OTRAS PLANTAS MEDICINALES
PARA AFECCIONES RESPIRATORIAS
(II): VIOLA ODORATA, PRIMULA
VERIS María Emilia Carretero Accame1, Teresa Ortega2
RESUMEN
Como continuación del artículo anterior sobre especies vegetales utilizadas tradicionalmente para el
tratamiento de afecciones respiratorias, pero de las cuales no se encuentran apenas publicaciones
científicas que lo justifiquen, presentamos a continuación la violeta común y la prímula o primavera. De
esta última, la Agencia Europea del Medicamento ha publicado una monografía de las flores y otra de
las raíces y rizomas, aprobando su uso tradicional en este campo.
- Carretero Accame ME, Ortega T. Otras plantas medicinales para afecciones respiratorias (II): Viola
odorata, Primula veris. Panorama Actual Med 2018; 42(412): XXX-XXX
VIOLA ODORATA L. (VIOLACEAE)
Se conocen unas 450 especies dentro del género Viola. Entre ellas se encuentra la violeta común o
violeta de olor, una planta herbácea perenne, estolonífera, originaria de Asia, Europa y Norte de África
(área mediterránea). En España se encuentra autóctona en algunas zonas, pero en la actualidad, se
distribuye por muchos lugares de casi todo el mundo naturalizada o cultivada desde hace muchos años,
por lo que existen numerosas variedades.
Es una planta pequeña (5-15 cm, no más de 20 cm como máximo), con hojas en roseta con el limbo
generalmente cordiforme y con el borde crenado, estípulas anchamente lanceoladas y flores zigomorfas
solitarias pentámeras, con pétalos de color violeta con una mancha basal blanquecina, dotadas de un
olor delicado y agradable.
Se utilizan principalmente las flores y también las raíces de la planta, aunque todos los órganos pueden
ser utilizados con fines terapéuticos. La droga contiene mucílagos, flavonoides (principalmente
derivados de flavonoles y sobre todo de kenferol), ácidos fenólicos (salicílico), antocianósidos (derivados
de delfinidina y cianidina), aceite esencial constituido por mono- y sesquiterpenos (linalol, fenil
butanona, alfa-cadinol, globulol, etc.), taninos, saponinas y alcaloides (principalmente en las raíces). Las
raíces y las partes aéreas contienen además ciclótidos (péptidos macrocíclicos citotóxicos) como
cicloviolacina.
1 Profesora Emérita Complutense. Departamento de Farmacología. Facultad de Farmacia, Universidad Complutense de Madrid. 2 Profesora Titular. Departamento de Farmacología. Facultad de Farmacia, Universidad Complutense de Madrid.
En medicina tradicional, la violeta se utiliza desde hace mucho tiempo para tratar diversas
enfermedades, principalmente respiratorias. También por vía tópica para infecciones orales y de
garganta, y en afecciones de piel como suavizante y antipruriginoso. En concreto, la medicina tradicional
persa ha empleado esta especie para combatir la tos, catarro común, fiebre, dolor de cabeza, insomnio,
disnea, estreñimiento, problemas de la piel y otras dolencias. Ya Avicena (siglos X-XI), médico y filósofo
persa, la recomendaba para tratar la tos y el
asma. En la actualidad se le atribuye efecto
antibacteriano, antioxidante, antihipertensivo,
hipolipemiante, antiinflamatorio, analgésico y
sedante, en base a los ensayos in vitro, en
animales e incluso alguno en humanos.
Respecto a la actividad antibacteriana, se ha
comprobado que los ciclótidos aislados de las
hojas de V. odorata (de origen iraní), son
especialmente activos sobre bacterias Gram-
negativas patógenas para plantas
(Xanthomonas oryzae y Ralstonia
solanacearum), aunque también en menor
medida son activos sobre bacterias Gram-
positivas y Gram-negativas patógenas para
humanos (Escherichia coli, Pseudomonas
aeruginosa y Staphylococcus aureus). El hecho
de que las bacterias patógenas para las plantas
sean más sensibles a los ciclótidos, indica
posiblemente el papel de estos compuestos
como defensa del vegetal.
El ciclótido más activo parece ser cicloviolacina
O2 potente inhibidor de bacterias Gram-negativas principalmente (Salmonella enterica, Escherichia coli,
Pseudomonas aeruginosa y Klebsiella pneumoniae).
Recientemente se ha aislado del extracto metanólico de las partes aéreas de violeta (extracto activo
sobre patógenos respiratorios) un compuesto derivado de ionona que ha demostrado, en el método de
difusión en agar, ser muy activo sobre bacterias responsables de infecciones del tracto respiratorio
como son Haemophilus influenzae, Pseudomonas aeruginosa, Staphylococcus aureus, Streptococcus
pneumoniae y Streptococcus pyogenes. La inhibición producida por este compuesto es solo ligeramente
inferior a la originada por eritromicina.
La actividad hipotensora e hipolipemiante se ha comprobado en ensayos in vitro e in vivo. Un extracto
hidrometanólico de las hojas de la planta, disminuye la presión sanguínea en ratas anestesiadas. Para
estudiar el posible mecanismo de acción se han empleado preparaciones de aurícula de cobaya y aorta
de rata. El extracto induce relajación de la musculatura lisa vascular en la que probablemente interviene
el bloqueo de los canales de calcio y vías dependientes de la liberación de NO. Igualmente, el extracto
administrado a ratas con una dieta rica en colesterol, redujo su peso corporal y mostró un efecto
antidislipidémico por inhibición de la síntesis y absorción de lípidos.
Ensayos en animal han permitido corroborar además la actividad sedante, analgésica y antiinflamatoria
de diversos extractos de V. odorata.
Teniendo en cuenta que la medicina tradicional en Irán recomienda la violeta para tratar el insomnio, se
han llevado a cabo algunos ensayos en animal y en humanos para corroborar esta actividad. En los
ensayos en pacientes se ha administrado un “aceite de violetas”, preparación que se utiliza por
aplicación nasal o tópica (las flores se extraen en aceite de almendras o de sésamo), por vía intranasal.
Los resultados son a priori buenos pero no muy concluyentes y los estudios presentan importantes
limitaciones, por lo que se recomiendan mas ensayos. En cualquier caso la droga parece mejorar el
sueño y resulta bastante segura y sin efectos adversos serios.
A pesar del escaso número de publicaciones sobre esta especie, en el año 2015 se publicó un ensayo
clínico para valorar la reducción o la desaparición de la tos en niños que padecen asma intermitente,
con resultado positivo. Se trata de un ensayo en paralelo, aleatorizado, controlado y doble ciego. Se
incluyeron 182 niños de entre 2 y 12 años (pacientes ambulatorios), de ambos sexos y que no tomaran
otra medicación que un agonista beta2-adrenérgico. Fueron divididos en dos grupos de 91 pacientes
cada uno, que recibieron un jarabe de violeta (12 g de flores secas por cada 100 cc de jarabe) y
salbutamol (aerosol, 2 pulsaciones 4 veces/día) o un jarabe placebo y salbutamol, durante cinco días
(2,5 cc o 5 cc, tres veces/día, según la edad). La forma de evaluar el resultado fue preguntar a los padres
de los pacientes el tiempo que tarda en disminuir la tos en un 50% o en desaparecer totalmente. Este
tiempo fue significativamente menor en el grupo tratado con el jarabe de violeta. No se observaron
diferencias en la respuesta entre niños y niñas y si una relación inversa entre la respuesta y la edad de
los pacientes. Más de la mitad de los niños en cada grupo presentaban sibilancias previo al tratamiento.
Tras el tratamiento se comprobó que el número de niños con sibilancias disminuyó significativamente
en el grupo tratado con violeta frente al grupo placebo. Por tanto, se puede concluir que la
administración conjunta del jarabe de violeta con salbutamol resulta significativamente más eficaz que
el placebo en este grupo de pacientes. No se observaron efectos adversos lo que puede ser debido a
que la dosis de violeta utilizada es bastante inferior a la recomendada por la medicina tradicional en
Irán.
A la vista de los resultados, los autores del trabajo indican que el jarabe de violeta podría ser útil para
disminuir la tos en niños con asma intermitente, pero recomiendan llevar a cabo más ensayos con
mayor número de pacientes y con otras dosis del jarabe para conseguir encontrar la dosis más eficaz.
Además de todo lo mencionado, el aceite esencial de violeta posee propiedades repelentes frente a tres
tipos de mosquitos: Aedes aegypti, Anopheles stephensi y Culex quinquefasciatus.
Por otra parte, ciclótidos aislados de V. odorata como cicloviolacina O2, han mostrado un efecto
citotóxico marcado sobre líneas celulares cancerosas humanas. Este efecto parece deberse a una
disrupción o alteración de las membranas celulares.
No se tienen datos suficientes para establecer una posología, pero las dosis utilizadas por la medicina
tradicional iraní son de aproximadamente 250 mg/kg de flor seca. Las formas farmacéuticas más
habituales son además de droga pulverizada, píldoras, aceite (oral o tópico) y jarabe. No se han
observado efectos adversos a las dosis terapéuticas, en caso de sobredosis pueden aparecer náuseas y
vómitos.
Las flores de violeta se emplean además en alimentación, licorería y en la industria cosmética.
Otra especie del mismo género, Viola tricolor L., pensamiento, se utiliza tradicionalmente en problemas
de la piel, pero también como expectorante, antipirética, en catarros respiratorios, tos seca, bronquitis
aguda, etc. En algunos países además se emplea como diurético y depurativo. La Agencia Europea del
Medicamento y ESCOP han publicado su monografía (V. tricolor y/o V. arvensis), pero indican su empleo
tradicional por vía oral o tópica, únicamente en el tratamiento sintomático de afecciones cutáneas
seborreicas leves.
PRIMULA VERIS L. (PRIMULACEAE)
En la actualidad se emplean tanto los órganos subterráneos (raíces y rizomas) como las flores de Primula
veris L. y/o P. elatior (L.) Hill. Las primeras figuran en la Farmacopea española como: “rizoma y raíz
desecados, enteros o cortados de Primula veris L. o Primula elatior Hill.
Las flores desecadas incluyendo el cáliz o sin cáliz de las especies P. veris L. y/o P. elatior (L.) Hill, figuran
en algunas farmacopeas como la francesa. En la Farmacopea Británica solo se incluye la primera.
Primula es un género botánico que comprende un número elevado de taxones, se han descrito unas 430
especies clasificadas en 7 subgéneros y 38 secciones. Son plantas propias de zonas frías del hemisferio
Norte, existiendo una elevada concentración en la zona del Himalaya. También se distribuyen por los
Alpes y Apeninos, existiendo endemismos propios de esas zonas.
Las prímulas, primaveras o primaveras de jardín utilizadas en farmacia, son plantas perennes con una
roseta basal de hojas con bordes irregularmente dentados o serrulados, provistas de pelos,
especialmente en el envés, y escapo floral con inflorescencias en umbela multiflora inclinada, de flores
pecioladas, pentámeras, actinomorfas, con cáliz acampanado, más largo en el caso de P. veris, y corola
tubular estrecha con cinco lóbulos en su parte apical, de colores amarillo o amarillo pálido. Los frutos
son cápsulas ovoides, elipsoidales o casi esféricas, dehiscentes. Los rizomas son de color pardo-grisáceo,
groseramente nudosos y las raíces quebradizas, unidas al rizoma, son pardo-clara o pardo-rojiza (P.
elatior) y amarilla pálido o blanco-amarillenta (P. veris).
Se han descrito diferentes especies y subespecies. En Flora Ibérica figuran para P. elatior las subespecies
elatior, intricata y lofthousei, que se diferencian entre sí principalmente por el tamaño de sus hojas y el
color de sus flores, amarillo más claro en la primera. En el caso de P. veris se describen dos subespecies:
subsp. veris y subsp. columnae, diferentes entre sí por la forma de las hojas, largamente ovadas, con
base bruscamente contraída y peciolo más corto que el limbo en la primera y con limbo cortamente
ovado, base acorazonada y peciolo más largo que el limbo en la segunda.
Las raíces se introdujeron en Europa después de la primera guerra mundial, por su uso como
expectorantes en el tratamiento de afecciones de vías respiratorias altas, para sustituir a las raíces de
Polígala senega difíciles de adquirir en esos momentos.
Primula elatior y P. veris
Las primeras referencias sobre la utilización comercial de las flores en Europa, también corresponden al
inicio del siglo XX, generalmente formando parte de mezclas complejas. Se han utilizado para el
tratamiento de afecciones de vías aéreas altas como expectorantes en tos y bronquitis asociada a
catarros. En algunas publicaciones figura su posible eficacia como tranquilizante, analgésico en dolor de
cabeza, antiinflamatorio en reumatismo y gota, y como diaforético y diurético.
Tanto las raíces como las flores contienen un porcentaje elevado de saponinas y compuestos fenólicos.
Las raíces contienen entre un 3 y un 12 % de saponinas triterpénicas de tipo oleanano. En P. elatior la
mayoritaria es primulasaponina I y II, cuya genina es primulagenina A y la cadena de azúcares sobre el
hidroxilo del C3, ácido glucurónico, glucosa, galactosa y ramnosa. En P. veris las saponinas mayoritarias
son primacrosaponina y acetato de priverosaponina B-22, cuyas geninas corresponden a anagalligenina,
priveronenina B y acetato de priveronenina B-22.
También en los órganos subterráneos se han identificado heterósidos fenólicos (>2,3%) como
primaverósido, primaverina y primulaverina. Durante el desecado de las raíces, estos heterósidos se
hidrolizan liberando las geninas que desprenden un olor aromático (salicilato de metilo).
Las flores también contienen saponinas triterpénicas (principalmente en los sépalos del cáliz),
flavonoides (apigenina, rutósido y heterósidos derivados de quercetina), ácidos fenólicos como el ácido
rosmarínico, trazas de aceite esencial y carotenoides. En las partes aéreas se ha detectado además la
presencia de benzoquinonas (primina: 2-metoxi-6-fenil-
1,4-benzoquinona) que pueden ser responsables de las
reacciones de hipersensibilidad descritas para estas flores.
Además, tanto en raíces como en flores se ha detectado la
presencia de diferentes azúcares, entre ellos de un poliol
lineal de 7 carbonos denominado volemitol.
La mayoría de las publicaciones, bastante antiguas, sobre varias especies del género Primula
(principalmente sobre las raíces), se refieren a su actividad antibacteriana, antimicótica y antiviral,
actividades que parecen estar relacionadas con la presencia de saponinas. Por ejemplo, han mostrado
eficacia frente a Staphylococcus aureus y Escherichia coli.
Las saponinas aisladas de la especie P. acaulis (= P. vulgaris Huds.), cuyas geninas son idénticas a las que
se encuentran en P. elatior, han mostrado ser eficaces frente a varias cepas de Candida albicans a
concentraciones de 80 a 97 microg/ml, sin embargo, su potencia resulta menor que antifúngicos como
nistatina. También una mezcla no bien definida de saponinas obtenida de P. veris resultó eficaz frente al
virus influenza (A2/Japón 305) consiguiendo, a bajas concentraciones, porcentajes de inhibición viral
muy elevadas.
Estas actividades podrían tener relevancia clínica por cuanto un preparado de saponinas de P. vulgaris,
aplicado tópicamente en 100 casos de estomatitis causada por C. albicans resistente a antibióticos,
consiguió remitir la sintomatología en 2-3 días, no obstante, en el estudio no se utilizaron controles
adecuados por lo que se cuestiona su calidad y sería necesario realizar nuevos estudios.
En cuanto a su posible actividad antiinflamatoria, los extractos hexánicos de las raíces de P. veris han
demostrado actividad inhibitoria sobre COX-1 y COX-2 en porcentajes superiores al 50%.
También se han verificado sus propiedades antioxidantes que podrían estar relacionadas con la
presencia de los flavonoides.
Sobre su eficacia expectorante, en un ensayo in vivo (conejos) se observó que la administración de
extractos obtenidos a partir de flores de primavera, inducía un incremento en la secreción bronquial de
magnitud similar a la inducida por bromhexina y acetil-cisteína, utilizadas como sustancias de referencia.
Aunque no existan otras publicaciones específicas sobre la actividad expectorante de prímula, la
presencia de saponinas y su actividad expectorante reconocida en diferentes publicaciones sobre otras
drogas, como por ejemplo la hiedra, podría en cierta medida justificar su eficacia en el tratamiento de
afecciones de vías respiratorias altas. Las saponinas provocarían una irritación de la mucosa gástrica que
induciría un incremento en la secreción bronquial de modo reflejo, diluyendo el moco y por tanto
disminuyendo su viscosidad. Además, la irritación provocada por las saponinas en las mucosas de
garganta y tracto respiratorio, unido a su capacidad para para disminuir la tensión superficial,
incrementa la secreción bronquial y reduce la viscosidad del esputo facilitando su eliminación. También
parece probable la intervención de los receptores beta 2 adrenérgicos de las células alveolares, tal como
ocurre con los saponósidos de la hiedra.
En cuanto a su eficacia clínica, no existen publicaciones que refieran los efectos beneficiosos de flores
y/o raíces de prímula en presentación única ya que se utilizan por lo general en formulaciones
compuestas, principalmente la asociación de raíces de prímula y tomillo. De hecho, la mayoría de los
ensayos clínicos publicados, principalmente en población infantil, se han realizado con una combinación
de ambas drogas. También hay que añadir que la EMA ha publicado la monografía de dicha
combinación.
En un estudio multicéntrico, controlado, en el que intervinieron 771 especialistas y publicado en 1997
(informe EMA), se comprobó que la administración de un preparado con tomillo y raíces de primavera a
1490 niños con una media de edad de 5,7±2,9 años, conseguía mejorar los diferentes parámetros
analizados (auscultación, tos durante el día y la noche, dolor al toser, cantidad de esputo y viscosidad
del mismo). La eficacia fue superior a la observada tras la administración de medicamentos como
ambroxol (479 niños) y N-acetilcisteína (299 niños). El preparado consistía en un extracto seco obtenido
a partir de las drogas con etanol (40-50% v/v). La incidencia de efectos adversos fue insignificante (solo
un 0,60% de los niños tratados con el preparado de ambas plantas mostraron molestias gástricas).
En un estudio prospectivo, aleatorizado, simple ciego, bicéntrico, dirigido a comparar la eficacia de dos
preparados diferentes de la mezcla de tomillo-prímula (uno con extracto fluido de raíz de prímula y otro
con tintura) en 189 enfermos con bronquitis aguda no tratada, se confirmó como ambos reducían o
eliminaban significativamente los síntomas tras 7 a 9 días de tratamiento. La tolerabilidad fue muy
buena con ambos tratamientos (el 80% de pacientes y médicos consideró el tratamiento bueno y muy
bueno), no observando efectos adversos clínicamente relevantes.
Mediante ensayos in vitro se ha demostrado además que el extracto fluido de raíces de prímula, inhibe
de forma dosis dependiente la liberación de IL-8 inducida por LPS, actividad que se ve potenciada, más
de lo que correspondería a la suma de las actividades de tomillo y primavera por separado, cuando se
utilizan extractos que contienen ambas drogas.
No existen datos concretos respecto a su toxicidad, pero si evidencias clínicas de su buena tolerabilidad.
De hecho, en Estados Unidos, las flores y raíces de P. veris y P. elatior están incluidas en la Clase I de
seguridad. Tampoco existen referencias sobre genotoxicidad, carcinogenicidad o toxicidad sobre la
reproducción y el desarrollo.
A pesar de que cuando las saponinas se administran por vía parenteral o intravenosa pueden causar
toxicidad que se manifiesta principalmente en daño en las membranas biológicas y hemolisis con
alteraciones hepáticas y renales, así como cardiovasculares, las que se encuentran en las raíces y flores
de primavera, tanto en forma heterosídica como geninas libres procedentes de la hidrolisis de los
heterósidos en el tracto gastrointestinal, se absorben pobremente por lo que resulta difícil que alcancen
la circulación sanguínea.
De los resultados de los escasos ensayos clínicos, en su mayoría de la mezcla de tomillo y prímula, y de
lo publicado en la monografía incluida en la Comisión E alemana, puede considerarse una droga segura
pues en todo caso podrían ocurrir alteraciones gástricas y nauseas poco frecuentes. No obstante, debido
a la presencia de saponinas, se recomienda tener precaución en pacientes con gastritis o úlcera gástrica.
Igualmente, solo en el caso de las flores, es posible que desencadene algún problema de alergias debido
a la presencia de la benzoquinona primina. La sobredosificación podría causar malestar estomacal,
vómitos o diarrea.
Por todo ello, aún en ausencia de estudios científicos de calidad a nivel clínico, basándose en su
prolongado uso tradicional, la EMA aprueba la administración de preparados de primavera (P. veris y/o
P. elatior) tanto flores como raíces, como expectorante en tos asociada a resfriado común. Además, en
base a la eficacia expectorante de la combinación de prímula y tomillo y sobre todo a su “excelente”
tolerabilidad, en el año 2016 la EMA aprobó el uso bien establecido de la mezcla como expectorante en
caso de tos productiva y el uso tradicional, también como expectorante, en tos asociada a resfriado.
La posología indicada por la EMA para adolescentes, adultos y ancianos es la siguiente:
- Raíces y Rizomas
o Infusión: 0,2 a 0,5 g de droga pulverizada en 150 ml de agua.
o Extracto seco (3-9:1; etanol 40-50% v/v): 0,1-0,2 g, 3 veces al día
o Extracto fluido (1:1; etanol 70% v/v): 0,5 g, 3 veces al día
o Extracto fluido (1:2,0-2,5; etanol 70% v/v): 0,5 g, 3 veces al día
o Tintura (1:5; etanol 70% v/v): 0,5-1 g, 3 veces al día
o Extracto blando (5-10:1; agua): 0,2 a 0,5 g, 3 veces al día
o Extracto blando (1-4:1; etanol 20-55% v/v): 0,2 a 0,5 g, 3 veces al día
o Extracto blando (6-10:1; metanol/agua/solución amónica al 10% 50/49,5/0,5): 0,2 a 0,5 g, 3
veces al día
o Extracto blando (6-10:1; metanol 50% v/v): 0,2 a 0,5 g, 3 veces al día
- Flores o Infusión 1 g en 150 ml de agua, 3 veces al día
o Extracto fluido (1:1; etanol 25% v/v): 1-3 ml hasta 3 veces al día (máximo 6 ml/día)
Niños entre 4 y 12 años
- Raíces y rizomas
o Extracto fluido (1:1; etanol 70% v/v): 0,33 g, 3 veces al día
o Tintura (1:5; etanol 70% v/v): 0,3-0,5 g, 3 veces al día
o Extracto blando (1-4:1; etanol 20-55% v/v): 0,12 g, 3 veces al día (4 a 6 años) y 0,12 g, 3 a 4
veces al día (6 a 12 años)
No se aconseja la administración del resto de preparados.
Advertencia: es muy importante referir siempre el nombre botánico de esta especie para evitar
confusiones. El nombre vulgar de prímula en español o primrose en inglés se utiliza también para la
onagra, Oenothera biennis.
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