UNIVERSIDAD NACIONAL AÚTONOMA DE MÉXICO
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ACATLÁN
LENGUA Y LITERATURAS HISPÁNICAS
LA METAMORFOSIS DE FRANZ KAFKA
CASTILLO LEÓN GUILLERMO
FLORES LARA TERESA BISALTIS
22-NOVIEMBRE-2010
Introducción
En este trabajo intentaremos explicar la relación de Kafka y su
padre a través de sus escritos, incluyendo algunas de las cartas que
envió Franz a una de sus prometidas (cartas a Milena). Además
estaremos partiendo del libro La Metamorfosis y de la carta que escribió
a su padre en la cual el autor nos permite observar que la interacción que
existía con su padre no era del todo agradable.
Empezaremos describiendo ciertas características del libro La
Metamorfosis,. en el Franz Kafka se representa en Gregorio Samsa, quien
es una persona tímida con el único objetivo de ayudar a sus familiares sin
importarle su condición física, además siente que si él no trabaja su
familia podría quedar en bancarrota. Hermman Kafka (padre de Franz)
toma la figura del padre de Gregorio Samsa. En está obra señala que
todo empieza y termina con el padre, y éste es la destrucción del mismo
Gregorio Samsa, el que provoca su muerte y una triste agonía.
La relación con su padre nunca pudo mejorar. Situación que lo
llevo a imprimir un estilo tan propio en sus escritos que dieron origen a
una corriente literaria muy particular.
Con este trabajo no pretendemos etiquetar a Kafka con
definiciones de una persona paranoica, psicótica o simplemente que
padecía de depresión extrema.
Este autor se auto humillaba de la forma en la que lo hacía su
padre, a fin de superar sus problemas emocionales y psicológicos que lo
atormentaban durante sus etapas de depresión debido a que Kafka se
sentía un extraño en su propia casa y la problemática con su padre lo
llevo a tener una idea, de “matrimonio”, creía que de esta manera podría
escapar de esa forma de vida que llevaba, mientras esta opción se volvía
cada vez más real, Kafka sentía que también tenía que huir del
matrimonio, lo que lo llevo a nunca casarse.
Marco Histórico
Durante la vida de Franz Kafka se desarrollaron una serie de
situaciones internacionales que posiblemente hayan afectado en su
forma de escribir. A continuación mencionaremos algunos de los sucesos
más importantes:
En el año de 1883 Francia ocupa Madagascar. Se llevan además
las siguientes publicaciones Cantor: teoría de los conjuntos. Dilthey:
introducción a las ciencias del espíritu. Amiel: diario intimo. Maupassant:
una vida. Meredith: poemas y líricas. Praga aún forma parte del imperio
de los Habsburgo en Bohemia, donde se mezclaban y convivían, para
bien o para mal, numerosas nacionalidades, lenguas y orientaciones
sociales y políticas. El nacionalismo checo se oponía cada vez más al
dominio alemán, y los alemanes solían tratar con desprecio a los checos.
Y, por supuesto, todos odiaban a los judíos.
1885, los ingleses fundan Nigeria. Los rusos en Afganistán.
Alfonso XIII, rey de España bajo la regencia de María Cristina. Teoría del
plasma germinativo de Weismann. Andersen: cuentos. M. Twain: Las
aventuras de Huckleberry Finn.
Dos años después se funda Rodesia. Beluchistán se incorpora a
la India. Mitre: Historia de San Martín y de la emancipación
sudamericana.
En 1889 se establece el día primero del año como día universal
del trabajo. Fundación de la segunda internacional. Brasil se convierte en
republica. Durkhein: elementos de sociología. Bourget: el discípulo.
Chejov: la gaviota. Eça de Queiroz: Cartas de Fradique Mendez. Yeats:
Las peregrinaciones de Oisin. Construcción de la torre Eifel, en París.
Un año después Guillermina, reina de Holanda. Caída de
Bismarck. Luxemburgo, ducado independiente. Descubre Behring el
suero antidiftérico. Frazer: la rama dorada. Wilde: el retrato de Dorian
Gray. Hamsun: hambre.
En 1895 intervienen las potencias occidentales en el conflicto
chino-japonés; China rencia a la soberanía de Corea y pasa al japon la
isla de Formosa. La expedición de Nansen a las regiones polares.
Roentgen descubre los rayos X.
Para el año de 1897 inicia la guerra greco-turca. Rusia ocupa la
península china de Kuang-Tung. Se dan también las investigaciones de
Buchner acerca de la fermentación en el alcoholismo. De igual modo se
da la teoría del electrón de Lorentz. Se funda el movimiento sionista por
Theodor Herzl, que sostenía que los judíos, dispersos por todo el planeta,
debían de restablecer su hogar en Palestina.
En 1904 comienza la guerra ruso-japonesa e inicia la
construcción del canal de Panamá, además el señor Pavlov gana el
premio Nobel de medicina.
En 1911 Portugal se convierte en una republica. En México,
Madero presidente; proclama Zapata el Plan de Ayala.
Por raro que pudiera parecer Kafka nunca menciono en sus
escritos los sucesos antes mencionados, no sabemos si fue por que todo
lo que se encontraba fuera de su dolor no importaba o por la simple
inmersión en su yo.
Corriente literaria
Kafka no esta dentro de una corriente como tal ya que no tiene
un modo idéntico de escribir, de hecho el mismo inicia una corriente
denominada Kafkiano. Su estilo radica principalmente en utilizar
personajes tan poco peculiares en un ambiente meramente social.
Una de las obras en las que se aprecia mejor este estilo tan
particular es en Investigaciones de un perro, ya que el personaje
principal no es real pero la situación social sí; en tanto que las emociones
y la problemática se desarrollan como punto de partida del autor.
Su obra se refleja como un ejemplo típico de cierto realismo
mágico -con variantes en su desarrollo- al tema de la inevitable soledad
humana: el alma persigue lo inconcebible, que siempre huye; busca a
Dios, que lo ha llamado; pero choca contra una tenaz barrera que la
detiene, y allí espera, solo sin perder la mística certidumbre de ser
vigoroso y conservando una esperanza suprema después de la cruel
desilusión.
Mucho se plantea que las historias manejadas por Kafka denotan
claramente que no hay un Dios que salve al hombre y que el mismo ha
sido abandonado a su suerte en este mundo en cual tiene que sufrir.
Franz Kafka fue un creador visionario de ficción y el maestro
más influyente de la prosa moderna alemana, su trabajo se ha
convertido en símbolo del siglo XX, de ansiedad y de sentido penetrante
de alienación en la sociedad del Oeste. Juzgado por estándares
externos, su vida fue “cerrada”, sin eventos y segura. Los conflictos y
levantamientos que sufrió, los cuales expresó con términos de rebelión,
la desesperación de una era, fueron casi enteramente eventos internos.
El personaje típico de Kafka está desprovisto de toda clase de
atractivo, de modo que tampoco está hecho para interesar, no se
distingue ni por una psicología sutil, ni por el arte de hacer vivir pasiones
e ideas y, lo que es más, todo eso se le quita de manera
deliberadamente.
Obras Literarias
Discurso de la lengua Yiddish(1912)
La condena (1912)
America (1912)
El fogonero
La Metamorfosis (1912)
Contemplación (1913)
Desdicha
El Proceso (1914)
En la colonia penitenciaria (1914)
El maestro del pueblo (1914)
Blumfeld, un solterón (1915)
Un médico rural (1916)
Preocupaciones de un padre de familia
Informe para una academia
La Muralla China y otros relatos (1918)
El escudo de la ciudad
El puente
De noche
El timotel
El trompo
Una confusión cotidiana
El jinete del cubo
El matrimonio
Investigaciones de un perro
Carta al padre (1919)
El castillo (1922)
Un artista del hambre (1923)
La Metamorfosis
El libro de La metamorfosis es un historia en la cual se han
vertido los problemas de una generación y los problemas de una persona
la cual, sólo pudo afrontar sus problemas escribiendo. De tal manera que
en esta historia podemos observar, un alma atormentada durante toda
su vida. La vida de Franz Kafka.
El tema de La metamorfosis es un ejemplo de ese tormento de la
literatura que tiene como objetivo su carencia y que arrastra al lector a
un movimiento giratorio en que esperanza y desamparo se responden sin
fin. El estado de Gregorio es el propio estado del ser que no puede dejar
la existencia, para quien existir es estar condenado a recaer siempre en
la existencia. Transformado en insecto, sigue viviendo al modo de la
decadencia, se hunde en la soledad animal, se acerca a lo más próximo
del absurdo y de la imposibilidad de vivir.
Kafka no quería que hubiera ninguna imagen del insecto. Refiriéndose a la etapa de la primera edición, escribió a su editor, Kurt Wolff: “!Eso no, cualquier cosa menos eso! No quiero que se haga un dibujo del insecto, ni siquiera que se lo muestre de lejos.” Tal vez ésta haya sido la manera de contener el horror de la transformación. Pero es más probable que no hubiera una línea divisoria tan clara entre los sentimientos que le provocaba la forma humana de su cuerpo y los que le producía sus rasgos de “insecto”.1
1 MAIROWITZ, David Zane. Kafka para principiantes. Traducción: Florencia Rodríguez y Carina Fideleff. Buenos Aires, Era Naciente, 1993. p. 56.
Franz Kafka
Nació en Praga, una de las ciudades más grades del imperio
austrohúngaro, pero donde la lengua alemana era usada sólo por la
minoría: en parte, funcionarios imperiales; en parte comerciantes judíos.
Kafka no tiene patronímicos reveladores de su étnica.
Sobre las dificultades de convivencia del joven con su áspero
padre tenemos, sobre todo, dos documentos: el relato das Urtail (el
juicio), publicado en 1913, y la famosa obra Brief an den Vater (carta al
padre), escrita en 1919, pero no enviada. Otras obras que se refieren a la
relación tan deplorable que llevaba Kafka con su padre son: die
Verwandlung (la transformación o la metamorfosis) en el cual describe la
relación con todo su familia; además de que en su obra La condena se
percibe la inexistencia de un Dios al ser el padre el que ordena la muerte
de su hijo.
No sólo se encontraba la “enfermedad” para que Kafka se
liberará de la dañina carga psíquica de su padre. Desde 1912 y hasta
después de la Primera Guerra Mundial, jugó con la posibilidad de casarse
y de formar su propia familia.
Su primera víctima y la más duradera fue Felisa Bauer, con quién
Kafka se comprometió dos veces y otras dos veces más lo rompió.
Primero escribió a propósito de ella:”un rostro huesudo, vacío y clara” Le
bastó con ver a Felisa una sola vez, y apenas durante unas horas, para
decidir ganársela, al estilo Kafka.
Felisa vivía y trabajaba en Berlín y, aunque sólo la separaba de
Praga un viaje en tren de seis horas, los kilómetros eran suficiente
protección para Kafka. No cabe duda de que, si ella hubiera vivido en
Praga, no habría existido ninguna relación entre ellos. De todos modos a
partir de la segunda carta, él comienza a describirle sus “enfermedades”
y a darle miles de ejemplos de su falta de meritos, planeando de esta
forma su retirada mientras todavía la cortejaba. Durante los cinco años
que mantuvieron correspondencia, el tiempo que pasaron juntos no
sumó más de unas pocas semanas. Una vez, cuando se encontraron, el
reloj de Kafka adelantaba una hora y media desde hace tres meses, y
eso lo hacía feliz. Pero, para su desazón, ella lo puso en la hora correcta.
La única mujer con la que nunca se sintió incomodo -por que no
tenia ninguna relación de carácter más personal que el familiar- fue su
hermana Ottla. “Ella siempre había sido su único consuelo en el hogar y,
durante las primeras etapas de su enfermedad, fue a vivir con ella a su
finca en Zürau, en el norte de Bohemia. Aquí en sus palabras, formaron
un “matrimonio bueno y pequeño sin la corriente habitual violentamente
contenida, sino con una corriente cristalina y directa.” 2
2 MIROWITZ, Zane David y CRUMB, Robert. KAFKA PARA PRINCIPIANTES.
Relación padre-hijo
En 1882, Hermann Kafka estableció su negocio de artículos de
lujo en la calle Celetna, justo fuera del límite del gueto. Había comenzado
desde abajo, dejando atrás la pobreza extrema con su propio esfuerzo, e
hizo todo lo posible por distanciarse de la comunidad judía; hasta llego a
declarar que su familia era checa. Esto no impidió que su hijo hiciera el
bar mitsvá o que lo acompañara, a la fuerza, en sus simbólicas
excursiones a la sinagoga dos o tres veces al año.
Para Kafka padre, un hombre gigantesco, su hijo era un fracaso y
un inútil, una gran desilusión, y nunca dudo en hacérselo saber. Franz
imaginaba el cuerpo de su padre tendido diagonalmente sobre un mapa
del mundo.
“Para no olvidarlo, en el caso de que mi padre volviera a llamarme otra vez mal hijo, debo dejar escrito que, ante algunos parientes, sin mayor motivo, fuese para herirme simplemente o fuese con la pretensión de salvarme, calificó a Max de «meschuggenen Ritoch» (loco irresponsable), y que ayer, cuando Löwy estaba en mi habitación, movió el cuerpo y torció la boca irónicamente, y habló de gentes extrañas a quienes se permitía entrar en casa, del interés que un tipo raro podía tener para nosotros, de los motivos que podían llevarnos a tener relaciones tan poco provechosas, etc. — Con todo, no debería haberlo escrito, porque al hacerlo casi siento odio hacia mi padre, cuando hoy no me ha dado realmente ningún motivo para este odio, el cual —al menos en lo que respecta a Löwy tiene unas proporciones excesivas en relación con lo que he dejado escrito como manifestación de mi padre; y este odio se acrecienta aún más por el hecho de que no acierto a recordar lo que había de realmente malo en la conducta que ayer tuvo mi padre.”3
Relación hijo-familia
La cercana convivencia con ellos ponía a prueba diariamente su
hipersensibilidad a los ruido.
3 Franz Kafka. Diarios I (1910-1913). editorial libros Tauro pág. 55
“Soy un hombre cerrado, taciturno, poco sociable, descontento, sin que todo esto constituya una infelicidad para mí, ya que es sólo el reflejo de mi meta. De mi modo de vivir en casa se puede sacar alguna deducción. Vivo en familia, entre personas bonísimas y afectuosas, más extraño que un extraño. Con mi madre no he cambiado en estos últimos años más de veinte palabras de promedio al día… Con mis hermanas casadas y con los cuñados no hablo en absoluto, sin que esto signifique que esté enojado con ellos. El motivo es sencillamente éste: no tengo absolutamente nada que decirles. Todo en cuanto no es literatura me hastía y provoca mi odio, porque me molesta o es un obstáculo para mí, por lo menos en mi opinión. Carezco de toda sensibilidad para la vida de familia, salvo en el mejor de los casos, la del observador. No tengo en absoluto el sentido del parentesco y considero las visitas como patentes agresiones contra mí. El matrimonio no podría cambiarme, como no puede cambiarme el oficio.”
Kafka no mantenía una relación estrecha con su familia, su
tiempo se dividía entre: el trabajo en la Compañía de Seguros de
Accidentes de Trabajo para el Reino de Bohemia en Praga, y lo que para
él era lo más importante, la literatura.
Todo el tiempo que le restaba estaba completamente dedicado
a escribir, en algunas ocasiones el solía ponerse en un estado de transe
para no permitirse ser molestado en su cuarto, ya que el departamento
en el que vivían, él y su familia era demasiado pequeño; por lo tanto no
era posible tener un momento de tranquilidad.
Una de las quejas recurrentes de Kafka era la forma en la que fue
educado, cosa que le afectaba de manera directa en cada uno de sus
escritos.
“Si me pongo a pensarlo, tengo que decir, que, en muchos sentidos, mi educación me ha perjudicado mucho. Este reproche afecta a una serie de gente: a mis padres, a unos cuantos parientes, a determinados visitantes de nuestra casa, a diversos escritores, a cierta cocinera que me acompañó a la escuela un año seguido, a un montón de maestros (que debo comprimir estrechamente en mi memoria, pues de lo contrario se me desprendería alguno por
un lado u otro; pero como los tengo a todos tan apretujados, es todo el conjunto lo que se va desmoronando a trechos), a un inspector escolar, a unos transeúntes que caminaban lentamente, en una palabra, este reproche serpentea por toda la sociedad como un puñal y nadie, lo repito, nadie está desgraciadamente seguro de que la punta del puñal no vaya a aparecer de pronto por delante, por detrás o por un lado. (...) A menudo reflexiono y siempre tengo que acabar diciendo que mi educación, en muchos aspectos, me ha perjudicado mucho.”4
Su educación, como él lo dice, no fue una educación del todo
normal, un judío que hablaba alemán pero que se consideraba checo.
Aunque el pensamiento de ser judío lo acompaño todos los días de su
vida, siempre se sintió un judío que no entraba dentro del contexto judío.
Esto se ve representado en la obra Investigaciones de un Perro. El
abandono y exilio de un individuo por la sociedad sólo por que es
diferente a todo, intenta saber del por que de las cosas y es lo que lo
marca.
4 Franz Kafka. Diario I (1910- 1913). libros Tauro Pág. 5
ASPECTOS PSICOLÓGICOS
Relaciones entre el sueño y las enfermedades mentales
Kafka encontraba en sus escritos un aparente descanso de su
padre, y que es una historia sino un sueño, que muy probablemente no
puede realizarse. De manera que se realizara un análisis
“Sante de Sanctis publica análogas observaciones con respecto a los paranoicos y declara en algunas de ellas al sueño como la vraie cause déterminant de la foile (la verdadera causa determinante de la locura). La psicosis puede surgir de una vez con el sueño causal que entraña la idea delirante y puede desarrollarse poco a poco por una serie de sueños a los que aún opone el sujeto un estado de duda. En uno de los casos citados por Sanctis subsiguieron al sueño iniciales leves ataques histéricos y más tarde un estado melancólico-angustioso. . . En realidad podemos vivir en sueños todo aquellos fenómenos que en los manicomios nos es dado a observar…(rêve obsedant)5
La modificación e incluso subversión de la personalidad y a
veces de la peculiaridad del carácter, la mayor parte de las alucinaciones
son visuales o acústicas, ya que como en los sueños el olfato el gusto o
el tacto son los que menos elementos nos proporcionan. El durmiente y el
enfermo recuerdan cosas que aparentemente el despierto y el sano
parecían haber olvidado. El sueño concede al sujeto atormentado por
sufrimientos físicos y morales aquello que la realidad le negaba; además
de que el sujeto del sueño oye sus propios pensamientos, expresados por
voces ajenas, pero en Kafka, aparte de esa ambivalencia entre
semisueño y semivigilancia, hay a veces otro elemento: el desarrollo
absurdo de una hipótesis o de una idea, producto de su lógica interna.
Desde este punto los juegos, paradojas o de hipérboles extremadas,
imaginando una situación llevada a un extremo absoluto, abstracto.
5 GUIMÓN, Jose. Psicoanálisis y literatura. Barcelona. Editorial Kairus. Año 1993. Pág.154-157
El talento que tengo para describir mi vida interior, vida que se hermana con el sueño, ha hecho caer todo lo demás en lo accesorio, y todo lo demás se ha empequeñecido espantosamente (…) sus relatos proceden de la interioridad pura (…) donde el Yo del autor, despojado de sus apariencias sociales y de sus cualidades accesorias, sólo aparece desnudo, reducido a lo esencial de su situación.6
Todo sueño posee un sentido y un valor psíquico. Se puede
presentar como la realización de un temor, reflexión, realización de un
deseo o simplemente para reproducir un recuerdo.
Las imagos paternas
“La imago paterna <<buena>> - que corresponde al Ideal del Yo- es la de un padre justo, fuerte, libre y benévolo. Justo es decir no sobrepasando los límites de sus derechos: ninguno arbitrario. Fuerte, es decir disponiendo de un poder sobre las cosas y los seres, pero no de la omnipotencia. Libre, esencialmente en relación a la madre, es decir no sometido a su poder… un padre fuerte cuyo asesinato real por los hijos fue el origen de la interiorización de la imagen paterna ambivalente, de la identificación inconsciente de los hijos en el padre, de la formación del Súper-yo (padre castrador) y del Ideal del Yo. .. El hijo deseó y temió a la vez la eliminación del padre bajo la forma de un fantasma que se podría llamar el fantasma original. 7
Quienes conocían bien a Kafka sentían que vivía detrás de un
“muro de cristal”. Siempre estaba allí, sonriente amable, oía lo que le
contaban, era un amigo fiel pero inaccesible. Envuelto en su neurosis y
sus complejos logró transmitir una impresión de distancia, gracia,
serenidad y, en ocasiones, santidad.
Toda obra gira alrededor de su capacidad para reprimir el temor
hacía los demás y volverlo contra si mismo y no contra la fuente que lo
originaba. Esto fue muy evidente, sobre todo, en la relación con su padre.
6 ROBERT, Marthe. Franz Kafka o la soledad. México, 1985 p.197 MENDEL, Gérard. Rebelión contra el padre. Barcelona, España. 1971
El suicidio no entraba en el juego. Pero la muerte en sÍ misma
tardaba demasiado. Para Kafka siempre había otra forma de hacerse
desaparecer. Este tema tenía muchas variantes, aunque siempre se
trataba de empequeñecerse. Su existencia, como tal, era una ofensa a la
naturaleza. Tendría que reducirse, morirse de hambre, esconderse o
simplemente transformarse en una bestia, preferentemente a una de las
que se arrastrasen por el piso y pueden escabullirse sin causar
demasiada repulsión al resto del mundo.
Kafka se sentía un extraño no sólo en su país, sino también en su
propio cuerpo. El pudor lo acompañó desde pequeño. La falta de
seguridad en Relación con su cuerpo quedó impresa en él durante la
niñez y lo acompañaría hasta el final de sus días. Como era de esperar,
nunca se sintió cómodo en los dominios del sexo.
Respecto al libro La metamorfosis, Kafka no quería que hubiera
una imagen del insecto. Refiriéndose a la tapa de la primera impresión,
escribió a su editor, Kurt Wolff: “!Eso no, cualquier cosa menos eso¡ No
quiero que se haga una imagen del insecto, ni siquiera que se lo muestre
desde lejos.” Tal vez está haya sido su manera de contener el horror de la
transformación. Pero es más probable que no hubiera una línea divisoria
tan clara entre los sentimientos que le provocaba la forma humana de su
cuerpo y los que le producían los rasgos de “insecto”.
Kafka era un hipocondríaco fuera de lo común, utilizaba la
enfermedad, no sólo como una metáfora de su perturbada existencia,
sino como otro medio más de apartarse de su familia y, por supuesto, de
si mismo.
Sufría insomnio, dificultad respiratoria, dolor de cabeza, dolor de
espalda, irritación en la piel, le aterraba la idea de perder el cabello o la
posibilidad de la disminución de la visión o de tener un dedo del pie un
poco deformado, y era tan hipersensible al ruido que esto lo llevaba a un
agotamiento casi permanente.
Toda su vida reaccionó ante las enfermedades que creía padecer
con distintos tratamientos y remedios naturales, que podían encontrarse
en los famosos sanatorios de Europa central tan frecuentes en esa época.
Kafka además era vegetariano alegando que la carne lo hacía sentir un
“ser extraño y repulsivo en la cama”.
CONCLUSIÓN
Franz Kafka no tuvo cercanía con su padre emocionalmente, para
él, su padre era un hombre gigante que podía destruirlo cuando el lo
deseará.
En la obra de La Metamorfosis se ve claramente que Franz Kafka
describe el miedo y el respeto que siente por su progenitor.
El se consideraba un insecto y a todas las personas se los dio
entender con la obra ya antes mencionada, su imagen de insecto sólo
podía provenir de dos situaciones importantes a lo largo de su vida, como
lo fue: el comportamiento de su padre para con él y el hecho de ser un
judío que no se sentía como tal, pero que se comportaba como uno.
Hemos llegado a la conclusión de que la relación entre Kafka y su
padre si influyó de manera directa en la forma de escribir de su hijo, pero
de igual manera nos dimos cuenta de que no fue lo único elemento que
lo marco.
Podemos observar en este trabajo que la condición social y física,
su trabajo, su familia, sus prometidas y sus amistades, también
influyeron constantemente.
Kafka es un hombre al cual no se le puede entender de manera
muy clara o comprensible por que el no pretendía ser entendido ni
escuchado, el se desahogaba de manera tal que cada oración escrita en
sus libro le permite mostrar su alma y sus sentimientos.
Nunca encontró la manera para socializar con la gente de
manera personal e íntima, siempre se antepuso su soledad y la literatura
a su vida cotidiana.
BIBLIOGRAFÍA
GUIMÓN, Jose. Psicoanálisis y literatura. Barcelona. Editorial Kairus. Año 1993
KAFKA, Franz. Diario I (1910- 1913). libros Tauro
MENDEL, Gérard. Rebelión contra el padre. Barcelona, España. 1971
. MIROWITZ, Zane David y CRUMB, Robert. KAFKA PARA PRINCIPIANTES
ROBERT, Marthe. Franz Kafka o la soledad. México, 1985
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