La contabilidad en la que he estado navegando, a mi parecer siempre ha estado ubicada mas cerca de la cocina, sin negar que existe la posibilidad de que esta cocina tenga una pequeña puerta que conduzca a la biblioteca. Durante los años que he trascurrido en la universidad, cada uno de los días aprendo a como a aplicar un herramientas a fin de llegar a un objetivo.

La cocina contable ha constado siempre de la aplicación de unos lineamentos contables generalmente aceptados, nos enseñan cada día como interpretar estos lineamientos, como aplicarlos según las necesidades. Sin embargo en muy pocos momentos de la carrera se presentan posibilidades de formar nuevas técnicas o crear nuevos desarrollos que se acomoden a las necesidades locales. Inicialmente existe una receta (partida doble), durante el inicio de la carrera el objetivo es conocer la receta, un segundo paso consistiría en aprender a aplicar la receta y finalmente se practica saliendo solos a la cocina.

En algunos momentos se habla de que cada cocinero (estudiante) esta en la posibilidad de crear su propia receta, hacerle modificaciones a receta original o simplemente acomodarse a la receta y aplicarla plenamente. Sin embargo llegando a la realidad solo existe en la practica la posibilidad de acomodarse a la receta. En la universidad se trata de promover el desarrollo de nuevas recetas y se dice que se promueve dichas actividades (universidad con espíritu investigativo), sin embargo estos espacios son extremamente limitados, que la carrera en si misma anula.

La universidad podría acercase mas a la biblioteca si se ampliaran los escenarios posibles que invitaran a los cocineros a salir de la cocina y aprender a hacer sus propias recetas, o si en el espacio de la cocina se abrieran oportunidades diferentes para la generación de nuevas recetas y no ceñirse al libreto.

Por otro lado pienso que no queremos salir de la cocina o de nuestra zona de confort los cocineros. Para muchos profesionales contables hablarles de investigación en la carrera es hablarles de hacer sus conocimientos ya asimilados obsoletos y por tal motivo ven con temor o recelo el desarrollo de nuevos conocimientos en la profesión. Es necesario acabar con este tipo de paradigmas, generar conciencia tanto en el cocinero como en el que pretende enseñar como aplicar la receta, que no es suficiente saber la formula y que es necesario llegar mas allá y preguntarnos sobre las necesidades actuales y los vacíos que aun faltan por llenar en la profesión y así se acercaría mas la cocina a la biblioteca.