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1/30
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~ Acaso sea un punto de partida válido, en tanto
~ - ~ d4.: ~~p. ~ .::~~
psicoanalista que trabaja con nifios
y
adolescentes, si-
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~arse frente aI corpus de Ia teoria como un pegueíío
â , ' - ~ . ~ . ~ ~ . . . 0 . . • .
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r,~ inf~s sobre el c~e;;o materno~ extrayendo de alli los
_ ~ ~ 4> ~ ~ ~ ~ mo10 he h~~oestos ~os
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\J.J -- ..L- :,., '. .
frente a Ios alumnos, quenendo transmítír $1 reçornq,o
,t:Q..~ >L. ~ti..ert\li.. I'; ~-no libre de vícísítudes, marchas y contramar-
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~ Q.1.1ietCQ,.ll::iL ~ ~ Q -t....A... -L ~Q~ Q)..~_
f : ; ' . : ,
cha.s-:-_mehim idO'indicando 10s pacientes, 'las referen:.
cr~ ~ ) \ . . ~ ~ J ; ; .
_testeóricos que he podidQ bacer jug§[
y mis propias
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co~ dU.. ~ ~ ~ , . ) .' :... _ reflexiones sobre este modo peculiar de Ia clínj
~ ~ ~ ~ ~ ,
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bios operados en el seno deI psicoanálisis a partir de Ia
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La transferencia como garabato ~.
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Apuntes generales
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15
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2/30
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si mísma, no puede ser pensada aisladamente, no pode-
mos concebir Ia función materna si ésta nuestã sOllQl:
tada en la lunêión paterõ.i;:IJti~~Inareisism
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, debe serle devueIto transformado en significante por Ia
J
función materna. Si en lugar de realizar esta transfoE-
. J . maclóI) qe 10 .Real en significante Ia madre responde ai
sIgno con otro signo, se empieza a Obturar aTIt . .
. y ' y R. Lêfõrr,
lõ
iãPõSThlIíããêld~ón en 10 ~Lmbóli-
~ eo.
ffabrlt..s~
reSlli>~d~~~~ el cuerpo
y
con el actin~.
I~
Asi, en el caso Nadia, poClnàmos pensar Ia anorexia
. '~ de Ia nifía como primer intento de transformar, a través
, ' Y
~íntoma deI rechazo
al
alimento, ese Real en sígnífí.
-,\: ~ante. De este modo el intercambio de mensajes con el
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en Ia cura psicoanalítica eu d
psicosis. an o se compromete con Ias
AItrozamiento delmund
Apartir de elIa, PÓdríamos
d : C : :
_Sucedeuna unificación.
no en conservar una unidad . ~ue ~I drama se centra
unídad perdida, sino en m p~lllgema, ~ restaurar un~
estuviera unido EI rasa:o an t.nt
er
10
dIsperso como sid' .
c
cons I uye al
tr
Ia, ausente en el campo d I -.... o como ortope-
e a esqUlzofrenia.
mental: el 1actante empieza a estructurarse y sostener-
se en torno al eje oral visual. Por otra parte, cuando Ias
madres alimentan u observan a sus níüos no se limitan
a .mírarlos. eon su sonrisa muestran que Ios ojos no
solo tienen relación con Ia boca, en tanto órgano de
succión, sino que además surgen fonemas, juegos de ac-
titudes, contactos a través de 10postural. Una constela-
ción de canales. En este orden de cosas, otro sentido
(menos recordado por Ios analistas) que Ia función ma-
terna presenta es eI involucrado en el õrgano del labe-
rinto. EI acunamiento es su manifestación más común,
el acunamiento que también unifica. Este aparato, jue-
ga un papel central en Ia íntegracíõn de nuestros senti-
dos, indispensable para el equilíbrio dínámíco de nues-
tro cuerpo, está llevado a desempenar un papel muy
impotrante en 10 que se denomina esquema corporal.
Bástenos recordar que, entre Ias más típicas formas
de angustia temprana y/o de angustia psicótica está
eI caer desintegrándose, caer para síempre (Winni-
cott). Esta vivencia corresponde, especialmente en Ia
segunda, a Ia no inscripción simbólica deI laberinto, y
produce otros síntomas conocidos: falta de equilibrio,
Ia oscilación al camínar como si se tratara de pacientes
eon patologia orgânica cerebral, el .rockmç pensable
como una actividad restitutiva truncada dei paciente,
a veces Ia única que sobrevive en el autismo.
EI día de Ia Primera ent .
José, de 18 afios nos di::~~ta el ya menciOnado
hace tiempo que me e
10M
me due~e Ia cabeza,
neo
s
a partir de allí n~ un nervlO en el crá-
a expIotar otra arteria d ~~ paz Abora me va
ploto a cada rato e a rente todo yo ex-
solo un hombre c i ~ ~~Oy un hombre. . soy
cosas raras, cosas distin o, un molde ... Veo
dos desde que me e
1 : : S '
escucho voces y rui-
dos... xPo Ia artería eseucno rui-
Este hombre de vidrio
hechos a Ia ligera en eI d
r'
~cuerda Ios hombres
zos de su cuerpo SOTlJ por s: l~IO e SChrebe~.Los peda-
como sujeto, al estar destrJd r~o, ~a q~e el no existe
que caracteriza Ia asunción dIa a diaIéct~caparte-todo
ser eI punto prímero e rasgo unario. Este ha de
el cuerpo. que eI tratamiento encare: restituir
Siguiendo con eI nüio de
que se amamanta no sól estos momentos, diremos
q~e tiene. Polimorfismo ~ee~ ~I PIan~ oral usa todo 10
oros Y conIosojos Una I actancla. ASIbebe de Ios
constituirse en a ~ c av~de.Ia función materna será
mirada. Ya no P~d:~o~e~a m~rmcaclón pulsiOnaI boca-
fase oral,
10
escópico tienn PSICOanál1sishablar sóIo de
portancia y además eI hec:o~or
10
m~nos I~mísma Irn-
e su artIcuIaClón es funda-
José en su prímera entrevista apenas podía sos-
tenerse en pie, su cuerpo tema una oscilación al
eamínar que recordaba los relojes de péndulo.
Dice: Estoy mareado, casí no puedo camina,r ...
a veces ni puedo quedar parado ... todo me da
vueltas .. .tengo un agujero en Ia cabeza ...
Aquí el agujero denota 10que marcábamos como
no inscripción. A partir de
108
anteriores desarrollos
3
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sostengo (retomando una expresión de Ricardo RoduI-
f?~ que esta f~c~ón que es eI .Yo,adquirida en el trán-
:~re~~:oe~en:cflsIS~O primario, debe pensarse como el
unct n materna, así como ligamos des-
e Freud, Ia constitu~ión deI Super-Yo a Ia funció~ pa-
b
r : .
Para que algUlen.se reconozoa en el espejo, no
I as con c :t
ue
~ despheguen Ias vicisitudes ligadas a
a maduracIón ~lológica, sino que ese alguien debió re-
conocerse preVIamente en el Otro primordial .
espejo, rostro de Ia madre. EI Yo, este hereder~ :=e~
d
s
u
card
gO
,.relevando con el tiempo a Ia madre ~I cuida-
o e sujeto. '
quema, no tienen necesidad de quemarse , me
mira sorprendido y dice
Oial,
no 10 había pen-
sado nunca . Lo que nos habla dei déficit flagran-
te en el campo de· esa función: poco hay que
heredar.
..
< ..
{--
En Ia noción demasiado amplia dei narcisismo, con
el decurso dei trabajo psicoanalítico, constituyó un avan-
ce teórico recortar tiempos lógicos. Tiempos necesarios
ai desenvolvimiento de una estructura que recorren Ias
combinatorias posibles de 10s términos que Ia compo-
nen. Un problema ulterior será determinar como se
montan, y a veces se ocultan, en el tiempo de Ia secuen-
eía, en el tiempo cronológico. Pienso que adoptar esta
artículaeíon interna ai narcísísmo, tiene además Ia ven-
taja de evitar una diferenciación más descriptiva y teó-
ricamente plagada de Inconvenientes, como Ia que dis-
tingue 10pre-especular de 10especular, demasiado de-
pendiente de Ia existencia literal de un espejo. Siguien-
do a Sami-Alidelimitaré:
J?,:;édice: có~o voy a saber qné cara tenta de
mno? ... los chicos no se miran ai espejo los
:::e.j.~~, están muy altos. .. Ios chicos no .~I~an-
.:....
EI paciente está enunciando
~~s níveles dei problema: no sé
= 1
mgenu~ente va-
nino. No habia un O . era rm rostro de
habia un Otro capazt~~
i
ue
f:
C1onar
a
de espejo. No
reconocerme como niiío :;an rme. p~ra que pudiese
e~ este libro desarrollar~m:s =~bm::to de 10 que
tlempo deI narcisismo. La ausenoía dt er y segundo
plementa con Ia siguiente secuencia: ese Otro se com-
José dice:_ voy a tener que nacer de nuevo
ser un nino d '
. apren er todas Ias cosas
~JempJ(): para aprender que algo quema ~~~~
a mano en el fuego y luego saber . EI paciente
estáe hablando de Ia imposibilidad absoluta de
sos nerse en Otr C .
. o. uando le digo' Ios níã
tIenen a sus ad . nos
p res que les ensefian cuando algo
Primer tiempo: El sujeto está en el Otro primor-
dial, es en el Otro. En estos primeros momentos el in-
fans se estructura como una superficie representada
topológicamente por Ia banda de Moebius, con Ia con-
dición de que el Otro primordial esté estructurado como
un Toro. Clinicamente, esto implica que el mudo debe
estructurarse como una continuidad sin fisuras, a fin
de alejarse del riesgo psicótico de despedazamiento cor-
poral, mientras que el adulto es el que debe aceptar ser
agujereado para que el pequefio extraiga de él, los sig-
nificantes necesarios a 8Ucrecimiento. En los funciona-
mientos psicóticos o psicotizantes, vemos que, en cam-
bio. el adulto se mantiene a expensas dei nírio.
4
25
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r
Volviendo ai caso más favorable, emerge como es-
pacio propío dei narcisismo el que Sami-Ali llama de
mctusicnes recíprocas. Espacio que designa Ia lógica in-
consciente más originaria, cuyas transformaciones en-
contraremos tuncíonendo en el interior mismo deI otro
mito que ocupa ai psicoanálisis: el de Edipo Este espa-
cio carente de pares opositivos, .donde si A contiene a
B, npor 10tanto contendrá a A, 10encontramos ejem-
plificado en 10s fantasmas básicos investigados por Me-
lanie Klein donde alguien es devorado por el pecho que
devora .
Mi mamá dice: tenés que decir que 10s libros
te gustan, no podés decir que tos tenés (refirié~-
dose a un regalo), no importa, tos tenés repeti-
dos.
••A veces no sé quíén soy. Qué lío soy como otra
persona.
Analista: Tu mamá te dice 10que hay que decir.
Otra persona habIa en vos.
José: Pero cómo, (,mi mamá otra persona?
Analista: Tu mamá es otra persona.
.Iosédice: Mimamá sabe 10que pienso, estoy por
decír algo y ella se adelauta... sabe todo de
mí ... adivina .
AI espacio de inc1usiones recíprocas podemos verlo
desplegarse, con este paciente, en el nivel de Ia tr~fe-
rencia. Debía elegír con sus padres uno de dos horano~
posibles para una entrevista familiar y Iuego comum-
cãrmeto. No tuve nínguna noticia ai respecto. AI tocar
el tema en sesión me dice:
osé piensa que S11 madre está en su cabeza y ésta
en su madre, no ha podido construir Ia categoria de no
transparencia, indispensable para el desarrollo subje-
tivo. EI es transparente para ella pero veamos de qué
manera esto se promueve desde Ias intervenciones ma-
ternas. Me encontraba manteniendo una conversación
telefónica con eI paciente y de pronto me sorprende Ia
voz de Ia madre en Ia línea, que desde otro aparato enta-
bla, superponíéndose aI hijo, un diálogo conmigo. Obser-
vemos que esto es un teléfono, esto es un aparato cuyo
uso ya supone una simbolización desarrollada en el sen-
tido deI Yojno-Yo. Y Ia intervención materna 10
aplas-
ta como teíérono, 10 convierte en un elemento más del
espacio de inclusiones recíprocas. En 10Real de su pre-
sencia, efectivalnente, Ia madre se coloca dentro de su
cabeza, eu el mísmo lugar dei receptor se localizan ma-
dre-hijo.
lCómo?, lno 10 sabia? ... pero si vamos a ve-
nir el Jueves, ya arreglamos.
Es interesante observar que en este fragmento, el
paciente no comete un olvido. No es dei orden del acto
falUdo 10 que ocurre, sino que él: lcómo? lno 10 sa-
bia? nos va a conducir a que, para el paciente, si élIo
sabe yo 10sé, yo estoy en su cabeza; y .recíproca~ente,
su cabeza está en Ia rnía. Si esto es
asi
en un nível de
Ia transferencia, es porque, desde siempre, su madre,
está en su cabeza y viceversa. Es este espacio el que va
a regir el funcionamiento deI dobIe . Parad6jicamente
el dobIe no está fuera de uno mismo, sino que es lIDO
mísmo y a Ia vez no 10es. Es el dobIe a través del cual
eI paciente se unifica, es soporte identificatorio. EI pa-
ciente a quien nos venimos refiriendo, quíen presenta
6
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una organización delirante en torno a un componente
persecutorio, nos dice:
Siempra Ia misma porquería ... estoy cansado
de que seburIen de mí ... me quieren hacer tram-
pa ... cada vez que yo Ilegaba, V. venía y Ia to-
caba a R. y ella saltaba como un robot, Ia habían
programado para hacerme el mal ...
AI respecto aIgunos autores como Piera Aulagníer
17
marcan el cuidado que se debe tener en Ia administra-
ci6n de psicofármacos, porque si a través de ellos se
elimina el dobIe emergente en Ia organización delirante,
eIpaciente puede quedar tambaleante, sin ningún sopor-
te a través deI cuaI uniticarse y realizar un pasaje sü
acto
psic6tico.
Se establece según Sami-Ali18 una relaci6n imposi-
ble de equivalencia entre el afuera y eI adentro, entre
grande y pequeno, continente y contenido. La generali-
dad de este principio, basta para mostrar, que Ia estruc-
tura deI espacio así obtenida escapa a toda interpreta-
ci6n reduccionista, por eíemnto, en términos que inclu-
yan solo 10 oral, 10 vísuar, ete. Hay muItiplicidad de
materiales donde este orden espacial puede captarse:
10sgrafos de 10s níãos pequenos, sus juegos, como así
también los gratos de Ios pacientes psic6ticos en 10sque
Ia tridimensionalidad está ausente, en fin, todas Ias pro-
ducciones gráficas donde, por ejemplo, figura y fondo
estão en eI mismo plano, donde los cuerpos no tienen
limites que impliquen un afuera.
Segundo tiempo:
EI pequeno infans en este segun-
do momento se empieza a ver
como otro.
Sostenido en
Ios brazos de su madre interrogará su mirada justamen-
8
., .... :.
.~ o-o.~
. : ; .~
.
~.
::
te para saber qué debe ver allí. La mirada de Ia.madre
10autoriza a verse. Incluído en eI cuerpo de alguíen que
a su vez 10sostiene, Ia adhesi6n de 10.Real de ~os.~ue1 -
pos remite al desprendimiento de Ia unagen sígnítícan-
te a distancia. ._
Lo importante en esta segunda fase es que el nmo
tenga al mísmo tiempo a su disposici6n 10 Real y el
cuerpo deI Otro, en los brazos de quien está y aI que
está adosado y Ia imagen de ese cuerpo del Otro en el
espejo ai mismo tiempo que Iasuya . Para los ~fort esta
segunda fase ha de ser representada topolõgícamente
por dos cintas de Moebius ya que, ~e~cuerpo Real a su
imagen, hay continuidad y no oposícíõn.
Tercer tiempo:
Antecedentes de este ter~er tiem-
po los encontramos en Spitz
19
quien fue el pnme~o en
ponerle nombre aI hecho de que el nífio se angustie ~n
presencia deI extraiío,
10
que explícará por Ia. a~senc18
materna. Emergencia de
ançustia
que caracterízõ como
deI
octavo mes,
en tanto Freud había hablado de esta
situaci6n como aI pasar en
Inhibición, Síntoma
y
An-
gustia
sin delimitarla particularmente. . . .
Sami-Ali apertara a Ia observacíón que hícíera
Spitz una rectificaci6n te6rica esencial: clí~camente. se
puede puntualizar que Ia afirmación de Spítz es válida
solo parcialmente, ya que, aün en Ios brazos de. Ia ma-
dre, ante el extrafío el nífio da muestras de angustia. ~st~
corrección lleva a Sami-Ali a replantearse Ia razón Ul~I-
ma de aquella. No se trata de Ia eventual ausencia
de Ia madre. Ese no es eI punto. Antes bien 10 marc~
eI que se quíebra una premisa fun~a~ental, que presi-
día hasta entonces el acontecer subjetivo, donde no te-
nían cabida Ias oposiciones sujeto/objeto Yojno-Yo,
etc. En este mundo primero, en que todo es madre,_Ia
introducci6n en Ia simbolizaci6n de algo como extrano:
es una verdadera crisis de des-ser en ese proto-ser.
SI
9
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9/30
por 10 menos hay uno que sea extrafio a ella yo tam-
bíén 10 soy, tal es Ia cuenta que el sujeto sac~.
L,
Gustavo tiene 4 anos cuando 10 veo por primera
vez ante Ia inminencia de una nueva operación a
Ia qu.e debe someterse a efectos de corregir una
afec~I6n congéníta en manos (sin-dactilia) y pies
(pohdactIlIa con reduplicación de puígares ). Pa-
de
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'j
fobígeno, por medio dei cual, el nino podía por fin re-
cortarse como un otro, como extraão dei cuerpo ma-
terno.
Es importante puntualizar cómo se vuelve a re-
plantear Ia problemática narcisista en otro nivel: en el
momento de Ia adolescencia, por ejemplo, eI simbolizar
algo como extrafio a Ia madre .y-a Ia familia y a Ia vez,
simbolizarse a sí mismo como algo no familiar va a
constítuír una de Ias cuestiones centrales. En raaón de
ello, una de Ias tareas a llevar a cabo se balla ligada a
desolidarizarse con respecto a Ia unificación de siem-
pre en el espejo que Ia familia ha puesto delante de él.
~n.e~te sentido, es dable observar que se plantean otras
vícisítudes que Ias de Ia infancia y Ias de Ia nifiez.
Debemos remarcar que estos procesos que detalla-
mos, no están referidos meramente a estadios en un
desarrollo lineal. Si bien tienen un irreductibIe desplie-
gue en el eje diacrónico de Ia estructura, quedan íncor-
porados como un funcionamiento permanente, capas
de lava como decía Freud para pensar Ia símultaneí-
dad; en razón de elIo, estas vicisitudes, se reencuentran
en un paciente de cualquier edad.
1 1
1 '1
i i l
i 1
l il
li
I
l il
li,
; I i
* * *
Así como el mito de Narciso viene a procurar una
r~spuesta ai interrogante de
cómo se puede ser alguien,
szendode origen nadie, diremos que el tort /da concurre
a responder ai interrogante de
t
cômo simbolizar la au-
=»:
Es una conquista simbólica, no solo espacial,
sino también temporal. La observación freudiana en
Más allá âe; Principio del Placer 24 sobre el juego del
carretel, no hizo sino cobrar creciente importancia en
el
psícoanãlísís
ai correr dei tiempo. Puntualizaré Ias
características principales destacadas por Freud en re-
lación a este juego.
3
- esta acción parece facilitarle al
nífio,
el soportar sin
angustia o con un margen tolerable de e11a,Ia partida
de Iamadre.
- mediante esta actividad vuelve suyo, algo que en sus
inicios sufrió pasivamente, a 10 cual parece ligarse
en gran medida el plus de goce que tal actividad re-
ditúa ai nifio.
- tiende a predominar el arrojar fuera sobre el atraer
hacia si, 10cual Freud 10asocia a Ia venganza tanta-
seada con respecto a un objeto primario de amor
,abandonante.
- toda Ia secuencia en su conjunto, extrafiamente in-
siste en repetirse, más aUá dei carácter inicialmente
displacentero de Ia vivencia como tal.
- Ia significación de este juego, parece proliferar y
despIazarse, acabando por lIevarse a cabo, aún en
presencia de Ia madre y aún sobre el cuerpo mismo
dei nifio en su imagen especular.
Sería difícil encontrar a posteriori de Freud algún
analista de importancia que no retome, se ocupe y desa-
rrolIe Ia trascendencia del jort /
da
como operación fun-
damental a Ia estructuración simbólica. dei sujeto tem-
prano. Para Jacques Lacan este juego deI carretel marca
Ia primera constiución deI agente de Ia frustración, Ia
madre y pone en evidencia el paso de Ia primera forma
simple de Ia relación madre-hijo a una más compleja.
t:
Qué sucede en efecto cuando Ia madre deja de res-
ponder a Ia solicitación dei deseo, cuando responde a
su arbitrio? EUa pasa a ser Real, se convierte en poder
y en consecuencia el acceso a Ios objetos se modifica:
10s objetos, que hasta ese momento eran pura y sim-
plemente de satisfacción se transforman en dones de
parte de ese poder. En suma, asistimos a una inver-
sión de posiciones. La madre, anteriormente Simbólica
33
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se transforma en Real, y Ios objetos de reales que eran
pasan a ser simbólicos. .. de esta manera se pone en
marcha Ia constitución dei mundo de Ios objetos .26EI
p~to ce?tral ~ara este autor gira en torno a Ia sepa-
r~l?n p.nmordial de Iamadre, vinculada a Ia denegación
ongmarIa, tal como 10propone Hyppolite en el desarro-
110de Ia concepción dei YO.27
A través de esta operación fortjda emerge el pri-
me: espacio fuera dei cuerpo materno para vivir. Ope-
racl~n. que menta Ia muerte simbólica de Ia COsaen
OP.OSICIÓ? Ia destructividad en 10 Real. Es un modo
prImordial de simbolización, donde va a jugar un papel
cen~raI I?,agr~SiVi~ cumpliendo una función de sepa-
racl~n sírnbõlíca (síguíendo a Lacan
y
Winnicott dife-
r~nclamos agresividad de agresíon). Gradas a esta run-
cíõn ~resiva de arrojar fuera va constituyéndose un
espaem desplegado que no es ya el de un espaeío aplas-
tado sobre el cuerpo deI Otro. Ouando un adolescente
empieza a pelearse, a impugnar, empieza también a to-
mar distancia de todo 10 que son Ias valores e ideales
de s~ ~amilia. .. Hay un momento privilegiado de esta
agresívídad donde éI tratará de arrojar Iejos; a cierto
no-Yo, todo Ia que hasta ese momento podia aceptar
como valores que Ie transmitían en eI discurso familiar.
Este momento, podríamos categorizarlo como propio
del/ortjda.
Cuando esta función de Ia agresividad, como
tensión agresiva falIa, se produce Ia agresión , verdade-
ro sintoma de tal falIa. 28
Aníbal, nino de 12 anos ha sido expulsado de
v~rias instituciones escolares por mala conducta.
Díce de
108
demás: Síempre me echan. .. síem-
pr~ me sacan de encima ... cuando juego aI ríng-
raje (.vos te creés que voy a ser tan estúpido
c~mo Ias demás? Ja ... Yo no, yo no hago Ia
rmsmo: toco el timbre
y
me queda
y
Ias jorobo,
34
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cuando salen, sigo allí, para enfrentar Ia situa-
ción.
Pasemos a analizar Ia trama donde el juego se ve
interrumpido -curiosamente aI revés de 10 observado
por Freud- el ni:iíohace una especie de da pero no
fort . Esto indica un déficit en Ia simbolización, ya
que AníbaI se queda pegado a Ias personas
y
a los obje-
tos no pudiéndolos luego expulsar, arrojar al campo dei
alIá. Aníbal, literalmente, se queda pegado ai timbre .
AIfalIar Ia tensión Iaagresiva que instaura el arrojar tue-
ra, Ia agresividad se transforma en agresión, agresión
ésta que finalmente Ie llega reduplicada deI campo dei
otro en forma de expuIsiones del colegio, por ejemplo.
Será~ sus profesores 'y vecinos quienes, desde 10Real,
realizarán algo que para Aníbal es imposible de íns-
cripción en 10Simbólico.
Sami-Ali, a partir del trabajo de Freud, planteará
que Ia operación tortf âa una vez constituída, dejará de
ser una imagen particular de una situación dada, para
convertirse en un esquema de representacion que mol-
deará todas Ias situaciones de separacíón . Este autor
va a establecer precisiones en tomo a ese jugar:
- Aparece una nueva dimensión del espacio, eI espa-
cio imaginaria de protundídad. AI lanzar el carretel
a Z Ú í
el nino se define simultáneamente
aquí
donde
se encuentra
y
se sitúa en relación con un afuera
que solo existe como correlato de una intensión agre-
siva que parte de aquí .
- Apartir de este jugar no solo se instaura una espa-
cialidad, sino que, además, ella es concomitante de
una nueva dimensión en 10 temporal: antes y des-
pués. Esta datación, capacidad de marcación tem-
poral, corte en 10 temporal, está ausente en Ia an-
35
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12/30
gustía de aniquilación que caracteriza el proceso
psicótico. La imposibilidad de sustraerse a
10
des-
agradabíe,
de datar
el
fin de una experiencia nega-
tiva, es uno de los dos talones de Aquíles con 10sque
Bettelheim
30
caracteriza los momentos tempranos
deI bebé (período crítico).
- Apartir deI tort / da,
el
nino s e organizará de acuerdo
a una doble identificación con su madre: presente
y ausente en forma sucesiva. Diferenciando dos mo-
mentos: a) Ia madre ausente es sustituida. b) Ia
madre presente también es sustituida porque en otro
momento puede Ilegar a faltar .29
EI jugar que caracteriza
el
tort / da implica liberar-
se de un encierro, poder producir un espacio más allá.
En este juego, no es que
el
nifio lance afuera, sino que
el
acto de arrojar fuera, produce simultáneamente un
adentro y un atuera, un cerca y un Iejos, un antes y
un después. Oposiciones todas inexistentes en un mo-
mento anterior donde el espacio correspondía ai pro-
pio de Ia especularidad. En su forma espacial más ar-
caica, Ia bidimensionalidad.
Dos aspectos más hemos de puntualizar en relación
aI tortfaa: Ia primacia boca-ojo que caracteriza eI mo-
mento de Ia especularidad va a ceder Ia hegemonía a Ia
detentada por el par mano-ojo. Este último comanda
este momento de Ia constitución deI sujeto.
EI segundo aspecto está relacionado con un trân-
sito que se despliega desde Ia
iuncion âel
espeto
cen-
tral en eI
narcísísmo
a Ia funci6n de la puerta como
separación simbólica, de demarcación en eI espacio de
un límite, de un borde, de un no-Yo, aunque como en el
caso deI vidrio, sea invisible para los ojos. Dada Ia rela-
tiva escasez de Ias observaciones psicoanalfticas sobre
Ia puerta, remitimos a Ias páginas de Lacan
al
respecto
en Cibernética
y
Psicoanálisis.
31
36
.I.•••«: -
l · t E :
.~.
. , , .
.~
i
~.
Ít
,
Los fenómenos clínicos ligados a faIlos en el tortf âa
alcanzan amplia proliferación y son de muy diversa es-
pecie. Así, Kreisler, Fain y Soulé categorizan como
déficit en esta categoría ai megacolon funcional y Ia
encopresis. Estos autores sostienen que numerosas
encopresis son consecuencia de un megacolon funcional
no detectado o más exactamente son
el
resultado de
'Ias faIlas' del mecanismo de vaivén de Ias heces, tanto
Ias propulsadas hacía abajo y el ano, segün los mecanis-
mos fisiológicos reflejos, como Ias que vuelven hacia
arriba y ai sigmoide. ..
el
momento 'exquisito' es aquel
en que el nifio percibe el comienzo dei reflejo de aper-
tura anal y consigue inhibirlo. Aquí ya no intervienen
los
mecanismos deI juego dei carretel, pues eI
níüo atrapa-
do por su juego autoerótico se ha convertido en un
ejecutante virtuoso de este juego de yo-yo interno .
Para que se produzcan estas encopresis es necesario
que eI nifio adopte con respecto a Ias heces Ias síguíen-
tes actitudes: a) no defecar por Ia mafiana y mantener
eI recto lleno de materias fecales o limitarse a evacua-
cíones parcíales, b) luchar durante todo eI dia contra
Ias diferentes fases reflejas de Ia defecación. .. es casi
imprescindible que en eI origen de toda encopresis de
este tipo intervengan estos mecanismos, de acuerdo con
Lapalisse un sigmoide vaciado. .. excluye Ia posibilidad
de usar su contenido el resto deI día. Si 10 vacía, el nifio
se priva deliberadamente de Ia posibilidad de realizar
esta forma de maniobras masturbatorias ...
En eI megacolon funcional Y en Ia encopresis eI
sistema simbólico que
hace
de pantalla, de mediación
en Ias catectizaciones anales y sádicas a partir de Ia
operación tortjae,
taua
32 Desde mi punto de vista, co-
mo esto se ve impedido de procesarse en el plano Sim-
bólico, retoma como un Real dei cuerpo dei nífio, en Ia
afección psicosomática, que restituye Ia operación
tal-
tante. Una de Ias hipótesis de trabajo de mi tesis de doe-
torado 33 desarrolla Ia concepción de que faIlos tempra-
37
8/17/2019 La Transferencia Como Garabato.
13/30
I :
nos en Ia constitución de funciones simbólicas, impiden
u inscripción en una textualidad en el sentido: repre-
ión-retorno de 10 reprímído, cuyo caso ejemplar es Ia
conversión. Pienso que estos falIos llevan a Ia exclusión
de algo simbólico del circuito simbólico, que entonces re-
tornará como un puro Real: dano en el cuerpo. En Ia
conversión, como ya 10puntualizara Freud
l4
eI trastor-
no no tiene realidad físícpatolõgtca ni anatómica. El
sintoma constituye otro Ienguaje a descifrar. EI sintoma
es una metáfora. Por el contrario en Ia enfermedad psí-
cos~mática, en Ia cadena significante hay una talla, un
agujero, Yen ese lugar encontramos el cuerpo. Mis hípõ-
tesis se artículan con Ias conceptualizaciones de Ble-
ger lS en cuanto pensar eI cuerpo como buffer y con
Ias de André Green 36 quien concibe Ia reacción psícoso-
mãtíca como una variante dei
acting out.
Articulo, con
10s autores citados para este tópico, Ia concepción de
forclusión que proponen Juan David Nasio 37 y Rícar-
do RoduIfo
li
funcionando a niveles mícro . Como pro-
ducto de Ia mísma, construyo Ia siguiente hipótesis que
de~ré someter a verificación: al ser desalojado un síg-
mncante deI circuito simbólico, este mismo retornará
en 10 Real dei cuerpo: Ia enfermedad psicosomática.
Desde mi punto de vista, intentar desplegar en un anã-
lisis algo dei orden de Ia fantasía inconsciente en rela-
ción a Ia enfermedad psicosomática, partiria de negar
Ia distinción ya planteada por Freud desde inicios entre
conversión y somatízacíõn. '
Emiliano es un níão de 8 afios que padece mega-
cólon funcional y encopresis como consecuencia
deI mismo. Una secuencia de entrevistas pone en
evidencia fanos marcados en Ia constitución del
tortfâa. Constituye una característica llamativa
el que hable a sus padres sin intervalo alguno.
Su mamá dice: Es para 11amar Ia atención . Me
38
.
.j •.
~,:{ : '; '
.:
:...
-
' ..
:
.
parece' oportuno marcar que 10 que sucede en
realidad es que Ia palabra allí pierde su función
comunicacionaI, haciéndome acordar a Ias sogas
de Ias cuales nos habla Winnicott, en ese paciente
que no podía establecer distancia en relación al
cuerpo de Ia madre. Una segunda observación
proviene de sus juegos. En ningún momento pue-
de despIegarlos sin convocar reiteradamente ai
adulto.
En razón de e110me parece oportuno proponer en-
tre otras cosas, a este paciente y su familia el sistema de
psicoanálisis a pedido. Creo ofrecer de esta manera, un
soporte transferencial, a través deI cual el nüío pueda
procesar tal función, pudíendo asir aI objeto analista y
arrojarIo fuera de si a través de Ia convocatoria espon-
tânea efectuada por él mismo. No seré un objeto en-
contrable sistemáticamente, deI cual
él,
no pueda sus-
traerse, sino que podrá acercarme y alejarme en el jue-
go de Ia transferencia.
Gustavo de inicias, no soporta ninguna situación
que implique separación: no puede dormir solo,
aún teniendo 6 afias no puede permanecer en el
bafio sin Ia compafiía de un adulto, y menos aÚD
atenderse solo; en Ias juegos eI otro no puede no
estar Incluído. Le resulta imposible situarse en eI
espacio, fuera del espacio corporal dei otro. Esta
confusión 10lleva a realizar aceiones en forma in-
vertida. Cuando comienza su escolaridad prima-
ria, vemos funcionar Ia misma confusión entre
derecha e izquierda, confusión que contamina el
plano de Ia escritura y de Ias matemáticas. EI
espacio inmediato, ejerce en éI tal fascinación,
que 10obliga a copiar gestos en forma invertida,
39
8/17/2019 La Transferencia Como Garabato.
14/30
lle v
I 11 li. cabo Ia
accíón
desde el punto de vista
de] ot o.
n Ia medida en que él no funciona como un suje-
to n vias de autonomizarse, no puede constituir unida-
des dife~enc~adas.Las ínversíones, conrusíones yerrores
de Iocalízación que comete el paciente se fundan en
una intuición deI espacio, reducido a 'una dimensi6n
imaginaria simétrica, en Ia cual los dos polos 10 cons-
~i~yen el cuerpo dei nífio y eI deI otro, siendo, éste, el
último punto, desde eI cuaI eI nüío se localiza. Esto ex-
plica Ia in~e~sión en Ia perspectiva habitual, ya que le
lleva a detínírse no desde su punto de vista sino desde
eI espectador. AI inicio dei tratamiento el paciente no
puede arrojar tos objetos, ni tampoco asirlos para si
ya que Ios mismos se le caen en forma constante: no
tiene manos (recuérdese mi puntualizaci6n anterior so-
bre eI lugar del déficit congénito como un Real resis-
t~n~ .a ser simbolizado). EI transformar sus manos en
sl~lcante, pasa a constituir un nudo deI trabajo ana-
Iítíco durante un cierto período. Nudo desanudado en
una secuen.cia cla~e para Ia constitución deI
jort /da.
L3 serre cormenea con: Ia construcci6n, por parte
de~ paciente de un aparato telefónico con dos latas
unidas y separadas a Ia vez por un hilo. (Versión trans-
formada deI carretel freudiano). Este aparato es usado
ai. principio en juegos en los que estando ambos en Ia
misrna habitación podíamos miramos:
- Ia primera transformaci6n ocurre, cuando eI nmo
abandona Ia habitación en Ia que trabajamos, telé-
fono en mano nos encontramos cada uno en distinta
habitación, con Ia puerta abierta. '
- Ia ~~da transformaci6n: colocados, él, en una
habítacíõn y yo, en otra (a pedido suyo), cada uno
con un extremo deI teléfono en Ia mano Gustavo
cierra Ia puerta. '
4
I .
i·'
.
',~
- tercera transformación: abandona el teléfono. Esta
vez se va él, de Ia habitación a dibujar a otra pidién-
dome que no me mueva de allí hasta que no me 11a-
me. Cierra Ia puerta.
- cuarta transformaci6n: jugando al almacén, confec-
ciona un cartelíto, donde escribe, de un lado
abierto
y deI otro
cerrado.
. EI nífio logra a partir de esta secuencia, que des-
pliega en un largo período, establecer una separaci6n
radical, porque 10 interesante de esta última transfor-
mación, es que el cerrado opera como categoria [ort,
aunque el nino se halle dentro deI almacén al golpear Ia
puerta, marca con su indice el cartel y no abre. EI ne-
gocio cerrado marca Ia ausencia en el plano simbólico.
EI puede decir: no estoy aunque esté aquí mi cuerpo,
no estoy dísponíble incondicionalmente.
* * *
Pasaré a enunciar algunos aspectos que considero
valiosos en relación a Ia clínica de anãlísís tempranos,
aunque algunos de ellos son extensibles a toda Ia clínica
de nífios y adolescentes:
• jugar no tiene para mí, un sentido que se de-
tenga en el nino, sino que podría definirIo a partir de
autores como Lacan 40 y Winnicott 41 como producci6n
de significantes.
• los juguetes, pequenos objetos a, mediadores en-
tre el analista y el nífio, no son una entidad prefijada, ra-
bricada por un juguetero, sino que un objeto cualquiera
y por qué no, también un juguete, ha de transformarse
41
8/17/2019 La Transferencia Como Garabato.
15/30
) j lv
I
I.
pUI'
1 poslbilidad que Ie otorga el nino ai
l 111•••• uu
J
tIl n edgnificante:
1 1 temprano sujeto no tiene constituído el [u-
11 1
t
como slgnificante, como en el caso Marie-Françoi-
, ní a autista analizada por Rosine Lefort, será obje-
tivo de Ia dirección de Ia cura en transferencia el condu-
círlo a ella,
• diferenciaré dos formas distintas de contacto con
el material, de acuerdo ai espacio en que se mueva el
paciente: el de ínclusíones reciprocas característico de
Ia especularidad y el tridimensional característico dei
torttâa en el que Ia constitución de 10 externo-interno
es su categoria central. He podido observar que, con
el primer tipo de pacientes, el
cajón
individual ya no
tiene el mismo valor que Ie otorgara Arminda Aberas-
tury.? EI cajón, para estos pacientes, no remite ai in-
terior de si, en Ia medida en que para el 'infans' toda
su incipiente relaci6n con el mundo puede estar grafi-
cada en Ia banda de Moebius, espacio en el cuaí no hay
demarcación de un interior, respecto a un exterior. En
este sentido, para el trabajo con nüíos muy pequenos,
me ha resultado de valor incalculable el modelo de
Winnicott y de R. y R. Lefort, en el cual los pequenos
objetos se hallan a Ia mano deI nino, esparcidos por el
consultorio, a Ia espera de que éste pueda crearlos sub-
jetivamente. En casos de autismo y con pacientes retra-
sados graves, Ia incorporación de alimentos ai consul-
torio analítíco, me ha posibilitado una via de acceso
privilegiada.
En el momento de Ia operaci6n [ortf âa asumirãn
una importancia centralIos juegos de poner y sacar, es-
conderse, taparse el rastro con Ias manos y luego apa-
recer, .taparse con trapos, abrir y cerrar puertas, etc.
42
. ;
Por 10 cual, durante este periodo, el paciente requier
~ucho más espacio que en otros.
• otro aspecto a destacar está relacionado con Ia
construcción del cuerpo en el temprano sujeto. Refle-
xiones fecundas ai respecto pueden ser extraídas de his-
toriales como los de Laurie, Marcia,44 Nadia y Marie
Françoise y de Ia película que filmaron sobre el tema
de autismo en el Hospital Nacional Carolina Tobar Gar-
cía, En estos pacientes, en Ia iniciación dei tratamíento,
no se parte de un cuerpo ya construido en tanto simbó-
lico sino que esta na de ser una de Ias funciones deI
ana\lisis. En estos casos de patología grave, mediante Ia
cura en transferencia es dable esperar el tránsito desde
.
un lugar en que el cuerpo se halla exclusivamente confí-
nado a un puro Real, a otro, en el cual advendrá Ia
dimensión dei cuerpo simbólico. .
Martin, nino autista de 2 anos, se comporta como
Sl
no tuviera cuerpo. No puede asumir Ia posici6n erecta
(sín mediar dano neurológico aíguno) . No camin~, tam-
poco gatea, su mirada está perdi~a, no h~bla, ~as1no se
mueve, los juguetes para él no tíenen exístencía, no de-
sarrolla
j
ugar alguno.
• 10s níücs pequenos, pueden no querer quedarse
solos en Ias primeras sesiones. Coincidiendo con 10pos-
tulado por Melanie Klein 45diré que si así 10requiere Ia
situación admitiré Ia presencia de una tercera persona,
sin embargo dice Ia autora no recomendaría Ia exten-
sión generalizada de este recurso .
• otro aspecto en el que convergen varios autores
se vincula a pacientes
ínaccesíbles,
Todos coinciden en
propiciar una participaci6n más activa por parte del
4::l
8/17/2019 La Transferencia Como Garabato.
16/30
• • • .1 . , ~ . 1 , e le lU I J I O
del mismo, Ia ínícíacíón de lID
I 11 I. lU t u 1tación a través de una palabra, que
e r
I
(l i li
Iluv o puente del cuaI pueda sostenerse
I 111
filé I
paciente para inaugurar un posible jugar.
• en 10relativo a Ia ínterpretacíõn diremos que ésta
ha de ser especialmente concreta, teniendo en cuenta,
rundamentalmente, al destinatario de Ia misma. Toman-
do esos recaudos es importante liberarse de los pre-jui-
cios 46 que podemos tener al dirigirnos a determinados
pacientes, ya que estos actúan como Ia única resistencia
inelaborable en el análisis: Ia deI analista.
Siguiendo a Winnicott, agrego en relación a Ia in-
terpretación, que un buen analista deberá permitir que
el paciente se sorprenda a sí mismo. SI aquel se encuen-
tra preocupado por ser inteligente, hará imposible ins-
taurar allí un análisis, o cuando menos, 10dificultará mu-
cho.
Otro gran mito deI psicoanálisis es el Edipo. Así
como eI narcisismo viene a resolver Ia cuestión deI
ser,
eI Edipo acude a dar' respuesta aí ser en tanto ser
sexuaao y a Ia ulterior de tener un sexo. De esta mane-
ra el Edipo se transforma en una vía privilegiada de
acceso deI sujeto a Ia humanízacíón de 10 Real. Para
que Ia realidad tenga peso para el hombre es menester
que el Edipo haya sido vivido en su diaIéctica simbóli-
ca . Ha devenido esencial para Ia clínica psicoanalítica
no sólo precisar eI CompIejo de Edipo en su inflexión
en el paciente que tenemos en tratamiento, sino re-
construir cómo se ha jugado este mito en Ias genera-
ciones anteriores. Es en este sentido que Lacan 48 afirma
Ia existencia deI Edipo aún antes dei nacímíento. Red
• • • • • •
44
, .
i .
f , [ ~ ? r -
f f
t :· .
,.
simbólica que entrama Ias generaciones entre sí. Pa-
ra Ios pacientes psicóticos algo se ha caído de 10Simbó-
lico a 10Real, 10mismo que para Edipo. Pero mientras
que para Edipo es el incesto realizado 10que 10hace caer
en el cuadro final, para el sujeto psicótico puede plan-
tearse Iacuestión del orden en esa sucesión. En el estado
actual de nuestros conocimien:tos diríamos que es por
un mismo movimiento que algo cae de 10 Simbólico
y
que el sujeto 10 reencuentra en relación con el incesto,
porque eI incesto está inscripto en Ia estructura edípica
ímpuesta por el significante... en alguna parte de Ia
historia de sus padres o en Ia suya propia el trípode
edípíco renguea. .. Estas perspectivas estructurales nos
permiten evocar Ias relaciones entre neurosis y psico-
sis ya que cabe esperar que Ia neurosis de Ios padres
tenga un papel de Ios más importante en Ia eclosión de
Ia psicosis deI nifto. 41
En Ia tensión de Ia düerencia entre Ia problemáti-
ca narcisista y Ia edípica se van a apoyar nuestras inves-
tigaciones clínicas. Mientras que eI pequeno nino, debe
inscribir en el primer tránsito, que
la madre no es él;
a
través de Ias vicisitudes deI Edipo se verá conducido a
Ia aceptación interdictoria de que
su madre no es de él.
En razón de ello, diremos que para que el Edipo cumpla
su función en el desarrollo subjetivo
deberá
producirse
cierto pasaje dei
ser
al
tener.
49 Tener una cierta posición
sexual, una cierta identidad sexual (ligada al Ideal del
Yo). Es en este pasaje deI ser al tener donde debemos
situar Ia
castración simb6lica.
La castración a partir
de Freud sólo es concebible relacionándola con el orden
de Ia Ley -Ley presente en Ia estructura de Edipo
y
Ia prohibición del incesto-
y
con el registro de Ia san-
ción, situándola en el nivel de 10que llamaremos
âeuâa
simb6lica .50
Aquello que el nífio tiene como pertene-
ciente, no puede, sino, haberlo recibido dei Otro. Deuda
simbólica que inscribe a Ia castración en el centro dei
Edipo, porque produce, genera el paso del ser al tener.
45
8/17/2019 La Transferencia Como Garabato.
17/30
o
er
el que colme como absoluto el
c I •I (
tm, pasa a
constítuirse
en alguíen que
I
I tu cl(
terminada identidad sexual.
I•• Inhtbtción, Sintoma y Angustia
51
Freud va a li-
10.mergencía de Iaseüal de angustia a Ia ausencia de
objeto, en razón de ello sostendrã que Ia angustia
de castración tiene por contenido Ia separación respec-
to de un objeto estimado en grado sumo . Lacan reco-
mienza allí produciendo una diferencia conceptual. Con-
trariamente a Ia definición freudiana, Ia angustia no es
sin objeto, Ia angustia no emerge ante Ia falta de objeto,
sino para este autor Ia angustia es ante
Ia falta de falta.
En tanto sefial que no engana, Ia angustia de castra-
ción indica un Real en juego: el sujeto está por devenir
perdido para el Otro que despierta su deseo. Surge Ia
angustia como defensa primaria ante eI peligro de ser
incluido en el Otro (como a ) para su goce. EI sujeto
debe mantenerse en una cierta tensión de distancia con
respecto al pequefio a y ai Otro , La angustia aparece
entonces ante Ia falIa deI tercero, donde ante Ia ausen-
cia deI tres, dos
serán
uno.
En eI pequeno Hans, allí donde Freud explica Ia
fobia emergiendo ante 10 terrorifico de Ia imagen pa-
terna castradora, Lacan Ia sefiala como restablecedora
de un orden, ante Ias debilidades que Ie vuelven tamba-
leante 1a función paterna y amenazan con que el deseo
de Ia madre 10 arrastre como lia . Si el objeto que aI
sujeto le falta es en definitiva él mísmo en 10 que tiene
de más Real, Ia angustia neurótica surgirá cada vez que
esa falta de si mismo, que Ie permita conservar eI lia
que no tiene afuera deI Otro, le falte como tal.
De acuerdo a esto vira a su vez Ia problemática de
Ia función paterna en Ia neurosis. Lacan se abocará a
un inventario de sus desfaIlecimientos, que obligan al
sujeto a recurrir a Ia angustia para suplirIos, asignando
a Ia vez a Ia función paterna el mantenimiento de cierta
dimensión de falta.
t i
t i
ti
.i
: ~
46
-,
Otro concepto fundamental para categ~~izar el E~i-
po, se denomina e11psicoanálisis iumcián. t
alzc
.
a
.La
mis-
ma se instala en el hueco que deja en Ia especle humana
Ia no existencia de una programación instintiva de Ia
sexualidad. Afalta de instinto es que debe aparecer una
nmcíón
que marque ciertos lugares como. ~ugares de
deseo. La característica central de esta
funcíón
Ia cons-
tituye eI marcaje. La marca recae sobre a.quello qu~
puede desearse en
tID
campo dado. Esta funcIÓ~~s decí-
síva en cuanto a Ias orientaciones que toma Ia libido dei
nino.
Federico de 5 anos es traído a Ia consulta después
de una operacíón de ligamentos en Ia.I?an? porque no
colabora con el tratamiento de rehabll1taclón, es más,
10obstaculiza, ai negarse a hacerlo. EI análisis permitió
descubrir que para Ia madre del paciente el verdadero
objeto de deseo 10constituia su propio padre, en lugaJi
de su marido. EUa indicaba, de diversas maneras, qu~
sobre ese lugar: abuelo matemo , caía Ia marca fa-
lica. EI nino ai interrogarse por el objeto. de deseo
tropieza con su abuelo. Abuel0 que descubnmos en eI
decurso dei análisis como glorioso soldado d~ Ia ~ue-
rra europea, de Ia cual habia quedado con una mval1?ez
relativa en un brazo. Por 10tanto, Federico no hace
SIDO
identificarse LOnel abuelo a través de ese emblema
constituido por el brazo. Su experiencia inconsciente
otorga al nífio Ia certeza de que no es en el padre donde
hay algo por desear, por 10 ta~to tiene que ir a otro
lado. En Federico el brazo paralízado es el que encarna
Ia función fãlica.
En otra perspectiva, el Edipo nos va a conducir a
Ia construcción por parte del nífiode Ia
categoria pad~e
que está también, en el centro de Ia
cuestíón,
Atraves
47
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18/30
I
t i
t.
d.1
J ~
ipo se han de realizar 10s síguíen-
I••
1
rormacíon dei no-madre en un padre (sigo
I c I 1 1I I notogía
de Piera Aulagnier).
• gunda transformación: deberá realizar el trán-
li,
de
un padre
a
el padre,
10que en Ia obra lacaniana,
con otra terminología, se ha denominado apellido pater-
no, traducido en castellano por Nombre-del-Padre. En su
inscripción, cuando un nifío nace va a sustituir Ia madre
por el apellido paterno. En el tránsito dei narcisismo ai
Edipo, según este autor, el nino debe construir 10 que
se denomina Ia metáfora paterna: EI paso de Ia catego-
ría madre a Ia categoría padre. Según Piera Aulagnier
53
quien mucho ha aportado al estudio deI proceso psicó-
tico, en Ia madre de estos pacientes existe Ia imposibili-
dad de Ia construcción de estas categorías. En síntesis,
en lugar de Ia oposición particular/universal que espe-
raríamos encontrar, se da un espacio de inclusiones
recíprocas: el particular es el universal. Yo, una madre,
soy Ia madre como categoría. De esto resulta una con-
secuencia clínica importantísima, cual es Ia imposibili-
dad absoluta de todo cuestionamiento. En efecto, sólo
me es posible replantearme una acción mía, si aunque
sea tácitamente, Ia comparo con un Ideal que encarna
el universal lógico. Si yo y el universal somos 10mismo
no hay chance ninguna de que me pueda interrogar so-
bre Ia legitimidad de 10 que yo haga. El Estado soy
Yo . Esta modalidad plantea los más grandes problemas
ai analista en su trabajo con 10s padres. Su eventual,
modesto
-éxíto,
depende de introducir siquiera una mí-
nima cuãa en el bloque de indistinción que funde 10uni-
versal a 10particular.
Como hemos puntualizado a propósito dei Narci-
sismo, también el Complejo de Edipo se ha enriquecido
48
-,
} } t
' I , ~ N '
..
1
ai íntroducír en su conceptualización 10s tiempos lógi-
cos. Los mismos resultan de pensar el Edipo como una
situación triangular donde existen tres polos: padre, ma-
dre, nino, y cuatro términos, porque al padre, Ia madre
y el nino se agrega Ia funcíón fálica. Los tíempos van a
estar dados según donde caiga este cuarto término. La
marca fálica va a rotar entre esos polos y según eso ha-
blaremos de distintos tiempos del Edipo. En el prime r
tiempo se ha de resignificar 10 desplegado en los tres
tiempos deI Narcisismo, retomado bajo Ia vertiente de
ser el falo de Iamadre, que aparece allí como aquello que
puede completar el deseo matemo. Asistimos aquí a Ia
transformación de Ia frase narcísístíca: HEIes yo y yo
soy él sustituida por Ia frase edípíca:
él
es mi falo,
yo soy (el falo) de e11a .
En este primer tíempo el nino trata de identificarse
con el objeto de deseo de Ia madre. Para agradarIa, es
preciso
y
suficiente con ser el falo . Esta falicización
dei infans pasa a ser decisiva para Ia constitución dei
futuro sujeto, pero que esta fase en lugar de
tránsíto
se
transforme en estación terminal puede fundar identifica-
ciones perversas.
Esteban, aIos 13 afios, cae en episodios sígnados
por un profundo malestar, ligados a una creciente sen-
sación de vacío. En un momento inmediatamente poste-
rior deberá encerrarse en el dormítoríc materno , des-
nudarse vestirse con Ia ropa interior de Ia madre, y así
vestido sentado sobre Ia cama de su madre ha de mas-
turbarse una y otra vez frente ai espejo. Situaciones co-
mo ésta caracterizan Ia adolescencia de Esteban. Llaman
Ia atención en este fragmento de sesión 10s siguientes
aspectos: el dormitorio para Esteban pertenece sólo a
su madre, a pesar de vivir con ambos padres. La cama
también es para el paciente, solo de su madre. Esteban
mísmo se identifica con el falo oculto bajo Ias vestimen-
49
8/17/2019 La Transferencia Como Garabato.
19/30
tas de Ia misma, capturado en ser el deseo de e11a,deseo
de deseo. A través de Ia puesta en escena transvestista
él
es el falo; objeto metonímíco. Para agradar a su ma-
dre basta con ser el falo, en Ia medida en que este men-
saje se ha realizado en forma satísfactoría eI sujoto ha
quedudo preso de identificaciones perversas .
. i
Eu el
segundo tiempo
se produce un viraje polar
pero dentro de Ia mísma categorizac1ón que implica el
ser. Decíamos que en el prime r tiempo, ser involucraba
ser eI falo que hay entre Ia madre y el nifio, aquello que
colme su deseo y por otra parte aquello que 10 genere
en forma incondicional y absoluta. En el segundo tiem-
po, el postulado de ser el falo recae sobre el padre en
dos sentidos: en tanto priva al nifio deI objeto de su
deseo y en cuanto priva a Ia madre del objeto fálico. EI
padre aparece menos velado pero aún no revelado ...
Hay una estrecha relación entre esta remísíón de Ia ma-
dre a una ley que no es Ia suya y el hecho de que el
objeto de
S1 .1
deseo es poseído por ese otro a cuya ley
ella remi te. . . en este sentido eI padre de Hans a pesar
de ser inteligente, presente y dedicado es inoperante en
tanto su palabra para Ia madre carece de valor. A dife-
rencia del fetichismo no se planteará el problema de
serlo sino de tenerlo, porque si el padre tampoco 10
tiene: j,Cluiénentonces? En esta fase, eI padre en tanto
privador-prohibidor no constituye aún Ia dimensión de
salida, de apertura que garantiza Ia formación del Ideal
dei Yo. Es en Ia impasse producida en Ia basculación de
estos elos tíempos, sín encontrar una dialéctica que Ia
sobrepase, donde Lacan ubicará Ia fobia de Hans.
Michelle, de 5 afios, es traída por presentar difi-
cultades que comprometen toda su vida social. No
quiere concurrir aI jardín. En el mismo no habla
50
,
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•
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i,
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f
f .
: l: :
con sus
compaüeros
n1 maestros. Tampooo ros-
ponde preguntas, no inicia ni contínüa juegos.
Tampoco despliega
actívídades
deportivas. Los
padres dicen de ella que desde pequena fue tími-
da y retraída . Ya aIos 2afios cuando Ia llevaban
a Ia plaza no jugaba con nadie. No concurre a
cumpleafios ni acepta ningún otro tipo de invita-
ciones socíales. EI primer gráfico que realiza Mi-
chelle, es muy ilustrativo a propósito de 10 des-
plegado en estos primeros dos tíempos.
Michelle dibuja una sefiora en eI centro de una
hoja, del lado izquierdo una casa, deI derecho
más alejado, un árbol, Acompafia el díbujo
tID
relato en eI que Ia sefiora va de compras dicien-
do de pronto: Y acá está Ia nena ... (sefialando
a Ia sefiora). AI preguntarle cómo puede ser eso,
contesta 10 siguiente: Ia nena estaba escondida
detrás de Iamamá, por eso no se veía, ahora salió
y es Ia nena .
La paciente al comienzo deI anãlísís se muestra cap-
turada en el sistema deseante de su madre. La angustia
fluye, recorre aparentemente tIDO Y otro objeto
y
se hace
evidente que Ia serie de combinaciones paradójicas po-
drían prolongarse al infinito. Cada signüicado abre Ia
comprensión para una nueva sígníficacíón.
Por Ias características de Ia nífia aI inicio dei trata-
miento, éste debió contar con Ia presencia, en sesión,
de Ia mamá, pues Michelle se negaba a asistir sola. A
través deI objeto madre Ia misma me excluía, ignoraba y
evitaba. Colocada desde inicio en Ia transferencia en Ia
categoría de extrafio, fui representante del objeto fobí-
geno. Todo el psicoanálisis se constituyó en Ia situación
.fobígena que propiciaba su ma1estar, tal cual 10describe
Mom para este tipo de pacientes.
En Ias fobias, el conflicto, ligado tradicionalmente
51
8/17/2019 La Transferencia Como Garabato.
20/30
I
1'11111
po (11 I 1
1
; < 1 , debemos articularlo en el nivel deI
111 li'
I
I
un con un falIo de Ias identificaciones, donde
10
,I
11 tul
Illl
ntarã
resignífícar
10
que se desarrolló en
111.11I I
tudto fallando en su intento. Lacan piensa Ia
robíu como un proceso restítutívo tendiente a poder al-
iunzar
una identificación con
el
progenitor dei mismo
, XO,
impedida de ser lograda
por
otras vías.
En el
tercer tiempo
del Edipo se da una triple trans-
formación:
- en primer lugar el pasaje
del ser al tener.
Trans-
formación que produce un viraje de
ser
el poseedor del
deseo deI Otro a adquirir cierta posesión que posibilite
tener
algo con
10
cual se pueda desear y ser
deseado,
- segunda transformación: reinstaura Ia instancia
del
falo como objeto deseado de Ia madre y ya no como
objeto del que el padre puede privaria como padre om-
nipotente. Este aparece en este momento como
permí-
sivo y donador.
-Ia tercera transformación he podido localizarIa a
través de Ia Clínica: se produce en el pasaje
del
segundo
ai tercer tiempo, concomitante a Ia resolucíón del mismo,
Iaconcepción de Ia idea de un padre ligado a Ia síngula-
ridad
del
propio, deja lugar a Ia de una categoría lógica
abarcativa de Ia
píuralídad: el padre..
Estimo central Ia
constitución de esta categoría para el posicionamiento
sexual de los hijos, como varón o como nífia. Justamente
pasa a ser coroIario de este último tiempo Ia díalectíza-
ción deI nífio, quien vira de una posición referida solo ai
deseo materno, a otro polo de gravitación desde el cual
ha de significarse él, vertiente paterna donde se opera
Ia sustitución.
- i :
Poco antes de terminar su anãlísís Michelle había
logrado una resolución de su fobia inicial. Para ese en-
5
tonces reali~a el siguiente dibujo: esta vez, síend j 11
Ia protagonista que aparece- en el centro de Ia ho a,
Soy yo ,.. muy coqueta porq~e es ,mi CUI~pl-
anos estoy en Ia plaza con mi papa .. ' rm pa-
pá ~~. hace regalos porque curnplo afi?s : La
níüa del dibujo tiene un delantal con I~ síguíent
característica: al observarlo se hace eVld€n~e~u
en el centro del mísmo, en el lugar.~ue coincid
en el gráfico
con
el vientre de Ia
nma,
hay
dibu-
jado un bebé.
Michelle pasa del primer dibujo, donde ella se en-
cuentra condensada cual imagen orrírica -como ~s fi-
de Gaiton de Ias cuales nos
habla
Freud- ,con
:~r:erpo materno, a una representación de sí misma
donde está en relación a Ia figura dei _padr~,en el espa-
, bíerto de Ia plaza que de pequena evítaba, espera
CIO a 1
f . b bé
ibi de él sus regalos, que por Ia re
erencia
e
reei Ir ._
en el dtbujo diremos regalos
=
mnos. . .
Algosignificativo, por 10 po.c~~s~a.1en rm experien-
cía, tue que de Ia indiscriminaclOn. inicial con,su madre
y
S1 inclusión en Ias sesiones, MlChelle paso, después
de ~oncurrir sola, a invitar a sesión, ~sporádlCamente,
1
con
Ia
intención de comumcarle el fruto de
a su pacre, '
1'-
sus trabajos. Acompafié este proceso, dejando a a r :
ma
or completo su conducción, ya que ígnoraba de que se
irataba. posteriormente llegó a esclarecerse que par~
eUa se torno decisivo poder compr~bar ~n Ia trans
ferencia que podía amar a su padre SlDdanar a. l~ ma-
dre El tránsito a través del análisis, después de dlst~n~?s
rod~os angustiosos, conduce a Mi.chellea una posicíon
sexuada desde Ia cual podía local1zarse. .
.Qué pasa eon el Edipo en Ia homosexuahdad? La-
( ti ne que ha llegado a Ia tercera etapa pero en
can sos ie
53
8/17/2019 La Transferencia Como Garabato.
21/30
forma invertida. i,Quésignificaésto?: En tanto eIpadre
es amado eI sujeto se identifica con
él ...
pero al que-
rer hacerse amar por el padre corre .peligrode pasar al
rango de mtijer, de ello resulta una posición eminente-
mente conflictiva en Ia que el retomo de Ia posición
homosexualparece siempre posible y en Ia que ésta es
reprimida por Ia amenaza de castracíõn que implica .
Sefialacomo central Ia exístencía de una relacíõn pro-
funda y permanente con Ia madre donde el niiío descu-
bre que Iamadre tiene Ia clave de Ia situación. El anã-
lisis de los homosexualespone demanítíesto
-el
carácter
crucial que tiene para eI sujeto y su desarrollo Ia íden-
tificaciónimaginariaconelfalo .SI
Eugenia,homosexualde 30 anos, tiene sus primeros
contactos de este tipo, según nos refiere, aios
10
anos.
Aios 13,nos dice se enamora fervientemente deuna
amiga mayor con Ia oual se establece una relación de
tipo homosexual. Su madre se da cuenta y empíeza Ia
persecusión que hasta hoy se continúa. Por Ias noches
Ia paciente rezaba para ser varón. La madre le manifes-
taba reiteradamente su deseo de que 10fuese. EI padre
sehalla totalmente ausenteen el discurso de Ia paciente.
En una oportunidad durante Ia adolescencia, Ia madre,
que había descubierto Ia exístencía de una relación ho-
mosexual, llevaa Eugenia a un psiquiatra y Ia hacehip-
notizar. Unavez establecidaIa hipnosis, Ia madre le for-
mula Ia síguíentepregunta:
l
LA
quién querés más?: a X
(pareja homosexual) o a mf? La paciente opta por Ia
segunda alternativa. En realidad esta disyuntiva consti-
tuye una falsa antinomia ya que' no se trata de una u
otra, Ia amiga o Ia madre, sino que en Ia elección de
una está contenida implicitamenteIaotra.
54
t,O
t
c H '0 • diI c c , I u11 l J
11
I I \11
10 t , 110 tIO)) ULu l c l. . (10 li' lu J' 1\ c
tos, oom yo.
1 ,
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I
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1.1
1 V
junto con 1 a a cor ,
I l I de • I lpC
papel de privilegio.Rooota y
. 1 1
U,
o
U I
de Ias sesiones, junto a 1 jU t
juegos imaginativos10sníâo r r ntan n ) o )
persona 10 que en una etapa anterior mo tru
I
mediode juguetes .
La clínica conniiíos que están reoorriendo 1 vi
tudes dei Edipo, me ha permitido inferir, que el JU
I
enestos momentos no puede ser reducido a Iaexpr 1
de fantasía sino que además, el jugar de estos ní o
.tienecomofunciónIa producción de sign1ficantessexu
1es,emblemas con los que elpequeno sujeto pueda ida .
tificarse. Vemosasí desfilar por el consultorio en su )(-
presión lúdrica al papá, Ia mamá, el hijo, 10sherm
nos... Juegos en los que está en Ujuego el esclar 01-
mientode Ia identidad sexual.
•
••
El período de latencia, desde Melanie Klein es ca-
racterizado por sua especiales dificultades. Apartir dei
sepultamiento dei ComplejodeEdipo se desarrollan en
elnifioprofusión dedefensas que tienden a estabilizarsa
y aún a transformarse en rasgosde carácter. En su obra
El Psicoanálisis
de
Ninos
esta autora ai referirse ai pe-
queno en cuestión nos dice a diferencia dei niíío pe-
queno, cuya vivacidadimaginativa y agudo ~ntimiento
de angustia nos permite Ia mejor comprensíõn dei In-
conscientey elestablecimientodecontactos con él, ellos
tienen una vida imaginativa muy limitada, de acuerdo
con IaPOderosatendencia a Ia represión que es caracte-
rística de esta edad; mientras que si los comparamos
con tos adultos su Yo no está aún desarrollado y no
tienen concienciade enfermedad, ní.sienten Ianecesidad
55
8/17/2019 La Transferencia Como Garabato.
22/30
1 ; 1
II
1 1 '1
, I
1 i
,
i ll /
) 1 1 ;
i l l ll
l
lil l
' 1
11I
C ItU'IUtO ,., do modo que no poseen un estímulo pa-
(1UmUUlIlllr
1
anállsls Di al1entopara
contínuarlo ,
IflHtl1 autora: nos aoonseía.,enuna posición opuesta
,., de AnnaFreud 59 utilizar Ia ínterpretacíón tan pron-
to
como sea posible ya quedeesta
manera el
niftoserá
orientado hacia el tratamiento analítíco, y los primeros
sintomas de alivio le proporeíonarãn 10sprimeros índí-
ciosde que el análisis 10beneftcíarã .
Con Winnicott se produce una nueva inflexión en
el planteo kleiniano, ya que este autor si bien coincide
en que Ia interpretación sea formulada cuanto antes,
nos aconseja, como es habitual en él, cuidar el momento
deIamisma. Siuno no está segurode 10quedebe inter-
pretar mejor será utilizar Iaprudencia en Ia que pueda
desplegarse una fase 'preparatoria' jugando, constru-
yendo con el nifio o simplemente dejándose eelípsar ,
Observemos acá una correlación con Lacan para quien
el analista debe funcionar en Ia transferencia como res-
to que cae, objeto
petit a .
Raquel de 8 afios ai salir de análisis comenta a su
mamá: Cllando juego yovoy diciendo
cualquíer
cosa. 10que a mí me parece. .. con 10flue M me
dice me deja pensando...••
AI tratar con nífíos de esta edad, es importante te-
ner presente que el paciente ha alcanzado un estado de
cordura referido al proceso secundario. Winnicott nos
advierte que como analistas no debemos truncar Ia or-
gan1zaci6ndei Ego... Por eso mismo debemos coope-
rar mientras vamos reuniendo material para Ia inter-
pretaci6n. .. en el período de latencía, nos dice: el nifio
está dispuesto para Ia introyección pero no para Ia ín-
corporacíõn.
A diferencia de los níãos pequenos, los pacientes
56
(I .;« ,lIM I
unu
I'«d l
oR pnolu H um
- 'H I(m l
Existe una queja por parte de 108analtstaa quo trn l,IL U
a estos pacientes que tambíén se reitera y que ae hall
ligada a una sensación de aburrimiento gonoraU~l
AI respecto me parece de gran valor Ia
observaoíõn
8/17/2019 La Transferencia Como Garabato.
23/30
l()
Ll'tlllsicionala partir del cual se pue-
1nte desde una zona en Ia que es ímpo-
I
I otre en Ia que_sí pueda hacerlo
.61
10de I? anos concurre--a anãltsís por probl~-
u Ia ssooíarídad, que en el último tíempo se toma
1101ente.En esta estructura familiar para confirmar
Iaeficien~~apaterna queno SOPQrt~i~al, 1equeda asíg-
nadoai mno el lugar de Ia insuficíencia. Insuficienteen
I~esc~e1ay más aÚDen Ia vida misma; Marcelocon su
silenClOpone a prueba Ia paciencia de 10smayores. El
padre 10acosa a preguntas que deja sin responder. De-
be~ transcurt?-rvariosmeses de análisis en 10sque Ias
s~slOnesconsístían en realizar juntos trabajos de car-
pmteria sin más intervención de mi parte que e1ayudar
en,esta tarea. Aparentemente, parecia que allí no ocu-
rna nada del orden dei psicoanálisis. No obstante su
~al-estar va a transformarse despaciosamente en un
b~en-estara partir dei cual Ia palabra de Marceloem-
pieza a hacer sentido, tornándose reveladora.
Fue un lento aprendizaje para mí como analista
eomparable a esos relatos donde un personaje debe so:
meterse a muchas pruebas hasta lograr e1 fin propues-
to. At~~vésde este análisis, Marcelo,uno de mis pro-
fesores me enseüõ el enorme valor de poner mi deseo
entre paréntesís, transformándome en paciente para
poder escuchar a 10s pacientes con 10s cua1es he em-
prendido el difícil sendero de Ia clínicaen transferencia.
Una recomendación final deWinnicott está referida
8 :
1
fin d~l anális~ para este período.
Según
su perspec-
tiva ~na aconsejable planificar 10sanálisis para que
term.menantes deI iniciode Ia pubertad o bien para que
prosigan durante 10sprímeros anos de Ia misma . AI
respect~ac~ta, que si el analista opta por esta segunda
~Itematlva seria convenienteque vea a sus pacientes a
mtervalos relativamente infrecuentes .
58
~
\.
:
í
,, ' .
Una observación (que por anora DO d I
tízar, pues no 11elogrado reunir casuf tiOI;l.U •
I I L . ,
pero que no obstante Ia propongo como blp6lu I
traba.jo) está ligada a aquellospacientes en 10 ',mle
negativa a iniciar el tratamiento se CODStitUY
tencia infranqueable. Para este tipo de situaolon ,(
pacientes latentes o adolescentes después de com n
m l
Ia necesidad de tratamiento, he propuesto en a1gun
casos al nino Ysus padres el modelo de psicoanáU8t (
pedido.
62
Los resultados obtenidos (no generalizable o'
, Ias razones antes expuestas) han sído muypositivo .
A
1
ser el nífiocolocado,desde inicios, en Ia posición de u-
jeto deseante con respecto de su propio tratamiento y
en relación a su propia enfermedad, me he encontrado
con Ia novedad de que espontánea.mentese estableoin
por parte dei nino una demanda que posibilitaba un
ritmo de trabajo analítico intenso, sorteando de esta.
manera ei célebre no sé a qué vengo , vengo porqu
memandan Yaúnsituaciones de forcejeos que ímplícan
una manipu1acióndel nino en Ias que e1 analista no
puede quedar involucrado,comoya 10puntualizara Me-
1anieKlein.
.. '
La pa1abra ado1escenciava a aparecer en el idioma
alemén a partir de Ia inauguraclón del psicoanálisiS,Ia
pubertad queda reinscripta de esta manera como una
profunda metamorfosis en Ia estructura. Reposiciona-
mlentos ligadoSa cambios hormonales, a Ias transfor-
maclones operadas a nivel del esquema corporal, como
a todas las funciones de marcaje a
nível
de 10s mitos
quesignaráIl ai proceso adolescente.
Adolescenteque adolesce , pena, enferma Ysutre.
Pero l,de qué padece e1 adolescente sino de su mísrna
adolescencia?6l
Sin
olvidar, que todo este lenguaje de
Ia falta de ser, como esencia de Ia adolescencia,es 1en-
59
8/17/2019 La Transferencia Como Garabato.
24/30
I
II
11I
dl1lto ntrico. Su enfermedad característica está
(te'( ru
«J
pta -a. excepción de Ias enfermedades que
)li ( I
n
I
to.rlo- a Ia adolescencia misma es impo-
II
I
surar a demorar este proceso ,
íuando el ntiío deja de ser el latente normalizado,
( p nd1ente de 10spadres, sobreviene una crisis de desi-
(i
ntlficación, que cuestiona profundamente su ser. Cri-
18encarnada en ese cuerpo que-d.eja de ser el mismo,
donde el reconocimiento se troca en desconocimiento
frente a Ia emergencia de su deseo sexual. Ante Ia cons-
tante amenaza de un cuerpo que nunca es el mismo,
surge con insistencia un control obsesivo por Ia talla,
tamaão de los pies, ete. Control que habla de Ias me-
didas que tiene que tomar para cuantificar estagnando
Ia continua diferencia.
Primera crisis que evoca a Ia muerte, muerte de Ia
cual hablan autores de Ias más distintas orientaciones
teóricas en psicoanálisis. Pero l.de qué muerte se trata?
lCuál es Ia primera de estas muertes que localizamos
en el proceso adolescente? Muerte que vinculo a Ia des-
trucci6n de ese nifio que debi6 ser. Una y otra vez, ve-
mos a Ios adolescentes empefíados en empezar de nue-
vo, como si no pudieran tomar nada de nadie, incluso
de ellos mísmos .••Necesidad de desprenderse deI nifio
abrochado en el Otro (lugar dei Yo-Ideal) para el eual
los signüicantes dei mito han esparcido sobre el espejo
los lugares desde los cuales debe significarse y dei cual
eI adolescente pre-tenderá zafarse. No sabiendo en que
han de convertirse, ni qué son, dedican su tiempo a una
lucha sin fin Ia lucha por sentirse reales . No ocupar
el sitio asignado, los hará librar asa Iueha en Ia que
deberán buscar un lugar de identificaci6n desde el cual
sostenerse. Lucha por el establecimiento de un ideal pro-
pio, ligado a Ia perspectiva dei Ideal dei Yo. Contienda
imaginaria, Ia lueha entre los ídeales (Ios de otros y Ios
propios) permitirá, no obstante, posicionar ai adolescen-
te en un lugar simbólico distinto, Ia construcción de un
6
.
afuera en relaci6n a ese Otro familiar que amenaza con
reintegrarlo.
En Ia adolescencia, enfatizaremos junto con Winni-
cott el valor constitutivo de una segunda muerte que ha
de Ilevarse a cabo. Dos muertes y nínguna, esto nos habla
de Ia salud en juego. Esta segunda muerte alude a un
asesínato, Aunque el crecimiento en este período pro-
gresa sin grandes crisis, puede que resulte necesario
hacer frente a agudos problemas de manejo dado que
crecer significa ocupar eI lugar dei padre. Esto es es así
en Ia fantasia inconsciente ya que el crecimiento tiene
para el adolescente una connotación agresíva , Según
este autor, para Ilegar a adulto, eI
níüo
en su tránsito
por Ia adolescencia, deberá pasar simbólicamente por
sobre el cadáver de los mayores. En el anãlísís de estos
pacientes, Ia muerte y eI triunfo personal, aparecen c~-
mo algo intrínseco de este proceso, tendiente a Ia adquí-
sícíón
de Ia categoria adulto. EI tema inconsciente, pue-
de hacerse manifiesto, como Ia experiencia de un im-
pulso suicida u homicida o como un suicídio u homícídío
acontecido en 10real. Esto está ligado a Ia mayor posí-
bilidad de efectivización deI pasaje aI acto psicótico
que encuentra en Ia adolescencia Ias oportunidades pa-
ra su concreci6n. Si bien el suicidio puede aparecer en Ia
infancia, su incidencia en Ia adolescencia es totalmente
distinta y requiere de cuidados especiales cuando enfren-
tados a pacientes psicóticos debemos emprender con
ellos un tratamiento. Volveremos nuevamente sobre este
punto.
EI padre muerto es una operaci6n simbólica que en
términos de Ia teoria Iaeaníana se denomina
asesinato
deZpadre
Y
categoríe de padre muerto. Matar ai padre
significa para el adolescente, una operaci6n que le per-
mitirá en el futuro alcanzar Ia propia paternidad. En
última instancia, coincide con un don dei padre, con
recibir dei padre significantes para re-posicionarse. Para-
d6jicamente, tal categoria implica que Ia funci6n pater-
61
8/17/2019 La Transferencia Como Garabato.
25/30
tt. EI padre, que no se deja sustituir, mata,
(n ruu ~) , Ia tunción. Como Ia madre que no produce
ur m ( po imaginado, se niega a realizar cierta opera-
ínu I tra nsterencia narcísístícasobre el hijo. Por eso,
))1 I U todo ésto se logre, tiene que haber un padre
( tl
deje matar y no imposibilite Ia operación. Dificil
uílíbrío que deberá sortear aquel que ostenta Ia fun-
c1ónpaterna. Para que el asesínato pueda ser perpetra-
do, para que haya un padre que posibilite este crimen,
Ia primer condición es ésta paradojal que mencionába-
mos antes: tiene que haber básicamente un padre vivo,
vivo en el deseo, que pueda sostenerse como deseante-
deseable. 8ólo el padre vivo se deja matar. Un padre
que evita Iaeonfrontación, un padre que no 10es, que se
corre demasiado fácilmente de lugar, que delega respon-
sabilidades demasiado rápido, no es un padre sobre el
cual se pueda cometer ningún crimen: ya está muerto
como premisa. Un padre que nunca se deja sustituir,
cierra, bloqueá el acceso simbólico a esta posición sub-
jetiva. Estas consideraciones son igualmente importan-
tes en relacíõn a Ia transferencia dei adolescente en tra-
tamiento. 8i Ia posición dei analista se faliciza como
encarnación inamovible dei 8ujeto Supuesto Saber, nue-
vamente hay una sustitución simbólica que queda por
hacer.
Es característico de esta posición paterna, el colo-
carse siempre por eneíma de sus hijos, en un más allã
absoluto e incuestionable, nunca hay un lugar que pueda
cederse para el hijo, quien entonces se queda sin espa-
cio hacia el cual oríentarse.
Sergio de 15 anos, volvia dei secundario alboro-
zado porque traía novedades para comentar con
su família. AIllegar se encuentra con el padre que
sín dejarlo habIar le dice: ni una palabra más,
te felicito por tu brillante actuación ... Sergio
6
sorprendído Ie interroga acerca de c6mo obtuvo
Ia informaci6n. Su padre Ie contesta: A papá
... Siempre 10 sé todo, incluso antes que vos .
Es notabIe como se patentiza esta dimensión pa-
terna en eI análisis con Sergio. Cada vezque nece-
sita dar a sus palabras un peso de ley, porque Ias
mismas comienzan apresentar fisuras agrega:
••Ami papá Iepasa 10mismo .
o .
esa es una idea
de mi papá ... o: los hombres frios y calcula-
dores son los que finalmente triunfan, vea a mi
'papá' ... estoy seguro que si Ud. Ie va a pedir un
asesoramiento va a hacer tal eual 10 que éI di-
ce ... cada vez que voy a comprar algo Ie pre-
gunto, él sabe de todo y me recomienda 10mejor,
aunque Ud. no me crea es cierto, si Ud. 10 cono-
ciera haría 10mismo ... ,
Una pregunta que atraviesa aI adolescente interro-
gándolo en 10 más prorundo es Ia referida aI sexo: el
sexo. lY para qué? o ... el sexo. lY con quién? Ya
que muchos de Ios adolescentes no saben aún si serán
homosexuaIes, heterosexuales o simplemente narcisis-
tas
/> 4
EI sexo. .. y Ia soledad. Actividad masturbatoria,
donde ella pueda representar en realidad un intento por
liberarse deI sexo, más que una experíencía sexual en si
misma. Actividad sexual.
o .
Y Ia compulsión de esa aetí-
vidad, donde Ia profusión y el despliegue promíscuos
pueden estar ligados -tanto sean lasmismas homose-
xuales o heterosexuales-- a una fuga respecto ai asu-
mirse eróticamente. He podido constatar, en pacientes
adolescentes de ambos sexos, que Ia actividad sexual
compulsiva, que los arroja momento a momento frente
a un compafiero sexual distinto, constituia una forma
de no interrogarse acerca de Ia propia identidad sexual.
EI adolescente es en esencia un ser aíslado, que en
busca de ideales identificatorios en los cuales soportar-
63
8/17/2019 La Transferencia Como Garabato.
26/30
J IIpo •(ü'upos que pueden deshacerse inmedia-
lU
rUr de 10cual 10s sujetos vuelven a aíslar-
U)O cohesionados por fuertes componentes
It eatortos, en 10s euales- el ,adolescente se refugia,
I tras I1braIa gran bataIla familiar. Grupos que eons-
Utuyen su morada, y que llegan a consolidar un sostén
tal, que ~e podido observar que en algunos pacientes Ia
adhereneía a una de estas fornías lnstituciOnàles ha lle-
gado a ser refugio, en franca crisis psicóticas.
Norah, paciente psicótica de 25 afios nos cuenta
~e su adolescencia 10siguiente: a mí hermano 10
mternaron después que en casa rompió todo
mí abuela es una loca, nos daba Ia teta hasta que
tuvímos 10 afios ... mi madre es otra loca, mi
padre se fue ... 10s deI grupo (grupo religioso
con c~racteristicas muy ortodoxas) se ocuparon
de rm ... me enseiíaron a rezar y a disciplinar-
me ... para cada cosa hay una norma y un rito
en Ia religión todas Ias cosas estãn planificad~
... hay normas para todo, para comer, para ir
ai bafio, basta seguirias y uno ya sabe como ha-
cer ... yo de esa manera me organizo .
. Se~ Melanie Kl~in los análisis típicos de este pe-
ríodo dífíeren en muchos aspectos con los dei período
de latencia. En Ia pubertad encontramos ai paciente
~ominado por sus emociones, con manifestaciones afec-
tívas ~ás pronunciadas que en el período de latencia y
una VIda más rica en imaginación. Por otra parte bay
.grand~s puntos de simiUtud con el análisis de nüios
pequenos, pero Ia.diferencia con ellos consiste en que el
adolescente desplIega procesos similares, pero asumíen-
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do una característica de desafío y rebeldía que p
te
significar una gran düicultad clínica para 10sanãl t
l
Ia pubertad . Esta autora recomienda ganar preooz or
te ai paciente interpretando Ia transferencia negativa, 1
caso contrario, nos dice que el análisis puede quedar
i.
terrumpido prontamente, aún desde Ia primera hora d
análisis. Sus fantasías son similares a Ias deI níüo p -
queno, pero los mecanismos peculiares de esta etapa, 1
ocultan mejor .66En aquellos casos en que ia incidencia
de Ia represión ha limitado ostensiblemente ai adolescen-
te, nos recomienda Klein emprender el análisis deIa mís-
ma manera que 10hacemos con el análisis de los sueãos,
pues de esta forma podemos encontrar que, detrás de
una producción deficitaria, monótona e improductiva,
este camino nos conduce gradualmente a Ia fantasmáti-
ca dei paciente.
En Ia adolescencia Ia clinica va a estar en el difícil
borde en el que confluyen dos
Iímítes:
de un lado Ia
clínica de nífios pequenos, y dei otro Ia de adultos. EI
adolescente va a requerir esta plasticidad dei analista.
Por momentos debemos seguir con ellos el decurso de
un juego, mientras que por otros nos evocan a un pa-
ciente adulto.
Ignacio de 17 afios, ocupa parte de sus sesiones en
hablar de sus
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