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TESIS PARA OBTENER EL GRADO DE LICENCIADO EN RELACIONES
INTERNACIONALES
LA POLÍTICA EXTERIOR DEL PERONISMO Y SU
VINCULACIÓN ECONÓMICA Y POLÍTICA CON EL ESTADO DE
ISRAEL (1946-1955)
Alumna: Martina Tauler
Director: Profesor Javier Luchetti
Noviembre de 2017
2
Agradecimientos
Principalmente quiero agradecer a la educación pública, y a la oportunidad
concreta que me otorgó la Universidad Nacional de Centro de la Provincia de Buenos
Aires, UNICEN, en abrirme sus puertas y formarme. Un reconocimiento especial, por
su compromiso de siempre a mi director de tesis, Javier Luchetti, quien pertenece a esta
casa de altos estudios.
Me siento agradecida por haberme encontrado con Maestros que me ayudaron a
creer en mí misma y a no bajar los brazos. Un reconocimiento entrañable a Rodolfo
Olivera y Horacio Ferber.
Agradezco mis años de militancia en la Juventud Peronista Tandilense,
movimiento que además de concederme una visión práctica de la política, me hizo sentir
parte tanto de la historia universitaria como de la ciudad de Tandil.
Reconozco la importancia de mi grupo de estudio y de risas, Alan, Eugenia y
Norberto, quienes me enseñaron a trabajar en equipo y a responder positivamente en
momentos de presión, siendo compañeros claves en este proceso.
Corresponde también un agradecimiento especial a mis padres Jorge y Estela y a
mi hermana Tamara que me manifestaron su amor constante y me mostraron el camino
del esfuerzo basado en la constancia.
Un reconocimiento personal a Francisco, mi novio por acompañarme en este
recorrido con amor y compromiso, sobreponiéndose a esta relación triangular entre él, la
tesis y yo.
Finalmente, agradezco también a la comunidad Judía Marplatense, y a SUIM
puntualmente por haberme recibido siempre como una hija y haberme regalado la
oportunidad de conocer un país como Israel, que me inspiró a elegir el tema de tesis.
3
Dedicatorias
A mis papas por el apoyo y motivación, para la culminación de mis estudios
universitarios.
A mis amigas marplatenses por acompañarme y descontracturarme en momentos tensos
A los adultos mayores de los talleres de ANSES, que me acompañaron en mis primeros
pasas laborales.
A mis amigas tandilenses Magdalena, Evelyn y Analía por compartirme siempre una
sonrisa y un abrazo.
Y a mi perro Ruffo por acompañarme en largas tardes de estudio
4
ÍNDICE
Introducción
Planteo del problema………………………………………………………………….....5
Objetivos generales y específicos……………………………………………………….6
Hipótesis………………………………………………………………………………...6
Enunciado de fuentes de conocimiento y de procedimiento empleados………………..6
Marco teórico…………………………………………………………………………...7
Capítulo 1. Situación económica y política internacional (1946-1955)
1.1. Aspectos económicos……………………………………………………………...12
1.2. Aspectos políticos……………………………………………………………….....23
1.3. Conclusiones del capítulo………………………………………………………….32
Capítulo 2. Situación económica y política de América Latina (1946-1955)
2.1. Aspectos económicos…………………………………………………………..….36
2.2. Aspectos políticos……………………………………………………………….....41
2.3. Conclusiones del capítulo……………………………………………………….…47
Capítulo 3. La política exterior económica y política peronista (1946-1955)
3.1. Aspectos económicos……………………………………………………………...50
3.2. Aspectos políticos……………………………………………………………….....56
3.3. Conclusiones del capítulo………………………………………………………….73
Capítulo 4. La política exterior económica y política peronista con Israel (1946-
1955)
4.1. Aspectos económicos……………………………………………………………...76
4.2. Aspectos políticos……………………………………………………………….....80
4.3. Conclusiones del capítulo………………………………………………………… 92
Conclusiones finales…………………………………………………………………... 95
Bibliografía……………………………………………………………………………100
Sitios web……………………………………………………………………………..104
5
Introducción
Planteo del problema.
Las relaciones económicas y políticas internacionales permiten la vinculación
entre países de la misma región o de distintos continentes. En el caso de Argentina e
Israel, esas relaciones comenzaron en la década de 1940 cuando se crea el Estado de
Israel. Por ello resulta importante analizar la política exterior entre ambos países durante
los gobiernos de Juan Domingo Perón (1946-1952 y 1952-1955).Se analizaran las
vinculaciones existentes entre ambos países, principalmente las comerciales, como
también cualquier otro tipo de vinculación que pueda categorizarse como relación
bilateral, como las relaciones políticas, por ejemplo.
Argentina reconoció al Estado de Israel el 14 de febrero de 1949, siendo uno de
los primeros países del mundo en hacerlo (el primero en América Latina). Las
relaciones bilaterales Argentina-Israel datan oficialmente desde el 1 de agosto de 1949,
cuando Jacob Tsur, primer Embajador de Israel en Argentina, fue recibido en la Casa
Rosada por el Presidente de la República Argentina, Juan Domingo Perón.
“Las dos primeras presidencias de Perón fueron las que mejores vínculos
diplomáticos tuvieron con el Estado de Israel en la historia argentina”1 según
RaananRein. Se considera de suma importancia analizar las relaciones bilaterales entre
Argentina e Israel en función de poder determinar las convergencias y divergencias de
las estrategias comerciales de ambos países.
Esta situación nos brindara elementos para la construcción de Programas de
acción y promoción comercial. La tesis de grado a presentar pretende analizar y evaluar
las relaciones económicas y políticas entre Argentina e Israel, durante el periodo 1946-
1955, teniendo en cuenta el modelo económico desempeñado por la República
Argentina y la consecuente configuración de su política exterior. Se tendrá en cuenta
indicadores de comercio exterior, de economía, como también conceptos vinculados a
las relaciones políticas entre ambos estados, pudiéndose establecer algunas preguntas
tales como, ¿Cuáles fueron las relaciones económicas y políticas que mantuvo
1Brodersen Juan, "Perón no era nazi, catapultó a los judíos a la vida pública argentina”, Entrevista a
RaananRein, Clarín, publicado 25/08/2015.
6
Argentina durante losgobiernos peronistas (1946-1952), (1952-1955) con el Estado de
Israel?, ¿Mantuvieron un vínculo constante o fluctuaron?
Objetivos generales y específicos.
Los objetivos generales son:
Analizar los modelos de gestión que configuraron las relaciones económicas y
políticasinternacionales durante el primer y segundo mandato de Perón.
Analizar el posicionamiento de los gobiernos peronistas ante la situación
económica y política internacional y latinoamericana.
Los objetivos específicos son:
Analizar la política exterior peronista frente al estado de Israel durante los dos
mandatos.
Señalar las similitudes y diferencias de la política exterior en los dos períodos en
los aspectos económicos y políticos.
Hipótesis
Hipótesis principal: Los gobiernos peronistas entre 1946 y 1955, mantuvieron
una vinculación continua y debuenas relaciones con el Estado de Israel.
Hipótesis secundaria: La construcción de la política exterior peronista estuvo
basada enel no alineamiento y en fluctuaciones con respecto a los problemas que
enfrentaba a nivel internacional y latinoamericano.
Enunciado de fuentes de conocimiento y de procedimiento empleados
El diseño de la investigación es cualitativo, cuantitativo y no
experimental.Técnicas/instrumentos de recolección de datos: Como estrategia y técnica
para la recopilación de datos para la investigación se hará un análisis de contenido,
teniendo en cuenta textos escritos o material de comunicación gestual, oral, escrita,
icónica, por ejemplo: conferencias, libros, revistas, anuncios, diarios, multimedia,
7
artículos.Se han incluido capítulos considerados “de contexto”, como lo son los
capítulos 1, 2 y 3 que se han considerado necesarios para el entendimiento y la
comprensión del lector.
El capítulo uno abarca la situación económica y política internacional del
período estudiado, teniendo en cuenta como hito principal el fin de la Segunda Guerra
Mundial, que generó un sistema bipolar. Se analiza la postura dominante de los EEUU
en el hemisferio occidente y su perpetración mediante la construcción de nuevas
instituciones internacionales.Conjuntamente con el contexto internacional de posguerra
se destaca la construcción del nuevo Estado de Israel, año 1948 y el inicio formal del
conflicto palestino-israelí.
El capítulo dos también analiza la situación económica y política pero
específicamente en la región Latinoamericana, teniendo en cuenta cierto desinterés
demostrado por los EEUU durante el decenio del ‟40 y el ‟50, lo que permite una
incipiente integración regional. Además se aborda el modelo económico desarrollado
por los países latinoamericanos basado en la industrialización sustitutiva de
importaciones.En el capítulo tres, sehace foco en la Argentina específicamente en la
política exterior del peronismo, haciendo énfasis en los problemas que debió enfrentar
desde el año 1946 hasta 1955, tanto en el ámbito regional como internacional. Se
desarrolla con la “tercera posición” de la doctrina justicialista para comprender su
pragmatismo histórico.
Por último, el capítulo cuatro analiza la relación del peronismo con la
comunidad judía argentina teniendo en cuenta hechos específicos que favorecieron a la
colectividad. Además, se adentra en la relación bilateral entre ambos Estados, teniendo
en cuenta intercambios diplomáticos y comerciales, demostrando la veracidad de la
hipótesis planteada.
Marco teórico:
La escuela Realista se desarrolla con pretensiones explicativas de la realidad
internacional que tuvo lugar en el marco de la Guerra Fría. En ese sentido, Hans
Morgenthau, autor dePoliticsAmongNations, trata en su libro de: 1) el estatocentrismo;
8
2) la naturaleza conflictiva de las relaciones internacionales, y 3) la centralidad del
poder2.
Si transferimos la concepción del realismo clásico a la política exterior
Argentina, se debe hablar de diferencias que existen entre el “Realismo Morgenthiano”
y la “Autonomía Puigiana”. A diferencia del realismo clásico, el autonomismo de Puig,
fija el Interés Nacional en la base material de las elites para conservar sus beneficios y
poderes en el Estado-Nación3, y no con un carácter permanente y atemporal como en
aquel.
Durante la primera etapa del peronismo, 1946-1952 y la temprana Guerra Fría,
1947-1953, la relevancia de este tipo de estudios realistas en el ámbito de las relaciones
internaciones, “tuvo que ver con la utilidad de los enfoques realistas como guía de las
decisiones políticas estatales”4. De esta última idea podemos desglosar el peronismo y
la búsqueda de la autonomía: la Tercera Posición en política exterior.
Partiendo de la base realista que el sistema internacional vive como sistema
anárquico, porque no existe un gobierno mundial, se puede afirmar que el poder es una
discusión central en la política exterior, aunque se puede discutir cuál es su naturaleza,
si social, política, económica o cultural. “Pero sin lugar a dudas se puede afirmar que
trata sobre el control de un actor o un grupo de actores sobre otros, en el escenario
internacional”5.
Si se aborda asuntos internacionales y problemas del sistema internacional, es
necesario conceptualizar política exterior, como el instrumento mediante el cual los
estados tratan de manejar estos problemas: “Desde la Segunda Guerra Mundial, las
decisiones y acciones de los Estados que se consideran de “política exterior‟han llegado
a constituir un importante campo de investigación en los países industrializados
occidentales”6.
El análisis de la política exterior Argentina se enmarca dentro de la política
exterior latinoamericana, por una parte la región es una de las más homogéneas del
2Barbe Esther, 1987, “El papel del realismo en las relaciones internacionales”, Revista de Estudios
Políticos N57 julio-septiembre, (Nueva Europa), p. 154.
3Simonoff Alejandro Cesar, 2014, “Autonomía puigiana, realismo morgenthiano y guerra fría. VIII Jornadas de Sociología de la UNLP. Departamento de Sociología de la Facultad de Humanidades y
Ciencias de la Educación, La Plata. 2014, p .5.
4Salomón, Mónica, 2002, “La Teoría de las Relaciones Internacionales en los albores del siglo XXI,
Dialogo, disidencia y aproximaciones” Revista CIDOB d‟AfersInternacionals, núm. 56, p.11
5Simonoff y Alejandro Cesar, op. cit., 2014, p.3.
6Hazleton William, 1988, “Análisis y formulación de la política exterior” Proyecto de Cooperación con los Servicios Exteriores de América Latina. PNUD/CEPAL Chile, 1988, p.4.
9
mundo. Se ve como un subsistema o un sistema de acción, relativamente homogéneo.
Pero por un lado sus unidades exhiben diferencias en términos de poder, tradición,
estilos de política exterior, que las hacen distintas7.
Por otro lado, está el análisis de la Comisión Económica para América Latina y
el Caribe (CEPAL), institución que en rasgos generales, considera que las variables
externas configuran la periferia capitalista, condenada por el deterioro de los términos
de cambio y con esto una posterior dificultad en la balanza de pagos. Estos efectos
negativos causados por estas tendencias sistémicas podían superarse a través de una
estrategia de industrialización basada en la sustitución de importaciones; ISI,
desarrollada en la Argentina desde la década del 30 hasta el año 1955, incluyendo así
los gobiernos de Perón. “Algunas de las políticas que se tomaron en ese momento
fueron los redescuentos, el Comité de Exportaciones y estímulo Industrial y Comercial,
las Leyes de Promoción Industrial, la creación de la flota mercante del Estado, los
créditos del Banco Industrial (1944) y la nacionalización del BCRA (1946)”8.
Para el presente trabajo la política exterior Argentina durante los mandatos
peronistas (1946-1955) fue estructurada y configurada en función del interés nacional
de ese respectivo periodo. Esto se ve reflejado discursivamente en el libro de J.D Perón
La política internacional Argentina, tomo V: “La Argentina mantiene amistad con todos
los países del mundo, no se inclina hacia las hegemonía de izquierda y de, derecha,
porque tiene una conducta internacional definida”.
Durante las presidencias peronistas la política exterior argentina buscó
autonomía. Según palabras de Helio Jaguaribe, el grado de “permisibilidad” resultante
de los cambios experimentados por el sistema político, económico y militar
internacional demuestra que sólo los países más viables de la región pueden alcanzar un
grado relativamente alto de autonomía9.
Por ello es necesario que además de tener en cuenta la visión sistémica, se debe
recurrir a otras para no caer en generalidades y distinguir las diversas reacciones frente a
estímulos externos. Entonces es menester señalar que la configuración de la política
exterior se configura tanto por estímulos internos como externos. Demostrando que las
7Alberto Van Klaveren, 1988“Análisis y formulación de la política exterior” Proyecto de Cooperación
con los Servicios Exteriores de América Latina. PNUD/CEPAL Chile, p.26.
8Ferrer Aldo, 2004 “La economía argentina. Desde sus orígenes hasta principios del siglo XXI. Fondo de
Cultura Económica de Argentina”, Buenos Aires, Argentina, p.619.
9Van Klaveren, Alberto, op. cit., p.33.
10
perspectivas teóricas que han sido esbozadas no constituyen enfoques que se excluyen
mutuamente. Sino complementación.
Un autor que hace énfasis en las determinantes internas de la política exterior es
Macelo Lasagna. “Sin negar la importancia de las determinantes sistémicas y
reconociendo el peso de estas en el comportamiento externo de los países”10
. Lasagna
considera importante el proceso político interno, un claro ejemplo de que el régimen
político interno puede afectar al comportamiento externo es la “tercera posición del
gobierno peronista”, ni con los Estados Unidos ni con la Unión soviética.
Las variantes internas dependen de la política doméstica, es decir del sistema
político nacional, incluyendo la influencia de la opinión pública, grupos de interés,
iglesia y partidos políticos. Por ende esto deja claro que “la política exterior de un
régimen político, es parcialmente una función de su dinámica política interna”11
.
Igualmente es necesario dejar en claro que el objetivo del presente trabajo es
estudiar la política exterior, considerando los diferentes tipos de factores que intervienen
en tal acción. La política exterior puede considerarse un subcampo de las relaciones
internacionales. La política exterior como otras políticas gubernamentales es continua y
busca maximizar los beneficios del Estado. La política del “tercerismo” (ya que se aleja
del colectivismo comunista y del individualismo capitalista) de los cuarenta y cincuenta
marcaba en el peronismo la búsqueda de un camino nacional.
La política exterior peronista de “tercera posición” por un lado en relaciones
económicas internacionales, reflejaba el intento por mantener el esquema triangular que
se había formado entre Argentina, Estados Unidos y Gran Bretaña, a fin de dar impulso
a la industrialización nacional. Pero a nivel regional respecto de América Latina
buscaba crear un espacio de solidaridad política y complementación económica que,
acuerdos bilaterales y multilaterales mediante, pudiera conducir a una mayor
integración entre las economías de la región.
Apartado de las grandes opciones que el mundo proponía, creando así un espacio
nuevo: “El peronismo es tercerista porque es uno de los movimientos de liberación
nacional del Tercer Mundo. Es tercerista porque abre un camino autónomo entre "los
dos imperialismos", el soviético y el norteamericano”12
.
10Lasagna Marcelo, 1995, “Las determinantes internas de la política exterior: un tema descuidado en la
teoría de la política exterior”, Estudios Internacionales N 25, p. 387-409.
11Ibídem, p.388. 12Feinmann, José Pablo, 07/01/1988, “Tercerismo”, Diario Pagina 12, p. única.
11
En palabras de Roberto Russell, sucedió que luego de la depresión del año 1929
fue difícil allanar para los países de Latinoamérica una forma de inserción internacional,
era difícil para los modelos de política exterior encontrar sustentabilidad en el tiempo.
Los proyectos de incorporación estuvieron sellados por una puja entre dos esquemas, el
esquema autonomista, llevado a cabo mayoritariamente por los gobiernos democráticos
y por otro lado por esquemas de alineamiento con los Estados Unidos. “En este contexto
de inestabilidad operaron tanto la polarización política (peronismo anti peronismo),
como la económica (campo-industria), en donde ambas no fueron necesariamente
recíprocas, sino que existieron múltiples y cruzadas combinaciones entre ellas que
llevaron a la incapacidad de definir un rumbo sostenido”13
.
13Simonoff Alejandro, 2010, “La política exterior argentina durante la Guerra Fría” IV Congreso de
Relaciones Internacionales, Séptimas jornadas de Medio Oriente La Plata, p.2.
12
Capítulo 1
Situación económica y política internacional (1946-1955)
1.1 Aspectos económicos.
Al analizar la década del cuarenta y la década del cincuenta se puede observar
como principal hito histórico la Segunda Guerra Mundial, la cual comenzó en el año
1939 y se extendió hasta 1945. Como acontecimiento mundial marcó fuertemente la
década del 40 y el siglo XX en general. En la misma se vieron implicados la mayor
cantidad de Estados del mundo. La contienda bélica internacional alteró las relaciones
económicas y la estructura del sistema mundial.
Igualmente ya la situación prebélica de la Segunda Guerra Mundial configuró
una nueva disposición internacional, la Gran Depresión del año 1929, modifico la
estructura económica del tablero internacional, existieron variaciones y Estados Unidos
influyó intrínsecamente en ellas. La recesión de la economía de Norteamérica golpeó
fuertemente a otros sectores industriales. Alemania, por ejemplo gran núcleo industrial,
en el año 1928 recibía un gran flujo de capitales extranjeros, capitales necesarios para la
reestructuración de su economía. Tal dependencia la había vuelto una economía
vulnerable y esto quedó demostrado en el año 1929, cuando EEUU retiró sus capitales,
“Entre 1929 y 1931 la producción industrial disminuyó aproximadamente un tercio
tanto en Alemania como en EEUU”14
.
Luego de la Gran Depresión, la administración norteamericana tomo un rol
determinante, con la configuración del tratado económico llamado New Deal,
establecido por el presidente estadounidense Franklin. D Roosevelt (1933-1945). La
consecuencia primera y principal de la depresión del ‟29, fue el desempleo del grueso
de la población de los países industrializados. Para contrarrestar esta traumática
situación, se instauró el tratado económico anteriormente mencionado, con un nuevo
paradigma, el de la economía mixta, inspirado en una visión keynesiana de la política
económica, en sustitución del paradigma liberal del laissez-faire: “El desempleo ha sido
la enfermedad más extendida, insidiosa y destructiva de nuestra generación: es la
14
Hobsbawm Eric, 1994, “Historia del siglo XX”, Buenos Aires, Critica Grijalbo Mondadori, p. 98.
13
enfermedad social de la civilización occidental en nuestra época”15
. Por ende puede
decirse también que la Gran Depresión, significó la implantación de sistemas modernos
de seguridad social.
Cabe destacar que mientras el hemisferio de occidente se encontraba en crisis, la
Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, estaba inmersa en un proceso de
industrialización acelerado, con la aplicación de los conocidos Planes Quinquenales.
Puede decirse que la solidez económica de la URSS, durante la Gran Depresión, allanó
el camino para la reconfiguración del capitalismo, abandonando la ortodoxia del libre
mercado.
Igualmente el fin de la Segunda Guerra Mundial fue lo que marcó el siglo XX,
porque el mundo se dividió en dos. Dos grandes países delimitaron sus respectivas
zonas de influencia, por un lado el bloque liderado por EEUU y por otro, el bloque
dirigido por la URSS. Fue el período denominado Guerra Fría, más de cuarenta años de
tensión política, económica, ideológica, militar y social entre EEUU y la URSS. Su
origen fue en la posguerra, y se desarrolló hasta la disolución de la URSS en 1991.
Antes de declararse la Guerra Fría, existieron una serie de conferencias
importantes para la configuración mundial, tres para ser exactos, la primera fue en año
1943, en Casablanca, que en ese entonces era un protectorado francés. En tal
conferencia se buscó una estrategia europea para el funcionamiento de los aliados en la
Segunda Guerra.
Otra de las conferencias fue en el año 1945, tuvo lugar en la ciudad de Yalta,
reunidos en ella el Presidente del Consejo de Ministros de la URSS, Stalin, el Primer
Ministro de Reino Unido, Churchill y el Presidente de los EEUU, Roosevelt, estos
intentaron sentar las bases para la reconstrucción europea. Entre otros asuntos, se
declaró la desmilitarización y el desarme, ambas medidas no tuvieron éxito. También se
trató la partición de Alemania en cuatro zonas, una para cada aliado y una para Francia,
a modo de evitar un resurgimiento del nazismo. Igualmente tras el retiro de Gran
Bretaña y Francia, Alemania quedó dividida en la República Democrática Alemana,
zona de influencia soviética y la República Federativa Alemana, zona de influencia
estadounidense.
Ese mismo año, en el mes de Julio ocurre la conferencia de Potsdam, ciudad
cercana a Berlín, puede decirse que fue el comienzo real de la Guerra Fría, de la
15
Arndt, H, 1944, “Lecciones económicas de 1930”, Londres, ThenetherlandsIridiesForeignRelations, p.
250.
14
separación de Europa, del mundo en dos esferas de influencia. La conferencia estaba
destinada a resolver la administración de Alemania y se explicitaron las diferencias
entre EEUU y la URSS. En ese entonces Alemania estaba ocupada y dividida en cuatro
zonas de influencia.
El objetivo principal de Potsdam fue el establecimiento de un orden de
posguerra, pero EEUU, ya había establecido su propio objetivo: mantener su status de
superpotencia. Al morir Roosevelt asume el presidente Harry Truman en los EEUU, en
1945. Truman (1945-1953), buscó la consolidación de doctrinas en política exterior para
salvaguardar los intereses de EEUU y preservar la superioridad norteamericana. Truman
le notificó al presidente Stalin, sobre los avances estadounidenses en materia de
armamento nuclear y también se le da aviso a Japón para que se rinda.
Una semana después de la conferencia de Potsdam, EEUU lanza la bomba
atómica sobre Hiroshima y Nagasaki, ataques que forzaron la rendición del imperio
Nipón en la Segunda Guerra Mundial. Con la rendición de Japón, concluyó la Guerra
del Pacífico y por tanto, la Segunda Guerra Mundial. Inmediatamente el archipiélago
asiático fue ocupado por fuerzas aliadas lideradas por los Estados Unidos. Dejando a
tras la contienda mundial, casi automáticamente se inició el conflicto bilateral entre
ambas potencias, comenzando así la configuración de un mundo bipolar, diferenciado
ideológicamente, políticamente y económicamente.
Cada país tenía su estrategia geopolítica para ir configurando su zona de
influencia, por su parte EEUU para afianzar el desarrollo de su política mundial,
desplegó una gran red de alianzas, reforzó los lazos transatlánticos con Europa
occidental. Cabe destacar que el conflicto de Corea (1950-1952) y la división de
Alemania en oriental y occidental (1961), configuró aún más la Guerra Fría entre los
dos bloques.
La disputa entre las dos nuevas potencias, EEUU y URSS, se intensificó
notablemente con la guerra de Corea y la posterior división del país en dos estados
diferentes: Corea del Norte y Corea del Sur. Se creó una estructura militar permanente
en carácter de defensa colectiva, la Organización del Tratado del Atlántico Norte,
OTAN, (1949) también titulada como Alianza Atlántica. En ella los Estados acordaron
defender a cualquiera de sus miembros si son atacados desde otro país fuera de la
coalición. Sigue siendo una institución vigente, en la actualidad posee 29 Estados
miembro y otros 17 Estados extra-OTAN.
15
Luego de la Segunda Guerra Mundial, ya trascurrido el año 1947, los países de
Europa occidental, considerados zona de influencia norteamericana, habían comenzado
a recomponerse gradualmente, igualmente sus economías aún tenían sus balanzas de
pagos deficitarias, y un déficit comercial importante con los EEUU. Esto se debía a la
falta de intercambio comercial, por lo que comenzaron a sentir la falta de liquidez de
dólares estadounidenses, lo que los obligó a reducir las importaciones procedentes de
este país.
A su vez esta situación, implicó para la economía norteamericana la
desconfianza ante la tan temida recesión posbélica, por eso y por cuestiones ideológico
políticas y económicas, se constituye la raíz de un plan de ayuda.
Desde Washington se transmitió la imperiosa necesidad de buscar fórmulas para
mantener el nivel de exportaciones, las cuales generaban un alto índice de empleo en los
EEUU. Además como se mencionó anteriormente, EEUU no quería caer nuevamente en
recesión, por ello buscó generar una reactivación económica en los países europeos.
El presidente Harry Truman criticó reciamente la barrera física y política creada
por la URSS, conocida como “Cortina de Hierro”. La misma separaba Europa
Occidental de Europa Oriental. Por su parte el líder de la URSS, Iósif Stalin, sostenía
que la política exterior estadounidense, estaba utilizando su monopolio capitalista y su
capacidad militar para así llegar a una supremacía mundial, trasladando su modelo a
todo occidente.
Se puede observar que la solución a las balanzas de pagos deficitarias europeas
fue un claro ejemplo del comportamiento estadounidense que buscó aliados
económicos. Esta iniciativa se vio materializada en el Plan Marshall, cuyo objetivo era
ayudar a la reconstrucción de Europa, el plan tenía dos aristas, la económica: la cual
condujo a los gobiernos europeos hacia la sociedad de bienestar y al Estado social,
ganando así los EEUU a Europa Occidental como aliado. Asimismo, se renovaron las
infraestructuras del transporte, se modernizaron empresas agrarias e industriales,
buscando así la reanimación de la producción y la dinamización de los comercios inter
europeos. Y la segunda arista en referencia a lo político, se explicitó la decisión de
impedir el desmontaje de la industria alemana, pregonado por Francia, Rusia e Gran
Bretaña. Impidiéndolo se permitió la definitiva reconstrucción de Alemania Occidental.
En el siguiente cuadro podemos observar la distribución de los fondos del programa de
reconstrucción de Europa, titulado Plan Marshall. El mimo comprende desde Abril de
1948 a Junio de 1951.
16
Fuente:http://ocw.unican.es/ciencias-sociales-y-juridicas/integracion-economica-europea/material-de-
clase-1/modulo-2/2.3-el-plan-marshall-y-la-organizacion-europa. Consultado el 6/07/2017
Los dólares que ingresaron en las economías europeas permitieron la gradual
normalización de la actividad económica, a su vez, se profundizó la intervención del
Estado en los asuntos económicos, de tal manera que a finales de la década de 1940 el
Estado era el mayor empresario en Francia, Italia y Gran Bretaña. Japón y Alemania
experimentaron una recuperación rápida, en menos de 20 años, habían transformado sus
economías en potencias económicas: “Truman desarrolló la política exterior
norteamericana de las coaliciones haciendo volver a los enemigos vencidos, Alemania y
Japón, al conjunto de las democracias desarrollando una intensa labor de ayuda que
tiene como estrella el Plan Marshall (…)”16
.
El objetivo transcendental de la política económica sería de ahora en adelante el
crecimiento económico y el pleno empleo, así surge la planeación y el seguimiento
cuantitativo de las variables macroeconómicas, al tiempo que se crearon leyes para crear
empleo en EEUU, GB y Suecia. Esto fue el fundamento de lo que más tarde se llamaría
16
Palma Eduardo Ezequiel, 2010 “Características de la Política Exterior de Estados Unidos”, Buenos
Aires, IEEBA, Instituto de Estudios Estratégicos de Buenos Aires, UNLP, p. 25.
17
Estado de Bienestar, que resultó de vital importancia para explicar el desempeño de la
economía mundial a partir de la década de 195017
.
El Plan Marshall fue parte de la política exterior del presidente Truman, quien
también estableció la Doctrina Truman, anunciada en el año 1947, resaltando la idea de
EEUU como defensor de la democracia y de la comunidad internacional, de acuerdo
con los principios de la Carta de Naciones Unidas (CNU). El “antecedente” de esta
doctrina, se puede ver en la “Teoría de la Contención” del Secretario de Estado George
F. Keenan.
Cabe señalar que la política de contención, fue la piedra angular de la política
exterior de los EEUU, una política adoptada hacia la Unión Soviética. El propósito de la
misma era derrotar a la URSS, impidiendo la expansión de su territorio y de su zona de
influencia. Se buscaba tener bajo control los regímenes comunistas.
En el hemisferio occidente desde la década del „50 hasta el decenio del„70, se
vivió uno de los periodos de máxima prosperidad, principalmente las economías
capitalistas que gozaron de los beneficios del Plan Económico. Tales economías
encontraron relativa estabilidad interior, que les permitió comenzar con el desarrollo de
la tecnología aplicada en todas las áreas de la economía.
Como por ejemplo, la tecnología aplicada en la agricultura, generó una
disminución en el costo de los alimentos, como también en el área de las manufacturas.
Esto conllevó a un aumento significativo de la población, fenómeno titulado
“babyboom” en los EEUU, debido a la alta tasa de natalidad, también se extendió a
países europeos como Francia y España. Durante estos años de apogeo económico, en
política exterior se practicó una política de contención, disuasión nuclear, carrera
armamentista, guerra económica, ideológica y psicológica, con el objetivo de debilitar al
enemigo.
De esta manera puede entenderse que las relaciones internacionales entre
Estados socialistas y capitalistas fueron relaciones de poder, entre Estados
representantes y representativos, de clases económico-sociales antagónicas,
irreconciliables y enemigas. En el caso del “mundo” socialista existía una profunda
centralización económica y política, por ello los países de Europa del Este, reclamaban
frente al régimen totalitario.
17
Aparicio Cabrera Abraham, 2013, “Historia económica mundial 1870-1950”, México, Economía
Informa n° 382, septiembre-octubre, p. 114.
18
La Guerra Fría procuraba estar a la altura de su propia retórica, la de luchar por
la supremacía o la aniquilación, aunque la misma no era un enfrentamiento donde los
propios gobiernos tomaban decisiones, sino una ciega rivalidad entre los servicios
secretos, generando especulaciones y mayores tensiones.A diferencia de la Primera
Guerra Mundial, la segunda posguerra mundial se afrontó con voluntad de cooperación
económica por parte de los países occidentales, principalmente, de EEUU, por un lado,
y de Gran Bretaña, por otro.
Es menester señalar que la situación que devino en la bipolarización de la
política mundial con centros en Washington y Moscú, tuvo como campos de batalla,
principalmente, Asia-Pacífico, África mediterránea, África Negra, Centroamérica y
Sudamérica, en parte Europa y Medio Oriente. Los enfrentamientos bélicos durante la
Guerra Fría nunca tuvieron lugar en sus epicentros políticos, si en zonas periféricas, que
inmediatamente se transformaban en zona de influencia.
Después del fin del conflicto mundial, es necesario nombrar la Guerra Civil
China, en el año 1949, que significó el triunfo de Mao Zedong, quien proclamó en
Pekín, y en la parte continental de su nación un régimen de base Comunista, reconocida
como República Popular China. Un país comunista en medio de Asia, significaba para
los EEUU una amenaza al incipiente “equilibrio” del nuevo orden mundial. De
contracara a esto EEUU impartió una política de contención comunista en la región de
Taiwán. La política de contención no era aislacionista sino que proponía una guerra
limitada con la URSS, no se buscó aniquilación de la misma sino contenerla.
La URSS por su parte sufrió un resquebrajamiento en el año 1948, la ruptura del
régimen de Mariscal Tito en Yugoslavia, ya que el mismo trató de nadar entre dos
aguas, las comunistas y las de los países no alineados del Tercer Mundo.
El nuevo orden mundial, categorización que suele utilizarse para describir la
nueva configuración del sistema internacional luego de la Primera Guerra Mundial,
buscó establecer el poderío institucional de la Liga de las Naciones, pero está institución
fracaso ya que en 1939, como se mencionó anteriormente comenzó la Segunda Guerra
Mundial.
Luego de la segunda contienda mundial, se siguió con la idea de la
institucionalización del sistema internacional pero con una impronta específicamente
económica; Aunque también fueron los países victoriosos de la Segunda Guerra
Mundial, quienes crearon la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para el
mantenimiento de la paz mundial y la seguridad internacional. Tales potencias lideran el
19
Consejo de Seguridad de la ONU, donde allí tienen la capacidad de garantizar sus
propios intereses. Haciendo hincapié en la impronta económica del decenio del ‟40, se
debe recalcar que en el año 1941, los dos líderes de la economía internacional
occidental, EEUU y Gran Bretaña, trabajaron en el diseño del sistema económico de
posguerra. Dicho plan institucional se celebró con el nombre Bretton Woods en 1944.
Las relaciones económicas internacionales comenzaron a establecerse bajo ese marco
regulatorio y fueron adecuándose paulatinamente.
El nuevo orden financiero y comercial tuvo la virtud de definir el entorno en que
los países deberían operar en el comercio, en los pagos exteriores y en los movimientos
de capital. Tanto es así que Bretton Woods fijó un horizonte hacia el cual debían
encaminarse las políticas comerciales y cambiarias, horizonte que, con algunos
cambios, aún hoy sigue plenamente vigente.
Específicamente los acuerdos de Bretton Woods consistieron en la creación de
tres nuevas instituciones supraestatales: Acuerdo General de Aranceles y Comercio
(GATT), el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). También
se gestó la idea de la Organización del Comercio Internacional (OCI), que no llegó a
nacer, porque era demasiado ambiciosa, en su lugar se creó el GATT. La actual
Organización Mundial del Comercio (OMC), rige en el campo que anteriormente le
pertenecía al GATT, las partes contratantes que fundaron la OMC dieron oficialmente
por finalizados los términos del acuerdo del GATT en diciembre de 1995.
Estas instituciones pregonan un comercio libre y no discriminatorio, buscando
promover la liberalización del comercio mundial. El segmento primordial del esqueleto
levantado por Bretton Woods fue el FMI, que se comisionó la defensa de un sistema
cambiario de tipos fijos, aunque ajustables, basados en el oro, pero a través del dólar,
que se consolida como moneda mundial de referencia.
Este organismo podía prestar asistencia financiera a los países que sufriesen
déficits en sus cuentas exteriores para así evitar la alteración del tipo de cambio, y de
esta manera ganar competitividad en el exterior y mejorar, las balanzas comerciales,
cuentas corrientes y aumentar las exportaciones.
Las medidas adoptadas en Bretton Woods para la estructuración económica
internacional de largo plazo quedaron en segundo plano ante la política económica
cortoplacista del Plan Marshall diseñada para resolver problemas inmediatos en Europa.
Este plan económico tuvo repercusiones a nivel mundial, ya que la dimensión
política que difundía (de bases republicanas y democracia liberal), se entrelazaba
20
profundamente con una idea liberal de economía, donde el mercado se autorregula y la
libertad de empresa está garantizada: “Los Estados Unidos se comprometieron con la
reconstrucción europea y asumieron el papel de gendarmes del orden capitalista”18
.
La democracia liberal, propone la idea de igualdad en el campo jurídico, es decir
igualdad de derechos, haciendo énfasis en cuestiones económicas. Frente a tal
expansionismo capitalista, el líder ruso, Stalin, ideó un canal de subsidios desde Moscú,
primero conocido como plan Molotov, que poco después lograría su institucionalización
como COMECON, Consejo de Ayuda Mutua Económica, que agrupó a todos los países
de economía socialista en la órbita soviética. La creación del consejo, no fue más que la
respuesta política de la URSS a la creación de la OTAN.
El estatismo soviético no concebía la iniciativa individual, canceló la libertad de
empresa, proponiendo una colectivización forzosa de la propiedad privada,
especialmente de las tierras, transformadas posteriormente en granjas estatales
colectivas en donde la producción se concentraba y luego se repartía. La URSS
sustentaba la idea de igualdad basada en la teoría marxista, un sistema económico de
intervención estatal y de regímenes autoritarios para garantizarlo.
En el hemisferio occidental ya entrada la década del 50, se impone una política
de integración económica mundial y fomento del comercio internacional. El Plan
Marshall mencionado insistentemente significó posteriormente la creación de la
Organización Europea para la Cooperación Económica, OECE. Definitivamente el Plan
Marshall de los EEUU, fue una política de Estado plasmada en política exterior, con el
objetivo de instaurar una política económica en occidente, a fin de lograr compatibilidad
con el orden económico internacional, libre y abierto, que deseaba construir la
administración norteamericana. Estas medidas de contenido económico fueron tan
importantes como su contenido de ayuda material.
Es menester recordar que al abordar asuntos internacionales y problemas del
sistema internacional, es necesario conceptualizar política exterior, como el instrumento
mediante el cual los estados tratan de manejar sus problemas: “Desde la Segunda
Guerra Mundial, las decisiones y acciones de los Estados que se consideran de “política
18
Béjar María Dolores, 2012 “Historia del siglo XX: Europa, América, Asia, África y Oceanía”, Buenos
Aires, Siglo Veintiuno Editores, p. 176.
21
exterior‟ han llegado a constituir un importante campo de investigación en los países
industrializados occidentales”19
.
Se destaca que la política exterior, es política de primer orden y es una política
pública de Estado que delimita las relaciones y acciones que dicho Estado se propone
desarrollar en el sistema internacional para satisfacer las necesidades de la población,
mediante relaciones interestatales e internacionales20
.
Esto nos lleva a comprender que la política de Contención fue una política
pública configurada por los EEUU y que se convirtió en el principal objetivo de la
política de seguridad nacional de Estados Unidos a partir de un discurso pronunciado
por el presidente Harry Truman ante el congreso nacional en el año 1947, esto
demuestra que cuanto mayor es la influencia y la hegemonía del Estado en la esfera
internacional su política exterior define cuestiones sustanciales de la política
gubernamental.
El país norteamericano en la administración del gobierno de Truman
implementó una política exterior de contención. También existió una política exterior de
disuasión, principalmente en el gobierno de Eisenhower, (1953-1961) que tenía como
objetivo impedir que el comunismo llegara a Medio Oriente. Estas dos doctrinas, y sus
combinaciones significaron en política exterior, el desarrollo de un sistema de valores
acorde a la ideología de EEUU, la democracia liberal.
El Estado de Bienestar floreciente durante este periodo histórico, pregonado por
EEUU, no pretende acabar con la estructura del sistema económico capitalista, ni con la
ideología del liberalismo económico, pero si buscaba remediar sus deficiencias, mejorar
la salud, la educación, pensiones, jubilaciones, pero sin desarticular las bases
económicas capitalistas. El modelo económico instaurado implicaba políticas
distributivas mediante una política fiscal que hacía pagar más a quien más tenían,
utilizando los impuestos directos, más que los indirectos. La diferencia entre impuestos
directos e indirectos es la base sobre la cual se aplican; los impuestos directos cargan la
riqueza de las personas, los impuestos indirectos cargan el cómo se utiliza esta riqueza.
De esta manera la figura del nuevo Estado se caracterizó por la expansión del
gasto público, en la mayoría de los países, los impuestos constituyen la fuente de
recursos más significativa para el gobierno. Sirven para financiar sus actividades como
19
Hazleton William, 1988, “Análisis y formulación de la política exterior”, Chile, Proyecto de
Cooperación con los Servicios Exteriores de América Latina. PNUD/CEPAL, p. 4. 20
Gumucio Cristian Parker, 2004, Revista de Sociología N°18, Facultad de Ciencias Sociales,
Universidad de Chile, Chile, pp. 149-157.
22
también las políticas sociales. También se llevó a cabo el desarrollo de empresas
públicas en aquellos sectores de la economía que eran considerados de importancia
estratégica o sectores donde el capital privado le era muy costoso en términos de
inversión, como electricidad, hidrocarburos, transportes.
Francia, Alemania y Gran Bretaña, nacionalizaron algunos de estos sectores y
fue así como quedaron regulados bajo la administración pública. Este conjunto de
transformaciones fueron impulsadas desde el “Estado de Bienestar”, difundido en
muchos de los países del bloque capitalista, mantuvo su plena vigencia hasta finales de
la década del „60.A pesar de existir una nueva seguridad social que cubría aspectos de
salud, educación etc., paralelamente se aceleró el proceso de concentración económica y
cobraron plena vigencia las corporaciones multinacionales.
Bajo el nuevo marco de acción, la Organización de Naciones Unidas, ONU, se
elaboró un marco de contención para la relación entre colonizadores y colonizados, ya
que el fin de la Segunda Guerra Mundial también significó liberación para África y
parte de Asia. La liberación o la descolonización africana se desarrolló en dos periodos:
el primero, desde 1919 hasta 1939 y el segundo desde 1945 a 1970. Se dividen en dos
etapas dado el contexto histórico que involucra a cada una, generando así distintos
movimientos de liberación nacional. Institucionalmente, la Cumbre de Ginebra de 1955
dio por finalizada la pretensión colonialista francesa sobre la región de Vietnam, y a su
vez la derrota en el sureste asiático animó las esperanzas argelinas al comprobar que su
metrópoli podía ser vencida por campesinos y fuerzas no oficiales.
El artículo primero, (propósito número dos) de la Carta Magna de la ONU, pone
en jaque a las grandes potencias coloniales, preconizando “Fomentar entre las naciones
relaciones de amistad basadas en el respeto al principio de la igualdad de derechos y al
de la libre determinación de los pueblos, y tomar otros medidas adecuadas para
fortalecer la paz universal”. Con este contexto institucional, comenzó la segunda etapa
de descolonización moderna, bajo acontecimientos de la Guerra Fría y sobre el
complejo panorama del mundo dividido en dos.
A finales de la Segunda Guerra Mundial existían solo cuatro estados
independientes en África: Egipto, Etiopia, Liberia y Unión Sudafricana. En la década
del 50 se aceleró el proceso de descolonización, estimulado por los movimientos
independentistas asiáticos y por el Movimiento Panafricano. Es la elite intelectual
africana quien dirige la emancipación de África, y la cual influyó en la creación de la
23
Organización de la Unidad Africana, en 1963. La etapa más importante de la
descolonización se cumplió entre 1956 y 1962.
Se puede decir férreamente que no o siempre la concesión de la independencia
política simbolizó la independencia real, tras colisionar con la realidad, muchos Estados
nuevos distinguieron cómo seguían bajo una situación de dependencia económica que
obstaculizaba la obtención de su independencia total. Conjuntamente la descolonización
acarreó dos grandes efectos, el subdesarrollo y el neocolonialismo, componentes
interrelacionados. Y a su vez estos factores están estrechamente vinculados con el
catalogado “Tercer Mundo”, término que se emplea para denominar a los países pobres
o subdesarrollados que no pertenecen a ninguno de los dos bloques surgidos al finalizar
la Segunda Guerra Mundial, incluyendo países de América Latina, África y la mayoría
de Asia. Éste, agrupa criterios económicos, sociales, históricos y políticos, se distingue
por estar sometido a un dominio político y una dependencia económica del mundo
capitalista desarrollado. El término incluyó otra acepción, como después de la Segunda
Guerra Mundial el mundo se divide en dos bloques, el Tercer Mundo sería el conjunto
de países no alineados en los dos mundos anteriores.
1.2 Aspectos políticos
Luego de 1945, una nueva era se percibe en el mundo, el ataque nuclear por
parte de los EEUU a Hiroshima y Nagasaki marcó un punto álgido en el sistema
internacional. De este modo se instaura la carrera armamentística, basada en la
capacidad para producir y lanzar el mayor número de bombas atómicas: “La carrera
armamentística nuclear impidió que la Guerra Fría, se convirtiera en caliente, ya que un
enfrentamiento directo entre las dos principales potencias podría haber desembocado en
una catástrofe general”21
.
La competencia por armamento, demostraba la capacidad tecnología de cada
país, gran parte del PBI era destinado a los perfeccionamientos de la flota, la
construcción de armas, portaaviones etc. Esta competencia también tuvo su vertiente
espacial, la carrera espacial a partir de 1957. Los primeros hitos en este campo fueron
consagrados por la URSS, lo que EEUU tomó como un golpe a su industria y poderío
tecnológico.
21
Béjar María Dolores, op. cit., p. 162.
24
Las políticas seguidas por ambas potencias, se enmarcan en la geopolítica,
siendo evidente la lucha entre la hegemonía norteamericana vs la hegemonía soviética.
El hegemonismo no es solo ideológico, la seguridad del Estado se relaciona
intrínsecamente con la soberanía territorial. La Segunda Guerra Mundial, significó la
derrota del fascismo y el debilitamiento de las posiciones occidentales en el mundo
como imperios, esto permitió el surgimiento del Tercer Mundo.
El término Tercer Mundo fue acuñado por Alfred Saury en 1956, (Universidad
de Paris), concepto que comparaba metafóricamente a pueblos subdesarrollados con el
Tercer Estado en la época de la Revolución Francesa. Igualmente luego de la Segunda
Guerra Mundial, el término incorporó otra acepción, al dividirse el mundo en dos
bloques, como se mencionó anteriormente, el Tercer Mundo sería el conjunto de países
no alineados en ninguno de los ejes anteriores.
En la actualidad Tercer Mundo, es sinónimo de un grado de desarrollo inferior al
de los países industrializados del norte, ya sea por atraso económico, tecnológico, o una
elevada deuda exterior, que imposibilita su desarrollo. En el llamado Tercer Mundo, en
la década del cuarenta comienza a percibirse una notoria tendencia de movimientos
antiimperialistas y anticolonialistas. Y ya entrada la década del cincuenta comienzan a
registrarse en África y en Asia, luchas de liberación nacional y movimientos sindicales.
Tanto los EEUU, como la URSS se proclaman para sí estados anticolonialistas,
el primero justifica su postura mediante la internacionalización del capital, y el segundo
lo justifica mediante la búsqueda y reivindicación de la influencia soviética.22
Esta
puede ser una lectura, pero si se indaga en la construcción de alianzas y la conformación
de nuevas instituciones también puede decirse que este periodo significó la
estructuración de instituciones y políticas que instauran el neocolonialismo. Los
principales intereses de la Casa Blanca eran los asuntos militares en directa relación con
la cada vez más álgida política exterior marcada por el enfrentamiento con la Unión
Soviética. La prioridad de la política hemisférica estadounidense discursivamente fue
establecer la voluntad de la mayoría con instituciones libres, gobierno representativo,
elecciones libres, garantía de la libertad individual, libertad de expresión y de religión.
En la práctica EEUU comenzó a tejer una nueva forma de imperialismo,
definido en materia de política económica como el poder económico de los monopolios,
que actualmente están definidos en las compañías trasnacionales o multinacionales que
22
ZoctizoumYarisse, “La descolonización de África en el contexto mundial”, Colegio de México, UNAM,
México, p. 106.
25
controlan los mercados mundiales. Viéndose materializado mediante la imposición de
medidas y mecanismos que defienden los intereses particulares corporativos, apoyados
por “instituciones internacionales”, como el FMI y el Banco Mundial.
En coherencia con lo anteriormente mencionado, EEUU consideraba a las zonas
de influencia y a Europa principalmente como un bastión transcendental, en donde se
plasmaban en gran medida sus ideales político económicos, por ello fue que se buscó la
recuperación económica mediante el Plan Marshall. Los EEUU una vez asegurados con
Europa como zona de influencia capitalista comenzaron a aplicar la Política de
Contención en otras regiones del mundo. Medio Oriente era considerada zona de
disputa entre Occidente y la URSS.
Estratégicamente la URSS vio a esta región como un buen objetivo para venta de
armas y así exasperar el conflicto Árabe-Israelí. Medio Oriente era zona de influencia
británica, donde desde la Liga Árabe hasta la Legión Árabe eran productos británicos.
Este territorio era de especial interés para Gran Bretaña, debido al petróleo de Irán, Irak
y la ubicación estratégica del canal de Suez.
Corresponde recordar que los EE.UU. nunca quisieron intervenir en Medio
Oriente porque lo consideraban un vestigio colonial y como tal no defendible bajo los
principios de democracia liberal.
EEUU pensó que los agitadores de Medio Oriente verían en la potencia
occidental un modelo a seguir y si bien estos movimientos revolucionarios comenzaban
a utilizar términos democráticos en la discursiva, en realidad fueron pura elocuencia
para hacerse con el poder y sacudirse el colonialismo inglés y francés. También muchos
de los revolucionarios se apoyaron en el conflicto Oriente-Occidente, estratégicamente
para involucrarse en el poder y así fue que los EEUU se vieron en esta región del
mundo, atraídos por la seducción de la Política de Contención.
La política norteamericana intentó combinar dos hechos, la finalización del
colonialismo británico y la creación de una estructura de contención en Medio Oriente,
la creación del Estado de Israel y su fuerte vinculación bilateral explica esto.
La política exterior de EEUU en materia de seguridad, o la distinguida “Doctrina
de Seguridad Nacional”, es un concepto reconocido para definir acciones tendientes a
las fuerzas armadas en el extranjero. Utilizando la premisa de orden interno y la
estructura de la Doctrina de Seguridad Nacional, los EEUU han logrado intervenir en
diferentes países latinoamericanos y países de Medio Oriente, con el fin de combatir
26
ideologías, organizaciones o movimientos que, dentro de cada país, pudieran favorecer
o apoyar al comunismo en el contexto de la Guerra Fría.
Esta Doctrina certifica la toma del poder por parte de las fuerzas armadas y la
violación sistemática de los derechos humanos. En el contexto del mundo bipolar,
EEUU comenzó salvaguardar sus intereses particulares, proteger a sus aliados reparar
las injusticias y hacer del mundo un lugar mejor.
La intervención de Estados Unidos en el conflicto Palestino Israelí, fue de gran
importancia, pero ante de pasar a ello, para comprender mejor se puntualizaran los
principales ejes del conflicto Palestino- Israelí, mediante una breve reseña histórica.
A principios del siglo XX, Gran Bretaña y Francia acordaron el fraccionamiento
del Imperio Otomano, para que dicho Estado cayera vencido en la Primera Guerra
Mundial (1914-1918). Las potencias ya mencionadas se repartieron los territorios de
Líbano, Mesopotamia, Palestina, Siria y Transjordania. Históricamente fueron los
griegos quienes otorgaron a la región el nombre de Palestina, denominación geográfica
(no étnica).
Mesopotamia, Transjordania y Palestina, pasarían a pertenecer a Gran Bretaña.
En cuanto a los dos restantes, quedarían bajo la superioridad francesa. Cabe destacar
que el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda ya administraban estos territorios de facto
desde 1917. El Mandato entró en vigor en junio de 1922.
El 2 de noviembre de 1917 el ministro de Relaciones Exteriores británico,
Arthur James Balfour, emitió la Declaración que expresa: “El gobierno de Su Majestad
considera favorablemente el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el
pueblo judío y utilizará sus mejores esfuerzos para facilitar la consecución de este
objetivo”. Asimismo la declaración, señala que, “no ha de hacerse nada que perjudique
los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes en Palestina, o
los derechos y el estatus político que disfruten los judíos en cualquier otro país”.
La declaración generó resentimiento entre los países árabes y dio origen al
conflicto entre éstos y los judíos. Además, los árabes tenían incertidumbres con respecto
a los propósitos de Gran Bretaña de ser el mandatario en esa zona, ya que pensaban que
los verdaderos propósitos que poseía dicho país en la región eran colonizar a los
pueblos (en su mayoría de origen árabe). También puede explicarse la Declaración
Balfour en términos geoestratégicos militares, dada la proximidad de Palestina al Canal
de Suez, controlado por Gran Bretaña y la ruta a India.
27
El mandato británico sobre Palestina entró en vigencia oficialmente en 1922,
aprobado por la Sociedad de las Naciones, actualmente ONU. Durante el mandato, hubo
un aumento del número de judíos que ingresaron a Palestina; A raíz de esto, entre los
años 1920 y 1939 se desataron una serie de tumultos por parte de los árabes en contra de
los judíos que se encontraban emplazados en el lugar.
En el año 1939 se produjo un vuelco radical en la política exterior británica
hacia Medio Oriente. La necesidad de equilibrar las vinculaciones con los Estados
emergentes árabes cargó a la metrópoli de revisar sus planteamientos originales y
presentar un nuevo plan de acción político a través del célebre “Libro Blanco”23
. Enel
Libro Blanco, se dio por cumplida la promesa de garantizar un Hogar Nacional Judío; se
limitó la inmigración judía a Palestina (75.000 personas en los siguientes cinco años), se
limitó la transferencia de tierras árabes a judíos, y se comprometió a conceder la
independencia a un Estado palestino en un plazo no mayor a diez años.
En 1947, tras los intentos fallidos por parte de Gran Bretaña de constituir un
Estado Árabe y otro Judío en el territorio palestino, o la creación de un Estado donde
ambas Naciones compartieran la administración de un mismo gobierno, generó que el
asunto palestino pase a manos de la ONU, llegando a su fin el mandato británico.
La Asamblea General de las Naciones Unidas, cediendo a presiones, adopta una
resolución tendiente a la partición de Palestina: conforme a la creación de un Estado
Árabe, un Estado Judío y de una zona internacionalizada: la ciudad Santa de Jerusalén.
Esta resolución va en contra de los ideales de la carta de las Naciones Unidas,
específicamente del principio de autodeterminación y del derecho internacional. La
cuestión palestina no estuvo ajena del interés de los países latinoamericanos y la
participación de Argentina en el tema fue muy discutida y controvertida. La amplia
presencia de comunidades árabes y judías en nuestro país llevó al asunto a un gran
interés en la agenda política. “Las diferentes posiciones de importantes actores políticos,
expresadas principalmente por el Canciller Juan Atilio Bramuglia (favorable a la
Partición) y del embajador ante Naciones Unidas, José Arce, que propugnaba una
solución conciliada entre ambos sectores”24
.
23
“La partición de palestina y la creación del estado de Israel en la prensa gráfica de córdoba”, 1948, La
Voz del Interior CLACSO, Argentina. 24
“Historia general de las Relaciones Exteriores de la República Argentina”, 2000 “Los límites de una
política exterior independiente (1946-1952)” Buenos Aires, en, http://www.argentina-rree.com/13/13-
009.htm, consultado el 13/7/2017.
28
En el siguiente mapa se puede observar el plan de partición propuesto por la
ONU en el año 1947.
Fuente: http://www.catedraedwardsaid.com.ar/index.php/publicaciones/item/73-israel-y-la-conquista-de-
palestina. Consultado: 8/08/2017
Finalmente en 1947 se sancionó la resolución 181 de partición de Palestina.
Aunque Argentina se abstuvo, a diferencia del resto de sus colegas latinoamericanos, la
aprobaron 33 naciones, con 13 votos en contra y diez abstenciones (el Reino Unido y
Argentina, por ejemplo). De los 20 países latinoamericanos 13 votaron a favor de la
partición, seis países se abstuvieron, y sólo Cuba votó en contra. Los diez países árabes
o islámicos votaron unánimemente en contra y cinco estados comunistas votaron a favor
de la partición, con la abstención de Yugoslavia.
La resolución 181 acentuó el enfrentamiento entre judíos y árabes. Ambas partes
paralelamente intentaban agrandar el territorio bajo su dominio mientras estaban en
favor y en contra del plan de partición. Dada la situación los EEUU, propusieron el
establecimiento de un nuevo mandato temporario en la región, el cual sería
administrado por la Naciones Unidas, dando lugar a la configuración de la propuesta de
la UNSCOP, Comité Especial para Palestina establecido por las Naciones Unidas.
Es imposible entender la génesis del conflicto ante el Sistema de Naciones
Unidas sin entender su Resolución 181(II).El Reino Unido fue la Potencia Mandataria
29
de Palestina hasta el 14 de mayo de 1948, fecha en la que renunció al mandato
encomendado por la Sociedad de Naciones en 1922. La Resolución 181(II) fue
aprobada sobre la base del informe de una Comisión Ad Hoc para la cuestión Palestina,
optando por el Plan de Partición con la Unión Económica. En ella se definían los
términos y límites en los que convivirían ambos estados independientes (árabe y judío)
así como el Régimen Especial para la Ciudad de Jerusalén. La resolución proponía que
a medida que la Reino Unido retirara sus fuerzas armadas, la administración de
Palestina sería retomada por una Comisión conformada Bolivia, Checoeslovaquia,
Dinamarca, Panamá y Filipinas.
La Comisión debería cumplir con la regla general de no dividir a las aldeas en el
trazado de los límites. Fue previsto un periodo de transición que comprendería el tiempo
desde la aprobación de las recomendaciones de la cuestión Palestina y el
establecimiento de los Estados independientes árabe y judío. En este período ningún
judío podría residir en el territorio del proyectado Estado árabe ni ningún árabe en el
proyectado Estado judío. Las disposiciones relativas a las libertades de acceso, visita y
tránsito a los lugares sagrados, la no discriminación, la libertad de conciencia y libre
ejercicio de culto así como el respeto al derecho de familia tradicional y el estatuto
personal de las minorías, serían garantizadas por las Naciones Unidas y no podrían por
tanto, ser modificados por el Consejo Provisional de Gobierno de cada respectivo
Estado.
Respecto a las partes en conflicto, los judíos aceptaron la Resolución 181(II) y
los árabes palestinos no lo hicieron. En la misma fecha en que Reino Unido renunciaba
al mandato sobre Palestina estallaría la primera guerra árabe-israelí como consecuencia
de la proclamación del Estado de Israel por parte del Organismo Judío en los términos
del Plan de Partición. Israel se convertiría en Miembro de las naciones Unidas el 11 de
mayo de 1949.
El 12 de diciembre de 1947, la Liga Árabe declaró nula y sin efecto la resolución
181, teniendo los países árabes una reacción violenta. El secretario general de la Liga
Árabe, Abdul Rahman Hassan Azzam, dijo “(…) espero que los judíos no nos fuercen a
esta guerra, porque sería una guerra de exterminio…”.
Por su parte Argentina impartió argumentaciones provenientes del Ministerio de
Relaciones Exteriores, en relación con la negativa frente a una intervención de primer
plano, ya que primaba la construcción de una propuesta más equitativa y humanitaria.
Argentina no quería atentar con las relaciones que mantenía con los Países Árabes.
30
El 14 de mayo de 1948, en medio de una lucha cada vez más exacerbada, el
Estado de Israel proclamó su establecimiento sobre la base de la Declaración Balfour, el
Mandato y la Resolución de partición. Después de la retirada de las tropas británicas se
tornó más violenta la cuestión, debido al ingreso de tropas provenientes de los países
árabes limítrofes hacia las zonas adjudicadas originariamente al Estado Árabe,
provocando así la primera guerra árabe-israelí, de la que tomaron Egipto, Líbano,
Transjordania, Siria contra Israel.En las siguientes imágenes se pueden observar el
territorio de la antigua Palestina.
La primera imagen muestra el plan de partición de Palestina para la creación de
dos Estados, uno judío y otro árabe. Y una zona bajo régimen internacional particular:
Jerusalén. (Resolución 181, Naciones Unidas). En la segunda imagen, se puede observar
como la frontera del Estado de Israel avanzó sobre territorios que pertenecen al Estado
Árabe, en referencia al plan de partición. Seis meses después de la aprobación de la
resolución 181, el 15 de mayo de 1948, mismo día en que Gran Bretaña finalizó con el
mandato Británico de Palestina fue proclamado el Estado de Israel.
31
Fuente: http://www.ihistoriarte.com/wp-content/uploads/2013/05/Sin-t%C3%ADtulo.png
Consultado: 08/08/2017
La comunidad internacional respondió a la creación del Estado de Israel de
diferentes maneras: Estados Unidos por su parte, el día 15 de mayo de 1948, un día
después de la declaración de la Independencia, reconoció el Estado de Israel. Días
después la Unión Soviética, también reconoció al Estado de Israel, como nuevo sujeto
de derecho internacional.
Argentina por su parte, en todo momento respetó a las Naciones Unidas como
organización moderadora del conflicto. En un primer momento como ya se mencionó
32
Argentina se abstuvo a la hora de votar la resolución 181 (Plan de partición de
Palestina) y luego adquirió una posición pro judía/sionista, al reconocer al Estado de
Israel el 14 de febrero de 1949, siendo uno de los primeros países del mundo en hacerlo
y el primer país de América Latina en abrir una embajada en Israel.
La ONU, institución representativa de la comunidad internacional admitió al
Estado de Israel como miembro pleno el 11 de mayo de 1949, mediante la resolución
273, la votación tuvo 37 votos a favor, 12 en contra, 9 abstenciones. Argentina formó
parte de los votos positivos. De los votos positivos, 13 fueron países latinoamericanos.
1.3. Conclusiones del capítulo.
El sistema internacional luego de la Segunda Guerra Mundial, experimentó una
transformación, pasó de ser un sistema multipolar en la pre-guerra a ser sustituido por
un sistema bipolar. Dos bloques, dos ideologías, y distintos planes económicos.
Por un lado los EEUU, durante el decenio del 40 y el 50 hicieron todo lo posible
para mantener su estatus de superpotencia consagrado luego de la segunda guerra,
EEUU buscaba consagrar su rol hegemónico en el hemisferio de occidente y
salvaguardar los intereses norteamericanos, por cuestiones tanto ideológicas como
económicas. En relación a lo económico se puede decir que el Plan Marshall, fue ideado
como estrategia de reconstrucción económica de Europa occidental pero también ideado
como estrategia de construcción de la zona de influencia del bloque capitalista, EEUU,
necesitaba expandir su ideología democrática liberal, y para ello buscó aliados, primero
otorgándole ayuda material, y luego ideológica.
El plan Marshall permitió que Europa importe lo que necesitaba, excediendo así
su capacidad de pago. Los países europeos por su parte se comprometían a importar
productos estadounidenses. Estaba claro que la oferta del Plan Marshall implicaba
cesiones de poder y de capacidad de supervisión a favor de Estados Unidos. Esto
demuestra que la construcción de Europa no fue gratuita, los países tuvieron que aceptar
nuevas instituciones, acordadas en el tratado de 1944 en Bretton Woods. El acuerdo
consagró políticas monetarias y financieras. De esta conferencia nació el Banco
Mundial y el FMI. Instituciones que permitieron glorificar la perpetración de los EEUU
en el hemisferio occidental. De esta manera se consagraron como “gendarmes del orden
capitalista”.
Otro aspecto económico asociado al Plan Marshall y vinculado a este contexto
histórico, fue el “Estado de Bienestar”, Estado de economía mixta que logró un
33
crecimiento acelerado, el pleno empleo y un avance hacia una equidad entre sectores de
la población, contrario a la concentración de la riqueza. El Estado de Bienestar
planteaba ideas heterodoxas, sobre el mercado y las políticas públicas, caracterizado por
el gasto público, el mismo se extendió desde 1940 hasta 1960. Es necesario decir que en
el plano concreto de política económica en los años siguientes prevaleció EEUU y sus
recetas ortodoxas, acompañas por las recetas del FMI y el Banco Mundial, sobre
comercio y desarrollo, dejando atrás el capitalismo mixto.
La URSS por su parte, propuso una ideología distinta, de base autoritaria y una
colectivización forzosa de la propiedad privada, canceló la libertad de empresa. Puede
decirse que la URSS se vio inmersa en la Guerra Fría, respondiendo a los ataques
norteamericanas, con iniciativas soviéticas.
La configuración del mundo bipolar y el fin de los colonialismos permitió el
surgimiento de los países del tercer mundo, llamados así por no estar alineados a
ninguno de los dos bloques. La descolonización y las revoluciones transformaron
drásticamente el mapa político del globo. La cifra de estados asiáticos, americanos y
americanos reconocidos internacionalmente como independientes se multiplicó,
igualmente lo importante no era el número de países, sino el enorme y creciente peso
demográficos que representaban en conjunto. A pesar de estos países conseguir su
independencia política, les fue muy difícil lograr su independencia política.
En cuanto a los aspectos políticos, con posterioridad a 1945, la estructura del
sistema internacional experimentó una profunda transformación. La Segunda Guerra
Mundial provocó una concentración de poder enormemente desigual en torno a dos
países, Estados Unidos y la Unión Soviética. Esto demuestra que la humanidad se lanzó
nuevamente, en lo que puede llamarse una tercera guerra mundial, aunque muy peculiar:
la Guerra Fría.
El enfrentamiento entre dos bandos, con sus respectivos aliados, dominaron por
completo el escenario internacional de la segunda mitad del siglo XX, dejando
generaciones diezmadas bajo la amenaza de un conflicto nuclear global, muchos creían
que podía estallar en cualquier momento y terminar con la humanidad, dada la
capacidad tecnológica de las nuevas armas de guerra.
Cabe mencionar que en realidad, en gran medida ninguno de los dos bandos tuvo
mera intención de atacar al otro, pero igualmente se vivió en una “atmosfera bélica”,
que fue configurando un pensamiento pesimista sobre la humanidad. Ambas
superpotencias habían aceptado el reparto desigual del mundo, habían hecho sus
34
máximos esfuerzos por resolver las disputas sobre sus zonas de influencia, sin llegar a
un choque abierto de sus fuerzas armadas.
Se puede decir entonces que la Guerra Fría, fue contradictoria a su premisa
original, de destrucción y aniquilación del sistema oponente, ya que durante más de 40
años existió coexistencia pacífica entre ambas potencias. Pues entonces se movieron en
contra de su retórica, la que hubiera podido llevarlas a la guerra. De hecho, a la hora de
la verdad, cada potencia confiaba en la moderación de la otra, incluso en las ocasiones
en que estuvieron oficialmente a punto de entrar, o entraron, en guerra. Queda claro que
durante la Guerra Fría, las superpotencias mantuvieron el monopolio nuclear,
igualmente tanto los franceses como los ingleses adquirieron sus bombas atómicas,
intentando disminuir su independencia aunque ningún país las utilizó.
Su funcionalidad destructiva como tal no fue practicada, pero sí fueron “útiles”
para la configuración del mundo bipolar. Por otro lado, la configuración de dos bandos
radicales y específicos, el comunismo, y el capitalismo, permitió la emergencia del
llamado Tercer Mundo, los estados poscoloniales, poseían escasas simpatías hacia los
Estados Unidos y sus aliados. Igualmente no por ello eran considerados comunistas. El
tercer mundo fue no alineado en asuntos exteriores, fuera del bloque militar soviético.
Como se ha mencionó anteriormente, el mundo se dividió en dos bloques, por ende el
Tercer Mundo sería el conjunto de países no alineados en ninguno de los ejes anteriores.
Los EEUU establecieron el nuevo orden mundial de “carácter pacífico y
democrático”, usando como medio su diplomacia de estilo wilsoniano. Ejemplo de ello
fue el Plan Marshall, que triunfó por su idealismo, por sus propósitos en un futuro
utópico. Como bien se mencionó anteriormente la política que definía este plan era de
ayuda económica, orientado a detener el hambre, la pobreza, el desempleo, el caos. Pero
principalmente a oponerse contra el Partido Comunista y sus organizaciones. La política
exterior norteamericana dirigió sus pasos a contener la expansión soviética en el mundo.
La Doctrina Truman y su ideal de sociedad basado en la voluntad de la mayoría
con instituciones libres, gobierno representativo, elecciones libres, garantía de la
libertad individual, libertad de expresión y de religión fue la bandera de presentación de
la política exterior estadounidense. Frente a esta sociedad de libertades individuales, la
URSS presentaba un panorama social complejo, situación que favoreció a la ideología
capitalista. En el otro extremo quedó la sociedad comunista, basando su “voluntad” en
una minoría impuesta sobre una mayoría, mediante opresión y terror. En esta sociedad
35
la libertad de prensa y radio estaban controladas, y existía una supresión de las
libertades personales.
En el contexto de mundo bipolar quedo enmarcada la creación del estado de
Israel en el año 1948, amparada por la doctrina de la democracia liberal difundida por
los EEUU. La intervención y cooperación de los EEUU, en la independencia del Estado
de Israel, fue clave, como también lo fueron las instituciones de “carácter internacional”
creadas por EEUU, que legitiman tal Estado, concretamente las Naciones Unidas como
organización compuesta por países libres, que aprobó la Independencia israelí, dejando
de lado la posibilidad de la creación de un Estado Palestino. Además EEUU, considero
desde sus inicios la vital importancia de la seguridad del Estado de Israel, dejando
expuesta su férrea relación bilateral.
Por su parte, los países europeos desarrollaron una incipiente comunidad
europea, con el célebre tratado de París, de 1951, donde se acordó la creación de la
Comunidad Europea del Carbón y el Acero (CECA). El buen resultado político de la
CECA y los desafíos de convertibilidad cambiaria derivados de Bretton Woods fueron
decisivos para que Alemania (Occidental), Bélgica, Francia, Holanda, Italia y
Luxemburgo superaran todas sus tensiones y pactaran la creación de la Comunidad
Económica Europea (CEE) en el tratado de Roma, firmado en 1957 y efectivo desde
principios de 1958. El tratado de Roma y la creación de la CEE sacudieron las aguas del
bloque soviético y obligaron a que hicieran algo, y en ese sentido el COMECON
pareció la institución adecuada.
36
Capítulo 2
Situación económica y política de América Latina (1946-1955).
2.1. Aspectos económicos.
La Gran Depresión económica de 1929, junto a la situación prebélica de la
Segunda Guerra Mundial configuran para América Latina una nueva disposición
internacional, de manera que en estos países se va disponiendo una nueva estrategia de
desarrollo, basada primordialmente en la necesidad de desarrollar una estructura
industrial, sumado a eso, la idea de ir sustituyendo las importaciones manufactureras de
bienes primarios por producción nacional, constituyendo así el eje dinámico del nuevo
modelo de crecimiento económico. Luego de la depresión de 1929, fue difícil hallar
para los países de Latinoamérica una forma de inserción internacional.
Posteriormente, EEUU, luego de la Segunda Guerra Mundial, buscaba lograr su
supremacía y para ello debía completar su rol hegemónico en las tierras
latinoamericanas, debía logar hacerlas aún más dependientes de sus intereses. Para
lograr dicho objetivo contó con la colaboración de la oligarquía latinoamericana, la que
actuaba en alianza con el capital imperialista. Esto, generaba contradicciones con las
aspiraciones de mantener la soberanía política ya existente en América Latina.
Los proyectos de incorporación estuvieron caracterizados por una puja entre dos
esquemas: el esquema autonomista, llevado a cabo mayoritariamente por los gobiernos
democráticos y por otro lado por esquemas de alineamiento con los Estados Unidos. En
Argentina por ejemplo, “en este contexto de inestabilidad operaron tanto la polarización
política (peronismo anti peronismo), como la económica (campo-industria), en donde
ambas no fueron necesariamente recíprocas, sino que existieron múltiples y cruzadas
combinaciones entre ellas que llevaron a la incapacidad de definir un rumbo
sostenido”25
.
Es necesario señalar que a pesar de la existencia de grandes similitudes en los
países de América Latina, tanto en el tiempo como en la forma de los fenómenos
económicos, (expansión, crisis, industrialización, ajuste, apertura, etc.), es evidente que
25
Simonoff Alejandro, 2010, “La política exterior argentina durante la Guerra Fría”, La Plata, UNLP, p.
26.
37
encontramos diferencias apreciables entre los países, como por ejemplo la densidad
poblacional y la expansión geográfica.
Por ello a la hora de definir, lo tomamos como un sub sistema homogéneo. Se ve
como un subsistema o un sistema de acción, relativamente homogéneo. Pero por otro
lado, sus unidades exhiben diferencias en términos de poder, tradición y estilos de
política exterior, que las hacen distintas26
.
Para los países de América Latina, el período comprendido entre mediados de
los años cuarenta y finales de los setenta resulta ser el periodo de mayor expansión
económica del siglo XX, ya que el PIB crece a una tasa promedio del 5,5 % para el
periodo 1950-1977, este porcentaje es superior a la media mundial y de los países
desarrollados, del 4,8 %. Aunque por otro lado el crecimiento del PIB por habitante
resulta mayor en los países desarrollados siendo de 3,6%, y en cambio en los países de
América Latina tiende a ser más modesto, del 2,6 %27
.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), es la
institución que argumenta que las variables externas configuran la periferia capitalista.
Esta última es condenada por el deterioro de los términos de cambio que conlleva a su
vez a una dificultad para revertir la balanza de pagos. Estos teóricos de las relaciones
internacionales consideran que América Latina asume comportamientos de política
exterior principalmente por un reflejo y reacción frente a eventos que se producen fuera
de la región. Esto hace referencia a la escuela sistémica, quienes afirman que el sistema
internacional determina en gran medida el comportamiento externo de la región.
Estos efectos negativos causados por tendencias sistémicas podían superarse a
través de una estrategia de industrialización basada en la sustitución de importaciones,
(ISI). En la explicación del crecimiento económico intervienen fenómenos de
importancia histórica, ya que se trata de un proceso de transformación productiva
estructural, donde se destaca la modernización selectiva del sector agrario, el acelerado
crecimiento industrial y el incremento y diversificación del sector servicios.
El proceso va asociado a la introducción de nuevas tecnologías, incrementos
importantes en productividad del trabajo y un mayor uso del capital. Paralelamente, se
produce un incremento significativo aunque desigual y selectivo, de la demanda privada
26
Van Klaveren Alberto, 1988 “El análisis de la política exterior latinoamericana: perspectivas teóricas”
Santiago de Chile, CEPAL, p. 26. 27
CEPAL, 1979, “América Latina en el umbral de los años 80”, Santiago de Chile, CEPAL, pp. 6-8.
38
y más fuerte aún de la pública, unido a un intenso proceso de inversión, en gran parte
pública, pero también privada, nacional y extranjera.
En términos sociales, los cambios más profundos van asociados a un crecimiento
demográfico espectacular, debido al mantenimiento de altas tasas de natalidad y
fecundidad, en un momento en que se produce una caída drástica de la tasa de
mortalidad, debido a mejoras alimentarias, higiénicas y habitables, unido a un intenso
proceso de migración interna hacia las ciudades, en especial hacia la capital o pocas
ciudades principales. Paralelamente una creación y transformación profunda del
empleo, y ciertas mejoras, selectivas y desiguales, en los niveles de ingreso de los
trabajadores y en sus condiciones de vida: educación, salud, seguridad social, vivienda,
etc.
La estrategia económica basada en la industrialización sustitutiva de
importaciones, asumía como condición una mejora social, al crecimiento sostenido de la
economía. Según el país, sector y región hubo cambios importantes sobre la distribución
del ingreso, lo que demuestra cierta mejora, para grupos sociales de ingresos medios y
bajos, aunque igualmente, la minoría seguía siendo la acaparadora del ingreso. Ejemplo
de ello, fue la República Federativa de Brasil, que en ese momento se encontraba
primero en el ranking mundial de desigualdad.
Entre 1935 y 1940 la participación de las exportaciones de bienes primarios
alcanzaba al 75% para el promedio de los países de la región. Por ello había asimetrías
en el desarrollo, reflejadas en las estructuras productivas, por un lado, la periferia,
especializada y heterogénea y por otro, los centros, desarrollados, con estructura
diversificada y homogénea. Se advirtió la necesidad social de aumentar rápidamente el
empleo para absorber la creciente fuerza de trabajo.
La industrialización bajo la orientación activa del Estado era considerada la
única manera de formar rápidamente progreso tecnológico: el desarrollo “desde
adentro”. Para ello las políticas públicas utilizadas para activar la industria fueron
subsidios, tributo sobre el agro y transferencias de recursos hacia la industria, crédito
bancario privado subsidiado, altas barreras no arancelarias y arancelarias a la
importación, regulaciones a la entrada de nuevos competidores externos y de empresas
transnacionales y, finalmente, la emisión monetaria como recurso creciente que con el
correr de los años, generó una gran inflación en los países latinoamericanos.
La sustitución de importaciones y la inversión pública fueron el centro de las
estrategias de industrialización aceptadas, aunque con creciente preocupación por la
39
eficiencia de la estructura productiva resultante. La expansión manufacturera se basó en
los mercados internos, con una continuidad, limitada, hacia las exportaciones de bienes
mano de obra intensiva, como los textiles. Así, las economías de los países de la región
consolidaron su mercado interno y el nivel de empleo, a costa de menor inserción
internacional, mayor inflación y creciente déficit fiscal.
Aunque los países de América Latina hayan conseguido su independencia
política, la dependencia económica con respecto a los países desarrollados se mantenía
vigente. Los países del norte, son quienes compran las materias primas y fijan el precio
de éstas, las variaciones del precio de las materias primas en los mercados
internacionales pueden arruinar la economía de un país, que depende exclusivamente de
esas exportaciones.
América Latina para llevar a cabo el modelo de Sustitución de Importaciones,
dependió también de los países desarrollados para obtener la tecnología necesaria para
el desarrollo y de los productos manufacturados de Europa, Japón o Estados Unidos,
esto hace que surja el problema de la deuda externa. Se puede observar que en este
periodo el proceso económico llevado a cabo empezó a agotarse, por fallas
estructurales. La industria no logró la elaboración de artículos de consumo que se
tradujera en crecientes exportaciones, ni alcanzó a producir bienes de capital con altos
niveles de producción, por ende la economía no tuvo la posibilidad de hacer descender
las importaciones, acentuándose el problema de la balanza de pagos y muchos países
tuvieron que recurrir constantemente al endeudamiento exterior.
De esta manera puede decirse que es un crecimiento “cortoplacista” o “relativo”,
ya que al endeudarse cada vez hay que pagar más, bloqueando así el desarrollo del país
endeudado. Queda claro entonces que para el desarrollo hacen falta máquinas y estas se
pagan a precio muy elevados, por ende el pagarlas supone no invertir en el desarrollo
del país, y al no poder desarrollarse la pobreza se perpetúa.
Igualmente es fundamental considerar que el modelo ISI prevaleció bajo
distintos gobiernos y circunstancias históricas, impulsado por el sector industrial,
principal motor del crecimiento productivo, no solo en administraciones argentinas sino
también de muchos países latinoamericanos. Ha estado vigente durante el período que
va desde principios de la década de 1930 hasta finalizar la década del ‟70, “es decir que
ISI surgió en un contexto histórico propicio, donde el orden liberal mundial había
colapsado, donde la ola globalizadora de finales del siglo XIX, así como la gran crisis
que desemboca en la depresión de los años treinta facilitaron su implementación y un
40
viraje en el pensamiento del desarrollo hacia adentro, de se considera que ésta no fue
forzada por el pensamiento de la CEPAL sino que fue una alternativa objetiva resultante
de la situación internacional”28
.
Retomando lo anterior se puede decir entonces, que la Gran Crisis del ‟29
significó el abandono del Modelo Agroexportador en América Latina, disminuyendo así
el desequilibrio externo que conducía a crisis recurrentes, procesos inflacionarios, con
importantes recesiones, lo que obligó a impulsar una industrialización “hacia adentro”
donde la acción económica del Estado fue medular. Dejando atrás modelo de Estado
liberal.
Los países latinoamericanos entre la década del 40 y del 50 buscaron diversificar
sus relaciones comerciales, partiendo de otra concepción, basándose en la cooperación
sur-sur como una manifestación de solidaridad entre pueblos y países del Sur que
contribuye al bienestar de las poblaciones, teniendo como objetivo promover e
implementar la cooperación técnica entre países en desarrollo.
En correspondencia con lo anterior, es propicio aclarar que en el sistema
internacional, existen tres tipos de Estado en el sistema internacional: las grandes
potencias, los países medianos y las naciones débiles. Las primeras son las que disponen
de capacidad para establecer las reglas del juego global. Los segundos gozan de un
“poder relativo” para ejercer influencia, aun cuando su disposición de atributos de poder
no es lo suficientemente importante para determinar el curso de los acontecimientos
centrales de la política mundial. Las naciones débiles son unidades políticas
desprovistas de poder real. La cooperación Sur-Sur, engloba a los dos últimos.
En la práctica puede verse la cooperación desde finales de la Segunda Guerra
Mundial, como por ejemplo, el nacimiento de la Liga Árabe en 1945, que, coincidiendo
con los procesos de independencia iniciados en esos años en los países de Oriente
Medio, ya supone un acercamiento a la colaboración entre países en desarrollo. Otro
ejemplo fue el asociacionismo de los países en desarrollo, con la finalidad de aunar su
voz, que se ve materializado en el Movimiento de los No Alineados. Como también
puede encuadrarse la relación entre los países latinoamericanos e Israel.
Se puede destacar que en los primeros años de la creación de Israel, Estados
Unidos, tenía una posición que distaba de ser favorable, es más, hasta dudó en apoyar la
partición como solución, y además ejerció un embargo de armas durante la guerra de la
28
Gerald ValpyFitz, 1998, “La CEPAL y la teoría de la industrialización”. Revista de la CEPAL número
extraordinario, p.128.
41
Independencia en 1948.Este embargo pudo ser obviado dada la cooperación de países
latinoamericanos como Argentina, Chile, Guatemala, México, Nicaragua y Panamá, y
otros países europeos como Checoslovaquia y Francia, quienes facilitaron el envío de
armas para la guerra.
Puede decirse entonces que se si analiza la incipiente relación comercial y
diplomática de los países de Latinoamérica con la región de Medio Oriente, Israel es el
país que más ha despertado pasiones. Ya que como es sabido existieron otros conflictos
internacionales de gran envergadura, pero no han tenido tal fuerza como para
incorporarse en las agendas políticas de los países hispanohablantes. Para finalizar se
recalca que los países latinoamericanos que asistieron a Israel, cumplieron un rol muy
importante para que el nuevo Estado hiciera frente a los embates militares de sus
vecinos.
2.2 Aspectos políticos.
El panorama político de América Latina, luego de la Segunda Guerra Mundial,
estuvo marcado por el desarrollo de diferentes tendencias, según lo que representaban
ideológicamente. Por un lado existía la oligarquía terrateniente, siempre vinculada al
capital extranjero, por ende a una economía nacional extranjerizante, que quería seguir
gozando de los beneficios del ya extendido Modelo Agroexportador. Esta oligarquía
terrateniente estaba asociada con la burguesía de la exportación, aquella vinculada al
comercio de productos agropecuarios, que en parte representaba la reacción y oposición
al progreso. Por eso Alfredo Zaiat, la titula como “burguesía fallida”, burguesía
nacional que se revela fallida, ya que invierte poco, o se asocia con el grupo extranjero
en la explotación de recursos, fuga capitales. Una burguesía especuladora que no
permite emprender planes de expansión productiva.
Esto se manifestaba en la formación de gobiernos dictatoriales, como por
ejemplo, Cuba, Haití, Nicaragua y Guatemala. Y por otra lado se desarrollaba una
burguesía industrial o burguesía nacional que aspira a realizar una industrialización e
independizarse de la penetración extranjera, ésta burguesía siempre estuvo apoyada por
intelectuales y estudiantes. El proyecto político económico de la burguesía nacional,
busca el desarrollo de un Estado con rol activo en sectores productivos, sectores claves
de la economía para sostener un nuevo ritmo de crecimiento y creación de empleo.
42
Un Estado presente exige al sector privado, estableciendo regulaciones con
objetivos y controlando que se cumplan. Es lo que se conoce como disciplinamiento de
las elites, para desplazar al capitalismo extranjero. Ese disciplinamiento no tiene que ver
con obediencia o subordinación a un gobierno, Gabriel Palma, economista chileno,
graduado en la Universidad de Cambridge, lo explica “El Estado debe recuperar su
capacidad para disciplinar a las elites capitalistas. Además de dar subsidios, los
gobiernos deben poder reclamar que las empresas aumenten sus exportaciones,
inviertan, innoven e impulsen el cambio tecnológico”29
.
Y por último, otra tendencia que se desarrolló en esta etapa fue la revolucionaria,
que representaba la posibilidad de cambios tanto económicos como sociales. En esta
tendencia se agrupaban la intelectualidad progresista, quienes llevarían adelante
movimientos anti oligárquicos y antiimperialistas. Luego de la Gran depresión, los
países buscaron alternativas factibles para salir de la dependencia económica. En los
países donde gobernaban las fuerzas reaccionarias se aceptó la necesidad de la
modernización capitalista, pero en alianza con el capital extranjero, es decir,
manteniendo la dependencia económica.
En cambio en otros países donde gobernaba la incipiente pero existente
burguesía nacional, se planteó la modernización capitalista a partir de sus propias
fuerzas. Sin alianza del capital extranjero, de esta forma se iniciaron reformas como la
industrialización, llevada a cabo mediante el modelo ISI, buscando la nacionalización
parcial o total del capital extranjero, la ampliación del mercado interno y la reforma
agraria. Todo esto se hacía bajo un régimen capitalista, pero de ideología keynesiana.
Las décadas del „40 y del „50 están dotadas de sobresaltos para América Latina
en su totalidad. A finales de la década del ‟40 sucede uno de los hitos de mayor
importancia para el panamericanismo, movimiento político económico y diplomático
que pretende lograr la integración americana.
En la conferencia de Bogotá llevada a cabo en 1948 se creó la Organización de
los Estados Americanos (OEA) como un producto del Panamericanismo de la primera
mitad del siglo XX. La influencia de los EEUU en la OEA se manifestó en la
conferencia de Caracas en 1954 y en esta declaró que toda actividad comunista en
América era una intervención en los asuntos internos americanos y afirmó que la
29
Palma Gabriel, 2011, Conferencia de economía Gabriel Palma, experto en desarrollo, “El Estado tiene
que disciplinar”, En el sitio web https://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-172207-2011-07-
14.html, visitado: 08/08/2017.
43
instalación de un régimen comunista en cualquier Estado americano implicaba una
amenaza al sistema y por ende requería una reunión consultiva para adoptar medidas.
El Panamericanismo, no logró armonizar los intereses de los países norte y
suramericanos sino más bien ensanchar la brecha que les separa30
. Este contexto para
los países latinoamericanos ha constituido un factor que motorizó una nueva experiencia
común: La integración económica y los movimientos de cooperación latinoamericana,
ferviente expresión de ideales comunes frente a peligros también comunes.
En materia de cooperación política uno de los principales acuerdos fue el
Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, en el año 1947, que encontró su fuente
en el Acta de Chapultepec, que recoge los principios sobre seguridad colectiva y
establece las pautas que los Estados Americanos deben seguir a fin de hacer frente a las
amenazas o actos de agresión, que en tiempo de paz se presenten contra cualquiera de
las Repúblicas Americanas.
En cuanto a los procesos integracionistas posteriores a la Segunda Guerra
mundial, puede mencionarse la ya antes citada CEPAL, la creación de tal institución
(1948) fue uno de los acontecimientos más trascendentales en la región de América
Latina y el Caribe. El pensamiento y la acción de la CEPAL, conducidos por su
fundador, Raúl Prebisch, aportaron aspectos teóricos y técnicos fundamentales para el
análisis de la problemática económica de la región.
Tanto en materia económica como en materia política, la hegemonía
estadounidense busca afianzarse, a través de entidades financieras a mediados del siglo
XX, como el GATT, FMI, BM consolidando y alimentando su poderío económico, en
materia política y buscando “garantizar la paz” en el hemisferio Occidental.El centro del
poder mundial estaba constituido por el poder militar de EEUU. Esta postura se
relaciona con el concepto de “pax americana”, un período de “paz relativa” en el mundo
desde el final de la Guerra Fría, que coincide con la posición militar y económica
dominante de los EEUU.
Las intervenciones estadounidenses quedaron legitimadas o mejor dicho
“institucionalizadas” bajo la "Doctrina de Seguridad Nacional” que tenía en ese
entonces como objetivo supremo detener el avance del socialismo, considerado por los
estrategas estadounidenses un foco de problemas. La política anticomunista del
30
Morales Manzur Juan Carlos, 2012 “La unidad continental: desde las concepciones geopolíticas hasta
los nuevos modelos alternativos de integración”, 6to Congreso Latinoamericano de Ciencia Política,
FLACSO, Ecuador, p. 16.
44
gobierno norteamericano estaba articulada mediante la Agencia Internacional de
Inteligencia, CIA, y comenzaba a transformarse en parte fundamental del diálogo
intercontinental. La ayuda proveniente de EE UU para América Latina consistió más en
ayuda técnica militar que en económica, lo que demostraba la importancia de América
Latina para los transcendentales intereses de la Casa Blanca. En la décadas del „40 y „50
la política hemisférica de los EEUU, estaba penetrada por los asuntos militares y en
directa relación con la política exterior marcada por el enfrentamiento con la Unión
Soviética.
Por su parte, los países latinoamericanos comenzaron a desarrollar una actividad
regional con vistas al crecimiento e integración .En 1941, Argentina, Brasil, Bolivia,
Paraguay y Uruguay se juntaron en Montevideo, para celebrar la Conferencia de
Montevideo, con vistas a la integración geo-económica. Cabe destacar que en el año
1915 existió una incipiente política de integración entre tres países, llamado “Pacto
ABC”, por las iniciales de su nombre, Argentina, Brasil y Chile. Dicha propuesta no
prosperó y se redujo a una simple resolución que recomendaba estudiar tal unión,
sugiriendo en la misma el ingreso de otros países.
Se tuvo que esperar a fines de los años „40 y a principios de los años „50, para
que las formulaciones de integración y/ o unidad cobren nueva vigencia desde la
Argentina “justicialista” de Perón y desde la anteriormente nombrada CEPAL,
comandada por Raúl Prebisch. Esto demuestra que el planteamiento integracionista
luego de la segunda posguerra resurgió a escala mundial. En este sentido, EEUU
favoreció la cooperación de Europa Occidental, con el objeto de contrarrestar el avance
soviético.
Europa había sido escenario de enfrentamiento en 1939/45. Su desgarramiento
económico y geográfico político debían evitarse, así como el expansionismo de la
URSS. EEUU participó en la reconstrucción europea, desempeñando un rol de poder,
socorriendo financieramente a una Europa fragmentada, que por razones de vecindad,
podía devenir fácil presa de la URSS. EEUU alentó una Europa unida y comunitaria
pero mantuvo una actitud contraria respecto de la integración de América Latina.
Su conducta se mostró definitivamente diferente cuando boicoteó la acción de la
CEPAL que convocaba a los países latinoamericanos a seguir políticas de
industrialización. EEUU, desfavoreció el proceso de integración, contribuyendo a la
desunión de Brasil y de Argentina. Esto se debe a que los intereses globales de EEUU,
en esta instancia histórica, eran convergentes con los intereses propios de Europa
45
Occidental. No pasaba lo mismo con los intereses de EEUU y los países de América
Latina.
El gobierno de EEUU ocupado en sus responsabilidades en materia de seguridad
en Europa y Asia, tendió a “ignorar” a América Latina. La política exterior
estadounidense hizo lo posible para unificar Europa.En cambio en el caso de la región
de América Latina era más funcional a sus intereses mantenerla dividida, de esta manera
podía reproducir su supremacía hemisférica.
América Latina comenzaba una etapa integracionista a nivel político-económico.
Cabe destacar que ya como región continental, había comenzado a moverse como
“bloquepolítico” en organismos internacionales, entendiendo como bloque a una
agrupación de países que compartían ciertos objetivos.En este caso el objetivo central
del bloque erahallar una nueva forma de inserción internacional.Los países apuntaron a
la integración como la solución a las presiones internacionales y a las injusticias
económicas y políticas de las que han sido víctimas los países latinoamericanos.
Si se pretende visualizar a América Latina, como un sub-bloque o un subsistema
dentro de continente americano, se debe reflexionarsobre su postura homogénea en lo
que respecta al conflicto palestino-israelí.
Se parte de que fuera de Palestina y del mundo árabe, el nacimiento del Estado
judío encontró un apoyo universalmente favorable, tanto en Occidente como en el
bloque del Este.Todos los países miembros de las Naciones Unidas, inclusive los países
latinoamericanos votaron la resolución 181, aprobada el 29 de noviembre de 1947.
Se debe tener en vista, los votos de Guatemala y Uruguay, al considerarlos como
“gestores efectivos”, ya que dentro de la comisión inclinaron la balanza en dirección de
la proposición que dividía el territorio palestino en dos, 13 países de la región votaron a
favor, seis se abstuvieron, incluyendo a Argentina. Igualmente en la práctica la
abstención favorecía la aprobación, y sólo un país, Cuba, votó en contra.
En esa época el bloque latinoamericano era el mayor en la incipiente
Organización de Naciones Unidas. La historia de Israel, como Estado independiente,
estuvo, pues, ligada a la voluntad latinoamericana, si bien América Latina nunca
desempeñó un papel sustancial en la región de Medio Oriente.
Cabe destacar que el peso numérico de los Estados latinoamericanos en la
naciente ONU, (un tercio de los miembros) y el rol central de la Asamblea General de
Naciones Unidas, otorgaron a los representantes latinoamericanos una responsabilidad
46
histórica en uno de los problemas más complejos que ha tenido que tratar la comunidad
internacional hasta la actualidad.
Desde la perspectiva de la autora Cecilia Baeza, el compromiso político a nivel
internacional con el nuevo Estado de Israel se adjudica, “al alineamiento con los
Estados Unidos y el poder de convencimiento de una diplomacia sionista que se apoyó
en comunidades judías locales para convencer a los Latinoamericanos”31
. Desde el
presente trabajo se considera factible lo argumentado por la autora, ya que como se ha
mencionado anteriormente Latinoamérica es la diáspora judía más grande del mundo.
En la actualidad se estima que desde México a la Argentina viven unos 500.000 judíos.
De ese medio millón de judíos, 300.000 radican en Argentina actualmente.
Por otra parte se sostenía que en general las comunidades judías
latinoamericanas se caracterizaban por su laboriosidad, éxito empresarial y alto nivel
educativo, con miembros que forman parte del mundo profesional, comercial,
financiero, como académico y artístico.Por ello se consideraban una inmigración muy
benéfica para los países que los habían amparado, y esta percepción positiva
probablemente les permitió recibir el apoyo latinoamericano en los organismos
internacionales.
Los países latinoamericanos en mayo de 1949, específicamente diecisiete
Estados latinoamericanos aprobaron la resolución 273 de la Asamblea General de
Naciones Unidas, para la entrada de Israel como miembro pleno de las Naciones
Unidas, con la notable excepción de Brasil y El Salvador, quienes se abstuvieron.
Igualmente esta abstención es anecdótica ya que ambos países, Brasil y El Salvador,
habían reconocido unilateralmente a Israel, unos meses antes. Cabe destacar que para
1950, toda la región había iniciado relaciones diplomáticas con el nuevo Estado.
Según la percepción de dos autores, Joel Barromi y Carlos Feldman América
Latina presentó una tendencia favorable en la votación sobre temas israelíes en la
Asamblea General de las Naciones Unidas. Esto se considera, teniendo en cuenta un
contexto de radical rechazo por parte de los palestinos y los países árabes a la existencia
de Israel, “es por ello que las posiciones latinoamericanas optadas entre 1947 y 1967,
31
Baeza Cecilia, 2012, “América Latina y la cuestión palestina (1947-2012)”, Universidad de Brasilia
(UNB), p. 113.
47
pueden considerarse sustancialmente favorables, a pesar de los países pregonar por una
retórica pro-equilibrio y pro-imparcialidad”32
.
Por otro lado la escasez de relaciones con los países árabes y la simpatía por la
causa sionista tras los horrores de la Segunda Guerra Mundial, como la cercanía al
bloque occidental, pueden ser consideradas para justificar la proximidad de Israel con la
región de América Latina. También la historia demuestra que los países de la región se
negaron o se abstuvieron a la hora de reconocer los derechos nacionales palestinos y
denunciar las violaciones de los derechos humanos en los territorios ocupados.
2.3. Conclusiones del capítulo.
Luego de la Gran Depresión las economías de América Latina, buscaron
otorgarles un papel central a los agentes internos, creando un rol más decisivo de base
endógena que fuera capaz de promover el crecimiento de la economía y la
industrialización dejando que las fuerzas externas solo ocupen un papel
complementario. Renunciando al modelo anterior, el modelo primario exportador que
llevaba a los países de la región a ocupar una posición periférica en la división
internacional del trabajo, donde el desequilibrio externo conducía a crisis recurrentes,
con importantes recesiones, procesos inflacionarios, ya que obedecía al deterioro de los
términos de intercambio entre los productos primarios exportados por la periferia
misma.
Con la implementación del modelo ISI, la región latinoamericana se vio
impulsada a una etapa de industrialización, mediante una estrategia en donde la acción
económica del Estado tuvo un rol central. Igualmente como se mencionó anteriormente
a pesar de ser América Latina un subsistema homogéneo, sus unidades exhiben
diferencias en términos de poder, tradición y estilos de política exterior, que las hacen
distintas.
Por eso se puede comprender que este modelo no se desarrolló a un mismo ritmo
en toda América Latina. Los primeros países en experimentar el proceso fueron aquellos
que tenían los centros urbanos más grandes y contaban con una clase media, que obró
como burguesía nacional. Los países que contaban en ese momento con clases medias
fuertes, eran Brasil, luego Argentina, Chile y México.
32
Barromi, Joel, Feldman, Carlos, 1974, “Latin American Voting on Israeli Issues in the U.N. General
Assembly, 1947-1968”, Jewish Social Studies, Vol. 36, p. 147.
48
Las medidas económicas llevadas a cabo por los Estados fueron enérgicas, se
implementaron restricciones a las importaciones y la sustitución se apoyó en la
demanda existente. Las devaluaciones del tipo de cambio de las monedas y las políticas
defensivas de ingreso adoptadas por los gobiernos por las crisis facilitaron el proceso
sustitutivo. El modelo sustitutivo de importaciones tuvo sus limitaciones ya que
pretendía dar estímulos principalmente a la producción de bienes de consumo no
duraderos, y posteriormente, los duraderos e intermedios, sacrificándose el desarrollo
local de la maquinaria y equipo.
Cabe destacar que el periodo analizado comprendido entre 1945-1955, puede
considerarse la etapa de oro del modelo ISI, ya que luego, en el decenio de 1960 la
evolución industrial empieza a dar muestras de debilitamiento esto se debe a que los
capitales extranjeros, corporizados en empresas trasnacionales capitalizaron el
desarrollo del mercado interno y fueron se apoderaron de las ramas más dinámicas de la
industria generando un traslado hacia el exterior de las tomas de decisiones, limitando
así el campo de acción y la influencia de las políticas económicas de los gobiernos. La
conducción nacional se estaba debilitando y no pudiendo así, ser la reguladora del
proceso, el Estado volvía a perder su rol central en la economía.
En América Latina, existió una industrialización dirigida por el Estado, que gozó
de altos porcentajes de Producto Bruto Interno. Es menester señalar que el factor que ha
tenido efectos a lo largo de la historia económica en la región, ha sido la dependencia a
la exportación de productos básicos, sujetos a una alta volatilidad de los precios
internacionales.
Estados Unidos pregonaba en el hemisferio occidental una democracia liberal,
impartía anuncios de ayuda técnica y económica, pero la mayor transferencia económica
para América Latina fue destinada a ayuda militar con el objetivo de mantener a raya el
comunismo. Durante mediados del siglo XX, los EEUU, buscaron consagrar un plan
económico, que pretendía crear las bases del orden mundial de corte americano, plan
diseñado anteriormente por Roosevelt. Uno de los pilares fundamentales fue la creación
de las Naciones Unidas; Y otro pilar significativo fue el entramado económico y
financiero de Bretton Woods.
Para concluir, se resalta que entre el decenio del ‟40 y el ‟50, los países de
América Latina buscaron desarrollar una integración regional frente al desinterés
mostrado por parte de EEUU.Los países de Latinoamérica demostraron unanimidad
como bloque regional. Y uno de los casos fue el conflicto palestino-israelí. Se
49
comportaron como bloque en los debates internacionales. O apoyaron o no hicieron
nada para obstruir la creación del Estado de Israel. Entonces puede hablarse de una
franca complicidad diplomática entre América Latina e Israel. Debiéndose a la
significativa presencia judía en América Latina, que demuestra que no hay duda de que
existe una estrecha relación entre la cultura judía y América Latina. Como también no
se debe olvidar el fuerte lobby sionista en las comunidades locales de la región que
lograron la persistencia la perpetuación de la “tierra prometida”.
50
Capítulo 3.
La política exterior económica y política peronista (1946-1955)
3.1. Aspectos económicos
Haciendo referencia al pensamiento económico del peronismo y su accionar
debe destacarse que Perón sostenía que el capitalismo era la encarnación de la
explotación indiscriminada de la burguesía.Igualmente la doctrina justicialista dejaba
bien en claro que la acumulación de capital no era su enemiga, sino que era
económicamente y socialmente necesaria para que el capital estuviera al servicio de la
economía.
La segunda posguerra presenció un crecimiento sin precedentes de la economía
mundial, incluyendo América Latina. Hubo una aceleración del crecimiento asociada a
la emergencia y consolidación del fordismo en las economías centrales. Las economías
del Sur también gozaron de ese ánimo, por eso Perón durante su primer mandato buscó
evitar que se repitiera lo que sucedió después de la Primera Guerra Mundial, haciendo
referencia al impacto del conflicto mundial en relación a la crisis del sector industrial.
De ahí que planificó la economía, advirtiendo a los factores de poder y a la
burguesía argentina de que la hora social había llegado. Para elloen 1944 se crea por
decreto, número 23.847 el Consejo Nacional de Posguerra, primer intento orgánico de
planificación económica en la Argentina, teniendo como piedra angulartanto la
integración, como la expansión de su modelo económico orientado hacia el mercado
local, para favorecer la autonomía.
En línea con la planificación económica, el peronismo señalaba que debía
evitarse la creación o sostenimiento de industrias artificiales, cuya vida económica
dependía de algunaprotección, que directa o indirectamente representase un gasto para
el Estado. La evidente relevancia del aparato estatal como instancia de decisión política
tenía que ver con la estructura del Estado peronista. En materia de planificación
económica se resalta el Primer Plan Quinquenal, concibiéndose por primera vez un
programa económico social.
Revisando los primeros años de la presidencia peronista se puede veruna balanza
comercial con un saldo relativamente alto, es decir, superavitaria. El primer mandato de
Perón, 1946-1952, enfatizó su estructura económica, enel poder monetariodel campo,
51
considerando la necesidad de valorizar los recursos,sobre todo los de la pampa húmeda
y su producción agroalimentaria.
Se iniciaba una nueva etapa en la historia Argentina, a partir de la alianza de
clases que realizaban los industriales nacionales y los trabajadores. Esta primera etapa
da origen al IAPI,con la necesidad de coordinar la promoción de intercambiode forma
orgánica y práctica, de manera que asegurara positivos beneficios a la economía
nacional, respaldando tanto a los productores agrarios cuanto a los industriales, de toda
perturbación del mercado. Mediante tal organismo segarantizabael beneficio igual a
todos los sectores económicos.
El IAPI significó la creación de un organismo autárquico nacional, organizado
con criterio comercial, sin perder de vista su finalidad de bien común. También
mediante decreto se nacionalizó el Banco Central de la República Argentina, el que en
adelante funcionaría como otra entidad autárquica.Con estas dos instituciones el nuevo
gobierno pusoen ejecución su política económica, pasando a “controlar”, o mejor dicho
a organizar, la producción total del país y el ahorro nacional.
Igualmente debe dejarseclaro que el Instituto no monopolizó las actividades
privadas, sino que las integraba adecuadamente para su propio beneficio. Queda claro
que el IAPI era el ente comercial capaz de afrontar las diferentes coyunturas en el
mercado internacional, actuando con agilidad en la compra, venta, distribución y
comercialización de productos, con la premisa de proteger el bien común.El IAPI tenía
como principal tarea colocar nuestros productos en el mercado internacional
gestionando los mejores precios.
Argentina vendíacereales:como avena, cebada, centeno, lino y maíz, plantas
oleaginosas que luego manufacturadas, se transformaban en aceite para mercado
internacional, también carnes, cueros, extracto de quebracho, etcétera. La mayor parte
de los países que estuvieron involucrados en la conflagración, vuelven a demandar
alimentos: el principal destino en 1946, será Francia (19%), el segundo lugar lo detenta
Gran Bretaña, mientras el tercer lugar en importancia lo comparten España y Bélgica
(9%)33
.
Conjuntamente se firmaron convenios comerciales con países extranjeros,Suiza,
Hungría, Italia, Países Bajos, Noruega, Finlandia, Dinamarca, Brasil y Suecia firmados
33
Fuente de los Anuarios de Comercio Exterior de la Argentina.
52
entre 1947 y 1949, los que a su vez proveían a la Argentina de productos necesarios o
maquinarias para nuestro desarrollo industrial.
Durante esos años Argentina accede a mercados internacionales que
anteriormente estaban en manos de potencias europeas o de Estados Unidos. El
conflicto que conoció el hemisferio norte posibilitó acceder a países vecinos o de África
como es el caso de la Unión Sudafricana.
Las funciones del IAPI eran diversas:asesorar, controlar, financieras,
comerciales, abastecedora, subsidiar, de promoción y fomento, reguladora del mercado
interno. Estas funciones afectaban intereses concretos de distintos sectores de la
sociedad, ya sean industriales, comerciantes, agricultores, importadores ya que la
intervención del Instituto tocaba áreas vitales de la economía del país.
Cabe mencionar que desde el origen de tal mencionado Instituto, siempre hubo
una oposición, que insistía que las ganancias que se habían obtenido por la
comercialización de los productos agrícolas, se habían invertido en el sector industrial.
Esdecir, que las riquezas producidas por el campo habían posibilitado el desarrollo
industrial y éste se hacía a costa del trabajo rural.
Desde el ámbito periodístico, el Instituto también resistía crueles agresiones por
ejemplo, la que decía “IAPI pesadilla de comerciantes desplazados”34
, artículo que
exponía la necesidad de la economía argentina de volver a los cauces privados,
recomendación sostenida por el Consejo Nacional de Comercio Exterior de los
EEUU.Intelectuales progresistas como Arturo Jauretche, refutabanesta posición
manifestándose a favor del Instituto:
“Defendíamos pues, el precio internacional de nuestros productos, unificando la
comercialización en un organismo del Estado, beneficiándonos del transporte y del seguro, exportando
trabajo a través de la exportación de materia prima cada vez más elaborada, y rompíamos el bloqueo
internacional, de origen político, de la unanimidad de las grandes potencias, y el de origen comercial de
los grupos monopolistas de nuestra exportación, forzando a través de los tratados bilaterales la apertura de
nuevos mercados, y liberando nuestros precios del papel bajista que les hacían jugar los consorcios
internacionales”35
.
La actitud Estadounidense frente al IAPI, era fastidiosa ya que le incomodaba
que la institución ganara más de 1.200 millones de dólares en la comercialización de las
34
Diario El Orden, 1948, Jueves 6 de Mayo, Hemeroteca digital, En el sitio web:
http://www.santafe.gov.ar/hemerotecadigital/diario/5521/?page=1, visitado: 11/10/2017. 35
Jauretche Arturo, 1977, “Política y economía”, A. Peña Lillo Editor, Buenos Aires, p.75.
53
cosechas, siendo así, una fuente de divisas para nuestro país. Durante la argentina
agroexportadora, la estructura comercial y financiera argentinafue de carácter
parasitario y burocrático, pero con la llegada del Peronismo y su política económica esto
cambió, consolidando dos importantes decisiones que fracturaronese esquema
dominante, dando lugar a la expansión económica: la creación de instituciones ya
mencionadas, como el IAPI y la nacionalización del Banco Central que a su vez
permitió la centralización y nacionalización del crédito.
Entre 1947-1948 los saldos de la balanza de pagos disminuyeron,
considerablemente por el incremento de las importaciones, las cuales se quintuplicaron.
De esta manera se puede ver como fracasó el proyecto económico peronista apoyado en
las relaciones triangulares comerciales. Tal situación redujo considerablemente los
márgenes de maniobra de la Tercera Posición. La prosperidad económica se desmoronó
y el IAPI debió recurrir al financiamiento bancario debido a la baja de precios en el
mercado internacional. Los déficits del IAPI aceleraron el proceso de inflación, que
debió ser, soportado por los sectores populares
El incremento de las importaciones estuvo vinculado a la compra de maquinaria,
bienes de capital y materias primas de origen industrial, motivadas por el intenso
proceso de industrialización. Aún durante este periodo, Gran Bretaña mantenía el
primer lugar en las exportaciones argentinas, pero las importaciones provenientes de los
Estados Unidos crecían constantemente. Esto, junto con la inconvertibilidad de la libra
decretada por Gran Bretaña y el lanzamiento del Plan Marshall por Estados Unidos,
terminó conspirando contra Argentina y generando la imposibilidad de mantener las
relaciones comerciales triangulares un tiempo más.
El lanzamiento del Plan significó para el gobierno Perón la compleja noticia de
que los países acreedores del Plan Marshall no podían realizar compras a la Argentina,
provocando en el año 1948 un problema económico al país, agudizando la escasez de
dólares necesarios para pagar las importaciones. Ese mismo años los países europeos ya
libres de la secuela bélica, recuperan su capacidad productiva, por ende los precios
internacionales de los productos agropecuarios comienzan a descender, ya que hay
mayor oferta y comienzan a aumentan los precios de los bienes manufacturados. Ala
Argentina le resulta cada vez más difícil colocar sus productos a buen precio, sin
embargo, el gobierno peronista se había comprometido a pagar al productor interno un
precio independiente del internacional, lo que generó grandes déficits al IAPI.
54
Miranda, presidente del Consejo Económico Nacional y luego presidente del
Banco Central de la República Argentina tomó entonces la decisión de que las empresas
extranjeras emplazadas en territorio argentino no podrían girar sus dividendos, lo fue
interpretado por los EEUU como una represalia de lo anteriormente mencionado. Este
contexto tenso aumentó la postura anti-norteamericana del gobierno peronista.
A mediados del „48, la política exterior del peronismo viró, a pesar de que en el
ámbito de política doméstica el gobierno pregonaba un fuerte anti-americanismo con el
objetivo de obtener apoyo popular para la reforma constitucional que permitiera al
presidente su reelección. Los funcionarios argentinos trataban de alcanzar un acuerdo
económico con el gobierno norteamericano. El presidente del Banco Central en ese
momento, Orlando Maroglio, había sugerido un crédito recíproco entre el Export-
Import Bank y el Banco Central. Pero esto contradecía lo sostenido por Miranda.
Esto demostraba una evidente disputa en el seno del peronismo, sobre establecer
o no vínculos económicos más cercanos con Estados Unidos. La vertiente más
nacionalista, apoyada por Eva Perón, se negaba a ese acercamiento.El gobierno
argentino anunció un cambio en la conducción económica en enero de 1949. Se crearon
dos ministerios, uno de Economía y otro de Finanzas, colocando al frente de ellos a
Roberto Ares y a Alfredo Gómez Morales. Los nuevos funcionarios eran considerados
hombres de Bramuglia y eran partidarios de cambios esenciales: la revocación del IAPI,
la eliminación de los controles de exportación y una mayor cooperación con Estados
Unidos.
Los funcionarios nacionalistas, se enfrentaban a que los grupos privados
volvieran a obtener posiciones relevantes en el comercio exterior y rechazaban las
concesiones a grupos económicos extranjeros. Estos sostenían que la afiliación a
organismos internacionales era contraria a la independencia económica, “bandera”
levantada por el peronismo.Sin importar lo dicho por la postura nacionalista, los nuevos
ministros comenzaron su plan de acción. El consejero económico de la embajada
argentina en Washington anunciaba que la Argentina enviaría pronto un representante a
Estados Unidos para discutir asuntos económicos y concertar un préstamo.
En el año 1949 el IAPI, como institución nacional, deja de pertenecer a la esfera
del Banco Central para pasar a depender del Ministerio de Economía.Le quedan
vedadas operaciones de cambio, compra y venta de divisas, y se suprime su
contribución en la tramitación de los convenios internacionales de carácter comercial,
función que ahora realizará directamente el Ministerio.
55
Asimismo en 1950 se llegó a la concesión de un crédito del Export-Import Bank
de 125 millones de dólares a la Argentina. Este crédito tuvo su implicancia colateral a
nivel de política hemisférica: significó la ratificación por el Congreso argentino del
Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), firmado en Río de Janeiro en
1947.Cabe mencionar que el crédito otorgado sirvió para cancelar deudas comerciales
atrasadas y no para la adquisición de equipos industriales y agrícolas en el mercado
norteamericano como ansiaba la administración argentina.
Laaspiración del gobierno norteamericano por consolidar su política hemisférica,
significó la concesión de un crédito que permitiósuavizar la crisis económica argentina a
cambio de la deseada ratificacióndel tratado (TIAR). Es evidente que EEUU aplicó una
herramienta denominada issue-linkage o vinculación temática de cuestiones, la cual
permite ejercer presión internacional y enlazar temas de agenda.
Cabe destacar que el entramando institucional que proponía el gobierno de Perón
radicaba en otorgar tanto al mercado interno como al externo. Se subrayaba que las
exportaciones del sector primario eran las predominantes durante los mandatos del
peronismo a pesar de haber pregonado por la industrialización del país. Este sector
tiene, una gran dependencia respecto de las condiciones climáticas y también de la
evolución de sus destinos. Igualmente la incipiente industrialización no impidió que se
generara una Cámara de Exportadores que aprovechó la coyuntura para buscar
trascender el mercado interno y explorara nuevas plazas para sus productos.
A partir de la existencia del Consejo Nacional de Racionamiento, se pone en
marcha una verdadera política de distribución y racionamiento de los productos críticos
para la marcha de la economía del país. Desde el Banco Central a las Juntas
Reguladoras, pasando por las políticas de control de cambios, el estallido de un
nuevoconflicto mundial llevó a diseñar otro tipo de instituciones, entre las cuales
situamos la creación de la Secretaría de Industria y Comercio, el Consejo Nacional de
Racionamiento dependiente de aquélla, el Consejo Nacional de Posguerra.
Tales instituciones fueron pioneras en la primera etapa del peronismo,
conformando un “Estado Empresarial” que se construyó en la inmediata posguerra,
cuando los precios agropecuarios estaban a un alto valor, permitiendo acumular
reservas. Tales exportaciones permitieron financiar el incremento de las importaciones,
evitando trastornos en la balanza de pagos, favorecidos por una coyuntura internacional
favorable.
56
Pero el derrumbe de los precios agropecuarios generó un deterioro de los
términos de intercambio, empeorado por las sequías de 1951-1952, lo queprodujo la
reducción de las reservas, al igual que problemas en la balanza de pagos y un descenso
de la demanda junto a un cambio de la política cambiaria.
La crisis puso de manifiesto las débiles bases del proceso de expansión
industrial, demostrando que la misma dependía de la importación de bienes de capital y
de una gran cantidad de insumos. La política del Estado promovía la industria
apoyándose en el sector rural porque dicho sector era el único idóneo de proveer las
divisas necesarias para compensar las cuentas externas. Por ello en la década del ‟50,
específicamente en 1952, la política económica del peronismo se vuelve más ortodoxa,
se establecen restricciones en materia monetaria, relacionada con el descenso de las
tasas de inflación y un fuerte proceso recesivo sobre el sector productivo, buscando
moderar el proceso inflacionario.Hacia 1952, el déficit comercial creció, agotando las
reservas de oro y divisas generando importantes trastornos en la economía.
3.2. Aspectos políticos
El peronismo llega al poder como consecuencia de grandes cambios sociales,
políticos y económicos que se van a ir produciendo en el país paulatinamente y sin
pausa, desde principios de la década de 1930. Estos cambios al interior de Argentina
fueron también en parte producto de los cambios importantes producidos en el sistema
internacional, donde la Segunda Guerra Mundial es el punto de inflexión que trae
aparejado grandes consecuencias para la relación de Argentina con el mundo.
Luego de la Segunda Guerra Mundial se genera un nuevo orden internacional en
el que Estados Unidos reemplazó definitivamente a Gran Bretaña, que ya había entrado
en decadencia como país hegemón del sistema internacional. A partir de este hecho,
nuestro país necesitó reestructurar su política exterior y buscar nuevas formas de
insertarse en el nuevo orden mundial, para no quedar aislado.En este marco, el
peronismo intentó una política exterior novedosa articulada en torno a un concepto
central que fue el de la “Tercera Posición”, del cual se desprendieron la mayor parte de
las acciones exteriores del peronismo.
A partir del estudio de la política exterior del gobierno peronista se decide
dividir a la misma en dos etapas, con características propias cada una, lo que hace
posible una clara diferenciación entre ambas.Se intenta analizar en cada una de estas dos
57
etapas, los desafíos y las desventuras por las que atravesó el gobierno de Perón a través
de la aplicación o no de la doctrina de la Tercera Posición, como principal formulación
de política exterior del período estudiado y con base en ese análisis desarrollaremos en
forma detallada las relaciones exteriores de la “argentina peronista” con los diferentes
países y regiones del mundo.
Existe un interesante debate académico acerca de las diferentes etapas por las
que atravesó la política exterior argentina durante el gobierno de Juan Domingo
Perón.El principal desacuerdo entre estos autores, surge en cuanto a las características
que les asignan a cada etapa, el número de las mismas y el corte temporal que fijan para
cada una de ellas.En el presente trabajo se divide la política exterior de Perón en dos
períodos, fundamentada por Mario Rapoport y Claudio Spiguel36
.
De acuerdo a su concepción se puede identificar de manera clara dos etapas en la
política exterior peronista: la primera etapa abarca desde el año 1946, cuando Perón
asume la presidencia hasta la crisis económica que comienza en 1949 y que obliga al
gobierno a reformular su gabinete y su política exterior. La segunda etapa comienza en
1949 y se extiende hasta la propia caída del peronismo como producto de la Revolución
Libertadora en el año 1955. Estas etapas son coincidentes también con cambios en la
Cancillería, ya que la primera etapa coincide con el período de Bramuglia al frente de la
Cancillería y la segunda con los períodos de Paz y Remorino al frente de las Relaciones
Exteriores de nuestro país.
Por otra parte, los autores Andrés Cisneros y Carlos Piñeiro Iñiguez dividen la
década peronista en tres períodos37
, marcados por los cambios de cancilleres. Así,
habría una primera etapa, con el socialista Bramuglia como Canciller (1946-1949); una
segunda etapa con el nacionalista Jesús Hipólito Paz; y finalmente, una tercera etapa
con Jerónimo Remorino, de tendencia conservadora, como Canciller (1951-1955).Sin
embargo, se considera que las diferencias entre las personalidades y las gestiones de los
distintos cancilleres no son lo suficientemente fuertes como para marcarlas como corte
temporal en las distintas etapas de la política exterior del peronismo.
Tomando como referencia la división de etapas realizada por Rapoport y
Spiguel, durante esta primera etapa, 1946-1949, se ve reflejado el intento de Perón por
36
Rapoport Mario y Spiguel Claudio, 2005, “Política exterior argentina”, Buenos Aires, Capital
Intelectual, p. 231. 37
Cisneros Andrés y Piñeiro Iñíguez Carlos, 2002, “Del ABC al MERCOSUR: la integración
latinoamericana en la doctrina y la praxis del peronismo” Buenos Aires: Instituto del Servicio Exterior de
la Nación, Grupo Editor Latinoamericano/Nuevohacer, p. 267.
58
consolidar una política exterior autónoma de neto corte nacionalista y con un marcado
antinorteamericanismo, en conformidad con el concebir de la población argentina.
Igualmente se debe reconocer que hubo una recomposición y normalización de
las relaciones bilaterales con Estados Unidos, la cual será detallara más adelante. Esta
política exterior de corte nacionalista significó para la Argentina una cultura, que
defendió al Estado, de aquéllos que injuriaban contra la Argentina, independientemente
del balance de costos y beneficios.Ilustrando de esta manera un condicionamiento, al
que estuvo sometido el Estado lo que reiteradas veces impidió la coherencia o la
linealidad de las relaciones internacionales, demostrando ser un “irrational actor model”
(modelo de actor irracional).
Ambas etapas a desarrollar estuvieron marcadas por la aplicación de la doctrina
de la Tercera Posición. Que simbolizó en rasgos generales en el accionar externo de
nuestro país, aunque hay que resaltar también, como se ambiciona más adelante, los
límites con los que se encontró esta concepción.
El principal desafío del peronismo, consistió en revertir el aislamiento
internacional en el que se encontraba nuestro país como producto de las imposiciones y
discriminaciones norteamericanas por la política de neutralidad argentina durante la
Segunda Guerra Mundial. En el panorama internacional también se puede observar una
política exterior de signo nacionalista, un claro ejemplo de ello fue la no incorporación
al Fondo Monetario Internacional y la aplicación de la Tercera Posición en el ámbito
diplomático.Este primer etapa “autonómica” culmina en el año 1949.
El nuevo contexto internacional para Argentina fue complejo, debía adaptarse a
un Estados Unidos consolidado como principal potencia del mundo y por otro
sobrellevar la crisis económica, para lo cual Argentina necesitaba dólares. Perón y su
pragmatismo constante hicieron de esta necesidad un acercamiento a los Estados
Unidos, demostrando un “pragmatismo negociador” propio de su estilo político. El
inicio profundizado de la relación bilateral Argentina–Estados Unidos, da origen a lo
que se puede denominar a una segunda etapa de política exterior. Sin embargo, antes se
cree necesario explicar que las principales características de la doctrina de la Tercera
Posición por ser el eje a través del cual se articula toda la política exterior
peronista.Definir en términos exactos lo que fue la Tercera Posición es una tarea ardua,
a la cual se avocaron la gran mayoría de los intelectuales que estudiaron al movimiento
peronista, realizando análisis de lo más diversos y confrontados.
59
Es propicio comenzar con la definición de Tercera Posición de su propio
creador, diciendo que la misma fue la lectura que hizo Perón del escenario internacional
en la inmediata posguerra, sosteniendo que las dos corrientes ideológicas en boga, el
individualismo liberal y el colectivismo totalitario se han consolidado en el mundo
como dos fuerzas políticas que tienden hacia el imperialismo.En el discurso del 2 de
mayo de 1950 fue Perón quien recalcó ese “tercerismo” que se traduce en el modelo
económico peronista:“Para el capitalismo la renta nacional es producto del capital y
pertenece ineludiblemente a los capitalistas. El colectivismo cree que la renta nacional
es producto del trabajo común y pertenece al Estado, porque el Estado es propietario
total y absoluto del capital y del trabajo. La doctrina peronista sostiene que la renta del
país es producto del trabajo y pertenece por lo tanto a los trabajadores que la producen.”
Este fragmento del discurso del General Perón, demuestra que está en
desacuerdo con el capitalismo liberal y el colectivismo totalitario, pero no así del
colectivismo como tal. Es anticapitalista y pretende, a diferencia del marxismo, la
entrega de los medios a los propios trabajadores y no a un Estado-Patrón dictatorial.La
Tercera Posición, no buscó la imposición de su cultura, sus valores, su forma de
gobierno y su estilo de vida a otros pueblos, distinto de las otras ideologías imperantes
en el sistema internacional.
Como bien se ha mencionado anteriormente, luego de la Segunda Guerra
Mundial, se configuró un sistema de orden bipolar, donde la peor situación quedaba
para los terceros, es decir aquellos países que no se plegaban a ninguno de los dos
bandos, cabe destacar que la neutralidad era poco tolerada y riesgosa: “Y la Tercera
Posición no es, en manera alguna, una posición de neutralidad frente a los problemas
políticos, económicos y sociales del mundo contemporáneo. Es, en cambio, una actitud
positiva que se ofrece a la humanidad como solución de sus problemas”38
. Se puede
afirmar que la política exterior del gobierno peronista, a través de la Tercera Posición,
puede encuadrarse en el nivel de autonomía heterodoxa planteado por Puig, donde “si
bien se aceptaba la conducción estratégica de los Estados Unidos como hegemón del
bloque occidental, discrepó con cuestiones específicas: el modelo de desarrollo interno,
38
Juan Domingo Perón, 1950, “Mensaje del presidente Juan Domingo Perón al abrir las sesiones
ordinarias del Congreso Nacional”.
60
las relaciones bilaterales no estratégicas y la diferenciación de los valores e intereses
estratégicos del bloque del interés nacional y de los valores de los Estados Unidos”39
.
La autonomía heterodoxa entonces enmarca a la Tercera Posición peronista,
entre otros, caracterizada por una élite que, si bien no confronta totalmente con los
intereses estratégicos de la potencia dominante, su proyecto disiente en gran medida,
especialmente en lo que hace a la defensa de los propios intereses.
Para Puig, la autonomía es la máxima capacidad de decisión propia que se puede
lograr, teniendo en cuenta los condicionamientos objetivos del mundo real. En relación
a ello es necesario pensar que la autonomía no puede estudiarse de manera separada del
análisis económico, y por lo tanto, del modelo de desarrollo económico interno elegido
por la dirigencia peronista. Por otro lado, pero en consonancia con los atributos de la
autonomía heterodoxa de Puig, se menciona la diferenciación de los valores e intereses
estratégicos del bloque nacional y de los valores de los Estados Unidos. Esto se ve
claramente reflejado en las acciones de la política exterior peronista a través de la
aplicación de su doctrina de la Tercera Posición, por ejemplo, en el rechazo del derecho
de veto de las potencias en el Consejo de Seguridad de la ONU; en el comercio con los
países comunistas; en la crisis de Guatemala, entre otros.
Por otra parte, se coincide con lo postulado por Tokatlian y Carbajal quienes
afirman que todo Estado-Nación “para ser autónomo requiere : contar con un
autodesarrollo; una autoconciencia de que se actúa con referencia a metas y propósitos
propios; y una libertad de acción frente a los condicionamientos externos”40
. Esto ayuda
a comprender la necesidad de vincular la política interna con la política externa a la hora
de analizar los grados de autonomía. Si se tiene en cuenta la concepción de Lanús, la
Tercera Posición va más allá de una mera enunciación de política exterior ya que tiene
por objeto ofrecer una doctrina superadora de los dos principales sistemas políticos y
económicos que se presentan como opciones en la posguerra mundial; Argentina ofrece
una “alternativa ideológica a la restringida opción bipolar”41
.
Los sucesos económicos, sociales, ambientales y psicológicos que engloban la
crisis de la posguerra mundial, (1945), alentaron el cambio, por lo que la situación de
39
Puig Juan Carlos, 1984, “América Latina: políticas exteriores comparadas”, Buenos Aires, Grupo Editor
Latinoamericano, p. 147. 40
Tokatlian, y Carbajal, 1995, “Autonomía y política exterior: un debate abierto, un futuro incierto.”
CIDOB (28), p. 7. 41
Lanús, 1984, “De Chapultepec al Beagle (1945-1980)”. Buenos Aires: Hyspamérica, p. 84.
61
posguerra llevó a la búsqueda de nuevas fórmulas alternativas de organización social, y
la Tercera Posición, es una de ellas.
De esta forma, se manifiesta el profundo contenido social y el intervencionismo
estatal en todos los aspectos de la vida del país que ambicionó imponer el peronismo a
través de la planificación estratégica. Estas convicciones, de intervencionismo estatal,
“no eran exclusividad del peronismo, cualquiera hubiera sido el partido político que
llegara al poder en esos años, habría seguido orientaciones similares”42
. Continuando
con el análisis, es necesario aclarar que entre los años 1946 y 1949 el gobierno peronista
optó por continuar apoyándose sobre el lado británico del triángulo, para balancear el
peso económico y diplomático de los Estados Unidos.
Por ello también la Tercera Posición, desde una perspectiva económica, puede
verse como la necesidad en la inmediata posguerra de seguir manteniendo el triángulo
comercial, aprovechando de tal estructura, para el crecimiento de la economía interna
argentina y el modelo ISI.
Otro autor que aborda la cuestión de la Tercera Posición es Felipe De la Balze,
quien incluye a la Tercera Posición dentro del período de política exterior que él
denomina “política exterior del aislamiento” y que se mantiene hasta mediados del
gobierno de Alfonsín. “La respuesta Argentina a los nuevos desafíos del sistema
internacional luego de la Segunda Guerra Mundial, fue un conjunto de políticas y
prácticas diplomáticas al que he denominado política exterior del aislamiento”43
.
Los rasgos distintivos de dicha política, se mantuvieron aproximadamente 40
años. Este autor observa dos tendencias en la Tercera Posición: la primera está
relacionada con el esfuerzo político de mantener los lineamientos generales de la
política exterior del periodo anterior, sin tener en cuenta los cambios sucedidos en el
sistema internacional, como por ejemplo el traspaso del antiguo multilateralismo
político al nuevo sistema bipolar de posguerra, dejando a entender que las grandes
transformaciones que ocurrieron entre 1930 y 1950 tiraron por la borda la construcción
de premisas políticas, económicas y estratégicas que había diseñado la diplomacia
argentina.
Y la segunda tendencia se identifica con la implementación de un proyecto de
crecimiento económico interno basado en la sustitución de importaciones, ISI, mientras
42
Paradiso José, 1993, “Debates y trayectoria de la política exterior argentina”, Buenos Aires: Grupo
Editor Latinoamericano, p. 119. 43
De la Balze Felipe, 1997, “La política exterior en tres tiempos”, “Argentina y Estados Unidos.
Fundamentos de una nueva Alianza”, CARI-ABRA: Buenos Aires, p. 43.
62
que en el plano internacional se estaba gestando un nuevo orden, basado en la
liberalización económica de posguerra, que favorecía a los Estados Unidos, y a sus
aliados internacionales. Distinto de lo esperable por parte de la dirigencia argentina,
perjudicando así los intereses económicos internos e internacionales de nuestro país.
Esta segunda tendencia puede ser justificada a través de la interpretación que Perón
hacía del escenario de posguerra, donde el presidente argentino vislumbraba una tercera
guerra mundial y el retorno de las medidas proteccionistas de las economías nacionales.
En cuanto a la primera tendencia, se puede hacer insistencia en otro concepto
acuñado por el autor, la “inercia burocrática”, la misma hace referencia a un cierto
apego a los clásicos tomadores de decisiones, hacia prácticas y políticas anteriormente
aprobadas, dificultando el cambio hacia un nuevo posicionamiento internacional de la
Argentina. Por ello, De la Balze sostiene que la Tercera Posición no es una concepción
original sino que, “no es otra cosa que una versión ideológicamente remozada de la
política de no compromiso del período anterior de la política exterior de la Organización
Nacional”44
.
La “Tercera Posición” justicialista entonces puede entenderse como un proyecto
hacia una consecución de mayor autonomía y una estrategia regional especifica en
América Latina, buscando independencia a nivel internacional, pero si se tiene en
cuenta lo planteado por De la Balze, el nuevo orden bipolar de posguerra redujo
dramáticamente el grado de libertad que disponía la diplomacia argentina. Por eso,
Perón buscó liderazgo regional a través de la unión de los países latinoamericanos para
hacer frente a los peligros y desafíos que imprimía Estados Unidos.
Otra concepción de la Tercera Posición es la que ofrecen Cisneros y Piñero
Iñíguez, definida como una doctrina elaborada para un contexto mundial de transición
Inter sistémica, donde la variable central que ejerce mayor influencia en esta
concepción, es la lectura que hace el propio Perón de una inminente Tercera Guerra
Mundial, sin dejar de lado la influencia importante que ejerce la misma hacía el orden
interno, donde el peronismo se muestra como un tercero, conciliando entre el capital y
el trabajo.
De la postura de estos autores se destaca que la Tercera Posición fue una receta
política que generó pertenencia en la población en dos planos, para con el país y el
44
Ibídem, p. 45.
63
extranjero y para con el propio peronismo como partido político, resaltando así que “la
Tercera Posición fue una fórmula de gran efectividad emotiva para el frente interno”45
.
El primer objetivo de Perón fue intentar la reinserción internacional de
Argentina desde una política autonómica, dejando atrás el aislamiento y el escaso
comercio con los países latinoamericanos. Se resalta como características principal de la
Tercera Posición, la orientación hacia Latinoamérica, pero principalmente el Cono sur,
y por otro lado el establecimiento de relaciones con la URSS y países del este europeo
que serán detalladas más adelante.
La impronta de unidad regional queda evidenciada en las propias palabras de
Perón, "nuestra política consiste en alcanzar convenios bilaterales con todos los países
latinoamericanos, ofreciendo nosotros lo que tenemos. En este sentido nuestra política
es lo que llamamos Sanmartiniana. Nosotros hemos consolidado nuestra independencia
económica y queremos llevarla a América"46
.
En este contexto se destaca el establecimiento de relaciones diplomáticas y
comerciales con países del bloque opuesto, como la Unión Soviética y varios países
comunistas de Europa Oriental; como también el ya nombrado intento de liderazgo en la
región latinoamericana y en el Cono Sur, a través del propósito de creación de la Unión
de Países del Sur y del nuevo ABC con Brasil y Chile.
La política exterior de los primeros años del peronismo se movió en niveles
diferenciados, entre una resistencia proveniente de un sector más conservador en el
ámbito civil y diplomático y sobre el trasfondo de un recelo militar. Por ello puede
decirse que la figura del canciller Bramuglia tuvo una gran importancia, dado a su papel
activo, buscando representar los ideales del país de la manera más férrea en los foros
internacionales.
Cabe destacar que Argentina siempre mostró sus reservas acerca de la propuesta
de establecer una organización continental que tuviera atribuciones supranacionales y a
que la Carta Orgánica de dicha organización contuviera normas políticas y militares, por
lo que solo propugnaba por una unión económica.A pesar de esta concepción, desde el
gobierno argentino se le dio mucha importancia a la Conferencia de Bogotá y a la
necesidad de crear una organización de este tipo.
45
Cisneros Andrés y Piñeiro Iñíguez Carlos, 2002, “Del ABC al Mercosur: la integración latinoamericana
en la doctrina y praxis del peronismo”, Editorial: Galerna, p. 223. 46
Cooke John William, 1968, “Artículos periodísticos, reportajes, cartas y documentos (1959-1968)”
compilador Eduardo Luis Duhalde, Buenos Aires, Editorial Colihue, p. 57.
64
Se debe acentuar que la Conferencia de Bogotá en el año 1948 género en la
Argentina una desconfianza, por exceso de multilateralismo que tal conferencia
proyectaba. La delegación argentina estaba atenta frente a todo compromiso que
implicaría enrolar al país en el conflicto bipolar y en conflictos ajenos al interés
nacional argentino.
Antes de adentrarse en los sucesos internos de la conformación, de lo que
actualmente hoy se conoce como Organización de Estados Americanos (OEA), se
tomará como antecedente la Conferencia de Rio de Janeiro, del año 1947, fundamental
para el sistema interamericano que se constituyó en el periodo inmediato a la Segunda
Guerra Mundial.
Las diferencias entre el gobierno de Truman y el de Perón pospusieron por dos
años ese trascendental cónclave y por ello terminó realizándose en 1947, tras la
publicación de la Doctrina Truman, y no en octubre de 1945, como originalmente estaba
previsto. El objetivo central de esta Conferencia era tratar la cuestión del Tratado de
Defensa para el hemisferio previsto ya en el Acta de Chapultepec. La delegación
argentina estuvo presidida por el Canciller Juan Atilio Bramuglia, (que aprovechó el
cónclave para presentar la "tercera posición" de Perón) y la delegación de Estados
Unidos por el general Marshall, quien por primera vez participaba en un escenario
diplomático panamericano.
Estados Unidos mantenía un objetivo claro: lograr la creación de un tratado
militar de seguridad hemisférica para poder dedicar sus principales esfuerzos a otras
regiones más calientes en el escenario de la Guerra Fría. La agenda de Río de Janeiro
estuvo marcada por: el empleo de la fuerza y la definición de agresión; el tema de las
bases militares; las zonas de seguridad; la posibilidad de sanciones y las cuestiones
económicas.
El discurso de Bramuglia en dicha conferencia fue un pedido a la unidad del
continente, y a la libertad del hombre, mostrándose coherente con lo enunciado por la
doctrina justicialista y la famosa Tercera Posición. Como sostiene Lanús, el canciller
Bramuglia en todas sus intervenciones “citó la doctrina de la Tercera Posición e
introdujo la cuestión económica y social como principal tema”47
.
La postura argentina en cuanto al tema del empleo de la fuerza y la definición de
agresión, intentaba distinguir entre los agresores americanos de los no americanos, en
47
Lanús, op. cit., p. 139.
65
cuyo caso se aplicarían sanciones colectivas y se autorizaría el empleo de la fuerza. La
delegación argentina presentó un proyecto que sostenía que “todo acto de agresión
contra la integridad o la inviolabilidad de un estado americano por parte de un estado
extra continental será considerado un acto de agresión contra todos”. En cambio, la
aplicación de medidas colectivas a los mismos estados americanos, significaría quebrar
la solidaridad existente y olvidar el espíritu pacifista que hasta ahora permitió solucionar
los conflictos en el nuevo mundo.
Por otro lado, Estados Unidos no quería que se realice la distinción entre
agresores extra-continentales y continentales. Finalmente la solución fue un
compromiso favorable a los Estados Unidos, ya que el TIAR prevé el uso de la fuerza
para todos los casos. Si bien no se pudo concretar la postura argentina, se vio
claramente que nuestro país acató las decisiones de la conferencia, demostrándole al
Departamento de Estado de Estados Unidos que el gobierno argentino tenía una actitud
más flexible que en conferencias anteriores. Igualmente, Argentina logró la inclusión
del principio de “no automaticidad”, que requería como etapa previa una reunión de
consulta para otorgarle obligatoriedad a las decisiones. También se aceptó la propuesta
Argentina de que se exceptuara a los países firmantes de la obligación de suministrar
fuerzas armadas sin su consentimiento.
En síntesis, en Río se firmó el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca
(TIAR) que planteaba que un ataque armado contra algún Estado americano sería
considerado como un ataque a todos y obligaba a tomar medidas acordadas por el
Órgano de Consulta del Sistema Americano. Lo mismo establecía para una agresión que
no fuera ataque armado o bien no fuera efectuada dentro de la zona de seguridad, tras la
cual se debería recurrir al Órgano de Consulta para acordar medidas para responder a
dicha agresión. Las decisiones quedarían en manos de los ministros de relaciones
exteriores, convocados por el Órgano de Consulta, y las medidas convenidas pasarían a
ser obligatorias, aunque ningún Estado podía ser forzado a emplear sus fuerzas armadas
sin su expreso consentimiento.
Entre otros temas, Argentina insistió con la idea de un plan económico para
América Latina, cuestión que fue rechazada por la delegación de los Estados Unidos,
delegada por Marshall, quien argumentó que la conferencia sólo debía resolver
cuestiones vinculadas con la defensa.
También se puede analizar que la Argentina no fue un Estado obstruccionista ya
que desempeñó un rol de pasivo frente a ciertos temas de la Conferencia. Por otra parte,
66
en el seno de los representantes de la Argentina existió un debate sobre la postura a
tomar en política exterior, principalmente en el área que respecta a defensa.
Por un lado estaba el núcleo proveniente del Ejército, quienes reconocían la
necesidad de instaurar un tratado de defensa para el continente; pero por otro se niega la
posibilidad de subordinación del ejército argentino al mando estadounidense en caso de
guerra. Argentina demostrando su determinismo, y su soberanía política en el seno de
las decisiones de la conferencia, propone y logra una cláusula que sostiene la libertad de
los países firmantes para dar su consentimiento antes de enviar tropas.
Estados Unidos, por su parte también defendía en una cláusula del tratado
incorporar todo su territorio nacional considerando sus bases militares en el mundo,
pero no lo lograron gracias a la férrea oposición de Argentina y México.
El canciller Bramuglia sostuvo la importancia de la unanimidad como un
principio que debía incorporarse a todo acuerdo de defensa mutua, lo que implicaría la
posibilidad del ejercicio del veto. Con esto se demostraba una vez más la actitud
autónoma del gobierno peronista.
Cabe mencionar que esta postura de los Estados unidos, tiene su argumento
histórico, y su correlación con la contemporaneidad. Sus primeras bases en el extranjero
se establecieron en 1898, después de ganar la última guerra hispano-estadounidense
(adicionándose la bahía de Guantánamo en Cuba, las Filipinas, la isla de Guam, Hawái
y Puerto Rico). El envío de tropas y de armamento a Europa y Asia Oriental es un claro
ejemplo. Para que las sanciones fuesen obligatorias se requerían 2/3 partes de los votos,
una solución intermedia.
Uno de los grandes temas a tratar en la Conferencia, seria las cuestiones
económicas y sociales por las que luchaba el peronismo con sus tres banderas:
Independencia económica, Soberanía política y Justicia social. Pero, Estados Unidos
hizo caso omiso ya que el tratado era netamente de carácter militar, consiguiendo que se
debatiera tal tema en la Conferencia a celebrarse en Bogotá en el año 1948.
Analizando la postura argentina en la conferencia internacional, puede decirse
que el peronismo evidenció o demostró un carácter activo en la gestación de criterios.
Durante el marco de ambas conferencias interamericanas en Rio de Janeiro 1947 y
Bogotá 1948, obtuvo las declaraciones a favor de la soberanía sobre las islas Malvinas,
Georgias del Sur, Sándwich del Sur y las tierras del sector Antártico.
Haciendo hincapié en la región latinoamericana, se puede afirmar que el
peronismo contó con una herramienta fundamental, la de poder transmitir. Esta
67
transmisión se basa en recursos de poder, poder con el que contaba el peronismo en el
orden interno, lo cual lo convertía en un interlocutor válido para transmitir las demandas
de los países periféricos hacia el repartidor supremo, en este caso los Estados Unidos.
La capacidad de transmitir se advirtió reflejada en numerosos ejemplos, en las
demandas del gobierno por un orden económico internacional más justo, buscando
reducir las asimetrías existentes entre el hegemón y la periferia.
En referencia a los funcionarios que formaron parte de la delegación argentina
en Bogotá se puede nombrar al Canciller Bramuglia, quien comandaba la delegación,
integrada por 86 personas, compuesta por miembros del poder legislativo, y de los
ministerios de Guerra, Marina, Hacienda, Industria y Comercio, Trabajo y Previsión, así
como el embajador Enrique Corominas, el presidente del Banco Central, Orlando
Maroglio y, el Director del Departamento Económico de la Cancillería, Roberto Ares.
Al observar la conformación de la delegación argentina ante la Conferencia se
aprecia que el objetivo del gobierno en la misma, eran las cuestiones económicas, las
cuales ocupaban un lugar central, aunque la Cancillería va a tomar el liderazgo con
Bramuglia y Ares a la cabeza, por encima del ministerio de Hacienda.
Dentro de la cancillería Argentina existieron diferencias, una de ellas, fue el
enfrentamiento entre el Doctor Pascual de la Rosa y el Ministro de Marina, Fidel
Anadón, los dos coincidían en defender los principios de la “Tercera Posición” y la
política de equidistancia entre ambos bloques, pero igualmente sus posturas y estilos
eran tan contrapuestos como sus orígenes ideológicos. La postura del Ministro de
Marina, estaba en contra de considerar a la nueva organización, “un súper estado”, ya
que no estaba de acuerdo con ninguna fórmula de supranacionalidad, por más que se
hablara únicamente de normas jurídicas. Mientras que la línea de La Rosa, respondía a
la primera línea burocrática de Bramuglia, sosteniendo que el sistema de estados debía
tener únicamente normas jurídicas, ya que las políticas y militares debían eliminarse.
Argentina sostuvo en la Conferencia la necesidad de organizar un amplio
sistema de créditos a los países necesitados para que desarrollaran la economía
agropecuaria e industrial en condiciones que preservaran su independencia y
autodeterminación. “Hay que atacar la causa y no los efectos” decía Bramuglia, en
alusión a este tema, haciendo referencia al hegemón.
Se puede decir que la construcción de política exterior peronista estuvo basada
en la integración regional, si se tiene en cuenta como premisa fundamental el
tratamiento sobre las cuestiones sociales a nivel continente. El documento que alimenta
68
esta postura es la “Carta Interamericana de Garantías Sociales”, que Argentina
exteriorizó en el año 1948, en la que se incluían los derechos del trabajador consagrados
por el peronismo.
El artículo 1 demuestra su firmeza: “La presente Carta de Garantías Sociales
tiene por objeto declarar los principios fundamentales que deben amparar a los
trabajadores de toda clase y constituye el mínimum de derechos de que ellos deben
gozar en los Estados Americanos, sin perjuicio de que las leyes de cada uno puedan
ampliar esos derechos o reconocerles otros más favorables. Esta Carta de Garantías
Sociales protege por igual a hombres y mujeres”48
.
De esta manera se crea la figura del agregado obrero, de gran importancia para la
política exterior peronista y para la divulgación de su política social y laboral en los
países del continente. Los agregados obreros ejercieron una gran influencia en los foros
internacionales y en las embajadas donde tuvieron representación, aunque también
presenciaron numerosos choques con los embajadores y diplomáticos de carrera, debido
a que tenían diferente formación, intereses y concepción del mundo.
Se parte de la base que para crear integración es necesario anteponer un deseo
individual independiente, y permitir lograr una decisión conjunta. También puede
definirse como proceso de integración regional, al proceso convergente, deliberado
(voluntario), fundado con solidaridad, de forma gradual y progresiva, entre dos o más
Estados, sobre un plan de acción común sobre aspectos económicos, sociales, culturales,
políticos, etc.
La política exterior peronista de cara al proyecto integracionista tiene un molesto
tinte dominante, donde su carácter de “orador” (por su capacidad de transmitir) y su
condición de “repartidor intermedio”, distan de la base esencial de pensar y sentir de
manera compartida, para construir una voz común en áreas sustantivas que permitan
alcanzar las metas propuestas.Por otro lado, cabe destacar que el ideario de la
integración está en el ADN de la región latinoamericana desde Bolívar, pero la misma
se ha visto frustrada en cada uno de los ciclos.
Se parte de la premisa que era necesario enriquecer la dimensión política de
cooperación en los procesos de integración antes que pasar a la exclusivamente
económica. Ya que los temas que inhabilitan a los procesos de integración continúan
siendo de naturaleza especialmente política.La construcción de un sentido estratégico de
48
Carta Internacional Americana de garantías sociales o declaración de los derechos sociales del
trabajador. Adopción: Río de Janeiro, Brasil, 1947, artículo 1.
69
integración requiere una visión que marque el rumbo, que defina las metas que se
quieren alcanzar, y que establezca los recursos humanos, materiales y tecnológicos.
Durante el período peronista podemos mencionar un proceso de integración que
buscó generar una dinamización del progreso y desarrollo sostenible. Fue el ABC y la
búsqueda de la solidaridad latinoamericana.Como se ha explicado previamente, desde
sus comienzos el gobierno peronista volvió la mirada hacia el continente y buscó para sí
el liderazgo latinoamericano y la consolidación de la solidaridad política y económica,
particularmente en el Cono Sur.
De esta manera, Perón se encargó, durante los primeros años de su gobierno, de
fomentar un acercamiento político y cultural con la región, así como incentivar la
propaganda anti-norteamericana y la unión regional para confrontar con la potencia
hegemónica. Especialmente a partir del año 1953, Argentina buscó y logró firmar
numerosos acuerdos de integración sudamericana.
En primer lugar, en febrero de 1953 Perón visita al presidente chileno Ibáñez,
donde se establecen los fundamentos de la contemplación económica y firma el acta de
Santiago. Se comprometían a la ampliación del intercambio comercial, a eliminar
paulatinamente los derechos de aduana, y a impulsar la industrialización de las dos
naciones, entre otras cosas. Ese mismo año Ibáñez viaja a Argentina, teniendo como
resultado el tratado de Unión Económica Chileno-Argentina.
El presidente argentino también solicitó a Brasil de participar de la unión
económica, y el presidente Vargas pareció apoyar la propuesta. Igualmente se recuerda
que en Brasil, en materia de política exterior la última voz proviene de Itamaraty, el
ministerio de Relaciones Exteriores de ese país, quedado desplazada la intención de
Vargas y como también el posible acuerdo con Argentina.
Rápidamente Argentina firmaría otros acuerdos de unión económica con Chile,
Paraguay, Ecuador y Bolivia, en los que se proponía la apertura de las fronteras.El
presidente argentino aprovechó el descontento en la región con las políticas económicas
y comerciales norteamericanas, considerándolo un clima propicio para su propuesta
nacionalista, y logrando así la conformación de un bloque para controlar los precios de
las materias primas.
Por supuesto, que este nuevo bloque significó una abierta confrontación con la
estrategia norteamericana en la región. En respuesta, Estados Unidos comenzó una
campaña de descrédito hacia Argentina, enfatizando la poca confianza que debería
tenérsele a un gobierno expansionista y peligroso como el de Perón.
70
Igualmente todas las acciones argentinas perdían importancia si no se enrolaba a
Brasil, actor de gran peso en la región. Getulio Vargas no era contrario a las ideas de
Perón y su propio embajador en Argentina, Joao Baptista Lusardo, era defensor de la
integración sudamericana.
Las convergencias entre los gobiernos de Argentina y Brasil demostraban el
afianzado consenso existente entre sus sectores dirigentes en pos de una unión aduanera
y de profundizar los lazos políticos y económicos de los estados que representaban.
Estas condiciones se reflejaron en el Tratado Argentino-Brasileño sobre Libre Cambio
Progresivo, firmado en Buenos Aires el 21 de noviembre de 1941, buscando establecer
en forma progresiva un régimen de intercambio libre y que posteriormente permitiera
llegar a una unión aduanera, abierta a la adhesión de otros países sudamericanos.
Las dos partes se comprometieron a promover, estimular y facilitar la instalación
en sus respectivos países de actividades industriales y agropecuarias todavía no
existentes en alguno de ellos, y a no aplicarles durante diez años derechos de
importación, y a establecer las mismas facilidades para los productos producidos en uno
de los países que tuviera poca importancia económica.
Esto explica que, pese a las diferencias estratégicas entre Argentina y Brasil, en
virtud de sus posiciones de alineación o antagonismo con relación al actor predominante
en América latina, las relaciones bilaterales entre los dos países mejoraron en el plano
comercial.
Esta relación bilateral en aumento, se desplomó cuando la armada japonesa
bombardeó Pearl Harbor, (1941) involucrando a Estados Unidos en la guerra contra los
países del Eje. Esto puede analizarse como fundamento de porque Brasil, le dio la
espalda a la Argentina, optando por una política panamericana conforme a los Estados
Unidos.El panamericanismo debía ponerse en práctica y para ello los países del
continente debían romper relaciones con las potencias del Eje, frente a esto Argentina y
Chile fracturaron el bloque interamericano al mantener su condición de países neutrales.
En línea con ello puede interpretarse que Itamaraty consideraba un acuerdo
como el ABC, un posible choque abierto con los Estados Unidos, principal eje de la
política exterior del país. Así es que, la intención de unir a Argentina, Brasil y Chile a
través de la cooperación política y económica, que había comenzado con el acta de
Santiago, tuvo que ser abandonada.
En términos generales, la política hacia la región del peronismo generó más
rechazos que adhesiones. La falta de sustentabilidad económica hacía poco atractivo a
71
un proyecto que podía significar la enemistad norteamericana: “Además, las claras
intenciones de liderazgo de Perón eran vistas como prueba del expansionismo
argentino”49
.
Continuando con la política continental del panamericanismo se debe ahondar en
la crisis de Guatemala, en 1954, la cual constituyó el primer gran conflicto
interamericano de la posguerra que puso en juego el “principio de no intervención”,
demostrando los intereses de la política de los Estados Unidos, y poniendo en peligro la
soberanía política de un país latinoamericano.
Al destituir a Ubico como Jefe de Estado en Guatemala, (favorable a los Estados
Unidos), en su lugar, fue elegido Juan José Arévalo, electo presidente de Guatemala de
1945 a 1951 tras la Revolución de 1944, siendo el primer presidente popularmente
electo. Fue un reformista que implementaba políticas sociales y económicas que
afectaban los intereses de algunos inversores norteamericanos.
Jacobo Arbenz Guzmán lo sucedería y continuaría con las reformas. Así, se
degradarían cada vez más las relaciones entre Guatemala y Estados Unidos, hasta el
punto en que los norteamericanos acusaron al gobierno de Arbenz de “comunista”. De
esta manera arbitraria los Estados Unidos decidieron implementar la activación del
sistema interamericano, para terminar con un régimen que consideraba, hacía peligrar la
seguridad hemisférica.
Por ello en marzo de 1954, se efectúo la X Conferencia Interamericana de
Caracas o la Conferencia Anticomunista de Caracas, resultado de las presiones
estadounidenses contra el gobierno de Jacobo Arbenz en Guatemala, lo que constituyó
una violación del principio de no intervención, inscribiendo el anticomunismo en la
definición del panamericanismo.
La reunión Interamericana de Caracas se realizó a pesar de la oposición de las
Cámaras legislativas chilenas, los parlamentarios de Costa Rica, Paraguay y
funcionarios de Argentina, como también los movimientos obreros de Estados Unidos y
América Latina, las federaciones de estudiantes de Latinoamérica e intelectuales
relacionados con la prensa libre de toda América Latina.
El Canciller Remorino, representante argentino, consideraba que sólo a través de
la cooperación y de la solución de los problemas económicos y sociales que afectaban a
49
Russell R y Tokatlian J, 2009, “Modelos de política exterior y opciones estratégicas. El caso de América
Latina frente a Estados”, Buenos Aires, CIDOBD, p. 35.
72
la región se podían eliminar las ideologías pro-norteamericanas y abogar por ideales
latinoamericanistas.
Aunque igualmente los latinoamericanos insistieron en el principio de no
intervención, finalmente aprobaron la propuesta norteamericana, considerando que un
país comunista en la región era una amenaza extra continental, debiendo ser reprimido
con el uso de la fuerza. Sólo Guatemala rechazó la resolución, mientras que México y
Argentina se abstuvieron. Guatemala en defensa de la legitimización del gobierno de
Arbenz, recibió un cargamento de armas de Checoslovaquia, lo que significó la
inmediata reacción norteamericana.
Frente a esto los Estados Unidos, realizaron una estrategia de doble frente: por
un lado enviarían una fuerza hondureña-estadounidense dirigida por Carlos Castillo
Armas por el otro, llamarían a una reunión en la OEA para invocar el TIAR. Pero como
es de suponer antes de que operativice tal reunión, Castillo Armas invade Guatemala.El
Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, busco tratar la
cuestión guatemalteca como lo había pedido el propio presidente constitucional, pero
Estados Unidos supo retrasar el tratamiento hasta que Castillo Armas hubiera avanzado.
Cabe destacar que la OEA, al ser un organismo regional, no puede tratar el tema
de seguridad colectiva, si el mismo ya fue elevado al Consejo de Seguridad, salvo que
dicho organismo inste para que ello suceda.
Este contexto histórico demuestra que la política exterior peronista procuraba
ajustarse al anticolonialismo nacionalista de los Estados Unidos, como también al
anticomunismo militar, y responder a la solidaridad obrera exigida por los sindicatos,
quienes lograron que el país recibiera a cientos de refugiados guatemaltecos, lo que a su
vez manifiesta la complejidad de la postura tercerista a nivel internacional.
Por último, la problemática de las Islas Malvinas y los problemas limítrofes
fueron piezas esenciales para comprender los lineamientos de la política exterior en un
determinado periodo.La cuestión de las Islas Malvinas en el periodo peronista
demuestra la siguiente lógica, “a medida que disminuía la influencia de Gran Bretaña, el
conflicto por la soberanía de las islas subía rápidamente en la agenda nacional”50
.Por su
parte el peronismo trajo consigo una revalorización del territorio, defendiendo la
soberanía política sobre la plataforma continental y el mar epicontinental.
50
Simonoff Alejandro, 2007, “Perspectivas sobre los setenta: Una aproximación a las lecturas sobre la
política exterior del peronismo”, Anuario del Instituto de Historia Argentina, La Plata, EDULP, p. 165.
73
El Gobierno argentinoen el año 1946 durante el peronismo, emitió el decreto n°
14708, donde declaraba: “Artículo 1º. Declárase perteneciente a la soberanía de la
Nación, el Mar Epicontinental y el Zócalo Continental. Art.2º.- A los efectos de la libre
navegación, el carácter de las aguas situadas en el Mar Epicontinental y sobre el Zócalo
Continental Argentino, no queda afectado por esta Declaración”51
.
En línea con esta política nacional en la primera presidencia de Perón, enel año
1950, Argentina declaró formalmente su soberanía sobre las Islas Malvinas. Mientras
tanto,Reino Unido expandía los límites de su soberanía sobre las islas, incluyendo a su
vez bajo su dominio la plataforma submarina, el fondo marino y el subsuelo contiguo.
En consonancia se creó el Instituto Antártico Argentino en 1951, con la
instalación de bases, así como la revalorización de los recursos naturales También
puede hacerse la lectura de que Perón utilizó los reclamos por Malvinas para reforzar su
perfil nacionalista y autonomista.
3.3. Conclusiones del capítulo
Las economías de los países más grandes de Latinoamérica, incluyendo en ellos,
la Argentina, durante los decenios del ‟40 y del ‟50, atravesaron un periodo
articuladopor el proceso de industrialización por sustitución de importaciones
motorizado en buena medida por el Estado, así mismo cabe resaltar que las
exportaciones de productos primarios continuaron aportando la mayor parte de las
divisas a los países.En la Argentina la institución que más ejemplifica este modelo es
sin duda, el IAPI, ya que representó un elemento clave en la política económica
peronista.
Sin embargo el Estado argentino desde ese entonces no ha cambiado su
composición a nivel industrial, a pesar de los esfuerzos llevados a cabo desde el ‟45 al
golpe de Estado del „55. Sin embargo, en este trabajo se puede apreciar como el
peronismo y su modelo económico se constituyó como el intento más férreo por
nacionalizar la economía e independizarla de los centros financieros internacionales.
Se resalta que los buenos precios de los alimentos en el mercado mundialdurante
la primera etapa „46-„49, fueron la causa objetiva de la relativa capitalización que
concretó el Peronismo.Igualmente pensar que la política del peronismo quedó
supeditada a una suerte económica seria no reconocerle al Estado las nuevas
capacidades que adquirió para regular el proceso económico y la vida social,
51
DECRETO Nº 14.708/46, Buenos Aires, 11 de octubre de 1946.
74
materializadas en los organismos de planificación. Fueron éstos los espacios encargados
de pensar la forma del Estado. Además de la voluntad política interna para aprovechar
esas condiciones internacionales y lograr un mayor grado de independencia nacional.
La tradicional estructura del comercio exterior argentino durante el periodo
analizado procuróconsolidar un proyecto de capitalización y desarrollo autónomo,
basado en un mercado interno ampliado que asegure pleno empleo y reduzca la
debilidad del sector externo.Otro aspecto significativo es la importancia otorgada a la
industria como generadora de empleo. El peronismo en ese entonces tenía una idea clara
sobre la necesidad de racionalizar el sector industrial, pero luego de la crisis del ‟52 se
buscó una profundización de la industrialización.
Al presentar el Segundo Plan Quinquenal, se enfatizó en la necesidad de la
profundización de la industria, buscando el incremento de su producción con mejor
calidad y menores costos, para abastecer el mercado interno como también comenzar la
exportación de productos. Tal recomendación era proveniente de la ya nombrada
CEPAL, estas ideas estaban basadas en la desconfianza del mercado como mecanismo
asignador de los recursos, que hundía sus raíces en la experiencia mundial de la década
previa. Queda claro que el peronismo recogió la idea de crear una economía orientada
hacia el mercado interno, con el objetivo de crear una sociedad más integrada.
La industrialización ocupaba un lugar central en la creación de una economía
menos vulnerable a las fluctuaciones del mercado interno, y por lo tanto más
autónoma.El IAPI participó activamente en hechos importantes como la nacionalización
de los servicios públicos,hasta entonces en propiedad del capital extranjero y el
equipamiento creación y expansión de empresas estatales como YPF, Flota Mercante,
Gas del Estado, Fabricaciones Militares, Aerolíneas Argentinas.
La doctrina peronista ubicó al estado en unaesfera central con una tarea
primordial: la regulación económica. El peronismo como ideología entendía que sólo el
Estado, asistido por los organismos consultivos, podía organizarlas fuerzas económicas
en batalla y promover la búsqueda del bienestar colectivo por sobre el destructivo
predominio de los intereses individuales. A partir de 1946, se intentó aumentar la
capacidad estatal hacia la sociedad y redujo esta misma al interior del propio Estado, es
decir dándole mayor poder al poder ejecutivo. Existieron tensiones, ya mencionadas
entre lo técnico y lo político, la racionalidad y la legitimación, que caracterizaron los
primeros momentos del nuevo gobierno, generando problemas dentro del propio núcleo
75
peronista que buscó asegurar el consenso, apoyándose en la figura centralizadora del
„„Estado Empresario”.
En síntesis, la planificación estatista del peronismo que se dirimía entre el
carisma del líder y la racionalidad que se pretendía imprimir en funcionamiento
institucional, fueron útiles a pesar de que en el año 1952-1953, dado la falta de recursos
hubo una disminución en los fondos para las inversiones sociales ya que la prioridad del
Segundo Plan Quinquenal era incentivar la producción de materias primas, bienes de
capital, energía, comunicaciones, y transporte. Pero esta maniobra requería de fondos
que la Argentina no disponía, a tal punto que el gobierno buscó incentivar la inversión
extranjera para continuar con el desarrollo económico. Tal situación, deja en claro que
fue la escasez de divisas lo que inculcó al “estado empresarial” la aprobación de la Ley
Nº14.222, de inversiones extranjeras, permitiendo que la nueva Ley, aseguraba a los
capitales extranjeros un trato similar al de los nacionales.
Esta última etapa del peronismo con la consagración de la Ley de inversiones
extranjeras demostró un giro en la política económica nacional, aceptada férreamente
por los Estados Unidos, ya que significaba una mayor seguridad para las empresas
internacionales.
76
Capítulo 4
La política exterior económica y política peronista con Israel (1946-1955)
4.1. Aspectos económicos
En el año 1948, finaliza el protectorado Británico sobre el territorio palestino, e
inmediatamente el sionismo Israelí declaró la creación del Estado de Israel.Argentina
por su parte debe analizarse como un país latinoamericano con una gran implicancia en
la creación del Estado de Israel, a pesar que de las relaciones bilaterales no siempre
fueron buenas.
Sin embargo sílo fueron, en lo que respecta al periodo de independencia y los
años venideros. Para comenzar a desarrollaresta afirmación sobre relaciones bilaterales
sólidas entre Argentina e Israel, debe recordarse que las mismas pueden definirse como
el conjunto de temas y situaciones que obligan a compromiso a ambas partes, ya sean
relaciones diplomáticas, económicas, comerciales, militares, etc.. Las relaciones
bilaterales se manejan con base a una "agenda bilateral" en la que cada parte define sus
prioridades a tratar con su interlocutor.
Los temas de la agenda bilateral se tratan, principalmente, a través del poder
ejecutivo de un país, es decir, a través del presidente o primer ministro. En línea con
ello puede decirse que la Shoá y los expulsados judíos de Europa,fue efectivamente un
tema de agenda internacional luego de la Segunda Guerra Mundial.Se conoce con el
término Holocausto o Shoá a la persecución y aniquilación sistemática de los judíos
europeos por parte del Estado alemán nacionalsocialista y sus colaboradores.
Durante el debate electoral de 1945 y 1946 el antisemitismo fue un punto a tener
en cuenta, porque mostrar rechazo hacia lo judío implicaba cierta complicidad con el
horror sucedido recientemente en Europa. El peronismorespaldó a los judíos de
diferentes maneras. En materia económica existió un apoyo al nuevo Estado de Israel,
garantizado por la Fundación Social Eva Perón, presidida por la Primera Dama,(1948-
1955). Dicha fundación envió 17 buques con alimentos, principalmente carne, ropa y
mantas para la población judía que estaba desprovista de tales recursos, dada la reciente
guerra por la creación del Estado de Israel. Este acontecimiento de comercio bilateral en
77
términos económicos fue limitado pero simbólicamente significó mucho para el nuevo
Estado.
También existieron acuerdos comerciales en los años 50‟, que fueron a favor de
Israel, por las medidas beneficiosas, RaananRein afirma:“Las condiciones otorgadas por
Argentina a Israel, en el acuerdo comercial, eran a todas luces generosas,
particularmente en las formas de pago. Permitiéndole pagar por el 10% de sus
adquisiciones en pesos argentinos, con el fondo proveniente de la Campaña Unida
Judeo Argentina (CUJA) y el resto en dólares”52
. De este modo, el joven Estado se
favoreció con los precios de la carne más baratos que los habituales en el mercado
mundial, logrando el ahorro de divisas.La duración del acuerdo comercialmencionado,
Argentina-Israel originalmente era de una extensión de 18 meses pero a finales de 1951,
se extendió por tres años más. En enero de 1954, se resolvió prorrogarlo.
A partir de dicho acuerdo comercial, Argentina se convirtió en el principal socio
de Israel en América Latina, su cliente y principal fuente de importaciones. Es
importante subrayar que el envío de alimentos y otros productos fueron fundamentales
para la formación y consolidación del Estado de Israel, ya que la población israelí se
había duplicado, en solo dos años, desde 1948 a 1950.Los EEUU recién comenzaron a
establecer vínculos comerciales con Israel después del año 1952, y Alemania realiza los
primeros pagos indemnizatorios en 1953.
En un principio EEUU, discrepabade posicionarse a favor de Israel, dudó en
apoyar la partición como solución y ejerció un embargo de armas durante la guerra de la
independencia Israelí, momento crucial para el nuevo Estado.Situación rápidamente
olvidada, ya que otros países lo asistieron, principalmente Francia y Checoslovaquia,
continuado por países latinoamericanos como Argentina, Chile, Nicaragua, Guatemala,
México y Panamá53
.
El acuerdo comercial Argentina-Israel incluía la posibilidad de otorgar
autorizaciones para inversiones de capital privado en Israel. Tal posibilidad surge en un
contexto desfavorable para la Argentina, ya que la economía nacional estaba siendo
apoyada por un plan de ayuda económica de una agencia estadounidense, EximBank,
agencia de créditos para exportaciones de los EEUU. Su cometido principal era apoyar
con financiamiento las exportaciones de productos y servicios estadounidenses hacia
52
RaananRein, 2015, “Los muchachos peronistas judíos: los argentinos judíos y el apoyo al justicialismo”,
Editorial Sudamericana, p. 183. 53
Kilch Ignacio, 1988, “Latinoamérica, Estados Unidos, y el nacimiento de Israel, el caso de Somoza en
Nicaragua”, Revista de estudios latinoamericanos, Vol. 20, p. 389.
78
mercados internacionales, pero también prestaba servicio a otros países, como en este
caso.
Cabe destacar que respecto al análisis de comercio bilateral que se inició en
1950, hubo un considerable aumento en el volumen de las exportaciones argentinas ylas
mismas crecieron permitiendo una balanza superavitaria para Argentina. Por ende el
acuerdo con Israel, a pesar de contar con insuficiencias económicas ya que otorgaba
beneficios desmedidos, aunproponíala impronta económica del primer Plan Quinquenal,
que pregonaba una política exterior autónoma, autárquica e independiente. En cambio,
el acuerdo con EximBank significó un acercamiento a los Estados Unidos, misión
dirigida por el Ministro de Hacienda Ramón Cereijo.
En el año 1955, el 87 % de las exportaciones israelíes al subcontinente estaban
destinadas a la Argentina, aunque para nuestro país, Israel tenía un sitio marginal en la
composición de nuestras importaciones. Argentina formó parte del heterogéneo frente
político internacional que gestó y apoyóla opinión pública mundial para la creación del
Estado de Israel. Otra prueba contundente en materia económica,es la creación de la
desde 1948, funciona la Cámara de Comercio Argentino Israelí, CCAI, institución que
trabajaba conjuntamente con entidades oficiales y privadas de la República Argentina y
el Estado de Israel con el objetivo de fortalecer el intercambio bilateral, la vinculación
entre entidades públicas y privadas de ambas naciones y la transferencia tecnológica en
materia de innovación aplicada. La institución aun continua vigente.
Otro suceso significativo de carácter diplomático-económico, que vincula al
Estado de Israel con Argentina fue la OIA, su sigla refieren a Organización Israelita
Argentina o también conocida como la sección judía del partido peronista que estableció
estrechas relaciones internacionales con el Estado de Israel. Esta institución se
encargaba de organizar las donaciones de la diáspora argentina, al igual que en otros
países los judíos expresaban su solidaridad con el Estado Hebreo.En la Argentina tenía
el título de Campaña Unida, instrumento central para expresar solidaridad con el nuevo
Estado, fomentado por la prensa Judía y la dirigencia comunitaria. La colecta fue de
carácter popular y juntó 44 millones de pesos.
Según Omer Freixa, existe unasuposición común de la historiografía tradicional
sobre Perón con los judíos y es el fracaso en su táctica de cooptación de la colectividad.
En ese sentido, destaca que la creación de la OIA es la prueba más palpable de la
derrota indicada ya que según el colectivo imaginario los éxitos en aunar simpatías
79
hacia la colectividad fueron menores54
.Sin embargo, este enfoque debe ser analizado,
puesto que si bien la organización no pudo competir con el grado de representatividad
de la DAIA, tuvo sus logros, favoreciendo la integración de los judíos a la sociedad,
siendo la OIA un canal corporativo que ofreció beneficios de diverso sello a la
colectividad.La organización estaba integrada por empresarios judíos, y eran vistos
como una sección de hombres de negocios del movimiento justicialista.
Se suma a este análisis que el peronismo bajo la motivación de la “comunidad
organizada” posibilitó a los judíos la integración a la comunidad política, junto a otros
colectivos como el árabe.Continuando con los gestos económicos de la Argentina para
con Israel, se debe mencionar la importación argentina de cítricos israelíes. Cabe
destacar que dicha operación comercial podría haberse realizado con el Estado de Brasil
en mejores condiciones, por cuestiones de costo y cercanía. Las exportaciones de Israel
a la Argentina en sus primeros años como Estado, eran cítricos, vinos, productos
químicos, cemento, dentaduras postizas, diamantes, objetos de arte y liturgia. Por su
parte Argentina exportaba materias primas a Israel, y productos
alimenticiosprincipalmente carne y maíz. El gobierno peronista continúo vendiendo
carne al Estado de Medio Oriente, inclusive en meses complejos para la economía
argentina, como por ejemplo, los meses de sequía que afectaron al suministro interno
(1951-1952). RannanRein enfatizaque Israel, sus medios de comunicación y varios
diarios hebreos,trasmitían un claro aprecio al contenido social del justicialismo y un
agradecimiento al apoyo del Estado brindado por el gobierno argentino, en aquella
época.
A lo largo de la década de 1950 y principios del 1960, Israel exploró la
viabilidad de la opción de los fosfatos, consideradas sales utilizadas como abonos:el
mismo se extrae, se procesa y se disemina sobre los campos. Israel construyóalgunas
plantas piloto, pero finalmente determinó que sería demasiado costoso. En cuanto al
uranio, las negociaciones comenzaron en la década del 50, pero finalmente fueron
concretadas en 1963 de forma secreta, el gobierno israelí adquirió 80-100 toneladas de
óxido de uranio argentino, para su programa de armas nucleares, según documentos de
archivo estadounidenses y británicos.
54
Freixa Omer,“Revisando la relación entre peronismo y judaísmo”, Biblioteca de Historia Política.
Programa de Buenos Aires de Historia Política del siglo XX, en sitio web: historiapolitica.com, visitado
20/10/2017.
80
El interés de Israel en el uranio es tan antiguo como el propio estado. Ya en
1949-50, Israel comenzó con un estudio geológico en el desierto delNeguev para
determinar si era posible y en qué medida explotarlo55
.
El gobierno de Perón otorgó a Israel diez millones de dólares en créditos para
comprar bienes en Argentina. Estos lazos económicos se profundizaron hasta la captura
de Eichmann en Argentina, 1960, lo que afectó las relaciones, aunque no en gran
medida. Se puede decir que los lazos económicos, por lo tanto, fueron el foco de las
relaciones, como se puede ver en el aumento del volumen y el alcance del comercio, las
importaciones y las exportaciones, y los componentes típicos de la balanza comercial
entre los dos países.
A pesar de que el periodo histórico del presente trabajo comprende hasta 1955
inclusive, se considera necesario mencionar que en la década de 1970, se configuroun
intercambio comercial asiduo, de granos, materias primas , textiles para Israel y para la
Argentina, la mayor parte del comercio exterior era de armamento. La importancia del
objetivo económico aumentó en la década de 1970, junto con la mejora de los lazos
políticos entre Israel y Argentina.
4.2. Aspectos políticos
Al término de la Segunda Guerra Mundial los supervivientes judíos de los
campos de concentración y de los guetos no tenían destino, sus familiares habían
fallecido y su patrimonio había sido destruido por el régimen nazi. Tanto los judíos del
Centro y Este de Europa no querían regresar a sus países de origen,regidos por el poder
comunista, donde existía un antisemitismo latente.
En este contexto surge una ola migratoria judía,ejemplo de ello fue lo que
sucedió en la católica Polonia. Existió una emigración de 70 mil judíos, desplazados con
la ayuda del Gobierno checoslovaco hacia Alemania Occidental, ocupada por las tropas
estadounidenses, francesas y británicas. Se ubicaron allí con el deseo de emigrar a los
Estados Unidos o a Palestina o a Estados Latinoamericanos que tuviesen las puertas
abiertas.
Cabe mencionar que para ese entonces, la administración estadounidense no
estaba dispuesta a abrir sus fronteras a una inmigración masiva de judíos. Por eso se
55
William Burr, 2013, Israel's Quest for Yellowcake: The Secret Argentina-Israel Connection, 1963-
1966"
https://www.wilsoncenter.org/publication/israels-quest-for-yellowcake-the-secret-argentina-israel-
connection-1963-1966. Visitado: 7/11/2017.
81
cree que existió una presión a Gran Bretaña para ampliar los cupos para inmigrantes en
Palestina.La prensa judía en Argentina se hizo eco de esta convocatoria expresando la
esperanza y la demanda de que los países latinoamericanos, y en especial la Argentina,
abrieran sus puertas a la gran inmigración.
La entidad representativa de los judíos argentinos, la DAIA, estaba representada
en las deliberaciones por el Congreso Judío Mundial,WorldJewishCongress. Es una de
las mayores organizaciones judías del mundo desde 1936 y se fundó en Ginebra Suiza.
Es la federación internacional de comunidades y organizaciones judías, según su
declaración de misión, el “brazo diplomático del pueblo judío”. Por ello la inauguración
de la primer conferencia latinoamericana del congreso Judío Mundial en la Argentina, el
29 de junio de 1947, con la presencia del Presidente del Congreso Judío
Mundial,Nachum Goldman.
Puede ser analizado como una postura “pro sionista” por parte del oficialismo,
dado que esta correspondencia con el Congreso Mundial generaba relaciones
internacionales o relaciones externas de hecho con el aún no conformado Estado de
Israel y sus autoridades. Cabe recordar que las relaciones internacionales deben
abordarse como un fenómeno en el que convergen distintos factores de índole político,
económico y cultural. Este mismo puede categorizarse como cultural.Se concibe que la
postura del gobierno peronista frente a la creación del Estado de Israel estuviera a la
merced de intereses políticos dejando soslayado el derecho internacional, demostrando
total libertad para volcar sus propios intereses políticos.
Queda expuesto de esta maneraque el Estado argentino otorgó mayor relevancia
al ámbito político, que a las normas de derecho internacional. Igualmente otras ramas de
estudio de las relaciones internacionales le dan mayor importancia al derecho
internacional público. Existieron relaciones entre el judaísmo local y el Estado argentino
como también relaciones bilaterales entre Israel y Argentina, pero a pesar de ello, no se
debe pasar por alto que siempre existió en el colectivo imaginario de la sociedad
argentina la recitación de gestos discriminatorios y hostiles hacia la colectividad en
diversos momentos.Por ello se puede hacer una lectura de un “Perón nazi-fascista”, la
cualse desmitifica con este trabajo, haciendo énfasis en las buenas relaciones con el
judaísmo y el Estado Hebreo.
En realidad, esta disputa responde a un debate más amplio en la forma de
caracterizar al peronismo como un movimiento ambiguo que ha dado lugar a múltiples
interpretaciones. Además, se recalca que en el presente trabajo se analiza el primer
82
peronismo ya que en la segunda época, afloraron grandes divisiones que quebraron la
unidad del movimiento peronista y ahí sí puede percibirse con fuerza el antisemitismo.
Por ejemplo, abundan acciones y dichos positivos del líder hacia la colectividad
judía, que colisionan con la otra postura.Igualmente, los argentinos descendientes de
comunidades judías, estaban dividíos en dos polos, es decir existía una dicotomía en
esta facción de la población respecto del oficialismo.
El presidente Perón fue mediador de las relaciones entre trabajadores y
organizaciones patronales, como así inclusive frente a las distintas religiones que
integraban la nación. En consecuencia el peronismo otorgó oportunidades a la
comunidad judía, lo que también demostró la inclusión social que pregonaba el
justicialismo, abriéndose a todos los sectores religiosos, culturales, sociales y raciales,
brindando una nueva alternativa de sumarse a la nueva política que se iniciaba en el
país: “Paradójicamente el gobierno de Perón fue calificado de “antisemita” y “fascista”
y fue el que dio a los judíos, por primera vez, la igualdad política y social, los judíos
tuvieron acceso a los altos cargos públicos”56
Históricamente los judíos arribaron en América Latina en cuatro etapas que se
distribuyeron desde mediados del siglo XIX hasta poco después de la creación del
Estado de Israel, en 1948.Mientras que algunos se asentaron en las ciudades, otros lo
hicieron en el campo, dando lugar a la mítica figura del gaucho judío. La primera etapa
fue 1854-1889, la etapa masiva 1889-1914, luego tras la primera Guerra Mundial 1920-
1930 y la cuarta oleada fue de 1930-1948.
Específicamente la inmigración de los judíos hacia la Argentina comprende dos
momentos: los primeros años de la década del „30 en la que llegaron refugiados de
Alemania, Austria, Hungría, Polonia y Rumania, que escapaban del régimen nazi. Y
después, del inicio de la Segunda Guerra Mundial,se efectuó la llegada en masa.
La JewishColonizationAssociation, JCA, se encargaba de reclutar los colonos,
financiar el viaje, estadía, tierras y herramientas de labranza en colonias, sobre tierras
que previamente había adquirido, en el año 1936 la mayoría se asentaba en centros
urbanos, igualmente se crearon colonias rurales, como por ejemplo la colonia Avigdor
en la provincia de Entre Ríos. En los años de la posguerra, y cerrando el ciclo
migratorio judío, llegaron a la Argentina alrededor de 8.000 sobrevivientes de la Shoá.
56
Galasso Norberto, 2005, “Perón: Formación, ascenso y caída, 1893-1955”, Ediciones Colihue SRL,
Argentina, p. 527.
83
Los judíos recién llegados se agruparon para no perder sus raíces, a su vez
crearon instituciones sociales, culturales, educativas, políticas, laborales, socio-
deportivas y religiosas. También existía una fuerte rama cooperativista y la misma
abarcó una extensa gama de actividades que incluía el crédito, el consumo, la
comercialización.
La fuerte actividad social de las colonias impulso a las mismas a ser motores de
crecimiento y en cada una de ellas alcanzó el cooperativismo un grado de evolución
muy avanzado, cruzando el espectro social de los lugares con un sentido plural y
solidario.
La Cooperativa tenía una presencia fuerte y múltiple, decisoria, dinamizante y
realizadora de muchos de los anhelos de los colonos. Las cooperativas tenían carácter
planificador, tendencia del judaísmo. En un principio las cooperativas se beneficiaron
con préstamos importantes facilitados por la JCA, como también se recaudaron fondos
como seguro ante posibilidades de ruina, ya sea por incendio, mala cosecha o por la
llegada de la plaga y estos fondos formaron la base inicial para la acción.
Es importante destacar que al igual que el IAPI, los colonos experimentaron una
primera venta cooperativa de cereales, la misma se realizó en Colonia Clara, provincia
de Entre Ríos, siendo la Cooperativa una entidad autárquica, la cual importó a los
colonos un beneficio superior al 10% al precio ofrecido por los comerciantes de la zona.
Esta idea maduró, hasta que poco después eran ya argentinos judíosy argentinos de
todas las colonias rurales los que almacenaban su semilla en los galpones recientemente
construidos y operaban con la cooperativa.
Se quiere resaltar la significación de la cooperativa, especialmente porque
trasciende y supera el marco de lo económico, se busca a ir más allá de ello: la misma le
daba a la comunidad seguridad y le ofrece un punto de apoyo y referencia. Como
también la fortifica moralmente.
Tanto en el peronismo, materializado en el IAPI como en el judaísmo
materializado en la Cooperativa,se enfatiza en la capacidad de la solidaridad colectiva.
Allí radican las razones del éxito, más allá de los factores negativos o positivos que se
puedan contabilizar. Sabiéndose parte de un movimiento organizado, que inclusive va
más allá de su propia comunidad, y no un ser individual, ya sea el chacarero, el tambero,
el pequeño productor agropecuario, concibe un respaldo: he allí la significación y valía
de la solidaridad colectiva.
84
Ya se mencionó anteriormente que las dos primeras presidencias de Perón o el
primer peronismo como también se lo titula, fueron los años de mejores vínculos
diplomáticos que se tuvieron con el Estado de Israel en la historia argentina, además de
ser el gobierno peronista, quien reconoció al Estado en cuestión.
La apertura y pluralismo social del peronismo, buscaba la integración total de la
población anhelando una mayor participación de la ciudadanía en lo público, lo que
Perón mismo llamaba “la comunidad organizada”.Por su parte la comunidadde judíos
argentinos antes del auge del movimiento sionista estaba atomizada y caracterizada por
divisiones y tensiones. La solidaridad con el sionismo y con futuro Estado de Israel
permitió aglutinar a las comunidades que estaban dispersas por el territorio argentino y
dar una base de consenso para la mayor parte de los miembros de la colectividad.
Los judíos argentinos realizaron una larga serie de actos y manifestaciones de
identificación con la lucha sionista desde la Segunda Guerra Mundial hasta la
declaración de la independencia del nuevo Estado.Una organización que fue polémica
para el sionismo internacional fue la ya nombrada OIA, la sección judía del Partido
Peronista, como la existente sección judía del Partido Comunista. El Peronismo como
movimiento heterogéneo liderado por Perón tenía la idea de movilizar el apoyo de
inmigrantes judíos.
Es necesario aclarar que no era un grupo mayoritario dentro de la política judía,
pero si poseía más peso e importancia de lo que se suele pensar.Como sucede al
observar aspectos de la colectividad judía en el país, se asiste al fenómeno de que se
aborda solo a aquellos afiliados a asociaciones de pertenencia,señalando que entonces
deben de haber quedado por fuera del análisis histórico muchos ciudadanosargentinos
judíos que dieron pruebas de lealtad a la causa peronista. No es el caso del presidente de
la DAIA, Ricardo Dubrovsky, quien se afilió al Partido Peronista.
Perón llegó a decir en uno de sus discursos57
que un buen judío argentino debe
apoyar el Estado de Israel. Perón dio los mismos discursos en marcos comunitarios de
argentinos árabes, también apoyó mucho la integración de estos argentinos, puesto que
el movimiento peronista alentó sus lazos con Siria, el Líbano y otros países.
Dejando de lado la relación entre judíos y peronismo, se hace énfasis en las
relaciones bilaterales, recalcando que la declaración unilateral de Argentina, de
57
Discurso de Juan Domingo Perón a la Organización Israelita Argentina en 1950. Sitio web:
https://cdn.educ.ar/repositorio/Download/file?file_id=2b2f4285-1873-4db9-b2e0-10ee22995761,
visitado: 27/10/2017.
85
reconocer al Estado de Israel, es un acto que adjudica personería jurídica a otra entidad
política.Se parte de la premisa que en la práctica, el reconocimiento de Estado se torna
una herramienta voluntaria y muchas veces discrecional, sin un mero análisis de la
materia. Tal reconocimiento es una fuente de derecho internacional público, proceso
que se encuentra en su mayoría de casos, tensionado por dos principios, el de
autodeterminación de los pueblos y el principio de integridad territorial.
Se considera que la política exterior argentina durante el periodo peronista
(primer peronismo 1946-1955), tuvo una inconsistencia profunda en su operar respecto
de su propia ideología, refiriéndose a la relevancia de principios de derecho
internacional, en el accionar de reconocer un Estado.
Se puede observar entonces que en el caso de este nuevo Estado, Argentina
primó el principio de autodeterminación de los pueblos, en este caso el pueblo judío,
por sobre el de integridad territorial, rompiendo con la tradición histórica de política
exterior argentina, la cual permite sentar precedentes que luego no se opongan a su
reclamo de soberanía por las Islas Malvinas por ejemplo.Pues entonces la postura
favorable del Peronismo para con el Estado de Israel en materia geopolítica es otro
indicio más que justifica la hipótesis pronunciada.
Ese reconocimiento concierne especialidad, caso abordado por Santiago
Sueiro58
, quien destaca que el ejercicio de dicho derecho de autodeterminación no se
contrapone con el de integridad territorial ya que se comprende que no preexistió un
Estado Palestino.A criterio del presente trabajo, lo planteado por Sueiro Santiago es
parcialmente correcto, ya que al reconocer por derecho al Estado de Israel, niega de
hecho una solución que salvaguarde el derecho de los árabes, dejando expuesto el
derecho de integridad territorial a las maniobras sionistas y complots de lobbiesjudíos.
Desde el núcleo del peronismo se sostiene que quienes impulsan el
antisemitismo en Argentina son los nefastos representantes de la oligarquía. En junio de
1948, militantes de la Alianza Libertadora Nacionalista atacaron la Sociedad Deportiva
Bar Kochba y en julio colocaron una bomba de estruendo en una sinagoga, ubicada en
la calle Libertad. Para entonces, la organización acaudillada por Juan Queraltó se había
convertido en una molestia para el gobierno peronista.
Eliminando y reduciendo los pensamientos de la mente social, es decir del
imaginario colectivo se hacehincapié en la importancia de la figura del primer
58
Sueiro Santiago, 2014, “La estabilidad de lo inestable: Hacia una política exterior argentina de
reconocimientos de Estados 1945-2012”, Buenos Aires, Universidad de San Andrés, p. 41.
86
embajador Israelí en Argentina, Jacob Tsur, quien publica en 1983, “Cartas
Credenciales”59
, testimonio donde crítica y deja exhibida la postura simplista que
Washington inscribió sobre Perón, el mismo podría haber sido nazi o
comunista.Además cabe recordar que la oposición del peronismo en la argentina, era la
elitecapitalista y extranjerizante, aliada a los interese de los EEUU.La misma predicaba
la postura nazi del movimiento: “De cualquier modo resulta conveniente abordar la
cuestión en sus diversas facetas, una de ellas es la siguiente: Si Perón, protegía
criminales Nazis podía suponerse que era antisemita. Al respecto Emilio Carbiére,
investigador no peronista, ha escrito el libro “Estaban entre nosotros”, el capítulo 4 se
titula “Perón y los judíos”, demuestra contundentemente que el peronismo y el
antisemitismo no tienen punto de contacto”60
.
Es aquí que conviene recalcar una contradicción sobre la predicación de la
oposición, ya que el nazismo y el fascismo resultan de la expresión de clases
dominantes. Y como bien se ha abordado en el presente trabajo, el peronismo pregono
por la voluntad de los sectores populares.
Esta evidencia deja de manifiesto que el nacionalismo peronista tiene que ver
con los frentes nacionales de liberación de los países coloniales o semi coloniales,
nutridos por sectores populares que enrolaban lo nacional como reclamo de autonomía y
dista de los nacionalismo de las grandes potencias, ofensivas y avasallantes, de
nacionalismos desorbitados o banderas raciales, que se consolidan reprimiendo a los
trabajadores, es decir nacionalismos de derecha61
.
Existen testimonios de funcionarios argentinos, que comprueban que el
peronismo no era antisemita. Pablo Mangel, el secretario general de la OIA, ex
representante diplomático argentino en Israel, (enviado como ministro plenipotenciario),
declaró:“El antisemitismo no pasa por el peronismo. Fui testigo y partícipe directo del
apoyo brindado por el gobierno peronista al pueblo judío, que se debatía en tiempos de
postguerra entre el hambre y el desarraigo. Se le otorgaron amplias facilidades a los
judíos que huían de la Europa deshecha y que casi siempre llegaban sin documentos”62
.
Para la Legación israelí, las intenciones de Perón eran transparentes: “disponer
un espacio judío leal, desde el cual enunciar su discurso antirracista y pro-Israel, con
59
Tzur Jacob, 1983, “Cartas credenciales nº 4”, Editorial La semana publicaciones, Madrid. 60
Galasso, Norberto,op.cit., p. 527. 61
Ibídem, p. 528. 62
Documentos, 1984, HiasYivo, Nueva York, XIII Argentina 17, entrevista del autor con Pablo Manguel.
87
miras a cambiar su imagen, especialmente a ojos de los EEUU”63
.Otro ejemplo
simbólico que construye a las buenas relaciones entre ambos estado fue cuando
JaimWeizman, primer presidente israelí, visitó Buenos Aires en 1951. El flamante jefe
de Estado le obsequió una Biblia antigua al presidente Perón y anunció que su gobierno
bautizará una plazoleta con el nombre del mandatario argentino.
Se debe enunciar que al hacerse cargo del Gobierno, Perón tuvo serios
problemas con la persecución de los judíos, como por ejemplo el caso en Paraná, Entre
Ríos, cuando a una chica argentina judíase la desvistió a la fuerza en la calle, la
corrieron, dándole luego bruscos golpes. El presidente siempre opinó que estosactos
eran signos de barbarie. La culpa recayó invariablemente en los nacionalistas. Perón
declaró ante dichas situaciones:“Un día llamé a los dirigentes de esta agrupación y les
hablé francamente. Ellos me manifestaron que era totalmente falso que su movimiento
cometiera esos desmanes y tomaron contacto con las organizaciones judías. Se
estableció después, que las inscripciones eran de los nacionalistas de la Acción
Católica”64
.
En 1956 el mismo Perón publica el libro “La Fuerza es el Derecho de las
Bestias”, en el Capítulo II, aborda “La Libertad de Cultos” y se lee: “En la Argentina,
por disposición constitucional, si bien el Presidente debe ser católico, tiene la obligación
de hacer respetar la libertad de cultos. Esta simple y justa prescripción tiende a asegurar
una libertad esencial que nadie se atreve ya a discutir en el mundo, por lo menos en
público”65
.
Durante el primer peronismo, el presidente recibió indistintamente a los jefes de
la Iglesia Católica Apostólica Romana, como a Rabinos de diferentes Sinagogas judías,
al representante del Patriarca de Jerusalén y jefe de la Iglesia Ortodoxa de Oriente, a los
protestantes, a los mormones, a los adventistas, a los evangelistas, etc. Perón sostenía
que no debían hacerse diferencias en los pastores de los diversos sectores.
Un último dato aportado por el historiador Ignacio Klich, coordinador
académico de la Comisión por el Esclarecimiento de las Actividades Nazis en la
Argentina,demostró que durante los dos primeros gobiernos de Perón ingresaron al
servicio exterior más judíos que durante las gestiones de predecesores y sucesores.Pero
63
Gambini Hugo, 2016, “Historia del Peronismo, el poder total 1943-1951”, Ediciones B Argentina S.A,
Buenos Aires. Argentina, p.548. 64
Perón, Juan, 1956, op. cit., p. 39. 65
Perón Juan Domingo, 1956, “La Fuerza es el Derecho de las Bestias”, Madrid, p.22. Sitio
web:http://www.pjchaco.com.ar/images/PDF/LibrosPeron/PeronLafuerzaeselderechodelasbestias.pdf,
visitado 29/10/2017.
88
la novedad más importante en materia étnica fue que, por primera vez desde la función
pública, un gobierno decidiera institucionalizar los estudios étnicos de la población,
como hizo el presidente Perón mediante la creación del Instituto Étnico Nacional66
.
Sin embargo, en contraposición a esta postura abierta y pluralista, está el
accionar de Santiago Peralta, conocido antropólogo antisemita, aliado al nacionalismo
profascista y autor de libros como “La Acción del Pueblo Judío en la Argentina”,quien
logró ser funcionario del peronismo y designado responsable de la Dirección General de
Migraciones desde diciembre de 1945 hasta julio del 1947.
La política migratoria del peronismo, desde sus inicios fue restrictiva,
especialmente si se analiza la facción de migrantes provenientes de nación Judía.
Santiago Peralta, expresaba su judeofobia causando dificultades para los inmigrantes
judíos. En el año 1946, la DAIA, elevo un memorándum sobre tales restricciones que
fue recibido por Perón. La medida tomada fue alejar aPeralta del gobierno por el mismo
Perón, a raíz de la repercusión internacional por denuncias de prácticas discriminatorias
en su función pública.Igualmente Peralta, retuvo la dirección del Instituto Étnico
Nacional, por seis meses adicionales hasta su jubilación en enero 1948. Según datos
recopilados por el Leonardo Senkman, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, “la
reapertura de la inmigración europea de posguerra por el primer gobierno peronista en
1946 puso fin a su interrupción drástica desde 1930, arrojando un saldo neto de 463.456
personas ingresadas vía ultramar, entre 1947 y 1951”67
.
Igualmente pese a esta reapertura, el número de judíos que ingresaba al país
seguía siendo mucho menor que los inmigrantes de religión católica.La agencia
American JewishCommittee, o el Comité Judío Americano visitó Buenos Aires,
informando que la inmigración judía a Argentina estaba cerrada, al igual que en Perú,
mientras que en países como Brasil, Paraguay, Bolivia y Chile, las escasas
oportunidades se condicionaban a reducidos contingentes calificados para zonas
rurales.La Cámara Israelita de Comercio e Industria nombraba anteriormente, para
contrarrestar esta situación intentó presentar, en favor de judíos centro-europeos, una
lista de oficios y profesiones manuales requeridos para poder así fomentar el ingreso.
66
Klich Ignacio, 1992, “Nazismo y antisemitismo en Argentina: mitos y realidades”, Ciclos,Vol. 11, Nº 2
p. 12. 67
Senkman Leonardo, 2017, “Etnicidad e inmigración durante el primer peronismo”, Estudios
interdisciplinarios de América Latina y el Caribe”, Volumen 3, N°2, full text:
http://www7.tau.ac.il/ojs/index.php/eial/article/view/1258/1285.
89
Mediante los estudios aportados por Senkman puede atestiguarse que la clausura
del puerto de Buenos Aires para los inmigrantes judíos fue levantada en casos
excepcionales. Solo en casos dramáticos el propio presidente Perón intervino en algunos
casos, por ejemplo, en el caso de 45 refugiados obligados a reembarcarse para Francia
por el desconocimiento de las autoridades uruguayas con visas de turismo concedidas
por sus cónsules en París.
Los representantes de organizaciones judías internacionales percibieron con
claridad que existía una actitud diferencial hacia la inmigración judía, la misma
proveniente de funcionarios xenófobos como Peralta, pero otros miembros del gobierno
peronista estaban interesados en disociar la postura del gobierno oficial de los cargos de
judeofobia difundidos en la política internacional.
Cabe resaltar que la remoción de Peralta y la instauración del nuevo director,
Pablo Diana,no provocó el inicio de un cambio en la política inmigratoria respecto de
los judíos, es más partir de octubre de 1948 se hizo aún más severo el sistema de
restricciones. Esto llevó a comprender que tales restricciones se elaboraban, por
considerar a los judíos un grupo comprometido desde el punto vista ideológico, político
y social que podía causar disturbios frente a los grupos ya radicados en el país
perjudicando el espíritu cohesivo de la Nación.
A fines de 1948, el presidente de la DAIA advertía que el problema principal
que afrontaba la colectividad ya no era el antisemitismo sino la discriminación
inmigratoria contra candidatos judíos. La ya nombrada OIA intentó una estrategia
doble: influir sobre Perón para agilizar la amnistía a inmigrantes indocumentados
ilegales, e interceder ante las autoridades en favor de obtener llamadas de inmigrantes
con familiares radicados.
La OIA se atribuirá como logro propio ante Perón el proceso de legalización
iniciado con la sanción de la ley de creación del Registro Nacional, cuyo artículo 42
establece:"El extranjero que hallándose ya en el país sin haber llenado los recaudos
correspondientes para su ingreso, dispondrá a partir de la fecha de promulgación de la
presente Ley, de 90 días para hacerlo".
Hasta la sanción del decreto de amnistía en favor de los ilegales en 1949, el
ingreso de inmigrantes clandestinos dejó de ser un delito y, por tanto, punible con pena
de prisión.A comienzos de noviembre 1948, Perón anunció a la sección judía peronista,
la inmediata excarcelación de todos los refugiados judíos detenidos por ingreso
clandestino, instruyendo a la Dirección Nacional de Inmigraciones que les proveyese de
90
la documentación necesaria, al tiempo que impartió órdenes para extender ese beneficio
a todos los judíos que habían ingresado a Argentina y no hubieran sido detenidos por la
policía.
La OIA difundió a la colectividad la importancia de la medida legal, que, según
cálculos, habría beneficiado a 30.000 judíos: "Esa medida alcanza a las decenas de
miles de inmigrantes que habían entrado clandestinamente y que vivían temerosos de su
tranquilidad. También a los de tránsito para el Paraguay y a los detenidos en Formosa,
Posadas, Paraná y aun a los que se hallaban en el Hotel de Inmigrantes. Gracias al
General Juan Perón ellos podrán de ahora en adelante comerciar libremente, educar a
sus hijos, afianzar sus hogares”
El Poder Ejecutivo confirió por decreto la amnistía por la que se beneficiaban
todos aquellos ingresados ilegalmente hasta el 1 de octubre 1949, plazo máximo más
allá del cual los indocumentados serían pasibles de deportación. El plazo fue prorrogado
y la amnistía benefició a una población estimada en 200.000 indocumentados, europeos
y sudamericanos, de todas las religiones, que ingresaron en los años previos, durante y
después de la Segunda Guerra Mundial.
Cabe recalcar que le mismo día que el Poder Ejecutivo decretó la amnistía, se
conmemoraba el primer aniversario de la independencia Israelí, su primer año como
Estado. Esta política doméstica llevada a cabo por la cooperación de la OIA y el
gobierno peronista, tiene su correspondencia inmediata en política exterior,
configurando lazos férreos entre el Estado de Israel y Argentina.Sin embargo se
reconoce que hasta la reforma Constitucional del 1949, que incorporó explícitamente un
artículo en contra de la discriminación racial, existió hacia los candidatos judíos a
inmigrar cierta tendencia indeseable, por razones étnicas y religiosas.
Es menester señalar quetal restricción fue similar en todos los países
latinoamericanos,ya que como se ha mencionada anteriormente en el capítulo dos, el
análisis de la política exterior Argentina se enmarca dentro de la política exterior
latinoamericana, considerada una de las regiones más homogéneas del mundo. Sin
embargo, en los más severos decretos restrictivos argentinos no existen cláusulas de
exclusión racial.
Se puede decir que el sistema de acción en América Latina, fue relativamente
homogéneo, Argentina, desde su perspectiva inmigratoria, no fue una excepción en
América Latina, haciendo énfasis en términos comparativos. Por ejemplo a mediados de
1947, el Estadobrasilero, repudiaba modificar sus medidas restrictivas al ingreso de
91
judíos y un decreto promulgado en 1948 en Rio de Janeiro aún confería facultades
discrecionales a los cónsules brasileros en la selección inmigratoria, apoyándose en la
nacionalidad. Mientras tanto en la Argentina peronista, dos años después se legalizaba a
los inmigrantes indocumentados, beneficiando a una gran cantidad de judíos.
No dista mucho el accionar de nuestro contiguo transandino, los decretos
promulgados por el Ministro del Interior de Chile, en 1948, destacaban el factor étnico
en la formulación de la política inmigratoria, la cual iba a ser implementada por una
Comisión Permanente de Inmigración.Estos ejemplosllevan a cuestionar la obstinación
de la prensa internacional y de la oposición peronista, por calificar de antisemita al
gobierno argentino, aun exhibiendo Argentina gestos liberalizadores que estaban
ausentes en los países vecinos.
La mala imagen del peronismo en EE.UU se configuró por su neutralidad en la
Segunda Guerra Mundial y el posterior rechazo argentino al sistema interamericano de
asistencia recíproca, TIAR, el cual después ratificó. El mismo significaba para los
EEUU una muestra clara de poderío geo-estratégico en el hemisférico occidente,
enmarcado en un contexto de GuerraFría. Estas dos cuestiones atraviesan la relación
Argentina-EEUU, en la década del ‟40, por eso puede entenderse que la prensa
norteamericanapretendió denunciar de "filo-nazi" al líder de la Argentina,quién recibía a
ex colaboracionistas del régimen Nazi, como lo hicieron los EEUU y la URSS, para
incorporar técnicos e ingenieros en armamentos, profesionales claves en la carrera
armamentística.
Si se hace una mirada simplista, es real que el gobierno peronista recibió
europeos alemanes, como también abrió sus puertas a las distintas naciones y religiones
ya sean judíos, musulmanes y o cristianos.Entonces puede decirse que existen dos
factores que distorsionaron sobremanera la imagen de Perón y su relación con los
judíos: uno es el accionar de la Embajada de Estados Unidos en su campaña de
desprestigio internacional hacia Perón en la época preelectoral previa a febrero de 1946,
el otro la intensa “desperonización”, que siguió tiempo después a la caída del presidente
en septiembre de 1955, esta época precisa un análisis aparte del reciente desarrollado.
Cabe destacar que durante el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial, el
comercio exterior argentino se vio atravesado por las tensiones que generaba la guerra y
especialmente el intercambio comercial se cruzaba con el establecimiento de estrategias
políticas inherentes a esa situación de conflicto.Fue por ello que el gobierno argentino
declaró su “neutralidad”, por cuestiones meramente comerciales, aunque la entrada en la
92
guerra por parte de los Estados Unidos y la declaración de guerra al Eje llevo a los
países latinoamericanos a romper lazos económicos con tales países. EEUU presionó al
gobierno peronista para que rompiera relaciones con Alemania, Japón e Italia.
Se precisa recordar que cómo se ha destacado a lo largo de la tesis, mantener una
posición independiente, (Tercera Posición) distinta a la hegemonía política, comercial y
financiera esbozada por EEUU, tuvo sus consecuencias para Argentina, generando
disminución en el comercio exterior y dificultad de abastecerse de mercancías del
exterior. Entonces la ratificación del tratado de Río, Tratado Interamericano de
Asistencia Recíproca, puede verse como una respuesta a la necesidad de asegurar un
mercado para los productos argentinos, como también adquirir los insumos necesarios
para la economía argentina, sobre todo en el caso de desatarse una Tercera Guerra
Mundial. En dicho caso, la Argentina debería comerciar con EEUU.
Nuestro país sostuvo una posición de neutralidad en ambas guerras mundiales y
bajo signos de distintos gobiernos.Asimismo, mantuvo una posición anti-
norteamericana en el ámbito interamericano desde el siglo anterior, e inclusive la raíz
del movimiento peronista se había realizado en el contexto de un discurso anti-
norteamericana. Por ello para Perón poner en práctica la alineación con Estados Unidos
era difícil y además existíauna ambivalencia, entre lo interno y lo externo.En el ámbito
interno, el gobierno demostró un fuerte anti-americanismo, pregonado desde sus
principios con el histórico “Perón o Braden”. Tal antinorteamericanismo era necesario
para la reforma constitucional en pro de la reelección.
Finalmente se recuerda que el gobierno peronista opto por una postura
colaborativa con la comunidad judía argentina y de esta manera con el sionismo
internacional, con cierta inquietud de disipar el pensamiento judeofóbico que la
colectividad judía estadounidense observaba de Perón, esto podía llevar a mejorar las
relaciones exteriores con los EEU, siempre que ese apoyo no perjudicase las relaciones
argentino-árabes.
4.3. Conclusiones del capítulo
La historia de Israel, como Estado independiente, está, pues, ligada a la voluntad
latinoamericana de que se materializara esa compleja aspiración de los judíos.A pesar
que Argentina se abstuvo a la votación de la partición de Palestina Británica
(Resolución 181), estableció rápidamente relaciones diplomáticas, siendo el primer país
93
latinoamericano en hacerlo.El análisis de las relaciones bilaterales Argentina-Israel nos
brinda elementos para la construcción de Programas de acción y promoción comercial.
La posición argentina con respecto a la partición de Palestina, en tres regiones,
donde una la iba a ocupar, el pueblo palestino, otra pueblo judío y otra una jurisdicción
internacional para la ciudad de Jerusalén fue de abstención yse comprende que la
justificación de tal abstención se realizó defendiendo la doctrina de la Tercera Posición
e intentando demostrar un carácter independiente en la política exterior argentina
peronista. Se abstuvo junto con México y Chile.
En el proceso de toma de decisiones de esta cuestión influyeron tanto los lobbies
judíos como los árabes donde Perón, si bien en una primera instancia estaba más cerca
de la causa árabe, no pudo jugar esa carta por su acercamiento a los Estados Unidos.
Esto permite comprender los límites de la política independiente, por el peso de la
comunidad judía y árabe en Buenos Aires, que tenían casi en ese entonces, la misma
cantidad de población en Argentina, pero sobre todo por la necesidad de despejar las
dudas existentes entre los que lo sindicaban como un reconocido antisemita.
A pesar de la compleja realidad internacional que lo rodeaba al peronismo desde
su política exterior autónoma, decidió apoyar al Estado de Israel, de diferentes maneras,
una de ellas y la más consecuente, fue el abrazo a la comunidad judía al entramando
social de la Argentina. Los judíos son una parte importante del compuesto de
colectividades que tiene la Argentina, no son la única, pero si es destacable, que los
judíos han aportado figuras importantes al quehacer político y social del país durante el
periodo analizado. Además, una gran cantidad de judíos, durante las décadas del ‟40 y
el ‟50 ingresaron a la burocracia estatal.
A pesar de la participación exitosa de los judíos en la vida económica, social y
política de nuestro país, se debe reconocer que existió una facciónantisemita, ejecutada
por parte de los conservadores y los funcionarios de la Iglesia. Al mismo
tiempoexistieron constantes intentos por parte de la Iglesia, de restringir la inmigración
de judíos a la Argentina y se dedicaron de manera independiente a la actividad
antisemita.
Por ello a veces se infiere una postura distante con Israel dado la “nazificación”
del país, por el acercamiento hacia los movimientos nacionalistas de derecha. Tal
historiografía alienta a una idea instaurada en el imaginario colectivo de la sociedad
argentina. Es verdad que Perón fue un nacionalista y contó con elementos autoritarios,
pero también mantuvo las mejores relaciones diplomáticas y comerciales con el Estado
94
de Israel.También no se debe olvidar que Perón era parte del Ejército Argentino que
había sido formado al estilo prusiano, dado que Argentina y Alemania negociaron la
adquisición de tecnología bélica con la ventaja que ofrecía el país europeo dar
formación a los oficiales.
En números, entre 1930 y 1949, la Argentina recibió a más refugiados judíos per
cápita que cualquier otro país del mundo, excepto Palestina y, posiblemente Uruguay.
Es menester reflexionar que la Argentina peronista fue una oportunidad para centenas
de miles de italianos y españoles, que buscaron reconstruir sus vidas y obtener trabajo,
quienes fueron considerados, inmigrantes deseables, según criterios étnicos, económicos
e ideológicos.Tanto deseables como indeseables, tanto judíos como nazis, tanto victimas
como victimarios, de la Segunda Guerra Mundial fueron beneficiados al transformarse
en residentes y/ o ciudadanos documentados argentinos.A través de su pragmatismo y
visión profética del escenario internacional, el peronismo vislumbraba una tercera gran
conflagración entre capitalistas y comunistas, jugando la carta de la autonomía política.
El desarrollo de la política exterior autónomadel peronismo, respetuoso del
derecho internacional, e involucrado en una acción diplomática tradicional, se explica
en tres principios “neutralismo”, “autodeterminación” y “solidaridad latinoamericana”.
Este neutralismo, de política “autónoma” de posguerra, no significó un aumento de la
independencia en el nuevo escenario bipolar. Argentina precisaba emplear en su
diplomacia cambios para así poder enfrentar el nuevo escenario internacional y poder
gozar de las oportunidades que brindaba el nuevo entorno. Cambios orientados hacia los
intereses privados, como un acercamiento gradual a los EEUU, que tenía interés en
lograr la hegemonía regional, la cual sumaba para llegar a su rol de potencia mundial.
Con este argumento puede entenderse que las buenas relaciones gestadas con el
Estado Israelí, estaban enmarcadas en el contexto internacional, entendiendo que apoyar
a la comunidad judía en la Argentina, significaba también apoyar al Estado Hebreo en el
sistema internacional, y tener buenos vínculos con Israel, permitiendo a la Argentina
configurar una nueva imagen frente a los ojos de EEUU.No debe olvidarse que los
judíos proclamaron la creación del Estado de Israel en 1948, y fueron reconocidos el
mismo día por Estados Unidos, a pesar de que su alianza estratégica recién comienza
luego de la Guerra de Seis días.
En las décadas de 1940 y 1950, durante el gobierno de Perón, el gobierno no
organizó oficialmente actividades antisemitas. La Argentina moderna del XX se
caracterizó por la falta de estabilidad política y económica, que afectó la naturaleza de
95
los gobiernos ante las diversas luchas políticas.La historia de los judíos en la Argentina
no es ajena a ello y está vinculada con los desarrollos y cambios que caracterizaron y
aún caracterizan a la nación argentina.Puede decirse entonces que ese estado de
acontecimientos, tuvo un efecto considerable en la naturaleza de la comunidad judía, y
como resultado, también en la naturaleza de la política exterior de Israel, el Estado del
pueblo judío.
Conclusiones generales
La presente tesis se propuso como objetivo central analizar las vinculaciones
económicas y políticas de los gobiernos peronistas entre 1946 y 1955 con el Estado de
Israel, influyendo en este sentido la construcción de la política exterior peronista,
teniendo en consideración la importancia de los problemas que enfrentaba a nivel
latinoamericano e internacional.
Por un lado, ha significado trabajar sobre una escasa producción académica
sobre este hecho empírico, llevando a realizar una extensa búsqueda, para así reconstruir
la relación bilateral forjada.Por otro lado, el abordaje de esta temática desde la
disciplina de las Relaciones Internacionales, ha permitido adoptar un posicionamiento,
considerando a la política exterior como un subcampo de las Relaciones Internacionales,
reconociendo que la política exterior del peronismo se ampara bajo la teoría
autonomista, ya que se aleja del colectivismo comunista y del individualismo
capitalista, planteando la Tercera Posición.
Se reconoce también que la política exterior es una política de Estado continua,
como también se asume que las Relaciones Internacionales no son exclusivamente
relaciones interestatales, sino que los Estados se vinculan con otros actores del sistema
internacional como organismos internacionales, empresas supranacionales, etc..
Siendo en este caso el Congreso Judío Mundial, una organización internacional,
funcionó como actor clave en la relación bilateral Argentina-Israel, demostrando que la
creación del Estado de Israel fue un tema de agenda internacional luego de la Segunda
Guerra Mundial 1939-1945, que penetró en los gobiernos peronistas. Luego de la
Segunda Guerra Mundial, el sistema internacional se había trasformado, pasando a la
bipolaridad, URSS y EEUU, las dos potencias imperantes que comenzaron a desarrollar
sus respectivas zonas de influencia, distintas ideologías, distintos planes económicos.
96
Estados Unidos pregonó en el hemisferio occidental una democracia liberal,
impartió anuncios de ayuda técnica y económica, la mayor ayuda económica se
materializó en la implementación del Plan Marshall para Europa, ya que estaba
arruinada por ser el escenario de la Segunda Guerra Mundial. A su vez existió una
transferencia de recursos para América Latina que fue destinada a ayuda militar con el
objetivo de mantener a raya el comunismo.
Durante los primeros años de reconfiguración del tablero internacional, luego de
la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos implementó su plan económico para
consagrar las bases de un orden mundial norteamericano, apoyándose sobre dos ejes
determinantes: la creación de las Naciones Unidas y el entramado económico y
financiero de Bretton Woods.
Por su parte, en el contexto latinoamericano y sudamericano en particular, entre
el decenio del ‟40 y el ‟50, se asume que los países buscaron desarrollar una integración
regional frente al desinterés mostrado por parte de EEUU. Conjuntamente manifestaron
unanimidad como bloque regional, colocando énfasis en esto último, este factor fue
clave frente a la creación del Estado de Israel, ya que al comportarse como bloque frente
al conflicto palestino-israelí, el nuevo Estado se vio favorecido por una votación de 13
países latinoamericanos a favor, siendo 20 la totalidad de países latinoamericanos los
que conformaban la ONU. Existiendo de esta manera una complicidad diplomática
implícita entre América Latina e Israel.
A través de sus distintos capítulos, la investigación ha permitido corroborar la
hipótesis planteada al inicio de la tesis, en la cual se asumió por un lado la vinculación
continua y de buenas relaciones con el Estado de Israel. Esta hipótesis ha sido apoyada
por un escrutinio empírico, que comienza a materializarse entre los propios judíos
argentinos, conformando la mencionada Organización Israelita Argentina, OIA también
considerada la facción judía del peronismo, que instituyó frondosas relaciones con el
gobierno peronista. Asimismo, la DAIA, organización superadora a la anteriormente
mencionada, en función de la representatividad en lo que concierne a la colectividad,
también gozó de buenos vínculos con el gobierno peronista.
Otro aspecto que brindó credibilidad a la investigaciónfueron los lazos
comerciales establecidos con el país de Medio Oriente, los inicialmente 17 buques con
alimentos y provisiones para el nuevo Estado fueron simbólicosen lo que respecta a
intercambio comercial, no así el tratado económico establecido en 1950, ya que el
mismo significó otro volumen exportable, y dicho tratado fue determinante para la
97
sociedad israelita que estaba en pleno crecimiento poblacional. Por otro, la decisión del
gobierno argentino para con Israel, debe ser enmarcada durante la Guerra Fría, donde
Argentina, dependía fuertemente del bloque occidental a nivel económico, a pesar de
proponer una Tercera Posición a nivel político.
La actitud argentina durante la votación de la ya nombrada Resolución 181, que
planteaba la división de la Palestina Británica, en tres regiones, fue la abstención. Se
comprende que la justificación de tal abstención se realizó defendiendo la doctrina de la
Tercera Posición e intentando demostrar un carácter independiente en la política
exterior argentina peronista.Sin embargo no se debe olvidar que la política exterior de
los primeros años del peronismo, 1946-1949, se movió con mayor soltura, basándose en
el eje de “no alineamiento”, hasta producirse la crisis económica del ‟49, una
fluctuación de carácter nacional, la nombrada gran sequía que redujo al mínimo los
saldos exportables.
Esta tesis también ha permitido reflexionar sobre lo difícil que ha sido para los
países latinoamericanos encontrar la forma de insertarse internacionalmente, luego de
ser marginados del área de interés de los EEUU. Por eso puede entenderse que los
gobiernos peronistas oscilaron entre dos esquemas de política exterior, uno más
autonomista, en la primera etapa (1946-1949), y uno con mayores vínculos o de mayor
acercamiento con EEUU, perteneciente a la segunda etapa (1949-1955).
Esto se vincula con consecuencias económicas, políticas y sociales, que se ven
reflejadas en el desarrollo de la historia de la República Argentina. Cabe recordar que
ratificación del Acta de Chapultepec en septiembre de 1946 y la creación del Tratado
Interamericano de Asistencia Recíproca, TIAR, en la Conferencia de Río de Janeiro de
1947, que puso a nuestro país definitivamente en la órbita estadounidense. Las
consecuencias económicas deben comprenderse en clave histórica y contextual y no de
manera aislada. Además, en la última etapa, el peronismo permitió la consagración de la
Ley de Inversiones Extranjeras demostrando un giro en la política económica nacional,
aceptando férreamente las condiciones impuestas por los Estados Unidos, ya que
significaba una mayor seguridad para las empresas internacionales.
De esta manera se trae a colación la hipótesis secundaria de la presente tesis, que
evalúa la construcción de la política exterior peronista, basada en el no alineamiento y
en fluctuaciones, con respecto a los problemas que enfrentaba a nivel internacional y
latinoamericano. A partir de lo investigado se puede referenciar sobre datos obtenidos,
tomando como crónica la división de etapas realizada en el capítulo tercero. Primero se
98
considera que durante la primer etapa 1946-1949, se ve reflejado el intento de Perón por
consolidar una política exterior autónoma de neto corte nacionalista y con un marcado
antinorteamericanismo, y un claro ejemplo que otorga credibilidad a la hipótesis
secundaria, fue la no incorporación al Fondo Monetario Internacional y la aplicación de
la Tercera Posición en el ámbito diplomático. Dicha etapa “autonómica” culmina en el
año 1949. Se concibe que el objetivo primordial de Perón fue intentar la reinserción
internacional de Argentina desde una política autonómica, dejando atrás el aislamiento y
el escaso comercio con los países latinoamericanos.
Igualmente a pesar de los intentos fallidos de regionalismo latinoamericano, se
debe reconocer el tratamiento sobre las cuestiones sociales a nivel continental. Un
hecho empírico, el documento que alimentó esta postura fue la “Carta Interamericana de
Garantías Sociales”, que Argentina exteriorizó en el año 1948, en la que se incluían los
derechos del trabajador consagrados por el peronismo. Se ha permitido corroborar que
la política hacia la región del peronismo generó más rechazos que adhesiones, haciendo
poco atractivo una coalición latinoamericana, que a su vez podía significar la enemistad
norteamericana.
Esta tesis también ha permitido recapacitar en torno a la necesidad de enriquecer
primero la dimensión política de cooperación en los procesos de integración antes de
pasar a la exclusivamente económica. A nivel regional el peronismo, buscó crear un
espacio de complementación económica y solidaridad política que fracasó.
La Argentina de este periodo se caracterizó por oscilar en diferentes modelos de
inserción internacional a falta de estabilidad política y económica, afectando la
naturaleza de los gobiernos ante las diversas luchas políticas. La segunda etapa de
análisis, 1949-1955 presenta una mayor penetración de los acontecimientos
internacionales, dejando en claro que Argentina precisaba emplear en su diplomacia
cambios para poder enfrentar el nuevo escenario internacional, cambios orientados
hacia los intereses privados, como un acercamiento gradual a los EEUU, que tenía
interés en lograr la hegemonía regional, la cual sumaba para llegar a su rol de potencia
mundial.
Puede decirse que la interacción entre Argentina-Israely las buenas relaciones
gestadas son una demostración del pragmatismo peronista, pero sobre todo una
necesidad de demostrar al mundo occidental su predisposición a formar parte de él. Se
recuerda que el Estado argentino estaba enmarcado en el hemisferio occidental, el cual
en elcontexto internacional estaba bajo la tutela de EEUU, por ello se entiende que
99
apoyar a la comunidad judía en la Argentina, significó apoyar al Estado Hebreo en la
sociedad internacional. Esto permite percibir los límites de la política independiente y
dar sustento a lo planteado por la hipótesis secundaria, corroborando que las
vacilaciones que enfrentaba la política exterior a nivel internacional y latinoamericano
generaron fluctuaciones que en gran medida tuvieron que ver con su posterior vínculo
con la comunidad judía en Buenos Aires.
Así se entiende el cuadrilátero entre Argentina, la comunidad judía argentina,
Estados Unidos e Israel. Es decir, la planificación de la política exterior del peronismo
se sustentó sobre dos pilares: el eje de ideología nacionalista y el eje internacionalista,
abocado a una vinculación con el sistema internacional, puramente comercial y
económico.
Se comprueba de esta manera que la política exterior peronista, es decir la
Tercera Posición, buscó mantener las relaciones económicas internacionales anteriores
al peronismo, reflejando el intento de mantener el esquema triangular que se había
formado entre Argentina, Estados Unidos y Gran Bretaña, con el objetivo de dar
impulso a la industrialización nacional. Dentro de este marco de relaciones
internacionales se comprende el vínculo estratégico con el Estado Hebreo fue necesario
para sumar credibilidad en el plano internacional.
Cabeprecisarque existe un error conceptual instaurado que es necesario aclarar,
en el sentido de que acusar de antisemita a cualquier posición que diste de la política
israelí representa un “crimen” intelectual. Esto estaba muchas veces asociado con una
culpabilidad emocional que se respiraba en el mundo occidental por el holocausto judío
durante la Segunda Guerra Mundial. Desde la presente tesis se considera que no existe
un hilo conductor entre las políticas genocidas de la Alemania Nazi y las críticas hacia
el Estado de Israel.
Se comprende que para despejar la estigmatización de Perón como antisemita o
antijudío en el sistema internacional, quedó demostrado que en la tesis que se afianzaron
los vínculos con Israel y esto fue clave frente a los ojos de Estados Unidos. De hecho,
para finalizar, en la actualidad, dentro del propio Estado de Israel, existen movimientos
políticos de judíos religiosos o de izquierda que se declaran abiertamente en oposición
al sionismo o a las políticas del gobierno israelí, porque están a favor de un Estado
mixto en donde convivan pacíficamente judíos y palestinos, como planteó inicialmente
la Resolución 181 en el año 1947 y obviamente, estos movimientos no son antisemitas.
100
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