Rehabilitaci6n Neuro-Oclusal, uno de los mas ingeniosos
maestros de la Odontologfa. Su orientaci6n traz6 mis
rumbos
de investigaci6n.
ANTONIO REGO DE ALMEIDA - Especialista en
Ortodoncia, Rfo de Janeiro,
Brasil.
TESS BROWN - Profesor titular del Departamento
de Odontologfa Restaur ador a.
Universidad de Adelaide, Australia del
Sur .
ARMANDO OSCAR CAVANHA - Profesor de la
Catedr a del Curso de Odontologf a
de la Universidad Federal de Parana, Brasil.
WALTER J. GENOVESE - Doctor en Ciencias y
Prof esor Asistente de Semiologia.
Facultad de Odontologfa de la Universidad de Sao
Paulo-Brasil. Libre Docente en
Diagn6stico Bucal, Facultad de Odontologfa de Mogi das Cruzes,
Sao Paulo, Brasil.
Profesor Titular de Semiologfa y Diagn6stico Bucal, Facultad de
Odontologfa Camilo
Castelo Branco, Sao Paulo, Brasil.
YOJIRO KAWAMURA - Profesor Titular del Departamento
de Fisiologia Oral de la
Facultad de Odontologf a de Osaka, Jap6n.
MURILLO G PAIVA - Especialista en Radiologfa Oral.
Profesor de Radiologfa Oral,
Universidad Estadal de Rfo de Janeiro,
Brasil.
JOSE LAZARO B. SANTOS - Doctor en Ciencias, Pr6tesis
Dental, Facultad de
Muchas veces el idealismo tendrfa una vida corta sino fuera por
hombres como estos
y aquel a quien dedico este libro.
Oebo cl la dignidad profesional de estos hombres el
estfmulo, el apoyo y la
perseverancia para continuar sonando y luchar por un
mundo profesional cada vez
mejor .
Naci6 asi la idea de escribir un libro que probablemente nunca
Ilegar ia a ser realidad
si la pretenci6n hubiese querido alcanzar la perfecci6n.
Incialmente el lector es introducido en la realidad del desarrollo
de la oclusi6n en
los pueblos primitivos cuyas condiciones naturales mantenian un
estado muy
saludable el sistema estomatognatico hasta la seni/idad Lo
contrario sucede en
la actualidad donde este sistema sufre ataques que provoca su
envejecimiento
precoz. Luego la Ortopedia Funcional de los maxilares es
definida y situada a traves
de la Neurofisiologia Oral dentro de la Reabilitaci6n Neuro-Oclusal
; son dadas
aclaratorias sobre la masticaci6n y sus manifestaciones sobre el
desarrollo, sobre
el diagn6stico, Ilegando al clinico, alodontopediatra,
al ortodoncista, y sobre todo
en el laboratorio visto a traves del enfoque de la Neurofisiologia
oral; el diario contacto
clinico reafirma una filosoffa de trabajo y la casuistica presenta
casos tratados con
Ortopedia y con Ortodoncia propiamente dicha (aparatos fijos y
removibles).
Finalmente el lector participa de los ultimos avances y preguntas a
dilusidar abriendo
ventanas a la investigaci6n. Un apendice sugiere bases de
filosofia de la ciencia
necesaria para la evoluci6n de investigaciones cientfficas.
En materia de libros se encuentra en carencia la Ortopedia
Funcional de los
Maxilares. La literatura presenta muy poca informaci6n de esta con
un filtro de
ca/idad que dejaria pasar apenas algunas publicaciones como por
ejemplo : los libros
del profesor Frankel, a traves de los cuales se aprende
mucho de su tecnica. Por
eso y principalmente por eso ella se hizo internacionalmente
conocida. Es lamentable
que otras que como ejemplo: la del profesor BIMLER 0
la del profesor Planas sean
divulgadas apenas por sus artfculos y trabajos publicados a traves
de los aflos; iY
cuantosl Ellos dedicaron sus vidas al estudio, a la enseflanza y al
traba/D.
Infelizmente el mundo universitario internacional aun no posee
medios para enseflar
V transmitir sus obras.
La Ortopedia Funcional de los Maxilares para quien la quiere
aprender aun se
encuentra (se espera que por poco tiempo) en terreno prohibido ,
oscuro e incierto,
minado de interrogaciones sin fuente de respuestas. Esto por falta
de apoyo de los
principales medios de divulgaci6n como son: la literatura y
la enseflanza dentro de
las facultades. Una cosa es consecuencia de la otra, y nadie debe
ser acusado
de esta falla.
EI pionerismo de algunos incautos que quisieron aprender ,
los lanz6 a pesar de su
coraje en una aventura a veces catastr6fica. Muchos volvieron las
espaldas
definitivamente a todo 1 0 que se Ilamara Ortopedia
Funcional de los Maxilares y
continuaron con una ortodoncia empf rica de laboratorios
comerciales. Otros se
pusieron a inventar pero como dirfa Pasteur :
"La casualidad existe para quien esta
preparado". Inventar , en este caso, es
audacia y desesperaci6n de aquellos que
la vanidad es mas importante que el paciente. Finalmente
algunos decidieron desistir
de la especialidad 0hacer un curso de post-grado en tecnicas
ortod6ncicas
propiamente dichas y ortopedicas mecanicas,
volteando las espaldas definitivamente
alas tecnicas ortopedicas funcionales.
Solamente unos pocos consiguieron a traves de afJos de dedicaci6n,
esfuerzo y
perseverancia resultados que responden para la supervivencia de
estas tecnicas.
EI ostracismo hubiese ocurrido si no fuese por estos
tJltimos, pues ningtJn maestro
es realmente un maestro sino tuviese discipulos que evolucionen en
el tiempo sus
ideas. No hay lider sin seguidores.
A pesar de toda la trama natural de la historia, la
Ortopedia Funcional de los
Maxilares ha respirado bien y despierta ahora como nunca el interes
de mayor
ntJmero de profesionales, pues ya se siente que a
partir de ellos y con la ortodoncia
incremf1nta a su patrimonio mayores posibilidades de
perfeccionamiento.
Escribir es dar dentro de un trabajo arduo en el que se corre el
peligro de tener
impresa la insatisfacci6n de no conseguirse resultados perfectos,
siempre el tiempo
recorrido para terminarse un libro ya es suficiente para querer
mutilarlo, insertarlo
de nuevas ideas y modificarlo porque la ciencia no se detiene y las
investigaciones
sugieren siempre nuevos horizontes, algunas veces,
hasta mudando ciertos
panoramas, pero si todos pensaran asf ningtJn
pan6rama correrfa la cortina, ninguno
estarfa impreso y ningtJn horizonte se vislumbrarfa de esa
impresi6n. ~Que rumbos
habrfa tomado la humanidad sin Iibros? ademas de eso ~c6mo se
podrfa ensefJar
sin tener posibilidades de aprender ?
Este libro representa una tentativa sin pretenciones, pero
objetiva, de ensefJar a
ejercer la Ortopedia Funcional de los Maxilares, dar alas tecnicas
correspondientes
un sentido comtJn, entendiendo sus porque, tJnica
forma de conseguir mejores
resultados clfnicos. No se pretende sugerir las tecnicas
Ortopedicas Funcionales
como siendo las mejores ni las universales, solucionando
todos y cualquier problema
del paciente, pues se desconoce una tecnica que 1 0
resuelva todo hasta la realizada
con depurada perfecci6n.
Parece atJn estar lejos de eso una vez que se conoce poco sobre el
paciente y que,
tecnica segtJn su propia definici6n es el recurso detonador del
objetivo del
tratamiento que estarfa siendo desarrollado por el y en el propio
paciente
(w. A. Simoes - 1977).
Es necesar io dejar bien claro que dentro de la
ortodoncia con respecto al tratamiento
antes de los 10-12 afJos, la Ortopedia
Funcional es insustitufble y a medida que
se avanza en la lectura de este libro esta afirmaci6n
es comprobada inclljsive con
resultados clf nicos. Por ese detalle vale la pena
aprenderlas 0 saber por 1 0 menos
de 1 0 que son capaces, para orientar mejor a
los pacientes.
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Por otro lado los radicalistas que defienden la Ortopedia
Funcional como siendo
la unica valida, no la conocen suficiente y
probablemente contradicen a la avalancha
de crfticas sufr idas por otr os tambien
radicales. EI radical es ciego,
desconoce su
ceguera y atrasa la evoluci6n de la
ciencia. Siempre hay una reacci6n natural a
10
nuevo 0desconocido. Por la contrarreacci6n
y reacci6n todo es estructurado en
el
mundo de la ciencia. EI tiempo consolida
el nuevo concepto que es conocido y
asumido cuando se transf orma en hecho
repetitivo y util a la comunidad. Asf
el
hombre construye. Entre tanto ya ha Ilegado el
momenta en esta ciencia morosa
(Ia ortodoncia) de que sus participantes
se comprendiesen y ayudasen.
Mor osa
por que solamente en much os alios puede mostrar
resultados de investigacion que
precisan ellabor ator io de las
mater ias basicas y la clf nica con
el binomio profesional-
paciente
Tambien por eso poco se conoce sobre el
crecimiento y como este es basico para
actuar a traves de una tecnica, sobre el paciente,
todo se transf orma en un cfrculo
vicioso, apr isionando a todos en las
cadenas del tiempo.
Ya hay pr oblemas 'suf icientes para que no
se aumente la presion de estos gr illos
con la insensatez, la vanidad, la
aventur a en algo ser io, tampoco
con peleas
constantes entre defensores de aquella 0esta tecnica.
Por 10tanto en realidad todas
se complementan y todos tienen el
derecho de escoger la que mejor Ie
parezca.
La ortodoncia ofrece toda una gama de recursos dentro de las mas
diver sas tecnicas
y todas son validas.
1. Or todoncicas pr opiamente dichas:
a) Fijas (Beeg, Arco de Canto0Edge
Wise, Mollin, Jar abak, biopr ogresivas de
Ricketts,
etc.).
b) Movibles 0r emovibles: (Piacas Activas
de Hawley, Schwar z, etc).
2. Or topedicas:
a. Mecanicas: (Tracci6n extra-oral,
mentoneras, Ar co Facial Inver so de clase
III,
Oisyuncion palatina media, etc).
b) Funcionales ( Activadores Monoblocs,
modeladores elasticos de Bimler ,
Pistas
Indir ectas Planas, Bionator de Baiter s,
r egulador es de f uncion
Frankel, etc.).
Oespues del diagn6stico, escogida la tecnica mas indicada
para el caso, se puede
muchas veces jugar con mas de una,
usando por ejemplo: fijos y
Ortopedia
Funcional alternadamente en un mismo paciente. Lo que
impor ta es un buen y seguro
diagn6stico, la buena escogencia de la tecnica
0 de las tecnicas y para su
continuaci6n son condiciones "sine qua non"
la ejecuci6n correcta de las mismas.
Los activadores 0mono blocs como aparatos ortopedicos
funcionales fuer on los
pr imer os que surgieron, despues otros
tantos (Baiters, Frankel, Planas,
Bimler)
completar on en la ortodoncia moderna el cuadro de la
Or topedia Funcional.
n(Enlrevisla concedida par el pr of esor
Kur t Fallin Jr . a la
redacci6n cientifica del Jour nal A.P.C.D,
Sao Paulo M G junio 1977)
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Por 10 tanto a ninguna conclusi6n puede Ilegarse para proscribirlos
a partir apenas
de experiencias realizadas con activadores. Ellos
representan solamente la primera
parte en Ja suma de las tecnicas Ortopedicas Funcionales,
donde cada una actua
con caracter!sticas basicas comunes, obedeciendo a los
mismos principios
fundamentales, pero con pesos diferentes
Aquellos que se basan solamente en actividadores
0Monobloc, 0en el propio
aparato ortopedico funcional de Frankel para //egar a conclusiones
no deber!an
hacerlo antes de partir al laboratorio con varias tecnicas
*.
EI radicalismo, la precipitaci6n en concluir y
las ansias de ser inmortal atan el
progreso de la ciencia.
La mayor preocupaci6n de la humanidad en este momenta es la ayuda
mutua. No
se sa be los nombres de los que inventaron por ejemplo: el
cierre, la cinta adhesiva,
la Ilave, la cerradura y tantas cosas
importantes que rodean a la humanidad, apenas
se agradece silenciosamente a esos ilustres desconocidos.
La atenci6n a la corr,unidad se vuelve cada vez mas un punta
neuralgico en todas
las conciencias medicas y la medicina social es una de
las mas importantes para
mejorar el futuro del mundo.
Realmente no hay mas tiempo que perder; que se coloque un punta
final en este
prol6go pidiendo por encima de todo: amor al paciente porque si no
fuese por otras
razones el forma parte de la humanidad a la cual tam bien
pertenecemos.
"La monotonfa indiscutiblemente no es una caracter!stica de la
ciencia: as! como
el hacer de ayer el tiempo transformara manana en verda des
0mentiras nuestros
aciertos de hoy".
(*) Se recomienda la lectura de los libros del prof .
R. Frankel porque ellos cubren la falta de informaci6n
sobr e los AOF Frankel en este libro.
Informaciones sobre los AOF Baiters pod ran ser obtenidas en
el Iibr o "La Therapeutique Bionator de
W. Baiter s" de la L. A. Celestin,
Editado en .1967 por la
librer ia
Maloine S A, Par is; 0en el
original en aleman. Los libros del Prof .
R. Frankel son: Ortopedia Funcional
CAPITULO I
Desarrollo y Funci6n Oclusal en los
Abor f genes austr alianos
Introduccion .
Habitos Alimenticios y Movimientos Masticatorios
.
Desarr ollo de la Oclusion. .
.
Var iac ion en el Tamano de
los Dientes .
Relaciones entre Tamano de Dientes .
Atr iccion y Oclusion contfnuamente Modif icada
.
Resumen .
Pr incipios fundamentafes de las Tecnicas Ortopedicas
Funcionales y sus
Caracter isticas Sasicas
Breves consider aciones sobr e Neur ofisiologia
Oral
CAPITULO III
Ley de la Mfnima Dimension Ver tical
"PLANAS" .
"STATUS" Masticatorio y Desarr ollo .
Conclusiones .
Introducci6n .
Habitos Alimenticios y Movimientos
Masticatorios
Desarrollo de la Oclusi6n .
Relaciones entre Tamar'io de Dientes ...
Atricci6n y Oclusi6n continuamente Modif icada
.
Resumen .
Caracter isticas Basicas
Car acter fsticas Basicas de las TOF
.
Breves consider aciones sobr e
Neur of isiologfa Oral
CAPITULO III
Ley de la Minima Dimensi6n Vertical "PLAN AS"
.
"STATUS" Masticatorio y Desarr ollo
Conclusiones .
107
107
108
114
115
. . . . 115
116
130
Odontopediatria y Ortodoncia - Introducci6n. .
.
de Pr evenci6n .
Ortodoncia en Dentici6n Decidua a Mixta
Fisiopatologia del Dolor .
Examen Fisico .
Radiografia . .
Monitoramiento Radiol6gico .
Fases Tecnicas . .
de Disfusi6n Mandibular . .
Masticaci6n y Movimientos Mandibulares .
Factores de la ATM . .
Dolor .
Amilisis Conjuncional Biotipol6gico
Codo de las Asas Frontales
Aparato Ortopedico Funcional 0 Aparatos
Ortopedicos Funcionales
Analisis de Relaci6n Biotipol6gico
Base del Maxilar Superior
Dedos de los Resortes frontales
Determinada Area
Discrepancia Cefalometrica
Desvio de Posici6n
Linea Eje de Masticaci6n
Longitud del Maxilar Inferior
Cambio de Postura
Ofrion
Pistas Indirectas Planas
Tragos
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TO Tragos-Ofrion
VMH Area Ventral Hipotalmiea
III Habitos alimentieios y movimientos mastieatorios
IV Desarrollo de la oelusi6n
V Variaeiones del tamano de los dientes
VI Relaei6n entre tamano de los dientes
VII Atriei6n y oelusi6n eontinuamente modifieada
VIII Sumario
Diferencias poblacionales en la dentici6n son bien conocidas y
ampliamente citadas
por antrop610gos en estudios de anatomf a
compar ada, evoluci6n humana y
paleopatologia. Los odont610gos tambien se enfrentan
con la gr an var iedad de
estructuras dentarias presentadas por
integr antes de una misma poblaci6n y por
parientes en una misma familia. EI origen de tal
variaci6n es la inter acci6n entre genes
y el medio ambiente durante la for maci6n inicial y el
crecimiento posterior de las
estructuras masticatorias. Hasta en un mismo
individuo, la disposici6n de los dientes
en los arcos dentarios y la manera segun la cual
ellos se tocan no permanecen
estaticas toda la vida, sino que
se transforman continuamente en respuesta a
procesos normales del crecimiento, influencias del
medio ambiente, tratamientos
dentarios, patologf a y envejecimiento. Cambios
de esta naturaleza son de particular
interes para el odont610go clfnico.
A pesar de los avances significativos en la
fisiologf a masticator ia que ocur rieron
en
el reciente pasado, muchos conceptos de oclusi6n dental
guardan elementos del
pensamiento teleol6gico del siglo XIX. En el decir de
BRACE (1977), "Ia idea de
la
oclusi6n perfecta fue vislumbrada en el entendimiento
de la profesi6n odontol6gica
de la misma forma que el Santo Graal en la leyenda
Arturiana: "el nivel inalcanzable
de la aspiraci6n humana".
La practica clinica da gran enfasis a la correcta
interdigitaci6n de las cuspides de
los dientes superiores e inferiores y a la definici6n
y significado de var ias r elaciones
y movimientos mandibulares. Es algo par ad6jico
que tales conceptos esten
pr incipalmente basados en observaciones de las
denticiones modernas, que
representan el resultado final de var ias presiones
selectivas que ocurrieron durante
la evoluci6n del hombre. Algunos conceptos
moder nos de oclusi6n son insostenibles,
cuando son aplicados alas denticiones del hombre primitivo 0
de algunas
poblaciones que aun viven en condiciones ambientales similares a
aquellas
prevalencientes durante la mayor parte de la
existencia de la especie humana.
En el hombre moderno 10s requer imientos a la
f unci6n masticator ia fueron
grandemente reducidos par las tecnicas de cocci6n,
utilizaci6n de cubiertos y la
rapida disponibilidad de alimentos procesados y r
ef inados. La situaci6n, mientras
tanto, no fue siempre la misma; bajo
condiciones ambientales dif f ciles
experimentadas por varias poblaciones humanas
pr imitivas, la habilidad de
adaptarse con I~s presiones masticator ias tuvo
importante valor para la
superviviencia. Debido a la natural variaci6n
ar r iba referida, algunos individuos
de
una poblaci6n se adaptar on a su ambiente con mas exito que
otros y asf tuvieron
mejores condiciones de sobrevivir y tr ansmitir sus
patrimonios geneticos a sus
descendientes.
Durante la evoluci6n humana, las estructur as
masticatorias fuer on sometidas a
obtenci6n, preparaci6n y consumo del alimento. Comparaciones del
material 6seo
que representan al hombre de la epoca prehist6rica y las
poblaciones intermedias
que existieron hasta el hombre moderno civilizado, revelan la
extensi6n de los
cambios que tuvieron lugar en la morfologfa CraneD facial,
particularmente en las
estructuras masticatorias. Debido a sus funciones basicas de
preparaci6n de la comida
para la ingesti6n, los dientes y la mandibula
estuvieron comprometidos en estos
cambios en forma considerable. De modo general hubo una
reducci6n en el tamano
de los dientes y una disminuci6n del crecimiento de la musculatura
facial. Como
consecuencia, el prognatismo alveolar , que es una
caracteristica de las poblaciones
mas primitivas, se redujo. EI proceso de evoluci6n tambien
afect6 las caracteristicas
morfol6gicas de las coronas dentarias, el tamano y la forma de los
arcos dentarios,
el orden de los dientes dentro del arco dentario y el modo de la
oclusi6n dental.
La musculatura mandibular, el sistema de la ATM y la funci6n
masticatoria tambien
fueron afectadas.
Una de las caracteristicas dentarias mas impresionantes en el
hombre prirhitivo, es
la presencia casi universal del amplio uso oclusal e interproximal.
La
atrici6n, causada por la combinaci6n de funci6n mandibular vigorosa
y la inclusi6n
de sustancias abrasivas en la alimentaci6n, se iniciaba desde la
tierna edad, tan
pronto los dientes deciduos erupcionaban, y continuaba hasta la
muerte. Hasta un
cierto per[odo, la atrici6n dentaria era un proceso fisiol6gico
natural que tenia
consecuencias beneficas en 1 0 que respecta a la
oclusi6n dental y a la eficiencia
masticatoria. Sin embargo, cuando la extensi6n 0
grado de atrici6n excedi6 la
capacidad de las estructuras masticatorias para adaptarse al
creciente "stress"
oclusal, el resultado fue frecuentemente una degeneraci6n 0
cambio patol6gico de
una forma u otra. Bajo tales condiciones, el modo de
la oclusi6n dental fue
continuamente cambiando en el decorrer de la vida; era, de hecho,
una oclusi6n
funcionando natural mente. La habilidad de adaptaci6n del
individuo, sometido a un
"stress" oclusal severo, fue determinante del ajuste
reproductivo.
Las estructuras masticatorias humanas se adaptan al "stress"
ambiental de dos
maneras principales. Primeramente hay el atributo somatico
de la plasticidad
fisiol6gica, que posibilita al individuo ajustarse alas demandas
funcionales en
transformaci6n. Ejemplos de este mecanisme para mantener la
homeostasis en el
sistema masticatorio incluyen el desarrollo de la robustez 6sea,
musculos
mandibulares poderosos y patrones efectivos de movimientos
mandibulares en
respuesta a la solicitud de una masticaci6n vigorosa.
Adaptaciones para aumentar
los requisitos funcionales en la dentici6n son tambien notados en
el desarrollo del
soporte periodontal y alveolar resilente, en la formaci6n de
la dentina secundaria,
en presencia de la atrici6n dentaria y en el remodelado de las
superficies articulares
de la ATM. Sin embargo, la plasticidad fisiol6gica no
es ilimitada y, como sera
demcstrado mas tarde, procesos degenerativos y patol6gicos pueden
resultar de
excesivas cargas oclusales.
EI segundo metoda de adaptaci6n al medio es genetico, que es el
agente para el
cambio evolutivo en las estructuras masticatorias. Una
constituci6n genetica mas
favorable posibilita a ciertos individuos adaptarse al medio
ambiente mejor que otros,
favorable posibilita a ciertos individuos adaptarse al medio
ambiente mejor que otros,
posiblemente por la plasticidad fisiol6gica acentuada.
Por otra parte, la susceptibilidad a condiciones debilitantes,
interfiriendo con la
eficiencia masticataria, por ejemplo: severa
maloclusi6n, car ies, patologf a
mandibular
o enfermedad degenerativa de la ATM, serian desventajosas
bajo condiciones
ambientales diffciles, conduciendo a un reducido ajuste
reproductivo.
Avances tecnol6gicos, tales como el uso de armas y
herramientas para obtener
alimentos y el desarrollo de metodos mas avanzados de
preparaci6n y cocci6n de
alimentos, redujeron el "stress" ambiental en
las estructuras dentarias del hombre.
EI perfeccionamiento en la organizaci6n social y el
desarrollo de las comunidades
agr f colas desemperiaron un papel similar. Fuertes
exigencias al sistema masticatorio
no son caracterfsticas de los habitantes de las ciudades
moder nas y, como
consecuencia, la eficiencia dentaria tiene poco valor de
supervivencia actual mente.
No debe sarprender , par 10 tanto, que las
denticiones de muchas poblaciones
recientes, comparadas con aquellas de sus ancestros,
que eran cazadores y
juntaban alimentos de forma n6mada, denoten evidencia
de reducida funci6n y
eficiencia masticataria, conjuntamente con una creciente
prevalencia de
maloclusiones, caries y enfermedades periodontales.
Ademas, la habilidad del
especialista en odontologfa redujo en el hombre moderno la
dependencia de la
oclusi6n natural para sobrevivir.
En varios aspectos, los Clbarfgenes Australianos conservan
caracter [sticas
morfol6gicas y funcionales de los maxi lares y de la
dentici6n que estan mas pr6ximas
a las de nuestros ancestros del final del Pleistoceno que a
las de muchas otras
poblaciones modernas. BEGG (1954) elabar6, apoyandose
en este concepto, su
trabajo clasico titulado "La Oentici6n del Hombre de la Edad
de Piedra", que form6
la base de la f ilosof f a del tratamiento
ortod6ncico de BEGG (BEGG Y KESLING,
1977).
EI esqueleto facial del aborigen Australiano presenta
una morfologfa que esta en
relaci6n con el poder oso y bien desarrollado sistema
masticatorio (Fig. 1). Los
pr ocesos alveolares del maxilar y de la mandfbula son
prorriinentes, y traen como
consecuencia el conocido prognatismo facial medio de esta
poblaci6n, el cual tiende
a ser mas impresionante en las mujeres. EI paladar es
amplio, pero el cuerpo de
la mandf bula no es par ticularmente grande, de
tal manera que la prominencia
alveolar da una falsa impresi6n de un ment6n subdesarrollado.
En contraste, la rama
de la mandf bula es ancha con un "notch"
sigmoide, suave, que refleja los
musculos
masticatorios fuertemente desarrollados. Mas a~n, la
fosa infratemporal es
normal mente profunda y, en varias especies, el
proceso coronoide de la mandfbula
no se extiende tan alto como el proceso zigomatico.
Estas caracterfsticas
morfol6gicas permiten las amplias excursiones de la mandfbula
durante la poderosa
f ase de molienda del cicio masticatorio.
Fig 2 - Maxilares y Dentici6n de
un aborigen australiano.
La dentici6n de los abor f genes Australianos se
caracteriza por dientes anchos y
arcos dentar ios bien formados (Fig. 2). Los
diametros dentarios mesiodistal y
bucolingual son considerablemente mayores en los aborfgenes
que en la mayorfa
de las poblaciones modernas, tanto en las denticiones
deciduas como en las
permanentes (TOWNSEND y BROWN, 1979;
MARGETIS Y BROWN, 1978). Se han
hallado variaciones regionales en el tamano de los dientes en todo
el continente y
es inter esante el que los valores se superponen a aquellos
encontrados en los
especf menes Neanderthal y en algunos casos,
incluso a los de las denticiones del
Homo Erectus de dientes grandes (BRACE, 1980; SMITH,
BROWN Y WOOD, 1981).
Asf mismo se ha visto, en otras
poblaciones. que los diametros de los dientes son
mayor es en los hombres que en las mu jeres aborfgenes.
particularmente por las
dirnensiones bucolinguales, y que los caninos superiores e
inferiores permanentes
presentan mayores diferencias en el tamano mesiodistal y
bucolingual que otros
dientes. EI porcentaje global de dimorfismo esta
expresado como el porcentaje por
el cual el tamano del diente medio en los hombres excede al
de las mujeres.
promedios de 3.1 y 4.2 %, respectivamente, para
diametros mesiodistal y ,
pronunciado en la d€ntici6n decidua, pues son
2.4 y 3.7 % los niveles
correspondientes.
Como resultado de los grandes diametr os
dentar ios, las dimensiones del arco
dentar io son tam bien grandes en los abor fgenes,
y presentan diferencias en relaci6n
al sexo, tanto en la longitud
como en el ancho del ar co. Las
dimensiones del arco
no son estaticas despues de la erupci6n de los
dientes permanentes, pues sufren
continuos cambios con la edad, que consisten
en una reducci6n de la longitud del
arco, un aumento en la anchura del mismo
y, como consecuencia, modificaci6n
en
su forma Normalmente 105 arcos dentarios son bien
for mados y simetr icos, pera
el apinamiento dentar io y otras
irregular idades oclusales no son tan
r ar as BEGG (1954)
estudi6 apr oximadamente 800 cr aneos, presentan
al hombr e abor igen antes
del contacto con los eur opeos, y
descr ibi6 que la f r ecuencia de
maloclusiones
clasificada por el sistema Angle
no dif iere de aquellas de otr as
poblaciones, esto es,
12 % con Clase II, Divisi6n 1;
1 % con Clase II, Divisi6n 2, y
3 % con
Clase III.
Un analisis mas detallado del apinamiento dentario en
varias poblaciones fue
relatado por BJORK y HELM (1969). Los
aborigenes estudiados por estos autores
vivf an en pueblos y, en la ausencia de
atrici6n dentar ia sever a, podrian
ser
esperadas muestras mas frecuentes de apinamiento
dentario que en los aborfgenes
n6madas; sin embargo, los hallazgos
(Cuadr a 1) indican que los abor f genes
y los
Bantus sudaf ricanos muestran considerablemente menos
maloclusi6n y apinamiento
dentario que otras poblaciones. Una comparaci6n
mas r eciente del mismo grupo
de abor f genes efectuada por HELM
(1979) confir m6 10 descubierto anteriormente:
que los abor f genes Australianos pr esentan
menor fr ecuencia de apinamiento
dentar io que los Dinamarqueses moder nos y
aproximadamente la misma que 16s
craneos Dinamarqueses medievales de los siglos XII al
XVI (Cuadro 2). Estas
comparaciones indican que el
crecimiento del apinamiento dentar io y
maloclusi6n
son consecuencias de la transici6n gradual
del estilo de vida primitivo, con alimento
bruto, que demandaba una masticaci6n vigor osa,
al presente que se usa alimentos
ref inados y preprocesados.
Total de Apinamiento Apinamiento
Abor igenes Austr alianos 53
11 21
Bantus 52 2 5
Quechuas 78 26 33
Navajos 93 29 25
Chinos 67 25 28
Japoneses 80 28 50
Dinamarqueses 78 29 25
• Estudios de B J O r k v Helm
(1969)
• Estudios de v Helm (1969)
CUADRO 2 - Frecuencia de A pii'iamiento Dentario en l os
Dinamarqueses
Modernos, Medievales y Aborfgenes Australianos'
Dinamarqueses Dinamarqueses Abor igenes
Region Modernos Medievales Australianos
% de casos %decasos %
decasos
Maxilar super ior 24 11 11
Segmento incisivo superior 17 10
10
Segmento later al superior 12 2 3
Mandibula 33 23 18
Segmento later al mandibular 23 13 10
• Estudios de Helm (1979)
Cuando vivia bajo condiciones naturales, el aborigen
Australiano conservaba la mayor
parte de sus dientes en un estado de actividad funcional en el
transcurso de la vida .
Una excepci6n era la extracci6n ceremonial de un incisivo
superior 0 la ocasional
perdida de dientes por trauma 0 enfermedad. Las caries
fueron extremadamente
raras en comparaci6n con los patrones modernos; aunque algunas
veces ocurriera
una perdida parcial de la dentadura, particularmente en
edades avanzadas debido
a infecciones pulpares resultantes de procesos por usa ocl!Jsal ,
los dientes restantes
eran utilizados con eficacia razonable. Hay evidencia,
en muchos especfmenes de
museo, de procesos de uso incluyendo las rafces de los
dientes, que, en algunos
casos, Ilegaron a un plano horizontal de oclusi6n (Fig.
3).
Fig 3 - Dentici6n con atrici6n
severa, perdida de contactos
molares.
molares.
Esa posici6n asumida por r otaci6n de dientes
severamente utilizados.
frecuentemente denominada dislocaci6n, fue
descr ita en detalle por TAYLOR (1963),
que not6 dicha condici6n en craneos Morior i y
Maori de la regi6n del Pacif ico.
EI
entendi6 que tal dislocaci6n result6 de las
f uerzas cortantes. generadas
por las
inclinaciones ocluso-bucales de los dientes
inferior es durante la masticaci6n
vigorosa. particularmente si la par te vestibular del
alveolo fue debilitada por
enfermedades. TAYLOR sugiri6 que la aplicaci6n de
fuer zas de afuera de la boca
tambiE'm podr ian estar envueltas en el
proceso de dislocaci6n. Bajo estas
condiciones
de uso vigoroso, no es sorprendente que las
relaciones oclusales de los aborigenes
continuamente cambiaran de la infancia a la edad
avanzada.
Antes del contacto con los europeos, los
abor f genes Australianos er an
cazadores
n6madas y colector es de alimentos, un modo de vida
condicionado por la regi6n.
clima y fuentes de alimentos disponibles peri6dicamente. La
vida era habitualmente
muy dura, en par ticular en las areas
deser ticas del continente, don de el
bajo fndice
pluviometr ico f recuentemente conduj6 a una
escasez de alimento y agua.
Consecuentemente la mayor parte del tiempo de los
abor f genes fue dedicada a la
lucha diar ia por la comida. un ejercicio
que exigf a una notable habilidad y
conocimiento de la tierra. su fauna y flora
(CAMPBELL, SIMPSON, CORNELL Y
BARRET, 1954). Tfpicamente, los aborigenes vagaban
por su territor io tribal en
pequenos grupos familiares y paraban en algun punta apenas por el
tiempo que
los recursos naturales per mitf an. antes de
mudarse para un nuevo sitio. EI hombre
era el cazador (de cuya habilidad depend
fa el grupo) par a cacerfas de
gr an
magnitud. Las mujeres, acompanadas por
los ninos, eran responsables de la
acumulaci6n de provisiones. como frutos silvestres,
semillas, raices comestibles.
pequenos reptiles y otros alimentos del desierto, que eran
usados para
complementar los recursos familiares. En las
r egiones costeras y a 10 largo de
los
rfos, las tribus aborfgenes tuvieron mas exito que los
grupos habitantes del desierto;
en estos casos. habf a usual mente una abundancia de
marsupiales, pajaros, reptiles
y peces que pr ove f an alimentaci6n adecuada,
asf como numerosas plantas y sus
productos.
Los metodos de preparaci6n de alimentos y su cocci6n eran
primitivos y no variaban
significativamente en todo el continente. Muchos alimentos eran
consumidos crudos.
particularmente las plantas y sus frutos. Los alimentos ani males
recibfan un minimo
de cocci6n directamente al fuego o. en caso de cacerfa
grande. en homos en la
tierra de arena caliente y cenizas. Las semi lias eran
partidas entre piedras hasta
volverlas harina y eran mezcladas con agua, para formar una
pasta gruesa antes
de ser cocinadas sobre ceniza caliente. Los abor igenes
no usaban utensilios para
comer y empleaban exclusivamente sus manos y dientes. La
preparaci6n y metodos
de cocimiento, inevitablemente. incluian materiales
abrasivos en la comida. 10 cual
lIevaba a un progresivo desgaste de los dientes y cambios en las
relaciones
oclusales que son tfpicas de pueblos que viven en tales
condiciones.
Es interesante hacer notar que la caries en las comunidades
aborfgenes creci6
de hasta 70 % en los pueblos habitantes de colonias
contrasta grandemente con
la situaci6n comprobada en mater ial
existente en museos, donde apenas 14 %
aproximadamente de los especf menes fueron afectados par la
car ies (BROWN,
1974).
Los movimientos masticatorios fuer on estudiados en los
aborfgenes Australianos par
la obser vaci6n directa y el analisis de registros
cinematograficos (BARRET, 1956).
Una descripci6n detallada par BEYRON (1964) revel6 una relaci6n
pr6xima entre
el patr6n de los movimientos masticator ios y las condiciones
oclusales de los
aborfgenes. Comparaciones realizadas entre europeos modernos
y abor f genes
indicaron algunas diferencias importantes entre los dos
grupos, particularmente en
la medida de las excursiones mandibular es durante la
masticaci6n. La descr ipci6n
a seguir esta basada, pr incipalmente, en el
trabajo de BEYRON.
En los movimientos de la maridibula de los aborfgenes,
cuando la boca esta vacf a,
generalmente no hay restricciones, ni la
asimetr f a frecuentemente obser vada en
los
europeos de hay. Par ejemplo, los
movir nientos de apertura y cierre habituales
son
realizados regularmente sin ningun desvf o acentuado de la
Ifnea media. Las
excursiones laterales son amplias en extensi6n y pueden ser hechas
para ambos
lados can igual facilidad. Una caracterfstica
particular de las excur siones laterales
es el f ntimo contacto entre los dientes opuestos
.en el lado de trabajo; en varios
individuos este contacto se extiende de los molares alas
incisivos. La extensi6n
de estos contactos del lado de trabajo parece aumentar can la edad,
probablemente
como resultado de atrici6n oclusal progresiva, pero en
individuos j6venes los
contactos son mas extensos que en muchos europeos modernos sin
atr ici6n. Los
contactos en la r egi6n anterior son tambien
extensos en posici6n pr otrusiva de la
mandfbula.
La aprehension y el corte del alimento que precede a la molienda
masticatoria en
la preparacion para la deglucion,son importantes y poderosas en los
aborigenes. Par
ejemplo, un pedazo grande de carne es asegurado en las manos
y agarrado entre
los dientes canino e incisivo. La incision de la carne es
ejecutada efectivamente par
el usa vigoroso de numerosos musculos, incluyendo
aquellos del brazo, mandibula,
cuello y hombros. La porcion cortada es posicionada entre
las superficies del diente
par la musculatura de ·Ios labios y de la lengua.
La masticacion es hecha alternadamente en los lados derecho e
izquierdo can
extraordinaria regularidad, siendo el alimento pasado del
uno al otro lado por la
acci6n coordinada de los car riilos, labios y lengua.
Usual mente de 2 a 4 ciclos
masticator ios, de 1 segundo de
duraci6n cada uno, son ejecutados de un lade y
entonces la comida es pasada al otro lado para un
numero igual de ciclos. EI patron
es r epetido hasta que la comida este lista para ser
ingerida. En los aborfgenes los
labios quedan separados durante la masticaci6n.
Un cicio masticator io tf pico es mostrado en la
Fig. 4, que fue constr uida a partir
de registros cinematogr af icos de un aborigen que
tenia perdida del incisivo central
superior derecho. EI cicio varia de tamano, forma y duraci6n
de individuo a individuo
y, peri6dicamente, en el mismo individuo, de
acuerdo can la clase de alimento y
la actividad de la musculatura mandibular Sin embargo
para la mayor r a un modelo
la actividad de la musculatura mandibular .
Sin embargo, para la mayor r a,
un modelo
un abor igen austr aliano. EI camino del
contacto dentario durante la molienda
vacia es demostr ado en la parte
superior
Un cicio masticatorio tf pico comienza con una fase de
apertura, en la cual la
mandibula se aparta del contacto dentario junto a una linea pr6xima
de la linea media ,
pero cruzando gradualmente para el lado masticatorio 0 del
alimento. EI punta incisivo
frecuentemente se mueve en direcci6n al lado contrario al del
alimento por un corto
espacio de tiempo y en el comienzo de la fase de apertura.
La apertura total de la
mandfbula, indicada por el movimiento del incisivo hacia
afuera de la posici6n
intercuspidea, raramente excede el minima necesario para
agarrar el bolo alimenticio .
En los aborfgenes esa distancia es de 17.6 mm de promedio,
aproximadamente la
misma verificada en los europeos, siendo un poco mayor en
los individuos mas
j6venes (18.4 mm) que en los mas viejos (15.4 mm).
Debido al hecho de no haber
ninguna resistencia acentuada a la apertura de la mandfbula ,
esta fase del cicio
masticatorio da mayor velocidad al movimiento y ocupa ,
aproximadamente, el 35 %
de todo el cicio. La velocidad de la mandfbula disminuye al haber
contacto con el
bolo alimenticio en el f inal de la fase de apertura.
La fase de cierre del cicio masticatorio comienza cuando el
alimento es fragmentado
y la mandibula se mueve mas en direcci6n al lado del
alimento. Una considerable
presi6n es generada entre los dientes durante el cierre de la
mandibula y las
caracter f sticas del movimiento, tales como
presi6n, desvfo lateral y velocidad,
dependen del tamano, forma y dureza de la comida,
tanto como de las
caracter f sticas morfol6gic.as de los maxi lares
y de los dientes. Es interesante que
individuos aborfgenes, al masticar carne, presenten
un desvfo mandibular lateral
de aproximadamente 5.2 mm para todos los grupos de edades,
signif icativamente
mayor que los 3-4 mm verificados en europeos (HILDEBRAND,
1931). EI mayor
desvio lateral ocurre usualmente, en una posici6n mas
craneal en aborfgenes que
en europeos, en los cuales una caracterfstica
gala de lagrima patr6n puede ser
reconocida con el mayor balance lateral situado por debajo
de la mitad del cicio
masticatorio. La fase de fragmentaci6n termina con
los dientes pr6ximos a la posici6n
intercuspfdea cuando comienza la molienda
f inal
intercuspfdea, cuando comienza la molienda
f inal.
EI contacto con el diente ocurre, durante la
fase de molienda f inal, en muchos,
pero
no en todos los ciclos masticatarios. Cuando esto
sucede, la trayectoria del movimiento
de los incisivos coincide en algun trecho con el
aline<;lmiento producido por el contacto
dentar io en los movimientos vaclos de la
mandfbula. Este trecho de la trayector ia
incisiva es moder adamente constante en todos los
ciclos de la masticaci6n, pero
ocasionalmente la pr esencia de finas
partfculas entr e los dientes dara origen a
pequenos movimientos oscilatarios durante el final de
la f ase de molienda. La distancia
en la cual el cicio masticatorio car responde a
la tr ayectoria de contacto de
deslizamiento varia en difer entes ciclos. Algunas
veces, las dos Ifneas coinciden en
apenas un punto, per o en muchos ciclos la coincidencia
ocurre en algun trecho lateral
a la posici6n intercuspidea y continua hasta Ilegar a esa
posici6n. Esa distancia
pr omedio es de 2.8 mm en el
abor igen cuando mastica carne y no varia
sustancialmente
en los dif er entes grupos de edades. Como
resultado de una forma cuspfdea mas
plana, el angulo de contacto de deslizamiento es
moderadamente raso en los
abor igenes comparado con europeos y decrece con la
edad y reducci6n de las
cuspides par el usa del diente. Las dimensiones del
cicio masticatorio en los
abor f genes, como fue deter minado
por BEYRON (1964), estan indicadas en el
Cuadr a 3.
AUSTRALIANOS DURANTE LA MASTICACION DE CARNE
NQ VALOR MEDIO DESVIO P ADRON
Cicio de dimension vertical 26
17,6mm 2,5mm
Mayor dimension lateral de la
linea media 26 5,2mm O,8mm
* Distancia cor respondiente,
zamiento suave ("alide")** 26 2,8mm 0,4 mm
* Estudios de BEYRON (1964)
** Nota del traductor - "alide": contacto
de deslizamiento suave.
En resumen, el patr6n masticatorio en los abarfgenes
difiere del comunmente
observado en europeos hoy dfa. La masticaci6n se
alterna regularmente entre los
lados der echo e izquier do con una
trayectoria de movimiento que tiene una amplia
forma oval. EI paso later al de
la mandf bula, durante la masticaci6n,
es
consider ablemente mayor en los
abar f genes, pero la apertura
maxima no difier e
mucho de la de los europeos. EI
contacto dentario ocurre en muchos ciclos
masticatarios, usual mente de un punta aproximado a
2.8 mm lateral a la posici6n
intercuspidea, a partir de la cual la mandfbula es guiada
par las inclinaciones
cuspfdica e. incisiva de r egreso a la posici6n
intercuspidea. La presencia de facetas
recf pr acas en la mandf bula y prominencia
post-glenoidea en el material 6seo de
los abarf genes relatados por MURPHY (1956)
sugiere que, dur ante la f ase de
cierr e
del cicio masticatorio, el c6ndilo que soporta la
carga del lado del alimef 1to gira
y
es apretado contra la tuberosidad
es apretado contra la tuberosidad.
Una relacion simplificada de algunos de los
deter minantes del desarrollo oclusal
y
f uncion que son relevantes a la practica clinica es
mostrada en el Cuadro 4. Estos
determinantes son agrupados bajo dos categar f as
principales, crecimiento
relacionado y f uncion relacionada, aunque es necesario
enfatizar que el cr ecimiento
y funcion son apenas interdependientes, ya que cada uno esta
sujeto a un control
genetico total, que es modificado en una
variacion de grados par las inf luencias
ambientales.
Variaciones en el tamano y forma dentaria -
inf luencias geneticas y del
medio
ambiente.
Coardinacion del tamano del diente 'durMte el
desarrollo.
Velocidad y secuencia de erupcion y exfoliacion dentaria.
Direccion y amplitud de las rotaciones maxi lares durante el
cr ecimiento.
Desarrollo alveolar y migraciones
dentarias.
Desarr ollo compensatorio alveolar .
Desarrollo de los patrones neuromusculares.
Pr esiones musculares periorales y desarrollo
alveolar
Perdida prematura de dientes deciduos
Reduccion del tamano del diente por atricion.
Perdida dentaria y migracion.
Condiciones patologicas de los dientes, de los maxilares,
musculos y
articulaciones. Adaptacion a las condiciones de cambios
oclusales.
En esta parte, el desarrollo oclusal es considerado por la
referencia a la informacion
recogida durante un estudio del crecimiento longitudinal en ninos
abarigenes
Australianos que vivfan en Yuendumu, lugar proximo al
centro del continente
(BROWN y BARRET, 1973). Yuendumu fue
constituf da en 1946 por el gobierno
Australiano como una reserva para los aborfgenes que estaban
dejando sus tierras
tr ibales. Grupos de investigadores de la Universidad de
Adelaide visitaron Yuendumu
regularmente entre 1951 y 1971 para investigaciones tanto dentarias
como otras.
Durante estos anos, la poblacion de Yuendumu estaba en un
momento cultur al de
transicion de una forma nomada de vida, donde los metodos
tradicionales de cacerfa
y obtencion de alimentos predominaban, a una e?<istenciamas
protegida con la
y obtencion de alimentos predominaban, a una
e?<istenciamas protegida con la
adopci6n de habitos alimenticios europeos.
Var ias ventajas se agregaron a partir del estudio del
desarrollo dental en estos ninos.
Matrimonios entr e tribus f uer on raros en
esta sociedad aborigen; por eso, la
poblaci6n
es relativamente homogenea desde el punta de vista
genetico, compar ado con la
mayor f a de los otros estudios
r elatados del desarrollo dentar io. Mas
aun, el habito
de la poligamia nos posibilit6 estudiar aspectos geneticos
de la morfologf a dentaria
por la reuni6n y analisis de documentos de
medios-hermanos, esto es, ninos con el
mismo padr e y diferente madre. Otra ventaja de
la poblaci6n de Yuendumu r eside
en el hecho de la relativa ausencia de caries en los ninos,
de tal manera que la perdida
pr ematura de dientes deciduos era un raro acontecimiento.
A pesar del consumo
cr eciente de carbohidratos r efinados y
otras comidas procesadas, BARRET y
WilLIAMSON (1972) verificaron que el 74 % de
149 ninos examinados no pr esentaban
caries en los dientes deciduos, que af ectaban
menos del 4 % de los dientes
examinados. Ellos concluyeron que la poblaci6n joven
de Yuendumu tiene la menor
f r ecuencia de caries del mundo.
EI estudio de crecimiento en Yuendumu da elementos para el estudio
del desarrollo
dentario en una sola poblaci6n, cuyo primer contacto con una
sociedad europea
es relativamente reciente. Estos .elementos pueden
ser complementados con la
abundante colecci6n de craneos abar f genes en el museD
del Sur de Australia para
demostrar la modificaci6n y la adaptaci6n en la dentici6n
despues del usa oclusal
severo.
EI tamano de los dientes se cree es. determinado par
una forma poligenetica de
herencia, esto es, los pequenos efectos acumulados de un
numero de genes
actuando juntos (BAILlT, 1975; HARRIS, 1975;
TOWNSEND Y BROWN, 1978). Sin
embargo, efectos ambientales tambien pueden superponerse de
tal manera, que
la variaci6n continua, observada en el diametro de
los dientes, puede ser vista como
originada de una multiplicidad de factares de la inter-relaci6n
entre genes y el medio
ambiente. Un diente en desarrollo es expuesto a
inf luencias ambientales, desde la
etapa de diferenciaci6n celular hasta que la calcificaci6n de
la corona y de las raf ces
se complete. la salud de la madre es importante durante la
farmaci6n de los dientes
deciduos, que es esencialmente un pr oceso prenatal,
pero no sucede 1 0 mismo con
los dientes permanentes, que son mucho mas
susceptibles al medio ambiente
postnatal.
EI tamano de los dientes es, sin duda,
una determinante importante de la
f unci6n
y mor f ologf a oclusal. En especial,
el tamano relativo de los dientes deciduos y
sus
sucesores permanentes determinan, en parte, el
espacio disponible par a la erupci6n
y subsecuente alineamiento de los dientes permanentes en
los arcos derltarios. En
anos recientes, muchos estudios trataron de aclarar la
contribuci6n relativa de los
genes y del medio ambiente para el control y coardinaci6n de
la variaci6n del tamano
del diente
del diente.
CUADRa N25 - Valores Promedios Estimados de las Contribuciones a la
Variabilidad
del Tamaiio Dentario en Aborigenes Australianos.1
Contribuci6n MediaAmbiente MediaAmbiente
Genetica Gamun Familiar
~
Estimaciones hechas de las contribuciones geneticas y ambientales ,
en relaci6n al
tamano de los dientes de los aborfgenes Australianos de Yuendumu ,
estan recogidas
en el Cuadro 5, usando informaciones suministradas
por TOWNSEND (1980) EI
componente genetico aditivo, que habla respecto a los efectos
acumulados de los
genes, es responsable por aproximadamente el 60 %
de la variabilidad del tamano
del diente en las dos denticiones. Es interesante
observar , que el componente
genetico aditivo parece ser un poco mayor para los diametros
bucolinguales que
para los mesiodistales. EI medio ambiente comun es a veces limitado
al efecto
maternal, como indica el componente de variabilidad del
tamano del diente en
hermanos provenientes del mismo ambiente intrauter ino.
EI medio ambiente comun
explica una proporci6n muy superior de variaci6n en la
dentici6n decidua , de
aproximadamente 15%, com parada con la permanente,
6%. Esto puede ser
explicado por las diferencias en el momento de calcificaci6n de los
dientes , que
es predominantemente prenatal en la dentici6n decidua y postnatal
en la
permanente. Las necesidades de espacios son probablemente
menos crfticas para
el desarrollo de los dientes deciduos, que alcanzan su mayor tamano
potencia l con
menos interacci6n que para el de los dientes permanentes .
EI tercer componente
de variabilidad es el ambiente familiar ; simplemente
indica la proporci6n debida a
otros efectos que no son la contribuci6n genetica y el
medio ambiente comun.
Corresponde al 30% en cada dentici6n.
Los factores geneticos son importantes en la determinaci6n de la
variabilidad d el
tamano del diente, pero no probablemente hasta el punta
algunas veces sugerido.
La naturaleza' multifactorial del tamano del diente puede
ser resumida en los
aborfgenes Australianos como sigue: la variaci6n del factor
genetico corresponde
aborfgenes Australianos como sigue: la variaci6n del
factor genetico corresponde
aproximadamente 58 % en la decidua. EI medio
ambiente materno es tambien
importante, contribuyendo con el 15 % en la dentici6n
decidua, aunque con un 6 %
en la permanente.
EI desarrollo dental, como otros procesos de crecimiento en el
cuerpo, es coordinado
en 10que respecta al tiempo y a la secuencia de la calcificaci6n
dentaria, crecimiento
y erupci6n. Ademas hay evidencia de que los tamanos
relativos de los dientes
adyacentes y oponentes son regulados. Los mecanismos de
coordinaci6n actuan
durante todo el perfodo de desarrollo de ambas denticiones para
influir no s610 en
los dientes, sino tam bien en la formaci6n y crecimiento de los
maxilares y otras
caracterfsticas craneofaciales.
La naturaleza de las interacciones de1 te jido durante la
mortogenesis dental no esta
completamente aclarada, pero hay evidencia acumulada de que
la comunicaci6n
molecular ocurre entre el epitelio dentario y el tejido conectivo
subyacente. La
transmisi6n del RNA de la papila dentaria al epitelio puede
desempenar un papel
en la odontogenesis inicial; tambien fueron tomadas
en cuenta la acci6n recfproca
entre el colageno y proteoglycans. Sobre estos t6picos,
ademas del presente texto,
el lector interesado puede consultar literatura de autores,
tales como KOLLAR (1975),
SLAVKIN (1974), TOOLE y·L1NSENMAYER (1975), OSBORN
(1978).
En esta oportunidad, la discusi6n se limitara a la
consideraci6n del concepto de
los campos mortogeneticos, usando como ilustraci6n
informaciones derivadas del
estudio del tamano de los dientes de los aborfgenes Australianos.
Los campos
morfogeneticos son considerados regiones en los tejidos en
desarrollo bajo un
control genetico directo que determina la diferenciaci6n,
crecimiento y morfologfa
de estructuras en formaci6n en el campo. De esta manera,
los campos
morfogeneticos se cree determinan gradientes mortol6gicos en el
tamano de la forma
de estructuras vecinas en una serie, por ejem., falanges,
vertebras 0 dientes. Este
concepto fue originalmente propuesto por BUTLER (1939,
1963), difundido por
DAHLBERG (1945) Y revisado por OSBORN (1978) para explicar la
ontogenia y
filogenia de la dentici6n del mamffero. La identificaci6n
clara de estos campos
morfogeneticos, la extensi6n del control genetico y
las interacciones bioqufmicas
envueltas son inciertas, pero no hay duda sobre los patrones de
variaci6n del tamano
de los dientes y el punta de correlaci6n de su existencia.
Los estudios de ARYA y
SAVARA (1976) indican que el control de la formaci6n del
diente puede ser afectado
de diversas formas, de acuerdo con la clase mortol6gica de
los dientes, su posici6n
en la lamina dentaria y la cronologfa de su formaci6n.
Segun la teorfa de campo, cada c1ase de diente en la
dentici6n del mamffero
contiene un elemento decisivo 0 diente polarizador ,
que es considerado mas estable
en la morfologfa que los dientes adyacentes en la misma area. EI
incisivo central
superior y el lateral inferior son los dientes claves en sus areas;
de la misma forma,
el primer premolar y el primer molar son vistos como dientes
c1aves entre las areas
de premolares y molares.
EI concepto de campo molar es bien ilustrado por la referencia alas
variabilidades
del tamano del diente en los molares deciduos y permanentes de los
aborfgenes
CUADRO N 2 6 - Coeficientes de
Var iaci6n en los tamanos
de molares de loa Aborigenes Australianos.1
Mesiodistal Bucolingual
Superiores
M1 5,0 4,6 4,5 4,4
M2 5,9 5,7 5,4 5,0
M3 6,5 7,0 6,5 6,3
Inf snores
M1 5,0 4,4 4,9 4.6
M2 6,0 5,6 5,1 5.0
M3 8,8 6,9 I
6,1 6.0
1 Estudios de TOWSEND Y BROWN
(1979) Y IvlARGETIS Y BROWN (1978)
CUADRO N2 7 - Correlaci6n del tamano de los diente!!
en dentici6n permanente de
Aborigenes Australianos. Diametros mesiodistales
encima de la diagonal,
bucolinguales abajo.
Maxi/ar superior
--_.
P2 0,57 0,54 0.59 0,7 5 * - 0,46
0.58
M1 0,54 0,52 0,51 0,64 0,70
- 0,66<
M2 0.63 0.57 0,59 0,66 0,72
0,77* -
en hombres y mujeres, la variabilidad en tamano revela un
gradiente creciente del
diente clave, que es el primer molar en la dentici6n
permanente y el segundo molar
en la decidua. Ademas de esto, hay una tendencia diferente
para el primer molar
permanente ser el ultimo variable en la serie. Estos patrones no
son de forma alguna
casuales y ellos mantienen con vigor el concepto de un control
morfogenetico sobre
los molares, que es mas fuerte en la regi6n del segundo molar
deciduo y primer
molar permanente, pero disminuye gradualmente con la
distancia del diente clave.
Esta proposici6n es sustentada con la observaci6n clfnica de rutina
que los dientes
claves son mas estables 0 uniformes en la morfologia, que
sus vecinos.
Otras evidencias de control morfogenetico son verificadas en el
patr6n de correlaci6n
de tamano entre dientes permanentes (Cuadro 7). Cada diente
esta mas fuertemente
correlacionado con un diente vecino de la misma clase de dientes
que con un vecino
de clase diferente 0 dientes mas distantes.
Por ejemplo, los incisivos laterales estan mas fuertemente
relacionados en tamano
con incisivos centrales que con los caninos; los dos
premolares presentan
correlaci6n mas fuerte entre sf que con sus vecinos, el canino y
primer molar;
analogamente con el primero y segundo molar. Los caninos son
considerados
usualmente como constituyendo un area canina unica de influencia;
de esta manera,
los patrones de correlaci6n son interesantes. En el maxilar
superior, los caninos
presentan una asociaci6n de tamano bastante fuerte con los primeros
premolares,
pero en la mandfbula las correlaciones son mas fuertes con
los incisivos laterales.
Este patr6n puede ser asociado con la morfologfa comparativa de los
caninos, tal
como los premolares en el maxilar super ior, pero tendiendo a
ser incisiforme en la
mandfbula. Es interesante que en algunos herbfvoros,
por ejem.: las ovejas, los
caninos inferiores tuvieron una evoluci6n en la morfologfa hasta
volverse uno de los
integrantes de la serie incisiva anterior .
Patrones de correlaci6n para diametros dentales en la dentici6n
permanente de los
aborigenes Australianos, como los de variabilidad antes
mencionados, no son
casuales, pero proporcionan otra evidencia de la
coordinaci6n general de los
tamanos de los dientes en el desarrollo de la
dentici6n. A pesar de que los mecanismos
de coordinaci6n no son conocidos, el concepto de campos
morfogeneticos
proporciona una hip6tesis util que puede ser comprobada y
desarrollada por
estudios experimentales y. descriptivos. Para aquellos
interesados en campos
morfogeneticos, descripciones mas detalladas basadas en estudios de
asimetrfa
dental y analisis factorial de la dentici6n son
suministrados en los informes de
POTTER y otros (1968), lOMBARDI (1975), SUAREZ Y WilLIAMS (1973),
BAILIT Y
otros (1970), PERZIGIAN (1977), TOWNSEND Y BROWN (1981).
PARTE VI- -RELACIONES ENTRE TAMANO DE DIENTES
EI desarrollo dentario coordinado es tam bien evidenciado en las
relaciones entre
tamanos de dientes deciduos y permanentes y entre dientes
superiores e inferiores.
Las relaciones entre tamanos de dientes son importantes en las
fases de desarrollo
oclusal que hablan respecto a la erupci6n y allneaci6n de dientes
en las posiciones
esteticas 6ptiq1as y funcionales dentro de los arcos dentarios.
Variaciones en la
posici6n y oclusi6n casi ideal pueden resultar de discrepancias en
el tamano de
los dientes permanentes, en relaci6n a los precursores deciduos,
0 en el desarrollo
alveolar inadecuado para acomodar todos los dientes sin
apinamiento. '
CUADRO N2 8 - Diferencias en los diametros
mesiodistales de dientes deciduos
y permanentes correspondientes y grupos dentarios, expresadas en
milimetros.
Per manenles Permanenles
Dienles Compar ados Maxilar Superior Mandibula
Permanenles Deciduos Ninos Ninas Ninos
Ninas
11 di1 2,1 1,8 1,2 1,4
12 di2 1,6 1,4 1,5 1,5 C de 0,9
0,8 1,2 0,8
P1 dm1 0,1 0,3 -lJ,7 -lJ,8
P2 dm2 -2,5 -2,4 -3,3 -3,3 11+12
di 1+di2 3,6 3,1 2, 8 3,2 P1 + P2 I dm1
+dm2 -2,3 -2,1 -4, ° -4, ° C+P1+P2
de+dm1 +dm2 -1,4 -1,3 -2,8 -3,3
11a P2 I di1 adm2 2, 2 1,7 -lJ, 2 -lJ,
2
Diferencias en los diametros de la corona mesiodistal de
los dientes permanentes
y de sus antecesores deciduos en ninos y ninas
abor f genes son mostradas en el
Cuadro 8. Las informaciones se originaron de
obser vaciones longitudinales en
modelos disponibles, representando cada dentici6n,
(BROWN, MARGETTS Y
TOWSEND, 1980a). EI patr6n de relaciones de tamano
es similar a aquel conf ir mado
en otros grupos; p. ejem. grupos caucasicos de Norte America
(MOORREES, 1959).
Todos los incisivos y caninos permanentes excedieron a los
precursores deciduos
en tamano, estando las mayores diferencias en el
incisivo central del maxilar superior
y en incisivo lateral de la mandfbula. Los caninos
presentaron menor diferencia en
el diametro mesiodistal entre dientes permanentes y deciduos.
En el caso de los dientes posteriores, todos los dientes
deciduos excedieron a sus
sucesores permanentes en tamano, siendo excepci6n el primer
premolar del maxilar
superior , que excedi6 ligeramente al primer molar
deciduo. La mayor diferencia de
tamano de 3.3 mm fue verificada en la mandfbula, en la relaci6n
entre el segundo
molar deciduo y el segundo premolar.
Los diametros mesiodistales de los dientes deciduos relativos a los
sucesores
permaqentes aumentaron progresivamente de la regi6n anter ior
para la posterior .
Donde los diametros de los incisivos deciduos estaban, en
promedio de 76 a 80%
de los diametros de los permanentes correspondientes, la
comparaci6n de
porcenta je medio para los caninos vari6 de 85 a 90
%, de 99 para 110 % para el
La necesidad y disponibilidad de espacio, durante la erupci6n del
diente, pueden
ser alcanzadas por las relaciones de tamano entre diametros
combinados de grupos
dentarios correspondientes de dientes decfduos y permanentes
(Cuadro 8). En los
ninos aborfgenes, el diametro combinado de los incisivos
permanentes excedi6 a
aquellos de los incisivos deciduos en aproximadamente 3 mm.
Mientras tanto que
los diametros combinados de los caninos y molares deciduos
excedieron a aquellos
de los dientes permanentes correspondientes en mas de 1 mm. en el
maxilar superior
y aproximadamente 3 mm. en el maxilar inferior .
Esta diferencia de tamano es
atr ibuf da al exceso de tamano de los
molares deciduos comparados con el de los
premolares permanentes. Cuando los diametros combinados de
todos los dientes
fueron comparados, los dientes permanentes superiores,
del primer incisivo al
segundo premolar , excedieron sus precursores deciduos
en aproximadamente
2mm Mientras tanto en el maxilar
inferior , los dientes deciduos eran O.2mm
mayores
Relaciones entre tamanos de dientes presentaron patrones
similares en ninos y
ninas.
Los dientes deciduos son sustitufdos durante dos fases de
desarrollo, que son
separadas por un perfodo de reposo. Durante la primera fase,
que va de 6.3 anos
a 8.5 anos, en los ninos aborigenes, y de 5.1 a 8.1
anos, en las ninas aborfgenes,
los incisivos deciduos son sustitufdos por incisivos permanentes
mas grandes. En
el desarrollo normal, el espacio adecuado es puesto a
la disposici6n por la
compensaci6n del crecimiento del hueso alveolar , que
es evidenciado por los
diastemas entre los incisivos deciduos antes de su
exfoliaci6n y sustituci6n.
La fase 2 que se extiende de, aproximadamente, 9.9 a
1 1.5 anos en los ninos y de
9.1 a 11 .1 anos en las ninas, incluye la erupci6n de los caninos,
premolares y segundos
molares permanentes. En esta fase, los tamanos relativos de
los dientes deciduos y
sus correspondientes permanentes son importantes
determinantes en el adecuado
desarrollo oclusal. NANCE (1947) us6 el
terminG "Ieway space" para describir el exceso
CUADRO N2 9 - Comparaci6n del "leeway space" de
varias
poblaciones expr esado en milimetros.
Maxilar Superior Mandibula
Poblaci6n
Ninos Ninas Ninos Ninas
Suecos 4
Japonesess 1,0 0,9 2,9 2,9
Tr istanitas6 1,0 0,8 1,7 1,5 Indios Pi
mass 0,3 0,8 1,8 2,7
• "Leeway space": calculado de estudio longitudinal 1
BROWN, MARGETTS and TOWNSEND (1980ai
2 MOORREES and CHADHA (19621
I 3 CLINCH (1963)
de tamano del canino y molares deciduos en comparaci6n con el
canino y premolares
permanentes. EI destac6 que, cuanto mayor es el "leeway
space" en la mandfbula,
hay mejor movimiento mesial del primer molar inferior en relaci6n
al primer molar
superior el cual estableci6 una mejor relaci6n normal en clase I .
En los ninos aborfgenes,
el "leeway space" es bastante grande en comparaci6n con el
de otras poblaciones
(Cuadro 9) y esta caracterfstica es importante en el suministro de
espacio para una
Modelos dentarios del caso 509, mostrado en la figura 5,
demuestran desarrollo
oclusal en presencia del "leeway space" adecuado. En este caso ,
los diametros
combinados de los caninos y molares deciduos exceden a los de los
sucesores
permanentes, en mas de 2 mm. en el maxilar y mas de 4 mm en
la mandfbula,
dimensiones que eran mayores que el promedio para el grupo .
Espacio adecuado
era disponible para erupciones y alineamientos sin impedimento de
los dientes
permanentes, como 10 vemos en el
espacio entre caninos, primeros y segundos
premolar es en edad de 12.7 arios. EI
alineamiento de los dientes en los arcos
dentarios era excelente en esta niria,sin ninguna evidencia de
apiriamiento.
En contraste, la nina aborfgen 586, cuyos modelos dentarios
son mostrados en la
f igura 6, tuvo una relaci6n menos favorable
diente/tamano. En este caso, el "leeway
space" estaba bien por debajo del promedio del grupo;
el canino y premolares
superiores sobrepasaron a sus precursores deciduos en diametro en
casi 1 mm ,
mientras que en la mandf bula el exceso de tamario de los
dientes deciduos era de
14mm menos que la mitad del promedio. EI apiriamiento de los
premolares
superiores e incisivos inferiores era evidente en la edad de
104 arios; no obstante,
de alguna forma aliviado 2 arios mas tarde. Es de hacer
notar que el alineamiento
anterior mandibular mejor6 en la edad de 124 arios
como resultado del desarrollo
alveolar , pero el canino derecho permaneci6
apiriado.
En una secci6n anterior , el concepto de campos
morfogeneticos, ejerciendo control
sobre el tamario de. los dientes, fue ilustrado con ejemplos
relacionados a la
variabilidad de los diametros mesiodistales y de las correlaciones
entre los diametros
de dientes adyacentes. Este concepto es actualmente
extendido con referencia a
la coordinaci6n de tamanos de dientes entre denticiones y entre
arcos maxilares y
mandibulares.
CUADRO 10- Correlaciones del tamario dentario de dientes deciduos
y
permanentes de Aborigenes Australianos1
1 2 di2 0,54 0,31 0,38 0,62
C de 0,25 0,41 0,35 0,42
P, dm, 0,36 0,41 0,45 0,47
P2 dm2 0,44 0,58 0,42 0,60
I, + 1 2 di, + di2 0,54 0,42
P, + P2 dml + dm2 0,47 0,53
C+P1+P2 de + dm, + dm2 0,49 0,57
I, a P2 di, a dm2 0,65 0,68
1 Contr ibuci6n de BROWN, MARGETTS Y TOWNSEND (198Gb)
sobre estudio de ninos y ninas.
EI cuadro 10 muestra la correlaci6n entr e diametros de
dientes que se correspond en
odontometricos de BROWN, MARGETTS Y TOWNSE~~D (1980 b).
No obstante las
correlaciones entr e dientes que se corresponden individual
mente son apenas
moderadas, las asociaciones se refuerzan cuando son considerados
los diametros
combinados de los grupos de dientes. Es particularmente interesante
que el tamario
mesiodistal total, que es la combinaci6n de los diametros de todos
los dientes ,
presenta la correlaci6n mas s61ida entre la dentici6n decidua y la
permanente . Esta
observaci6n indica que el tamario individual de los dientes
permanentes en relaci6n
a sus antecesores deciduos puede variar considerablemente, el
proceso de
desarrollo es coordinado, de tal manera que el tamario total
del diente es mas
rfgidamente contr olado entre denticiones. En general,
las correlaciones entre
denticiones eran mas altas para los diametros bucolinguales que
para los
mesiodistales, indicando una coordinaci6n mas pr6xima entre
e l tamario de los
dientes deciduos y el de los permanentes para estas
dimensiones
Las Asociaciones dentro de una misma dentici6n para el tamano de
dientes en los
ninos aborfgenes estan resumidas en el Cuadro 11.
Dientes superiores e inferiores
mostraron mayor coordinaci6n de tamano en ambas denticiones ,
siendo el nivel de
correlaci6n considerablemente mayor que para las asociaciones entre
las denticiones
arriba mencionadas. Las correlaciones fueron mas s6lidas,
cuando los diametros
mesiodistales combinados fueron comparados, lIegando a un
nivel de r = 0.83 en la
dentici6n decidua y r : 0.85 en la.permanente. La coordinaci6n para
el tamano de
dientes bucolingual tendi6 a ser mayor que para mesiodistal .
CUADRO 11- Correlaciones de tamano dentario entre dientes y
grupos de dientes
correspondientes al maxilar superior e inferior en Aborigenes
Australianos 1
o e.c I'd u 0s Permanentes
Mesiodistal Bucolingual Mesiodistal
Bucolingual
di) 0, 77 0, 8 9 II 0, 6 7
0, 72
di2 0, 7 1 0, 61 1 2 0, 58
0, 58
de 0, 64 0, 77 C 0, 7 2 0
, 7 5
dml 0, 77 0, 7 4 PI 0, 7 6
0 , 7 0
dm2 0, 7 3 0, 8 4 P2 0, 66
0 , 7 8
M1 0, 6 6 0 , 7 9
M2 0, 7 3 0 , 7 8
di I + di2 0, 86 II + 1 2
0, 7 5
dm 1+ dm2 0, 8 2 PI + P2 0,
77
c + dml + dm2 0, 86 C+PI +P2
I
0, 7 9
dil a dm2 0, 83 I) a P2
0, 8 5
Las correlaciones de ~amano de dientes indican un importante
aspecto del desarrollo
dentario relativo al establecimiento de relaciones
oclusales, principalmente la
existencia de mecanismos coordinados, que sirven para
mantener relaciones ideales
de tamano de dientes entre y dentro de las
denticiones. No obstante, haya apenas
coor dinaci6n moderada entr e los diametros de dientes
deciduos, individual mente,
y sus sucesores permanentes, la coordinaci6n para el
tamano total mesiodistal es
mucho mayor . Las correlaciones entre dientes
superiores e inferiores en la misma
dentici6n eran altas, particularmente para los
diametros combinados, indicando que
la coordinaci6n de desarrollo es mas rigurosa entre dientes de una
misma dentici6n
que entre dientes deciduos y permanentes.
Inf ormaciones comparativas sobre correlaciones de tamano de
dientes en otras
poblaciones, por e jem., ninos blancos
norteamericanos (MOORREES y REED, 1964),
indican que la coordinaci6n de tamano de dientes es
par ticularmente consistente
en los abor igenes Australianos, tanto
entre denticiones como en las comparaciones
en una misma dentici6n. Es pr obable que tal
coordinaci6n sea un mecanisme de
desar r ollo signif icativo en el
establecimiento de relaciones oclusales 6ptimas en
abor f genes.
Exfoliaci6n y erupci6n dentaria
La velocidad y la secuencia de la formaci6n,
la progresiva calcificaci6n y erupci6n
del diente son eventos del desarrollo que
influencian la morfologia del arco dentario
y las r elaciones oclusales. EI
establecimiento de contacto oclusal ocurre
pr6ximo
al f inal del complejo proceso de
crecimiento, que comienza con la diferenciaci6n
del germen de un diente y continua a traves de su
calcificaci6n, migraci6n en los
maxi lares, penetraci6n alveolar y alineamiento axial.
Las epocas normales de
erupci6n pueden ser perturbadas por condiciones orales
locales. Por ejemplo, aun
cuando la extracci6n prematura de un molar deciduo tienda a
acelerar la erupci6n
del pr emolar permanente, esta erupci6n puede ser atrasada,
si la perdida ocurriera
en determinadas etapas de la formaci6n de la raiz permanente
(MOORREES y otros,
1962) 0 si la recuperaci6n -del hueso
alveolar , despues de la extracci6n,
retardara
la erupci6n del sucesor ( ANDO y
otros, 1965). La erupci6n de los dientes
permanentes es acompanada por un substancial desarrollo alveolar y
por
migr aciones dentar ias compensator ias, que
son correlacionadas por patrones de
crecimiento de los maxilares (BJORK y SKIELLER,
1972). En virtud de que la
erupci6n dentaria es un importante componente del desarrollo
craneofacial, fue
estudiada detalladamente a nivel histol6gico y a traves de
comparaciones cifnicas
entre diferentes poblaciones (DEMIRJIAN, 1978). EI
momenta oportuno del desarrollo
en la dentici6n es probablemente mas afectado por determinantes
geneticos que
por inf luencias ambientales (DAHLBERG y
MAUNSBACH, 1948; LEWIS y GARN,
1960; T ANNER, 1962; GARN, LEWIS
Y KEREWSKY, 1965)
Mientras tanto, a pesar de que las diferencias
raciales en los momentos de erupci6n
f uesen mencionadas un minimo de dos veces como debidas a la
nutr ici6n y nivel
socioecon6mico (GARN y otros, 1963), ninguna
evidencia concluyente de un efecto
genetico f ue encontrada por HIERNAUX (1968)
genetico f ue encontrada por HIERNAUX (1968).
Los patrones de erupci6n de los dientes varian entre diferentes
grupos etnicos y
per iodicidad, que e s mas variable que la secuencia.
Tanto las influencias
sistemicas como las condiciones orales locales pueden
af ectar el proceso de
er upci6n
dental, causando tanto una aceleraci6n como un retardo,
aunque los
mecanismos envueltos no sean muy bien comprendidos.
Algunos agentes, afectando
la er upci6n, pueden