La primera Palabra de Jesús en la Cruz:
“Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”. Oración inicial: Padre Nuestro En el Padre Nuestro, Jesús nos enseñó a dirigirnos al Padre con confianza. Nos pide que perdonemos, debemos entonces hacer examen de conciencia diariamente.
- Meditación de la primera palabra de Jesús:
Aunque he sido tu enemigo, mi Jesús: como confieso, ruega por mí: que, con eso, seguro el perdón consigo.
Cuando desobedeciendo te ofendí,no supe lo que yo hacía: sé, Jesús, del alma mía y ruega al Padre por mí.
“Perdónalos porque no saben lo que hacen”...Jesús en la cruz levantando su mirada al cielo, pidió perdón no sólo por aquellos que lo maltrataron y crucificaron, sino por cada uno de nosotros. Nosotros también crucificamos a Jesús y lo hacemos día a día, con nuestras mentiras, mal comportamiento, faltas de amor, miradas altaneras y mil cosas más. Esta oración al Padre, no es para mi vecino, o para aquel que no trago en la comunidad, es para mí... porque no se lo que hago, o no quiero reconocer mis faltas.
- Conducir y ayudar a los niños a hacer un examen de conciencia. - Acto penitencial intercalado con cantos. - Canto: Perdona a tu pueblo, Señor…perdona a tus niños, Señor. - Acto penitencial: Rezamos el Acto de contrición:
“Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me
pesa de todo corazón, porque con ellos ofendí a un Dios tan bueno. Propongo firmemente con la ayuda de tu gracia no volver a pecar y confío que por tu infinita
misericordia me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. ”Amén.
- Invitarlos a practicar la confesión en cuanto sea posible. - Pedir a la Virgen que nos acompañe para vivir la semana santa. - Oración a la Virgen “Bajo tu amparo”
“Bajo tu amparo nos acogemos
Santa Madre de Dios No desprecies las oraciones que te dirigimos
En nuestras necesidades Antes bien, líbranos de todo peligro
Oh Virgen Gloriosa y Bendita. Amén”
¡Ayúdame Diosito a rechazar el pecado y descubrir a qué me invitas hoy!
La segunda Palabra de Jesús en la Cruz:
“En verdad te digo, que hoy estarás conmigo en el Paraíso”.
Oración inicial: Te Pedimos Madre Santísima, Virgen María que nos
acompañes en estos ejercicios espirituales para que nuestra alma se fortalezca y amemos más a Jesús. Que nos preparemos bien para vivir la Semana Santa, acompañando a Jesús, en su entrega generosa en la Cruz. Amén.
- Meditación de la segunda palabra de Jesús:
Vuelto hacia Ti el buen ladrón, con fe te implora tu piedad:
yo también de mi maldad te pido, Señor, perdón. Si al ladrón arrepentido das un lugar en el Cielo, yo también, ya sin recelo la salvación hoy te pido.
Hoy estarás... Junto a Jesús fueron crucificados dos ladrones. Uno de ellos llamado Gestas, dijo a Jesús: “Si eres el Hijo de Dios, baja de la cruz, sálvate a tí mismo y sálvanos a nosotros, y entonces creeremos en ti.” Dimas, el otro ladrón, contestó: -¿Ni siquiera a la hora de la muerte temes a Dios? Tú y yo estamos crucificados porque hemos sido unos criminales, pero éste que está en medio de los dos, nada malo ha hecho, es inocente. Dimas dijo: “Señor, acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino.” Jesús le respondió: “Hoy mismo estarás conmigo en el Paraíso.” Es necesario que amemos a Jesús porque murió por nosotros en la Cruz. Que respetemos a todos los demás y los veamos con ojos de amor. En el momento de nuestra Confesión, debemos arrepentirnos de nuestros pecados y tener el propósito de no volverlo a hacer. Jesús nos premia así con el Cielo. Ojalá seamos nosotros portadores del mensaje esperanzador del Maestro, para nuestros familiares, vecinos, amiguitos y maestros, porque para la conversión, para volver la vista y el corazón hacia Dios... nunca es tarde.
- Canto: “Qué alegría cuando me dijeron...” - Conducir y ayudar a los niños a hacer un examen de conciencia. - Recordamos la Confesión frecuente. - Acto penitencial: Rezamos el Acto de contrición.
“Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy,
y me pesa de todo corazón, porque con ellos ofendí a un Dios tan bueno. Propongo firmemente con la ayuda de tu gracia no volver a pecar y confío que por tu infinita
misericordia, me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. ”Amén
- Oración final:
Acuérdate, ¡oh piadosísima, Virgen María!,que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a tu protección, implorando tu auxilio haya sido abandonado de Ti.
Animado con esta confianza, a Ti también yo acudo, y me atrevo a implorarte a pesar del peso de mis pecados. ¡Oh Madre del Verbo!, no olvides mis súplicas, antes bien acógelas benignamente. Amén
Sagrado Corazón de Jesús En Vos confío.
Ayúdame Diosito a rechazar el pecado y descubrir a qué me invitas hoy!
La tercera palabra de Jesús en la Cruz:
“Mujer, ahí tienes a tu hijo. Hijo ahí tienes a tu Madre”.
Oración inicial: Te Pedimos Madre Santísima, Virgen María que nos acompañes en estos ejercicios espirituales para que nuestra alma se fortalezca y amemos más a Jesús. Que nos preparemos bien para vivir la Semana Santa, acompañando a Jesús, en su entrega generosa en la Cruz. Amén.
- Meditación de la tercera palabra de Jesús
Hijo tuyo quiero ser, sé Tú, mi Madre, Señora: que mi alma desde a ahora, con tu amor va a florecer.
Junto a la cruz, estaba María, su madre, sufriendo al ver sufrir a su Hijo. !Cómo se aumentarían los dolores internos de Jesús viendo sufrir a su mamita de aquella manera! San Juan, el discípulo amado, era el más joven de todos los apóstoles, él nos estaba representando a todos y cada uno de nosotros. Jesús nos da a su Madre para que sea nuestra madre y la queramos mucho.
Juan soportó la cruz, vio a su Maestro y amigo sufriendo y muriendo, por eso Jesús lo recompensó tan pronto... le encomienda a María; pero, ¿qué significa esto? Jesús no quiere dentro de su familia, y María, es nuestra mamita también. Jesús es el "hermano de todos" nos quiere que nadie quede fuera del Reino, quiere que todos ganemos el Cielo. Hace más de 2000 años que Jesús nos entregó a su madre a todos, en la persona de Juan, ella sigue acompañándonos, con amor y cuida de nosotros con especial atención.
- Conducir y ayudar a los niños a hacer un examen de conciencia. - Acto penitencial intercalado con cantos. - Recordamos la Confesión frecuente. - Acto penitencial: Rezamos el Acto de contrición:
“Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy,
y me pesa de todo corazón, porque con ellos ofendí a un Dios tan bueno. Propongo firmemente con la ayuda de tu gracia no volver a pecar y confío que por tu infinita
misericordia me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. ”Amén.
- Oración final:
Oh, Señora mía!, Oh, Madre mía!, yo me ofrezco del todo a ti
y en prueba de mi filial afecto te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón, en una palabra, todo mi ser.
Ya que soy todo tuyo Oh, Madre de bondad! Guárdame, defiéndeme y utilízame como instrumento y posesión tuya. Amén
Sagrado Corazón de Jesús En Vos confío Ayúdame Diosito a rechazar el pecado y descubrir a qué me invitas hoy!
La cuarta Palabra de Jesús en la Cruz:
“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”
Oración inicial: Te Pedimos Madre Santísima, Virgen María que nos acompañes en estos ejercicios espirituales para que nuestra alma se fortalezca y amemos más a Jesús. Que nos preparemos bien para vivir la Semana Santa, acompañando a Jesús, en su entrega generosa en la Cruz. Amén.
- Meditación de la cuarta palabra de Jesús
Quién quisiera consolar a Jesús en su dolor.
Diga mi alma: Señor, me pesa: no quiero más pecar.
Dice el Evangelio, que a partir de la hora sexta, osea, desde las doce de mediodía cuando crucificaron a Jesús, una fuerte tiniebla envolvió la cumbre del Calvario. Jesús en su naturaleza humana, ya que es Dios y hombre a la vez, abandonado por la mayoría de sus amigos, ausentes aquellos quienes habían visto sus milagros, y los que le habían escuchado tantas veces, se sintió solo en esos momentos de dolor. Procuremos vivir cerca de Él para que no se vuelva a sentir solo y sepa que cuenta con nosotros.
Jesús clama al Padre pues confía en que él lo escucha. Cuántas veces en nuestras vidas
hemos sentido el abandono de Dios, o hemos escuchado a los adultos decir ¿Por qué a mi? ¿Por qué ahora? ¿Qué hice Señor?
Dios jamás nos abandona, quiere lo mejor para nosotros. Todo lo bueno sucede en el
tiempo de Dios, debemos esforzarnos y tener paciencia.
- Conducir y ayudar a los niños a hacer un examen de conciencia. - Acto penitencial intercalado con cantos - Recordamos la Confesión frecuente. - Acto penitencial: Rezamos el Acto de contrición.
“Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy,
y me pesa de todo corazón, porque con ellos ofendí a un Dios tan bueno. Propongo firmemente con la ayuda de tu gracia no volver a pecar y confío que por tu infinita
misericordia me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. ”Amén.
- Oración final de la cuarta Palabra de Jesús:
Hagamos con mucha calma y amor la oración que enseñó el Ángel a los pastorcitos de Fátima:
“Dios mío yo creo, adoro, espero y te amo; te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman.” 3 veces
Sagrado Corazón de Jesús En Vos confío
La quinta Palabra de Jesús en la Cruz:
“¡Tengo sed!” Oración: Madre Celestial, acompáñanos en nuestras necesidades físicas, materiales, pero sobre todo en las espirituales. Que tengamos siempre la alegría de ver en Jesús una fuente de Agua Viva.
- Meditación de la quinta palabra de Jesús
Jesús en lo alto de la cruz, iba perdiendo mucha sangre. Cuando se pierde sangre se experimenta un tormento de sed. Uno de los soldados, mojó una esponja en el jarro de agua mezclada con vinagre y la acercó con su lanza a la boca de Jesús, pero Él no quiso beberla. Esa mezcla servía como medicina para no sentir tanto el dolor y Jesús no quiso disminuir el suyo para mostrarnos cuánto nos ama.
Esta "quinta palabra" es lo más pequeño que Jesús gritó desde la cruz, pero una de las cosas
más humanas y más profundas. La sed es algo profundamente humano y natural, tan necesario para conservar la vida tanto casi como la misma existencia de Dios que nos conserva; pero la sed de Jesús es mucho más profunda no puede ser calmada solo con agua, es la sed de que todos sus hermanos puedan tener agua y comida suficiente... es la sed de los pobres de ayer, de hoy y de siempre. ¿Nos preocupamos de calmar la sed de nuestros conocidos? Las necesidades de los más pobres? ¿Qué podemos hacer como niños, para calmar la sed de Jesús?
- Conducir y ayudar a los niños a hacer un examen de conciencia. - Acto penitencial intercalado con cantos (PEDIMOS PERDÓN A DIOS POR DIFERENTES
FALTAS QUE HEMOS COMETIDO. - Recordamos la Confesión frecuente. - Acto penitencial: Rezamos el Acto de contrición.
“Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy,
y me pesa de todo corazón, porque con ellos ofendí a un Dios tan bueno. Propongo firmemente con la ayuda de tu gracia no volver a pecar y confío que por tu infinita misericordia
me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. ”Amén.
- Oración final:
Padre, me pongo en tus manos haz de mí lo que quieras, sea lo que sea, te doy gracias, estoy dispuesto a todo Lo acepto todo con tal que tu voluntad, se cumpla en mí y en todas tus criaturas.
no deseo más, Padre, Te confío mi alma te la doy con todo mi amor porque te amo y necesito darme a Ti Ponerme en tus manos, sin limitación, sin medida, con una confianza infinita,
porque Tú eres mi Padre. Padre, me pongo en tus manos haz de mí lo que quieras, sea lo que sea, te doy gracias.
Sagrado Corazón de Jesús En Vos confío ¡Ayúdame Diosito a rechazar el pecado y descubrir a qué me invitas hoy!
La sexta Palabra de Jesús en la Cruz:
“Todo está cumplido” Oración inicial: Te Pedimos Madre Santísima, Virgen María que nos acompañes en estos ejercicios espirituales para que nuestra alma se fortalezca y amemos más a Jesús. Que nos preparemos bien para vivir la Semana Santa, acompañando a Jesús, en su entrega generosa en la Cruz. Amén.
- Meditación de la sexta palabra de Jesús
Jesús recordando todo lo escrito sobre Él en el Antiguo Testamento vio que todo se había cumplido. Entonces lanzó su grito de triunfo: Todo está cumplido!”. ¿Podremos decir lo mismo al final de nuestra vida? Empecemos por hacer cada día nuestro deber, para poder decir como Jesús: Todo está cumplido.”
La última palabra del Dios desnudo: "todo está cumplido" y murió... si hubiéramos
seguido paso a paso, la vida de Jesús como una serie de televisión, en este momento deberíamos seguro lloraríamos, porque el autor y actor principal ha muerto, para una película este no sería un buen final, pues muere el protagonista. Pero como esto no es ni una serie, ni una película, tratándose de la vida real, o de "la más real de las vidas", sufrimos por la muerte de nuestro redentor, pero a la vez nos alegramos por la Resurrección y la vida definitiva junto al Padre.
- Conducir y ayudar a los niños a hacer un examen de conciencia. - Acto penitencial intercalado con cantos (PEDIMOS PERDÓN A DIOS POR DIFERENTES
FALTAS QUE HEMOS COMETIDO. - Recordamos la Confesión frecuente. - Acto penitencial: Rezamos el Acto de contrición.
“Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy,
y me pesa de todo corazón, porque con ellos ofendí a un Dios tan bueno. Propongo firmemente con la ayuda de tu gracia no volver a pecar y confío que por tu infinita
misericordia me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. ”Amén.
- Oración final:
Purifica mis sentimientos, santifica mis pensamientos y bendice mis esfuerzos,para que todo en mi vida sea de acuerdo a tu voluntad.
Me preocupo por cosas que ni importan ni son duraderas.
Pero sé que si te entrego mi corazón haga lo que haga seguiré a mi nuevo corazón.
Haz que ponga mi vida en tus manos. Señor, soy todo tuyo. Haz de mí lo que Tú quieras.
Sagrado Corazón de Jesús En Vos confío. Ayúdame Diosito a rechazar el pecado y descubrir a qué me invitas hoy!
La séptima Palabra de Jesús en la Cruz:
“Padre: en tus manos encomiendo mi espíritu”. Oración inicial: Te Pedimos Madre Santísima, Virgen María que nos acompañes en estos ejercicios espirituales para que nuestra alma se fortalezca y amemos más a Jesús. Que nos preparemos bien para vivir la Semana Santa, acompañando a Jesús, en su entrega generosa en la Cruz. Amén.
- Meditación de la séptima palabra de Jesús
Al eterno Padre, ya el espíritu encomienda; si mi vida no se enmienda, ¿en qué manos parará? En las tuyas desde ahora mi alma pongo, Jesús mío;
guárdala allí te confío para mi última hora.
Jesús puso voluntariamente su alma en manos de Dios. Pongamos como Jesús nuestra vida en las manos del Padre. Como hizo María en la Anunciación: "Hágase en mí según tu Palabra" (Cf. Lc. 1, 38) ¿Será porque en la Madre y en el Hijo hay un mismo sentimiento de entrega y confianza en Dios?
Nosotros debemos intentar que cada día de nuestras vidas esté en las manos del Padre. Lamentablemente en nuestro tiempo esto parece volverse imposible, no entendemos muchas veces que los tiempos de Dios no son los nuestros y en cada momento confiamos más en sus fuerzas que en las de Dios. Hoy parece que vivimos como si Dios no existiera, o por lo menos como si no tuviera influencia en nuestras vidas. ¿Cuántas veces he empezado algo sin rezar antes? ¡Y después me quejo de cómo me va! ¿Quién nos da la vida? ¿Cuánto agradecemos a Dios todo lo que nos brinda?
- Conducir y ayudar a los niños a hacer un examen de conciencia. - Acto penitencial intercalado con cantos. - Recordamos la Confesión frecuente. - Acto penitencial: Rezamos el Acto de contrición.
“Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy,
y me pesa de todo corazón, porque con ellos ofendí a un Dios tan bueno. Propongo firmemente con la ayuda de tu gracia no volver a pecar y confío que por tu infinita
misericordia me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. ”Amén
- Oración final:
Toma, Señor, y recibe toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad; todo mi haber y mi poseer.
Tú me lo diste, a Tí, Señor, lo torno. Todo es tuyo: dispón de ello según Tu Voluntad. Dame tu Amor y Gracia, que ésta me basta. Amén.
Sagrado Corazón de Jesús En Vos confío.
Ayúdame Diosito a rechazar el pecado y descubrir a qué me invitas hoy!
Finalizamos estos Ejercicios espirituales de La Granja de Jesús y María, entregando nuestra vida en las manos del Señor.