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    La muerte es un castigo para algunos, para otros un regalo, y para muchos

    un favor" (Sneca, citado por Medina, 2010, prr. 1).

    El suicidio asistido es un tema que ltimamente ha causado gran controversia

    y ha sido el dilema principal en distintos debates alrededor del mundo, dado que

    confronta dos posturas morales, por un lado los que estn en contra y defienden la

    no despenalizacin de esta prctica apelando a derechos como el derecho a la vida

    y nuestro compromiso por preservar la mayor cantidad de vidas posible y, por otro

    lado, los que defienden el suicidio asistido apelando al derecho a una muerte digna,

    al respeto a la libertad y autonoma humana. De analizar stas posturas surge la

    siguiente problemtica: Hasta dnde la vida que es un derecho se convierte en

    una obligacin?, qu tan libre es un individuo para decidir acerca de su propia

    vida?, qu es ms importante, una vida digna o una muerte digna?, la persona a

    la que se le pide realizar el suicidio asistido, est obligado a llevarlo a cabo?

    En el presente ensayo se abordar el tema del suicidio asistido desde 2

    corrientes ticas distintas, en la primera parte se analizarn distintos argumentos en

    contra con base en la tica del deber formulada por Immanuel Kant, en la segunda

    parte se analizarn los argumentos a favor de esta prctica desde la perspectiva de

    la tica utilitarista propuesta por John Stuart Mill, por ltimo, se evaluarn y

    confrontarn las dos posturas, presentando y fundamentando mi postura respecto

    al tema. Dicho anlisis se realizar mediante una estructura dialctica.

    Para empezar es necesario definir el concepto de suicidio asistido, el cual se

    refiere a la actuacin de una persona que se limita a otorgar al enfermo los medios

    necesarios para que sea l mismo quien se produzca su propia muerte (Lorda, 2007,

    prr. 6). Partiendo de esta definicin se puede entender el por qu del debate tico

    que se genera a su alrededor. Como es de esperarse, se han formado grupos de

    personas que estn a favor o en contra de tal prctica, los grupos en contra

    defienden su postura mediante tres argumentos principales.

    El primero de sus argumentos afirma que los motivos humanitarios no

    justifican la accin premeditada de acabar con la vida de una persona. (Hughes,

    citado por Snchez & Lpez, 2006, p. 208). Este argumento se basa en el derecho

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    a la vida que cada persona posee por el simple hecho de ser un ser humano, un

    derecho inalienable, que no puede ser arrebatado a nadie por ningn motivo. Desde

    el punto de vista de la tica del deber, la cual nos plantea obra slo segn una

    mxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne ley universal (Kant,

    citado por Rachels, 2009, p.192), podemos estar de acuerdo con el suicidio asistido,

    ya que podramos vernos en la libertad de terminar con la vida de cualquier persona

    con la finalidad de terminar con su sufrimiento, sin embargo se creara un caos total

    y fcilmente esta situacin se saldra de las manos.

    Primero tendramos que definir qu motivos humanitarios son vlidos y si sta

    es la nica consideracin que se debe de tener en cuenta antes de tomar partida

    por el suicidio asistido, por ejemplo, si un enfermo pide a un amigo que le

    proporcione los medios para morir, y ste cede, ya que considera que as estara

    actuando de manera humanitaria con su amigo y lo asiste sin antes haber revisado

    el historial del enfermo o haberle proporcionado los cuidados paliativos que ste

    pudiera requerir, no estara actuando de la manera ms correcta, ya que todos

    tienen el derecho a la vida y a luchar por ella. De manera tica, no se estara

    llevando a cabo la mejor opcin, la ms racionalizada, simplemente se estara

    actuando por sentimientos y creencias, en los cuales no podemos confiar, ya que

    estos cambian de manera drstica con el paso el tiempo y no siempre nos llevan a

    la mejor eleccin.

    Otro argumento en contra de sta prctica es el de la pendiente resbaladiza,

    que hace referencia al riesgo de no poder prevenir la utilizacin del suicidio asistido

    en situaciones que podran tener otras alternativas o al riesgo de que ste no se

    realizara de manera adecuada (Snchez & Lpez, 2006, p. 210). En este argumento

    se hace nfasis en el hecho de que no contamos con leyes que regulen las acciones

    respecto a este tema, por lo tanto sera muy fcil caer en una pendiente resbaladiza

    en la que poco a poco se desviara el objetivo principal del suicidio asistido, as

    como las condiciones en que ste se puede proporcionar, por lo tanto no es una

    prctica que deba ser aceptada porque muy fcilmente podra cambiar su finalidad

    y llevarnos a actos donde realmente no se respete la dignidad humana.

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    Un tercer argumento en contra es el hecho de que se deben de preservar la

    mayor cantidad de vidas posible. Este argumento es sustentado mediante la tica

    del deber, ya que podramos actuar de acuerdo a este principio en cualquier

    situacin porque se estara buscando siempre preservar el derecho a la vida de la

    mayor cantidad de personas posible, por el contrario con el suicidio asistido estamos

    yendo en contra de este principio, porque no se est luchando por las vidas sino

    simplemente se les est permitiendo morir, pasando as por encima del derecho a

    la vida.

    Sin embargo, es aqu en donde nace la pregunta, hasta cundo el derecho

    de la vida, deja de ser un derecho y se convierte en una obligacin? Este es el

    primer argumento que sostienen los grupos en defensa del suicidio asistido,

    argumentan que as como una persona tiene el derecho a una vida digna, de igual

    manera lo debe de tener a una muerte digna. Como lo menciona la ley en el estado

    de Oregn en Estados Unidos (Snchez & Lpez, 2006, p.214) ya no se habla de

    un suicidio asistido, sino de una muerte digna, no siendo sta idea contraria a la de

    una vida digna como muchos lo creen, sino siendo ideas complementarias, con la

    finalidad de respetar la integridad y dignidad que el individuo posee, aun en

    situaciones terminales.

    Otro argumento a favor es el del respeto a la autonoma humana, como lo

    menciona Quijano (2001, p.194), el suicidio asistido no se debe ver como un fracaso

    mdico sino como el respeto a la autodeterminacin y autonoma del paciente.

    Apelando a los derechos humanos podemos reconocer que es necesario respetar

    el derecho de cada persona para tomar sus propias decisiones y dichas decisiones

    deben de ser respetadas por lo dems miembros de la sociedad, pues vivimos en

    una sociedad tolerante e igualitaria, por lo tanto, no hay motivo para que solo se

    respeten las decisiones de algn grupo de personas, ya que de ser as, estaramos

    actuando de manera injusta y discriminatoria, convirtindonos en una sociedad con

    muy pocas posibilidades de avance en todos los mbitos, dados nuestros principios

    no ticos, ya que la nica forma para que una sociedad muestre desarrollo es

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    mediante bueno cimientos, es decir, mediante el respeto a los derechos

    fundamentales principalmente.

    Otro argumento fuerte que encontramos a favor de esta prctica es desde el

    punto de vista del utilitarismo, en donde el suicidio asistido es correcto, ya que sta

    teora tica sostiene que cuando tengamos que elegir entre diferentes acciones o

    polticas sociales, debemos elegir aquella que tenga las mejores consecuencias

    globales para todos los afectados (Bentham, citado por Rachels, 2009, p. 148), por

    lo tanto, analizando esta prctica podemos observar que el suicidio asistido solo

    est autorizado para personas que no tienen ninguna posibilidad de cura y su vida

    se reduce a una prolongada agona, creando esto un gran sufrimiento al enfermo,

    por el contrario, si se le proporcionan los medios adecuados para morir, se estara

    terminando con el dolor de esta persona, probablemente los familiares y personas

    cercanas al enfermo sentiran una profunda tristeza, sin embargo, comparando esa

    tristeza con el gran dolor que las personas enfermas sufren diariamente, a tal grado

    de preferir morir antes que vivir un da ms con ese dolor, se puede apreciar que la

    accin que conlleva las mejores consecuencias es la del suicidio asistido.

    Desde mi punto de vista considero que los argumentos a favor son ms

    fuertes, ya que los argumentos en contra cuentan con partes dbiles en su defensa,

    por ejemplo, el argumento de la pendiente resbaladiza que resulta incorrecto, ya

    que se estn creando suposiciones a futuro y eso es una falacia, porque no

    podemos saber con certeza cul ser el comportamiento de la poblacin en un

    futuro. Por el contrario, los argumentos a favor apelan principalmente al derecho de

    respetar la autonoma humana y al derecho de una vida digna, es decir, apelan a

    derechos fundamentales.

    Personalmente estoy a favor del suicidio asistido, porque considero que la

    vida es un derecho y no una obligacin, que cada quien es responsable de s mismo

    y es libre de tomar las decisiones que desee, siempre y cuando no afecten a los

    dems y en este caso la decisin de morir no afecta de manera directa a nadie ms,

    claramente las personas cercanas sufrirn la prdida, pero considero que es mayor

    el beneficio que la persona enferma recibe. Estoy de acuerdo en que no debe ser

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    una opcin para personas que puedan tener cura, ya que en ese caso s estaramos

    pasando sobre su derecho a la vida, aun as si, el enfermo la solicitara, ya que an

    tiene oportunidades de curarse y tener una vida plena, en este caso se debera

    recurrir a los cuidados paliativos para mitigar el dolor y ofrecer ayuda psicolgica al

    enfermo, el suicidio asistido solo debe de ser para las personas que no tienen

    oportunidad de alcanzar una vida digna.

    Por otro lado considero que la persona a la cual se le pide ayuda para

    proporcionar al enfermo los medios necesarios para morir, no est obligada a

    realizar tal accin, es simplemente un favor que el enfermo le pide, por lo tanto, esta

    persona lo debe analizar desde un punto de vista imparcial, no teniendo en cuenta

    intereses ni sentimientos personales acerca de la situacin o el enfermo, se debe

    de valorar la accin que el enfermo est solicitando para poder darle la mejor

    solucin. Creo que en este punto se podra formar una organizacin de voluntarios

    a favor del suicidio asistido, que estn capacitados para llevarlo a cabo de la mejor

    manera, brindando apoyo psicolgico al paciente y a su familia para poder vivir de

    la mejor manera este momento.

    Para concluir me gustara reflexionar acerca de qu pasara si mi madre o

    mi padre fueran los que me pidieran asistirlos para el suicidio?, ya que considero

    que hablar de un tema y optar por una postura puede ser relativamente fcil pero

    cuando esa situacin es cercana y nos involucra a nosotros, nuestros principios se

    pueden ver tambaleados, sin embargo, si me encontrara en ese caso yo optara por

    hacerlo, aun as si fuese penado y aceptara las consecuencias, ya que no podra

    soportar ver a mis seres queridos sufriendo de tal manera, ni como est siendo

    violada su autonoma, sabiendo que no existe esperanza alguna para su cura, que

    nunca podran llegar a tener una vida digna, y a cambio de eso solo tienen una lenta

    agona, considero que dejara de lado mis intereses personales para mantenerlos

    con vida y hara todo por cumplir con esta ltima voluntad, esa que pareca una

    amenaza durante toda la vida y ahora es un regalo, la muerte.

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    Referencias

    lvarez, A. (2002). Eutanasia y suicidio asistido. Opciones al final de la vida.

    Revista de Investigacin Clnica, 54(4), 295-298.

    Lorda, P. (2007). Eutanasia y Suicidio Asistido. Obtenido el 24 de marzo de 2014,

    de DMD Espaa: http://www.dmd.org.co/pdf/eutanasiaysuicidio.pdf

    Quijano, M. (2001). El suicidio asistido. Fac Med UNAM, 44(5), 193-194.

    Medina, F. (29 de abril de 2010). Generatio Nova UASD. Obtenido el 29 de abril

    de 2014, de

    http://gnuasd.com/index.php?option=com_content&view=article&id=239:la-

    muerte-es-un-castigo-para-algunos-para-otros-un-regalo-y-para-muchos-

    un-favor&catid=53:noticias-filosofia&Itemid=54

    Rachels, J. (2006). Introduccin a la Filosofa Moral. Mxico: FCE.

    Snchez, A., & Lpez. (2006). Eutanasia y suicidio asistido: conceptos

    generales,situacin legal en Europa, Oregn y Australia (I). En Medicina

    Paliativa (Vol. 13, pgs. 207-215). Madrid: Arn Ediciones, S.L.


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