Lección 4 para el 25 de julio de 2009
“Hermanos, no os escribo mandamientonuevo, sino el mandamiento antiguo quehabéis tenido desde el principio; estemandamiento antiguo es la palabra quehabéis oído desde el principio. Sinembargo, os escribo un mandamientonuevo, que es verdadero en él y envosotros, porque las tinieblas vanpasando, y la luz verdadera yaalumbra” 1 Juan 2:7-8
“No te vengarás, ni guardarás rencor a los
hijos de tu pueblo, sino amarás a tu
prójimo como a ti mismo. Yo Jehová.”
Levítico 19:18
“Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu
corazón, y de toda tu alma, y con todas
tus fuerzas”Deuteronomio 6:5
“Un mandamiento nuevo os doy: Que os
améis unos a otros; como yo os he
amado, que también os améis unos a
otros” Juan 13:34
Amar a Dios sobre
todas las cosas.1
Amar a tu prójimo
como a ti mismo.
Amar a los demás
como Jesús te ama.
2
3
CONOCER A DIOS
GUARDAR SUS MANDAMIENTOS
CONOCER A DIOS
“Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén” 2 Pedro 3:18
Conocer a Dios es tener una relación íntima con Él.
Esta relación ha de ser progresiva y diaria.
CONOCER A DIOS
“Para dar conocimiento de salvación a su
pueblo, para perdón de sus pecados” (Lucas 1:77)
“Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti,
el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a
quien has enviado” (Juan 17:3)
Conocer a Dios implica:
Salvación.
Perdón de pecados.
Vida eterna.
CONOCER A DIOS
“El que no ama, no ha conocido a Dios; porque
Dios es amor”1 Juan 4:8
El conocimiento de Dios y el amor son
inseparables.
No podemos conocer a Dios sin amor.
Conocer a Dios es amarle. “Amarás a Dios
sobre todas las cosas”.
GUARDAR SUS MANDAMIENTOS
“El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él” 1 Juan 2:4-5
Mientras que los gnósticos decían que era suficiente el
conocimiento para la salvación, Juan deja bien claro que el
conocimiento de Dios tiene que expresarse en un cambio de vida:
Guardar sus mandamientos.
“El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas. El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo. Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos”
1 Juan 2:9-11
“Nosotros, los que comprendemos la magnitud
del incomparable amor de Dios por nosotros,
estamos obligados a imitar ese amor en
relación con nuestros prójimos. Puesto que
Dios nos amó aunque somos indignos, ¿no
debemos amar a nuestro hermano, aunque
quizá nos parezca indigno?...
Comentario Bíblico Adventista, tomo 7, sobre 1 Juan 4:11
Se nos insta al amor mutuo, y el amor
compartido aumenta constantemente
cuando cada hermano trata de ayudar al
otro. Mientras más estemos dispuestos a
poner a otros en primer lugar (Rom. 12: 10),
mientras más estemos dispuestos a dar la
vida por los hermanos (1 Juan 3: 16),
llegaremos a ser más semejantes a Dios y
nuestro amor será más semejante al
suyo”
“El que dice que permanece en él,
debe andar como él anduvo”
1 Juan 2:6
Andar como anduvo Jesús es imitarlo en todo.
Él es nuestro ejemplo. En cada decisión de nuestra
vida debemos preguntarnos:
“Amarás a tu prójimo como yo
te he amado”Juan 13:34 (parafraseado)
El ejemplo de Jesús convierte el antiguo
mandamiento “amarás a tu prójimo como
a ti mismo” en un nuevo mandamiento:
“El nuevo mandamiento ordenaba a los hombres
que preservaran la misma relación mutua que
Jesús había cultivado con ellos y con la
humanidad en general. El mandamiento antiguo
ordenaba a los hombres que amaran a su
prójimo como a sí mismos, pero el nuevo los
instaba a amar como Jesús había amado. En
realidad, el nuevo era más difícil que el
antiguo, pero se daba abundantemente la gracia
para poderlo cumplir.” (Comentario Bíblico Adventista, tomo
5, sobre Juan, 13: 34)
“El amor a Dios y a nuestros prójimos es la misma esencia
de nuestra religión. Nadie puede amar a Cristo sin amar a
los hijos de él. Cuando estamos unidos con Cristo, tenemos
la mente de Cristo. La pureza y el amor brillan en el carácter,
la humildad y la verdad rigen la vida. La misma expresión
del rostro es cambiada. Cristo, que habita en el alma, ejerce
un poder transformador, y el aspecto externo da testimonio
de la paz y del gozo que reinan en lo interior. Bebemos del
amor de Cristo así como la rama obtiene su alimento de la
vid. Si estamos injertados en Cristo, si fibra tras fibra hemos
sido unidos con la Vid viviente, daremos evidencias de ese
hecho dando ricos racimos de fruto viviente. Si estamos
conectados con la Luz, seremos conductos de luz y
reflejaremos la luz al mundo en nuestras palabras y obras.
Los que son verdaderamente cristianos están unidos con la
cadena de amor que une a la tierra con el cielo, que une al
hombre finito con el Dios infinito. La luz que brilla en el
rostro de Jesús brilla en el corazón de sus seguidores para
la gloria de Dios.”Elena G. de White, Reflejemos a Jesús, 31 de marzo
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