Las responsabilidades de los Funcionarios Póblicos
Artículos 108 al114
Toman parte en este debate los ce. CESPEDES, JARA, LIZARDI, mARRA, PINTADO SANCHEZ, GERZAYN UGARTE, MANJARREZ, RODRIGUEZ GONZALEZ, MANZANO y RIVERA CABRERA.
E N la sesión de la tarde del dom ingo 21 de enero se dió cuenta con el dictamen sobre los artículos 108 al 114, y los debates se radicaron particularmente sobre los artículos 108 y 109.
El dictamen dice así:
"La responsabilidad de los funcionarios es la garantía del cumplimiento de su deber, y por tal motivo, todo sistema legislativo que vea la manera de exigir la responsabilidad en que incurren los funcionarios públicos por las faltas cometidas en el cumplimiento de sus encargos es de capital importancia en el sistema constitucional.
Debe establecerse, en primer lUJar, la responsabilidad de todos los funcionarios; en segundo, el procedimiento para juzgarlos, y en tercero, la penalidad respectiva.
Respecto del primer punto, se establece por el proyecto la responsabilidad del presidente de la República, da los senadores y diputados al Congreso de la Unión, de los magistrados de la Suprema Corte, de los Secretarios del despacho y del Procurador General de h República, así como también la de los Gobernadores de los Estados y de los Diputados a las Legislaturas Locales.
La estabilidad del Poder Ejecuti va exige que solamente por delitos de carácter muy grave pueda ser juzgado durante el período de su encargo, y por este motivo se limitan los hechos por los que puede ser juzgado el presidente, a los delitos de traición a la patria o a los de carácter grave del orden común.
Los miembros del Congreso de la Unión, de la Corte Suprema, los Secretarios de Estado y el Procurador, respecto de todas las faltas, omisiones y delitos en que incurran, porque respecto de eIlos no militan las razones que
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us HI'STORIA DE LA CCN"STITUCION DB 1111.
para la limitación de los cargos que pueden ser hechos se establecía respecto del Presidente de la República.
Los gobernadores de los Estad03 y los diputados a las legislaturas locales asumen, además de su carácter genuino de funcionarios de cada Estado, el de auxiliares de la federación, y pUJden incurrir, con este carácter, en responsabilidades de carácter federal.
El procedimiento para juzgar a los altos funcionarios y a las autoridades competentes para ellos, son distintos, según se trate de delitos del orden común o delitos oliciales. Respecto de los primeros, el principio de igualdad ante la ley y la prohibición de tribunales especiales somete a los funCiOnarios a los jueces del orden común, como a cualqUiera otro ciudadano. Solamente que para poner a cubierto a estos funcionarios de ataques infundados por parte de enemigos políticos, ataques que pudieran perjudIcar la buena marcha de la administración, separando constant~mente a los jefes de los departamentos, se ha establecido que, para quedar un alto funcionario a disposición del juez común, debe hacerse antes una de~laratoria por la Cámara de diputados.
Solamente el presidente de la República será juzgado siempre por el procedimiento para delitos oficiales.
Estos últimos son juzgados, no por los tribunales del orden común, porque evidentemente salen fuera de la naturaleza de los hechos sometidos al conocimiento de estas autoridades, y se hl establecido que los juzgue el t:lenado, mediante el siguiente procedimiento:
La Cámara de Diputados hace la acusación a la de Senadores; dicta la sentencia, previos los trámites ordmarios de todo proceso, como son: oír al acusado y practicar todas las diligencia.> necesarias para comprobar su responsabilidad.
Los actos indebidos de un funcionario pueden estar previstos o no por una ley especial que fije una penalidad del orden común, es decir, prislOn, multa, etc., o bien no tener tal penalidad del orden común; en este caso se prevé una penalidad general que consiste en la privación del empleo o en la mhabilitaclón para obtener otro, segú.1 establezca la ley secundaria respectiva.
Como un gran paso en el sistem:l de responsabilidad de los funcionarios se concede acción a toda persona para que ante la Cámara de Diputados presente denuncia formal de los delitos o faltas de los funcionarios, a fin de que dicha Cámara proceda a indicar el procedimiento.
Se recibió por la comisión una iniciativa del C. diputado David Pastrana Jaimes, sugiriendo la creación de un tribunal especial de responsabi-
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JI E L I X. F. l' A L A V le IN I ... lidades. Esb, desde luego, no fue aceptado por la comlslon, en virtud de la imperiosa prohibición de no establecer tribunal especial de ningún género y porque las razones que el autor de la iniciativa presenta para fundar ésta, y que Sun principalmente la de que los tribunales comunes pueden incurrir en I<:nidad al juzgar a los funcionarios, por espíritu de solidaridad de clase, siendo todos empleados del poder público, militan también en contra del tribunal especial de responsabilidad, porque ésb sería también formado por empleados del gobierno que, a su vez, sentirían respecto de sus colegas el mISmo espíritu de clase que se reprocha a 103 tribunales en su organización actual.
Sin embargo, la comisión, compr3ndiendo la gran importancia que tiene el problema de la responsabilidad de los funcionarios y la necesidad de cambIar por completo las bases del sistema actual, que ha venido a nulificar radicalmente la responsabilidad de los funcionarios y empleados, ha creído que para juzgar, nadie mejor que el pueblo mismo, el cual por experiencia propia conoce el manejo de dichos tmpleados y puede, a ciencia CIerta, dar su resolución. Por este motivo se estaJJece que Jos funcionarios y empleados públicos, cualquiera que sea la pena e.I que incurran, serán juzgados por el jurado popular.
En tal virtud, la comisión propone a la honorable asamblea la aprobación del siguiente:
TITULO CUARTO
"De las responsabilidades de los funcionarios públicos.
Artículo 10S.-Los senadores y diputados al Congreso de la Unión, los magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los secretarios del despacho y el procurador general de la República, son responsables por los delitos comunes que cometan durante el tiempo de su encargo, y por los delitas, faltas u omisiones en que incurran en el ejercicio de ese mismo cargo.
Los gobernadores de los Estados y los diputados a las Legislaturas Locales son responsables por violaciones a la Constitución y leyes federales.
El presidente de la República, durante el tiempo de su encargo, sólo podrá ser acusado por traición a la patria y delitos graves del orden común.
Artículo 109.-Si el delito fuere común, la Cámara de Diputados, erigida en gran jurado, declarará por mayoría absoluta de votos del número too tal de miembros que la formen, si ha o no lugar a proceder contra el acusado:
En caso negativo, no habrá lugar a ningún procedimiento ulterior; pero tal declaración no será obstáculo para que la acusación continúe su curso
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... Rl'8TOltlA DE LA \.·UNSTITUCION DlD U1'l . --------~-------------------------------.------
cuando el acusado haya dejado de tener fuero, pues la resolución de la Cámara no prejuzga absolutamente los fundamentos de la acusación.
En caso afirmativo, el acusado queda, por el mismo hecho, separado de su encargo y sujeto desde luego a la acción de los tribunales comunes, a menos que se trate del presidente de la República, pues en tal caso sólo habrá lugar a acusarlo ante la Cámara de Senadores, como si se tratara de un delito oficial.
Artículo 110.-No gozán de fuero constitucional los altos funcionarios de la federación por los delitos oficiales, faltas u omisiones en que incurran en el desempeño de algún empleo, cargo o comisión pública que hayan aceptado durante el periodo en que, conforme a la ley, se disfrute de fuero. Lo mismo sucederá respecto a los delitos comunes que cometan durante el desempeño de dicho empleo, cargo o comisión. Para que la causa pueda iniciarse 'cuando el alto funcionario haya vuelto a ejercer sus funciones propias, deberá procederse con arreglo a lo dispuesto en el artículo anterior.
Artículo 111. -De los delitos oficiales conocerá el Senado, erigido en gran jurado; pero no podrá abrir la averiguación correspondiente sin previa actuación de la Cámara de Diputados.
Si la Cámara de Senadores declarare, por mayoria de las dos terceras partes del total de sus miembros que el acusado es culpable, después de oírlo y de practicar las diligencias que estime convenientes, éste quedará privado de su puesto por virtud de tal declaración, o inhabilitado para obtener otro, por el tiempo que determine la ley.
Cuando el mismo hecho tuviere señalada otra pena en la ley, el acusado quedará a disposición de las autoridades comunes, para que lo juzguen y castiguen con arreglo a ella.
En los casos de este artículo y en los del anterior, las resoluciones del gran jurado y la declaración, en su caso, de la Cámara de Diputados, son inatacables.
Se concede acción popular para denunciar ante la Cámara de Diputados los delitos comunes u oficiales de los altos funcionarios de la federación, y cuando la Cámara mencionada declara que ha lugar a acusar ante el Senado, nombrará una comisión de su seno que sostenga ante ésta la acusación de que se trate.
El Congreso de la Unión expedirá, a la mayor brevedad, una ley sobre responsabilidad de todos los funcionarios y empleados de la federación, determinando como faltas oficiales los actos u omisiones que puedan redundar en perjuicio de los intereses públicos y del buen despacho, aunque hasta la fe-
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I'J!Jt.IX F. f'ALAVICINI . ., cha no hayan tenido el carácter de delitos. Estos serán siempre juzgados por un jurado popular en los términos que para los delitos de impuestos es· tablece el artículo 20.
Artículo 112.-Pronunciada Unl sentencia de responsabilidad por delitos oficiales, no puede concederse al reo la gracia de indulto.
Artículo 113.-La responsabilidad por delitos y faltas oficiales sólo podrá exigirse durante el período en que el funcionario ejerza su encargo y un año después.
Artículo 114.-En demandas del orden civil no hay fuero ni impunidad para ningún funcionario público".
El C. CESPEDES: Respetuosamente pido a la comisión se sirva decirme las razones que tuvo para no considerar al Presidente de la República responsable de las violaciones a la Constitución.
El C. JARA, miembro de la comisión: La comisión no tuvo en cuenta FI C. Presidente de la República para lo que se refiere a las responsabilidades, porque tendria que ser juzgado p)r los otros Poderes y en estas condiciones se establecería un conflicto.
El C. CESPEDES: El señor diputado Jara no me ha satisfecho con su explicación respecto a la interpelac:ón que le hice. Yo considero este asunto, como en alguna ocasión que vine a esta tribuna lo manifesté, de mucha importancia. Juzgo que el presidente de la República, como ciudadano de honor, no debe ser juze;ado dentro de 103 preceptos sagrados de la Constitución que le vamos a dar, pero juzgo que debe hacerse responsable de las violaciones de esos mismos preceptos. El articulo constitucional relativo, del cuerpo de leyes de 1857, dice lo siguiente:
"Lo es también el presidente de h República; pero durante el tiempo de su encargo sólo podrá ser acusado por los delitos de traición a la patria, violación expresa de la Constitución, ataque a la libertad electoral y delitos graves del orden común".
Sólo se preceptúa que este alto funcionario pueda ser responsable o pueda ser acusado por los delitos de traición a la patria. Como ustedes comprenderán, esta ciase de delitos especificados por este artículo son verdaderamente peligrosos, porque ¿cuándo Sl podrá acusar al presidente de la República de traición a la patria si tiene el freno de los otros Poderes? Por delitos graves del orden común sería peligroso, pero los casos de violación a la Constitución esos sí es muy posible que se efectúen, porque ¿ quién nos asegura que tengamos en lo futuro un presidente modelo, un presidente como M el anhelo de esta asamblea. como creemos qU& lo ValUOII a tener? Pero no
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... Bl'BTORIA DE LA CCNSTITUCION DZ un.
hay la seguridad. Yo pido a ustedes que reconsideren este artículo; y ya que le hemos dado facultades verdaderamente numerosas al Ejecutivo frente a los otros Poderes, y a~í C?!ll0 vamos p~diendo que sea responsable de los preceptos de esta ConstJtuclOn, ¿ por que no va a ser responsable de las violaciones a esta misma Constitución? Es un ciudadano igual a todos nosotros y aunque es un funcionario de alta investidura, pido que no por eso deba de~ jar de ser resp0!1sable de las violaciones que haga a esta Carta Magna que tod.os estamos obhgados a respetar. Por tanto, señores, yo os invito a recons!derar este asunto y a que me apoyéis para pedir una adición en este sentIdo: que sea responsable también de las violaciones a los preceptos de la Constitución" .
.. El C. l ~ZARDI: Al hablar en pro del dictamen de la comisión debJ principIar por pedir una excusa a la asamblea, supuesto que había ya declarado su soberanía que estaba ya suficientemente discutido el artículo más como quiera que se ha hecho una seria impugnación al dictamen de ia comisión juz,o de mi deber desvanecer las dud ui, no ya de la honorable asamblea, supuesto que no ha habido oradores en cJntra, sino las dud3s muy especiales del diputado Céspedes, quien me merece tJda clase de consideraciones, supuesto que hemos sido compañeros en diverE.as luchas, y en tal virtud, únicamente por vía de aclaración, vengo a explicarme y a explicar el por qué procedió cuerdamente la comisión al hacer lo que hizo. Nuestro sistema político estl orttaniz'do en tres Poderes: le<islativo, Ejecutivo y Judicial, y ninguno de esos Poderes es soberano con relación a los otros, es decir nin~no es mayor que otro ni menos que otro. Se necesita, pues, que cada uno de esos Poderes sea intocable por los otros dos, y es perfectamente fácil de conseguirse, por lo aue se refiere al legislativo y Judicial, toda vez que está compuesto de vorias miembros; y si un diputado viola la Constitución no se atenta contra el Poder .Tudicial porque se proceda contra ese magistrado de la Suprema Corte de JusticiA. toda vez que en el primer caso han quedado los demás diputo dos v sen. dores v en el se<nIndo C1S0 han quedado los magistrados y. por consilruiente. los Poderes quedan intactos; pero hemos reconocido y aprobado ya un articulo que preceptúa que el ejercicio del Poder Ejecutivo se deposite en una sola persona, y desde el momento en que esa persona, durante el eiercicio de su cargo. pudiera ser procesada por violación a la Constitución, d~ríamos lugar a la intromisión de los otros Poderes, a la supremacía de los otros Poderes sobre el Poder Ejecutivo, cosa que sería fatal en nuestro sistema de ponderación -corno diría el señor Medina- o de equilibrío -como diría el señor Truchuela- de los diversos Poderes de la República. ¿ Cómo evitar que el presidente de la República viole la Constitución? Esto esti evitodo ya' no es necesario enjuiciarlo; en ningún acto del preside"ote de la RepÚbliéa,' en ninguno de los ramos de la administración tiene validez su firma si no va refrendada por la del Secretario de Estado correspondiente. Ahora bien: desde el momento en Que viole el presidente de la República la Constitución no será el único violador de la Constitución, sino que habrá también un Secretarío de Estado que hubiera podido evitar la violación de la Constitu-
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FZLIX F. P ALAVICINI ns
eión negándose a firmar el acuerdo que hubiere dictado el presidente de la República. Si pues hay Secretarios de Estado responsables, y si sin ellos no puede hacer nada el presidente de la República, se habrá evitado el peligro de que el presidente viole la Constitución. Se me dirá: "Se ha castigado ya al Secretario de Estado responsable, pero no se ha castigado al presidente de la República, y esto es contra los más elementales principios de la justicia, toda vez que no es posible castigar a uno de ios autores de un delito y perdonar al otro". Pues, señores diputados, no se trata de perdonar al presidente de la República; se necesito. conservarlo en su investidura y ejercicio del Poder EJecutivo sin perjuicio de castie;arlo desnués, porque lo que nos dice el artículo es esto: "El presidente de la República, durante el tiempo de su encargo, sólo podrá ser acusado por traición a la patria y delitos graves del orden común". T uegó quiere decir que si comete una violación a 1" Constitución, en primer lu'tar se casti"ará al Secret~rio de Estado que debió imperlirlo; en segundo lu'!ar, no se castigará de momento al presidente de la República: pero sí d"eoués. cua ndo no estuviere ya en el eiercicio de su cargo; de no hacerlo así habremos roto por completo el eq'lilibrio entre los Poderes v hobrernos convertido pi Ejecutivo en un esclava del Le~slativo. En t"1 virtud. suolico a la asambleq que en el momento oryortuno se sirva votar a favor del dictamen presentado por la comisión. (Aplausos)".
El C. IBARRA: "Suplico a la hO'lorable comisión tenga la b~ndad de ñecirnos por qué a los gobernadores dB los Estados y diputados a las J esislatur?s J oca les no se les hace responsables de los delitos del orden común como al presidente de la República.
El C. JARA, miembro de la comisión: La Lesislatura de cada Estado detp.rminará la forma de castigar a los diputados de la propia I e'l'isl"tur" Nosotros no hemos querido que la Federación ínvada la soberanía de los Estados. sino que el espíritu de la comisión ha sido respetar esa soberanía en todo lo que ha sido posible.
El C. PINTADO SANCHEZ: "El señor licenciado Lizardi, al pretender defender el dictamen, no ha hecho más que dar argumentos para atacarlo duramente. "'N o es posible en este caso -nos dice--; el presidente no hace más que sancionarlos actos de los Secretarios de Estado". (Voces: iAI contrario!) Más bien los secretarios sancionan los actos del presidente, puesto que sin la firma del secretario no tiene validez ninguna. Ahora bien, pregunto: ¿no es una inconsecuencia que los secretarios sean responsables de aquello que sancionan con el presidente? Se pretende, según he visto en el dictomen de la comisión, quitar al Poder Legislativo todas las facultades que tenía en la Constitución de 1857. Ahora bien, esta Constitución fue redactada a raíz de la revolución del plan de Ayutla, que fue un movimiento netamente popular contra la dictadura de Santa Ana, y es natural que tratándose de derrocar a un dictador se procurara hacer que no se pudieran entronizar dictaduras en
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fU' HI'STOR1A DE LA UON6TITUClON nll 1117.
la República; se vio que no se consegub ese fin y las dictaduras seguían persistiendo a través de nuestra historia. El Ejecutivo ha seguido su labor de facultades omnímodas hasta la fecha, y ojalá que hubiera, desde la Constitución de 1917 en adelante, un hombre que comprenda que sus facultades est'Ín limitadas en la Constitución y no invada a las facultades del Le<ñslativo. Por lo tanto, propongo a ustedes que no voten de acuerdo con el dictamen, desde el momento que ataca una de las libertades más grandes de nuestra Constitución" .
El C. GERZAYN UGARTE: "Las breves palabras que voy a dirigir a ustedes no son, en esencia, sino la repetición de los argumentos del señor Lizardi; pero como parece que no fueron bien comprendidas por el ciudadano que me precedió en el uso de la palabra, y para quitar todo escrúpulo a los diput.dos que piensan que de algún modo se deja sin responsab;lidades al presidente de la República por violaciones a la Constitución, el artículo 92 ya aprobado, dice terminantemente: '
"Todos los reglamentos, decretos y órdenes del presidente, deberán estar firmados por el Secretario del despacho, encargado del ramo a que el asunto corresponde, y sin estos requisitos no serán obedecidos. Los reglamentos, decretos y órdenes del presidente relativos al gobierno del distrito federal y a los departamentos administra tivos, serán enviados directamente por el presidente al gobernador del distrito y al jefe del departamento respectivo".
De manera que nuestra organización de gobierno hace que el funcionamiento del Poder Ejecutivo tenga todo el desarrollo en los ramos que le corresponden; así se han establecido las Secretarías de Estado y en la Constitución que estamos elaborando se ha determinado ya claramente que los Secretarios de Estado, altos funcionarías de la federación, son responsables, durante el ejercicio de sus funciones, de hs violaciones a la Constitución. Es seguro que un presidente honrado no le d:rá a un Secretario de Estado que obre, si es del ramo de justicia, atropellando la justicia; si es en relaciones, violando la soberanía de la nación para comprometer esa soberanía; si es en el ramo de comunicaciones, celebrando contratos que vulneren la soberanía de la nación y haciendo que sufran los intereses de la misma; si es, en fin, en cada uno de los departamentos u órganos por medio de los cuales el Ejecutivo ejerce sus funciones, no habrá, repito, presidente carente de toda honradez que, falseando la confianza d~l voto popular, llegase a cometer esos desatinos por conducto de un ministro. El equilibrio perfecto para que los Poderes existan y armónicamente desarrollen sus funciones y tengan por resultado el bien común hace que las prevenciones de las Legislaturas no entrometan las funciones del Poder Legislativo o Poder Judicial en un amago constante para tener al Ejecutivo, digámoslo así, con restricciones absolutas en sus funciones públicas. Los Secretarías de Estado, responsables con el Ejecutivo y más responsablea &w, desde el momentD en que entre en vigor esta Cons-
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FE L 1 X F. P A L A V 1 e 1 N I •••
titución, porque el artículo 93 les impone la obligación de informar al Congreso c?ando _ esté r_eunido, _ respecto de los ramos que a cada uno corresponde, hara, repIto, senores dIputados, que no haya un presidente torpe o malvado y un secretario que sea cómplice de una violación a la Constitución y que el peligro que dijo el señor Céspedes y que reforzó el señor diputddo Pintado Sánchez sea un obstáculo para que aprobemos el artículo a discusión_ En efecto, en las violaciones a la Constitución, si fuésemos a dejar sin responsabilidades al Ejecutivo y sin responsabilidades a los ministros, entonces sería el peor de los gobiernos; pero si los Secretarios de Estado, al refrendar los actos del presidente, debe suponerse que son hombres conscientes, ilustrados y patriotas, yo aseguro que dimitirán antes que ser cómplices de una violación flagrante a la Constitución, y el Secr2tario de Estado a quien el presidente impusiera la obligación de dictar un acuerdo por medio del cual se violara esa Constitución.
Así, pues, señores diputados, creo que la objeción, de buena fe hecha, quedó contestada; que no hay ningún peligro de que el presidente de la República cometa violaciones a la Constitución y quede sin castigo; el Secretario de Estad o es el responsable; no p )demos llegar al parlamentarismo, tenemos necesidad de hacer una obra evolutiva para que cuando en México puedo h" ber realmente ministros responsables ante el Congreso, esa responsabilidad ya en modo alguno podrá tocarle al presidente de la República, porque el sistema parlamentario exige la responsabilidad directamente a los Secretarios de Estado, a los ministros a quienes los partidos políticos, dentro del pBrl3mento, llevan al Poder a colabonr con el Ejecutivo, con responsabili~od directa oficial. En nuestro sistema propuesto y adoptado ya en los artículos 92 y 93, vamos a esa responsabilidad, en buena parte ganada, para que ningún ministro que colabore en las funciones del Ejecutivo pueda ser cómplice, y si lo es, responda de sus actos. El Ejecutivo debe ser procesado durante su encargo sólo por el delito de traiciÓn a la patria o delitos graves del orden común. En esto sí no puede ser responsable jUl)tamente el presidente de la República con sus ministros; los delitos graves del orden común sólo puede cometerlos personalmente el presidente, y por eso personalmente se le exigirá la responsabilidad; en los delitos de traición a la patria, que serían la vergüenza más grande para la República de México, si un presidente cometiera ese gravísimo delito, también sólo se consigna allí como una prevención y para el caso de hacer responsable al presidente de la República. Para los delitos de violación a la Constitución, ya quedó explicado que ejerciendo el Ejecutivo su autoridad por conducto de los Secretarios de Estado, sí está perfectamente garantizada la Constitución de que nO sufrirá violaciones sino que vendrá el castigo que merezca el Secretario que haciéndose cómpli~e del presidente le hubiera servido de instrumento para efectuar esa violación, (Aplausos)",
El articulo Be conaidera suficientemente discutido y se reserva para la votación_
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••• HrSTORIA DE LA CONSTITl"ClUN DJD lU'i .
Se discute sobre el 109.
El C. MANJAREZ: "Yo suplico a la comisión se sirva decirme qué es esta mayoría absoluta del número tJtal de los miembros que constituyen la Cámara de Diputados. Ha de ser, por ejemplo, si consideramos que la Cámara está constituída por doscientos cincuenta diputados, ¿han de ser las dos terceras partes de esos doscientos cincuenta diputados o han de ser las dos partes del número que concurran? El artículo dice:
"Artículo 109.-8i el delito fuere común, la Cámara de Diputados, erigida en gran jurado, declarará por mayoria absoluta de votos del número total de miembros que la formen, si ha o no lugar a proceder contra el acusado_
En caso negativo, no habrá lugar a ningún procedimiento ulterior; pero tal declaración no será obstáculo para que la acusación continúe su curso cuando el acusado haya dejado de tener fuero, pues la resolución de la Cámara no prejuzga absolutamente los fundamentos de la acusación.
En caso afirmativo. el acusado queda, por el mismo hecho. separado de su encargo y sujeto desde luego a la a,ción de los tribunales comunes, a menos que se trate del presidente de la R2pública, pues en tal caso sólo habrá lugar a acusarlo ante la Cámara de Senadores, como si se tratare de un delito oficial".
Pues siendo el número total de los miembros que la forman, señores, establecemos una inmunidad, porque n"da menos en este Congres~ que reviste gran interés para todos los diputados que lo constituímos, estamos plenamente convencidos de que no nos reunimos todo el número que debiera ser. N o nos reunimos los doscientos cincuenta, sino cuando más las dos terceras partes; de tal suerte que para que hubiera ocasión de proceder en contra del delincuente, sería necesario que todos hs ciudadanos diputados, absolutamente todos, concurrieran y declararan que había ese delito, (voces: ¡no, no!) pero si aquí dice el número total y no asisten todos, asisten apenas dos terceras partes, y si no lo quitamos eso dal número total, establecemos una inmunidad" .
El C. RODRIGUEZ GONZALEZ: "Con objeto de que pasemos adelante desde luego, me he permitido venir a la tribuna para decir al señor Manjarrez que basta con que haya quórum para que pudiera tomarse un acuerdo necesario para declarar culpable a alguna de las personas de que habla el artículo".
El C. MANJARREZ: "Sí, pero la mayoría absoluta de los miembros que constituyen la Cámara no concurren; si dijera de los que concurren, entonces estaria bien; pero siendo que se exige la mayoria absoluta de 108 miembro. que forman la Cámara. estableceríamos una inmunirlarl Consi-
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rlllLIX 1'. PALAV1CINI ni
deren ustedes que apenas asistimos las tres cuartas partes y eso no constituye mayoria absoluta y se presentaría el caso de que no se pudiera juzgar a un delincuente; en una Cámara como esta estableceríamos una inmunidad, porque naturalmente <el presidente contaría con quince o diez amigos de su parte y bastaría con que éstos no asistieran apara que no hubiera la mayoría absoluta de que habla el articulo".
El C. LIZARDI: "Con objeto de hacer una aclaración sobre este particular, me permito manifestar a la asamblea lo que yo he entendido que dice el dictamen de la comisión y cómo debe aplicarse y por qué debe aplicarse así: yo he entendido que, puesto que nos dice que se declarará por mayoría absoluta de votos del número total de los miembros que la forman, debe haber una asistencia de la mitad más uno del número completo de votos. Ahora bien, se nos dirá: desde el momento en que no asisten nunca todos los ciudadanos diputados, cómo se va a obtener esto? ¿qué objeto tiene? El objeto es claro, el objeto es que ninguno de los miembros de los otros Poderes quede a merced de una minoría parlamentaria. Es evidente que cuando alguno cometa un delito, alguno de los miembros de los otros Poderes, la minoria tendria interés en juzgarlo y asistirían en masa; es evidente que los partidarios de esa autoridad, la mayoria, asistirían también en el mayor número posible; de suerte que no podrá darse el caso de que asista sólo la mitad, y, por consiguiente, que se necesite la unanimidad de los presentes para resolver la cuestión; son asuntos de tal importancia, que una vez que se acuse a un secretario o que se acuse a un magistrado de la Suprema Corte de Justicia o a uno de los diputados, amigos y enemigos tendrán interés en ir y no se dará el caso de que vaya únicamente el quórum limitado, sino que siempre irán unos más, y, por consiguiente, podrá haber esa mayoría absoluta, para que los miembros de los otros Poderes no queden a merced de la minoría o de una intriga política" .
El C. MANZANO: "Está bien que para no exponer a los funcionarios a caer en las intrigas o movimientos políticos de una minoría se establezca que sea la mayoria absoluta; pero la mayoría de los diputados que asista, no la mayoría absoluta de todos los diputados que forman el Congreso. Por eso yo me permito suplicar a la comisión que retire estas palabras: "del número total de miembros que la forman;" ha de ser "del número total de los presentes, y asi aseguramos a los funcionarios y no establecemos una inmunidad".
El C. RIVERA CABRERA: "Las razones expuestas por el señor Lízardi acerca de por qué debe exigirse la mayoría absoluta de los votos de esta asamblea para decidir si un representante popular fuere responsble o no de los delitos de que se le puede acusar son muy cuerdos, porque tienen por base y fundamento el evitar que el acusado caiga en las redes de las intrigas o maquinaciones que sus enemigos políticos puedan tenderles. Debemos, antes de todo, aceptar como buena la consideración de que la mayoría absoluta es aquella que se obtiene tomando como base el número total de los diputa-
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.. , HDiTORlA DE LA COICBTlTtJClON DII 1917 .
dos que deben integrar el Congreso; pero también es cierto el hecho que expone el C. Manjarrez, que es muy raro, que en ocasiones muy contadas puede integrarse la Cámara con todos los elementos de que debe componerse. Así, pues, para poder compaginar una y otra cosa, lile parece y es mi opinión, que me permito someter a vuestra soberanía, que en vez de exigirse la mayoría absoluta de votos deba decirse sencillamente "por las dos terceras partes de los diputados que se encuentren en la Cámara en los momentos en que ésta conozca de los casos que se sujeten a su deliberación". Me parece que de este modo se resuelve el problema y quedarán satisfechos, por una parte la justicia, y por otra parte el acusado que quedará fuera de las intrigas de que pudiera ser víctima. De paso ya que me encuentro aquí en esta tribuna y para que se tome en consideración, me voy a permitir hacer una ligera referencia a lo que dijo el señor Jara respecto a los gobernadores cuando éstos fueran acusados de los delitos del orden común. Dijo que las Legislaturas de los Estados podían conocer de esos casos. Esto no es cierto, señores; solamente la Cámara de la Unión puede conocer de estos delitos; las Legislaturas de los Estados nunca podrán hacerlo; por consiguiente, de esta manera establecemos impunidad para los gobernadores de los Estados. Por lo tanto, a la hora que se vote este artículo hay que tenerlo en cuenta para votar en contra, para que vuelva al seno de la comisión y se resuelva en el sentido que acabo de expresar".
Considerado suficientemente discutido, se procedió a la votación habiendo sido aprobado por unanimidad, excepto el artículo 108, que tuvo ciento un votos por la afirmativa y cincuenta y Uno por la negativa, y el 109, que fue votado por ochenta y cinco de la afirmativa contra sesenta y nueve de la negativa".
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