modo u otro su pedido fue atendido y explicitado en la impresionante compilación de Guglielmo Cavallo y Roger Chartier (dirs.) Historia de la lectura en el mundo occidental.
Si el fin de la lectura sobre papel asusta es porque para muchos leer no es sólo conocer, sino que leer es sentir, pensar, imaginar, creer y sobre todo autoconstruir-nos socialmente en el mundo del sentido y el simbolismo, y finalmente prepararnos para participar de las conversaciones que nos hacen humanos.
Si ser es ser lector, nada sería más amenazador e irreversible para la lectura que la aparición de los nuevos soportes digitales, la desaparición de la constelación de Gutenberg y, sobre todo, la emergencia de nuevos poli o postalfabetismos como los que emergen con la aparición de una nueva clase cognitiva como son los nativos digitales, y con el devenir masivo de las videoinscripciones y las videoescrituras.
3. La confusión entre soportes y
prácticas socioculturales Según Liza Gitelman los medios
existen en, al menos, dos dimensiones superpuestas. En un plano se trata de tecnologías que hacen posible la comunicación. En el otro, se trata de un conjunto de protocolos asociados a prácticas sociales y culturales desarrollados alrededor de esas tecnologías.
El análisis de Gitelman en términos de hábitos y de prácticas colaborativas, permite entender mucho mejor la
mutación de los medios -la forma de envasar sus contenidos, su dinámica interna, su reapropiación y resignificación por parte de los consumidores y las industrias-, que cualquier lectura reduccionista en términos de máquinas y herramientas, pero también en términos de necesidades culturales supuestas y determinantes.
La mayoría de las discusiones acerca de la muerte (nosotros preferimos hablar de reinvención) de la lectura se centran en el plano de las tecnologías como sistema de distribución (libro vs. libro papel, Internet vs. editoriales, papel vs. pantalla) pero si prestamos atención a las distinciones de Gitelman (que hacen eco en otro plano a las de Michel de Certeau) podemos diseñar un nuevo nivel de análisis.
Paradójicamente, se trata de un tipo de aproximación que ve amenazada la lectura no tanto por los nuevos dispositivos (muchas veces meros remedos de los anteriores) sino por la aparición de nuevas prácticas culturales ligadas, por un lado a la implosión de la noción de autor intelectual, de texto cerrado e impoluto y de intangibilidad y sacralidad de lo escrito como vehículo de conocimiento, y asiste consiguientemente a la explosión de literaturas vicarias. Y por el otro, a la omnipresencia de la imagen, y transformación de la imagen en formas cada vez más masificadas.
4. La transformación de la
asimetría lectores/ escritores Hasta mediados del siglo XVIII
quienes leían libros eran sobre todo los mismos que los escribían. Se trataba de una pequeña comunidad endogámica identificada por la posesión de educación y por la indiferencia -dada su capacidad económica- ante los trabajos remunerados.
La invención de la burguesía liberó ingentes cantidades de ciclos ociosos y de plusvalía cognitiva, inventando a su
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vez un público de lectores que no escribía libros. La máquina de fabricación de lectores se llamó novela, la varita mágica que convirtió en real al público potencial.
Una novela llamaba a la otra, el canon se estableció lentamente, era impensable que un gran escritor no siguiera las huellas, eventualmente para borrarlas o disfrazarlas, de los anteriores.
Leer el canon literario occidental exigía sumergirse en libros que remitían a libros, que remitían a más libros. Una aventura para-textual que se aprecia tanto más cuando uno se abstrae del mundo y se aboca a la literatura.
5. La sabiduría de los bárbaros Es harto probable que ese tipo de
lectura (intertextual, profunda, numérica) esté camino de la extinción. Para los nuevos no-lectores, o poslectores (los llamaremos Bárbaros o Nativos Digitales) ese tipo de lecturas no genera ninguna clase de sensación placentera (y menos aun iluminadora), todavía peor, no les promete ningún tipo de sensación.
La aparición de El nombre de la rosa de Umberto Eco en 1980, el primer libro bien escrito de la historia, cuyas instrucciones de uso aparecen en forma íntegra en lugares que no son libros, señala el advenimiento de esta nueva era.
Asistimos aquí a un verdadero efecto Munchausen donde se inventa al mismo tiempo el fenómeno y el sujeto que hace posible/es hecho posible por el fenómeno. La gente compra no la experiencia del libro sino la experiencia periódico + libro, ubicación de un grande de la literatura en una extraña y muy poco convencional secuencia noticias + gustos culturales + pasión política + hobby compartido.
Para los bárbaros la calidad de un libro reside en la cantidad de energía que ese libro es capaz de recibir desde otras narraciones para poder verterla luego sobre otras narraciones.
La lengua del mundo se gesta hoy en la publicidad, en la música ligera, en el periodismo, en el deporte, en la moda, en muchísimos lugares externos a los libros en sí. En ellos abrevan los bárbaros y allí recurren para ser y hacer(se).
6. El futuro poder de las
videoinscripciones
La segunda amenaza a la lectura proviene de la imposibilidad, hasta hace una década, de poder despedazar el universo audiovisual, acceder al diccionario de imágenes y contar con los instrumentos básicos de la producción textual para aplicarlos a las imágenes.
La imprenta de Gutenberg no alcanzó por sí misma para que los textos tuvieran el poder de corrosión de la conciencia que hoy les conocemos y que vemos diluirse ante nuestras narices. Se necesitó concomitantemente una larguísima lista de innovaciones y técnicas que permitieran que los escritores y lectores comunes pudieran manipular el texto prácticamente. Lo símbolos para aislar citas, el índice de contenidos, la numeración de las páginas, los índices de autores y temas, las notas a pie de página, las citas bibliográficas, fueron una panoplia de distinciones que tardaron siglos en consolidarse, hasta convertirse en nuestras formas actualmente transparentes de manipular el texto a voluntad.
Con el advenimiento del paraíso digital y de su almacenamiento en Internet, las imágenes están siendo más fáciles de crear, almacenar, anotar, recombinar en narrativas complejas y remanipulables por el público que nunca antes. Por primera vez en la historia las imágenes se han vuelto maleables y líquidas como el texto. Como bits alfabéticos es posible verterlas en links y forzarlas a ser capturadas por los motores de búsqueda. En pocos años más las alfabetizaciones mediáticas masivas permitirán realizar con respecto a las
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imágenes el mismo tipo de creación y de consumo que el mundo del texto nos ha regalado durante siglos. Cuando ello ocurra la lectura profunda se verá más amenazada que nunca.
7. Convergencia cultural y el
mundo antes y después del “Rip. Mix and burn”
Nadie que busque entender la industria cultural hoy puede hacerlo si no es desde el ángulo del trabajo/juego/reinvención de los lectores en el nuevo sistema mediático -totalmente ortogonal a todas las concepciones dominantes de broadcast o irradiación.
Cultura participativa es el término que engloba esta nueva forma de coproducir mediaciones. La convergencia se produce en nuestras cabezas y en nuestras interacciones sociales. El consumo ha devenido colectivo, los lugares de la producción/consumo se intercambian crecientemente. La suma del conocimiento individual supera ampliamente la de los expertos. Hay que barajar y dar de nuevo. Las conductas van por el ascensor y los conceptos por la escalera.
Más que de muerte o fin, debemos hablar de reinvención de la lectura. Pero esta vez los lectores serán cada vez más escritores y su paleta no estará compuesta sólo de texto sino también de imágenes, sonidos y objetos. Lo digital convertido en un corrosivo de géneros, soportes y formatos permitirá una liberación expresiva inaudita.
En ausencia de nuevas reglas, compromisos y estéticas tanto desorden podría convertirse en mera cacofonía. Habrá que establecer un nuevo decálogo de los límites y retóricas del ―rip, mix and burn‖ si queremos navegar en el mejor de los dos mundos: el digital y el analógico, cada uno en su medida y armoniosamente.
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El objetivo de esta unidad es que
los estudiantes reflexionen sobre las
diferentes etapas que se recorren
en el proceso de composición de los
textos (planificación, puesta en
texto, revisión). La finalidad de esta
reflexión es incorporar nuevas
estrategias para la producción de
los textos.
El modelo de Flower y Hayes
resulta el más completo para
entender y reflexionar sobre las
diferentes operaciones intelectuales
implicadas en el proceso de
escritura. De manera que ese
modelo deberá tenerse en cuenta
como acompañamiento teórico de
las prácticas textuales.
La ejercitación intentará mostrar
cómo los textos se transforman en
la medida en que varía la situación
en la que se producen, ya sea que
varíe el auditorio o el propósito del
texto o alguno de sus contenidos.
En esa variación (recursividad) se
modifican también el plan, el
desarrollo, y el texto exige una
nueva composición.
Lectura obligatoria: “Un proceso cognitivo” en Cassany, Daniel, op. cit. 145-153.
Unidad 3 El proceso de escritura
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Transformación textual. Ejercitación Consignas: 1. Lea atentamente esta noticia publicada por Greenpeace en su página de Internet el 16/02/2011. 2. Subraye los datos más importantes.
3. A partir de los datos aquí proporcionados, escriba una carta dirigida a la empresa Eternit con el objetivo de comunicarle que se iniciaron acciones legales en su contra. Adopte el punto de vista de un abogado de la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas.
Greenpeace denuncia basural tóxico en la Cuenca Riachuelo
Greenpeace denunció a la Empresa Eternit S.A. por disposición a cielo abierto de residuos de amianto, sustancia altamente cancerígena, en un predio ubicado en el Partido de La Matanza.
La Matanza, Provincia de Buenos Aires, 16 de febrero de 2011.- Activistas de Greenpeace desplegaron ayer por la mañana un cartel gigante para denunciar a la empresa Eternit por la disposición ilegal de residuos de amianto, una sustancia prohibida en 52 países, incluido Argentina desde el 2003, por sus comprobados efectos nocivos sobre la salud humana.
Con esta acción Greenpeace reclama a Eternit S.A. que tome todas las medidas necesarias para disponer de manera segura los residuos tóxicos de sus productos. ―Este basural tóxico evidencia una vez más que la calamitosa situación ambiental y social de la cuenca no se
reduce únicamente a la contaminación de los cursos de agua del Riachuelo,
sino que se expande sobre todo el territorio afectando la salud y calidad de vida de la población‖, manifestó Consuelo Bilbao, coordinadora de la Campaña Riachuelo de Greenpeace. De acuerdo al informe ―Residuos de Asbestos en la Cuenca Matanza Riachuelo‖ presentado hoy por los ambientalistas, los residuos de asbestos se encuentran esparcidos en un terreno ubicado en la localidad de González Catán (Partido de La Matanza), sin ninguna medida de seguridad y control a escasos metros de zonas urbanas. El documento sostiene que la empresa Eternit fabricó productos de fibrocemento con fibras de asbesto hasta 2003, cuando se prohibió su uso, y que estos residuos fueron dispuestos a partir del año 1998, cuando la entonces Secretaría de Política Ambiente de la Provincia de Buenos Aires (actual Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible), autorizó el predio para la construcción de una celda de seguridad. ―El predio poco se asemeja a una celda de seguridad. No cumple con la señalización exigida para residuos peligrosos, ni con la franja perimetral que se establece por Ley, tampoco cumple con la cubierta reglamentaria para aislar los residuos del ambiente‖. Es escandaloso como han dejado estos residuos altamente peligrosos‖ expresó Felix Cariboni, integrante de la Campaña Riachuelo de la organización. La denuncia fue realizada en forma conjunta con el concejal de La Matanza
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Edgardo Lobos, con el patrocinio del abogado Enrique Viale (Presidente de la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas, AAdeAA), quienes presentarán la acción judicial ante el Juez Federal de Quilmes que lleva adelante la ejecución de la sentencia de la Corte Suprema en la causa Riachuelo. ―La Matanza resulta ser un área de sacrificio ambiental donde todo puede pasar, es el distrito del descontrol. La desidia en la gestión ha permitido que estas industrias se manejen con total impunidad poniendo en riesgo a nuestra población‖ opinó el concejal Lobos. Por otra parte, el abogado Enrique Viale de AAdeAA manifestó "La empresa Eternit S.A. debe sustentar los gastos que resulten necesarios para el desarrollo de las acciones de recomposición del daño ambiental colectivo generado". Además agregó que "resulta evidente la arbitraria omisión en el ejercicio del poder de policía por parte de la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo, la ACUMAR, que surge tanto de las facultades que emanan de la Ley 26.168 que la crea, como de la sentencia del 8 de julio de 2008 de la Corte Suprema en la histórica causa Mendoza‖. Los ambientalistas, además, exigen a la ACUMAR, responsable del saneamiento del Riachuelo, que verifique y controle que Eternit implemente todas estas medidas y que remedie totalmente el pasivo ambiental del predio de González Catán. Greenpeace también demanda a la Autoridad de Cuenca que de una vez por todas se implemente un verdadero plan integral de saneamiento sustentado en el ordenamiento ambiental del territorio que regule, coordine y proteja los espacios de la cuenca. El plan debe contemplar metas progresivas concretas de reducción de la contaminación con el fin de llegar a cero vertido de sustancias contaminantes para el año 2020.
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El ensayo plantea una toma de
posición respecto de un tema y desde
esa perspectiva se incluye dentro de
las formas textuales argumentativas.
Pero lo que resulta característico del
ensayo es que se permite mayores
libertades que un texto académico y
presenta un estilo y una discursividad
más flexible.
Comparte con el texto académico la
necesidad de presentar una hipótesis,
una opinión o propósito, pero lo hace
sin sistematicidad, sin la exigencia de
rigurosidad y precisión que imponen
los géneros académicos a sus
producciones.
El objetivo de esta unidad es que los
estudiantes utilicen la forma
ensayística, como práctica textual de
argumentación preparatoria para la
composición argumentativa en los
textos académicos.
Algo para tener en cuenta, al abordar
esta unidad, es que las producciones
textuales constantemente se evaden
de una categorización estricta y
escapan de su ámbito específico.
Muchas veces, afortunadamente, esas
producciones emigran de los límites
que les establece su situación de
enunciación y circulan por canales
laterales más diversos; por mérito de
una textualidad clara, precisa o
persuasiva que los hace llegar a otro
tipo de lectores. Esto es algo deseable
en la esfera académica; permite el
pasaje hacia una comunidad más
amplia y que sus logros o debates no
permanezcan encerrados dentro de
las fronteras de entendidos.
El ensayo de divulgación, por ejemplo,
que muchas veces se plantea a partir
de la reescritura del texto original
dirigido a especialistas, como
adaptación a un público más amplio,
establece un puente entre el auditorio
especializado o la comunidad
discursiva de pares y se abre a otros
receptores, también interesados.
Lecturas obligatorias: “Un género polémico: el ensayo”. Ana Atorresi. <http://www.buenosaires.gov.ar/areas/educacion/atorresi_ensayo.pdf>
“La argumentación” en Nogueira, Sylvia (Coord.). Estrategias de lectura y escritura académicas. Buenos Aires: Biblos, 2010. 157-166.
Unidad 4. Formas textuales argumentativas. El ensayo.
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LOS TEXTOS ARGUMENTATIVOS
ENSAYO
TEXTO ACADÉMICO
ESTILO Y COMPOSICIÓN
Informalidad Fragmentariedad: no aspira a agotar el tema Lenguaje no especializado Subjetividad muy marcada
Estilo personalizado y conversacional
Formalidad Exhaustividad, dentro de los límites que se traza Lenguaje especializado, acorde con la disciplina Subjetividad acotada.
Estilo objetivo, impersonalidad
ESTRUCTURA
Estructura flexible, permite
digresiones
Estructura fija (Introducción
con planteo de hipótesis, desarrollo, conclusiones)
TEMA
Aproximación indirecta al tema, por tanteo y exploración, asistemático
Exigencia de rigurosidad, planteo directo y ajustado de su tema, sistemático
GÉNERO
Género literario (aunque circula por canales más amplios)
Género académico
OBJETIVO
Intenta persuadir con
argumentos convincentes y verosímiles
Intenta probar, utiliza
investigación, trabajo de campo, relevamiento de datos
HIPÓTESIS
Plantea una hipótesis más como opinión, idea o proposición
Plantea una hipótesis clara, delimita sus objetivos
CITAS
No necesariamente evidencia
su aparato erudito, recurre a la cita de autoridad para respaldar sus ideas
Evidencia su aparato erudito, citas bibliográficas y notas, marco teórico. Delimita lo propio y lo ajeno
RECEPTORES
Público amplio
Comunidad de discurso, especialistas
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Aproximación al ensayo
(Ricardo Santoni)
El filósofo, matemático y escritor Max
Bense, en su artículo ―Sobre el ensayo
y la prosa‖, señala: ―Ensayo quiere
decir en alemán intento (…) Escribe
ensayísticamente quien compone
experimentando, quien rueda su tema
de un lado para otro, quien repregunta,
palpa, prueba, quien atraviesa su
objeto con reflexión, quien vuelve y
revuelve, quien desde diversos lugares
parte hacia él y en su atisbo intelectual
reúne lo que ve y prefabrica lo que el
tema bajo la escritura deja ver en
ciertas condiciones logradas‖.
Por su parte, Ana Atorresi señala que
el ensayo ―no presenta ni la
arbitrariedad ni la subjetividad de una
argumentación de la vida cotidiana (por
ejemplo, de una discusión de amigos),
pero tampoco, la rigurosidad y
objetividad del pensamiento científico
(una investigación académica)‖.
En tal sentido, el ensayo se diferencia
de otros tipos de géneros discursivos
ligados a lo argumentativo (como la
monografía y la tesis) en que existe
una mayor libertad formal en cuanto a
su estructura textual y también en lo
que respecta a la elección de temas.
Esa mayor ―elasticidad‖ y ―amplitud‖, al
decir de Jaime Rest, hace que una de
las claves de la escritura ensayística
sea el tratamiento que se le da al
lenguaje: ―si las ideas que expone
pueden considerarse provisionales, lo
que confiere al ensayo su fuerza de
convicción y su carácter definitivo es la
forma en que es utilizado el lenguaje‖. *
Por otro lado, Ricardo Forster en su
artículo ―La artesanía de la sospecha:
el ensayo en las ciencias sociales‖
indica que ―ensayar, experimentar con
extraños cruces, tensar de la cuerda
sabiendo que puede romperse, mezclar
lo que se rechaza entre sí (…) son
algunos de los modos y las estrategias
del ensayo. Pero también lo es su
radical fragilidad, la conciencia de sus
límites y la presencia siempre
amenazante de la equivocación‖.**
Es decir que la escritura del ensayo
implica un reto al escritor: no hay
exigencias de rígidas estructuras –aun
cuando en algunos casos pueda existir
un mayor grado de formalidad- y
tampoco temas específicos o pautados
(una frase, un texto, una situación de la
vida cotidiana, una expresión
escuchada al pasar, pueden ser el
punto de partida de la escritura de un
ensayo), pero, por otro lado, el
resultado de dicha escritura debe hacer
del ensayo un texto convincente,
original y que utilice algunos de los
recursos de la buena prosa.
Como se evidenciará en el texto
incluido en este apartado, aparece en
el ensayo una fuerte impronta personal
de su autor, a la vez que pueden
observarse características dialógicas,
ya sea mediante la apelación directa a
otros autores o al lector, así como a
* Rest, Jaime. Conceptos de literatura moderna. Buenos Aires: CEAL, 1991. 56. ** Foster, Ricardo. ―La artesanía de la
sospecha: el ensayo en las ciencias sociales‖ en http://estatico. buenosaires.gov.ar/areas/educacion/ cepa/forster_artesania.pdf.
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través de la utilización de frases
interrogativas.
De todas maneras y, como sucede con
los textos argumentativos, en el ensayo
se presenta una hipótesis (una opinión,
un punto de vista sobre una cuestión)
que se sostiene mediante una
fundamentación (argumentos que
validan esa hipótesis).
Ejercitación
A continuación, se analizarán algunos
procedimientos que se utilizan en los
textos argumentativos -y en particular
en los ensayos- en el discurso de
aceptación del Premio Nobel del
escritor portugués José Saramago*.
Luego se incluyen algunas consignas
generales.
DISCURSO DE ACEPTACIÓN DEL PREMIO NOBEL DE LITERATURA 1998 (fragmento)
El hombre más sabio que he conocido
en toda mi vida no sabía leer ni escribir. A las cuatro de la madrugada, cuando la promesa de un nuevo día aún venía por tierras de Francia, se levantaba del catre y salía al campo, llevando hasta el pasto la media docena de cerdas de cuya fertilidad se alimentaban él y la mujer.
Vivían de esta escasez mis abuelos maternos, de la pequeña cría de cerdos que después del desmame eran vendidos a los vecinos de la aldea. Azinhaga era su nombre, en la provincia del Ribatejo. Se llamaban Jerónimo Melrinho y Josefa Caixinha esos abuelos, y eran analfabetos uno y otro. En el invierno, cuando el frío de la noche apretaba hasta el punto de que el agua de los cántaros se helaba dentro de la casa, recogían de las pocilgas a los lechones más débiles y se los llevaban a su cama.
Debajo de las mantas ásperas, el calor de los humanos libraba a los animalillos de una muerte cierta. Aunque fuera gente de buen carácter, no era por primores de alma
compasiva por lo que los dos viejos procedían así: lo que les preocupaba, sin sentimentalismos ni retóricas, era proteger su pan de cada día, con la naturalidad de quien, para mantener la vida, no aprendió a pensar mucho más de lo que es indispensable.
Ayudé muchas veces a éste mi abuelo Jerónimo en sus andanzas de pastor, cavé muchas veces la tierra del huerto anejo a la casa y corté leña para la lumbre, muchas veces, dando vueltas y vueltas a la gran rueda de hierro que accionaba la bomba, hice subir agua del pozo comunitario y la transporté al hombro, muchas veces, a escondidas de los guardas de las cosechas, fui con mi abuela, también de madrugada, pertrechados de rastrillo, paño y cuerda, a recoger en los rastrojos la paja suelta que después habría de servir para lecho del ganado.
Y algunas veces, en noches calientes de verano, después de la cena, mi abuelo me decía: "José, hoy vamos a dormir los dos debajo de la higuera". Había otras dos higueras, pero aquélla, ciertamente por ser la mayor, por ser la más antigua, por ser la de siempre, era, para todas las personas de la casa, la higuera.
Más o menos por antonomasia, palabra erudita que sólo muchos años después acabaría conociendo y sabiendo lo que significaba. En medio de la paz nocturna, entre las ramas altas del árbol, una estrella se me aparecía, y después, lentamente, se escondía detrás de una hoja, y, mirando en otra dirección, tal como un río corriendo en silencio por el cielo cóncavo, surgía la claridad traslúcida de la Vía Láctea, el camino de Santiago, como todavía le llamábamos en la aldea.
Mientras el sueño llegaba, la noche se poblaba con las historias y los sucesos que mi abuelo iba contando: leyendas, apariciones, asombros, episodios singulares, muertes antiguas, escaramuzas de palo y piedra, palabras de antepasados, un incansable rumor de memorias que me mantenía despierto, al mismo que suavemente me acunaba.
Nunca supe si él se callaba cuando descubría que me había dormido, o si seguía hablando para no dejar a medias la respuesta a la pregunta que invariablemente le hacía en las pausas más demoradas que él, calculadamente, le introducía en el relato: "¿Y después?".
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Tal vez repitiese las historias para sí mismo, quizá para no olvidarlas, quizá para enriquecerlas con peripecias nuevas. En aquella edad mía y en aquel tiempo de todos nosotros, no será necesario decir que yo imaginaba que mi abuelo Jerónimo era señor de toda la ciencia del mundo.
Cuando, con la primera luz de la mañana, el canto de los pájaros me despertaba, él ya no estaba allí, se había ido al campo con sus animales, dejándome dormir. Entonces me levantaba, doblaba la manta, y, descalzo (en la aldea anduve siempre descalzo hasta los catorce años), todavía con pajas enredadas en el pelo, pasaba de la parte cultivada del huerto a la otra, donde se encontraban las pocilgas, al lado de la casa.
Mi abuela, ya en pie desde antes que mi abuelo, me ponía delante un tazón de café con trozos de pan y me preguntaba si había dormido bien. Si le contaba algún mal sueño nacido de las historias del abuelo, ella siempre me tranquilizaba: "No hagas caso, en sueños no hay firmeza".
Pensaba entonces que mi abuela, aunque también fuese una mujer muy sabia, no alcanzaba las alturas de mi abuelo, ése que, tumbado debajo de la higuera, con el nieto José al lado, era capaz de poner el universo en movimiento apenas con dos palabras. Muchos años después, cuando mi abuelo ya se había ido de este mundo y yo era un hombre hecho, llegué a comprender que la abuela, también ella, creía en los sueños.
Otra cosa no podría significar que, estando sentada una noche, ante la puerta de su pobre casa, donde entonces vivía sola, mirando las estrellas mayores y menores de encima de su cabeza, hubiese dicho estas palabras: "El mundo es tan bonito y yo tengo tanta pena de morir". No dijo miedo de morir, dijo pena de morir, como si la vida de pesadilla y continuo trabajo que había sido la suya, en aquel momento casi final, estuviese recibiendo la gracia de una suprema y última despedida, el consuelo de la belleza revelada.
Estaba sentada a la puerta de una casa, como no creo que haya habido alguna otra en el mundo, porque en ella vivió gente capaz de dormir con cerdos como si fuesen sus propios hijos, gente que tenía pena de irse de la vida sólo porque el mundo era bonito, gente, y ése fue mi abuelo Jerónimo, pastor y contador de historias, que, al presentir que la muerte venía a
buscarlo, se despidió de los árboles de su huerto uno por uno, abrazándolos y llorando porque sabía que no los volvería a ver.
Muchos años después, escribiendo por primera vez sobre éste mi abuelo Jerónimo y ésta mi abuela Josefa (me ha faltado decir que ella había sido, según cuantos la conocieron de joven, de una belleza inusual), tuve conciencia de que estaba transformando las personas comunes que habían sido en personajes literarios y que esa era, probablemente, la manera de no olvidarlos, dibujando y volviendo a dibujar sus rostros con el lápiz siempre cambiante del recuerdo, coloreando e iluminando la monotonía de un cotidiano opaco y sin horizontes, como quien va recreando sobre el inestable mapa de la memoria la irrealidad sobrenatural del país en que decidió pasar a vivir. La misma actitud de espíritu que, después de haber evocado la fascinante y enigmática figura de un cierto bisabuelo berebere, me llevaría a describir más o menos en estos términos un viejo retrato (hoy ya con casi 80 años) donde mis padres aparecen: «Están los dos de pie, bellos y jóvenes, de frente ante el fotógrafo, mostrando en el rostro una expresión de solemne gravedad que es tal vez temor delante de la cámara, en el instante en que el objetivo va a fijar de uno y del otro la imagen que nunca más volverán a tener, porque el día siguiente será implacablemente otro día. Mi madre apoya el codo derecho en una alta columna y sostiene en la mano izquierda, caída a lo largo del cuerpo, una flor. Mi padre pasa el brazo por la espalda de mi madre y su mano callosa aparece sobre el hombro de ella como un ala. Ambos pisan tímidos una alfombra floreada. La tela que sirve de fondo postizo al retrato muestra unas difusas e incongruentes arquitecturas neoclásicas». Y terminaba: «Tendría que llegar el día en que contaría estas cosas. Nada de esto tiene importancia a no ser para mí. Un abuelo berebere, llegado del norte de África, otro abuelo pastor de cerdos, una abuela maravillosamente bella, unos padres graves y hermosos, una flor en un retrato —¿qué otra genealogía puede importarme? ¿en qué mejor árbol me apoyaría?».Escribí estas palabras hace casi 30 años sin otra intención que no fuese reconstituir y registrar instantes de la vida de las personas que me engendraron y que estuvieron más cerca de mí,
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pensando que no necesitaría explicar nada más para que se supiese de dónde vengo y de qué materiales se hizo la persona que comencé siendo y ésta en que, poco a poco, me he convertido. Ahora descubro que estaba equivocado, la biología no determina todo y en cuanto a la genética, muy misteriosos habrán sido sus caminos para haber dado una vuelta tan larga... A mi árbol genealógico (perdóneseme la presunción de designarlo así, siendo tan menguada la sustancia de su savia) no le faltaban sólo algunas de aquellas ramas que el tiempo y los sucesivos encuentros de la vida van desgajando del tronco central. También le faltaba quien ayudase a sus raíces a penetrar hasta las capas subterráneas más profundas, quien apurase la consistencia y el sabor de sus frutos, quien ampliase y robusteciese su copa para hacer de ella abrigo de aves migratorias y amparo de nidos.
Al pintar a mis padres y a mis abuelos con tintas de literatura, transformándolos, de las simples personas de carne y hueso que habían sido, en personajes nuevamente y de otro modo constructores de mi vida, estaba, sin darme cuenta, trazando el camino por donde los personajes que habría de inventar, los otros, los efectivamente literarios, fabricarían y traerían los materiales y las herramientas que, finalmente, en lo bueno y en lo menos bueno, en lo bastante y en lo insuficiente, en lo ganado y en lo perdido, en aquello que es defecto pero también en aquello que es exceso, acabarían haciendo de mí la persona en que hoy me reconozco: creador de esos personajes y al mismo tiempo criatura de ellos. En cierto sentido se podría decir que, letra a letra, palabra a palabra, página a página, libro a libro, he venido, sucesivamente, implantando en el hombre que fui los personajes que creé. Considero que sin ellos no sería la persona que hoy soy, sin ellos tal vez mi vida no hubiese logrado ser más que un esbozo impreciso, una promesa como tantas otras que de promesa no consiguieron pasar, la existencia de alguien que tal vez pudiese haber sido y no llegó a ser.
Ahora soy capaz de ver con claridad quiénes fueron mis maestros de vida, los que más intensamente me enseñaron el duro oficio de vivir, esas decenas de personajes de novela y de teatro que en este momento veo desfilar ante mis ojos,
esos hombres y esas mujeres, hechos de papel y de tinta, esa gente que yo creía que iba guiando de acuerdo con mis conveniencias de narrador y obedeciendo a mi voluntad de autor, como títeres articulados cuyas acciones no pudiesen tener más efecto en mí que el peso soportado y la tensión de los hilos con que los movía.
(…)
(*) José Saramago (1922-2010) es uno de los más importantes escritores del siglo XX. Nació en Azinhaga, Portugal, fue cerrajero, mecánico y editor antes de dedicarse a la literatura. En 1947 publicó su primera novela, Tierra de pecado y recién veinte años después aparecieron otros dos libros de poemas. Entre sus obras figuran: La balsa de piedra, Historia del cerco de Lisboa, El evangelio según Jesucristo, Ensayo sobre la ceguera y Todos los nombres. Ha recibido numerosos galardones y doctorados honoris causa universitarios, y en 1998 mereció el Premio Nobel de Literatura. Hemos transcripto la primera parte del discurso pronunciado en ocasión de su entrega.
Análisis Para comenzar el análisis del texto de Saramago conviene preguntarse acerca del ámbito en que el escritor pronunció su discurso y la primera afirmación: ―El hombre más sabio que he conocido en toda mi vida no sabía leer ni escribir‖. Con este comienzo y como se evidenciará en el desarrollo posterior, Saramago ―rompe‖ de alguna manera con el estilo que se supone debe poseer un discurso de estas características en un ámbito como el de la Academia Sueca, y desliza su texto hacia el género discursivo del ensayo. Por otro lado, parece resultar contradictoria esta afirmación para un escritor que va a recibir el premio más importante y consagratorio a nivel mundial. Aquí aparece uno de los procedimientos que se utilizan en este tipo de textos: la paradoja, que en términos estrictos, plantea una
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contradicción con una opinión general que, como señala Analía Reale, ―implica un contraste, cuya finalidad es producir un escándalo lógico‖. Señalamos que Saramago produce un texto que tiende al ensayo y la inclusión de un extenso tramo narrativo lo corrobora. El relato acerca de sus antepasados se convierte en una suerte de ejemplo (otro de los procedimientos del ensayo), en tanto se plantea un ―caso particular‖ o en palabras de Ana Atorresi un recurso que consiste en la evocación de ―un hecho o conjunto de hechos que sirve, a los fines persuasivos, para demostrar la validez de una idea general‖. Pero además, se evidencia la relación con el ensayo a partir de las características personalizadas y conversacionales, que relacionan al texto de Saramago con la narración autobiográfica. En tal sentido, se revela el carácter dialógico del texto, con la cita textual de las palabras de los abuelos y las del propio escritor. Se podría señalar que es en la fuerza de la anécdota –que para convencer apela más a lo emocional que al camino lógico- donde descansa el éxito de la persuasión. Se introduce hacia el final la pregunta retórica, que obliga a una respuesta
implícita en la interrogación formulada y busca la adhesión por parte del interlocutor: ―¿qué otra genealogía puede importarme? ¿en qué mejor árbol me apoyaría?‖. Otro de los procedimientos utilizados es el del lugar común de la humildad o modestia, que habitualmente aparece en las introducciones para señalar la imposibilidad de abarcar en su totalidad el tema tratado o cuando se hace referencia a la inexperiencia al abordar un tópico. Hacia el final de su discurso, Saramago señala: ―ahora descubro que estaba equivocado‖, como reconocimiento para un error que revela esa humildad. En las líneas siguientes hace referencia al árbol
genealógico ―(perdóneseme la presunción llamarlo así, siendo tan menguada la sustancia de su savia‖). Si entendemos que el relato sobre los antepasados tiene una riqueza indudable, señalar lo contrario a partir de la imagen de un árbol genealógico poco sustancioso es hacer uso de la figura de la ironía, que precisamente –como señala Ana Atorresi- consiste en afirmar explícitamente algo pero de un modo implícito hacer lo contrario (aun cuando la frase empiece con una aparente carga de modestia: ―perdóneseme la presunción…‖. Por otra parte, la figura de ese árbol genealógico sugiere la utilización que hace el escritor de la metáfora, condensar en esa imagen el linaje de su familia.
Consignas
1. ¿Qué opinión le suscita a Ud. el
hecho de que frente a la Academia
sueca Saramago diga que su
abuelo es sabio?
2. ¿Qué función tiene la inclusión de
la narración?
3. ¿Qué relación establece el
escritor entre sus antepasados y los
personajes de ficción? ¿Cuál es la
figura de autor que está
valorizando?
4. ¿Cuál sería la hipótesis?
5. ¿Cuál sería el destinatario de la
fuerza persuasiva? ¿Con quién
dialoga este texto?
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El ensayo. Ejercitación Escriba un comentario a manera de ensayo a partir de alguno de los siguientes textos:
A) Vi un niño que llevaba una luz.
Le pregunté dónde la había encontrado.
Él la apagó y me dijo:
―Ahora dime tú dónde ha ido‖.
(Tradición sufí)
B) una mirada desde la alcantarilla
puede ser una visión del mundo
la rebelión consiste en mirar una rosa
hasta pulverizarse los ojos
(Alejandra Pizarnik)
C) Una flor, un amigo, una estrella, no son nada,
si no pones en ellos una flor, un amigo, una
estrella.
Ando conmigo como si yo fuese alguien, sin
andar conmigo.
Los ojos que donde miran buscan donde mirar,
destruyen donde mirar.
A veces, de noche, enciendo una luz, para no
ver.
(Antonio Porchia)
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Texto argumentativo no
académico. Ejercitación
(Ezequiel Gusmeroti)
Durante un debate en una universidad de Estados Unidos, le preguntaron al actual Ministro de Educación de Brasil, CRISTOVÃO CHICO BUARQUE, qué pensaba sobre la internacionalización de la Amazonia. A continuación, presentamos la respuesta de Chico Buarque:
Realmente, como brasileño, sólo hablaría en contra de la internacionalización de la Amazonia. Por más que nuestros gobiernos no cuiden debidamente ese patrimonio, él es nuestro. Como humanista, sintiendo el riesgo de la degradación ambiental que sufre la Amazonia, puedo imaginar su internacionalización, como también de todo lo demás, que es de suma importancia para la humanidad. Si la Amazonia, desde una ética humanista, debe ser internacionalizada, internacionalicemos también las reservas de petróleo del mundo entero. El petróleo es tan importante para el bienestar de la humanidad como la Amazonia para nuestro futuro. A pesar de eso, los dueños de las reservas creen tener el derecho de aumentar o disminuir la extracción de petróleo y subir o no su precio. De la misma forma, el capital financiero de los países ricos debería ser internacionalizado. Si la Amazonia es una reserva para todos los seres humanos, no se debería quemar solamente por la voluntad de un dueño o de un país. Quemar la Amazonia es tan grave como el desempleo provocado por las decisiones arbitrarias de los especuladores globales. No podemos permitir que las reservas financieras sirvan para quemar países
enteros en la voluptuosidad de la especulación. También, antes que la Amazonia, me gustaría ver la internacionalización de los grandes museos del mundo. El Louvre no debe pertenecer sólo a Francia. Cada museo del mundo es el guardián de las piezas más bellas producidas por el genio humano. No se puede dejar que ese patrimonio cultural, como es el patrimonio natural amazónico, sea manipulado y destruido por el sólo placer de un propietario o de un país. No hace mucho tiempo, un millonario japonés decidió enterrar, junto con él, un cuadro de un gran maestro. Por el contrario, ese cuadro tendría que haber sido internacionalizado. Durante este encuentro, las Naciones Unidas están realizando el Foro Del Milenio, pero algunos presidentes de países tuvieron dificultades para participar, debido a situaciones desagradables surgidas en la frontera de los EE.UU. Por eso, creo que Nueva York, como sede de las Naciones Unidas, debe ser internacionalizada. Por lo menos Manhattan debería pertenecer a toda la humanidad. De la misma forma que París, Venecia, Roma, Londres, Río de Janeiro, Brasilia... cada ciudad, con su belleza específica, su historia del mundo, debería pertenecer al mundo entero. Si EE.UU. quiere internacionalizar la Amazonia, para no correr el riesgo de dejarla en manos de los brasileños, internacionalicemos todos los arsenales nucleares. Basta pensar que ellos ya demostraron que son capaces de usar esas armas, provocando una destrucción miles de veces mayor que las lamentables quemas realizadas en los bosques de Brasil. En sus discursos, los actuales candidatos a la presidencia de los Estados Unidos han defendido la idea de internacionalizar las reservas
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forestales del mundo a cambio de la deuda. Comencemos usando esa deuda para garantizar que cada niño del mundo tenga la posibilidad de comer y de ir a la escuela. Internacionalicemos a los niños, tratándolos a todos ellos sin importar el país donde nacieron, como patrimonio que merecen los cuidados del mundo entero. Mucho más de lo que se merece la Amazonia. Cuando los dirigentes traten a los niños pobres del mundo como Patrimonio de la Humanidad, no permitirán que trabajen cuando deberían estudiar; que mueran cuando deberían vivir. Como humanista, acepto defender la internacionalización del mundo; pero, mientras el mundo me trate como brasileño, lucharé para que la Amazonia, sea nuestra. ¡Solamente nuestra!
Consignas
1. Lea atentamente el texto
proporcionado, identifique el tema y
elabore un párrafo argumentativo
tomando una posición personal
sobre el tema en cuestión.
Extensión aproximada: 10 líneas.
2. Enumere tres ideas o subtemas
que serían parte de un índice y que
desarrollaría en un trabajo más
amplio sobre el tema propuesto.
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El objetivo de esta unidad es que el
estudiante conozca las estructuras
clásicas de los textos académicos
(informes, monografías, tesis,
ponencias). Este tipo de textos son
los que deberá elaborar y presentar
en el transcurso de su carrera
universitaria.
La práctica de escritura, apoyada en
los conocimientos teóricos que
puedan direccionarla, resulta
insustituible para construir la
herramienta que el estudiante
necesitará en el transcurso de sus
estudios.
Incluimos aquí parte de un
documento interno dirigido a los
docentes de la UK que circula con el
fin de unificar criterios en cuanto a
la presentación de monografías.
Lectura recomendada: Genovese, Alicia. Guía para la escritura de tesis. Buenos Aires: Leuka, 2009.
Unidad 5. El texto académico.
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Guía para la confección de una
monografía
(Carolina Fernández)
1. ¿Qué es una monografía?
La monografía es un tratado científico
de mediana extensión, que desarrolla
en profundidad algún tema. Es el
resumen de una tarea de investigación,
y demanda una presentación formal y
ordenada de los resultados y, sobre
todo, una elaboración personal de la
información obtenida, que va más allá
de la copia o la recolección de datos.
La monografía es un texto expositivo,
pero que también contiene elementos
de la argumentación: se busca
justificar una determinada
afirmación a través de un trabajo de
investigación, y no simplemente
―describir‖ o acumular datos. En la
monografía es tan importante el
contenido como el método.
2. ¿En qué ámbitos se escriben
monografías?
La monografía es un texto
académico: circula especialmente en
ámbitos universitarios, porque es el
primero y más sencillo de los modelos
de investigación. Tiene pautas bien
claras y estrictas: esto la diferencia de
otros tipos de trabajo que se le
parecen, como artículos de revista,
ponencias, ensayos, informes, artículos
de divulgación, etc.
3. ¿Cómo está estructurada una
monografía?
Toda monografía debe constar de
tres partes:
a. INTRODUCCIÓN: el
autor presenta al lector el tema
concreto que se estudiará y
expone la hipótesis que
sostiene, en lo posible bajo la
forma de una pregunta: el
propósito del autor debe
quedar absolutamente claro.
La introducción también puede
incluir una justificación de la
elección del tema por parte del
autor (interés, originalidad o
importancia), informaciones
varias para ubicar al lector,
opiniones o posturas relevantes
sobre el tema en cuestión,
referencias a la metodología de
la investigación, definiciones o
aclaraciones de conceptos
básicos. El autor puede
adelantar la solución del
problema: no es necesario
mantener el suspenso, aunque
tampoco es aconsejable
explicitar demasiado las
conclusiones en esta instancia.
■ La introducción es la fachada
de la monografía, por eso es
importante como impresión inicial:
debe motivar la atención del lector.
■ Conviene redactar la
introducción al final: hasta poner el
punto final, no se conocen las
derivaciones que tendrá un
proyecto. Además, conviene
explicitar en la introducción la
estructuración que tendrá la
monografía: en cuántos capítulos
está dividida, qué trata en cada
capítulo, si tiene apéndice, cómo
están organizadas las notas (al pie
o al final), y todo lo que al autor le
parezca pertinente aclarar para
facilitar la tarea del lector.
33
■ Formalmente: lleva como título
―INTRODUCCIÓN‖, en mayúscula y
destacado como título.
b. DESARROLLO: es la
exposición del trabajo
propiamente dicho, donde el
autor despliega los argumentos
y presenta y analiza los
resultados de su investigación.
La argumentación incluye citas
y reflexiones para reforzar su
postura (incluso pueden
agregarse gráficos, mapas,
dibujos, etc.). Lo esencial es
justificar con claridad la solución
que se propone.
c. CONCLUSIÓN: es la
síntesis de todo el argumento
desarrollado. Se retoman los
datos más importantes que se
mencionaron a lo largo del
trabajo, y se ratifica la hipótesis.
De alguna manera, es volver a
la Introducción haciendo un
balance de la tarea realizada.
Debe evitarse en la conclusión
la presentación de nuevos
argumentos o nueva
información.
■ Formalmente: va en una página
nueva, con el título ―CONCLUSIÓN‖
en mayúscula y destacado como
título.
Además de estas tres partes que
conforman el texto propiamente
dicho, la monografía debe incluir:
► Portada: incluye el título, el
subtítulo (si lo hubiere), el nombre
completo del autor, el índole del
trabajo (en qué ámbito y con qué fin
se presenta), el nombre de la
institución y la fecha de
presentación. La diagramación de
esta página debe ser clara y no
resultar recargada.
► Índice: indica los números de
página de cada una de las partes
(introducción, capítulos, conclusión,
bibliografía, apéndice).
► Bibliografía: Contiene la lista
de obras consultadas (tanto las que
fueron citadas a lo largo del trabajo)
en orden alfabético de autores.
■ Formalmente: va en una página
nueva, después de la Conclusión,
con el título ―BIBLIOGRAFÍA‖ en
mayúscula y destacado como título.
■ Cómo citar: hay varios estilos
para citar; en general se indica
apellido y nombre del autor, título
de la obra, lugar de edición,
editorial y fecha, en ese orden. Por
ejemplo (prestar atención a los
signos de puntuación empleados):
Discépolo, Armando. Stefano.
Buenos Aires: Editorial
Sudamericana, 1987.
Los títulos de libros van en letra
cursiva; los títulos de artículos o
capítulos de libros se indican entre
comillas, del siguiente modo:
-Ludmer, Josefina. ―Mujeres que
matan‖ en El cuerpo del delito.
Buenos Aires: Perfil, 1999.
-Moledo, Leonardo. ―Entre el tiempo
y la eternidad‖ en Página/12,
Suplemento ―Futuro‖. Buenos Aires:
18 de octubre de 1997.
34
► Resumen: es un extracto de
unas 200 ó 300 palabras en el que
se sintetiza el núcleo de la
monografía.
► Página de aprobación: se
coloca al final del trabajo, y está
destinada a que el supervisor
coloque su calificación y añada los
comentarios que crea oportunos.
4. ¿Cómo es la presentación formal
de la monografía?
Más allá de las especificaciones ya
mencionadas en los puntos ■, la
monografía debe escribirse a máquina
en papel carta, a simple faz y doble
espacio. Se usa la tipografía Times
New Roman N° 12 como convención.
Los márgenes deben ser de 3 cm. Las
páginas deben ir numeradas, excepto
la portada.
Si se cita un texto o se remite a él a lo
largo de la exposición, se debe indicar
con una nota a pie de página qué texto
se está citando o remitiendo (es decir,
se debe consignar la cita bibliográfica
completa, o el nombre del autor y el
título con la indicación ―Véase
Bibliografía‖), y el número de página.
5. ¿Cómo empezar a trabajar?
Primero se debe buscar un tema
amplio, que luego se irá definiendo a
medida que la investigación avance. El
tema final debe ser bien concreto y
puntual, y conviene formularlo en forma
de pregunta. Este tema debe ser
polémico, o al menos discutible, no ser
trillado y ser interesante para el autor.
Conviene fichar los textos que se leen
durante el proceso de investigación,
para tener claro qué textos servirán y
cuáles no (siempre se consulta más de
lo que finalmente se usa).
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Pautas para la presentación de
monografías en la Universidad
Kennedy
(Fragmento de un documento
dirigido a docentes)
Los textos monográficos se deberán
presentar escritos a doble espacio, en
hojas de tamaño A 4 escritas solo en el
anverso, en un tipo de letra estándar
Arial o Times New Roman (cuerpo 12).
En la carátula debe figurar el título del
trabajo (centrado). Se incluirá luego el
nombre del estudiante, el nombre de la
materia y el mes y año en curso.
Ejemplo:
En página aparte y al final del trabajo
se consignarán las referencias
bibliográficas, bajo el subtítulo de
Bibliografía. Deberán figurar allí
únicamente las obras consultadas para
la elaboración del trabajo. Las citas
bibliográficas se consignarán de
acuerdo con los estilos de cita más
usuales, por ejemplo el de APA
(American Psychological Association) o
MLA (Modern Language Association).
Ambos manuales de estilo pueden ser
consultados en Biblioteca Central.
Se solicitarán producciones breves
entre cinco y siete páginas, por
ejemplo, entendidas como una
producción textual individual, con un
acotado uso de la cita.
Estructura
Las monografías se organizan de
manera general en tres secciones:
introducción, desarrollo y
conclusiones. Cada una de estas
secciones no tiene que estar
necesariamente marcada con un
subtítulo que la anuncie, pero sí debe
ser visible a partir del tipo de material
textual incluido en ellas.
La introducción incluye una ubicación
del tema elegido, se justificará su
importancia, se resaltarán los aspectos
problemáticos o conflictivos, pero sobre
todo se planteará el objetivo de ese
trabajo, aquello que definimos como
hipótesis. Asimismo, se hará una
descripción de metodología, es decir
cómo se procederá, siguiendo cuáles
pasos va a desarrollarse el trabajo.
Ciertas fórmulas o giros del tipo de:
―Este trabajo se propone...‖, ―Mi
objetivo es demostrar...‖ pueden ser el
inicio del enunciado más importante
dentro de la monografía, una oración
que probablemente tenga alrededor de
cinco líneas donde se focalice y se
resuma el argumento nuclear del
trabajo.
En el desarrollo, se ampliará la
hipótesis a través de su demostración,
se desarrollará el tema propuesto a
través de argumentos que sirvan de
apoyatura a la hipótesis. No debe
añadirse material que no sea específico
LOS MEDIOS GRÁFICOS
VERSUS
LA COMUNICACIÓN ON LINE
Laura Morante
Géneros Periodísticos
Diciembre de 2010
36
y no remita al propósito del trabajo,
evitando las digresiones y la dispersión
del texto.
Cada disciplina presenta sus
peculiaridades en relación con lo que
se denomina el desarrollo o cuerpo
más amplio del trabajo. El desarrollo
puede consistir en la presentación de
uno o varios casos particulares, un
muestreo de campo, una serie de
ejemplos que contribuyan a apoyar la
argumentación central. Se puede
proceder por analogía o al contrario
marcando la diferencia o las diferencias
entre dos o más ejemplos, en una
comparación contrastiva.
En las conclusiones se retomará la
hipótesis, se resumirá lo desarrollado y
se lo evaluará de manera que quede
cerrada la pregunta o interrogante
implícito planteado al comienzo del
trabajo, cuando se formulara el objetivo
general del trabajo o hipótesis. Luego
se podrá plantear el alcance de la
temática tratada de manera que, en la
medida de lo posible, se visualicen
caminos a seguir investigando,
preguntas que queden abiertas.
Párrafos
Considerar cada párrafo como una
unidad de sentido, una idea completa,
de manera que el corte de párrafo,
marcado por el punto y aparte, quede
justificado por el pasaje a otra idea o a
una derivación que exigirá un cierto
desarrollo.
Progresión temática
Entre un párrafo y otro se debe seguir
una progresión temática, un avance
gradual de las ideas, sin cortes
abruptos, sin dejar conceptos sin
explicar, sin lagunas, sin que el lector
tenga que presuponer o recomponer el
texto con ideas no formuladas.
Tampoco es aceptable la repetición de
ideas que estanquen el desarrollo o lo
traben en la repetición de una misma
idea.
Evaluación
Se evaluará la producción textual en su
conjunto, como una unidad
interconectada asignándole un
porcentaje mayor o menor, según la
importancia, a los diferentes aspectos
que intervienen en su producción. Una
posible grilla a seguir para esta
evaluación es la siguiente:
+ 20% del total de la nota: relevancia y
originalidad del tema. Si es adecuado
para los objetivos del curso, si está al
nivel de un estudiante de segundo o de
tercer año, según los casos.
+ 40%: organización. Si sigue una
estructura lógica. Si tiene bien
formulada la hipótesis. Si puede
ubicarse en una oración central el
objetivo del trabajo. Si pueden seguirse
fluidamente las ideas. Si incluye
conclusiones.
+ 20%: redacción y gramática.
Ortografía, sintaxis correcta, utilización
de nexos, separación justificada de
párrafos.
+20%: uso correcto de la bibliografía. Si
sigue las pautas bibliográficas para
citar. Si las obras consultadas son
pertinentes. Si hubo comprensión de
los textos consultados.
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Ejercitación 1 (integradora)
(Cecilia Pelle)
Morin, Edgar. Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. París: UNESCO 1999.
(Fragmento) Traducción de Mercedes Vallejo-Gómez, Profesora de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín-Colombia con la contribución de Nelson Vallejo- Gómez y Françoise Girard.
CAPÍTULO 1 LAS CEGUERAS DEL CONOCIMIENTO: EL ERROR Y LA ILUSIÓN
Todo conocimiento conlleva el riesgo del error y de la ilusión. La educación del futuro debe afrontar el problema desde estos dos aspectos: error e ilusión. El mayor error sería subestimar el problema del error; la mayor ilusión sería subestimar el problema de la ilusión. El reconocimiento del error y de la ilusión es tan difícil que el error y la ilusión no se reconocen en absoluto. Error e ilusión parasitan la mente humana desde la aparición del homo sapiens. Cuando consideramos el pasado, incluyendo el reciente, sentimos que ha sufrido el dominio de innumerables errores e ilusiones. Marx y Engels enunciaron justamente en La Ideología Alemana que los hombres siempre han elaborado falsas concepciones de ellos mismos, de lo que hacen, de lo que deben hacer, del mundo donde viven. Pero ni Marx ni Engels escaparon a estos errores. 1. EL TALÓN DE AQUILES DEL CONOCIMIENTO
La educación debe mostrar que no hay conocimiento que no esté, en algún grado, amenazado por el error y por la ilusión. La teoría de la información muestra que hay un riesgo de error
bajo el efecto de perturbaciones aleatorias o ruidos (noise), en cualquier transmisión de información, en cualquier comunicación de mensajes. Un conocimiento no es el espejo de las cosas o del mundo exterior. Todas las percepciones son a la vez traducciones y reconstrucciones cerebrales, a partir de estímulos o signos captados y codificados por los sentidos; de ahí, es bien sabido, los innumerables errores de percepción que sin embargo nos llegan de nuestro sentido más fiable, el de la visión. Al error de percepción se agrega el error intelectual. El conocimiento en forma de palabra, de idea, de teoría, es el fruto de una traducción/reconstrucción mediada por el lenguaje y el pensamiento y por ende conoce el riesgo de error. Este conocimiento en tanto que traducción y reconstrucción implica la interpretación, lo que introduce el riesgo de error al interior de la subjetividad del conociente, de su visión del mundo, de sus principios de conocimiento. De ahí provienen los innumerables errores de concepción y de ideas que sobrevienen a pesar de nuestros controles racionales. La proyección de nuestros deseos o de nuestros miedos, las perturbaciones mentales que aportan nuestras emociones multiplican los riesgos de error. Se podría creer en la posibilidad de eliminar el riesgo de error rechazando cualquier afectividad. De hecho, el sentimiento, el odio, el amor y la amistad pueden enceguecernos; pero también hay que decir que ya en el mundo mamífero, y sobre todo en el mundo humano, el desarrollo de la inteligencia es inseparable del de la afectividad, es decir de la curiosidad, de la pasión, que son, a su vez, de la competencia de la investigación filosófica o científica. La afectividad puede asfixiar el conocimiento pero también puede fortalecerlo. Existe una relación estrecha entre la inteligencia y la afectividad: la facultad de
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razonamiento puede ser disminuida y hasta destruida por un déficit de emoción; el debilitamiento de la capacidad para reaccionar emocionalmente puede llegar a ser la causa de comportamientos irracionales. Así pues, no hay un estado superior de la razón que domine la emoción sino un bucle intellect - affect; y de cierta
manera la capacidad de emoción es indispensable para el establecimiento de comportamientos racionales. El desarrollo del conocimiento científico es un medio poderoso de detección de errores y de lucha contra las ilusiones. No obstante, los paradigmas que controlan la ciencia pueden desarrollar ilusiones y ninguna teoría científica está inmunizada para siempre contra el error. Además, el conocimiento científico no puede tratar únicamente los problemas epistemológicos, filosóficos y éticos. La educación debe entonces dedicarse a la identificación de los orígenes de errores, de ilusiones y de cegueras.
Consignas:
1. Lea atentamente el texto, identifique su tipología y explique el porqué de su elección. 2. ¿Se evidencia el aparato erudito? Explique. 3. ¿De qué manera aparece la subjetividad del autor? ¿Hay una búsqueda de objetividad? Explique. 4. Identifique a los potenciales lectores del texto.
Ejercitación 2 Producción texto argumentativo
Cabrera, Daniel H. Las promesas de las nuevas tecnologías. Instituto de Filosofía Universidad Veracruzana: México, 2008. (Fragmento)
Las “nuevas tecnologías” como promesa ¿Cuál es la ―realidad‖ de las nuevas tecnologías desde lo que se dice de ellas? ¿Cómo interpretarlas desde los discursos que las acompañan como
parte de las estrategias comerciales, como pieza de las políticas públicas, como comentario cotidiano en el uso de los aparatos y como disertación pedagógica que alienta su utilización en las escuelas y universidades? Estas preguntas se inician en la convicción de que el componente discursivo es tan importante como el técnico. En otras palabras, las nuevas tecnologías no funcionarían sin sus partes técnicas pero tampoco actuarían en la sociedad sin su componente simbólico discursivo. En todos estos discursos las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación (computadoras, internet, etc.) constituyen un elemento central cuya realidad es ―obvia‖. Por ello las afirmaciones fluctúan entre dos polos. El primero surge cuando se las acusa por su influencia maligna. Entonces se recuerda que se trata de un instrumento neutro que, a semejanza de un cuchillo, depende del uso que se haga sirven para el bien o para el mal. El segundo polo aparece cuando se trata de promocionar el uso de las tecnologías. En ese momento se dice que debemos preguntarnos ―¿cómo cambiarán nuestras vidas?‖ y pensar en ―¿cómo nos adaptaremos a ellas?‖.
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Para decirlo claramente: cuando se acusa a las tecnologías de los efectos negativos se dice que son neutras, ni buenas ni malas en sí mismas, y que todo depende de su uso; pero cuando se las promociona se las reconoce con un amplio potencial para cambiar la vida de las personas, la empresa, la educación, el tiempo libre, etc. En qué quedamos ¿son neutras o cambiarán la vida de la sociedad? Yo diría que sin dudas se tratan de una promesa de cambio, la neutralidad es un discurso para los miedosos y sobre todo para los críticos. Las promesas del sistema tecnológico
Las promesas referidas a los aparatos ya las conocemos. Están en todas las publicidades, artículos de divulgación tecnológica, proyectos políticos, educativos, etc. Interesa mencionar cuáles son las principales promesas referidas al sistema tecnológico y que todo usuario creyente y esperanzado adhiere al menos implícitamente. Las tecnologías le aseguran al ser humano un mundo sin límites. ―Velocidad sin límites‖; ―conexión sin límites‖; ―tecnología sin límites‖, ―el único límite es el que te impones a ti mismo‖; etc. son algunas de las expresiones con las que se introduce el tema de la ilimitación de la acción humana gracias a las tecnologías. De acuerdo con el imaginario de la ilimitación neotecnológica el progreso nos espera, solo es necesario mirar lo que tenemos y cómo hemos superado lo que teníamos. El progreso tecnológico es evidente, necesario y puede ser comprobado comprando éste o aquél producto tecnológico. De las múltiples consecuencias de esta situación mencionaré dos. 1.- El reino de la posibilidad total y el hombre en estado de novedad permanente. Lo anterior supone que
para el sistema tecnológico es imposible imaginarse a sí mismo sin recurrir a la novedad permanente y a un futuro existente como presente (―el futuro es hoy‖). El producto presente solo existe como espera del que vendrá (con más capacidad, más velocidad, más interactividad, etc.), en consecuencia el ser humano debe vivir en estado de novedad permanente, en la ansiedad del que tiene pero solo mientras tanto… La espera no tiene fin, es decir, ni final ni objetivo. En palabras de las publicidades ―el futuro en la punta de tus dedos‖ o ―el futuro al alcance de tus manos‖… un futuro al que no interesa el presente en tanto tiempo humano sino en tanto instante de un continuo temporal homogéneo y vacío. 2.- Un mundo “sin afuera” y el imperativo de conexión continua e instantánea. Las nuevas tecnologías conllevan el imperativo de la conexión continua. Resulta inconcebible tener un móvil apagado o no responder las comunicaciones electrónicas. Tener un aparato de comunicación implica la necesidad de estar conectado permanentemente y, como prueba de ello, responder instantáneamente. El imperativo de conexión tecnológica parece obligar a estar enchufados permanentemente a la red social. De allí el imperativo de ―estar en contacto‖ donde se sobreentiende la relación humana como conexión. No se habla de comunicarse, ni de informarse, sino de estar ―conectado‖ y ―en contacto‖. No hay afuera, todos estamos en el ilimitado adentro de lo tecnológico.
No hay reflexión sobre las nuevas tecnologías que no trate acerca de la ―actitud adecuada‖ frente a ellas. Como consecuencia el debate se orienta a cómo utilizarlas. Antes de usarlas, durante y después de su uso la pregunta debería ser siempre la misma: ¿qué mundo y qué sociedad se está generando? ¿Es esa la sociedad y el mundo que queremos como sujetos y
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como comunidad? Las tecnologías conducen a un horizonte que se presenta como necesario y obligatorio al cual la empresa, la educación, la política y la sociedad deben adecuarse. ¿Es esa la neutralidad prometida?
Consignas:
1. Lea atentamente el texto proporcionado, identifique el tema y elabore un párrafo argumentativo tomando una posición personal sobre el tema en cuestión. Extensión aproximada: 10 líneas.
2. Enumere tres ideas o subtemas que serían parte de un índice y que desarrollaría en un trabajo más amplio sobre el tema propuesto.
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Ejercitación Producción de texto argumentativo (Laura Banfi)
Resistirá
Umberto Eco*
(…).Soy de los que todavía creen
que el libro impreso tiene futuro, y que
cualquier temor respecto de su
desaparición es sólo un ejemplo más
del terror milenarista que despiertan los
finales de las cosas, entre ellas el
mundo.
He contestado en muchas
entrevistas preguntas del tipo: ―¿Los
nuevos medios electrónicos volverán
obsoletos los libros? ¿Internet atenta
contra la literatura? ¿La nueva
civilización hipertextual eliminará la
noción de autoría?‖. Ante semejantes
interrogantes, y teniendo en cuenta el
tono aprensivo con el que los formulan,
cualquiera que tenga una mente normal
y bien equilibrada pensará que el
entrevistador se tranquilizaría si la
respuesta fuera: ―No, no, tranquilos,
todo está bien‖. Error. Si les dijéramos
que no, que ni los libros ni la literatura
ni la figura del escritor van a
desaparecer, los entrevistadores
* En Radar, 7/12/2003. El 1º de noviembre, con motivo de la reapertura de la milenaria Biblioteca, la ciudad egipcia de Alejandría tuvo como anfitrión a Umberto Eco, quien ofreció una conferencia en inglés durante la cual respondió a estos y otros interrogantes. Publicado por el semanario Al-Ahram, Radar reproduce el texto completo de esa charla en la que Eco desplegó su habitual claridad para exponer por qué el libro permanecerá tanto como las cucharas, los cuchillos y la idea de Dios.
entrarían en pánico. Porque si nadie
muere, ¿cuál es entonces la noticia?
(…)
Hoy quiero tratar de desmadejar una
serie de temores. (…) En los años
sesenta, Marshall McLuhan publicó La
galaxia Gutenberg, el libro en el que
anunciaba que el modo lineal de
pensamiento, apoyado en la invención
de la imprenta, estaba a punto de ser
reemplazado por un modo de
percepción y entendimiento más global
que se valdría de imágenes de TV u
otras clases de dispositivos
electrónicos. Puede que McLuhan no,
pero muchos de sus lectores pusieron
un dedo sobre la pantalla de la TV y
después sobre un libro y dijeron: ―Esto
matará a aquello‖. Si siguiera entre
nosotros, McLuhan habría sido el
primero en escribir algo así como El
imperio Gutenberg contraataca.
Ciertamente, una computadora es un
instrumento con el cual se pueden
producir y editar imágenes; y las
instrucciones, ciertamente, se imparten
mediante iconos; pero es igualmente
cierto que la computadora se ha
convertido en un instrumento alfabético
antes que otra cosa. Por la pantalla de
una computadora desfilan palabras y
líneas, y para utilizarla hay que saber
leer y escribir.
¿Hay diferencias entre la primera
galaxia Gutenberg y la segunda?
Muchas. La primera de todas: sólo los
hoy arqueológicos procesadores de
textos de comienzos de los ochenta
proporcionaban una comunicación
escrita lineal. Hoy las computadoras no
son lineales; ofrecen una estructura
hipertextual. Curiosamente, la
computadora nació como una máquina
de Turing, capaz de hacer un solo paso
a la vez, y de hecho, en las
profundidades de la máquina, el
42
lenguaje todavía opera de ese modo,
mediante una lógica binaria, de cero-
uno, cero-uno. Sin embargo, el
rendimiento de la máquina ya no es
lineal: es una explosión de proyectiles
semióticos. Su modelo no es tanto una
línea recta sino una verdadera galaxia,
donde todos pueden trazar conexiones
inesperadas entre distintas estrellas
hasta formar nuevas imágenes
celestiales en cualquier nuevo punto de
la navegación.
Sin embargo, es exactamente en
este punto donde debemos empezar a
deshilvanar la madeja, porque por
estructura hipertextual solemos
entender dos fenómenos muy
diferentes. Primero tenemos el
hipertexto textual. En un libro
tradicional debemos leer de izquierda a
derecha (o de derecha a izquierda, o
de arriba a abajo, según las culturas),
de un modo lineal. Podemos saltearnos
páginas; llegados a la página 300,
podemos volver a chequear o releer
algo en la página 10. Pero eso implica
un trabajo físico. Por el contrario, un
texto hipertextual es una red
multidimensional o un laberinto en los
que cada punto o nodo puede
potencialmente conectarse con
cualquier otro nodo. En segundo lugar
tenemos el hipertexto sistémico. La
Web es la Gran Madre de Todos los
Hipertextos, una biblioteca mundial
donde podemos, o podremos a corto
plazo, reunir todos los libros que
deseemos. La Web es el sistema
general de todos los hipertextos
existentes.
Esta diferencia entre texto y sistema
es enormemente importante. Por ahora
déjenme terminar con la más ingenua
de las preguntas que suelen hacernos,
una pregunta donde la diferencia a la
que aludimos no se advierte con total
claridad. Pero respondiéndola
podremos clarificar otra posterior. La
pregunta ingenua es: ―Los disquetes
hipertextuales, Internet o los sistemas
multimedia, ¿volverán obsoleto al
libro?‖. Y así llegamos al último capítulo
de la historia de esto-matará-a-aquello.
Pero aun esta pregunta es confusa,
puesto que puede ser formulada de dos
maneras distintas: a) ¿Desaparecerán
los libros en tanto objetos físicos?; y (b)
¿Desaparecerán los libros en tanto
objetos virtuales? (…)
Hasta ahora, los libros siguen
encarnando el medio más económico,
flexible y fácil de usar para el transporte
de información a bajo costo. La
comunicación que provee la
computadora corre delante de
nosotros; los libros van a la par de
nosotros, a nuestra misma velocidad.
(…) Los libros siguen siendo los
mejores compañeros de naufragio. Los
libros son de esa clase de instrumentos
que, una vez inventados, no pudieron
ser mejorados, simplemente porque
son buenos.
Traducción: Sergio Di Nucci
Consignas:
1. Lea atentamente el texto.
2. Identifique el tema y elabore un
breve texto argumentativo de uno o dos
párrafos en el que manifieste su
posición personal sobre el tema en
cuestión. Extensión aproximada: 10
líneas.
3. Enumere, luego tres ideas o
subtemas que serían parte de un índice
a desarrollar en un trabajo más amplio
sobre el tema propuesto.
43
Ejercitación
Tipologías textuales (integrador)
¿Qué es un libro? ¡Pasado, presente
y futuro! De la tabla de arcilla al
smartbook
Robert K. Logan*
“Cada salida es la entrada a otro lugar”
Tom Stoppard
El libro ha jugado un papel primordial
en la difusión de la información en la
cultura humana, desde la aparición de
la escritura hasta el presente. Recién a
partir del surgimiento de la información
digital, la computación y la Internet, el
libro se topó con competidores en su
rol de medio principal para la
preservación y la difusión de la
información. Intentamos responder a la
pregunta ¿qué es un libro?, y a la vez
analizar hacia dónde se orienta el
futuro del libro, y qué tipo de
competencia presentan las formas
digitales de información y de qué
manera éstas darán nueva forma al
libro. Todos estos temas serán tratados
desde una perspectiva de medios
ecológica, como la desarrollada por
Marshall Mc Luhan. Al hacerlo,
sugerimos que el libro tiene por delante
una vida larga y activa, y que aquellos
que sugieren que su obsolescencia es
inminente están muy equivocados. Tal
como lo demostraremos, el libro no da
muestras de darse por vencido y –de
hecho- prospera como nunca antes.
Entonces ¿Por qué aparece este
artículo en un libro dedicado al fin de
* Extraído y adaptado de: Carlón, Mario;
Scolari, Carlos (editores). El fin de los medios masivos, el comienzo de un debate. Buenos Aires: La Crujía, 2009.
los medios, si no se vaticina ningún
final para el libro? Es una buena
pregunta.
Ocurre que algunos estudiosos
consideran que la Internet, la web y los
e-books anuncian el fin del libro como
medio, un medio que puede rastrearse
desde el surgimiento de la escritura,
5000 años atrás; que ha sobrevivido a
la llegada del microfilm, la computadora
personal, Internet y la World Wide Web.
Quienes se manifiestan escépticos
sobre la supervivencia del libro no
discutirán que el texto escrito ha de
sobrevivir, pero piensan que el texto
escrito en tinta sobre hojas de papel
que están unidas en formato códice, lo
que habitualmente llamamos libro, dará
paso a formas de texto puramente
electrónicas, ofrecidas mediante
Internet y la World Wide Web y leídas
en pantallas configuradas
electrónicamente. Más aún, anuncian
que la legibilidad de un texto en
pantalla mejorará lentamente con el
paso del tiempo, hasta alcanzar el nivel
de la tinta sobre el papel, un punto que
debatiremos más adelante. Intentamos
demostrar que estas profecías sobre la
condena al fracaso del libro son muy
exageradas y responden a la falta de
comprensión profunda de cómo libros y
pantallas configuradas
electrónicamente trabajan en el nivel
neurofisiológico. No estamos diciendo
que el libro permanecerá inalterable.
No, tal como demostraremos, el libro
esta destinado a tomar nuevas formas
y alcanzar nuevos niveles de
funcionalidad
[...]
¿Dónde se originó esta noción de que
se acerca el fin del libro y desde hace
44
cuánto tiempo? Algunos afirmarán que
fueron los promotores de la nueva era
digital los primeros en declarar que la
era del libro llegaba a su fin. En
realidad, a mi entender, el primero, que
proclamó la obsolescencia del libro fue
Marshall Mc Luhan (1964) en su libro
Understanding Media. La ironía en todo
esto es que Mc Luhan (1962), autor de
The Gutenberg Galaxy, fue un gran
campeón de los libros. En
Understanding Media, Mc Luhan
documenta los cambios radicales que
tuvieron lugar como resultado de la
transición de la edad de la
alfabetización a la era de los medios de
comunicación eléctricos. Estaba
alarmado por las tendencias que había
observado, particularmente por el
efecto negativo que la televisión ejercía
sobre la alfabetización. Nos advirtió:
―La tecnología eléctrica está en la
puerta y nosotros estamos atontados,
sordos, ciegos y mudos ante su
encuentro con la tecnología Gutenberg‖
(Mc Luhan 1964: 32). En realidad, él
expresó su preocupación por la
amenaza de la tecnología eléctrica
hacia la alfabetización, ocho años
antes de escribir Understanding Media
y tan sólo seis años después de la
introducción de la televisión comercial
en Norteamérica. Publicó lo siguiente
en Explorations, el periódico
revolucionario que coeditaba con Ted
Carpenter:
Aquello que hace que el libro se
transforme en una forma de
comunicación cada vez más obsoleta es
la casi total cobertura del globo en
tiempo y en espacio. E lento movimiento
del ojo a lo largo de las líneas de
caracteres, la morosa procesión de
ítems organizados por la mente para que
quepan en esas columnas horizontales
infinitas: estos procesos no están a la
altura de las presiones de la cobertura
instantánea de la tierra. (Mc Luhan,
1954)
Desafortunadamente, Mac Luhan no
vivió lo suficiente como para ver el
revés de esta tendencia, que comenzó
con la aparición de los medios digitales
de las computadoras personales, la
Internet, el correo electrónico, los
mensajes de texto y la Red Mundial
Global, los que a diferencia de la
televisión, la radio y el cine adoptaron
la tecnología de Gutenberg como su
contenido. Mc Luhan fue el primero de
varios estudiosos que advirtieron sobre
los peligros que la televisión –un medio
opuesto a lo intelectual-, significaba
para la alfabetización. Se convirtió en
un cruzado, como el Pasteur que
luchaba contra la pestilencia: ―Me
encuentro en la posición de Luis
Pasteur, diciéndole a los médicos que
su mayor enemigo es casi invisible, y
casi irreconocible para ellos‖ (Mc
Luhan, 1964, p. 32).
(…) Considero que la amenaza que él
identificó no es tan importante hoy
como lo era en sus tiempos. Si bien la
televisión aún representa una amenaza
contra la alfabetización, y en algunos
niños produce un efecto adverso en
sus habilidades para leer y escribir, los
medios digitales crearon un nuevo
ambiente, que en realidad las
promueve. Desde que Mc Luhan hizo
sonar su primer alerta, hace más de 50
años, sobre los peligros de la televisión
cara a cara con la alfabetización, se
creó un antibiótico nuevo que
contrarresta los efectos adversos de la
TV. Este antibiótico es el surgimiento
de nuevos medios interactivos de las
computadoras personales, la Internet,
el correo electrónico, el mensaje de
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texto, que actúa como un antídoto
contra los efectos nocivos de la
televisión sobre el analfabetismo. (…)
Bibliografía
-Mc Luhan, Marshall. New media as political forms. Explorations 3 (agosto 1954):120-126. -The Gutenberg Galaxy. Toronto: Univ. Of Toronto Press. 1962. (Trad. esp. 1973, La galaxia Gutenberg. Barcelona: Ediciones 62).
-Understanding Media. New Cork: Mc
Graw Hill. 1964. (Las referencias de
página en el texto corresponden a la
segunda edición rústica de Mc Graw
Hill. Los lectores deben tener en cuenta
que la paginación en otras ediciones
puede diferir. Para colaborar con el
lector, tome en cuenta que el capítulo
1, ―The Medium as the Message‖
comienza en la página 7 de la edición a
la que me refiero). (Trad. esp. 1996,
Comprender los medios de
comunicación, Barcelona: Paidós).
Consignas:
1. Lea atentamente el texto,
identifique su tipología y explique el
porqué de su elección.
2. ¿Se evidencia el aparato erudito?
Explique.
3. ¿De qué manera aparece la
subjetividad del autor? ¿Hay una
búsqueda de objetividad? Explique.
4. Identifique a los potenciales
lectores del texto.
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MARCADORES DISCURSIVOS
Estructuradores de la información
Comentadores pues, pues bien, así las cosas
Ordenadores en primer lugar / en segundo lugar; por una parte / por otra parte; de un lado / de otro lado
Digresores
por cierto, a todo esto, a propósito
Conectores Aditivos además, encima, aparte, incluso
Consecutivos por tanto, por consiguiente, por ende, en consecuencia, de ahí, entonces, pues, así, así pues
Contraargumentativos en cambio, por el contrario, antes bien, sin embargo, no obstante, con todo
Reformuladores Explicativos es decir, en otras palabras, o sea, esto es
Rectificativos mejor dicho, mejor aún, más bien
De distanciamiento en todo caso, en cualquier caso, de todos modos
Recapitulativos en suma, en conclusión, en síntesis, en definitiva, en fin
Operadores argumentativos
De refuerzo en realidad, en el fondo, de hecho
De concreción por ejemplo, en particular
CONECTORES
TIPO SIGNIFICADO OTROS DE IGUAL VALOR
1. INTER E INTRAORACIONALES
A) de coordinación
Copulativo y además, también, ni, e, más aún
Disyuntivo o u, o bien, bien... bien
Adversativo pero sino, mas, aunque, sin embargo, no obstante, con todo, a pesar de todo, empero
Distributivo no solo... sino también
tanto... como, por un lado... por otro
Consecutivo por lo tanto por eso, por consiguiente, en consecuencia, entonces, luego, de ahí, de donde resulta
B) de subordinación
Temporal cuando antes, siempre, después
Final para a fin de, con el objeto de
Causal porque puesto que, ya que, como
Concesiva si... entonces si bien, por más que, aunque
Condicional con tal que, siempre que, en caso que, dado que, a no ser que
2. EXTRAORACIONALES
a) ordenadores
en primer término para comenzar, en primera instancia
en segundo lugar para continuar, por otra parte
por último finalmente, para terminar
b) anafóricos
relación en relación con, respecto de
semejanza asimismo, del mismo modo
apositivo esto es, o sea
reiteración reiteramos, es preciso volver a explicar
resuntivo para resumir, en síntesis
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