105
La fuerza de la ambivalenciaEntre los lazos que unen a las naciones, la
música es, quizás, uno de los más fuertes.
El caso de la Argentina y Alemania no es
una excepción. Nombres como Sigismund
Thalberg, Arturo y Pablo Berutti y Ernesto Epstein son sólo algunos de los que marcaron el tono
desde la orilla argentina. Wilhelm Furtwängler y Paul Hindemith hicieron lo propio con sus visitas
a la Argentina.
Entre los que hoy reúnen en su obra lo mejor de ambos países figura Mauricio Kagel. Con obras como
Varieté, Ludwig van, Antithese y La Pasión según San Bach, es considerado uno de los creadores más
importantes de la nueva música a nivel internacional. Su colega norteamericano John Cage lo definió así:
“Es el mejor músico europeo que conozco.” Radicado desde 1957 en Alemania, Kagel (Buenos Aires,
1931) reflexiona para esta publicación sobre lo que significa vivir la historia y la música entre dos culturas.
-Señor Kagel: hace medio siglo que usted llegó a Alemania. ¿Cómo fue esa experiencia, esa
confrontación quizás, para un hijo de emigrantes europeos? ¿Fue un encuentro con viejos conocidos
o el descubrimiento de un nuevo mundo?
-Las dos cosas a la vez. Cuando llegué a Europa, en el otoño de 1957, nada me resultaba nuevo.
La cultura europea ya formaba parte de mi identidad. Pero yo llevaba también raíces sudamericanas.
Lo que me asombró es que mis colegas europeos –alemanes, franceses, italianos– todavía estuvieran
en un período de hegemonía cultural que yo no conocía. Porque la Argentina no posee una hegemonía
cultural.Tiene un idioma común con toda Sudamérica y con España, pero no en el sentido de la hege-
monía, en el afán de pretender que su cultura sea más valiosa que la del vecino.
-¿Con qué relacionó esa hegemonía cultural con la que se encontró?
-Paul Valéry, un poeta francés que yo estimo mucho, habla de la “política del espíritu”.Y lo que yo
encontré aquí, en Alemania, y me asombró muchísimo, fue que los países europeos vivían –y viven toda-
vía– con unas raíces tremendamente fuertes en el pasado. Cuando yo llegué, la educación en Alemania
era de horizontes bastante estrechos. Había compositores alemanes que no conocían a Debussy o com-
positores italianos que desconocían a Reger. Para ellos la propia música era la fuente de mayor informa-
ción. Lo mismo es válido para los franceses y para los ingleses. Algo así, para un sud-
americano, es una cosa inconcebible, porque un intelectual culto en Sudamérica tiene
sus raíces en varias culturas. Entiende y habla varios idiomas.
-¿Usted quería venir a Alemania o fue más bien una casualidad?
-Hubo varias cosas que influyeron. Primero, la radio de Colonia, que ya era muy
Una charla con el compositorMauricio Kagel sobre la identidady los (des)encuentros de la cultura
Pag. anterior: La obra del compo-sitor y director, Mauricio Kagel,es hoy uno de los mejores ejem-plos de los estrechos lazos queunen a Alemania y la Argentina através de la música. (Foto: genti-leza C.F. Peters Musikverlag)
famosa entonces, apoyaba la difusión de la música moderna. Por mi parte, yo estaba muy interesado en tra-
bajar en el estudio de música electrónica de la radio. Luego estaban los famosos cursos de verano de la
ciudad de Darmstadt. Entonces tuve la suerte de obtener una beca del Deutscher Akademischer Austausch
Dienst (DAAD), el Servicio Alemán de Intercambio Académico, por un año. Después me la extendieron otro
año, algo que entonces era muy poco frecuente. Mi interés radicaba en tener el tiempo para componer y
dedicarme por completo a esa actividad. No me interesaba ganar dinero. Entonces tenía 25 años, y esa
edad es una especie de límite para desarrollar la propia carrera. Además, a principios de los años 50, toda-
vía en Buenos Aires, había conocido a Pierre Boulez. Él ya me había recomendado ir a Europa para traba-
jar allí.Tuvo razón: si me hubiera quedado en la Argentina, nunca hubiera tenido las oportunidades que me
ofrecieron no sólo en Alemania, sino también en todo el continente europeo.
-¿Por qué?
-Tomemos el ejemplo alemán. Aquí uno tiene el privilegio de poder estar en muy poco tiempo en el centro
cultural de otra ciudad, en la que se puede presentar música. Eso contrastaba, ya entonces, con las distancias
sudamericanas. Desde Colonia (Nota de la Redacción: Mauricio Kagel recaló en esta ciudad al llegar a
Alemania) se llega en menos de una hora a centros industriales como Essen, Duisburg o Dusseldorf. Eso no sólo
es una cosa extraordinaria, sino que refleja que la fuerza cultural de Alemania es la independencia de sus ciuda-
des. En contraste, en Sudamérica, se necesita un avión para llegar de un lugar a otro en corto tiempo. Esa cer-
canía geográfica de centros culturales importantes hace de Alemania algo muy especial. Sorprendentemente los
artistas y músicos europeos no saben apreciar su suerte. Ellos creen que eso es lo normal, pero no lo es.
-Aquéllos que vivieron la sensación de ser extraños en otra cultura suelen decir que ese choque, esa con-
frontación con el otro, se puede convertir en un motor del trabajo creativo. ¿usted compartió una situación así?
-Naturalmente que sí. Es más: yo descubrí el pasado histórico de Sudamérica en Europa. La distancia
con la Argentina me generó un acercamiento a situaciones históricas importantes de Sudamérica y, al
mismo tiempo, me ayudó a comprender ciertos temas de la política cultural europea. Sobre ese proceso
trata la composición escénica Mare Nostrum, que presentamos también en Buenos Aires. El argumento
cuenta cómo una tribu del Amazonas descubre el mar Mediterráneo y cae en el mismo error que los espa-
ñoles después de descubrir América: tratar de imponer sus valores, su idioma, sus creencias y su religión.
-Usted creció y se formó en el encuentro de culturas que era la Buenos Aires de los años 50. ¿Cómo
vivió el choque con la cultura y la música alemanas de esos años? ¿Experimentó un gran contraste?
-Las décadas de los años 50 y 60 fueron para Alemania años de extraordinario desarrollo. Pero el
punto de partida resultó de la recuperación de los tremendos problemas económicos causados por los efec-
tos de la posguerra. Entonces, todo lo que pasaba desde el punto de vista cultural comenzó a tener una
fuerza más o menos estable después de 1955. Por su parte, la intensidad de la atmósfera cultural de
Buenos Aires en los años 50 era muy especial. Era tan compleja como contradictoria. Ello hacía de la ciu-
dad un lugar fuera de lo común, con un nivel cultural exuberante. La capital argentina tenía, en ese enton-
ces, una vida musical de importancia. Existía, por ejemplo, el Teatro Colón, que como teatro lírico represen-
106
taba, sin lugar a dudas, la principal plaza del continente. Además, existían la Orquesta Sinfónica de Radio
Nacional y la Orquesta Sinfónica Nacional, que también eran de muy buen nivel. Cada semana había un
concierto de relevancia. Diariamente uno podía elegir entre tres o cuatro grandes obras musicales. A direc-
tores de orquesta como Busch, Furtwängler, Karajan, Barbirolli y Sargent pude escucharlos por primera
vez en Buenos Aires. A ello se sumaba la oferta de las sociedades musicales privadas. Una era el Collegium
Musicum, un centro de inmigrantes alemanes. Allí se podía escuchar, en general, por primera vez música
coral e instrumental antigua. Gran parte de la vida musical estaba al cuidado de alemanes y austríacos,
judíos y gentiles, que por una u otra razón habían tenido que emigrar.
-¿De dónde eran sus padres y abuelos?
-De Branderburgo, Odessa y San Petersburgo. Era una mezcla de alemanes y judíos del Este de
Europa. En lo que respecta a mis padres, ellos llegaron a la Argentina después de los pogromos rusos de
1917. Mi madre, en cambio, llegó desde Hamburgo allá por 1922 con el barco Cap Arcona.
-¿Cómo describiría, entonces, la conformación de su identidad cultural?
-Estoy muy agradecido por haber nacido en la Argentina. Me he enriquecido: con el idioma, con mis viven-
cias. Ese bagaje lo traje a Europa y aquí fue revalorado, ampliado. Pero yo creo que mi fuerza reside en la
ambivalencia. Estoy convencido de que nadie puede defender una sola identidad. Es
una suma de identidades lo que hace a una persona. La región en la que usted nació le
da una identidad: si es una persona del Norte o del Sur. A ello se suma la identidad de
Mauricio Kagel es consideradocomo uno de los innovadores dela música clásica y vive en la ciu-dad de Colonia. (Foto: akg)
109108
su país: si es alemán, sueco, inglés. La tercera es la familia. Luego están las adaptaciones que le exige la
vida profesional, como le sucede a mucha gente en el servicio diplomático o a aquellos académicos u obre-
ros alemanes, que se enamoran del caos que encuentran en algún país extranjero. Al final se adaptan, enri-
quecen su propia cultura con otras perspectivas y éstas pasan a formar parte de su identidad.
-Cuando usted llegó a Alemania en 1957: ¿Se encontró con reservas por ser de ascendencia judía?
-Claro que sí. Sería ridículo querer negarlo. Pero yo era de la opinión que uno no puede vivir con el
odio. Además, uno se vuelve muy sensible a matices que no son democráticos. Por otra parte, los judíos
son bastante especiales. Cuando los dejan vivir en paz se transforman en ardientes defensores de su país.
Los judíos de los años 20, por ejemplo de la generación de mis suegros, se definían como patriotas alema-
nes. Defendían la actitud del burgués-monárquico. La mayoría había peleado en la Primera Guerra
Mundial. Hoy a mi me pasa algo parecido: cuando la gente ataca a Alemania, yo la defiendo. Porque el
proceso democrático que vivió este país en la posguerra no se dio casi en ningún país. Aún así, como regla
propia para vivir con el pasado, por mi parte decidí no ocupar cargos públicos. Por ejemplo, antes de la
caída del muro de Berlín se me ofreció en varias ocasiones dirigir instituciones de música importantes,
como la Staatsoper Hamburg o la Deutsche Oper Berlin. Pero preferí no aceptar. Además, no soy ni
mánager ni empresario, sino sólo un compositor. Es muy importante entender que Alemania fue siempre
muy abierta a los extranjeros. Porque la base de la economía alemana es la exportación, es el intercam-
bio. Eso ni siquiera el nazismo lo pudo cambiar. No nos olvidemos que hacia 1920 en Berlín había más de
80 publicaciones en ruso. La ciudad estaba entonces llena de inmigrantes del Este. Hoy eso se repite con
una inmigración diferente. Hay más de tres millones de turcos viviendo en este país. Entonces, es natural,
que esta convivencia no esté libre de tensiones.
-En 2006 festejó sus 75 años con una visita a Buenos Aires después de estar mucho tiempo
ausente. ¿Qué le llamó la atención entre los cambios con los que, seguramente, se ha encontrado?
-Algo que me asombró muchísimo es que la gente constantemente se besa. En mi época eso era
algo desconocido. Para mí es una consecuencia de los rastros que dejó la crisis espiritual y física des-
pués de las torturas. El país sufrió horrores. El beso demuestra la necesidad de mostrar al otro su
afecto; es como reírse, para poder mantener un equilibrio sentimental.
-¿Cómo compararía el nivel de recepción de conocimiento que hay entre los ámbitos musicales
de la Argentina y Alemania?
-El nivel de información es muy alto.Tiene que haberlo en un mundo donde la comunicación se
caracteriza por la inmediatez creciente. Cuando estuve en la Argentina, en junio de 2006, quedé muy
asombrado por el nivel que encontré. Lo viví en carne propia: yo pensaba que después de no haber
visitado la Argentina durante 35 años me habían olvidado completamente. Pero me fue todo lo con-
trario. La gente joven resultó estar muy al tanto también de mi música. Conocían los discos y mostra-
ban un tremendo apetito intelectual. Eso es algo que se mantuvo a lo largo de los años. Una curiosi-
dad nunca saciada es esencial para la vida musical de un país. ¡Enhorabuena!
Alexander Schwarz
DAAD: Intercambio académico y mucho más
Fundado en 1925, el Servicio Alemán de Intercambio Académico (Deutscher Akademischer
Austausch Dienst; DAAD por su sigla en alemán) fomenta el intercambio entre Alemania y la
comunidad académica internacional a través de diversos programas dirigidos a estudiantes y egre-
sados de carreras universitarias, así como a doctorandos e investigadores que deseen llevar a cabo
un proyecto en Alemania. En la Argentina cuenta actualmente con un centro de información en la
ciudad de Buenos Aires, un profesor invitado en la Facultad de Derecho de la UBA, cuatro lectores
del DAAD que ofrecen cursos en la Universidad de Buenos Aires, en la Universidad Nacional de
Córdoba y en el Instituto de Enseñanza Superior en Lenguas Vivas Juan Ramón Fernández. En
2004, como una manifestación más del intenso intercambio académico entre ambos países, se
inauguró el Centro Germano-Argentino de la Universidad de Buenos Aires, donde por iniciativa del
DAAD se instaló también la cátedra libre Walter Benjamin. Como resultado de los intercambios
entre Alemania y Argentina se firmaron varios convenios entre el DAAD e instituciones académicas
argentinas, entre ellas el MECT, el CONICET, la SECyT y muchas universidades nacionales.
“Transmisiones” es uno de sus proyectos más destacados en la actualidad. Este es un proyec-
to de investigación llevado adelante por la Cátedra Walter Gropius, unidad de cooperación aca-
démica argentino-alemana con sede en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la
Universidad de Buenos Aires. Se trata de indagar acerca de la presencia de las tecnologías y las
ciencias alemanas en la Argentina entre 1840 y el presente. Según los responsables del proyec-
to, el flujo de tecnologías, de formas del saber y de objetos europeos tuvo para la Argentina,
como tierra de inmigración, una importancia fundamental. La cultura material alemana fue un
componente central del mismo, pero desvinculado de una política colonial. Por el contrario, en
este caso surgen interacciones y cooperaciones enlazadas en forma individual y local.
El proyecto analiza cómo a lo largo de los años las transmisiones de medios de comunicación,
empresas, ingeniería, objetos y tecnologías made in Germany, como también de expertos y manua-
les científicos y técnicos, fueron construyendo una red de infraestructura cada vez más estrecha.
Por lo general, el análisis de la expansión de la cultura alemana se vincula, desde un punto de
vista de las humanidades, con el idioma alemán y sus hablantes. Este proyecto, por el contrario,
intenta analizar aquellas prácticas y escenarios de origen alemán que pudieron difundirse sin
una conexión específica con el idioma, y cuya asimilación y transformación tuvieron un significa-
do decisivo en la construcción de una cultura argentina. De particular interés resultan aquellos
elementos característicos, como las técnicas de precisión y para la construcción, la Ingeniería, la
Arquitectura, así como las Ciencias Naturales y Exactas.
La investigación iniciada en el año 2005 se desarrolló a través de seminarios, talleres, trabajo
en archivos y entrevistas a contemporáneos, y cuenta con el apoyo y la cooperación de universi-
dades nacionales y de empresas alemanas. En 2007 Transmisiones se presenta en varios lugares
y ciudades del país y se puede acceder también a través de un sitio web interactivo
(www.daad.org.ar/gropius.htm), donde los usuarios pueden seguir construyendo con materiales
pertinentes este mapeo del impacto alemán en la Argentina.
Wolfgang Schäffner
111
El primer Presidenteargentino que visitó Alemania
“El Presidente argentino no se contentó
con intercambiar regalos, recibir condeco-
raciones o participar de lujosos banquetes
de Estado. Aprovechó, en cambio, la opor-
tunidad para discutir abiertamente cuestiones no menores del ámbito económico y político”. Así resu-
mía la visita de Arturo Frondizi en junio de 1960 a Alemania el Handelsblatt, ya entonces uno de los
diarios especializados en economía más respetados del país y poco afecto al elogio oficial.
Durante los cuatro días que duró su estadía en la todavía joven república alemana, Frondizi buscó
sensibilizar especialmente a los representantes del mundo empresarial local para que aumentara su
participación en el desarrollo de la Argentina. Según las estadísticas de la Cancillería argentina de la
época, Alemania era entonces uno de los cinco inversores extranjeros más importantes en la
Argentina. Una de las paradas obligatorias del mandatario argentino fue así también la visita a la
poderosa Asociación Industrial de Alemania.
Pero más allá de lo puramente económico, el desarrollista Frondizi no dudó tampoco en advertir
abiertamente a los representantes políticos locales sobre las consecuencias del cada vez más estrecho
acercamiento que se insinuaba por entonces entre los Estados Unidos y los países europeos. “La
Argentina y, con ella, el resto de los países de América Latina deberán reconsiderar su política exte-
rior, si Europa y Norteamérica decidieran dejarlos excluídos del reordenamiento económico del mundo
libre”, declaró Frondizi en una conferencia de prensa durante la visita. Como ninguno antes y muy
pocos después, el primer Presidente argentino
que visitara Alemania mostró así un temple sin-
gular, que marcó la imagen de una Argentina
que –al igual que la joven Alemania– después
de años de estancamiento volvía a iniciar un
proceso de crecimiento.
En 1960, Arturo Frondizi viajó aBonn no sólo para felicitar al paíspor su recuperación tras la guerra
Pág. anterior: Arturo Frondizi fue el primer Presidente argentino quevisitó la Alemania de posguerra. Fue reconocido como un estadista deprimer nivel por algunas de las figuras más influyentes del gobiernoalemán, como Konrad Adenauer (centro) y, el entonces Ministro deEconomía, Ludwig Erhard (der.). (Foto: BPA).
Derecha: el Presidente alemán, Heinrich Lübke, recibió, junto a su espo-sa, a la pareja presidencial argentina en Bonn. En 1964, Lübke retribuyóla visita en un viaje a la Argentina. (Foto: BPA)
Los fantasmas del pasado
La Argentina fue el último país en donde uno de los
más grandes genocidas de toda la historia de la
humanidad gozó de una injustificable libertad. Adolf
Eichmann, el coordinador de los trenes que llevaron a millones de personas a la muerte en los campos
de exterminio del nazismo, fue condenado a muerte el 15 de diciembre de 1961 y ejecutado el 31 de
mayo de 1962 en Israel.
La presencia de Eichmann en la Argentina duró una década: entre 1950 y 1960. Sus actividades
y relaciones de esos años reflejan un entramado de encubrimientos, de solidaridad nazi de posguerra y
de identificación con los crímenes cometidos. Pero también dan cuenta del profundo antisemitismo
que cundía en algunos sectores de la sociedad argentina de la década de 1950.
En 1960 Riccardo Klement, tal como figuraba en el documento falso que obtuvo en un pueblo
italiano, iba y venía todos los días desde su casa en el barrio de San Fernando hasta la fábrica donde
trabajaba: la filial de Mercedes Benz, que funcionaba en la Argentina. Antes de ese empleo había
estado trabajando en la fábrica Orbis, que producía calefactores y calefones.
La versión más conocida hasta ahora indica que fue la breve relación de una adolescente con uno
de los hijos de Eichmann lo que precipitó el final de su refugio en la Argentina.
Sylvia Hermann era la hija de un prisionero del campo de concentración de Dachau. Éste es tris-
temente conocido por ser el primero (1933) del total de 500 campos, que los nazis construyeron en
toda Europa. Lothar Hermann había perdido la vista debido a las
patadas que recibió en la cabeza por parte de los guardias de las
SS destinados en Dachau. Hermann había ingresado al campo de
concentración en el sur de Alemania porque era socialista. A sus
“delitos” se sumaba el hecho de que parte de su familia fuera
judía. En 1938 logró emigrar a la Argentina.
Dos décadas después su hija llevó a un
joven a su casa para que lo conocieran sus
padres. Allí éste cometió un error que se da
frecuentemente en nuestras tierras, que es
el de interpretar o dar por sentado que en
un hogar de inmigrantes alemanes habría
una automática postura antisemita. Con
la intención de “quedar bien” ante los
padres de la chica, el joven se despachó
ampliamente con expresiones a favor
El caso Eichmann revivió uncapítulo que se creía cerrado
Pág. anterior: El pasaporte deAdolf Eichmann fue redescubiertopor casualidad, en junio de 2007.Muestra el nombre falso con elque logró huir primero de unaAlemania en ruinas e ingresarluego, vía Italia, a la Argentina.
Derecha: la foto en el pasaportefalso de uno de los hombresmás buscados de la posguerra.(Fotos: gentileza Museo delHolocausto)
115
larmente sobre los atropellos contra la población judía. Asimismo, revelaron los hechos del
Holocausto (Shoá) en Europa, tanto antes como después de 1945.
Hubo una loable y honrosa resistencia alemana anti-nazi en la Argentina. Cabe destacar aquí al
movimiento político Das Andere Deutschland (“la otra Alemania”), que luchó contra el régimen en y
desde Buenos Aires. Un movimiento con reconocimiento internacional como el que se dio en la
Argentina no tuvo lugar en ningún otro país del mundo.
En la misma senda estuvo por aquellos años la ya entonces reconocida Asociación Vorwärts, fun-
dada en Buenos Aires por socialistas e internacionalistas alemanes durante el siglo XIX. En el marco
de la enseñanza del idioma alemán el Colegio Pestalozzi de Buenos Aires fue el espacio de democra-
cia y libertad que tuvieron los hijos de los opositores y de los refugiados judíos que fueron llegando al
país en la década de 1930.
Sin embargo, vale la pena recordar también que otros sectores de alemanes y argentinos de ori-
gen alemán residentes en la región del Río de la Plata vivieron el régimen nazi sin alteraciones y, más
tarde frente a su caída, confundieron las revelaciones de todo lo macabro que produjo el Reich, con
un ataque a la propia identidad y a la cultura alemana. La mezcla de vergüenza e indignación rara
vez condujo a una asunción de la realidad y de la historia. Lamentablemente, aún con el paso del
tiempo y el recambio generacional, esta asunción se produjo en forma parcial y sólo a regañadientes.
Se calcula que el número de personas movilizadas por el partido nacional-socialista de la
Argentina superó ampliamente la marca de 30.000. Esto ocurrió desde decenas de sedes partidarias
que se constituyeron a partir de 1931, desde Posadas hasta Comodoro Rivadavia, y desde numerosas
agrupaciones juveniles e infantiles. Esas vivencias, experiencias y los dogmas incorporados por aque-
llos jóvenes no se diluyeron después de 1945. Se sumó “la mentira aliada sobre los campos de exter-
minio y los millones de víctimas” y se transmitió sutilmente a las siguientes generaciones a través de
medios como Die Freie Presse, que sustituyó al diario Deutsche La Plata Zeitung, o a la revista Der
Weg, publicaciones editadas e impresas en la Argentina.
El sinuoso camino de la acción judicial reflejó otros elementos. No sólo había antiguos funciona-
rios nazis refugiados en la Argentina, sino que también los había instalados en distintos estratos y
organismos estatales de la joven República Federal de Alemania. Conscientes de esto, los fiscales ale-
manes que recibieron la información de Hermann sobre Eichmann fueron escépticos en cuanto a
lograr su detención. Por tal motivo, tal como lo consigna Uki Goñi en su libro La auténtica Odessa en
1957, el fiscal general de Frankfurt, Fritz Bauer, transmitió la información sobre el paradero de
Eichmann al Estado de Israel.
No existía en aquel entonces un tratado de extradición entre Alemania y la Argentina. Asimismo,
la experiencia antes y después del juicio a Eichmann en Jerusalén demostró que las autoridades
argentinas eran reacias a colaborar en la búsqueda y en la detención de criminales de guerra.
A fines de 1959 la Embajada Alemana en Buenos Aires solicitó la detención del médico Josef
Mengele. Sin embargo, el trámite burocrático se fue dilatando hasta que transcurridos muchos meses
sólo se confirmó que el “ángel de la muerte” se había fugado a un país limítrofe.
Durante la década de 1950 el panorama para los criminales de guerra era tan confiable que algu-
del Holocausto.Tras la visita el sorprendido Hermann preguntó por el apellido del joven. La sorpresa
fue aún mayor cuando su hija pronunció el apellido del circunstancial huésped.
El padre no vidente se enteró así de que uno de los ejecutores de la “solución final” –tal el brutal
eufemismo nazi para denominar el exterminio de millones de personas– caminaba libremente por
Buenos Aires y, como más tarde pudo comprobar, se escondía tras la falsa identidad de “Klement”.
Sus hijos, sin embargo, habían conservado el apellido Eichmann y concurrían con su verdadera identi-
dad a un colegio alemán de la zona norte del Gran Buenos Aires.
El razonamiento que surge de esta información es lógico: la presencia encubierta de Eichmann
no era desconocida para ciertos dirigentes en Buenos Aires. En el año 2004 el empresario Jorge
Antonio, quien había sido directivo de la Mercedes Benz por aquellos años, reconoció frente al his-
toriador Felipe Pigna que él supo desde el primer momento que su empleado Riccardo Klement era
en realidad Eichmann.
Mientras tanto, otro símbolo de la barbarie (en este caso por sus brutales experimentos con seres
humanos vivos en Auschwitz), Josef Mengele, ejercía la medicina sin inconveniente alguno en el con-
sultorio que abrió en la calle Virrey Vértiz 970 en Olivos.
La comunidad alemana de entonces se sumergió en un profundo silencio. En los años 50, no
hubo claros pronunciamientos de condena a los crímenes del nazismo. Tampoco se registran en las
décadas siguientes. En el resto de la sociedad argentina ocurría más o menos lo mismo; más allá
de los momentos en que se especuló a nivel periodístico con la presencia de
Martín Bormann (último lugarteniente de Hitler) en Brasil, Paraguay o
Argentina, se abandonó la historia del Tercer Reich, sus terribles consecuencias y
su necesario tratamiento.
Al principio había sido diferente: desde aquel fatídico 30 de enero de 1933, en
que Hitler asumiera el poder en Alemania, los diarios argentinos informaron regu-
A través de los sellos en el pasa-porte se puede rehacer el cami-no de Eichmann desde Europa ala Argentina. Aquí vivió bajofalsa identidad en las provinciasde Tucumán y Buenos Aires.(Foto: gentileza Museo delHolocausto)
117116
nos de ellos, como Erich Priebke y Josef Schwammberger –extraditados en 1995 y 1987, respectiva-
mente– renovaron su pasaporte alemán poco tiempo después de que en 1952 se estableciera la
Embajada de la República Federal Alemania en la República Argentina.
En aquel entonces Eichmann había comenzado a hablar sobre su actuación durante el régimen
nazi. En 1957 se encontraba todos los fines de semana con su amigo Wilhelm Sassen van Elsloo en
una casa de San Isidro, provincia de Buenos Aires, para grabar largas conversaciones con la preten-
sión de disminuir su responsabilidad durante los años del terror nazi y, al mismo tiempo, especialmen-
te a instancias de Wilhelm Sassen van Elsloo, tratar lo imposible: encontrarle una justificación histó-
rica a los crímenes cometidos por el nazismo.
Wilhelm Sassen van Elsloo, un ex-SS y representante del departamento de propaganda de
Goebbels durante la ocupación alemana de Holanda, era entonces el nexo entre los nazis más promi-
nentes del Cono Sur: Barbie, Rudel, Richter y Tank, entre otros. No obstante, en 1960 Wilhelm Sassen
van Elsloo vendió la transcripción de sus charlas con Eichmann a la revista estadounidense Time-
Life, que la publicó por entregas. El testimonio constituyó después una prueba fundamental en el jui-
cio de Jerusalén. Pero reflejó también el fin de una era: la camaradería entre los fugitivos nazis se
había consumido. Irónicamente el principio del fin lo había marcado un golpe militar: el de 1955, que
finiquitó el amparo del que habían gozado los refugiados nazis hasta entonces.
Con él quedaban atrás los años en los que Wilhelm Sassen van Elsloo había trabajado en la Casa
Rosada y en los que Rodolfo Freude –hijo del empresario Ludwig Freude– había sido el Secretario de
Informaciones de la Presidencia. Quedaban atrás también los años en que el banquero argentino-ale-
mán Carlos Fuldner, adscripto a la Presidencia y a la Dirección de Migraciones, organizaba la llegada
de los fugitivos nazis desde Europa y los proveía de alojamiento y empleo. Para ello había creado una
empresa: la CAPRI.
De acuerdo con la documentación existente, fue gracias a la generosa contratación de servi-
cios para el Estado que Fuldner pudo asegurarle muy buenos salarios a numerosos recién llegados
en la sede principal que la CAPRI poseía en la provincia de Tucumán. Allí, en 1950, también obtu-
vo su primer empleo uno de los tantos “inmigrantes” que trajo a la Argentina y que protegió
Fuldner. Su nombre: Riccardo Klement.
Carlos Echeverría
Notas periodísticas comentando lanoticia de la captura de Eichmann yde su juicio(Fotos: gentileza Diario La Nación)
Una fuente para la inspiración
Desde sus comienzos, las actividades del
Goethe-Institut de Buenos Aires (GI) se
caracterizaron por la certeza de que no
hay innovación sin riesgo. Fundado en
1967, en sus cuarenta años de existencia, el Goethe-Institut se convirtió en un referente cultural de la
capital argentina. Los principios de diálogo e intercambio, que hasta hoy rigen todas las actividades
del Instituto, garantizaron desde un principio que la cultura cumpla con sus cometidos esenciales: ser
un proceso en permanente cambio, abierto a los temas de mayor importancia y de actualidad. Este
carácter de avanzada fue uno de los rasgos más valorados por la comunidad cultural argentina, que
aprovechó la oferta del Instituto como estímulo y fuente de inspiración.
Su carácter transgresor tiene su origen en la difícil misión que le tocó cumplir al GI en una
Alemania devastada por la guerra. En 1951 un grupo de pioneros, interesados en la enseñanza y la difu-
sión del alemán, fundó el Instituto con el fin de poder representar la cultura alemana en el exterior, dife-
renciándose así de la Academia Alemana (Deutsche Akademie), que había sido proclive al régimen nazi.
El reconocimiento no tardó en llegar. A comienzos de los 60, ante la falta de infraestructura de las
representaciones diplomáticas de Alemania en el mundo, el Ministerio Federal de Relaciones Exteriores
resolvió confiar al Goethe-Institut la labor cultural en el exterior. De este modo se convirtió en la repre-
sentación cultural de la República Federal de Alemania en el extranjero. Al mismo tiempo, el GI es una
institución del Estado alemán y no pertenece a ningún partido polí-
tico. En cuanto a los contenidos, lleva adelante sus programas con
total independencia, sin influencias por parte del Gobierno
Federal. Esta independencia es la que le permitió asumir de
manera crítica los retos político-culturales de la globalización.
Actualmente, con 129 institutos, una extensa red de Centros
Goethe, sociedades culturales, bibliotecas, salas de lectura, cine-
matecas y centros de enseñanza, el Goethe-Institut asume tare-
as centrales de la política cultural alemana en el exterior, des-
plegando una intensa actividad en todo el mundo, a veces más
conocida fuera que dentro de Alemania.
En la Argentina, el Goethe-
Institut Buenos Aires se dedica
a la enseñanza del idioma ale-
mán y, a través de su bibliote-
ca y el servicio de informa-
El Goethe-Institut Buenos Aires:40 años creando lazos a través delidioma, la cultura y la información
Pág. anterior: tapa de INFO-D, la revista
para docentes alemanes, Abril 1992.
Derecha: programa de la presentación
del Teatro Alemán Contemporáneo en
1990. (Fotos: gentileza GI)
120
Desde Alemania, llegaron Hans-Jürgen Syberberg, Werner Herzog y Harun Farocki, entre otros recono-
cidos cineastas contemporáneos. Los nombres de la escena local mezclados con los de Alemania brindan el
panorama vital de lo que el Goethe-Institut produjo en Buenos Aires: Gerardo Gandini organizó sus ciclos
de música contemporánea cuando esa música no tenía más cabida que en el auditorio, por el Festival
Internacional de Teatro pasó la última obra que Heiner Müller dirigió antes de morir; luego estuvieron
Sasha Waltz, Martin Wuttke y Frank Castorf, así como Mirta Busnelli, Alan Pauls, Luciano Suardi, Ciro
Zorzoli, Daniel Veronese, Emilio García Wehbi, Alejandro Tantanián, Luis Cano, Catherine David, Beatriz
Sarlo, Jutta Brückner, Jeanine Meerapfel, Werner Schröter, Matthias Lilienthal.
Por su parte, el Departamento de Enseñanza del Instituto se erige hoy como uno de los pilares en la
transmisión del idioma alemán. Para optimizar el aprendizaje, el Goethe-Institut Buenos Aires ofrece un
Centro Multimedia para uso exclusivo de sus alumnos.También brinda asesoramiento personalizado para la
selección de cursos y posibilidades de realizar cursos en las 13 filiales del GI en Alemania. A partir de
2007 se incorporan cursos personalizados de español para extranjeros. El área de Cooperación
Pedagógica, integrada al Departamento de Enseñanza, brinda capacitación a profesores de alemán.
La Cinemateca del Goethe-Institut comprende un archivo de 340 largometrajes y aproximadamente
1.000 documentales de procedencia alemana que se actualiza permanentemente. El material fílmico se
ofrece en préstamo para proyecciones públicas sin fines de lucro a instituciones culturales como cinemate-
cas, cine-clubes o museos, y también a instituciones educativas como universidades y colegios.
La Biblioteca y el Servicio de Información están abiertos a todas aquellas personas que requieran
información sobre Alemania o se interesen por su lengua y su cultura. En las instalaciones de Corrientes
323 se brindan una selección actual de medios impresos y audiovisuales en idioma alemán, títulos traduci-
dos al español de autores que escriben en alemán, obras de consulta, diccionarios y enciclopedias, diarios,
semanarios, revistas alemanas y bases de datos. La Biblioteca del Goethe-Institut es de uso público y gra-
tuito.También ofrece la posibilidad de asociarse para poder retirar el material en calidad de préstamo.
Por último, el Programa de Promoción a la Traducción del GI ayuda a cubrir los costos de traduc-
ción de autores alemanes a un idioma extranjero y tiene como meta el acceso del público no-germano-
parlante a obras literarias y científicas.
ción, a acercar la escena cultural alemana. En
el marco de la cooperación se gestan los pro-
gramas culturales específicos con los acentos
puestos en la actualidad: cultura es también
reflexión sobre la escena artística, social y polí-
tica de ambos países. El Goethe-Institut cola-
bora en varios niveles con entidades culturales
privadas y públicas, con la comunidad y con el
sector empresarial.
En este sentido, el área de Programación
Cultural, que invita al diálogo entre intelectua-
les y artistas y a la reflexión sobre las produc-
ciones estéticas, discursivas y sociales, registra
una fuerte y reconocida presencia en la socie-
dad argentina. Así, el Goethe-Institut constitu-
ye un foro para los debates contemporáneos,
que también afectan el desarrollo de la socie-
dad civil en ambos países.
La sala que alberga habitualmente las activi-
dades culturales del Instituto, sita en la calle
Corrientes al 300, es sede de ya legendarios ciclos
de cine alemán, charlas, debates sobre la actuali-
dad cultural, sociopolítica y literaria, conferencias,
eventos musicales y audiovisuales, y muestras de
teatro. Desde su inauguración en 1974, han pasa-
do por el auditorio del Goethe-Institut Buenos
Aires las personalidades más destacadas del arte y
la cultura tanto de Alemania como de la Argentina. Convertido rápidamente en uno de los epicentros del primer cine experi-
mental o underground argentino, allá por 1976, el Goethe-Institut trabajó junto a los referentes ineludibles de este movimiento
que no encontraba espacios de expresión, como Marielouise Alemann, Narcisa Hirsch, Claudio Caldini, Katja Alemann o
Marta Minujín. En plena dictadura militar fueron proverbiales los ciclos de cine documental que no se podían exhibir en otro
lado. Uno de los más destacados fue la muestra de Jorge Prelorán durante el peor período de los años de plomo.
Susanne Linke, Pina Bausch y Jürgen Habermas llenaron hasta el desborde la Sala Martín Coronado del Teatro
Municipal General San Martín. Daniel Melero y Pablo Schanton iniciaron en horarios insólitos las primeras sesiones de
reflexión sobre la escena del rock que se hacían en la Argentina. Vivi Tellas pasó de la escena “under” a brillar en la
cartelera del Goethe con su insólito experimento de “teatro malo”; Iris Schaccheri volvió a estrenar el Bolero de Ravel,
que había bailado Dore Hoyer a comienzos de la década del 60; Ana Itelman hizo que Doris Petroni volviera a las
tablas después de años de resguardo de la escena y Rubén Szuchmacher dio inicio al primer laboratorio de ópera experi-
mental y teatro musical, que hoy sigue desplegándose en la sala del Centro Experimental del Teatro Colón.
Página anterior, arriba: Charla
sobre una película documental,
en el auditorio del GI, en 1979.
Página anterior, abajo: Entradas
agotadas para la presentación del
Tanzforum Köln, en el Teatro San
Martín, Ciudad de Buenos Aires.
Derecha: El escritor Daniel
Kehlmann, en la Feria del Libro
2007. (Fotos: gentileza GI)
123
La versión alemana del churrasco
Impulsar la relación bilateral no fue siempre cosa de
hombres. En el caso que comentaremos el mérito le
corresponde a… una vaca.
¿Difícil de creer? No tanto, si se considera lo que la vaca Milka hizo por el prestigio de Suiza. Sin
mencionar otros ejemplos, como Cow, la vaca más chiflada de la televisión de todos los tiempos, o la
simpática vaca Aurora, o la simple vaca criolla, que en España es considerada como la matriz de la
cual procede “el chuletón más deseado del planeta, gracias a su técnica psicoanalítica y a su ego des-
medido”, según el diario El Mundo, y que es admirada no sólo en España, sino en todo el mundo.
Sin embargo, en el caso alemán poco indicaba, allá por 1967, que una vaca llegaría a dejar su
marca en la relación bilateral con la Argentina. El nombre no despertaba interés: Fleckvieh. Poco
tenía éste de la virilidad de un Aberdeen Angus o de la musicalidad de una Charolais. Para colmo, no
significaba nada. Fleckvieh, en español, equivale a “animal con manchas”.
No obstante, la poco sensual raza vacuna llamada Fleckvieh es hoy la sexta en producción de carne
de la Argentina. Su participación alcanza una producción anual de 1.000 cabezas de raza pura. A ello
se le suman otros 100.000 animales de cruza, según los datos que maneja la Asociación Simmental de
Argentina (ASA), que registra un total de 26 productores empadronados como cabañas y criadores.
“Fue un éxito inesperado.” Así recuerda Pedro María de Ocampo los primeros años. Él lo debe saber:
el ganadero cuenta con la experiencia de 60 años en la actividad. Pero, más importante aún: este estancie-
ro, nacido en Francia en 1924, introdujo la raza Fleckvieh-Simmental en la Argentina. Los primeros ani-
males llegaron en 1967, procedentes de los estados alemanes de Baden-Wurtemberg y Baviera. El lote
era de apenas 23 animales que, además, iban a ser repartidos entre siete socios. No obstante, entre la
comitiva que fue a recibirlos al puerto de Buenos Aires se encontraban el Ministro de Agricultura y el
Embajador alemán. Pocos se habrán imaginado entonces que aquellos temblorosos animales que bajaban
del barco representarían la cabeza de playa de otros cien-
tos, que le darían una tonalidad diferente a la ganade-
ría argentina en los años por venir.
Ocampo, sobrino nieto de la
escritora argentina Victoria
Ocampo, no llegó a la vaca alemana
por casualidad. El ganadero y presidente
honorario vitalicio de la Asociación Mundial de
Fleckvieh reconoce tener una relación muy espe-
cial con Alemania desde mucho tiempo antes de su
encuentro con la ganadería made in Germany.
Fleckvieh: La vaca que ayudóa crear el mito argentino
Pág. anterior: tres años des-pués de haber llegado a laArgentina, la raza era reconoci-da en Palermo.
En sus inicios, poco hacía pensaren el impacto que tendría la intro-ducción en la Argentina de la quesirvió también de modelo para lavaca más famosa del mundo:Milka. (Fotos: gentileza ASA)
124
Pág. anterior: Gran Campeón enPalermo, en 1969.
La Argentina fue el segundopaís, en el que se introdujo laraza Fleckvieh-Simmental, en1967. El primero había sidoSudáfrica.
Cerca de 26 productores y caba-ñas están hoy empadronadoscomo criadores de la “vaca conmanchas”. (Fotos: gentileza ASA)
“Es difícil de explicar, como todos los amo-
res”, reconoce Ocampo entre risas. La pasión lo
llevó no sólo a visitar Alemania varias veces en
su juventud, sino también a aprender el idioma.
Fue esta vocación la que, a mediados de los
años 60, lo impulsó a acompañar a una delega-
ción diplomática alemana en la visita a varios
campos argentinos. Allí se engendró la idea:
“Veíamos que con las típicas razas usadas en la
Argentina, como Angus y Hereford, se corría el
peligro de no poder mantener el alto ritmo de
producción. La cruza con una raza europea
para ampliar el número de cabezas disponibles
era, entonces, una alternativa lógica”, recuerda
el criador. Los intentos de hacerlo con animales como los franceses Charolais habían fracasado. “Me
curé de espanto”, reconoce Ocampo, que por ese entonces ya tenía una cabaña de Aberdeen Angus
funcionando en su campo de 2.700 hectáreas en la zona de Pehuajó, provincia de Buenos Aires.
En aquel tiempo la Argentina era la segunda nación fuera de Alemania que iniciaba la cría de
bovinos alemanes. Sudáfrica lo había hecho pocos años antes. Ironía de la historia: criadores británi-
cos se toparon con el Fleckvieh en la Argentina y tanto les gustó lo que vieron, que al poco tiempo los
primeros animales de esa raza desembarcaban en la campiña inglesa. Los Fleckvieh encontraron des-
pués nuevos destinos: Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda.
El cambio de clima que significaba la llegada a la Argentina –tan duro a veces para los humanos–
tampoco fue un problema, dice Ocampo. “Los animales no tuvieron problemas, porque aguantan el calor
mucho mejor que sus parientes ingleses. Mientras que éstos ya a la mañana buscan la sombra, los
Fleckvieh se quedan todavía por un buen rato al sol”, indica el criador. “Lo único a lo que tenían que
adaptarse era el espacio. No estaban acostumbrados a moverse libremente, a su antojo...” En Alemania
estos animales, muchas veces, deben compartir cama y comida con sus compañeros de establo.
Otro elemento novedoso para los dóciles bovinos alemanes eran los gauchos. “Simplemente, no
conocían hombres de a caballo, y eso generó algunos sustos entre los animales. Pero con el tiempo se
fueron acostumbrando.” Al cabo de pocos años de haberse introducido la raza en la Argentina,
Ocampo tuvo la alegría de ver uno de sus animales galardonado con un tercer premio en la Feria
de La Rural, en la ciudad de Buenos Aires.
Los germanófilos a ultranza piensan que no sólo el aire y las vastas pasturas de la Argentina fue-
ron las razones de la buena evolución de la raza en la Argentina. Al fin y al cabo, Baden-Wurtemberg
y Baviera son conocidos como los Estados más laboriosos de Alemania. Allí tienen su cuna íconos
como Mercedes Benz y el gigante informático SAP. Entonces, era de esperar que el gen del trabajo
también se hubiera extendido al mundo animal.
127
Los años de plomoLa última Dictadura que gobernó a la Argentina entre 1976 y 1983 fue uno de los períodos más oscu-
ros y difíciles para la relación bilateral. Entre los 30.000 desaparecidos que figuran en el registro de
la CONADEP, hay muchos de ascendencia y nacionalidad alemana. Uno de los casos más trágicos fue el
de Héctor Germán Oesterheld. El creador de la historieta El Eternauta desapareció junto a gran parte
de su familia en 1977.
En memoria de todas las víctimas de la Dictadura presentamos las próximas tres historias.
Ellen Marx sufrió doblemente los momentos más oscuros de la historia de Alemania y de la
Argentina.Tenía 18 años cuando en 1939 tuvo que abandonar Alemania para huir del nacionalsocialis-
mo. Ellen Pincus, tal su apellido de soltera, nació en 1921 en Berlín en el seno de una familia de descen-
dencia judía. Fue uno de los últimos de sus miembros en escapar del terror. Sus abuelos, tíos y tías
murieron en los campos de concentración del régimen nacionalsocialista. Cuatro décadas más tarde
debió enfrentar una vez más la historia: su hija menor, Leonor Gertrudis Marx desapareció el 21 de
agosto de 1976 en Buenos Aires.Tenía 28 años.
Desde entonces Ellen Marx exige justicia y castigo para los responsables. Entabló juicio contra
los miembros de la Junta, que hasta el presente sigue sin resolución. Ellen Marx, vive hoy en el Hogar
Hirsch, en San Miguel, Provincia de Buenos Aires. Para esta publicación accedió a contar la historia
en honor y recuerdo de los desaparecidos de esos años.
-Sra. Marx, su hija estuvo entre los primeros desaparecidos. ¿Cuándo tuvo usted indicios o pre-
sentía que ella corría peligro?
-Cada semana la visitaba un grupo de chicas.
Tenían más o menos su edad. Se sentaban en el bal-
cón y hacían manualidades. Obviamente, charlaban.
Y a través de esas charlas yo me daba cuenta de
que eran amistades más bien políticas. Pero no pre-
gunté demasiado.
Una vez, cuando estaba limpian-
do su escritorio, me encontré con dia-
rios que mostraban títulos como: Si
Evita viviera, sería montonera.
Montoneros era para mí gente radi-
Pág. anterior: placa para lamemoria, en el predio de laEmbajada de Alemania enBuenos Aires. (Foto: Nico Pérez)
Derecha: Leonor Marx, a princi-pios de los años ´70. (Foto: gentile-za Koalition gegen Straflosigkeit)
“La desesperación de toda madre”
129128
-¿En algún momento usted aceptó que su hija no volvería?
-¡Jamás!
-¿Que sintió cuando su hija no aparecía?
-La desesperación de toda madre. Pero, no estaba sola. En
nuestro grupo de madres tuvimos por lo menos a 100 hijos que no
estaban. Entre las madres alemanas, nos reuníamos cada dos
semanas, en la calle Esmeralda. Allí tiene sus oficinas la Iglesia
Evangélica, que nos prestaba una sala. A eso se le unió luego la
Iglesia de Belgrano. Ellos nos apoyaron mucho, siempre con
mucha delicadeza y con disposición a ayudar. El Pastor, por ejem-
plo, atendía siempre al principio, nos preguntaba cómo estábamos,
qué noticias teníamos. Y después nos dejaba, para que pudiéramos
hablar. Y eso trascendió a Alemania. Ésas eran las cosas que noso-
tras, como madres, podíamos hacer. El grupo existió luego por
mucho tiempo y lo que nos quedó es, justamente, el Nunca Más.
-¿Cómo se organizaban?
-Visitábamos a los representantes de todos los cultos y religio-
nes. Les pedíamos información y que recen por nuestros hijos.
Pero, al final del día era siempre lo mismo: nadie sabía nada,
nada, nada…. Era terrible.
Un día, yo había ido a una oficina, creo que era del Ministerio
del Interior; cuando les dije nuestro apellido me llegaron a decir:
“Puede que se la hayan llevado por el nombre”. Otra vez fue: “La
tendría que haber educado mejor. Entonces, eso no hubiera pasa-
do.” Ese tipo de respuestas eran las que uno recibía cuando trata-
ba de averiguar algo.
Cuando ya habían pasado algunos años desde que mi hija había desaparecido, me recomendaron ir a una
dependencia estatal. Ahí un conocido tenía un amigo, que era abogado. Fui, me invitó a pasar y comenzamos
a hablar. Cuando ya estábamos terminando me pregunta:“Dígame: ¿Qué nacionalidad tiene usted? ¿Dónde
nació?” Yo le contesto:“En Alemania”.Y él me dice entonces:“Ah bueno, entonces usted tendría que saber.
Allá también hubo campos de concentración”.Yo sólo pude responderle que justamente el país de los cam-
pos de concentración le había hecho muchísimo daño a Europa.Yo lo sabía por experiencia propia.
-¿Durante los años de búsqueda de su hija, usted no entró también en la mira de los agentes de
la Dictadura?
-Eso no me importó. Con el resto de las madres era lo mismo. Lo único que nos interesaba era
avanzar con nuestra búsqueda. De cualquier forma. Además, nuestros amigos, muchos de la comuni-
Arriba: Ellen Marx de Pincus (Foto: A. Schwarz).
Abajo: Leonor Marx, con su padre y sus hermanos.(Foto: gentileza Ellen Marx).
calizada, nacionalista. Entonces, le dije a mi hija: “No me gusta nada este tipo de culto a la persona-
lidad que se hace ahí”. Y ella respondió: “Bueno, a mí tampoco, pero sólo así se logra que la gente
acá se interese por una causa”.
-¿A qué causa se refería?
-Montoneros, obviamente. Mi argumento de que estábamos en plena dictadura militar y que no
era el mejor momento para este tipo de cosas, la hacía enojar.
En ese entonces, Leonor trabajaba en Mataderos. El trabajo era en el sótano de una imprenta. Allí
se hacían los trabajos típicos del rubro. Pero, también imprimían folletos y panfletos que, en la noche, se
repartían por el barrio. Claro, los impresos trataban de temas como Evita, Montoneros y ese tipo de
cosas.Y eso lo denunció un vecino ante la Policía. Eso me lo contó, después, un amigo de mi hija.
-¿Cómo era Leonor?
-Desde pequeña fue una chica muy enérgica. Se interesaba mucho por el otro. Por ejemplo, cuan-
do yo iba al dentista, muchas veces me esperó delante de la puerta, porque sabía que yo la pasaba
mal cuando me tocaba ir. Después, a eso de los 15 años, comenzó a trabajar en las villas miserias.
Allí se ocupaba de los chicos: les ayudaba con los deberes.
-¿Cómo desapareció su hija?
-El 21 de agosto de 1976, un domingo, ella había acordado con amigos en encontrarse en el
centro (de Buenos Aires) para ir al cine. Todos fueron, pero ella faltó. Yo me enteré enseguida. Y
de inmediato me puse en marcha: la primera semana estuve desde la mañana hasta la noche visi-
tando lugares, oficinas, personas para tratar de averiguar su paradero. En mi lugar de trabajo se
portaron muy bien conmigo. Es algo que nunca voy a olvidar. Me daban consejos a dónde ir, a
quién preguntar. Porque todos sabían, por los comentarios de parientes y conocidos, de lugares en
los que se podía dejar los datos de contacto para que, en el caso de que hubiera algún tipo de
información, uno fuera avisado.
-¿Como soportó la desaparición?
-En esa primera semana fumé muchísimo. Estaba todo el tiempo caminando. Un día, durante el
desayuno, yo estaba sentada entre mi marido y mi hijo menor, y me di cuenta de algo: “Yo también
tengo el deber de estar para ellos dos”. Desde ese día no fumé más, me organicé.
-¿En qué sentido?
-Empecé a visitar los ministerios uno detrás del otro. Después visité todas las comisarías que pudieran
tener alguna relación con el caso. En una dependencia me dijeron:“Acá no llegó ninguno”. Pero, después
me enteré de todo lo contrario.Todos habían estado ahí. A todos los habían maltratado. Habían estado en
las celdas. Algunos fueron lastimados, para que dijeran lo que sabían y para que denuncien a otros. A pesar
de eso, muchos se habían quedado callados. Luego se los había trasladado a otra comisaría.
131130
Una vida para salvar vidas
El teólogo y escritor alemán Heinz Friedrich Dressel cumplió
con todo lo que un dicho oriental describe como el camino hacia
la felicidad: “Criar hijos, escribir libros y plantar árboles”. Pero
Dressel perfeccionó también el dicho: dedicó su vida a rescatar
personas en peligro de muerte durante los regímenes totalitarios
de América Latina, en las décadas de 1970 y 1980.
Heinz F. Dressel nació el 28 de septiembre de 1929 en la ciu-
dad de Marktredwitz, en Baviera. A los 23 años se graduó como
teólogo en el Seminario Luterano de Neuendettelsau. Seguidamente, durante 15 años, desarrolló su labor
pastoral en Río Grande do Sul, Brasil. En 1972, a los 43 años, asumió la dirección de la Obra Ecuménica
de Estudios (OEE), un organismo de solidaridad de la Iglesia Evangélica de Alemania con sede en la ciu-
dad de Bochum. La OEE había sido creada para apoyar con becas de posgrado a estudiantes de regiones
en crisis. Pero bajo el liderazgo de Dressel la entidad fue más allá.“A través de las becas queríamos salvar
vidas. No nos interesaba la convicción política de los refugiados”, recuerda el pastor y agradece que “los
miembros del Comité demostraran un admirable espíritu de comprensión, solidaridad y amor cristiano”.
En la Argentina el trabajo de Dressel, que en más de un caso no se abstuvo de poner su propia vida en
riesgo, resultó en la ayuda a más de 35 personas que, entre 1975 y 1983 fueron víctimas de la persecu-
ción de la Dictadura Militar.
Uno de los casos más dramáticos fue el de Norma Espíndola, quien había sido detenida en 1975, en La
Plata, junto a Flavio Koutzi Saudemberg, dirigente político de la izquierda de Brasil. En 1979, tras cuatro
años de prisión y tortura, Norma Espíndola fue deportada a Francia. Al poco tiempo la OEE la acogió como
becaria. Flavio Koutzi Saudemberg se convirtió años más tarde en un destacado diputado en Porto Alegre.
Otros argentinos que encontraron un refugio y una nueva vida en Alemania bajo los auspicios del pro-
grama de ayuda dirigido por Heinz Dressel son: José Enrique Núñez, Claudio Gustavo Blasco, la periodista
Nilda Esther Jelenic, la jurista Dora Goldfarb Lucero, la odontóloga María Mercedes Soerensen, la histo-
riadora Beatriz Fernández de Lavigne, el estudiante de Agronomía Hugo Julio López, el médico Esteban
Enrique Pazo, los estudiantes de Arquitectura Luis Héctor Tomé y Francisco Ramos Marrau, la topógrafa
Stella Maris Dreier, la estudiante de Medicina Lidia Teresa Morelli, Celia Marta Rojas, Manuel Ricardo
Zkorenblut, Adriana Laborde Calvo, Edgardo Álvarez Carrera, Mónica Francavilla, el teólogo William
Abdo, Carlos Flaskamp, Susana Rosales de Piévani, Alfredo Alberto Lengert, y Rodolfo Alejandro Bayer.
“Los que fuimos protagonistas de similares historias dolorosas, los que conocimos el infierno argentino,
sabemos qué bien cae una sonrisa, una mano tendida a tiempo, cuando la angustia y el dolor aprieta nues-
tros labios y ahoga la voz. Usted, Pastor Dressel, nos extendió la mano, nos mitigó el dolor, nos ayudó a
recuperar la sonrisa, a levantar la cabeza para ver salir el sol”, agradeció recientemente uno de los tantos
becarios en una carta a Dressel. Es un justo reconocimiento para un ciudadano alemán universal, que se
transformó en el portador de la mejor tradición de solidaridad de Alemania hacia una Argentina en crisis.
Esteban Cuya
dad alemana, pero también otros, nos alentaban a no bajar los brazos, a no perder la esperanza. De lo
que era tener miedo, ya no nos acordábamos.
-¿Y para con el resto de su familia?-Para darle un ejemplo: Mi hijo menor, nacido en 1964, siempre quiso ir a una escuela superior,
una escuela pública. Ahí quería hacer su bachiller. Pero yo le dije entonces: “No podés hacer eso. Sos
hermano de una desaparecida.” Él se enojó muchísimo cuando le dije eso. Pero le insistí. “Te puede ir
igual que ella si atendés una escuela igual a la suya.” Así era el clima en esos años.
-¿Usted se reunía principalmente con madres de la comunidad alemana, que tenían hijas o hijosdesaparecidos, o también con madres argentinas?
-La idea de organizarse en diferentes nacionalidades hacia afuera era sólo para poder aumentar la presión
para obtener más información. Pero todas nos conocíamos.Yo, por ejemplo, tenía una muy buena relación con
la madre de la primera víctima española. Pero, en realidad, nunca hubo una división en nacionalidades.
-¿Participaba también de las marchas de las madres de Plaza de Mayo?-A veces sí. Pero, yo no coincidía demasiado. Sí con la primera organización, que al poco tiempo
también se desintegró.
-¿Al ser ciudadana alemana también le pidió ayuda al Estado alemán?-Claro que sí. Por eso, le pregunté a usted si sabe, quién trabajaba, en ese entonces, en la
Embajada Alemana. Porque muchos de ellos… bueno… no son santos de mi devoción. Pero también
hubo mucha gente excelente y extraordinaria. Uno fue el cónsul.Tengo todavía una carta de él que me
es muy valiosa. Un día, después de habernos conocido, me preguntó, muy tímido, si yo me podía tomar
el tiempo para contarle toda la historia, desde el principio. Eso para mí fue muy especial.
También contrataron a un abogado para nosotros.Todavía, creo que este trabaja en la causa, ya
que en 1999 entablamos juicio contra los principales responsables de la Dictadura, especialmente
contra el ex General (Jorge Rafael) Videla.
-¿Nunca fue una opción abandonar la Argentina en esos años y volver a Alemania? Muchos lo hicieron.-No, nunca.Todos nuestros hijos habían nacido aquí. Además, nosotros, los mayores todavía recor-
dábamos otra Alemania. Claro que se nos ofreció salir, pero no quisimos.
-¿La búsqueda de su hija la llevó a retomar contacto con Alemania por primera vez? -Sí. Fue por encargo de nuestro grupo de madres y por el contacto con la Sra. Annemarie
Zieschank, que había perdido a su hijo Klaus Zieschank. Viajé también varias veces para allá, para
dar charlas y conferencias
-¿El cuerpo de su hija fue encontrado?-No.
Ina Bretz / Alexander Schwarz
Heinz Dressel(Foto: gentileza Koalition gegen Straflosigkeit)
133132
-¿Usted había estado con el grupo Montoneros?
-No, para nada. Justo ahora estoy escribiendo sobre las discusiones que tuve con Rodolfo Walsh y
Paco Urondo, quienes sí eran montoneros.
Entonces, tras mi vuelta, un día mataron al Jefe de Policía, quien era un Coronel. Ocurrió en el
cuarto mes desde de que había vuelto a la Argentina. Ese día el Ejército invadió la ciudad: los sol-
dados estaban como locos, corrían casa por casa, rompían lo que encontraban. Aquel día, entendí
que me tenía que volver a ir y le pedí ayuda a un amigo que tenía en la Embajada Alemana:
Gottfried Arens. Él era Agregado Cultural. Nos habíamos hecho muy amigos después de la película
La Patagonia Rebelde.
Él, antes, ya me había dicho: “En el momento que te sientas en peligro, venite a mi casa.” Por
eso fuí. Allí me dijo: “Hablé con el Embajador y hoy te vamos a sacar al aeropuerto. El
Embajador ya pidió al avión de Lufthansa, que viene de Chile y que hace escala en Ezeiza, que
espere todo el tiempo necesario.”
-¿Entonces, cómo fue la salida?
-Me llevaron en un Mercedes Benz blanco, que llevaba la banderita, al aeropuerto. El problema
era que Arens no sabía manejar. Por eso manejó la esposa de él.
Todo anduvo bien hasta que llegamos al punto donde empieza la autopista Ricchieri, en camino al
aeropuerto de Ezeiza. Ahí nos paró la Policía. Pero, cuando el oficial nos pidió los documentos,
Gottfried Arends se bajó y le contestó, en un mal castellano y casi a los gritos: “¡Este es un auto de
la Embajada Alemana, no ve que está la bandera ahí? ¡Tengo inmunidad diplomática!” El oficial
miró un poco, pero al final nos dejó pasar.
-¿Usted tenía pasaporte alemán?
-No.Yo siempre me negué a sacar la nacionalidad alemana y también la austríaca, que podía haber
solicitado. Solamente soy argentino. Eso fue por una discusión que tuve con Julio Cortázar una vez.
-Bueno: ¿ Y cómo siguió?
-A mitad del camino a Ezeiza nos paró otra vez una patrulla militar. Esta vez era un Capitán.
Cuando nos pide los documentos, Arens le muestra el de la mujer, el de él y cuando el Oficial me mira
–yo estaba adentró del auto– Arends le dice: “El señor es alemán. ¡El señor es alemán le he dicho!
Es un invitado especial de la Embajada Alemana. Nos está esperando el avión de Lufthansa, así que,
por favor, no nos haga perder el tiempo.” Y otra vez pasamos.
-¿Luego llegaron al aeropuerto?
-Llegamos al aeropuerto.Todo estaba ocupado por la aviación militar. Cuando Arens presenta los
pasaportes dice: “El señor Bayer es protegido de la Embajada de Alemania, va a salir como refugia-
do.” El Suboficial que hacía el control, se agarró un susto bárbaro (ríe...) Pero, nos hicieron pasar a
una habitación y nos encerraron con llave. Estuvimos esperando una hora hasta que llegó el Brigadier
“Cuando te sientasen peligro, venite ami casa“
Nació como hijo de inmigrantes de la Colonia
Humboldt, en Santa Fe. Estudió Medicina e
Historia, fue alumno de Willy Brandt en la ciudad
de Hamburgo en 1955 e investigó una Patagonia
que aún no era un centro turístico, y este trabajo
le significó un Oso de Plata en el Festival de
Berlín. Fue amigo de algunas de las más recono-
cidas figuras de la literatura argentina. Junto a su
familia debió exiliarse dos veces en Alemania: la
primera vez, por la amenaza de un terrorismo de
derecha, la segunda vez, por el terror de un
gobierno militar. A caballo entre Berlín, Bonn y
París se convirtió así en una de las voces del exilio
argentino. En 1983 volvió a la Argentina para participar en la reconstrucción de la democracia. Ocupó
cargos públicos y académicos. Hoy, a sus 80 años, con cuatro hijos y 10 nietos, Osvaldo Bayer sigue siendo
parte de una memoria que no deja de molestar a algunos y fascinar a otros. Él insiste en que lo hace para
asegurarse de que nunca más vuelva a ocurrir lo que le tocó vivir a su generación.
-¿Porqué tuvo que irse del país?
-Mis libros eran parte de la razón.Ya el primero, que fue El Severino Giovanni, y que cuenta la vida
de un antifascista italiano, había sido prohibido por el peronismo. Al segundo libro, Los anarquistas expro-
piadores, lo prohibió Isabel Perón, quien también prohibió La Patagonia rebelde, la película.Y eso que en
el Festival de Cine de Berlín de 1974, habíamos logrado un gran éxito: nos dieron el Oso de Plata.
Pero, el 12 de octubre del 1974 aparecí en la lista del grupo terrorista Triple A. Me daban 24
horas para salir del país, si no estaba condenado a muerte. Y con eso no se jugaba en esos días.
Entonces envié a mi mujer con los cuatro hijos a Alemania. Ellos tenían la nacionalidad alemana y
podían entrar enseguida. Yo me quedé, al principio. Vivía casi de forma clandestina en Quilmes, en una
quinta. Pero al final, como no podía hacer nada, me fui en febrero de 1975 a Alemania.
-Volvió poco más tarde. ¿Por qué?
-Volví en febrero de 1976 porque Isabel Perón había llamado a elecciones. Yo suponía que por
eso se iban a generar más libertades. Volví; pero solo. La familia se quedó en Alemania. Y bien que
me sirvió: a las cuatro semanas de haber vuelto, sobrevino el golpe militar. Para uno como yo era
entonces imposible salir del país. Al fin y al cabo, yo seguía en la lista de la Triple A.
135134
Santuccione, entonces Jefe Militar de Ezeiza. Le da a Arens su pasaporte y le dice: “Mucho gusto, yo
soy muy amigo y quiero mucho al pueblo alemán, que ha demostrado siempre en su historia ser un
pueblo de lucha. Tengo enorme admiración por los alemanes.” Y agrega: “Por respeto al pueblo ale-
mán lo vamos a dejar pasar al señor, dado que ustedes lo protegen. Pero, a usted, señor Bayer, le
quiero decir una cosa: le permitimos salir del país porque lo pide un pueblo amigo. Pero usted jamás,
me entiende bien, jamás va a volver a pisar el suelo de la patria”. Yo casi le escupo de la indignación.
Pero me callé. Recién ahí Arens y yo pudimos ir al al avión de Lufthansa, que había estado esperando
una hora. Me despedí de Arens y el avión partió.
Ocho años más tarde volví. El primer día me lo pasé recorriendo las calles de Buenos Aires, a ver
si encontraba al Brigadier Santuccione para decirle: “Brigadier estoy de vuelta, pisando el suelo de la
patria.” Pero, luego me enteré que hacía dos años que había muerto.
-¿Cómo fue ese último momento con Gottfried Arens?
-Obviamente le di las gracias por todo. Pero no había tiempo para mucho más. Era un momento
muy especial… Le di un abrazo. Además, estaban todos vigilándonos y no queríamos hacer teatro.
Pero después nos vimos en Alemania. Buenos Aires fue su último destino. Cuando se jubiló se fue a
vivir cerca de Bad Honnef, donde estábamos nosotros y durante el exilio nos visitamos mucho.
-¿Cuando llegó a Alemania con qué se encontró?
-Esa segunda vez fue más dura que la anterior. Parecía más definitva y se sentía más que había
que empezar de nuevo. Es decir, vivimos, primero, en un pequeño departamentito en la ciudad de
Essen. El primer año yo no conseguí trabajo. Me ofrecía para dar cursos de Historia Latinoamericana
en las universidades, en Berlín, en Bremen, en varios lados, pero nada. Mi mujer, que había sido tra-
ductora de libros, trabajaba mientras tanto en un supermercado. Recién con el tiempo se dieron las
cosas. Al final pude trabajar como traductor y locutor de noticias para la Deutsche Welle. Luego
encontré un puesto como docente en la Deutsche Stiftung für Entwicklungspolitik, en Bad Honnef.
-¿Qué se sabía entonces de la Argentina?
-En Alemania había mucha confusión, porque años antes habían llegado los chilenos. Pero, para
los alemanes el peronismo de la Argentina era sinónimo de fascismo. Entonces, para muchos, los mili-
tares argentinos –a diferencia de los chilenos– habían hecho un golpe contra un gobierno semifascista
cuando habían derrocado a Isabel Perón.
-¿Entonces, no había mucha información de lo que era la realidad argentina?
-No. Al principio no. Se hablaba siempre de Chile, pero no de la Argentina. Hasta que comenzó
todo el tema de los desaparecidos y, más aún, con las víctimas alemanas. El gran detonante fue el
tema de las Madres de Plaza de Mayo; eso caló muy hondo. A partir de ahí tuvimos mucho apoyo que
se incrementó cuando el tema apareció en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Un papel muy importante cumplió también la Iglesia Luterana.Tal es así, que el primer premio
Osvaldo Bayer durante la entrevista en la
que recordó algunos de los momentos
más difíciles de los años ´70 y ´80.
(Fotos: Nico Pérez).
137136
cárceles, las torturas, la muerte, la desaparición de personas, ser arrojados en vida al río desde avio-
nes. ¿Qué mentalidad es esa? Lo de robarle los bebés a las mujeres embarazadas, llevarlas al hospital,
no mostrarles ni siquiera el niño a esas mujeres. Después llevar a la mujer, matarla de un tiro en la
nuca y al chico regalarlo a familias de militares o, como decían ellos, para que no se críen en hogares
marxistas. ¡Qué profundos! ¿No? Fue realmente una tragedia feroz todo esto.
-Pero, justamente, están los que opinan que criticar a posteriori es muy fácil y preguntan: ¿Por
qué no se quedó? ¿Por qué no fue hasta la última consecuencia, como lo hizo Walsh, como lo hizo
Urondo? ¿Qué le responde a aquéllos?
-¿Usted me pregunta por qué me fui al exilio?
-Sí.
-Bueno, primero, porque yo soy un pacifista. Segundo, porque no estaba de acuerdo con el método de la
guerrilla.Tal es así, que en las discusiones con Rodolfo Walsh yo le dije: “Rodolfo, yo no entiendo cómo vos
te pudiste hacer peronista.” Porque nosotros, él ahora tendría también 80 años, igual que yo, vivimos tam-
bién el primer peronismo, que no fue para nada socialista, sino que fue un populismo de derecha.
Pero Rodolfo me respondió: “No te equivoques, yo no soy peronista. Yo soy marxista. Pero la
pregunta debe ser otra: ¿Adónde está el pueblo?” Y yo le respondí: “Sin ninguna duda el pueblo es
peronista, pero no es revolucionario. Por eso, Rodolfo, no se equivoquen ustedes. El pueblo no los va
a acompañar.” Y el me dijo: “Vamos a ver.”
-¿La estrategia de Montoneros era equivocada?
-Era equivocada, para mí. Además, meterse en el peronismo, que era –y es– una cosa indefinida,
fue una gran equivocación.
-Volvamos a Alemania. A fines de los 70 allí se vivía el así denominado “otoño alemán”, que
era la versión alemana de toda la era de terrorismo de los 70. Walter Jens, Günter Grass, Max
Frisch, todos escritores e intelectuales de mucho calibre, salieron a criticar la postura del Gobierno
por la forma en que lidiaba con el problema. ¿Los exiliados argentinos supieron contactar a esos
escritores, sensibilizarlos para lo que pasaba en la Argentina?
-Sí. El que mejor se portó de todos fue Heinrich Böll. Él también vino al acto de entrega del pre-
mio a las madres. Lástima que falleció poco después. Günter Grass también se portó muy bien. Firmó
nuestros pedidos, petitorios, y todo eso.
-¿Qué fue lo que encontró cuando usted volvió a la Argentina en 1983?
-Bueno, en el 83 me encontré con un país completamente diferente al que yo había dejado.
-¿Qué había cambiado más? ¿Usted o el país?
-El país. Había cambiado completamente. La Dictadura, pese a que había tenido que irse, había triunfado.
internacional que obtuvieron las Madres de Plaza de Mayo fue por esa Iglesia, en 1981. Se lo otorgó
el Obispo Scharf, aquel famoso obispo que había estado en Dachau, como prisionero. Se hizo en un
gran acto en la Catedral de Bonn. Otro apoyo muy importante fue también el del Pastor Walter
Zielke, que dio de todo. Nos conseguía financiación para que hiciéramos viajes, también por el resto
de Europa, para que pudiéramos contar lo que pasaba. Para que pudiéramos informar. Y también nos
ayudaron mucho los movimientos estudiantiles.
-¿Y qué era lo que alguna vez denominó como las dos Alemanias? ¿A qué se refería?
-Bueno, de las dos Alemanias una era la que recordaba los hechos del nazismo. De esa aprendí
mucho cuando regresé y vi la forma como los políticos acá, después de la Dictadura, trataron de
cambiar todo para no modificar nada. Después estaba la otra Alemania, la Alemania que no se
interesaba por los Derechos Humanos en el Tercer Mundo. Era lo que yo llamo la Alemania políti-
ca, que te escuchaba pero que no mostraba ninguna reacción. Me acuerdo cuando hicimos la huelga
de hambre, en la plaza principal de Bonn, con la madre de Klaus Zieschank. No vino nadie. Esa
parte política fue un desencanto para mí. Otro fue el comportamiento de la Iglesia Católica, que
nunca emitió una opinión. Entonces esas eran las dos Alemanias. La que luchaba por los Derechos
Humanos y la que miraba para el otro lado.
-¿Cómo era vivir en el exilio?
-Bueno, yo lo viví como una gran injusticia. En la Argentina, a principios de los años 70, nosotros viví-
amos en una casa muy linda, en Martínez. Por mi parte, yo vivía el sueño de un intelectual, que es vivir de
sus libros y poder trabajar en casa. Jamás había tenido un juicio por ninguno de mis libros, que eran
hechos bastante contemporáneos y de cuyos protagonistas vivía la mayor parte.Yo había podido demos-
trar, con documentación científicamente histórica todo lo que sostenía en mis libros. ¿Por qué, entonces,
esto de quemarme los libros por “Dios, Patria y Hogar”, como lo hicieron los militares? ¿Por qué tuve
que irme y cambiar mi vida completamente? Porque, al final, mi familia se quedó allá. Mis hijos se reci-
bieron y empezaron a trabajar allá.Todos se casaron allá y tienen sus hijos, mis nietos, que son diez, y
viven todos en Europa. Es decir, la Dictadura nos cambió la vida para siempre, y no sólo a los Bayer.
Además lo viví con mucha nostalgia y tristeza. Principalmente, al ir enterándome de los queridos
amigos que eran asesinados por la Dictadura. Ahí me prometí volver para seguir luchando por la
Justicia que pedían ellos. Con otros métodos, pero por los mismos fines: una Argentina sin niños con
hambre ni gente en la miseria.
-¿Estamos hablando de Rodolfo Walsh?
-Rodolfo Walsh, Paco Urondo, Haroldo Conti, el novelista, y tantos otros. Además, muchos de
ellos también perdieron a sus hijos acá, como el poeta Juan Gelman o como el escritor David Viñas,
quien perdió a sus dos hijos.
Para mí fueron años muy duros. Obviamente estaba agradecido por haber podido salvar a mi
familia y de no haber tenido que padecer todas las cosas que padecieron los que se quedaron acá. Las
139138
-Después usted tampoco logró arraigarse acá. Va y viene entre Alemania y Argentina. ¿Su
familia todavía vive allá?
-Yo estoy absolutamente arraigado. Pero mi familia se quedó allá. Mi mujer viene dos veces al año acá
y yo voy dos veces al año allá. Pero, mi vida está acá. Allá voy a estar con mi familia, a escribir porque
tengo más tranquilidad o a dar algún seminario.
-¿Ellos no quisieron volver?
-No. Mi mujer no quiso volver por todas las humillaciones que sufrimos.
-¿Cuáles?
-Por ejemplo, un año después de llegar la Dictadura, año 1977, el hermano menor de mi mujer
empezó a padecer una enfermedad, que lo iba a llevar a la muerte. Entonces, mi mujer quiso venir a
la Argentina para despedirse de su hermano. Volvió y se fue a vivir a la casa de una amiga.
Supuestamente nadie sabía nada de su llegada. Al día siguiente, en el buzón de la casa de la amiga,
había un anónimo que decía: “Si querés volver a ver a tus hijos en Alemania te damos 24 horas.” Y
se fue. Volvió a Alemania con una indignación tremenda y nunca más quiso volver a vivir aquí. A eso
se sumaban las memorias de lo que hicieron también nuestros vecinos, cuando vivíamos aquí.
-¿En qué sentido?
-Por ejemplo, en nuestra casa, en Martínez, teníamos un perro. Cuando en 1975 llegó el momento
de irse, se lo llevé a la vecina. Nuestros chicos jugaban juntos, los domingos hacíamos asado. Por eso
le pregunté si me podía cuidar el perro. Y ella me contestó: “No, no me pidas eso. Acá se sabe que es
el perro tuyo, no me pongas en ese peligro.”
Otra fue la que me pasó una noche, cuando fui a la casa para sacar unos libros. Cuando estaba
saliendo de la casa viene el vecino y me dice: “Señor Bayer: ¿Cuándo se va a ir definitivamente de
acá? Imagínese que se equivoquen con la bomba y me la pongan a mi.” Y le digo: “Bueno, mire, si se
equivocan con la bomba, yo no tengo la culpa.” Y él responde: “Lo sé, pero váyase por favor.”
Vivimos cosas así, en muchos lugares. Se veía, se sentía, en esa mirada de: “Por algo será…” La
gente se distanciaba, por las dudas… ¡Fue horrible! Por eso, hoy, hago la doble vida, digamos, estoy
nueve meses acá y tres meses en Alemania. Aunque ya nos estamos cansando un poco.
-De lo que no se está cansando, aparentemente, es de su admiración por Marlene Dietrich. Aquí
en su biblioteca está en todas partes.
-Porque estoy enamorado de Marlene (ríe…)
-¿Y su mujer qué dice?
-(Se ríe) Marlene ya hace muchos años que está en paz en el Paraíso. Pero, Marlene viene todas
las noches y me besa. A veces le tengo que decir que no exagere.
-¿En qué sentido?
-Había acabado con todo el ambiente que había en la Argentina. Es decir, esa juventud tan interesada
en política, esas universidades, donde uno de los temas principales era el Estado político, el Estado social
en la Argentina. Esas organizaciones que luchaban por una mejor Latinoamérica. Las publicaciones que
se hacían. Las películas que se hacían. Por ejemplo, La Patagonia Rebelde, la filmamos en el año 74, ya
con el peligro de la dictadura. Pero no la hubiéramos podido filmar en el año 84, en la democracia.
-¿Por qué?
-Porque a la sociedad ya le interesaban otras cosas. El consumismo. En las facultades los que
ganaban las elecciones eran ahora de la derecha liberal. Incluso en la de Filosofía y Letras.Tampoco
hay que olvidar a Alfonsín. Con su política de cambiar todo para no modificar nada; su política de
Derechos Humanos, hizo todos los cambios posibles para dejar indemne al Ejército, a las Fuerzas
Armadas, pero que terminó en la Obediencia Debida y el Punto Final, donde él queda al desnudo.
Alfonsín también mantuvo a los presos políticos de la Dictadura. Recién salieron en el 89, con el pre-
texto de que habían sido condenados por la Justicia. ¿Pero la Justicia de quién? Además, con declara-
ciones sacadas con tremendas torturas y todo eso. A eso se suma que muchos ministros de la
Dictadura volvieron a ser ministros en la democracia. Era como si nada hubiera pasado….
-Pero, en Alemania también pasó.
-Sí, pero no de forma tan evidente. Muchos habían sido, digamos, funcionarios menores.
-También había muchos que decían que el país ya había sufrido suficiente, a causa de lo que
fuera. Decían: “Basta. Si empezamos ahora a querer elaborar todo este tema, nos vamos a desan-
grar”. ¿Acaso, no es concebible algo así?
-No. Porque yo creo que los crímenes hay que condenarlos. Alemania lo hizo también. Y eso se
refiere a cosas que pasaron después de Nuremberg. Yo me acuerdo de ese famoso juicio en Frankfurt,
donde fueron condenados todos los de Auschwitz. Eso lo hizo la Justicia alemana, en el año 61. Y
siguió la Justicia con eso, no se miró únicamente hacia adelante. En la Argentina, los militares habían
caído en forma miserable. No mantenían ningún poder. La democracia hubiera podido democratizar
todo, y la democracia no se metió.
-¿Y los levantamientos militares de 1987?
-Justo ahí había que demostrar que la democracia tenía la suficiente fuerza. Porque, si no, caía-
mos en el juego de mantener el Ejército, y el Ejército hubiera hecho un golpe como siempre acostum-
bró. 14 golpes en nuestra democracia argentina. 14 golpes militares, y había que acabar con eso. Y
había que aprobar una ley de defensa de la democracia, por la cual cada militar que se levantara
sufriera pena de cárcel para toda la vida, en cárcel común, y pagara de sus bienes lo cometido contra
la democracia. No se hizo nada de eso, al contrario.
Una nueva Embajada
En abril de 1984 la razón para festejar era doble.
Después de pasar uno de los períodos más oscuros de su historia, Argentina celebraba su primer año
en democracia y, en un lugar más que apropiado para la ocasión, Alemania estrenaba una nueva
Embajada. Nada menos que el padre de la aeronáutica argentina, Jorge Newbery, había levantado
vuelo en un globo aerostático desde el predio que ocupa hoy la representación diplomática. Claro que,
allá a principios del siglo XX, el aspecto del terreno de casi 18.000 metros cuadrados era otro. Dónde
hoy las líneas rectas del diseño del arquitecto Dieter Oesterlen marcan el paisaje, se levantaba un cas-
tillo que pertenecía a la familia de banqueros Tornquist. Su nombre: Villa Los Ombúes.
Todavía quedan algunos de esos majestuosos árboles en el predio ubicado en la manzana com-
prendida entre las calles Villanueva, Olleros, Luis María Campos y Gorostiaga, que alberga tanto a las
instalaciones del Consulado como de la Embajada y la residencia del Embajador. Pocos recuerdan, sin
embargo, que también habita allí uno de los últimos mitos de esta zona, ubicada entre los barrios por-
teños de Palermo y Belgrano. Cuenta la leyenda que los diplomáticos alemanes deben compartir el
espacio con un fantasma que vive allí desde tiempos en que el terreno pertenecía a otra importante
familia argentina de linaje: los Blaquier. Las generaciones mayores de la comunidad alemana, que
nacieron y jugaron en la zona, todavía así lo recuerdan.
Pero, al mismo tiempo, el lugar era reconocido como uno de los centros sociales, en el que se lleva-
ban a cabo grandes fiestas y reuniones de gala. En todo caso, tanto el mito como el recuerdo demuestran
que los diplomáticos que trabajan allí hoy deben ser interlocutores en todos los ámbitos y que transfor-
maron este lugar en un centro que impulsa día a día las relaciones argentino-alemanas.
Pág. anterior y siguientes: elnuevo edificio de la Embajadade Alemania se ubica en una delas partes más representativasdel barrio de Belgrano, enBuenos Aires. El diseño lecorresponde al arquitecto DieterOesterlen. (Fotos: Nico Pérez)
Derecha: en 1984, Helmut Kohlviajó a la Argentina para inaugu-rar el nuevo edificio. El entoncesJefe de Gobierno alemán aprove-chó para conversar con elPresidente argentino, RaúlAlfonsín, sobre la renovadademocracia argentina.(Foto: gentileza Diario La Nación)
Para una joven democracia
145
Cuando el programaes más que un nombre
Sus nombres son tan históricos como simbólicos.
Responden a algunas de las figuras más emblemáticas del
pasado alemán. No obstante, las fundaciones políticas
Friedrich Ebert (Partido SPD – social-demócrata), Friedrich Naumann (Partido FDP – demócrata-libe-
ral), Konrad Adenauer (Partido CDU – cristiano-demócrata) y la fundación científica Alexander von
Humboldt prefieren el bajo perfil. A pesar de ello –o justamente por eso– se convirtieron en actores rele-
vantes en las relaciones bilaterales entre la Argentina y Alemania en las últimas décadas. Su principal
virtud es su mensaje: buscan transmitir y compartir las experiencias y los conocimientos que caracteriza-
ron al desarrollo de la democracia en Alemania. En la Argentina el principal aporte de estas organiza-
ciones, de carácter público y privado, se dio particularmente después de 1983. En los años que le siguie-
ron a la última dictadura, las fundaciones representadas en la Argentina participaron activamente en el
trabajo que significó volver a un sistema pluralista y democrático, tanto en el ámbito político como cien-
tífico. Su principal instrumento son las actividades de información y capacitación a través de conferen-
cias, el otorgamiento de becas y también programas de intercambio con instituciones en Alemania.
Fundación Friedrich EbertCreada en 1925, la Fundación Friedrich Ebert (FES, por su
sigla en alemán) se destaca como la fundación política más antigua.
Le debe su nombre al primer presidente de la República de Weimar.
De esta forma da continuidad a un legado de tradición social-demó-
crata de hacer efectiva la libertad, la solidaridad y la justicia social
por medio de la actividad política. A través de sus 18 representacio-
nes en América Latina y el Caribe la cooperación en la región se
centra, entre otros rubros, en: la profundización y consolidación de
la democracia social, el fortalecimiento de los sindicatos como fuer-
zas de la política social, los actores en los procesos de integración
regional y los interlocutores en el debate sobre la configuración de
la globalización o el fomento de la coopera-
ción transnacional en temas de seguridad
regional.
En la Argentina las acciones se concen-
traron en colaborar con las corrientes políti-
Las fundaciones políticas ycientíficas de origen alemán
Pag. anterior: Congresos, seminarios y
capacitaciones representan los instru-
mentos más importantes de las funda-
ciones alemanas en la Argentina.
(Fotos: gentileza Fundaciones).
146
cas y sindicales más avanzadas, en la comprensión de los cambios de la situación mundial y regional, así
como en los problemas nacionales a enfrentar. Simultáneamente se promovió el intercambio de informa-
ción y de experiencias entre líderes políticos, sindicales y académicos del Cono Sur con respecto a los pro-
cesos regionales de transición democrática o a casos paradigmáticos como el de España. La Fundación
participó también en la elaboración de proyectos en el marco del MERCOSUR. Colabora actualmente en
el desarrollo de organismos, que son parte de la estructura institucional del MERCOSUR como, por ejem-
plo, la Comisión Parlamentaria Conjunta (hoy Parlamento del MERCOSUR), la Comisión Sociolaboral y
la Red de Mercociudades. Un trabajo de singular importancia es también el asesoramiento a municipios
argentinos en el diseño, la instrumentación y el monitoreo de programas como los Planes de Igualdad de
Oportunidades o los Consejos de Juventud. En la actualidad la Fundación Friedrich Ebert está presente en
más de 100 países.
Fundación Friedrich NaumannLa fecha oficial de su creación es el 19 de mayo de 1958, día en el que se firmó el acta de fundación
en la casa del entonces Presidente alemán,Theodor Heuss. La creación de la Fundación Friedrich
Naumann (FNS, por su sigla en alemán) se basaba entonces en motivos muy diversos, pero se concentró
en el compromiso con la enseñanza, el asesoramiento y el diálogo político. Inició sus proyectos en
América Latina en 1965. En virtud de las dictaduras militares reinantes en casi toda la región, se com-
prometió con el fortalecimiento de iniciativas y movimientos democráticos y participativos, tanto en el
campo político como también en el socioeconómico. En 1982 llegó a la Argentina con objetivos primor-
diales e inseparables: apoyar el proceso de reapertura democrática y promover la libertad del individuo en
todos los ámbitos. Sus principales instrumentos para transmitir estos aportes se sustentan desde entonces
en tres ejes: la capacitación, el asesoramiento político y la optimización de la gestión municipal.
La FNS destaca como temas centrales la estrecha cooperación con partidos y líderes políti-
cos afines al liberalismo, con organizaciones de Derechos Humanos y con grupos civiles y entidades
públicas del área de la administración de Justicia. El objetivo principal es la promoción del Estado de
Derecho, en el que se respeten y protejan los Derechos Humanos y los derechos de las minorías. A
estas metas se suma el apoyo al concepto de los mercados abiertos, ya que se considera al desarrollo
147
económico y social como la base esencial del bienestar de las personas. Entre las prioridades se
encuentran también cuestiones de responsabilidad social, participación y transparencia. Por eso, el
federalismo, la descentralización, la sociedad civil y la política comunal participativa son también
temas fundamentales de esta fundación.
Fundación Konrad AdenauerLa Fundación Konrad Adenauer (KAS, por su sigla en alemán) fue creada en 1964. Su nombre se
lo debe a quien fue el primer Jefe de Gobierno de la República Federal de Alemania. Sus actividades
se rigen por los principios que determinaron la obra de Konrad Adenauer. En la cooperación interna-
cional sus objetivos se centran en los aportes para el mantenimiento de la paz y la libertad en todo el
mundo, para el fortalecimiento de la democracia, para la lucha contra la pobreza y para la preserva-
ción del entorno de vida natural para las futuras generaciones. La KAS trabaja en la Argentina desde
hace más de 35 años. Actualmente concentra sus esfuerzos en las siguientes áreas: desarrollo local y
regional tendiente al fortalecimiento de los municipios, capacitación y asesoramiento de dirigentes
políticos, capacitación de los partidos políticos para un mejor diseño de sus programas, proyectos de
reforma de política económica y social, fortalecimiento del Estado de Derecho así como de los medios
de comunicación y de la democracia.
Estas actividades se llevan a cabo en instituciones afines a una tradición demócrata-cristiana
como universidades, ONGs, centros de estudios, partidos políticos y medios de comunicación. En mate-
ria de libros, la KAS edita y coedita publicaciones relacionadas con los temas principales de sus pro-
gramas y proyectos. Cuenta para ello con el asesoramiento de expertos nacionales e internacionales y
el trabajo está destinado, ante todo, a actores de la política.
Al igual que las demás fundaciones, su principal instrumento y el de sus contrapartes es la activi-
dad de asesoramiento así como de formación, capacitación y difusión mediante la realización de con-
gresos, seminarios, cursos, mesas redondas y talleres destinados a actores políticos a nivel local y
regional, a funcionarios públicos, a dirigentes sindicales, a periodistas y a jueces. Actualmente la KAS
ofrece sus programas en más 100 países.
148
La Fundación Alexander von Humboldt
Como su nombre señala, la Fundación Alexander von Humboldt, honra a la mayor figura en la
historia alemana de las ciencias, quien se destacó como un naturalista que supo relacionar sus
objetos de investigación con los fenómenos sociales. Von Humboldt fue un hombre ejemplar,
tanto en el campo científico, como en su visión filosófica humanista, democrática y solidaria con
quienes buscaron su apoyo en el campo de las ciencias. De origen noble y cuna rica, Alexander
von Humboldt (1769-1859) fue generoso, hasta el agotamiento de su fortuna, en el apoyo de la
investigación propia y la de muchos otros científicos.
Así lo dispone también la Fundación que lo recuerda: formar elites de investigadores,
“mediante la concesión de becas a científicos jóvenes y altamente calificados, de nacionalidad
extranjera, sin distinción de sexo, raza, religión o ideología. La Fundación pretende que puedan
llevar a cabo un proyecto de investigación en la República Federal de Alemania y mantener las
relaciones científicas que de él se deriven”, según reza el artículo 2 de sus estatutos.
La Fundación tiene sus orígenes en 1860, en el seno de la Academia Prusiana de Ciencias en
Berlín. Organismos similares de Inglaterra, Rusia y otros países aportaron medios para perpetuar
la memoria del naturalista, fallecido un año antes. Hacia 1923, cuando la Fundación contaba
con un considerable reconocimiento, la gran inflación de la República de Weimar licuó el capital
de la Fundación, llevándola a la virtual quiebra. Sin embargo, fue refundada en 1925 con capi-
tales del Estado para un amplio apoyo a las actividades de investigación. También incluía a
investigadores extranjeros. Anteriormente, sólo había respaldado a científicos alemanes.
La Segunda Guerra Mundial y sus secuelas impidieron el funcionamiento de la Fundación, que
recién volvió a establecerse activamente en 1953, en buena medida mediante el apoyo de sus
simpatizantes en el exterior y también del Ministerio de Relaciones Exteriores de la flamante
República Federal de Alemania. Fue su primer Canciller Federal, Konrad Adenauer, quien desig-
nara como Presidente de la Fundación –ahora con su sede en Bonn– al notable físico Werner
Heisenberg, titular del Premio Nobel en Física. Su legado lo mantiene hoy el profesor y germa-
nista Wolfgang Frühwald.
Sin embargo, la red de ex becarios que logró apadrinar en los últimos 54 años es la mejor
forma de medir la trayectoria de la Fundación. Reúne así a 25.000 ex becarios e investigadores
en todo el mundo. Una parte importante obtuvo las más altas distinciones en el campo científico.
Varios han ocupado, además, altos cargos políticos y sociales en sus países.
Entre los países latinoamericanos, Argentina es el más favorecido en cuanto a la cantidad de
becarios Humboldt, que, por otra parte, se han destacado por su alto nivel científico y académi-
co. El padrón de ex becarios de nuestro país supera los 180, seguido por el de Brasil (160) y el
de Chile (121). En lo que se refiere a especialidades, la mayor parte de los becarios argentinos
representa a las Ciencias Naturales (133), seguida por las Ciencias Sociales (32).
149
Una minoría somos descendientes de alemanes, con lo cual nuestro vínculo social y cul-
tural con Alemania se hace perdurable aún por generaciones. Sin embargo, la admiración y
el reconocimiento de los humboldtianos a la obra de “nuestra” Fundación no tiene matices
diferenciales en un país de inmigración como la Argentina, que garantiza una gran variedad
y combinación de ascendencias. El Club Humboldt de Argentina aporta aquí su modesto
esfuerzo para fortalecer y ampliar la red de amigos y colaboradores de la Fundación. En
suma, sentimos como uno de los mayores orgullos poder contarnos entre los discípulos leja-
nos –en el tiempo– del gran Alexander von Humboldt.
Carlos Elbert
Delegación de la AvH liderada
por el presidente Wolfgang
Frühwald en octubre de 2005,
frente al Museo de La Plata.
(Foto: AvH).
150 151
Combatir la pobreza, las enfermedades y el hambre, fomentar la
educación y la capacitación, apoyar la democracia y la paz,
crear condiciones de igualdad de oportunidades y de derechos,
proteger el medio ambiente y sus recursos son desafíos, que la comunidad mundial sólo puede afrontar
en forma conjunta. El objetivo de la política de desarrollo del Gobierno de la República Federal de
Alemania es contribuir a esta meta mediante la promoción del desarrollo sustentable.
El programa de Cooperación para el Desarrollo con la República Argentina radica en una tradi-
ción con origen en la década de 1960. En los años ´70 Alemania y Argentina firmaron el Acuerdo
Marco sobre Cooperación Técnica. Los lineamientos de la política de cooperación son facultad del
Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ, por su sigla en alemán). Los pro-
yectos se ejecutan casi en su totalidad a través de la Agencia de Cooperación Técnica (GTZ, por su
sigla en alemán). En la Argentina la GTZ ha cooperado con organizaciones e instituciones en ámbitos
de muy variada índole.
Las mencionadas organizaciones e instituciones han desarrollado y ejecutado estrategias para
más de 50 proyectos y medidas. Concretamente en la Argentina la GTZ apoyó proyectos en el ámbito
del desarrollo local y rural, de la lucha contra la desertificación, de la gestión forestal y del apoyo a
la industria maderera. A ello se suman acciones en el área de gestión de residuos, la formación técni-
co-profesional, la eficiencia energética en las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) y la contami-
nación industrial y urbana. Un enfoque transversal de la actividad de la GTZ fue el respaldo brindado
a la implementación de las convenciones internacionales en materia de protección del medio ambiente,
ratificadas por el Gobierno argentino (desertificación, biodiversidad y cambio climático).
En todos los programas y proyectos se incentivó a la población involucrada a participar activa-
mente. Se hizo especial hincapié en el respeto por los intereses de la mujer.
La asistencia técnica otorgada en forma de subvenciones ascendió hasta el año 2006 a US$ 50
millones. Gracias al intercambio de experiencias, a los conocimientos adquiridos, al esfuerzo de sus
actores y a la eficiencia en la labor de todas las partes involucradas se han creado bases sólidas para
que la Argentina se convierta en un país donante y comparta las experiencias y capacidades adquiri-
das con terceros.
No obstante, la cooperación técnica y económica seguirá estando presente en la Argentina, ya sea por
medio de la puesta a disposición de expertos alemanes a través de los programas como, por ejemplo,
Expertos Integrados CIM, Senior Experten Service, InWEnt o por medio de apor-
tes financieros a iglesias y organizaciones no gubernamentales, que en la actualidad
reciben más de ocho millones de euros anuales en concepto de subsidios. A ello se
suman proyectos con la Comisión Europea y cooperaciones multinacionales.
Una apuesta por el desarrollo
Pag. anterior: los proyectos del BMZ y
la GTZ abarcan, entre otros, asistencia
técnica y proyectos de desarrollo local
y rural. (Fotos: gentileza GTZ).
La cooperación técnica yeconómica del BMZ y la GTZ
153
“Ahora convergelo que debe estar unido”
Enrique Candioti conoció, como pocos, uno de los capí-
tulos más difíciles de la realidad alemana. Entre 1983
y 1986 el diplomático representó a la Argentina en
Berlín Oriental. La parte Este de la ciudad alemana
era entonces la capital de la República Democrática Alemana (RDA). En el año 2001, Candioti
fue destinado nuevamente a Berlín en función de embajador. Pero en esta ocasión representaría a
su país ante el Gobierno de la República Federal de Alemania (RFA). En la noche del 9 al 10 de
noviembre 1989 la Guerra Fría había finalizado al son de los martillazos sobre un Muro tan pin-
tado como gastado. Todo acompañado con cánticos que le recordaban al mundo entero: “Somos
un sólo pueblo.” (“Wir sind ein Volk.”). Aquel día también había terminado la división alemana,
que en más de una ocasión separó también al mundo.
Enrique Candioti había vivido esa realidad de forma tangible. Cuando cumplió funciones para su país
detrás de la Cortina de Hierro, la Misión Diplomática de la República Argentina en Berlín Oriental se
encontraba a dos cuadras del Muro de Berlín, en Pankow. Los diplomáticos podían cruzar sin problemas
de un lado a otro de la ciudad cuando querían ir a un concierto o visitar un museo. El resto de las per-
sonas no podía hacerlo, a menos que fueran jubiladas o que tuvieran un permiso especial.
La división de Alemania también fue visible en la Argentina. En la década de 1950 el Gobierno
de Berlín Oriental inició el contacto con Buenos Aires para evaluar la posibilidad de una cooperación
comercial. En 1954 la RDA instaló su primera Misión Comercial Permanente. Sin embargo, apenas
ocho años después cerró sus puertas. La Argentina había decretado el cierre de sus propias represen-
taciones en los países del bloque comunista.
La primera Representación Diplomática de Alemania Oriental en la Argentina se estableció recién
en 1973 con la apertura de la Embajada en la esquina de Olazábal y Vuelta de Obligado, en el barrio
porteño de Belgrano. Un cambio de política en Bonn, cuatro años antes, marcó el camino para ello.
En 1969, de la mano del nuevo Canciller Federal Willy Brandt, la RFA inició una política de acerca-
miento al bloque soviético. La denominada Neue Ostpolitik o Nueva Política para el Este pasó a rem-
plazar a la Doctrina Hallstein, que hasta entonces exigía al gobierno de turno evitar relaciones con
todo país que reconociera a Alemania del Este como Estado independiente.
El resultado fue la firma del Tratado sobre las Bases de las Relaciones entre la
República Federal de Alemania y la República Democrática Alemana
(Grundlagenvertrag), que entró en vigencia en junio de 1973. Ambos Estados ale-
manes reconocían sus respectivas fronteras. Sin embargo, la República Federal de
La reunificación fue parael pueblo alemán una fiestapero también un desafío
Pág. anterior: alemanes del Estey el Oeste festejan después deestar separados por cuatro déca-das. (Foto: BPA)
155154
Principio y fin: el bloqueo de Berlín de1948 marcó el inicio del proceso de divi-sión que culminó felizmente en 1990.(Fotos: Gentileza Diario La Nación / BPA)
Alemania ponía de manifiesto que no renunciaría a su anhelo de reunificación y se comprometía a
buscarla sólo por la vía pacífica. Por otra parte, ambos Gobiernos anunciaron la apertura recíproca
de respectivas delegaciones oficiales en las capitales de ambos Estados.
Una de las consecuencias inmediatas de este tratado fue la postulación de ambos Estados para ingre-
sar a la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En septiembre de 1973 ambos fueron admitidos.
Por parte de la Argentina, la relación con Alemania Oriental se concentró en una limitada coope-
ración comercial y cultural. Las grúas que todavía hoy se pueden ver en la parte sur de Puerto
Madero, en la Ciudad de Buenos Aires, son un recuerdo de esta relación. En 1973 las autoridades
argentinas compraron al grupo estatal VEB Kranbau Eberswalde cerca de 40 de estos equipos. Con
una altura de hasta 38 metros y un peso de hasta 12 toneladas eran consideradas grúas rápidas. No
obstante, al privatizarse el puerto de Buenos Aires en 1994 resultaron obsoletas.
Otro recuerdo de esta relación tiene que ver con el Planetario porteño, enclavado entre los bos-
ques del barrio de Palermo. A instancias de un diputado socialista, en 1963 la Ciudad de Buenos
Aires compró los instrumentos de proyección a la reconocida empresa líder en tecnología óptica de
alta precisión Carl Zeiss, con sede, en aquellos tiempos, en Jena. Aún hoy el instrumental adquirido
proyecta en la cúpula del Planetario los astros del firmamento.
Otro acontecimiento local en el capítulo de la división alemana fue la visita de la Orquesta
Gewandhaus de Leipzig. Dirigida por Kurt Masur, los músicos llegaron a la capital argentina en 1980
para presentarse en el marco de los festejos del IV. Centenario de la Ciudad de Buenos Aires. La
orquesta presentó allí su versión integral de las nueve Sinfonías de Ludwig van Beethoven.
Pocos se imaginaron entonces que el mismo Masur se convertiría, nueve años más tarde, en otra
de las importantes figuras que apoyaron con entusiasmo el proceso de la caída del Muro de Berlín y
que pusieron todo de sí para que culminara con éxito y pacíficamente. Hoy parece obvio, pero a fines
de 1989 estas no eran metas sobreentendidas y el desplome del bloque soviético no sorprendió sola-
mente a los burócratas soviéticos.
El proceso, que se había iniciado con la apertura política impulsada por el entonces Secretario
General del Partido Comunista de la Unión Soviética, Mikhail Gorbachov, obligó a las dos Alemanias
a encontrar un camino conjunto en poco más de un año. De pronto, los habitantes a ambos lados de la
Cortina de Hierro tuvieron que aprender a convivir. La reunificación de Alemania significó la integra-
ción de un número de habitantes que superaba los 82 millones. Desde entonces su superficie abarca
357.092 kilómetros cuadrados, ligeramente superior a la superficie de la Provincia de Buenos Aires.
Hoy, al cabo de más de tres lustros, cada año se vuelve a celebrar este hecho histórico sin olvidar,
desde luego, los problemas que aún quedan por superar. El camino recorrido hasta la fecha convalida
lo que Willy Brandt, uno de los pioneros de la Unidad Alemana, manifestó con pocas palabras el 10
de noviembre de 1989 e inmortalizó así el momento histórico de la caída del Muro de Berlín: “Jetzt
wächst zusammen, was zusammengehört.” (“Ahora converge lo que debe estar unido”).
La competencia de Goethey Thomas Mann
Pág. anterior: Campino, el can-tante, se entrega al cariño de losfans locales en uno de losconciertos que consagró a losToten Hosen en la Argentina.(Foto: Slavica Ziener / JKP).
Derecha: 2003 se convirtió en unaño especial para el grupo. Ensu ya tradicional visita a laArgentina, los músicos tocaronen un Luna Park lleno y actuaronen el Quilmes Rock. (Foto: RainerPfisterer / JKP).
El grupo Die Toten Hosen logramás que los clásicos alemanes
¿Por qué la Argentina? ¿Por qué Buenos Aires? La res-
puesta a la pregunta que busca entender el fenómeno que
genera en la Argentina hoy un grupo de punk-rock ale-
mán como la banda Die Toten Hosen, resulta tan simple como obvia: ¿Por qué no? Tan carismáticos
como curiosos, el grupo integrado por el cantante Andreas Fregel (Campino), el bajista Andreas
Meurer (Andi), los guitarristas Michael Breitkopf (Breiti), Andreas von Holst (Kuddel) y el baterista
Stephen George Ritchie (Vom), no tardaron mucho tiempo en hacer las valijas cuando, allá por 1992,
recibieron la invitación de viajar a la lejana Argentina.
Pocos años después, la banda, que se originó en 1982 en la ciudad de Düsseldorf, ya era una marca
registrada entre la juventud argentina. Sin importar que las letras de sus canciones fueran cantadas en tan
extraño idioma como el alemán, hacia fines de los 90 el grupo fascinaba a seguidores de todos los estratos
sociales. La revista especializada Rolling Stone resumía la extraña atracción en dos palabras:“Es amor”.
A los conciertos en lugares como El Teatro le siguió en 2003 lo que para muchos fue uno de los
momentos culminantes en la carrera del grupo. Llenaron el Luna Park, aprobaron el primer “recital de
entre casa” e hicieron vibrar al Estadio Mundialista en el marco del Quilmes Rock de ese año. Nada
menos que el Süddeutsche Zeitung, uno de los medios más reconocidos del país, sentenció luego: “Entre
la juventud argentina son hoy más conocidos los textos de los Hosen que los de Goethe o Thomas
Mann.” No es poco para una agrupación, que en su nombre hace homenaje al equivalente alemán de la
generación sin futuro. Los Pantalones Muertos, tal la traducción literal de su nombre, son así considera-
dos como fiel reflejo de una relación bilateral que a lo largo de los años supo cómo reinventarse.
158
Los músicos alemanes realiza-ron en la Argentina todo tipo derecitales.
Encuentro de culturas: Los TotenHosen en la Plaza de Mayo.(Fotos: Thorsten Buhe / JKP)
“Fue amor a primera vista”Entrevista al guitarrista Michael Breitkopf (Breiti)
-¿Cómo se generó esa relación tan especial con la Argentina?
-Llegamos por primera vez en 1992. Vinimos por recomendación de un amigo alemán.
Cuando llegamos pensábamos que nadie nos iba a conocer. Fue todo lo contrario. Y eso que,
por entonces, ninguno de nuestros discos había sido editado en la Argentina todavía. La sor-
presa fue aún más grande cuando dimos nuestro primer concierto en una sala repleta, vibran-
te. Para nosotros fue amor a primera vista.
-¿Cómo son los fans argentinos?
-Para mí, los argentinos están entre el público más informado del mundo cuando se trata de
temas como política, cine o música. Eso se demuestra en que saben perfectamente de qué tratan
nuestras canciones o cuáles son nuestras opiniones, a pesar de que todo esté en un idioma distin-
to. Además, ser fan en la Argentina tiene una connotación diferente. Se siente desde el escena-
rio: cuando uno da todo en el escenario, se ve lo mismo entre el público. Y eso de forma mucho
más extrema que en otros países.
-En vuestro sitio web figura que en el año 2000 no se les permitió tocar en una de las salas
porque no se permitían conciertos de música punk. ¿Qué se siente actuar en un entorno, en el
que los Derechos Humanos y la democracia, en general, todavía no son moneda corriente?
-Las personas que conocimos en la Argentina nos mostraron un nivel de consciencia social y
política muy alto. En casi todos los conciertos que dimos aquí el tema de las secuelas de la
Dictadura era todavía palpable. Ser un punk durante esos años significó tener y demostrar un gran
coraje. No conocí a nadie que no se sintiera orgulloso de que el Che Guevara haya nacido en la
Argentina. Con cualquiera se puede discutir aquí sobre cómo debería ser un sistema económico y
político más justo.Tal vez por eso tuvimos tantos puntos de contacto: con nuestras canciones trata-
mos de generar conciencia contra todo tipo de racismo o xenofobia.También lo vivimos: durante la
última crisis bajamos los precios de las entradas de forma tajante. Ese tipo de gestos valen mucho.
-Ustedes también tocaron en Cuba: ¿Qué significa o representa América Latina para ustedes?
-Es imposible explicar eso en pocas palabras. Además, hay demasiadas diferencias entre cada
país como, por ejemplo, la Argentina, Brasil o México. Lo que sí puedo decir es que aquí, en la
Argentina, dimos algunos de los conciertos más memorables de nuestra carrera. Encontramos a
muchos amigos. Para nosotros siempre será algo muy especial venir a este país.
Lena Lenz
161
El día en queSan Martín llegó a Berlín
Decirle a un argentino que San Martín
fue el Libertador más grande de América
del Sur es afirmar lo obvio. Sostener que
incluso llegó a superar a su colega vene-
zolano, Simón Bolívar, no mucho menos. Y a quien lo dude se lo puede remitir a la capital alemana,
Berlín. En pleno centro de esta ciudad, en el predio del Kulturforum, delante del Instituto Ibero-
Americano y a pocos metros del prestigioso museo Neue Nationalgalerie, se yergue la estatua del
Libertador. Con sus 2,55 metros de altura la figura del General San Martín supera claramente a la de
su vecino, Simón Bolívar, emplazada a pocos metros de allí, sobre la Potsdamer Straße.
No obstante, en ambos casos se trata de una pequeña transgresión histórica, ya que ninguno de
los dos Libertadores de América superaba la altura de un metro con setenta centímetros. El origen de
este homenaje se generó a partir de una iniciativa compartida entre la comunidad alemana y el
Gobierno argentino.
El impulsor fue el Senador Eduardo Menem. En una visita a Berlín durante 1999 y al encontrar-
se ante la imponente figura de Bolívar, la que desde abril de 1990 representaba allí en soledad a los
Libertadores latinoamericanos, el hermano del ex Presidente Carlos Menem descubrió que faltaba
una estatua del Libertador General San Martín. La idea de impulsar la presencia de un monumento
en honor a San Martín en alguna de las principales ciudades del mundo no era tampoco original:
Londres, Roma y Madrid ya contaban con una versión esculpida del Libertador.
De regreso a Buenos Aires, Eduardo Menem se comunicó con la Cámara de Industria y Comercio
Argentino-Alemana y en estrecha coordinación con la Federación de Asociaciones Argentino-
Germanas (FAAG) se formó la Comisión Pro Monumento General San Martín. A través de actos y
colectas la comunidad alemana en la Argentina contribuyó a la financiación del proyecto. Asimismo,
varias empresas participaron en el mismo. Entre ellas, la empresa Wintershall apoyó con gran genero-
sidad el proyecto, al igual que la línea aérea Lufthansa. El transporte quedó a cargo de la tradicional
naviera alemana Hamburg Süd.
La estatua fue encomendada al conocido escultor Carlos María Toto, Jefe del Departamento de
Monumentos y Obras de Arte de la Ciudad de Buenos Aires. Su escultura representa al Libertador
de pie, una posición poco habitual en su estatuaria. Gracias al oportuno consejo de la Embajada de
la República Argentina en Alemania, San Martín no viajó con su sable a Berlín.
La razón: su colega Simón Bolivar perdió el suyo a manos de jóvenes vándalos
berlineses. Para evitarle una experiencia semejante, el escultor prefirió poner el
Su monumento celebra la amistadargentino-alemana, como lo hicierala fuente de la Plaza Alemania
Pág. anterior: el General José deSan Martín en Berlín. (Foto: gen-tileza Thomas Leonhardt)
162
acento en una imagen más relajada del héroe. Bajo su brazo de bronce únicamente sostiene su falu-
cho. Pero, por si acaso, también aumentó su altura unos centímetros.
La estatua del Libertador partió de Buenos Aires rumbo a su destino europeo en una fecha espe-
cial: el 3 de octubre de 2000, día en que se conmemora la Unidad Alemana. El punto de partida no
podría haber sido más propicio: la fuente emplazada en la Plaza Alemania, ubicada en Avenida del
Libertador y Cavia, en la Ciudad de Buenos Aires.
La fuente, también conocida como Riqueza Agropecuaria, fue donada por la comunidad alemana en
la Argentina con motivo del Centenario, en 1910. Según las estimaciones oficiales, en esa fecha la
Argentina ya había recibido 50.000 inmigrantes alemanes desde la firma del Tratado de 1857.
Fieles a su fama de organizadores natos, los representantes de la colectividad habían conformado
en 1909 la Comisión Alemana Pro Centenario. Su función fue reunir los fondos para la obra a través
de una gran colecta. Además, debían seleccionar a un artista que se encargara de ejecutar el proyec-
to. Para ello, la Comisión se puso en manos de la Sociedad Pro Arte Alemán en el Extranjero, con
sede en Berlín. Ciento veintidós artistas presentaron sus bosquejos. El elegido fue el escultor Gustav
Adolf Bredow, oriundo de Krefeld, entre cuyas obras figuraban trabajos para iglesias y municipios en
Wurtemberg y Hannover.
La piedra fundamental de la fuente fue colocada el 31 de mayo de 1910 en presencia del Presidente
de la Nación, José Figueroa Alcorta, el Enviado Extraordinario del Imperio, Colmar Freiherr von der
Goltz, y del Embajador en la Argentina, Hilmar Freiherr von dem Busche-Haddenhausen.
El lugar en el cual sería emplazada la fuente influyó en el diseño de la misma. Iba a estar en uno
de los lugares más relevantes de la capital argentina y a la vista permanente de muchísima gente. El
marco lo daba un parque con árboles de gran altura. Las miradas de los transeúntes que pasaran por
el lugar obligadamente se centrarían en la fuente.
Ante tal desafío Bredow parece no haber querido dejar nada librado al azar. No sólo trabajó como
escultor, sino que se encargó también de los trabajos de ingeniería y arquitectura, como lo recuerda el
trabajo La Fuente Alemana en Buenos Aires, la obra y el artista, de Wilhelm Keiper, de 1927.
El objetivo tampoco era menor: la fuente debía representar el agradecimiento de una colectividad
a la nueva patria, que la había acogido en tiempos difíciles.
Bredow ideó una fuente que estaría enmarcada por esculturas que reflejarían el intercambio de
valores entre Argentina y Alemania en ese entonces: la ganadería y la agricultura. “Las figuras del
friso hablan de las relaciones entre el progreso material y de la misión de los seres humanos, que es
la de cooperar entre pueblos para que los ideales humanitarios puedan ser llevados a cabo”, cita
Keiper a Bredow.
Cuatro años tardó el artista en terminar la obra. No sólo cuestiones políticas –como el conflic-
to entre Italia y Turquía– fueron un obstáculo. También lo fue el material escogido para las escul-
turas, el mármol pentélico, “de tinte ligeramente amarillento, que con el tiempo adquiere un matiz
cada vez más saturado y cálido que resalta la luz y la sombra”, según Keiper. El único lugar en el
cual podía conseguir este mármol eran las canteras de Pentelí, en la montaña de Pentelikon, en
Grecia. El mismo Bredow viajó a Grecia para asegurarse de la aptitud de las piezas seleccionadas.
Para poder trabajar cada grupo escultórico en un único bloque, las piedras debían tener al menos
tres metros de ancho, tres de altura y dos de profundidad.
Las piedras tuvieron que ser transportadas desde la montaña hasta el puerto de Pireo y desde allí
en vapor hasta Hamburgo. Un equipo de escultores al mando de Bredow se encargó de reproducir en
la piedra el modelo concebido por Bredow. Cuatro años más tarde, en julio de 1914, supervisó tam-
bién el embarque de la obra completa y viajó con ella para llevarla a la Argentina. Escapó así, por
muy poco, a uno de los conflictos que cambiarían el mundo. Pocas semanas después se iniciaron las
contiendas de la Primera Guerra Mundial, que finalmente también postergaron la inauguración de la
fuente alemana en Buenos Aires. El monumento quedó habilitado recién en 1923. Ironías de la histo-
ria: el único que faltó al acto fue el Intendente porteño, Carlos M. Noel. Aparentemente su ausencia
se debió a su inclinación por Francia.
La fuente, también conocida como Fuente RiquezaAgropecuaria fue donada por la comunidad alemanaen la Argentina con motivo del Centenario, en 1910.(Foto: Nico Pérez)
Hace seis años hubo ruido de cristales rotos.
Pero ninguno de los que asistió a la presenta-
ción de la primera película en competencia del
Festival de Cine de Berlín 2001 –la Berlinale–, pudo evitar escucharlo. No había elección: incluso
aquellos ojos que todavía luchaban contra las secuelas de una noche demasiado corta miraban hipnoti-
zados. El estruendo provenía de aquel vaso de vino tinto que se estrellaba en el borde de la pileta en las
primeras escenas de la película argentina La ciénaga. El ruido atravesó el silencio letárgico de la sala
de cine, como no se había sentido desde La piscina, de Jacques Deray, en 1969.
Nadie había tenido en cuenta a la Argentina como país de producción cinematográfica de categoría.Y
de repente ocurría algo así: una película de tremenda intensidad, desconcertante, extraña, llena de imágenes
que ejercían una atracción a la que era difícil escapar. Era como estar sentado allí, en medio de esa atmós-
fera de estancamiento y decadencia, de ese calor húmedo y de la lluvia, mucha lluvia, del Noroeste argenti-
no. La relación de aquel matrimonio estaba agotada, podrida. Casi tanto como lo estaría, en breve, la vaca
que, a cien metros, se moría a gritos. Sólo las plantaciones descuidadas hacían recordar que aquella tierra
alguna vez había visto tiempos mejores, dominados por una burguesía próspera.
La imagen de desolación estaba acentuada por los personajes: una mujer que bebía casi tanto
como chillaba. Un marido que había despilfarrado la fortuna familiar con su amante y una prole que
se comportaba como si ya fuera la dueña de lo que quedaba. En La ciénaga el mundo refleja un
estancamiento tan profundo, tan chejoviano, como el de la sucia y abandonada pileta. Ni la muerte, al
final de la película, le permite al espectador alguna sensación de desahogo, de catarsis, porque todo
seguirá igual que antes. No es casualidad que el nombre de la propiedad en la que transcurre la
mayor parte de la película fuera La Mandrágora. Es el nombre de la planta que ha servido de base
para preparar anestésicos.
Aunque la directora, que debutaba con esta obra, negara que La ciénaga fuera la alegoría de un
país destruido, resultaba muy difícil –en especial, desde la lejanía
de Europa– no ver ese asombroso trabajo como un espejo de una
sociedad estancada, en descomposición. Más
aún cuando en Alemania todavía se recordaba
muy bien el simbolismo y el realismo mágico
que habían caracterizado a las generaciones
anteriores de realizadores argentinos, en las
décadas de 1980 y 1990.
Pero La ciénaga abrió otro camino, por el
que transita hoy un nuevo y joven cine argen-
Un cine tan crudo como real
Pág. anterior: la Berlinale,Festival de Cine de Berlín, leotorgó al cine argentino algunosde sus máximos galardones enlos últimos años.
Derecha: el director Fernando“Pino” Solanas, celebra el pre-mio que recibió por su extensatrayectoria. (Fotos: gentilezaBerlinale)
Los realizadores argentinos vuelvena deslumbrar en Berlín
167166
Aires. Describe como, poco a poco, estos van desapareciendo en el agujero negro de la crisis económi-
ca, mientras el protagonista se enfrasca en la odisea de encontrar a su padre y, con él, su lugar en el
mundo. La película sirve también como una hermosa prueba de cuán capaces son los nuevos cineastas
argentinos para encaminarse con un ojo tan etnológico como nostálgico en el descubrimiento de histo-
rias de su propio país, que muchas veces resulta todavía un país extraño.Tal camino los lleva – y, con
ellos, al espectador– a recorrer topologías sociales e identidades culturales en descomposición, pero
también crisis existenciales tan íntimas como dignas de ser compartidas.
Por esto, no debe sorprender que los ejemplos de este nuevo cine latinoamericano cautiven a los
alemanes. Son películas como Tan de repente, con su curiosa historia de un secuestro, o Familia
rodante, de Trapero (2004), con su descripción de un país encantado, lleno de raras criaturas, al que
se le pasa revista desde las ventanas de una casa rodante destartalada. Sin olvidar, claro está, las her-
mosísimas tomas de áridos y vacíos paisajes en las que Carlos Sorín ambienta sus Historias mínimas
(2003) y El perro (2004). Sorín, nacido en 1944, no es justamente lo que se llamaría un realizador
nuevo, pero es fiel reflejo de aquellos que se decidieron por la argumentación clara, sobria, de estética
tan intransigente como documental.
Los nuevos directores argentinos cuentan historias que se apoyan en argumentos pequeños, con diá-
logos lacónicos, que brillan por su falta de exageración y que se enmarcan con la ayuda de una cámara
que cumple únicamente con su papel de testigo. Son las reducciones de películas de Extraño (2003), de
Santiago Loza, de El custodio (2005), de Rodrigo Moreno –también ésta galardonada con el Premio
Alfred Bauer– y de El otro, de Ariel Rotter, que no sólo le significó el Oso de Plata a su protagonista,
Julio Chávez, en la Berlinale 2007, sino que se llevó también el Gran Premio del Jurado.Todas describen
sin compasión la situación de hombres sin cualidades (personificados por actores tan maravillosamente
sobrios como Chávez), a los que la vida los desconcierta casi tanto como la muerte.Tanto Rubén, el cus-
todio, como Juan, el abogado, de El otro, son como figurantes de una comparsa viviendo su propia vida.
Incluso viviendo al margen del resto, se ponen en movimiento, de repente, por un error, por una decisión.
El miedo que sienten estos héroes ante cambios demasiado grandes se grafica de forma magistral al ser
mostrado con tomas largas, estáticas, íntimas y contraídas.
En la pantalla joven argentina se desarrollan historias en las que lo banal no se deja separar de lo
importante, en las que el gran drama está muchas veces entrelazado con la conmoción. Es un cine
osado, que se consagra a sus personajes con simpático radicalismo, pero sin
ningún tipo de aspiraciones psicológicas. Es un cine curioso, pero investigador,
que hurga en la rutina cotidiana. Busca encontrar aquello que pueda prevalecer
por encima del torbellino de enredos diarios. Es un cine lleno de incógnitas, de
pensamientos descontrolados, de imágenes misteriosas. Un cine que, esperemos,
seguirá enriqueciéndose también en el futuro.
Birgit Glombitza
Página anterior
Arriba: La Ciénaga inició el renaci-miento del cine argentino ante laaudiencia alemana actual.
Centro: el cartel de la película que aca-paró el interés de la crítica internacio-nal en la edición de la Berlinale 2005.
Abajo: el actor Daniel Hendler en un diá-logo particular en Berlín, tras lograr elOso de Plata como mejor actor por sulabor en El abrazo partido.
(Fotos: gentileza Berlinale)
tino que no quiere tener más nada que ver con los fantasmas del pasado o
con la magia surrealista de los viejos precursores cinematográficos. Es un
cine que se quiere liberar de todo lo superfluo, de “los sustantivos, de los
adjetivos, de overacting (interpretaciones sobreactuadas), de plots (argu-
mentos) sobrecargados y de falsedades, porque hemos llegado al punto
cero”, tal como escribió el crítico Diego Lerer. Desde La ciénaga –que, como
muchas películas argentinas posteriores, logró hacerse de un premio en
Berlín (el premio Alfred Bauer)–, los festivales internacionales tomaron nota
del fenómeno. Cada cinemateca de cierto nivel sintió que debía presentar
muestras de este cine latinoamericano. Mundo Grúa, de Pablo Trapero
(1999), El bonaerense, de Adrián Caetano (2002) y La libertad, de
Lisandro Alonso (2001) se transformaron en favoritas, tanto de los periodis-
tas especializados como de las pequeñas comunidades de cinéfilos.
El nuevo cine argentino, que presentó en las salas alemanas entre 2003 y
2004 alrededor de siete u ocho películas, ofrece una mirada de la Argentina
tan nueva como fresca. Se muestra como un ámbito de vibrantes perfiles y rea-
lidades, con historias que todavía esperan ser elaboradas, con una crisis econó-
mica que todavía marca el presente y que no por nada fue recibida por los
jóvenes realizadores como una oportunidad para liberarse del lastre del pasa-
do. En trabajos como: Tan de repente (2002), que significó el debut de Diego
Lerman, o Un día de suerte (2001), de Sandra Gugliotta, con sus mundos
paralelos, el espectador puede sentir casi en carne propia la liberación que
parece haber significado el estallido de una tensión social contenida por dema-
siado tiempo. En Un día de suerte, la protagonista, la apolítica Elsa, se
encuentra de pronto en el caos de una protesta callejera de una clase media
desencantada, enojada y sin rumbo. Refleja así a toda una generación que
todavía tiene que inventar su propio sueño. No por nada, al final Elsa termina
en Italia, el país de sus antepasados, dándole otra vuelta de tuerca a la saga
familiar, en dirección contraria a la emigración de los abuelos.
Sólo por hoy (2002), el primer film de Ariel Rotter, hace que sus héroes
–actores sin éxito, mensajeros motorizados y románticos insalvables– vivan el
día a día también sin ningún tipo de ambición política. Resalta, al contrario,
que estos buscan la maduración como personas y que tratan de acortar la
distancia, que con el tiempo va aumentando, entre su ideal y lo que les per-
mite hacer el mercado del trabajo.
Como una perla particular de la nueva producción argentina se desta-
ca El abrazo partido (2004). El film de Daniel Burman obtuvo el Oso de
Plata en la Berlinale 2005. Cuenta la historia de los propietarios de quios-
cos y pequeños negocios en un barrio judío de la gran ciudad de Buenos
169168
Lo mejor todavía está por llegar
Desde Nadja Tiller a Florian Henckel von Donnersmarck: el cine alemán siguecautivando a la imaginación argentina
Los registros dicen que el cine alemán nunca fue de alcance masivo en nuestro país. Pero también
es cierto que nunca estuvo del todo ausente, a pesar de sus éxitos esporádicos, sus eclipses y resurrec-
ciones. Por supuesto, los cinéfilos más fervorosos conocen bien la historia, saben de la trascendencia
del expresionismo y del aporte decisivo del movimiento que tuvo su origen en el Manifiesto de
Oberhausen y siguen atentos el proceso renovador que ha llevado a la producción alemana a destacar-
se en Europa como la de mayor vitalidad y dinamismo. En ese circuito más o menos limitado,
Friedrich Wilhelm Murnau, Fritz Lang, Emil Jannings o la película El Gabinete del Dr. Caligari, de
Robert Wiene, son nombres tan familiares como Wim Wenders o Hanna Schygulla y hasta empiezan a
hacerse conocidos los más recientes, como Fatih Akin y Daniel Brühl.
Pero hablamos de un auditorio más vasto, el que aprecia la diversidad y busca en el cine algo dis-
tinto de las fórmulas probadas y el puro impacto que conforman el régimen de entretenimiento diario
impuesto por el mercado. Ese público, el que aplaudió el ingenio sardónico y agridulce de Good Bye,
Lenin!, el que algún tiempo antes había celebrado la ironía de Doris Dörrie (Hombres, hombres), y el
que bastante más cerca en el tiempo se conmovió con la resistencia heroica de Sophie Scholl y se
estremeció con la crudeza de Contra la pared, empieza a descubrir ahora que algún fenómeno alenta-
dor está sucediendo en el cine germano.
Entre esos cineastas jóvenes y los consagrados que, como Volker Schlöndorff (El noveno día), con-
servan intacta su energía creativa, están haciendo un cine que apunta al drama humano por caminos
variados, que aprovecha la lección de Rainer Werner Fassbinder y sabe afrontar con valentía la revi-
sión del capítulo más negro de su historia, libre ya de los estereotipos en los que había quedado atra-
pado.Tan libre como para haberse atrevido a explorar el lado humano de Hitler en La caída, precisa-
mente uno de los films que confirmó el interés de nuestro público por este renovado cine alemán.
Tras la reunificación, cuya consecuencia fue una fértil y enriquecedora mixtura, y una vez superada
la larga interrupción durante la década del 90, cuando la ausencia fue casi total quizá por obra de
una influencia de Hollywood, que se percibió incluso en eficaces productos de exportación (Corre,
Lola, corre), el actual es un momento promisorio para el cine alemán en la Argentina. Lo sustentan
obras que buscan robustecer una cultura fílmica de rasgos nacionales, como corresponde a una tradi-
ción cinematográfica identificada con la obra de grandes artistas más que con los éxitos populares.
Aunque también los hubo, como lo sabrán quienes recuerden, por ejemplo, los llorosos melodramas
de Maria Schell (Mientras estés conmigo), el dulzón romanticismo de En una pequeña carpa, un gran
amor o el retrato crítico del “milagro” contenido en Rosemarie entre los hombres, el film que lanzó a
la fama a Nadja Tiller, la primera femme fatale alemana de posguerra.
Por cierto, hubo que esperar bastante para este renacimiento de hoy. La muerte de Fassbinder en
1982 coincidió con el comienzo de la declinación de los grandes autores que habían alcanzado su
cumbre artística en los setenta. Con Wim Wenders (París, Texas), Volker Schlöndorff (El tambor de
hojalata), Werner Herzog (El enigma de Kaspar Hauser) y el propio Fassbinder (Desesperación, Lili
Marleen), por sólo nombrar a los más acreditados, el cine germano había ganado un público extenso y
en buena medida juvenil, que reconocía voces personales, audacia creativa y, en el caso de Fassbinder,
la voluntad de formular una suerte de crónica integral de su país.
“El nazismo ha infectado nuestro pensamiento y contaminado el aire que respiramos, las palabras
que pronunciamos y escribimos”, había escrito Heinrich Böll; Fassbinder quiso reaccionar contra ese
maleficio y por eso intentó, como algunos de los colegas de su generación, trazar un mapa de la reali-
dad histórica, política, social y cultural del país e invitar a reflexionar sobre la identidad alemana.
Los cineastas responsables del florecimiento de hoy también lo hacen, aunque no haya un programa
común que los anime. En general, prefieren hacer films pequeños, de presupuestos no demasiado ele-
vados (La caída o En un lugar de África son excepciones) y llegar al público hablándole de su expe-
riencia y de su realidad en un lenguaje accesible y con la vista puesta, sobre todo, en lo humano.
Como lo hace La vida de los otros, de Florian Henckel von Donnersmarck, la última joya de la colec-
ción, que también se ha convertido en éxito. Como para pensar que lo mejor todavía está por llegar.
Fernando López
Posters de las películas alemanasque ultimamente impactaron enla Argentina.
171170
¿Qué es Alemania y lo alemán para nosotros, los argenti-
nos que no tenemos ascendencia germánica? Distintas cosas, incluso contradictorias, pero en primer
lugar está la idea de que si es alemán no puede fallar.
Cantan los hinchas del fútbol argentino, en cada uno de los temibles clásicos entre los dos
seleccionados: “El que no salta es un alemán”. Lo dicen para darse ánimo, porque saben que cuan-
do la habilidad o el azar dejen a un delantero rival en posición de gol frente a nuestro arco, el gol
será marcado, sin dudarlo, debido al principio de infalibilidad que caracteriza, según la impresión
predominante en esta tierra de trigo y pampa, a los alemanes, a cada uno de ellos en particular y a
todos como nación en su conjunto.
Cantamos “El que no salta es un alemán” por no cantar lo que nos hace temer lo peor desde el
fondo del alma: “El que no falla es un alemán”, porque para la mayoría de nosotros en el fútbol, como
en la vida, la efectividad alemana es un principio demostrado, incluso si a veces juegan un partido opaco.
Hace poco recibí un mensaje del Correo Argentino: me adjuntaban, en un sobre sellado, una carta
dirigida a mí que había sido abierta por alguien. No era una carta importante: un colaborador ocasio-
nal me mandaba la fotocopia de un poema que otro diario, que no es el diario en el que yo trabajo,
probablemente por error, le había publicado. Me la mandaba como una forma sutil de presionarme,
como diciendo: “¿Qué espera usted para hacer otro tanto?”, pero una mano desconocida había rasga-
do el sobre en el camino y la empresa estatal Correo Argentino se había enterado. Me remitían una
nota de disculpas, inusualmente extensa y personalizada, en la que aseguraban que si bien se trataba
de un hecho infrecuente la compañía se comprometía a poner lo mejor de sí para evitar que volviera a
darse una situación semejante. Cuando les mostré la carta a mis amigos quedaron asombrados.
“Parece que estuviéramos en Alemania”, dijo uno. Y todos asentimos, sin pensarlo.
Pero eso es exactamente lo que pensamos: si es alemán, no falla. Si el servicio es prestado por
un alemán, los términos serán claros y explícitos, cumplirán lo que ofrecen, sin excederse pero sin
quedarse tampoco por debajo. Y si el servicio no es prestado por un alemán, pero resulta, a pesar
de todo, un servicio excelente, lo mejor que se nos ocurre decir es que fue como si un alemán nos lo
hubiese prestado.
Puede haber algo de mito en esa idea. No importa eso: no me interesa su rango de verdad, sino
determinar qué es lo alemán para nosotros, los argentinos medios. Por otra parte, está lejos de ser
una idea falsa. Enviado como corresponsal al mundial del 2006, fui un usuario intensivo de la
Deutsche Bahn (DB), la compañía alemana de trenes. Cuando por algún misterio, una mano negra del
diablo, el tren, que en lugar de arribar a la ciudad de Nuremberg, pongamos por caso, a las 12.37,
arribaba a las 12.38, surgía por los parlantes, en cada uno de los vagones, una voz consternada. Era
la voz de la DB deshaciéndose en excusas interminables, repudiando la demora involuntaria y ponien-
El que no falla es un alemán
La imagen de una relación que cumple150 años en los ojos de un niño delHogar de Niños María Luisa.
Sobre etiquetas e intuiciones
173172
do, desde ya, todo el arsenal de recursos de la empresa para auxiliar a los pasajeros que por una
razón u otra hubieran podido perjudicarse por causa de aquel minuto de retraso.
En los increíbles vagones de primera clase de los trenes alemanes hay folletos que anuncian mili-
métricamente la llegada a los destinos intermedios. Si dice “17.52, Fürth”, a las 17.52 estaremos en
Fürth. Por cierto, hay también baños limpios, butacas reclinables y enchufes para la computadora per-
sonal. Y hay también, por supuesto, inspectores corteses pero muy profesionales. La posibilidad de via-
jar colado es una en doscientos cincuenta millones, aproximadamente.
Otro tópico positivo en la visión, sobre todo, porteña de la patria de Goethe es que estamos segu-
ros de que los alemanes son frontales. Pensamos que no engañan, que por muy terrible que sea lo que
se disponen a decirnos o a hacernos lo harán de frente, sin disimulos o ambages, cosas que -siempre
según los lugares comunes imperantes- podríamos esperar de un francés, de un portugués, hasta de un
italiano que nos haya caído, en principio, simpático.
Viajando uno ve que también esta figura de la transparencia y la honestidad tiene sustancias rea-
les. En las granjas del sur alemán hay carteles que invitan a los interesados en comprar flores, frutas
y huevos a pasar y servirse cuantos quieran, dejando luego el importe correspondiente en unas alcan-
cías que se han colocado allí al efecto. Lo mismo pasa en muchas iglesias y museos con los catálogos,
postales, libros, discos y objetos a la venta. No hay vendedor, pero si el libro elegido cuesta diez euros
a nadie se le ocurre que el que lo elige deje en la alcancía un centavo menos que diez euros.
Eso sí: cuando dicen que no, es no. El grado de adaptación a las excepciones es parecido a cero.
Insistir para que el empleado, el funcionario, el portero o el acomodador del teatro hagan una excep-
ción en nuestro caso, aún detallándoles razones atendibles para que dejen de aferrarse por una vez a
la regla pelada, es la mejor manera de convertir la amabilidad con que hasta ese fatal momento
hemos sido tratados en sequedad un tanto áspera y cortante.
Esta característica, más que el fantasma de una guerra ya lejana, da pie para que se diga, para
que los argentinos digamos, como si fuera una verdad revelada, que los alemanes son nuestra contra-
cara, que es verdad que aquí no respetamos mucho las leyes y las normas, lo que puede ser condena-
ble, pero que a cambio de eso somos más elásticos y creativos, que sabemos improvisar y que contem-
plamos cada caso según sus condiciones particulares. Esta opinión puede ser justa... sólo de a ratos,
puesto que en contra de la supuesta falta de creatividad y de inventiva alemana hay demasiados ejem-
plos capaces de dejarnos mal parados.
De la rigidez que señalamos surge otra crítica, además de la asociación de lo alemán con la disci-
plina de los militares y con los nazis.Tiene que ver con la presunta carencia en materia de humor y de
ternura. Este tipo de percepciones generales se reflejaban a la perfección en la sátira contra los chis-
tes demasiado blancos de Fritz y Franz que hacían los actores Iván Grey y Atilio Pozzobón en
Telecómicos, clásico de la televisión argentina de los años 60. Para probar la dureza en el trato con
los niños, se mencionan los cuentos alemanes clásicos. Por ejemplo, los de Der Struwwelpeter, de
Heinrich Hoffmann, en los que una niñita queda reducida a cenizas por jugar con fósforos, un duende
le corta los dedos a un pequeñín por chuparse el dedo y otro chico adelgaza hasta morir como castigo
por no tomar la sopa.
En estas etiquetas argentinas sobre el carácter alemán, ¿no hay, sin embargo, algo contradicto-
rio? Por un lado, se insinúa que les hacen gracia chistes demasiado infantiles. Por el otro, que asustan
a los chicos con moralejas crueles para imponerles lecciones sobrehumanas. Estas pifias las comete-
mos por estar demasiado lejos de Alemania. Sabemos cómo se divierte la gente en París y en Nueva
York. De las romerías madrileñas, el Trastevere y las góndolas de los canales venecianos no ignoramos
nada. Pero ¿quién que no haya estado allí o no venga de una familia de inmigrantes alemanes puede
decir lo que es la fiesta de una mañana soleada de julio en el Viktualienmarkt de Munich? ¿Quién
nos habla de los bares de Leipzig? ¿Quién nos lleva por los senderos infinitos del berlinés Tiergarten?
Aunque estuvimos siempre cerca, de algún modo, hay todavía una gran distancia por acortar y se
abren tiempos propicios para hacerlo. Mientras tanto, nos seguimos manejando con intuiciones, a
veces ciertas, a veces erróneas, y muchas veces... exageradas.
Después de todo, nadie mejor que un alemán para aplicar el bisturí sobre la propia esencia, nadie
más riguroso, más lúcido y más fértil en opiniones originales e inesperadas. Escuchemos al gran histo-
riador judeo-alemán Erich von Kahler (1885-1970): “Los alemanes son uno de los pueblos más
importantes de la historia humana, un pueblo sin cuyas contribuciones sería inconcebible el desenvol-
vimiento del hombre occidental, y sus contribuciones son resultado directo de su tendencia a pasar por
encima de las limitaciones humanas. Los alemanes son dados a extremos, tanto para el bien como
para el mal. Son capaces de totales sacrificios por causas u objetos, porque no tienen un soporte en sí
mismos. Es el objetivo externo -ideal o material- el que los sostiene y les da seguridad. En su desdén
por la realidad han sido engañados una y otra vez, no por los hombres, sino por las circunstancias”.
En sus filósofos, en sus intelectuales y artistas, quienes no tenemos ascendencia alemana encon-
tramos otra razón, tal vez la principal, para seguir creyendo que jamás fallan.
Hugo Caligaris
175174
Agradecimientos
Si usted, querida lectora, querido lector, nos acompañó hasta aquí en nuestro recorrido a lo largo
de 150 años de relaciones germano-argentinas, entonces no dudará de que estas relaciones tanto en
Argentina como en Alemania contaron y cuentan con muchos patrocinadores, promotores y amigos, al
igual que la presente publicación, que sólo pudo materializarse gracias al apoyo, a la colaboración,
incluso sólo debido al entusiasmo de numerosos alemanes, numerosos argentinos y numerosas perso-
nas que viven en una transición continua entre ambas formas de existencia.
El presente libro, que en realidad sólo pretendía ser una instantánea de un momento determinado
de nuestras relaciones bilaterales, se convirtió en un testimonio de nuestras estrechas y amistosas
relaciones. Debo confesar que cuando surgió la idea a mediados del 2006 sólo pensé en el desafío que
representaría. Jamás me imaginé que este trabajo pudiera ser tan grato para todos los que han inter-
venido en este proyecto.
Quisiera agradecer cordialmente a todos los que colaboraron para llegar a este resultado. En pri-
mer lugar, agradezco a Flavio Cannilla, quien ha sido el responsable del desarrollo conceptual y de
contenido. A partir de los meros hechos de la Historia buscó y encontró las historias que, en mi
modesta opinión, hacen digno de lectura al presente libro.
La acertada línea de diseño estuvo a cargo del diseñador Fabio Massolo, quien contó con la cola-
boración del equipo del Estudio de Jasmine Rossi.
Un reconocimiento especial le corresponde a Natascha Senftleben, quien con su brío inagotable se
convirtió dentro de la Embajada en el alma de este libro. Su fervor y su talento organizador fueron el
constante motor impulsor para que el proyecto se perfeccionara de esta forma.
También deseo expresar mi gratitud a Thomas Leonhardt, quien con su disposición a un generoso
aporte financiero inicial me alentó a llevar adelante el proyecto de publicación de un libro. Asimismo,
manifiesto mi cálido agradecimiento a las empresas e instituciones que nos apoyaron tanto en
Alemania como en Argentina. (Algunas de las empresas se presentan al final del presente libro.)
No quisiera dejar de mencionar la bondadosa colaboración del Diario LA NACIÓN, que gracias a
la labor de Hugo Caligaris y Ana D'Onofrio en todo momento brindó su apoyo profesional a nuestro
equipo de redacción.
Agradezco a Liliana Löwenstein y a Laura Veleda por su contribución al acabado final del
presente libro.
También participaron con energía y entusiasmo en la Embajada:
Baerbel Andreae, Ina Bretz, Johannes Damian, Shiva Hamid, Mareike Hoffmann, Anette Koch,
Lena Lenz, Christopher Raabe, Johanna Rudbach y Alexander Schwarz
Dr. Rolf Schumacher
Buenos Aires, octubre de 2007
Dank
Wenn Sie, liebe Leserin, lieber Leser, uns auf unserem Gang durch 150 Jahre deutsch-argentini-
sche Beziehungen bis hierher begleitet haben, dann ist Ihnen klar, dass diese Beziehungen in
Argentinien und Deutschland viele Unterstützer, Förderer und Freunde hatten und haben, ebenso wie
diese Veröffentlichung nur dank der Unterstützung, der Mitarbeit, ja sogar nur aufgrund des
Enthusiasmus vieler Deutscher, vieler Argentinier und vieler, die in einem fließenden Übergang zwi-
schen beiden Daseinsformen leben, zustande kommen konnte.
Dieses Buch, das eigentlich nur eine Momentaufnahme zu einem bestimmten Zeitpunkt unserer
bilateralen Beziehungen sein sollte, ist somit selbst zu einem Zeugnis unserer engen und freundschaft-
lichen Beziehungen geworden. Als Mitte 2006 die Idee dazu entstand, habe ich offen gestanden nur
an die Herausforderung gedacht, die dies darstellen würde. Dass die Arbeit daran allen Beteiligten so
viel Spaß machen würde – auf diese Idee bin ich gar nicht gekommen.
Allen, die an dem Ergebnis beteiligt waren, möchte ich herzlich danken. In erster Linie Flavio
Cannilla, der als konzeptioneller und inhaltlicher Gestalter die Hauptlast getragen hat. Er hat hinter
den trockenen Fakten der Geschichte die Geschichten gesucht und gefunden, die dieses Buch – nach
meiner bescheidenen Auffassung - so lesenswert machen.
Für die richtige Linie im Design sorgte der Designer Fabio Massolo, dem das Team des Studios
von Jasmine Rossi zur Seite stand.
Ein besonderes Dankeschön gebührt Natascha Senftleben, die sich innerhalb der Botschaft mit
ihrem unermüdlichen Schub zur Seele dieses Buches entwickelt hat. Ihre Begeisterung und ihr
Organisationstalent wirkten immer wieder als treibender Motor, um das Projekt in dieser Form zur
Vollendung zu bringen.
Ich möchte Thomas Leonhardt danken, der mir durch seine Bereitschaft zu einer großzügigen
Anschubfinanzierung Mut gemacht hat, das Projekt ‚Buchveröffentlichung’ anzugehen. Allen Firmen
und Institutionen in Deutschland und Argentinien, die uns unterstützt haben, meinen herzlichen Dank.
(Einige der Unternehmen stellen sich am Schluß des Buches vor.)
Nicht unerwähnt lassen möchte ich die großzügige Unterstützung der Zeitung LA NACION, die
unserem Redaktionsteam dank der Arbeit von Hugo Caligaris und Ana D´Onofrio jederzeit professio-
nell zur Seite gestanden hat.
Ich danke Liliana Löwenstein und Laura Veleda, die geholfen haben, dem Buch den letzten
Feinschliff zu geben. Außerdem waren in der Botschaft mit Schwung und Begeisterung beteiligt:
Baerbel Andreae, Ina Bretz, Johannes Damian, Shiva Hamid, Mareike Hoffmann, Anette Koch,
Lena Lenz, Christopher Raabe, Johanna Rudbach und Alexander Schwarz.
Dr. Rolf Schumacher
Buenos Aires, im Oktober 2007
176
AnexoCronología
Lista de asociaciones
Registro de nombres
Sponsors
Bibliografía
Créditos / Impressum
178
1810 Revolución de Mayo1816 Declaración de la Independencia.
1852 Batalla de Caseros. Buenos Aires mantiene su separación de la Confederación Argentina.1853 Sanción de la Constitución Nacional de la Confederación Argentina. Buenos Aires no adhiere.
1857 Se firma el Tratado de Amistad, Comercio y Navegación.Inauguración de la primera línea de ferrocarril.
1860 Auge de la inmigración alemana a la Argentina.1861 Carl Hermann Burmeister llega a la Argentina.1862 Bartolomé Mitre asume la presidencia argentina. Final del conflicto entre Buenos Aires y las provincias.
1867 Se funda el Hospital Alemán1868 Domingo F. Sarmiento asume la presidencia argentina.
1871 Se conforma el Imperio alemán.1872 La naviera Hamburg Süd inaugura su primer servicio Hamburgo-Buenos Aires.
1878 Tras la Campaña del Desierto, el gobierno argentino asume el dominio territorial de la Pampa y la Patagonia.1880 Julio A. Roca asume la presidencia argentina. Desarrollo de la “Generación del 80”, representantes del
liberalismo, nucleados en el Partido Autonomista Nacional (PAN).1881 La Asociación Socialista Vorwärts inicia sus actividades.
1886 Finaliza la primera presidencia de Julio A. Roca.
1898 Julio A. Roca asume su segundo mandato.1900 El bandoneón llega a la Argentina de la mano de marineros alemanes.
1904 Manuel Quintana asume la presidencia argentina.
1901 Decreto para la fundación de Comodoro Rivadavia por iniciativa de Juan Plate.
1910 Roque Sáenz Peña asume la presidencia argentina.1912 La Ley Sáenz Peña establece el sufragio universal, secreto y obligatorio.1913 El subterráneo de Buenos Aires se convierte en el primero de América Latina.
1914 Se inicia la Primera Guerra Mundial: la Argentina se mantiene neutral.
1916 Hipólito Yrigoyen asume la presidencia después de las primeras elecciones bajo la Ley Sáenz Peña.1916 La Cámara de Industria y Comercio Argentino-Alemana inicia sus actividades.1917 El incidente Luxburg empeora las relaciones bilaterales.1918 Fin de la Primera Guerra Mundial1919 República de Weimar, Friedrich Ebert asume como primer presidente alemán.1920 Las escuelas alemanas se establecen como centros de formación germanos-argentinos.1922 El intelectual argentino-germano Félix Weil impulsa la fundación de la Escuela de Frankfurt
1929 Crisis económica mundial a raíz del desplome de la bolsa de Nueva YorkCarlos Gardel actúa en el Teatro Ópera de París.
1930 El Instituto Ibero-Americano se crea en Berlín.Golpe de Estado contra el segundo gobierno de Hipólito Yrigoyen. El General José E. Uriburu asume al frentedel gobierno de facto.Comienza la “Década Infame” y se extiende hasta 1943, caracterizada por el fraude electoral.
1933 Adolf Hitler asume como Canciller alemán.La lucha entre los diarios Argentinisches Tageblatt y Deutsche La Plata Zeitung refleja la división en la comunidad alemana al subir al poder los nacionalsocialistas.
1934 El dirigible Graf Zeppelin llega a Buenos Aires.
1936 Siemens construye el Obelisco.1938 La Noche de los Cristales: los nacionalsocialistas atacan a sinagogas e instituciones judías en toda Alemania.
1850
CronologíaLa tabla cronológica debe entenderse sólo como un instrumento orientativo. No pretende ser una lista de hechos históricos completa.
179
1939 Se inicia la Segunda Guerra Mundial: bajo el Gobierno de Roberto M. Ortiz, la Argentina se mantiene neutral.
1939 El acorazado Graf Spee se hunde en el Río de la Plata.
1943 Golpe de Estado contra el Presidente Ramón S. Castillo. El General Arturo Rawson asume el poder al frente del gobierno de facto.
1944 Pedro P. Ramírez sucede a Rawson al frente del gobierno de facto.La Argentina rompe relaciones con Alemania y Japón en respuesta a presiones internacionales.
La Argentina le declara la guerra a Alemania y a Japón.Fin de la Segunda Guerra MundialAlemania queda dividida tras la Conferencia de Potsdam.
1946 Juan D. Perón asume la presidencia argentina.
1952 Alemania y Argentina reinician las relaciones diplomáticas.1954 El diseñador y artista Tomás Maldonado se incorpora como docente a la Hochschule für
Gestaltung de Ulm, en Alemania.Golpe de Estado contra Juan D. Perón. Eduardo Lonardi asume la presidencia argentina.
1957 El músico y compositor Mauricio Kagel se radica en Alemania.1958 Arturo Frondizi asume la presidencia argentina.
1960 El Presidente Arturo Frondizi visita Alemania como primer mandatario argentino1961 Se construye el Muro de Berlín.
Adolf Eichmann es capturado en la Argentina.1962 Golpe de Estado: José María Guido asume al frente del gobierno de facto.
1967 Fundación del Goethe-Institut Buenos AiresFleckvieh, la raza vacuna alemana, llega a la Argentina.
1973 Héctor J. Cámpora gana las elecciones en nombre del Justicialismo: Juan D. Perón asume la presidencia argentina.
1974 María Estela Martínez de Perón asume la presidencia argentina tras la muerte de Juan D. Perón.1976 Golpe de Estado: el General Jorge R. Videla asume al frente del gobierno de facto.
1978 Campeonato Mundial de Fútbol, Argentina se consagra campeón.
1982 Guerra por las Islas Malvinas1983 Retorno a la democracia. Raúl Alfonsín asume la presidencia argentina.1984 La nueva Embajada Alemana abre sus puertas.
El Secretario General del Partido Comunista de la U.R.S.S., Mikhail Gorbachov, inicia la Glasnost (Política de Apertura)
1989 Cae el Muro de Berlín1989 Carlos Menem asume la presidencia argentina.1990 Reunificación de Alemania
1999 Fernando De la Rúa asume la presidencia argentina.
2001 Crisis económica y política. Fernando De la Rúa renuncia en diciembre.
2002 Eduardo Duhalde asume la presidencia argentina tras la sucesión de varios presidentes temporarios.El jefe de gobierno alemán Gerhard Schröder visita la Argentina.
2003 Néstor Kirchner asume la presidencia argentina.Los Toten Hosen llenan el Luna Park
2005 El presidente Néstor Kirchner visita Alemania.La película El abrazo partido del director Daniel Burman gana el Oso de Plata en el Festival de Cine de Berlin.
2007 150 años de relaciones bilaterales entre Alemania y Argentina.
1860
1870
1880
1890
1900
1910
1920
1930
1940
1950
1960
1970
1980
1990
2000
180
Lista de Asociaciones Argentino-AlemanasSelección de instituciones y organismos de acción comunitaria, social y empresarial germano-argentinas elaborada en coordinación con la FAAG.
Tema
Escuelas
Deportes
Iglesias
Colectividades
Vida Social
Costumbres
Beneficencia
Economía
Nombre
Comunidad de Trabajo de Asociaciones Escolares Argentino-
Alemanas/Arbeitsgemeinschaft Deutscher Schulen in Argentinien (AGDS)
Agrupación Deportiva Argentino-Germana / Deutsch-Argentinischer
Turn- und Sportverband
Comunidad Católicos de Habla Alemana St. Bonifatius / Gemeinschaft
Deutsch Sprechender Katholiken St. Bonifatius (DT.-Spr. Kath.)
Iglesia Evangélica del Río de La Plata / Evangelische Kirchen am La
Plata (E.K.L.P)
Asociación Argentina de
Descendientes de Alemanes del Volga /
Kulturverband der Wolgadeutschen Buenos Aires
Asociación Suabos del Danubio / Donauschwaben-Verein
Asociación de Sudete-Alemanes en la Argentina /
Sudetendeutsche Landsmannschaft in Argentinien
Club Alemán en Buenos Aires / Deutscher Klub in Buenos Aires
Sociedad de Bávaros / Bayern-Verein
Fundación y Hogar Rodolfo Funke / Stiftung Funke-Heim
Sociedad Alemana de Beneficencia /
Deutsche Wohltätigkeitsgesellschaft (DWG)
Asociación Filantrópica Israelita
Cámara de Industria y Comercio Argentino-Alemana /
Deutsch-Argentinische Industrie- und Handelskammer
Centro de Ingenieros Alemanes en Argentina / Verein Deutscher
Ingenieure in Argentinien (VDI-A)
Calle
Reclus 2250
Calle 9 de julio 6200
Cuba 2981
Sucre 2855, piso 3
Pujol 662, dpto. 2
La Paz 650
Warnes 95
Av. Corrientes 327, piso 21
Entre Rios 2294
Maipu 671, of. 42
Colombia 1340
Vidal 2957
Av. Corrientes 327, piso 23
Balcarce 226, piso 3
181
Código postal
B7500XAF
B1653IHD
C1429AXC
C1428DY
C1405ALD
1653
B1602CBA
C1043AAD
B1636GBX
C1006ACG
B1618EMJ
C1429AHA
C1043AAD
C1064AAF
Lugar
Boulogne / Prov. de Buenos Aires
Va. Ballester / Prov. de Buenos Aires
Ciudad de Buenos Aires
Ciudad de Buenos Aires
Ciudad de Buenos Aires
Va. Ballester / Prov. de Buenos Aires
Florida / Prov. de Buenos Aires
Ciudad de Buenos Aires
Olivos / Prov. de Buenos Aires
Ciudad de Buenos Aires
El Talar / Prov. de Buenos Aires
Ciudad de Buenos Aires
Ciudad de Buenos Aires
Ciudad de Buenos Aires
Teléfono
011 4513 7131
011 4764 4830
011 4703 3021
011 4787 0436
011 4431 9715
011 4760 9900
011 4797 9484
011 4311 0716
011 4797 9043
011 4322 8613
011 4736 1876
011 4545 1955
011 5219-4000
011 4343 8234
isakessler@ yahoo.com.ar
182
Cultura
Hogares
Misiones
Córdoba
Entre Rios
San Juan
Chaco
Santa Fé
Mendoza
Federación de Asociaciones Corales Alemanas del Río de la Plata /
Deutscher Sängerbund am La Plata (DSB)
Institución Cultural Argentino-Germana
Hogar Los Pinos,Talar de Pacheco
Hogar Hirsch
Fundación Villa Champaquí
Hogar Alberto Magnus
Obra Social Argentino-Germana en Misiones - OSAGEM /
Argentinisches-Germanisches Sozialwerk in Misiones
Sociedad Cultural Alemana
Centro Cultural Germano-Argentino - Leandro N. Alem
Colectividad Alemana Puerto Rico
Círculo Alemán de Córdoba
Fundación ICALA / Intercambio Cultural Alemán - Latinoamericano
Alemanes del Volga - Filial Gualeguaychú
Asociación Sanjuanina de Intercambio Cultural Argentino-Alemana
Asociación Germano-Argentina
Asociación Alemanes del Volga de Castelli
Instituto Cultural Argentino-Germano - Santa Fe /
Deutsch-Argentinisches Kulturelles Institut (DAKI)
Asociación Alemana – Esperanza / Deutscher Verein – Esperanza
Club Alemán de Mendoza /
Deutscher Verein Mendoza
Ituzaingó 2055
M.T. de Alvear 2051
Colombia 1340
Gaspar Campos 2975
Jorge Newbery 311
Ruta 5/ Manuel Baguaga 202
Av. Libertad 155
Corrientes 2540
H.M. de Grubert 277
Av. 9 de Julio 2946
Av.Recta Martinolli esq.Juan Nepper 6150
Fatheringham 463
Ituzaingó 1259
Santa Fe 136 Este
25 de Mayo 1134
Av. Perón 865
Juan de Garay 2957
Güemes 1466
Gutiérrez 2588
183
B1653CTC
C1122AAE
B1618EMJ
B1663FDC
5194
5194
3360
N3300NLN
3315
N3334AQU
5147
X5800DGI
E2820AWM
S5402AAD
H3724ABD
H3705XBG
S3000CRK
S3080FGX
5519
Va. Ballester / Prov. de Buenos Aires
Ciudad de Buenos Aires
El Talar / Prov. de Buenos Aires
San Miguel / Prov. de Buenos Aires
Va. Gral. Belgrano / Prov. de Córdoba
Va. Gral. Belgrano / Prov. de Córdoba
Oberá / Prov. de Misiones
Posadas / Prov. de Misiones
L. N. Alem / Prov. de Misiones
Puerto Rico / Prov. de Misiones
Argüello / Prov. de Córdoba
Río Cuarto / Prov. de Córdoba
Gualeguaychú / Prov. de Entre Ríos
San Juan / Prov. de San Juan
La Breñas / Prov. de Chaco
Colonia J. J. Castelli / Prov. de Chaco
Santa Fe / Prov. de Santa Fe
Esperanza / Prov. de Santa Fe
Dorrego / Prov. de Mendoza
011 4767 1791
011 4824 4038
011 4740 5131
011 4664 0204
03546 461433
03546 461362
03755 421173
03752 423482
03754 423133
03754 421419
03543 424527
0358 4645174
03446 428290
0264 4213409
03731 15433628
03732 471201
0342 4592248
03496 422065
0261 4314585
--
--
185184
González, Joaquín V.
Gorbachov, Mikhail
Grass, Günter
Grey, Iván
Grimm, Hermanos
Gronau, Wolfgang von
Gropius, Walter
Guevara, Ernesto ("Che")
Gugelot, Hans
Gugliotta, Sandra
Guillermo I
Guillermo II
Gülich, Friedrich von
Gutjahr, Klaus
Habermas, Jürgen
Halbach, Franz
Hauman- Merck, Lucien
Hauthal, Rudolf
Heine, Heinrich
Heintze, Paul Friedrich
Heisenberg, Werner
Henckel von Donnersmarck,
Florian
Hepe, Rodolfo
Hermann, Lothar
Hermann, Sylvia
Herzog, Werner
Heuss,Theodor
Hicken, Christóbal M.
Hindemith, Paul
Hirsch, Alfredo
Hirsch, Narcisa
Hitler, Adolf
Hoffmann, Heinrich
Holst, Andreas von ("Kuddel")
Hölters, Hermann
Horkheimer, Max
Hoyer, Dore
Huergo, Delfín B.
Humboldt, Alexander von
Illia, Arturo
Itelman, Ana
Jacob, Paul Walter
Jannings, Emil
Jelenic, Nilda Esther
Jens, Walter
Jones, Lewis
Jörgensen, Juan
Juárez Celman, Miguel
Justo, Agustín P.
Kagel, Mauricio
Kahler, Erich von
Karajan, Herbert von
Kehlmann, Daniel
Keiper, Wilhelm
Keppel, Katharina
Keymer, Karl Wolfgang
Klement, Riccardo
Kölliker, Alfred
Korsch, Karl
Koutzi Saudemberg, Flavio
Kroyer, Silvia
Kühn, Franz
Laborde Calvo, Adriana
Lallemant, Germán Avé
Lang, Fritz
Langsdorff, Hans
Eckener, Hugo
Egger,Toni
Eichmann, Adolf
Epstein, Ernesto
Erhard, Ludwig
Espindola, Norma
Farell, Edelmiro J.
Farocki, Harun
Fassbinder, Rainer Werner
Faupel, Wilhelm
Federico Guillermo IV
Fernández de Lavigne, Beatriz
Fernández, Julio
Figueroa Alcorta, José
Flaskamp, Carlos
Francavilla, Mónica
Fregel, Andreas ("Campino")
Freude, Ludwig
Freude, Rodolfo
Frisch, Max
Fromm, Erich
Frondizi, Arturo
Frühwald, Wolfgang
Fuldner, Carlos
Furtwängler, Wilhelm
Gandini, Gerardo
García Moreno, Martín
García Wehbi, Emilio
Gelman, Juan
Goebbels, Joseph
Goethe, Johann Wolfgang von
Goldfarb Lucero, Dora
Goltz, Colmar Freiherr von der
Goñi, Uki
Abasolo, Máximo
Abdo, William
Adenauer, Konrad
Adorno,Theodor W.
Aicher-Scholl, Inge
Aicher, Otto ("Otl")
Akin, Fatih
Alem, Leandro N.
Alemann, Ernesto
Alemann, Johann
Alemann, Katja
Alemann, Marie-Louise
Alemann, Máximo J.
Alfonsín, Raúl
Alonso, Lisandro
Álvarez Carrera, Edgardo
Ameghino, Florentino
Amsinck, Heinrich
Antonio, Jorge
Aramburu, Pedro Eugenio
Arens, Gottfried
Arlt, Roberto
Band, Heinrich
Barbie, Klaus
Barbirolli, John
Bauer, Alfredo
Bauer, Fritz
Bausch, Pina
Bayer, Osvaldo
Bayer, Rodolfo Alejandro
Beethoven, Ludwig van
Bemberg, Otto
Benjamin, Walter
Berutti, Arturo
Berutti, Pablo
Bieckert, Emilio
Bill, Max
Bismarck, Otto von
Blaquier, familia
Blasco, Claudio Gustavo
Boelitz, Otto
Bolívar, Simón
Böll, Heinrich
Bolten, August
Borchers, Augusto
Borges, Jorge Luis
Bormann, Martin
Bouilloux-Lafont, Marcel
Boulez, Pierre
Brandt, Willy
Bravard, Auguste
Brecht, Bertholt
Bredow, Gustav Adolf
Breitkopf, Michael ("Breiti")
Brücklmaier, Roberto
Brückner, Jutta
Brühl, Daniel
Buechele,Tobías
Bunke, Erich
Bunke,Tania
Burman, Daniel
Burmeister, Carl Hermann Conrad
Busch, Hans
Busche-Haddenhausen,
Hilmar Freiherr von dem
Busnelli, Mirta
Caetano, Adrián
Cage, John
Caldini, Claudio
Candioti, Enrique
Cano, Luis
Castillo, Ramón S.
Castorf, Frank
Chávez, Julio
Conti, Haroldo
Cordón, Adela
Cortázar, Julio
Costa, Eduardo
Darwin, Charles
Dauert, Erich
David, Catherine
Debussy, Claude
Delfino, Antonio
Deray, Jacques
Die Toten Hosen
Diener, Adán
Dietrich, Marlene
Dörrie, Doris
Dreier, Stella Maris
Dressel, Heinz Friedrich
Dreyfus, Louis
Dung, Fritz
Dürnhöfer, Eduardo
Registro de nombres 79
39
113ss
105
100s.
131
76
121
168s.
69
12
131
40
162
131
131
157
116
116
137
67
101,111
148s.
116
105,107
121
40
121
136
75,116
57,157,172
131
162
115
58
154
137
172
88
79
109
33,158
103
166
12s.
53,63,67,73
11ss.,20
35
120
11
42
42
88
96
148
168s.
101
113ss.
113
121,169
146
42
105
62,67
120
47,75s.,80,87ss,
93,99,114,168
172
157
61
67
120
13
19,21
25
120
33
168
131
137
39
42
32
84s.
105ss.
173
107
121
58
57
28
113s.,116
42s.
67
131
99
42
131
33
168
95s.
40
131
99,111,145,147s.
67
103
103
168
32
62,75
73,77
120
120
67
138,141
166
131
20
47
115
101
133s.
70
35
116
106
32
115
120
132-136,139
131
154
28
67,109
105
105
28
103
12s.,31,73
141
131
69
161
137,169
27
11
57
115
79
106
132,153s.
19
57
162s.
157s.
100
121
168
42
33
33
166
19ss.
106
162
120
166
105
120
153
121
76
120
167
136
43
133
20
19s.
20
121
105
28s.
165
157
42
139
168
131
131
67
99
100
187186
Sullivan, Louis
Syberberg, Hans-Jürgen
Szuchmacher, Rubén
Tank, Kurt Waldemar
Tannert, Augusto
Tantanián, Alejandro
Tellas, Vivi
Tepp, Max
Terdenge, Hermann
Thalberg, Sigismund
Thermann, Edmund Freiherr von
Thunn, August von
Tietjen, Woltje
Tiller, Nadja
Tomé, Luis Héctor
Tomsen, Adolf
Tornquist, familia
Toto, Carlos María
Trapero, Pablo
Urondo, Paco
Urquiza, Justo José de
Vage, Hans
Valdés, Eduardo
Valéry, Paul
Vedia y Mitre, Mariano de
Velaz, Angel
Veronese, Daniel
Videla, Jorge Rafael
Viñas, David
Vogler, August
Walsh, Rodolfo
Waltz, Sasha
Weber, Adolph
Weil, Félix José
Weil, Hermann
Weizmann, Jaim
Wenders, Wim
Weyenbergh, Hendrik
Witte, Lutz
Wittfogel, Karl August
Wölfer, Joachim
Wuttke, Martin
Yrigoyen, Hipólito
Zeischegg, Walter
Zielke, Walter
Zieschank, Annemarie
Zieschank, Klaus
Zimmermann, Arthur
Zimmermann, Carl Friedrich
Zimmermann, Johann C.
Zkorenblut, Manuel Ricardo
Zorzoli, Ciro
Rudel, Hans-Ulrich
Saint-Exupéry, Antoine de
San Martín, José de
Santuccione, Brigadier
Sargent, Malcolm
Sarlo, Beatriz
Sarmiento, Domingo Faustino
Sassen van Elsloo, Wilhelm
Schaccheri, Iris
Schanton, Pablo
Scharf, Obispo
Schell, Maria
Schiller, Friedrich
Schlöndorff, Volker
Schlüter, Ferdinand D.
Schmidl, Ulrich
Scholl, Hans
Scholl, Sophie
Schopflocher, Roberto
Schröter, Werner
Schultz-Sellack, Carl
Schwabe, Auguste
Schwammberger, Josef
Schygulla, Hanna
Segovia, Claudio
Shakespeare, William
Siemens, Werner von
Sievert, Max
Silbermann, Pablo
Soerensen, María Mercedes
Sorín, Carlos
Spiecker, Carl
Stelzner, Alfred
Suardi, Luciano
Mengele, Josef
Mermoz, Jean
Meurer, Andreas ("Andi")
Minujín, Marta
Mitre, Bartolomé
Mohr, Franz
Morelli, Lidia Teresa
Moreno, Francisco Pascasio
Moreno, Rodrigo
Mosalini, Juan José
Müller, Heiner
Murnau, Friedrich Wilhelm
Musters, George Chaworth
Nau, Nicole
Naumann, Friedrich
Newbery, Jorge
Noel, Carlos M.
Nordenholz, Guillermo
Núñez, José Enrique
Ocampo, Pedro María de
Ocampo, Victoria
Ochoa de Eguileor, Jorge
Oesterlen, Dieter
Oetker, Rudolf August
Orezzoli, Héctor
Ortiz, Roberto M.
Otten, Fred
Paganini, Nicolás
Paucke, Florian
Pauls, Alan
Pazo, Esteban Enrique
Pellegrini, Carlos
Pereyra, Luís
Perón, Isabel Martínez de
Perón, Juan Domingo
Petrobelli, Franciso
Petroni, Doris
Pigna, Felipe
Plate, Alfredo ("Vito")
Plate, Juan
Plüschow, Günther
Pollock, Friedrich
Pozzobón, Atilio
Prebisch, Alberto
Prebisch, Raúl
Prelorán, Jorge
Priebke, Erich
Pueyrredón, Honorio
Pyenson, Lewis
Quesada, Ernesto
Quevedo, Francisco de
Quintana, Manuel
Quirno Costa, Norberto
Ramos Marrau, Francisco
Rawson, Arturo
Reger, Max
Reichert, Fritz
Renzis, Alfredo de
Richter, Ronald
Ritchie, Stephen George ("Vom")
Rivadavia, Juan Martín de
Roca, Julio A.
Rojas, Celia Marta
Roosevelt, Franklin Delano (FDR)
Roosevelt,Theodore
Rosales de Piévani, Susana
Rosas, Juan Manuel de
Rotter, Ariel
Latécoère, Pierre-Georges
Lehmann- Nitsche, Robert
Lengert, Alfredo Alberto
Lerer, Diego
Lermann, Diego
Liebknecht, Karl
Liebknecht, Wilhelm
Lilienthal, Matthias
Lindbergh, Charles
Linke, Susanne
Llamas Massini, Cosme
López, Bernabé
López, Hugo Julio
Lorentz, Paul G.
Löwenthal, Leo
Loza, Santiago
Lübke, Heinrich
Lukács, Georg
Lutero, Martín
Luxburg, Karl von
Madsen, Andreas
Malaccorto, Ernesto
Maldonado,Tomás
Mann,Thomas
Marcuse, Herbert
Marx, Ellen Pincus de
Marx, Leonor Gertrudis
Masur, Kurt
Meerapfel, Jeanine
Meier, Rosa
Melero, Daniel
Mendoza, Pedro de
Menem, Carlos
Menem, Eduardo
79
70
131
166
166
32
31s.
121
79
120
40
12
131
20
67
167
25,111
67
63
53s.
39
67
103
157
67
127,129
127,129
154
121
64
120
83
161
161
114s.
79
157
120
32
11
131
20,41
167
35
121
168
39
35
145s.
141
163
16,24
131
123s.
123
31
141
29
36
76
39
35
15
121
131
20
35s.
132,134
99ss.
40
120
114
39
39ss.
39
67
172
83s.
67,83s.
120
64,116
54
20
69,71
57
58
40
131
76
105
42
33
116
157
41
39,41
131
63
63
131
11,51
166s.
116
39,79
29,120,161
134
106
121
19ss.,57s.
116
120
120
136
168
57
168s.
11
11
103
103
87,9
121
20
13
116
168
36
57
46
20
42
131
167
49,99
20
121
103
121
120
116
42
121
120
63
100
105
74s.
39
16
168
131
42
141
161
166s.
133,136s.
11s.
15
31
105
83s.
40
121
130
136
20
133,136s.
121
67
67
67
92
168s.
20
42
67
29
121
53s.
103
136
130
136
53
35
11
131
121
189188
BASF – La empresa química líder a nivel mundial, pre-sente en Argentina desde hace más de 50 años.
BASF en Argentina forma parte del Centro de Negocios
Sudamérica - Sur, también integrado por Bolivia, Paraguay y
Uruguay. BASF comercializa sus productos a más de 2.000
clientes, los cuales se clasifican en cinco segmentos: Productos
para la Agricultura y Nutrición; Productos de Performance y
Pinturas; Químicos; Plásticos; Petróleo y Gas.
A través del contacto constante con la casa matriz en
Alemania y con las demás empresas del grupo a nivel mun-
dial, BASF aprovecha la experiencia y el conocimiento de
más de 95.000 colaboradores en todo el mundo y se garanti-
za la transferencia de know-how, de los desarrollos y avances
tecnológicos y de investigación, ajustándose a las normas de
calidad y protección del medio ambiente.
En Argentina trabaja actualmente un equipo de casi 800
colaboradores, distribuidos en cuatro plantas de producción
ubicadas en las localidades de Burzaco, Escobar, Gral Lagos
y Tortuguitas y en las oficinas centrales de Capital Federal.
En 1950 BASF se estableció en la Argentina comercia-
lizando diversos productos a través de la empresa Unión
Química SRL. En esa época, el sector industrial crecía en
forma acelerada y gozaba de un momento de gran auge
económico.
En 1963, BASF comenzó a fabricar pigmentos y for-
mulaciones de colorantes para la industria textil, en
Florida, Buenos Aires.
En 1969 empezó a utilizar su nombre actual: BASFArgentina SA y en 1972 se construyó la Planta de Gral.
Lagos, en la provincia de Santa Fe y se establecieron las ofi-
cinas en el edificio de la Av. Corrientes.
En los ‘80, BASF ingresa al mercado de coatings, adqui-
riendo las empresas Lusol y Crisa, produciendo pinturas en
su Planta de Tortuguitas, abasteciendo a la industria auto-
motriz.También se incorpora el mercado de Nutrición
Animal, adquiriendo la empresa Farmad en 1989.
En 1995 se inauguraron la Planta de Premezclas Lutavit
de Tortuguitas y el Centro de Desarrollo Profesional
Glasurit. Este último fue ideado para capacitar a talleristas
en el uso de tecnologías de repinturas automotrices. En
1997 se produjo la apertura del Centro de Distribución tam-
bién en la Planta de Tortuguitas.
En 1998, BASF adquirió la marca Casablanca de pin-
turas arquitectónicas. En ese mismo año también se creó
BASF Poliuretanos SA, empresa que comercializa siste-
mas poliuretánicos.
En el año 2000, BASF anunció la compra de Cyanamid
ocupando de esta forma un lugar de liderazgo en el mercado
de fitosanitarios.
En el 2002, BASF inauguró una nueva planta de premez-
clas para el mercado de nutrición animal que permitió dupli-
car la capacidad de producción, ofreciendo las mejores ven-
tajas de logística para sus clientes.
Entre los acontecimientos principales del 2004, BASF
cambia su imagen en todo el mundo anunciando su nueva
identidad corporativa: BASF, The Chemical Company apor-
tando innovación, dinamismo y color a la cultura de la
empresa.
El 2006 fue un año de adquisiciones, en primer lugar se
llevó a cabo la adquisición del negocio de químicos para la
construcción de Degussa, ampliando la oferta de productos y
el potencial de las sinergias internas. En segundo lugar,
BASF anunció la adquisición a nivel mundial de Engelhard
Corporation (NYSE: EC), una empresa líder en el mercado
de catalizadores con aplicación en diversas industrias, como
la automotriz.
A través de las constantes inversiones en el país, BASF
apuesta al fortalecimiento de las relaciones Argentino –
Alemanas, que al día de hoy llevan 150 años.
Allianz fue fundada en 1890 en Berlín con el nombre de
ALLIANZ Versicherung por Carl Thieme, empresario con 30
años de experiencia en seguros, y el banquero Wilhelm Fink.
Desde la ciudad de München,Thieme y Fink comenzaron la
gran expansión de la compañía por el mundo y en pocos
años Allianz continuaría su crecimiento fusionándose con la
exitosa Munich Re, orientada a los reaseguros, comenzando
así con la venta de seguros directos. En la misma época, la
empresa da muestras de su fortaleza afrontando, como rea-
segurador, acontecimientos de gran repercusión, como por
ejemplo el hundimiento del Titanic.
Al estallar la Primera Guerra Mundial en 1914, Allianzya se había expandido por toda Europa.
La catástrofe de la Segunda Guerra Mundial dejó sus
rastros también en la empresa. Gracias a la fuerte posición y
a sus empleados, que transmitieron el espíritu de pertenencia
a Allianz, se comenzó a reconstruir desde las ruinas de la
oficina central, toda la empresa nuevamente.
Desde 1970 la expansión del Grupo se hace cada vez más
acelerada. Se suceden las compras y fusiones en Europa,
Asia y América comenzándose con la creación y desarrollo
de nuevos seguros: Automotores, Aeronavegación,
Transportes (aéreo, terrestre y marítimo), Explotación petro-
lífera, Minería, Industrias básicas y manufactureras.
A comienzos de los 90, Allianz alcanza el primer lugar
entre las aseguradoras de Europa, convirtiéndose en 1998
con la compra de AGF de Francia, en uno de los mayores
grupos aseguradores del mundo.
En el año 2000, Allianz AG es la primera compañía ale-mana en cotizar en la Bolsa de Nueva York.
Su crecimiento continúa con la adquisición de otras com-
pañías, como el Dresdner Bank en el 2001 y Pimco de
EEUU, posicionándose hoy entre los grupos de servicios
financieros más grandes del mundo, gestionando activos por
más de un trillón de dólares en más de 70 países.
La historia de Allianz en nuestro país comienza en 1988.
La compañía empieza a operar luego de la adquisición e
integración de tres empresas de prolongada actuación en la
plaza aseguradora local: Plus Ultra Compañía Argentina de
Seguros S.A. (1956), Colón Compañía de Seguros Generales
S.A (1962) y Compañía Aseguradora Argentina S.A. de
Seguros Generales (1919).
En 1995 al finalizar la fusión, comienza a trabajar bajo
la denominación Allianz RAS Argentina S.A. de Seguros
Generales.
En 1999 luego de la fusión por absorción de AGF
Argentina Compañía de Seguros SA. por parte de Allianz
RAS Argentina S.A., surge AGF Allianz Argentina, hasta
que en septiembre de 2007 producto de la adquisición del
100% de AGF, comienza a operar en nuestro país como
Allianz Argentina Compañía de Seguros S.A.
El Grupo también está presente a través de EulerHermes Argentina S.A. comercializando seguros de Crédito.
Euler Hermes, es a nivel internacional líder de mercado enseguros de crédito.
En la actualidad, Allianz Argentina orienta sus esfuerzos
hacia el desarrollo de soluciones de seguros para grandes ries-
gos industriales, comerciales y particulares, ofreciendo cober-
turas integrales adaptadas a las necesidades de sus clientes.
En nuestro país la empresa tiene un fuerte enfoque hacia
los standards de calidad, eficiencia y eficacia que caracteri-
zan a la cultura alemana, por lo que desde la selección de
riesgos, hasta la entrega final de una póliza, el valor de
Allianz puede sintetizarse en: “Entregar confianza en los
momentos de la verdad de sus clientes”.
191190
El viaje de Robert Bosch a Sudamérica, en el año 1921,
lo lleva a tomar la decisión de abrir un negocio de ventas en
Buenos Aires.
Esto hizo que, en junio de 1924, se fundara Robert Bosch
S.A. en la calle Rivadavia al 1800. En sus comienzos, la
firma se dedicó a la comercialización de bujías de encendido,
magnetos, baterías, arranques, faros, llaves de contacto,
bombas y toberas de inyección diesel. Pero muy pronto, el
desarrollo de este negocio hizo necesario que se montara una
red de talleres especializados en las principales ciudades de
la Argentina. Fue así que, con el correr del tiempo, ya en los
años 50, la empresa abrió el primer Servicio Bosch en el
país, y durante la década de 1960 se expandió aún más, con-
virtiéndose en una Sociedad Anónima y abriendo un nuevo
negocio de ventas en Buenos Aires que incluía la provisión
de equipamiento original para la Industria Automotriz así
como el abastecimiento del mercado de reposición (fabrica-
ción de bujías de encendido). En este mismo año, Robert
Bosch Argentina S.A. incorporó la fabricación de autoradios
y la comercialización de su línea de herramientas eléctricas.
En 1971 se construyó, en la provincia de Tucumán, la
principal planta industrial de Bosch en el país, donde se
fabricaron, hasta el año 1988, equipos de inyección diesel,
bujías de encendido, motores de arranque, autoradios, tala-
dros y amoladoras.
Bosch continuó ampliando sus mercados incorporando, en
el año 1975, la comercialización de los equipos Blaupunkt.
En 1982 Robert Bosch Argentina S.A. se trasladó al edi-
ficio de Av. Córdoba 5160, donde actualmente funcionan las
unidades comerciales de Automotive Aftermarket,
Herramientas Eléctricas y Car Multimedia (Blaupunkt).
En el año 1995 se conformó la actual Robert Bosch
Argentina Industrial S.A., en forma conjunta con la firma
Argelite SAIC, para la fabricación de equipamiento automo-
triz en Argentina y Uruguay. Y con la adquisición de Allied
Signal Argentina S.A. se creó Robert Bosch Frenos S.A.
Hasta ese momento, la distribución de las acciones de la
empresa era de un 60% para Bosch Brasil y un 40% para
Argelite. A partir de entonces, Bosch Brasil adquirió el
100% de las acciones de Robert Bosch Argentina Industrial
S.A., lo que permitió la ampliación de la unidad de negocios
para mecanizados de aluminio, fabricación de cuerpo mari-
posa para sistema de inyección electrónica de gasolina y
montaje de sonda lambda.También por esa época Robert
Bosch GmbH adquirió el 100% de las acciones.
Entre 1995 y 2000, dentro de la división de
Herramientas Eléctricas, se incorporó la línea de accesorios
Vermont American y las marcas Skil y Dremel. Y, a princi-
pios de la década de 2000, con la adquisición mundial de
Rexroth, se creó la Bosch Rexroth S.A.I.C.
En el transcurso del año 2002, se establecieron los prime-
ros contratos de servicios con BSH (Electrodomésticos) y
BS (Sistemas de Seguridad) para el inicio de sus actividades
comerciales en las instalaciones de Robert Bosch Argentina
Industrial S.A. Hacia fines de este mismo año se llevó a
cabo la fusión de Bosch Frenos S.A. con Robert Bosch
Argentina Industrial S.A.
En los primeros meses de 2003, se efectuó el traslado de
las áreas administrativas a Robert Bosch Argentina
Industrial, unificándose los servicios de las áreas centrales
como Personal, Logística, Contabilidad e Informática.
En enero de 2005 Robert Bosch Argentina S.A. se
fusionó con Robert Bosch Argentina Industrial S.A.
tomando la denominación de «Robert Bosch Argentina
Industrial S.A.». Y, en el mismo mes, pero de 2006, Bosch
Sistemas de Seguridad se fusionó con Robert Bosch
Argentina Industrial S.A.
La historia de Bayer en la Argentina se remonta al pri-
mer año del siglo XX. Diez años más tarde, un primero de
enero de 1911, se inaugura una filial propia en Buenos Aires
bajo el nombre de Federico Bayer y Cía., en la calle
Rivadavia. Desde el comienzo la Aspirina, que ya se había
tornado popular, ocupaba cómodamente el primer puesto de
ventas entre todos los productos.
Los primeros años: un continuo crecimientoEn 1930 se abandonaron las oficinas de la calle Rivadavia,
que fueron resultando demasiado pequeñas, habilitándose un
nuevo local en Alsina 1644. El éxito de la compañía y su
constante desarrollo hicieron que su siguiente destino fuera la
esquina de Cerviño y Ocampo en Palermo, donde el programa
de fabricación pudo ampliarse considerablemente.
Ya en 1939 se comenzó con la construcción de un nuevo
edificio en un predio de 9.000 m2 en Coronel Díaz 2110.
En primavera de 1945, con el ingreso de la Argentina a la
guerra, se decretó la nacionalización de las empresas alema-
nas, entre las que también se encontraba Bayer.
En 1958, el gobierno de Frondizi optó por reanudar las
buenas relaciones con la nuevamente fortalecida República
Federal de Alemania. Fue entonces que se abrió la posibilidad
de restitución del patrimonio expropiado.
Poco después, Bayer se hizo cargo de “Proindar”, mudando
las oficinas a Corrientes 316. La nueva coyuntura y crecimien-
to consecuente llevaron a la compra del edificio de Villa del
Parque, que comenzó en 1959.
Bayer y la comunidad Más allá del éxito comercial y empresario que venía soste-
niendo Bayer desde su instalación en el país, sus directivos y
colaboradores siempre mantuvieron una fuerte participación en
el ámbito social. Ello sentó las bases de una cultura corporati-
va enfocada al compromiso social que se ve reflejada en los
amplios planes de Responsabilidad Social Empresaria que lleva
hoy a cabo la compañía.
Bayer hoyBayer es una empresa orientada a las “Ciencias de la
Vida” con actividades integradas en áreas tan diversas como
los cuidados de la salud, la protección de cultivos y producción
de materiales de altas prestaciones.
En el umbral de su centenario en el país, Bayer S.A. es el
eje de la Región Cono Sur que incluye las operaciones en
Bolivia, Chile, Uruguay y Paraguay. Bayer cuenta en Argentina
con más de mil doscientos colaboradores y cuatro centros de
producción.
El centro de producción de especialidades farmacéuticas de
venta libre -Pilar I-, fue inaugurado en junio de 1999. Allí se
concentra la producción de toda la línea de comprimidos y
granulados efervescentes.La Planta II de Pilar, inaugurada en
2001, concentra principalmente la producción de la amplia
línea de productos vitamínicos.
En el Parque Industrial de Zárate, Bayer posee dos plantas
para la formulación de insumos para la protección de cultivos.
Por su parte, las áreas administrativas y comerciales de
Bayer en Argentina, se encuentran desde 1994, en un moderno
edificio ubicado en la localidad de Vicente López. Allí trabajan
más de 400 colaboradores.
A través de los años, la reconocida calidad y confiabilidad
de sus productos, sus altos principios éticos, la eficiencia y
seguridad de sus procesos industriales y sus buenas prácticas
comerciales han contribuido a cimentar el prestigio de Bayer
en la Argentina. Prestigio que se puede resumir en un lema
que acompaña a varias generaciones de argentinos: Si esBayer, es bueno.
193192
Nuestra marca a nivel mundial y su historia…
En el 2003, Deutsche Post World Net consolidó todas sus
actividades de correo express y logística en un sólo nombre
comercial, “DHL”. La marca DHL se fortaleció aún más por
la adquisición de Exel en diciembre de 2005 quedando
determinadas sus 3 principales unidades de negocio: DHL
Global Forwarding, Supply Chain, Express.
El conocimiento de DHL proviene de varias empresas pre-
viamente adquiridas por Deutsche Post World Net. A modo
de ejemplo podemos mencionar: Exel, Deutsche Post Euro
Express, Danzas y Air Express Internacional.
Presentes en la Argentina desde 1947, DHL es líder en el
mercado de Forwarding ofreciendo una amplia gama de pro-
ductos y servicios dándole valor agregado a la cadena logísti-
ca One-Stop-Shopping. DHL, no sólo es líder del mercado de
Forwarding sino también en el mercado logístico con DHL
Supply Chain y en el Servicio de Courrier con DHL Express
cubriendo de esta forma todos los pasos en una cadena de
valor integrada.
Las oficinas centrales de DHL Global Forwarding, DHL
Supply Chain y DHL Express situadas en la ciudad de Buenos
Aires otorgan cobertura a nivel nacional en toda la extensión
del territorio argentino y a nivel internacional a más de 220
países y demás territorios del mundo.
A pesar de ocupar la posición líder en el mercado, las direc-
ciones de las unidades de negocio, como así también todo su
plantel, conocen la fuerte competencia. Es por esta razón que
en forma continua, la compañía se encuentra desarrollando
programas de capacitación para sus mejores talentos y trata
de estar cerca de los clientes mediante contactos personaliza-
dos para darles soporte, valor agregado y dedicación tanto a
los grandes, medianos, pequeños clientes y pymes.
Nuestras unidades de negocio
DHL ExpressDHL Express es el socio perfecto para cubrir todas sus nece-
sidades de envíos express y paquetería alrededor del mundo.
Ofrece los servicios de Entrega Mismo Día, Mensajería
Express, Paquetería y Carga.Nuestra red cuenta con más de 4,000 oficinas y 120,000
destinos en todo el planeta para cumplir este cometido.
DHL Global ForwardingDHL Global Forwarding, líder de mercado en envíos aéreos ymarítimos. En Argentina, con cobertura a nivel nacionalmediante oficinas en los puntos principales del país. Unagama de servicios de valores agregados como: despachosaduaneros, Customer Program Management, almacenaje ydistribución, seguro de las cargas, asesoramiento completoen la cartera de productos y servicios logísticos. DGF, ocupauna posición líder en el mercado de cargas sustentada por laconfianza de las empresas más importantes del país.
DHL Exel Supply ChainCon un enfoque orientado al cliente, DHL Supply Chain admi-
nistra la cadena de suministros buscando la optimización de los
procesos, la reducción del lead time, la visibilidad de la opera-
ción, el rastreo de los productos, la eficiencia y la agilidad.
La flexibilidad de DHL Exel Supply Chain permite su opera-
ción en instalaciones de clientes, centros de distribución
dedicados o compartidos, campus logísticos, vendor hubs,
parques de suministradores así como en centros de consoli-
dación y desconsolidación.
DHL cuenta con un dedicado equipo de Recursos Humanos
el cual se encuentra abocado al personal, retención y capaci-
tación de talentos, aspiraciones de carrera y a las necesidades
de la sociedad participando y colaborando activamente con
los sectores más necesitados del país y a nivel mundial apor-
tando toda su experiencia en redes logísticas.
DAIMLERCHRYSLER ARGENTINA S.A.
En 1951 se instala en Argentina la primera planta de
Mercedes-Benz fuera de Alemania. El Centro Industrial, ubica-
do en González Catán, bautizado con el nombre de Juan
Manuel Fangio en homenaje al quíntuple campeón del mundo,
fue pionero en Latinoamérica en la fabricación de vehículos de
transporte de carga, de pasajeros y componentes. Su gran des-
arrollo la convirtió en una de las empresas más admiradas de la
Argentina y, a partir de 1996, la planta se especializó en la pro-
ducción de vehículos utilitarios y buses urbanos de piso bajo, los
colectivos Mercedes-Benz, un clásico de las calles argentinas.
La especialización del Centro Industrial Juan Manuel
Fangio en la producción del Mercedes-Benz Sprinter y sus
altísimos niveles de calidad, han llevado a la ratificación por
parte de nuestra Casa Matriz de continuar siendo centro de
competencia mundial y de alta especialización en la produc-
ción de vehículos utilitarios. DaimlerChrysler Argentina está
concluyendo una inversión de más de U$S 50 millones desti-
nada a la reformación en su línea de montaje y chapistería
para incrementar la producción del utilitario Mercedes-Benz
Sprinter y aumentar el volumen de las exportaciones.
La fabricación del Mercedes-Benz Sprinter, en sus distin-
tas versiones, comienza en la planta de chapistería donde se
ensamblan todos los componentes de las carrocerías. Luego
son trasladadas a través de puentes automatizados a la
planta de pintura. En la línea de montaje, se incorporan
todos los elementos a la carrocería soldada y pintada.
Finalmente se llevan a la calle de ensayos en donde se hace
el último ajuste de cada unidad. Cada 10 minutos, un
Sprinter es entregado a la playa de ventas. El Mercedes-
Benz Sprinter ha sido premiado local e internacionalmente
por su alto estándar de calidad y tecnología, exportándose
en la actualidad a más de 50 países en los 5 continentes,
incluyendo la versión del Sprinter con volante a la derecha.
En la actualidad, el Sprinter fabricado en Argentina se
comercializa en mercados tan disímiles y exigentes como
Arabia Saudita, Australia, Bahrain, Bélgica, Brasil, Chile,
China, Colombia, Costa Rica, Cuba, Egipto, España, Francia,
Inglaterra, Irlanda, Israel, Jamaica, Jordania, Kenia, Kuwait,
Líbano, Malasia, Nueva Zelanda, Pakistán, Qatar, Rusia,
Singapur, Sudáfrica,Turquía y Vietnam, entre otros.
Consciente de su responsabilidad ecológica,
DaimlerChrysler Argentina incluye la preservación del Medio
Ambiente entre los objetivos fundamentales de la empresa.
En ese sentido, nuestra política es desarrollar las operacio-
nes productivas integradas con la protección del medio
ambiente, tanto en operaciones propias como en aquellas
sobre las que influye de manera directa. Las unidades fabri-
cadas llevan motores con gerenciamiento electrónico, que eli-
minan la emisión de contaminantes y cumplen con las más
exigentes normas ambientales europeas.Tecnología, discipli-
na, pasión, integridad y respeto han convertido a la empresa
en la fuerza detrás del progreso de la industria automotriz.
Día a día, continuamos siendo líderes, debido a trabajo en
investigación y desarrollo de innovaciones tecnológicas. La
compañía tiene una larga historia productiva y comercial en
el país.Tener una participación activa frente a las necesida-
des de la comunidad, por encima de sus obligaciones propias
como son las de generar empleo, brindar desarrollo tecnoló-
gico y promover sus recursos humanos, es un compromiso de
responsabilidad social ineludible. Hoy como ayer, acompaña
los esfuerzos de su gente por crecer y progresar, con una
firme actitud de inversión y la renovada vocación por la tec-
nología y la calidad en el trabajo cotidiano. DaimlerChrysler
Argentina, un compromiso con la excelencia.
195194
El 18 de agosto de 1956 un Super Constellation de 48
plazas despegó de Hamburgo, cubriendo la nueva línea
transatlántica, vía Düsseldorf-Frankfurt-París-Dakar-Río de
Janeiro-San Pablo con destino final Buenos Aires.
El 19 de agosto, la para aquel entonces moderna aerona-
ve tocaba tierra en el aeropuerto de Morón en Buenos Aires.
Se iniciaba así la presencia de Lufthansa en Argentina, que
se ha mantenido ininterrumpida por más de 50 años. En rea-
lidad, se trató de un reinicio, ya que tras 17 años volvía a
aparecer Lufthansa en esta tradicional ruta hacia la
Argentina, repitiendo el viejo vuelo TO 191, con el cual en
1934 había iniciado el primer servicio regular transoceánico
del mundo.
La Cámara de Industria y Comercio Argentino-Alemana
agasajó con un almuerzo en el Plaza Hotel a la delegación
llegada en ese vuelo inaugural, con la presencia de autorida-
des y empresarios de ambos países. El Ing. Gerhart Höltje,
miembro del Directorio de Lufthansa, aludió a “la extraordi-
naria importancia que la Argentina tiene para Alemania,
donde tantos alemanes han encontrado una segunda patria”.
Un año después, en 1957 los pasajeros trasladados en
Lufthansa entre Alemania, Brasil y Argentina sumaron
18.000. En 1960 comenzó la era de los aviones a reacción
en Lufthansa con el Boeing 707 y en 1971 ya llegaba a
estas tierras con el conocido Jumbo, Boeing 747.
Continuando su expansión, en 1997 Lufthansa fue miem-
bro fundador de Star Alliance, la mayor alianza de líneas
aéreas del mundo.
En 2003, Buenos Aires fue elegida por Lufthansa para
ser el primer destino a nivel mundial en recibir un vuelo
regular operado con el Airbus A 340-600. Hoy, la compañía
ofrece vuelos diarios a la Argentina con el Boeing B747-
400, actualmente el avión de mayor capacidad en el mundo.
Con motivo del aniversario, Dieter Rohde, Director
General para la Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay desde
2003, comenta: “en los primeros 50 años de servicio en el
país, Lufthansa comprueba las cualidades que la distinguen
en todo el mundo: confiabilidad, seguridad, permanente inno-
vación y calidad. El nuevo producto Lufthansa Private Jet y
la imponente First Class Terminal de Frankfurt o la intro-
ducción de Internet a bordo son algunas pruebas de ello”.
Hoy, Lufthansa es una de las líneas aéreas líderes del
mundo, que con una flota de más de 377 aeronaves trans-
porta anualmente más de 50 millones de pasajeros a 187
destinos en 90 países.
El Estudio Leonhardt, Dietl, Graf & von der Fecht fuefundado en 1976 por los abogados Thomas Leonhardt yRodolfo Dietl.
El objetivo inicial del Estudio era asesorar principal-
mente a empresas pequeñas y medianas del ámbito de
habla alemana (Alemania, Austria y Suiza) en sus nego-
cios e inversiones en la Republica Argentina. Este objetivo
se logró ampliamente, siendo hoy el Estudio asesor de un
importante numero de empresas pequeñas, medianas y
grandes en las que prevalecen empresas originarias de los
países arriba mencionados.
El Estudio se especializó en el “asesoramiento jurídi-
co de las empresas”, tomando el llamado Derecho
Empresario, como principal actividad. Todas las conse-
cuencias jurídicas de las actividades empresarias son el
campo en que el Estudio se desenvuelve con mucha
comodidad.
Las necesidades de los clientes hicieron luego que se
ampliaran las actividades al Derecho de Familia, Sucesiones
y otros temas del Derecho Civil, para lo que se fueron incor-
porando especialistas específicos en cada materia.
Hoy el Estudio se maneja con una infraestructura pro-
pia y de terceros que le permite afrontar cualquier tipo de
asesoramiento jurídico empresario de cualquier enverga-
dura que se presente.
Los socios del Estudio desarrollan también múltiples
actividades culturales y sociales en instituciones de la
colectividad de habla alemana en la Argentina, lo que sir-
vió para acentuar la presencia del Estudio en el referido
nicho, aún cuando hoy sea el idioma inglés el que prevale-
ce en el asesoramiento de negocios internacionales.
Los abogados del Estudio conservan como principal
objetivo mantener el contacto directo con el cliente,
dando una importancia primordial al asesoramiento per-
sonalizado y adaptado a las necesidades individuales.
Entre los abogados del Estudio, que se manejan indis-
tintamente en castellano e inglés, hay 8 profesionales que
dominan el idioma alemán. La experiencia del Estudio en
el asesoramiento internacional le permite ser un puente y
guía adecuado para conocer e incorporarse al mercado de
negocios argentino.
197196
Breve Reseña histórica del Laboratorio PförtnerCornealent SACIF
Klaus Pförtner se recibió de óptico en la Escuela
Superior de Óptica de Berlín (Alemania) en 1937 y luego de
emigrar a la Argentina fundó el primer laboratorio especiali-
zado en lentes de contacto en ese país en 1943.
En 1962 ingresó a la compañía Tomás Pförtner, Óptico
Técnico y Doctor en Ciencias Económicas, imprimiendo una
reestructuración técnico-científica, administrativa y comercial,
dividiendo las actividades de la misma en dos grandes rubros:
- La atención al público en los centros de adaptación Pförtner
- La venta mayorista de lentes de contacto, soluciones de
limpieza, instrumental y accesorios para la óptica abaste-
cidos por sus propias fábricas elaboradoras.
En 1972 Laboratorio Pförtner introdujo las lentes blandas
Waicon en el país, con lo que aumentaron considerablemente
la difusión de este dispositivo corrector, y pocos años más
tarde, junto con los señores Mauriño, crearon la línea Natura
de soluciones de limpieza para lentes de contacto. A partir de
entonces, Pförtner se ubicó entre los principales productores
de lentes de contacto independientes a escala mundial.
Otro paso importante fue la incorporación a la empresa
en la década del noventa de Martín Pförtner y Máximo
Pförtner, hijos de Tomás. El primero se encuentra actualmen-
te coordinando la fabricación, mientras que el segundo se
encarga de los aspectos comerciales de la empresa.
En la actualidad esta empresa se ha transformado en un
complejo industrial y comercial que cuenta con más de 350
empleados; 16 centros de adaptación en los que se atienden
a más de 20.000 pacientes al año; una planta que produce
180.000 lentes por mes aprobados por la CE Mark y por las
normas ISO 9001/2000; una segunda planta que elabora
cerca de 5.000.000 botellas de soluciones para el cuidado de
las lentes y una estructura comercial que abastece de todos
estos y de otros productos a más de 3.000 profesionales en
la Argentina y a distribuidores en 26 países.
Los objetivos del Laboratorio Pförtner son claros y sim-
ples: brindar a la comunidad una línea completa de dispositi-
vos ópticos que resuelvan en forma eficaz los problemas
visuales. Es obvio que esto debe ocurrir en el marco de una
política comercial que haga accesibles estos productos a per-
sonas de todos los medios y recursos. Para lograr estos fines
se dispone de un grupo humano altamente capacitado, inte-
grado por profesionales de diversas disciplinas: ópticos, inge-
nieros, mecánicos especializados, expertos en computación,
economistas, etc. Todos ellos son conscientes del desafío
impuesto en aras del perfeccionamiento científico y técnico.
Una característica muy especial de esta empresa es que los
señores Klaus y Tomás Pförtner siguen activos en la atención
personalizada de la mayoría de los pacientes que asisten a la
Casa Central en Av. Pueyrredón 1706, Buenos Aires.
UNA LUMINOSA RELACIÓNLa marca OSRAM fue patentada en al año 1906 por la
empresa Auergesellschaft, creada por el excelente químico
vienés Dr. Auer, para fabricar sus lámparas eléctricas incan-
descentes de hilo metálico estirado y de luz de arco. El año
1906 fue, por tanto, el del nacimiento de una Marca que
conquistaría después fama mundial y sería sinónimo de la
buena luz: OSRAM.
Estas lámparas de “hilo estirado” conquistaron rápida-
mente el mercado mundial y fueron vendidas incluso en
Argentina. La Revista Fray Mocho de 1913 las publicita
como lámparas OSRAM: “las lámparas de hilo estirado
irrompible que proporcionan una economía del 75% en fluí-
do, dando luz pura y blanca”. La preocupación por fuentes
más eficientes ha sido sin duda una preocupación muy tem-
prana en OSRAM
La historia de OSRAM corre pareja al desarrollo de la
luz eléctrica. En OSRAM se reunieron, al asociarse en 1919,
los conocimientos científicos y experiencias que los tres
grandes fabricantes de lámparas incandescentes de
Alemania: Siemens & Halske, más la empresa Allgemeine
Electricitäts-Gesellschaft, y la Deutsche Gasglühlicht-
Aktiengesellschaft (Auergesellschaft).
En 1921 se funda una filial en la Argentina, ES LA
SEGUNDA EN TODO EL MUNDO, para la distribución de
sus productos. La empresa se denomina “OSRAM Limitada
Cía. Sudamericana” y se dedicaba a la venta de las lámpa-
ras importadas desde Alemania. Queda clara con esta funda-
ción la preferencia que tenía OSRAM por participar del
mercado Argentino.
El año 1935 marca una gran pérdida para los argentinos
ya que fallece Carlos Gardel. Se apaga una voz y se enciende
una luz pues en ese año se inicia la producción de lámparas
incandescentes OSRAM en Argentina. Se instala una fábrica
en la calle De Luca 2251 de la Capital Federal, modificán-
dose la razón social de la empresa por el nombre de
“OSRAM Argentina Cía. de Lámparas Eléctricas S.A.”.
El 24 de octubre de 1980 con una inversión de trece
millones de dólares se inaugura una nueva planta en
Boulogne sobre un terreno de 36.705 metros cuadrados de
los cuales 11.680 metros cuadrados son cubiertos y alber-
gan un complejo que incorpora oficinas de administración.
En este año se lanzan las DULUX LONG LIFE, lámparas de
bajo consumo electrónicas que han llegado a transformarse
en el sinónimo del ahorro energético.
La inauguración del LUMINARIO, el centro de demostra-
ción de luz, en 1986 marca una nueva inversión innovación
para que el mercado Argentino esté al tanto de las nuevas
tendencias en LUZ. Miles de profesionales han pasado por
sus cursos de iluminación, para capacitarse en los nuevos
productos y lograr efectos lumínicos imposibles de lograr
con anterioridad.
El año 1989 marca un hito importante, pues OSRAM
realiza la primera exportación de lámparas de Industria
Argentina con destino a Brasil. Esta fue la primera de una
larga serie de exportaciones que han llevado nuestras lámpa-
ras a 23 países de América, Europa y la lejana Asia.
OSRAM queda como la única fábrica de lámparas en la
Argentina en el año 2000. Para afianzar su calidad logra la
certificación de su “sistema de gestión integral”. Es la pri-
mera empresa en Sudamérica que logra certificar su planta
de acuerdo a las normas ISO 9002, ISO 14001 e IRAM
3800, en forma simultánea. Marca también una decisión
empresaria de invertir y permanecer en este país en que
tanto nos ha unido la historia.
199198
Impulsando del desarrollo del país desde hace 150 años
El espíritu de Siemens ha sido siempre la innovación.
Hace exactamente 150 años, en 1857, la Argentina inaugu-
raba su primer ferrocarril. Siguiendo su recorrido, Siemens
instaló el primer sistema telegráfico del país. Así, a sólo 10
años de que Werner von Siemens fundase la compañía en
Berlín, sus telégrafos ya contribuían a acelerar la comunica-
ción en Buenos Aires.
Durante las primeras décadas del siglo XX, Siemens jugó
un papel fundamental en el crecimiento del país con la insta-
lación de la red de comunicaciones y tranvías, el montaje de
instalaciones eléctricas para importantes sectores industria-
les, y la construcción de obras de gran valor histórico y
patrimonial para los argentinos como son las Avenidas 9 de
Julio, Costanera y el Obelisco.
Entre la década del ’30 y el ’50, Siemens suministró tec-
nología de punta para el sector energético, de transporte y
comunicaciones. En aquellos años la compañía proveyó de
turbogeneradores a la Central Dock Sud, a las termoeléctri-
cas de Corrientes y Villa María, y a la central hidroeléctrica
de Cacheuta (en su momento, la de mayor capacidad de
América del Sur). Simultáneamente, Siemens construyó y
equipó íntegramente las líneas de subtes B y C de Buenos
Aires y concretó hitos como el tendido del cable fluvial de
telecomunicaciones entre Buenos Aires y Colonia, Uruguay.
Ya en los años ´70, la compañía encabeza titulares con la
instalación de la central telefónica pública más austral del
mundo en Ushuaia, el montaje de los generadores para el com-
plejo hidroeléctrico El Chocón, la instalación del primer tomó-
grafo computarizado en un hospital y la iluminación del estadio
River Plate para el Campeonato Mundial de Fútbol ´78.
Durante los años ´80 y a comienzos de los ’90 Siemens
concluye una de las grandes obras para la Argentina, el des-
arrollo del Centro de Despacho Único de Cargas que permite
supervisar toda la red de alta tensión del país y los enlaces
eléctricos con los países limítrofes, y construye la central
termoeléctrica Genelba.
Durante esta década, Siemens comienza a especializarse
en servicios y soluciones informáticas, y en 1998 lanzó la
solución IMED®, el servicio informático que realiza online
la gestión de autorizaciones, control y auditoría de presta-
ciones de salud y que en 2006 logró el récord del sector de
salud al procesar 26.000.000 de transacciones al año.
También introduce otro proyecto informático con Red Bus®
en Córdoba, un avanzado sistema de administración del
transporte público de pasajeros con tarjetas sin contacto
para el pago de pasajes, sistemas GPS para el seguimiento
de flota en tiempo real, seguridad y monitoreo, y la realiza-
ción de toda la operación y administración del sistema de
cobro del transporte público.
En el 2000, Siemens inicia el desarrollo de la Red Digital
Hospitalaria en Córdoba, única en Latinoamérica, al interco-
nectar informáticamente 32 hospitales públicos de la provincia.
Hoy, como hace 150 años, Siemens continúa aportando
toda su innovación para el desarrollo de la infraestructura
del país – desde la electrificación integral y señalización de
avanzada para la nueva línea H y la automatización de 49
pasos a nivel en las líneas de trenes Mitre y Sarmiento hasta
la construcción de dos nuevas centrales energéticas que
aportarán 1.660 MW al sistema energético argentino,
pasando por la provisión e instalación de los más modernos
equipamientos médicos del país y los más eficientes sistemas
de control y automatización industrial que garantizan el
aumento de la producción en segmentos tan diversos como el
alimenticio, el químico y el minero.
Con más de 2.000 personas trabajando, sucursales en
Rosario, Córdoba y Mendoza, y cuatro centros de especiali-
zación en el país, Siemens Argentina ofrece soluciones a
medida con alto valor agregado local y tecnología de punta
para las infraestructuras de energía, industria, telecomunica-
ciones, informática, salud, iluminación y transporte.
Roemmers, un desafío a la excelencia
En 1921, don Alberto J. Roemmers nacido en Lennep,
Alemania, y radicado en la ciudad de Buenos Aires, fundó
Laboratorios Roemmers, un emprendimiento que encontró
en la Argentina el campo fértil para llevar adelante sus
actividades y que se destacó por la seriedad de su accionar
y la confiabilidad de sus productos, lo que le posibilitó
ganarse el respeto y la consideración del cuerpo médico y
la comunidad.
Desde 1969, Roemmers comenzó a elaborar en sus plan-
tas farmoquímicas principios activos y drogas para el sec-
tor farmacéutico. Actualmente, Maprimed –la empresa del
Grupo dedicada a tal producción- no sólo provee de mate-
rias primas a la industria farmacéutica argentina, sino que
también exporta a diversas regiones y países del mundo,
como Estados Unidos de Norteamérica, la Unión Europea,
América Latina, Australia, Ucrania y Turquía, entre otros.
En 1975 se creó la Fundación Alberto J. Roemmers
para apoyar la investigación básica y aplicada de las cien-
cias médicas, que ya lleva otorgados más de mil subsidios a
científicos y equipos de investigadores, además de realizar
múltiples actividades, entre las que merecen destacarse la
organización de simposios y jornadas, y la publicación de
libros de texto para estudiantes de medicina.
Rofina, es la empresa dedicada a la logística y distribu-
ción de especialidades farmacéuticas, cosméticas y odonto-
lógicas que presta servicios no sólo a las compañías del
Grupo, sino también a importantes laboratorios nacionales
y multinacionales.
A mediados de la década del ‘90, se crea la empresa
San Juan de los Olivos, que concreta importantes inversio-
nes en plantaciones de olivos en las provincias de San
Juan, La Rioja y Catamarca, de la Argentina, y cuya exten-
sión llega actualmente a 4.000 hectáreas cultivadas.
Asimismo, se han construido en esa zona dos plantas indus-
triales elaboradoras de aceite y de aceitunas de mesa para
abastecer el mercado local y, fundamentalmente, para la
exportación a los Estados Unidos de Norteamérica y, en
menor medida, a la Unión Europea, Brasil y otros.
En 2000 se pone en marcha en Argentina Roemmers
Pharma, una Planta modelo cuya ingeniería fue diseñada
en Alemania, en la que se elaboran medicamentos sólidos
no antibióticos, utilizando tecnología de última generación
sólo comparable con la existente en los países más desarro-
llados que rigen para la más avanzada actividad farmacéu-
tica internacional.
Dentro del marco del mercado farmacéutico argentino,
el Grupo Roemmers elabora y vende más de 120 productos
en distintas presentaciones, por un total de casi 100 millo-
nes de unidades anuales.
A lo largo de su dilatada trayectoria, Roemmers lanzó
al mercado un conjunto de medicamentos que marcaron
importantes capítulos en la terapéutica, como Amoxidal,
Sertal, Taural, Lotrial, Dorixina, Atlansil, Lanzopral,
Vasotenal, Losacor, Endial, Athos, Optamox y Acalix, entre
otros, que se convirtieron en productos líderes en sus res-
pectivas clases terapéuticas.
La calidad, uno de los valores más preciados y reconoci-
dos del Grupo Roemmers, se define a través de un sistema
de gestión basado en el total cumplimiento de los requeri-
mientos establecidos por FDA, OMS y CEE en lo referente
a Buenas Prácticas de Manufactura (GMP), Buenas
Prácticas de Laboratorio (GLP) y Normas ISO.
El cuidado del medio ambiente también es una de las
prioridades en materia de responsabilidad empresaria y, por
ello, los principios de la sustentabilidad y la ecoeficiencia
han sido claramente incorporados en la política ambiental
que aplica y sostiene.
201200
Wintershall Holding AG
Wintershall se dedica activamente a la búsqueda y extrac-
ción de petróleo y gas natural desde hace más de 75 años y
es hoy en día el mayor productor alemán de petróleo y gas
natural. Wintershall ha focalizado sus actividades de explo-
ración y producción en áreas estratégicas alrededor del
mundo, en las que la compañía cuenta con un alto grado de
conocimiento regional y tecnológico.
Wintershall en Argentina
Wintershall Energía S.A. es una filial perteneciente en un
100% a Wintershall Holding AG en Kassel y emplea unas
40 personas. Está presente en Argentina desde 1978, inicial-
mente como Deminex que, al ser escindida en 1998, pasó a
manos de Wintershall.
Un continuo crecimiento de las inversiones en exploración
y producción permitieron a Wintershall Energía fortalecer su
posición en el mercado argentino con el aumento de su pro-
ducción. Hoy es uno de los productores de gas más impor-
tantes del país luego de Repsol YPF, BP, Pluspetrol y Total
con una producción anual de gas natural de alrededor de
3.600 millones de metros cúbicos. La empresa produce
anualmente 0,8 millones de toneladas de petróleo, condensa-
do y LPG. Wintershall Energía consiguió incrementar en un
45% su producción (en BOE) desde el año 2000 y se espe-
ran futuros aumentos de la producción de gas para 2010.
Wintershall tiene altas exigencias en relación con la pre-
servación del medio ambiente y la seguridad en el trabajo, a
cuya satisfacción le otorga tanta importancia como a los
objetivos económicos.
Las actividades de producción de petróleo y gas en
Argentina se encuentran en la Cuenca Neuquina y en la
Cuenca Austral, en las que la empresa tiene participaciones en
4 bloques de producción: Aguada Pichana, San Roque, CMA-1
y Sierra Chata. En estas dos cuencas se encuentran concentra-
dos los yacimientos probados más importantes de la
Argentina. Wintershall tiene participación en 13 yacimientos
de petróleo y gas en el país. Los proyectos de exploración de
la empresa se encuentran en los bloques Ranquil Norte, La
Invernada y CN-V en la Cuenca Neuquina, así como también
en los bloques Gan Gan y CGSJ-V/A en la Cuenca Cañadón
Asfalto en la provincia del Chubut. Wintershall es el operador
del consorcio de todos estos bloques. Wintershall tiene partici-
pación, además, en los bloques exploratorios Bandurria y El
Churqui. La empresa cuenta también con una participación en
el Gasoducto Cruz del Sur, que une Argentina con Uruguay.
Wintershall sigue fortaleciendo su compromiso en
Argentina. Ha invertido en el país más de 800 millones de
Euros entre 1993 y 2006 y prevé futuras inversiones de más
de 400 millones de dólares entre 2007 y 2011 para el des-
arrollo de la producción existente y la búsqueda de nuevos
yacimientos de petróleo y gas.
Principales proyectos
Los proyectos más importantes de Wintershall Energía
realizados durante el año 2006 fueron orientados a asegurar
el abastecimiento de gas del país.
Entre ellos se encuentran:
- Una extensa campaña de perforación con más de 30
pozos en Aguada Pichana.
- Instalación de compresión de media presión en San Roque.
- Instalación de compresión de baja presión en Aguada
Pichana.
- Desarrollo de Rincón Chico Norte, donde se desarrolla-
ron y produjeron nuevas reservas.
- Comienzo de la producción de Aries, (Bloque CMA-1)
como parte de Carina-Aires, el desarrollo costa afuera más
grande de la Argentina y el yacimiento marítimo más aus-
tral del mundo. Carina comenzó la producción en 2005.
Volkswagen: empresa argentina con casa matriz alemana
Volkswagen Argentina inició sus actividades en el país
en 1980; más de 25 años con una clara visión: producir
y comercializar vehículos y autopartes en la Argentina
En las plantas de San Justo y Monte Chingolo fue pro-
ducido al comienzo el conocido VW 1500. Al mismo tiem-
po comenzó la importación de una paleta de vehículos,
entre otros el legendario Escarabajo, del cual fueron vendi-
dos más de 21,5 millones de unidades en todo el mundo.
Volkswagen Argentina se destacó siempre como pre-
cursora en la implementación de la más moderna tecno-
logía que garantiza, en gran medida, la calidad.
En marzo de 1982 Volkswagen presentó al mercado
argentino la primera línea de vehículos de producción
nacional: los utilitarios Kombi, Furgón y Pick up.
A partir de julio de 1987 Volkswagen y Ford formaron
un joint venture de sus operaciones: Autolatina Argentina
con sede en la zona norte del Gran Buenos Aires. Esta
relación se disolvió a fines de 1994 y Volkswagen decidió
construir un nuevo centro industrial en Gral. Pacheco,
inaugurado oficialmente pocos meses después, el 17 de
noviembre de 1995.
Durante los últimos años en las plantas de Pacheco y
Córdoba fueron invertidos más de US$ 350 millones
para producir en los centros industriales con tecnología
de punta vehículos y componentes para el mercado local
y para exportar a más de 30 países en el mundo.
En Planta Pacheco más de 1.700 colaboradores pro-
ducen diariamente alrededor de 200 vehículos. El orgullo
de esta planta es el Suran, producido únicamente en la
Argentina. Los otros modelos de la producción son el
Polo y el Caddy.
En Planta Córdoba 1.500 colaboradores producen
diariamente 2.500 cajas de cambio. En 2005 la planta
fue galardonada con el “Premio Nacional de la Calidad”
y en 2006 recibió el premio “Volkswagen Excellence”
como la mejor planta de componentes del Grupo
Volkswagen.
En un futuro próximo, está prevista una inversión a
través de la cual la producción anual podrá ser aumenta-
da a 1 millón de cajas de cambio. Además, Planta
Pacheco es una prometedora candidata para la produc-
ción de un vehículo, en cuyo segmento Volkswagen toda-
vía no ha incursionado.
Desde 2003 Volkswagen es líder indiscutible del mer-
cado de vehículos de la Argentina, Audi es líder en el
segmento Premium, la división Camiones y Buses está en
creciente desarrollo y Autoahorro Volkswagen es líder
del mercado de planes de ahorro. Sólo en 2006 fueron
vendidos 100.000 vehículos por el Grupo en la Argentina
Volkswagen Argentina es una empresa independiente,
que está integrada en la estructura mundial. Su
Presidente, el Dr. Viktor Klima, no sólo es representante
de la Argentina en la casa matriz, sino también de toda
Sudamérica, incluido Brasil.
A nivel mundial, Volkswagen tiene más de 320.000
empleados y desde su fundación ha producido más de 100
millones de vehículos. Sólo en 2006 se invirtieron US$ 5,7
mil millones. Al Grupo Volkswagen pertenecen, además de
Volkswagen, las marcas Audi SEAT, Bentley, Lamborghini,
Bugatti, Skoda y la división Camiones y Buses.
203202
Spitz, R. M.: “Die politische Geschichte der
Hochschule für Gestaltung Ulm (1953-1968)”,
Inaugural-Dissertation zur Erlangung des
Doktorgrades der Philosophischen Fakultät in der
Bundesrepublik Deutschland, Universität zu Köln,
Euskirchen, 1997
Weil, F.: Argentine Riddle,The John Day Company,
New York, 1944
Wölfer, J.: Cap Arcona: Biographie eines Schiffes,
Geschichte einer Reederei, Koehlers Verlagsgesells.
mbH, Hamburg, 1977
Zago, M. (ed.): Alemania en la Argentina /
Deutschland in Argentinien, Manrique Zago
Ediciones SRL, Buenos Aires, 1997
Zago, M. (ed.): Presencia alemana en la Argentina
/ Deutsche Präsenz in Argentinien, Manrique Zago
Ediciones SRL, Buenos Aires, 1992
Zago, M.: Julio Argentino Roca, Manrique Zago
Ediciones SRL, Buenos Aires, 1998
EstadísticasInstituto Nacional de Estadística y Censos
(INDEC)
MediosClarín
Die Welt
La Nación
Página 12
Cuadernos de Historia
(Instituto de Arte Americano)
Web
http://www.alemanesvolga.com.ar
http://www.barriada.com.ar/Palermo/FuenteAlemana1.htm
http://www.comodoro.gov.ar/nodo.php?seccion=6&nodo=13
http://inmigracionargentina.pais-global.com.ar
http://www.mininterior.gov.ar/migraciones
http://www.zonacolon.com/historica
http://www.generaciones-shoa.org.ar/english/texts/texts_thelegacyof-
thesaviors_spa.htm
http://hfg-archiv.ulm.de/die_hfg_ulm/timeline.html
http://www.heraldo-berlin.de/archivo.php?op=noticia&idn=107
http://re-type.com/notaweblog/?page_id=3
http://www.magicasruinas.com.ar/revistero/internacional/alemania-
visita-presidente.htm
http://www.aurora-magazin.at/wissenschaft/brank.htm
http://www.tangofestivalberlin.de/2007
http://www.i-n-sanmartiniano.com.ar
http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/personajes/6605.htm
http://www.pachami.com/SanMartin.html
Bamberg, Maria: Zwischen Argentinien und
Deutschland: Erinnerungen in zwei Welten, edition
tranvía-Verlag Walter Frey, Berlin, 2004
Bonsor, N.R.P: South Atlantic Seaway, Brookside
Publications, 1983
Borges, J. L.: El oro de los tigres, Emecé, Buenos
Aires, 1972
Cisneros, A.; Escudé, C. (eds.): Historia General
de las Relaciones Exteriores de la República
Argentina, Tomo III-XII, Consejo Argentino para
las Relaciones Internacionales (CARI), 2000
Cooper, J.; Kludas, A; Pein, J.: The Hamburg
South America Line, World Ship Society,
Kendal, 1989
Goru, G.: Inmigración y colonización en la
Argentina, Eudeba, Buenos Aires,1988
Guinder, A.: De Alemania a Rusia. De Rusia a
América, Publivision, Santa Rosa, 1998
Hospital Alemán (ed.): 130 Años de Vida,
Buenos Aires, 1997
Kohut, K., Briesemeister; D., Siebenmann, G.
(eds.): Deutsche in Lateinamerika, Vervuert
Verlag, Frankfurt am Main, 1996
Kölliker, A.: In den Einsamkeiten Patagoniens,
Strecker und Schröder Verlag, Stuttgart, 1926
Kroyer, S.: Deutsche Vermögen in Argentinien
1945-1965: Ein Beitrag über deutsche
Direktinvestitionen im Ausland, Vervuert,
Frankfurt am Main, 2005
Levin, E.: Historias de una emigración (1933 /
1939): Alemanes judíos en la Argentina, Editorial
de Belgrano, Buenos Aires, 1991
Meding, H. M.: Flucht vor Nürnberg? Deutsche und
österreichische Einwanderung in Argentinien 1945-
1955, Böhlau Verlag, Köln-Weimar Wien, 1992
Meding, H. M.: Nationalsozialismus und
Argentinien: Beziehungen, Einflüsse und
Nachwirkungen, Vervuert Verlag, Frankfurt am
Main, 1995
Moneke, K.: Die Emigration der deutschen Juden
nach Argentinien (1933-1945): Zur Rolle der
jüdischen Hilfsvereine, Röhrig Verlag, St.
Ingbert, 1993
Ochoa de Eguileor, J. y Valdés, E.: ¿Dónde dur-
mieron nuestros abuelos? Los hoteles de inmi-
grantes en la ciudad de Buenos Aires, Centro
Internacional para la Conservación del
Patrimonio, Buenos Aires, 2000
Paulus, M.: “Die deutsch-argentinischen
Beziehungen – Eine Untersuchung auf der
Grundlage von Botschaftsakten”, Magisterarbeit,
Rostock, 2007
Sarramone, A.: Los abuelos inmigrantes, Biblos
Azul, Buenos Aires, 1999
Schwarcz, A.: Y a pesar de todo: los judíos de
habla alemana en la Argentina, Editorial de
Belgrano, Buenos Aires, 1997
Schulz, J. A.: Bariloche, breve historia de la comu-
nidad alemana y su escuela 1907-2004, Libros del
Mediodía, San Carlos de Bariloche, 2004
Bibliografía
204
Edición y coordinaciónFlavio Cannilla
Diseño y diagramaciónFabio Massolo
FotocromíaRicardo Farías / AustralPrePress
ImpresiónLatingráfica s.r.l.
Salvo en el caso de las colaboraciones especiales y
de los textos institucionales –Cámara de Industria
y Comercio, Escuelas, Fundaciones,Goethe-Institut,
Instituto Ibero-Americano– todos los textos y las
entrevistas estuvieron a cargo de Flavio Cannilla.
Colaboraciónes especialesHugo Caligaris, La NaciónEsteban Cuya, Koalition gegen Straflosigkeit, Köln
Carlos Echeverría, director y realizador
Dr. Carlos Elbert, Alexander von Humboldt StiftungBirgit Glombitza, Die Zeit, tazFernando López, La NaciónPD. Dr. Holger Meding, Iberische und
Lateinamerikanische Abteilung, Universität zu Köln
Manuel Paulus
Dr.Wolfgang Schäffner, Cátedra Walter Gropius,
Facultad de Aquitectura y Urbanismo, Universidad de
Buenos Aires
Hans Schulz, Instituto Primo Capraro, San Carlos
de Bariloche
Fotografías especialesNico Pérez
FotografíasHoracio Coppola
Thorsten Buhe
Guido Gayk
Michael Grasman
JKP
Roberto Litvachkes
Rainer Pfisterer
Jorge Royan
Slavica Ziener
Nota del EditorTodos los textos y artículos que aparecen en este libro fueron realiza-
das en base a la información que proviene tanto de las fuentes biblio-
gráfícas como de las entrevistas realizadas con testigos de los hechos
que aquí se mencionan. Se prestó especial cuidado en reconfirmar la
información prestada a través de una fuente independiente.
Agradezco particularmente al equipo de colaboradores de la
Embajada que participó en el desafío que representó este trabajo.
El mismo agradecimiento corresponde a todos los entrevistados en la
Argentina y en Alemania, que con admirable paciencia respondieron a
todas las preguntas y participaron en el proceso de revisión de las
entrevistas realizadas. No obstante, cualquier error es responsabilidad
de este editor.
Finalmente, tengo el placer de agradecer a mis estimados colegas
del periodismo local. A pesar de estar inmersos en el trabajo que
significa elaborar hoy un medio en la Argentina, ellos estuvieron
siempre dispuestos a ayudar a resolver cualquier problema, cual-
quier dificultad. Sin su colaboración, apoyo y –en muchos casos–
dirección esta publicación hoy no estaría en sus manos.
Una mención especial le corresponde a Victoria Gandini que me
asistió con paciencia y determinación ejemplar en la búsqueda de
material y contactos. Su perseverancia acortó más de un camino.
Agradecemos el gentil apoyo de las siguientes institucionesy organizaciones:
Archivo General de la Nación (AGN), Biblioteca del Congreso de la
Nación, Hemeroteca de la Biblioteca Nacional, Hotel de Inmigrantes,
Museo de Ciencias Naturales, Museo del Holocausto, Museo
Histórico Sarmiento, Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA).
Asociación Simmental Argentina, Cámara de Industria y Comercio
Argentino-Alemana, Club Alemán de Buenos Aires, C.F. Peters
Musikverlag, Colegio Goethe, Colegio Pestalozzi, Escuela Hölters,
Internationale Filmfestspiele Berlin (Berlinale), Institut für
Sozialforschung (Frankfurt), Fundación Konrad Adenauer,
Fundación Friedrich Ebert, Fundación Alexander von Humboldt,
Fundación Friedrich Naumann, Instituto Ballester, Instituto Ibero-
Americano, Instituto Primo Capraro (San Carlos de Bariloche),
Goethe-Institut Buenos Aires, Hospital Alemán, Koalition gegen
Straflosigkeit (Nürnberg)