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UNIVERSIDAD DE MEXICO

EL más importante de todos los pa­

peles que puede desempeñar elfilósofo es el de Sócrates. En unmundo de sabelotodos y de "téc­

nicos" el filósofo es el hombre de la ig­llorancia. Cuando todo el mundo sabe,el filósofo ignora. Y cuando todo el mun­do ignora, el filósofo sabe porque ignoramejor que los demás. Su ignorancia esvoluntad de verdad, voluntad recta, bue­na voluntad, por oposición al sofista quese conforma con una apariencia de saberque es al fondo voluntad de poder, volun­tad de éxito, charlatanería. En el choqueentre el filósofo y el sofista surge la iro­nía. La ironía es la forma de concienciaen que el filósofo se enfrenta al sofista.

* * *Es una ironía que un hombre sepa qué

es la justicia y no sea justo. Es unaironía que un hombre crea tener la sa­biduría y no obre sabiamente. Es unaironía que un hombre pretenda tener ·unconocimiento superior y tenga un com­portamiento inferior. Es una ironía queel hombre pase un siglo cantando al pro­greso y arrojando flores al paso de latécnica y que la técnica haya parido, co­mo un espantoso ratón, la bomba atómica.

Pero lo irónico de todas estas situa­ciones sólo surge cuando los hechos pu­ros y simples son afrontados en la ac­titud socrática. Para Sócrates era evi­dente que 'la desarmonía entre lo pensadoy lo vivido mostraba sólo que el pensa­miento era falso y la ironía aparecía ensus charlas cotidianas simplemente comouna manera de mostrar la ignorancia desu interlocutor. Así, al mostrar la false­dad de un saber, Sócrates crea la filosofíacomo un conocimiento absoluto. 0, mejordicho, crea el comienzo de un conoci­miento absoluto. 0, mejor aún, crea uncomienzo absoluto. Por eso el papel másimportante a que pueda aspirar '111 filó­sofo es el de Sócrates, porque este hom­bre, tan carente de vanidad que no setomó el trabajo de escribir una sola línea,es el padre de la filosofía, de la auténticafilosofía que renace perpetuamente desus cenizas en la lucha contra la sofiste­ría de los sofistas.

* * *La ironía es un tema difícil porque no

es sólo la actitud de una conciencia frentea un valor. Tampoco es solamente unaactitud de un hombre frente a otro. Tienetambién que ver con la estructura lógicadel pensamiento, o, mejor dicho, de laproposición. Hay en ella algo de juegológico. La ironía es dialéctica. CuandoSócrates le dice a Eutifrón: "Tú sabesbien qué es lo santo", todos vemos queEuti frón no sabe qué es lo santo. ¿ Quéha pasado aquí? Ha pasado que en elinstante mismo en que Sócrates lo. dice,sabemos que quiere decir justamente locontrario. La. significación de la propo­sición: "Tú sabes qué es lo santo" per­manece inalterada, pero su sentido hacambiado totalmente, y esto ha acontecidoen el mismo instante en que la .proposi­ción fué dicha porque la proposición seencuentra en un contexto irónico. Así,la ironía no es sólo la actitud de Sócratesque busca la verdad y que esgrime laburla para mostrar que Eutifrón no laconoce. La ironía es, pues, también, loque crea esta inversión del sentido ex­preso de una proposición. En esta me­dida la ironía es algo que tiene que ver

NOTAS

SOBRELA

IRONIApor

Jorge PORTILLA

también con la lógica y no sólo con lapsicología o la moral. La ironía de Só­crates es una actitud de éste hacia Euti­frón, pero esta actitud apunta hacia Eu­tifrón justamente en la medida en queeste último está en relación con UI1 valor,se dirige a "Eutifrón-el-que-sabe-de-la­santidad". Por la ironía, Sócrates "mues­tra", no se limita a decirlo sino que lohace patente, lo revela, "muestra", pues,que el tal Eutifrón no sabe una palabrade la santidad. Nos hace descubrirlo infraganti en su no saber de la santidadLo desnuda ante nuestros ojos, e in­cluso, senitimos pena por el bueno deEutifrón que está ahí, ante nosotros, sa­biéndose descubierto y tratando vanamen­te de cubrir su desnudez con algún harapode pensamiento. La ironía ha convertidode golpe a Eutifrón el sabio en Euti frónel ignorante.

Pero si la ironía es aquí demoledoratambién es constructiva. Aniquila a Euti­frón pero con ello franquea las vías denuestra mirada hacia un posible ver laesencia de lo sagrado, vías que antes es­taban obstruídas por Eutifrón, hinchadode vanidad y de ignorancia.

* * *La ironía es una actitud, pero es tam­

bién una acción, una empresa. Se puedehablar, con justeza, de una sonrisa iróni­ca. Hay una conciencia-ironía; pero hay.también, como en Sócrates, la "emp'resa"ironía, al cabo de la cual habrá quedadoclaro que Eutifrón no sabe nada de lasantidad. Pero no sólo esto.

Hay la conciencia-ironía, que es acti­tud irónica, como la que se revela en lasonrisa; hay la ironía-acción y además laironía inherente a una proposición iró­nica. Vistas bien las cosas, la ironía noes una cualidad lógica de la proposiciónpuesto que la proposición en su purovalor lógico se basta a sí misma. La ironíaaparece cuando la proposición es vista enrelación con su objeto, en relación COI1 losignificado por ella. La estructura lógicade la proposición, en cambio, es inmanen­te a la proposición misma y no toma encuenta para nada la relación de la propo··sición con su objeto trascendente. Ahorabien, una proposición es irónica cuandorevela justamente lo contrario de lo queafirma. La ironía, la proposición irónica,no es la paradoja. La paradoja es unaproposición que encierra un contras~ntido

a pesar de lo cual es verdadera. En la pro­posición irónica no hay contradicción, sinla cual la paradoja es inconcebible.

La contradicción que hay en la ironíase descubre al volver la mirada al objeto

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de la proposlclon. La ironía es una ma­nera de designar al revés. Así como sepuede hablar de poner banderillas "alquiebro", también se puede hablal- de de­signar "al revés". Esta manera de desig­nar es la de la proposición irónica. Loirónico no está, pues, en la proposiciónsino en la relación entre la proposición ylo aludido por ella.

Lo irónico no está tampoco en las co­sas. Se habla de las ironías de la vidasólo por analogía. La ironía está más bienen la manera de verlas. Una manera deverlas que subraya o atiende a la contra­dicción. Pero la contradicción tampocopodría encontrarse entre las cosas comotales. La contradicción la pone el hom­bre. "En sí" no hay contradicción entreel blanco y el negro, ni entre una plumay un pedazo de plomo, y si dos locomoto­ras se estrellan no puede deci rse que esosea: una contradicción. Pero sí hay con­tradicción entre lo que dos hombres di­cen o piensan, o entre lo que un hombredice y 10 que hace, porque el hacer delhombre es una forma del hablar y vice­versa. y si hay contradicción entre loque un hombre espera y 10 que obtiene esporque todo lo humano está transido de"habla", de "lagos".

La conciencia irónica "ve" las contra­dicciones y las vanidades de la existen­cia, y si las nombra, las destruye. Perolas destruye subrayándolas, insistiendo enellas mediante el arti ficio de nombrarlasal revés. Las destruye condensando. suesencia contradictoria hasta que hace ex­plosión y nos deja el paso franco.

La ironía llama a la vanidad saber paraque la vanidad sea tan vanidad que sedesvanezca en su total vanidad. Las pa­labras de Sócrates no destruyen a Euti­frón pero destruyen su vanidad volatili­zándola a fuerza de condensarla. La ha­cen desaparecer si no como una cualidadreal, psicológica, de Eutifrón: sí c.omopantalla que nos obstruye la vla haCia elsaber y la virtud.

Pero no basta descubrir contradiccioneso aniquilar vanidades para que haya iro­nía. Es esencial también una voluntad deverdad. Sócrates no se limita a fastidiara Euti frón para darse el gusto de hacer­lo o para mostrar su superioridad frentea él. Sócrates no está "choteando" a Eu­tifrón. Sócrates quiere saber qué es losanto y quiere saberlo porque lo ignora. ysabe que 10 ignora. Eutifról~, en cambiO,que es un técnico de la santIdad, no sabequé es la santidad y Sócrates nec;sita UJ-­

crentísimamente ese saber, no solo parab . .colmar el vacío de su ignoranCIa S1l10 por-que le parece indispensable para la buenamarcha de la ciudad.

Sócrates, padre de la filosofía, inven­tó también la ironía. En él, la ironía noes sólo destrucción de una vanidad me­diante este genial rodeo de llamarla sabero virtud, sino también voluntad de ver­dad. También la más acerada, implacable,directa y apasionada voluntad de verdadque jamás haya tenido hOI11.bre a~guno.

" ada me place si no es al mIsmo tIempoverdad", le hace decir Platón, condensan­do en esta fórmula el estilo moral del au­téntico filósofo, y aun de todo hombreverdaderamente humano.

Esta voluntad de verdad y esta pro­funda y seca rectitud, inherentes a la iro­nía socrática, son esenciales a "la" ironía­sin más. De otra manera, ésta se confun­diría con la burla, con el sarcasmo, conel choteo e incluso con el relajo.