PROGRAMA INTERDISCIPLINARIO DE LA UBA PARA EL DESARROLLO
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LA CONTINUACIÓN DEL PROCESO DE INDUSTRIALIZACIÓN EN ARGENTINA.
Abordaje sucinto de tres etapas recientes y elementos para la definición de una estrategia
-PRIMERA PARTE-
Elaborado por Lic. José Villadeamigo
Octubre 2011
///Versión para discusión///
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―More often individuals acting separately to promote their own ends are too
ignorant or too weak to attain even these. Experience does not show that
individuals, when they make up a social unit, are always less clear-sighted than
when they act separately‖
John Maynard Keynes, J. M. Keynes, The end of Laissez Faire, Hogarth Press, 1926;
London, [1926], Page 287-8
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo, en esta primera parte, aborda en forma sucinta la cuestión de las
limitaciones del modelo ISI en Argentina, la discusión a que ello diera lugar a fines de los ‗60
con la finalidad de identificar y escoger la estrategia de industrialización que permitiría
superarlas. Además, se observan los efectos generados sobre el proceso de industrialización
durante los años 1973-86 y los ‘90, las políticas macroeconómicas de carácter ortodoxo
implantadas y que implicaron, de facto, la adopción de una estrategia de industrialización
conducida, en varios aspectos, por el mercado. O, al menos, que estuvieron de acuerdo a una
concepción afín a las postulaciones de corte liberal en cuanto al tratamiento de las relaciones
comerciales y financieras con el exterior, del mercado de trabajo y del sector público. A ello
se agrega una selección de enfoques teóricos vigentes acerca de la industrialización como
elemento significativo de las políticas de desarrollo a aplicar en los PED.
Debe remarcarse que el tratamiento de estas cuestiones enfocó sólo algunas de las variables
consideradas por los estudios dedicados a la industrialización, en general y a la Argentina, en
particular. Y que el trabajo complementa lo tratado en los cuatro Simposios PIUBAD en los
meses de Mayo, Junio y Julio de 2011.
En la segunda y tercera partes de este trabajo, se incluirán otras variables importantes en el
proceso de industrialización, no tratadas aquí o examinadas en forma muy acotada, y se
discutirán las estrategias, someramente expuestas en el punto III.3 de esta primera parte.
Finalmente, se pretende tratar el tema de las ramas de actividad a considerar como factores
importantes para continuar la industrialización argentina bajo condiciones de competitividad
y las modalidades posibles para encarar la cuestión del fomento manufacturero.
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INDICE
I. Premisas centrales
II. La industrialización y el Desarrollo Económico
III. Rememoración sucinta de tres etapas recientes en materia de industrialización en
Argentina
III.1 Las limitaciones del modelo ISI y las estrategias de industrialización en Argentina
III.2 La industrialización en los períodos 1976-83 y 1989-2001: Su base teórica y sus
resultados
III.3 La recuperación industrial desde 2003 y sus características más notorias. IV. Elementos para la selección de una estrategia de industrialización y deducciones
preliminares. IV.1 La Industrialización en el Proceso de Desarrollo Económico
IV.2 Algunos enfoques actuales acerca del crecimiento, el desarrollo y la industrialización
IV.2.1 La visión teórica de raíz estructuralista IV.2.2 El enfoque de la capacidad tecnológica
IV.2.3 La preeminencia de la IED
IV.2.4 La postura de las restricciones limitantes y la Reforma macroeconómica
IV.2.5 Algunos enfoques heterodoxos sobre el crecimiento y su significación para la estrategia
de industrialización
IV.2.6 La experiencia de los Tigres Asiáticos
IV.3 Consideraciones acerca de la industrialización argentina a comienzos del siglo XXI
IV.4 Deducciones preliminares
IV.4.1 El Rol del gobierno
IV.4.2 La capacidad tecnológica, la competitividad productiva y la focalización
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I) PREMISAS CENTRALES
La industrialización está enmarcada en el proceso de desarrollo económico.
El avance de la industrialización se concibe como resultante del accionar del sector privado de la
economía con una participación estatal que tiene como objetivo general el desarrollo económico.
La industrialización desempeña, en el caso argentino, un rol importante en el desarrollo
económico nacional.
El crecimiento económico es un elemento central del proceso de desarrollo económico.
Lógicamente, no cabe aceptar que el desarrollo sea independiente del crecimiento y por ende, la
industrialización requiere de éste para concretarse. Pero, también, el crecimiento económico se
beneficia de la industrialización para constituirse en robusto y sostenido.
El crecimiento debe ser inclusivo, es decir, que no crea, solamente, nuevas oportunidades
económicas sino que también deben ponerse al alcance por igual de todos los segmentos de la
sociedad. Y la inclusión implica la búsqueda y el logro del pleno empleo.
En el caso de las economías en desarrollo, el intercambio con el exterior, considerado
independientemente de la composición del mismo, no garantiza la consecución de un grado
mayor de bienestar ni el alcanzado por las economías desarrolladas. Por ello, sólo el progreso
hacia la producción con una cierta diversificación de bienes y servicios, alta intensidad
tecnológica y con altos niveles de eficiencia, permitirá extraer de las relaciones con el exterior
ventajas mutuas capaces de realimentar el crecimiento económico y los beneficios propios del
intercambio.
II) LA INDUSTRIALIZACIÓN EN EL MARCO DEL DESARROLLO ECONÓMICO
El pensamiento económico (integrado por la teoría y la política económicas) ha
encarado la cuestión del desarrollo económico y de la industrialización, específicamente,
para el caso de las economías menos desarrolladas. La teoría del desarrollo económico
contiene elementos importantes, dentro de los cuales se ubican los aspectos ligados a la
industrialización. La temática del desarrollo fue analizada con enjundia en la Segunda
Posguerra y entonces, avanzó en la estructuración de un pensamiento que contiene
conceptos todavía vigentes. Pero, además, dado que existen hoy elementos novedosos
importantes en la realidad económica nacional e internacional, acaecidos en buena
medida en el último tercio del S. XX, se han introducido modificaciones en varios
aspectos de ese cuerpo de pensamiento1. Por ello, cabe incorporar los elementos que la
teoría y la política económicas han elaborado en ese tiempo así como las adaptaciones
que aparezcan como necesarias ante las particularidades específicas de la realidad (v.g.
el caso argentino actual).
La teoría del desarrollo ha evolucionado sobre la base de su propia dinámica interna y/o
en respuesta directa a las manifestaciones de la realidad, lo cual ha permitido tener hoy
una visión más amplia y aproximada del proceso de desarrollo. Sin embargo, debe
señalarse que, también, se adoptaron algunas concepciones sesgadas y simplistas como
las que plantean que las experiencias de desarrollo han demostrado ―la irracionalidad
del intervencionismo estatal en contraste con las virtudes incuestionables de la economía
pura de mercado‖, y de que el requisito indispensable para el desarrollo es el paso de
―la planificación (económica) al mercado‖. Si bien el aumento del intercambio con el
resto del mundo y un mayor grado de liberalidad en ciertas áreas de la economía, han
significado progresos para el crecimiento de varias economías subdesarrolladas, ello no
implica que sea inobjetable que el mercado es el factor de éxito generalizado e
1 Desde que surgiera por vez primera, en los ‘30, la cuestión del ―desarrollo‖ y su prosecución ampliada al término
de la Segunda Guerra Mundial, han tenido lugar muchos cambios tanto en el ámbito de la experiencia como en el
de la teoría del desarrollo. Algunos sucesos recientes han justificado el replanteamiento, evaluación o revisión de
nuestras primeras observaciones acerca de la naturaleza del desarrollo económico y social (Amartya Sen, ―Teorías
del desarrollo a principios del S. XXI‖)
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independizado de toda política gubernamental. (A. Sen, 1999; Malinvaud et al. 1996).
La experiencia de varios países en desarrollo (PED) del este de Asia desmiente que la
vía hacia un crecimiento sostenido, con cambio estructural, no puede lograrse mediante
políticas en las que el Estado adopta un rol prominente.
La consideración, en el plano de la teoría y la política económicas, de la continuación
del proceso de industrialización en Argentina debe tomar en cuenta los enfoques de
tres momentos referenciales:
el debate encarado a fines de los ‘60 y en la primera mitad de los ‘70 en
Argentina2, respecto a las limitaciones del modelo ISI y las propuestas de
estrategias para la continuación de la industrialización;
la base teórica que sustentó la experiencia de los períodos 1976-83 y 1989-2001 y
sus resultados;
la recuperación industrial desde 2003 y sus características más notorias.
III) REMEMORACIÓN SUCINTA DE TRES ETAPAS RECIENTES DE LA
INDUSTRIALIZACIÓN EN ARGENTINA
III.1 Limitaciones del modelo ISI y las estrategias de industrialización en Argentina.
III.1.1 La discusión analítica ya realizada (en el caso de la Argentina en los ‘60-‘70) contiene
elementos importantes respecto a las estrategias de industrialización y la selección de
ramas de actividad manufacturera necesarias para conseguir la industrialización
(expandirla y profundizarla). Asimismo, se habían obtenido conclusiones particulares
referidas a los requisitos a cumplir para avanzar en el proceso de industrialización (el
que se había iniciado bajo los condicionamientos surgidos del desequilibrio del balance
de pagos, una vez modificado el contexto externo desde 1929 y la inserción de la
economía argentina en el mundo, y proseguido bajo la tendencia sistemática al déficit de
la cuenta corriente3):
aumentos de la productividad del trabajo a través de una mayor integración del sector
manufacturero, una adecuada selección tecnológica, la consecución de economías de
escala ampliando el tamaño de mercado (por la integración y la progresividad en la
distribución de la renta).
desarrollo de las actividades complementarias a la industrialización como las
infraestructuras económicas y sociales
el acceso a los mercados externos sobre la base de ciertas y determinadas ramas de
industria, acentuando y racionalizando la participación estatal en el proceso de
industrialización.
La revisión de tales elementos –analíticos y conclusivos- a la luz de la realidad presente
es una tarea útil (para actualizar, validar o rechazar las conclusiones).
Una de esas estrategias fue la de avanzar en la integración productiva sectorial,
incorporando la producción interna de bienes de capital e intermedios, lo cual
significaba que había que encarar proyectos de inversión en rubros o actividades
inexistentes, o que alcanzaban una escasa magnitud productiva y/o con insuficientes
niveles de productividad. Este criterio de selección recurría al concepto teórico de los
2 El debate no se circunscribió a Argentina sino que alcanzó estatura internacional ya que tuvo lugar en Brasil,
México y otros países latinoamericanos así como en organismos internacionales como ILPES-UN Y CEPAL. 3 J. Sakamoto, ―El sector externo y el proceso de industrialización argentina. Una estimación de la brecha
comercial‖, ILPES-UN, 1968.
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encadenamientos hacia atrás y adelante y a la concepción del ―desarrollo basado en los
desequilibrios‖ económicos4 (Hirshman, 1967).
Asimismo, se había planteado la cuestión del tipo de tecnología a adoptar, las
implicancias derivadas del aumento de la relación capital-trabajo aneja a la importación
de bienes de capital (con una determinada tecnología incorporada) y del tipo de
actividades productivas encaradas y a encarar (intensivas en mano de obra o en
capital)5. Para la elucidación de esta temática, se recurría a los elementos teóricos
basados en las hipótesis ortodoxas o no (K. Arrow, H. B. Chenery, B. S. Minhas y R.
Solow, 19616; N. Kaldor, etc.), generándose además aportes locales importantes
(comprendidos en las contribuciones de los estructuralistas latinoamericanos) respecto
al caso argentino y demás economías de la región. Se sostenía, al respecto, lo siguiente:
―Una encuesta de la CEPAL7 relativa al desarrollo industrial de América Latina ha
revelado que los niveles tecnológicos se asocian a la competencia del mercado, la edad
de la industria, las fuentes de financiamiento, las conexiones con empresas extranjeras,
el carácter de la empresa y la actitud empresarial de la administración. Suele prestarse
escasa atención a la selección de técnicas más compatibles con las características y
recursos de la región. En ausencia de programas o políticas nacionales para la
aplicación de la tecnología al desarrollo, la selección de procesos de manufactura y
tamaños de planta depende enteramente de los productores individuales. Las tecnologías
seleccionadas son a menudo inadecuadas, de manera que se utiliza un capital excesivo,
mientras que las capacidades son empleadas muy deficientemente. El proceso puede
agravarse por defectos institucionales: la naturaleza de las empresas, la capacidad
administrativa, las deficiencias del mercado, que a menudo tienen un impacto mayor que
la dependencia tecnológica‖ (Graham Jones, 19738).
4 Cabe señalar que el criterio de los grandes bloques de inversión implícito en el enfoque del desarrollo equilibrado
de Rosenstein-Rodan (1943) y R. Nurkse (1954) –una visión diversa respecto a la forma de salir del atraso y
estancamiento de las economías en desarrollo- presentaba el grave inconveniente de exigir montos de capital y
financiamiento que no están al alcance de tales países. Una versión más reciente de este criterio de desarrollo es la
expuesta por K. M. Murphy et al, ―Industrialization and the big push‖, NBER Working paper No. 2708, 1988. Estos
autores sostienen que la coordinación de la inversión entre sectores –que puede ser promocionada por el
Gobierno- es esencial para la industrialización. 5 A fines de los ‘60 se sostenía lo siguiente: ―Muchas industrias ligeras tienen limitado contenido técnico, e
implican interrelaciones tecnológicas relativamente restringidas pero algunas de ellas, como la electrónica o la de
cámaras fotográficas, pueden depender de una tecnología muy avanzada. Así pues, aparte de esenciales industrias
pesadas básicas, tales como la generación de energía, parece realista concentrarse en las primeras etapas en las
industrias ligeras y tradicionales, pero prestando la debida atención a las normas de calidad, los costos y los
métodos de producción mejorados, al mismo tiempo que se generan facilidades de adiestramiento, capacidades
tecnológicas, eficiencia en el trabajo, arreglos financieros de apoyo, etc. A medida que se desarrollan localmente
las habilidades, las técnicas pueden volverse más complejas y la escala de producción tiende a aumentar.‖
De acuerdo con un informe de la Comunidad Económica Europea (CEE), estudios econométricos demuestran que,
en promedio, en una etapa de desarrollo correspondiente a un ingreso per cápita de 100 dólares, el 68 por ciento
de la producción industrial será de bienes de consumo y sólo el 12 por ciento de bienes de capital. Por otra parte,
cuando el desarrollo ha llegado a una etapa en que el ingreso per cápita es de 600 dólares, la participación de los
bienes de capital en la producción industrial habrá aumentado al 35 por ciento mientras que los bienes de consumo
sólo representarán el 43 por ciento. La participación de los bienes intermedios varía dentro de límites muy
estrechos‖;
CEE, ―Industrialization Schemes for the African States Associated with the Community‖. Comisión de las
Comunidades Europeas, junio de 1967, p. 12. 6 ―Capital-Labor Substitution and Economic Efficiency‖, Review of Economics and Statistics.1961
7 CEPAL: El segundo Decenio del Desarrollo de las Naciones Unidas. Desarrollo Industrial en América Latina.
Comisión Económica para América Latina. E/C N. 12/830, 13 marzo de 1969. 8 Ciencia y Tecnología en los Países en Desarrollo, FCE, México.
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Si bien todo eso debe tener, hoy, un tratamiento acorde a la evolución tecnológica
registrada en el último tercio del S. XX y su impacto sobre la producción industrial, la
organización de las actividades productivas, las redes, las habilidades (skills), etc., es
importante reflexionar sobre lo ya abordado y proseguir los análisis sobre unas bases
debidamente re-evaluadas.
En cuanto a los proyectos que surgirían del o los criterios de selección de ramas de
actividad debía concebírselos tomando en cuenta no sólo el mercado interno sino el
contexto de los intercambios con el exterior con la finalidad de superar las deseconomías
derivadas de la pequeña escala9 y la cuestión del desequilibrio de la cuenta comercial
(acentuado ¿paradójicamente? con el avance hacia la sustitución de bienes cuya
producción es más compleja y que demandaban crecientes magnitudes de divisas).
Una segunda estrategia consistía en la industrialización con base exportadora. La
discusión de los ‘60-‘70 ya había aportado el enfoque de la necesidad de exportar
(ciertos) productos manufacturados. Esta estrategia consideraba que el avance en la
industrialización requería abordar los mercados externos, distinguiéndose dos versiones
que consideraban:
la viabilidad de enfrentar el comercio libre en el resto del mundo avanzado;
la conveniencia de constituir mercados comunes compactos o regionales (ALALC) (D.
Félix, 197010
).
Hoy, se enfatiza más en el MERCOSUR y su ampliación posible; antes, se enfatizaba
también en las áreas importadoras potenciales en el mundo con mayor demanda efectiva
y rápido crecimiento del PBI11
.
Es interesante acotar, hoy, cuarenta años más tarde que el mercado regional ha cobrado
una importancia que no se había imaginado por este tipo de análisis en los ‘70. Aun
cuando es, también, fundamental indicar que el concepto de integración económica
regional está todavía por lograrse12
.
Pero, además, estaba el importante punto del tipo de bienes industriales a exportar (que
correspondían a distintos subsectores o ramas de industria), distinguiéndose:
aquellos bienes en los cuales la Argentina tenía capacidades competitivas, en varios
casos derivadas de las ventajas provenientes de la producción local de materias
primas e intensivos en el uso de mano de obra13
.
9 En ciertos rubros industriales el volumen de producción rentable es cada vez menor en función de determinadas
innovaciones tecnológicas (como el caso de los hornos eléctricos para la producción del hierro y del acero que
funcionan sobre la base de chatarra). Sin embargo, todavía, hay numerosos bienes en los que la escala mínima
para viabilizar una producción rentable constituye una limitación para los mercados de reducido tamaño. 10
―Más allá de la sustitución de importaciones. Un dilema latinoamericano‖ Pág. 188. Ver Nota 2) punto C) en
Apéndice. 11
Sin embargo, se reconocía que ―mientras no se alcance un nivel suficiente de competencia técnica, las
perspectivas de los mercados mundiales muy competitivos pueden ser limitadas, y el aumento del comercio regional
puede ofrecer el mejor camino del desarrollo industrial. Sir Arthur Lewis ha observado que "si los países en
desarrollo quieren crecer más de prisa que el mundo desarrollado, tendrán que comerciar relativamente menos con
el mundo desarrollado y relativamente más entre los mismos países en desarrollo". W. A. LEWIS, ―The
Development Process. Trabajo de Información para Ejecutivos, Núm. 2, Centro de las Naciones Unidas para la
Información Económica y Social, 1970‖. 12
No es secundario respecto al avance del proceso de integración bajo la óptica de una industrialización
necesitada de ampliar mercados para otorgarle escala a ciertas ramas de industria, el hecho de la regresión en
materia de política económica que implicó la NMC y el llamado Consenso de Washington difundido después de la
grave crisis de la deuda externa desatada en Latinoamérica en 1982. 13
Y en los casos en que se hubieran desarrollado tecnologías productos y procesos específicos en el país.
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también algunas otras ramas en las que un aprovisionamiento de bienes intermedios
y/o de capital, a precios adecuados, les permitiría acomodar sus costos y acceder a
mercados abastecidos por empresas en competencia de terceros países (sin excluir,
ciertamente, a los avanzados).
Se llegó a plantear además que la orientación exportadora de las ramas industriales
aptas existentes - y a perfeccionar- no excluía la continuación de la sustitución de
importaciones, dejando de lado el carácter de estrategias alternativas para pasar a
considerarlas como complementarias. ―En otras palabras, la Argentina no puede pasar
de una producción industrial orientada exclusivamente al mercado interno, a otra
orientada al mercado externo con prescindencia de la posibilidad de incorporar nuevos
bienes sustitutivos de importaciones, sino que el énfasis debe radicar en encontrar un
justo balance entre aquellas actividades industriales que sustituyen importaciones y
aquellas que requieren expandirse a mercados externos‖ (M. Brodersohn, pág. 15,
197014
).
Existió una tercera estrategia15
que insistía en la necesidad de:
abordar una adaptación de tecnologías respetando las exigencias y conveniencias de
la economía local y resolver la cuestión de la dependencia tecnológica (regulando las
transferencias de tecnología, etc.);
otorgar una mayor coherencia a la acción estatal acentuando su rol de orientador de
la inversión y de regulación de los mercados;
ampliar la participación de los capitales nacionales para avanzar en el proceso de
sustitución de bienes importados y el desarrollo de tecnologías específicas.
Además, estaba la conclusión arribada a partir del razonamiento con inclinación
―monetarista‖ que consideraba que las dificultades experimentadas en los ‘60 y ‘70 eran
consecuencia de la inflación, los déficit fiscales y las tasas de cambio sobrevaluadas.
Entonces, la superación de tales problemas provocaría automáticamente la vuelta al
crecimiento económico sostenido (D. Félix, 1970).
Esa superación se lograría merced a la adopción de estrategias macroeconómicas
delineadas sobre la base de reconocer la importancia de establecer un sistema de precios
libres, la búsqueda del beneficio privado, la asignación de recursos de acuerdo al
automatismo de los mercados eficientes y la consecución del equilibrio presupuestario.
III.1.2 Es preciso tener muy presente que las estrategias de industrialización discutidas
entonces se enmarcaban en un contexto macroeconómico del que cabe destacar algunos
aspectos clave. Uno, es la característica del régimen de acumulación de capital vigente
en el que el Estado desempeñaba un rol destacado; otro, la distribución de la renta y el
nivel de consumo de amplios sectores sociales16
y un tercero, el nivel de protección
otorgado a la producción local17
.
14
Estrategias de industrialización para la Argentina, Ed. Del Instituto T. Di Tella, 1970. 15
Esta estrategia no aparece presentada de un modo único por algún autor en particular sino que debe ser
reconstruida a partir de las críticas, observaciones y propuestas diseminadas en diversos trabajos analíticos y de
política económica en los años 60 y 70. 16
Es decir, la habilitación del consumo masivo, al menos, tomando en cuenta la escala de una población como la
de Argentina (en los ‘60 el número de habitantes era del orden de los 20/22 millones) y el nivel de la renta media
nacional per cápita XXXXX buscarlo. 17
Esta caracterización corresponde a Argentina aunque es extensible a los casos de Brasil y México,
principalmente.
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La relación entre la condición de la economía doméstica visualizada en términos
globales y el proceso de industrialización había recibido una especial atención en la
discusión sobre la continuación de este proceso.
Los economistas del desarrollo (C. Furtado, A. Pinto S., C. O. Sunkel, M. C. Tavares, y
varios otros) planteaban la razón del límite del crecimiento basado en el mercado
interno, en el cual el proceso de sustitución de importaciones desempeñaba el papel de
motor del crecimiento de la renta nacional. La búsqueda de la explicación los había
llevado a ahondar en la vinculación existente entre las variables macroeconómicas clave
y el avance en la industrialización (el tema era porqué y cómo la etapa de sustitución de
los bienes de capital e intermedios y la introducción de tecnologías adecuadas estaban
íntimamente relacionadas con la distribución de la renta doméstica, la capacidad del
estado latinoamericano de captar más ingresos y modificar la estructura económico-
social y la naturaleza de la relación económica con el exterior).
Más allá de la aceptación o no de la teoría del estancamiento, en cuanto a sus aspectos
específicos (C. Furtado, 1966; M. C. Tavares, 1973), elaborada para explicar las
limitaciones de la ISI (Pierre Salama, 200618
), debe rescatarse la importancia de
reconocer la existencia de vinculaciones importantes entre dichos aspectos de la
economía latinoamericana y el proceso de industrialización y crecimiento económico.
Cabe, entonces, revalorizar su importancia respecto de la continuación de la
industrialización manufacturera.
La macroeconomía, su orientación, (según el modelo teórico escogido y las políticas
respectivas) es el marco dentro del cual se concretará todo programa de
industrialización. Por ello, la industrialización no continuará, al menos por cierta
senda, si no se toman en cuenta las condiciones macroeconómicas y se escogen las que
son necesarias para concebir un programa de industrialización y crecimiento, el cual
contendrá la selección de subsectores y ramas de actividad que será preciso desarrollar.
Entonces, el conocimiento (o la teoría del desarrollo) dejado como herencia,
particularmente, en lo referido a porqué y cómo vincular ciertas variables con otras o a
establecer la relación existente entre el crecimiento económico y la industrialización, es
más importante que lo deducido de algunos modelos particulares planteados en su
momento19
. Hacer tabla rasa de todo ello, tal como lo pretende el enfoque neoliberal, es
volver a un camino incierto y que, hasta hoy, se ha mostrado muy poco fructífero o
decididamente, infructífero.
III.1.3 La cuestión del agotamiento del proceso de sustitución de importaciones remitía a la
interpretación del comportamiento del modelo ISI. En el caso argentino, aparte de las
visiones de tipo ―monetarista‖, se otorgaba mayor o menor importancia a ciertos
aspectos del proceso de industrialización (aspectos significativos, por diversos motivos).
Uno de ellos es el comportamiento del coeficiente de importaciones (M/PBI.100)20
.
Cuadro 1:
Evolución de la relación entre Importaciones y PBI (M/OBI)
18
―¿Por qué esa incapacidad para alcanzar un crecimiento regular y elevado en América Latina‖; Foro
Internacional 186, XLVI, 2006 (4), 630-662 19
Ver Nota 1 en el Apéndice. 20
Debe señalarse que la información estadística oficial no proporciona series elaboradas del destino sectorial,
subsectorial, por ramas y actividades de las importaciones. Diversos órganos técnicos no oficiales y trabajos de
investigadores realizan estimaciones aproximadas de ello; sin embargo, no alcanzan a elaborar series completas de
conocimiento público, al modo de las oficiales.
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Quinquenio M/PBI.100
1925-29 25,0
1950-54 10,2
1955-59 10,5
1960-64 11,2
1965-69 9,2
1970-74 9,1
1975-79 8,5
1980-84 7,6
1985-89 6,4
1990-94 9,9
1995-99 11,8
2000-04 9,6
2005-09 12,4
2010 14,0
Fuente: Quinquenio 1925-29: Díaz A. (Etapas de la Industrialización Argentina, Marzo 1970, pág.320) y
elaboración propia sobre la base de BCRA (1976), Ferreres, op cit.
Cuando se aceptaba que la disponibilidad de divisas constituía una restricción al
crecimiento de la producción manufacturera y al de la renta nacional, el hecho que el
avance en el proceso de industrialización trajera consigo una demanda sucesivamente
mayor de ese ―bien‖ escaso, significaba que era un camino indeseable puesto que, en
algún punto, se tornaba inviable21
.
El razonamiento anterior se completaba tomando en cuenta que a medida que se
avanzaba desde la sustitución de unos productos industriales (los bienes de consumo
sencillos) a otros (los bienes que exigen mayores niveles de capital, utilizan las
tecnologías propias de economías industrializadas avanzadas correspondientes a las
etapas de más alta renta per cápita y por ende, de escalas de producción más elevadas,
etc.), resultaba que el período de crecimiento de la producción local de estos bienes se
tornaba más corto. Es decir, las industrias de sustitución fácil o ―vegetativas‖, en
general, presentaban la posibilidad de un crecimiento de mayor duración y con precios
que se iban aproximando a los niveles internacionalmente competitivos, en tanto que las
de carácter más avanzado (bienes de capital e intermedios) tenían un comportamiento,
en general, opuesto.
A su vez, la demanda de divisas de unos y otros era distinta: la sustitución de los bienes
de capital y los intermedios terminaban demandando más divisas que los otros. Eso se
reflejaría, entonces, en que la relación M/Y no desciende o bien, aumenta. Así, la
industrialización, ante la limitación de divisas, provocaría las fases de auge-recesión con
tendencia a agudizarse22
. Esto estaría mostrando el fracaso de la ISI.
Gráfico 1
21
Ver Nota 2 en el Apéndice. 22
Además, algunos consideraban que la inelasticidad de la demanda- precio de bienes importados por parte de un
grupo de industrias ―dinámicas‖, incidía sobre los costos manufactureros en ocasión de las devaluaciones y ello se
traducía en alzas bastante generalizadas de precios de los bienes domésticos.
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COEFICIENTE DE IMPORTACIONES (M/PBI) PERÍODO 1950-2010
2,0
4,0
6,0
8,0
10,0
12,0
14,0
16,0
1950
1954
1958
1962
1966
1970
1974
1978
1982
1986
1990
1994
1998
2002
2006
2010
Año
Po
rcen
taje
s
M/PBI
Fuente: Elaboración propia sobre la base de BCRA Sistema de Cuentas del Producto e Ingreso de la
Argentina (1975); INDEC, Cuentas Nacionales.
Otro aspecto vinculado al escaso dinamismo de la producción manufacturera es el del
patrón de demanda y la elasticidad ingreso de la demanda de los bienes manufacturados.
Se observaba que, a fines de los ‘60, la elasticidad ingreso de un grupo grande
(aproximadamente la mitad) de bienes manufacturados era menor a la unidad, en tanto
que los que tenían una elasticidad mayor a la unidad comprendían al resto. De este
modo, el dinamismo de la demanda quedaba estrechado, alcanzando a un grupo parcial
de los bienes producidos en el país23
.
La conclusión que se extraía de ello era que debía abandonarse la sustitución de las
industrias dinámicas y dedicarse a las vegetativas24
, lo cual significaba la elección de un
modelo alternativo en el cual el sector externo sería clave pues se superaría la limitación
de divisas: las exportaciones debían dedicarse a los países desarrollados, adaptando el
producto de esas industrias a las exigencias pertinentes y logrando, así, mediante las
manufacturas, la participación en mercados dinámicos.
Otra interpretación de los hechos (la caída del coeficiente M/Y y el límite existente para
la continuación del proceso de industrialización) conducía a reconocer las posibilidades
de la persistencia del modelo ISI y se basaba en las hipótesis formuladas respecto al
comportamiento de las exportaciones (en tanto proveedoras del bien escaso, la divisa). Si
las exportaciones tradicionales lograban crecer a ciertas tasas, el proceso
industrializador proseguiría a pesar del mantenimiento del coeficiente de importaciones.
Entonces, era el carácter pesimista de la hipótesis exportadora de los bienes
tradicionales de Argentina el que determinaba que se estuviese ante la posibilidad del
agotamiento, si no se lograba suplementar tales ventas al exterior con productos del
propio grupo de bienes manufacturados (L. Sjaastad). Esto, también, implicaba abordar
una nueva estrategia de industrialización, dando por sentado el agotamiento de la ISI.
III.1.4 Es importante tomar en cuenta que la reducción del coeficiente de importaciones no
dependía, solamente, de la evolución de la producción de bienes manufacturados, de su
23
Vale la pena recordar el razonamiento vinculado a esta cuestión. Ver lo transcrito en Nota 2,B) en el Apéndice. 24
De acuerdo, generalmente, a los enfoques de diversos economistas, principalmente, de orientación no
estructuralista o en los que esta visión no tenía repercusiones favorables.
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composición y de la inversión bruta interna (IBIF) sino también de la renta doméstica y
del tipo de cambio.
Las políticas de ajuste macroeconómico que conducían al debilitamiento del crecimiento
del PBI o a su caída (en las ocasiones de crisis y recesión más o menos pronunciadas),
disminuían la magnitud de las importaciones afectando, entonces, el nivel del coeficiente.
Una devaluación contrae importaciones, al afectar si no a todas, al menos, a una parte
de ellas. Las devaluaciones del cambio incidían, así, sobre las importaciones,
comprimiéndolas durante un cierto tiempo.
La caída del coeficiente M/Y podía reflejar, en algunos años, tanto una razón ligada a la
sustitución de importaciones como el impacto de políticas macroeconómicas de ajuste.
El descenso del coeficiente en los ‘80 se explica en buena medida por el estancamiento
del PBI, los bajos niveles de la inversión y los trastornos en el mercado de cambios. El
aumento en los ‘90 se asocia, por un lado, a la recuperación del ritmo de crecimiento y
el sosiego en el mercado cambiario, lo cual descomprime las importaciones y por otro, a
la modificación experimentada en el valor agregado manufacturero absoluto y en su
composición. Así, la caída, respecto a los ‘70, del VABM per cápita va de la mano con el
aumento de las importaciones correlacionado con la des-industrialización. Este hecho
trajo consigo no sólo el aumento de las importaciones de bienes antes producidos en el
país sino también el incremento del aprovisionamiento en el exterior de bienes de capital
(una parte de los cuales había sido de producción nacional). Esto se refleja en el
aumento del M/Y a 9,9 en 1990-94 y 11,8 en 1995-99 (Ver Cuadro 1).
En los ‘90 la importación de bienes de capital, fuertemente acrecentada, se destinó en
una proporción importante a la producción de bienes no transables. Por ello, la
industria fue destinataria, junto con los otros rubros de transables, de una porción
menor de esas importaciones25
aunque, en términos absolutos, aumentaron
notoriamente26
.
La relación entre la IBIF y las importaciones de bienes de capital se muestra en el
Gráfico 2. Los coeficientes de correlación entre ambas series aumentan cuando cesa la
compresión de las importaciones por el ―enfriamiento‖ de la economía (reducidas tasas
de crecimiento del PBI, baja magnitud de la inversión).
25
―…del total de las importaciones de bienes de capital realizadas entre 1985 y 1990, se destinaron en promedio
al sector fabril 47.9%. Esa proporción en los años noventa se redujo al 38.7%. Sin embargo, aunque se observa
una reversión de la tendencia declinante en 1995, en 1996 vuelve a producirse una suave reducción de la
participación del destino industrial‖ (B. Kosakoff, edit., 2000). 26
Es interesante señalar que según una estimación realizada más recientemente, diferenciando las importaciones
de bienes de capital de acuerdo al destino sectorial, en el período 1994-2005, se determinó que estas compras
destinadas a la producción de bienes aumentaron apreciablemente durante los ‘90, habiendo alcanzado una cifra
alta en relación a las restantes, en 1998. Ver M. Polonsky, ―Nueva Clasificación de la importaciones de bienes de
capital‖; Revista del CEI, Gráfico 2, Pág. 110.
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GRÁFICO 2
Evolución de la IBIF y las importaciones de bienes de capital
En Números índice Año 1950 =100
0,00
100,00
200,00
300,00
400,00
500,00
600,00
700,00
800,00
900,00
1950
1954
1958
1962
1966
1970
1974
1978
1982
1986
1990
1994
1998
2002
2006
2010
Años
ïnd
ices
IBIF M de K
Fuente: Elaboración propia sobre la base de BCRA Producto e ingreso de Argentina; INDEC Cuentas
Nacionales.
Los coeficientes de correlación hallados entre la IBIF y la Importación de bienes de
capital, son los siguientes:
Cuadro 1
Coeficientes de Correlación entre la IBIF y las importaciones de bienes de capital
Período 1950-2010
Período Coeficientes
de correlación
1950-64 0,8468
1965-75 0,5285
1976-83 0,5226
1984-91 0,3356
1992-2001 0,9182
2002-10 0,9818
Fuente: Elaboración propia sobre datos de INDEC Cuentas Nacionales y Comercio Exterior.
Colofón:
Los problemas de la ISI y de la economía argentina hasta mediados de los ‘70 se pueden
resumir en:
Dotación de capital insuficiente, lo cual revelaba un ritmo lento de acumulación,
debido a una inversión cuyo nivel y composición no se correspondía con las
necesidades planteadas por un desarrollo económico con industrialización como el
encarado durante el modelo ISI.
Una morosa tasa de introducción del progreso técnico.
La productividad media del factor trabajo de la economía en su conjunto y de la
industria, en particular, resultaba menor que en las economías avanzadas. Había
diferencias marcadas entre actividades productivas respecto al rendimiento del
trabajo, existiendo franjas significativas de empleo de mano de obra con
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productividad reducida (una parte del cual era el denominado empleo aparente o
desempleo disfrazado).
Integración industrial incompleta
Deseconomías por pequeña escala, especialmente, en varios subsectores de la
industria (particularmente, las ―dinámicas‖) debido al tamaño reducido de mercado.
Dependencia de las importaciones de bienes de capital e inadecuación tecnológica, lo
cual entrañaba que la formación de capital doméstico estaba condicionada por la
escasa disponibilidad de divisas. Esta se originaba en un tipo de relación con el
exterior (comercial y financiera) de carácter desigual, la que provocaba frecuentes
saldos negativos en la cuenta corriente del balance de pagos.
Ciclos de auge-recesión asociables a la dinámica de la producción industrial y la
restricción del balance de pagos.
Incapacidad creciente del Estado para captar recursos requeridos para la
sustentación del gasto público y mantener el ritmo de aumento del capital de las
empresas que le pertenecían.
Políticas macroeconómicas fluctuantes y que reiteraban ajustes que comprimían la
demanda agregada y debilitaban la tasa de inversión. Existencia de un conflicto
distributivo basado en un bajo nivel del desempleo abierto, la existencia de
instituciones políticas y sociales que reforzaban y canalizaban la disputa por la renta
en el contexto de una economía en desarrollo.
Puede concluirse, entonces, que la economía argentina como varias otras en desarrollo,
padecía de falta de capacidad productiva, combinada con una demanda efectiva insuficiente
para sustentar la producción con rendimientos y competitividad adecuados de diversos
bienes manufacturados. La estrechez de demanda efectiva se vincula con un nivel de renta
media más baja que las de las economías industrializadas desarrolladas y la incapacidad de
competir en los mercados externos con la producción local.
III.2 LA INDUSTRIALIZACIÓN EN LOS PERIODOS 1976-83 y 1989-2001: su base
teórica y sus resultados.
III.2.1 Los criterios sustentados hoy para avanzar en el proceso de industrialización en los
países en desarrollo pueden enmarcarse en dos visiones teóricas alternativas:
la visión neoliberal;
la visión de raíz estructuralista (Sanjaya Lall, UN, 200427
).
III.2.2 Una diferencia particularmente significativa respecto a la iniciación o continuación del
proceso de industrialización en los países en desarrollo, es el rol asignado al Gobierno
y la concreción o no de un sector industrial de importancia en esas economías. Según
una de las visiones teóricas, es innecesario y seguramente contraproducente pensar en
términos de una preselección de ramas de industria, labor que supone la asignación del
análisis y luego la promoción, a órganos técnicos cuya ubicación institucional lógica es
el aparato estatal. En la otra, el enfoque es opuesto y por ende, se desarrolla o se
propone desarrollar, un aparato teórico y una conjunción de especialidades científicas
y tecnológicas a los efectos de lograr la industrialización.
Durante los ‘90 (siendo el período 1976/83 una suerte de prolegómeno o avanzada de
éste) se aplicaron las políticas macroeconómicas derivadas de la macroeconomía
27
―Reinventing Industrial Strategy: The role of Government Policy in Building Industrial Competitiveness‖; G-24
Discussion Paper Series. (Ver Nota 3 en el Apéndice.
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nuevo-clásica (MNC)28
. Su implicancia para la industrialización fue que se
abandonara la concepción de una estrategia que sostuviera la defensa de la industria
infante, en la cual el Estado desempeñara un rol significativo en la acumulación de
capital, la producción de ciertos bienes e interviniera en la provisión de financiamiento
promocional. Así, se aplicó la apertura comercial, la liberalización financiera y la
desregulación.
Al considerar, esta línea de pensamiento, que los mercados son eficientes, entienden
―que los mercados de bienes proporcionan las señales correctas para la inversión y los
de factores responden a estas señales. Al nivel de la empresa no existen economías de
escala o externalidades. Las empresas tienen información perfecta y la previsión y el
conocimiento completo de todas las tecnologías disponibles. Eligen la tecnología
adecuada si se enfrentan a los precios libres de mercado. Después de seleccionar la
tecnología adecuada, la utilizan de forma instantánea bajo las mejores prácticas. No
hay procesos de aprendizaje significativos, no hay riesgos, externalidades ni
deficiencias en las habilidades y las finanzas, la información y la infraestructura se
encuentran a su disposición‖.
Por ello, se entendía que la eliminación de las trabas derivadas de la intervención
estatal y de disposiciones regulatorias distorsionantes conduce a que las fuerzas
productivas operen, permitiendo que la economía se desarrolle sobre la base de la
producción de bienes en los que se tienen ventajas comparativas. Entonces, el
desplazamiento de las actividades que no pueden sobrevivir a la competencia por las
que están en condiciones de hacerlo, proporcionará empleo productivo e ingreso
crecientes, de tal modo que el intercambio con el resto del mundo traerá consigo el
aprovisionamiento requerido por la producción y el consumo y abrirá mercados
adicionales al doméstico.
La liberalización financiera, a su vez, se supone que daría fin a la represión crediticia y
permitiría la creación de un mercado de capitales doméstico suficientemente amplio
como para atender los requerimientos de una producción en crecimiento.
Esta concepción de la política económica e industrial, en particular, fue aplicada
también, aunque con diferencia de matices, en toda América Latina.
Ahora bien, es revelador recurrir a aquellos países en desarrollo que aplicaron
estrategias de industrialización diferentes a la señalada y comparar los resultados
obtenidos por aquéllas con los de América Latina.
El grupo de países denominado los tigres y dragones del Asia Oriental alcanzaron una
condición económica estructural radicalmente diversa de la que mostraban antes de
aplicar las estrategias de industrialización a partir de los años ‘60 del siglo pasado29
.
28
Ver Villadeamigo J. D. ―El cuestionamiento a los enfoques ortodoxos de la economía y las visiones alternativas.
El caso de las economías en desarrollo‖ PIUBAD 1er
simposio www.uba.cyt.ar 29
―The successful Asian economies (i.e., Hong Kong-China, Korea, Singapore, Taipei, Malaysia, Thailand, or the
People‘s Republic of China and Viet Nam more recently) present two main differences between three decades ago
and today. First, they are significantly bigger. Second, they are significantly different. Indeed, what sets the
performance of the successful Asian economies apart from that of many other countries is not only their high growth
rates but also their fast and intense structural transformation: their output and employment structures changed
dramatically; resources were transferred to higher-value-added sectors (i.e., from agriculture to industry and
services); production diversified; firms learned how to produce and export a more sophisticated and technologically
advanced range of products; and their levels of labor productivity increased significantly‖ (J. Felipe, “Inclusive
growth, full employment and structural change”, Page 37, 2010)
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Las estrategias de esos países difirieron drásticamente de la política industrial
encarada en América Latina según el enfoque neoliberal30
. No sólo por el rol jugado
por el Estado para recorrer el camino de la industrialización sino también por las
modificaciones promovidas en otras áreas de la producción y el financiamiento. Si bien
hubo diferencias en metas y objetivos entre los países asiáticos aquí considerados31
,
tuvieron en común una macroeconomía adecuada, una (promocionada) oferta de
habilidades y la fuerte promoción de la orientación exportadora. Detrás de estos tres
elementos estaba la acción estatal cuyo objetivo principal fue el desarrollo económico
basado, en los casos más importantes, en la industrialización.
GRÁFICO 3
0
2
4
6
8
10
12
14
Porcentajes
Asia oriental Asia del Sur ALC Africa
Subsahariana
Producción industrial de las regiones en desarrollo respecto del total
mundial
Porcentajes - Años 1980, 1990 y 2000
1980
1990
2000
Fuente: UNCTAD
GRÁFICO 4
0
5
10
15
20
25
30
35
40
Porcent ajes
Asia oriental exc China China ALC exc M éxico M éxico
Asia Oriental y ALC, Participación en el VAM de los países en desarrollo
1980-
1990
2000
Fuente: UNCTAD
30
La interpretación del proceso de industrialización asiático por parte del enfoque neoliberal omite varios de los
aspectos centrales de esa estrategia y destaca, principalmente, el carácter exportador del crecimiento
manufacturero. 31
There was no general .East Asian model. Each country had a different model within a common context of export
orientation, sound macro management and a good base of skills. Each model reflected different objectives and used
different interventions (though some, like support for exporters, were similar). As a result, each had a different
pattern of industrial and export growth, reliance on FDI, technological capability and enterprise structure.
However, for none was .getting prices right. a sufficient explanation of industrial success. The different objectives of
the NIEs are shown in table 2.
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CUADRO 2.1
Crecimiento del VAM y de las exportaciones de bienes manufacturados según tipo de
tecnología Período 1980-2000
Actividad
Mundo Países
industrializados
Países en desarrollo
Valor Agregado Manufacturero Variación en %
VAM Total 2,6 2,3 5,4
VAM Basado en recursos 2,3 1,8 4,5
VAM de baja tecnología 1,7 1,4 3,5
VAM de media y alta tecnología 3,1 2,6 6,8
Exportaciones de bienes manufacturados Variación en %
Total de exportaciones manufactureras 7,6 6,6 12,0
Exportaciones Basadas en los Recursos 5,6 5,2 6,7
Exportaciones de Baja tecnología 7,4 8,4 11,4
Exportaciones de media y alta tecnología 8,4 7,3 16,5
Exportaciones de Alta tecnología 11,5 9,9 20,2
Fuente: S. Lall (Op. Cit. 2004)
Según S. Lall, los datos anteriores muestran:
El comportamiento del VAM está ampliamente correlacionado con el de la
exportación de bienes industriales aunque el ajuste no es perfecto. El grupo del
Este del Asia 2 y México se desempeñaron mejor en las exportaciones que en el
VAM durante los ‘90, mientras que lo opuesto es verdad para el Sud de Asia y el
MENA.
Ni el crecimiento del VAM ni el de la exportación están fuertemente relacionados
con la liberalización en el sentido del Consenso de Washington. China, en
particular, difícilmente es un paradigma neoliberal.
El éxito industrial se mantiene concentrado. La liberalización no está conduciendo
hacia la convergencia, contradiciendo la premisa neoliberal de que la
liberalización per se promovería el crecimiento industrial y la competitividad.
En el caso de Argentina puede apreciarse el comportamiento de la producción
industrial en los Gráfico 5.1 y 5.2. La participación del producto bruto manufacturero
en el producto total se redujo desde mediados de los ‘70, tornando a crecer a partir de
2003 aunque sin alcanzar las magnitudes de la ISI (en los años 1960 a 1975). El
producto manufacturero por habitante, cuya caída fuera un elemento característico del
período 1976-83, se recuperó en los ‘90, pero no alcanzó la magnitud que la visión
ortodoxa de la economía aseguraba se lograría con el NME, merced a las reformas
estructurales que propugnara y aplicara32
. Así, si bien se acrecentó desde los bajísimos
niveles provocados por los episodios de hiper inflación y retracción productiva de
1989-90 (en moneda del año 1993, $1.083 y $1.029, respectivamente), no repuso ni
superó al nivel que tenía el valor agregado bruto manufacturero por habitante de los
años 1974-1976 ($1.596), ya que en 1998 era sólo de $1.376.
Este descenso del producto industrial por habitante tuvo lugar al tiempo que, ambos, la
apertura comercial y la inversión extranjera directa (IED), propiciaron una
modificación en el patrón productivo nacional. Este consistió en una reducción de la
intensidad laboral media, ciertos cambios en el tipo de producto generado, en la
32
La apertura comercial, la liberalización financiera, la privatización y la desregulación
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organización de las empresas y en una incorporación más abundante de tecnología
importada. Tales transformaciones quedaron circunscritas a varios subsectores de la
industria manufacturera, extendiéndose a los servicios, aunque de ningún modo a
todos, ciertamente.
La fuerte extranjerización empresaria experimentada significó que hubiera una
importación de técnicas y bienes componentes de los productos finales, lo cual pudo
ofrecer a los consumidores una gama más amplia y actualizada de bienes, pero que
implicó una suplantación de lo que podía obtenerse localmente y también una
limitación a las posibilidades de desarrollar capacidades locales en I&D. Como se
observa en el Gráfico 2, en los ‘90 hubo un incremento notorio de las importaciones de
bienes de capital.
GRÁFICO 5.1
Participación del Producto Bruto Industrial En % del
Producto Bruto Interno
R2 = 0,5779
R2 = 0,8717
10
13
16
19
22
25
28
31
1960
1970
1980
1986
1988
1990
1996
1998
2000
2006
2008
2010
Año
Po
rce
nta
jes
En % del VABT industrial Lineal (En % del VABT industrial)Polinómica (En % del VABT industrial)
Fuente: Elaboración propia sobre la base de BCRA Producto e Ingreso de la Argentina; INDEC
Cuentas Nacionales.
GRÁFICO 5.2
VAB INDUSTRIAL POR HABITANTE AÑO Período 1950-2001
Valores constantes de 1993
600
700
800
900
1.000
1.100
1.200
1.300
1.400
1.500
1.600
1.700
1.800
1950
1954
1958
1962
1966
1970
1974
1978
1982
1986
1990
1994
1998
Años
Pes
os d
e 19
93
VAB POR HABITANTE 5 per. media móvil (VAB POR HABITANTE)
Fuente: Elaboración propia sobre la base de BCRA Producto e Ingreso de la Argentina; INDEC
Cuentas Nacionales y Población
GRÁFICO 5.3
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Evolución del Empleo industrial según períodos
En %
-15
-10
-5
0
5
10
1975-82 1983-88 1989-90 1991-2001 2002 2003-2008
Periodo
Po
rcen
taje
s d
e v
ari
ació
n
Empleo industrial %
Fuente: CEP.
Otra forma de corroborar el efecto de la política macroeconómica sobre la
industrialización es recurrir al concepto de las fuentes del crecimiento del sector33
. De
ese modo se ha establecido que en el período 1980-1997 la demanda interna (consumo
más inversión) fue el factor decisivo en el crecimiento de la producción industrial
argentina, mientras que las exportaciones incidieron positivamente aunque en una
proporción mucho menor. En cambio, la sustitución de importaciones mostró un efecto
negativo ya que operó detrayendo producción local por importada; es decir, hubo una
des-sustitución de importaciones. Este último impacto fue más intenso en los años ‘90
(entre 1991 y 1997), de tal modo que la fuente del crecimiento industrial estuvo dada
casi en su totalidad por la demanda interna34
.
Es interesante señalar que durante dicha década se concretó un incremento de
inversiones en la industria. Y que las actividades manufactureras que fueron capaces de
sostenerse y crecer en el contexto de apertura comercial y demás condiciones
macroeconómicas imperantes, mejoraron varias pautas significativas referidas a la
eficiencia productiva sectorial. Hubo un aumento de la productividad del trabajo
(aunque tal hecho tuvo que ver también con el descenso de personal ocupado, según
aparece en el Gráfico 5.335
) y unos menores costos de producción (atribuidos por
algunas investigaciones a una incidencia parcial de las rebajas en los salarios medios
abonados por la industria) que se relacionan con el incremento de la capitalización del
sector. Efectivamente, se ha estimado que alrededor de unos usd 3800 millones anuales
(entre 1991 y 1999) se destinaron a la inversión en la industria. Dicha cifra es, sin
embargo, menor que la registrada en el período 1960-74.
33
H. Chenery introdujo un modelo simple que relaciona el producto de un sector económico (la industria, por
ejemplo) con la demanda doméstica de bienes finales (consumo + inversión), con la demanda interna de bienes
intermedios y con el comercio exterior (exportaciones - importaciones); ―Industrialization and Growth. The
Experience of Large Countries‖, Sectoral Balance, Pages 6-8; World Bank SWP 539; 1982. 34
El desplazamiento de la producción local por la importada alcanzó al 168% del incremento del producto
industrial entre 1980 y 1997 (C. Bonvecchi, ―Una evaluación del desempeño de la industria argentina en los ‘90‖;
2000). 35
Por lo pronto, no cabe ninguna duda que en materia de empleo, a diferencia del comportamiento evidenciado en
el pasado, la industria fue la actividad que expulsó, en términos netos, el mayor número de trabajadores. Ello, junto
con los cambios registrados en la oferta laboral, contribuyó de manera decisiva a elevar los niveles de desempleo.
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El destino según grandes ramas de actividad estuvo, principalmente, en las actividades
orientadas hacia los recursos naturales, y a los productos del rubro automotor36
. Hubo,
asimismo, como se aludió más arriba, una apreciable participación extranjera en la
inversión industrial durante la década.
En el período 1980-2000 el comportamiento de Argentina en cuanto a la producción y
las exportaciones manufactureras comparado con el Mundo, los países desarrollados y
en desarrollo aparece en el Cuadro 2.2. Respecto del VABM, se observa un ritmo de
crecimiento muy inferior al del Mundo como también al de los dos otros
agrupamientos. En cuanto a las exportaciones (la suma de MOA y MOI), se asemeja al
comportamiento presentado por los países en desarrollo, el cual es significativamente
menor al del mundo desarrollado. Por ello, la participación de las exportaciones
argentinas en el total de las exportaciones mundiales sólo aumentó desde los reducidos
niveles de fines de los ‘80 para caer nuevamente a partir de 1999. La recuperación en
los últimos años no logra aumentar el coeficiente de participación y colocarlo en el
nivel del año 1998. Ver Gráfico 6.1
Cuadro 2.2
Crecimiento medio anual del VAM y de las exportaciones manufactureras Argentina y Resto
del Mundo (en %) Período 1980-2000
Rubro Mundo Países en desarrollo Países desarrollados Argentina
VAM 2,6 2,3 5,4 0,307
Exportaciones* 7,6 6,6 12,0 6,26
Fuente: S. Lall (Op. Cit. 2004) Argentina: Elaboración propia sobre la base de INDEC, Cuentas
Nacionales y Comercio Exterior. * Las exportaciones de Argentina corresponden al total de MOA+MOI.
GRÁFICO 6.1
Participación de las exportaciones argentinas en el
total mundial 1992-2009 En %
0,25
0,3
0,35
0,4
0,45
0,5
1992
1994
1996
1998
2000
2002
2004
2006
2008
Año
Po
rcen
taje
s
Xarg/Xmundo
Fuente: Elaboración propia sobre la base de INDEC, Comercio Exterior
El incremento de las exportaciones recibió una influencia significativa del aumento del
intercambio con el MERCOSUR y de los acuerdos comerciales celebrados con Brasil,
lo cual explica, a su vez, buena parte de las ventas de MOI al exterior. Sin embargo, la
36
Atendiendo a los productos elaborados, los mayores cambios registrados fueron el mayor peso de los bienes
tradicionales y del automotor, el mantenimiento de los commodities alimenticios y el menor peso de los
commodities no alimenticios (G. Yoguel). Ver Nota 5 D) en Apéndice A.
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pauta del intercambio con Brasil residía, en buena medida, en las exportaciones de
bienes primarios y manufacturas más estrechamente vinculadas a los recursos y de
baja tecnología, por parte de Argentina. El balance de comercio del sector
manufacturero en los ‘90 fue desfavorable. Si bien hubo algunas ramas que mostraron
un saldo comercial externo positivo ello no alcanzó para neutralizar el déficit de las
restantes (en particular, los rubros de bienes de capital, bienes de consumo durables e
intermedios)37
.
GRÁFICO 6.2
Participación de MOI y Resto en las
exportaciones 1992-2001
0,0
10,0
20,0
30,0
40,0
50,0
60,0
70,0
80,0
90,0
1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001
Año
Po
rcen
taje
s
PP,CyE, MOA MOI
Fuente: Elaboración propia sobre la base de INDEC Comercio Exterior. El subtotal comprende
Materias Primas, Energía y Combustible y MOA.
III.3 Las reglas del juego derivadas de la visión de la Macroeconomía Nuevo Clásica y
asociadas a la globalización de fines del S. XX
La concepción de la necesidad de apartar al Estado de las actividades productivas
(como productor de bienes y servicios, como orientador de la inversión y como
regulador) que se discutió desde la crisis de los ‘70 en el Centro y se impuso,
generalizadamente, desde la segunda mitad de los‘80, alcanzó al mundo en desarrollo y
también, aunque con un impulso quizás algo distinto, al de las economías avanzadas.
Los países en desarrollo aceptaron la liberación del comercio y del flujo de capitales y
la privatización, en parte, como secuela de las dificultades experimentadas en el
crecimiento económico (con las cuales tuvo bastante que ver, en no pocos casos, el
fracaso en avanzar con la industrialización) y además como consecuencia de las
presiones que provenían del mundo desarrollado y las instituciones de Bretton Woods
37
Así, se ha afirmado lo siguiente: ―En síntesis, uno de los rasgos que define el desempeño industrial en los años
noventa es el abultado y creciente déficit de divisas que presenta el sector. El mismo se origina en el reducido
dinamismo de las exportaciones en contraste con el fuerte crecimiento de las importaciones; en especial, si se tiene
en cuenta que se partió de una situación de superávit de divisas en los comienzos de los noventa. A su vez, ello ha
introducido una fuerte presión sobre los otros sectores que comercian con el exterior: se requieren superávits cada
vez mayores para compensar siquiera en parte los crecientes déficits industriales‖ (B. Kosakoff, edit, ―El
desempeño industrial argentino Más allá de la sustitución de importaciones‖; 2000; Cap. 1, Pág. 33)
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(las que, después de la llamada crisis de la deuda38
, se hicieron con un poder
acrecentado sobre las decisiones de las economías en desarrollo).
La globalización al par que los cambios tecnológicos, estuvieron acompañados de la
adopción de un conjunto de acuerdos internacionales que establecieron reglas de
comportamiento de los países en desarrollo respecto al comercio y las finanzas
internacionales. Tales acuerdos tuvieron expresión bilateral, regional e internacional.
En términos sucintos sus características principales son las siguientes:
Liberalización comercial como norma general, admitiéndose excepciones para el
caso de ciertas economías en desarrollo aunque fijándole a éstas plazos
predeterminados –no necesariamente adecuados a los tiempos necesarios para
despejar o aminorar su condición de inferioridad competitiva – Inclusión de ciertos
servicios dentro de la liberalización (GATS)39
Establecimiento de sanciones para el caso de transgresión de las normas
acordadas
Aceptación de avanzar en la liberalización como regla de largo plazo.
Eliminación de las normas que controlaran las inversiones extranjeras y la
transferencia de tecnología, (TRIMs) aspecto éste que tuvo (y tiene) una incidencia
marcada sobre la cuestión industrial.
Tanto el GATS como el TRIMs tienen incidencia sobre las políticas que favorecen el
proceso de industrialización en los países en desarrollo. Así, las disposiciones
contenidas en la política industrial sobre el contenido local de la producción de ciertos
bienes y el equilibrio comercial, la incorporación de mano de obra doméstica, la
transferencia de tecnología, las prácticas de investigación y desarrollo, resultan
acotadas por los acuerdos pactados en las rondas de negociaciones del GAT (hoy la
OMC).
Cabe tomar en cuenta que las políticas industriales exitosas de varios países del Asia
Oriental contenían medidas referidas a los aspectos mencionados, las que pudieron ser
aplicadas cuando no existían tales acuerdos, a los que pueden considerarse como
restricciones a diversos aspectos de dichas políticas40
(J. Dargin, 2010).
Colofón:
Las políticas macroeconómicas de los ‘90 (de las cuales las del período 1976-83
fueron un prolegómeno, con varios elementos comunes) no lograron que el sector
industrial argentino adquiriera una integración que es considerada necesaria
para otorgarle una capacidad competitiva adecuada en un contexto de apertura y
globalización
Al nivel de Latinoamérica los resultados en materia de industrialización fueron
negativos si se toma en consideración el crecimiento de la producción industrial y
las repercusiones sobre el resto de la economía.
38
Crisis que estallara, en 1982, con el anuncio de default por México. 39
El objetivo es asegurar la ―transparencia‖ y el ―principio de la nación más favorecida‖, es decir, la no
discriminación entre las empresas de diferentes orígenes. La negociación admite la confección de una ―lista
positiva‖ lo que significa que los países huéspedes están facultados a excluir las actividades no contenidas en la
lista. 40
Servicios: El Acuerdo General sobre Comercio de servicios (GATS) incluye la oferta por parte de las empresas
extranjeras presentes en los mercados alcanzados por las disposiciones de la OMC. Sus principios generales son la
transparencia y el de la nación más favorecida (es decir la no discriminación entre las empresas de diferentes
orígenes). El GATS prevé la confección de una ―lista positiva‖ de inversiones permitidas, lo que faculta a los
países huéspedes a tomar la decisión de excluir las actividades no contenidas en la lista. Ver Nota 4 en el Apéndice.
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El intercambio comercial con el resto del mundo de la industria argentina en la
década mostró un agravamiento de su característica ―tradicional‖: el carácter
deficitario de sus relaciones con el exterior.
Las mejoras en la inversión manufacturera fueron tales si se las compara con los
años de la década anterior, muy afectados por los hechos derivados de la crisis
de la deuda de 1982. En cambio, no resultaron mejores de lo experimentado en el
período 1960-74. El destino de la inversión se concentró en los rubros de
producción manufacturera orientados hacia los recursos naturales y los que
recibieron un trato preferencial (protección relativa).
El desempleo constituyó un factor que denota una falencia seria de la economía
argentina en los ‘90. La industria fue un sector que alimentó la elevada tasa de
desempleo medio en el período.
La estrategia de industrialización de raíz neo-liberal muestra más componentes
propios de un fracaso que de una tendencia hacia el progreso de una economía
industrializada eficiente en términos de su desempeño competitivo.
Los acuerdos internacionales traen consigo condiciones inconvenientes para la
adopción de estrategias alternativas a las planteadas por la MNC.
III.3 LA RECUPERACIÓN INDUSTRIAL DESDE 2003. SUS CARACTERÍSTICAS
MÁS NOTORIAS
III.3.1 Después del derrumbe del Patrón Dólar, la modificación del contexto
macroeconómico se fue concretando en pasos sucesivos.
El primer hecho de trascendencia fue el abandono del tipo de cambio fijo convertible y
el default junto a la reestructuración de la abultada deuda externa. Ello implicó la
instauración de una nueva política monetaria (activa, en sustitución de la política de
dinero pasivo sostenida durante una década) y la liberación de recursos del sector
público que quedaron disponibles para funciones alternativas.
Seguidamente, tuvo lugar la implementación de programas sociales gubernamentales
que produjeron un aumento del nivel de empleo (independizados de consideraciones
relativas a su productividad) y con ello alguna repercusión sobre la demanda de bienes
y servicios (aparte de su plena legitimidad como medio de subsidiar la indigencia y la
pobreza). Así, el estado asumía el rol de ―empleador de última instancia‖.
Se encaró, luego, el regreso a la fijación del salario nominal por medio de la discusión
de convenios colectivos, lo que traía consigo el abandono de la concepción que se
impuso en los ‘90 de la necesidad y conveniencia de la liberación del mercado de
trabajo (conocida como ―flexibilización laboral o del mercado de trabajo‖). Se
actualizó, también, el salario mínimo.
Más tarde, se aplicó un incremento del gasto público (actualizando el salario de los
empleados públicos –aunque en modo más bien moroso si se compara con el
cronograma de los aumentos recibidos en el sector privado- y acrecentando la
inversión).
Estas medidas tuvieron un impacto notorio y trajeron consigo:
Un aumento del valor de las exportaciones en moneda doméstica, el que luego se
combinó con el ascenso del precio en divisa de los bienes exportados y de las
cantidades.
Una modificación de los precios relativos domésticos, encareciendo las
importaciones y abaratando el precio en divisa del factor trabajo.
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Una creación de oportunidades para la producción de bienes antes importados
debido a la acentuada modificación de la relación costo-precio al nivel de las
unidades de producción41
.
La conveniencia de utilizar la capacidad instalada ociosa, disponible debido a la
prolongada recesión iniciada en setiembre de 1998.
Una recuperación ulterior de la demanda agregada, la que alentó la prosecución
de la producción de bienes, en particular, los de origen industrial. Hubo así una
reindustrialización espontánea de la economía argentina.
El proceso de reindustrialización se instauraba, así, bajo las siguientes condiciones:
Una reactivación de la demanda agregada.
Una modificación de los precios relativos a favor de la producción doméstica
debido a la acentuada devaluación cambiaria (es decir, una situación con similitud
a la creada merced a la protección del mercado interno durante la ISI).
La disponibilidad de fuerza de trabajo abundante con salarios reales muy bajos.
La disponibilidad de capital físico debido a la notoria subutilización de la
capacidad instalada en varias ramas de la industria.
Una disponibilidad de divisas como consecuencia de la rectificación de la política
de la deuda pública, el aumento del excedente de la cuenta corriente de la balanza
de pagos y el mantenimiento por muchos trimestres de esta condición excedentaria
positiva.
La superación de la aguda iliquidez vigente en los tiempos finales del Patrón Dólar
con convertibilidad merced a la nueva política monetaria y el tratamiento otorgado
a la actividad financiera por el Banco Central.
III.3.2 La magnitud del crecimiento de la producción industrial.
La magnitud del crecimiento de la producción industrial desde 2003 queda reflejada en
el cuadro siguiente:
CUADRO 3.1
Valor agregado bruto manufacturero (VABM) total y per cápita y variación % por
quinquenios - Período 1985-2009
Quinquenio VABM
Mill $ 93 PBI
Mill $ 93 Población
Miles VABM/pob
$ 1993 PBI/pob
$ de 1993 %Variación VABM/pob
%Variación PBI/pob
1985-89 36.930 198.959,6 30.988 1.192 6.421
1990-94 40.292 220.549,2 33.250 1.212 6.633 1,7 3,3
1995-99 45.668 268.745 35.396 1.290 7.593 6,5 14,5
2000-04 43.345 262.114,2 37.331 1.161 7.021 -10,0 -7,5
2004-09 59.159 352.939,8 39.292 1.506 8.982 29,7 27,9
Nota: Los valores corresponden a las medias de cada período y la variación está referida a cada período
inmediato anterior. Fuente: elaboración propia sobre la base de O.J. Ferreres, op.cit. e INDEC, Cuentas
Nacionales y Población.
41
Lo cual quedó expresado en el incremento de los precios mayoristas frente a una variación menor y más tardía de
los salarios.
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Cuadro 3.2
VAB manufacturero total y variación anual. Período 2002-2010
En millones de pesos de 1993 y porcentajes
AÑO VAB Mill $
93 Variación Anual %
2002 36.176 …
2003 41.952 15,97
2004 46.977 11,98
2005 50.480 7,46
2006 54.975 8,90
2007 59.153 7,60
2008 61.482 3,94
2009 61.503 0,03
2010 67.547 9,83
2003-10 8,21
Fuente: (ambos cuadros) Elaboración propia sobre la base de INDEC Cuentas Nacionales y Población
Puede observarse el aumento en la producción manufacturera por habitante del 29,7%
en el último quinquenio (destacándose nítidamente respecto de los guarismos de los
‘90) y que resulta superior al crecimiento del PBI pc.
La evolución del VABM aparece en el cuadro 3.3, donde se presentan los promedios
decenales del producto industrial, comparándolos entre sí. Los ‘60 y ‘70 presentan
variaciones del orden del 57% y 58%, respectivamente, respecto a los decenios
inmediatamente anteriores. El decenio de los ‘80 tuvo una caída media de casi el 6%,
en tanto que los ‘90 sólo muestran una reacción positiva del orden del 14%. El último
decenio, que contiene la fuerte caída del bienio 2001-02, aumenta un 16% el registro
las cifras del decenio anterior.
Las cifras de las fases ascendentes del producto industrial, entre 1950 y 2010, aparecen
en el Cuadro 3.5. Los períodos más dinámicos y prolongados están comprendidos en
los ‘50 a los ‘70 y en la última década (con tasas del 8,67% y 7,13%, totalizando tres
lustros; y del 8,21% con ocho años). En los ‘90, se registran tasas del 7,7% y 5,8% con
una duración de siete años.
Cuadro 3.3:
Variación del VABM según promedios decenales. Período 1950-2009
En Millones de Pesos de 1993 y Porcentajes
Decenio
Promedio Decenal del VABM
Variación % Respecto al
Decenio anterior
1950-59 16.153,5
1960-69 25.391,9 57,19
1970-79 40.144,9 58,10
1980-89 37.781,2 -5,89
1990-99 43.005,5 13,83
2000-09 49.718,0 15,61
Fuente: Elaboración propia sobre la base de BCRA Sistema de Cuentas del Producto e Ingreso de la
Argentina (1975) y Oferta y Demanda Globales (1970 y 1986), INDEC, Cuentas Nacionales.
Gráfico 6.2
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Variación del VABM entre promedios decenales En %
-10,00
-5,00
0,00
5,00
10,00
15,00
20,00
25,00
30,00
35,00
40,00
45,00
50,00
55,00
60,00
65,00
1960-69 1970-79 1980-89 1990-99 2000-09
Decenio
Po
rce
nta
jes
Variación %
Fuente: Elaboración propia sobre la base de la información mencionada en cuadros anteriores.
Cuadro 3.4:
Variación del VABM según promedios por período
Período VABM Variación % Respecto al
periodo anterior
1970-75 39.303,3 54,79
1991-98 43.867,5 11,61
2003-10 55.508,6 26,54
Fuente: Elaboración propia. Nota: La variación de 1970-75resulta de la comparación con el decenio
1960-69
Cabe señalar que el crecimiento industrial de los ‘90 presenta una característica distintiva: un
descenso del empleo de trabajo, un ascenso de la productividad media de la mano de obra y una
disminución del salario real medio por obrero ocupado (respecto a los valores de 1965-75)42
.
Algunos han enfatizado que tal ascenso de la productividad reflejaba un proceso de aumento del
capital por ocupado en un claro sentido de modernización industrial y avance tecnológico. Si
bien este hecho existió, quedó circunscrito a un número apreciablemente menor del total de
unidades de producción, en rubros manufactureros específicos y no alcanzó a ser un fenómeno
generalizado de la industria argentina. En cambio, sí tuvo un nivel de generalidad mayor la
incorporación de bienes de capital importado, en la medida que se acentuaron las facilidades
para la compra de equipos en el exterior43
. Más precisamente, el avance estuvo ligado más a la
tecnología de productos y reformas de organización empresaria, con énfasis en las cadenas de
comercialización en varios casos que a la tecnología de procesos, adaptación de tecnologías
avanzadas a la realidad argentina, innovación tecnológica con sello propio, en términos
42
El salario real medio por obrero ocupado y por hora trabajada había caído fuertemente en ocasión de los
episodios de alta inflación de fines de los ‘80 y principios de los ‘90. En 1991, el salario real industrial era un 7% y
un 11,8% más bajo para el obrero ocupado y la hora trabajada, respectivamente. Luego, el salario real asciende a
medida que se reducen las alzas de precios y se acomodan los salarios nominales; pero, desde fines de 1993, se
estancan y descienden a partir de 1995. 43
En especial, el estrato de firmas de menor tamaño relativo ha sido el que menos aprovechó el proceso de
apertura para aumentar el aprovisionamiento externo de bienes y subensambles. (G. Yoguel y R. Rabetino, op cit.
Pág. 216)
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generalizados44
. Sí hubo entonces y en diversos momentos del proceso de industrialización
argentino, núcleos de producción donde tal cosa fue concretada.
Además, debe tomarse en cuenta el efecto de la política macroeconómica imperante sobre la
mediana y pequeña empresa, la que impulsó el proceso de de-sustitución de importaciones y con
ello, la disminución del número de este tipo de unidades productoras. Debe tenerse en cuenta
que esas empresas ocupaban (y ocupan) un número considerable de personal y que presentaban
una productividad media del trabajo mucho menor al de las grandes y también a la media de
todo el sector manufacturero.
Cuadro 3.5:
Fases Ascendentes del Producto Bruto Manufacturero Argentino 1950-2010
Período
Variación media de
cada período %
Número de años
1954-58 8,67 5
1964-74 7,13 11
1983-84 5,01 2
1986-88 4,30 3
1991-94 7,74 4
1996-98 5,82 3
2003-10 8,21 8
Fuente: Elaboración propia sobre la base de BCRA, 1975; INDEC, Cuentas Nacionales; Ferreres,
op.cit.
Por último, en el cuadro 3.6, se presenta, como referencia, cuál fue el comportamiento
de la producción manufacturera de cuatro agrupamientos a escala planetaria (PED de
Asia, OECD, LAC, ASS) respecto a la producción mundial y la estructura de la
producción industrial de los PED de Asia en las últimas cuatro décadas.
Es notorio el retraso de América Latina respecto de los PED de Asia; en todas las
divisiones (economías de escala baja, media y alta combinadas con las tecnologías
baja, media y alta respectivas) aparece un ritmo de variación de la producción
industrial menor que el de esos países por lo que su participación relativa en el total
mundial en los ‘90 y entre 2000 y 2003, resulta proporcionalmente más distanciada que
en la década inicial de la comparación y presentando guarismo menores en los cuatro
casos presentado guarismos menores en los cuatro casos citados.
La evolución de la producción por rama de actividad industrial de los PED de Asia
revela una modificación en el sentido de una complejización de la producción
manufacturera; así, las ramas de la industria química, maquinaria eléctrica y no
eléctrica, equipo de transporte y metales básicos acrecentaron su importancia dentro
del total, sucediendo lo contrario con las de Alimentos y Bebidas, Textiles, Vestimenta,
etc.
Cuadro 3.6:
44
Los agentes estarían centrando las ganancias de eficiencia en las cadenas de comercialización y distribución mas
que en el proceso de fabricación y en los equipos de ingeniería de planta y de investigación y desarrollo formal (G.
Yoguel y R. Rabetino, op cit. Pág. 216)
.
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Participación en la producción mundial por tipo de tecnología y década (%)
GRUPO No. 1970s No. 1980s No. 1990s No. 2000-2003
1.Bajas economías de escala/ Tecnología Baja
PED Asia 14 4,86 19 10,4 17 12,26 11 12,75
OECD 22 81,91 23 75,73 23 73,40 17 78,40
ALC 20 4,35 22 5,11 21 7,41 8 3,08
ASS 31 1,8 31 1,82 23 1,08 5 0,12 Resto del
Mundo 20 7,08 30 6,94 33 5,85 25 5,66
TOTAL 107 100 125 100 117 100 66 100
2. Bajas economías de escala/Tecnología media
PED Asia 14 2,51 19 6,08 17 8,23 11 8,42
OECD 22 91,58 23 88,27 23 84,97 17 86,56
ALC 20 1,88 22 2,13 21 3,81 8 1,65
ASS 30 0,97 31 0,93 23 0,51 5 0,07 Resto del
Mundo 20 3,07 30 2,59 33 2,49 25 3,3
TOTAL 106 100 125 100 117 100 66 100
3.Economías de escala Medias /Tecnología Media
PED Asia 14 2,14 19 7,77 17 10,82 11 11,34
OECD 22 88,7 23 81,84 23 77,79 17 80,96
ALC 19 2,3 22 3,35 21 5,23 8 2,01
ASS 29 1,37 30 1,34 23 0,76 4 0,03 Resto del
Mundo 20 5,49 29 5,7 33 5,4 25 5,66
TOTAL 104 100 123 100 117 100 65 100
4. Economías de escala Medias o fuertes / Tecnología media o alta
PED Asia 14 2,19 18 6,07 17 9,41 11 11,33
OECD 22 90,9 23 86,76 23 81,96 17 82,68
ALC 20 1,56 22 2,36 21 4,62 8 1,39
ASS 30 0,71 31 0,77 23 0,36 4 0,01
Res Mundo 20 4,64 30 4,04 33 3,64 25 4,58
TOTAL 106 100 124 100 117 100 65 100
Fuente: Felipe y Estrada, 2008 .que libro, que pág?
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Cuadro 3.7:
Estructura de la producción industrial de los PED de Asia por década (%)
Rama 1970s 1980s 1990s 2000-03
Alimentos y Bebidas 19,4 14,14 12,45 12,55
Textiles 14,77 11,02 7,11 5,84
Vestimenta, cueros y calzados 5,27 4,89 4,74 4,20
Madera y productos de la madera 3,01 2,10 2,01 1,82
Papel y productos de papel 2,20 2,10 2,09 2,28
Imprentas y publicaciones 2,11 1,95 2,58 1,89
Industria química 9,41 10,19 10,21 11,45
Petróleo y carbón 4,90 4,73 4,07 3,57
Caucho y productos plásticos 4,55 4,84 4,38 3,85 Productos de minerales no metálicos 4,46 5,42 5,34 4,60
Metales básicos 5,86 7,75 7,60 7,71
Productos de metal 3,43 4,24 4,23 3,42
Maquinaria no eléctrica 3,88 8,32 8,58 8,66
Maquinaria eléctrica 8,07 9,43 13,69 16,57
Equipo de transporte 5,74 5,49 8,28 9,26
Otros 2,94 3,39 2,62 2,33
Total 100 100 100 100
Fuente: J. Felipe y Estrada, artículo 2008
Cuadro 3.8:
Argentina - participación subsectorial en el VAB industrial, a precios de 1993 (%)
Rubro manufacturero 1980 1991 1998 2002 2005
Alimentos, bebidas y tabaco 19 25 26 32 28
Textiles, prendas de vestir e industrias del cuero 11 14 10 7 8
Madera y sus productos, muebles y otras industrias n.c.p. 3 3 8 6 6
Papel y sus productos; imprentas y editoriales 4 5 7 7 8
Sustancias y productos químicos, der. del petróleo y carbón, de caucho y plásticos
24 25 25 29 25
Productos minerales no metálicos, excepto der. del petróleo y el carbón
6 4 3 2 3
Industrias metálicas básicas 3 4 4 4 4
Productos metálicos, maquinaria y equipo 29 20 24 15 21
Fuente: Bugna-Porta.
La comparación entre la participación de los subsectores manufactureros en el total del
VABM de Argentina y los PED Asiáticos revela la menor importancia, en el primero, de
las actividades industriales más complejas y que exigen un mayor grado de evolución
productiva.
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GRÁFICO 7
EXPO-IMPO y Bce. Comercial 1980-2010
En Millones de usd corrientes
-10000-5000
0
50001000015000200002500030000
350004000045000500005500060000
650007000075000
1980
1982
1984
1986
1988
1990
1992
1994
1996
1998
2000
2002
2004
2006
2008
2010
Año
Mil
lon
es d
e u
sd
Total X Total M Bce Comercio
Fuente: Elaboración propia sobre la base de INDEC, ―Comercio Exterior‖
En el comercio exterior, el ascenso de las exportaciones fue superior al de las
importaciones; sin embargo, éstas últimas retomaron una dinámica que se fue
acelerando en los últimos años. Con todo, el balance de comercio positivo se fue
reiterando trimestre a trimestre coexistiendo con un fuerte ascenso de la renta
agregada doméstica y del VABM.
Es preciso tomar en cuenta que la crisis internacional 2007/08 se hizo sentir sobre el
nivel de actividad económica, reduciéndolo notoriamente y sobre las importaciones,
retardándolas en 200945
.
GRÁFICO 8
Participación de MOI y Resto en las exportaciones
2002-2010
0,05,0
10,015,020,025,030,035,040,045,050,055,060,065,070,075,080,0
2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
Año
Por
cent
ajes
PP,CyE, MOA MOI
Fuente: Elaboración propia sobre la base de INDEC, ―Comercio Exterior‖
La composición de las exportaciones, entre 2002-2010, no tuvo una modificación
sustancial ya que el conjunto de las PP, CyE y MOA siguió representando más de tres
45
Así, el aumento del balance comercial del año2009 tuvo que ver con la caída en la tasa de crecimiento y con el
efecto directo de la crisis sobre las expo-impo. Además, debe tenerse en cuenta que la reducción de las expo en
2009 se relaciona con la caída de la producción primaria 2008-9.
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quintos del total exportado aunque sí se registró un ascenso más acelerado de las
MOI46
, lo cual llevó a que superaran el tercio del valor de lo vendido al exterior.
Además, este subconjunto de las exportaciones experimentó una modificación positiva
en algunos productos, al acrecentarse la proporción que contienen de bienes
terminados (lo cual implicó una cierta reducción de los intermedios La aparición de
ventas de papel y cartón en lugar de la pasta celulósica; productos manufacturados
surgidos de la siderurgia; vestuario y confecciones dentro de los textiles; la reaparición
de zapatos y zapatillas, entre otros bienes.)47
En cuanto al contenido tecnológico de lo exportado debe reconocerse el limitado
alcance de las exportaciones con alta tecnología y la mayor proporción de los bienes
con tecnología baja y media baja48
.
Es también importante revisar, al respecto, el comportamiento de la composición de las
importaciones y su relación con el PBI y la IBIF. Tal como se presenta en los Gráficos
1 y 2, el último período (2003-2010) muestra que el ascenso de la producción
manufacturera y de la IBIF trae consigo una correlación positiva con las
importaciones.
En el cuadro 3.9 y el Gráfico 9 se presenta el comportamiento de la producción
nacional e importada en el rubro Equipo Durable de la inversión bruta fija. Para ello,
se relaciona dicho rubro y sus componentes Maquinaria y equipo y Material de
transporte, con el PBIpm.
Puede apreciarse el significativo crecimiento de la inversión en equipo durable
(tomando 1993 =100, pasó a 256,8 en 2010, es decir, un incremento del 157% en
diecisiete años, lo cual equivale a un 2,68 % aa) y además que el aumento de las
importaciones constituye una fuente creciente del abastecimiento de este tipo de bienes.
46
En rigor, debe señalarse que las MOI contienen una parte de bienes que están más cerca del carácter de
primarios que de manufacturas industriales. Así, el rubro ―Piedras y metales preciosos‖ integra las MOI: ―La
única excepción está dada por las ventas externas de piedras y metales preciosos, incluida en las MOI por
razones técnicas, pero vinculada fuertemente con la promoción de la actividad minera y por lo tanto sin mérito
para este análisis por su dependencia de los recursos naturales‖ (INTI)
http://www.inti.gov.ar/sabercomo/sc64/inti8.php. 47
Al respecto, analizando esta cuestión hasta 2006, se ha afirmado que ―Dicho cambio radical en la estructura de
saldos no se ve acompañado de un cambio en el patrón de especialización que, si bien muestra tasas de
crecimiento mayores que el promedio para sectores como las MOI, sigue estando dominado por productos
primarios de escaso valor agregado. La situación de convivencia del superávit externo con un alto nivel de
crecimiento del producto y, por lo tanto, del mercado interno es especialmente atípica para la economía
Argentina. Las condiciones de estabilidad del superávit, tanto internas como externas, plantean interrogantes para
el mediano plazo. Para evitar el dilema que Argentina ha enfrentado en situaciones similares (ajuste recesivo o
desequilibrio externo), las ganancias de competitividad deberían provenir de mejoras en los aspectos no-precio de
las exportaciones. (Bianco, Porta, Vismara, ―Evolución Reciente de la Balanza Comercial Argentina. El
desplazamiento de la restricción externa‖) 48
Las exportaciones industriales argentinas se concentran en las gamas de menor contenido tecnológico,
clasificadas según las convenciones usuales en la materia (Hatzichronoglou, 1997). Para el año 2005, las
manufacturas consideradas de Baja tecnología –compuestas en su gran mayoría por productos del sector de
Alimentos, bebidas y tabaco- alcanzaron al 59% de las exportaciones manufactureras totales argentinas. Las de
Media Baja tecnología representaron en ese año el 19% del total y estuvieron compuestas mayormente por bienes
de las ramas de Metales ferrosos y Productos de caucho y plástico; integran también este lote productos de la
Refinación del petróleo, Productos minerales no metálicos y Productos de metal. Las manufacturas de Medio Alto
contenido tecnológico explicaron una proporción similar del total de ventas externas de productos industriales
(20%), destacándose los productos Químicos (50%) y los Vehículos a motor (42%). La incidencia de las
manufacturas de Alta tecnología en este conjunto de exportaciones sigue siendo marginal (2%), compuesta
predominantemente por productos Farmacéuticos (68%) y, en menor proporción, por Equipo de radio, TV y
comunicaciones. Fuente ídem inmediata anterior
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CUADRO 3.9
Inversión en Equipo Durable, discriminado en Maquinaria y equipo y Material de transporte,
Nacional e importado, en proporción del PBIpm.
Período 1993-2010
AÑO Maq. y Equip Maq. y Equip Mat. Transp Mat. Transp Equipo
Nacional (1) Importado Nacional Importado Durable Índice
EN PORCENTAJES RESPECTO DEL PBI p.m. 1993=100
1993 3,1 2,0 1,6 0,6 100
1994 2,9 2,6 1,8 1,0 119,8
1995 2,8 2,1 1,3 0,8 98,5
1996 2,9 2,4 1,2 1,0 111,4
1997 2,7 3,1 1,4 1,4 137,2
1998 2,7 3,2 1,4 1,6 147,6
1999 2,3 2,8 1,4 1,3 125,4
2000(*) 2,2 2,9 1,2 0,9 114,2
2001(*) 2,0 2,2 0,7 0,7 85,6
2002(*) 2,0 0,6 0,5 0,3 47,7
2003(*) 2,2 1,3 0,6 0,5 69,3
2004(*) 2,4 2,2 0,8 1,2 105,6
2005(*) 2,5 2,6 1,0 1,5 133,5
2006(*) 2,5 3,1 1,0 1,6 157,1
2007(*) 2,6 3,7 1,1 1,9 192,6
2008(*) 2,5 4,1 1,1 2,4 223,9
2009(*) 2,5 3,1 0,9 1,6 181,9
2010(*) 2,6 4,2 1,1 2,6 256,8
Fuente: Elaborado a partir de INDEC, Cuentas Nacionales. Las cifras correspondientes a las
importaciones de 2010 son una estimación propia aproximada.
Si se toma en cuenta el dato de 2008, el año en que confluyeron la crisis internacional y
la aparición del conflicto con el empresariado del sector agropecuario seguido de la
sequía que afectó la producción de este sector, la importación de Maquinaria y equipo
alcanzó al 4,1% del PBIpm y la de Material de transporte al 2,4%, las cifras más altas
de los últimos tres lustros. Observando el Gráfico puede apreciarse que el ascenso de
la importación de estos bienes de inversión, registrado entre 1993 y 1998, es igualado
en 2006 para ser superado a partir de 2007. Vale la pena destacar que este crecimiento
de la importación de bienes de inversión tiene lugar en un contexto sectorial distinto al
de los ‘90: mientras que hoy se registra una suerte de re-industrialización que tiende a
recomponer el tejido manufacturero (aunque con las limitaciones derivadas de un
mecanismo relativamente espontáneo al amparo de unas condiciones macroeconómicas
favorables al proceso, en un contexto de crecimiento robusto), en la última década del
S. XX se concretaba una reestructuración industrial que tendió a achicar al sector.
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Vale la pena destacar que este crecimiento de la importación de bienes de inversión
tiene lugar en un contexto sectorial distinto al de los ‘90: mientras que hoy se registra
una suerte de re-industrialización que tiende a recomponer el tejido manufacturero
(aunque con las limitaciones derivadas de un mecanismo relativamente espontáneo al
amparo de unas condiciones macroeconómicas favorables, en un marco de crecimiento
robusto), en la última década del S. XX se concretaba una reestructuración industrial
que tendió a achicar al sector.
GRÁFICO 9
Maquinaria y equipo y Material de transporte. Nacional e
importado. En % del PBI
0,0
0,5
1,0
1,5
2,0
2,5
3,0
3,5
4,0
4,5
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
(*)
2001
(*)
2002
(*)
2003
(*)
2004
(*)
2005
(*)
2006
(*)
2007
(*)
2008
(*)
2009
(*)
2010
(*)
AÑOS
Po
rcen
taje
s
Maq y equipo nacional Maq. Y equipo importadoMat. Transporte nacional Mat. Transporte importado
Fuente: Elaboración propia
Durante los ‘90 la inversión en la industria manufacturera se concentró en seis
actividades en las cuales es importante la dotación de recursos naturales (Derivados
del petróleo y gas, Alimentos y bebidas, Celulosa y papel, Petroquímica). Si además se
toma en cuenta la inversión en la producción de Hierro y acero resulta que todas ellas
reunían casi el 70% del total de la inversión del sector manufacturero. Y sumando la
inversión de la Industria Automotriz (un caso especial por las características del
régimen que enmarca la producción de este rubro) se tiene que un 88% de la inversión
sectorial en dicha década correspondió a sólo siete agrupamientos manufactureros.
Cabe señalar que entre 2005 y 2010 la producción de la industria manufacturera
estuvo ligada, principalmente, al crecimiento de la capacidad instalada, lo cual implica
que la inversión sectorial aumentó en todos esos años (salvo en 2009)49
aunque con un
grado de concentración aparentemente menor al de los ‘90.
En el Gráfico 10 se compara el comportamiento de la inversión bruta fija con relación
al PBIpm del período ISI (1950-1973) con el que tiene lugar desde 1993 a 2010. Es
interesante indicar el ascenso empinado de la inversión en equipo durable hasta 1964,
el mantenimiento del coeficiente en torno del 9%-9,4% y luego, en los 90, la tendencia
descendente hasta la fuerte caída que tuvo lugar en 2002. La recuperación del
49
En 2009 el impacto de la crisis internacional hizo reducir el nivel de inversión bruta interna.
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coeficiente equipo durable-PBIpm desde entonces lo ha colocado en el 10,5%, en 2010,
por encima del correspondiente a 1973 y debajo del registrado en el año 1964.
En el período 1950-73 tuvo lugar el proceso más intenso de sustitución de bienes de
capital e intermedios antes importados, lo cual queda reflejado en el ascenso de
coeficiente equipo durable-PBIpm y en la incidencia sobre la importación, cuyo
aumento era provocado, en buena medida, por ese tipo de industrialización sustitutiva,
según se señalara más arriba.
Párrafo aparte merece la experiencia del período 1960-64, cuando el fuerte impulso del
coeficiente que se comenta, tuvo su explicación en un incremento notorio del Material
de transporte (cuya magnitud relativa sigue siendo una de las más altas sino la mayor
desde mediados del siglo pasado y la incorporación de Maquinaria y equipo). Así, en la
medida que en la actualidad se incursione en un proceso sustitutivo, aunque fuera con
algún grado de semejanza al ya experimentado, es dable prever que el coeficiente de
importación de bienes de capital tenga un aumento.
GRÁFICO 10
Composición de la inversión en equipo durable: Material de
transporte y Maquinaria y Equipo. En % del PBI.
Períodos 1950-73 y 1993-2010
0,0
1,5
3,0
4,5
6,0
7,5
9,0
10,5
12,0
13,5
15,0
1950
1953
1956
1959
1962
1965
1968
1971
1993
1996
1999
2002
2005
2008
Años
Po
rce
nta
jes
Equipo durable Material de Transporte Maquinaria y Equipo
Fuente: Elaboración propia
Hoy, el proceso de sustitución tiene un mayor grado de libertad, en la medida que la
restricción externa ha mostrado un nítido debilitamiento. Pero, para conseguir un
sendero eficiente de crecimiento, se requiere una tasa de inversión compatibilizada con
un cierto ritmo de aumento del rendimiento del trabajo. El modo de conseguir este
incremento conjunto es de importancia crucial. Y su determinación –variable según el
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contexto macroeconómico doméstico y externo- demanda la existencia de una
autoridad idónea50
cuya intervención no puede ser sustituida por la mera acción del
mercado.
Cabe mostrar ahora que la vinculación entre la IBIF y la importación vuelve a reiterar
que los bienes importados complejos constituyen un componente significativo de tal
evolución positiva.
Se ha tomado al conjunto de productos electrónicos para visualizar dicha vinculación.
En el Cuadro 3.10 se muestra el balance de comercio de esos productos, su incidencia
en el balance comercial del resto de los bienes intercambiados con el exterior y en los
gráficos 8 y 9 la relación entre la importación de estos bienes, la IBIF y el VABM.
CUADRO 3.10
Balance comercial de productos electrónicos y total.
Incidencia sobre el Bce. Comercial del Resto de las expo-impo. 1992-2010
En u$s corrientes
Año X M BCPE BC Total BC Resto BCPE/BCR %
1992 138,39 2.210,00 -2.071,6 -2.473 -401,4 516,1
1993 129,56 2.529,34 -2.399,8 -3.514 -1.113,7 215,5
1994 155,62 3.316,95 -3.161,3 -5.566 -2.404,9 131,5
1995 205,68 2.586,58 -2.380,9 1.040 3.421,2 -69,6
1996 153,43 2.913,97 -2.760,5 281 3.041,7 -90,8
1997 188,57 4.203,96 -4.015,4 -4.018 -2,8 143.909,9
1998 171,87 4.254,87 -4.083,0 -4.944 -861,4 474,0
1999 148,07 3.734,38 -3.586,3 -2.200 1.386,2 -258,7
2000 197,48 4.314,28 -4.116,8 1.062 5.178,3 -79,5
2001 217,86 2.880,35 -2.662,5 6.223 8.885,9 -30,0
2002 198,74 573,77 -375,0 16.721 17.096,5 -2,2
2003 155,57 1.323,68 -1.168,1 15.715 16.883,3 -6,9
2004 201,71 2.910,03 -2.708,3 12.104 14.812,0 -18,3
2005 232,31 4.075,59 -3.843,3 11.328 15.171,4 -25,3
2006 273,11 4.572,06 -4.298,9 12.393 16.691,9 -25,8
2007 355,13 5.671,27 -5.316,1 11.273 16.589,1 -32,0
2008 400,02 5.934,02 -5.534,0 12.556 18.090,0 -30,6
2009 301,43 4.850,35 -4.548,9 16.886 21.434,9 -21,2
2010 278,89 6.605,25 -6.326,4 11.633 17.959,4 -35,2
Fuente: L. Cianci, Tesis de grado, Ing. Industrial, FIUBA, www.uba.secyt/PIUBAD 2011.
Nota: Se deduce que al acrecentarse las importaciones, el peso de las compras al
exterior de bienes complejos, aumenta. Y el aumento de las importaciones (M) está
asociado al crecimiento de la inversión bruta fija (IBIF), del VABM y del PBI pm.
Entonces, se reitera que el avance de la producción industrial genera un aumento de
las importaciones de bienes complejos.
Además, se han incluido las series del PBI, la IBIF el VABM y la MPE (Cuadros 3.11 y
3.12). La correlación existente entre estas series es elevada (Cuadro 3.13).
Debe considerarse, entonces, que el crecimiento sostenido de dichas variables implica
la necesidad de importar bienes complejos (bienes de capital, partes a ensamblar,
50
El accionar de esa autoridad es concebida de diversas maneras: la coordinación y la información; la elaboración
de programas y el fomento a la inversión en ciertos subsectores; la intervención directa en la producción de ciertos
bienes y servicios; la creación de entidades ad hoc para orientar recursos crediticios, etc.
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tecnología). Pero, además, que lo planteado como deseable y conveniente en los ‘70,
respecto a la producción doméstica de varios de esos bienes, sigue estando en pie.
CUADRO 3.11
Evolución del PBI pm, la IBIF y la importación de productos electrónicos (MPE)
Período 1992-2010 - En millones de $ de 1993
Año PBI IBIF MPE
1992 223743,0 43121,5 4.733,83
1993 236505,0 45069,4 3.321,82
1994 250308,0 51248,8 4.101,51
1995 243166,0 44539,6 3.088,21
1996 256626,0 48500,3 3.458,85
1997 277441,0 57067,0 4.929,99
1998 288123,0 60830,6 4.989,96
1999 278369,0 53231,8 5.053,86
2000 276173,0 49502,0 5.881,85
2001 263997,0 41750,0 4.204,24
2002 235236,0 26533,0 945,39
2003 256023,5 36659,0 1.947,29
2004 279141,3 48836,7 3.701,70
2005 304815,3 60458,4 4.879,14
2006 330565,5 71438,2 5.297,74
2007 359170,0 81187,0 6.049,04
2008 383444,0 88552,8 5.618,43
2009 386704,0 79527,0 5.509,26
2010 422130,0 96409,0 6.900,08
Fuente: INDEC, Cuentas nacionales y Comercio Exterior
Cuadro 3.12
Evolución del VABM y la importación de productos electrónicos (MPE)
Período 1992-2010 - En millones de $ de 1993
Año VABM MPE
1992 41223 4733,83
1993 43.138 3321,82
1994 45.079 4101,51
1995 41.850 3088,21
1996 44.550 3458,85
1997 48.627 4929,99
1998 49.526 4989,96
1999 45.599 5053,86
2000 43.855 5881,85
2001 40.627 4204,24
2002 36.176 945,39
2003 41.952 1947,29
2004 46.977 3701,70
2005 50.480 4879,14
2006 54.975 5297,74
2007 59.153 6049,04
2008 61.482 5618,43
2009 61.503 5509,26
2010 67.547 6900,08
Fuente: INDEC, Cuentas nacionales y Comercio Exterior
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Cuadro 3.13
Coeficientes de Correlación: IBIF, VABM e Importación de productos electrónicos (MPE) Series 1992-2010
Variables Coeficientes de
Correlación
IBIF y MPE 0,8279
VABM y MPE 0,7693
GRÁFICO 11
IBIF y MPE 1992-2010
Millones de $ 93
0,0
20000,0
40000,0
60000,0
80000,0
100000,0
120000,0
1992
1994
1996
1998
2000
2002
2004
2006
2008
2010
AÑOS
IBIF
-
1.000,00
2.000,00
3.000,00
4.000,00
5.000,00
6.000,00
7.000,00
8.000,00
mp
e
IBIF MPE
Fuente: Elaboración propia sobre la base de INDEC, Comercio exterior.
GRÁFICO 12
VABM y MPE 1992-2010
Millones de $ 93
0
10000
20000
30000
40000
50000
60000
70000
80000
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
Año
vab
m
0,00
1000,00
2000,00
3000,00
4000,00
5000,00
6000,00
7000,00
8000,00m
pe
VABM MPE
Fuente: Elaboración propia sobre la base de INDEC, Cuentas Nacionales y Comercio exterior.
Es interesante realizar una comparación entre el coeficiente de importación de
Argentina con el de Brasil para el período 2000-2010
Es notorio que el aumento de las importaciones en relación al crecimiento de la renta y
el producto doméstico en Brasil resulta ser menos intenso que en Argentina. Este
comportamiento puede deberse a diversos motivos; sin embargo, las razones más
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notorias están vinculadas a las tasas de crecimiento de una y otra economía, la
significación del tipo de cambio en un caso y otro y la importancia relativa de los
distintos bienes importados (la composición de las importaciones de uno y otro país).
La tasa media de crecimiento del PBI de Brasil en el período es algo menor que la de
Argentina (Ver Cuadro 3.14) en tanto que los tipos de cambio tuvieron un
comportamiento opuesto (la protección efectiva ha sido mayor en Argentina que en
Brasil). Queda, entonces, la cuestión de la composición de las importaciones como uno
de los factores que pesan en cuanto a la incidencia sobre el PBI. Aparentemente, la
economía de Brasil resulta menos intensiva en la adquisición de bienes extranjeros que
la de Argentina, lo cual estaría revelando una estructura de la producción doméstica
proporcionalmente más ―completa‖ o integrada.
GRÁFICO 13
Argentina y Brasil: Participación de las importaciones en el PBI
2000-2009
0
2
4
6
8
10
12
14
16
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
Año
Po
rcen
taje
s
Brasil Argentina 2 per. media móvil (Argentina) 2 per. media móvil (Brasil)
Fuente: Elaboración propia sobre la base de ―Panorama del Comercio Exterior Brasileño‖, 2010,
Página web e INDEC Cuentas nacionales.
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GRÁFICO 14
Argentina y Brasil: Exportaciones en números índice
Año 2000 = 100 Período 2000-2010
0,0
50,0
100,0
150,0
200,0
250,0
300,0
350,0
400,0
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
Año
ïnd
ices
Xs Argentinas Xs Brasileñas
Fuente: Elaboración propia sobre la base de ―Panorama del Comercio Exterior Brasileño‖, 2010,
Página web e INDEC, Comercio exterior. Los números índice corresponden a las Expo en usd corrientes.
GRÁFICO 15
Argentina y Brasil: Participación de las exportaciones en el PBIpm
2000-2010
0
2
4
6
8
10
12
14
16
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010Año
Po
rcen
taje
s
X/PBI Brasil X/PBI Argent 2 per. media móvil (X/PBI Brasil) 2 per. media móvil (X/PBI Argent)
Fuente: Elaboración propia sobre la base de ―Panorama del Comercio Exterior Brasileño‖, 2010,
Página web e INDEC Cuentas nacionales. La relación entre exportaciones y PBIpm de Argentina
corresponde al cómputo de la Oferta y Demanda Global a precios de 1993.
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CUADRO 3.14:
Argentina y Brasil: Tasa de Variación del PBI pm
Año PBI pm %
Brasil PBI pm %
Arg.
1999 0,8 -3,39
2000 4,2 -0,79
2001 1,9 -4,41
2002 1,0 -10,89
2003 -0,2 8,84
2004 5,1 9,03
2005 2,3 9,20
2006 3,7 8,45
2007 5,4 8,65
2008 5,1 6,76
2009 -0,2 0,85
2010 7,5 9,16
Promedio anual
3,05 3,45
GRÁFICO 16
Argentina y Brasil:TASA DE CRECIMIENTO ANUAL DEL PBIpm
1999-2010
-15
-10
-5
0
5
10
15
1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
año
po
rcen
taje
s
Brasil Argentina
Es interesante indicar que el aumento de las exportaciones argentinas (que resultó
menor que el de Brasil, por ejemplo) no parece haber reflejado una mejora global de su
competitividad sino más bien la consecuencia de los factores vinculados a la mejora de
precios y cantidades51
.
51
―La aplicación del CMSA a la evolución de las exportaciones argentinas en este último período sugiere que gran
parte de su crecimiento resultaría explicado más por el gran dinamismo de la producción y el comercio mundiales
que por eventuales ganancias netas de competitividad de la producción nacional. En ese mismo sentido, llama la
atención la escasa magnitud absoluta del efecto participación de mercado, lo que estaría reflejando la aparente
falta de una respuesta de las exportaciones acorde con la devaluación registrada; esta observación lleva a la
necesidad de enfocar las preocupaciones sobre la competitividad de la producción argentina en torno a la
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IV. ELEMENTOS PARA LA SELECCIÓN DE UNA ESTRATEGIA DE
INDUSTRIALIZACIÓN Y DEDUCCIONES PRELIMINARES
IV.1 El crecimiento, el desarrollo y la industrialización
IV.1.1 Un sector de la literatura económica está planteando que, en la presente etapa de la
evolución de las economías capitalistas y de los intercambios internacionales, se
pone de manifiesto la posibilidad de un crecimiento y desarrollo económico sin que
sea imprescindible acceder a un proceso de industrialización como condición ―sine
qua non‖. Sin embargo, otros autores afirman lo contrario, basándose en
consideraciones coincidentes –en algunos puntos esenciales – con el tratamiento del
desarrollo y la necesidad de promoverlo activamente, por ciertos enfoques teóricos
formulados en al pasado. Se acepta, entonces, que la superación del estado de
menor desarrollo relativo en que se encuentra una parte importante de países y
regiones, cuya población representa una porción mayoritaria del total mundial,
exige:
Lograr una diversificación de la producción de bienes y servicios,
conseguir una inserción más ventajosa en los intercambios con el resto del mundo,
lo cual supone competir en los mercados domésticos, regionales e internacionales
con un conjunto amplio de bienes y con servicios reales, transables, y
estar en condiciones de proporcionar empleo productivo a una elevada porción de
su población.
Tal diversificación de la producción –alcanzable merced al cambio estructural de
las economías en desarrollo – no tiene porqué excluir la producción
manufacturera ya que ésta permite la generación de excedente económico, en
esencia semejante al generado por la agricultura, lo cual posibilita y facilita la
multiplicación de los servicios. Más aún, una literatura económica significativa
ha aportado, recientemente, elementos de juicio que permiten identificar una
serie de regularidades en los patrones de crecimiento y desarrollo, entre las que
la industrialización es la clave de la transformación estructural y el aumento
sostenido de la producción52
(D. Rodrik; J. Felipe, Wang)
IV.1.2 La continuación del proceso de industrialización debe enfrentar, hoy, nuevas
condiciones que resultan ser determinantes para alcanzar una competitividad que
permita establecer y luego sobrevivir, con eficiencia, a las ramas sectoriales
inexistentes o necesitadas de consolidar su permanencia en el tejido productivo
local. Ellas son:
Liberalización comercial asociada a la globalización53
en curso
Cambio tecnológico acelerado
Reducción de las distancias económicas
evolución de la productividad y a los atributos ―no precio‖ (variedad, calidad, diferenciación de productos)‖ (C.
Bianco, F. Porta, F. Vismara, Evolución reciente de la balanza comercial argentina) 52
Ver Nota 5.C) 53
The International Monetary Fund defines globalization as broader and deeper integration, ―...the growing
economic interdependence of countries worldwide through the increasing volume and variety of cross-border
transactions in goods and services and of international capital flows, and also through the more rapid and
widespread diffusion of technology‖ (IMF 1997:45). While there have been dramatic increases in international
economic integration during last 30 years, change has been particularly intense over the last decade. During this
period (roughly the mid 80s to the mid 90s) trade grew twice as fast as world output, foreign direct investment three
times as fast and cross-border trade in shares ten times as fast (Economist 1997: 79).
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Adaptación a las exigencias derivadas del cambio (nuevas formas de organización
industrial, adecuada incorporación de técnicas productivas, utilización de
personal idóneo, demanda de habilidades especiales)
Utilización modernizada de las economías de aglomeración y el estrechamiento de
los eslabonamientos entre las empresas de ramas productivas ligadas por la
complementariedad en el orden nacional.
La competencia asume características particulares pues se basa en una
combinación novedosa de tecnologías avanzadas, duras y blandas oferta y
modalidades de distribución en redes54
.
Todo ello obliga a que las empresas de las economías en desarrollo que deben
encarar el avance en la industrialización utilicen nuevas tecnologías con las
mejores prácticas (tecnologías duras y blandas).
Dado que la accesibilidad a los mercados mundiales se corresponde frecuentemente
con empresas que desarrollan sistemas complejos, que aprovechan diferencias en
costos, se distinguen por el desarrollo de habilidades y encaran la optimización de
tales sistemas, ello se convierte, casi, en una suerte de requisito para la producción
competitiva de los bienes manufacturados.
Y tal requisito no se circunscribe a los bienes más complejos, usuarios de
instrumentos y equipos altamente valiosos y resultantes de procesos complejos;
también, los bienes de consumo e intermedios son generados con tales avances
tecnológicos y modalidades organizativas complejas.
Puede afirmarse, entonces, que la industria manufacturera se está convirtiendo en
una actividad que realiza un uso intensivo de la información y de las
comunicaciones externas e internas y que debe encarar una diversidad de tareas
caracterizadas por su ―levedad‖, el diseño, la investigación, la conformación de
redes (S. Lall, 2004).
Las empresas líderes del mundo desarrollado constituyen un núcleo que son un
exponente típico de las entidades que se desempeñan con la competitividad que
resulta ser un fruto del uso de tecnologías avanzadas y de punta y de organizaciones
adaptadas a las exigencias planteadas por ellas y por la globalización, es decir,
capaces de disputar mercados mundiales.
También, debe tomarse en cuenta el poder adquirido por tales organizaciones
(expresado en su participación en el mercado) y su capacidad para defender sus
cuotas de dominio económico por diversos medios. Así, la preservación de sus
derechos de propiedad intelectual (marcas y patentes de tecnologías de productos y
procesos) tiene lugar en virtud de reclamos y exigencias a los niveles nacional e
internacional, recurriendo para ello a su influencia sobre el poder político para
sostener su poder y capacidad para realizar beneficios.
Sin embargo, puede afirmarse que existen posibilidades –derivadas del avance
tecnológico y el desarrollo de la competencia- para que empresas de menor rango y
poder de mercado puedan entrelazarse con las trasnacionales.
54
―El capitalismo de hoy día conlleva la desagregación detallada de las etapas de la producción y el consumo a
través de las fronteras nacionales, con empresas con una estructura organizativa densamente ‗reedificada‘
(networked)‖ (Gereffi, Korzeniewicz and Korzeniewicz, 1994:1, citado por J. S. Kobrin, 1999)
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IV.1.3 Si bien en un esquema de economía abierta, con intercambios libres, de acuerdo a la
especialización basada en las ventajas comparativas y el intercambio comercial del
modelo ricardiano, sería lógicamente posible lograr un grado de abastecimiento y
de ventajas en el bienestar iguales o mayores al que se pretende merced al cambio
estructural, con una diversificación de la producción. Sin embargo, la experiencia y
el comportamiento de la realidad demuestran que ese no ha sido el camino seguido
para su desarrollo por las economías actualmente avanzadas (Francia, Alemania,
EEUU, Japón) y tampoco resulta ser, hoy, el tipo de intercambio y división del
trabajo vigentes en los países como los del Este de Asia.
En cambio, es aceptable considerar que a comienzos del S. XXI, la industrialización,
en la presente etapa de desarrollo del sistema capitalista –en tanto sistema de
alcance mundial- adquiere características distintivas relevantes respecto a lo que
acontecía a mediados del S. XX. Pero, hay un elemento central común a ambos
momentos: la necesidad de que unas economías (las menos desarrolladas) transiten
desde un estadio de desarrollo a otro superior, para lo cual la industrialización es
un proceso que posibilita y/o facilita francamente dicho tránsito.
IV.2 Algunos enfoques actuales acerca del crecimiento, el desarrollo y la industrialización
IV.2.1 La visión teórica de raíz estructuralista indica que para concretar lo anterior, de
acuerdo a la visión teórica de raíz estructuralista, mencionada antes y dada la
experiencia recogida mediante la aplicación de la visión neoliberal, se considera
necesaria la concepción de una política industrial y su aplicación a través de las
instituciones sociales, con una participación activa del Estado.
Se estima entonces que ―el argumento en pro de una política industrial selecta es sólido
y se debe mantener en los países en desarrollo que tratan de aumentar su nivel de vida‖.
Para que la política industrial sea efectiva, las autoridades deben identificar los fallos
potenciales del mercado (y de los gobiernos), ―los cuales proporcionan el espacio para
implementar la intervención en la capacitación y el bienestar‖ En el caso de países
(como el argentino) en los que ya se ha iniciado un proceso de industrialización, se ha
alcanzado un cierto grado de desarrollo y que poseen un mercado de cierta magnitud, la
estrategia de industrialización debe ser múltiple. ―Debe concebirse un desarrollo según
etapas, de tal modo que, en las iniciales, la sustitución de importaciones debe basarse en
las ramas intensivas en el uso de mano de obra. Luego, correspondería el abordaje de la
producción de bienes de capital, con la finalidad de independizar a la producción local
de la dependencia exterior. Sólo después de haberse creado una base industrial sólida
para los productos intermedios y pequeños, deberían hacerse esfuerzos para expandirse
al mercado internacional. En ningún momento, durante la fase de la producción
nacional, deben dejarse de lado las mejores prácticas (best practices), de tal modo que
este período debe ser un aprendizaje, a través de la práctica, para poder ganar
competitividad con vistas a la competencia internacional‖ (J. Dargin, 2010).
IV.2.2 La estrategia basada en el enfoque de la capacidad tecnológica
Como la industria de los países en desarrollo, en sus diferentes ramas, no suele estar en
la frontera tecnológica, el desafío principal para avanzar en el desarrollo industrial en
dichos países consiste en incorporar y adaptar tecnologías existentes55
.
55
Algunos plantean que en los grados de industrialización intermedia (cuando las economías han cumplimentado
una etapa inicial de este proceso) pueden hallarse casos de introducción de experiencias de tecnologías avanzadas
y hasta procesos productivos con el uso de tecnologías en la frontera del conocimiento aplicado.
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El proceso de adaptación y creación tecnológica y la difusión de la capacidad de
asimilación tecnológica y la adecuación de los procesos productivos y organizativos, en
sentido amplio, en las empresas del mundo en desarrollo requieren la promoción estatal.
Sin embargo, esa promoción debe ser selectiva y expuesta a la neutralización, en algún
momento, por la competencia externa.
El éxito en el desarrollo industrial de los países en desarrollo se asocia principalmente a
la capacidad con que sus sociedades, a través de sus gobiernos, logran fomentar y
orientar con efectividad (por ejemplo teniendo en cuenta las externalidades y aspectos
tácitos asociados a las diferentes tecnologías vigentes) los procesos de incorporación y
adaptación de tecnologías56
.
De ese modo, en forma gradual, dichas naciones se encontrarán en condiciones de tener
un rol activo en la generación de conocimiento e innovaciones a nivel global.
IV.2.3 La estrategia con una participación importante de la IED
Ahora bien, debe hacerse otra consideración relevante respecto de la inversión
extranjera directa. La promoción de este tipo de inversión se basa en las ventajas que
implica su recepción: el suplemento de la inversión doméstica con el consiguiente
aumento del coeficiente de inversión, la posibilidad de acceder a técnicas productivas
más avanzadas, el impacto favorable sobre el conocimiento del personal incorporado a
las empresas y sobre el balance de pagos si es cuantiosa. Pero, si bien la inversión
extranjera directa puede generar el desarrollo de ‗capacidades iniciales‘ de producción
de productos complejos (basadas muchas veces en actividades ‗low-end‘, de escaso valor
agregado), puede ser una trampa hacia el futuro en lo que respecta a la profundización
del proceso de desarrollo, ya que, por diversos motivos, las firmas extranjeras suelen ser
reacias a pasar de los nuevos procesos productivos instaurados en el país anfitrión a la
actividad innovadora dentro de este tipo de economías puesto que implica la adopción de
una decisión estratégica, por las habilidades y vínculos técnicos asociados a tal tipo de
transferencia. (S. Lall, op. cit.).
A estos alertas se agregaría uno adicional: si se gestiona la admisión de inversión
extranjera directa orientada a la generación de nueva capacidad productiva, de manera
de restringirla en los casos que se considere oportuno, y se realizan esfuerzos por
ejemplo para el desarrollo de las capacidades tecnológicas de las empresas locales, pero
no se restringen o desalientan de alguna manera las inversiones orientadas a la
adquisición de empresas locales de buen desempeño por parte de empresas de mayor
envergadura, principalmente del exterior, podrían verificarse problemas similares para
la profundización del proceso de desarrollo, por los mismos motivos que los vinculados a
la admisión indiscriminada de inversión extranjera directa de propiedad plena (FDI).
Por ello, quienes plantean tales inconvenientes se inclinan a recomendar las formas
externalizadas de implantación de tecnologías (licencias, contratos de asistencia,
equipos, etc.) en lugar de las internalizadas (las que ingresan bajo la forma de la
propiedad totalmente extranjera de la inversión directa).
56
―It argues that industrial success in developing countries depends essentially on how enterprises manage the
process of mastering, adapting and improving upon existing technologies. The process is difficult and prone to
widespread and diffuse market failures, which have important implications for policy. And it often requires inputs
from factor markets: physical inputs, new skills, technical information and testing or trouble-shooting services,
finance and new infrastructure. Capability development can face market failures in building initial capacity and in
subsequent deepening. Both need support, functional and selective‖. (S. Lall, op. Cit. Page 11)
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IV.2.4 La estrategia de la Reforma y las Restricciones limitantes más importantes57
Ante las dificultades derivadas de la aplicación en los PED de las reformas del Consenso
de Washington, se presentó una nueva aproximación al tema, denominado identificación
de las restricciones limitantes del crecimiento, buscando luego determinar cuáles de
ellas son las más importantes. Para hacerlo, se parte de un árbol de decisiones, ―básico
pero poderoso‖ para desembocar en la identificación de aquellas limitantes cuya
remoción rendirá los efectos mas importantes. Así, las reformas no perseguirán la
eliminación de todas las restricciones al crecimiento (lo cual es prácticamente imposible)
sino las que más significación tienen sobre el bienestar social.
El análisis de diagnóstico conduce a que ―en un país de bajo ingreso, la actividad
económica debe estar constreñida por lo menos, por uno de los siguientes dos factores: o
bien el costo financiero es demasiado alto, o bien, el retorno privado de la inversión es
demasiado bajo. Si el problema está en los retornos demasiado bajos, ello debe
originarse ya sea en retornos económicos (sociales) reducidos o en una gran brecha
entre los retornos privados y sociales (a lo que llamamos una baja apropiación de los
rendimientos). El primer escalón en el análisis de diagnóstico es establecer cuál de estas
condiciones caracteriza más ajustadamente a la economía en cuestión‖ (D. Hausman,
D. Rodrik; A. Velasco; ―Getting the diagnosis right‖, F&D, IMF, 2006).
La búsqueda de la ratificación empírica de la hipótesis condujo a estudiar los casos de
Brasil, El Salvador y República Dominicana. Resultando que Brasil constituye el ejemplo
de una restricción financiera (existencia de proyectos empresariales de inversión cuya
concreción quedaba trabada por los altos costos del financiamiento) y El Salvador, el de
una escasez de proyectos dada la baja retribución esperada de la inversión (siendo que
no existía racionamiento crediticio como problema característico).
Ante ello, dada la superación de los problemas que traban el crecimiento (por el
levantamiento de las restricciones limitantes), es dable esperar que éste se sostenga, al
menos, por un tiempo. La existencia (o aparición) de otros problemas requerirá la
adopción de nuevas reformas.
Cabe señalar que esta visión (¿reemplazante de la derivada del Consenso de
Washington?) plantea la posibilidad de la existencia de fallas de mercado, además de las
asignables a la inconveniente intervención gubernamental, la corrupción y la carencia
de instituciones adecuadas. Tales fallas tienen que ver con la existencia de las
externalidades más importantes y que son de dos tipos: a) las de información; b) las de
coordinación.
De acuerdo a tal diagnóstico cabe, entonces, una acción encaminada a superar esos
problemas, consistente en levantar las restricciones identificadas. Pero, el accionar
previsto consiste en la creación de las condiciones para que esto se concrete: es decir, la
introducción de las reformas pertinentes.
Esta visión de la problemática del desarrollo58
, aún reconociendo que las fallas del
mercado tienen la entidad suficiente para impedir el crecimiento, sigue rechazando la
57
El enfoque del desarrollo económico en que se basa esta estrategia ha sido denominado, también, como ―El
Diagnóstico del Marco de Crecimiento‖ (The Growth Diagnostics Framework) Ver M. P. Todaro y S. C. Smith,
2009, Cap. 4; Pearson, Addison-Wesley) 58
Prohijada por el FMI y el BM al cabo de la instauración de la macroeconomía neoclásica y el monetarismo como
posiciones dominantes. Recién en los últimos tiempos y sobre todo desde la crisis desatada en 2007/2008, se acepta
que deben revisarse las posturas asumidas respecto de la macroeconomía (Ver J. D. Villadeamigo, 1er. Simposio,
PIUBAD 8-6-2011)
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PIUBAD Página 46 Secretaría de Ciencia y Técnica, Rectorado, UBA
postura que avala las políticas de industrialización entendidas como cualquier tipo de
intervención selectiva dirigida hacia ciertos sectores de la producción con la finalidad de
alterar la estructura productiva, dado que se considera que las perspectivas de
crecimiento serían mayores que sin la intervención (J. Felipe, Page 75, 2010). La crítica
dirigida a tal tipo de políticas de industrialización y desarrollo por los partidarios de la
visión que considera al mercado como garante ineluctable de la optimización y el
crecimiento, sostiene que estas han desembocado en una desvirtuación del mecanismo de
asignación eficiente de recursos al sesgarse hacia el ―picking the winners‖, con lo cual
los burócratas estatales establecían qué actividades se debían promocionar, gastando en
ello recursos públicos. Esta crítica es compartida también por varios de quienes admiten
las fallas del mercado y son promotores de una conducta proactiva del gobierno. La
diferencia radica en la modalidad de la acción estatal para la promoción del crecimiento
y la industrialización.
Desde mediados de la primera década de este siglo, se fue difundiendo en el seno del
pensamiento económico ortodoxo la propuesta de aceptar la elaboración de un nuevo
tipo de políticas industriales con un matiz gubernamental proactivo, en virtud de la
importancia atribuida a las externalidades asociadas a la información y la
coordinación59
. Por ello, se plantea que la política debe consistir en una vinculación
estratégica entre los sectores público y privado, procurando obtener de este último las
informaciones sobre las externalidades significativas y las restricciones limitativas del
cambio estructural y las oportunidades disponibles.
Como las restricciones limitativas pueden deberse a diversos factores (por ej.
insuficiente desarrollo del ―capital humano‖ o inestabilidad fiscal, monetaria y
financiera o insuficiencias de infraestructura) la política industrial puede ser tan
abarcadora que contemple a actividades distintas.
Asimismo, se da por sentado que es posible que la ―intelligentzia‖ estatal no sepa qué es
lo que los empresarios no saben. Y que, por ende, las autoridades no tengan el
conocimiento necesario para ―escoger a los ganadores―.
La superación de la incertidumbre que rodea a las decisiones empresariales en los PED
–la cual, según lo entienden, puede entorpecer las decisiones de inversión y detener el
crecimiento económico- y la superación de los escollos mencionados antes, requiere la
conformación de instituciones apropiadas para viabilizar la política industrial.
Esta visión de la política industrial se ubica en el contexto de la globalización, lo cual
implica que no aparecen como viables ni convenientes (y por ende como innecesarias) la
protección propia del concepto de industria infante así como no se identifica a la
dependencia tecnológica como factor obstaculizador del crecimiento ni aparecen, como
factor primordial, las externalidades tecnológicas. El rol del gobierno queda, entonces,
acotado a ciertas acciones, las que deben ser compatibles con la liberalización comercial
y financiera, la exclusión de la producción directa de bienes y servicios por el Estado y
de las decisiones conformadas a partir de las conclusiones extraídas por la burocracia
estatal per se (aunque esta fuera técnica y científicamente ilustrada). La planificación del
desarrollo no aparece explícitamente aceptada ya que se considera anacrónica la
experiencia de los años anteriores a los ‘80.
59
D. Rodrik (2004, 2006) y varios otros autores.
PROGRAMA INTERDISCIPLINARIO DE LA UBA PARA EL DESARROLLO
PIUBAD Página 47 Secretaría de Ciencia y Técnica, Rectorado, UBA
GRÁFICO 17
IV.2.5 Algunos enfoques heterodoxos del pensamiento económico y su importancia para el
crecimiento económico.
El punto de partida de estas estrategias es la adopción de un enfoque económico que no
acepta la teoría del equilibrio walrasiano o neo-walrasiano y que critica los modelos de
crecimiento de raíz neoclásica. Asimismo, adhieren al replanteamiento de la teoría del
comercio internacional introduciendo elementos tales que los alejan de las deducciones
de políticas de carácter clásico y neoclásico.
Los modelos de crecimiento de Harrod, (1936; 1939) y luego el de Domar, de raíz
keynesiana, fueron pioneros. Plantearon la naturaleza inestable de la expansión de la
producción en el capitalismo (el sendero tipo filo de navaja del crecimiento),
estableciendo la vinculación de la relación capital-producto con la propensión al ahorro,
dada la tasa de aumento de la población, lo cual requería un cierto comportamiento de
la tasa de inversión para arrojar el ritmo correspondiente de expansión de la renta
agregada.
Luego, aparecieron los enfoques del crecimiento de J. Robinson, Kahn, M. Kalecki y N.
Kaldor, los que analizan la evolución en el largo plazo de la economía de libre empresa.
En los análisis de J. Robinson, se aborda la conducta de la empresa en el capitalismo60
,
sin regulaciones, la cual, según su disponibilidad de financiamiento, determina la tasa de
acumulación del capital y las implicancias de la selección de técnicas realizadas. Por
60
Corresponde a lo planteado por M. Kalecki: Las empresas acumulan en función de sus beneficios y obtienen
beneficios porque acumulan.
PROGRAMA INTERDISCIPLINARIO DE LA UBA PARA EL DESARROLLO
PIUBAD Página 48 Secretaría de Ciencia y Técnica, Rectorado, UBA
otro lado, las familias gastan al ritmo que guían sus preferencias y quedan limitadas por
su capacidad adquisitiva61
. Este modelo no carece de realismo y a partir de él se
muestran aspectos centrales del crecimiento económico conformando un resultado
respecto al sendero de expansión de una economía de ese tipo y estableciendo las
condiciones del estado estacionario.
El análisis de J. Robinson del crecimiento económico es el resultado de su preocupación
por elucidar las cuestiones de la economía capitalista en el largo plazo: el
comportamiento de los salarios reales y de la tasa de beneficios, el progreso de la
acumulación de capital, el auge y decadencia del monopolio y las reacciones a gran
escala de las transformaciones de la técnica sobre la estructura de clases de la
sociedad62
.
Una de las conclusiones de J. Robinson es que en la medida que se genera el progreso
técnico, la cantidad de empleo asociada con un stock de capital dado va cayendo
continuamente, lo que produce un incremento progresivo del desempleo. Este tipo de
desempleo no es el señalado por Keynes (vinculado a la deficiencia de la demanda
efectiva) sino el planteado por Marx (J. E. King, 2009, Pág. 66). Entonces, si para
producir una unidad de producto adicional se requiere más capital y si la población
crece a una tasa más alta que la dotación de capital, habrá desempleo que se amplía. Es
un desempleo marxista.
Luego, este concepto aparecería más o menos modificado en el desempleo estructural
señalado por los estructuralistas latinoamericanos.
Se extrae así la importante conclusión que una dotación de capacidad productiva
inadecuada se traduce en desempleo, siendo esta una característica común de los PED
con alta población.
La otra contribución significativa es su crítica a la concepción harrodiana del
crecimiento, que destaca: i) la desconsideración de la importancia de la distribución de
la renta y la riqueza sobre la propensión a ahorrar; ii) la supresión de elementos
esenciales para la producción como el desempleo marxista, la incorporación del
progreso técnico a los bienes de capital, los hechos de la realidad como guerra o
sequías; iii) ignorar las imperfecciones del mercado de capitales; y iv) la ausencia de un
tratamiento explícito del progreso técnico y el avance científico en relación a la
producción de bienes y servicios (J. Robinson, Essays on Marxian Economics;
Accumulation of Capital)63
.
M. Kalecki representa un puente estratégico entre la visión keynesiana y la marxista. Sus
trabajos tienen una gran coherencia global y no solo se focalizó sobre los ciclos y las
fluctuaciones económicos. Estudió y escribió sobre temas relacionados con países
capitalistas subdesarrollados (que denominaba economías mixtas), países socialistas,
planificación macroeconómica (Bénard et al., 1965) y la historia del pensamiento
económico.
Su análisis del ciclo económico y el examen de las decisiones de inversión en el
capitalismo, contienen elementos importantes para una comprensión del crecimiento y el
rol ejercido por la relación entre beneficio y decisión de inversión (son las decisiones de
61
Ver Nota 8) en el Apéndice A. 62
Robinson, ―Essays on Marxian Economics‖, 1942, Pág. 95 (citado por J. E. King, 2009, pág. 66) 63
Los puntos señalados en su crítica fueron desarrollados por la autora en ―Accumulation of Capital‖.
PROGRAMA INTERDISCIPLINARIO DE LA UBA PARA EL DESARROLLO
PIUBAD Página 49 Secretaría de Ciencia y Técnica, Rectorado, UBA
inversión las que determinan los beneficios y no al revés64
). También, consideró la
cuestión de las innovaciones tecnológicas, señalando que su dinamismo puede
neutralizar, en parte, el efecto del ahorro de los capitalistas no reinyectado en el circuito
productivo. Agregó que el Estado puede, en última instancia, contrabalancear la
fragilidad del dinamismo de las innovaciones. Este elemento teórico es integrado, en un
trabajo de 1954 y en otros posteriores, tratando el progreso tecnológico con el concepto
del grado de monopolio y el comercio exterior. (A. Saludjian, 200865
).
Su rechazo del principio de la determinación del salario por la productividad marginal
lo conduce a su reemplazo por el concepto del grado de monopolio, el que se convierte
en un factor importante de la macroeconomía kaleckiana. Dada la capacidad de la
empresa capitalista para incidir en la fijación del precio de mercado –el que deriva del
grado de monopolio- existe una porción variable de éste que es el ‗mark up’. Este
consiste en un margen fijado sobre el costo variable de producción (compuesto
principalmente por el salario nominal unitario) y que se relaciona de modo inverso con
la elasticidad precio de la demanda dirigida al bien producido. Entonces, la empresa fija
sus precios sobre la base de sus costos directos, aplicando un ‗mark up‘ y tomando en
cuenta los precios de las otras entidades con quienes comparte el mercado. El precio
microeconómico o de la empresa conduce al correspondiente al nivel macroeconómico,
determinado sobre la base de un promedio de los costos unitarios de las empresas, el
mark up y el precio promedio de los concurrentes (tomado en cuenta por cada empresa
al fijar su propio precio).
Los modelos kaleckianos introdujeron también otro concepto importante, el de que el
capitalista gana lo que gasta y el asalariado gasta la totalidad de su ingreso. Estos
conceptos serían, luego, de uso generalizado entre los autores de la escuela inglesa que
no compartían la visión de la microeconomía neoclásica.
El sistema analítico de Kalecki proporcionaba conclusiones muy significativas respecto a
la conducta de la economía ante las situaciones de auge y recesión, lo cual fue
traspasado a los modelos de J. Robinson y a diversos trabajos que integraron la vertiente
de Cambridge y hoy se inscriben en el pensamiento Post Keynesiano.
N. Kaldor concibió dos modelos de crecimiento, Mark I y Mark II. Con el primero, trata
de explicar el comportamiento de las economías observado empíricamente. Y con el
segundo, reformulaba la función de progreso técnico como una relación entre la tasa de
crecimiento de la productividad del trabajo y la tasa de crecimiento de la inversión per
capita, definiendo el equilibrio como un estado en el que estas dos tasas son iguales. De
ello extrajo la conclusión que los gobiernos debían estimular el dinamismo tecnológico
gastando más en educación e investigación científica y fomentando una gestión
empresarial más receptiva al progreso tecnológico (Thirwall, 1987, pp. 228-257).
Finalmente, plantea ―las leyes de crecimiento endógeno y el principio de causación
circular acumulativa que niegan los procesos naturales de convergencia entre países
ricos y pobres, es decir predicen la formación de centros y periferias que se auto
reproducen. Las leyes son tres: la primera es la alta correlación entre el crecimiento del
producto industrial y el crecimiento del PBI. La segunda es la estrecha relación entre el
crecimiento de la productividad y el crecimiento del producto manufacturero. La tercera
es la relación positiva entre el crecimiento de la productividad de toda la economía y el
64
Podría establecerse la hipótesis que si los capitalistas quieren ganar más, pero dejan de invertir, en rigor,
terminan viendo caer sus rendimientos y en consecuencia, pueden enviar parte de los beneficios al exterior. 65
―De los ciclos económicos a la volatilidad macroeconómica: el aporte de M. Kalecki‖; Ensaios FEE, Porto
Alegre, v. 29, n. 1, p. 133-156, jun. 2008
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crecimiento de la actividad industrial y la negativa con el aumento del empleo en las
actividades no manufactureras de la economía‖. Agregó también que la demanda,
especialmente la de exportaciones, podía ser una notoria fuerza impulsora del
crecimiento.
La elaboración de la teoría del crecimiento económico prosiguió desde estas bases
constituyendo dos o tres vertientes principales. Así, se plantearon los modelos de
Pasinetti, Garegnani y varios otros economistas contemporáneos (conocidos también
como neo-ricardianos), los que desembocaron en la concepción tipo caos como R.
Goodwin y los que le otorgan una particular importancia al rol de la demanda (modelos
de crecimiento liderados por la demanda).
Puede afirmarse sucintamente que estos autores destacan la importancia de la inversión
y el progreso técnico como elementos determinantes del crecimiento económico, así
como el efecto de la demanda sobre la inversión, destacando la inestabilidad de dicho
crecimiento al depender la inversión, en buena medida, de las expectativas empresariales
(el animal spirits de Keynes). De este modo, el carácter volátil de la inversión que debe
asociarse a las expectativas afectadas por la incertidumbre radical, provocan que el
crecimiento económico a largo plazo no tiene porqué ser sostenido. Además, siguiendo a
Kalecki, los postkeynesianos indican la existencia de ciclos económicos (business cycles),
de manera que consideran que debe realizarse un análisis diferenciado de los
determinantes del crecimiento a corto y largo plazo.
Las aportaciones de estos enfoques son muy útiles al mejor entendimiento de la
problemática de los PED desalojando la idea de un presunto comportamiento
automático de la economía en dirección al crecimiento económico.
Es interesante comparar las conclusiones principales de los modelos de crecimiento
postkeynesianos con los aportados por las corrientes que partiendo de los enfoques
neoclásicos han arribado a los modelos denominados de crecimiento endógeno. Varios
de ellos concluyeron que la contribución importante al crecimiento de largo plazo está
dada por aquellos componentes que inciden significativamente en la PTF mientras que la
inversión incide sobre los niveles del ingreso de largo plazo. Entonces, los componentes
importantes son la ―acumulación de capital humano y el aprendizaje tecnológico que
permitan converger a la frontera tecnológica internacional‖ y no la inversión.
―Gutiérrez y Solimano (2007) plantean que el proceso de crecimiento para los países en
desarrollo está en realidad caracterizado por marcadas fluctuaciones en cada década,
que llevan a una sucesión de booms, estancamientos y colapsos. Los booms de
crecimiento son usualmente generados por términos del intercambio favorables, el
descubrimiento de recursos naturales o la adopción de políticas económicas pro-
crecimiento. En este contexto, la inversión es clave para sostener y consolidar el
crecimiento más allá de una fase de boom, a través de la creación de capacidades
productivas y la probable generación de externalidades tecnológicas e incorporación de
nuevas tecnologías. En esta misma línea, Hausmann, Pritchett y Rodrik (2004)
encuentran que los episodios de aceleración en el crecimiento están acompañados por
aumentos en la inversión y el comercio, y por depreciaciones reales, y que estas
aceleraciones no parecen estar lideradas por aceleraciones en la PTF‖ (G. Sanchez, I.
Butler, BID, 2007).
Las importantes contribuciones a la teoría del crecimiento económico derivadas de los
enfoques postkeynesianos tienen una particular trascendencia en el momento de escoger
entre las visiones teóricas más aptas para estructurar políticas de crecimiento y
desarrollo para los PED.
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IV.2.6 La experiencia de los Tigres Asiáticos: una estrategia de industrialización eficaz
Tal como se señalara más arriba, el éxito de las economías del Asia (Hong Kong-China,
la República de Corea, Singapur, Taipéi-China, Malasia, Tailandia; y más
recientemente, la República Popular China y Viet Nam) estriba en que han
experimentado un cambio estructural, diferenciándose nítidamente de su condición
anterior a las estrategias de desarrollo que adoptaron. El rápido crecimiento económico
que sustentaron y muestran hoy día, está íntimamente ligado a dicho cambio estructural.
Existe una opinión no poco difundida respecto a que esta modificación tiene como factor
clave el desarrollo de un sector industrial moderno ya que constituyó el medio utilizado
para propagar la transformación económica de esos países.
La labor gubernamental en relación a la industrialización tuvo diferencias entre los
países citados; sin embargo, salvo uno o dos casos, no hubo un ―laissez faire‖ luego de
crear algunas condiciones macroeconómicas adecuadas al crecimiento económico. La
promoción de actividades, la programación económica y el seguimiento activo de la
marcha del proceso de industrialización fueron elementos más o menos marcados en
cada caso, pero existentes, al fin.
Esta experiencia contrasta con la propuesta neoliberal: ―la mejor política industrial es
la inexistencia de política industrial‖
Sin embargo, cabe tener en cuenta las diferencias existentes no sólo con dicho enfoque
neoliberal sino también con la que surge, hoy día, de la revisión de las posiciones de los
propios organismos internacionales, sobre todo a partir de la crisis de 2007-2008.
IV.3 Consideraciones acerca de la industrialización argentina a comienzos del siglo XXI
Tomando en cuenta:
las dificultades del modelo ISI hacia mediados de los ‘70, los análisis realizados y las
propuestas en discusión acerca de la superación de los problemas y la ulterior
prosecución del proceso de industrialización,
las políticas adoptadas desde la segunda mitad de los ‘70, sus fundamentos teóricos y
los resultados obtenidos en términos de industrialización y desarrollo;
la realidad presente, los enfoques existentes respecto al desarrollo económico, las
experiencias exitosas de varias economías en desarrollo en el abordaje del cambio
estructural y el avance en la industrialización, se pueden señalar los siguientes puntos
importantes relativos a la estrategia de industrialización en Argentina.
IV.3.1 El grado de desarrollo de la industria doméstica indica la existencia de algunos
subsectores y ramas de actividad que ostentan una competividad productiva apta para
conservar el mercado interno y acceder a los del exterior, pero otras no pueden
prolongar su reactivación y sostener su crecimiento cuando la protección efectiva
desciende o aún con el presente grado de protección. Es preciso indicar, además, que
están ausentes ramas de producción necesarias para alcanzar un mínimo de integración
sectorial que viabilice al aumento del VABM per cápita, el incremento de la
productividad media del trabajo en el sector y el de las exportaciones manufactureras.
IV.3.2 La continuación del proceso de industrialización en Argentina requiere conseguir la
producción doméstica de una gama de bienes manufactureros complejos, bajo
condiciones de eficiencia, que permita alcanzar una capacidad productiva y niveles
medios de productividad (competitividad productiva) del trabajo de todo el sector
industrial para competir en el contexto de la globalización. La importación de bienes de
capital e intermedios, imprescindibles para sostener la producción no sólo del sector
manufacturero sino también de otras diversas actividades de la economía, impone, en
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muchos casos, una dependencia de la oferta y del aprovisionamiento tecnológico externo,
con eventuales efectos inconvenientes sobre el ritmo de crecimiento económico derivados
de relaciones poco favorables con el exterior, costos de producción desaventajados
respecto a los de competidores, etc. Este tipo de dependencia implica (o puede implicar)
una capacidad competitiva menor que la requerida para la producción de una diversidad
de productos industriales – aún distintos a dicha gama de bienes complejos- y para
avanzar eficientemente en el abastecimiento del mercado doméstico y lograr el ingreso
en los internacionales.
IV.3.3 La producción de ciertos bienes de capital y varios intermedios de carácter complejo
debe continuar a fin de alcanzar un grado de integración intrasectorial que contenga
―más fuertes complementariedades e interdependencias de la producción de las
empresas (el producto de una es el insumo de otra)―. Esto es un requisito para colocar a
la industria doméstica en condiciones de competitividad aptas para sostener la
producción en un contexto globalizado.
IV.3.4 La consecución de ese tejido industrial adecuado –determinable de acuerdo al análisis
técnico-económico de la economía argentina y en función de ciertos objetivos nacionales
de carácter macroeconómico – para acrecentar el VABM per capita y aún para
concretar una orientación exportadora viable, no debería basarse, excluyentemente, en
aquellos bienes en los que la economía argentina muestra ventajas atribuibles a la
posesión de recursos naturales y mano de obra en condiciones ventajosas.
IV.3.5 El objetivo señalado antes, plantea la necesidad de concretar un acumulación de capital
que exige un ritmo y una composición de la inversión distintos al actual. Si bien en los
últimos años se ha experimentado una reactivación continuada de la inversión bruta
interna, es preciso acrecentarla, especialmente, en los componentes más estrechamente
asociados al crecimiento de la capacidad productiva de la industria y de otros rubros
estratégicos (en particular algunas infraestructuras económicas). Esta condición debe
completarse con la explicitación de la temática del pleno empleo de la fuerza de trabajo
y la superación de las diferencias o heterogeneidades existentes en materia de
rendimiento y retribución a la mano de obra. Debe tomarse en cuenta que el objetivo del
desarrollo económico exige acrecentar la capacidad productiva acompañada con un
cambio estructural. Ya sea que tal capacidad esté o no plenamente utilizada, la
condición requerida para que el incremento de la renta se sostenga durante un período
largo es que exista una expansión de dicha capacidad y una interacción dinámica entre
acumulación de capital y progreso tecnológico.
IV.3.6 Si bien la actual condición excedentaria de la balanza comercial, basada en la
modificación de los precios internacionales de los bienes primarios, con un mayor o
menor grado de elaboración, significa un más amplio grado de libertad para proseguir
el crecimiento económico, no implica ‗per se‘ la posibilidad de una transformación
estructural de carácter espontáneo de la economía argentina. Las tendencias mostradas
por la relación expo-impo cuando se relacionan con el crecimiento del PBI, del VABM y
la IBIF señalan que la diferencial positiva de comercio se viera afectada hacia la baja,
entonces se podrían reproducir las dificultades en el abastecimiento regular de bienes
importados. Además, es preciso considerar el comportamiento negativo del rubro Rentas
de la cuenta corriente del balance de pagos cuya permanencia está asociada al tipo de
vinculaciones existentes entre la economía doméstica y el resto del mundo, originada en
una conformación estructural de la producción y la propiedad del capital (por ej. la
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propiedad extranjera de importantes y relativamente numerosas unidades de producción
residentes).
IV.3.7 El aumento de la exportación de bienes MOI está asociado, en buena medida, al
desarrollo del mercado regional mientras que el de las MOA aún coincidiendo con ello
en varios artículos, tiene un alcance internacional más expandido. Se plantea, entonces,
la necesidad de profundizar la industrialización argentina mediante una estructuración
comercial con el MERCOSUR que contemple una coordinación macroeconómica en la
región.
IV.3.8 La estrategia de industrialización deberá basarse en la cuestión de la sustitución de
bienes complejos seleccionados, la internalización o desarrollo de la capacidad
tecnológica, el fomento de la competitividad productiva mediante la intervención de
instituciones públicas idóneas y la inclusión de la promoción industrial focalizada dentro
de un programa flexible de industrialización.
IV.3.9 La adopción de políticas macroeconómicas compatibles con la industrialización Esto
supone la consideración de las cuestiones atinentes a la demanda agregada, para lo cual
es preciso encarar el tema de la distribución de la renta y el nivel de las compras de
activos externos que operan a modo de filtraciones significativas de la renta doméstica.
Asimismo, es preciso incorporar en forma explícita programas de desarrollo sectorial
para que tenga lugar una orientación ad-hoc de las acciones con incidencia central en el
proceso de crecimiento. Esto ha sido reconocido por algunos autores como una
estrategia de crecimiento conducida por el estado (―a government-led strategy‖).
IV.3.10En principio, los criterios para escoger las ramas industriales integrantes de la
estrategia industrializadora deben contemplar: i)las que actualmente ingresan a
mercados externos y son exitosas en mantenerse en competencia con la producción de
otras áreas del mundo; ii) las que muestran potencialidades de expansión mediante la
introducción de tecnologías aptas, reorganización ad-hoc y requieren mecanismos de
promoción bien identificados; iii) las productoras de bienes de capital; iv) las
actividades productivas inexistentes, pero necesarias y viables66
.
IV.4. Deducciones preliminares
4.1 El rol del gobierno ante las nuevas condiciones que rigen la industrialización
La conjunción de la globalización y la necesidad de incorporar las nuevas tecnologías
inducen al cambio en las estructuras institucionales y en las políticas necesarias para el
logro de la competitividad productiva en la producción industrial. Se requieren nuevas
especializaciones por parte de conjuntos de individuos conocedores de diversos temas y
prácticas. Las instituciones de promoción y regulación demandan nuevas acciones –
adaptadas al contexto de la globalización y el cambio tecnológico y de las organizaciones
para la producción- que deben enmarcarse en cursos de acción que se basen en el
conocimiento del modo de acrecentar la productividad en las economías en desarrollo.
El rol del gobierno, entonces, debe concretarse a partir de una visión abarcadora de la
industrialización, concibiendo programas de acción flexibles, recurriendo a instituciones
66 El Gobierno ha publicado la siguiente lista de sectores productivos elegidos por el Plan Industrial: Alimentos;
Calzado, Textiles y Confecciones; Madera, Papel y Muebles; Material de Construcción; Bienes de Capital;
Maquinaria Agrícola; Autos y Autopartes; Medicamentos; Software, y Productos Químicos y Petroquímicos.
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idóneas promotoras de la competitividad y entrelazando ese accionar con el sector
privado67
.
IV.4.2 La capacidad tecnológica, la competitividad productiva y la focalización de la
política de promoción industrial.
IV.4.2.1 La producción de un conjunto de bienes de capital y varios intermedios de carácter
complejo debe continuar a fin de alcanzar un grado de integración intrasectorial
que contenga ―más fuertes complementariedades e interdependencias de la
producción de las empresas (el producto de una es el insumo de otra)― Esto es un
requisito para colocar a la industria doméstica en condiciones de competitividad
productiva aptas para sostener la producción en un contexto globalizado.
IV.4.2.2 Tal avance debe estar sujeto a una selección de ramas de actividad que tomen en
cuenta cuidadosamente las escalas de producción adecuadas, la introducción de las
tecnologías apropiadas –lo cual entraña una labor de selección y adaptación a las
conveniencias y exigencias del contexto argentino – la complementariedad con otras
ramas y la fijación de horizontes determinados respecto al tiempo de concreción de
la competitividad en la producción.
IV.4.2.3 La acentuación de la orientación exportadora de las ramas industriales existentes
debe suponer, en numerosos casos, la adecuación de sus procesos productivos, la
organización empresaria, y la preparación para el cambio de modo de lograr una
transferencia de tecnología moderna que se concrete en forma más homogénea.
IV.4.2.4 El proceso de integración productiva, la transferencia de tecnología moderna, el
avance hacia una mayor homogeneidad en la producción, requiere acumulación de
capital. Por ello, la tasa de inversión debe aumentar y también modificarse su
composición. El aumento de la capacidad de producción argentina es una condición
central para lograr un crecimiento sostenido y avanzar hacia el desarrollo. Debe
remarcarse que dicho incremento corresponde a las infraestructuras económicas y
sociales y también a la dotación de capital al nivel de las empresas.
IV.4.2.5 La adopción de políticas comerciales cuyo objetivo sea fortalecer el intercambio con
el mercado regional, especialmente, en el caso de las ramas industriales en
desarrollo y una acentuación de la importancia de la complementariedad productiva
regional.
IV.4.2.6 Mejoramiento de la educación y la salud.
APÉNDICE
Nota 1)
La discusión teórica acerca de la naturaleza de las dificultades de crecimiento e intercambio de las economías
latinoamericanas, las más grandes en particular, tuvo (y tiene) varias aproximaciones. Una es la estructuralista
(hoy devenida neo-estructuralista ¿o reemplazada por esta orientación teórica?); otra, es la de raíz ortodoxa de
diverso cuño (la monetarista, la keynesiana de la SNC, la basada en los enfoques clásicos y neoclásicos del
comercio internacional. En la actualidad la MNC y la MNK); y por fin las que pueden incluirse en los enfoques de
base marxista o las que rechazando la teoría neoclásica, elaboraron una visión diversa, tanto en la interpretación
de los hechos como en la deducción de políticas económicas. Algunas de estas fueron incorporadas con
adaptaciones al enfoque estructuralista.
Una interpretación de la realidad de la economía brasileña que se puede incluir en este último grupo es la
efectuada por J. Cartier-Bresson y J. Kopp (1989)68
. De acuerdo a éstos, la naturaleza de las limitaciones del
crecimiento económico brasileño -y por ende de la industrialización- como la tendencia al estancamiento del PBI
67
La experiencia Coreana y la actual de la China Popular son un ejemplo a tomar en cuenta. 68 ―Croissance, exclusion sociale et instabilité de la politique économique au Brésil”. In: Tiers-Monde. 1989, tome 30 n° 117.
pp. 147-159.
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per cápita, la inestabilidad macroeconómica, la incapacidad de superar la pobreza e indigencia de porciones
significativas de su población, radica en el carácter excluyente del modelo económico-social. Así definen el
carácter excluyente del siguiente modo:
―La croissance est dite « excluant » car elle s‘appuie sur une partition — en deux — , selon le revenu, de la
population. En tant que main-d‘œuvre, la population travaillant dans les secteurs formel ou informel de l‘économie
participe à la dynamique d‘ensemble. En tant que consommateurs la majorité n‘a qu‘un accès limité aux biens de
consommation traditionnels et quasi nul aux biens d‘équipement des ménages. Ce modèle « excluant » recouvre,
selon nous, plusieurs phases : la substitution des importations (1955-1962), l‘austérité (1962-1967), la « troisième
demande » (1968-1973), le Deuxième Plan national de Développement (1973-1979), la récession (1981-1983)‖.
Entonces, deducen que: ―le maintien des formes de l‘intervention de l‘Etat organisant la croissance autour du
modèle excluant est incompatible avec l‘extension des systèmes de légitimation fondés sur la démocratie. Cette
contradiction, renforcée par le poids de la contrainte externe, explique l‘instabilité des politiques économiques.
Nous proposons donc d‘examiner l‘idée selon laquelle la stabilisation d‘un régime politique démocratique exigerait
une modification profonde des formes d‘intervention de l‘Etat, en particulier dans deux domaines:
La reproduction de la force de travail. Les dépenses publiques, au Brésil, en matière de logement sociaux,
crèches, transports urbains, loisirs, aide sociale sont très limités. Une plus grande prise en charge de ces
dépenses par l‘Etat (socialisation de la reproduction de la force de travail) diminuerait le caractère
excluant du modèle de croissance. La segmentation importante de la consommation exclut des couches
entières de la population de l‘accès à certains biens2. Cette inégalité très marquée des types de
consommation constitue un réel obstacle à l‘extension d‘une légitimité fondée sur la démocratie
parlementaire.
L‘arbitrage entre les différentes fractions du capital. Les fractions du capital, jusqu‘alors marginalisées,
aspirent à profiter de la nouvelle structure de pouvoir pour redéfinir l‘orientation des aides publiques. Le
parlement permet précisément aux différents groupes économiques de renégocier leurs rapports avec
l‘Etat. Les discussions parlementaires en cours manifestent clairement cette volonté de voir « les cartes
battues et redistribuées ».
Nota 2)
A) ―Para sintetizar: el crecimiento industrial argentino, ha seguido el esquema indicado por nuestro análisis
general de ISI; períodos comparativamente cortos de rápido desarrollo para cada industria ―domesticada‖, con
la fase de rápido crecimiento de las industrias vegetativas. Comenzando usualmente con un incremento
considerable en el precio sobre sus equivalentes de importación, las industrias dinámicas más intensivas en
capital no han podido, debido a la brevedad de su fase de rápido crecimiento, reducir sustancialmente este
margen de precios. Las industrias vegetativas más intensivas en trabajo, por otra parte, comienzan usualmente
con un margen menor de precios sobre las importaciones y tienen además una fase más larga de desarrollo
dentro de la cual reducir este margen. Han tendido por lo tanto a alcanzar una posición de costo-precio más
favorable para entrar en la exportación industrial que las industrias dinámicas. Esta ventaja de costos
comparativos de las industrias vegetativas, además, ha sido relativamente invariable respecto a las sucesivas
devaluaciones del peso argentino de los años recientes, presumiblemente porque el mayor impacto de la
devaluación sobre los costos de las industrias dinámicas, más intensivas en importación, equilibra el efecto
favorable de su progreso técnico relativamente mayor. Como el tamaño del mercado industrial argentino se
halla segundo y cercano a Brasil entre los países latinoamericanos, es razonable suponer que su estructura de
crecimiento industrial y estructura de costos comparativos es al menos aproximadamente representativa de
otros países latinoamericanos de ISI” (D. Félix, op cit., pág. 181/2)
B) Se puede obtener cierta idea tosca de la evolución relativa de las distintas ramas de la industria comparando
sus tasas anuales de crecimiento con la de la economía en conjunto, y con la elasticidad ingreso aparente de la
demanda de diferentes tipos de productos manufacturados (aparente en el sentido de que la estimación es burda,
ya que no toma en cuenta los precios relativos y la distribución del ingreso). La comparación de la aparente
elasticidad ingreso de la demanda interna (incluyendo tanto demanda intermedia como final) para los productos
de cada una de las ramas de la industria, con sus elasticidades de ―crecimiento de producción‖, proporciona un
índice de cuán exitosamente avanzó la sustitución de importaciones en cada sector en los diferentes períodos.
C) La exportación industrial a mercados regionales tuvo un ―defecto básico‖ en su concepción que en el caso de la
ALALC ―ha sido que una precondición necesaria para integrar a los países con espectros similares de
industrias en un mercado regional es un balance de pagos razonablemente fuerte para todos o la mayoría de sus
miembros. Es probable que los esquemas de integración entre los miembros con estructuras industriales
competitivas y severas dificultades en el balance de pagos, no resulten ni en una integración exitosa ni en un
alivio significativo de los problemas del balance de pagos. Si se desea la integración por razones más
sustantivas, por ejemplo su contribución a la eficiencia económica o para otorgar a América latina una mayor
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distancia de su potente vecino del norte, el camino hacia ella tendrá probablemente que emprender un rodeo en
el cual los países miembros refuercen primero en forma bastante independiente su balance de pagos. Si la
exportación industrial debe contribuir significativamente a este esfuerzo, son los mercados mundiales más que
los regionales los que deben contemplar principalmente los países de ISI y es a la racionalización y
resurgimiento de algunas de las industria vegetativas confortablemente descuidadas a las que deben volverse
principalmente‖. El autor, en el párrafo siguiente declara que: ―Esta conclusión se ha alcanzado
principalmente, sin embargo de una perspectiva de costos comparativos‖.
Nota 3)
Según ―las premisas teóricas del enfoque neoliberal los mercados son ―eficientes‖; las instituciones requeridas
para que el mercado funcione, existen y son efectivas; y si hay desviaciones del óptimo, ello no puede ser remediado
eficientemente por los gobiernos. Dichas premisas son una mezcla de supuestos teóricos, empíricos y políticos. Su
núcleo teórico se apoya, entre otros aspectos, en una visión restrictiva de las bases tecnológicas de la
competitividad. El núcleo empírico se apoya en una interpretación particular de la experiencia de la mayor parte de
las economías industriales exitosas, los Tigres del Asia oriental. El elemento político –los gobiernos son necesaria y
universalmente menos eficientes que los mercados- tiene menos que ver con la economía que con la ideología‖.
―El enfoque estructuralista pone menos fe en los mercados libres como conductores de la competitividad dinámica
y más en la habilidad de los gobiernos para concretar efectivamente la intervención. Cuestiona los fundamentos
teóricos y empíricos del argumento que sostiene que las fuerzas del mercado sin trabas explica bien el éxito
industrial de los Tigres del Asia oriental (o de la industrialización temprana de los países actualmente ricos)
Aceptando los errores de la estrategia de industrialización del pasado, y la necesidad de una mayor apertura,
argumentan que la mayor confianza en los mercados no niega a priori un papel pro-activo del gobierno. Los
mercados son fuerzas poderosas, pero no son perfectos; las instituciones requeridas para hacerlos funcionar
eficientemente son, con frecuencia, débiles o están ausentes. Las intervenciones del gobierno son requeridas para
mejorar los resultados del mercado.
Por otro lado, los estructuralistas consideran que existe un rol vital para la política en el éxito industrial. Los
fracasos del pasado no constituyen una razón para que los gobiernos no sean pro-activos sino para mejorar sus
capacidades. Destacan que, en muchas regiones pobres, las políticas neoliberales implementadas recientemente no
dieron lugar al crecimiento industrial ni al éxito exportador que caracteriza a las economías más intervencionistas.
Para ellos, la proyección de las actuales tendencias sugiere que persistiendo en la liberalización pasiva en el
contexto de la globalización, exacerbarán antes que revertirán las divergencias‖.
Nota 4)
―In analyzing industrial policy, it is essential to differentiate between policies that initiate industrialization and
those that continue the process after the country has reached a higher level of growth. The former is applicable to
the least developed countries, especially those in sub-Saharan Africa, and the latter is of interest to semi-
industrialized countries with a basic level of industrialization, but relatively stagnant growth. While the experiences
of the East Asian Tigers are touted as models for other developing states to follow, the increased power of the WTO
has effectively constricted much of the policy space for other developing countries to follow their lead‖.
―The East Asian strategy may well be irreproducible for other developing nations, because critical state
interventionist policies may not be WTO compliant and Western nations have become increasingly adamant about
protection of their domestic industry during the global recession. The US and other Western trading partners
overlooked many of the state interventionist policies of the East Asian countries during the anti-communist struggle.
However, the end of the Cold War significantly lessened the US‘ acceptance of policies that disrupt its free trade
ideology.
Nonetheless, the case for selective industrial policy is strong, and must be pursued if developing countries seek to
increase their standard of living. For industrial policy to be effective, policymakers must identify potential market
(and governmental) failures that would provide the space to implement capacity and welfare interventions. Once
these are identified, policymakers must devise appropriate intervention strategies, and apply corrective strategies as
conditions evolve. While it is beyond the scope of this study to comprehensively map out strategies that specific
regions or countries should undertake to stimulate industrialization, there are general, overarching policies that
would be beneficial to nearly any developing country with a mid-size population, few natural resources, and low-
cost labor‖.
Nota 5)
Según S. Lall: “industrial success in developing countries depends essentially on how enterprises manage the
process of mastering, adapting and improving upon existing technologies”.
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También afirma que: ―Industrial success in the developing world ((and indeed in the presently developed world in
its early phases of industrialization)) is thus traceable to how effectively governments have overcome these market
and institutional failures‖. Refiriendo como ‗fallas institucionales y de los mercados‘ a aquellas que impiden la
correcta o favorable incorporación de tecnologías.
Por último, destaca que: ―Many interventions have to be selective because technologies differ inherently in their
tacit features and externalities‖
Nota 6)
Respecto a la inversión extranjera directa, se dice lo siguiente:
―Internalized technology transfer takes the form of wholly foreign-owned direct investment. This is an effective and
rapid way to access new technology, but it may result in little capability acquisition in the host country apart from
production skills. The move from production to innovative activity involves a strategic decision that foreign
investors, because of the skills and technical linkages involved, tend to be unwilling to take in developing countries‖
―To ensure socially optimal allocation, it may be necessary to (selectively) restrict technology imports in
internalized forms (via FDI) and promote those in externalized forms (licensing, equipment, imitation or OEM
contracts). Over history most countries that have built strong local innovative capabilities have done it in local
firms, often by restricting FDI selectively‖.
―…complete openness to internalized technology imports may not be a good thing if it truncates the process of
technological deepening and internalized transfers may need to be subjected to interventions to extract greater
technological benefits‖.
―…globalization of production… means that countries that get into the low end of sophisticated activities can reap
enormous export benefits. This makes the cost of restricting FDI much higher.‖
Nota 7)
La orientación industrial y la promoción en la Rep. de Corea fue pragmática y flexible y desarrollada en conjunto
con la industria privada. Por otra parte, sólo un número relativamente pequeño de actividades contó con el apoyo
estatal en un momento dado, y los efectos de la protección se vieron compensados por la fuerte orientación hacia
las exportaciones. Estas características se diferencian fuertemente de las intervenciones típicas de los gobiernos en
los países que sustituían importaciones, donde la protección a la industria naciente era de tipo radical (absoluta?)
y abierta (―sweeping and open-ended‖), no selectiva, inflexible y diseñada sin consultar a la industria
Desde el despegue de la economía en los comienzos de los 60, el sello del enfoque gubernamental sobre el
desarrollo del sector empresarial ha sido la flexibilidad pragmática en responder en forma apropiada a las
circunstancias cambiantes. Varios casos lo demuestran bien: los medios utilizados desde el comienzo para abolir la
generalizada mentalidad rentista que había sido engendrada por una década de dependencia de la asistencia
externa estadounidense; y el modo en que el rampante pesimismo acerca de las perspectivas de crecimiento fue
superado a través de una planificación sensata entre el gobierno y las empresas, cuyo éxito creó rápidamente las
condiciones que estimularon cambios radicales en el modo de realizar la planificación económica.
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GLOSARIO
ALC: América Latina y el Caribe
ASS: África Subsahariana
IBIF: Inversión Bruta Interna Fija
IBI: Inversión Bruta Interna
IED (FDI): Inversión Extranjera Directa (Foreign Direct Investment)
ISI: Industrialización por Sustitución de Importaciones
IPRs: Intellectual property Rights (Derechos de propiedad intelectual)
MNC: Macroeconomía Nuevo Clásica
NIEs: New Industrialized Economies (Economías de industrialización reciente)
OECD: Organización para la cooperación y el desarrollo económico
OMC (WTO): Organización Mundial del Comercio
GATT: General Agreement on Taxes and Tariffs
PBIpm: Producto Bruto Interno a precios de mercado
PED: Países en desarrollo
RNMF : Regla de la Nación más Favorecida
I&D (R&D): Investigación y Desarrollo
TRIMS: Trade-Related Investment Measures Agreement
TRIPS: Trade-Related Aspects of Intellectual Property Rights Agreement
VABM: Valor Agregado Bruto Manufacturero
UNCTAD: United Nations Commission on Trade and Development