Un hombre pequeño que
vino a ser grande en el
Reino de Dios
Presentando el arte de Henry Martin
Presentado por
Sermons 4 Kids
Traducción de Zulma M. Corchado de Gavaldá
Un día Jesús fue a visitar la
ciudad de Jericó.
Las personas de Jericó estaban muy tristes. ¿Por
qué estaban tristes? Estaban tristes porque
tenían que pagar impuestos… y sus impuestos eran
muy altos.
La razón por la cual sus
impuestos eran tan altos
era que había un
recaudador de
impuestos deshonesto
en la ciudad.
El nombre del
recaudador de
impuestos era Zaqueo.
Zaqueo siempre recaudaba
más impuestos de lo que las
personas debían.
¡Él entregaba la parte del
dinero que le correspondía
al gobierno romano y se
quedaba con el resto!
Zaqueo escuchó que Jesús
vendría a Jericó. Él
deseaba ver a Jesús, pero
era tan bajito que no podía
ver por encima de las
cabezas de las personas
que estaban alrededor de
Jesús.
Vió un árbol de sicómoro
cerca y decidio subirse a él
para ver si podía ver a
Jesús.
Y subió…
Y subió…
Y subió…
Y subió…
Y subió…
Y subió…
Y subió…
Y subió…
¡Hasta que finalmente, se encontraba
en la cima del árbol!
Cuando Jesús pasó
por allí, miró al árbol
del sicómoro y vió a
Zaqueo.
“Zaqueo, baja,” dijo
Jesús. “Voy a ir a tu
casa hoy.”
Zaqueo se bajó
del árbol
rápidamente.
Jesús fue con
Zaqueo a su casa
y comió con él.
Algunas de las personas estaban disgustadas con
Jesús porque había ido a casa de Zaqueo.
Pero una vez Jesús estuvo
en su casa, Zaqueo cambió.
Le dijo a Jesús que él le
daría la mitad de su dinero a
los pobres, y que si le había
robado a alguno, se lo
devolvería. Prometió
pagarles cuatro veces la
cantidad que les había
robado.
A partir de ese día las personas estaban más
ricas y se sintieron mucho, mucho más
contentas.
¡Zaqueo estaba contento
también!
¡Jesús había cambiado su
vida!
Derechos de autor © 2004 por Henry Martin y
Sermons4Kids
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