Había una vez una brujita que se llamaba
Martina.
Martina no tenía amigos y decidió hacer un
hechizo para conseguir amigos; así se fueron todos
juntos al campo de paseo, donde se encontraron
una casa abandonada, y dentro vieron ¡algo
terrible! Había animales encadenados.
Era la casa de una malvada bruja que utilizaba a
sus animales para sus recetas de bruja mala.
Entonces, Martina y sus amigos querían liberar a
todos los animales. Mientras uno pegaba en la
puerta para que la bruja saliera a abrir. Martina y
sus amigos entraron por la ventana para salvar a
todos los animales que estaban presos.
Fin
Escrito por Las brujitas de Oscua,
Isabel Martín Jiménez, 2ºB
Rocío Rodríguez Martín, 2ºB
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