Palabras del Presidente de la Repblica, Jos Mujica, en audicin del 18 de febrero
Amigos, genio y figura hasta la sepultura, soy hombre de partido, definido, lo fui siempre.
Pero enfticamente declaro, que nada tengo que ver con los pleitos internos de la fuerza
poltica, el Frente Amplio, al cual pertenezco. Pertenezco por razn y pertenezco por corazn.
Por ms presidente que sea de todos los orientales tengo mis definiciones. Nada tengo que ver
con el pleito de los internos, pero no renuncio, no puedo renunciar, a la disputa entre la
izquierda y la derecha. Y naturalmente, tengo opiniones militantes.
Pienso que en alta poltica est muy cuestionada en el mundo entero, que muchsima gente en
el mundo dice no creer en la poltica para desgracia de nuestro acontecer. Pienso que una de
las razones de esa falta de credibilidad de la gente es porque, muy frecuentemente, quienes
ponemos nuestra vida al servicio de esta pasin colectiva que tiene que ver con la suerte de la
polis. Hay una regla sustantiva, ms all de las palabras, una regla sustantiva que la gente mide
y ve. Trata de vivir como piensas, trata de vivir como piensas, si no inevitablemente terminars
pensando como vives. Y esto que significa? La poltica no puede ser una mueca histrinica, no
podemos decir que luchamos por la suerte de la gente, por la justicia social, por la igualdad
bsica entre la gente, por un camino de cambios incesantes para mejorar la igualdad y la
convivencia entre los seres humanos y no ponemos nada de lo nuestro en juego.
Nuestros bolsillos no comparten, nuestro pan no se comparte, nuestro techo no se comparte,
lo nico francamente solidario suelen ser palabras, que salen gratis. Y es evidente que cuando
se es autnticamente definido, estas cosas se tienen que expresar en el modo vivente.
En estos aos, en muchos aos, hemos aprendido algunas lecciones de oro: sin partidos
polticos est enferma la democracia. Si la democracia depende de individuos fuertes, solo,
sustantivamente, de individualidades, la democracia est retaceada. Es una esencia de la
democracia la vida colectiva, expresada en corrientes polticas que tratan de expresarse y
organizarse a travs de partidos. Ellos, con todos los defectos que pueden tener, y que tienen
como cualquier construccin humana, son una parte fundamental del devenir y del andar de la
democracia. Pero los partidos no son como el clavel del aire, que vive del aire, no, los partidos
son instituciones que necesitan, entre otras cosas, recursos econmicos para sostener el
esfuerzo de su militancia, difundir. Ni que hablar de las campaas polticas, de los costos que
significan. Necesitan el compromiso. Y si son partidos populares que miran desde el lado
popular de la historia, que miran a favor de la justicia social, que miran esencialmente hacia el
terreno de los ms desheredados, que aoran sociedades ms justas, ms iguales, resulta
obvio que el nervio sustental de su vida econmica tiene que ser el aporte, el aporte
econmico de aquellos que lo representan pblicamente en las funciones de confianza. Es
inherente a un partido popular, y en esto recojo las viejas ideas de Lenin. S, el compromiso
poltico se ha de expresar sistemticamente con el aporte econmico tambin. Por qu?
Porque de lo contrario son meras palabras. A lo largo de estos aos, mil veces he visto, que
cuando duele y duele y duele y duele en el bolsillo, y lo que no nos duele en el bolsillo puede
ser solidaridad de palabra, ese dolor se transforma en discrepancia poltica. Y en realidad, es
muy sencillo, no se aguantan los descuentos partidarios, cuesta mucho expresar en los hechos
el compromiso que significa la construccin colectiva de una corriente poltica. Y son
precisamente estos factores que estoy sealando los que hacen que muchsima gente no crea
en la poltica, porque ve, a veces, sntomas de despilfarro. Suelen ver en la poltica ambiciones
de enriquecimiento y no ambiciones de servir a la suerte de la gente, expresadas desde el
punto de vista real.
Por esto, un partido es un pacto colectivo. S que los partidos conservadores pueden tener
otra fuente y es natural que acudan a los aportes del mundo empresarial, por su manera de
ver la vida y de ver la historia. No es denigrante de ninguna manera. Cada cual sabe la mesa y
el terreno que tiene que elegir. La democracia vive y expresa estas cuestiones. Por encima de
esta disputa existe un nosotros como pas y debemos respetar todas estas cuestiones .Pero el
quid de la cuestin es la sinceridad del compromiso. Esto es la falta de sinceridad real en el
compromiso, expresada en el todo, de la vida diaria. Por esto vuelvo a decir, vive como
piensas, sino terminars pensado como vives. Y si se vive para compartir sabiendo que
muchas veces uno lo nico que puede hacer es mitigar, pero el gesto de mitigacin no solo es
por los dems, sino por conservar lo mejor de nosotros mismos. Es una larga paciencia que ha
de expresarse en una lucha estratgica que lleva mucho tiempo y que debe desembocar en
caudales colectivos, porque nuestra vida es corta, se va, y la lucha por una justicia social y por
una equidad es inequvocamente un largo proceso que va ms all de nuestros periplos
individuales.
Hemos, curiosamente, padecido frecuentemente soledad en estos aos frente a estas cosas. A
ttulo de ejemplo, por suerte, por el valor de la especie humana, hace ms de 4 aos que con
puados de voluntarios y habiendo tenido que levantar por continuidad un engranaje
profesional sustantivamente de albail, luchamos por levantar viviendas para mujeres que
quedan solas con hijos. Y se trata de viviendas humildes pero slidas, y no podemos enfrentar
la magnitud de la tarea, tarea que debiera ser una causa solidaria y que muchos otros podran
hacer por muchos otros y diversos caminos. Porque el camino de la solidaridad es muy ancho y
es muy posible y se puede vertebrar a travs de clubes de ftbol, organizaciones de barrios,
sindicatos, lo que fuera, lo que se quiera. Pero hay que expresar y organizar solidaridad
concreta para atender esos bolsones de gente que queda al costado y, muy particularmente,
en este mundo machista, hombres que disparan y dejan mujeres con hijos y si hay un
feminismo de vanguardia que hay que atender es ese. Y desgraciadamente, hemos tenido de
vez en cuando alguna brigada de apoyo del SUNCA y hemos tenido a otros muchachos
brigadistas que expresan solidaridad. Pero cunto sera posible hacer por mltiples caminos y
no por el que nosotros trazamos!, por mltiples caminos! A favor de esos muchachos, de esos
nios y de esas mujeres y de ese bolsn de humanidad sobrante que tiende a quedar al
costado del camino.
Porque alguna vez hay que dar sin esperar que nos den. Lamentablemente, hemos sentido y
sentimos muchos discursos, pero recordamos aquella frase del poeta gaucho: Dios por aqu
no pas. La palabra solidaridad tan usada suele no pasar en gesto militante, en compromiso
de obra, en ayuda concreta. En compartir, en compartir un mate, sencillamente, en ayudar a la
suerte. Es intil. Si la humanidad entera no se da reglas para tratar de revertir y de contener
algunos de los males que estamos desatando, como mnimo, la humanidad va a sufrir
enormemente. Vale la pena e invito a la gente, a que consigan este documento que est en
Internet, del Papa Francisco. No para tomarlo como un catecismo, sino para pensarlo en la
profundidad de estas cosas donde nos est sacudiendo