Cuando los restauradores de la Fundación Santa María de Albarracín se pusieron manos a la obra
para salvar el baldaquino de la iglesia deCalamocha, lo último que se esperaban era dar con el
hallazgo de unacápsula del tiempo oculta desde hace más de 200 años.
La intervención en la parroquia de Santa María la Mayor era imprescindible para evitar el derrumbe
del templete barroco, una pieza única en la provincia cuyo estado hacía temer un desplome en
cualquier momento. Uno de los mayores peligros lo ocasionaba una talla de San Roque de unos dos
metros de altura. Tal y como informó HERALDO esta semana, los desplazamientos detectados habían
provocado que la escultura quedase colgando de la bóveda del templo y se separase de su plataforma,
situada en el remate del templete. La separación de las dos piezas dejó a la vista una cavidad en la
que los restauradores detectaron la presencia de un pequeño objeto.