La soledad del caracolDiego Stabilito
La soledad del caracol© Diego Stabilito 2011diegostabilito.blogspot.com
Ilustración, maquetación y diseño gráfico© 2isone design 2011www.2isone.net2isone.wordpress.com
La soledad del caracol7 El año que jugué a ser yo
19 La soledad del caracol
41 Réquiem para un soñador
59 Canción triste de Montessori Street
El año que jugué a ser yo
La soledad del caracol
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Campaña navideña
Estalla la guerra y Elvis sigue cantandoA las proezas de la vida.
El amor enmascarado, la nieve derretidaE incomodas melodías en casa del comediante.
Los libros los escriben el dolor y la calma,La pasión, la destreza y el imperecedero ánimo.
La batalla la gana el bando que no pierdeEn el juego del fuego a diestro y siniestro.
A bocajarro en la faz de la muerte:El blanco sobre el blanco,El negro sobre el negro,
Son los objetivos ilustrados.
Mentes agitadas por gritos de becerro,De cabra y de cabrón,
De pisito en línea de playa,Y por el falso achuchón.
El año que jugué a ser yo
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Campaña navideña II
Dimes y diretes, dime: ¿quién tiene la razón?Diretes, diabetes y un pozo sin fondo
En el que cae una gota que lo desborda,El colmo familiar en la comida de Navidad.
Cuchillos poco afilados para lenguas inquietas,Viles, viperinas, que no conocen el perdón,
Es tiempo de pavo asado, de recuerdos olvidadosQue salen a la palestra a recitar la lección.
Bolas, adornos, abetos que intentan disimularUn canto a la libertadMás tarde que pronto,Más pronto que nunca.
El buceador encuentra un barco hundidoMientras es atacado por un tiburón
Que ansía el crudo bocadoEl día de Año Nuevo.
La soledad del caracol
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El arte del esconditeRecuerda, debes mantener tu nombre oculto
El anonimato nos salvará cuando rueden cabezasY los dedos acusadores rocen la indiferencia
De nuestra sórdida impasibilidad.
Éramos jóvenes cognoscentes de nuestro pecadoLlamábamos a puertas esperando una respuesta,
La solución a todas nuestras plegariasEn forma de sermón o de ajuste de cuentas.
No olvido tu sonrisa, pícara e inocenteA la vez que morbosa, hiriente y maliciosa
Y la carcajada que emanaba de tu almaMientras corrías sin mirar con una cinta en la mano.
El secreto será la salvación, quizásEl definitivo perdón
Por las balas disparadasEn fuego amigo.
Dejemos que sea el tiempo el que nos olvideMezclando nuestros rostros con la ropa fuera de moda,Perdiendo nuestros versos en escondites perecederos
Y removiendo la tierra hasta que se haga cemento.
El año que jugué a ser yo
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Tan bien, también
Todo va tan bien que solamente podemos perder,Si el viento nos ayuda dejaremos de correr
Y cambiaremos la dirección de nuestros pasosHacia dónde nos guíe.
Todo tan sumamente bien que sólo podemos caerAyudándonos del vértigo para gritarle al cielo
Que la velocidad de nuestros cuerposElegirá otra dimensión.
Todo tan bien que el tropiezo nos alcanzaPara ver de cerca el suelo y aprender de las hormigas
Y levantar diez veces nuestro pesoCuando hagamos el amor.
La soledad del caracol
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“La soledad es algo bello”- dijiste con un tono de voz ambiguo.
La soledad de una cerilla,De una página garabateada,
De un cenicero vacíoDe una vida repleta.
La de Garcés esperandoEl final en su montaña,
La del viento que derrota Al indefenso caminante.
La de mi cuerpo inerteAbrazando una almohada
Cuando abandonas el lechoA traición y en silencio.
Nunca huí solo,Lo hice siempre de tu mano,
Soledad.
El año que jugué a ser yo
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La noche de los pecadores
El cigarrillo se consume sin que el labio lo libereEntre gemidos doblados y dudas colectivas.
El joven, insomne y malhumorado asiente para sí mismoY justo en la cima, una lágrima se suicida desde su mejilla.
Dirección: labio inferior.“No ha sido un buen día, ni para ti ni para mí”
El consuelo se refleja en un fuerte abrazo Capaz de quebrantar costillas y doblar cimientos.
En otro tiempo la frialdad les consumíaPero aprendieron que el contacto es necesario
Para sobrevivir sanos y salvosEn todos los frentes de batalla.
La soledad del caracol
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“Asterisco” no fue un sueño
¿Cómo pretendes ocultar el cansancio que se refleja en tu voz?Una pregunta y no ésta, una de esas que derrocan reinos,
De las que apuntan a la cabeza y no fallan,De las que prenden la mecha que sólo se apaga al estallar.
Por suerte, después de dos semanas guardamos la pregunta bien fondo,Dentro del armario,
Tiramos la llave al río.A cal y canto.
El año que jugué a ser yo
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Encerrado en mi cuerpo
Un año entero gritando a las paredesEs mucho tiempo, quizás demasiado
Para que los juegos de manosNo formen parte de algo extraordinario.
Un día y otro y otro,La misma manera de volatilizar la infancia,
Todos de acuerdo. Stop.Cruje y quiebra este escalón.Y sigues la pista del fanáticoQue con voz de megáfonoY movimientos estridentes
Mueve al populacho hacia la muerte.Sin embargo, fue un año para el recuerdo,
De esos llenos de fotografías posadasY reposadas
Que como el buen vinoDejan una grata resaca.
La soledad del caracol
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Demo-falacia
La mesa está puesta y la comida servida,Hoy devoraremos al pueblo(Aunque resulte repetitivo)Y de postre, juicio popular,El más fresco del mercado.
Firmado: La Voluntad del Pueblo.
El año que jugué a ser yo
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Una noche de San Fermín
El día sin día devora a la noche.El roce, que apenas te conoce, huye
Dejando constancia con un grito del desplanteSufrido cuando tu cuerpo todavía dormido
Abandona mi morada.Y eso jode.
La soledad del caracol
La soledad del caracol
20
Con máscara en día laboral
Con disfraz y sin carnavalRezan los santos que pierden aceite
Sal, azufre y alquitránEn la locura del desenfreno.
En las vísperas del evangelio,En los tiempos de la morralla,
Bestia parda acelerada con máscaraDe cera quebrada y ceniza en el portal.
Días de vino y floresAzules marchitas, blancas sinceras
Estropeadas por el otoñoCon dientes de muerte y olvido.
La fiesta da paso al dolorA la limpieza y a la resaca
A las tumbonas, hamacas y al SolReflejado en una mueca de disgusto.
El día siguiente parece el anteriorUna copia barata de una imitación
Que sucede por suceder sin orden, ni concienciaEn otro maldito amanecer.
Cierra la persiana, abre la puertaEl motel esta vacío de llantos
De risas, de gritos y de suelo enmoquetadoEn otra época morían los reyes.
La soledad del caracol
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La soledad del caracol
El día en que el difunto se sintió importanteUna luz revoloteó molestando al silencio
Como un alma en condenaQue se pierde por el recinto de las palabras nunca emitidas.
Una radio se confundeNo difunde, no profundizaUn actor que nunca actúo
Firma autógrafos a las multitudes.
Con el puño alzado a favor de la sabiduría,Del amor y de la inconsciente soledad
Y sonríes cuando me equivocoY eres tú la que rectifica.
A tientas, con las manos vendadasY los ojos tullidos
Buscas en la inmundicia de mi corazónLa pólvora para la explosión definitiva.
La viuda recibe el pésame de un desconocidoElegante, abstracto y con vísceras en los bolsillos
Ella asiente, él roza su manoEl asiento vuelve a ocuparse.
El inerte cuerpo se funde en maderasEn su nuevo hogar, en la soledad del caracol
Que en estado de autarquíaBrinda por la consumación de un mundo distinto.
La soledad del caracol
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Distinto y atrozSumergido en el recuerdoEn fotografías apestadasEn sepias y dos colores.
La soledad del caracol
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Extraño en mí
Cerciorarme de que la corduraDormía en mi bolsillo.
Mientras la marea de dunas enloquecía al norteMis piernas suplicaban paz a gritos de bandera.
No dudar ni un segundo en aplicarme la pena capital
Descalzo, sin honra y lo que es peorSin alguna discusión
Que llevarme a la panza.
Saberme dentro de mi sitioConsiderar lo extraño malo
Y lo bueno mejor si es cercanoY lejos, lejos queda el cielo.
Conocer besos, caricias y pielesRecorrer autopistas de placer en sentido contrario
Acercarme a la frontera del dolorProclamándome vencedor antes de la batalla.
La soledad del caracol
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En otros tiempos me llamabas niño
El libro rojo guarda el secreto del niño eterno, Del que quiso crecer antes de tiempo y paró en secoAl descubrir que el vello “público” era orgullo nacionalY con ello la mueca de inocencia se escapó de la red.
Eran tiempos difíciles, como estos, como aquellosEn los que se jugaba a tirarse de cabeza con la mano en el pecho ajeno
Sin que ello supusiera problema alguno para la voz gritonaQue hoy atenta contra lo desmedido y lo inmoral.
El día a día era correr, llegar a casa e imaginarUna mano curiosa adentrándose en la jungla
Tocando lo intocable, lo innombrable y el pecadoPara llegar al tiempo de descuento entre sollozos y gemidos.
Anhelo aquel día en que supe con certeza que era hombreNo de físico ni de sentimientos, no de batallas ni de saberes,No un hombre hecho y derecho, ni con barba ruda, ni sincero,
Supe que era hombre con la inútil certeza de poder embestir sin piedad.
Las páginas caen caducas a lo largo de la estación y el clima poco cambia, La gente sigue agradeciendo la impertinencia, el desalojo y el “bien, gracias”,
Otros seguimos en pie, a favor y contra el dolor, aplaudiendo al viento y al susurroQue eriza mi pelo y pone mi piel al servicio de la reina.
La soledad del caracol
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El día que te marchaste sin apenas despedirte
Enredado entre las sábanas pidiendo tregua a una noche difícil,Otra más sin victoria.
Un alma se escapa de la cama, silenciosa, lúgubre y piadosa,Enfrenta su mirada con trémula sinceridad,
Su objetivo está rendido, soy yo, desnudo y somnoliento.
La mirada dura un segundo, quizás menos y pronto entona su mea culpa,Marcha al lavabo y despeja las dudas en forma de legaña,La noche había pasado y el hombre lobo ya no le asustaba
Pero llegaba tarde, otra vez más.
La prisa: la presa dentro de sí misma, calculó mal su madurezY mamá esperaba ansiosa la respuesta, niña vuelve a casa, por Navidad.
Caso omiso, el agua sigue corriendo, ella ya come en la cocina,Él sigue arrastrándose con los pies llenos de cemento.
Llega el momento del adiós, nunca definitivo, quizás un hasta luegoPero es el viento el que apaga el fuego, el maldito cierzo en forma humana,
Un cuerpo de mujer que bate sus alas, que vuela lejos de su hogar,Fueron tres días no menos los que pendí de ti mientras soltabas cuerda.
La soledad del caracol
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El lujo inglés
En Argyle Street nadie nos preguntó la horaY una suave capa de rocío nos soplaba en la cara
Con cientos de adoquines ingleses de alfombraNos decíamos a los ojos palabras de bíblicas dimensiones.
Los músicos pakistaníes siempre fueron amablesCreando sostenidos, aguantando en el alambre
De las vías de un metroQue apestaba a Very strange, gentleman.
En Argyle Street sobraba cualquier idiomaQue tuviera cabida en el planetaLleno de panzas y avechuchos
Que no se detienen en el instante.
Las farolas dejaban ver un paisaje endemoniadoLleno de damas de acero y vertiginosos perros mutantes,
De siluetas peligrosas subiendo escaleras,Y una ventana entreabierta al mundo.
En Argyle Street nos dejamos la vida intentando serLo que en las postales escribíamos
Y luego mandábamos jocosos a nuestros parientesDisimulando el terror por crecer más tarde que el tiempo.
La soledad del caracol
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A paso lento
Tengo en mis oídos cien historias inventadasDe cuando era más joven y el aterrizar se convertía
En un acto sorprendente, digno de aplausos,De vida y de miradas furtivas.
También tengo guardado el recuerdo de tu manoEncerrando a la mía
Mientras guardábamos reposo esperandoA que el hombre-cabra se reincorporase.
Tengo un bastón en el que apoyarmeY diez lágrimas derramadas en una fuente de madera
Y una fotografía que distorsionaLa violencia de tu gesto.
La soledad del caracol
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La platja del Miracle
La memoria, el recuerdo,El pensar en tu lujuriaDibujando una historia
Son las cuatro cosas que me hacen seguir.
Pensando en no pensarSintiendo que el calendario se marchita
Y que cada paso que dasDebilita nuestro cuento de hadas.
Llegas tardeMe dices con tartamudeo en la boca
Con flores en el bolsilloY con la tensión de mil agujas
En las manos de una costurera pasada de vueltas.
Aconsejas que sigamosQue disfrutemos algún tiempo másQue sigamos jugando al escondite
Allá a lo lejos,En el bosque.
Pero ya nada me entusiasmaNi siquiera la belleza de tu juventud
O las palabras que quedan por decir,Ni los relatos de Viernes noche
Ni la caricia de tu alma.
El juez decidirá nuestro asuntoMiento si digo lo que no siento
Lo que no quieroY lo que me regalan tus promesas.
La soledad del caracol
29
Será cuestión de seguir adelanteCon la frente pensante en la caída
Que de no tan niño sufríEn aquel balcón de Tarragona.
La soledad del caracol
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She’s so…
Ella nunca me dijo que le tratara con cuidadoNunca hizo falta, ni siquiera acertarlo
Pues uno no es animal de jauríaMás bien de rebaño.
Perdonad si olvidé la palabra perdónO quizás fuera su definición
Lo que quise dejar atrásEl día de su llamada.
“No creo que le preocupara En algún momento la pérdida
De unos cuantos versos”-dije, en realidad eran bocetos.
En los sueños se quedaba a oscurasEscondida en cuevas,
Rodeada de arbustos negrosY de largos y fríos otoños.
Ella nunca me dijo dónde estabaY me costó mil años encontrarla
Pero dí con ella en el lugarEn el que aprendí a quererla.
La soledad del caracol
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Execution
Todas las cosas bellas que recuerdoReposan entre maderas
Que el aprendiz de verdugo apilaPara que se consuman en la gran hoguera.
Sin piedad ni remordimiento algunoLanza con desprecio la cerilla de Prometeo
Que causa el furor en los gritosDe cien brujas que se evaporan.
Y es cuando el fuego alcanza su máxima alturaEl momento en que recuerdo
Una fotografía de nosotros dosQue escondí acertadamente en el fondo del armario.
Después de todo ni el fuegoNi mil y una vidas juntos
Desgastarán ese momentoY eso me hace feliz.
La soledad del caracol
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Solitarios solidarios
No tenía sueño / y el agua de la ducha salía caliente /Volví a enjabonar mi enjuto cuerpo / repasando con destreza cada límite de mi ser /Descubrí que el placer era minúsculo y comenzó a llover / lágrimas de oro y plata /
Que con el contacto con mi piel / la pintaban de locura /Desprecié aquel baño de masas / de cantos de sirena y rostros desaliñados /
Comprendí que su imperfección es la mía / que nuestros egos nunca se abrazarán /Luego negué tu invitación / no una, ni dos si no tres veces /
Haciendo de rogar mi presencia / queriendo dotar al discurso de mi ausencia /Intimidando al presente con desarmes exagerados /
Con golpe de remo en las manos / y ajustes de otros tiempos con cinturón de cuero /Hice caso omiso cuando me dijeron / que la Tierra era demasiado grande /
Y que nunca se encuentra lo necesario.
La soledad del caracol
33
Y ahora sólo escribo para ella
Recuerdo constantemente el día en el que me preguntaste:¿Estás escribiendo para mí?
Tu voz sonaba segura y fiel, palabras de sedaMordías la telaraña que no quiere dejarte escapar.
No – negué con firmeza, como el que da el paso definitivoAl borde del abismo y salta al vacío.
Escribo para mí – y mi boca repentinamenteSe convirtió en un nido de vulgarismos recién nacidos.
Aquel día aprendí que la contención es necesariaPara evitar cualquier final paralelo al del cuento de hadas.
El hielo de tu mirada congeló cualquier imagenQue en ese dichoso momento se pasara por mi cabeza.
Sentado, inerte en la madera que de niño queméComprobé que algo había cambiado
Yo no soy el que fui cuando vine,Ahora paso los días observando historias imposibles.
La soledad del caracol
34
Planeta Finito
La vida de uno no cabe en un versoSolitario, combatiente.
Pongamos el límite alrededor del océanoPorque lo finito acompañado siempre es más bello.
La soledad del caracol
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La noche en la que te dejé de amar
La noche en la que te dejé de amarPasó de largo en el calendario,Se difuminó en grises númerosTachados con difunto carmín.
Elegí el momento, cuando eras perfecta,Para descender con la avidez propia del suicida
Y dislocarme el cuello contra el suelo.Antes de retratar mi frustración por tenerte
Firmé mil cartas al mismo destinatarioQuien sin duda conocía la respuesta
A cualquier problema planteado.De rodillas suplicante a la luz del día
Disintiendo del drama, de la lluviaY del ángel justiciero
Y de todo lo que oliera a cemento.A día de hoy puedo decir que no lo conseguí,Que quebré mis rodillas con el fin de fracasar,
Que corté mis brazos para perderY hacer con ello que tu recuerdo aun arda en mi pecho.
La soledad del caracol
36
Diez minutos
11:32 y sigo pensando en ti.Dentro de diez minutos arriesgaré,
Lanzaré la pluma con fuerza hacia el sueloE intentaré escribir algún verso dañino.
11:42 y sigo pensando en ti.
El año que jugué a ser yo
37
Elemental
Son sóloLos ojos
Con fondoLos que dicen la verdad.
La soledad del caracol
38
Cosas de la Revolución
“Operación de genitales, doctor”Hace mucho que consiento a mi cabeza delegar
Y el Sur se hace más fuerte,Temo por las colinas de Dallas
Y por mi paz,Por mi hamaca y por la sangre
Que forma las barras de mi bandera.“Guillotina para todos, Messier Verdugo”
Que pasa el tiempo y seguimos robando manzanasViendo el fin tan lejanoEn esta vuelta de más.
Y no es que resuma los graves hechosQue acompañan a esta mirada al firmamento,
Es que desoigo consejos ajenosA los del gran Chamán
Que dentro de su peculiar sentido del humorDotó a la “Gran Pelota” de mosquitos
Y de otros cualesquiera que siempre molestanA la perenne figura de este servidor:
Mi persona,Siempre atenta a luces y cruces.
La soledad del caracol
39
Mañana-tarde-noche-madrugada
¿Qué hora es?Es hora de empezar de nuevo.
Réquiem para un soñador
La soledad del caracol
42
El hombre que no tenía nada que contar
Y el hombre que no tenía nada que contarAbrió la boca y la enfiló hacia el resto de la humanidad
Que impaciente se revolvía en sus butacasEsperando la noticia del siglo.
El hombre que no tenía nada que contarDejó caer su verso arrastrado y moribundo,
Espeso, insípido y poco lustrosoPara que la población mundial le devorara a aplausos.
El hombre que no tenía nada que contarRestó importancia al suceso acontecido esbozando una sonrisa
De medio lado, de sabiduría plenaPues estaba como al empezar pero con alzas en sus suelas.
El hombre que no tenía nada que contarFue nombrado presidente del Universo y persona non grata en el mismo día,
El tiempo corre deprisa y es viejo boxeadorQue esquiva los golpes, inmóvil mientras el planeta gira.
Réquiem para un soñador
43
Se ha escrito un crimen
En la tercera planta del edificio de enfrente se está cociendo algo,Miles de pasos difuminan la alfombra creando un halo de tozudez,
Y los mocasines deslumbrantes bailan al son de la músicaY el fado se consume entre bocas de fresa, cigarros urgentes y gestos sin tacto.
Una ventana iluminada, la luna pendiente de la nocturna alevosía del anfitrión,Un disfraz decolorado, una copa rota y un brazo torcido, quizás a medio torcer
Cien siluetas en un cuadro de Picasso, corren a un paso endemoniado hacia el salónEl cadáver yace en la moqueta: Buenas tardes caballero, me presento, soy usted.
Y piensan que fue un homicidio premeditado a la luz de las infames velas,Piensan que existe ella, que no es locura ni devoción, que es real como su frialdad
Y descubren el arma en la mesita de noche del cuarto de invitadosY esbozan una sonrisa de complicidad al oír sus nombres mencionados.
Deberíamos estar en otro lugar, en otro momento.Es el muchacho del segundo el que da el primer paso de culpabilidad, se alza
Cae, se retuerce y suelta una carcajada siniestra.Cantando un sonado tango emprende su larga huída al infierno.
La soledad del caracol
44
Jahzeè
¿Quieres que deje de lado al chico?Insensato, ordena lo contrario
Mis brazos le adoran y pretendenLlevárselo del cemento.
Que el carmín no es un buen colorPara el rostro de un niño
Y menos para el dorado adquiridoPor el sol de las dunas.
Ten en cuenta mi capacidadDe tolerar la inoportuna huella en la nieve virgen
Dentro de poco seremos menosDe los que cuenta el telediario.
Estaremos vencidos, de rodillasViolados, desmembrados y nuestros ojos
Manjares para cuervos,La fotografía ganadora del Pullitzer.
Entonces avista un sendero libre de pecado,De minas y de hombres con cascoYo cogeré al chico con mis brazos
Antes de que estos se pierdan en el desierto.
Los aullidos no me dejan escucharEl ruido de la guerra
Y es entonces cuando caigo en la cuentaDe que el niño me dispara con mirada de inocencia.
Y caigo.
Réquiem para un soñador
45
Un mal sueño
Con el temor del cirujanoEmprendió el viaje al centro de la Tierra,
Compañeros: una plaga de lombrices,Un ataúd y un mechero sin gas.
Ni Verne habría descrito la escena,Un Sol apagado nos daba la bienvenida
A un pasaje virgen y sin oportunidadDe saltar a la fama.
Queríamos rozar el núcleo, quizás cogerlo a la argentinaPero no hallamos ni la forma ni la solución
De cumplir nuestro pecadoA los ojos del buen dios.
Una chica voceó al final de la barraY nos lanzó el tequila a los ojos,
El dueño del burdel reíaEn un idioma extranjero a mis oídos.
Me hundí en el charco con el ataúd,Las lombrices se reunieron cantando mi último adiós,
Un adiós de radio,Un adiós de bolsillo.
La soledad del caracol
46
La parada del 23
Un cigarro se evapora en el asfaltoMientras dos madres discuten por la custodia de sus hijos.
El autobús se aleja sin haber paradoEn la estación más solitaria de la ciudad.
El clima es cálido, muy apaciblePero por dentro siento el frío
De una sociedad creadaPara provocar el vómito general.
Otro autobús que no paraEsta lleno de carne humana que no respira
Ni despierta ni dormidaNi viva ni muerta.
Una luz intermitenteUn reloj que marca las nueve
Llego tarde y esta vez no seré yoEl que se disculpe ante nadie.
Réquiem para un soñador
47
Las horas muertas
¿Seguir la línea desprevenidos de cualquier atentado pasional?¿Dónde se guardan las horas que perdemos cada año?
¿Y dónde las que ganamos soñando?La cuestión es privilegio del que recuerda sus sueños
Del que habla y otorgaAl que escucha bien atento.
La soledad del caracol
48
Tormenta y calma
Una mente obtusa y perenne quiere guerrearPero el oponente hace honor a su nombre y se opone
A la lucha sin cuartel, a la siniestra diestra,Prefiere un libro, un gesto, una palabra.
Uno cede una, dos y tres veces hasta que emprende el ataqueQue el oponente esquiva con destreza al elegir otra veda.El arrodillarse por una inexistente causa no está de moda
En las páginas en blanco que devora la pluma.
El combate es nulo pero el mordaz siente que pierdeY pega un último e irrisorio coletazo.
Freud le traiciona y queda en ridículo frente al populacho.El bochorno, y no el del tiempo, le hace masticar más fuerte.
Y no ve que el reloj se ha consumido a su pasoY sigue con la lucha a muerte
Como un cruzado en el siglo veinte,Como un mudo gritando a su virtud.
Réquiem para un soñador
49
¿Tú también hijo mío?
No contaban contigo los que se encargaban de organizar el Mundo,Vaselina, hemorroides y un Gran Capital
Para terminar con los huesos roídosEn la cola del paro.
Pasos, caminar lento y retraído,Números olvidados
Y un espectáculo que comienza con un fundido en negroQue agota a los videntes de necias palabras y peores parrafadas.
“Antes era mejor” y un vago recuerdoDe un ayer igual de podrido,
Igual de demencial, igual hasta la saciedad,Ella también lo ve en sus ojos.
Un Rioja encima de una mesa de camping,Chuletas de rastro sin sal
Comestibles de nombres inventadosY un Buffett de abogados, por si acaso.
La soledad del caracol
50
El abrazo roto
El anciano abraza al vacío en una fotografía quebrada,La muestra del dolor más grande infringido,
El reflejo de un momento sin retorno,El de la pelea de gallos, el de la tragedia familiar.
¿Dónde reside tu otra mitad?
Réquiem para un soñador
51
La fábula de la mula y la luna
La voz de Warren me hablaPero su lenguaje resulta incomprensible,
Tendré que aprender Braile para el día que fallen mis ojosY sean mis manos las que tengan que perfilar tu cuerpo.
Por su gesto y su forma de dialogarWarren sugiere que me olvide de todo lo aprendido
Que vuelva a la casilla de salidaSin obtener el ansiado premio.
Y si en un principio me sentí un poco molesto,Ahora mi admiración por Warren es plena
Pues en nocturnidades con alevosía y premeditaciónÉl sigue guardando mis espaldas.
Agradecido pues, una vez más, por sus palabrasQue pese a perderse en laberintos de ignorancia
Siempre evitan con suma inteligenciaAl Minotauro de la precocidad.
La soledad del caracol
52
Pasatiempos
Uno, dos, tres, cuatro…“Tendré que inventar otro modo de limitar el tiempo que paso en la ventana gritando”
Dos, cinco, tres, veinte…“Son ya varias las noches sin dormir y dos las ventanas que quebré con mi lamento”
Réquiem para un soñador
53
London’s sky
Asumo la responsabilidad y juego a soñarCon el edificio de Avery Road,
Con nuestros hijos presumidos y repelentes,Con el cielo de la ciudad esperando el momento exacto
Para cavar nuestras tumbas.Veo tu apuesta y subo
Por las escaleras del viejo CamdenQue oxidado en mil colores
Transforma la mirada del presoEn libertad y arrepentimiento.
La soledad del caracol
54
Sólo para locos
El loco habla, el cuerdo dicta.El preso llora,
El verdugo también (Porque conserva la libertad y no lo sabe).
El rifle silba,Las manos palidecen.
El reloj gotea, El anciano también.
El niño pega un estirónMientras el payaso hace reír
(Siempre bajo la pintura).El que sabe lo que tiene ríe,
El que no también(Por no poder perderlo).
El gato araña Y la alfombra respira tras ser golpeada.
El viento arrastra,La brisa acaricia.
El dedo niegaMientras la voz tiembla.
Tú me deseas,Yo hablo.
Réquiem para un soñador
55
En Vela
Ni Galas ni tormentosPara una noche en que los clicks del interruptor
Se convierten en la única banda sonora.Ni damas ni lucientes rostros
En la eternidad de la luna que hiereA almohadas rebeldes.
Ni un solo verano digno de tu admiración,Perdida hace mucho tiempo,Antes incluso de conocerte.
Ni tan siquiera el amargante sonido del ventiladorQue pendiendo del techo alerta al sueño
Que huye desesperado hacia otra ventana.Ni la cama más cómoda, ni el mayor de los cansanciosPromueven la victoria de Venus en el Reino del Letargo
Y eso que todavía es lunes.
La soledad del caracol
56
Poema sobre la estupidez
Es virtud del cazador mantener tensa la espera,Desechar falsas señales y cubrirse cuando llueve.
La presa, en cambio, pertenece al mercado de los vivos,Tenaces caprichos del destino, que en un visto y no visto
Hacen ¡Chas! Y desaparecen.En medio siempre el río, como el jueves,
Como el juez que no ves y pita el penalti en el descuentoProvocando el descontento
Y el ajusticiamiento del más débil.Contexto, la jungla de asfalto, de palmeras y monedas,
De bolsillos llenos tras un año de estupidez vendidaAl por mayor y todos contentos,
Hasta que aparezca el próximo trovadorQue tergiverse los versos creando esperanza
Por un cambio a mejor.
Réquiem para un soñador
57
Ramón
“Si eres hombre, apunta y dispara” detrás de esa frase escondía una sonrisa de triunfo,
de felicidad por la victoria del mito. Se excusó tras términos varoniles
y terminó de rodillas, con los ojos abiertos pero sin vida, ni negocio.
El hombre de la boina, de la mirada penetrante del fusil cabizbajo y de la conciencia tranquila,
se marchó hace tiempo en busca de cualquier otro sitio en el que quisieran revolución y lo hizo sin mirar atrás,
ávido de leyenda, ansioso de cambio.
El arma volvió al cinto, temblorosa e inútil, las botas siguieron la senda que aplastaba la hierba,
el soldado escupió a un lado y rumió la planta de coca, el amor se regocijó en su pleno poder.
“Es tiempo para el amor”.
Canción triste de Montessori Street
La soledad del caracol
60
Contratemos a Will Hays
Empiezo a mirar al MundoCon ojos conspiratorios,
De esos que hacen fotos desenfocadasPara distorsionar la reali(mal)dad.
Es esto y no lo otro, Lo que interesa al desnudo magnate
Que baña sus brazos en salsaMientras eructa un par de disculpas.
Aceptadas, por el otro lado,Que con un muelle por cuello
Solamente afirma al dueñoY da las gracias por nada.
El eterno conflicto de Edipo el ModernoQue tras una noche en KievDecidió prostituir a su madre
Subiendo el valor de medio Wall Street.
“Nos quejamos porque queremos”Rezaba un niño después del sesentiocho,
La revolución sienta bien en las bocasDe melenudos con acné ideológico.
Canción triste de Montessori Street
61
Breve relato D2
No me digas que no te diga lo que siento,Si las palabras las quiebra el viento
Seguiré con mi lamentoClamando al cielo
Mi deseo,Mi deseo de lo nuestro.
La soledad del caracol
62
Nana
Sueña con párpados de ceraQue se derriten con mi aliento
Cada vez que te beso.
Vive con máscara de arenaQue descubra tu belleza
Cuando apenas sople el Cierzo.
Ríe con dientes afiladosComo los que lloré
Cuando fuiste sincero.
Mata con espada de maderaQue se astille al meterseEn el fondo de mi pecho.
Canción triste de Montessori Street
63
Aquí no hay quien viva
Y Dios en el cielo que lo vea, se deslice por su liana autoritaria
y represente bien su papel, que de dictadores y políticos complacidos
ya hemos sobrepasado el cupo.
La soledad del caracol
64
La Calle del Mercado
En la calle del mercado sigue oliendo a azufre,A arrabal enmohecido entre cajones de fruta,El rey Melón bien sabe que algún maleante
Siempre anda al acecho, En busca de pienso y lecho
En bolsillos de clientes.Sin dientes, así se presenta Eulalia, la vecina de Jacinto,
En su puesto: flores y vino tinto, Que las penas ahogadas y remojadas en sangre santa
Se ven más bonitas desde la ventana.Precios y gritos bien recios,
Como los de Alfonso el pescatero,Con cuchillo en mano y cabeza volando,
Con delantal teñido de escamas y espinasY con risa bonachona como la del infante bastardo.
Se sonroja, que no enoja, Florinda la hermosa,Que cede una sonrisa eterna ante los piropos del Gitano Lumbreras.
Juan de Dios de nombre y de Todos los Santos el protegido,Que con cante jondo y juego de muñecas
Alardea de que su sangre es la misma que la de Camarón,El Vaquilla y la Faraona,
Tres en uno en el puesto de la ropa.En la calle del mercado sigue oliendo a azufre,
A arrabal enmohecido entre gentes de alta nobleza.
Canción triste de Montessori Street
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Doctor Mabuse en albornoz
Que únicamente sea necesaria una palabraPara que sea el centro de tu atención,
Para que tus ojos me regalen la devociónNecesaria para ensordecer mi alma.
Que la locura que ahora nos uneSea la misma que nos separe
El día que sean los maresLos mil brazos que nunca tuve.
Que sean los pasos solidarios,Los caballos, un regalo infantil,
La mirada del niño, un jarro frágilY tú, formidable siempre, la causa de mi desmayo.
La soledad del caracol
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Vómito
Nuevos rotos, viejos anhelos,Mismo cordero degollado, la herida se reabre,
El cambio de pilas, el quiebro de cintura.La peseta devuelta y el cambio a euros,
Leche agria de postre.
Canción triste de Montessori Street
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La Celda
Me juzgaron por los pecados que no cometíY los que en cambio ejecuté quedaron sepultados
Bajo los escombros de las mentirasDe un diestro jugador.
Pero aquí me hallo, Dentro de un cubo de obligaciones,
De palabras vacías Y de diálogos de besugos.Por tonto, burro y amante,
Por adorar tu religión.Y el castigo moral es el peor,
Ante unos azotes de edad incomprendida,Una buena risa enlatada,
Que el público siempre está de mi parte.Vestuario juvenil con rayas tatuadas,
Una bola de acero derrumba los sueñosY un futuro que, sonrojado por los circunstancias,
Me muestra su dedo corazónGritándome: “Fuck You”.
La soledad del caracol
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Dios TV
Dios te veEn su televisor de cien pulgadas
Mientras espera que muerasComiendo palomitas dulces,
Coloreadas y calientes.Dios te ve
Desde su cómodo sofá de terciopeloMientras espera a Alá
Quien por cierto llega tardeDe nuevo.
Canción triste de Montessori Street
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1X2
Si él lo consigueEl que pierde soy yo,
Si él no ganaSiembra la dudaY vuelvo a caer.
El empate me crucifica,Como buena equis que es,Ante su vista complacida.
Si apuesta a caballo segundónQuedará excusada
De un nuevo tropiezo.Si ella me elige a mí…
La soledad del caracol
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Máximas del día
Un cante de Enrique MorenteVale más que todos los abrazos existentes
Si es escuchado con el corazónPalpitando en una mano.
Una lágrima sincera desborda cualquier presaSabiendo que las sábanas tendidas
Se masturban con los días de cierzo.Un desgarrador alarido de vida rota
Duele más que mil traiciones de JudasY más que diez puñales de Bruto.
Por todo esto decía el poetaQue estamos aquí para contar lo que sufrimos.
Y bien que decía.
Canción triste de Montessori Street
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Poesía contemporánea
Ahora bajamos con la promesa del cielo,Con la palabra equilibrada
De una democracia de papel cuché.Ahora decimos digo Don Diego
Mientras otros mueren a centenaresCon trescientos sesenta y cinco once emes al año.
Ahora como pan y me dices listo,La mano rápida engaña al insulto
Y un carro de compra choca contra la Bolsa de Berlín.Cantamos: Europa somos todos,
Hasta los americanos segurosDe un presente venido a más,Hijos de África y de Bukowsky.
Ahora dejaremos a nuestros nietosUn mundo un poquito peor.
La soledad del caracol
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Love Song
Se sorprende tarareando una canción de amor,Si yo no soy de esos
“Love me tender, love me sweet”.Lo siguiente será apreciar el olor de la mañana
De un domingo y escribirloEn papel reciclado.
“Love is Only a feeling”.Quizás torne un gesto serio
En una estúpida y coloreada sonrisaMientras silba
“Here comes the sun”.Mañana llenará el vaso hasta rebosar,
Hasta que la voz más dulce purifique su guerra interna.“I’m afraid to love you”.
Todo estará bien pues lo peor pasóAl no conocernos
Y sólo el diablo llamado AlzheimerTe arrebatará el abrazo matutino.
“You know I love you”.Y al cruzar cada paso de cebra
Para su cántico, se atusa el peloY se convence de que es una persona mejor.
“Yes, I love you”.
Canción triste de Montessori Street
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Moraleja II
Lo bueno de todo estoEs que las palabras son gratis
Y si te las regaloNo pierdo nada.Si me las guardo
En el cajón del vacíoSería acusado y juzgado
De ladrón y asesino,De egoísta y pendenciero.Por eso malgasto la tintaDibujando estos versos.
Diego Stabilito (Zaragoza, 1983), creador aragonés, licenciado en Historia por la Universidad de Zaragoza. Publicó en 2009 sus dos primeros poemarios: “XX” y “Desnudos en la Trinchera” (Lulu.com, 2009). Además dió a luz a su primer EP, “Las Pequeñas Cosas” (Autoeditado, 2010). Ahora afronta la triple personalidad, la maldad rutinaria y la inmadurez de las conversaciones en los ascensores a través de “La Soledad del Caracol”, su tercer poemario publicado única y exclusivamente en la web.
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