Contradicciones, es un pueblo o ciudad como quieran
llamarlo con poco desarrollo a pesar de los tiempos en que
vivimos, mucho de antes, mucho de hoy, mantenido por la
magia de la existencia, se dice que es de aquellos pueblos
en el mundo negados a morir, su forma, su estilo, su vida,
sus enlaces y sus desenlaces con respecto a todo lo que se
vive, es todo un enigma. Para muchos, Contradicciones
se hizo por pedazos como su misma geografía, largas
cordilleras montañosas en toda su extensión, ninguna
uniforme, ninguna en apoyo de la otra, son cimientos indi-
viduales bordeándola. Si se está en el pueblo y con levan-
tar la mirada, para donde las dirijas allí encontrarás una
montaña, algunos dicen que 6, quizás 8, las autoridades
dicen que son 7 lindas y magnánimas montañas cubriendo,
demarcando, protegiendo en demasía a la población,
energía fuerte y emblemática, tan sublime, tan terrenal,
con mensajes naturales disgregados para todos quienes
quieran sentir y descifrar su poder.
“La mayoría de los habitantes consideran que la coexisten-
cia en Contradicciones es muy hostil, es como entrar a una
batalla invisible por sobrevivir, por sobresalir, por hundir,
por quitar, por desestimar”
Las excusas son muchas, la más repetida y creídas entre
ellos es la de las montañas, culpables de su falta de
desarrollo, por el espacio que supuestamente ellas han
quitado a sus tierras, expresión egoísta muy propia de este
pueblo, los promedios de edad, habitantes muy longevos,
personas en las calles con 70 años, 75, 80, son caras muy
familiares. Existen los jóvenes aunque en muy pocas can-
tidades, es como si en la ciudad todo el mundo naciera
viejo, su conducta y su vivir es de predominancia senil. No
se puede hablar de la mucha trascendencia social juvenil,
la ciudad es dominada por los vetustos, la juventud tiene
muy pocos espacios, con el tiempo se siente la sensación
de que se los quieren arrebatar o por lo menos el intento
se suena siempre. El adulto mayor marca la pauta, indica
cómo se hacen y se deshacen las cosas, nada, ni nadie con-
tradice cuando un vetusto resuena en público o en privado
hablando de cómo hacer las cosas. Así se ha formado, así se
le ha dado forma a este pueblo.
Nadie entiende que su crecimiento personal es el futuro,
nadie considera estimular la motivación para ir dis-
minuyendo la pesadez y eliminar las energías negativas
entre ellos. ¿Por qué nos hacemos tanto daño? Es la pre-
gunta en la mente de todos, repetida, pero igual nadie
hace nada, consideran que ya es tarde, nadie parece tener
las fuerzas para hacerlo, nadie quiere hacerlo, para todos
en Contradicciones es más fácil dejar, la apatía como nor-
ma, el no forzar nada que supuestamente viene con forma,
por eso muchos ni saben que están allí, son solo replicas,
pueblo fantasma, es su forma natural. Otros simplemente
hacen caso omiso, se menosprecian, su desconsideración es
su propia falta de amor, la falta de autoestima para con
su vivir.
Al pueblo de las Contradicciones se entra de la misma for-
ma como se sale, una sola avenida que la atraviesa, en
todo el trayecto no hay cambios, es una línea, no hay más
alternativas. Una pequeña redoma no muy grande ocupa
un espacio en todo el centro del principio de la avenida, en
ella, una estatua que conmemora a un héroe poco conoci-
do, poco estimado, es una piedra que nadie le da valor, son
características propias del pueblo. La visual de la avenida
es la cola o la cabeza de la serpiente, la entrada o la salida
de la ciudad, es la rampa a todo lo que se quiera hacer en
ella, es la boca de la poca vida que dentro se tiene. Es el
anuncio de toda la historia de este pueblo, la bienvenida a
los umbrales de la ciudad de las Contradicciones.
Para Misterio, la mañana comienza con la claridad inva-
diendo su sueño y el canto de los pájaros en la ventana,
despertar obligado en ese momento por el descuido de
las persianas a medio cubrir en su cuarto. Quiere seguir
durmiendo, al hacerlo; coloca su almohada en su rostro y
se gira a un costado para dar con el frente de la pared,
los ruidos se hacen cada vez más presentes, automóviles
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en la avenida, encendido de autos, vecinos que conversan,
inevitablemente el mensaje es contundente, se debe des-
pertar. En los minutos siguientes pierde el entusiasmo por
resistirse, levanta la almohada y comienza a mirar para
la ventana desde su cama, una vacía y mezquina mirada
es lo que proyecta. Su cuerpo hace lo mismo, retorcijones
y estirones que le permitan despertarse completamente.
El cuarto de misterio se encuentra en una segunda planta
con ventanas hacia la calle, con la mala suerte de que el
sol está en su camino. Su casa de dos pisos está ubicada al
sur de la ciudad, es decir, al final de la cola de la serpiente,
una zona considerada de las mejores para vivir, cercano a
todo, o a lo poco que en el pueblo existe, clima agradable,
ambiente distinto a otras zonas, además; la calidad de los
vecinos es bastante aceptable. Allí vive Misterio, un joven
criado en la región formado fuera de ella, muy joven tuvo
que abandonar el pueblo para irse a estudiar, aunque con
diferencias sigue siendo de Contradicciones por lo menos
eso cree él. Es el mayor de tres hermanos autóctonos, enér-
gico, intenso como siempre ha vivido. 37 años, contextura
delgada, piel clara, cabello oscuro y la fisonomía india típi-
ca de todos en la zona, aunque con la particularidad de no
ser de barriga extensa como todos.
Pasaron los minutos para Misterio en su cama y ya el
sueño se le ha ido, con un mínimo esfuerzo se estira para
llegar hasta una pequeña mesa cerca de su cama, en ella
su computador portátil, la enciende y se recuesta de nue-
vo para esperar, tratando de cerrar los ojos, aunque ya
no es necesario, debe levantarse. Se levanta, se sienta en
el borde de su cama, con el computador ya cargado, co-
loca su clave para dar inicio a la sesión, accede al internet
para revisar sus correos, nada interesante en su buzón, lo
cierra y navega por una que otra página de noticias para
informarse. Luego, con un impulso se levanta, se estira
y camina hacia su baño, se cepilla los dientes, se lava la
cara, hace pipí y sale con la toalla en sus manos, es su
rutina matinal inevitablemente. Camina hasta la puerta
de su cuarto, la abre y escucha algunos ruidos en su casa
en la parte de abajo, en ella vive con sus 2 hermanos.
Sentimientos y Pepas. Decide bajar a saludar y tomarse
un café. Sus hermanos son la personificación de lo que
Contradicciones pueden engendrar en lo que ha hijos se
refiere, Pepas, aventurero, soñador, pero autocastrado,
es la figura de un ser que no se atreve sino lo atreven, sus
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malas andanzas ha sido su refugio, de allí su apodo del Pepas, flojo, desconsiderado, desaseado, desatento, comelón, no
le importan los demás, no trabaja, ni ha estudiado nada sino hasta la secundaria. Sentimientos, es la mata de la sensi-
bilidad, es un joven de 29 años, gordo por lo comelón, de aspecto muy indio, ojos grandes y profundos, recién divorciado,
llora por todo, de allí su apodo, trabajador como nadie pero con la mala suerte de encontrarse siempre con mujeres que
le aprovechan sus emociones
Misterio llega a la cocina, allí está su hermano menor Sentimientos, vestido y ya listo para irse a su trabajo
¿Cómo amaneces Sentimientos?
Bien… - la apatía en su respuesta le hace a Misterio animarlo -
¿Dormiste mal?
No…
¡Con esa voz! Suena como a mal dormir, ojala sea porque pasaste la noche con alguna mujer
¿Mujer?
Claro Sentimientos, con una mujer…
Tú sabes que no soy de esos y más saliendo de un divorcio
¡Ay vale!, muy cursi tus palabras Sentimientos, me conmueves – le dice sarcásticamente - además, hasta cuando vas a
estar con ese problema. Lo que paso pasó
Para ti es muy fácil, sabes que yo no puedo, esa mujer me mato
¿Te mató? – La risa sarcástica nuevamente sale a flote – un favor te hizo al dejarte, ya que tú no te atrevías, esa mujer
fue un cáncer para ti, afortunadamente te curaste sin tanta quimioterapia
¡Es fácil para ti!
Para ti también debería serlo, no eres el único en este planeta que vive un guayabo
Aquí está el café Misterio. ¿Cómo lo quieres?
Negro, como siempre. Inténtalo por lo menos
Mejor sírvelo tú Misterio – le dice molesto Sentimientos -
No te molestes Sentimientos. Échale un poco, no mucho
Toma y deja el sarcasmo ya Misterio
Gracias Sentimientos… Recuerda hermano claro que te entiendo por eso me burlo para que lo superes
¡Está bien!
¿Y Pepas Sentimientos?
¿Dónde más?
¿Dormido?
Claro, para él todavía es de madrugada
¿Vas a Trabajar Sentimientos?
Si, aunque voy primero a ver mi hija. Esta con la abuela y
me la pienso llevar en la mañana
¡Ay vale! Vas a pedir cacao… - se ríe y se retira de la cocina,
con el café en su manos sube las escaleras hasta alejarse –
Entra y cierra la puerta. Observa en su reloj, son las 7 a.m.
Entra en su computador para seguir navegando. Nada in-
teresante que lo atrape, lo de siempre
En el estacionamiento de su casa, la apertura del portón
le indica que su hermano ya se va. Una pequeña sonrisa le
cubre su rostro. Se levanta, se quita la ropa de dormir para
irse a bañar. Un último sorbo de café y camina a la ducha.
Una vez terminado y vestido, listo se dispone para su jorna-
da del día, baja las escaleras dirigiéndose al estacionamien-
to. Abre el portón saca su carro y lo cierra. En la casa de al
lado, uno de los vecinos también está saliendo, solo levantan
las manos se saludan para continuar. 8 casas grandes, cerra-
das con muchas rejas y con una entrada en común. Cuando
se dice cerrados es porque hasta en su forma de ser cada
uno de ellos siempre con la distancia. Sale a la avenida de
las Contradicciones y comienza su recorrido para llegar a su
sitio destino. En solo 10 minutos ya se encuentra en su destino
¡Aquí es! – exclama al llegar –
¿Ahora dónde estaciono? – se pregunta al ver el sitio ocu-
pados de carros –
Un señor en las afueras del sitio lo mira, le hace una seña.
Misterio baja su retrovisor para comunicarse.
¡Buenos Días!
Buenos días. ¿Quiere un puesto?
Si, voy un rato allí adentro. ¿Habrá alguno?
Claro…
Nuevamente el señor se voltea y mira para adentro, regresa
su mirada diciéndole
¡Por lo menos para el café doctor! Con sus brazos le indica
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hacia donde debe ir Misterio. Allá dentro, pase, estacione de retroceso
Seguro… - le responde Misterio
Revisa en el monedero, toma un sencillo y una vez fuera de carro se lo entrega
El edificio es de 3 pisos hacia donde se dirige, algo deteriorado, y de mucha antigüedad, allí se encuentra la persona con
la que se va a entrevistar. Al llegar en su entrada saluda a los trabajadores
¡Buenos Días!
La gente de recepción lo mira con el rabo de los ojos, medio giran su cabeza, no recibe ninguna respuesta. La reacción es
como si se le hubiera insultado, pasan los segundo y otro señor que está en la recepción le pregunta
¿A quién busca?
¡Buenos Días Señor!
Un silencio reflejado en la mirada del señor le indica a Misterio que debe continuar
Estoy buscando a Boliqueso…
¿Boliqueso? -, pregunta asombrado el que lo atiende - es el prefecto del municipio. La reacción es inmediata,
todos al escuchar la persona solicitada por Misterio lo empiezan a tomar en cuenta, la joven que está también en
recepción y que tampoco respondió, le indica
¡Buenos Días!
Misterio ya acostumbrado a estos impases típico del pueblo, solo mueve un poco sus labios en señal de atención, ella
continua
¿Boliqueso? No ha llegado. ¿Usted es?
Misterio. Soy un amigo, es personal…
¡Está bien! Si quiere lo espera por ahí, no debe tardar. ¿Tiene cita con él?
Si, él me dijo que estuviera aquí temprano
Muy bien, siéntese, si llama le hago el comentario. ¿Quiere café?
Gracias ya tomé, de todas maneras me sentaré aquí. ¿El pasa por aquí cuando llega?
Si, es la única entrada
Gracias…
Se voltea para dejar la recepción, mira alrededor y observa una sillas al final del salón, en el camino a las sillas se queda
mirando una cartelera donde se muestra algo sobre la propuesta de cambio para el municipio en lo que se refiere a la
basura, unas gráficas, unas fotos de todo lo que se quiere, además del estudio e impacto ambiental que mejoraría a la
ciudad
¡Muy bien! Por lo menos están haciendo algo. Unos minutos se queda observando y leyendo la información. Ojala lo
hagan – comenta Misterio –
Desde siempre no es un secreto que la ciudad no escapa de
la norma, es sucia, desordenada como todo el país. No exis-
ten cestos de basura, container, propuesta de aseo, políticas
ni siquiera la voluntad por parte de quienes la habitan, es
como si no les importara, ensuciar y ensuciar es lo de moda
en el pueblo, quizás sea el reflejo de lo que son sus habitantes.
Camina hasta las sillas para sentarse
La mañana ya ha avanzado, se ve más movimiento de per-
sonal y muchísima gente que quizás viene a ser diligencias
personales. Dos personas ya están ocupando unas sillas. Mis-
terio, solo los mira muy fugazmente, al hacerlo, le queda esa
sensación de imágenes reconocidas, es como si hubiera visto
a alguien conocido, con la curiosidad de saber se voltea nue-
vamente, en el cruce de miradas, la otra persona también lo
está mirando, Misterio lo reconoce y procede a saludarlo
¿Cómo estás? ¿Tanto tiempo?
Ella, una muchacha joven de unos 38 años, rubia de pelo
ondulado, tez blanca y redonda, muy parca en su expresión
y de muy poco hablar, le responde
Hola… ¿Qué haces por aquí? Es verdad, tanto tiempo, creo
que desde que nos graduamos
Es cierto, como unos 20…
No digas eso que nos envejecemos – la interrumpe ella -
Los dos se ríen, se dan un abrazo y un beso
Cuéntame de ti, ¿te casaste? ¿Cuántos hijos tienes?
Yo, me divorcié hace unos años, estuve viviendo en Barquisi-
meto cuando me casé, allí estudié y bueno todo eso. Tengo 2
hijos, varones. De lo mejor por ahora
¿De qué te graduaste?
Parasicología…
¡Qué bien! Por lo menos algo distinto. Ya sé para cuándo
sepa de algún fenómeno paranormal llamarte
¿Y tú Misterio?
Estudié ingeniería, ahora trabajo por mi cuenta, estoy en
eso de asesorías, eso de trabajar para los demás no me gusta
mucho. ¿Y qué sabes de los demás?
Nada, o muy poco. Hace unos años nos reunimos e hicimos un
reencuentro, vinimos muy pocos, eso es muy complejo sino se
cuadra bien el tiempo de todos es prácticamente imposible
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Al menos que invoques fuerzas del más allá…
¿Te estás burlando de mi profesión Misterio?
No… _ Misterio se ríe –
¿Y Rigoberto?
Siempre lo veo, está aquí también en el pueblo
¿Tú te viniste a vivir aquí? Más nunca supe de él tampoco
Estoy un tiempo aquí, no creo que me quede aunque me gustaría, todo depende
¿Dónde estuviste?
Afuera un tiempo
¿De Venezuela? Porque tenía añisimos que no sabía de ti. ¿Qué haces aquí?
¿Tú eres parasicóloga o sicóloga?
¿Pregunto mucho?
Si…
Está bien, vamos a ver cuando nos vemos, dame tu número
Anótalo Manola…
¿Recuerdas mi nombre?
Claro Manola. Te cuidas, esta semana nos hablamos, le diré a Rigoberto y a cualquiera que vea por ahí para vernos
Muy bien, voy a entrar
Cuídate… Gusto en verte
Igual
Ella se va hacia dentro. Allí está un grupo de 2 personas que la esperan. No logra desde tan lejos ver quiénes son. Aunque
la curiosidad lo esté provocando. Nuevamente, se sienta y empieza a revisar lo que le tiene que mostrar a Boliqueso.
Mira la hora y observa que son casi las 8: 30 de la mañana
¿Será que va a venir tarde? – se pregunta Misterio -
Se levanta para preguntarle a la recepción. En el trayecto, observa a los lejos que ya está llegando. Se detiene, espera
que salude a unas personas que lo atraviesan y comienzan a saludarse. Pasan los segundos y Boliqueso ya está enfrente
de él, se saludan y él le indica que lo siga.
Pasan los filtros donde hay algunos agentes de seguridad y todos como en armonía,
le saludan, por supuesto saludan a Misterio también, es el jefe quien ha llegado.
Boliqueso, es un Joven que se crío en una zona común a la de él por eso se conocen.
Aunque Boliqueso ha envejecido mucho, esta calvo, arrugado, debe ser porque es de piel blanca, conserva sus ojos verdes
y salidos, esta gordo y la barriga típica de todo hombre de la zona. Desde hace un tiempo que no se ven pero al parecer
sigue siendo muy humilde en su trato y en su forma. Con un paso de trote prácticamente lo lleva hasta su oficina, una
vez adentro, se relaja y comienzan a saludarse
Boliqueso, tremendo trote
Jaja, es que tengo que entrar así para que no se aprovechen, el relax aquí no existe ¿Y tú cómo está todo? Estabas per-
dido, tanto tiempo. ¿Te viniste a vivir aquí?
Por ahora…
¿Por ahora? Mira el tiempo que lleva, ósea que es defini-
tivo…
Bueno, ojala, todo depende…
¿En qué andas?
Es algo de lo que te quiero hablar, para ver en que me
puedes echar una mano. Por cierto acabo de ver a Mano-
la, ¿la recuerdas? La que nunca hablaba y solo miraba,
estaba allí afuera
¿Cuándo?
Hoy, hace unos minutos
¿Y eso? Ah ya, claro que la recuerdo, que tenía el cabello
ondulado y rubio, con cara de loca por cierto
Jaja, aún parece loca, ahora es parasicóloga…
Claro, ella vino a atender un tema aquí en el edificio
Si, la estaban esperando unas personas y se fue con ellas
al sótano
Sí, estoy al tanto. Cosas de edificios viejos
¿Pasa algo?
Bueno, eso lo viene a decir ella. Y creo que allí debe estar
con el grupo chuy. ¿Lo recuerdas?
El chuy, claro que sí, tengo años sin verlo. ¿Trabajan en eso?
Si, sabes que ese loco siempre estuvo con esas cosas. Vamos
a ver que nos dicen. ¿Y Rigoberto? Lo viste.
Claro, ha sido con el que siempre he mantenido contacto.
Siempre nos vemos, él fue quien me hablo de ti, de lo que
estabas haciendo
¿Y sigue gruñón?
Jaja, claro como siempre, ahora más que esta viejo
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Una secretaria entra a la oficina, se saludan y Boliqueso
le pide café. ¿Cómo lo quieres? – le pregunta a Misterio -
Negro – responde -
A mí también tráeme un café negro
La secretaria se retira y Boliqueso le pregunta:
¿Qué tienes por ahí?
Saca su portátil para mostrarle el material que le quiere
exponer. Pasaron una hora conversando y Boliqueso se
apresura a despedirlo. Tiene otra ocupación pendiente
Bueno, vamos a ver qué puedo hacer por ti. En la tarde
hablaré internamente, en la medida que sepa algo te in-
formo. Me imagino nos vamos a ver pronto
Claro, esta semana. Como te dije, me gustaría ver a to-
dos los del grupo. Te llamo, y más con lo que me dices de
Manola
¿Te interesa ella? Esta fea igual que siempre…
Jaja no por lo que me dices. De todas formas no te quito
más el tiempo, me voy, espero tu ayuda
No te preocupes, para eso estamos. Me llamas si cuadras
algo con los muchachos
Seguro…
Se dan un abrazo y sale de la oficina para retirarse a su
vehículo
Ya en su carro comienza a conducir, son las 10 y pico de la
mañana, el tráfico automotor en el pueblo ya se observa
más colapsado no por la cantidad de vehículos, sino por la
falta de vías modernas, prácticamente las mismas desde
hace 30 años. Al atravesar un viaducto que lo trasladará
más rápido a su destino, decide tomar una nueva aveni-
da, corta aunque muy amplia, de fácil circulación y mu-
cha utilidad para Contradicciones, recuerda cuando era
muchacho en esa zona iba con varios amigos a casar sa-
pos cosas de montes. Misterio mira su reloj sabe que debe
apresurarse para que su amigo al que va a visitar no se
vaya de su sitio de trabajo. Mentira Fresca, así se llama,
es la personificación de lo que el pueblo puede hacer con
un hombre, él nunca ha salido del pueblo sino de paseo,
ha hecho todo dentro, siempre ha estudiado y trabajado
en ella, de voz formal y modales formales, un caballero
en potencia, barrigón aunque es de poco comer, no bebe
cosa muy extraña para ser habitante de Contradicciones,
hablador y no sabe lo que dice, es modelo de hogar aun-
que ha fracasado en su matrimonio, todo lo mejor es lo de
él, lo de lo demás no existe ni más nunca podrá ser mejor
que lo de él, por eso su nombre, ¡Mentira fresca!.
Se estaciona al llegar enfrente del negocio de su amigo y le
pregunta a unos de los trabajadores
¿Cómo estás?
Allí esta… - inmediatamente le contesta – en señal de que
no quiere ni saludarlo
Voy a subir – le indica Misterio -
Dale…
Es un pequeño taller con 70 años de operatividad, fué el
primero de ese tipo en el pueblo, aún conserva su esen-
cia, es un punto de referencia en la zona. En su entrada
una pequeña fuente de soda, sitio en donde preparan
desayunos para la zona, unas pequeñas escaleras que lo
llevan a la oficina. Al subir, toca la puerta
¡Mentira! ¿Cómo estás?
Misterio. ¿Qué haces por ahí?, pasa. ¿Cómo está la vaina?
Vine a visitarte
¿Cuándo llegaste?
Tengo unos días por aquí, en el pueblo de vuelta, pienso
quedarme un tiempo
¿Y eso?
Nada. Ganas de paz y tranquilidad, aquí en el pueblo
quiero encontrarla…
¿Paz? Misterio como se ve que ya se te olvido nuestro
pueblo
¿Por qué lo dices? Aunque siguen siendo muy atrasados,
aquí hay paz
Misterio, ¡Recuerda como somos! No lo olvides…
La oficina es muy pequeña, tiene un escritorio en la mitad
de ella, del lado derecho un televisor y al final un pequeño
closet para guardar papeles. De ese mismo lado una puer-
ta que los lleva al baño. Del lado izquierdo de la oficina
una computadora y otras máquinas propias del negocio.
Se sienta luego de haberse saludado y el teléfono de Men-
tira Fresca repica
Alo… Epale, ¿Cómo estás? - Mentira Fresca comienza a
charlar, con un gesto en la mano le dice a Misterio que
espere, es importante -
Si, te llamé le dice. Varias veces, nunca respondiste, ahora
no puedo, estoy en una reunión con un empresario y mira
a Misterio
Continúa diciendo…
El dinero lo tengo y tengo más, sabes que por eso no me
paro, para eso estamos, lo único que ahora vas a tener que
esperarme. La persona que tengo en frente es de la geren-
cia de petróleos, estamos hablando algo importante, sabes
cómo son los negocios., mejor hablamos luego…
Al colgar su teléfono, Mentira Fresca muy serio mira a Mis-
terio. Le sonríe y le dice:
¿Y entonces?
No cambias Mentira Fresca. ¿Cuántas mentiras has dicho
hoy?
Jaja los dos se ríen
Ni tan mentira le dice él. Bueno cuéntame, ¿cómo está la
cosa? ¿Cuándo llegaste? Ya te dije no te olvides de lo que
somos aquí en Contradicciones…
Bien, aquí vamos, estaba hablando con Boliqueso. Le
planteé un proyecto que tengo por ahí
¿De qué trata?
Misterio le empieza a comentar sobre lo que tiene en su
proyecto, Mentira Fresca solo le escucha, al terminar con
la síntesis le dice
No suena mal, pero sabes cómo somos aquí. ¿Quién puede
usar eso?
Cualquiera que lo necesite y quiera – responde Misterio -
¿Y con el clima?
Son cosas inevitables, con este sistema o sin él igual al clima
no se puede evitar, siempre será un pueblo caliente
¿Los costos? Saben cómo es la gente de aquí, floja y para
hacer esas cosas no lo creo… deja de fumarte lumpias Mis-
terio – Mentira Fresca se ríe a carcajadas -
Tú no cambias Mentira Fresca siempre tan negativo…
No es negativo. Yo tengo uno mejor, ese sistema tuyo
Misterio se ríe y se presta a escucharlo. Como sabe que
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Mentira Fresca es un negativo e inventor, está hablando para en ese momento no quedarse atrás. Sin caer en dilemas
solo le presta atención, escucha todo lo que tenga que decir, en el preciso instante cuando termina lo salva un repique
de su celular, apresurado considerando que es la excusa menos impactante Misterio lo atiende
Aló…
Se levanta de su silla y sale a la entrada de la oficina. Cuando termina, se regresa y le dice a Mentira Fresca que se tiene
que ir, cuadrando para verse luego. Se dan un abrazo y se voltea.
¿Por qué te vas?
Debo hacer algo urgente Mentira Fresca. ¿Viste que me llamaron?
Me llamas ahora…
Ok. Seguro. ¡Nos hablamos!
Bajando por las escaleras le dice que esta semana se ven en su casa para conversar.
2do. Capítulo
En su casa a la hora del almuerzo siente como Pepas comienza a Bajar las escaleras, el sonido es muy peculiar por que
rechinan las barandas, su peso lo resienten ellas. Misterio en la cocina, está preparándose una pasta
¿Qué paso? – le dice Pepas –
Bien, ¿Te estas parando?
No, estaba acostado, me desperté hace rato. ¿Hiciste pasta para todos?
Claro…
¿Y sentimientos?
¡Trabajando!
¿Hablaste con Annela por fin?
Sí, me dice que no se puede, los contratos están para ellos hasta un largo período, que quizás sea para finales del año
que viene, es mucho tiempo
Si, es mucho tiempo. Bueno, veremos qué podemos hacer. Ayer te llamó Annela, por eso te pregunto. Como no le tengo
tanta confianza no le pregunte
Pepas, se sirve café, el vaso está repleto, el borde no es límite. Pepas, se agacha y toma un sorbo directamente del borde.
La lengua y el sonido guloso de una persona sin modales es la norma en ese momento. Misterio no lo puede evitar y le
dice:
¡Coño deja el lambuceo! Sírvete y repite, ¿Quién te va a quitar el café? Si quieres te lo tomas todo, pero no de esa forma.
O por lo menos tómatelo allá afuera en el patio
Jaja – Pepas se ríe y continua como si no hubiera escucha-
do nada – al rato levanta su cabeza indicándole a Mis-
terio que le deje su comida en el horno. Lleva su taza al
lavaplatos y se voltea a caminar. No se ha cepillado, y el
olor a sudor es penetrante, camina como un zombie y muy
lentamente. A los minutos llega con la cara menos pesada
se nota que se ha lavado, por el nuevo semblante, incluso
ya el olor a mal aliento se ha ido
Misterio, ¿Me dejaste?
Misterio ya está en la mesa comiendo. Y le pregunta:
¿Tú no estarás poseído?
Jaja – se ríe Pepas – Poseído por el poder de la buena
vida…
Por lo menos por el demonio de la flojera lo tienes dentro
Nuevamente se ríen. Escucha el sonido del portón. Es sen-
timiento. Cuando llega a la cocina Misterio le ofrece la co-
mida
Allí hay comida. Espagueti con salsa.
Gracias Misterio… Epale, Pepas. ¿Despierto a esta hora?
Otro más que me ataca, dejen de sufrir por mí, la vida es
corta y me debo a ella. ¿Cómo va tu guayabo?
Pues bien… - le responde dubitativo sentimiento –
Hoy estuve con Boliqueso, ya presente la vaina. Quedamos
en que va a revisar y me avisa. Estoy sin opciones, debo
esperar, le gustó y se interesó, aunque todos sabemos que
en esos mundos políticos la mentira es la norma. Son unos
falsos y sobretodo descerebrados seres que solo viven de la
nada
Ah, ¿entonces Pepas es político?
Déjenme comer, no me estoy metiendo con ustedes…
Todos se ríen y Misterio se levanta de la mesa para ir a la-
var el plato. En el camino Sentimiento le pregunta sobre lo
del ruido en la noche del cuarto que esta en el patio de su
casa. Es un cuarto que está en un segundo nivel del patio
trasero, es un cuarto grande donde a veces se reúnen y
comparten, por lo retirado, se tiene que atravesar el patio
inferior subir unas escaleras y caminar hasta la parte más
derecha de ese segundo nivel, en la entrada una ventana,
al principio una pequeña sala con unos viejos muebles, de
madera vieja y tela de pana roja tinto, son 2 pequeños y
uno grande, después una puerta replegable que abanica
a todo el que pasa, al pasarla, hay un pequeño bar, con
muchas bebidas de todos los tipos, una mesa de pool al fi-
nal de la sala y una mesa de dominó, sillas de ambos lados
del cuarto, por supuesto música y algunos cuadros antigu-
os que decoran la sala, ellos han guardado esos recuerdos
de los abuelos, son caras de personas que según contaban
los abuelos, eran de personas que en su momento hicieron
algo ya sea para el pueblo o para otros pueblo dentro o
fuera del país
¿Escuchaste lo de ayer?
No… - le contesta Misterio deteniéndose –
Si, otra vez los ruidos, no me quise parar
Claro, como te paras si eres un cagón – le responde Pepas
en son de burla –
¿Qué escuchaste Sentimiento?
La bulla de una fiesta en el cuarto de atrás, risas, sonido
de bebidas, gente conversando, el dominó sonando, pensé
que era Pepas, incluso fui al cuarto de Pepas, me asomé,
después recordé que él se había ido con Annela, y eso es
lo único que lo hace detenerse. Eso fue como a la 1:15 a.m.
y duró como hasta las 2 a.m. algo por ahí. No me asomé
completo, solo por la ventana de mi baño traté de ver, las
luces y todo cerrado solo bulla durante todo ese tiempo
No sería las ganas de ver a tu esposita Sentimiento – le dice
Pepas – que te tiene escuchando cosas, yo me la paso allá
ustedes saben y nunca he escuchado nada
Claro, si te la pasas borracho. De todas formas Misterio, no
sé qué hacer, pensé en despertarte para que oyeras, no lo
hice para no molestar tu sueño
No importa la próxima vez me llamas a la hora que sea,
ya que eres tú el que siempre escucha esas cosas. ¿Tú no te
estarás volviendo loco?
Jaja – ríe Pepas – ¿Loco? Será más bien bobo… yo me la
pasó allá y nada, y la gente que está conmigo allá nunca
me dicen nada. Recuerden que hasta me he quedado en
esos muebles viejos. No les voy a negar que se duerma muy
mal, es como si el sitio estuviera apretado de gente, esa
sensación si la he sentido, Misterio la última vez sin estar
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borracho, traté de quedarme y no pude
¿Cuándo fue la última vez?
El fin de semana pasado…
Bueno, lo que podemos hacer es estar pendiente, yo no creo mucho ese cuento de ustedes, vamos a ver, hay que estar
pilas, no vaya a ser que se quieran meter, a los vivos si hay que tenerles miedo, no a los muertos como tu Pepas, ni a los
cagones como tú Sentimiento. Me avisan, voy a lavar y cepillarme, me tengo que ir. ¿Tú vas a salir Pepas?
Si…
Cierra la puerta, ayer la dejaste abierta
Si papá…
Los demás se levantan y cada uno empieza a hacer sus cosas. Solo Pepas que coloca el plato en el lavadero y se va.
Rápidamente para que no lo llamen a lavar. Sube la escalera y se desaparece.
Sentimiento, recoge el plato, con una pequeña sonrisa en sus labios comienza a lavarle los platos a Pepas. Misterio, que
llega en ese momento lo observa en silencio y le dice:
Por eso es que ese carajo no aprende
Sino se lo lavo deja esta cocina echa un desastre, además un plato no cuesta nada Misterio
Claro, él se aprovecha de eso. Bueno, me voy, si sales después de Pepas cierra. Hablamos ahora
Ok, que te vaya bien
Igual
Sale al estacionamiento, se monta en su carro y se aleja
de su casa. En el trayecto inmediato empieza a pensar lo
de la bulla en el salón del patio. Él sabe que Sentimien-
to es cariñoso, protector y hasta medio dulce, mas no es
mentiroso, ni se va a poner a inventar cuentos nunca ha
sido así. Piensa en que deben hacer para averiguar, la
curiosidad aunque no lo cree del todo lo está aterrando.
Quiere saber que puede estar pasando allí, ya son muchas
veces que Sentimiento le dice sobre la bulla. Estando ya en
el centro de la ciudad, pasa por el primer centro comercial
decente que se construyó, aún tiene las barandas de color
rojo, son 2 pisos alargados que cubre toda la manzana,
aunque no es muy grande para la época si lo fue, era toda
una novedad, todos tenían que ir en algún momento a
hacer lo que sea, el mensaje era estar allí, tanto la gente
del norte o del sur de la ciudad, tiene tiendas de todo tipo,
aunque con sus carencias típicas de las construcciones de los
pueblos, no tenía nada de recreación dentro, lo cual hizo
desgaste en los usuarios del centro, no todo el tiempo se
puede ir a comprar y tampoco se puede ir todo el tiempo a
perder el tiempo en los mismos espacios, con los años se fue
dejando a una lado y el interés decayó. Por supuesto está
a mitad de la gran avenida que atraviesa la ciudad, en sus
esquinas lo de siempre, en una de ellas el gran Rosaluz una
tienda por departamento que en su gran momento era el
punto de atracción para las compras en la ciudad, en la
otra un banco de los principales en el país, siempre con mu-
cha gente y mucho alboroto por todo lo que el dinero trae
a la ciudad, los habitantes de esta parte del país, son muy
conservadores y no confían en adelantos tecnológicos, todo
lo prefieren hacer ellos mismo y directo con el cajero, eso
explica un poco la cantidad de gente constante en los ban-
cos de la ciudad, en las esquinas que dan hacia el norte en
una de ella la zapatería que dio calzado a todos en cual-
quier momento en la ciudad, y en la otra un pequeño cen-
tro comercial de pocas tiendas que recién fue inaugurado,
en fin es una zona muy céntrica y que en torno a ella gira
el comercio de la ciudad. Al llegar a la esquina del Rosaluz,
sigue recto, esa parte del centro de la ciudad es igual desde
hace miles de años, una discotienda que ha diversificado su
ramo, una zapatería al final de esa cuadra, allí se llega a la
famosa avenida 10, una calle con nombre de avenida muy
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comercial y con toda la tradición comercial de la ciudad, es
el eje de toda esa actividad, desde siempre lo ha sido, tiene
10 cuadras de largas, encontrándose tiendas de todo tipo,
de telas, zapatos, bancos, comerciales múltiples de lado y
lado a lo largo de la misma, por supuesto ni las calles han
cambiado, el asfalto no se parece al asfalto, las paredes de
los comercios casi no parecen paredes, un caos perdura-
ble, sin nombrar las nuevas actividades que se desarrollan
como lo es el buhonerismo, un cáncer que a plagado de
malestar crónico a la ciudad, caos vehicular, los transpor-
tista no tienen el menor cuido de los espacios, en fin; es un
desastre este centro de la ciudad, sin embargo; se man-
tiene. Misterio, con calma pasa cada pedazo de calle, en
su mente la reminiscencias de aquellos tiempos de chamos
en los que obligatoriamente visitaba con sus padres para
cualquier compra que ellos necesitaban, en estos sitios las
diferencias son muy pocas por eso el vivir tan excitante
que en ese momento experimenta. Atraviesa la segunda
cuadra y dobla a la derecha, otra calle muy estrecha que
es paralela a la avenida 10, en esa cuadra se encuentra la
Plaza Bolívar, majestuoso espacio que es una norma en
todas las ciudades del país, allí encuentras muchos árboles,
animalitos como ardillas y palomas, un espacio que cubre
la manzana, para como esta todo en la ciudad la plaza
conserva su estado, sillas para que la gente se siente,
un ovalo musical en donde en muchas veces se pre-
sentaban grupos musicales clásicos, caminaderas por to-
dos los ángulos de la plaza. Sigue siendo verde a pesar de
todo el caos, se observan algunos buhoneros en sus alrede-
dores vendiendo más que todo comida, cotufas y helados,
como siempre el volumen de gente es enorme, de un lado
la alcaldía, del otro la Iglesia, un diseño de muchos años,
según las crónicas esta iglesia de estilo barroco se hizo sin
que la plaza estuviera, se ha mantenido y se mantiene en
muy buen estado, del otro lado los 2 únicos teatros que
en sus tiempos fueron emblemas en la ciudad, hoy en día
son teatros uno de cristianos y el otro es una tienda por
departamento de las más grandes en el país, y por últi-
mo que es al sitio donde se dirige Misterio un gran banco
nacional, abarrotado de gente por ser la única sede que
se tiene allí. Al dar la vuelta pasa por el frente del banco,
voltea para ver lo que le espera, lentamente empieza a
ver dónde estacionar, no hay espacio y decide subir una
cuadra doblar a la izquierda y a mitad de cuadra estacio-
nar, aquí siempre hay puesto, aunque ahora pertenece a
un centro comercial nuevo echo en ese sitio. Se baja de su
carro, agarra sus papeles y se encamina al banco. Saliendo
el vapor de la ciudad se le muestra, son casi las 2 de la
tarde, el sol esta radiante y vivo para todos en la ciudad.
Al cruzar la calle, se mete en un espacio comercial, no es
un centro comercial, al fondo, una gran sorpresa, observa
que todavía se encuentra una de las tiendas que desde
muy pequeño iba con sus padres para comprar juguetes,
es una tienda de un japonés que en sus tiempo buenos
era prácticamente la única en la ciudad, fue tan bueno
su desempeño que hasta hoy en día trabajan, al acercarse
incluso se sorprende al ver al mismo señor japonés traba-
jando en su negocio. Sigue hasta el final del pasillo que da
a la avenida 10 que es un lado de la plaza bolívar y que es
la calle donde está su banco. Abre la puerta y aquel gentío
lo abruma, solo atina a decir
¡Ni modo! Debo hacer esto
Camina hasta el dispensador de ticket, una pequeña cola
lo detiene, gente que entra y sale, por supuesto la bulla es
fenomenal, colas de ancianos en una caja, en otra cajeros
contando dinero, en el centro de la oficina una gran can-
tidad de sillas donde la gente se sienta a esperar, no son lo
suficiente, igual le sirve a algunos, al final de la oficina, dos
cabinas cerradas una con unos vidrios y otra sin ellos, allí
se atienden por lo que se ve actividades administrativas
de los clientes. Llega al dispensador y una joven que es la
encargada de entregarlo le pregunta:
¿Qué va hacer?
Deposito…
Toma su número y se voltea para moverse del sitio y evitar
estar estorbando. Al caminar al fondo de la oficina que
está más desahogado, alguien lo toma por el brazo y se
saludan efusivamente
Misterio…
Epale, ¡Electro! ¿Cómo estás?
Bien, ¿qué estás haciendo por ahí?
Depositando…
No, ¿me refiero a cuando llegaste?
Ya tengo varias semanas, estoy haciendo algo aquí, me
gustaría quedarme todo depende de eso
Tienes tiempo ya rata, no me llamaste. ¿Qué vainas estás
haciendo?
Después te cuento. ¿Y tú? Cuéntame, ¿Qué tal tus cosas?
Nada, echándole, en la oficina igual. Yo te espero para que
nos vayamos juntos de aquí, a mí ya me atendieron estaba
saliendo, de haberte visto te hubiera hecho el deposito
Oye si, ¿este banco es así todo el tiempo?
A veces es peor. Sabes cómo somos aquí, no confiamos en
nada y para que salga bien siempre debemos hacerlo no-
sotros mismos. Todavía seguimos pensando que somos los
mejores aunque en el fondo mira cómo y lo que somos,
pero bueno, es solo para recordarte en el fondo si somos lo
máximo
Ambos se ríen, Misterio recuerda que Electro, es un tipo
que le gusta la música, ese ha sido su hobbies, aunque no
la ejerce, esta característica es muy del pueblo, a muchos
le gustan las cosas pero no la practican, eso es muy típico
aquí, por eso la cantidad de frustrados jóvenes en la ciudad.
Viene de una familia de clase media, aunque su situación
no es muy cómoda en estos momentos, se ha venido a bajo
desde que perdió el apoyo de su familia, esto lo tiene muy
marcado. Es violento y de poca comunicación, no le gus-
ta negociar y sus actos a veces son extremos, quizás para
demostrarle al mundo social que él también existe. Él es
pequeño de estatura, con bigotes muy tenue en su rostro,
un barba a medio limpiar, calvo y por supuesto su barriga
cervecera que delimita a la zona. Eso sí es muy solidario
cuando se debe ser solidario
No te preocupes, si quieres dame tu número esto va para
largo, no creo salir sino en una hora o dos, ¿tienes el mismo
número?
Si, el mismo. Bueno, como hacemos
Yo te llamo, ya he hablado con varios, vi a Mentira Fresca
y al Rigoberto
Rata, y no me habías llamado…
Jaja estaba por hacerlo, ahora nos vemos. Dale termina tus
cosas y nos vemos ahora
Está bien. Me llamas…
Seguro. Gusto en verte. Hablamos
Se despide y Misterio se queda esperando su turno
Son casi las 3:30 p.m. agotado por la espera en el ban-
co, sale y decide tomarse una cerveza, empieza a pen-
sar donde hacerlo, por estos lados o por otro cualquiera,
también tiene la opción de llamar a sus amigos, piensa en
subir al lado sur de la ciudad y allí buscar que hacer, hay
muchos sitios que son económicos y con la cerveza bien
fría. Al subir por la gran avenida toma su celular para lla-
mar a Rigoberto. es un joven con orígenes y formación en
el pueblo, sus 39 años le dan un bagaje importante que
le permite diferenciarse de todos los demás jóvenes de la
urbe, es alto de cabello oscuro, más bien negro, liso, con
una barriga muy pronunciada por la cantidad de cervezas
que se ha tomado en su vida, es muy sociable de carácter
fuerte, se puede decir, que es más bien muy amargado,
sus amigos más cercanos lo llaman a veces gruñón, apodo
que por supuesto lo enfurece. Graduado en la universidad
de la región, desde hace unos años, apenas en estos días ha
regresado a su pueblo de origen, siempre desde que se fue
a estudiar se había planteado quedarse en otra parte que
no sea su ciudad, pero por cosas de la vida, o como es la
vida lo ha traído de vuelta. Se puede decir que esto para
él no es tan extraño, siempre estuvo y está en contacto, sus
familiares aún vive en este pueblo, aunque estudiado nun-
ca ha trabajado, nunca por lo menos en su carrera en una
empresa grande que es su gran sueño, haciéndole reforzar
su amargura, su angustia. Es una persona que solo se en-
tiende y solo quiere tener él la razón aunque todos saben
que no la tiene. Es su amigo, con diferencia bien marcadas
Alo… ¡Rigoberto!
¿Qué pasó? – responde Rigoberto en un tono muy propio
–
Voy subiendo por la avenida, ya casi en la bomba de los
Acaso. ¿Qué haces?
Nada. Llegué hace rato, pensaba salir a ver unas cosas del
carro
Si quieres te busco para que me acompañes a donde
Barrilito…
Jaja ya quieres beber…
Nada, así hablamos
Bueno, dale pues, ¿Dónde vienes?
Ya estoy cerca, espérame en la parte para subir de tu casa
OK
Cuelga, y un semáforo lo detiene, enfrente de él el super-
mercado con más tradición en la ciudad, nombre de capi-
tal, siempre full y con mucha buena atención
El semáforo cambia y acelera, saca un CD de rock para
introducirlo en su reproductor. Ya casi llegando al edificio
de Rigoberto, ve que él está cruzando a la calle. Se detiene
y se monta
¿Qué paso?
Con ganas de tomar, no, yo estaba con el contador, esta-
ba cerrando unas cuentas. Me fui en la mañana y regresé
ahorita, la verdad una birritas no me caen nada mal. ¿Y
vos?
Estuve también ahorita en el banco desde al mediodía
prácticamente, ese banco es un rollo, casi 2 horas dentro
¿Y por qué no hiciste transferencia?
Era un depósito. Allá me encontré a Electro. Sigue igual
ese carajo
Yo lo he visto por ahí. ¿Qué te dice?
Nada. Ahora lo llamamos para que se acerque
Bueno, no sé, sabes que nosotros tuvimos un peo, no sé si
vaya si sabe que estás conmigo
No creo que este con eso, le dije para vernos contigo y no
dijo nada
Bueno no sé. Electro, cuando me saca la piedra no
respondo
Jaja deja las cosas así.
Electro está pasando por un mal momento
Llegan al local se estacionan y se bajan, caminando se
encuentran con Elena, es la viva voz de lo que ese
pueblo puede dar, dependiente, flojo, soñador, conflicti-
vo, pero con unos sentimientos que a todos conmueve. Su
cabello bien al ras, de color castaño, sus ojos salidos con
un color verde muy impresionante, de pequeña estatura y
con la típica barriga del pueblo, aunque no es muy amante
de las cervezas si es amante de la continuidad. También
ha sido formado y vivido por la ciudad, graduado de
administrador en la capital del país. Desde ya hace unos
años se encuentra de nuevo, malestar que se le acrecienta
por no poder ser lo que quiere ser, aunque ni él sabe que es
lo que quiere ser en la vida. Su apodo es el de Dylan! Por
la cantidad de dinero que siempre ha tenido y que nunca
lo ha trabajado. Viene saliendo del local de su familia, un
local de ejercicio que tiene en el mismo centro donde esta
barrilito. Por supuesto Misterio saluda a Elena
Elena… ¿Cómo estás?
Se abrazan y después Elena saluda igual a Rigoberto
¿Para dónde van?
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Misterio y Rigoberto se miran y al unísono dicen;
Para la farmacia…
Todos se ríen y Rigoberto le dice
Vamos. ¿Quiere venir?
Oye, me gustaría vengo de un peo con mi mamá. Sabes
cómo son las cosas aquí
Todavía con eso. ¿Qué estás haciendo allí?
¡Trabajando! – le dice Misterio –
Nuevamente se ríen y empiezan a caminar hasta el local
¿Y tú Misterio cuando llegaste?
Hace unos días…
¿Qué viniste hacer?
Estoy con un proyecto.
¿Proyecto?
Si, una idea que se me ocurrió pueda ser aplicable al
pueblo
Este pueblo es una mierda, aquí nada sirve, pero bueno, si
tú lo dices, cuéntame. ¿De qué se trata?
Vamos a entrar, allí hablamos
¿Y tú Rigoberto?
Nada. Aquí en este pueblo
¿Estás viviendo aquí?
Si
Nunca llamas, ni nada
Estoy ocupado con la empresa
Ah verdad que tiene una empresa pequeña. ¿Cómo te va?
Como le va ir – dice Misterio –
Ya vas a empezar lo interrumpe Rigoberto
¡Está bien no te arreches!
Elena mira a Misterio y se callan. Rigoberto pide 3 cervezas
y empiezan a tomar. Muchas personas están en el local. Es
un local pequeño de 2 pisos dentro de un área comercial
muy pequeña. Tiene una pequeña barra y al fondo unas
especie de sillas, especies por que es allí donde están los
barrilitos para el que quiera ir para allá y sentarse. Lo me-
jor de todo es la música y la gente, la mayoría es conocida
Elena. ¿Qué pasó ahora con tu mamá?
Nada. Quiere que uno sea esclavo
Jaja tanto Rigoberto como Misterio se ríen
Piensa dejarme el horario hasta las 9 de la noche. Le dije
que jamás. Yo voy a trabajar por que necesito sino no
fuera. Lo que siempre hablamos Misterio, si uno no hace lo
que quiere nunca va a estar conforme
Eso es lo que debes pensar. ¿Y la música?
Nada por ahora
Eso es lo que debes buscar, si es lo que te gusta, ya no somos
tan chamos para estas vainas. Fíjate Rigoberto está con su
empresa y por lo que se ve no está conforme, por eso que
a veces se amarga
Así es… aunque yo solo respondo así cuando comentarios
tontos como los de ustedes aparecen…
Misterio y Elena se ríen, hacen una señal para que les
traigan otra ronda. Así pasaron las horas, hablando,
bebiendo, recordando…
¿Qué horas tienes Misterio?
Ya vas a empezar con la ladilla de irte – le responde Rigo-
berto –
Me tengo que ir – dice Elena casi a regañadientes –
Son las 12 p.m. yo también me voy
Tú también…
Rigoberto, me tengo que parar mañana temprano, sino tú
sabes que le damos completo. Además, ya estoy bien ebrio
y le voy a dar la cola a ustedes
Dale pues Misterio, estoy muy ebrio, si quieres llévame y
vuelves. Que Rigoberto te espere aquí
No, yo también me voy. Que voy a hacer aquí solo. Me da
ladilla
Elena, pide la cuenta
Solo tengo esto Misterio. No tengo más. Saca unos pocos
billetes de su bolsillo
Jaja – se ríe Misterio – Siempre con tus trucos. No hay
problema. Yo pago con Rigoberto
Continúa...
Novela Móvil
Novela Móvil, es una publicación MENSUAL que desea promover la lectura, desarrollar la expresión literaria, anónima y tan importante como la de los escritores establecidos, a través de la entrega por edición de una parte que corresponde a la totalidad de un libro escrito por mi persona Nuestra propuesta en Novela Móvil es servir de alternativa para el desarrollo cultural, literario, social, accesible para todos en un formato de fácil entendimiento, entretenido, tanto en lo visual como en el contenido, por ello, nuestra propuesta nos obliga a dejar en cada uno de los que aprecien, lean y apoyen este proyecto la semilla de un nuevo comienzo, un nuevo reto tanto para mí como creador de este nuevo concepto como para los que estén de forma invisible apoyando con su lectura a Novela Móvil.Espero disfruten su Novela Móvil…
Les entrego una de mis novelas escrita, inédita “Los Cangrejos y sus Montañas”, realidad, sugestión, encuentros, vidas entrelazadas, desconocimiento, falta de conciencia, personajes descubriendo su realidad, necesidades de cambios, decepcionados por tener soluciones a la mano y no haberlas aprovechado. Es la vida de tres hermanos y sus amigos rodeados por la incapacidad de enfrentarse a ellos mismos. La vida en un pueblo donde todo es anarquía, donde todo es repetición, donde lo nuevo no es considerado, nadie vive, nadie se vive, son solo energías reposadas en cada uno de ellos sin saber su influencia y determinación.
Carlos Verde0414-917.04.91
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