LA APERTURA DEL SIGNÍFICADO DEL ARMA
UNA ANTROPOLOGÍA DE LOS OBJETOS A PARTIR DE LAS HISTORIAS DE VIDA
DE LOS EXCOMBATIENTES DE LAS FARC-EP
Andrea Saavedra
Directora: Ana María Forero
Universidad de Los Andes
Facultad de Ciencias Sociales
Departamento de Antropología
Bogotá D.C
Julio 2020
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RESUMEN
Esta investigación se centra en la apertura de significado del arma por parte de los
combatientes de las Farc-ep. Buscando un sentido relacional, contingente y trascendental al
arma, nos encontramos con una variedad de significados asociados a la misma (capas de
significado) que representan realidades espacio-temporales concretas, cristalizaciones
afectivas de momentos específicos de la vida de un combatiente que dan significado al fusil.
Es así como a partir del análisis de relatos de los ex combatientes se distinguen tres aperturas
de significado: pasado, ideología/militancia y comunidad.
PALABRAS CLAVE
• Significado • Farc-ep • Dasein • Arma • Fusil • combatientes • Antropología material
……………………………………………………………………………………………..
ABSTRACT
This investigation focuses on the opening of the meaning of the weapon by the FARC-EP
fighters. Looking for a relational, contingent and transcendental meaning to the weapon, we
find a variety of meanings associated with it (layers of meaning) that represent concrete
space-time realities, affective crystallizations of specific moments in the life of a combatant
that give meaning to the rifle. Thus, from the analysis of the stories of the ex-combatants,
three openings of meaning are distinguished: past, ideology / militancy and community.
KEYWORDS
• Meaning • Farc-ep • Dasein • Weapon • Rifle • fighters • Material anthropology
……………………………………………………………………………………………..
RÉSUMÉ
Cette enquête porte sur l'ouverture de la signification de l'arme par les combattants des
FARC-EP. À la recherche d'un sens relationnel, contingent et transcendantal à l'arme, on
retrouve une variété de significations qui lui sont associées (couches de signification) qui
représentent des réalités spatio-temporelles concrètes, des cristallisations affectives de
moments précis de la vie d'un combattant qui donnent un sens à l'arme. Ainsi, à partir de
l'analyse des histoires des ex-combattants, trois ouvertures de sens sont distinguées: le passé,
l'idéologie/militantisme et la communauté.
MOTS-CLÉS
• Signification • Farc-ep • Dasein • Arme • Fusil • combattants • Anthropologie matérielle
3
Tabla de contenido
Agradecimientos ………………………………………………………………….. 4
Prefacio ....………………………………………………………………………… 5
Introducción ………………………………………………………………………. 6
Estrategia Metodológica ………………………………………………………….. 8
Entrevistados …………………………………………………………………….... 10
¿Por qué las armas? Una aproximación Heideggeriana ……………………….….. 11
Las capas de relacionamiento ……………………………………………………... 15
Superposición, significado y teorías de la materialidad ………………………....... 19
La primera capa de relacionamiento: El pasado ………………………...……….... 23
Fusil e identidad ………………………………………………………………….... 31
La segunda capa de relacionamiento: Ideología y Entrenamiento militar ……….… 35
La tercera capa de relacionamiento: Comunidad y Seguridad ……………….…..... 43
Pérdida ……………………………………………………………………………... 50
Últimas consideraciones ………………………………………………………….... 55
Conclusión: El arma como objeto simbólico …………………………………….… 56
Referencias ……………………………………………………………....….…….... 58
4
AGRADECIMIENTOS
Quiero agradecer a todos los excombatientes que quisieron hablar conmigo, no es fácil
abrirse a una desconocida, pero ustedes me permitieron entrar en sus vidas y en sus historias.
Agradezco a Camilo Rueda por haberme contactado con varios excombatientes durante la
cuarentena, a Beatriz Hernández, a Camila Cienfuegos, a Ricardo Hertz y a Ramiro, también
a todos los combatientes que accedieron a responder un cuestionario en línea para darme una
visión más clara de quienes son. Por otra parte, agradezco a mi familia, a los cuales les leía
y sin ningún problema escuchaban y me ayudaban en términos de cohesión y coherencia.
También a mi tía Gloria por permitirme estar en su casa y escribir en tranquilidad, pues en
mi casa los vecinos estaban en construcción durante la cuarentena. Agradezco a mi directora
Ana María Forero por tenerme paciencia mientras que escribía esta tesis, pues fueron seis
meses en los que el ritmo de escritura fue lento pero seguro.
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PREFACIO
¿Por qué las personas toman la vía de las armas?.
Una quasi-respuesta, yo diría más bien vicisitud de ella, se me presenta al leer “La Iliada o
el poema de la fuerza” (1941) uno de los textos de Simón Weil. Ella expone que los seres
humanos no somos entes inertes a lo que sucede a nuestro alrededor, sino que somos
potencialidad, somos fuerza, somos poder, pero al mismo tiempo somos transmisores de otras
fuerzas que nos atraviesan, fuerzas materiales, o inmateriales, las cuales no estamos
conscientes de que existen. ¿Es acaso esto lo que sucede con las armas y su portador?, ¿acaso
ellas son una fuerza en sí misma, algo que cambia o transforma nuestro constante movimiento
de Ser?
Para Weil, existen fuerzas que se proyectan hacia fuera y fuerzas que de forma contraria
actúan sobre nosotros:
“Los seres humanos tienen por su mera presencia un poder que les pertenece solo a
ellos, para detener, repetir, modificar cada uno de los movimientos que el cuerpo
dibuja”; así mismo este poder es también transformado, por fuerzas ciegas, es por ello
que “Las batallas no se deciden entre hombres que calculan, combinan, toman una
resolución y la ejecutan, sino entre hombres despojados de la materia inerte, que no
es más que pasividad, o fuerzas ciegas” (1941, 15).
Para ella el sujeto es modificado por su relación a las fuerzas, como cegado por el mismo
poder que imaginó que podría manejar, como deformado por el peso de la fuerza a la que se
somete. De este texto, viene la curiosidad de la que nacen las preguntas de esta investigación
¿Cuál es la relación entre el arma y su portador?, ¿Cuál es la fuerza o agencia del arma?,
¿Cómo se ve modificada la agencia del portador al portar otra fuerza y utilizar la misma para
unos medios específicos? ¿Cuál es la relación antropológica de un combatiente con su arma?.
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INTRODUCCIÓN
Cuando llegó el momento de escribir mi tesis ya llevaba tiempo pensando acerca de la misma,
siempre fue una preocupación mía tener un tema que no solo fuera agradable para el lector,
sino también un tema importante en términos antropológicos. El referendo por la paz fue la
primera luz sobre el tema, en el que pensaba no solo acerca del futuro del país sino del futuro
de las personas que se iban a desmovilizar. Aquellos guerrilleros que veía como “otros” me
causaban un interés malinowskiano, quería hablar con ellos, quería vivir con ellos, quería
sentir como ellos, quería experimentar ese ser otro. Sin embargo, muy rápidamente me di
cuenta de los problemas etnográficos que eso conllevaba tanto por la situación de
inseguridad1 como la idea de querer estar en los zapatos de los demás.
Dichos problemas me devolvieron a la tierra, jamás sentiría como otra persona lo
hace, inclusive al hablar con excombatientes para otras investigaciones se veía claramente
que mi forma de vestir y mi forma de hablar era distinta, la otredad se flexionó, ellos no eran
los otros sino que yo era la otra que intentaba entender su elección de vida. A pesar de los
obstáculos sabía que de eso se trataba, de preguntar e indagar para acercase lo más posible a
lo que el otro es.
Como no podía ir a un ETCR por la situación del país, decidí hacer entrevistas a los
excombatientes que se encontraban en la ciudad. Fui a la sede del partido FARC varias veces
en dónde me ayudaron y me dieron la posibilidad de poder hablar con los excombatientes de
una forma que no fuera invasiva. Es así que empiezo a tener contacto con ellos, algunos de
forma presencial y otros de forma virtual (a causa de la cuarentena por el covid-19).
El primer tema que pasó por mi mente y del que les pregunté fue la elección de la
guerra, no obstante las entrevistas me llevaron de la mano hacia el tema de las armas, no por
su función y su capacidad mortífera, sino por las ideas asociadas a ellas. Por un lado, en el
plano de la organización armada el arma era un elemento central ya que sin ella no era posible
la guerra de guerrillas; y por otro lado, en el plano personal existían ideas de cada individuo
asociadas al arma.
Profundizando mucho más en ese tema, era inevitable escuchar en sus historias que
el pasado, el presente y el futuro intervenían de forma importante en el “por qué las armas”.
1 Por la muerte sistemática de excombatientes en el país.
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Entendí entonces que el arma era múltiples ideas y sentimientos que se sujetaban a las
vivencias de la persona en un tiempo y un espacio. El arma no solo era disparar, había un
significado detrás de ella, un significado más profundo y existencial. En su totalidad el fusil
era un signo que se codificaba según la sociedad, la cultura y el individuo. En este caso
específico se codificaba dentro de la sociedad colombiana, dentro de unas lógicas de las Farc-
ep, y del individuo que se encuentra inmerso en estas dos.
Los múltiples significados que se derivan de estas categorías no suponían que el arma
fuese un elemento polisémico. La polisemia se evidencia, por ejemplo, cuando pensamos en
una tecla, puesto que podríamos imaginar dos cosas, tanto una tecla musical como una tecla
de un computador. Sin embargo, con el fusil no hay diferentes significados producidos por
un cambio histórico de la palabra, una especialización técnica o adiciones lingüísticas ya que
tiene un significado monosémico, al imaginarla podemos ver una sola cosa: una herramienta
para la caza, la autodefensa o la guerra. No obstante, esta es la capa de significado más
superficial pues detrás de su uso hay diversos significados que se adhieren al elemento en su
utilización y en el día a día.
Ahora bien, lo que se percibía en los relatos de los excombatientes era que el
significado del fusil según el yo del pasado era diferente al significado del fusil según el yo
en las Farc-ep. Estos significados no dejaban de existir con el paso del tiempo sino que se
ensamblaban todos en forma de capas, porque se construyeron a partir de una temporalidad
y espacialidad única. Según lo anterior el significado se estratifica y en su totalidad las
diversas capas se superponen unas encima de otras y no hay un solo significado del arma,
sino que este se compone de varios2.
2 Por último, esta investigación según lo expuesto se enmarcaría en una antropología ontológica,
según Abrisjeta & Carro esto corresponde a cuestiones de ontología que reflejan preocupaciones
sobre la naturaleza del ser y de la realidad, al tiempo que reconsideran críticamente las demarcaciones
y categorizaciones propias de la modernidad occidental. Haciendo una revisión de principios del
naturalismo occidental frente a la noción del objeto y del cuerpo. (González Abrisketa, O., & Carro
Ripalda, S, 2016).
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ESTRATEGIA METODOLÓGICA
Acercarme a lo que quería saber venía con varios obstáculos, no solo por la imposibilidad de
desplazarme a los ETCR sino también por la temática de la tesis: las armas. Los
excombatientes ya habían pasado a otra etapa de su vida y recordar la guerra no era de su
agrado, sobre todo cuando se les preguntaba acerca de sus fusiles, pues preferían evitar la
pregunta o decir muy poco. Por esta razón decidí hacer entrevistas semiestructuradas, en las
que se abrieran poco a poco frente a su vida, preguntando por aspectos personales, y, el antes,
durante y después de las armas.
Esta elección de preguntar por una triple temporalidad fue deliberada, pues me
permitía no solo acercarme a momentos importantes de su vida sino también ligarlos con las
armas, ya que ellas fueron parte de los momentos liminales que habían transitado: pasar de
ser un civil a ser un combatiente y viceversa. Según Van Gennep (2019) el momento liminal
es aquel en el que se está en un tiempo intermedio entre el antes y el después, una zona de
transición que separan espacios simbolizados de manera diferente.
La liminalidad como un momento ambiguo en el que no se es ni una cosa ni la otra
se termina con la tenencia o no de un fusil. La pertenencia de uno dentro de la organización
armada implicaba ser un guerrillero y la no tenencia de la misma implicaba ser un civil.
Identitariamente el fusil era aquel que definía el fin o el comienzo de un momento de
transición y por ello preguntar por un espacio tiempo tripartito frente a la tenencia de las
armas me permitía de una forma no explícita saber qué significaban.
En consecuencia, decidí que sus historias mismas contaran qué eran las armas, por
qué las habían escogido y esto qué implicaba. En este sentido, se pretendía hacer un análisis
de contenido lingüístico ya que como lo plantea Binswanger (1960), la única manera de
adentrarse en el ser-ahí-en el-mundo de una persona es a partir de sus manifestaciones
lingüísticas, que son expresiones y anuncios que hacen alusión a proyectos de mundo
singulares o plurales, es decir, a la forma o estructura del ser presente en el mundo. Más
específicamente, es darse cuenta en sus relato cuando se hace alusión al descubrimiento, a la
proyección y a la eclosión de mundo. Por ello, ahondar en la relación del excombatiente con
su arma involucra una triple acción: primero, entender su pasado (antes de tomar un arma);
9
segundo, el presente de su enunciación frente a las armas (es decir cuando la tenía en sus
manos); y tercero, el futuro de dicho posicionamiento.
El primer fusil Kaláshnikov fue producido en 1947. El AK-47 se convirtió en el fusil de asalto
estándar del Ejército de la Unión Soviética y luego del Ejército ruso desde 1949, por lo que su
creador fue galardonado con el Premio de Stalin y la Orden de la Estrella Roja. Este modelo
sigue produciéndose y era uno de los fusiles con mayor preferencia dentro de las FARC-EP
Saavedra, A. (2019). AK-47. Dibujo en lápiz.
10
ENTREVISTADOS
Todos los testimonios que se tienen en cuenta en esta investigación son de combatientes
(antes de la entrega de armas) y de excombatientes que han pasado por un proceso de
reincorporación y no de reinserción. Esto es importante tenerlo en cuenta porque en este caso
ellos se reincorporan a la sociedad como colectivo que encarna unos ideales sociales y
políticos.
Una de las características de los combatientes que pasan por un proceso de
reincorporación es la voluntariedad del ingreso. El errado concepto de voluntariedad según
la Corte Constitucional expresada en la Sentencia C-240 del 2009 explica que su vinculación
al grupo armado debe entenderse como una voluntad viciada por el contexto social,
económico y familiar. Un conjunto de factores externos que llevan a los niños, niñas y
adolescentes a tomar decisiones viciadas. (Cortés. V, 2019, p. 33).
Ahora bien, si lo que expresa la corte constitucional es voluntariedad pues todas las
decisiones de vida de todos los seres humanos son viciadas. Pero más allá de estar de acuerdo
o no, la intención detrás es aclarar que el 100% de los entrevistados tomaron las armas por
voluntad propia según su contexto y no le restamos autonomía a su decisión puesto que es la
apropiación de su existencia, una forma de escoger un Yo sobre las otras posibilidades.
Por último, metodológicamente el escoger combatientes y excombatientes nos ayuda
a delimitar un grupo de personas que comparten unas formas de ser en común y por la misma
razón unas ideas similares frente a la vida y como se pretende mostrar en esta investigación,
frente al fusil.
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¿POR QUÉ LAS ARMAS? Una aproximación
Heideggeriana
Para comprender el vínculo de un fariano con su arma es necesario adentrarse en el por qué,
a través de una herramienta ontológica que nos permita entender el Ser de una persona y sus
propiedades. Heidegger propone una fenomenología para explicar cómo el Ser Humano
entiende y se desarrolla en su entorno. Esta nos ayudará a entender qué significa tomar la
vida armada.
Heidegger explica que la filosofía se ha preocupado por hacer metafísica, mientras
que él se pregunta por el sentido del Ser. Propone, en consecuencia, invertir el orden habitual
de hacer filosofía, no preguntándose por: qué es el mundo, qué es la consciencia, sino, qué
es ser, es decir el significado de lo que cada uno de nosotros “es”, el significado del “ser ahí”,
el significado del Dasein. Pero ¿cómo hacerlo? (...) la respuesta reside en observar la vida
cotidiana e interrogar la existencia, que está todo el tiempo ligada a los estados de ánimo que
marcan o tintan de significado el mundo del Dasein.
Contrariamente Descartes, en su tratado de las pasiones, expone que la emoción es
una desviación de la objetividad, pues distorsiona la realidad. Teniendo en cuenta este
panorama, la validez de la propuesta Heideggeriana reside en que la emoción al contrario de
ser algo negativo, es algo básico y constituyente del Ser Humano, haciendo referencia a la
retórica aristotélica del sentido común según el sentir es una capacidad que tiene el Ser
Humano para procesar las precepciones y los recuerdos alcanzando un juicio básico.
Ahora bien, en su analítica existencial de la experiencia cotidiana del ser-ahí, se pone
en evidencia que una persona está enmarcada –siempre- en su mundo inmediato, por lo que
el Ser y el mundo son co-originarios, ya que no hay nada previo al ser-en-el-mundo. No es
como Descartes lo entendería con su cogito ergo sum traducción del planteamiento original
“je pense, donc je suis” (Discurso del método, 1637), a partir del cual propone que no se
puede pensar sin antes existir.
12
La filosofía está llena de estos apriorismos, por los cuales se defiende que se puede conocer
sin recurrir a la experiencia, en tanto el conocimiento se deriva de principios innatos.
Contrariamente el Dasein es estar-ahí-en-el-mundo, explicitando la relación co-existencial
del ser, es decir la simultaneidad o convivencia de la persona con su mundo.
Luego, la tarea de comprender un Dasein, es entender su pasado, su presente y su idea
de futuro, categorías que todo el tiempo están ligadas a la realidad material. Es así como es
imprescindible explorar el mundo que desarrolla una persona en su constante movimiento de
ser, lo cual implica entender su pensar y actuar mientras que se está vinculado a una
materialidad existencial/mundo.
La materialidad existencial es determinante para desarrollarse como persona, pues a
ella se vincula el pensamiento y de ella dependen nuestras tomas de decisión. Es decir que el
entorno en el que crecimos y en el que vivimos es determinante para ser las personas que
somos; la diferencia recae en las cosas y personas que existen en ese entorno y cómo el sujeto
se relaciona con los mismos. De ahí parte la diferencia entre las personas que han vivido en
el campo, cercanas al conflicto armado, y las personas que viven en las ciudades con unas
particularidades existenciales distintas.
Ahora bien, el punto de partida adecuado para la analítica del Dasein consiste en la
interpretación de su estructura. Es decir comprender la expresión compuesta “estar‐en‐el‐
mundo”. (p.62)
Se distinguen en esta expresión tres momentos:
1. El “en‐el‐mundo”: a partir del cual se quiere indagar la estructura ontológica
del “mundo”. Es decir determinar la idea de la mundaneidad como “aquello
en lo que vive un Dasein fáctico” en cuanto tal.
2. El ente: Se busca aquí lo que preguntamos con el “quien”, que está siempre
en la forma del estar‐en‐el‐mundo. Debemos determinar, en un mostrar
fenomenológico, quién es el Dasein en el modo de su cotidianidad.
3. El estar‐en: Hay que sacar a la luz la constitución ontológica de la “inidad”
misma. Por ello, es necesario preguntarse ¿Qué significa estar‐en?. Ese estar
es como un “estar dentro de...”. Con este término se nombra el modo de ser
de un ente que está “en” otro. El ejemplo que pone el autor es la manera como
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el agua está “en” el vaso y el traje está “en” el armario. Estos entes cuyo estar
los unos “en” los otros, tienen el mismo modo de ser, como cosas que se
encuentran “dentro” del mundo y como cosas que co-existen.
Adicionalmente, propone que el Dasein es su facticidad, que se refiere a que es como y lo
que ya ha sido, es decir, expresa que él es su pasado. Generalmente se pensaría que el pasado
se ubica detrás del presente, pero en la filosofía Heideggeriana es todo lo contrario, el pasado
se posee todavía ahí. Por tal motivo, el Dasein “es” su pasado en la forma propia de su ser.
Cada una de sus formas de ser en el pasado, le es propia, desde ahí se comprende y abre sus
posibilidades de ser. Comprender implica siempre una proyección hacia el futuro, por tal
motivo su propio pasado no va detrás, sino que cada vez se le anticipa.
La temporalidad en Heidegger toma un sentido distinto, no es el tiempo natural que
relacionamos con lo “que ya sucedió”, el instante, y “lo que vendrá”, sino que es “el tiempo
original” en el que el “sido” y el “advenir” configuran juntos y en igual medida el presente
(Juan Manuel I, 2002). Para él “el presente brota o salta del futuro y del haber sido” y así
logra temporizar su ser.
Por ejemplo, el individuo que escoge a las Farc-ep, debe hacer en su presente una
revisión de su pasado, lo que significa retomarse, en ese momento el futuro también
interviene o la idea de él, y es en ese presente que se abre el mundo y al mismo tiempo lo
crea, ya que crea el camino por el que va a transitar (esto será explicado con mayor precisión
en el capítulo 1). Sin embargo, existen delimitaciones a esa apertura, ya que el abrir sus
posibilidades, en el caso de tomar las armas, depende de la libertad del Dasein dentro de los
límites de su condición. Es decir que es decisión del Dasein la dirección y amplitud y modo
de ese descubrimiento.
Lo que se propone en esta investigación, es explicar de acuerdo a estas categorías la
relación que el fariano desarrolla con su arma. Lo que quiero evidenciar es que tomar las
armas es una acción o potencialidad -como lo diría Heidegger- que involucra constantemente
los tres momentos: el en-el-mundo, el ente, y el estar en. Según esto, lo que está contenido
en la expresión “tomar las armas” implica: 1. un entorno que le posibilite esta acción; 2. Un
Dasein fáctico, es decir una persona que estando en un contexto actúa de acuerdo a su pasado;
y por último, 3. la “inidad” que se refiere a que la persona está “en” el entorno que le posibilita
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tomar las armas, de la misma forma, que las armas “están” en el entorno en el que está esa
persona.
En sumatoria, el fundamento del uso de las armas es un estar-ahí-en-el-mundo (estar
en el entorno) y la intención que hay detrás de su uso depende del ser Fáctico del Dasein. En
virtud de ello, debemos entender en los relatos de las entrevistas realizadas el dónde; el ente
(quién) y su situacionalidad3, que se relaciona en todo momento a su ser fáctico. Para lograrlo
se hará referencia a cuatro entrevistas con excombatientes, ellos son: Beatriz Hurtado,
Ricardo Henao, Raúl Calderón y Carolina4, adicionalmente se presentarán los relatos de las
combatientes del documental “Las mujeres de las Farc” y se hará uso de unos cuestionarios
enviados en línea a excombatientes. A partir de ahí, se profundizará en la relación con sus
armas. Por lo tanto es necesario examinar su pasado, su presente y su futuro de enunciación
para entender su vínculo. Un vínculo que es diferente para cada persona, dependiendo de las
circunstancias por las que decidió ingresar a la guerrilla, y por cómo se desarrollaba la
cotidianidad en la lucha armada.
3 su mundanidad 4 Los nombres en esta investigación se han cambiado por seguridad de las personas que se mencionan en
la misma.
15
LAS CAPAS DE RELACIONAMIENTO
Cuando nos referimos a un sujeto que ha escogido las FARC-EP para luchar por unos
propósitos5, lo que es primordial entender es que esa elección está ligada a su entorno, a su
forma de vivir en él y las circunstancias de su presente. Así mismo, no es posible dejar de
lado su pasado, pues este siempre está involucrado a la hora de tomar una decisión que se
hace a partir de su propia comprensión6. Las razones por las cuales ingresan a la guerrilla,
como las ideas y sentimientos del pasado-presente se asocian a la guerra y todos ellos se
conglomeran en el fusil. El arma, se convierte en un imán de ideas y de sentimientos en tanto
a ella se le adjudica la posibilidad de lucha, la posibilidad de cambio, de transformación del
entorno y de la misma persona.
Para ejemplificar lo anterior se hará uso de tres ejemplos de cómo se otorga
significado al arma a partir de los relatos de los combatientes. Frente a ellos es necesario
analizar y definir el fenómeno unitario que nos propone Heidegger: 1. El entorno, 2. El ente,
y, 3. El estar-en. La anterior información es necesaria tenerla en cuenta pues nos está
hablando de unos significados del arma particulares que se asocian a distintas
temporalidades.
El primer ejemplo de significado se liga al cambio existencial que sufre la persona al
tomar el camino de las armas. Al decidir entrar a la guerrilla lo que sucede es una
transformación de significado, tanto de los elementos de su entorno (entre ellos el arma)
como de sí mismo. Por esta razón, luchar a partir de las armas implica una transformación
existencial, porque cambia el individuo como un ser-ahí-en-el-mundo. Según Ricardo:
Es un cambio brusco salir de la vida del campesino (…) por la disciplina, las costumbres de
levantarse, hasta las horas de las comidas, uno va notando el cambio tan drástico, así como
las relaciones que se van afianzando (R, Henao, comunicación personal, 17 de Abril de 2020)
5 La lucha de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - Ejército del Pueblo (FARC-EP) es la del
pueblo colombiano y latinoamericano: una respuesta desde abajo frente a la violencia sistemática e
institucionalizada ejercida desde arriba. Las FARC buscan la convivencia democrática con justicia social y el
ejercicio pleno de la soberanía nacional, como resultado de un proceso de participación ciudadana masivo que
encauce a Colombia hacia el socialismo (Marulanda y las Farc, 2007).
6 Verstehen, en términos heideggerianos, es el mismo ser del Dasein, es decir que en todo momento el Dasein
se comprende dentro de una estructura material de ser y de haber sido. Al existir, el individuo ya está
comprendiendo y al momento de escoger las armas abre sus posibilidades de ser en su futuro.
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Ahora bien, es necesario descomponer el relato según el entorno, el ente, y el estar-en.
Primero el entorno es uno nuevo, existe un distanciamiento del hogar y un distanciamiento
de la casa para llegar a un campamento. Segundo el ente ya no es un civil pero tampoco un
guerrillero, es una persona en proceso de devenir combatiente en aspectos militares e
ideológicos. Tercero el estar-en cambia porque está bajo las directrices de sus mandos y en
consecuencia en una cotidianidad distinta.
En su testimonio, se evidencia que hay un cambio existencial en su relación con el
entorno y con las personas que están en el mismo. En ese sentido, el significado del Yo
cambia, pues transita a ser un guerrillero y así mismo el significado del “estar” es distinto,
pues se tiene que adaptar a la vida del campamento y de la milicia. La materialidad que
permite todo esto es el arma y el significado de ella se apega a las diferentes transformaciones
bajo las que está el individuo. Entonces, el arma, en ese espacio y en ese tiempo, significa
cambio existencial, nuevas relaciones interpersonales, disciplina y vida en comunidad.
Haciendo un paréntesis, el significado descrito hasta ahora puede causar un poco de
confusión, puesto que como se ve en el ejemplo anterior, no se está tratando lo que los
lingüistas llamarían un significado objetivo que corresponde a un significado universal del
arma, sino que se quiere develar el significado denotativo, aquel que posee aspectos
subjetivos frente a lo que es el arma dentro de las FARC-EP y para los excombatientes que
la utilizaban a diario. Ese componente subjetivo o connotación nos está hablando de valores,
sentimientos e ideas que se asignan al arma. Es importante resaltar en este punto que he
tomado al arma como una categoría moldeable que depende del Dasein. Sin embargo, en
ningún momento se pretende que aquel que otorga significado es únicamente el individuo
porque excluiríamos un elemento constitutivo del ser que es el mundo. Así pues, tanto mundo
como Ser intervienen en el proceso de otorgar significado conjuntamente.
Ahora veamos el segundo ejemplo de asociación de significado al arma, en el cual el
Dasein (ser-ahí-en-el-mundo) confiere el significado del pasado y de la lucha. Para ello haré
uso de un recurso exterior: el documental “Las mujeres de las Farc” para explicar a partir del
caso de Nubia cómo el pasado fue trascendental para ingresar en la vida armada. Ella dice
“cuando yo ingresé a la guerrilla estaba muy joven, yo ingresé porque había muchas
necesidades de educación, de vivienda, nos faltaban muchas cosas, entonces ingresé porque
uno venía a portar el arma para luchar por el pueblo” (Acosta, M. 2017).
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Si hacemos un análisis del anterior relato, vemos que dos significados se conglomeran
en por qué las armas. Primero su pasado con muchas necesidades y segundo la lucha por el
pueblo. Al ver cómo se concatenan las ideas en una sola frase entendemos en su discurso que
para ella la lucha es por unas razones personales que se asocian así mismo con razones
colectivas. Al sumar estos dos, entendemos que escoger el arma es por su pasado pero
también por los muchos otros que como ella han vivido situaciones similares.
El arma en este punto es lucha por el pasado y por el pueblo. Sin embargo, debemos
analizar en qué temporalidades nacieron estos significados. Ella menciona situaciones del
pasado que la incitaron a tomar el arma, pero así mismo, habla desde otra temporalidad en la
que ya está dentro de una estructura política y militar dónde el significado del arma es lucha.
Es evidente que el para qué que otorga Nubia al arma depende de tiempos y espacialidades
distintas, en las que el entorno, el ente y el estar-en son diversos. Por consiguiente se analiza
en su relato la existencia de dos significados en el arma.
Para el tercer ejemplo, tomaré del mismo documental, una conversación entre dos
guerrilleras Lizeth y Jessica, quienes hablan del fusil en el campo de la transformación
existencial y la seguridad que les proporciona. El arma las ha llevado a ser lo que ellas son
¡y no solo eso! Las armas para ellas son un apoyo siendo más que un familiar o una persona
cercana. Lizeth dice: “Es un arma que pa todo lados lo lleva a uno, es como quien dice más
que una amiga o más que un hermano”. Y Jessica agrega “cierto es más que una amiga
porque es la que siempre en todo sentido nos protege, por eso para nosotros es algo muy
preciado, muy fundamental. Por eso debemos cuidarla, mantenerle el aseo constante porque
en caso de un enfrentamiento ellas son las que nos van a defender” (Acosta, M. 2017).
Tomando en consideración lo anterior, el arma como aquella que es más que una
hermana o más que un amiga nos está queriendo decir algo frente a la temporalidad en la que
el Dasein se encuentra y lo que el arma materializa en ese contexto. Específicamente, el arma
en las cotidianidades de la guerra es seguridad, es vida, es compañera, mantiene el cuerpo a
flote dentro de un contexto de guerra que le exige disparar o ser disparado. En específico esta
idea del fusil viene del entorno, del ente y del estar-en, puesto que Lizeth y Jessica se
encuentran en la selva del Cauca, son guerrilleras activas de las Farc-ep y están dentro de un
contexto en el que todavía se encuentran en combate.
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Considerando los ejemplos anteriores, vemos que los significados se ligan según el
tiempo y el espacio de enunciación. Por ende en un plano, según Ricardo el arma es
transformación del uno mismo (posicionando en el discurso a su Yo del pasado al momento
de entrar a la guerrilla); en otro plano, según Nubia el arma representa la lucha por el pueblo
(ella está hablando desde el Yo que está dentro de una estructura militar y política); y en otro
plano, para Lizeth y Jessica es seguridad y vida pues están todavía en combate. Esas
asociaciones de ideas o de sentimientos tiene –por así decirlo- la forma de la estratificación
geológica, en tanto existe una superposición de capas de ideas y de sentimientos que
dependen de ciertas temporalidades, que se acumulan y se sedimentan con cada
revestimiento.
19
SUPERPOSICIÓN, SIGNÍFICADO Y TEORÍAS DE LA
MATERIALIDAD
En la semiótica visual Barthiana la idea clave es la superposición de significado. Barthes en
su texto “discursive Reading object-signs” (1977) explica que al analizar una imagen se
pueden distinguir varios significados que están inscritos de forma profunda en la misma. Él
propone que la primera capa es la denotación, de qué o quién se está representando, la
segunda capa es la de la connotación, de qué ideas y valores se expresan a través de lo que
se representa y por la forma en la que se representa. En consecuencia, una imagen o un objeto
puede tener una variedad inmensa de connotaciones que dependen de la sociedad, la cultura
y el individuo que le otorga contenido7.
Es importante explicar que las connotaciones, que en esta investigación se llamaran
capas de significado, no tienen límites, al tener en cuenta que el Dasein otorga significado y
ese significado viene del movimiento de existencia que es constante y variable. Es posible
pensar por ello que la relación fusil-combatiente muta o se transforma dependiendo de los
significados que se otorgan según el contenido de existencia. El cambio de connotación esta
co-relacionado a la espacialidad, cuando cambia en lo más mínimo la mundaneidad, es que
se da una apertura de significado del elemento en cuestión, ensamblándose varias capas de
significado. Estas capas, se van amontando al igual que lo hace la tierra con el tiempo, existen
capas de relacionamiento que se asocian a los sentimientos del pasado, luego capas de la
formación política-militar, y así sucesivamente dependiendo del recorrido y vivencias de
cada combatiente.
Por otro lado, Tim Ingold tiene una propuesta distinta frente a la antropología de los
objetos o materiales. Para él los materiales de los objetos acontecen, se muestran, aparecen,
según el relacionamiento con el entorno “no son ni objetivamente determinados ni
subjetivamente imaginados, sino experimentados en la práctica” (2007). A pesar de las
diferencias de su postulado, encuentro una gran similitud entre lo que se propone en esta
7 Un ejemplo de ello puede ser el círculo, en primer lugar podríamos decir que es una figura geométrica
(denotación), a la que está asociada el infinito (connotación matemática), el matrimonio (connotación
católica) etc. Adicionalmente, el individuo puede connotar en un segundo plano la cosa con ideas y
sentimientos propios, a partir de sus experiencias de vida, es entonces cuando una circunferencia puede
ser mucho más que esta, por ejemplo, al regalar una como sinónimo de pérdida, amistad, amor, fuerza,
etc.
20
investigación y lo que él propone, puesto que lo que sucede con los combatientes y con las
armas es relacionamiento y acontecer.
No hay que olvidar que el Dasein es ser-ahí-con-el-mundo, paralelamente,
continuamente, co-existencialmente. No se puede separar al ser de su entorno, no se puede
hacer una división ser y mundo porque somos seres relacionales. La relacionalidad que
propone Ingold no es distinta a la relacionalidad que propone Heidegger ya que ninguno está
dejando de lado el acontecer, pues para ambos esto implica la articulación de los elementos
dentro del flujo de la vida.
Lo que es un poco contradictorio del postulado de Ingold del acontecer es que su idea
explícitamente se centra en la materialidad, en lo que los objetos mismos nos pueden decir,
la agencia que tienen los elementos al “ser” dentro de una estructura que le da vida, dejando
de lado que lo anterior depende así mismo de otros actores, como las personas que están
dentro del ecosistema o “flujo de la vida”. Existe toda una rama teórica que se opone a la
teoría ecológica de Ingold8 y es la de la intencionalidad, sin embargo a pesar de que esta
teoría es uno de los pilares de esta investigación, no hay que olvidar las problemáticas que
esta trae consigo9.
Heidegger nos da un punto medio entre la teoría ecológica y la intencionalidad. Él no
quiere una centralidad del ser ni una centralidad del entorno. Entiende que existe una relación
dialéctica entre los seres a la mano, los seres a la vista y los Dasein. Heidegger en general
no postula una teoría de la materialidad, sino una teoría del ser con la materialidad, que se
co-constituye activamente en el movimiento de existencia.
8 La intencionalidad es una de las teórias que se opone parcialmente a Ingold. Ella argumenta, que las
funciones de los artefactos se mantienen a través de prácticas y patrones de uso. Ella presenta dos
objeciones a la teoría de la acción de Ingold que “tiene la intención explícita de desviar la atención teórica
lejos del producto y hacia el proceso” y que pasa por alto “el papel de las representaciones mentales en la
actividad de producción” (197-8). En general Ingold al enfocarse en la agencia material ocluye el para-
qué de los artefactos y la manera en que determina la estructura (Vaccari, A. P., & Parente, D, 2017).
9 La intencionalidad como teoría deja de lado la relacionalidad dentro de una red de signíficados. Para
ellos, la agencia de un objeto depende de una teleología de los artefactos por medio de la cual se transmite
información acerca de los mismos. Ellos se refieren a “linajes artefactuales a través del tiempo y el espacio
(…) Los intencionalistas explican este hecho sobre la base de una función proyectada; mientras que los
enfoques ecológicos y de agencia material, por el contrario, tienden a dejar de lado estos aspectos de la
tecnología y no hacen referencia a los aspectos intencionales- funcionales que usualmente explican esta
persistencia en el tiempo a través de condiciones cambiantes. (Vaccari, A. P., & Parente, D, 2017, P.155).
21
Para hacer referencia a otras antropologías de la materialidad y lo que ellas nos
pueden aportar a la comprensión de las armas en el contexto fariano es necesario recurrir a
Pye (1968) quien propone que un artista expresa ideas subjetivas en un objeto del arte
(cualidades), mas no expresa las propiedades de la materialidad, ya que estas propiedades
siempre están ahí afuera. En esta medida, Pye se aleja de Ingold al querer desarrollar una idea
contraria acerca de los objetos, puesto que lo que le da sentido a la cosa es el mismo artista,
siendo cada artista un mundo en sí mismo.
El aporte de Pye es importante puesto que la materialidad del arma siempre va a ser
la misma -a no ser que le caiga una bomba encima- pero esa no es la idea de las armas, la
idea de ellas no viene de sus propiedades. El arma en términos antropológicos no es la unión
de materialidades que le permiten propulsar un proyectil a alta velocidad a través de un tubo
como resultado de la expansión de gases, NO. Eso le pertenece a otras disciplinas. Tampoco
es ver de dónde vienen los materiales, no queremos un énfasis Appaduriano (1988) de un
olvido o un fetichismo de los procesos de producción, ya nos estaríamos yendo muy lejos.
La realidad etnográfica nos está hablando de los fusiles de otra manera. Nos está hablando
de cómo hay una construcción de significado desde el entorno, la persona y el objeto siendo
la temporalidad el punto de partida de las aperturas de significado de los elementos.
Ya con este recuento, es necesario preguntarse, ¿cuál es la antropología de la
materialidad que se está desarrollando en esta investigación? La respuesta es que no existe
ninguna propuesta teórica totalmente legítima y aceptada, el verdadero reto del análisis del
arma según las entrevistas, es cómo cada una de esas teorías nos puede dar elementos válidos
para su análisis, conteniéndonos de tomar unidades teóricas completas. La propuesta de la
superposición de significado es consecuentemente una conjunción de muchas teorías que se
adaptan parcialmente a lo que es un arma en el contexto fariano. Adoptar tanto la teoría de
Barthes, de la superposición de significado; como la de Heidegger, de una fenomenología
existencial; como la de Ingold, de una ecología material; como la de Pye, de la determinación,
demuestra que la superposición de capas es constante y continua, y que depende de las formas
de ser en el mundo.
Entonces, el propósito de esta investigación es entender la apertura de significado del
arma, y a partir de ella las capas de relacionamiento (que así mismo son capas de significado)
que existen entre un individuo y la misma. Para lograrlo, tendremos en cuenta que del
22
relacionamiento con el entorno se deriva la apertura de significado, ya que mientras exista
un cambio de materialidad existencial, se desarrolla una nueva comprensión. Por esto, el
relacionamiento es la categoría clave para entender por qué el arma y en consecuencia por
qué la guerra.
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LA PRIMERA CAPA DE RELACIONAMIENTO: EL
PASADO
Un arma es un ser útil que no se limita a estar en frente de nuestros ojos sino que es
disponible y manejable. Cualquier objeto sea una herramienta o un elemento de la naturaleza
está dispuesto a la apertura. ¿Pero la apertura a qué se refiere?, según Heidegger, a todo tipo
de remisiones, porque todo aquello a lo cual le podemos remitir un significado se convierte
o en un para algo, o en un por algo, o inclusive en ambas cosas. Por ende el objeto puede ser
signo que remite un significado, y por su calidad de remitir puede relacionar.
La primer capa de relacionamiento, es la primer remisión de significado que se hace
al arma. Esta se compone de sentimientos e ideas del pasado para la transformación del uno
mismo. Ese “por algo” del arma logra relacionar al individuo con el fusil. En este capítulo se
hará referencia a 3 historias de vida, la de Carol, la de Beatriz y la de Ricardo, quienes
exponen que su pasado es en dónde comienza todo, dónde se desarrolla el primer significado
del fusil en su infancia o en su adolescencia.
Esta primer capa puede ser más densa si se habla de un ser a la mano en tanto su
significado se diversifica y se fracciona de acuerdo al ser fáctico que le da apertura10. Varios
autores se han referido a esta diversificación de sentidos, entre ellos, Marcel Mauss, quien en
su ensayo “Les origines de la notion de la monnaie” (1974), hace un análisis acerca de la
moneda, no como ente material, sino como idea. Según él, el valor de la moneda se divide en
dos: primero, su capacidad de cuantificación, pero en un segundo plano mucho más
epistémico, está su capacidad de conducir expectativas, es decir su capacidad para el
cumplimiento de posibilidades y deseos11. En sumatoria, la moneda es la cuantificación de
10 Para ejemplificar veamos el caso del taladro, su primer significado es ser una herramienta para hacer
huecos y ayudar en la construcción, sin embargo la medicina abre la función del taladro para utilizarlo en
cirugías para huesos rotos, o hasta para sangrados en el momento de liberar presión en la cabeza, el para
qué cambia.
11 Marshall Sahlins en Culture and Practical Reason (1976) sugiere que también se podría entender el valor
económico como el producto de distinciones significativas. Él dice que es necesario entender el lugar que
tiene esa cosa en un código de significado más amplio, teniendo en cuenta que las cosas son significativas
porque son importantes y viceversa (Graeber, p.14)
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pretensiones, ideales, esperanzas, vicios, anhelos; es la cuantificación de la cualificación de
la sociedad humana.
Encuentro una gran semejanza entre la capacidad que tiene la moneda para Mauss y
la capacidad o potencialidad que tiene el arma, ya que la apertura de significado del fusil está
directamente relacionada con el carácter cualitativo de la persona que está dándole un nuevo
significado, que, depende de una infinidad de factores como los ideales, los vicios, los
anhelos, etc.
El caso de Carolina explica esa variabilidad de factores. En la entrevista se logra
fraccionar la configuración del arma en un pasado que se compone de varios momentos
determinantes. En primer lugar, ella nació en el campo, sin embargo como sus padres querían
una buena educación para ella, la enviaron con sus padrinos para que estudiara en la ciudad
de Cali, allí se dio cuenta de la desigualdad que existía entre el campo y la ciudad y se
preguntaba continuamente cómo hacer del mundo uno más igualitario. Según ella
“Mientras estaba ahí en la ciudad todo era tan bonito, tan calmado, era un mundo como una
burbuja, pero ¿qué pasaba cuando iba a la finca de mis padres? mis padres no era que vivieran
mal, ellos vivían bien, pero la gente que nos rodeaba, compañeros, vecinos, algunos primos
míos tenían otra forma de vivir diferente a la nuestra, entonces esas cosas empiezan como a
dolerle a uno, como a molestarle, a no sentirse conforme con esa situación” (Suárez. M,
2014)
Ella iba y venía del campo a la ciudad para visitar a sus padres. Estudiaba en un colegio de
monjas dónde tampoco se sentía conforme por el rol que se le daba a la mujer (de la esposa
y la madre) así mismo, según ella, la sociedad te encasillaba y no te dejaba ser quien querías:
Las chicas a los trece, catorce años ya estaban empezando a ser las novias de un mafioso y
entonces la sociedad te va marcando y te va marginando y también te va poniendo un estatus
que ni siquiera usted escoge, la misma sociedad escoge qué vas a hacer tu, y si una es mujer
y es alta y es delgada tienes futuro, pero un futuro como si fueras un objeto, y yo no quería
eso para mí, yo quería educarme, yo quería estudiar, yo quería tener sueños y tener
realizaciones en mi vida personal, no solo profesional sino también como mujer pero esos
sueños se van troncando cuando tú te chocas con la realidad.
Esa realidad era una que le causaba conflicto, la desigualdad estaba en todas partes no solo
en términos de género sino también de estrato. Por ejemplo, en sus tiempos libres le ayudaba
a su padrino quien era médico de profesión, ella hacía el rol de la secretaria para recoger la
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plata de la consulta y se adjudicó la labor de cobrarle más a quienes aparentaban un mayor
estrato y a cobrarle menos a quienes no tenían la plata para pagar la consulta:
Mi padrino me dijo: usted se me va al consultorio y va a ser secretaria, hay gente que no tiene
con qué pagar la consulta, usted mire a ver como media con ellos pero los niños tienen que
pasar la consulta. Entonces la consulta para los niños es una carga, yo miraba las caras, y era
chistoso, veía que si estaba bien vestida ¡esa tiene plata!, yo le voy a cobrar dos mil de más,
yo sabía que ese excedente se lo podía dar a alguien que realmente no traía, porque a veces
la apariencia, la sociedad, nos ha enseñado que como te vistas así eres y si vas bien vestido
tienes plata así no tengas un peso en el bolsillo. (Comunicación personal, 16 de Octubre de
2018)
En ese momento ella era una niña que en lo más mínimo quería generar un cambio, una
mayor igualdad en la sociedad. Un día cualquiera, conoce a unos muchachos de la Juventud
Comunista en unos inter-colegiados:
Con ellos ya empezamos a intercambiar ideas, empezamos las charlas, otro ámbito que a mí
me interesaba, que la lucha de clases, y para esa época tenía unos trece años y empecé a
preguntar y a profundizar más de qué se trataba, entonces me metí a la JUCO y empecé de la
mano con ellos a ir a las marchas, pero ya con muchas dudas, ¿qué hacer para que esto
funcione mejor y no exista desigualdad? (Comunicación personal, 16 de Octubre de 2018)
A partir de ese momento Carolina empieza a ser activismo yendo a las marchas para luchar
por los derechos de los niños y jóvenes, ella expresa:
Vas a la marcha pitando queremos educación, queremos libertad, queremos razones más
justas para seguir viviendo, queremos que se nos respete la vida, los derechos de los niños,
pero ¿qué pasa? llega la policía con sus grandes tanques de agua, te tiran gases, te tiran piedras
y tú vas sintiendo la agresión de los demás siendo muy niño, y en vez de ayudarte, te van
volviendo en contra de ellos
Esa situación no le gustaba, ella decía que no quería ser violenta pero pensaba:
¿qué pasa si estoy tranquila y camino por la calle y alguien me agrede? pues la idea es no
hacer nada, pero en mi caso la primera vez que a mí me lava la policía y nos arremete con
mis compañeros y nos sacan a muchos desmayados, a mí se me quitaron las ganas de
quedarme en una sociedad que no respetara los derechos de unos estudiantes, y empecé a
buscar vínculos más profundos y yo sabía que esos estaban en la guerrilla
Esta historia de vida es una que nos deja con muchos indicios frente al por qué de las armas.
Ella en ese momento es una niña defraudada, una niña que no le ve otra salida más que luchar
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con las armas en contra de las desigualdades que veía en el campo cuando visitaba a sus
padres, en el colegio, cuando le imponían una idea de lo que debería ser, y en las marchas,
cuando la policía que se suponía los cuidaba, les pasa por encima y no tomaba en cuenta el
mensaje que estaban dejando.
Este relato da cuenta que las huellas del pasado manchan, un pasado que se posee
todavía en el presente hace que ella vaya al campo y busque por sí sola el campamento de la
guerrilla. Carolina tiene en ese momento tan solo catorce años y hay una molestia que le
carcome las metas que ella alguna vez tuvo para su vida, chocó con la realidad. Todos los
factores que acontecen la llevan por otro camino, un camino que no solo interrumpe su
cotidianidad, sino que ella decide tomar.
En ese estar-en la elección de las armas es una apertura y creación de mundo pues
cada vez que se escoge se abren nuevas posibilidades, el dilema es si transitar o no las puertas
que se están abriendo. Irse a la guerrilla para la Carolina de catorce años implicaba la apertura
de un pasado-presente y la obtención de un futuro más justo. En ese espacio y en ese tiempo
el arma no es una herramienta al servicio de disparar sino una herramienta con propósito. El
pasado es la primera intención que ella le da al arma. Por lo tanto el pasado es la primer capa
de relacionamiento, pues en el momento en el que se inscribe en el fusil unas vivencias del
pasado, se crea el primer estrato de significado.
Muy de la mano de la experiencia de carolina frente a las armas como aquellas
necesarias para el cumplimiento de posibilidades y anhelos, está la propuesta de Sánchez
Ferlosio. Él propone que las armas son intenciones humanas objetivadas (2008, p. 107) en
tanto ellas encarnan o materializan sentimientos y/o deseos. El arma a pesar de mediar la
acción, no es simplemente un medio pues se le atribuyen sentimientos y espacios a partir de
la apertura de su significado más superficial y universal: el de disparar.
Encabo (2009) nos expone que Ferlosio con su propuesta resuelve un enigma
importante frente a las armas, en tanto el valor de la agencia no se le da absolutamente al
sujeto que dispara ni al arma, sino que la agencia es conjunta en el sentido en el que el arma
es también hombre, que la idea es materia, que los sentimientos se encarnan en el medio que
le posibilita un fin. Latour (1999) expone un razonamiento similar, demostrando que no solo
es engañoso, sino también erróneo decir que la tecnología domina a los humanos o que los
humanos dominan la tecnología.
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Esto lo hace reexaminando el eslogan de la Asociación Nacional del Rifle de EE. UU,
el cual dice: Las armas no matan a las personas, la gente sí. Frente a lo anterior el autor
piensa que no es el arma quien mata, ni es el hombre quien lo hace, sino el hombre-arma
(Latour, 1999, p.176). De esta manera describe el significado de la mediación técnica y la
acción conjunta que ya había desarrollado en su texto “On technical mediation” (1994) en el
que dice: “empecemos a hablar de actantes que caben simétricamente dentro de la acción de
disparar, hay que darle un estatuto ontológico como “moral” a los objetos, sin adjetivar, sin
caer bajo nuevas falsas dicotomías de natural/artificial, de humanos y no-humanos”.
La agencia recae por lo tanto en los actantes que tienen fuerzas simétricas al actuar.
La teoría del actor red de Latour, considera a la tecnología como una red de personas,
procesos, elementos, artefactos (actantes) que han hecho posible una determinada tecnología.
Ahora ¿qué decir frente a ello? el espíritu de esta investigación no es corroborar su teoría
puesto que no tiene mucho que ver con el mundo social de las Farc-ep. No se trata de cómo
el fusil llegó a tener una capacidad para matar gracias a una red que lo construye de forma
simétrica. Sino por el contrario que su capacidad está en transmitir por medio de ese disparar,
ideas y sentimientos.
Propongo, entonces que la agencia es el significado y el significado se compondría
de la simetría que expone Latour entre actantes humanos y no-humanos, o del acontecer que
propone Ingold (extendiéndonos más allá de la materialidad), o de la relacionalidad que
propone Heidegger12 en su ontología del ser. Adicionalmente, siguiendo por la misma línea
de reflexión y analizando el eslogan de la Asociación Nacional del Rifle, no se trata de decir
que el hombre-arma mata, sino que las ideas que se construyen de forma holística en torno
al arma son las responsables. Esas ideas que estamos viendo de forma micro en el caso de
los excombatientes son un enjambre de elementos que derivan a la idea de un por qué y un
para qué, que se adhiere, se ensambla y se funde en el fusil.
12 Latour en el texto Pandora’s Hope: Essays on the Reality of Science Studies (1999) expone cuatro
elementos por las cuales la idea de la tecnología de heidegger está errada. No obstante a pesar de que todas
sus energías se enfocan en refutarlo Søren Riis, en su texto “The Symmetry Between Bruno Latour and
Martin Heidegger” encuentra que sus pensamientos son muy similares y que las lógicas detrás de sus
conceptos son parecidas. En esta investigación no se toma las teorías de la tecnología puesto que se
enfocan en el quehacer universal de la tecnología y no en el para qué subjetivo y personal de la misma.
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Teniendo en cuenta lo anterior veamos el caso de Beatriz, una niña que en 1982 tiene
el primer contacto con la guerrilla y decide tomar el camino de las armas. Ella considera en
un principio al fusil como un objeto que le da desconfianza y a los guerrilleros como personas
que infunden miedo. Sin embargo, al preguntarle a su hermano ¿quienes son estas personas?
¿por qué están armadas? y conocer la respuesta, no considera al fusil como un objeto que
produce pánico, sino que se siente identificada con las ideas asociadas a ella. Haciendo un
estudio minucioso de su historia de vida, podemos establecer que la primer capa de
relacionamiento se da a partir de dos momentos: su pasado y su presente de enunciación.
En cuanto a su pasado, Beatriz fue una niña afectada por la violencia intrafamiliar ya
que su padre la maltrataba.
Bueno eso fue terrible, como a los ocho años mi madrastra me hacía pegar mucho de mi papá,
mi papá cuando nos pegaba, ósea eso en esa época los padres eran muy ordinarios para
castigarlo a uno, y cada pela de él eso lo dejaba a uno en cama ocho días, entonces en una
situación en la que ella me amenazó, a mí me dio mucho miedo y yo fui y cogí como dos
vestiditos que yo tenía, los metí en una caja de cartón y me volé (Comunicación personal, 19
de Noviembre de 2018)
Luego de huir de la casa, su padre y su madrastra la encuentran y deciden mandarla a la
capital.
Y me mandaron para Bogotá, yo llegué a Bogotá a los ocho años a trabajar en las casas de
familia, a lavar, a trapear, a barrer, a cuidar niños, mejor dicho yo era una niña cuidando niños
pero me tocaba cocinar, hacer de todo, bueno así estuve como hasta los catorce años que me
dieron vacaciones, me fui para mi pueblo que era Miravalles, eso queda entre lejanías y el
castillo meta.
Allá en el pueblo tuvo su primer contacto con la organización armada:
Cuando yo llegué, vi que había un pocotón de gente armada y me asusté, esa fue mi primera
reacción y le pregunté a mi hermanito, no que son guerrilleros, ¿pero qué es eso?, entonces
me empezó a explicar que era gente que luchaba por los pobres, por los campesinos, que ellos
también eran campesinos, entonces fue un lenguaje con el que yo me sentí identificada.
Su hermano la ayudó a comunicarse con la guerrilla, y ellos le explicaron que tenían un
proyecto político en el que tenían que levantarse en armas por pura necesidad, porque era la
única vía que les había dejado el Estado para salvaguardarse y evitar que los exterminaran y
poder seguir con su proyecto político más adelante.
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“bueno me explicaron todas esas vainas, realmente yo empecé a cogerle amor a todo eso, pero
ellos me dijeron que no podía porque no había cumplido los quince años (…) y ya se llegó la
época, cuando nos dieron la orden que para el campamento, toda esa región, lo que fue
Miravalles, Lejanías, El castillo Meta, eso se fue toda esa juventud que había por ahí, yo me
acuerdo que eran como unos 120 pelaos, como entre 15, 16 el más viejo tendría 20 años”
El contacto con la organización armada fue determinante para Beatriz y ese acontecimiento
la impulsó a irse con ellos. La voluntariedad que ella tenía de tomar las armas dependió de
un estar-en y del ser-ahí, es decir de estar en un lugar con una presencia de la guerrilla en el
sector y de la forma como ella actuó frente a esa situación, que se relaciona en todo momento
a su pasado, a su ser fáctico.
El elegir esa materialidad sobre las otras, nos habla de cómo ella fue capaz de abrir el
significado del arma. En un principio, el arma es un objeto que le infunde miedo, pero luego,
al asociarla con un futuro cambio y con su pasado violento se siente identificada, abre el
significado del objeto, ahora este es una posibilidad de cambio en su vida. A partir de la
comprensión13 de su situación entendió sus posibilidades de ser para proyectarse14, es decir
abrir un futuro. En consecuencia, el arma deja de ser un útil, un para algo, que sirve para
disparar y amedrentar y se convierte en un por algo y remite a distintos significados, que
dependen del individuo que le da su apertura.
Otro caso que vamos a analizar es el de Ricardo, distinto al de Beatriz, en forma y
contenido, pero con patrones similares al escoger el arma y la apertura de su significado. Su
pasado, está marcado por la muerte de dos familiares y el consecuente desplazamiento de su
familia hacia Bogotá, en dónde vivieron una situación difícil. A raíz de esto, deciden volver
a La Macarena, Meta, dónde las condiciones fueron mucho más llevaderas. En su relato
explica:
Empezó a pasar por ahí la guerrilla, y yo particularmente me identificaba con sus postulados,
con la decisión de querer cambiar el país o contribuir a cambiarlo en algún momento de la
historia. Cuando la guerrilla llegó, yo ya tenía mis ideas revolucionarias, que uno no se podía
13 En términos Heideggerianos
14 Proyecto en alemán es Entwurf . Esta palabra debe ser entendida en su sentido literal: proyecto
significa lo que está lanzado hacia adelante. Y este “delante” debe ser entendido como un futuro.
Comprender es esencialmente proyecto o “proyección”, como traduce Gaos, porque en él (en el
comprender) el Dasein se lanza hacia su futuro y abre ese futuro como posibilidad.
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quedar ahí, vegetando, sin hacer algo, pero no sabía qué hacer, cuando llegó la guerrilla eso
fue el catalizador de las ideas, eso es lo que voy a hacer. Yo en ese momento había apenas
estudiado cuarto de primaria con todas las dificultades que se presentaban en la familia, allá
escasamente llegaban dos maestros para toda una vereda y eso era insuficiente. En medio de
todas esas limitaciones estaba muy interesado en aprender muchas cosas, en esas condiciones
fue que ya que logré definir qué hacer, por lo menos encontrar una ruta para hacer lo que
quería desde joven. (Comunicación personal, 16 de Abril de 2020)
Adicionalmente nos cuenta que uno de los factores que lo influenciaron para tomar la vida
armada fue su interés por La Revolución Cubana. Él escuchaba y escribía para Radio Habana
Cuba, emisora fundada en 1961, para la transmisión de información, cultura y música cubana
al extranjero. Fue gracias a la emisora que se enteró de forma directa de cómo era la
revolución cubana y cómo funcionaban sus comités de defensa. Su interés, lo llevó a reforzar
la idea que él tenía acerca de la lucha del pueblo y así decide a sus 20 años en 1980 ingresar
a las FARC.
Hablando en concreto del significado del arma, vemos que existen tres momentos que
intervienen en su relacionamiento: primero, el de su pasado, segundo, el descubrimiento en
su adolescencia de la Revolución Cubana y tercero, su presente de enunciación. En primer
lugar, la historia de su familia, como una desplazada por la violencia repercute en su presente
y en la escogencia del arma. En segundo lugar, escuchar Radio Habana Cuba, le otorga o le
adiciona un significado al arma, en cuanto esta ayudó de forma exitosa a la revolución en la
isla del Caribe, y por último, el presente, ya que es el momento en el que tiene el primer
contacto con la guerrilla y así mismo el momento en el que toma el arma. En su totalidad es
una temporalidad en la que se consolida la primer capa de relacionamiento.
Por último, en este punto es importante entender que el cambio de significado implica
otra manera de relacionarse con el mundo, con su entorno y sus objetos. Por esta razón, lo
que para unos puede ser inaceptable, para Carolina, Beatriz y Ricardo es apertura y cambio.
Esta transformación de significado supone una nueva capa de relacionamiento, puesto que,
si para mí el arma es un objeto mortífero, intento ir en contra de la idea asociada a ella,
mientras que si para ellos el arma es posibilidad de cambio, la toman para cumplir sus ideales.
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FUSIL E IDENTIDAD
Escoger el arma viene de la mano con una nueva identidad. Tomar un nuevo nombre, un
nombre de guerra es una evidencia de ello. La razón detrás no solo era para que su familia
no estuviera involucrada de forma directa en el conflicto sino también porque era necesario
cortar cualquier vínculo con su vida pasada, en el sentido en que en ese instante se empieza
a vivir y a actuar por y para la revolución. Así lo explica Carolina al momento de tener que
buscar un nombre de guerra:
Cuando yo llegué al campamento, el comandante Daniel Aldana me dijo ¿usted cómo se
llama? , yo lo mire y le dije ¿no es que acaso hay que ponerse un alias?, y él dice: No, los
revolucionarios no tenemos alias porque los alias son para delincuentes nosotros somos
revolucionarios, entonces nosotros tenemos pseudónimos, esos son nombres de alguien que
uno admire mucho, de alguien que haya dejado enseñanzas buenas en la vida (…) ahora
¿usted qué quiere?. La verdad no conozco ningún luchador, ninguna mujer, entonces voy a
escoger un nombre que no sea de mujer, un nombre de hombre para que sea fuerte, porque
yo quiero ser fuerte, porque ustedes a todo tiempo me ven como una niña débil.
(Comunicación personal, 16 de Octubre de 2018)
El comandante Daniel explica que la importancia del pseudónimo radica en que es un nombre
que representa la lucha en sí misma. En ese momento no le pregunté a Carolina qué nombre
había escogido, pero luego por casualidades de la vida encontré que su nombre en masculino
coincidía con el de un combatiente de la revolución cubana y me pregunté si ese había sido
su nombre antes o después de las armas. Ahora solo sé que ella se sigue presentando como
Carolina, y, por lo tanto que ese no es su nombre de nacimiento.
Al ordenar toda esa información en mi cabeza, comprendí que la potencialidad del
arma radica en que al ocuparnos de ella nos da automáticamente un sentido de Ser. La
identidad en este sentido está ligada a esa forma de existir y a la materialidad que hace posible
esa existencia. En consecuencia Carolina, aún después de dejar las armas, es y seguirá siendo
una representante de la lucha.
Otro caso similar es el de Jessica, quien indica que al tomar las armas se abre una
posibilidad en su vida para ser lo que ella es, ella explica:
Mi nombre en la guerrilla es Jessica, cuando uno ingresa se utiliza un pseudónimo por
medidas de seguridad. Yo ingresé muy joven a la organización, ingresé de 11 años, en mi
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casa no tuve estudio, tampoco me da pena decirlo porque yo tampoco culpo a mis padres
porque ellos no tenían como dármelo, ellos son muy pobres. Allá no sabía ni leer ni escribir
y acá pues imagínese con otro nombre y ya sé leer, sé escribir, si entonces ahí hay una
diferencia ¿cierto?, inclusive una vez hablaba con mi mamá y me dice: usted ya es otra, usted
es otra mujer, usted habla diferente, me decía que qué bueno y que buen camino había
escogido. (Acosta. M, 2015)
La identidad que se consolida en Jessica gracias al arma es la de una guerrillera que se
diferencia mucho de la niña que fue en el campo. Piensa que estar en la organización fue lo
mejor que le pudo haber pasado. Ve un antes negativo y un después positivo. El entrar a la
guerrilla, coger el arma, consolida una identidad y le permite llegar a ser lo que ella es. Tanto
para Carolina como para Jessica el arma abre posibilidades para la construcción de un nuevo
YO. De ahí el ejemplo de que los objetos puedan ser creadores de identidad.
Un autor que nos habla de esto es Baudrillard. En su texto “The system of collecting”
(1994) nos explica cómo el objeto al cual se le dota valor o una idea se convierte en un
constructor de identidad para quién lo colecciona o lo porta. Según él, la acumulación implica
la asociación del “uno mismo” con un mecanismo en el que la propia imagen está extendida
a los límites de la colección, es una forma de representación de la individualidad, es un
símbolo de la persona que lo posee. Por ende, la colección de artefactos es la materialización
del “one-self”. O en este caso la pertenencia de un fusil es la materialización del uno mismo.
Esa arma que se les entrega para cuidar y luchar, se convierte en un elemento
constante en sus vidas, y por devenir una materialidad que me identifica como guerrillero,
que “me pertenece” y tener la cualidad de ser “mía”, se funde al Dasein, configurando en su
totalidad la primer capa de relacionamiento.
La palabra apropiar como verbo transitivo es hacer que una cosa se acomode o se
adecue a otra, lo que propongo es que el arma tiene diferentes formas de apropiación, esta se
adecua a sentimientos, a anhelos, a ideas; en consecuencia al presente, pasado y futuro del
Dasein. Esta adecuación no es más que la representación de la persona y de cómo ella toma
las riendas de su vida, ordena, arregla y moldea su contenido de existencia.
El hacer mío el fusil, el apropiarlo a partir de mis sentimientos e ideas, implica que
existe una parte de mí ligada al objeto, véase Latour con la mediación simétrica, o Ferlosio
con el intencionalismo, o Baudrillard con la identidad. Cualquier objeto al cual le hemos
otorgado un “quehacer” en pos de nuestra propia vida se convierte en un co-existencial, en
33
este caso es una materialidad de la cual no nos podemos distanciar porque ella hace parte y
es la base de mi mundo.
Ahora cuando les propongo que el arma es eso para los combatientes es una forma de
expresarle al lector que el apego a ellas no es más que una condición humana, preliminar y
elemental para ser-ahí-en-el-mundo, pues es gracias a los objetos, mediadores y útiles, que
nosotros como seres humanos podemos interactuar con nuestro entorno. Los objetos son
potenciadores y por ende nos ayudan a abrir el plexo de referencias, es decir a abrir la realidad
tal como la conocemos. Entonces el arma que me posibilita ser otra persona es un elemento
identitario de esa transformación, es el elemento creador de una realidad distinta, es un
elemento liminal que representa una nueva vida que se ha escogido por unos pasados, pero
también por unos futuros.
El arma nos invita a recordar esa agencia que tienen los objetos sobre nuestra vida,
porque no solo son mediadores sino que también son creadores, o ¿acaso es que se nos olvida
la fuerza que tienen los mismos para hacernos pensar en otros yos o en otros mundos?. Cómo
los fusiles, la guerra de guerrillas los hacía capaces de imaginar, pero esa imaginación venía
imprescindiblemente ligada al uso de los mismos (objetos potencializadores de imaginación).
34
Saavedra, A. (2019). Campesino antes de las armas.
Dibujo en lápiz.
La mayoría de farianos son de extracción campesina. Quise
representar un estar-en-el-mundo antes de las armas en dónde
el campesino vive para sí mismo, cuidando y haciendo
florecer la tierra.
35
LA SEGUNDA CAPA DE RELACIONAMIENTO:
IDEOLOGÍA Y ENTRENAMIENTO MILITAR
Una vez instaurada la primer capa de relacionamiento lo que sucede es un amalgamiento del
Dasein con el arma a partir del cuidado (sorge) puesto que nos abrimos hacia otra posibilidad
de ser que se ocupa de un arma, y la consecuencia de esto, es un cambio del Yo del pasado
en un Yo del presente que se apropia de sus posibilidades de ser y escoge esta materialidad.
La escogencia de las armas nos lleva a una modalidad determinada de ser en el mundo
que Heidegger llama Bersogen, que significa ocuparse de algo, lo cual es un existencial. El
existencial es una categoría co-existencial del Ser, es decir que sin ella el Dasein no puede
entender el mundo ni entenderse a sí mismo. Uno de los existenciales del Dasein es estar-en
-del cual ya hicimos una revisión extensa- es decir estar arrojado en un mundo con unas
características15; y otro existencial es el cuidado (sorge) porque al Dasein le pertenece por
esencia el estar‐en‐el‐mundo y su estar vuelto al mundo es esencialmente ocupación. En ese
ocuparse de o cuidar de es en el que están los seres a la mano (por ejemplo un arma) y los
seres a la vista (por ejemplo una roca)16.
Dicha ocupación puede ser mejor explicada a partir de una palabra: “embrace” (de
origen anglosajón). Esta significa abrir los brazos a una creencia, teoría o cambio. En este
caso, los combatientes abrazan una nueva vida en torno al fusil, en el sentido en que al
momento de tomar las armas hay una nueva ocupación hacía la misma a partir de la vida en
el campamento, los entrenamientos y los cursos políticos. Según Raúl:
Uno llega y toca hacer de todo, la formación en las Farc es integral y por lo tanto, no solo es
la formación política y militar, es la ideológica junto con los otros trabajos, uno hace de todo,
16 “Besorgen” significa “ocuparse de algo” se usa en la presente investigación como término ontológico (como
un existencial) para designar el ser de una determinada posibilidad de estar‐en‐el‐mundo. Este término no se ha
escogido porque el Dasein sea ante todo y en gran medida económico y “práctico”, sino porque el ser mismo
del Dasein debe mostrarse como Sorge, cuidado. A su vez, esta expresión deberá comprenderse como concepto
estructural ontológico (cf. cap. 6 de esta sección). No tiene nada que ver con “aflicción”, “tristeza” ni
“preocupaciones” de la vida, estados que pueden darse ónticamente en todo Dasein. Todo esto es ónticamente
posible, al igual que la “despreocupación” y la “alegría”, porque el Dasein, entendido ontológicamente, es
Sorge, cuidado. Puesto que al Dasein le pertenece por esencia el estar‐en‐el‐mundo, su estar vuelto al mundo es
esencialmente ocupación. (Heidegger, 2005, p.66)
36
la rancha, la guardia, uno va adquiriendo conocimientos y va ascendiendo; luego, que al
manejo de orden, de la salud, la economía, de todo había que hacerle y había que aprender de
todo (comunicación personal, 18 de Abril de 2020).
El abrazar el arma y la forma de vida militar, hace que se desarrolle una nueva capa de
significado y por lo tanto de relacionamiento. En ese momento el Dasein por sus categorías
co-existenciales se convierte en otro devenir, adquiere conocimientos nuevos, su cuerpo
desaprende y aprende nuevas formas de ser en el mundo. Debe acostumbrarse a la vida en la
guerrilla, a las botas de goma, el uniforme, el peso del fusil, a la vida en comunidad y las
actividades.
De esta manera, gracias a la iniciación dentro de las FARC-EP (entrenamiento
político y militar) se consolida la segunda capa de relacionamiento, que empieza desde el
primer día en el que se ingresa a la guerrilla. Beatriz nos explica un poco acerca de qué se
trataba el ingreso a las FARC:
llegamos al frente y yo me acuerdo que eso era fiesta porque cada ingreso para ellos era muy
significativo, entonces nosotros llegamos y nos recibieron lo más de bien, ya empezamos los
cursos de preparación de la gente nueva, pero entonces son cursos militares pero también de
formación política ideológica. La prioridad siempre fue para cada combatiente que llegaba a
los campamentos la formación política ideológica, porque ellos nos decían: si usted tiene un
fúsil en las manos y no sabe por qué lo tiene y para qué lo tiene es muy difícil y muy
complicado que usted se sostenga y que usted haga conciencia que esta lucha es justa y
necesaria, entonces si uno tiene un arma en las manos sin unos principios ideológicos, si usted
no sabe, lo mismo le da disparar de aquí pa acá, y mañana de acá pa allá, entonces siempre
era una prioridad la formación (comunicación personal, 19 de Noviembre de 2018)
La formación ideológica -se podría decir que- era más importante que la formación militar,
porque este era el fundamento de la vida en armas, el por qué y el para qué. Beatriz dice:
La formación política ideológica nunca cesó, yo estuve 35 años en la guerrilla, yo
nunca vi que pasara un solo día sin que se planearan las conferencias, las charlas, porque eso
era de todos los días, solamente en esos periodos de orden público grave, ósea ya muy agudo
se tenía que pensar en la emboscada , en el asalto (comunicación personal, 19 de Noviembre
de 2018)
El aspecto ideológico no consistía en un solo modelo de aprendizaje dentro del aula (la cual
era una choza en dónde había libros y espacio para leer) sino que este se componía de medios
sonoros, como la radio, y visuales como las películas.
37
Se hacía un orden para la semana, entonces de 6 a 7 noticias, por ejemplo todo el mundo
tenía que escuchar noticias, se reunía a la gente en el aula en un horario establecido, todo el
mundo tenían que escuchar, entonces ¿usted qué escuchó de noticias? Y se empezaba ahí el
análisis de las noticias y eso se hacía en la mañana todos los días pero de 8 a 9 o de 9 a 10 se
hacía una conferencia o una charla. Siempre se destinaba a una persona a hacer la charla,
entonces usted prepárese la charla sobre marxismo, usted prepárese una charla sobre la
película tal que vimos, y eso lo mismo era en la tarde pero en la noche se hacían actos
culturales que canto, que poesía, que dinámicas, que teatro, todo eso se hacía y se combinaba
en las noches, lo que eran actos culturales con películas, eso era sagrado todos los días
(comunicación personal, 20 de Noviembre de 2018)
Al mismo tiempo de la instrucción ideológica, se da la instrucción militar17, la cual Ricardo
diferenciaba en dos líneas, una, “el orden cerrado” que consistía de un entrenamiento diario
y la otra un “orden abierto” o entrenamiento militar. La primera línea consistía en una
formación de patio por escuadra18en la que se hacía ejercicios de calistenia, gimnasia, judo o
defensa personal involucrando el arma; si el integrante era nuevo, todos los ejercicios tenían
que involucrar el uso de un palo para poder acostumbrarse al peso del fusil. La segunda línea
trataba acerca del “orden abierto” que eran cursos de manejo de armas que se programaban
para quince días, dos o tres meses dependiendo de la severidad del conflicto, además, este
orden se complementaba con los combates, o las acciones propiamente dichas, como las
tomas de puntos estratégicos.
Los entrenamientos militares de iniciación en las FARC-EP tomaban meses si el
conflicto lo permitía, en estos se les pedía a los nuevos integrantes labrar un arma de un trozo
de madera y cuidarlo con su vida, para así demostrar la determinación que estos tenían con
la lucha armada. Según Esperanza
los primeros entrenamientos con armas fueron con fusiles de palo entonces los mismos
guerrilleros se elaboran su fusil de palo que obviamente lo tienen que cuidar y llevar a todo
lado como el arma real, ósea uno siempre debe tenerlo en el curso básico. Entonces ya como
que dejas a un lado el fusil de palo y ya toca el fusil real, cuando ya a uno le dan el fusil real,
uno ya se siente guerrillero.
17 En algunos casos se da la instrucción ideológica y militar paralelamente, si las situaciones del contexto lo
permitían.
18 que eran doce unidades de hombres o mujeres
38
En el texto “Fusiles de madera” (2008) se habla del acto simbólico detrás del fusil de palo.
Los autores definen el fusil a partir de: 1 utilidad pragmática; 2) significado simbólico social;
y 3) significado simbólico particular. El significado simbólico particular es el que nos
interesa puesto que el fusil de madera adquiere en el transcurso de la instrucción militar
representaciones particulares de las creencias socializadas de la comunidad guerrillera en un
ámbito liminal. En este ámbito se pasa de ser un civil a ser un combatiente y por eso es
significativo y representativo de la comunidad. El fusil de madera hace parte de un ritual de
paso por medio del cual el que ingresa demuestra que puede cuidarlo y por consiguiente
pertenecer a la comunidad guerrillera.
Además del fusil de palo como representación simbólica de la transición este es un
elemento de adaptación, un elemento didáctico que enseñaba a los combatientes que
desprenderse del arma no era una opción en circunstancias de guerra, porque en cualquier
momento era posible encontrarse con un tiroteo o una emboscada. Jessica explica la
importancia de la misma durante las noches:
“Mi fusil es un AR-15, la llamo siempre Cataleya, siempre que por ejemplo voy a acostarme
entonces le digo bueno Cataleya usted se queda acá y yo me voy a acostar, entonces la cuelgo
ahí en la puerta y Cataleya está pendiente ahí pa que me cuide” (Acosta, M. 2017).
En los entrenamientos de iniciación se enseña a estar todo el tiempo con el arma y luego en
la vida en combate el fusil es aquel que guarda el sueño y en mayor medida la vida. Pensemos
ahora en la situacionalidad o el contexto de este extracto, el arma es garante de sueño en esas
circunstancias particulares de la guerra, donde el estar-en y la relacionalidad del contexto le
obliga a no desprenderse de la misma, ya que lo que está en juego podría ser probablemente
la vida.
La preparación implicaba que se entendiera el arma desde un conocimiento técnico y
desde un conocimiento práctico en los entrenamientos, el contacto con el cuerpo permitía
entender el arma, cómo funcionaba y cuál era su mecanismo. Pero no solo se trataba de
comprender el cómo del arma, se trataba de la conexión del cuerpo con el arma. El psicólogo
Juan Pablo Aranguren propone que era necesario una unión del cuerpo con el fusil para hacer
de este elemento una parte de la corporalidad del sujeto (2007, p. 262). El arma se convertía
en una extensión de su ser en términos físicos, dotándolo connotativamente como una
extremidad e inclusive con calidad de órgano, puesto que sin este no era posible vivir:
39
Así sea un arma de fuego o un arma blanca, se trata en ambos casos de extensiones corporales
que a manera de prótesis pueden salvaguardar al cuerpo del peligro y el compromiso que le
implican el acto cometido.” (….) “El arma es protección, garante de vida, amuleto; se
conserva adherida aún en el reposo y en el idilio, “... es tu vida... tu todo”. Más que agregada
o miembro adoptado, el arma se incorpora, se hace parte indiscutible de una integridad
corpórea imaginada, dando lugar a que el cuerpo se asuma con el arma (Aranguren, 2007, p.
262) .
El uso de las armas permea de manera importante todas las dinámicas bélicas y las lógicas
guerreras. El armamento puede llegar a determinar de manera significativa el resultado de
una batalla y, en esa medida, la forma en que sea empleado resulta de alta relevancia para el
éxito de las confrontaciones. Este significado del arma nace en el momento del entrenamiento
y al momento del combate. El arma como aquella que salvaguarda la vida es el arma dentro
del contexto de guerra. Esta es una de las connotaciones que se da en la segunda capa de
relacionamiento.
De la misma manera, dentro de esta capa está la instrucción ideológica. A los nuevos
integrantes se les instruye el marxismo y el leninismo y se describen a sí mismos como
Bolivarianistas (después de la novena conferencia):
Declararse bolivariano y, en consecuencia, declararse revolucionario dentro de la senda del
marxismo implica transitar la vida movidos por la esperanza de transformar la sociedad en
busca de la justicia; esta es una constante que indefectiblemente implica la utopía como
característica de la conciencia, natural fruto del convencimiento racional. En ello, la utopía
es una meta superior de compromiso, en todo caso relativa en cuanto a la apariencia como se
presente, ya en manera de posibilidad o «imposibilidad» (…) En la esperanzada búsqueda de
realización del «imposible», la marcha conlleva una mezcla de ilusiones, realismo, magia y
amor al pueblo como razón de ser de la vida. (Manifiesto político de las FARC-EP, 2007)
(https://rebelion.org/bolivarismo-y-marxismo-un-compromiso-con-lo-imposible/)
La segunda capa de relacionamiento, además del aspecto militar y corporal del arma, se
conformaba por la adherencia a la teoría marxista y leninista y lo que ellos llamaban el
bolivarianismo, en tanto buscaban la unión del pueblo Latinoamericano en contra de las
potencias colonizadoras. Estas tres teorías sociales y políticas hacían parte del por qué el
arma.
Es importante manifestar que ambas caras eran importantes, tanto la política como la
militar. Las FARC-EP eran precisamente un movimiento que configuraba la táctica de
40
combinación de todas las formas de lucha por el poder para el pueblo. Cabe resaltar que esta
estrategia correspondía a causalidades pragmáticas concernientes al desarrollo histórico
particular de la guerra en Colombia (Toloza, 2008). Es decir que durante toda la historia de
las Farc-ep hubo momentos en los que se desarrolló más la lucha política y en otros la lucha
armada de acuerdo a las circunstancias históricas19. Sin embargo, frente a lo anterior es
importante recalcar que el propósito inicial de la lucha nació por una insurrección armada del
pueblo y prevaleció este modelo durante mucho tiempo.
En esos momentos donde la organización no veía más salida que la acción violenta
es dónde el arma cobraba fuerza y significado. En esas ocasiones la mujer-arma u el hombre-
arma encarnaban la lucha por la utopía, la lucha de clases para llegar al comunismo, el anti-
imperialismo, la unidad latinoamericana, la igualdad y el bienestar del pueblo. Dicha
formación política y militar es la segunda capa de relacionamiento con el arma y consolida
la primera capa de los sentimientos e ideas de su pasado.
Al ingresar a las Fuerzas Revolucionarias de Colombia, el arma que les entregan para
cuidar y luchar es ideología y disciplina militar que adhiere el arma al cuerpo. Para
ejemplificar la segunda capa de significado podemos ver la diferencia entre el antes del arma
y después de ella (con una formación política y militar). Esto se puede apreciar en la historia
de Raúl, ya que la organización le aporta al arma un significado revolucionario (que conecta
con las vivencias de su pasado). Él nos cuenta un poco de su historia:
Bueno yo provengo de una familia consecuente de la lucha revolucionaria, mi papá fue
fundador de la UP en 1970, mi mamá siempre ha sido una mujer de casusas sociales. Me he
movido en un círculo familiar muy crítico a las posturas del gobierno y del sistema, y el
entorno, también por mis amigos, mi papá, mis profesores, eso fue ladrando en mí una
posición política y posteriormente ideológica dentro de la guerrilla, que me pone de este lado
del pensamiento y de la historia y más los aportes que uno va encontrando en el camino, en
los acontecimientos diarios, en la lectura, todo esto va formando en mi un hombre que a muy
temprana edad adquirió ese perfil, desde luego con una cantidad de vacíos, no estaba
19 Desde ambas orillas el PCC Y FARC fueron una contingencia impuesta por las circunstancias y las
constantes del pragmatismo. Por ejemplo, el proceso de paz con el gobierno de Andrés Pastrana, será
utilizado por las Farc para intentar recomponer su quehacer político, con el lanzamiento del PCCC y el
MB, al tiempo que será aprovechado por el estado colombiano para una necesaria reingeniería de las
fuerzas militares. (Toloza, 2008, p.253)
41
plenamente formado en la lucha revolucionaria y sí tenía unas bases muy sólidas que se van
consolidando en la lucha en la que he estado y estaré el resto de mi vida. (Comunicación
personal, 18 de Abril de 2020)
En el caso de Raúl dicha solidificación que se va dando poco a poco en la lucha
revolucionaria, se consolida al estar dentro de las Farc-ep, ya que gracias a los conocimientos
que adquiere dentro de la organización, se genera un significado político al arma. Es debido
a la formación ideológica y militar que el pasado de persecución a su padre por haber
pertenecido a la U.P y el pasado de su familia como una de corte revolucionario cobra el
sentido de la lucha.
De forma similar, cuando se les pregunta a los guerrilleros ¿por qué decidió entrar a
la guerrilla?, la mayoría de las respuestas son como las de Nubia quien dice “ingresé porque
uno venía a portar un arma para luchar por el pueblo”, o como dice Cristina Hincapié “Vi un
día a la guerrilla ayudando a la gente, viendo que ya no podía estudiar porque no tenía con
qué, tomé la decisión de venirme pa las Farc y estando acá me enamoré más de la lucha
porque esta es una lucha muy justa” o como dice Ricardo “las motivaciones que me llevaron
a la guerrilla fueron realmente sociales y políticas”. Es explícito en estos testimonios que la
Lucha es uno de los significados más potentes del arma que existen en la guerrillerada, se
puede decir que, la ideología es la capa más fuerte de relacionamiento con el fusil, puesto
que la lucha les da un sentido de trascendencia como individuos y como colectivo.
Otra de las representaciones de la segunda capa de significado es la bandera de las
Farc-ep. Esta es la bandera de Colombia con dos fusiles cruzados formando una x y sobre su
ángulo superior está un libro abierto. La simbología impresa en este ícono es que los valores
sobre los cuales se funda la lucha por el pueblo es la ideología marxista y leninista, en la cual
la lucha es una lucha de clases para dejar en manos del pueblo y de la colectividad el poder.
Debajo de la ideología se encuentran las armas, que son el elemento no más importante pero
secundario en importancia para que las Farc-ep lograsen sus objetivos. En la lucha caben
ambos por igual y temporalmente después de la instrucción política y militar el fusil adquiere
ese significado.
42
De la agresión iniciada contra las colonias de Marquetalia, el Pato,
Riochiquito y El Guayabero nacimos las FARC-EP como respuesta
armada que se propone la toma del poder político en el país, en
conjunción con la inconformidad y la rebeldía de las grandes masas de
desposeídos del campo y la ciudad. Nuestra primera declaración política
se conoce como Programa Agrario de los Guerrilleros y en él se expresa
que nos alzamos en armas porque en nuestro país están cerradas las vías
de la lucha política legal, pacífica y democrática. (Secretariado de las
Farc-ep, Quienes somos y por qué luchamos. Tomado de
https://www.farc-ep.co/nosotros.html)
Saavedra, A. (2019). Bandera de las Farc-ep. Dibujo.
43
LA TERCERA CAPA DE
RELACIONAMIENTO: COMUNIDAD Y
SEGURIDAD
“Si, en estos días hablando con los compañeros y con una mirada retrospectiva veíamos que
nosotros éramos un equipo, un engranaje que trabajaba muy coordinadamente frente a como
se distribuían las tareas en forma equitativa, como todos hacíamos las cosas de manera tan
voluntaria de la mejor manera y eso solo lo hace uno cuando está convencido de lo que está
haciendo” (Comunicación personal Ricardo, 16 de Abril de 2020)
Ricardo pone de esta manera la hermandad o el compañerismo que se desarrollaba en el
campamento. Era necesario confiar en el otro porque de ella o de él dependía la supervivencia
de todo el grupo. Los lazos que se generaban en la vida en armas eran de familiaridad. Los
combatientes hacían parte de un árbol genealógico que extendía sus ramas con cada escuadra,
guerrilla, compañía y frente20. Esta no solo era una estructura organizativa de orden militar,
sino que en ella se conformaban unos vínculos fuertes determinados por las afinidades y
pensamientos similares.
La familiaridad que sienten con las armas, como aquellas que son más que una amiga
o más que un hermano se conecta de forma recíproca con la familiaridad que sienten con sus
compañeros de guerra. Seguridad y familiaridad son la tercer capa de significado que se da
al arma, puesto que ella hace posible que estén dentro de una organización dónde encuentran
un lugar en el que se sienten seguros y un lugar en dónde encuentran padres, madres,
hermanos y compañeros sentimentales. Beatriz explica esto en el caso de uno de sus
comandantes quien la acogió como una hija:
yo duré un tiempo trabajando con el camarada Alfonso, él para mí fue mi padre, él fue para
mí más que el jefe, más que el comandante, el compañero, el amigo, el camarada. Alfonso
20Escuadra: es la unidad básica y consta de doce (12) hombres, incluidos sus mandos. Guerrilla: consta de
dos (2) escuadras, más sus mandos (26 hombres). Compañía: consta de dos (2) guerrillas, más sus mandos
(54 hombres). Columna: consta de dos (2) compañías o más, más sus mandos (110 hombres). Frente: consta
de más de una columna. )Estatutos de las Farc-ep)
44
era de esas personas que se apropian del dolor ajeno y lo hacen suyo, yo lo admiraba mucho
por lo que fue, por la decisión que tomó, porque la vida del revolucionario es llena de
sacrificios (…) lo admiré por eso pero también por su forma de ser, yo estuve al lado de él
prácticamente 23 años, desde muy jovencita y entre nosotros hubo una relación como de
padre e hija (comunicación personal, 20 de Noviembre de 2018)
No debemos olvidar que ésta guerrilla se consolidó durante más de cincuenta años. En la
actualidad hay excombatientes de 70 años, y así mismo hay excombatientes que nacieron en
el seno de la organización. La historia de Beatriz es una muestra de que en las FARC-EP
había relaciones más fuertes que las de un jefe con su trabajadora o que las de una voz de
mando con sus subalternos. Esa familiaridad dentro del campamento se relacionaba, según
Ricardo, a una fuerza desinteresada de hacer las cosas:
Las relaciones que se van afianzando en esa vida guerrillera son bastantes fuertes, la amistad
de familiaridad de hermandad que hacíamos, yo recuerdo que cuando había alguien y salía
en una tarea y había que ver la ropa que él había dejado, entonces ahí está la solidaridad, la
gente la entraba, la comida se le guardaba, se cuidaba a los enfermos, se desarrollaba la tarea
pero siempre con mucho cariño (comunicación personal, 16 de Abril de 2020)
El convivir veinticuatro horas al día, el tener que apoyarse para hacer las tareas, el discutir
en conjunto los pensamientos hacía de la guerrillerada una familia y el fusil era un reflejo de
la misma: el arma te hacía guerrillero por ende te hacía parte de una comunidad y en
consecuencia de una familia.
Ahora bien, si tomamos en cuenta que los vínculos familiares tienen una capacidad
operativa que se dedica a aglutinar una serie de funciones dependiendo del grupo (Eric Wolf,
1990), la capacidad operativa en el anterior ejemplo, estaba en el cumplimiento de tareas por
y para la revolución por medio del arma que satisfacía deseos, sentimientos e ideas de forma
eficaz. Las armas, consecuentemente tenían una potencialidad de acción, tenían la agencia
de conectar individuos similares, originando vínculos de familiaridad al articularse en
grupos, y, de esta manera otorgando un sentido más amplio de Identidad. En términos de
Wolf esto se da gracias a la funcionalidad del grupo en el que se satisfacen necesidades de
tipo económico, social, sexual y afectivo (p.5). Por ende, las FARC-EP no solo se distinguían
por ser una organización política y militar sino al mismo tiempo por tener dichas
características familiares y ser un solo cuerpo en función de la revolución.
Esa colectividad y comunidad que se generaba era en términos de igualdad:
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Las mujeres y los hombres hacíamos los mismos trabajos, inclusive las mujeres cargaban
más, que por los protectores, el maquillaje, los esmaltes de uñas, el shampoo, el rinse, el
removedor, sin embargo era una repartición de tareas en igualdad (…) Éramos una guerrilla
feminista sin saberlo, Marulanda así lo propuso con Ciro Trujillo, la mujer era libre, no debía
haber sometimiento sobre ella (Comunicación personal, Carolina, Septiembre de 2018)
La distribución de las tareas implicaba que ellos fueran un solo cuerpo para el funcionamiento
del organismo, sin diferenciación de raza ni género, cada combatiente tenía una tarea si bien
con el trabajo de masas, con la alfabetización, la salud (con enfermeros y enfermeras), lo
económico, la radio fariana y el combate. Esa comunidad que se forma, es como la que
propone Pierce (1988) una agrupación de “interpretantes” que poseen ciertos sentidos
compartidos y que pueden comunicarse a través de signos. Una comunidad de interpretación
simbólicamente comunicativa, que como lo son las Farc-ep se comunican y actúan de
acuerdo a la idea del fusil, una idea que es en sí misma simbólica.
Por consiguiente, el colectivo en la guerra se caracteriza porque todos sus miembros
actúan en pos de un solo objetivo, sometiéndose a los estatutos de la organización en los que
se expresa implícitamente que todo lo que se hace abarca una responsabilidad diluida en el
cuerpo colectivo (Aranguren, 2006). Es como lo diría Strathern (1999) una condición
múltiple de la persona a partir de una incorporación del sujeto a un colectivo con el cual
comparte un sentido de pertenencia en la que el individuo está conectado con los otros
miembros de su comunidad por medio de las tareas o medios físicos.
Strathern llama a esta particularidad de la persona un Dividuo, un sujeto dividido en
el objeto físico que lo representa, en una sociedad dónde los objetos personificados
(personas) circulan en una economía21, dónde las acciones y los objetos cobran valor a partir
del reconocimiento de la potencialidad de los mismos. En la sociedad fariana el objeto que
los representa en mayor medida es el fusil, ese fusil que simboliza pasado, presente y futuro,
ese fusil que es ideología y militancia, ese fusil que es seguridad, comunidad y fraternidad.
21 En su libro “Property substance and effect” desarrolla más a fondo esta idea. Por una parte, propone que en
el ritual de las comunidades Hagen durante el intercambio de dones es necesario regalar algo especial de la
persona, algo que lo represente, algo valioso para la entrega. En dicho ritual los Hagen tienen una serie de
decoraciones adheridas al cuerpo, que muestran su prosperidad y su bienestar. Es así que al intercambiar las
decoraciones, se desprenden de algo supremamente valioso para ellos, una extensión de su ser, para que otro lo
tenga. Por ello el intercambio simboliza conexión, una forma de establecer sociabilidades entre las personas de
la comunidad, en este sentido, no solo me divido para dar parte de mí, sino para establecer nodos de interacción
con otros. (Strathern, 1999, p.98).
46
El fusil-Dasein inmerso dentro de las Farc-ep tiene en esta capa de relacionamiento
una potencialidad que solo le pertenece: enlazar individuos que buscan luchar por unas
razones (comunes e individuales). Es el por qué el que anuda materialidades existenciales
similares, por ende, el sentimiento de familiaridad y de seguridad viene del sentimiento de
pertenencia a una comunidad que no solo tiene objetivos políticos y militares en común, sino
que también tiene pasados en común, lo que conlleva a la existencia de deseos individuales
compartidos.
Lo anteriormente explicado le sucedió a Ricardo al entrar a la guerrilla, encontrándose
con gente que conocía de la región:
El primer día en el que entré: yo entré solo, sí, recuerdo el primer día, después me encontré
por ahí con algunas personas que conocía y nos fuimos encontrando y ¡que alegría!, la misma
clandestinidad o compartimentación no nos lo había permitido, nadie le decía a alguien me
voy pa la guerrilla, sino que uno se iba de la forma más clandestina posible, y eso le dicen
“ay usted se fue a la guerrilla y no sabía, y chévere el encuentro (Comunicación personal 18
de Abril de 2020)
Encontrar a varias personas de la región que compartían los mismos ideales, pasados
similares y pasar por todo el proceso de ingreso a las Farc-ep son huellas simbólicas como lo
propone Aranguren, formas de ser, actuar, padecer, compartidas entre los miembros de la
comunidad, que representan una vida en conjunción, lo que hace que se genere una identidad.
Para Lacan esta huella funciona a partir de que: El otro simbólico deja su marca en el
cuerpo: “función simbólica que interviene en todos los momentos y en todos los grados de
existencia del orden humano” (Lacan en Aranguren, 2008). Es decir que todo lo que conlleva
tomar el arma: las heridas de combate, el cuerpo acostumbrado al fúsil, la cotidianidad de la
guerra es una marca simbólica que representa la vida en comunidad y la homogenización de
la identidad.
De forma similar para Gell (1998) existe una unión entre el fusil y el combatiente
porque los objetos se funden con las personas a causa de las relaciones sociales entre las
personas y las cosas y entre otras personas por medio de las cosas, llegando a proponer
inclusive que las armas del soldado son partes de sí mismo y le hacen ser lo que son.
Gell (1998) de forma similar propone que las relaciones sociales entre las personas y
las armas y entre las personas por medio de las armas hace que se funda el fusil con el
combatiente, llegando a proponer que las armas del soldado son partes de sí mismo y le hacen
47
ser lo que son. En el ejemplo que da frente a los soldados del Pol Pot, explica que no se puede
hablar de ellos sin referirse en la misma oración a sus armas así como al contexto social y las
tácticas militares que conlleva poseerlas22
Varios autores además de Gell toman la misma posición, Por ejemplo -como ya lo
vimos- Aranguren toma al fusil como parte de la corporalidad del sujeto (2007, p. 262), y
Broncano (2009) propone el término del hombre-arma o del arma-hombre desde la teoría
ciborg. Sin embargo reducir la identidad de un combatiente a la tenencia de un fusil
invisibiliza contenidos de existencia, y lógicas políticas y guerreras dentro de la organización
armada. Tengamos en cuenta que lo que caracteriza a un combatiente de las FARC-EP son
varios factores: un entrenamiento político, un entrenamiento militar, el cuidado de los
camaradas de su escuadra así como su propio cuidado y su pasado (un factor esencial cuando
nos referimos a la relación del guerrillero con su fusil).
El arma en este sentido no siempre es protésica, como lo pueden proponer, pues un
combatiente lo sigue siendo sin su arma en tanto son una célula militar como política.
Tomando en cuenta las posturas anteriores, claro que sí existe una conjunción de estos dos
seres (el fusil y el combatiente), pero esto sucede a partir de lo que Heidegger llama Sorge
(cuidado). En consecuencia lo que proponen Broncano, Aranguren y Gell es tan solo la
segunda capa de significado y no su totalidad. No se nos olvide que la fundación del vínculo
no es la acción de disparar, sino que es una toma de decisión que hace que las armas sean
intenciones humanas objetivadas y de ahí su importancia.
Por último me parece importante resaltar un aporte de Gell para esta discusión y es la
agencia que tienen los objetos en el ámbito de la antropología del arte. Para él, se pueden
atribuir significados intencionales a los objetos, haciendo posible el investir una agencia, en
el sentido en que se asignan acontecimientos a las materialidades. Para él no es idéntica la
agencia de un individuo a la agencia de una cosa, si bien los objetos no son seres intencionales
estos pueden representar una agencia secundaria actuando como medios a partir de lo que se
22 “los hombres de Pol Pot eran capaces de ser los agentes –muy malignos- que eran solo a causa de los
artefactos que tenían y que, por así decirlo, transformaban a simples hombres en demonios con poderes
extraordinarios. Su agencia sería imposible de concebir a no ser que se conjugara con la habilidad para la
violencia expandida en el espacio-tiempo que permite la posesión de las minas” (p.52), lo que acarrea la
existencia de una personalidad distribuída.
48
manifiesta y lo que se siente. Es decir que son extensiones de las personas, pues expresan y
explayan su agencia, en la forma de una “personalidad distribuída” 23:
Según esta lógica, los objetos del arte funcionan como extensiones protésicas de sus
usuarios, en la medida en que objetivan y transportan a la vida social la personalidad
de sus creadores o usuarios (Rampley, 2005: 538). En adición, la “naturaleza del
objeto del arte es la función de la relación social, la matriz en la que está engarzado”
(Gell, 1998: 7).
En otros términos, el objeto puede ser considerado como relacional a partir de la agencia que
se le atribuye, y su significado depende de su contexto que se caracteriza por la forma en la
que se desempeñan las relaciones sociales.
A partir de lo expuesto, los integrantes de las Farc-ep se enlazan a través de la idea
del arma a una estructura y dentro de ella encuentra sujetos similares con los cuales transitar
el camino de las ideas, amigos con los quienes compartir pasados, presentes y futuros. Se
genera un sentimiento de amistad en términos aristotélicos, es decir un alma que habita en
dos cuerpos, un corazón que habita en dos almas. Los camaradas en suma hacen parte de un
solo cuerpo (al cual deben cuidar para su supervivencia) y una sola alma (por la instrucción
política y militar). Compartir esos dos, tanto alma como cuerpo más unos pasados similares
hacen que se fortalezcan los lazos.
Esto involucra que el estar-ahí-en-el-mundo sea compartido. En esa medida, existen
unas vivencias simultaneas en las que el significado del arma se liga al ser y al actuar con los
otros dentro de la organización, otros que se convierten con el tiempo en “otros yo” (De
Castro, 2010), camaradas en los que se refleja: el uno mismo, con quienes se comparten
situaciones trascendentales y espacios de tiempo significativos: ya sea la primera vez que se
entró a la guerrilla, el primer combate o la primera vez que se perdió un camarada. Todos
ellos como temporalidades trascendentes otorgan significado a la realidad circundante y eso
es lo que vemos con la tercer capa de significado.
23 si nos basamos en la personalidad como un factor que diferencia a una persona de otras, que la hace o lo hace
única, nos encontramos con ciertos problemas, porque en este caso estamos catalogando la personalidad como
algo estático a partir de lo cual podemos comparar a unos y otros. Esta modalidad se da desde la teoría de los
conductistas y freudianos (Boeree, G, 1998). No obstante, todo el planteamiento del problema, en esta
investigación ha sido en términos existenciales y fenomenológicos, lo que implica que las formas de acercarse
al mundo son infinitas de acuerdo a la infinidad de seres fácticos, contextos y seres. Es por esto que en este caso
en específico no se está totalmente de acuerdo con el planteamiento de Gell.
49
El aprender cómo utilizar un fusil implicaba saber cuidar
el arma, hacerle un aseo constante. Era una unión del
combatiente con el fusil en tanto estaba con ellos en todos
los momentos. El combatiente de la misma manera
desarrollaba el oído y podía diferenciar los ruidos de la
selva con el sonido del fusil, así mismo sabían distinguir
a que distancia se encontraba el “enemigo” con solo
escuchar los disparos. Estaban enseñados a fundirse con
la selva, tener un paso sigiloso, y una vista de águila en la
guardia y en el enfrentamiento.
Saavedra, A. (2019). El combatiente en armas.
Dibujo.
50
PÉRDIDA
Durante el proceso de paz que se dio entre el gobierno Santos y las Farc-ep los combatientes
no sabían qué pensar, ya habían pasado por otras negociaciones y el resultado no era como
lo pensaban (tanto de una parte como de la otra), así que cuando hubo cese al fuego lo único
a lo que se atenían los combatientes era a las promesas y la palabra de sus comandantes,
debían tener fe de que sus vidas no estaban en peligro, creer que no los iban a matar. Tiempo
después, pasar a las zonas transicionales comprendía otro reto por la falta de seguridad frente
a lo acordado, las instalaciones a las que iban a llegar y las posibles emboscadas al estar fuera
del abrigo de la selva. Incertidumbre era lo que sentían los combatientes, sentían que
desconocían lo que sucedería impidiendo una previsibilidad de los hechos y de su propia
vida.
En ese contexto se les dijo que dejarían las armas, lo que proporcionó un ambiente de
perplejidad, desconfianza, titubeo. Se preguntaban. ¿Qué significaba dejar sus armas?, ¿Qué
implicaba ser otra persona además de la mujer y el hombre en armas?. Tenían claro que no
iban a dejar de pensar como lo hacían, pero que una parte importante de su vida se iba. Según
Rubín Morro:
La Dejación de las Armas fue transversal a cada integrante de las FARC-EP, y por qué no,
un pedacito de nuestra alma que se iba, y ojalá para siempre, fue un acto único y trascendental
en la guerrillerada; el fusil que fue por muchos años, nuestra extensión de vida y de defensa
de la nuestra y de nuestros compañeros y de nuestras familias. Nos obligaron a empuñarlas,
y luego de miles de víctimas producto de esta guerra, ha cambiado la ecuación. (Alegrías y
expectativas, 2017)
Sabían que era necesario dejarlas, que no valía la pena más muertes, que su lucha era política
ante todo, pero cincuenta años de combate era muy significativo. La mayoría de los
combatientes habían ingresado cuando eran niños o adolescentes, era casi media vida
portando un arma, un arma por y un arma para, y esas dos razones movían su vida,
potencializaban su actuar. El compromiso sin embargo era intacto, sabían que iba a ser duro,
que lo que les esperaba posiblemente podría ser más fuerte que la guerra por la estigma de la
sociedad y pasar a ser un civil. Raúl lo explica de esta manera:
La vida civil es más exigente que la vida militar, sin embargo, tenemos un compromiso
inquebrantable y haremos todo lo que este en nuestro alcance para el cumplimiento de los
51
acuerdos, y si no es eso, al menos el cumplimiento de la constitución, garantizar la vida, el
trabajo, el empleo, la tierra, bueno todo lo que dice el acuerdo es lo que debe hacer un
gobierno democrático como dicen estos que son” Luego le pregunto ¿Alguna vez usted pensó
que esto hubiera sido posible? Respondiendo “Claro que sí, desde luego, como le digo
siempre nos imaginábamos que íbamos a llegar a un acuerdo de paz como sea, aunque en
algunos momentos de verdad uno cree que puede llegar al poder por las armas, eso nos
mantuvo también vivos durante mucho tiempo, digamos con esa idea que fuera posible una
insurrección popular que pusiera el poder en manos del pueblo. (Comunicación personal 18
de Abril de 2020)
Llegar al poder por las armas no era una simple idea, en algún momento fue una convicción,
la relacionalidad de aquel momento le daba un significado potente al arma, ella podía
transformar el presente y las estructuras políticas sobre las cuales se sostenía la sociedad
colombiana. La primera, segunda y tercera capa de significado eran más densas que nunca y
esa conglomeración de significados eran apertura y creación de mundo.
Posteriormente, cuando se les pide dejar las armas hay una revisión de todos esos
significados y de lo que debían dejar atrás. Claro solo era dejar un objeto, una herramienta,
un medio, pero de lo que no se daban cuenta es que ella era espejo de sus vidas era parte de
su cuerpo. Ezequiel Gonzáles dice en una entrevista:
Hace poco, unos seis, siete días hice dejación de armas. Se siente como un momento de
tristeza. Hay dos partes: una es tristeza y la otra es esperanza (…) Tristeza porque por medio
del fusil nos hacíamos escuchar y nos respetaban, y teníamos una seguridad de que éramos
nosotros con el fusil, era él el que nos defendía; y la esperanza, porque vamos a sacrificar a
nuestro compañero, al fusil, por ir a hacer política". (Así fue el día en que me entregaron el
arma y el día que la dejé, 2017)
Por otra parte Raúl explica:
Yo no sé cómo le hayan dicho a usted pero yo sé de gente que lloró, hubo gente que le da
mucha nostalgia no porque quisiera retenerla, sino porque es separarse de su compañera, de
su compañero de todo el tiempo, de quien le garantizó la vida no solamente a él sino a los
compañeros con quien usted defendió sus ideales durante tanto tiempo. Y bueno y dejarla
porque ahorita nos vamos a defender con la palabra bajo el compromiso que nos van a respetar
la vida, cosa que no se sabía si sí era, si nos iban a meter presos, si nos iban a matar, pues eso
fue durísimo (Comunicación personal 18 de Abril de 2020)
52
Para estos combatientes la capa de significado más importante es la de la seguridad, sobre
todo porque es la capa más superficial de significado y la más reciente en términos espacio-
temporales. ¿Acaso esto significa que no existan las otras capas de significado?, No, puesto
que las otras capas están ubicadas en unas estructuras de temporalidad más profundas, es
decir, están más lejanas en el tiempo. El pasado, por ejemplo, es la primera capa que otorga
un primer acercamiento y relacionamiento con el mundo de la revolución y sigue ahí,
constantemente, perpetuamente y todas las capas de significado se aglutinan y no es hasta el
momento de perder el fusil que se cae en cuenta de la trascendencia que tuvo para su vida.
Según Ricardo:
Uno no deja de sentir cierta nostalgia no solo por el arma sino también por la comunidad que
dejábamos de ser, esa comunidad de armonía, de familia, de superar las dificultades de guerra,
uno no deja de sentir nostalgia, dejar el arma uno sabía que era un medio, era una herramienta
de trabajo, no era pues un fin, entonces cuando uno entendía eso no se apegaba mucho al
arma, pero si había unos compañeros que si enamorados de su fusil totalmente y al entregarlos
un rostro triste y aburrido por tener que hacerlo, pero a mí me dio más tristeza por separarme
de la familia que tantos años uno formó. En el fondo las Farc, su propósito era político y ese
propósito sigue dándose en el escenario político, sin embargo uno ve que el país no ha
cambiado mucho y seguramente faltará mucho tiempo para que vean al adversario político.
(Comunicación personal 16 de Abril de 2020)
Ricardo distingue en el arma comunidad, familiaridad, cotidianidad, seguridad
consecuentemente la tercer capa de significado. Para él dejar el arma era en parte el adiós de
la colectividad, el elemento que los vinculaba ya no estaba más allá y había miedo de perder
todo lo que se había construido con ese fusil. Él agrega:
La dejación del arma genera nostalgias y emociones en los combatientes (En el momento de
dejar las armas se era aún combatiente), en unas personas esos sentimientos eran más fuertes
que en otras. Igual que cuando se ingresó al movimiento armado se deja atrás una forma de
vivir, unos hábitos, unas cotidianidades, la familia, etc., al regresar a la vida legal se
desprende uno de todo ese entramado de relaciones interpersonales construidas en la
solidaridad de grupo prácticamente familiar, de la particular forma de vida en lucha diaria en
muchos aspectos. En ese contexto de confrontación militar, el porte del arma sicológicamente
genera un estado de seguridad y se convierte en parte de la cotidianidad, y por supuesto que
al hacer la dejación queda esa sensación de estar expuesto y vulnerable y es donde afloran los
53
sentimientos y emociones, pues se hace conciencia que en ese momento se está dando un
cambio total en su vida. (Comunicación personal 4 de Junio de 2020)
Para ellos no era fácil la transición, en el papel estaba escrito que era un paso de la “guerra a
la paz” de ser un “combatiente a ser un civil” pero en realidad no era tan fácil. El día que
llegó la ONU a los espacios de concentración entregaron sus armas y les entregaron un
certificado a cambio, en el que expresaban que dejaban las armas y que tenían un compromiso
con la paz.
Eso era lo que les quedaba después de la dejación, un certificado, pero así mismo
miedo a perder la comunidad que eran y miedo por la inseguridad que sentían. Con el tiempo
se tenían que adaptar a otras formas de ser, a un mundo en dónde la plata lo movía todo, un
mundo dónde la relacionalidad dependía de las fuerzas de oferta y de demanda. Yolima
Ranirez dice:
Es algo duro porque uno ya estaba acostumbrado a esa vida de campamento era un orden del
dia que uno se hacía personalmente, cada día uno solo pensaba en prepararse y estar activo,
mientras aquí en la ciudad las cosas son muy diferentes, es una vida tenaz, hay que saber
sobrevivir en la ciudad por que hay que pensar en todo para sobrevivir. Inmediatamente le
pregunto ¿qué es lo que más le trae nostalgia? Y ella dice A mi todo me trae nostalgia pero
lo que más tristeza me da es habernos dividido tanto, cuando allá adentro eramos tan unidos
eramos una familia pero en realidada todo me trae nostalgia. (Comunicación personal 26 de
Noviembre de 2018)
Según Carrillo (2017) la transción implica el reto invisible del encuentro cultural y las nuevas
convivencias ajenas a las farc-ep. Por ello no era simple ni sencilla, ellos no estaban en total
control como antes, como así lo sentían con el arma, las cosas acontecían y ese acontecer
implicaba tener que sobrevivir, pero en un plano más personal asumir su pasado y sanar
heridas para poder seguir en un presente diferente.
Las cosas dentro de la guerrilla no fueron color de rosa, vivir en una guerra es dañino
para todos los implicados y el arma fue una idea, un símbolo pero por el cual perdieron
mucho, perdieron a su familia, a sus amigos, o la posibilidad de ser otro. Para Beatriz:
Todos nosotros fuimos víctimas del conflicto (…) inclusive la misma guerrillerada, que eso
nadie lo sabe (…) de los dolores y los traumas que tienen los guerrilleros. A muchos
guerrilleros los paramilitares en compañía de los militares les mataban a sus familias, sus
mamás, sus amigos y esas cosas si no las cuentan, eso si no lo dicen, entonces lo que quiero
54
decir es que todos fuimos víctimas del conflicto y llevamos todos cicatrices en el alma de
alguna manera, entonces llegar al proceso de paz, yo digo que es lo mejor que le ha podido
pasar al país, pero eso desafortunadamente no lo valora la gente. (Comunicación personal 19
de Noviembre de 2018)
REY: “cuando uno quiere en verdad algo es en verdad
difícil abandonar y es tan duro y de usted ser guerrillero y
tirarse a ser un civil sería duro porque primero que todo
usted si es civil tiene que comenzar una nueva vida”
(Entrevista, “The las days of blood in Colombia”, 2015)
Saavedra, A. (2019). Entrega de armas. Dibujo
Saavedra, A. (2019). Entrega de armas. Dibujo.
55
ÚLTIMAS CONSIDERACIONES
Quiero expresar al lector que el significado del arma no era lo mismo para todos, pues este
dependía de las vivencias de cada combatiente, por eso para unos fue más fácil que para otros
entregar su fusil. Sin embargo todos en cierta medida asociaban al arma estas tres capas de
relacionamiento: pasado, ideología y militancia, comunidad y seguridad. Mucha gente dice
que es difícil separarse de las armas por el poder que estas les otorgaban. Si bien esto puede
ser cierto, esta forma de pensar invisibiliza el porqué, invisibiliza las vivencias dentro de la
guerrilla e invisibiliza un para qué. La tarea de presentar estas capas de significado es en
cierta medida una desmilitarización de la idea del arma, una muestra de lo que ella es no para
las víctimas, no para el estado sino para los combatientes de las Farc-ep, quienes son un
mundo en sí mismo.
56
CONCLUSIÓN: EL ARMA COMO OBJETO
SIMBÓLICO
Hay una frase de Tim Ingold que dice que la antropología es filosofía con las personas. Eso
es lo que intenté hacer en esta investigación, unir tanto la antropología como las filosofía,
dos disciplinas que tienen mucho que decir frente a la existencia del ser humano y cómo se
desenvuelve en la misma. Lo que extraje de la filosofía es que la relacionalidad del ser-ahí-
en-el-mundo nos constituye como personas y lo que saqué de la antropología es que no somos
ajenos al lugar al que nacemos ni ajenos a las personas que nos rodean.
La idea de la antropología es mostrar la inmensidad de posibilidades que existen para
ser y hacer y expresamos el conocimiento que hemos aprendido con y gracias a los otros,
somos conductores de realidades, realidades contingentes y paralelas que se entrecruzan y
forman mundos específicos. Como dice DeViveiros, si hay algo que corresponde a la
antropología no es la tarea de explicar el mundo de los otros, sino la de multiplicar nuestro
mundo, poblándolo con todos esos expresados que no existen fuera de sus expresiones.
(2011, p.212)
Gracias a esas dos disciplinas encontré al arma dentro de los relatos de los
excombatientes, y empecé a desarrollar una investigación en torno al significado que tenía
ésta en el mundo de las Farc-ep. Junto con los excombatientes discutimos acerca de lo que
fue su vida en armas, por qué habían ingresado a la guerrilla y por qué se habían mantenido
en la lucha. Me causó mucha curiosidad saber que la razón eran múltiples ideas que se habían
otorgado al arma, como desestabilizadora del esqueleto que sostenía a la sociedad y como
estabilizadora de sus realidades.
El fusil en su totalidad compuesto por varias capas de significado que se habían
creado en particularidades espacio-temporales era un signo, específicamente un símbolo que
tenía una relación arbitraria con lo que se representaba. En otras palabras, el arma no era solo
una herramienta, sino una variedad de estados afectivos trascendentes que se apegaban a la
idea preliminar del arma. El espacio emocional era el escenario a partir del cual el Dasein
abría y remitía significado. Según Heidegger, el signo-ahí se mantiene enteramente dentro
de un “inmediato” estar‐en‐el‐mundo.
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El arma consecuentemente es un ente cuyo ser tiene el carácter del estar‐en‐el‐mundo
y a cuya constitución de ser le pertenece la mundaneidad misma, es decir que el “para‐qué”
del arma está construido por una estructura de espacio y de tiempo en por‐mor del Dasein.
Lacan en su registro de lo simbólico expresa una idea similar, él dice que el símbolo del
objeto es justamente “el objeto ahí”. Es el objeto encarnado en su duración separado de sí
mismo.
Por eso el fusil para los combatientes era de alguna manera, diversos momentos con
una cierta coloración afectiva que genera un significado siempre presente. Por eso Lacan
explica que el símbolo permanece al tiempo y no perece, ya que es conservado como tal
gracias a los otros que hacen subsistir su duración.
En relación a lo anterior se han escogido las capas de significado, porque cada estrato
de significación es una realidad en sí misma, no es posible igualar el yo antes de las armas,
con el yo en iniciación política y militar, con el yo en armas, puesto que la relacionalidad es
distinta a cada momento. Entonces el Dasein como ser-ahí ve al arma de forma distinta,
porque la existencia siempre cambia y está en movimiento.
La superposición de capas implicaba que un significado se relacionara con el
siguiente, es así como pasado se relacionaba con ideología y militancia y esta última se
conectaba con comunidad, familiaridad, seguridad. Luego la unión de capas generaba una
totalidad significativa que aconteció al momento de dejar las armas. En ese momento liminal
afloran todos los significados. Es un momento de pérdida porque el arma refleja
cristalizaciones de tiempo en las que nacen intenciones humanas, que son materializadas u
objetivadas en el fusil. El arma por consiguiente es reflejo de vida: de pasados, ideología,
seguridad y comunidad.
58
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