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Las amistades peligrosas del PNV en la SegundaGuerra Mundial (2)

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Lunes, 10 de agosto de 2015

Bien fuera por simpatía, inercia o realpolitik, elPNV terminó por encuadrarse dentro de lasderechas españolas durante la II República. Elinicio de la Guerra Civil (1936-1939) descolocópolíticamente a los nacionalistas vascongados.En buena lógica, debían apoyar el Alzamientodado su carácter eminentemente católico yanticomunista. Sin embargo, el PNV eraconsciente de la imposibilidad de conseguir conellos un estatuto de autonomía para lasProvincias Vascongadas. Así, la coaliciónfrentepopulista ofreció a los nacionalistas unestatuto de autonomía que sería aprobado en octubre de 1936 y que decantó al PNV por apoyar a laII República.

La campaña militar fue un desastre y una humillación sin paliativos para los ejércitos nacionalistas yrepublicanos en Vascongadas. Prueba de ello fue la deshonrosa rendición y traición a la II Repúblicade los gudaris del PNV en Santoña ante los Cuerpos de Voluntarios Italianos que, por primera vez enlo que llevaban de contienda, lograban una sonada victoria.

Tras la derrota ante los italianos y el bombardeo de Gernika a cargo de los aviones de la LegiónCondor de Von Richtofen y Hugo Sperrle, la mayoría de los vascos nacionalistas consideraban a losnacionalsocialistas alemanes y a los fascistas italianos como aliados de Francisco Franco y, porconsiguiente, enemigos de Euzkadi.

Empero y tras la decisión del General Franco de no entrar en la II Guerra Mundial (1939-1945), el PNVvolvió sus ojos hacia los nacionalsocialistas alemanes que aterrorizaban al Mundo con su Blitzkrieg yla rápida conquista de la Europa occidental. Uno de los primeros intentos de acercamiento lo realizó eleditor jeltzale Ricardo Leizaola que publicó Los Protocolos de los sabios de Sión en la imprenta de larevista nacionalista Argia. Según diversas fuentes, los Protocolos fueron redactados en el verano de1903 por un antisemita ruso llamado P.A. Krushevan8 –editor de Znamya, un periódicoultranacionalista editado en San Petesburgo- y reeditados por Serguei Nilus en su esotérica ydifamante obra titulada Lo grande en lo pequeño. El Anticristo considerado como una posibilidadpolítica inminente. A lo largo de los Protocolos, se explica un supuesto plan sionista de conquistamundial y se establece claramente como enemigo al liberalismo y su idea de libertad política, nosometida a regímenes autocráticos y poderes clericales –como, curiosamente, a los existentes enRusia por aquellas fechas-. Huelga decir que Los Protocolos de los sabios de Sión constituían uno delos libros de cabecera de Adolf Hitler y era asiduamente utilizado como argumentario antisemita en lasdiversas publicaciones del NSDAP, como el Der Stürmer, dirigido por Julius Streicher.

A pesar de constituir un enorme fraude, este opúsculo cosechó un notorio éxito en el seno delnacionalismo vascongado, muy especialmente entre los exiliados. Continuando el camino abierto porLeizaola, otro jeltzale, Jesús Lizarraga, escribió una obra titulada Los Protocolos y su aplicación enEspaña. A lo largo de la misma, Lizarraga sostiene que Francisco Franco descendía de judíos. Segúnexplica en su obra, tanto los apellidos Franco como Bahamonde eran conversos y que, tras una seriede investigaciones genealógicas, se estaba en condiciones de afirmar que el dictador poseía parientesen la comunidad sefardí existente en la ciudad de Salónica, en Grecia. Una vez más, el profesorRamón Peralta manifiesta su incredulidad ante tales afirmaciones pues considera que el apellidoBahamonde es de procedencia gallega y muy común en aquellas tierras de España.

Tras la ocupación alemana de Francia, un pequeño grupo dirigentes del PNV exiliados en el sur delpaís vecino, comenzaron a establecer contactos con los nacionalsocialistas. Uno de ellos fue conAlfred Toepfer, un oficial de las SS encargado del estudio de las minorías étnicas en Francia. Tras unestudio realizado por el también SS y criminal de guerra Werner Brest14 acerca de la situaciónlingüística en el sudoeste francés, Toepfer entra en contacto con los nacionalistas Agustín Alberro,Javier Landaburu, Juan Manuel Epalza y Doroteo de Ciaurriz que, como conocedor del idiomaalemán, realizaría las funciones de traductor. Estos propusieron a Toepfer establecer una estrechacolaboración entre los nacionalsocialistas y el PNV, concretando una serie de contrapartidas políticas.

Según explica Mario Salegui en su libro Operación Carlomagno, el Euzkadi Buru Batzar –máximoórgano ejecutivo del PNV- redactó, en septiembre de 1941, un informe en respuesta a susinterlocutores alemanes sobre la cuestión vasca:

“Nosotros creemos en el talento político del Führer, en su sagacidad, en su alto espíritu de compresióny esperamos que en el nuevo orden a establecer en Europa y particularmente en España, el problemavasco habrá de ser tenido en cuenta:

1- Porque a Alemania le interesa la pacificación de España y no puede escapar a su recto sentido queno hay pacificación posible sin una solución favorable a los vascos. Nacionalistas vascos, se entiende.

2- Porque el problema vasco está íntimamente ligado al problema racial alemán y por lo tanto eslógico y natural esperar que el Führer lo acoja y lo resuelva con la mayor simpatía.

3- Porque nos damos perfecta cuenta de que las simpatías de Alemania en España están endecadencia, y por lo tanto es de extrema importancia para el Führer recoger captar las máximassimpatías si no quiere perder toda su influencia en España.”

En este mismo sentido, el Boletín del Consejo Nacional Vasco, editado en Londres el 27 de noviembrede 1941, afirmaba:

“La atención de la opinión internacional ha sido atraída por los artículos publicados por el BucaresterTaglebatt, órgano oficial de los nazis en Rumania, sobre las fuerzas centrifugas francesas, aglutinandoen este término los problemas flamenco, bretón y vasco. La versión nazi de la Nueva Europa, insistesobre el problema vasco, afirmando que el pueblo de esta región sobre las dos vertientes pirenaicasconstituye una unidad con pleno derecho a la independencia.

No es un plan original de Hitler, sino que es una copia del plan del káiser, consistente en crear unestado vasco amigo, que comprendiera los territorios vascos situados al sur y norte del Pirineo concapital en Bilbao. El reconocimiento de la sucesión vasca, corresponde a la Corona de Navarra, lo quedaría satisfacción a los carlistas, muy numerosos en toda Euzkadi. El propio Lehendakari Aguirre seencuentra retenido en un castillo cerca de Berlín, gozando, al parecer, de un tratamiento privilegiado.”

El director de Euzko-Deya, Eugène Goyheneche, fue uno de los destacados jeltzales encargados decontactar con los nacionalsocialistas. En este sentido, Goyheneche mantuvo una estrecha relación conel ya mencionado oficial de las SS Werner Brest. Fue a este último a quién Goyheneche envió suproyecto de estatuto para una Euzkadi independiente, inserta en la Europa hitleriana. En el preámbulodel mismo, el dirigente nacionalista era meridianamente claro en su análisis:

“¿Por qué los vascos debíamos entrar como vencidos en una posible Europa nazi? Si había sectoresalemanes que nos miraban con simpatía, pudiendo obtener un trato de favor?¿Por qué habíamos dedespreciar estos ofrecimientos?”

Una vez finalizada la contienda mundial, Eugène Goyheneche fue juzgado y condenado a trabajosforzados por colaboracionista. Según las actas del juicio, el jeltzale negó –en repetidas ocasiones- sucolaboración con el ejército ocupante de Francia. Una vez publicada la sentencia, Goyheneche eximiósu responsabilidad aludiendo que “había sido condenado por el mero hecho de ser vasco”. Empero, elantiguo editor de Euzko-Deya terminó por admitir los hechos y aseguró haber colaborado con losnacionalsocialistas porque “eran los únicos que hubieran asegurado, de verdad, una Euzkadi unida ysoberana”. Además, precisó que “el nacionalsocialismo alemán no era un bloque totalmentemonolítico, sino que en su interior coexistían bloques enfrentados, algunos en oposición total a laalianza con fuerzas conservadoras y clericales –como las de Franco-, a las que detestaban.”

En 1948, Eugène Goyheneche fue puesto en libertad. Desde ese momento, dedicó su vida a realizarestudios de la etnografía vasca –bajo una óptica eminentemente separatista-, publicando más de 150trabajos. Sus servicios al nacionalismo ayudaron para que, en 1989, Eusko Ikaskuntza le concedierael Premio Manuel Lekuona. Goyheneche fallecería poco después de recibir el citado galardón.

Peor suerte corrió otro destacado militante nacionalista llamado Emilio Alzugaray Goikoetxea. Exiliadoen Francia, entró a formar parte de la resistencia tras la invasión germana. En 1942, es capturado porunidades de la Wehrmacht y –tras recibir la absurda promesa de la próxima creación de un estadovasco en la nueva Europa de las etnias que Alemania iba a liderar- pasa a trabajar para las Waffen-SScomo espía. En 1944, Alzugaray fue apresado por sus antiguos camaradas de la Résistance françaisey fusilado, acusado de alta traición y colaboracionismo.