JOSÉ LUIS ORTIZOBRAENLOSOJOSUNIVERSIDAD SAN JORGEZARAGOZA, OCTUBRE 2015
El trabajo presentado en esta exposición se enmarca en el
campo de la investigación que se ocupa de la complejidad
de la expresión y la comunicación de la idea y la producción
arquitectónica. Y, más en concreto, de las relaciones entre
la arquitectura y otras artes visuales, como es el caso de la
fotografía. Históricamente, sin embargo, se ha relacionado
más a la fotografía con la pintura que con la arquitectu-
ra. Incluso con el cine y la literatura. Bien es cierto que no
siempre la relación entre arquitectura y fotografía ha sido
tal y como la conocemos ahora, convertida en un argumen-
to de tendencia y éxito más que de razón, que se limita
a transmitir valores plásticos y formales, convirtiéndose en
un armamento propagandístico en manos de los profesio-
nales a la moda que manejan sabiamente los resortes del
mercado editorial.
Muchas son las diferencias entre estas dos artes (foto-
grafía y arquitectura), y quizás sea esto lo que empuja a au-
tores, como José Luis Ortiz, a experimentar conjuntamente
con ambas: la arquitectura es una disciplina muy antigua
(la fotografía es reciente, desde 1827); los procesos de la
arquitectura son muy lentos, cada vez más (la fotografía es,
ahora más que nunca, instantánea); la arquitectura es pe-
sada, frente a la ligereza de la fotografía; la fotografía se
transporta, algo imposible para algunas arquitecturas, las
de carácter inmóvil; y por último, la fotografía se acumula y
almacena, algo difícil de hacer con la arquitectura.
OBRA EN LOS OJOS
Frente al mundo acelerado que nos contempla, la fotografía nos permite detener el
tiempo, apresarlo, condensarlo en un instante. El fotógrafo trabaja siempre en el presen-
te, no puede recurrir al pasado, ni tan siquiera como argumento. La fotografía, asimismo,
tiene la virtud de citar a quien la ve en un espacio donde nunca antes estuvo. Estos dos
conceptos, espacio y tiempo, están indisolublemente asociados a la arquitectura. Susan
Sontag en su obra Sobre la fotografía establece varios paralelismos entre las dos disciplinas
y describe a la arquitectura como el arte que más se asemeja a la fotografía, al afirmar que
las obras construídas están sometidas a la misma e inexorable promoción con el paso del
tiempo que las fotografías.
Ante el número cada vez más importante de arquitectos-fotógrafos, cabría preguntarse
si los arquitectos -como José Luis Ortiz y un servidor- estamos específicamente formados
y educados en la mirada para fotografiar mejor que otros profesionales. En la línea de las
técnicas empleadas por Sugimoto en sus series sobre arquitecturas conocidas, el fotógrafo
opta en este trabajo por la utilización de una veladura cromática común que unifica las
distintas localizaciones de obras y paisajes urbanos, a veces tan lejanos y dispares como La
Habana y Londres. Asimismo, destaca el empleo de figuras humanas en la mayoría de sus
composiciones, algo poco frecuente en la fotografía arquitectónica. Figuras que caminan,
observan o pasean junto los objetos y paisajes capturados, pero que también trabajan en
ellos, y que nos remiten al cariz humanista que siempre tuvo la buena arquitectura, hecha
por el hombre y para el hombre.
La arquitectura contemporánea quizás sólo pueda entenderse en su totalidad cuando
se estudie conjuntamente con la fotografía, el cine, la publicidad, u otras formas de ex-
presión visual. Y la obra que presenta en esta exposición el gaditano-zaragozano José Luis
Ortiz constituye una gran ayuda en esa necesaria labor.
F. Javier López Rivera. Doctor Arquitecto. Septiembre 2015
Danza III, toma 2010
La realización de un objeto arquitectónico es arte efímero, una razón en
movimiento cuya belleza se transforma y termina escapándosenos. El ob-
jeto podrá replicarse, pero esa misma construcción jamás podrá volver a
repetirse. Anhelo los alrededores de esa obra, el curso de su transcur-
so, las personas que la hicieron posible, lo que rodeó a esas personas y
todo lo que circuló en esos momentos, cuando todo era posible.
Esta colección recoge imágenes capturadas en distintos lugares y
etapas. La motivación de la toma fue la obra en construcción. Des-
pués, en 2011, la obra fotográfica se reconstruyó de modo digital, con
los filtros de la evocación, el sueño y la ensoñación, a color.
Lisboa III, toma 2008Lisboa I, toma 2008
Barcelona I, toma 2007Villanueva, toma 2007
Barcelona II, toma 2010Zaragoza II, toma 2008
Zaragoza III, toma 2008Zaragoza IV, toma 2008
La Habana II, toma 2005La Habana I, toma 2005
Londres I, toma 2005Zaragoza I, toma 2008
Rotterdam I, toma 2007Objetos, toma 2010
Ronda, toma 2010Danza II, toma 2006
Zaragoza, octubre del 2015
Gracias a todas las personas que han colaborado en la reali-zación del catálogo, especialmente a Maripi, a Javier López y a Amalia Ortiz.
Londres II, toma 2005 [Portada y Contra] Cámara Ricardo, toma 2010
José Luis Ortiz Ramos (Villanueva de
Gállego, Zaragoza; 1962). Se trasladó con 18
años desde su pueblo natal a la ciudad de
Sevilla. Allí estudió Bellas Artes y ter-
minó la carrera de Arquitectura, que viene
ejerciéndola, desde 1995, en su estudio de la
Sierra de Cádiz.
Desde la adolescencia se interesó por la pin-
tura y la fotografía. En su caso han ido siem-
pre de la mano, sin saber muy bien qué va por
delante. En su primera exposición fotográfica,
en el Ateneo de Mahón (Menorca, 1989), presen-
tó fotografías surgidas de sus pinceles, pin-
tando directamente sobre el negativo. A partir
de ahí, en las siguientes colecciones, siguió
experimentando con coloraciones fotográficas
(Coloracción, 1998).
Su penúltimo proyecto fotográfico estuvo vin-
culado a la danza contemporánea. En la pre-
sente colección, Obra en los ojos, suma la
vertiente arquitectónica a su personal sello
artístico, entre poético y pictórico.