Melodías de DolorMelodías de DolorJairo Veloza GonzálezJairo Veloza González
Melo
día
s d
e D
olo
r
“MELODIAS DE DOLOR”
SEIS HISTORIAS DE UNA REALIDAD LLAMADA COLOMBIA
Por:
JAIRO VELOZA GONZALEZ
NOVIEMBRE DE 2.010
SEIS HISTORIAS DE UNA REALIDAD LLAMADA COLOMBIA
Corrección de Estilo: Dr. Néstor Bernal Vergara
Ilustraciones: Maestro Abraham Castiblanco
Diagramación: Dubán Ricardo Macías Q.Sentido Gráfico
Copyright
Julio de 2011 - Edición No. 01
Funza, Colombia
INTRODUCCION
La presente publicación es fruto de la recopilación de varias historias de la vida real y que se desarrollan en el marco de la crisis social y política del País, con personajes y vivencias propias, cada uno con una historia particular y que se desarrolla en cada región pero que en el análisis juicioso, son escenas iguales que se viven en los municipios, barrios y veredas de Colombia, abarcando en su totalidad las consecuencias propias de la guerra que ha vivido el País a lo largo de cincuenta años de conflicto armado y que se resumen en esta primera parte, seis historias y que relata los daños que ha causado este flagelo y que van desde el secuestro, el desplazamiento forzoso, la desaparición, el narcotráfico, la prostitución y la politiquería y sus artimañas.
Son cinco historias que hablan de la Colombia que todos conocemos pero que en el fondo aun no entendemos, cada historia es escrita de forma diferente de acuerdo al protagonista que la vive y la región en la que se encuentra; desde la poesía romántica, la narración costumbrista, las historias de acción y el drama, son algunas de las técnicas aquí empleadas y que hacen de esta obra una completa fusión literaria.
Su nombre “MELODIAS DE DOLOR” encierra totalmente el sufrimiento que deja la guerra en cada una de sus interpretaciones y que se amolda a la música triste que sale del corazón al recordar los terribles momentos que vivieron sus protagonistas, de esta manera, cada historia de esta obra se identifica con una melodía musical definida que lleva al lector a entender que nuestra crisis colombiana va mucho mas allá de las crónicas periodísticas de los medios y que es en su representación más perfecta como la música, donde el drama de la guerra se muestra en todas sus facetas.
Bienvenidos a descubrir, en toda su profundidad lo que aun no se sabe de la Colombia que todos amamos, se estima que en Colombia, 5 de 10 colombianos han sufrido de forma directa el flagelo de la violencia por parte de los grupos alzados en armas, el narcotráfico, y la delincuencia organizada al servicio de dichos dos fenómenos, pero pese a la crueldad de la violencia, muchas de estas víctimas se han sobre puesto y han tratado por si mismos de salir adelante.
“En Colombia la violencia aun no ha logrado ganar los terrenos de la esperanza y la fe y aunque los campos queden solos y los ríos se manchen con la sangre de justos e injustos, queda la ilusión de que la paz, llegue y calme para siempre la tempestad que por años ha golpeado a los Colombianos”.
EL AUTOR
“LA BACHATA TRISTE DE UN SECUESTRADO”
PRIMERA HISTORIA
Por:
JAIRO VELOZA GONZALEZ
Julio de 2.005
“Dedicado a Jacqueline y a mi hijo Santiago, Oscar Fernando,
Johan Estiven y mis padres Flavio y Mercedes”
Esta publicación es realizada baja la autorización de la esposa, hijos y familiares del protagonista de esta narración, solo y por petición de su familia, se reserva el nombre de quien sufrió en carne propia el flagelo terrible del secuestro.
Los hechos aquí narrados sucedieron en algún lugar de las montañas de Cundinamarca, entre los años 1.999 y 2.005 y solo se publica por petición de la familia los hechos y crónicas seleccionadas por ellos.
Esta publicación está de acuerdo con todo intento que lleve a una pacífica y pronta liberación de todos los secuestrados que añoran regresar a su casa.
Esta obra esta basada en la historia real de un secuestrado, que pasó su cautiverio escribiendo cientos de líneas que expresaban su delicada situación y más sin embargo, nunca se descompuso ante las adversidades de su secuestro; la presente obra fue escrita bajo la autorización directa de su familia y que pese a su lamentable condición, aún añoran el pronto regreso de su esposo, padre y amigo.
El secuestro se ha convertido en un terrible mal para todos los colombianos y que lamentablemente, persigue a decenas de personas inocentes que no tienen que ver con el conflicto armado, además atemoriza a miles de personas que sufren con este problema y mata lentamente a cientos de colombianos más, que esperan regresar a sus casas.
En la presente historia solo se ajustaron algunos parajes literarios y es la crónica real, romántica y especial de un hombre que estando secuestrado, ama y desea a su familia y encuentra en los pequeños detalles que le depara su cautiverio el mejor motivo para relatar sus sentimientos.
El secuestrado es parte de nuestra sociedad y jamás puede ser olvidado a su suerte, debe la imagen y la voz de todos los secuestrados, vivir presentes en nuestro diario vivir, por más cruel que sea la realidad.
La B
ach
ata
tri
ste
de u
n s
ecu
estr
ad
o
CAPITULO PRIMERO
“LA CARTA”
Desde alguna montaña de Colombia, te escribo sollozo esta amarga carta, que recita mi eterno amor por ti y por mis hijos, espero algún día, estar a su lado y vivir con intensidad los últimos años de mí peregrinar y poder gritar con sentimiento, que solo junto a ti, “soy feliz”. Este cautiverio, me ha enseñado, que la vida sin ustedes, es insípida e insulsa, ni siquiera la misma muerte podrá calmar mi angustia, desde algún lugar de estas cumbres escarpadas, te escribo estas líneas que relatan mi sufrir pero que guardan la fe infinita de regresar pronto a mi hogar.
“A cada instante de mi presidio forzado, los añoro con ternura, así los recuerdos, abran mi sangrante herida; solo pido a Dios, que me guarde con vida para estar a su lado, pues esta soledad y estas malditas cadenas que me privan de mi libertad, me hacen viejo y cansado”.
Nunca olviden que desde la distancia remota de un lugar perdido, yace el amor infinito de un hombre que nunca los olvida y reza por ustedes, tan solo clamo por una oportunidad que me negué a aceptar y que por mi descuido y el poder y el trabajo, perdí todo el tiempo del mundo para estar con ustedes.
¡Desde alguna montaña de Colombia pediré por una segunda oportunidad y si la muerte me sorprende, espero me encuentre durmiendo a tu lado!
Melodías de dolor 13
23 de Febrero de 1998
¡Mi primera Carta!
“¡Mi bella cenicienta de mágica inocencia,ternura de mis sueños, alma de mi vida,hoy envió a tus pies, la nostalgia de un amor que no te olvida!”
“¡Escribir para ti es un total reto,pues las palabras no me alcanzarían para recitar,la belleza de tu magnifico ser;mas sin embargo, trataré por todos los medios,de escribir en mil lenguas diferentes,y si ello no es suficiente, lo haré un millón de veces más,hasta que logre, plasmar en un lienzo mágico,la elegía perfecta de mi amor por ti!”…
“¡la vida se ha tornado dura y hostil,y hasta en ocasiones creo, que me ve como su enemigo;solo trato de vivir de tu recuerdo,el me reconforta pero también me mata,pues estas cadenas de miseria,me han convertido en un moribundo,un hombre triste y alejado de una realidad,comprometido en contra de mi voluntad,a compartir un sueño feo y nauseabundo!”…
“¡Sin ti, las noches son mas largas y las horas interminables,y aunque el frio de una celda húmeda, me aparten de ti,No renuncio a tu recuerdo y a la fragancia que humecta tu cuerpo!”
“¡Paso divagando en la soledad de mi alma Y aun no me acostumbro a vivir sin ti,Me falta el aliento que impregna tu boca en la mía;
14 Jairo Veloza González
Me falta tu piel cálida para que abrace a la mía;Me faltas tú, y sin ti, acudo frenético a la locura del ayer,Revivir un frio recuerdo que huele a ti y que huele a mi!”
“¡Te amo y mil veces mas te amo,Cuanto necesito de ti para no extraviarme en el olvido,Mas sin embargo, el recordarte se ha convertido,En un doloroso trasegar de mi tristeza!”
“¡Desde la distancia y bajo el amparo de un rincón oscuro y lúgubre,Recito para ti, mi despedida, aunque prematura,Es lisonjera como los pétalos de la primera flor que te dedique!”“¡Una despedida que huele a ti y me huele a mi,Recordándome que en mis noches, mis sueños son para ti,Porque en mis noches, las sabanas blancas,De una cama suicida, claman por ti,Porque en mis noches, Mis manos sedientas de tu calor,Te buscan en el frio maldito del olvido!”“¡Una despedida que huele a ti y que huele a mi,Un adiós efímero que se clava en el fondo del corazón,Como cuan espina que no renuncia a su rosa,Una espina cargada de sollozos y lamentos,Que suspiran por ti y que lloran por mi!”
“¡Una despedida que sueña con regresar,Y tomar entre mis brazos, El murmullo de tu corazón, deseando el mío!”…Una despedida que será la última,Un verso que escucharas en el fondo de tu memoria,Un recuerdo que aunque agudo, jamás olvidaras!”
“¡Siempre vivirás en mí, como el fulgor de una estrella,Y solo aparecerás en lo más alto de mis sueños,Evocando el placer de nuestro idilio!”
Melodías de dolor 15
“¡Desde aquí, en los mas inhóspito y salvaje,Me despido para siempre, llevando conmigo, Todos los recuerdos de nuestro amor,Un amor que seguirá vivo, como la llama eterna,De un madero seco, que no teme ser apagado,Ante la tormenta alocada del tiempo!”…
“¡Desde aquí, entre una montaña y lejos de ti,Rindo tributo a tu belleza y a la magia que ella desborda;Rogaré para que en tu camino, encuentres siempre, Rosas rojas y poesías frescas que declamen para ti!”
“¡desde aquí, en medio de mi tristeza Y el frio de la noche, me despido de ti;El reloj marca las horas sin cesar,Aún me esperan noches sin sentido Que me exigen una explicación,Y aunque intento responder, No tengo ninguna razón!”…
“¡Es tarde ya y debo descansar,Mañana es un nuevo día y aún me espera un largo camino,Llevo junto a mí, una fotografía dulce y sinfónica,Que alegra mi vida y me hace tener esperanza!”
“¡cómo los extraño, desde mi soledad infinita,Encerrado en un claustro maloliente,Aun brilla la esperanza del regreso,Del primer beso y los juegos con mis hijos,De la paz de mi hogar, la de mis hijos,Y la paz de tu amor, vida mía!”
“¡Desde esta cárcel maldita,Donde penan las almas blasfemas del miedo y el rencor,Escribo estos sueños del ayer y que hoy me castigan,Por no cumplirlos!”…
16 Jairo Veloza González
“¡Desde esta selva fría y húmeda,Lloro silencioso, el paso del tiempo,Augurando tal vez, que el olvido,Me haga su próxima víctima!”.
“! Desde hace varias lunasEl sol ya no comparte sus rayos medicinales conmigo,Mi espalda lacerada sufre con rigor,El lamento doloroso de todos los que amo!”
“¡Como me duele no estar a tu lado,Sentir de cerca su respiración y sus risas juveniles;Como me duele ser la causa de su dolorY de sus insomnios tormentosos,Como me duele, no estar a su lado,Y soportar con valentía, los años presurososQue nos hacen más viejos y menos sabios!”
“¡Como me duele que sufras por mi ausencia,Que llores sin consuelo por mí,A causa de mi secuestro y mi enfermedad,Como me duele, que tengas que soportar solitaria,Los malos tiempos que arrecian con crueldad,Y que tengas que soportar solitaria,El guiar por buen camino a nuestros hijos!”
“¡Me duelen estas cadenas que me privan de mi libertad,Es preferible la muerte, que soportar una condena sin juez,Es mejor vivir inerte entre el espeso monte,Que tener que aceptar la idea, de nunca regresar!”.
“¡Ayer una alegría débil, endulzo mi corazón,Broto de mis labios, el nombre bello de mi esposa,Y con ella el recuerdo de mi familia,Que con los años, crecen maravillosamente,Pero pronto la felicidad fue opacada por el dolor,
Melodías de dolor 17
Al entender que la distancia es el olvido;Pronto selle de mis labios, aquella efímera sonrisaY cerrando mis ojos ante el cielo,Comprendí que todo recuerdo, era una ilusión,Cada vez más lejana de regresar a mi casa!”
“¡han pasado muchos meses y al igual que tu, nada se,Tan solo soy más viejo y llevo conmigo,Crónicas angustias que atormentan mi ser,Sin olvidar que he soportado miles de enfermedades,Muchas de ellas, difíciles de curar!”
“¡Desde la soledad de un cuarto oscuro,Observo majestuoso, tu lindo rostro,Y el cual enaltece mi existencia,Ese mismo rostro que inspiro mis pensamientosY desbordo en emoción, mis más profundos deseos;Un rostro cuyos ojos, reflejan la candidez del infinito,Y que iluminan mi camino, en momentos de miedo y soledad,Esos ojos bellos, que llevo grabados en mi corazón!”
“¡Bendita seas por siempre y que la bondad de la noche, proteja tu corazón!”“¡Bendita seas por siempre, por brindarme el mejor de los regalos, mis hijos”!¡Benditos sean mis hijos, fruto del amor que juntos cultivamos!”“¡Bienaventurados sean todos ustedes, porque en mi pensamiento, Solo habitan ustedes!”
“¡Jamás olvidare tus labios de filigrana,Tus dulces sonrisas acicaladas de polen y mielJamás olvidaré tu boca, que pronuncio mi nombre,Y declaro devota, su amor por mis sentimientos!”…
18 Jairo Veloza González
“¡Jamás olvidaré tu cabello, finas hebras de seda,Que ondulantes se mesen risueñas al viento,Ese mismo cabello que acaricie con mis manos,Y me jactaba de ser su único dueño!”
“¡Te amo y mil veces más te amo, Siempre estarás en mí,Como la sabia divina que corre por mis venas,Que alienta mi vida y mis pesares;Te has convertido en el impulso vital,Para soportar con dignidad, esta angustia!”
“¡Mis ojos aguados pronuncian tu nombre,Mis lágrimas se conjugan con la sal del dolor,Las letras amargas de esta despedida,Susurran tristes aquellos hermosos días,Cuando en familia, juntos vivíamos!”
“¡Estas horribles cadenas oxidan mi libertad,Ellas son testigos de mi amor por ti;En cada eslabón, grabe un corazón,Que resume los recuerdos gratos de toda mi familia!”
“¡Estas malditas cadenas que me lastiman,Torturándome despiadadamente, Que me ataron de pies y manos,Y me enjaularon cual pájaro herido;Estas cadenas que me vuelven loco,Y locos a todos los que amo!”
“¡estas malditas cadenas que hicieron de mi, un suicida,Que le teme a la soledad y a perder todo en mi vida;Estas malditas cadenas que no me dejan escapar,Estas malditas cadenas que me separaron de la realidad,Y me han obligado a sobrevivir en un mundo frio y sin mi familia!”
Melodías de dolor 19
“¡Los recuerdo a cada instante,Pero es tan difícil aceptar la vida,Cuando ustedes han crecido y yo he envejecido;Es tan difícil entender la vida,Cuando los amo cada día más,
Sin saber, si aún me aman!”“¡Los recuerdo a cada segundo,Pero es tan difícil, aceptar nuestra situación,Como un suspiro lánguido, Que no puede escapar de su sepulcro fantasmal!”
“¡Mi único anhelo, es estar junto a ti,Y si la muerte me llama, quiero que sea junto a ti,Para que me des el último aliento,Y guardes en mi pecho, la oración sagrada de nuestro amor!”
“¡Amada mía, estas son las últimas líneas de mi amor profeso,Espero y cuides bien de nuestros hijos,Y si Dios me da la oportunidad, te escribiré de nuevo;Esperaré con paciencia, el milagro de mi libertad,Mientras tanto rezaré, para que este castigo llegue a su final,Y así todos en familia, podamos perdonar!”
“¡Amor, debo callar, han llegado, los guardias inhumanos,Que atormentan nuestras vidas con sus discursos de guerra y políticaGuardare en el fondo de mi corazón,La pluma mágica con la cual escribirse el final de esta historia!”
“¡Adiós amor mío y ten fe,Que solo Dios, abrirá las puertas de esta prisión infernal;Hijos míos, paciencia y fortaleza,Que siempre estaré a su lado,Como el destello que ilumina la oscuridad!”…
20 Jairo Veloza González
“¡No tengan miedo, que siempre viviré en ustedes,Jamás los olvidaré y vivirán en mí, hasta la eternidad;Desde algún lugar, en las montañas de Colombia,Se despide de ustedes su padre, amigo y esposo!”…
“¡Que Dios perdone mis faltas y las tuyas,Pero en especial, que se apiade de mis captores!”…
“¡Quien te ama!”…
Melodías de dolor 21
CAPITULO SEGUNDO“UNA FLOR QUE HUELE A TI”
“¡Dios te suplico, me quites este sufrimiento,Son más de mil quinientos días, soportando esta pena,Cada día que pasa, sufro con más castigo este secuestro;No sé donde estoy y con quien convivo el día y la noche,No sé qué día es y mucho menos cual año es;No vemos nada nuevo y siempre escuchamos los lamentos,Que profanan la virginidad de estos bosques,Que sumisos esconden nuestras vidas!”
“¡Son mil quinientas noches con sus días,De interminables veinticuatro horas de no poder salir,Y solo nos permite estar afuera, una vez por semana,Pero el resplandor voraz del sol, Enceguece nuestros aturdidos ojos!”…
“¡Hoy es uno de esos días, En los cuales puedo estar más cerca de ti, Dios,Donde exhausto puedo contemplar la maravilla de tu creación,Y tengo que admitirlo con sinceridad, Pero en este encierro, he aprendido a amarte!”.
“¡Hoy es uno de esos días que desistí por completo,De cambiar mí idea tonta sobre ti, Dios,Y por el contrario, defiendo con pasión tu existencia;Hoy es uno de esos días, donde estoy seguro,De que Dios, no me dejará morir en esta selva!”…
“¡Hoy es uno de esos días, donde admiro con más dedicación,Cada una de las maravillas que me rodean,Bondades infinitas de tu corazónQue alegran nuestras marchitas vidas,Bondades divinas que nos acompañas día y noche,Como el sol hablador que calienta con suaves caricias mi congelado cuerpo,
22 Jairo Veloza González
Como las frágiles aves que ruiseñores, alegran la mañana de nuestro cautiverio,Como el aroma de las flores, que gitanas nos entregan su fragancia;Hoy es uno de esos días donde podré alimentar mi alma.Con el alba brillante del amanecer,Y luego en la tarde, podré descansar con el fresco trinarDel crepúsculo en la noche!”
“¡Hoy es uno de esos días, donde podré distraer mi angustia,Al descifrar la esencia de las mil y un mariposas, Que galantes vuelan sobre mi cabeza!”,“!hoy es uno de esos días donde podré contar Cada uno de los pétalos angelicales que me rodean!”,“!hoy es uno de esos días, donde admiraré con deleite,Cada una de las canciones, que entonan las aves!”…
“¡Hoy es uno de esos días, en los que vivo y siento,En los que sueño y suspiro, rio y me consuelo,En los que lloró y me comprendo, recuerdo y vivo!” “¡Hoy es uno de esos días, en los que quisiera,Estar más cerca de mi familia y de ti, vida mía!”…
“¡Hoy no escribo, hoy canto lo que escribo,Hoy no lloro, hoy sueño más no lloro,Hoy no recuerdo, hoy vivo para hacer los recuerdos, realidad!”…
“¡Son mil quinientos días, lejos de casa y de ti, vida mía,No distingo entre la noche y el día, entre lo amargo y lo dulce,Entre lo que es frio y lo que está caliente,Solo te recuerdo a ti y a mis pequeños hijos!”.
“¡hoy encontré las flor más hermosa del universo,Y sabes, vi en ella, tu imagen bella y celestial,Sus hojas conjugaban el elixir puro del amor,Y vi en ella, tu rostro perfecto y bendito,Cuyas mejillas rosadas, me invitan a besarlas,Y allí estaba tu boca, néctar dulce de una fantasía loca,Testigo fiel, de mis pasiones y eternas sensaciones!”…
Melodías de dolor 23
“¡Una flor hermosa que vestía igual a ti, y que nació en mayo,Una flor que era solo para mí, una flor que solo se parece a ti,Una flor que puede ser de Neruda o Picazo;Una flor de pétalos aterciopelados,Que me invitan a recordar un mundo sin fin!”…
“¡ Una flor que orgullosa lleva tu nombre,Que galante rinde homenaje a nuestro amor,Que melódica, entona homenaje a nuestro amor,Que melódica, entona un himno celestial,Que risueña, me invita a navegar por el mar!”…
“¡Son mil quinientos días de maldita abstinencia,De solloza inspiración blasfema, de un pánico desbordado en locura,De un miedo rústico, concebido para morir,De una fantasía incompleta hecha quimera!”…
“¡Son mil quinientos días y tan solo una bella flor,Que sabe y huele a ti, que se viste y habla igual a ti;Tan solo una bella y única flor,Que vive y sueña, una veces con mi amor,Y otras más, con mi dolor!”
“¡El viento herido, golpea las viejas ramas de pino y el ciprés,Arrastrando consigo las cansadas hojas, que marchitan huyen al más allá;Herido y sin ilusión, golpea con sevicia a mi pequeña flor,Que débil soporta, las heladas corrientes del olvido y el horror!”
“¡Cuan sola debes de estar, esposa mía,Al tener que soportar la humillación,Que produce las pesadillas embusteras,Que no tienen reputación, ni decisión;Tan solo cargan a cuestas, un saco lleno de lujuria y dolor,Una ambición mala que se cree sincera,Y que solo llena su bolsillo, De promesas y mentiras traicioneras!”…
24 Jairo Veloza González
“¡Es muy triste estar ausente sin destino,Condenado sin justicia, preso sin cárcel;En medio de un circo, sin payasos y sin un mago;En medio de una selva oscura y silenciosa,Donde las aves temen cantar victoriosas,Víctimas tal vez, de un fusil viejo y oxidado!”
“¡Es muy triste, estar unido a una leve luz de esperanza,Cuando reina placentera, una oscuridad macabra;Es muy triste vivir en medio de la nada y la zozobra,En medio de un conjunto de emociones,Donde los cautivos, tememos por nuestras vidas!”….
“¡Es muy triste sentir que la vida gira, como la ruleta que no descansa,Y estar allí, prisionero en un juego que hace trampa,Atado de pies y manos, de alma y cuerpo,Incapaz de moverme y sujeto a una historia que no es la mía!”
“¡Te amo mi bien y mi dicha, y aunque la soledad solo me escucha,Vivo por ti y por nuestra familia, y aunque no importe la vida mía,Viviré feliz por la alegría tuya!”;
“¡El ocaso está llegando y con él, la noche,Aquel lucero que brilla en el cielo,Es el confidente secreto de mis temores,Y aunque no ha cumplido mi deseo,Siempre espero paciente, el día en que su magia se haga realidad!”
“¡Hace frio y solo espero que tu recuerdo,Me abrigue fuertemente, en tus brazos, Para poder escapar lejos de aquí,Así solo sea en mis lastimeros sueños!”…
Melodías de dolor 25
“¡La punta de mi lápiz se está acabando,Y el madero que lo soporta se está muriendo, El papel mohoso, también se extingue;Solo el escribir, me alienta a sobrevivir,No se que me pasara, si ellos me faltaran;Solo me queda la esperanza de una flor,Que en mí pensamiento jamás marchitara!”…
“¡Supongo que esta noche, cual costumbre diáfana,Nos llevaran lejos a otro lugar,Más lejano y perdido como el primero,Más salvaje y distante de los que quiero!”
“¡Debo parar con mi pincel, pero pronto te escribiré,Te prometo que bordaré con finas letras de oro y grana,La musa divina de mi inspiración, Hermosa mujer, digna joya de mi fascinación!”…
26 Jairo Veloza González
CAPITULO TERCERO“UNA NOCHE HORRIBLE”
“¡El día estaba cerca de su final,Pronto el sol creyente terminaría dormido en la noche,Y solitaria su compañera, se presta a iluminar la noche,Pronto las sombras, desfilaran por el umbral;Y el espectro fulminante de la noche,Se conjuga con el frio polar del vacío,Que rechina penetrante entre mis huesos;Mis dientes vencidos silban enmudecidos,Anunciando, tal vez, la llegada de una noche horrible y lúgubre!”
“¡Desde mi improvisado ventanal,Donde la noche se hace larga,Y el día en un cuarto de hora se acaba,Diviso el débil gemido del universo,Que angustioso esconde las estrellas!”
“¡Escucho gritos de terror y llantos despiadados,Voces de ultratumba, que escapan someros,A la inmensidad del bosque,Cientos de voces, que suplican por su libertad,Voces de secuestrados que lloran frustrados,Voces de secuestrados que son callados sin razón,Voces de secuestrados que viven bajo el cañón siniestro de un fusil;Muchas voces, y entre ellas, la mía, que no se cansa de suplicar!”
“¡Fueron noches eternas de caminar sin descansar,De escuchar los insultos y las injurias de nuestros captores,De caminar sigilosos entre la maleza espesa y ponzoñosa,La de escuchar con detalle, los lamentos gitanos de la penumbra,La de oír asustado, los gritos aberrantes,Que pronunciaban con fuerza, mi nombre y mis apellidos;Y que me obligan a caminar sobre un verso sin rima y cariño,Que me obligaban cada vez más,
Melodías de dolor 27
A tomar atajos mortales en medio de la nada,Y vivir noches eternas de caminar sin descansar!”…
“¡Llevo conmigo un morral tejido de esperanzas,Un libro desteñido al que se le extravió las letras,Un calendario al que se le olvido la memoria y las fechas;En el fondo de mi morral, en un lugar secreto,Llevo las fotografías angelicales de mis hijos,Llevo el retrato cristalino de mi amada,Que apretó fuerte contra mis labios!”… “¡llevo a cuestas una frágil rama tallada,Que semeja un bastón desaliñado,Y el cual ha soportado la topografía engorrosa,De la noche y la montañas!”…
“¡Pronto llega la orden de un dictador infame, al cual llaman “comandante”,Quien nos obliga a caminar a ciegas entre la oscuridad, Tal vez presiente el temor fugitivo de la muerte tras su sombra;Ya nuestros débiles cuerpos, están cansados de caminar,Por senderos peligrosos tras un futuro incierto y que solo es dirigido por los ojos furtivos de aquel hombre!”…
“¡El pánico se torna gigante y perverso,Mientras nosotros en rebaño, veloces corremos;Ellos, nuestros captores huyen en todas las direcciones,Víctimas de la sorpresa y de la muerte!”;
“¡Entre la sórdida penumbra de la maleza,Se escucha el cantico infernal de un ave gigante que vuela,Un pájaro de enormes hélices y aspas que en lo alto nos vigila!”
“¡Nosotros, a empujones por el bosque corremos,Seguidos de cerca, por el arma venenosa que no se cansa de apurarnos;Ellos, como cazadores precoces se esconden temerosos,Nosotros a hurtadillas, entre árboles y arbustos, corremos sin destino!”;
28 Jairo Veloza González
“¡El ave fantasma, está cada vez más cerca de nuestras cabezas,Su gigante cuerpo pronto cubre todo el lugar,Un fétido olor a adrenalina, se siente por doquier;Luego el drama dantesco del miedo y la muerte,Gira entre nosotros, cerrando todas las salidas posibles!”…
“¡Ellos corrieron hacia nosotros,Sus viejas armas, nos obligan a correr al descubierto,Mientras ellos se refugian, tras nuestra espalda,Obligándonos a poner el pecho a los misiles locos de la guerra!”
“' El ave regresa cada vez más rapaz,Dirigiendo sus garras hacia nosotros;Nos arrastramos prófugos por el humedal de la selva,Mientras observamos cientos de luces incoloras que rugen como un león,Cientos de explosiones que detonan muy cerca de nuestros corazones,Nuevamente miro horrorizado hacia el cielo,Tratando de divisar al ave que nos ataca,Pero como un fantasma, aparece y desaparece,Un ave no habla, pero que grita soez con sus cañones!”
“¡Esa horrible noche, en que la muerte nos seguía,Hasta los fusiles nervios sentían,Los gatillos impávidos ya no se movían,Y ellos, quienes cobarde se escondían gritaban sin medida!”
“¡Una horrible noche en el que las balas de los morteros,Zumbaban en mi pálido ser, una horrible noche que no olvido,Y que se repitió día tras día, minuto a minuto, noche tras noche,Una noche maldita, que jamás nos olvida!”
“¡Esa horrible noche, se transformó en cientos de noches más,Donde el ave suicida nos seguía sin parar;Una noche que nos hacia perder el fervor por la vida,Temiendo tal vez extraviar para siempre el recuerdo de mi familia,
Melodías de dolor 29
Que es el único sueño que me mantiene con vida!”
“¡Mis pies irritados por el agua y el lodo,A causa de los hoyos que tiene en la suela y el cuero,Me hacen renunciar a caminar, pero la bota de un hombre salvaje, Arremete con frenesí maldito sobre mi humanidad!”
“¡Mi pantalón que mojado, improvisa un añejo cinturón de cabuya,Trata por todos los medios de aferrarse a mi delgado cuerpo,Tal vez soportando entre sus hilos, una embustera realidad que hoy me engaña!”
“¡Soy un hombre de ermitaño que poco se baña,Un hombre harapiento que duerme sin sábanas y sin sueños,Un hombre salvaje con pelo y barba sucia,Un hombre loco que hostil, ríe muy poco!”
“¡Un hombre que ya no recita esperanzas,Un hombre que ateo, aún cree en Dios,Un hombre que fugitivo, aún sueña con escapar,Un hombre fantasma que quiere el eterno descanso,Pero que está seguro que eso jamás sucederá!”
“¡A veces sentimos cierta emoción al sentir que esa ave,Arremete a nuestros captores, pero también sentimos horror,Cuando nos encontramos en medio del cazador y su presa;También en muchas ocasiones, sentimos ejércitos de hombres,Correr veloces tras de nosotros y al igual que el ave,También atacan al pelotón de la muerte que nos cuida,Y en muchas ocasiones siento lástima por ellos,Pues en sus ojos se refleja el miedo y la deserción!”
“¡En esa horrible noche, la lluvia descargó toda su furia,Rayos y centellas, nubes negras y horror, Cayeron voraces sobre nosotros,Pero ello no impidió, continuar con nuestro camino,
30 Jairo Veloza González
Tratando de escampar en medio de la manigua, La maraña y las alimañas que allí nos rodean!”
“¡Tarde en la noche, o temprano en la madrugada,Llegábamos a un sitio diferente, Al que ellos, definieron como nuestro hogar!”,“¡en medio de la selva y con un espeso olor a miedo,Nos encadenan a un gran árbol, cuyas ramas estaban pobladas de musarañas,Nos sentaban con otros compañeros de secuestro más,Y por largas horas, tratábamos de fingir que estábamos bien,Para evitar inconvenientes con los hombres que nos vigilan,Aguardamos por largo rato, sin importarles que el sol nos castigara,O el viento frio y traicionero, nos congelara!”.
“!Jamás les importo que nuestras ropas mojadas nos enfermaranSolo nos mantenían encadenados a un gran árbol,Donde el sol brusco del medio día, secaba nuestras ropas,Enviando el vapor fétido de nuestros cuerpos,Hacia el horizonte azul, que se pierde en el verde matiz,De las montañas que nos ocultan!”.
Melodías de dolor 31
CAPÍTULO CUARTO“TIERRAS DESCONOCIDAS”
-“!Desde estas tierras desconocidas que desangran mi vida,Te escribo esta nueva despedida, aunque en el fondo,Se bien que no es mas que una triste locura de mi existir,Paso a paso, he palpado la inmensidad de mi país,Y te lo juro, jamás pensé que fuese tan enorme su extensión,He caminado cientos, miles y millones de pasos,Siguiendo la orden suicida de un comandante Y su frenético pelotón invencible!”.
“!No sabes cuanto te extraño, en esas noches,Donde la oscuridad y el frio de un fusil me apuntan,No sabes cuanto te extraño, cuando mis pies,No saben para donde van,No sabes cuanto te extraño, cuando el sendero,Que me lleva a la casa, se hace cada vez más distante;No sabes cuanto te extraño, cada vez que mis piernas y mi pecho,Se cansan de tanto caminar,No sabes cuanto he sufrido, en este monte etéreo,Donde nada es real y toda mi vida es una farsa,No sabes cuanto he sufrido en esta cárcel,Donde los barrotes y el guardián,Es la maraña del olvido y la soledad,No sabes cuanto he aguantado,Pues mi pecho te reclama, mi voz te pronuncia,Pero mi cuerpo renuncia a seguir por este camino,Que de seguro no me llevara a mi casa,Y me alejara cada vez más lejos de ti,No sabes como te necesito, pero es más fuerte las cadenas,Que me aprisionan y me obligan a transitar,Por senderos oscuros del olvido;No sabes como te extraño, cada vez que te sueño,Pero este monte y estas botas húmedas por el dolor,Me obligan a olvidarte y a continuar sin ti!”.
32 Jairo Veloza González
“!Te extraño y no sabes cuanto,Pues estas cadenas y estos caminos del olvido,Me llevan a la tumba y un panteón seguro,No puedo continuar más con este paso,Pero tu recuerdo y el de mis hijos,Me reconfortan y ayudan a continuar por entre las montañas!”.
“! Día y noche, camino sin parar,Y no sabes cuanto me toca caminar, A veces entre las montañas inhóspitas y repletas de alimañas,En otras ocasiones mas, en medio de la selva y el agua,Y en otras mas en medio de los paramos y el frio perverso;Hasta mis ojos cansados de tanto llorar,Conocieron el tan anhelado océano,El cual disfrute obligado de su placer,Así permaneciera encadenado a los arbustos costeros,Repletos de cangrejos y caracoles de colores,No sabes cuanto camine hasta llegar aquí,Fueron muchas semanas, cientos de días,Caminando día y noche, en medio del monte, la selva y el bosque,Caminando en ayunas, unas veces de ti y otras de fe,Aguantando hambre y mucho dolor,Sufriendo del dolor que causa las miles de ampollas,Además de hongos y mil cosas más,Viviendo en silencio, el desarraigo que sufre el hombre,Por una tierra y una gente que no es la suya.Día y noche, camino en silencio,Aguantando las humillaciones y la depravación de mi verdugo,A cada instante sufro con estas malditas botas de caucho,Que han sido testigos orgullosas de mí trajinar,Por las estepas, llanuras y montañas de mi país,Estas malditas botas que tienen más agujeros,Que la misma capa de ozono,Estas malditas botas que junto que mis cadenas,Son el regalo de navidad y de cumpleaños de mis captores!”.
Melodías de dolor 33
“!han sido cientos, miles y no se cuantos números mas,De tanto caminar en secreto por entre el monte,Recorriendo palmo a palmo, centímetro a centímetro,Cada rincón de mi país, viajando por virginales montañas,Que son el sueño perfecto del naturalista y el ecologista, Pero yo, no soy nada de eso, soy apenas un hombre descuidado,Acostumbrado a la rutina del trabajo y de unos cuantos billetes,Un hombre que en el calor de su hogar,Olvido a su esposa y a sus hijos, por el bendito trabajo,Y que estando aquí, en el monte frio y oscuro,Sabe que lo perdió todo, y que es tarde ya, para recomenzar!”.
No sabes cuanto he sufrido, desde el primer día de secuestro,Me hicieron caminar a oscuras y con una venda,Sujetada por el hediondo calor de una pistola,Por elidas tierras cercanas al frio de un paramo,Allí me retuvieron dentro de un socavón,Durante algunas semanas, a ración obligada de pan y agua,Y hoy tengo que decírtelo, pero prefiero el monte,Y no tener que regresar al hueco de la muerte,De allí y en la noche, y con la mente y mi cuerpo,Sosteniéndose de un hilo llamado realidad, Me condujeron hacia el calor de la llanura,Donde sufrí con el calor al cual jamás estaba acostumbrado,Allí engorde y no por la comida, solo subí de peso,Al hincharse mi cuerpo con el extremo calor del medio día,Luego me encadenaron a un árbol de mango,Donde permanecí por dos meses,Y tengo que admitirlo, pero los perros del lugar,Comían mejor que yo, permanecí al aire libre por mucho tiempo,Solo hasta que un comandante, medio ser humano,Se apiado de mi situación, y ordeno que me entraran a un lugar digno,Aunque hubiera preferido que me hubieran pegado un tiro en la cabeza,De allí y en medio de la noche y ante el acoso del ejercito,Me adentraron mas entre el llano hasta llegar a la selva,
34 Jairo Veloza González
Donde me ataco mil y una enfermedades tropicales,Las cuales muchas de ellas no fueron tratadas,Y de las cuales pese a estar en otro clima, me siguen aquejando,Permanecí encerrado como un animal, encadenado por doquier,Y como si fuese un maldito sueño profético,Llegue a confundir mi presidio, con un campo de concentración,Allí permanecí por más de dos años, allí perdí la mayor parte mi vida,Y no lo digo por el tiempo, sino por mi salud,Pues la selva es ajena y traicionera y no apta para personas como tú y yo;Luego de allí y bajo la orden irrestricta de un emperador,Me llevaron de safari por toda la selva hasta llegar al sur, Donde permanecí un poco más de tiempo más,Sin comer adecuadamente, y sin probar la comida digna de un pobre,Pues en este encierro y sin nada mas que comer,Aprendí a comer de todo lo que en la selva se da,Y que no vale la pena aquí mencionar,Luego me llevaron al mar, donde recupere algo de estabilidad,Pero allí mi estadía fue corta y me llevaron por todo el litoral,Hasta las entrañas de los cañaduzales y los grandes ríos,Allí también me encadenaron a cientos de arboles frondosos,Y me encerraron en casas humildes y ranchos buenos,Ante la incertidumbre de los pobladores que temen por sus vidas,Permanecí allí, dos navidades más, y mi único regalo,Fuiste tú, quien en noche buena, me visito coqueta,Reviviendo el fuego de nuestro amor,Que maravilloso regalo, fue aquel sueño, donde tu y yo,Navegamos libres por el trópico y la espesa selva!
“! Después de tantos años, estoy de nuevo más cerca de ti,Pues mis matemáticas y mi criterio poco razonable de ubicación,Me hacen creer que estoy cada vez más cerca de ti,Pues aunque no lo creas, le di la maravillosa vuelta a mi país,Y recorrí cada espacio inmensurable de su geografía,Navegue indomable por sus caudalosos ríos,
Melodías de dolor 35
Me perdí con el fusil del comandante y su escolta,En bosques de azucenas, flores y almendros,Y goce en la inmensurable de la selva, de sus animales y sus leyendas,Y viví con placer el frio como el calor enloquecedor,Sufrí, llore, pero también aprendí, cada detalle del lugar en que viví,Y también aprendí, que sin ti y lejos de ti, no soy nada,Te extraño y mil veces más te lo digo,Sin ti mi vida no tiene norte ni sur,Pues tus ojos son mi destino y aunque en las noches no pueda ver,Tu voz y tu recuerdo me llevan seguro por entre el monte y los peligros!”.
-“! Te extraño y mil veces más, te extraño,Y pese a la distancia y del lugar incierto de donde estoy,Tengo la certeza de que los amo y los extraño,Desde algún lugar de esta basta geografía,Te amo y mil veces mas te amo!”.
36 Jairo Veloza González
CAPÍTULO QUINTO“SONETO DE AMOR”
Te he escrito cientos de cartas, y en cada una de ellas te hablo de mi amor eterno por ti, sin embargo, ninguna de ellas llegará a su destino, y ello me duele, aunque en el fondo, guardo la esperanza, de que muchas de estas cartas, lleguen a ti, y puedas bajo la luz de la luna, leerlas con dedicación y aún mejor, ser yo, quien te las lea con sentimiento y dedicación.
13 de diciembre de 2000
Amada mía:
Te escribo una vez más, y desde la distancia,Dedico con orgullo, mi orgullo y admiración por ti,Espero y cuando leas este soneto de amor,Comprendas, que la vida sin ti, no es nada,Y que no habrá consuelo alguno, que aliente mi sufrir!”…
“¡Que la vida te bendiga amor mío, porque eres perfecta, bella creación divina!”“¡Que la vida te ilumine, amor mío, porque eres pensamiento e ilusión del alma mía!”“¡Que la vida te proteja, porque eres el anhelo de un hombre que aun te suspira!”“¡Que la vida te quiera amor mío, no tanto como yo te quiero a ti!”“¡Que la vida te cubra con sus sueños, que yo haré lo mismo con los tuyos!”“¡Que tu vida sea un cuento de hadas, que yo lo leeré todos los días!”“¡Que tu sufrimiento se torne en alegría, que yo reiré solitario, con nuestros recuerdos!”“¡Que la vida te caliente en el vacio de nuestra cama, que en mi imaginación saciare mi alma con tu figura hermosa!”“¡Que la vida no permita que estés sola, que yo en la distancia,
Melodías de dolor 37
habitaré en tu alma!”“¡Que la vida te permita sonreír, que yo desde aquí, imaginare vivir feliz!”“¡Que la vida bendiga cada paso que das, que tu iluminas los míos!”“¡Que la vida te bendiga amor mío, y que jamás renuncies a la fe de mi regreso!”“¡Que en tu vida, exista por siempre, la esperanza de nuestro amor y el de nuestros hijos”!“¡Que en tu vida, surja al brillo de mis ojos, al recordar los momentos de amor!” “¡Que jamás en tu vida, olvides los felices y amargos momentos de nuestra unión!”“¡Que la vida te bendiga por siempre amor, pues eres magnifica inspiración del edén!”
“¡Que mi amor en la distancia, consuele tu sufrimiento y el de nuestros hijos!”“¡Que mi amor te abrigue cálidamente y te aleje de los caminos difíciles!”“¡Que mi amor te bendiga con mil oraciones de paz y mil sonetos de amor!”“¡Que mi amor te lleve por el infinito en un corcel dorado de alas magníficas!”“¡Que mi amor tome tu mano y te lleve al cielo de los poetas y pintores!”“¡Que mi amor te declame solemne, la pasión bendita de mi admiración por tú!”“¡Que mi amor por ti, jamás se marchite, y si llegara a pasar, que tu corazón me enamore!”“¡Si Dios lo permite, cortaré para ti, un retazo de luna y un terciopelo de estrellas, que lleven bordados con finos hilos de oro y esmeralda, el credo de tu existir, y junto a él, escribiré el más hermoso soneto de amor que llevará tu santo nombre!”.“¡Si Dios me lo permite, pintaré en un fino lienzo de seda, tu cuerpo y tu alma, fuente perpetua de mis recuerdos y mis pasiones aún vivas!”;“¡Si Dios lo permite, escribiré una oración de paz, que profese la
38 Jairo Veloza González
ternura de tu ser, y junto a él, recitaré la oda musical de tu amor y el de nuestros hijos!”;“¡Si Dios me lo permite, te nombrare a cada instante y te pensaré a cada momento, para nunca olvidar de mis labios, el sabor azucarado de tu amor!”;“¡Si Dios me lo permite, quiero morir en un rincón de tu sueños, y así vivir eternamente, dentro de ti, vida mía!”.
“¡Que la vida comprenda mi dolor, porque yo entiendo el de los demás, que sea benévola y justa con mi encierro, porque soy justo y humano con mis captores, que me conceda el entendimiento y el perdón, porque yo también puedo ser humano; que la vida me tienda la mano en medio de la oscuridad, porque la mía no desampara a nadie, que la vida me devuelva el tiempo, porque con mi sufrimiento he perdido la memoria!”.
“¡Que la vida sea tolerante conmigo, porque yo soy paciente con los que me hacen daño, que la vida me perdone, ya que he perdonado a todos por este tiempo de encierro, que nazca en mí y en mi familia, un nuevo laso de amor, para que rompamos las cadenas, que brote de nuestros corazones, la felicidad truncada que se resiste a salir; que surja del dolor, un nuevo manto de luz y esperanza!”.
Que surja de ti, la estrofa bella de tu amor por mí,Que surja de mis hijos, la fe por la vida y nuestros hermanos,Que surja de nuestra familia, un nuevo propósito de unión y prosperidad!”Que el soneto que te acompaña, jamás te olvide, Y que recite siempre tu belleza y declame nuestro amor,Un soneto que nadie olvida y que todos llevan grabados en su corazón,Un soneto que jamás te olvida y a mí me da vida,Un soneto que lleva la fragancia fresca de la juventud, La sabiduría justa y hermosa de tu madurez y de tu bondad, Un soneto que es la metáfora de la vida, al ser tu madre y esposa a la vez,
Melodías de dolor 39
Un soneto que se jacta victorioso, la exclusividad de tu nombre y el roció que te baña, Un soneto que huele a ti y que huele a mi ¡".
"¡Un soneto que es el bosque y las avecillas que lo aman,Un soneto que es el cosmos y el cometa que lo cruza;Un soneto que es la fuente cálida y la miel dulce de las colmenas;Un soneto que es la ternura de tu voz y la inocencia de mis hijos;Un soneto que vuela nocturno como el susurro de las luciérnagas y las estrellas,Un soneto sentimental que refleja las luces de las velas en los ranchos pobres,Un soneto que huele a flores, que huele a ti y que huele a mí,Un soneto que nace en medio de la selva y que lleva la esencia de las azucenas,Un soneto que es libertad y que desafía con romper las cadenas que me aprisionan,Un soneto mágico llamado “amor de familia” ¡"...
"¡Que el mar de olas suaves te cubra en nuestra cama; Que el cielo hermoso cubierto de planetas rosados, alimenten tus sueños, Que el roció que emana la guitarra, alegre tu corazón, Que la juventud de la mañana, refresque tu espíritu, Que un arco con flechas de amor, te proteja por senderos oscuros, Que mi amor, te acompañe de la mano hasta la eternidad.
"¡Que este soneto jamás te olvide, porque yo no te olvido,Que este soneto jamás me olvide, porque tu estas dentro de mi alma,Que este soneto de música y fantasía, me lleven en mis sueños, hasta donde estas tu,Que este soneto de inmaculada concepción, de calor a mi cuerpo en tu precioso altar,
40 Jairo Veloza González
Que este soneto se convierta en el himno de todos los que sufrimos en esta guerra ¡".''¡Dios te bendiga vida mía, que el beso solitario que te envió en la distancia, Llegue en la noche de nuestro aniversario, la navidad y tu cumpleaños,Que el beso que te envió sollozo, duerma contigo, cubriéndote con su calor y su pasión, que llegue en la noche y te despierte en la mañana;Ese beso que lleva el grito sentimental de tu ausencia y de mi soledad,Ese beso que es la canción que tú me enseñaste y que jamás olvidare,Ese beso que abre la esperanza del regreso y el perdón a mis captores,Ese beso que me enseño a amar con perdida pasión, todos los sueños de mi familia,Ese beso que me mantiene vivo y con la fe, de que algún día regresaré ¡".
"¡Que mis días de encierro y sufrimiento, cesen ya,Que mi dolor y mi enfermedad, cambien por sueños de esperanza y libertad;Que el rencor de mis captores, acabe y aparezca en sus corazones, el perdón;Que las balas de las armas suicidas, desaparezcan ya, Que las cadenas que nos castigan, se fundan para crear bellas reliquias de paz, Que mi prisión cambie por un gran salón de fe y amnistía".
¡Son muchas cartas que te he escrito, pero ninguna ha llegado a tu lecho, Muchas cartas que hablan de ti y que hablan de mí, Muchas cartas que anuncian sin cesar, mi tristeza infinita, Pero que a su vez, reza mi ilusión por salir pronto de aquí!”
Melodías de dolor 41
-¡Sabes, tengo miedo!, ¡a veces en las noches escucho disparos y gritos fétidos, y como siempre, tenemos que huir en medio de la noche, ocultándonos como animales!, ¡tratando de no fenecer a causa de una guerra sin cuartel, sin saber que nos pueda deparar el futuro!, huyendo sin destino, exponiendo nuestras vidas, y sin saber si mañana podamos regresar; ¡es una terrible situación, donde a diario, nuestros verdugos luchan, contra las armas de la justicia y la autoridad!.
-¡Lastimosamente, sentimos miedo, pues no queremos que en esos enfrentamientos,Caigamos heridos y lejanos de nuestras casas; Ojala y Dios ilumine sus corazones, y pase lo que pase, no permitas que nuestras vidas acaben de esta manera!; ¡reconozco que no es fácil nuestra situación, y tampoco es soportable, la que mis captores viven!
-“! Solo ten la certeza que pronto todo acabará ¡".
"¡Que este soneto te cubra con su lealtad y de albergue a sus corazones tristes; Que este soneto te ame tanto como yo te quiero a ti, Que este soneto alegre esos días en que el dolor te invade, Que este soneto, nunca permita que me olvides!”.
-¡Son cientos de cartas que te he escrito y que todas rezan con infinita devoción, mi amor tierno por ti y por mis hijos. Tal vez estas cartas, yo te las entregue en nuestra cama; tal vez nunca te las entregue, pero alguien de buen corazón, te las de; tal vez jamás regreso al calor de tu regazo ¡Ten la seguridad, que siempre estaré a tu lado, y que jamás mi espíritu te abandonará, sin importar lo que pase, te amare sin medida y sin destino, vivirás en mí, hasta que mi alma cansada, duerma tranquila!
42 Jairo Veloza González
"¡Sabes, entre las montañas, de un lugar desconocido,He aprendido a escribir con gentil dedicación,Convirtiendo mi alma lastimada en un poeta consumado, Que pronto recitara a tus pies, mil declaraciones de amor!”
"¡Solo descansare, hasta el día en que tu regazo me cubra"…
Te amo, mil veces más, te amo...
Melodías de dolor 43
CAPITULO SEXTO "LA ENFERMEDAD"
"¡Oh vida mía, mi corazón late despacio,
Mis manos y mi piel, sudan muy frió, Mi cabeza da vueltas sin sentido, Y la anemia de mi fe, debilita todo mi cuerpo; Estoy cansado y el oxigeno me falta, Mis pies ya no soportan el peso de mi sufrimiento, Y mis ojos cerrados, se niegan a observar el mundo!”.
"¡Dicen que soy un enfermo crónico,Y que aun, no existe cura para mi tragedia, Todos se conduelen pero, nadie no hace nada; Vivo suspendido en una rama a punto de romper, Y aun mi cabeza, gira a mil revoluciones; No soporto el perpetuo idilio del dolor, Que se ríe a carcajadas de mi condición ¡”
"¡Dicen que soy un loco entregado a la muerte, Y que aun no existe solución para mi tragedia, Que mi esperanza anda sin rumbo fijo, Y que mi ilusión de regresar, cada día se pierde; Estoy cansado y el oxigeno me falta, Mis manos se niegan a recibir el calor,Y mi cuerpo y mi mente, es una sola enfermedad ¡”
"¡Dicen que tengo una grave enfermedad, Que solo puede ser tratada en un hospital, Pero mi estado agónico, no es mi cuerpo,
Ésta en mi alma, que llora incesante, Inerte ante estas malvadas cadenas, Que oxidadas detienen mi libertad ¡",...
"¡Los eslabones metálicos de mi presidio, Lastiman depravadamente mi ser, Mas sin embargo, y después de tantos años, Estas cadenas frías e inhumanas,Son una prolongación de mi existencia adormecida;"....
44 Jairo Veloza González
“¡Dicen que mi enfermedad, solo puede ser tratada, Con medicinas que existen en la ciudad, Pero mi enfermedad, no se cura de esa forma, El daño está en mi alma, que renuncio a vivir,.y solo podrá sanar, con el regreso a mi hogar ¡”....
"¡Dicen que estoy enfermo, porque ya no duermo, Porque convulsiono con el lecho de mi amada, Dicen que estoy enfermo, porque ya no como, Porque deliro con la forma como cocinas; Dicen que estoy loco, porque no se me ve alegre, Porque estas insulsas cadenas, me quitaron la ilusión; Dicen que estoy enfermo, porque poco hablo, Y la verdad, mi voz entrecortada, solo pronuncia tu nombre, Dicen que estoy enfermo, porque alucino con tu imagen santa,Y la verdad, no guardo más recuerdo que el de mi familia; Y aun se atreven a decir que estoy muy enfermo, Cuando lentamente este secuestro, me está matando ¡"....
-“! No soporto mas, esta enfermedad maldita de estar lejos de ti y de mis hijos, me está matando en vida, no sé cuanto resistiré, tan solo guardo la esperanza del regreso o de un rescate!”…
Te amo vida mía.
Melodías de dolor 45
CAPITULO SEPTIMO“LA MUERTE NOS SORPRENDE”
"¡Una niebla fría y densa nos invade, Un clandestino rayo de sol, es opacado, Por el murmullo solitario de un pájaro que trina, Su canto es desplazado, por la ráfaga de viento que lo empuja; Un extraño silencio, nos inmoviliza, Solo las voces sigilosas, alertan su rastro, Denunciantes ante cualquier movimiento, Nosotros mudos solo observamos, Y solo en nuestra cansada razón,Sabemos que es una función circense; que nunca termina ¡".
"¡Nosotros que nos sumergimos en la antología, De un deseo que no es lujuria y frenesí, Esperamos inmóviles, sentir el sabor de la muerte, Para que entre sus brazos, nos aleje de este lugar ¡",
"¡Estamos atados a un deseo incierto, Que reprime lentamente nuestras horas, Que nos tortura a cada respiro; Un sentimiento que clama libertad,Pero que nos responde, en la mazmorra más profunda ¡"....
"¡Nosotros somos tres, los secuestrados que a diario sufrimos, Que compartimos silenciosos, las añejas historias del ayer, Que sentimos como nuestros, los dolores de los demás, Y que unimos nuestras voces para reclamar nuestra libertad ¡";
"¡Tres hombres agotados por la maldad, Pero seguros de sí mismos, de que algún día regresaremos, Y al menos recuperar, parte de los segundos que han volado lejos; Aunque hemos envejecido, lucharemos sin descanso, Para que el tiempo y nuestras vidas, vuelvan a su lugar ¡"....
46 Jairo Veloza González
"¡Días atrás, un nuevo grupo de ellos, nuestros captores, Llegaron al lugar donde nos ocultan, Su aspecto denota cansancio y hambre, Vienen de seguro de un lugar muy lejano;Son recibidos como héroes por sus compañeros,Incluso el comandante ha ordenado que les preparen un agasajo,Al mejor estilo de una importante comitiva internacional ¡"
"¡Nosotros como testigos involuntarios del hecho, Guardamos silenciosos, el secreto del encuentro, Eran muchos hombres que alegres se abrazaban, Otros callaban y otros bailaban; Nosotros con duda, miramos el espectáculo, Sin entender aun, lo que sucedía,Mas sin embargo, nos hicieron participes del jolgorio,Y hasta por un momento olvidamos nuestro cautiverio ¡"…
"¡En mi condición de secuestrado, compartí mi reclusión con dos hombres más,Uno de ellos, un viejo comerciante de origen antioqueño,El segundo un joven empresario, que llevaba poco con nosotros,Mis compañeros al igual que yo, pasábamos divagando sin imaginación,En espera de un milagro que nunca se produciría;Sufrimos el rigor del monte y la guerra,Y soportamos con heroísmo, las humillaciones y el dolor de la ausencia;Entre todos nos aferramos unidos huyendo al martirio del secuestro,Y nos convertimos en poco tiempo, en los mejores amigos, confidentes y consejeros,Y hasta inventamos juntos, un mundo fantástico y sin soledad, Formamos nuestro himno de lealtad y fidelidad
Melodías de dolor 47
Y prometimos nunca abandonar al amigo!”;
-¡un grupo de amigos, quienes "bajo la sombra del secuestro, Idealizamos un mundo mejor, donde la amistad fuera nuestra bandera”, Junto a ellos, descubrí la esencia exacta del hombre, Y comprendí, que todos en la tierra, necesitamos de alguien,Mas cuando, cientos de ojos diabólicos, quieren atentar contra nuestras vidas!;-¡un grupo de amigos que al igual que yo, también tenían su familia, Su esposa y sus hijos, una linda casa y hasta un perro fiel; Un grupo de amigos que se desvanecían tristes en la tarde,Para que en la mañana, se levantan alegres a soportar con ahincó su secuestro!;
-¡un grupo de amigos, que animo nuestro dolor,Que nos enseño a soportar con dignidad nuestra situación,Y que nos llevo a tener fe, en nuestro destino y en nuestro Dios;
¡Fueron meses, días y sus noches, junto a ellos,Donde conocí en mi imaginación, a cada uno de sus familiares, Aprendí de sus talentos, soporte sus defectos y reí con sus chistes, En el momento más difícil de nuestras vidas!;¡Nos convertimos en las personas más importantes de nuestro presidio, Incluso, hicimos parte de una nueva familia, La cual nos mantuvo con vida e ilusión,Una familia que escucho con sabio designio, nuestro dolor; Una familia que me tomo como su hijo y que jamás me abandono, Una familia no igual a la mía, pero que soporto conmigo, La penumbra maldita de mi secuestro ¡...
48 Jairo Veloza González
"¡El grupo de hombres que había llegado al campamento, Provenía de otras latitudes, que desafiaron la geografía mundana, Venidos de todos los lados, de aspecto delgado y belicoso, Igual a todos los demás, y que no respetaba nuestra condición, Se burlaron sínicamente de nuestra soledad!”; “!un grupo de hombres con extraños pensamientos e ideas,Pero que se mantenían vivos, gracias a la lealtad de sus compañeros, Que a la larga, también eran una enorme familia sin escrúpulos y sin libertad ¡"...
“¡Mis dos amigos, llevaban menos tiempo en cautiverio,Siendo Yo, uno de los secuestrados con mayor tiempo en el monte,Incluso mis captores me llamaban jocosamente, el antiguo,Como si mi condición, fuera una diversión para todos en ese lugar ¡"....
"¡Mis amigos a quienes respete y admire,Sentían el mismo afecto por mi condición,Y siembre nos mantuvimos juntos, En todos los momentos en que peligraba nuestra vida ¡"...
“¡El grupo de hombres que festejaban su arribo, Tenían como única misión, Llevar lejos de allí, a uno de nosotros, Más sin embargo, mantenían en secreto su orden, Tal vez por vergüenza o por no causarnos más tristezas ¡"...
"¡La incertidumbre creció, un aroma a carroña y desierto, Invadió el jardín floral que habíamos creado en nuestro corazón, Una incertidumbre, hacia algo que podría pasar,Y que nos tomaría por sorpresa, Causándonos dolor y desesperanza ¡"…
Melodías de dolor 49
¡Pronto uno de nosotros nos abandonaría, Tal vez lo llevarían lejos a otro lugar, Sabíamos que ese grupo de hombres, no traían buenas noticias, Y que ellos eran portadores de malas profecías, Que predestinaban nuestra muerte ¡”....¡En el transcurso de mi cautiverio,Logre solidificar mi amistad con mis compañeros de reclusión, Y todos en común, anhelábamos el regreso!;
-¡A lo largo de mi cautiverio,Conocí muchos amigos, todos valientes hombres, Que perdieron su vida, más nunca su fe; Uno a uno, se marcharon del encierro, Tal vez para no regresar, Tal vez para estar con su familia, Tal vez para morir anónimos en estas montañas, Tal vez lejos de lo que pudiera ser su libertad ¡";
“¡Sentía zozobra en mi corazón, Cada vez que llegaba el grupo de hombres, Pues su misión era distinta al espíritu de la moral, Eran portadores de terribles mensajes, Que por nuestra condición, jamás conoceríamos, Mas sin embargo, en el fondo, sabíamos que se trataba de nosotros; Una zozobra traidora que nos convertía en cobardes, Una zozobra astuta que amilano nuestro entendimiento,Una zozobra que infundo mi angustia por ustedes ¡"...
-"¡Dios con el corazón en tus sacros pies,Y con la duda, como intermediaria nuestra,Quisiera me respondieras, esta mi suplica,Que busca dar tregua, a mi insignificante vida ¡";
50 Jairo Veloza González
"¡Si la muerte descubre mi corazón,De seguro que el tiempo no se detendría,Y continuaría con su marcha agitada;Pero que pasaría con aquellos que amo,Aquellos que sueñan y anhelan,Que piden a gritos una oportunidad,Que esperan pacientes por la verdad;Aquellos que escriben bellos versos de amor,Que hallan en la sinceridad, la verdadera pasión ¡"; "¡Que pasara con nosotros,Que luchamos adormecidos por regresar,Qué pintamos en nuestra imaginación, la libertad,Que escribimos el evangelio de la fe y el perdón,Que lloramos abatidos sin una respuesta,Que extrañamos prófugos a los que amamos ¡";
"¡Que pasara con los amamos;Que siguen dispuestos a darlo todo,Que esperan pacientemente nuestra llegada,Que sueñan despiertos por nuestra vida,Que no se dejan vencer ante las inclemencias,Que luchan con coraje y gallardía por nuestro hogar,Que mantienen viva, la imagen de nuestro recuerdo ¡";
"¡Que pasara con ellos, nuestros captores,Seguirán luchando por su filosofía o su vida,Seguirán huyendo entre las frías montañas,O se perderán condenados entre los fríos mausoleos,O seguirán soportando el recuerdo de la muerte,O se entregaran al calor de la vida y la justicia ¡"…
"¡Solo tú lo sabes, creador infinito del universo ¡"…
“¡Luego de la cena y la luna llena como juez del festín, El grupo de hombres, semejando una jauría de lobos,
Melodías de dolor 51
Llegan hasta el lugar de nuestro encierro, Allí, sacan a uno de mis compañeros, el joven empresario,Padre de tres hijos, esposo bueno y justo,Con un futuro prometedor y una vida por delante;Ellos le sueltan sus cadenas y en medio del horizonte,Lo arrestan, el joven mira con nostalgia el cielo azul,Tal vez, tratando de hallar entre el cosmos,El lugar de su destino que entre luces de las espermas Que a lo lejos se ven pero se pierden ¡"....
"¡Sin palabras que pronunciar, Pues todas me las he tragado, Me resistí ante el acoso de los hombres, Quienes se aferraron como el acero, Al frágil cuerpo del muchacho, A quien lo sacaron a cuestas y bofetadas;Sin remedio y con un fuerte dolor en el pecho, Me resigne a seguir luchando,Y frente a mí, ellos y mi amigo, se perdieron ¡"....
:" ¡Horas después, logre cerrar mis ojos, Me entregue a la noche y a una insípida espera,Por saber la suerte de mí amigo, Con los ojos aguados y cansados, Dormí por unos minutos, Hasta cuando un fuerte estallido, Producto de una ráfaga traicionera, Alboroto la tranquilidad aparente de mi corazón, Segundos después, otra detonación se sintió,Seguida de un silencio lúgubre ¡"....
"¡pronto la sombra negra llego hasta nuestra celda, La muerte tomo por sorpresa a un hombre, Que no apoyo a la guerra, pero cobro con su vida, El infortunio de ser inocente,Convirtiéndose en una vil pieza de exhibición que ellos levantaban,Simulando ser absolutos dueños y campeones de nuestras vidas
52 Jairo Veloza González
“¡Que horrible partida, la que debemos jugar, Unos matan cobardemente y otros mueren inocentemente! -¡Una muerte que jamás fue anunciada,Una muerte que expele por sus poros, el horror y la traición,Una muerte que vendrá por nosotros,Y que también nos tomara por sorpresa!..
"¡Un frió espeluznante abordo nuestros cuerpos, Desafiando tal vez, el miedo reinante que habita en nosotros, Un miedo que creció a diario y que no renuncio a salir de nosotros, Un miedo que se apodero de mi mente y mi corazón,Un miedo que cobro la vida de muchos, La de mi enemigo y mis compañeros,Y tal vez cobraría la vida de nosotros en el futuro,Todo por una absurda guerra que jamás compartimos,Pero que nos obligaron a participar,Como escudos y prendas que se pueden intercambiar fácilmente;"...
"¡Una muerte que nos sorprendió, Y que ahora no nos deja dormir en las noches, Tal vez, previniendo el momento,En que el grupo de hombres, vengan por nosotros;"...
Melodías de dolor 53
CAPITULO OCTAVO "ANOCHE SOÑÉ CONTIGO"
"¡Anoche soñé contigo, vida mía, Entre el murmullo blanco de la luna llena, Y el gemido de tu cuerpo abrazando al mío, Un sueño fantástico que prófugo, Escapa de mi alma en busca de la tuya ¡".
¡Un sueño hermoso que aguo mis ojos,Un sueño único y maravilloso que me alienta a vivir!; ¡Si no fueran por estas malditas cadenas, Que me atrapan cautivo en una pesadilla sin fin, Estaría a tu lado, amándote preso entre tu piel!
"¡Mas sin embargo y con el dolor de tu ausencia, Sigo esperando el milagro divino del regreso, De estar a tu lado y de reír junto a ti y mis hijos,De recordar alegres, aquellas historias del ayer, que jamás se olvidan!".
"¡Anoche soñé contigo, navegando en la fragancia de tu piel, Y saboreando el calor etéreo de tu cuerpo que sabe a miel, Mis manos locas, vuelan libres y sinceras, Por todo el espacio infinito de tu mágico ser, Tu boca devoro todos mis instintos, Mientras la mía, sacio su hambre con tu libertad;Tus ojos gitanos, negros como el azabache,Descubrieron mi ingenuidad que se poso junto a tu sensualidad ¡".
"¡Un sueño hermoso, que humedeció mi cuerpo, Que me llevo a navegar por las aguas cándidas de la pasión;Un sueño loco, que renuncio a despertar,Un sueño loco que jamás regresara a este cuarto oscuro ¡"
"¡Entre los barrotes del miedo y el terror,
54 Jairo Veloza González
Y el frio supremo de un cuarto oscuro y maltrecho, Yace el cuerpo flácido de un hombre moribundo, Que desea volver a su casa;Un hombre que sueña feliz, con su esposa y sus hijos!".
"¡Ese hombre flaco, enfermo y descuidado,Un hombre que soy yo, un muerto ambulante, que clama por la vida,Que pide perdón por una falta jamás cometida,Que sin pensarlo, se convirtió en un trofeo de guerra,En una carta simbólica de alta denominación,Un hombre que no pertenece a esta confrontación,Pero que carga sumiso, el peso de unas grandes cadenas,Producto de una idea y un pensamiento absurdo ¡"
"¡Ese hombre soy yo, el mismo que sueña, Canta, sonríe y calla por tu recuerdo; Ese hombre que sueña por el pronto regreso, De volver a sentir entre sus brazos a sus hijos y su esposa, Un hombre como muchos otros,Que llora silencioso en este maldito monte,Que me priva de la vida y de mi familia,Que me arrebata el derecho de ver crecer a mis retoños,De presenciar feliz, sus primeros pasos y sus palabras; Que me quito la ilusión de ver triunfar a los míos, De seguir devoto la belleza de la mujer que amo;Que me cerceno la esperanza de estar en casa, De gozar junto a los míos, mi vejez y su juventud ¡"
"¡Mas sin embargo en las noches,Tu fotografía es mi única compañera,La cual abrazo con toda mi fuerza,Y como si jamás hubiera pasado algo malo, Me despedí de ti, besándote por doquier;Luego arropo con mi corazón, Y observando tu angelical rostro,Duermo inquieto en medio de un sueño erótico ¡".
Melodías de dolor 55
"¡En mi sueño de eclipse de amor,Apareces tú, mi bello ángel, palpitar hermoso de mí ser,Con tu romántica espada de luz,Alejas de mí, a cientos de demonios y ogros,Que atentan contra mi vida;Luego me abrazas y me mimas como si fuera un niño,Acaricias mi agobiado cuerpo con tus manos dulces,Y te fundes en mi corazón, enredando mis pasiones,En un sueño maravilloso de amor y sensualidad;Un sueño loco y fantástico, donde nuestra cama,Es nuestro nido, donde tú y yo, sin medida,Hacemos el amor, sumergiéndonos en un país sin fronteras,Entregándonos totalmente, desafiando a la muerte,Y satisfaciendo nuestro apetito voraz,Un apetito que nació de la ausencia, mas no del olvido ¡".
"¡Un sueño hermoso que huele a ti y que huele a mi;un sueño fiel que jamás renuncia a creer en ti,un sueño que aunque encadenado, luchara por escapar,y estar junto a ti, mi bella esposa¡“…
"¡Soy sincero;Tengo miedo y no quiero morir aquí, Pido a Dios,Que si he de morir, quiero que sea entre tus brazos!”…
56 Jairo Veloza González
CAPITULO NOVENO“UNOS AMIGOS MUY EXTRAÑOS”
Veintisiete de marzo de 1.998.
-¡Amor dulce y encantador, desde hace varias semanas,
Mi lirica sentimental ha permanecido en silencio,
Debido al maltrato inhumano e injustificado del cual soy victima,
Pero pese a ello, no me doy por vencido y sigo adelante,
Pese a que el papel y la pluma se han agotado,
Incluso he tenido que utilizar extrañas técnicas,
Como las cortezas resistentes de arboles,
Que me son de gran utilidad,
A la hora de escribir, mi profeso amor por ustedes,
Mi linda familia!
-¡han sido días duros y aun mas sin amigos que compartir,
Pues los pocos compañeros de este encierro,
Los han llevado para otro campamento,
O peor aún, a una maldita fosa sin nombre y sin cruz!,
-¡Han sido días difíciles sin tu amor,
Y el de toda la familia que adoro,
Más sin embargo, la esperanza que a veces creo agonizante,
Resurge con más fuerza y energía,
Y como el ave fénix que despliega sus enormes alas,
Resurge entre las cenizas de la muerte y el secuestro!
-¡Hoy es uno de esos días en los que mi fe y mi esperanza,
Brillan resplandecientes sobre este horrible campo de batalla,
Uno de esos días en los que no me quiero morir,
Y me enfrento a mis captores por vivir un poco más!;
Melodías de dolor 57
-¡Solo pido ante un Dios creador,
Que envié cientos de ángeles guerreros y me saquen de aquí!;
-¡hoy es uno de esos días en los mas te amo,
Y te veo hermosa, caminar libre por todo el campamento,
Con tu cabello suelto y adornado coquetamente por una heliconia
roja,
A la cual le puse tu nombre y tus apellidos!;
-¡hoy es uno de esos días, en que mi locura es más fluida y más
alegre,
Donde todo lo veo rosa y carmesí,
Donde el cielo húmedo y oscuro, se torna terso y suave,
Donde las alimañas y los tigres que habitan allí,
Se convierten en dóciles criaturas del edén,
Donde tú, mi vida hermosa,
Vives junto a mí, y yo junto a ti,
Pese a la mirada morbosa del fusil y de quien lo ostenta!;
-¡donde tú y yo corremos libres lejos de consignas y canticos de
guerra,
Donde solo tú y yo, unimos nuestras voces para cantar juntos,
Nuestra primera canción de amor!;
-!hoy es uno de esos días en los que cumplo un año más de vida,
Pero en la letanía absurda del tiempo, es una año menos que me
queda!;
-¡es un año que he perdido lejos de ustedes,
Al estar atrapado en las garras del monte
Y las fieras que se esconden en el!
_! Hoy es uno de esos días, donde hoy me entrego plenamente a ti,
Donde espero sediento por ti,
Un día como muy pocos donde creo y existo por ti,
Un día mágico y celestial como muy pocos,
Donde la vida es diferente y especial,
58 Jairo Veloza González
Donde mis captores me desean lo mejor del encierro,
Donde una torta es improvisada por una ración mas grande de
comida,
Donde el vino de uva, es cambiado por el agua panela insípida y sin
dulce,
Donde el regalo de mi familia, es reemplazado por la sonrisa
fingida del opresor,
Un día especial y de fiesta familiar, que es mutilado por las cadenas
en mi cuerpo,
Un día especial de gran emotividad y recordación,
Que me hacen añorar mí niñez, mi juventud y mi mor por ti,
Un día mágico, único en mi vida, que quisiera olvidar!
Un manojo de recuerdos tristes y malignos
Que me apartan de ti y de mis hijos,
Que me hacen sentir que ya no saldré de aquí,
Y que para siempre te perdí!
-¡Pero hoy es uno de esos días,
Donde esos recuerdos son destruidos letalmente,
Y afloran en mi pecho, un dulce sentimiento,
Que huele y sabe a ti!:
¡Desde hace días, varios de los muchachos que me custodian,
Guardan un cierto aprecio por mí,
Al que he llamado como un sentimiento de pesar,
Mas sin embargo, hay otros hombres que nos tratan mal
Y en cambio tratan mejor al perro que los acompaña!;
¡Esas personas a las cuales y desde hace poco llamo amigos,
Y que ocultos de los ojos y la pistola loca del comandante,
Tratan de compartir momentos agradables conmigo;
Tal vez y al igual que yo, huyen de la soledad y el tedio que produce
esta guerra,
Melodías de dolor 59
Tal vez que al igual que yo, se sienten cautivos y aprisionados en
esta selva,
Tal vez y al igual que yo, también tienen familia y un gran amor,
Al igual que yo, también llora su amarga soledad,
La cual y con esfuerzo, se convierte en una absurda confidente!
-¡Muchos de estos amigos llevan un estandarte de guerra que no es
la suya,
Y más sin embargo son tan humanos como yo y su comandante,
Muchos amigos que novatos han llegado y también se han ido,
Muchos de ellos que se han marchado,
Obedientes a la resolución autoritaria de la voz que manda,
Muchas veces por ser sorprendidos al compartir un momento de
nostalgia conmigo,
Muchos de estas personas quienes son nuestros guardias,
Y que los creía esquivos y malvados,
Son personas tan humanas como tú y yo,
Tan complejos y llenos de emociones,
Que son callados y cegados por las armas y la guerra,
Que eran mis captores en un comienzo,
Y que con el tiempo, se convierten en compañeros de
supervivencia;
Muchos de estos hombres y mujeres que nos dieron un poco de
ellos,
Pero que también recibieron de mi, “afecto y buenos consejos”,
Muchos de ellos, hombres y mujeres que como la noche y la luna,
Llegaban, y al alba, se marchaban bajo el castigo absurdo,
Que no permitía que ellos tuvieran contacto conmigo y los demás
secuestrados,
“a muchos de ellos, hombres y mujeres, les enseñe el valor de las
letras y los números, pero jamás lograron graduasen a mi lado”,
“a muchos de ellos, les compartí todas las teorías magnificas de la
vida y la filosofía,
60 Jairo Veloza González
Pero jamás logre obtener un veredicto exacto de su vida”,
“a muchos de ellos les recite, les cante y hasta les motive a pintar,
Cuan flor y paisaje bello se les cruzara por doquier”,
Un montón de muchachos, de hombres y mujeres que llegaron
Y pronto se marcharon de mí!
En este día tan especial para todos nosotros pero tan triste,
Quiero decirte que muchos de los guardias que están aquí,
Son nuevos en este oficio y que sus miradas son como el arcabuz,
Que abrió el pecho de los indios en estas tierras,
Miradas frías y calculadoras que no pierden detalle de lo que hago,
Miradas silenciosas pero curiosas que quieren escudriñar mi vida,
Y yo desde una esquina en una improvisada fiesta familiar,
No hago sino darles gracias a todos ellos, por esta hermosa
celebración,
La cual me hace diferente y especial, a pesar de que estoy en medio
de un grupo,
De hombres y mujeres que no conozco,
Pero que de seguro, en un futuro, puedan tal vez,
Ser unos amigos muy extraños.
-¡Te amo, mi corazón hermoso,
Y desde algún lugar de este mapa gigantesco,
Te deseo un día feliz y agradable,
Y que pese al no estar allí,
Hagan de cuenta que estoy con ustedes,
Y canten felices mi cumpleaños y muchos boleros más,
Regálenme una gran torta con mucha crema y que sea de
chocolate,
Y brinden felices con un efervescente vino rojo,
Sonrían y no dejen de decir,
¡Feliz cumpleaños Papa!
Melodías de dolor 61
CAPITULO DECIMO“MI ÚLTIMA CARTA”
“¡Noviembre veinte de dos mil!”
Santa fe de Bogotá
Amada mía;
“¡Te escribo enamorado mi bello tesoro, dedicándote a ti, mi vida simple, En espera de que mi sacrificio, sea suficiente para superar tus penas;Al igual que las otras composiciones liricas en honor a ti, Las guardo celoso junto a mi corazón, en espera de que algún día lleguen a ti; Te recuerdo con más vehemencia que nunca, y te amo con más fuerza que nunca; Han sido días difíciles para mi existencia, aunque el recordarte me alivia, Pienso a cada instante en ti y en mis hijos, que ya no deben ser tan pequeños,Y que de seguro deben de ser grandes personajes de la sociedad,Digno orgullo de tu alma y la mía, y de toda nuestra familia. La situación en el campamento se ha tornado insoportable,Nos tratan como animales y nos mantienen encerrados en una gigante jaula con púas,Y en cuanto a la comida no es la mejor y hasta a veces creo, que los animales en el monte, se alimentan mejor.Permanecemos la mayor parte del tiempo incrustados como perlas, en este lugar,Hasta nos construyeron sanitarios rudimentarios, para evitar que salgamos; Nos mantienen amarrados al techo de la selva y dormimos sobre esteras duras; Solo nos dejan salir, cuando es época de baño y lavado de nuestras prendas;
62 Jairo Veloza González
No nos permiten ver la televisión o escuchar la radio, mucho menos leer la prensa,Solo nos informan esporádicamente, como esta nuestra situación,Y nos comentan sobre lo que hacen nuestros familiares con respecto a nuestro secuestro, también nos advierten que la hora de regresar a casa está lejana;Y debemos resignarnos con que al menos no nos mataran por ahora;También dicen que el gobierno no quiere negociar y que por culpa de él, estamos aun cautivos.Aunque en mi sentimiento golpeado, sé que no es culpa de nosotros, Y que simplemente es cuestión de ideologías que ninguno entiende. Me llevaron a un lugar, donde la selva es virgen e indiferente, Allí junto a mí, también hay otros diez hombres, todos secuestrados, La gran mayoría de ellos, militares y policías capturados en combate; Y al igual que yo, llevan mucho tiempo detenidos en el tiempo y en el espacio; Se encuentra conmigo mi amigo, el comerciante antioqueño, Quien lamentablemente se encuentra en grave estado de salud; Juntos tratamos de soportar con paciencia nuestra angustiosa estadía, Tenemos una gran fe, de que algún día, salgamos de aquí, Y retornemos a nuestras casas, junto a nuestra familias ¡".
“¡Perdona que no esté a tu lado en los momentos más difíciles, Pero prometo, que una vez este en casa, devolveré con creses mi ausencia;Perdona que no te haya escuchado y que en muchas ocasiones hayamos discutido, Prometo que a mi regreso, me disculpare con un gran ramo de girasoles;
Melodías de dolor 63
Perdona esa mañana tan terrible de mi vida, en la cual no me despedí de ti, Prometo que mi orgullo y mi ego autónomo, los sepultare en un rincón de esta selva; Perdona que no haya compartido contigo más tiempo, pues antepuse mi trabajo, Prometo que a mi regreso, dedicare con esmero, las veinticuatro horas del día para ti; Perdona mi indiferencia ante tus peticiones que solo buscaban mejorar nuestro hogar, Prometo que hallaras un nuevo hombre en mi, dispuesto a escuchar y aceptar!".
“¡Solo recuerda que en la noche más fría, estaré a tu lado,Que jamás te abandonaré, y viviré con mi último suspiro, para protegerte,Solo recuerda que nací para amarte y que moriré junto a ti, ese es mi destino;Ha pasado mucho tiempo, y aun te recuerdo como si fuese ayer,Con tu traje purpura y tu cabello suelto, tan magnífico como el beso primero!”
"¡Hemos trajinado día y noche por estas selvas, Y nunca permanecemos fijos en un lugar, Mas sin embargo, desde hace unos pocos días, Me llevaron a un gran campamento,Donde hay muchos secuestrados, muchos de ellos, hombres, Y que desafortunadamente, llevan mucho más tiempo secuestrados, También sufren y lloran solitarios su dolor, Al recordar a su familia, su casa y su amada;Siento tristeza por ellos y creo que ellos también la tienen por mí. A veces pienso que las cosas no suceden al azar, Porque todo lo que ocurre a nuestro alrededor, Tiene un propósito y una razón, como si todo esto, Estuviera escrito en el gran libro de la vida ¡"...
64 Jairo Veloza González
"¡Sabes a veces siento ganas de escapar de esta condenada selva,De romper mis cadenas y desafiar a la muerte misma, solo por verte;Cuanto daría por verte, venderle mi alma al diablo solo por tenerte unos segundos, Ya no me importa nada, veo lejano el día, en que regrese a casa, Hasta he llegado en pensar, que ellos me asesinaran, Y solo sobrevivo guardando la esperanza de tu recuerdo ¡"
"¡Mi secuestro se ha convertido en el peor desafío que enfrenta mi familia, Y aunque ha pasado el tiempo, no comprendo el motivo de mi cautiverio, Muchos dicen que es de carácter político, otros afirman que es por dinero, Y otros mas, aseguran que solo es una propaganda para demostrar su poder!".
"¡Mis pies están destrozados y mis manos se encuentran deformes, Al evitar que me golpeen en el rostro o caiga en una trampa mortal; La comida que nos dan, es peor que la que comen los cerdos, Y entorno a nuestra prisión, hay muchos hombres armados, Dispuestos a enfrentar a cualquiera que intente rescatarnos,Pese a todo lo anterior, aun no extravió mi mirada en el horizonte,Tal vez en espera de que algún milagro nos salve!".
"¡En las noches escuchamos el zumbido de los helicópteros, También en el día, sentimos las tropas del ejército correr cerca,Tan cerca que el temor en el campamento aumenta,Luego nos sacan a otro lugar, mientras ellos, se alistan para el combate.Estuve tan cerca de los enfrentamientos, que mis oídos estallaban,
Melodías de dolor 65
Por los fuertes impactos que venían hacia nosotros,Fueron muchas incursiones en busca de nosotros, todas infructuosas,Pero que en el fondo lo único que buscaban era rescatamos;Fueron muchas noches donde el ave fantasma,Merodeo por toda el lugar, agudizando su vista por encima de nosotros, Muchas noches, en las que caminamos bajo la lluvia, Siguiendo la pista de los que huían!"...
"¡Fueron muchas noches sin ti vida mía, En la que busque refugio para salvar mi vida, Fueron muchas noches sin ti vida mía, En la que busque refugio en tu corazón,Para olvidar el infierno en el que me sumergía!".
"¡Esta sea tal vez mi última carta, las cosas no marchan bien,En cualquier momento puede estallar este polvorín, Y debo hacerme a la idea, de que jamás saldré de aquí; Un velo negro de incertidumbre, rodea nuestro refugio, Advirtiendo nuestro incierto destino;Querida mía, debo admitir, que en este lugar, el miedo existe, Y que todos los secuestrados somos su presa preferida!".
"¡Escucho entre los árboles, el canto triste de una ave sonora,Su canto es triste y lastimero, su melodía es un recuerdo que tortura,Un canto sinfónico que traspasa las redes de la imaginación,Un canto sincero que relata la ausencia del ser que amamos,Un canto triste que habla de ti y poco hablan de mí,Un canto efímero que plasmare en un retazo de papel,Y que enviare con el presuroso viento a nuestra casa,Un canto maravilloso que pronuncia la ternura de nuestro amor,Un canto infantil que juega a la pelota y a la ronda,Un canto especial que me recuerda a mis hijos!"....
66 Jairo Veloza González
“!"¡Un canto que jamás dejara que las palabras se las lleve la brisa, Unas palabras que buscan con afán un refugio en el cielo,Unas palabras que se conjugan en una frase, una frase que me inspira tu ser, Una frase que conforma una canción y cuya estrofa triste es mi despedida, Una despedida que no conoce el adiós y un hasta luego, Pero que de seguro aprenderá a regresar con un hasta pronto!"…
"¡Que esta mi última carta llegue a ti, para que tengas la certeza de que te amo:Que esta mi última carta, derrame mil bendiciones sobre todos ustedes,Que esta mi última carta, sea el consuelo para tu dolor;Que esta mi última carta, sea el sustento perpetuo de tu alma;Que esta mi última carta, sea la fuente inagotable de tu inspiración;Que esta mi última carta, sea el arco iris que indica nuestro camino;Que esta mi última carta, sea la continuación de mi vida en tu corazón;Que esta mi última carta, sea el comienzo de un inolvidable recuerdo!"...“¡Quien te ama en la distancia, Quien se fortalece en el dolor, Quien sueña fascinado con tu alma, Quien nunca te ha olvidado,Y quien aun espera regresar a nuestro hogar ¡"...
Tu esposo
Posdata: "¡Dile a los niños, perdón a los muchachos, que los amo y que los llevo presentes en mi corazón, como él fuego que nunca se extingue en nuestro corazón;"....
Adiós. Vida mía.
Melodías de dolor 67
CAPITULO FINAL
“EL FINAL”
“!Entre dos mil y dos mil uno!”
¡La conciencia la he perdido pero no a ti!"¡La noche es turbia y no deja entrever las estrellas, Con ella llega, el mismo y ruidoso frió de la soledad; Y junto a mí, tu fotografía y la ilusión de escapar,Nace en mi pecho, el grito suicida de la libertad, Pero es opacado, por el rifle egoísta de la ambición; De mi pecho nace el nudo de dolor, que se hospeda en mi garganta, Una voz que brota de mi amor por ti, de mi debilidad sin ti, Una voz que sin tu compañía, desaparece lejana en el silencio, Una voz que es flor de un día y un verano seco que perdura;Me siento débil si tu no estas aquí, inmerso en los brazos de la muerte, Arrojado en las fauces voraces de mi encierro y el miedo; Si tú no estás aquí, juro que moriré en brazos de esta maldita selva; Mi debilidad se hace más fuerte, mi soledad se hace más familiar, Y tu rostro se hace más hondo en mí, en mi existe un torrente de sangre que te llora; Mi debilidad eres tú y mis hijos, y si ustedes no están aquí,Juro que moriré lejano y sin su querer!"...
"¡La noche es diáfana y clara, solo cuando tu estas aquí, Y esta noche, es fría y amarga, señal de que no estás, Me duele en el alma, el estar lejos de ustedes; Solo Dios sabe lo que he sufrido,Solo Dios sabe las promesas que le he ofrecido por mi libertad,Solo Dios sabe que mis lágrimas han cubierto la selva de un mar agónico,Solo Dios sabe que mi vida, son ustedes, mi mayor alegría y bendición,
68 Jairo Veloza González
Solo Dios sabe, las veces que he injuriado mi fe y mi esperanza,Solo Dios sabe, que me he reconciliado con el y contigo vida mía!”.
Desde aquí, te ofrendo mi vida, para que ustedes no cometan mis erroressolo pido a Dios, que te lleve por la senda del amor y el perdón,Y que lleves de la mano a nuestros hijos, que jamás los abandones a su suerte,Solo te pido a ti, que en mi nombre, dediques al menos una sonrisa diaria,Porque jamás quiero verte llorar por mi culpa,Solo te pido que en mi recuerdo, plantes al menos una flor,Que se llame igual a ti y que huela a mí;Tan solo te pido, que jamás en tu alma, borres el recuerdo de mi amor,ya que el, te fue sincero y leal, y solo te amo y vivió por ti;tan solo te pido que en mis noches de desvelo, cuando visite tu cuarto,y a escondidas observe tu lindo tu rostro, quiero que no te asustes,pues es mi fantasma, el alma fugitiva del amor que te viene a adorar;no te asustes porque en mis estrofas me despido de ustedes,simplemente es una promesa con la ilusión del reencuentro;no te asustes por que en mis estrofas, te digo que me siento como un niño,solo y desprotegido, sabes bien que tu amor me protege;no te asustes porque en mis estrofas me entrego a la muerte,pues sabes que algún día, resucitaré dentro de tu corazón,y allí viviré eterno a tu lado, vida mía!".
"¡Vida mía, no quiero que llores, porque en mis palabras encuentras tristeza,Solo te pido, que desde la distancia ilumines mi camino, con tus oraciones,
Melodías de dolor 69
Vida mía, no sufras porque estoy ausente, pues mis manos y mi voz están distantes, Sonríe, ya que estoy más cerca de ti y te recuerdo con más fuerza que ayer; Vida mía, no te lamentes por la vida mía, tan solo es una prueba divina, Solo te pido, que resistas y mantengas eterna, la llama de nuestro amor; Vida mía, no me olvides, porque no sientes mi cuerpo y mis manos, navegar en tu cuerpo; Vive alegre por nuestros recuerdos, tropiezos y triunfos que nos hacen únicos; No te preocupes por la tempestad que se hace cada vez más fuerte, Recuerda que en algún momento, llegara sana y salva, la calma y con ella la paz!".
Desde la distancia infinita que nos separa, Desde la ternura de un lugar malsano, Te escribo con fe, este relato romántico, Cuyo deseo es el de tenerte entre mis brazos;Aunque la fe en mi corazón es inagotable, La fuerza, que rodea mi cuerpo, se agota, El duro viaje por la espesura de lo desconocido, A expensas de la muerte y un ruin deseo de abandono, Me han convertido en un hombre frió y solitario, Solo pido a Dios, que en este gran valle, Te encuentre magnifica, mi amor bello!";"¡Mi deseo de lisonjera tenacidad,Es hoy un lánguido clamor que ni el viento arrastra, Desde la distancia entre la verde fragancia que me rodea, Recito enamorado mi amor infinito por ti y mis hijos, Tal vez este sentimiento de luna llena, Llegue como el rayo claro que ilumina la vereda, Y allí pueda dar consuelo a tu dolor;Que mi voz como sonora sinfonía sentimental, Te cante orgulloso, mi admiración por todos ustedes;
70 Jairo Veloza González
No se preocupen por mi lamentable situación, Al igual que mi sufrir, hay cientos de hombres más, Que añoran con el regreso a sus casas, Esperando que nunca jamás, sean olvidados,Guardando en su corazón, el recuerdo sagrado de sus familias!".
"¡No importa lo que pase en el cosmos de la adversidad, Guarden siempre la esperanza, de que todo estará bien, Que en mi palpitar de vida, siempre existirá la esperanza de mi libertad; No se desanimen y en cambio entreguen al todo creador,La fe inagotable de nuestro amor!”.
Tan solo pido, que jamás me olviden,Aun me esperan duras jornadas y tengo que aprender a soportarlas; De mi esfuerzo y me entrega depende mi regreso, De la misma forma les pido que no se resignen, Y que cada día que nos separe, sean devotos a la verdad, Así esta verdad sea dura y amarga, debemos de enfrentarla, No alejarnos los unos de los otros, Pues unidos, enfrentaremos con donaire,Las duras noticias que nos llegan sin permiso a nuestras vidas.
"¡Recuerden que yo me encuentro solo, a merced de la suerte, Y que ustedes allá, están juntos y que ello debe ser motivo para seguir luchando, Recuerden que aquí, en la distancia, enfrento mil y una trampas que me depara la vida; Ustedes deben con gallardía, asumir mil y un retos por no decaer en el intento de vivir, Recuerden que aquí, entre la selva, me enfrento a los malvados designios del hombre, A existir sometido bajo la presión de un rifle y su asesino;Recuerden que aquí, lejos de ustedes, guardo la esperanza de encontrarme con ustedes,
Melodías de dolor 71
Y pase lo que pase, jamás descansare hasta que mi sueño de volver, se haga realidad, De la misma forma, ustedes deben de seguir manteniendo viva, La ilusión de que algún día, todos estemos juntos en nuestro hogar!".
"¡Quisiera devolver el tiempo y recuperar todos los momentos perdidos, Recuperar junto a ustedes, las ilusiones de un ayer que vive feliz, Quisiera estar a su lado, y vivir con intensidad cada instante del amor, Cada detalle de pasión, juegos infantiles y recuerdos familiares.Jamás me olviden y lleven con ustedes la esperanza divina, Que aunque esta lejana, tarde que temprano, llegara a nuestra puerta, Tengan fe y jamás olviden, que yo, desde la distancia,Rezare porque cada uno de ustedes, encuentren la armonía y la felicidad de una familia!”
"¡Desde aquí en la distancia, he aprendido a gozar con deleite toda la naturaleza, A cantar sin melodía, las estrofas musicales que arrastra la brisa mañanera, A escribir con romance abierto, la bondad inmensa del cielo y sus estrellas, A soñar despierto con cada una de las bellezas celestiales plasmadas en las flores, A susurrar con poesía, tu nombre y tu gran belleza,A pintar con altivez y valentía, cada una de los recuerdos con mis hijos,A nunca olvidar que yo vivo es por ustedes y que ustedes hacen lo mismo por mi!”.
"¡Desde aquí en la distancia, aprendí que todo tiene un significado, Y que todo significado tiene un destino, y mi destino aunque lejano,
72 Jairo Veloza González
Esta morir junto a ustedes;Aprendí que la tristeza tiene su rostro alegre,Ya que sin ella, hace mucho tiempo, hubiera perdido la razón;Sin la tristeza que aflora en mis ojos y mi corazón,No hubiera descubierto, que ustedes viven dentro de mí,Y que salen justo, cuando mi alma silenciosa llora;Descubrí que aunque sobrevivo en el mundo de los muertos,Estoy más vivo que nunca y dispuesto a esperar el tiempo que sea necesario, Para regresar con los míos;Descubrí que sin importar cuánto tiempo este afuera, Siempre me esperan como el día, que salí a mi primer trabajo;Entendí que el aire no es el mismo, sino lo conjugas con tus besos, Esos besos que me despiertan en la mañana y me calientan en la noche;Entendí que el agua no es la misma, sino la mezclas con una pizca de ilusión,Entendí que mis sueños no son ciertos, si ustedes no están en ellos;Los adoro con toda mi alma, y aunque la debilidad de mi fe, escapa a ratos, Guardo en mi corazón, la semilla del reencuentro que me llevara a ustedes;Los adoro con toda mi alma y sin importar que pase en mi cautiverio,Nada y nadie, me impedirá amarlos con la misma devoción de antes;Los he amado y los he extrañado y pese al miedo y a la lejanía de mi prosa,Jamás nada y nadie, evitara, que los busque en el cosmos de la pasión;No descansare y si la muerte pretende desafiar mi destino, Para separarme de ustedes, luchare sin descanso para que ustedes estén juntos En nuestro hogar!”.
Melodías de dolor 73
“! Hoy no moriré, así el cañón fétido me apunte en la cabeza,Hoy no moriré, porque viajare pronto en busca del oasis, llamado hogar;Hoy no moriré, así el decreto canalla de una sentencia de muerte me ejecute,Hoy no moriré, porque recorreré todo el campo, en busca de las mejores flores para ti,Hoy no moriré, así la guerra me haga su naufrago en medio de la borrasca;Hoy no moriré, porque hoy nací para ti y para mis hijos;Hoy no moriré, así hallan cavado mi tumba sin epitafio y nombre;Hoy no moriré, porque aun me quedan muchos sueños por cumplir;Hoy no moriré, así mi cuerpo y mi mente estén cansados de tanto sufrir;Hoy no moriré, porque vive en mí, la fuerza divina del amor y la vida;Hoy no moriré, así tu voz y tu alma, no vuelva a sentir;Hoy no moriré, porque en mis sueños y en mis instintos, habitas tú;Hoy no moriré, así la trompeta lleve el cortejo fúnebre hasta tu puerta,Hoy no moriré, porque esa trompeta, tocara una vez más, nuestra canción de amor;Hoy no moriré, así la lluvia de fuego y azufre, atormenten mi ser;Hoy no moriré, porque en ti, esta la fuente cristalina de mi inspiración;Hoy no moriré, así exista una cruz con mi rostro y mi sangre,Hoy no moriré, porque aun me quedan muchos años para vivir con ustedes!”.
Nada y nadie me separara de ustedes, y si el tiempo raudas lo intenta, daré batalla, así tarde cien años más, pero hoy no moriré;Nada y nadie, detendrá mis sueños de libertad, que ansiosos desean tu cuerpo, Nada y nadie, me separara de ti y de mis hijos, y si hoy mi vida fenece,
74 Jairo Veloza González
Juro por ustedes que mi alma gitana los acompañara silenciosa hasta el final;Nunca los olvidare y si la muerte me sorprende, juro que mañana será un nuevo día, Y la paz de nuestras almas llegara sin detenerse.
"¡Presiento que esta es la última carta que hoy te escribo, Sin importar que la desilusión del fracaso me lleve a pensar en nunca regresare, Mas sin embargo guardo en el fondo de mi alma, la esperanza del amor, Y creo que tal vez, la suerte y tu recuerdo, me ayuden a olvidar este calvario; Presiento que estas sean las últimas frases que hoy te envió,Más sin embargo te las envió con amor y cariño,Que relatan con melodía, todo lo que yo siento por ti,No me importa que la vida hoy no me sonría,Descansare con la gratitud de tu amor y la de mis hijos!".
"¡Aunque un mal presagio llegue hasta mi lecho humilde, Te declamo con amor, que siempre vivirás dentro de mí,Y que jamás nadie y nada, te sacarán de mi corazón;Es difícil advertir que cada día que pasa, es un día menos para vivir, Aun más, cuando que cada día que pasa, me conformo con tus recuerdos, Sintiendo que la soledad quiere robarte tu lugar en mi alma; Se en el fondo, que esta es una agonía que desangra nuestras vidas,Y que nos lleva a perder la ilusión que sembramos en nuestros sueños.Dios te bendiga, vida mía y tesoro divino de mis hijos,Que nunca te desampare y te ilumine por doquier,Que Dios me conceda el milagro, de estar a tu lado,De que me dé la oportunidad de ser tus ojos y tus manos,De llevarte coqueta por todo un mundo de mariposas y azucenas,
Melodías de dolor 75
De ser tus alas y tus sueños, de ser tu mundo y tú mí reina;Que Dios me conceda el milagro de escribirte los más bellos poemas,De pintar tú retrato en el más fino lienzo y papel,De componer romántico, la más bella elegía del amor,Todo dedicado para ti, y si Dios me concede la oportunidad,Viajare a la luna y de ella traeré, la más hermosa joya del edén,Solo te pido que tengas fe y que nunca desfallezcas en la espera,Porque ella me dará fuerza y alegría, para seguir desde la distancia,Mi dura batalla por regresar sano y salvo, al lado de ustedes;No te asustes si las cosas andan mal o te hacen creer que yo este muerto,Que desde la distancia y en medio de mi cautiverio,Te haré saber por medio de mis oraciones y suplicas de amor,Que estoy bien y que sin importar lo que tenga que hacer,Pronto estaré en nuestra casa, al lado de nuestros hijos,No sufras por mí, y no llores por mí condición,Recuerda siempre, que viviré feliz con tu recuerdo, Siempre te llevare dentro de mí, nada y nadie te sacara de mí, Y sin importar lo que pase jamás te olvidare, Y si la muerte me sorprende, te juro que nunca te olvidare ¡”
"¡Nunca me olviden y recuerden alegres cada instante que vivimos, Sonrían cada vez que mi nombre aparece en cada lugar,Y expresen a los demás, que jamás moriré, porque siempre viviré con ustedes, Vivan y disfruten cada momento sin importar que la nostalgia los invada, Gocen de cada instante como si este fuese el último, Y procuren que cada celebración por más triste que esta sea, La disfruten con máxima alegría y devoción por nuestra familia; No se preocupen por mí, que yo desde algún lugar, estaré pensando en ustedes, Yviviré entregado a cada recuerdo hermoso y tierno de nuestras
vidas!”.
76 Jairo Veloza González
“! Nunca olviden que la biblia de nuestro amor, está escrita con nuestros sueños!”:
"¡Dedico a ti, todas y cada una de las flores que robe en mi presidio,Dedico a ti, todas y cada una de las estrellas que escucharon mi lamento;Dedico a ti, todas y cada una de las lagrimas que derrame por ti y que están en el mar;Dedico a ti, todas y cada una de las canciones que invente por ti,Dedico a ti, todas y cada una de las palabras que no pude pronunciar.Dedico mis pensamientos, mis sueños y mis suspiros enamorados,Dedico la noche fría y el cálido día, dedico a ti el susurro del ave que no duerme,El canto de los niños y el candor de las aguas que me refrescan,Dedico a ti, la calma y la paz, la alegría y el triunfo,Pero en especial dedico a ti, la libertad,La preciada libertad que tanto se me han negado,Y que ha aprendido amar con intensidad!”
“¡Desde aquí, en la selva húmeda y malsana,Dedico toda mi vida a ti, y si la muerte me llama,Ten la seguridad que mi sacrificio será por ti,Y no para ellos, que osaron reírse de la adversidad y la voluntad del amor!".
“¡Desde aquí y en medio del calor efímero, me despido sublime,Deseando que estés bien y que nunca desfallezcas en la misión de educar a nuestros hijos;Ten paciencia en el creador y lealtad en tus sueños, Pronto este amargo trago, pasara,Podrás volver a reír y a disfrutar cada instante de la vida,Como si este fuese el ultimo!”
Melodías de dolor 77
" ¡Recuerda este no es un secuestro,Ante los ojos de Dios y de nuestro amor,Es tan solo una separación, que nos llevara a ser mejores,Como personas y esposos;Este no es un secuestro, tan solo una separación,Solo pido a Dios que cuando regrese, tú estés en casa,Esperándome con los brazos abiertos y haciendo a un lado,El recuerdo mundano de nuestros sufrimientos,Por culpa de esta enfermedad, llamada violencia!".
"¡Te deseo el mejor de los augurios y recuerda,Que te amo e idolatro, y que nunca mis sentimientos, Nada y nadie los hará cambiar!"...
"¡Hasta mañana vida mía, debo de callar mi pluma,Y con ella la inspiración divina de tu ser,Pronto estaré en casa, solo recuerda que nuestro amor,Vale más que un millón de piezas de oro y esmeraldas, Solo tu cariño y ternura, me rescataran ileso de esta selva!"....
Te amo y mil veces más, te amo…Tú esposo y amigo.
FIN
78 Jairo Veloza González
Aunque el secuestro es indoloro y perverso con quienes lo padecen, pasa aun inadvertido en la mayoría de hogares colombianos, tal vez porque los medios de comunicación, el gobierno y las familias que no sufren de este horror, no le han dado la importancia necesaria a este flagelo; a pesar de que esta crisis social ha disminuido en los últimos años, el secuestro en menos proporción sigue presentándose en todas las clases económicas del país y ahora presente en otros países de América. Muchos de estos secuestrados siguen sepultados en vida en las inmensas selvas y montañas, y muchos más secuestrados, están muertos y jamás sus familiares podrán saber la realidad de lo sucedido, o aun peor, seguirán siendo engañados por estos criminales, que dicen a los cuatro vientos, tenerlos con vida.
El protagonista de esta historia, que permaneció secuestrado más de seis años y que recorrió gran parte de la geografía colombiana a pie y con el fusil de su guardia como compañero, jamás regreso a su hogar y su rescate fue cobrado millonariamente en varias ocasiones, pese a las suplicas de sus familiares y de el mismo, nunca presentaron pruebas de supervivencia y luego de su homicidio, sus captores asesinos seguían cobrando más dinero para su rescate. Jamás logro comunicarse con su familia y no supo nada de ellos, sus cartas jamás llegaron a su destino, pues fue privado de todo este supuesto privilegio, fue privado del derecho a vivir dignamente en libertad y a estar en paz con su familia; lamentablemente los secuestradores acabaron con su vida, al no recibir un supuesto último pago.
Murió enfermo y fusilado, y sin saber cuál de estos dos males fue peor, fue abandonado en una fosa común que no fue digna morada para un hombre justo y sincero, murió solitario y sin esperanzas de regresar a su hogar, su cuerpo fue hallado años después en los parajes montañosos del Rionegro en Cundinamarca y solo dos años después, un campesino humilde, encontró entre la maleza tupida de su parcela y muy bien sepultada, lo que parecía ser, un tesoro, cuyo cofre guardaba celoso, cientos de cartas, donde declaro de forma gallarda su reclusión y el amor por su familia.
Melodías de dolor 79
Tal como lo menciona a lo largo de esta historia, su libertad fue condicionada por el trabajo y el dinero y ello lo hizo frio, calculador y alejado de su familia y sus hijos, no pudo ver crecer a sus retoños y se privo así mismo del amor de su esposa, mas sin embargo y en su cautiverio, un hombre que solo sabía escribir números y propuestas económicas, aprendió que “la letra con tristeza y rabia, se llama poesía”, y que de su sufrimiento, se convirtió en el mejor aprendiz de Vargas Llosa y Neruda, y que sin más inspiración que las cadenas pesadas de su presidio y el amor de su familia, jamás se canso de escribir.Se convirtió en el mejor de los poetas en cautiverio y sus versos llegaron al mas allá, sin duda en busca de una salida para escapar al refugio de su hogar, no basto el papel o el estilo, lo que importo fue lo que escribió y como lo escribió. Jamás sus letras serán olvidadas pues están grabadas en el fondo del corazón de quien más amo, sus hijos y su esposa.
Murió solitario pero con la certeza de que ese gran tesoro que un pobre campesino encontró, llegaría a las manos de sus amados y con esas líneas sentimentales, pedir por fin perdón, por el tiempo perdido y recitar con furia, que su único amor jamás moriría pues en ella quedaba, la fe y la esperanza de un esposo que no la olvidaría.
“!su sacrificio no fue en vano, porque de su sufrimiento quedan estas líneas que relatan la verdad del cautiverio para que todos los secuestrados, jamás sean olvidados!”
80 Jairo Veloza González
“¡Dedico a ti, todas y cada una de las flores que robe en mi presidio,Dedico a ti, todas y cada una de las estrellas que escucharon mi lamento,Dedico a ti, todas y cada una de las lágrimas que derrame por ti y que están en el mar;Dedico a ti, todas y cada una de las canciones que invente por ti,Dedico a ti, todas y cada una de las palabras que no pude pronunciar,Dedico mis pensamientos, mis sueños y mis suspiros enamorados!”.
Melodías de dolor 81
Estas fueron las ultimas líneas de la carta original antes de que se
perdiera todo rastro o prueba de vida, jamás sus cartas fueron
entregadas y permanecieron ocultas y luego sepultadas, lejos de
sus familiares.
¡Su cuerpo jamás fue hallado, solo un campesino humilde
encontró las únicas pruebas de vida, sus cartas, sus romanticas y
sinceras pruebas de un amor que nunca se olvida!.
82 Jairo Veloza González
El
Bole
ro d
el
Desp
lazad
o
“MELODIAS DE DOLOR”
SEGUNDA HISTORIA
¡EL BOLERO DEL DESPLAZADO!
Por:
JAIRO VELOZA GONZALEZ
INTRODUCCION
En una noche larga y muy fría, un hombre viejo y curtido por los
golpes que a diario da la vida, se asoma nostálgico por la
improvisada ventana de una pequeña casita de cartón y madera, sus
ojos contrastan con los secos reflejos de la luna que temerosos
penetran en la fétida niebla, su rostro demacrado por la tristeza y la
humillación, se pierde en la penumbra de la noche, una noche que
no es la suya, una noche que no es igual a la que orgulloso se
acostumbro a vivir en el campo y su parcela.
Un hombre nostálgico que viviendo lejos y escondido, vive
enamorado de su pasado menos de su presente; enamorado de sus
recuerdos, así estos hayan traído tristeza y en muchas ocasiones,
bastantes alegrías. Un hombre nostálgico que pese a su lento
caminar y la vista corta, no renuncia a creer en su fe y a perder la
esperanza que todos los de su raza, llevan como estandarte en su
pecho, un hombre que desde la ventana trata por todos los medios
de ubicar las estrellas y el firmamento claro que meses atrás
observaba deleitado, fielmente seguía el paso efímero de los
luceros y las estrellas fugaces y sin temor cerraba rápido sus ojos
para pedir un mágico deseo, un deseo lleno de amor y bienestar, un
deseo cubierto de café, arroz, flores, papa y un costal repleto de
prosperidad y tranquilidad, un deseo que se cumplió por muchos
años y que pese a los malestares del clima, nunca se trunco, ni
siquiera las enfermedades ásperas lo hicieron detener en su diario
trabajo en su parcela.
Un hombre nostálgico cuya envestidura es la de un labriego
arraigado y muy trabajador, amante fiel del campo y sus cultivos,
amigo inseparable de sus vacas, su yegua y sus gallinas, experto
conocedor del tinto mañanero y el de la noche, el café que el
mismo cogió, lavo y descerezo, tostó y preparo, un campesino que
madrugador prende el viejo horno de leña y sobre él, coloca la
ahumada olleta para preparar el café para él y el de toda su familia,
Melodías de dolor 87
un hombre campesino que sin tener dinero, contrata a diario
jornaleros, para que le ayuden con el trabajo de su finca, un hombre
campesino que orgulloso, derrocha alegría y tranquilidad, y se
esmera hasta al máximo, porque las cosas marchen bien a pesar de
la humildad en la que vive.
Un hombre nostálgico cuyo premio mayor es su familia, su finca y
sus amigos, un campesino bueno y honrado, que lleva orgulloso el
sombrero y el poncho, su mochila y el bordón, un campesino que
camina recto por los duros trazados de la vida y las montañas.
Un hombre que maduro se volvió más viejo, ante los sufrimientos
que ha tenido que pasar lejos de sus tierras y de sus amigos, un
hombre que resignado se asoma por la ventana, escuchando los
lastimeros sonidos de una tierra que no es la suya pero que en
contra de su voluntad, lo recibió de mala gana, un hombre viejo que
asomado por una pequeña ventana de cartón y latas, deja escapar
un sollozo tímido que se pierde en la niebla fría, un sollozo que le
recuerda a diario, el calor tranquilo de su tierra, del sabor perfecto
de la yuca y la ahuyama, del cantar claro y melodioso del gallo
mañanero que contrasta horriblemente con el ladrar perpetuo de
los perros apostados como guardianes en la gran ciudad que
delatan el peligro y el accedió de una noche incierta.
Un hombre que asomado por la ventana guarda vigilia y oración,
para que el día de mañana le vaya muy bien en el rebusque, para
que sus pequeños hijos no aguanten más hambre o al menos coman
algo digno, un hombre que madrugador busca el sustento de su
familia, así solo consiga para la panela y el pan, así en todo el día no
consiga para el mismo. “Un rebusque” que contrasta con la bondad
de la tierra, donde todo es barato, donde el sustento se encuentra
fresco en la misma finca, donde coquetas sementeras ofrecen
verdes cultivos extensos en calidad y variedad, que nutren sin recelo
la mesa suya y la de los demás, un hombre triste que se pierde en los
sentimientos y el frio paisaje que lo rodea, un paisaje que sabe a
concreto y acero y que solo pinta desorden y tristeza.
88 Jairo Veloza González
Un hombre que soporta el dolor de toda su familia y de su raza
también; un hombre que sabe que pronto va a hacer de mañana y
que en el caso de Él, “al que madruga primero, recoge lo mejor”,
porque su trabajo es en la calle y no en su finquita, donde camina
horas y horas, por ásperas tierras de cemento, llenando su costal de
aluminio, plástico y cartón y muchas piezas más utiliza para
terminar la casa que el mismo construyo, mientras su esposa se
alista junto con sus hijos para marchar hacia la central de abastos,
esperando humillada boten a la basura cualquier verdura o fruta
que no les sirva, pero que para ella, será suficiente para la comida; a
veces las cosas pueden ir bien y en otras ocasiones no, pero casi
siempre llega con algo, pues a pesar de encontrarse en un botadero
donde la comida dañada sobra por montones, busca centímetro a
centímetro, algo comestible que pueda ser usado, como un tomate
magullado o una cebolla aplastada por el peso de los bultos, papas
dañadas, calabazas o pepinos viejos y muchas cosas más, mientras
el viejo con su costal a cuestas sigue recorriendo las calles peligrosas
de una gran ciudad.
Un hombre que en esta ocasión no puede prender el fogón porque
no hubo dinero para comprar el gas y mucho menos para el café o
la panela, un hombre que desesperado ve dormir a sus hijos y
piensa en diez mil cosas a la vez y muchas de ellas no tienen nada
bueno. Un hombre que asomado por la ventana no renuncia a su fe
y a sus creencias y que solo con una oración sentimental que
pronuncian sus lagrimas, ruega porque en su vida exista justicia y
piedad y porque no, un pronto regreso a su tierra.
Melodías de dolor 89
-¡Un hombre humilde de alpargates, ruana y sombrero,
De macheta al cinto y azadón al hombro,
De corazón fuerte y esperanza de acero,
De gallardo espíritu, heredero de los abuelos,
Que se criaron al pie del trapiche;
De costumbres arraigadas por su pueblo,
De sanas creencias, de voz clara y arriera,
Bohemio y honesto agricultor,
Poeta del arado y los bueyes,
Madrugador del trabajo y la cosecha,
De pantalón oscuro y camisa clara,
De sombrero con ala ancha para el trabajo,
Y de sombrero fino, para el domingo y el mercado.
Compadre, padre y amigo,
Un hombre campesino cuyo amor por el campo lo es todo!
-¡Aquel hombre humilde que todo lo canta,
Que acompaña su jornada con guitarra y el tiple,
Y que solo descansa con el murmullo dulce de la chicharra,
Que solo sueña tranquilo con un bambuco y la guabina;
Un campesino humilde orgulloso de su rancho,
Que para el y su familia, es su gran palacio,
Cuya cama de estera y madera burda,
Es su dormitorio real y cuya cocina de guadua y latas,
Es el refugio de la unión familiar!
-¡Un hombre humilde que no sabe de mentiras,
Un hombre que sabe de coplas y poemas labriegos,
Un hombre campesino que no distingue la maldad,
Un hombre campesino, cuya pobreza es su mayor fortuna;
Un hombre que sabe de remedios caseros,
De plantas y menjunjes, de resabios y picardías,
De cuentos y leyendas mágicas, de mitos y mohanes;
Un hombre humilde que aprende todos los días,
Y que enseña a sus hijos en las noches;
90 Jairo Veloza González
Un hombre labriego al que no le falta nada,
Ni el agua, el guarapo y la bendita comida;
Un hombre respetuoso de la vida y de su dios,
Frenético y entregado en la política,
Alegre y divertido en las fiestas patronales,
Leal y buen vecino en los convites y las mingas,
Sereno y humano ante el infortunio de los demás,
Un hombre humilde cuya mayor fortuna,
Son sus gallinas y sus vacas,
Sus matas de yuca, café y ahuyama,
La olla del guarapo y la miel de la caña,
De la estera y su rancho,
Del agua y el cielo que lo cubre;
Un hombre que enamorado le da gracias a la vida,
Un hombre al que no le falta nada,
Y así no haya dinero para el mercado y la carne,
Nunca falta la comida que su finca le produce,
Un hombre humilde que sin importar los lujos,
Vive tranquilo con lo poco que tiene;
Un hombre campesino que se levanta con el canto del gallo,
Y duerme con el ocaso cacareo de las gallinas;
Un hombre humilde al que no le falta nada,
Un hombre que espera que nunca le cambie su vida,
A la cual está bastante acostumbrado;
Un hombre que les teme a su dios y a sus ancestros,
Un hombre que le teme a las armas y a lo desconocido,
Un hombre que le teme a la ciudad pero no a la gente que vive allá,
Porque su paraíso esta en el campo,
Donde vive tranquilo y sueña en un altar mágico,
Y que jura por el alma suya,
Que si ha de morir, que sea en el regazo de la tierra que lo vio nacer!
Melodías de dolor 91
-“!un hombre cuya mirada es triste y lejana,
Tal vez refugiada en un rincón de su tierra,
Oculta ante el peligro y el ruido incesante de la ciudad;
Una mirada refugiada en el calor del fogón de leña,
Recostada sobre las cañas que quedaron alistadas para el trapiche;
Una mirada cubierta por el cielo azul y el sereno caluroso de su
tierra,
Un hombre triste cuya mirada se pierde entre los millones de luces,
Que titilan con donaire en la gran ciudad,
Tal vez recordando, que allá en su rancho,
Las mismas luces que parecen espermas, alumbran las montañas,
Extraviándose presurosas en las noches de tierra caliente,
Y la brisa agradable del rio y la quebrada,
Luces de espermas que románticas se divisan en la distancia,
Y son tantas que se pueden contar con los dedos de la mano;
Y en el candor de su tierra y sus entrañas,
Se divisa el humo que centellante que sale por la chimenea,
Avisando en la lejanía que los dueños del rancho ya llegaron!
¡Una mirada atónita y afligida por el calor de su tierra,
Y por la bondad de su gente;
Un hombre con sus ojos tristes, que lento gira su cabeza,
Para mirar atrás, observando la única imagen que lo mantiene con
vida,
Su pequeño hijo y su amada esposa,
Quienes abrazados en la improvisada cama,
Tratan de espantar el frio y la soledad de su rancho!;
¡Una mirada que parte lejana hacia el recuerdo,
Donde feliz juega con sus hijos,
Donde sabio le enseña cada uno de los secretos del campo,
Los animales y sus cultivos!;
¡Un hombre cuya felicidad se refleja en la sonrisa de sus hijos,
Y la ternura de su esposa que paciente espera a su marido!,
¡Un hombre cuya mirada regresa hacia el pasado,
92 Jairo Veloza González
Recorriendo como mendigo cada centímetro de su amada tierra,
Recordando cada carcajada y cada llanto tierno de sus hijos,
Cada palabra dulce y de re prendimiento de su esposa,
Sollozando solitario el éxito y la fortuna ajena,
Suspirando por los días buenos qué quedaron atrapados,
Entre las paredes de su rancho y de la montaña que lo soporta,
Recodando con tristeza profunda los animalitos que dejo allí,
Las cuatro vacas que eran el patrimonio de sus hijos,
De la yegua y la mula, de los marranos y las cien gallinas,
Que juiciosas rondaban por el patio de su casa,
Cien gallinas que revoleteaban exactas,
Cuando su amo les regaba el maíz y la yuca picada!,
¡Como no olvidar a sus fieles amigos,
Los siete perros y los dos gatos que siempre lo acompañaron,
Dando ejemplo claro de tolerancia y gratitud!
¡Un hombre cuya mirada se pierde en el infinito de los sueños,
Recordando a cada instante,
Que siempre vivió feliz con su familia y sus animalitos;
Un hombre humilde que en la espesura de la noche,
Se pierde solitario en los recuerdos de su pasado y de su familia;
Un hombre solitario que lo ha perdido todo,
Un hombre triste cuya fe, huyo ante el acero frio del fusil y las balas,
Un hombre osco y frio, que ayer fue cortes y caballero,
Un hombre al que se le perdió la alegría y la de su familia,
Un hombre que resignado olvido como arar el campo de la esperanza,
Y las sementeras de la alegría;
Un hombre que murió en vida, al ser despojado de todo,
De su finca, la alegría y el amor por su familia;
Un hombre que llora solitario,
La desgracia maldita de toda su familia,
Un hombre solitario que cambio su humildad,
Por la mirada fría y calculadora;
Melodías de dolor 93
Un hombre que salvo a su familia del horror,
Pero que no puede salvarla del sufrimiento, del hambre y el frio,
Un hombre que salvo a su familia de la guerra sucia,
Pero que no logra protegerla de los peligros
Que rondan en cada esquina de la ciudad;
Un hombre al que los años se le están escapando rápido,
Por culpa del sufrimiento y el poco sueño que le produce la ciudad;
Un hombre al que la vida y sus sueños se le fugaron para siempre;
Un hombre y una mujer y varios pequeñines,
A los que la vida les cambio la bondad del campo,
Por un costal vacio y descolorido,
Además de un cartel fétido,
Que se cuelga en los semáforos de la modernidad,
Y el cual dice, “desplazados!”.
94 Jairo Veloza González
CAPITULO PRIMERO
“LA COSECHA DE CAFÉ”
-“!Muy de mañana, hacia las cinco más o menos, cuando el sol
empieza a dejar sus primeros lastres, llegan Roberto y Juan, dos
campesinos de una vereda cercana para empezar la recolección del
café, pues es época de cosecha y se debe de tener de sobra varias
manos para cubrir todo el cafetal; traen consigo mochilas y galones
de arroba llenos de guarapo, además de sus afiladas machetas y
ponchos para cubrirse del sol canicular de medio día; ambos
hombres entran en silencio ante la tranquilidad emotiva de los
perros que todo lo alertan, pero como ellos son de la casa, no hacen
jauría alguna, -¡buenos días, como amanecen!, dijo Roberto el más
viejo, mientras el otro descarga en la mesa que está afuera la maleta
y la macheta, la dueña de la casa en el fogón los saluda, al tiempo
que les sirve en dos pocillos limpios pero tiznados hasta las orejas,
un tinto recién hecho; pronto el alba despunta y la niebla
desaparece dando inicio exacto a la jornada de trabajo!.
-¡Yo estaba listo, me arremangue las botas del pantalón y me puse
zapatos de caucho, me coloque un sombrero viejo y roto por
doquier, salí y salude a los muchachos que habían llegado, al rato
llego mi compadre Inocencio y Don Rogelio Morales, quienes
también eran obreros contratados y no porque tuviera obreros
quería decir que fuera un hombre con dinero, lo que sucede es que
el cafecito deja algunas moneditas de mas, además de que el jornal
en el campo es muy barato, además de que estos hombres como en
la mayoría del campo, viven solos y se llega fácil a un acuerdo con
ellos, por ejemplo don Roberto y don Juan, cobran doce mil pesos
el día y ellos llevan su comida, además de su guarapo, pero en
ocasiones me daba pesar con ellos pues eran muy pobres y venían
muy mal comidos, entonces yo les daba la comida sin descuento
alguno, mientras que mi compadre y don Rogelio que eran
Melodías de dolor 95
hombres de avanzada edad, preferían trabajar al costo, o sea,
cobraban siete mil pesos y se les daba la comida pero como son tan
pobres, yo les pagaba completo el jornal y además les daba su
comidita.
Era todo un acontecimiento en el campo, cuando se tenía obreros,
pues esto no era de todos los días, pues no había dinero para ello,
entonces se alista suficiente leña, se bate buen guarapo en grandes
cantidades y se deja fermentar, ya que para la jornada de trebejo
era de carácter obligatorio el tener la “aguapicha” pues los obreros
lo pedían más que la misma comida, pues el esfuerzo es duro y el
calor también.
La jornada de trabajo es dura y continua y solo se hace un alto en la
labor, para refrescar la garganta con una totumada de guarapo que
hierve feroz entre un galón de plástico; calmada la sed, los obreros
se aprestan a recibir el almuerzo, que fue preparado de manera
maravillosa y especial por la patrona de la casa y que contiene
abundantes trozos de yuca, papa y plátano, suficientes calorías para
que el obrero jamás pierda el aliento en la jornada, lleva además y
de vez en cuando suficiente carne y pollo, gentilmente sazonados y
adornados por piezas de ají con sal, sin duda una comida deliciosa
digna de reyes que reconforta con gracia, el cansancio de los
obreros, una exquisita comida que hábil y amorosamente prepara
María mi fiel compañera, quien desde temprano y sin descanso
hasta la noche, vivía metida en el fogón de leña, aliñando y
preparando, cortando y alistando cada uno de los manjares
humildes que con deleite, ella nos prepara; mis hijos aun
pequeños, ayudan en los quehaceres de la casa y cuando llega el
momento, llevan el fiambre y el guarapo, recorriendo grandes
distancias a donde se encuentra el cafetal, pues este se encuentra
retirado del rancho más o menos a media hora de camino, pero
ellos no son flojos y son criados con maíz y el frijol maicero, jamás
ellos no renunciaban a tan importante misión, de llevar el alimento
sagrado para los obreros y el mío, hacían varios viajes en el día para
llevarnos guarapo o simplemente dar razones de Doña María,
96 Jairo Veloza González
muchas de estas razones, no eran sino para pedir ayuda para
encontrar las cosas que se le perdían en el rancho y que solo yo
podía darle alguna razón de ellas; era todo un acontecimiento el
gran día de la cosecha y desde temprano hasta entrada las seis de la
tarde se trabaja sin descanso y luego de recolectar suficiente café,
cargamos las bestias y salimos prestos para la casa, donde con
alborozo almacenamos sin desperdiciar un grano, regando uno a
uno los bultos dentro de un cuarto de guadua pronto la vereda
huele y sabe a café fresco, un aroma libre que corre veloz por el
campo, pero lo que más me emocionaba era cuando los chicos
llegaban con el guarapo, era un verdadero alivio para nuestros
cuerpos y aun más emocionante era cuando los chicos sacaban el
fiambre, algo único y especial, pues la comida venia dentro de unas
hojas de plátano y amarrado con una calceta, era tal su olor que era
mágico, casi etéreo, una mezcla de olores que invitaban a devorar
con placer y a toda prisa ese delicioso manjar, un verdadero sueño
que mesclaba el humo de la leña impregnada en la carne asada, la
yuca y la papa salada, mas el ají chirca sin preparar y que solo los
paladares exquisitos podían probar, pues se comía sin rebajar y con
un poco de sal, luego se muerde y de inmediato se toma un trago
fresco de guarapo para calmar el dolor fuerte pero sabroso que
produce el ají, en verdad les digo que era todo un espectáculo,
aquel de la cosecha de café.
_”! Faltando veinte para las seis de la mañana, mi esposa nos llama
a la mesa para que tomemos una agua sal con un bocado de arepa,
para no marcharnos con el estomago vacio, ya que a eso de las ocho
de la mañana mi señora nos envía un gran desayuno, que contiene
huevos pericos, arepa de maíz pintón, carne seca, plátano asado y
café, además del guarapito y de verdad les digo que en el campo no
se aguanta hambre, pues la comida aunque humilde sobra por
montones!”
-“! Aquí en esta tierra solo el flojo y el fanfarrón se mueren de
hambre, pues no son amantes del trabajo, pero para fortunas de
Melodías de dolor 97
muchos y desde que tengo razón, jamás nadie se ha muerto de
hambre en esta tierra bendita!”.
De pronto en medio del caldo, mi compadre y don Rogelio,
comentan sobre un evento violento y poco casual, que había
ocurrido en un pueblo vecino, causando en mí y mi señora una gran
sorpresa, pues como les digo, era muy raro escuchar comentarios
de este tipo y que solo ocurrieron en la época de la violencia política
y que luego de décadas ningún rincón de esta tierra campesina, se
estremecía ante un episodio de violencia.
-“! Imagínese compadre, que ayer en la vereda de Naranjal, mataron
a don Humberto el matarife de la inspección,…….!”.
-“! Como así!, replique sorprendido, ¡don Humberto Real, el viejo
de la carnicería!”,
-“¡Si el mismo!”,
-_”!pero como fue, me imagino que por robarle el producido de la
venta del domingo!”;
-“! No compadre, no fue por eso!”; en ese instante mi señora y como
dicen los chinos de hoy en día, metió la cucharada inocentemente.
-“! Le apuesto que a ese viejo lo mataron porque a todo mundo le
sacaba fiado el ganado y nunca lo pagaba, es mas lo pagaba libreado,
o sea le pagaba a la gente que le vendía el ganado con libras de
carne!”; entonces los obreros rompieron en carcajadas.
-“!No comadre no está ni cerquita su merced linda!”, bastante
enojado por los comentarios de mi esposa la mande para la cocina
para que más bien en vez de estar hablando mierda no se le
quemaran más bien las papas y la carne del almuerzo.
-“! No compadre, lo que dice la gente de la vereda, es que a este
hombre lo mato la subversión!”; de inmediato un viento helado y
penetrante, rompió los huesos de mi cabeza y los del pecho, quede
perplejo y ahora si, como dice el cuento, me estaba empezando a
asustar aquella noticia extraída de un matutino del infierno!”.
Quedamos por segundos en silencio y luego de una pausa forzada
empezamos a cucharear y aflojar la lengua para terminar con el
chisme:
98 Jairo Veloza González
-“!y eso cuando fue, que por aquí no se escucho nada!”;
-“!ayer como a eso de las siete de la noche!”; nuevamente un rio de
miradas sorprendidas se cruzaban en el comedor.
-“! Pero luego esa gente no está por allá en la selva y en los llanos!”;
réferi;
-“! Pues con esa vaina de la distención del Caguan, toda esa polilla se
ha venido pa´ estos lados y como aquí les queda todo de papayita
como aquí también es una mano de monte que no las trepa ni la
mama de tarzan, pues imagine si no les debe de gustar esto por
aquí!”;
Nuevamente en silencio y ya rematando el bocado de caldo, nos
levantamos y alistamos el viaje para el cafetal, pero en el fondo
como en el de mis compañeros, quería saber más sobre eso, pues
como les decía anteriormente, nunca en la historia de mi pueblo,
luego de la violencia de la política, se veía una vaina así, tan horrible
espeluznante, pues desde hace tiempo se vive un aire de
tranquilidad.
-“! Pero compadre como saben que fue la guerrilla, porqué
imagínense aquí nunca se escucho nada de esa gente!”.
-“! Hay compadre esa gente ya está aquí desde hace meses, desde
que el gobierno, les dio alas con lo del despeje, eso se han armado
hasta los dientes, y compadre esa gente vive aquí y en otros pueblos
desde hace mucho tiempo y es mas viven en el monte y tienen hasta
amigos aquí mismo!”.
-“! Esa vaina es delicada, y ahora que va a pasar en el pueblito, esto
se va a poner terrible!”
-“! Compadre le cuento que aquí toca es andar recto y no pararle
bolas a nadie , pues con estas vainas que están sucediendo, uno
nunca sabe con quién habla, pues hay que tener mucho cuidado
compadre!”;
-“! No compadre imagínese!”, replique preocupado,
-“! Compadre toca es estar alerta y no dar de que hablar y sobre todo
papaya!”;
Melodías de dolor 99
-“! Pues compadrito desde que uno no se meta con nade y ni con
ellos, pues uno no tiene problema de nada, además de que
nosotros somos muy sanos y muy inocentes!”, replique de nuevo
afirmando con más seguridad.
-“!compadre eso ni se confié, cuando a uno le toca, le toca!”, repitió
mi des complicado compadre;
-“! Compadre esto aquí no hay muerto bueno y ni inocente que se
respete!”; refirió de nuevo;
-“! Es más mire usted por las noticias cuanta gente inocente muere a
diario, dejando a sus familias solas y en medio de la pobreza y nadie
hace algo por ellas!”;
Y así seguimos marchando y hablando por todo el camino, hasta
que el obrero más joven, pregunto a Don Rogelio Morales;
-“! Óigame Don Rogelio y al cucho como lo mataron!”;
-“! Pues de cinco plomazos y hasta le dejaron un letrero en el pecho,
que decía “muerto por sapo” y es que por una época, la gente moría
mas de “plomonia“ que de enfermedad alguna!”, replico con gracia
el gentil viejecito que acompaño luego por una gran carcajada.
Desde que llegamos hasta la tarde poco hablamos, pues nuestro
trabajo alegre se convirtió en una labor mecánica casi autómata,
solo nos reunimos cuando los chicos llegaban con el fiambre o el
guarapo; una jornada que jamás olvidare y que pronto se esparció
por todo el campo y los pueblos vecinos, una calma apasionante
pronto se tornaba en una intranquilidad inhumana que no te dejaba
pensar, no había duda que con la muerte de ese hombre, la vida en
el campo cambiaria, la vida cotidiana casi perfecta del campo y de
sus labriegos, había quedado atrás, una ola de sangre y frustración
llegaría, regando de maldad y sufrimiento cada una de las tierras de
mi hermoso pueblo.
Trabajamos como nunca y tengo que decirlo que nos rindió
demasiado, y para orgullo mío, mi cafetal logro producir quince
cargas de café pero el manto negro de la muerte, opacaba mi alegría
y mi gran cultivo de café, pronto el café fue cargado en las bestias y
prestos apresuramos el paso hacia mi rancho, tal vez para que lo
100 Jairo Veloza González
oscuro no nos cogiera o más bien para que no tuviéramos una
sorpresa siniestra en la mitad del camino.
Una sorpresa siniestra a la cual se huye pero jamás deja de
perseguirte,
Una sorpresa siniestra como fantasma diabólico no para de reír,
Un fantasma enfermo y despiadado al que le llamamos muerte,
Pero al que todos respetamos y en ocasiones nos burlamos.
Pronto llegaríamos a casa y tengo que admitirlo, que sin vivirlo o
estar allí, solo la voz de una noticia y de un efímero chisme
provinciano, nos cambio la vida a todos en aquel lugar.
Melodías de dolor 101
CAPITULO SEGUNDO
“LA VIOLENCIA ANTE NUESTROS OJOS Y NADIE SE
DABA DE CUENTA”
Los días transcurren en completa normalidad pese a que en las
noches y en ocasiones a la madrugada, se escucha el recital de los
perros que alertan ferozmente, la presencia de algo que se mueve
entre las montañas de la vecindad, mas sin embargo, jamás
coloque la suficiente atención a eso, pues como vivíamos en el
campo, en medio del monte, creíamos que los ladridos continuos
de los perros era algo normal y que se trataba de alguna cacería
que un vecino estaría haciendo, pues por lo general a esas horas de
la noche salían los animalitos del monte en busca de alimento,
pero la realidad era otra y aquellos animales de monte, los
supuestos armadillos, faras, borugas entre otros, no eran más que
feroces centinelas que rondan silenciosamente cada una de las
veredas del pueblo, feroces animales que en dos patas y armados
hasta los dientes, se agazapan con sigilo en cada rincón, un rincón
que no era fácil de detallar y que para los ojos de los campesinos
pasaban desapercibidos.
Cada noche y durante cientos de noches más, los ladridos de
aquellos perros jamás pararon convirtiéndose en un martirio
infinito, desde que anochecía hasta que amanecía, los perros
alertaban con sus latidos a todos en la vereda sobre la presencia de
estos seres armados, pero muchos nosotros que pecábamos por
inocentes en creer, que eso era normal y qué aquella forma de
latir extrema, no era más que una pobre perrita que andaba en
calor y que eso hacia alebrestar a los perros machos, o en
ocasiones pensábamos que podía ser fulanito o menganito que
lleno de guarapo se había refundido de casa y en muchas
ocasiones más, pensamos que podía tratarse de brujas, animas en
pena o el mismo putas que estaba buscando a algún cristiano que
no le era fiel a Jesús, pero todo eso era solo una quimera, pues la
102 Jairo Veloza González
verdad, el diablo, las brujas y las animas, estaban más vivos que
nunca y al igual que ellos, les gustaba la noche para hacer de las
suyas.
La vida del campo cambio totalmente, la estancia y el compartir
con los vecinos, el dialogar a ciertas horas de la tarde o de la mañana
se convirtió en un problema y que nos obligo a conversar bajito y lo
debidamente necesario, “porque en boca cerrada no entra plomo”,
esto nos llevo a utilizar con frecuencia la siguiente frase:
-“! Cuidado mijito, hable bajito, que el monte tiene orejas!”, era tal
la situación de todos nosotros que debíamos de hablar a murmullos
y en ocasiones a señas, solo para que nadie se enterara de lo que
hablábamos, una situación que la vivimos a diario, y es claro
decirlo, pero si los perros nos quitaban valiosas horas de sueño, en
el día, el monte y todo lo que estaba allí, no nos dejaba estar
tranquilos. Pese a que vivíamos en una calma aparente, fue muy
duro para mí y mi familia, pues poco salíamos, además de que el
trabajo rendía menos y la plata se estaba tornando escasa; la vida en
el pueblo que ayer era alegre y que hoy era triste, había cambiado
desde ese momento cuando en naranjal al pobre matarife lo habían
asesinado; una calma aparente que nos tomaba del pelo y tal vez de
otras cosas también, burlándose sin piedad de todos nosotros,
castigándonos demencialmente, llevándonos al punto de sufrir un
paro cardiaco y de algo si estoy seguro, que muchos de los que
vivimos allí, que nunca tuvimos enfermedad alguna, hoy vivíamos
con una hipertensión aguda difícil de controlar y a punto de
colapsar!”.
Un mes después del comienzo de la incertidumbre, un horrible
episodio sacude el corazón agitado de los campesinos, el cadáver
de un hombre trabajador, y que residía a quince minutos del casco
urbano, era encontrado por labriegos entre las ollas del trapiche y
que fe ultimado por disparos, de inmediato la zozobra reino y llego
velozmente a cada rincón del pueblo y otros mas, atemorizando
ferozmente a los habitantes y postrándolos a la merced del miedo y
el terror. Un hecho que dio muchas vueltas y que despisto a toda
Melodías de dolor 103
la gente, pues muchas fueron las versiones pero ninguna daba
luces sobre la verdad del hecho; muchas de esas versiones hablaban
de que era una venganza pues acusaban al pobre muchacho de
haberle quitado la mujer a el patrón, o que por motivos de una
aparente herencia, le daban por asegurado la muerte, y eso llevo a
que la gente del campo y del pueblo estuviera en una aparente
calma, mas sin embargo y luego de que el inspector de policía y de
las declaraciones de algunos testigos que salieron huyendo para
otro pueblo, afirmaron que el pobre hombre fue asesinado por
gente armada y encapuchada y que habían llegado del monte, y de la
misma forma como llego, se esparció rápidamente por todos los
lugares posibles y alborotar aun mas, el nerviosismo de todos los
pobres campesinos.
-“! Oh miedo maldito, que poco nos deja dormir,
Que nos lleva a tener horribles sueños,
A convulsionar en sudor y frio,
Un maldito miedo que nos empuja al lecho,
Pero del cementerio!”;
-“! Un miedo incesante que comienza a las seis de la tarde
Y cesa por un instante cuando amanece,
Pero solo por un instante, cuando aclara el día!”;
-“! Un miedo que satisface su ansiedad,
Con el sufrimiento de todos los inocentes,
Y el llanto ahogado del monte y la selva;
Un aire frio, osco y de horrible,
Se siente por cada vecindad,
Los vecinos que buenos amigos eran,
Hoy se miran en la lejanía, previniendo tal vez,
Cualquier rencilla que le otorgue el pasado,
O tal vez crean suponer que ellos,
Sus vecinos y amigos de toda la vida,
Sean personas malas que atormentan su sueño!”.
-“! La vida en el campo cambio,
104 Jairo Veloza González
Y vaya si cambio, pues cambio para todos;
La misa del domingo es apenas un rito rápido y sin fe,
El mercado es apenas un compromiso conyugal y no social;
Definitivamente la vida nos cambio,
Cuando el fusil y su portador,
Llego a nuestras parcelas y nuestro campo sagrado,
Pronto huyo hacia un lugar seguro;
La alegría se escabullo y con ella la algarabía campesina,
La minga y el convite de los lunes y los jueves,
Se aplazo para otra época en un futuro lejano;
Ahora cada uno como pueda, defiéndase,
No importa si esta viejito y solito,
O más bien si tiene muchos hijitos o más de dos mujeres,
Pues al pobre campesino, todos en general,
Les cambio la vida en un segundo!”.
Era una extraña mezcla de emociones, pues nadie a ciencia cierta
sabía lo que estaba pasando, nadie supo sobre quiénes eran los que
vivían allí, en el monte, pero más sin embargo, casi todos teníamos
la misma certeza y eso que vivía allí, en medio de los matorrales y
que a lo lejos y muy sigilosos nos vigilaban, no eran personas de
bien y mucho menos las hermanitas de la caridad que siempre
llegaban a final del mes para consolar a los más desvalidos, que eran
muy pocos a hasta esos días. Nadie en absoluto los había visto por
el camino o por el campo, nadie sabía cómo eran y mucho menos si
eran muchos o pocos, nadie sabía nada y eso si era un problema
grave; -¡por mi parte jamás los había visto hasta ese entonces y lo
mismo sucedía con mis amigos y familiares, entonces ese gran
dilema de sortear a un enemigo pacíficamente, se convirtió en una
gran lotería, porque no sabíamos exactamente a que nos
enfrentábamos, llego el momento en que todos con ojos
acusadores nos mirábamos entre sí como si el hombre o la mujer de
al lado fuesen las personas que habían cambiado nuestra vida a
punta de fusil y una granada!; y la verdad no estábamos lejos de la
Melodías de dolor 105
realidad y como mas adelante lo van a ver, muchos de nuestros
amigos y vecinos, participaron en contra de su voluntad en una
guerra absurda que no era la suya.
-“!Días después, y como de costumbre salía para mi finca en
compañía de mi esposa, mientras mis hijos muy juiciosos partían
para la escuela del pueblo; como un ritual sagrado, acomodábamos
en nuestras mochilas, los fiambres y dos botellas de guarapo, para
aliviar en parte nuestra extenuante jornada, que consistía en limpiar
la cementera de yuca, arreglar los bretones de plátano y coger una
que otra semilla de cacao, para así poder venderlo el domingo y
comprar la carne para la semana y de esta forma y por años y sin
renunciar trabajábamos consagrados de lunes a sábado para
nuestra familia y nuestra parcela!”.
En el camino hacia nuestra finca llamada “El Descanso” y que era
de propiedad de mi señora, todo andaba normal y sin problema
alguno, un camino despejado y claro, pero que en ese día se torno
diferente; cuando terminamos la cuesta más empinada, un gran
amigo de la casa, Don Nereo Zarate, un viejo ganadero y buena
gente y que en ocasiones prestaba hasta dinero a intereses poco
confiables. Se le conocía como un hombre elegante y siempre
vestía de blanco, así fuese para salir al baño o darle de comer a los
cerdos, siempre utiliza un sombrero de pluma roja, ¡ya que
sorpresa!, pues el hombrecito no vivía por esos lados, ya que
habitaba muy lejos de allí y la mayoría de sus negocios los hacía en la
cabecera municipal. venía muy agitado, sin sombrero y con una
camisa amarilla que vestía por fuera, venía muy afanado, casi nos
tumba pasando por nuestro lado y levantando apenas sus ojos para
ceñir las cejas y darnos un saludo poco emotivo y más bien como
una despedida vacía y fría.
Mi esposa y yo, nos quedamos parados viendo como caminaba a
mil revoluciones por minuto el pobre viejo Nereo, luego nos
miramos para comentar algo sobre el respecto, cuando la voz
marcial de un hombre veterano, nos saludo cordialmente:
-“! Buenos días señores, como les ha ido, van camino para la finca!”;
106 Jairo Veloza González
-“! Buenos días patrón!”, contestamos
-“! Sí señor, vamos para la finca a trabajar!”, replicamos y nos
quedamos congelados mirando a aquel hombre, un individuo alto,
delgado, con barba y bigote, que llevaba gorra y mochila, además
estaba acompañado por tres hombres más, todos jóvenes y quienes
también llevaban maletas.
-“!Bueno que les vaya muy bien!”, despidió concluyente el hombre,
nosotros continuamos con nuestro camino sin jamás mirar hacia
atrás, por aquello “que la curiosidad mato al gato”, sin embargo,
segundos después, tal vez unos cinco o diez segundos
aproximadamente, justo cuando íbamos a comentar con un
guarapo, aparecieron en el horizonte tres personas más, un
hombre y dos mujeres, quienes se quedaron mirándonos
fijamente, caminaron un poco más y se detuvieron frente a
nosotros , allí una mujer muy simpática nos saludo y nos pidió un
sorbo de guarapo para ellos, pues venían de lejos y estaban
sudando bastante, allí mi señora les alcanzo el galón del guarapo y
la muchacha la tomo con tremenda ansia y sin pena, mandándose
un trago enorme, entonces mi señora replica:
-“! Su merced tenga cuidado que usted está bastante calurosa y
tomar así guarapo, le puede torcer hasta el pescuezo!”;
“! No se preocupe mi señora, que yo ya estoy muy acostumbrada,
además como dicen en mi pueblo “hierba mala nunca muere”!”;
Terminaron la primera ronda con bastante agrado y comenzaron la
segunda, el muchacho quien agradeció a mi señora con una sonrisa
me regreso la botella, pero yo no sé la recibí y le dije que se la
llevaran pues nosotros llevábamos otra para calmar la sed del
trabajo, a lo cual mi señora asintió con la cabeza y con una sonrisa,
no sé si era una sonrisa fingida o porque el muchacho le había
agradado, “y no crean que a uno después de los cincuenta todo lo
que este bichesito a las muelas les hace bueno”.
-“!Gracias mi señora que mi dios la bendiga y que les rinda en la
huerta!”, replico la muchacha, mientras la otra muchacha,
Melodías de dolor 107
guardaba el galón entre la mochila diciendo; -“!Guardémosla,
porque aquellos nos dejan sin una gota de guarapo!”, justo cuando
guardaba el galón, observe que llevaba algo parecido a una pistola
de color plateado, de inmediato cambie la mirada para otro lado, la
muchacha siguió como si nada, tal vez no se daría cuenta de que yo
la estaba mirando.
Continuamos con nuestro camino y como es obvio sin voltear hacia
atrás, para evitar problemas y otras cosas más, nuestro paso fue aun
mas rápido, no cruzamos palabras en absoluto, y luego de la clase
de conservación humana aprendimos la lección que mi compadre
nos enseño, “el monte tiene orejas”, incluso en la misma finca en
medio de las plataneras, no cruzamos palabra alguna, solo miradas y
gestos para entendernos.
Así paso nuestro día, en medio de la intranquilidad por lo visto y
por lo que vendría, horas más tarde y cuando estábamos de regreso,
venían dos vecinos más del pueblo, uno de ellos don Gerardo un
comerciante de café que era muy prospero y exitoso en sus
negocios, pues era el único que compraba café y lo llevaba en varios
camiones para la capital, junto a Él, venia un señor recién llegado al
pueblo y que era propietario de un almacén de víveres, ambos
venían cansados y en completo silencio, solo se detuvieron para
descansar, allí don Gerardo nos pidió algo de tomar, claro nosotros
con semejante susto de la mañana, poco guarapo habíamos tomado
y obviamente lo compartimos con ellos, ni una palabra
compartimos, solo miradas, entonces don Gerardo, nos pregunto:
-“! Van para el alto a la cita!”,
_”! No señor, vamos para la casa, es que nosotros vivimos aquí
cerquita!”, replico como siempre mi señora.
-“! Muchas gracias por el guarapito!”, refirió el señor, terminando el
trago de guarapo, se despidieron rápido en la distancia, ambos
hombres pronto se perdieron por el barbecho, mientras nosotros
de nuevo, quedábamos sorprendidos y sin palabra alguna,
finalmente en cuestión de segundos acabamos con lo que quedaba
del guarapo.
108 Jairo Veloza González
Reanudamos nuestro camino de regreso a la casa cuando a lo lejos
observe que venía don Nereo Zarate, quien advirtió nuestra
presencia y sin pensarlo, se lanzo por un estrecho, para evitar
encontrarse con nosotros, mi señora y yo, nos miramos de nuevo y
como se estaba volviendo costumbre, no dijimos nada y seguimos
caminando como si nada. En el fondo de mi alma, sabia que algo
no estaba bien pero aun no lograba dar cuenta con lo qué sucedía,
tal vez me negaba a creer o porque mi temor no me dejaba ver
claramente lo que estaba sucediendo, porque nosotros en el
campo, estamos acostumbrados a vivir tranquilos y sin problema
alguno, porque a pesar del tempo y el agite del mismo, nosotros
vivimos con calma y paciencia, rehusándonos a creer que todo ha
cambiado.
_”! Como ha cambiado nuestras vidas en el campo,
En la parcela que tanto nos ha querido,
Un cariño que solo una madre conoce
Y que un hijo responde,
Un amor que solo el campesino conoce por su cultivo
Y la tierra que lo pario;
Un amor que solo conoce el campesino,
Por sus cotizas, el azadón y la macheta;
Una herencia ancestral que jamás olvida,
Y que la transmite a sus hijos y a sus nietos,
Una herencia que huele a molienda y sabe a panela y café,
Una herencia que solo conoce los secretos de la tierra,
Una herencia de indios, españoles y de sus abuelos,
Una herencia que le dejaron sus padres,
Y que el campesino le dejara a sus hijos;
Una tierra mágica y ensoñadora,
De grandes atardeceres y bellos amaneceres,
Una tierra fértil, de grandes cafetales y cañaduzales,
De armoniosas heliconias que alardean su belleza,
Con flores primaverales y rosas angelicales;
Melodías de dolor 109
Una tierra celestial que vio nacer a todos mis ancestros
Y que de seguro vera nacer a toda mi descendencia,
Una tierra especial y agricultora,
De grandes campos verdes y coquetas quebradas,
De ruiseñores y pájaros cantores,
De esencia floral y azucenas,
Que endulzan la mañana de todos los campesinos,
Y de todos los que labran estas tierras;
Una tierra que no desconoce a nadie,
Y que los recibe como a sus propios hijos,
Sin importar que negro destino traigan a sus entrañas,
O que buena fortuna traigan sus hijos y sus nietos;
Una tierra que abraza a todos y no desampara a nadie,
Una tierra que a diario es ultrajada,
Pero que perdona sin condiciones,
Una tierra que es mi tierra, la de mis hijos y la de mis nietos;
Una tierra que ama y sueña, que encanta y enloquece,
Que vive para mí y para mis hijos,
Y para todo aquel que quiera vivir en ella;
Una tierra que no conoce maldad alguna,
De ríos puros y claros,
De inocentes niños y travesuras juveniles,
De amores límpidos y fieles,
De hombres trabajadores y mujeres hogareñas,
De jóvenes y niños que guardan con recelo,
Su historia y su presente;
Una tierra que no conoce maldad alguna,
Que aun no lleva las manchas negras del pasado y su futuro;
Una tierra que siembra su presente con semillas de paz,
Una tierra que no conoce los granos de la pólvora,
Y el horror del acero y el plomo;
Una tierra que coqueta vive enamorada de su presente,
Orgullosa de su pasado,
Y amorosa por el bienestar que le depare el futuro;
110 Jairo Veloza González
Esta es la tierra que me dejaron mis padres y mis abuelos,
Una tierra inocente y sana,
Que vio crecer con anhelo a mis hijos y pronto a mis nietos;
Una tierra que no conoce maldad alguna, pero que pronto
conocerá,
La mano siniestra del terror y la violencia,
Y que castigara con sevicia y sin compasión,
A todos y cada uno de sus hijos;
Una tierra que aunque no llora,
Sus pupilas pronto brotan sangre,
Resignada ante un futuro incierto,
El futuro de todos sus hijitos,
Que no están preparados para la guerra,
Y que solo por herencia,
Saben empuñar el azadón y la pala,
Y así llenar con orgullo las despensas de todos sus prójimos;
Un magnifico campo y un gran campesino que teme morir,
A renunciar al amor de su familia y su parcelita!”.
De esta manera y durante varios semanas una gran tempestad arraso
con los cultivos, los campesinos y los hogares, y pese a ello nos
negábamos a creer que todo estaba mal y que aquel hombre que
cruzaba frente a nuestras narices, no era más que un pobre labriego
y no un guerrillero, asumiendo que todo ese embrollo no era nada
más que un vil chisme, tan solo un asunto algo pasajero, que pronto
partiría como llego, sin que nos diéramos cuenta, era cuestión de
días para darnos cuenta realmente que algo raro estaba sucediendo,
una fea situación que nos negábamos a creer y que solo era cuestión
de esperar y que ojala y la voluntad del todo poderoso aleje para
siempre la maldad, pero la verdad, apenas esto era el comienzo de
un gran vendaval que cambio para siempre la vida de todos
nosotros, los pobres labriegos que inmersos esperamos la agonía de
un capitulo mas.
Melodías de dolor 111
Así transcurrió cada día que evidenciaba el desfile forzado de
notables y grandes personalidades del pueblo y de otros mas,
quienes circularon preocupados por el frente de mi rancho,
siempre bajo la atenta mirada del francotirador apostado en
cualquier rincón del espeso monte, todos ellos, pobres hombres
obligados a cumplir una cita a la cual no debían de fallar.
112 Jairo Veloza González
CAPITULO TERCERO
“UN SERMON POCO ALENTADOR”
Como era de costumbre, los domingos nos levantamos un poco
más temprano para alistar la mejor ropa de nuestro armario,
porqué sin duda el domingo era el día social, de mercado y
obviamente de ir a misa, o como dice mi comadre, “de entregarse
al Señor”, un día casi ritual que permaneció por muchos años
intacto y cuyo ejemplo lo aprendimos de nuestros abuelos. Desde
pequeños aprendimos que cada domingo era de respeto y se debía
de comportar de igual forma, se debía de salir con la mejor ropa y
los zapatos totalmente lustrados o al menos las cotizas
perfectamente limpias.
El domingo se caracterizo por ser un día muy especial, tanto para el
pudiente como para el humilde, como para la familia o para el
soltero, el viudo o el divorciado; un domingo al que todo el mundo
sale a comprar la carne y el kilo de sal, el maíz para los pollos, las
pilas para el viejo radio transistor, o simplemente para
encontrarnos con la familia, mandar recados o saludos, o también
para visitar la tumbas de los antiguos y finalmente para tomarnos
una cerveza con los compadres y los amigos, o también para
negociar desde una res hasta una carga de yuca sin recoger y
muchas cosas más que solo en ese día se podía hacer, sin contar
que en ese día la alcaldía y el banco agrario atendían sin falta al
público. Un día especial donde se descansa y se distrae, olvidando
un poco el fuerte trabajo del campo.
Como siempre salimos todos hacia el pueblo, como vivíamos lejos
del pueblo, debíamos además de sortear un feo camino con lodo
hasta las orejas, debido a que allí, en mi querido pueblo, llueve
todos los días y de qué manera, de ahí que muchos en la región, lo
llamaran “cielo roto”. Debíamos de meter los zapatos lustrados y
limpios entre una bolsa, llevarnos puestas las cotizas para no
embarrarlos, hasta que llegáramos al pueblo, allí nos quitábamos
las cotizas y la metíamos entre la bolsa, luego la escondíamos entre
Melodías de dolor 113
la maleza para no cargar con ellas en el pueblo y dar cuenta de que
veníamos de lejos por un camino vuelto mierda.
Como era costumbre en la familia, mi esposa se encargaba de
comprar la carne, las verduras y la papa, en cuanto a mí, compraba
el maíz para los gallos finos y era deber sagrado, comprar primero
lo de los gallos de pelea, luego a donde don Luis Enrique Bolaños
compraba el mercado de grano, el jabón, las pilas para las linternas
entre otras cosas más, en cuanto al oficio de mi señora al comprar la
carne, en un pueblito tan pequeño y con una economía tan
diminuta, no se sacrificaban más de cinco reses por semana, pero
en un pueblo donde hay apenas cinco mil campesinos pues cinco
vacas no dan abasto mas si están flacas, y tal como lo he repetido en
el campo todo es tradición, si mis taitas compraban a donde don
Venancio, yo continuare comprándole al hijo, porque es la
continuación de nuestros ancestros y tal vez de las buenas
relaciones, mi señora antes de entrar a misa, primero encargaba la
carne y la papa, cosa que era bien difícil, pues todos allí nos
poníamos de acuerdo para lo mismo, vaya que lio, pues muchos
llevaban carne de primera y otros llevaban por obligación carne de
nuca. Mientras tanto yo, amarraba las bestias en el coso municipal y
los muchachos guardaban las maletas donde la compra café,
aprovechando que éramos clientes de vieja data y el propietario
nos tenía bastante aprecio.
Terminada la misa, encargada la carne y el mercado, me
encontraba con mis compadres, porque si hay algo que es único, es
que los compadres y los ahijados son de mucho respeto y
solemnidad, ya que es la extensión del vínculo de la familiaridad.
En el campo aun y pese al paso veloz del tiempo, existe el respeto y
la admiración por el compadrazgo, donde existe aun el apoyo
mutuo, la solidaridad y el buen trato, y como buen campesino y
como buen compadre que se respeta, me olvidaba de mi familia y
solo tenía a mis compadres como piezas importantes de mi vida en
ese día, hay que ser claros, nos metíamos a donde Doña Flor, que
es la dueña de la agencia de buses y donde además tiene la única
114 Jairo Veloza González
droguería del pueblo, para echarnos unas poquitas polas, para
olvidar el sermón profético del padre que advirtió rotundamente
sobre los graves problemas que llegarían con las armas y las matas
de coca que estaban sembradas aquí y allá por el monte y en las
fincas de las gentes buenas. Pero pese a ello, uno como campesino
pasa alegre entre el jolgorio y la copla picardosa, aguantando la risa
y echando de menos los buenos recuerdos, y no podían faltar los
malos comentarios que intencionados provocan mucha rabia; pese
al sermón del santo cura que avisaba de forma cruel que el culo
debíamos cuidar de aquella genta mal intencionada, para mí y mi
familia y muchas familias mas, un domingo cambiaba la rutina del
trabajo en las parcelas, Alegrándonos por un día nuestras vidas y la
de los abuelos y de seguro la de nuestros nietos.
Antes de que comenzara la misa y el presagio real de una noticia
que evite creer, mi señora como buena heredera de la sangre
paisa, vendía las deliciosas arepas de maíz pelao únicas en su clase y
que contaba con gran cantidad de clientes que hacían fila para
poder comer al menos una. En cuanto a mis hijos la demora era
amarrar las bestias y corrían a buscar a sus amiguitos de la escuela
para jugar canicas, el trompo o piquicuarta , alejados para fortuna
suya de todo comentario, chisme o sermón maltrecho que alerto
para siempre el corazón de todos los campesinos, pese a que el cura
lo hacía con buen intención, sopena de correr peligro su propio
vida, pues certifico y declaro con tino, que algo raro sucedía y tenía
que ver con gente muy mala, mientras que todo eso sucedía, yo
estaba contento en la tienda de la cucha, contento y cantando las
melodías que a mí me gustan, gastándome por cierto lo poco que
nos dejo el café.
Recordé entonces cuando al pueblo llegue ese domingo donde el
cura declaro su sermón doliente, y fue el campanario que entono
las bellas tonadas angelicales para llamar a todos los fieles a misa,
como ovejas fieles que siguen el rebaño, seguimos obedientes el
llamado dejando a un lado todo lo que hacíamos, para
encontrarnos juiciosos en el atrio de la iglesia, en igualdad de
Melodías de dolor 115
condiciones para escuchar los sermones más hermosos de un vejo
curita al que todos querían y veneraban y que bajo su mano, bautizo
a la gran mayoría de adultos, jóvenes y bebes y hasta había casado a
medio pueblo, además de confirmar y de escuchar en confesión a
tres cuartas partes del pueblo, porque el restante le daba vergüenza
confesarle sus pecados ya que el pudor les podía más en el culo que
en el alma.
La iglesia era tan pequeña e incómoda que la gente salía a recibir la
comunión desde el parque del pueblo, pero pese a ello, tenía
muchas cosas de interés como la portada principal, donde cientos
de fósiles en formas de marmajas, cuarzos y conchas fosilizadas de
caracoles y anemonas, daban la bienvenida a todos los feligreses.
Era una iglesia muy pequeña y humilde como el pueblo, pero que
daba albergue a todos sin rechazo y del cual su único tesoro, era una
vieja campana de oro que otro cura avivato robo en sus años mozos
y la llevo a otro pueblo.
Pronto la iglesia se colmo por doquier, el atrio de la capillita no dio
abasto, todas las actividades del pueblo pararon por respeto, todos
en el pueblo y en el campo asistían devotos a la misa del viejo cura;
un sacerdote que en su lento andar y pesado abrigo, llegaba hasta el
pulpito, en donde todos en absoluto y en perfecto silencio
observaban cada detalle del prelado. Dos grandes ventiladores
recibían con su fresco rechinar a todos los que estábamos allí,
existían pocos enseres pues el dinero de las ofrendas era escaso
para adquirir objetos religiosos, sin embargo la pequeña capilla y la
humildad en la que se levantaba le daba un contraste sentimental al
pueblito de mis cuitas.
En el fondo de la iglesita se levanta póstuma una gran cruz con Jesús
crucificado y a un lado, orgullosa por la pobreza la caja fuerte que
en su interior guardaba una antigua copa de palta de la conquista
además donde el cura guarda con celoso cuidado todos los
artefactos valiosos de su fe y el inseparable vino de consagrar.
Suenan las campanas y el viejo cura inicia la homilía, pide que todos
sin excepción ante la cruz hagan con respeto una reverencia, luego
116 Jairo Veloza González
de la meditación y de la lectura de la palabra, basto una sola frase
para que el cura nos hiciera entender que ese domingo y los demás
que llegarían jamás serian los mismos, que de ahora en adelante el
domingo en vez de alegría, traería miedo y desazón, terror y olvido,
que la unión familiar pronto seria cuestión del pasado; solo basto
una frase de aquel viejecito para que entendiéramos todos, que
todo en el pueblo cambio y que nuestras vidas no serian las
mismas; ¡en ese día entendí que nuestras vidas en el campo, en el
trabajo y la alegría familiar cambiaría para siempre, dejando a un
lado los buenos recuerdos y enfrentando cobardes la nueva
realidad del pueblo.
Solo basto una frase para recordar que los episodios de los últimos
días, nos alertaban de que debíamos de vivir precavidos y en total
silencio, de hablar con murmullos y muchas señas, de que cuando
latían los perros no era para cazar sino para alertarnos de que los
malvados comenzaban su cacería. Entendí que todo lo que nos
había pasado no era azar de la vida sino un capricho maligno de
aquellos que llegaron; entendí que todos esos amigos y vecinos que
pasaron por el solar de mi casa, no marchaban hacia a un paseo,
caminaban obligados a dar tributo a un rey falso, entendí luego que
muchas de las cosas que llegaron a mi cabeza no eran cuestión de
locura y que aquella gente que había visto, gente que no era de allí,
venían para quedarse aquí, ¡cueste lo que les cueste!.
Luego de llamar las campanas a todos los creyentes, el sermón llego
con un cura alterado que poco respiro y que con tono airado
desafío a la guerrilla.
-!Hermanos y hermanas de este pueblecito de Dios, olvidado por
el Gobierno y satanizado por las armas que remplazaron al azadón
y el arado, la calma de nuestro pueblo que tanto orgullo y alegría
nos ha dado, hoy se ha visto atrofiada, al ver que sus campos han
sido invadidos por grupos ilegales armados en busca de territorios y
poder. Han llegado sin pedir permiso a cada una de las casas y en
especial, de esta, la casa de dios!
Melodías de dolor 117
¡La llegada de un vil demonio que busca dominar nuestras almas y
los campos, se nos ha presentado en varias ocasiones y en
diferentes rincones de nuestro pequeño pueblo, un horrible
demonio cargado de armas que utilizara a su antojo para pervertir a
los pobres campesinos y a sus hijos, pero solo la voluntad de dios
que es su guía, podrá liberarnos y sacar a estos demonios de
nuestros campos! , ¡Paciencia y mucha fe, que pronto todo
cambiara!, declaro enfurecido el sacerdote a los cientos de
feligreses que atentos no perdían detalle a las palabras del cura,
pronto unos a otros nos miramos y agachamos nuestra mirada, ante
una evidente verdad que solo el cura conocía.
Llego la meditación y con ella una oración global para que la calma
regresara a nuestros hogares, luego surgió un sentimiento popular
de pedir al dios del cielo, la piedad suficiente para que nuestras
almas no sufrieran con la maldad que se avecina, no había duda de
que todos los que habíamos allí, éramos buenas personas, a
excepción de unos pocos como mi suegra y mi primera esposa y su
marido.
Era la misma petición reflejada en cientos de voces que en el fondo
del pecho querían salir pero no podían, ante el miedo de que
alguien los delatara. Pronto la misa continuo normal y su sagrada
rutina también, al final de la homilía las nefastas profecías del cura
se verían plasmadas afuera del templo, ya que los comentarios y las
suposiciones nos llevarían a entender que todo lo que estaba
sucediendo era producto de una guerra por la posesión de grandes
extensiones de tierra repletas de matas de coca y laboratorios para
el procesamiento del alcaloide. Pronto la gente que estaba en el
pueblo salió en desbandada en busca de su rancho, dejando atrás
un domingo que en familia disfrutaban, un domingo que
compartían los campesinos por su descanso y que era la única
forma de enterarse en las cuestiones del banco y del comité de
cafeteros y a la vez comunicarse con sus familias en el pueblo y en
Bogotá, un domingo que compartían alegres con sus amigos y
compadres, olvidando por ese día, la dura jornada de trabajo y
118 Jairo Veloza González
necesidad, para terminar enclaustrados para siempre entre las
paredes de su rancho.
Pronto el pueblo que permanecía repleto de gente quedo
desocupado, sus pequeñas callecitas quedaron vacías, las fondas y
las guaraperias quedaron en silencio al no tener clientes, pronto la
oscuridad llego, luego la lluvia de truenos y relámpagos disperso
las pocas almas que se negaban a marchar tan temprano a sus
ranchos. Cada campesino realizo cada una de sus diligencias sin
demora y haciendo lo necesario para que luego en casa, no se
lamentaran de algún olvido o de un encargo jamás hecho.
Partimos para nuestros ranchos, tomando un camino largo y difícil
y al igual a los días que antecedieron al domingo, no se hablaba más
de la cuenta y siempre que nos referíamos a algo, hablábamos lo
necesario y punto, no hablábamos mas, pronto en mi caso, no le
permitía a mi señora o a mis hijos, hablar más de la cuenta y en
muchas ocasiones les prohibía opinar, solo los limitaba a escuchar
y aceptar solo lo que yo o su madre les mandara, y cuando debían
de hacer algún mandado les exigía guardar silencio y no hablar
para nada, así los vecinos se lo pidieran.
No sé si ustedes me entiendan, pero en el campo, estamos
acostumbrados a otro tipo de cosas, y que siendo humildes y
sencillas para muchos, para nosotros son de gran valor, como es el
caso del día domingo y que aunque ustedes no lo crean, es el único
día donde el pobre campesino descansa, donde asiste a misa,
realiza sus quehaceres con los vecinos y familiares, donde compra
el mercado y la carne, y donde toma cerveza y canta, así solo haya
para una sola ronda.
Fueron muchos domingos, cientos de ellos en medio de la zozobra
y el terror, muchas semanas que a cantaros queríamos retornar a la
vida de antes, pero que obligados a nuestra voluntad, debimos de
aceptar la nueva vida del campo y la de nuestros pequeños hijos,
fueron muchos meses en los que la alcaldía y el estado no hicieron
nada por salvarnos, muchos años en los que mudos y ciegos,
Melodías de dolor 119
debimos de acatar las órdenes impuestas que obedecimos pero
jamás aceptamos en el fondo de nuestro ser.
En casa las palabras fueron cortas y poco entendibles, pronto los
gestos cambiarían las palabras y las frases, dichos gestos se fueron
agudizando hasta hacerse perfectos para determinar cada acción en
la casa y en el campo, por cierto junto con ellos aumentaron los
pellizcos para llamar la atención y sobraron las miradas amargas
para informar de que no estábamos de acuerdo con algo, surgieron
los gestos tristes y de disgusto también, y también aparecieron las
muestras de dolor representados en los famosos gestos que no nos
dejaban gritar por nuestro inconformismo, dejando en nuestro
pecho, un nudo difícil de desenredar.
¡El trabajo en la parcela bajo sorprendente y de qué manera!, mi
compadre Rogelio Morales no regreso por la finca y junto a él, cada
uno de mis demás compadres, familiares y grandes amigos,
temerosos de algo, pues sabían que por el frente de mi casa,
pasaban noctámbulos la gente del monte y sin olvidar por cierto,
que allí muy cerca, estaba el legendario matadero, donde
sacrificaban el ganado y a uno que otro cristiano, tal vez temían por
que su vida se sacrificara allí, o tal vez pensaban que yo y mi familia
fuéramos parte de este macabro plan que nos daban los comandos
suicidas.
Ante los excesos de violencia y malas noticias, mis nervios
colapsaron, me llevaron directo a postrarme en una cama durante
meses, dejando a mi familia en medio de la incertidumbre y la
pobreza, pero en cambio a mi pobre mujer le toco enfrentar con
una responsabilidad que no era la suya, pronto el negocio de las
arepas decayó y el café también, pues el dinero pronto empezó a
faltar, muchos de los ricos y dueños de casas del pueblo, se
marcharon hacia otras ciudades en busca de protección y de mejor
fortuna y como si fuese poco, tuvo ella que lidiar conmigo pues no
me podía mover. Nosotros, en especial mi señora se dedico a otros
quehaceres para sostener la casa, hasta el punto de alquilarse para
lavar la ropa del notario y su secretario, del alcalde y el gerente del
120 Jairo Veloza González
banco además de cinco policías, trabajo mucho de sol a sol y hasta
continuaba de largo en las madrugadas, incluso los domingos cerca
de la media noche se ofrecía para alistar las vísceras del ganado
recién sacrificado y como testimonio agónico de los abuelos, ¡a
todos y a cada uno nos llego la roya, porqué ese enfermedad que
llego a nuestros campos nos jodío a todos y nos iba a joder uno por
uno!.
El curita por su avanzada edad, fue trasladado de urgencia a otra
parroquia, debido a la baja presión de su corazón a la presión de su
familia que temía por su vida, en cuanto a el alcalde municipal
permanecía desde hacía días escondido en el pueblo por petición
de la policía, ya que su seguridad se encontraba en peligro, pues la
gente del monte lo buscaba con urgencia, así la única autoridad
vigente, era el secretario de gobierno que con sus años y su
empírico aprendizaje, trataba ni por el putas de no inmiscuirse en
esos problemas, ¡como dirían los muchachos de mi compadre!, “se
hacia el loco”, en cuanto a los nueve policías, no salían del cuartel
ni siquiera para ir al baño, pues estaban acuartelados en un
supuesto primer grado, los negocios y las pocas tiendas que habían,
permanecían casi siempre cerradas y cuando estaban abiertas,
poca clientela tenían, los buses dejaron de llegar con la misma
frecuencia y de igual forma los viajeros. Para colmo de todos los
males, la carretera que era la única vía de comunicación con la
ciudad y otros pueblos, fue devorada por un gran derrumbe que
nos llevo a vivir varios meses incomunicados además de que la
guerrilla dinamito un puente que unía al pueblo con una
inspección y esta a su vez con la cabecera regional, llegaron los
contratos para arreglar estos problemas de vías pero nadie quería
trabajar allí, por aquello de las recomendaciones a las buenas que
les hacia la gente del monte; fue una situación bastante difícil, que
nos obligo a vivir mal y abandonados a nuestra suerte, olvidados
por Dios y el estado, dejándonos en medio de la pobreza y la
guerra, una doble enfermedad o como dice el filosofo campirano,
Melodías de dolor 121
¡a vivir en medio de la doble moral, que nos hacia recordar todos
los días, cual solos estábamos!.
Pronto la subversión volaría la torre central de teléfonos,
dejándonos totalmente incomunicados y a la deriva, sin olvidar que
la tecnología de la telefonía celular no daba luces de adelanto en
nuestra región y solo muy pocos en el pueblo gozaban de este
beneficio que era tan popular en el resto del país y no era para
menos, esos pocos beneficiarios de la tecnología, debían de
combinarlo con buen dinero y la malicia indígena, pues en ciertos
sectores del pueblo y apoyados por grandes varas de bambú y
guadua y una costosa antena receptora, podían tener acceso a ese
servicio y como ustedes deben de suponer, con ese servicio la vida
cambio, pues si se ganaba cinco pesos a la semana, tres eran para el
dichoso celular, pues la gran mayoría de nosotros teníamos familia
en otros pueblos y debíamos de comunicarnos como fuera para
informarles en clave que estábamos bien pero que la cosa se estaba
poniendo caliente, en ultimas y como dice mi abuelo, ¡el que echa
bueno es el que tiene plata! y en realidad el que estaba haciendo
dinero de forma abusiva era el dueño del celular, mientras que
nosotros aguantábamos física hambre, porque el dinero ya no
alcanzaba para comprar el kilo de sal.
Pronto lo olla del guarapo y la olleta del café, empezó a destilar
telarañas y cucarachas, la yuca se sacaba cada vez mas biche, porque
ya no había que echar al fogón y lo poco que había para consumo de
la casa, se vendía muy barato en el pueblo, lo mismo sucedió con
cada uno de los productos agrícolas, llego el momento en que no
valía la pena sacar algún producto al pueblo porque los precios no
eran buenos y la gente en el pueblo los pagaba como querían y
cuando querían o porque ya no había como pagar, pues también
estaban sin dinero, la papa y el arroz falto, todo se puso sobre las
nubes y la situación para todos se torno delicada y poco alentadora.
Poco salíamos al pueblo y cuando debíamos de ir, lo hacíamos por
mera necesidad, poco visitábamos a los vecinos, amigos o
122 Jairo Veloza González
familiares. Como si fuese poco guardábamos ayuno obligatorio,
tazando con miserable humor cada grano de comida. Sin embargo,
poco a poco y gracias al tesón de mi mujer, me iba recuperando
aunque no pudiera hacer fuerza alguna y pese a la mejoría, eso me
adolecía demasiado, por tanto mi señora poco no permanecía en el
rancho pues debía de rebuscarse la comida para nosotros en el
pueblo y prácticamente mis dos hijitos vivían con ella en el pueblo,
mientras yo, con grandes dificultades cuidaba de mis animalitos y
de las pocas matas de yuca que nos quedaban, no volví a tener
obreros y el cafetal y los platanales se amontaron, pues no había
quien trabajara allí.
La rutina del campo febril le había dado cabida a la monotonía de
la pobreza, ¡donde se desea mucho pero se tiene poco!, la mayoría
de campesinos no tenían nada porque luchar y todo lo que se hacía,
era por sobrevivir nada mas, dejando atrás los consejos y los
sacrificios de los abuelos y los taitas. El campo dejo de producir
agricultura y prosperidad, entregando sus sementeras fértiles a
nuevos cultivos que pervirtieron el buen corazón y la honestidad
del azadón y la macheta, todo había cambiado y nuevas costumbres
llegaron al poblado, dejando atrás la vida taciturna de nuestras
parcelas.
-“! Atrás quedaron las cementeras de yuca, papa y arroz,
Del plátano, la mazorca y el frijol maicero,
De las habas, la arracacha y el algodón,
De la caña, el cacao y el café;
Atrás quedo la agricultura ancestral de mis abuelos,
Del azadón juicioso y madrugador,
De la chapolera coqueta y risueña,
Del arado y la yunta trabajadora,
Atrás quedo la algarabía del tinto mañanero,
Que invita a labrar la tierra de los taitas y los abuelos,
Atrás quedo el sueño de tecnificar el esfuerzo del campo,
Por mejores instrumentos de arado musical.
Melodías de dolor 123
Atrás quedo el encuentro amistoso del jornalero y el patrón,
De la minga centenaria, de los compadres y los amigos,
De la huerta familiar y el trapiche de mis abuelos.
Atrás quedo toda nuestra herencia,
Por un manojo de hierbas venenosas,
Que pudren la tierra y la semilla buena,
Un manojo de hierbas que ni siquiera el estiércol abona,
Un manojo de hierbas que seco la tierra y todos sus frutos,
Que contamino los ríos y las quebradas,
Que quemo los bosques y las selvas,
Que fulmino la inocencia de todos los animalitos del bosque,
Que cruzo de brazos al buen campesino,
Al comerciante y al citadino también.
Un manojo de hierbas que solo huelen a excremento asqueroso,
Incapaces de procrear semillas de esperanza.
Atrás quedo el campo de flores, hortalizas y frutas,
Y con ellos, cientos de campesinos,
Que no saben otra cosa,
Que arar la tierra, con bellas poesías y música colombiana!”.
124 Jairo Veloza González
CAPITULO CUARTO
“SIETE DIAS DE ETERNA OSCURIDAD”
Llegarían a nuestros campos una serie de fuertes acontecimientos
que nos reprimieron aun mas en nuestro humilde rancho, sin
derecho a reclamar o protestar, siempre sumisos ante el fusil
oxidado y su portador; viviendo un silencio eterno y olvidando por
un tiempo nuestro origen, viviendo una dictadura siniestra que no
fue impuesta por la democracia, pero que ejercía poder y que lo
hacía por encima del estado y que para efectos de nosotros los
campesinos del pueblo, por encima del mismo alcalde, que aun no
daba muestras de querer hacer algo para mantener la paz en el
campo.
Esta parte de mi vida la llame, “siete días de eterna oscuridad”, por
tratarse de sucesos horribles que se presentaron por varios meses
pero de los cuales fueron relevantes siete días nada mas, luego de
estos acontecimientos desastrosos retornaría una calma a lo cual
siempre catalogue como aparente, pues llegaba con el ejercito
permaneciendo por varios días y luego se marchaba, con la
guerrilla que se instalaba por largo tiempo.
-El primer día:
Un domingo muy de mañana no se dé que fecha, porque tanta
situación que viví cruelmente me hizo perder la memoria, lo cierto
es que muy de madrugada y estando un poco mejor de salud, salí
hacia el matadero, para que los matarifes me regalaran un poco de
sangre fresca a cambio de ayudarles a cargar la carne en las bestias y
tengo que admitirlo que era la única carne que comíamos, pues la
sangre de la res que magistralmente mi esposa preparaba, la
convertía en un delicioso plato de claros, digno de un rey y de
nosotros por supuesto, ya que sin café y cacao, no había para la
carne y debía de hacer algo para que mis hijos crecieran bien, de vez
en cuando me iba bien y alguno de ellos me daba un pedazo de
carne o una pata de la res, con el apoyo de mi esposa, tratábamos de
Melodías de dolor 125
sobrevivir.
En esa madrugada del domingo llevaba varias bestias cargadas con
presas de las vacas sacrificadas y obviamente para ser vendidas en el
mercado o lo que quedaba de él, entre la penumbra observe que
unas sombras corrían apresuradamente en medio de la maleza y
los abismos dejando a su paso, una estela de color amarillo, que no
era más que una serie de panfletos largos de dicho color y que
como normas constituyentes declaraban.
Decreto Numero 001:
Prohíbase a todos los habitantes y vecinos del pueblo, la quema y
rocería de las montañas y bosques del pueblo, por atentar contra la
flora del lugar. Prohíbase a todos en general la tala de árboles y
cacería de animales en vía de extinción, además de contaminar los
ríos arrojando basura y lavando con detergentes o jabón.
El no obedecimiento de esta norma acarreara fuertes sanciones
por parte de la organización.
-“!Vaya para el carajo, pensé en ese instante cuando lo leí, pero esa
voz interior quedo oprimida al ver a otro grupo de sombras que
bajaban rápido por la montaña para meterse al pueblo y al igual que
los otros, dejaban una mancha amarilla por doquier!”;
-Cuando llegue al matadero en pleno sacrificio, muchos de los que
estaban allí, tenían esos papeles amarillos, los cuales y en
intermedio de sus trabajos y en secreto los leían, produciendo en
ellos un estupor que los hacía rascar la cabeza y no era para menos,
pues era época de cultivar y muchos de los que estaban allí,
utilizaban técnicas milenarias para mejorar la tierra como la quema
y la rocería, y ese decreto los obligaba a dejar de cultivar, pues no se
arriesgaban a sembrar así, ya que no había dinero para abonos y
mejorar así la tierra. El tiempo determinaría que esa resolución
por fuerte que fuera, era sana y pretendía proteger el ecosistema de
esas quemas mal dirigidas que en ocasiones arrasaba con bosques
completos, al convertirse en grandes incendios forestales que
pudiesen destruir todo lo que este a su paso.
126 Jairo Veloza González
En cuanto a la caza de animales era una cosa muy difícil de aceptar,
pues muchos de los campesinos y yo por supuesto, tuvimos que
comer carne de monte, pues al no haber dinero para comprar
carne de res o cerdo, no hubo más opción que coger los perros
finos o cazadores y con mis hijos instalar decenas de trampas,
capturando todo lo que en el monte se moviera, menos
guerrilleros.
Fue así como recordé que de niño mi abuelo y mi padre salían de
cacería varios días al mes y traían con ellos, decenas de faras,
borugas, patos, armadillos y jabalíes, y así desde pequeño, me
acostumbre a comer de esta carne, que bien preparada y sazonada
es un verdadero manjar de dioses, pero que luego, después de una
evidente disminución de estos animalitos, acostumbre a mis hijos y
mi familia a comer carne de res, que es más barata, pues se jode
uno menos, ya que la cacería demanda sacrificio pues se debe de
hacer de noche y entre el monte, donde peligra la vida por un
accidente o lo sorprenda un animal de dos patas y armado hasta los
dientes, pero que debido a que no se pudo seguir con nuestros
cultivos, me vi forzado a cazar y como dijo mi compadre, ¡todo lo
que sea comida es bueno, menos la mierda!.
Con este decreto me vi forzado a buscar otro mecanismo para
alimentar a mi familia y dejar en paz a los pobres bichos del monte
para evitar inconvenientes con esta gente y aunque no lo crean, la
violación de estos decretos, no permitía reincidencia.
-El segundo día:
Luego de ser un cafetero con obreros y buenos cultivos, me toco
trabajar en la finca de don Rogelio Morales, como obrero, pese a
que mi salud, me toco hacer de todo, desde darle de comer a los
marranos hambrientos que confundían mis manos con trozos de
bore entre la labaza, arrear a veinte vacas ariscas y tres toros bravos
que me veían como su torero, tres caballos de trabajo bien flojos y
dos más de esos que caminan fino, además de alimentar gallinas de
galpón y de patio, varios perros flacos que si te descuidas te comen
Melodías de dolor 127
hasta la pierna, además de cuidar grandes cultivos de café y plátano,
lavar bien el beneficiadero y los secadores del grano, y si no me
faltara oficio, me tocaba asear una casa grande y una pequeña,
limpiar con detalle una gran cocina con estufa a gas y de leña hecha
con ladrillos y buitrón y en como si fuese poco, vigilar con cautela
una gran hacienda para una persona que meses atrás, era tan solo
un obrero mío y que vivía solo en un ranchito de palmicha a punto
de venirse al suelo y para sorpresa mía, tenía una señora que le
cocinaba y una muchachita bien bonita que en las noches le
cocinaba otra cosa, pues si no había otra cosa más terrible en el
pueblo, era el de soportar al viejo verde de Rogelio Morales.
Jamás cuestione la procedencia de todo eso y jamás pedí ayuda a mi
grave situación, solo me limite a trabajar juicioso y sin descanso
para que no faltara la comida y el estudio para mis hijos. Pese a que
mi compadre quien también trabajaba allí conmigo, me decía a
escondidas y en voz suave, que todo eso lo había comprado con las
hierbas de esas que llaman malditas y que no se en donde diablos
tenia sembradas por miles, lo cierto es que allí trabajamos juiciosos
y así como yo era buen patrón con buen corazón, el me pagaba lo
justo y muy cumplido, además de ayudarme con algunas cositas
para llevar a la casa y alimentar a mi familia.
Pero no todo era felicidad, hasta que un grupo de gente vestida de
militares y policías llegaron a la finca preguntando por don Rogelio
y de quienes podía decir que no se les veía cara de estar muy
contentos, allí la vieja que podía ser su esposa, lo negó en varas
ocasiones, pero una mujer que al parecer era la que mandaba, se
negaba a creer y en varias ocasiones recriminaba con más fuerza la
presencia del viejo, a lo cual la vieja volvía a contestar que su patrón
no se encontraba en el rancho y que al parecer estaba en otro
pueblo y que no se sabía si llegaba pronto.
La mujer ordeno a sus hombres, ingresar a la finca y al rancho y
buscarlo por doquier, los gritos de la anciana no se hicieron esperar
pero la fuerza y la advertencia amenazante del fusil, obligo a la vieja
a callar. Los insurgentes revisaron centímetro a centímetro por
128 Jairo Veloza González
todo lado sin encontrar nada y llevando a que los hombres entraran
en furia contra la pobre anciana. Pronto los gritos me alertaron de
que algo estaba sucediendo y me llevaron a investigar lo que
sucedía en la casa, entonces ante mis ojos y por primera vez en mi
vida, observe que decenas de armas me apuntaban con el gatillo a
punto de ser accionado, me pidieron que levantara los brazos y lo
colocara sobre mi cabeza, mientras que ellos me requisaban de pies
a cabeza, luego la jefe del grupo me exigió mi identificación y de
donde venia, a lo cual respondí asustado, que era un simple
empleado de don Rogelio y que estaba trabajando desde hace unos
días allí, sin contemplaciones y vacilaciones, varios hombres me
tomaron de los brazos y me obligaron a contestar todo lo que ella
me preguntaba.
-“! En donde está su patrón, el viejo cabron de don Rogelio!”;
-“! No se su merced, en donde se encuentra Don Rogelio, yo llego
temprano a trabajar y nunca lo veo por ahí!”;
-“!es mas desde hace días no lo veo, y cuando esta por acá se
encierra en su rancho y manda a la señora que está aquí, para que
nos atienda bien y nos pague, de resto no se dé nada!”.
La comandante trato de percibir mi sinceridad en lo que decía mas
sin embargo me interrogo por un tiempo más, luego se canso y con
su cabeza asintió a sus guardias para que me dejaran ir, no sin antes
advertirme que si llegaba a descubrir que lo que le había dicho , era
mentira, me abstuviera a las consecuencias.
Ella de inmediato ordeno a sus hombres que alistaran el regreso a
su campamento, segundos después llamo a la vieja María a un lado
de la casa, lejos de mi y de los guardias y allí a su oído le canto la
tabla de multiplicar que casi le produce un infarto, finalmente me
llamo y delante de la anciana, me dijo que no volviera por allí a
trabajar hasta nueva orden y le ordeno a la vieja pagarme pronto los
días de trabajo y además darme una compensación por los días que
me hacían falta para terminar el supuesto contrato.
Así y bajo la mirada de los guardias me apreste a salir con mi vieja
mochila y dando gracias a todos, incluso a la vieja y a la comandante
Melodías de dolor 129
por la paga, ya que uno no sabe lo que pueda pasar más adelante
camine tranquilo y luego corrí como alma que lleva al diablo, y al
igual que en anteriores ocasiones, no pare ni para orinar y solo
descanse cuando en mi camino me encontré con uno de mis
compadres.
¡Y eso compadre que lo lleva tan apurado, respire profundo antes
de que le dé un patatús!,
¡No compadre, si le contara, usted se pondría a llorar conmigo!,
¡Déjeme adivinar se encontró con esa gente!, me refirió mi
compadre.
¡Como así compadre!, trate de desviar su averiguación, pero luego
me interrumpió.
¡No compadre si yo me los encontré temprano, cuando yo iba a la
finca, iban muchos y los mandaba una cucha joven!, me afirmo mi
compadre, luego hizo silencio y me miro a los ojos, y con profunda
preocupación, me pregunta.
-“! Compadre y ahora que vamos a hacer!”;
-“!Pues no se compadre, pues yo creo que por mi parte, no vuelvo
mas a donde Don Rogelio, es más bien prefiero prevenir que
después lamentar, usted sabe perfectamente que esa gente no se
encuentra de humor a todo momento y que si a mi compadre lo
están buscando, será por algo!”; replique asustado.
-“! Sabe que si compadre, todo eso que consiguió en tan poco
tiempo, no es normal y para mi, que todo eso es como de un
negocio torcido!”; afirmo mi compadre.
-“! Como así compadre, no entiendo a que se refiere!”; pregunte
extrañado.
-“! Huy compadrito no sea tan ingenuo, es verdad que es del monte
pero tampoco, no haga lo de mis tíos que los bajaron del monte a
punta de espejo!”, nuevamente afirmo pero en esta ocasión de mal
genio.
-“!Compadre lo que pasa es que Don Rogelio anda en malos
negocios y parece que es con esa gente, y no quiero ser ave de mal
agüero, pero como que los dejo embalados y lo andan buscando,
para cobrárselas!”;
130 Jairo Veloza González
-“! Sera compadre, yo no creo, ese señor es de bien!”; conteste
preocupado.
-“! Hay le dejo la tarea, pero yo creo que tampoco vuelvo a cruzar
por allá, no sea que por lambón me quemen el culo a punto de
plomo!”; replico el compadre.
“!hasta luego compadre y ya sabe compadre, en boca cerrada no
entra plomo por si acaso!”;
-“! Si señor!”, declare confundido y cada uno por su lado tomo su
camino de regreso para su casa, y nuevamente como antes, yo
estaba sin trabajo y sin nada.
-El tercer día:
Cierta mañana muy temprano, debía de salir al pueblo para recibir
una remesa que me enviaba un hermano al cual no le iba muy bien
pero que de alguna forma podía subsistir sin problema en Bogotá,
era una encomienda con un pequeño mercado para mi familia,
pues estábamos muy mal y no había trabajo en el campo, ni formas
de hacer algo productivo en la finca, porqué para lograr levantar la
finca, se necesitaba de plata y yo no la tenía. Llegue a eso de las diez y
treinta de la mañana, media hora antes de que llegara el bus, y me
dispuse a esperar el bus en la agencia.
Así pasaron dos horas, y junto a mí, habían más personas esperando
remesas de parientes y amigos; tres horas y no había sombra del bus,
cuatro horas y nada, seis horas y el estomago me estaba pidiendo
algo de sal y aun no habían noticias del bus, entonces pregunte a
doña Flor, pero al igual que yo, no sabía nada y se notaba bastante
preocupada, pues una de sus hijas venia en la línea. Luego de ocho
horas aun no se sabía nada del dichoso bus, la señora de la agencia
llama a Bogotá pero le informan que el bus salió del terminal de
forma normal, esto conlleva a que la preocupación sea general, tan
pronto se riega la noticia de que algo estaba sucediendo con el bus,
el comandante de la estación de policía llega a donde nos
encontrábamos, se trataba de un hombre moreno, alto y gordo,
quien venía fuertemente custodiado y no con una buena cara nos
dijo:
Melodías de dolor 131
-“! Ustedes son las personas que están esperando el bus de once!”;
-“! Si señor!”, respondimos al unisonó.
-“! Lamento decirles que el bus que ustedes están esperando, no
llegara al pueblo, debido a que los propietarios y el gerente de la
flota a última hora, prohibió a los conductores venir al pueblo,
pues al parecer, la subversión tiene planes de quemar los buses que
vengan para acá!”; replico el comandante, advirtiéndonos que
todas las remesas se encontraban a salvo y se debían de recoger en
el pueblo vecino.
De inmediato un frio helado, corrió por todo mi cuerpo y una
nueva decepción llegaba a mi alma, no podía creerlo que esto me
sucediera y hasta mil maldiciones lance por doquier, reclame el
motivo del porqué esto me estaba pasando esto, un manto triste
cubrió mi rostro, el poco aliciente que me daba la vida se veía
detenido dentro de un bus que no quería venir al pueblo. Una
tristeza profunda que me volvió añicos y me desconsoló tanto, que
tuve que ser llevado de urgencias a un improvisado puesto de salud
que funcionaba en dos cuartos y atendía cada vez que podía llegar
el médico a mas de cinco mil habitantes!”.
-“!Como pude y con las piernas a medio funcionar me regrese
hacia a la casa, pues el médico me ordeno reposo y buscara más
bien posada en el pueblo, donde algún familiar o amigo, a lo que yo
le respondí, que no tenía a nadie y que en casa mi señora estaba
también enferma y si no llegaba hoy, le podría causar una
preocupación más fuerte y eso le podía causar más daño, y como
fuese debía de llegar a la casa, así mi vida la dejara por pedazos por
aquel camino!”.
-“! El médico conmovido por mi sufrimiento, me regalo cinco mil
pesos, una bolsa de arroz y una de leche y un pan de dos mil y
además me facilito una linterna, para andar por la oscuridad sin
problemas!”.
132 Jairo Veloza González
-El cuarto día:
Justo en frente de mi casa y custodiado por el mejor de los fueros
militares, iba don Rogelio Morales con una veintena de hombres
que lo llevaban a un lugar secreto de una gran montaña, a la cual
muchos de sus visitantes la llamaron, “el alto de las animas”, sin más
que un adiós y lo espero mañana para que me ayude en la finca, se
perdió el viejo con el grupo de hombres, sin pronunciar palabra
alguna y como era de hacerlo, voltee mi cuerpo y tome una
macheta oxidada para picarle yuca a mis gallinas, al rato salió mi
pobre mujer que como pudo se levanto de la cama, diciéndome
que le había parecido escuchar la voz de don Rogelio, a lo cual
respondí que no era así y más bien era su imaginación, pues en el
fondo no quería que se preocupara y empeorara con ello, su salud.
Muy adentro de mi, temía por la suerte de mi amigo y sin importar
lo que Él había hecho, lo apreciaba y daba gracias a dios todos los
días por su apoyo y colaboración para con mi familia, y ese día no
podía dejar de pedir a dios por su suerte, tal vez presintiendo lo que
le pudiera suceder ante la amenaza de hace algunos días en su finca.
No pude dormir durante varios días, siempre recordando el último
instante en que lo vi, un dolor fuerte en el pecho, llamado tristeza
me hacia extrañar a un amigo que desde que paso por el solar de mi
casa, no volví a saber nunca nada de Él.
De su finca y de sus animales, se sabe poco, la vieja y la hija, les toco
coger lo poco que les cabía entre los brazos y salir corriendo, pues
la gente las andaba buscando por haberles mentido sobre el
paradero del viejo Rogelio, pronto la finca más linda del pueblo se
amonto, de las gallinas, los piscos y los gallos, los zorros de dos y
cuatro patas hicieron su festín, de las reses y los caballos, la gente
del monte hizo buen uso de ellas y de el pobre Rogelio Morales, no
queda sino una cruz de flores de san Pedro que levante en la mitad
de mi patio.
Melodías de dolor 133
-El quinto día:
Muy de mañana un vecino de una vereda distante y que usa el
camino que pasa en frente de mi casa para llegar a la suya, llego de
sorpresa;
-“! Buenos días vecinos, buenos días!”,
Estando en la casa tapando algunas goteras que estaban dañando
las esteras de los chinos, escuche junto con mi esposa, aquella voz
que era poco conocida y que me hizo pensar lo peor, saludamos
nerviosamente, a lo cual la voz contesto con fuerza.
-“! Vecino le tengo una buena noticia, hoy llega el bus con las
remesas que están pendientes!”, sin pensarlo dos veces me levante
de mi estado y salí corriendo hacia afuera.
No había duda, era el buen vecino de la vereda de pajonales quien
cuando pasaba por frente de la casa, siempre atento saludaba, un
esbozo de alegría y de re confortamiento me llegaba de nuevo, me
aliste rápido y salí con el vecino hacia el pueblo, para esperar por
fin el encargo de mi hermano que ya completaría más de quince
días de estar guardado en la bodega de la empresa de buses.
Una vez en el pueblo, esperamos por largo tiempo, y al igual que el
anterior, pronto llego la autoridad, esta vez representada en el
secretario de gobierno, quien con su típica paciencia, nos informo
que el bus estaba enterrado en el alto de los Chamuscados y que se
estaba coordinando una cuadrilla de obreros para ir y sacarlo de
allá, obviamente y sin importar como y donde, me ofrecí y en una
volqueta del municipio nos llevaron, nos aprovisionaron de palas y
azadones, en minutos estábamos en el lugar, allí estancado en
medio de una gran barrizal, se encontraba un hermoso bus verde
casi nuevo por decirlo así, y que desde hace semanas nadie en el
pueblo veía un bus ni en las curvas, allí estaba ante nosotros
enterrado hasta las tetas, sin importar el esfuerzo que se debía de
hacer pues al carecer de maquinaria el pueblo, el mejor
instrumento de trabajo era el brazo, nos abalanzamos sobre el
lodazal para sacar el bus, una jornada que se convirtió en dura y
muy larga pero que era motivada por la remesa que estaba dentro
134 Jairo Veloza González
de una de las bodegas del bus y que remediaría en parte la grave
crisis por la que atravesaba mi familia.
Trabajamos duro y sin parar, dando profundas paladas y cubriendo
los huecos con piedras y palos para que la llanta tomara algo firme y
pudiera salir de semejante tronera, luego la voz amistosa de los
inspectores de policía y de higiene, Hugo y Roberto, irrumpieron
en el trabajo, llevándonos un fresco para calmar la sed, de un viejo
campero bajaron cuatro canastas de cerveza., las cuales fueron
repartidas rápidamente, nuevamente con aliento y con más ganas,
sacamos el bus del barro indolente, repentinamente llegaron dos
camionetas y un camión procedentes de una vereda vecina,
cargados hasta las manijas de gente armada, que salto y rodeo todo
el lugar, rápidamente y sin oposición nos hicieron formar a un lado
del bus, allí reclamaron la presencia del conductor del bus, quien
con voz discreta delato que allí estaba:
-“! Yo soy el conductor del bus!”, declaro asustado.
-“!entonces hágame un favor, dígale a su jefe que a nosotros nadie
nos toma del pelo, si no lo hace el presidente, mucho menos una
pinche flota de buses!”, replico enojado el hombre, quien era el
comandante y que rápidamente reconocí, pues era el mismo
hombre delgado y flaco que llevaba a don Nereo a la montaña del
“Alto de las animas”.
-“! Procedan muchachos ya saben qué hacer, quemen ese hijueputa
Bus!”; ordeno con fuerza el comandante.
-“! Como así comandante porque me van a quemar el bus, si esto es
lo único que tengo y a duras penas lo estoy pagando en el banco!”,
suplico el indefenso conductor.
-“! Pues hermano, eso dígaselo a su gerente y ojala se lo pague el o la
empresa, pues para eso le entra bastante billete!”;
-“! No me haga ese daño por favor, es el patrimonio de mi familia!”,
el pobre chofer se abalanza en busca de piedad sobre la humanidad
del comandante, cuando el golpe fuerte de la cacha de un fusil, cae
sobre su pecho y lo manda a tierra.
Melodías de dolor 135
Todos allí quedamos quietos sin hacer nada, impávidos y
paralizados por el miedo de que algo nos hicieran, varios hombres
sacaron el combustibles del bus y una parte de él, lo echaron a una
camioneta y el restante del combustible la regaron por todo el bus,
y como acto de película asquerosa de terror, el comandante
prende un cigarrillo el cual aspira en dos oportunidades, enviando
el humo al aire y el cigarrillo prendido a la gasolina que caía de la
puerta del bus, pronto una gran llama se abalanza sobre toda la
maquina, mientras el chofer llora a cantaros, otros que estaban allí,
corren un poco hacia atrás, bastante asustados pero los fusiles que
acosaban con dolor sus cabezas y espaldas, los hacen devolver un
poco más adelante a punto de ser quemados pero la voz del
comandante los detuvo, allí una carcajada de ultratumba se ríe
producto del dantesco panorama, seguida por la de todos sus
secuaces, mientras que nosotros con miedo observábamos el
fuego que era alentado por las burlas y sátiras del grupo armado.
Mientras yo por supuesto, con bastante tristeza que me
desbordaba por los ojos, veía como el mercado para mis hijos y mi
pobre mujer, era también consumido por el fuego.
-El sexto día:
Después del suceso del bus, aproximadamente un mes y medio,
llego un fatídico día que traumatizo aun mas, el estado anímico de
la población, serian eso de las dos de la mañana, cuando un
rechinar de pasos y acero pasaba por el frente de mi casa, allí justo
frente a la habitación de nosotros, una enorme tropa de hombres
desfilaba como cuan certamen de la belleza, ante el coro infernal
de miles de ladridos de perros que no producía en ellos y en
nosotros absolutamente nada, pues en el fondo nos habíamos
acostumbrado o tal vez porque ya sabíamos que con esa jauría se
avecinaban malos vientos que a todos nos perjudicaría.
Por entre las rendijas de la improvisada pared de guadua, veía
pasar a decenas de sombras de hombres y sus armas perfectos
binomios diabólicos que se abrían paso entre la oscuridad y el
136 Jairo Veloza González
miedo, cientos de sombras que buscaban su presa en un lugar
cercano y que estaban a punto de atestar su golpe seguro, cientos de
sombras que se abrían paso con ayuda de cigarrillos y pequeñas
linternas que alumbraban el fangoso camino hacia el pueblo.
Como adivino del más allá, sabia en el fondo que esta gente iba para
el pueblo en busca de un gran botín, pero que costaría la vida y la
tranquilidad de muchos inocentes, muy en el fondo lo sabía, y tenía
la certeza que en pocos días se desataría toda la furia de aquella
gente.
Cientos de cuerpos que se deslizaban en la noche, unos más
grandes y otros más pequeños, otros más pesados y otras más agiles,
un grupo de sombras que solo buscaban saciar su sed de venganza y
lujuria y cuyo plan ya lo habían definido con antelación.
Esa mañana desde muy temprano, espere expectante a cualquier
acción de guerra que se desatara en el pueblo contra el cuartel de
policía o el Banco Agrario, pero para sorpresa mía y la de muchos
que se dieron cuenta del movimiento, no sucedió nada y hasta
llegue a creer que se trataba del patrullaje del ejercito en busca de
sus enemigos, pero a la noche siguiente y sobre la misma hora, el
grupo numeroso de sombras de nuevo pasaba y nuevamente espere
a cualquier enfrentamiento y así buscar refugio para mí y mi familia,
pero de nuevo no sucedió nada y volví a creer que se trataba del
ejército nacional y así se repitió durante diez días más, ante el
silencio testigo de muchos de los que vivíamos allí.
Al ser mi pueblito, una tierra lejana y muy pobre, el banco solo
atendía de miércoles a domingo y abría sus puertas en las horas de la
mañana y solo por cuestiones de seguridad, el dinero llegaba solo en
helicóptero, debido al peligro que corren los automotores por
carretera, por eso el dinero llega por aire cada miércoles.
Muy de mañana, las aspas sonoras dejan entrever su presencia, la
cual es la alegría y la bendición para muchos, en especial para los
empleados y contratistas de la alcaldía que tienen fijo algún dinero,
las demás personas del pueblo como yo, tenemos que
conformarnos con ver a un aparato que vuela rosando la cúpula de
Melodías de dolor 137
la iglesia. A pesar de la presencia de la guerrilla por todo el
municipio, el servicio del banco y del famoso “helicóptero de la
plata” operaba con normalidad, aunque el rostro de muchos de los
habitantes del casco era diferente y muy sospechoso, sabían de algo
y temían decirlo a la autoridad.
En esa mañana del miércoles debía de salir al pueblo para cobrar
una remesa que me había enviado mi buen hermano luego de
enterarse del dichoso mercado, me aliste y salí apenas con un agua
tinto pues no había más que comer, por el camino me encontré
con varios vecinos que también iban para el pueblo, allí pude
observar miles de huellas y matorrales caídos por doquier y que se
apostaban en muchas direcciones a las afueras del casco urbano.
Con bastante afán y sin prestarle atención a lo que había pasado en
los últimos días y sin mostrar el hambre por el dinero de la remesa,
camine tranquilo pero con evidente afán para lograr los primeros
turnos en la fila del banco y ganarle a mis vecinos, pero tanta dicha
no podía ser placentera, por lo menos había cincuenta personas y
me toco conformarme con el puesto cincuenta y uno y soportar con
hacer la larga fila y como siempre llenarme de paciencia y esperar.
A las nueve de la mañana, el banco abrió sus puertas, la vida del
pueblo parecía bastante dinámica en ese día, de pronto la
camioneta de la alcaldía fue abordada por siete policías y un civil sus
llantas rechinaron fuertemente, arranco bruscamente hacia la parte
de arriba del pueblo donde se encuentra el puesto de salud, las
escuelas, la plaza de toros y la piscina municipal, diez segundos
después apareció por el horizonte, el helicóptero de la plata, como
era de costumbre, pero lo que más me llamo la atención, era el
hecho que el aparato por seguridad y por lo general le daba al
menos diez vueltas al pueblo, para que la fuerza pública ocupara
puestos estratégicos y brindarle a la transportadora de valores, toda
la seguridad posible, pero en ese día, no dio ninguna vuelta y
aterrizo de una, en la plaza de toros sin ningún tipo de operativo y
no dando tiempo a la policía para ubicarse.
138 Jairo Veloza González
Mientras las decenas de personas en el banco, no hacíamos sino
tener paciencia, y yo por supuesto, mirando para todos los lados y
detallar a muchas de las personas que pasaban por allí. Cuando de
repente un fuerte estruendo, sacudió al pueblo y a sus habitantes,
una gran explosión que provenía de la parte de arriba, alerto a
todos en el pueblo de que algo no estaba bien, muchos empezaron
a correr por doquier, incluso muchos de los que estaban allí en la
fila del banco, también corrieron y otros más gritaban, “!se metió la
guerrilla!”, por mi parte, yo me quede quietecito en la fila y como es
obvio gane varios puestos, pero luego se escucho otra fuerte
explosión que fue seguida por miles de disparos que llovían sobre
el cielo pueblerino, entonces me di cuenta que la cuestión no era
nada normal a lo cual en vez de quedarme ahí esperando quien
sabe que, decido más bien correr, tal cual como lo hace el ganado
cuando se asusta, corrí detrás de otros en busca de un refugio
seguro, mientras los dos policías que quedaban se guarnecían
dentro del cuartel.
Con las patas que tenían alas, llegue hasta el cementerio, y muy
adentro de mi, decía, -“! Bueno, si me pelan aquí, me dejan de una
vez aquí, y no le causan tanta molestia a la mujer!”.
A grandes saltos volaba por las lapidas y panteones y por encima
mío, sobre mi cabeza, pasaban rapaces las balas, pues se desato un
fuerte tiroteo a menos de dos minutos donde estaba, no era para
menos, pero del susto, corrí detrás de otros que no sabían para
donde iban, en vez de correr hacia un lugar seguro, corrí detrás de
otros quienes también supongo, estaban perdidos, pero ya no
podía hacer nada, tenía que resignarme y cubrir bien mi cabeza
pues la balacera estaba justo al lado mío.
El fuego cruzado duraría al menos unos tres minutos y luego un
silencio sepulcral dejo evidenciar que la situación era terrible,
entonces me quede agazapado dentro de una tumba, espichando la
calavera de un difunto, pero era preferible espichársela a Él y no
que una bala me volviera mierda la mía, cuando la normalidad
llego, muchos de los que estábamos allí, salimos asustados y
Melodías de dolor 139
todavía con la cabeza agachada por si algo, mucha gente del pueblo
salió a ver lo que paso y obviamente yo también, llegue a un lado en
la parte de arriba de la plaza de toros, que quedaba en un hueco y
donde aterrizaba siempre el helicóptero, allí una dantesca escena
refleja la crueldad con que vive la guerra, el helicóptero estaba
destruido, solo estaba intacto el fuselaje, y junto a él, diseminados
como semillas entre las piedras, cinco uniformados muertos y no
lejos de allí, un guardia de la transportadora de valores mal herido,
quien tomaba a dos manos su cuello que sangraba por toneles, más
arriba entre risas y carcajadas caminaba la larga fila de guerrilleros
quienes llevaban como trofeo máximo de guerra, varias tulas con el
dinero de la remesa del pueblo y de varios mas y como si fuese el
premio mayor para un pueblo tan pobre, sobre la arena de la plaza,
el césped y el monte, muchos billetes de todas las denominaciones
regados por todo lado, y aun del cielo y producto de la explosión
caían muchos más billetes y muchos de estos billetes estaban
quemados o rotos. Pocas gentes del pueblo vieron en ese
espectáculo macabro, la verdadera subienda de sus vida hasta el
punto que se peleaban entre si, por agarrar varios de estos billeticos
sin importarles, que estos habían costado muchas vidas. Yo caí
arrodillado al piso, tomando mi rostro y llorando sin consuelo por
aquello que mis ojos no podían creer, no tuve al aliento para bajar a
la masacre y hacerme a uno de estos billeticos que tanta falta me
hacían.
Llego mucha gente llego y observo atónita la absurda imagen de la
guerra pero al igual que yo, tampoco bajaron, en cambio todos allí,
oramos por los policías muertos y los desaparecidos y también por
los que estaban como locos, enriqueciéndose con el dinero ajeno.
Pronto salió médico y las enfermeras, luego llegaron los inspectores
de policía y de higiene, el cura y los profesores y entre todos
bajamos a llevar los cuerpos de los policías al puesto de salud,
mientras que los siniestros vecinos aun estaban en el regocijo del
festín de billetes como cazadores de mariposas, mirando todavía
hacia arriba por si les llegaba un papelito de estos.
140 Jairo Veloza González
Aun con la tristeza por los policías, llego otro dolor mas, no había
plata para el mercado, pues el banco en vista de esto, cerró las
puertas, y para colmo, la plata del helicóptero era para pagarle a la
gente y a mi obviamente, definitivamente estaba de malas y si era el
caso, hasta los perros también me cogerían de miadero.
Aun con los nervios de punta regrese a la casa, cuando de repente
entre una alcantarilla y de forma sorpresiva, sale un hombre
armado y se me abalanza, mi impresión fue enorme, que lo único
que me llego a la cabeza, fue decirle:
-“! No me mate por favor, tengo hijos y estoy de malas!”, el hombre
quien también estaba asustado me dijo:
-“! Cállese hombre, no ve que soy policía, no grite mas, lo único
que va a hacer es que nos maten a los dos!”;
-“!ya se fue esa gente!”, dijo el policía.
-“! Si señor!”, conteste cagado del susto.
-“! Mire bien hombre, por favor!”, replico el policía.
Agazapado y escondido, con las piernas como gelatinas y aflojando
gases por doquier, mire por entre los matorrales y vi que de esa
gente no quedaba nadie, baje a botes y le dije, que no había
ninguno por ahí, entonces me tomo del brazo y me pidió que lo
llevara a un lugar seguro, el susto fue peor, pues con este hombre a
mi lado ahora que si me van a rellenar la cabeza de plomo,
llegamos a un plan donde estaba la gran mayoría de la gente, allí un
niño revelo nuestra llegada, la gente emocionada corrió hacia
nosotros, aplaudiendo y saltando de emoción, de ver que al menos
uno de los policías quedo vivo, de paso mil felicitaciones y vivas me
llegaron de todo lado, sin quererlo y por accidente me convertí en
héroe, todos allí no paraban de felicitarme, al policía lo llevaron
para adentro del puesto de salud, garantizándole con eso, su vida.
Regrese al rancho, con la tristeza de no poder llevar ni un grano de
arroz pero al menos logre llevarme un poco de admiración de la
gente del pueblo, aunque no todo es completo en la vida, tengo
que admitirlo, pero hoy le doy gracias a dios, de que tengo la vida
para seguir luchando por el día de mañana.
Melodías de dolor 141
-El séptimo día:
Pasarían veinte desde aquel horrible suceso que en las noches
como fantasma, llegaban a invadir la calma de mis sueños,
convirtiéndolos en terroríficas pesadillas, que me hacían gritar a
media noche y levantar a todos con un fuerte susto, provocando
automáticamente un insomnio colectivo. Desvelado y aun cansado,
me levante muy temprano para salir al pueblo en busca de solución
para mi familia, en la cocina, ya mi esposa me tenia servido un
sorbo de tinto con arepa, pero sus ojitos aguados y su voz
entrecortada por el llanto, me clamaba con insistencia que no me
fuera por allá, que comprendiera que todo eso que estaba pasando
eran señales y no la culpo, pero a mí y a mi familia, nos pasaron
unas cuantas historias de las cuales no quiero recordar y no tener
que volver a vivir.
Y fue en ese día, que mi amada esposa me dijera la urgencia de
marcharnos para Bogotá, pues todos en el pueblo sabían que
apenas la guerra estaba comenzando, pero yo me hacia el de los
oídos sordos y no le prestaba atención, terminaba diciéndolo que
todo eso cesaría y que regresaría la paz al campo, mas en el fondo,
mi terquedad se debía al miedo que me daba la capital, aquella
metrópoli convulsionada y peligrosa que tanto mencionaban los
abuelos, refiriéndose a un miedo general, que junto con ellos y
muchos en el campo, vivimos desde pequeños y que me obligaron
a tomar decisiones de nunca viajar por allá, porqué allá era todo
diferente y nosotros como campesinos sufríamos en exceso por
nuestro escaso conocimiento y nuestra gran abundancia de
inocencia, pese a la insistencia de María y de los muchachos, me
oponía tercamente y llegaba incluso a los extremos radicales de la
intolerancia.
Con mi mochila, mi poncho y mi sombrero negro, pantalón negro
límpido, camisa blanca a punto de desleírse de tanto lavar, cinturón
de cuero y mis documentos de identidad que mi señora metió
dentro de una bolsa plástica, por aquello de la lluvia o de la crecida
de un rio, y con el estomago a medio llenar, me amarme las botas y
142 Jairo Veloza González
salí con prisa hacia el pueblo, para lograr que alguien que fuese a la
ciudad me llevara hasta la cabecera provincial, que era un pueblo
grande y hermoso, donde había bastante dinero y donde la
violencia no se sentía, pero que para poder vivir allá, se debía de
tener un buen capital y un trabajo que lo respaldara, porqué allá en
ese lugar, era todo bien caro.
Me despedí de todos, de la mujer y de los niños, de los ocho perros
y las dos gallinas que fue lo único que dejaron los amigos de lo
ajeno, sin voltear atrás y haciendo caso a los llantos de mis hijos y las
suplicas de mi mujer, corrí a grandes pasos por la empinada
montaña y no dar cuenta atrás de los que dejaba en mi rancho, para
así poder marchar al pueblo y ver quien me hacia el milagrito de
llevarme a ese pueblo, pues desde hace semanas las líneas de buses
no bajaban al pueblo por las amenazas de la subversión, y como si
fuera esto poco, hasta la cerveza que se vendía allí y que era llevada
por la empresa productora, dejo de viajar al pueblo también por
amenazas, entonces ni transporte y ni cerveza, pero la gente
buscaba la forma de suplir esta necesidad, así fuese a punta de
guarapo bien picho. En cuanto al transporte llego el descaro de que
un viaje hasta Bogotá valía cinco veces más de lo normal y una
cervecita, deliciosa cerveza de la cual no tomo hace meses ya, valía
hasta tres veces más, fue tal el abuso de los transportadores
informales y de ciertos comerciantes de cerveza y víveres, que la
especulación se torno terrible, que hasta los productos de la canasta
también sufrieron de este mal, y siempre todos estas personas que
se lucraban de la necesidad de la gente, decían con bastante
severidad ante los reclamos justificados de la gente;
-“! Qué pena su merced, pero usted sabe que uno pone el pecho y el
carrito para que de pronto la gente del monte, le queme en minutos
todo el capital de mi vida!”.
Llegue al pueblo y desde le distancia vi un enorme camión que
estaba en la única vía principal del caserío, imagen aquella que me
hizo estremecer hasta los huesos, pues hacía mucho tiempo no
llegaba un animal de estos al pueblo, se trataba del camión de la
Melodías de dolor 143
cerveza, que orgulloso se pavoneaba con más de mil canastas de
pola para entregarlas por varios pueblos, mucha gente en especial
comerciantes y gente de plata, sacaban a diestra y siniestra cajas
vacías de cerveza, para aprovisionarse del precioso liquido, la gente
corría por todo lado en busca de botellas prestadas o compradas y
así completar las cajas y hacer el añorado pedido de la cerveza. Me
senté un momento en las bancas del parque, y allí observaba el
camión y todo lo que pasaba en torno a él, pero no veía a alguna
persona que marchara para Bogotá o a la cabecera de la región y
me pudiera llevar, junto a mí, se sentó don Rodolfo, un viejo
ganadero quien se caracterizaba por ser un gran dicharachero,
quien me saludo con un fuerte estrechón de manos, quitándose el
sombrero y diciéndome con orgullo.
-“! Saludo con decencia a un verdadero campesino, porqué aquí en
el casco urbano, lo que hay es una mano de vagos!“, luego calla por
un momento y con severa argumentación me dice.
“! Como la ve usted, la gente no tiene para comer pero si para jartar
cerveza y por cantidad!”, y se rascaba la cabeza tratando de
entender lo que miraba a su alrededor!“.
-“!y eso para donde va con tanta elegancia, no me diga que se va
para pueblo grande!”, me pregunto,
-“!no señor voy para la cabecera a recibir un encargo de la familia
que está en Bogotá, pero esta como verraco, pues parece que no
viaja nadie!”;
-“! Hombre no se preocupe, vaya rápido y hable con el vendedor
de la cerveza que ellos viajan para allá, y le reconoce unos pesitos a
cambio, y eso no se ponga a pensar a donde le toque ir acomodado,
si le toca aplastarse sobre las canasta de la cerveza, eso hágale que
para eso usted es guapo, la idea es que llegue y logre hacer su
diligencia!”; me refirió don Rodolfo amablemente.
-“! Sabe que si don Rodolfo, voy a buscar al señor de la cerveza y le
voy a pedir el favor!”;
-“!muchísimas gracias don Rodolfo, que mi dios lo bendiga!”, y salí
de inmediato en busca del señor.
144 Jairo Veloza González
La sorpresa que me lleve era que delante de mi en fila, habían por lo
menos unas veinte personas que estaban buscando cupo para viajar
en el camión, pero el señor muy atareado en sus cuentas les dijo que
no podía, pues era peligroso llevar a gente sobre las canastas, y que
más bien lo sentía, pero que en lo empresa su jefe lo podía
sancionar por tomar estas medidas solidarias.
Mas sin embargo, no renuncie a solicitar su ayuda, de la cual, en tres
ocasiones seguidas me rechazo con un no rotundo, pero no
renunciaba y le explique el motivo de mi viaje y que era muy
importante para mi familia, pues se trataba de traer algunas cosas de
mercado y un dinero que me enviaba mi hermano, pues desde
hacía meses en mi casa, solo comíamos yuca sancochada sin sal y
sin nada, ello conmovió al señor, que se llamaba Melco quien en
secreto me dijo, que lo esperara arriba en el alto al lado de la casa de
tabla, y que ahí me recogía, le agradecí muy emocionado y con mi
prisa acostumbrada , salí para el punto de encuentro.
Pasarían dos horas cuando la bocina rechinante ruidosa del
camión, advirtió de su llegada, allí el amable don Melco, me dijo
que me subiera en la parte de atrás y buscara un campito sobre las
canastas, observe que habían dos personas más, un viejito
negociante de papa, natal del pueblo y que estaba bastante enfermo,
llamado Manuel Pio y otro señor también comerciante y que era
dueño del negocio más grande, llamado Carlos, quienes me
saludaron amablemente, me acomode colocando sobre las
canastas mi poncho para que las botellas no me castigaran
salvajemente mi pudor.
Me senté encorvado en las canastas y sobre mi cabeza caía la carpa
pesada y húmeda del camión, a lo largo del viaje, realizo varias
paradas para vender cerveza a negocios que estaban en la pequeña
vía, allí los empleados de la cerveza, cuatro en total, cargaban y
descargaban con bastante agilidad la preciada carga liquida y que
pese al favor de llevarme, no hubo necesidad de ayudarles pues los
muchachos eran muy prácticos en esto, luego de tanta paradas,
llegamos a un caserío del pueblo vecino y que se conocía como los
Melodías de dolor 145
Palacios, para entregar allí un pedido grande de cerveza y que por lo
visto nos iba tomar bastante tiempo, ya que era la única tienda en
varios kilómetros a la redonda.
Me baje primero del camión para ayudar a bajar a don Manuel Pio y
don Carlos, quienes por su edad le es más difícil descender, estiro
las piernas y trato de enderezar la espalda, una voz ronca, la de don
Manuel Pio, quien era amigo de mi finado padre, me ofrece una
cerveza por agradecimiento, la cual recibo con agrado, olvidando
por un instante la medicina formulada para los nervios.
A mi cabeza llegan imágenes alegres cuando el café daba platica y la
finca también, cuando salía con mi señora y mis compadres y nos
echábamos unas amargas, imágenes que desaparecieron y que
dieron paso, a una pobreza absoluta, ¡donde si no se trabaja, no se
come!, ¡y si hay dinero para el arroz, no hay para la sal!, unas
imágenes que quedaron atrás y que solo me amargaban la
existencia; justo cuando me iba a dar el anhelado sorbo a la cerveza,
llega un carro que frena bruscamente y altera la jornada apacible en
los Palacios, varios hombres vestidos de militares y con un arsenal
suficiente para vivir en guerra unos mil años, nos apuntaron e
hicieron que la gente saliera a la carretera, segundos después, llegan
tres carros mas, con mas tropa que pronto toma posición de todo el
lugar, allí una mujer rubia de cara hermosa y quien era la jefe del
comando, ordena a sus hombres nos dejaran de apuntar y solicita a
la brevedad posible, el representante de la agencia de la cerveza.
Del susto regué la cerveza sobre los pantalones y que causo la risa
de los hombres armados, pues creo que al ver mi pantalón mojado,
pensarían que me había orinado del susto.
Tal y como lo había ordenado la comandante, Don Melco se
presento ante la rubia como dicho representante, ella arremete
contra él, agrediéndolo verbalmente, diciéndole que esta empresa
no podía estar allí por no haber pagado la vacuna y por ello se le
había prohibido su ingreso a la región y que esta desobediencia, era
causal grave y que se haría justicia, de acuerdo a las normas que ellos
tenían, no valió las suplicas de los trabajadores y de don Melco para
146 Jairo Veloza González
evitar cualquier acción de la guerrilla, ya la orden estaba dada
desde arriba y se debía de cumplir.
Pronto los guardias nos hicieron a un lado, requisándonos y
preguntando por nuestros nombres, que luego los comparaban en
una especie de lista, a la cual muchos la llamaron ¡el portátil de la
muerte!, para fortuna de todos, ninguna de nosotros aparecía en la
lista negra. La rubia llega hasta donde estábamos, señala a los
muchachos de la cerveza, a don Carlos, incluso don Melco y yo por
supuesto para que fuéramos con ella hacia el otro lado donde
estaba la gran parte de su tropa, pronto un aire fétido casi de
muerte me recorrió por todo el cuerpo y creo que hasta unas
cuantas gotas deje salir del susto, pensé que nos iban a fusilar o a
llevarnos con ellos, en todo pensé y en pocos segundos mi vida
cambio drásticamente, pero al final, la comandante nos dice;
-“! Ayúdenle a ellos a descargar todo el camión de la cerveza y
luego la cargan a este otro camión, lo más pronto posible pues
estamos de afán, la rubia se marcho con varios de los guardias y
ordeno que le llevaran una canasta de cerveza, yo me arremangue
la camisa y el pantalón y empecé a llevar la dichosa cerveza para el
otro camión, para fortuna de nosotros era mucho más pequeño, de
esta manera y durante varias horas descargamos y cargamos las
cientos de cajas que estaban sin destapar.
El sudor y la garganta seca, nos obliga a parar por unos segundos,
pronto la guerrilla protesta pero la rubia cuyas mejillas están
coloradas producto de unas cuantas cervezas que había tomado,
reclama silencio y exige respeto para nosotros, luego destapa unas
cervezas y nos las entrega.
-“!tomen señores, que esto no es de todos los días, aprovechen que
hoy invita la mona, la patrona de este pueblo y de la cervecería
también!”, ella se retira con sus hombres, riendo a carcajadas su
fechoría.
Una vez cargado el camión y desocupado el otro, descansamos un
poco y tomamos otras cervecitas mas, me puse chapeto como los
demás compañeros de carga, pero nuestro descanso fue
Melodías de dolor 147
interrumpido por un hombre alto y de color, quien nos ordena que
continuemos trabajando y que las cervezas que están sin cargar en
el camioncito, las arrojemos por un abismo de ciento cincuenta
metros y que si teníamos sed, aguantáramos un poco, porqué una
vez terminada la misión, nuestro único pago sería el de llevar un
poco de cerveza para calmar la sed que nos produciría el largo
camino a la capital, finalmente repunta con picardía;
-“!aprovechen a llenar las jotos y las mochilas con cervecita, porque
les toca caminar hasta Bogotá, porqué que aquí les queda
prohibido devolverse.
Cansado y vuelto mierda, y sin plata para coger otro transporte, me
resigne para hacer una larga caminata hasta la cabecera, y que
calculaba más o menos en ocho horas sin parar para llegar allá,
entonces y obedeciendo a estas personas, llene mi maleta y una
bolsa grande que encontré con bastante cerveza, para calmar en
parte el esfuerzo que debíamos de hacer.
Junto con los empleados, don Carlos, don Manuel Pio y yo,
caminamos rápido y sin chistar nada, y obviamente tomando
cerveza, dejando atrás un episodio negro y que de seguro a la fuerza
tendríamos que olvidar, pronto la cerveza nos haría olvidar el
cansancio y la distancia, el buen humor nos cambio las caras largas,
un estrecho vinculo se evidencio entre los obligados caminantes,
que solo sabían decir:
-“! La siguiente ronda la invito yo!”, sacando de las maletas lo que
quedo de un camión lleno de cerveza.
148 Jairo Veloza González
CAPITULO QUINTO
“! FERIAS Y FIESTAS EN MI PUEBLO!”
-Cuando era niño, mi papa y mi abuelo, me llevaron por primera
vez a una gran fiesta campesina a la plaza del pueblo, donde
decenas de carpas de colores, suntuosamente ubicadas a lo largo de
la única vía y que rodeaban el parque, daban la noticia de una gran
celebración, en ellas se ofrecían cientos de delicias gastronómicas
que iban desde la carne asada de res y chivo, hasta la mazamorra y
el sancocho de gallina, además de la refrescante chicha y el fuerte
chirrinchi y como si esto no bastara, traídos de los rincones mágicos
del campo, alegres grupos de música campesina que al son de la
música de cuerda, hacían bailar en una baldosa la carranga y el
bambuco fiestero, que alternaban brindando con el aguardiente
que celebraba con algarabía pomposa el día del campesino.
Desde el alcalde y el policía, hasta el cura, el gamonal y el jornalero,
se gozaban de principio a fin, todas las ferias del pueblo, muchas
gentes venidas del campo y otros más del pueblo, además de
gentes venidas de Bogotá en elegantes carros y autobuses, y a pesar
de la pobreza del pueblo, en cualquier rincón de una casa
cualquiera, los forasteros y turistas eran amablemente
acomodados. A lo largo de las callecitas levemente arregladas
pues ni siquiera maquinas no habían para arreglar las vías, porqué
el dinero del presupuesto solo alcanzaba para pagar a algunos de
los empleados de la alcaldía, y sobre estas callecitas, miles de
festones multicolores que danzaban musicalmente al compás de la
brisa calentana, incitando a la celebración de las festividades y mas
allá en medio de la plaza, que con antelación fue arreglada, se
levanta orgullosa la improvisada corraleja de toros, armada con
guaduas y madera y dentro de esta corraleja, un gran circo de arena
y cuatro grandes burladeros, que pronto serian colmados por los
improvisados toreros de la región.
Entre la maraña del monte y los ranchos de madera, se levanta la
gran tarima de ceremonias y espectáculos y alrededor de esta se
Melodías de dolor 149
erguían decenas de humildes casetas para tener desde ellas, la
mejor vista de los artistas y un poco mas allá, en medio de la gran
plaza de baile, una gran vara embardunada de grasa y aceite, y que
en la parte de arriba a no menos de veinte metros, se levanta un
codiciado premio, que son varios bonos que obsequian mercados,
además de premios en efectivo y que solo podían ser entregados, al
campesino más osado, hábil y recursivo, que pudiera llegar a la
cima de la vara de premios.
Mucho más allá de la maraña, en una meseta pequeña, colosos se
erigen una serie de andamios en madera que ostentan argullosos
cientos de fuegos artificiales que alegraran las nochecitas
campesinas, un verdadero agasajo a una tierra que en esa época
había sufrido tanto con la violencia política entre los liberales y los
conservadores y que en esa noche especial de fiesta y alegría donde
los malos tiempos quedaron atrás al explotar musicalmente los
grandes castillos de pólvora, daba la bienvenida a toda la gente que
en el pasado eran fieros enemigos y que en esa noche de mi niñez,
se integraban cantando emocionados, el himno de su ancestral
pueblo.
Y allí estaba yo, contento y saltando de alegría, al ver surcar por el
cielo, hermosos cohetes de colores que estremecían los ranchos de
palmicha al dejar caer su musical estruendo, y que de inmediato
provocan la euforia colectiva.
-“! Que vivan las fiestas de mi pueblo!”, y el resto del publica
contestaba, “!que viva!”.
Un viaje maravilloso que me llevo a recordar las fiestas de mi
pueblo y que pronto fue interrumpido por el gemido del presente
que me hablo al oído y me hizo entrar en razón; allí estaba yo, junto
con mi suegro Don Noel Antonio un curtido maestro de
construcción, quienes sentados en las butacas de madera que el
mismo hizo, escuchábamos atentos los fuegos artificiales y que a lo
lejos se originaban, y que aumentaban con más intensidad y fuerza
acompasados por angustiosos gritos de batalla, que dejaban
entrever que el festival de pólvora, se levantaba entre dos bandos
enemigos.
150 Jairo Veloza González
Allí estábamos sentados expectantes en completo silencio,
observando lo que para mis hijos y para otros mas, era el comienzo
de una gran celebración campesina, pero que en el fondo, no era
más que los gritos y la pólvora de un cruento combate, peligroso y
despiadado, entre hombres armados de diferentes bandos en busca
de consolidar su poder y estancia permanentemente en mi pueblo.
Un combate que duro bastantes días y que también nos invito a no
perder de cerca cada detalle, de abrir bien los ojos y los oídos y
poder comentar con acierto como cuan comentarista deportivo, lo
que estaba sucediendo, una guerra por el poder de las tierras de mi
pueblo y que se daba entre la guerrilla que estaba bien posicionada
y la autodefensa que estaban ingresando con total salvajismo a
nuestras tierras, eso apenas fue el comienzo de la verdadera
barbarie, que azoto los campos y ríos de la región, que acabo con la
vida de campesinos, jóvenes y amigos, además del múltiple
desplazamiento de campesinos honrados y pobres víctimas de la
guerra armada ilegal.
Melodías de dolor 151
CAPITULO SEXTO
“! LAS SOMBRAS SINIETRAS LLEGAN A LA PUERTA
DE MI RANCHO!”
-Desde que el helicóptero de la plata cayó en la plaza de toros,
recordando tal vez, las faenas taurinas de antaño, la violencia creció
enormemente, las muertes selectivas y el desplazamiento forzado
fue pan de cada día, los jóvenes que eran los brazos fuertes y nuevos
del campo, debían de escapar hacia la ciudad, por miedo a que
fuesen reclutados por los grupos armados existentes en la región. Y
fue para el campo, el mayor golpe que en toda su historia había
recibido, el campo se estaba quedando solo, sin jóvenes y mujeres,
sin niños y adolecentes que renueven el espíritu del campesino,
solo quedaban ancianos y hogares maduros con pequeños niños,
como era nuestro caso; el campo que ayer rebozaba de gente
trabajadora y honesta, de campesinos fuertes y guapos para el
trabajo y el arado, mujeres entregadas al campo y a su hogar, niños
fieles a la herencia de los abuelos y las clases matutinas de la
escuela, y que pronto se convertirían en cientos de gentes que a
diario se marchaban de cualquier forma a la gran ciudad, dejando
atrás el pueblo que los vio nacer, en busca de una esperanza negra
que solo tristeza les traería.
Imagínense ustedes que puede pensar un pobre labriego junto con
su familia, cuando un grupo de hombres armados hasta los dientes
uniformados como militares y policías, llegan a su parcela, sin
permiso alguno entran, preguntando siempre por el dueño de la
finca y pidiendo información clave supuestamente para dar con el
paradero de sus enemigos y aun peor, cuando estos sujetos
armados y sin permiso alguno, invaden sus terrenos, instalan sus
campamentos y utilizan las cementeras de yuca, animales y agua,
siempre con la premisa de que se las va a pagar muy bien por la
colaboración prestada. Pero que sucede cuando un pobre
campesino se opone a servir a un grupo armado, miles de palabras
soeces acompañadas de maltratos y otros, caen por doquier
atemorizando aun mas al campesino, obligándolo tal vez a prestar
152 Jairo Veloza González
un servicio que no quiere, porque en el fondo sabe, que en el
monte están los otros y estos pueden también causarle daño,
entonces el campesino prefiere huir y no servir a nadie, pues para
él, esta su familia y su dignidad y esta es apenas una de tantas forma
de que un campesino busque refugio en la ciudad como un
desplazado mas.
Muchos de mis amigos y familiares debieron salir a escondidas del
campo para otras regiones, todo porque fueron amables con quien
llegaba a su finca en busca de un favor o ayuda y como les dije
anteriormente, para un campesino es muy difícil distinguir quién
diablos llega a su parcela, pues en el monte en que vivíamos estaba
la guerrilla y la autodefensa y a esto se debe de añadir, que el
ejército y la policía también quienes también patrullan la región, y
si por la mañana llega la guerrilla y pide información o un poco de
agua, y en la tarde llegan los paramilitares, también con la misma
razón y en la noche llega el ejercito también a lo mismo, en qué
posición queda el campesino y su familia, y si a esto añadámosle,
que sea el primero o cualquiera, culpan al campesino de ser
informante o auxiliador, y que esto conlleva a que se le genere un
castigo por su actuar supuestamente favorable con el enemigo.
Debemos de admitir pero muchos campesinos murieron por este
actuar indoloro e incesante que involucro involuntariamente a los
campesinos, cuando estos grupos llegaron a pedir información de
sus enemigos y que a su vez en la distancia entre los matorrales de
un espeso monte, estaban los ojos espías y vengativos de sus
enemigos que no perdían detalle alguno del campesino y de su
enemigo quienes desde la distancia lograban leer a las mil
maravillas los labios o detectar en los ojos las verdades disfrazadas
con gestos o señas o en otros casos.
También muchos inventaron afirmaciones y acusaciones malignas
en contra de los labriegos todo porqué acepto la entrada de un
grupo armado y no fue capaz de decir que no, porque el campesino
nació inocente y morirá en esta ley. Como les dije en un comienzo,
Melodías de dolor 153
como hace un campesino, para que un grupo armado entre a su
tierra, si ellos tienen las armas y si se les opone, es seguro que lo
tildan de traidor y lo asesinan, y así sucedía con los enemigos de los
otros que llegaban de la misma forma y para colmo de males,
arribaba la fuerza pública también a lo mismo y como un pobre
campesino logra hacer que ellos comprendan, que los campesinos
no tienen nada que ver en este problema.
También le sucedió a mi hermano Gilberto, el menor de mis
hermanos y el ultimo que vivía en el pueblo, que fue visitado por
espacio de tres semanas por los dos grupos armados ilegales siendo
interrogado insistentemente en busca de respuestas o tal vez, en
busca de que se declare culpable por algo que aun no ha hecho; y
fue en la noche del 31 de julio, cuando a su patio llego la guerrilla,
no en busca de respuesta sino de una declaración de culpable, pero
como siempre y con la valentía que caracteriza a la gente de mi raza
campesina, les aseguro que no sabía de nada y que en ocasiones la
autodefensa pasaba por la vereda y visitaba cada una de las casas y
hacía también la guerrilla y el ejército, pero jamás decía nada, pues
primero no sabía nada y como segundo, no le interesaba meterse en
esos problemas, por sus hijos y su esposa, solo quería trabajar y vivir
tranquilo en su parcela, pero para los siniestros soldados del mal,
mi hermano era un posible soplón, que delataba sus pasos, pero lo
cierto es que nunca declaro para ninguno, porque en el campo es
mejor ser neutro e imparcial y no estar aliado con alguien, porque
allí la ley y la justicia no existe y solo el buen juicio y no
comprometerse con nadie es un seguro salvoconducto para
mantenerse con vida.
En esa noche del 31 de julio, varios hombres encapuchados
llegaron a la casa de mi hermano para cobrarle cuentas según ellos,
por ser “el lambón de la vereda” quien se la pasaba avisándole a los
paramilitares sobre los movimientos de la guerrilla y de los vecinos y
según los verdugos, esas informaciones le habían costado bastante a
sus tropas, pero luego de un tiempo, se conoció la verdad y se pudo
saber que las acusaciones no eran más que el producto de la envidia
154 Jairo Veloza González
de un mal vecino, de esos que muy pocos existen pero que son
letales con la lengua y sus mentiras. Su envidia surgió por el éxito de
mi hermano en la ganadería y al verse afectado, le aseguro a la
guerrilla que mi hermano Gilberto tenía demasiados compromisos
con los paramilitares y que los hospedaba con frecuencia en su
finca, que su información había sido supuestamente el golpe letal
que sacudió las filas de la guerrilla, mas sin embargo y pese a las
suplicas de mi cuñada y de los niños, evitaron la muerte de Él,
tuvieron que al otro día muy de mañana, huir de la finca dejando
todo atrás, ya que la orden del comandante era clara, -“!si los llego a
encontrar mañana aquí, a todos me los cargo, sin pensarlo y sin más
suplicas que sirvieran, empacaron todo lo que podían meter en unas
maletas y bolsas de lona, y recomendar a los vecinos, incluso al viejo
que los acuso infamemente, el ganado, las bestias y lo que las
cementeras estaban a punto de producir.
Sin más que sus ilusiones derrumbadas y sin dinero, marcharon
hacia Bogotá, donde días duros estarían por llegar, mas sin embargo
se sobrepuso y pudo salir adelante con su familia, una parte del
ganado logre ser rescatado y ser vendido, otra parte fue hurtada y
otra más se extravió supuestamente, finalmente, el viejo mentiroso
de la vereda, acuso a varios campesinos mas, y fue su propia lengua
que invento un gran arsenal de mentiras y juramentos, que no fue
creída para nada por el gatillo letal de su asesino.
El colapso y la miseria llegaba en grandes desbandadas a las
ciudades y de la misma forma se radicaba de forma plena y clara en
los pueblos que soportaron la violencia, y eso paso en mi pueblo,
donde ya no había que hacer, pues ya no llegaban los camiones de
otros pueblos y de Bogotá, en busca de alimento y servicios, por
temor a que algo malo les pasara, ya no llegaba gente a invertir y la
gente del pueblo, ya no compraba ni una libra de yuca, porqué el
dinero escaseaba o porque no querían dar evidencia de que tenían
como vivir dignamente. El café y el plátano decayó, el maíz crecía
entre el monte pero no había dinero para rozar, los frutales fueron
absorbidos por los hongos y el descuido del campesino, no había
Melodías de dolor 155
nada, casi nada, solo se producía lo que se utilizaba en los ranchos;
no había nada, de cinco vacas que alimentaban semanalmente con
su carne a la gente, solo se sacrificaban hasta dos vacas y eso si el
matarife consiguiera quien le vendiera la res. La pobreza arrasaba
con los campos y sus gentes, mientras en el monte, el dinero y el
abastecimiento para sus tropas, rebozan en absurdas cantidades y
que se pierde ante el mal uso.
La miseria toco fondo, cuando ya la alcaldía y su alcalde no
despachaban con normalidad, pues debido a las amenazas de los
insurgentes debían de administras desde la capital por petición del
mismo presidente, pues en cierta forma al no haber industria o
comercio formal, la alcaldía y los contratistas que dependían de
ella, daban la economía para sostener en parte la vida económica
del pueblo, pero también esto cayo, pues al tener que dar los
excesivos diezmos que exigían los ilegales, prefirieron no hacer
nada y dejar al pueblo en medio d necesidades y obras importantes
para su desarrollo.
Tal y como le sucedió a mi hermano, al patio de mi casa y en la
puerta de la cocina y sin previo aviso, un grupo de hombres, un
total de 10, hasta donde mis ojos me pudieron orientar, llegaron
hasta allí, para solicitar un poco de agua o guarapo si había, pues
estaban muy cansados y venían de muy lejos, hasta donde pude
identificar estos sujetos eran paramilitares, pues todos estaban
uniformados y llevaban consigo brazaletes de su organización, allí
un hombre al que todos llamaban ”Comanche” y quien era el efe,
me saludo y luego se presento y me pidió le ayudara con agua para
sus hombres, a lo cual y sin más remedio que tener que aceptar, les
brinde agua y guarapo, mientras mi familia y yo, no salíamos de la
cocina por el temor que nos ocasionaba, yo no hacía sino mirar
para todos los lados, pues temía que algún vecino malo, me acusara
de auxiliar a esta gente con los otros del monte, mas sin embargo
sabia que mis vecinos y los demás de la vereda no eran gente de
mal.
156 Jairo Veloza González
Se quedaron por bastante tiempo en mi finca, haciéndome todo
tipo de preguntas, sobre si sabía si en la vereda o los alrededores
había guerrilla o cada cuanto pasaba o por donde, a lo cual y como
lo hice después por mucho tiempo, siempre les respondí que
éramos gente de bien y que nosotros en la vereda y especialmente
en mi casa, nunca veíamos o sabíamos de algo, mientras que los
ojos infames de los guerreros de la muerte, no perdían detalle
alguno de mis respuestas y mis movimientos, en la parte de debajo
de mi finca y sin solicitarme permiso, uno de ellos llevaba un gran
racimo de plátano, que teníamos guardado para poder venderlo el
domingo en el pueblo, para poder comprar en parte el arroz y la sal,
y como si fuese poco, otro más, llevaba a cuestas una mata de yuca
vigorosamente cargada con frutos y otro más con la una de las tres
últimas gallinas que me quedaban, allí no pude reclamar por el
abuso de estos hombres y tal como lo hice hasta esa fecha, todo
debió quedar en el más profundo de mis recuerdos reprimidos en
el más absoluto silencio, finalmente, “el Comanche” y su sequito de
hombres se retiran de mi finca con camino desconocido, a la
mañana siguiente muy de madrugada, don Julio y doña Ligia, un
par de viejecitos encantadores, llegaron a preguntar como
estábamos pues se habían dado cuenta de lo que nos había tocado
sortear son esa gente, al rato llego otro vecino, también llamado
Julio y quien era carpintero que también testigo del hecho,
presencio todo lo que sucedió en mi casa y que preocupado por
nosotros temió por nuestras vidas, finalmente, llego otro de mis
compadres, Eliecer Duarte, quien tenía supuestamente lista la
escopeta por si tocaba defendernos de esa gente, pero como dijo el
carpintero:
-“! La demora es que usted saque ese pedazo de escopeta, cuando
ya lo tienen apuntado con mas cien fusiles dirigidos a la cabeza y el
corazón!”.
Un silencio detono entre todos los que estábamos en mi casa, luego
la voz misteriosa y casi auditiva de la viejecita Ligia, advierte que, “!
recen clarito que el cura esta en el pueblo!”, haciendo referencia a
Melodías de dolor 157
que entre el monte había gente armada poniendo cuidado a todo lo
que sucedía en los ranchos de la vereda y como si fuese orden
marcial de un gran general, todos hablamos en voz baja y que solo
podía audible a menos de diez centímetros, en conclusión, y tal
como lo discutimos junto al fogón de la cocina, la situación se
estaba poniendo delicada en todo lado y no había como
remediarlo, pues al ser nosotros unos humildes campesinos que a
duras penas hacemos para vivir, obviamente no teníamos como
intervenir en esta guerra.
Luego cada uno y bajo la discreción de la que tanto les he hablado,
cada uno de los que estábamos en la cocina, empezó a contar a su
manera lo que sabía o había escuchado de los problemas,
homicidios, desplazamientos, secuestros, extorciones y
narcotráfico que a diario sucedían en nuestro terruño, tratando por
este medio, de aclarar el chisme, atando cabos a tan trágica
situación en la que vivíamos.
Cerca a medio día la señora ligia nota que un grupo de personas
vienen entre el monte, agazapados ocultándose de los ojos y los
vecinos imprudentes, pronto cada uno de nosotros con la mayor
suavidad y sin ser vistos, tomo su camino a su casa para encerrarse
en ella y no volver a salir, mi familia y yo hicimos lo mismo,
enclaustrándonos dentro del rancho de guadua y trancando la
puerta y ventanas con la mayor seguridad posible, y hacer creer a
los que pasaren por allí, que en nuestra casa no había nadie.
Minutos después la estampida de pasos se escucho por toda la
vereda, los perros hambrientos de acción y lógicamente de comida,
estallaban de furia, advirtiendo que lo que venía por entre el monte
y el camino, no era gente de la vereda. Luego los pasos se
detuvieron en frente de la portada de la finca, una voz fuerte de un
hombre, retumbo por todo el patio, el miedo fue general, hasta el
punto que escondí a mis hijos debajo de la cama y armado tan solo
con un crucifijo que apreté fuertemente hasta provocarme una
herida en la palma de la mano, nuevamente la voz retumbo con
más fuerza, “! Buenas, hay alguien aquí!”, pero nosotros no
158 Jairo Veloza González
respondimos a su solicitud, obviamente ante el silencio de
nosotros, la voz ordeno tajantemente:
-“! Cabo entre y revise el lugar!”;
No vacile en salir pues el citar un rango determinante, entendí que
esta gente no era ilegal y que podía tratarse de la fuerza pública, y
que seguramente estaban patrullando la región, o tal vez alguien les
informo que en la noche, en el patio de mi casa estuvieron varios
hombres sospechosos fuertemente armados. Así que salí rápido y
salude a todos estos hombres formalmente, el cabo y otro
uniformado, que en realidad eran policías, me saludaron
atentamente y me pidieron los siguiera hasta donde estaba su
comandante, un capitán de apellido Mora, quien también se
presento, me pidió le colaborara con un poco de agua para surtir las
cantimploras de sus hombres, que no serian más de treinta, a lo cual
pedí excusas por no tener la suficiente agua hervida y debía de
completar con el agua de un pozo cercano a la cementera de yuca.
Pronto el capitán entablo conversación mientras el resto de sus
hombres estaban por doquier, y así y como fiel copia de la noche
anterior, el interrogatorio comenzó, y nuevamente las preguntas de
si tenía conocimiento de gente extraña en la vereda, o si conocía de
hechos extraños y peligrosos en la región, pues desde días pasados
venían siguiéndoles el rastro a un grupo de subversivos y para
militares y que dicho rastro los llevaba hasta la vereda, a lo cual le
respondí:
-“! Comandante, la verdad es que desde hace muchos meses, los
perros no dejan de latir, y cuando un animalito ladra de esa forma,
es porqué huele algo raro, presiente algo que está en el monte y
quiere ir por todos los medios ir a cazarlo, por eso es que estos
animalitos se mantienen amarraditos, pues cuando comenzó la
ladradora, muchos perritos se perdieron en el monte y no
volvieron!”.
El capitán quien no daba crédito a lo que yo le decía, continuo con
su interrogatorio y daba más afirmación a las especulaciones de
otros vecinos que a mis palabras, de las cuales y debo decirlo, pero
Melodías de dolor 159
muchas de ellas era ciertas, y tengo que admitirlo, pero omití
muchos detalles, pero si declaraba todo lo que sabía, mi vida y la de
mi familia corrían peligro, pues en el monte todo se sabía, incluso si
se tiraba mi mujer un pedo, en la vereda y en la otra, todos sabían a
qué hora fue y a que olía, debí callar y aunque luego vinieron
muchas visitas de este tipo, a todos les dije siempre lo mismo.
Guardando en mi corazón, todas las cosas malas que sucedían en el
campo y aceptando con resignación cada una de las visitas que
llegaron al patio de mi casa y que sin importar si era semana santa,
navidad o el funeral humilde de mi padre, siempre debía de
recibirlos de la mejor forma para evitar inconvenientes con cada
uno de estos grupos que llegaban a mi casa.
Varios minutos después, el capitán se levanta de la banca grande
que mi padre construyera hacia décadas y se despide de todos
nosotros de manera cordial, luego visita a mi vecino y pasa a la
siguiente casa, y así lo hace casa por casa, visitando sorpresivamente
a todos mis vecinos, al buen rato y luego de entrevistarse con todos
allí, envía al cabo y aun par de hombres a mi casa para pedirnos le
vendamos dos gallinas y una buena mata de yuca para el almuerzo
de ellos, a lo cual mi señora y por física necesidad se adelanto,
ofreciéndose prepararles un delicioso almuerzo campesino en
fogón de leña con buen ají y bastante guarapo, a lo cual el cabo no se
resistió, sabía perfectamente en el fondo de mi corazón, que mi
señora y yo habíamos cometido un error y que luego más adelante,
apenas esa gente supiera, nos lo cobrarían bien caro.
Cuatro días después y luego de culminar un pequeño contrato de
trabajo de limpiar un potrero, partimos hacia la casa con mi mujer
que era una verraca para echar rula, luego de caminar varias horas,
paramos a donde un primo de mi mujer muy cerca a la finca, pude
observar que en el rancho la guerrilla nos estaba esperando, trate de
avisarle a mi mujer pero otros guerrilleros estaban apostados
dispersos por el camino, entramos directo a la finca del familiar
pero no había nadie, más bien continuamos por un extravió para
acortar el camino hacia nuestra casa, pero los ojos vigilantes de los
160 Jairo Veloza González
subversivos no nos dejaban de observar, entramos al predio de la
finca y allí había un guerrero, quien nos saludo, subimos por una
pequeña cuesta y entramos sin mora a la casa, nosotros estábamos
muy asustados, a medida que llegábamos a la casa, nos
encontrábamos con algún guerrillero y eso nos asustaba mucho,
presintiendo que algo terrible nos sucedería, mi señora entro a la
cocina directamente a l fogón para poder hacer un poco de comida,
luego de descargar las maletas y tomar un poco de agua picha, la voz
rígida de una mujer, me llamo por mi nombre y eso erizo los pocos
pelos que me quedan en la cabeza, mi mujer quedo fría y de una
sola pieza sentada sobre un tronco de madera, mis hijos corrieron
sin tener cuidado, hacia adentro del rancho, gire mi cabeza y pude
ver que era la mujer rubia de la cerveza, y allí con pistola en cintura,
sombrero y poncho, se acerca desafiante, preguntándome
airadamente, si yo era esa persona que ella estaba buscando, a lo
que yo y con las piernas a punto de derretirse, afirme de que esa
persona que andaba buscando no era yo.
Me hizo tomar asiento en mi propia casa y con notoria seriedad me
declaro el motivo de su presencia y sin palabras mas y palabras
menos, me hizo entender que varias personas del pueblo y que
temían por la seguridad de la vereda y de sus familias, me acusaron
de ser un auxiliador y simpatizante de sus enemigos y que de
acuerdo a asas informaciones y de realizar exhaustivas
investigaciones, tenían la supuesta certeza, de que yo era
informante y benefactor de sus rivales armados, a lo cual y con la
voz entrecortada, dije que no era así y que yo no tenía nada que ver
con esa gente y que si era por lo que había pasado con la llegada de
los policías era un asunto netamente económico, donde se les
vendió el almuerzo, pues no había otra cosa más para poder vivir
dignamente y si la intención de ellos, era saber de primera mano, lo
que habíamos hablado con los policías era fácil, y les dije que me
habían interrogado pero jamás les dije nada y siempre les trate de
evadir, porque sabía a ciencia cierta que si yo les decía algo, ustedes
vendrían por mí y mi familia, siempre les argumente lo de los
Melodías de dolor 161
perros y sus ladridos de noche y que para el campesino eso no era
normal, pero jamás hablamos mas allá, siempre fuimos prudentes
en nuestras palabras, pronto mi señora se puso a llorar con mis
pequeños hijos, que ajenos a esto, escucharon todo el alboroto y se
colgaron a mis piernas y mi cintura, abrazándose férreamente a mí.
-“! Lamento decirle que sobre usted recaen muchas acusaciones y
es mejor que nos acompañe a donde el comandante, para que el
escuche y decida qué piensa hacer con usted al respecto!”; de
inmediato el frio más absurdo y penetrante que la muerte pudiera
exhalar, doblego mi ser ante sus pies, mi cabeza perdió la razón, mis
brazos y piernas perdieron toda flexibilidad y movilidad alguna, mi
estomago fue toda una odisea musical y mi corazón daba grandes
golpes de tambor mayor. El miedo mas asqueroso abordo mi vida,
mayor en proporciones al de días anteriores, propinándome una
paliza salvaje y que por nada del mundo me quería soltar, mis hijos
se abalanzaron hacia mí, cada uno fuertemente agarrado a una
pierna, como si fuesen una extensión angelical de mi cuerpo, mi
esposa a medio vivir y al borde de un infarto, también me tomo por
el cuello, y a cuatro pulmones les gritaba, que me dejaran en paz y si
también era el caso que también la llevaran a ella y a los niños, pero
solo y por encima de ella, me dejaría ir, así le costara la vida, y
refirió una y otra vez y cien veces más, “!que nosotros éramos
personas buenas, honestas y pobres, y que no le debíamos a nadie y
que a nadie jamás le habíamos quitado algo!”.
Pero las suplicas de mi familia no fueron suficientes para convencer
a la comandante, pronto sus hombres me separaron de mi familia a
empellones, apartándome de mi familia. Me llevaron con ellos
hacía un lugar desconocido, fueron muchos los gritos de dolor que
corrieron detrás mío, fueron muchos los metros que corrieron mis
hijos y mi esposa detrás mío, pero que la oscuridad y la maldita
maraña los separo de mi lado, pronto ellos perdieron el rastro y no
tuvieron mas opción que regresar, destrozados y con el alma hecha
pedazos, temiendo por su padre y esposo, temiendo por mi vida
que estaba a disposición de unos cuantos sujetos armados que me
acusaron de algo que jamás había cometido.
162 Jairo Veloza González
Camine más de tres horas entre el oscuro monte en medio de la
nada, golpeándome contra todo lo que había allí, rasguñando todo
mi cuerpo con espinas y tallos puntiagudos que soeces me daban la
bienvenida al mundo de la guerrilla, un lugar misterioso y frio,
propio del inframundo y al cual solo entran aquellos que tienen
pacto con el diablo y por lo que presentía, tal vez no saldría vivo de
ese lugar, condéname para siempre en ese infierno, sin una cruz y
sin una flor, recordé por un momento recordé a todas esas
personas, que desfilaron por el frente de mi casa obligados por el
arma vulgar de un hombre ignorante que nada comprende, por
frente mío, pasaron hombres y mujeres inocentes, ricos y otros más
que realmente fueron culpables pero que solo podían ser castigados
por la mano de la justicia constitucional y divina, el frente de mi casa
se convirtió en una especie de patíbulo de la muerte, cuyos jueces
determinaban el castigo de todos los que llegaban allí, un lugar que
estaba en el mapa pero que ninguno en el fondo sabía exactamente
donde estaba ese lugar macabro.
Pese a mi resistencia y a la torpeza de mi cuerpo de no poder andar
como debía entre el monte, llegue a un lugar donde solo las velas
cuya flama es leve, daba cuenta de decenas de cambuches
estratégicamente ubicados a lo largo de arboles y abismos y que eran
invisibles para sus enemigos, durante horas fui retenido y despojado
de toda voluntad que me quedara, fui interrogado y torturado por
mis guardianes, que obstinados seguían afirmando que yo tenía que
ver algo con sus enemigos, luego paraban para descansar y de nuevo
me interrogaban sin obtener respuesta alguna, así fue toda la noche,
una y otra vez y por varias horas más, me golpearon y me humillaron
pero jamás de mi boca y de mi dolor pudieron obtener un
testimonio obligatorio e ilegitimo que les premiara de que yo era un
auxiliar de quien putas sabe quién. No tuvieron más opción que
declararme inocente cautivo, o sea, no se le comprueba nada pero
de llegar a cierto, mí juez y el fusil me condenaran. Pronto la
paciencia de la guerrilla estaba a punto de colapsar, y ante ellos se
arrodillaba solloza un buen campesino que solo sabia arar la tierra
Melodías de dolor 163
con canciones de música colombiana y poesías de Silva y Villalba,
pronto la paciencia termino y el arma y su suicida me apunto sin
vacilación, luego el frenético grito de la guerra y su fusil, me golpeo
cobardemente en el pecho y les juro que temí por mis hijos y por mi
esposa mas no por mi vida, mas mis ojos derramaron cálidas
lagrimas de dolor, mas sin embargo por mi propia vida jamás
derrame el llanto del último suspiro, ni siquiera el quejido doloroso
del golpe salvaje de un viejo fusil sobre mi humanidad deje escapar, y
todo por no darle gusto a ninguno de ellos, que sacrificaron vilmente
sus vidas, la de mi familia, la mía y le de todos en mi pueblo querido.
me resistí cobardemente a expulsar ese suspiro, pero el amenazante
grito de guerra, me obligo a dejar salir tan rápido como llego, ese aire
de libertad y paz, tal vez presintiendo, que ese fusil que me
apuntaba, lo tomara por sorpresa y le cortara de un tiro sus lindas
alas.
Un verdadero castigo que me acabo hasta el último parasito y
enfermedad alguna que mi cuerpo tenia, mas sin embargo mi vida
aunque acabada jamás estaba vencida, todo eso que me aquejaba no
tendría ningún valor para mí y mi familia sino la enfrentaba con
valor, cada dolor de hueso y coyuntura que solo da por el trabajo
pesado y que en esa noche frente a ese fusil, ya no me dolía, el dolor
de pecho y de cabeza que siempre me daba al no tener como
alimentar a mis hijos y a mi esposa, y que solo da por sentimientos
tristes y de máxima pobreza, fruto de una maldita y absoluta
incapacidad por no dar a los míos lo que ellos merecían, un dolor de
cabeza, que solo da de tanto pensar, producto de amargas angustias
que solo la tristeza y la pobreza saben dar.
Sin más que el alma rota por dejar a los míos tan mal y con el pesar de
no darles nada sino lo que estaba a la altura de lo que trabajaba, me
despedí de la vida y de los míos y con apenas una oración que en mi
cabeza y mi corazón se lanzaban como pelota, cerré mis ojos y me
dispuse a esperar la fatídica detonación de un arma que no conocía
de semillas y el azadón, por segundos apreté mis labios y con ellos
164 Jairo Veloza González
todos mis sentidos para no sentir el calor maldito incrustarse en mi
pecho, mas la espera fue larga y no escuche nada, tal vez en mi
pensamiento sentí que ya estaba muerto y que mi deceso fue sin
dolor alguno, mas luego de varios segundos y ante la nefasta
curiosidad, abrí mis ojos y allí a mi alrededor, estaban casi todos los
guerrilleros que expectantes esperaban la orden del comandante,
varias espermas a punto de fenecer dejaron de brillar ante la fuerte
brisa y ello aumentaba mas la tenebrosa escena de terror, de nuevo
cerré mis ojos y me negué a creer que eso me estaba pasando, y me
negué a creer que todo eso era tan solo una maldita pesadilla, pero
nuevamente abrí mis ojos y me daba cuenta de que aquella pesadilla
era la cruel realidad de mi vida, entonces mis ojos derramaron
lagrimas que quemaban ferozmente mis mejillas y mi cuello y que
solo podían ser aliviadas por mis manos ásperas que trataban de
aliviar mi sufrimiento.
Pronto el sollozo llego hacia el fondo de mi pecho que se manifestó
en un fuerte dolor en mi corazón, una especie de aguja sin punta
roma, atravesó mi cansado corazón , tal vez cobrando a la fuerza lo
que quedaba de mi existencia, luego caí al piso, allí sentí que la
respiración me falto, un fuerte dolor en el pecho aprisiono mi
corazón contra mis pulmones, mis ojos y mi razón perdieron el
sentido, y quede atrapado en medio de las armas y de un pre infarto,
que casi cobra mi vida, afortunadamente fue tan solo un susto que
golpeo mi sistema nervioso y provoco un desmayo somero y que tal
vez, causo también el supuesto perdón del comandante, quien una
vez, me vio de pie, me dejo ir para mi rancho, no sin antes escuchar
esta advertencia.
-“! A la próxima queja de alguien que nos diga que usted esta
amangualado, lo mandamos de patitas al infierno y toda su familia
tendrá que irse de aquí!”;
-“¡que le quede claro que esto ya no es un llamado de atención, sino
una advertencia clara y ultima, de que la vida puede perder, si sigue
de lambón con el enemigo!”;
Melodías de dolor 165
Si más que decir, aquel hombre le ordeno a dos de sus hombres,
me llevaran a un lugar definido por ellos y que nunca jamás
reconociera, para que ya no regresara mas por allí, luego el hombre
se retiro hacia el monte y yo sin más que decir, pues todas mis
palabras quedaron cortadas por semejante susto, o tal vez por que
quedaban en mi alma cientos de maldiciones que buscaban salida
en mi pecho, para cantarles la tabla y de paso echarles la madre.
166 Jairo Veloza González
CAPITULO SEPTIMO
“! LA TEMPESTAD DESTRUYE TODO!”
Varios fueron los capítulos de terror que arremetieron con todo
contra la población y de otros mas, que siendo cercanos también
sufrieron del mismo horror, las caminatas de la muerte que a lo
lejos se escuchaban y que eran detectadas por los perros, nos
indicaba el lugar donde seria la tempestad, lugares seleccionados
con antelación ante una supuesta inteligencia militar de estas
organizaciones que cobraban con creses la supuesta traición de los
campesinos y de sus familias.
Una serie de eventos que solo buscaban los días de mercado donde
la mayoría del pueblo salía al menos pese a la crisis económica, a
verse con sus familias y sus amigos íntimos, pues para esos días, el
dinero faltaba para comprar lo básico. Llegaron los trágicos eventos
que solo se aparecían los días domingos donde todo el mundo salía
para ir a misa y comprar con las pocas monedas lo necesario. Un
sorteo maldito de la muerte que escogió los domingos, día sagrado
por dios y los campesinos para estar en paz, pero que también fue
escogido por la guerrilla y los paramilitares para cometer sus
atroces crímenes, un día que para muchos es único y especial, de
encuentro familiar y reconciliación social pero que para otros era
guerra y venganza, un día en que todos salían por costumbre y por
tradición, donde las armas podían lograr más fácil tomar por
sorpresa a sus víctimas y cobrar las supuestas deudas de guerra.
Cada domingo y por espacio de nueve meses que gestaron dolor y
desolación, la guerra del monte se desplazo a los centros poblados,
y no les importo quien cayera en sus mortales trampas, unos viejos
enemigos de guerra, que unos eran de la izquierda y otros más de la
derecha, cobraron en conjunto la vida de muchos labriegos,
mujeres jóvenes, además de informar cual medio de
comunicación, el tiempo aproximado para que los campesinos que
no eran ajusticiados, desocuparan el pueblo a la brevedad posible,
dejando atrás todo lo que habían conseguido con esfuerzo.
Melodías de dolor 167
Cada domingo, el cementerio daba albergue a una tumba nueva,
Cada domingo un campesino menos en el pueblo habitaba,
Cada domingo de mercado y encuentro,
Se convirtió en día de duelo y luto,
Porque allí todos, grandes y chicos, todos en general,
Sabían con exactitud, que hoy habría funeral,
Cada domingo y por largos nueve meses,
Todos en el pueblo sufrimos con horror, una guerra sin dios y
cuartel,
Una guerra que no era del campesino y ni de su vecino,
Mucho menos de la tierra que los vio nacer o la mujer que los pario,
Una guerra que emanaba azufre mineral,
Y que solo se olía victorioso en cada funeral.
Un pueblo que sufrió cada domingo con la guerra,
La muerte y el desplazamiento,
Que vio como la sangre derramada por sus hijos,
Corría chiflada por sus campos manchados de violencia.
Cada domingo durante nueve meses, vi como a muchos de mis
amigos fueron desapareciendo y otros mas, escapaban como alma
que lleva el diablo, antes de que el dedo que los acuso, obligara al
gatillo a obturar contra su prójimo, a disparar una bala que no
quiere funeral. Pronto mi pueblo en el mágico mapa de Colombia
paso a ser de verde color natural a zona roja innatural, donde solo
los guapos y los muertos, pueden viajar sin problemas alguno,
pronto mi pueblo se torno en uno de los rincones más peligrosos
del mundo y allí debajo de mi estera, solo guardaba una imagen
protectora del divino niño y junto a él, un relicario familiar, el cual
me negaba a perder.
Cada domingo desde que amanecía sabíamos que algo malo
sucedería y que como la lotería de la vida, a cualquiera de nosotros
nos tocaría el turno de padecer la violencia, pero sin perder jamás la
esperanza, siempre cada mañana de cada domingo y como acto
desesperado de fe, junto con mi familia nos arrodillábamos para
pedir por nuestras vidas y por la de los demás.
168 Jairo Veloza González
Decenas de campesinos murieron, y tuve que ver horrorizado todos
los avisos de réquiem que en las escasas paredes blancas del pueblo
daban albergue y asistí como muchos campesinos a tantas misas de
funeral, que a ceremonias de bautizos y confirmación, y acompañe
como muchos de estos muertos lo hicieron, a cada campesino caído
en su finca hasta el panteón sacramental y en silencio rechazaba, el
odio y la tiranía del malvado comandante y su rifle, como muchos
en el pueblo, también acompañe a los deudos a las novenas y misas
por el alma de sus muertos y nunca más le volví a temer a los ojos y
el dedo que acusa y que también me acuso, cada domingo junto a mi
familia nos adelantábamos al futuro incierto de la guerra y la muerte
, sabia en el fondo que cualquiera de nosotros o de nuestros amigos
que clamábamos vivir en paz unos días más, pero el grito
autoritario, solamente sabia callar por encima de la voluntad del
creador.
Semanas enteras vi huir a muchos de mis amigos, familiares y
campesinos a otros pueblos en busca seguridad y refugio contra las
balas y los malvados que los querían dominar, huían de la violencia
pero en el fondo no sabían con exactitud a donde llegarían, pero
que al igual que muchos de los desplazados que en el pasado
escapaban, llegaban indefensos y sin un centavo a formar parte de
los cordones de miseria de las ciudades y pueblos cercanos a estas,
aguantando hambre, sufriendo necesidades y comiendo a
borbollones y a dos manos, la suficiente mierda capaz de abonar
con abundancia, todas las parcelas de su querido pueblo.
Cientos de campesinos que dejaron de ser parte de mi pueblito para
ser parte de una gran ciudad que no los acoge como suyos y los
desprecia con suficiente rencor, pues ellos aun no han sufrido en
carne propia, la sevicia de la guerra y su maldad.
Cada domingo, la plaza de mi pueblo fue escenario de la guerra
suicida que aisló al pueblo del mundo entero, colocando entre la
realidad y nosotros ponzoñosas barreras, que jamás nos dejo contar
la severidad de la guerra en nuestros verdes campos, una guerra que
se enfrento en varias ocasiones, lanzando balas perdidas por
Melodías de dolor 169
doquier, enviando miles de granadas, que arrasaron nuestros
cultivos y nuestro ganado, cientos de balas que surcaron el inocente
horizonte de un pueblo pobre que fue ocupado por los grupos
armados y desalojado por los suyos, sus hijos campesinos.
-“! El campo tiñe de rojo, porqué la muerte a sembrado bombas y
minas todo el surco,
Los ríos pintados de rojo, viajan presurosos, escapando de la guerra,
El monte y los bosques, lloran silenciosos porque sus entrañas
guardan homicidas,
Porque la tierra que soporta sus tallos y troncos, la rechaza,
Porque en sus entrañas, guarda contra su voluntad, la violencia
maldita.
Los pájaros temen cantar, porque los viejos fusiles, no se cansan de
apuntar,
Porque el gatillo que lo soporta, muere de envidia al no trinar
canciones de paz,
Porque la mano que lo aprieta, duda con razón, al no querer matar,
Porque el cuerpo que la sujeta, no quiere disparar,
Porque el corazón que mantiene la vida de su cuerpo y del fusil,
Duda entre lo que está bien y lo que está mal,
Porque también tiene alma y también vida.
Cientos de días y decenas de semanas y algunos meses, sirvieron
para desnudar a un pueblo de todo progreso, los campos dejaron de
producir, los campesinos dejaron de trabajar y los pocos que aun se
negaban a escapar, Vivian obligados a existir de forma miserable, el
campo ya no es el mismo desde que la gente armada sin importar
cuartel, color o filosofía llego a nuestro pueblo, a nuestros campos y
patios, cerceno la alacena de los pueblo y las ciudades y que también
acabo con las ilusiones de los que vivimos aquí, tan solo nos
mantenemos con vida, ante la lejana esperanza de que todo
cambiara y que algún día regresara con alegría y reconciliación los
buenos tiempos.
170 Jairo Veloza González
Fueron nueve meses de dura batalla contra la muerte y pese a mis
años y mi enfermedad, me mantuve con vida, incluso del fondo de
mi corazón me arme de un alma acorazada y con ella reclame a los
victimarios por sus víctimas, siempre recibiendo de ellos,
improperios y abusos, mas no una bala perdida, le reclame al
gobierno por su abandono, al alcalde por no hacer nada, a la policía
y el ejercito por dejarnos solos y a la guerrilla y los paramilitares por
hacerle tanto daño a mi pueblo. Reclame con justificación y
sentido, pero jamás recibí explicación, me pare valiente frente al
fusil que liquida pero esto jamás sirvió de nada, pues su fechoría
con reserva ya había cometido.
El secuestro, la extorsión, la cocaína y la muerte fueron nuestros
diarios compañeros y aunque muchos no compartíamos nada de
esto, tuvimos que aprender a vivir con estos males por mucho
tiempo, someternos a la voluntad de la violencia y sus secuaces y
comer callados para evitar la muerte, y a veces hasta sufrir de
demencia senil o ceguera provisional, para evitar las rencillas o los
dedos que todo lo acusan, pronto nuestra vida pasaría de ser el
inocente campesino a un obligado cómplice de la maldad, pero
que por su vida y de su familia, debía de aceptar y sobrevivir como
fuese.
Pronto las cosas se tornarían más peligrosas, los combates entre los
grupos ilegales fueron más frecuentes, a diario y en diferentes
puntos de mi pueblito, se citaban para darse plomo, unos desde
una loma y los otros desde la otra, siempre amenazando y siempre
disparando, pero siempre desplazando al pobre campesino, que
sufría del fuego cruzado, corriendo agazapado huyendo de las citas
clandestinas que como un par de novios, fijaban la hora y el lugar
para enfrentarse y morir en batalla, citas que siempre se daban en
medio de las veredas y que en cuestión de segundos ordenaban
desocupar la vereda ante la batalla, y de esta manera cientos de
campesinos salían desplazados para su mismo pueblo, dejando
atrás todo, tan solo llevando lo que traían puesto, víctimas de una
cita clandestina que sucedió en muchas ocasiones y que causo
dolor y desazón en el pobre campesino.
Melodías de dolor 171
A esto se le suma la muerte trágica de la secretaria de la personería
del pueblo, días después el asesinato del alcalde, en momentos
que regresaba a su pueblo, motivado por la ilusión de ayudarle a su
gente, augurando tal vez que todo eso terminaría, pero con la mala
pasada del destino, que con lo único que acabo fue con su vida.
-“! Aguante hasta donde mi alma y mi cuerpo me lo permitían, mi
esposa a punto de morir, mis hijos con severos traumas y yo, viejo y
derrotado, tome en silencio y resignado la decisión de escapar de
mi pueblo para la ciudad y encontrar allí, refugio para toda mi
familia, no había otra salida, ya estaba advertido y debía de pensar
en mis hijos, pues yo había vivido lo suficiente y debía de darles una
nueva oportunidad de vivir a mi familia en otro lugar, fue una
decisión que me dolió y conmovió mi alma, pero que para todos
nosotros era lo mejor, de esta forma, y sin comentar a nadie, sobre
lo que íbamos hacer, preparamos nuestras maletas y las pocas cosas
que quedaban, con un poco de dinero que quedaba de jornales,
nos alistamos para marchar a la mañana siguiente para Bogotá!”.
-“!Cansados o resignados, no lo sé, alistamos cada una de nuestras
pertenencias, guardándola con tal afecto por el recuerdo que cada
una de ellas expresaban, un recuerdo que nunca se borrara y que
siempre brillara en cada uno de nosotros, un recuerdo que era
preferible recordar en la ciudad y no perderlo para siempre en el
campo!”.
Lastimosamente y como había sido y que a lo largo de esta historia
se han podido dar cuenta, la mala suerte me persiguió y esta vez,
cuando una luz de esperanza, nos daba el guiño para salir en busca
de oportunidades, me perseguía de nuevo y cerca a la medio noche
del 27 de enero, unas fuertes explosiones que detonaron cerca de
mi rancho dejaron en claro que la guerra pronto invadiría mi
humilde parcela, el fuerte estruendo nos despertó de un leve
sueño, voces de terror de los vecinos y gritos suicidas de los
combatientes, me anunciaban que la muerte había llegado a la
vereda. Explosiones y mas explosiones, unas más fuertes que otras,
disparos que centenares brotaban en la distancia y otros más cerca,
172 Jairo Veloza González
pasos agigantados de centinelas y combatientes que buscaban
protección en las casas adormecidas de la vereda incluyendo la mía,
una guerra que habíamos evitado en el patio de mi casa y que hoy
era su trinchera, una batalla que duro horas y que acabo con lo poco
que teníamos y que nos obligo a tendernos bajo las camas para
protegernos pero la guadua y el mortero pobre de cemento y arena
no aguanto y tuvimos que buscar protección en otro lugar.
Con mis hijos y mi señora escapamos hacia el trapiche, donde con
toda mi fuerza arranque un gran fondo de cobre que servía para
calentar el jugo de caña y convertirla en miel, volteándola sobre mis
hijos y colocando a mi señora en uno de los huecos del horno, pero
la balacera arrecio con más fuerza y el ruido infernal del plomo y la
pólvora que lo activa, ensordeció por completo mi razón, quede
atrapado en medio del fuego y quieto sin mover pestaña alguna,
trate de mantenerme con vida, pero el combate se desato aun mas y
mas y el humilde patio de mi casa y mi cocina, fue barrera de tiro
para estas sujetos, sin más que mis ojos puestos que en mi familia, vi
como inesperadamente, el gran tazón de cobre se abría
rápidamente y de el salía indefenso mi pequeño hijo en busca de su
padre, para que lo protegiera de los malos, mas sin embargo y
retirado de allí, le grite a mi hijito que regresara al interior del
refugio, pero las explosiones y disparos no dejaban escuchar a mi
pequeño hijo, pronto escucho mi voz y diviso mi imagen en la
oscuridad corrió inocente hacia mí, de un salto me levante y corrí
hacia él, pero mi hijo fue más veloz y emocionado por
encontrarme, abrió sus pequeños bracitos y sonrió con la ternura
que solo los ángeles tienen, gritando aun con el sollozo de tanto
llorar, -“!papa, papá, papito!”, luego un silencio maldito llego hasta
mi cabeza, voltee mi cabeza hacia la cementera de yuca, y allí en
medio de ella se levanto el arma criminal de un hombre, que en
segundos detono la bala suicida que determino con exactitud entre
la oscuridad el pequeño cuerpecillo de mi bebe, pronto cayo entre
mi regazo aun con sus bracitos abiertos y con su mirada inocente
puesta en mi, regalándome tal vez, la última frase que nunca se me
Melodías de dolor 173
olvidara, “!Papito!”, me tire sobre él y lo lleve a un lugar seguro, allí
sus ojitos húmedos, me dieron la última de sus miradas, y con ella,
una leve sonrisa que se enmarco en sus redondas mejillas, luego sus
ojitos se cerraron y su respiración dejo de pronunciar la palabra
vida, tome sus manitos entre las mías buscando sus latidos, luego
en su pechito junto a su corazón observe un hilo de sangre que
corría libre por la tierra triste que lo había visto nacer.
-“! Oh hijito mío, desde esta tierra donde tú nos acompañaste con
tu ternura e inocencia,
Suplico a ti, para que me des, la fuerza necesaria para no morir,
Porque sin ti y tu alegría, perdí toda razón de vivir.
Sin ti hijito mío, mis pasos son más lentos y sin sentido,
Mis sueños se fueron contigo y yo quiero irme con ellos.
Un fuerte dolor que solo un padre y una madre conoce, me
atormenta,
Solo en las noches donde el sueño me vence, te veo jugar inocente
en la finca,
Solo en las noches en que sueño, te veo correr alegre tras la pelota,
Y traerla de regreso a donde me encuentro.
En aquellas noches donde el sufrimiento no me atormenta,
Te sueño y te extraño, minuto tras minuto,
Y aun no me resigno a perderte.
Y te busco en cada rincón de mi alma y de mi familia,
Y no descansare hasta que te encuentre.
Solo en esas noches que son tan pocas, te sueño hijito mío,
Y tú con tus ojitos y mejillitas rosadas, me dices que me amas,
Pero me adviertes que ya es hora de que te deje descansar y
descanse yo,
Que allí junto a mi, también esta nuestra familia,
Y debo de hacer todo lo posible para que ellos recuperen el
tiempo,
Que la guerra nos quito.
174 Jairo Veloza González
Una vocecita angelical que me dice,
Que te deje descansar y descanse yo,
Que aunque estemos lejos de la guerra,
La vida continúa y aun mi familia me necesita,
Una vocecita de un bebe, que me recuerda que soy tu papa y tu eres
mi hijo,
Y que por nada del mundo, jamás te olvidare,
Y tú nunca jamás me olvidaras.
Te amo hijito mío, y vivirás siempre en mi,
Y serás para mí y mi familia, el motivo para sobrevivir.
Pasaron varios días de aquel horrible suceso y con apenas lo que
tenía previsto para el viaje, cubrí una parte de los gastos funerarios
de mi hijo, y con la caridad de las gentes buenas del pueblo, le di
santa sepultura; allí le jure en su tumba y al cielo, que regresaría por
lo menos una vez al mes para visitarlo y contarle como nos iba en la
capital.
De su asesino, una vez vio lo que hizo, entro en silencio y días
después, la tristeza lo invadió, llevándolo a tomar una decisión letal
y con la misma arma con la que acabo el futuro de mi hijo, acabo
con la propia suya.
Melodías de dolor 175
“! UN DESPLAZADO MAS, HIJO MIO!”
-“! Aquí desde una pequeña ventana y ante mí, el reflejo sublime de
una gran ciudad, que nos dio techo y algo de comida, te escribo hijo
mío, para decirte que no te olvido y que tampoco olvido a mi
pueblo, que los días pasan someros por nuestra casa de latas y
cartón y solo de una de las paredes, pende tu fotografía y la de todos
nosotros, un retrato amoroso de una familia que abrazados ríen en
la mitad del parque, de un pueblo calentano!”.
-“! Un frio agobiador que no se cambia por el calor abrazador del
campo y la parcela, un frio que castiga los huesos, los brazos y las
piernas, en especial los de tu madre, un frio que en las noches no
nos deja dormir y que me recuerdan a ti!”.
-“!las noches pasan vacías y aquí como en el campo toca trabajar
duro, a diferencia de que aquí todo es más caro y escaso y lo poco
que se gana, no alcanza sino para la comida y el estudio de tu
hermano, vivimos en la pobreza pero unidos y a diferencia de esa
época en la que llegamos a esta ciudad, el cartel de desplazados casi
no lo usamos, porque en ocasiones somos sometidos a los
atropellos y abusos de los que no confían en el campesino que huye
de la violencia de su tierra!”.
-“! Oh hijito mío desde aquí en esta ventanita de plástico, lata y
cartón, no me cansare de soñar que te veo dormir junto a tu
hermanito y tu mamita, y que nunca por nada del mundo te has
marchado. Desde esta ventana levanto mis ojos y miro hacia el cielo
de la capital, y me doy cuenta que aquel lucero que está en aquel
cerro, es tu estrella y que estas allí, para alumbrar nuestro camino y
porqué no, algún día llevarnos de regreso a nuestra finca!”.
Desde esta casita que no se parece en nada a la del campo y en estas
tierras baldías que no se parecen a las de la finca, te digo hijo mío,
que desde que llegamos, trabajamos duro, para no morir de
hambre y trabajamos con más ahínco para que las humillaciones de
quienes no nos entienden, algún día comprendan que la guerra
176 Jairo Veloza González
está en todas partes y que hoy nos toco a nosotros y mañana le
sucederá a otros.
Desde esta casita fría que nos alberga solitaria en esta montana, nos
faltas tú, para que con tu calor y alegría, nos regreses los recuerdos
que quedaron marchitos en la granja, para que con tu vocecita nos
alientes a no morir de vergüenza por ser unos desplazados en busca
de refugio y seguridad. Desde esta ventana la cual congela mi alma
por no tenerte a mi lado, le doy gracias al cielo por dejarme al
menos tener a tu madre y a tu hermanito, solo ruego a Dios, que no
me gane aun la muerte, pues quiero trabajar duro cada día para
regresar a nuestra finca y en ella junto con tu madre morir tranquilos
y estar junto a ti.
Me siento orgulloso de ser campesino y de arar la tierra con poesías
y canciones de mi pueblo, de recitar alegre las coplas y refranes de
los viejos y de mis abuelos, de poder sentir el aire fresco del campo,
de degustar maravilloso el agua que brota del pozo y las cañadas, de
silbar el canto de las aves que trinan libres, de los frutas y las flores
que lisonjeras pintan cada montañita de mi gran tierra campesina.
Me siento orgulloso de ser tu padre, de ser esposo y buen vecino de
mi gente campesina y a pesar de que somos pobres, me siento
orgulloso de estar aquí en medio de una ciudad, que no me conoce,
porque con mi trabajo, por más humilde que sea, pronto regresare a
mi pueblo.
Tengo que admitirlo hijito mío, pero a pesar de que estamos
huyendo de la guerra, no me arrepiento de ser un desplazado, que
ilusionado se estaciona junto a un semáforo a esperar que alguien
me de la mano que tanto necesito para regresar a mi pueblo, junto a
ti y con toda nuestra familia.
Te amo hijito mío.
Por siempre campesinos.
“Desde Algún lugar de las montañas de Bogotá”
FIN
Melodías de dolor 177
El
corr
ido i
mp
rud
en
te
de D
on
Rogeli
o M
ora
les
“MELODIAS DE DOLOR”
TERCERA HISTORIA
EL CORRIDO IMPRUDENTE DE DON ROGELIO MORALES
“!PUTO, LIBERAL Y MACHO!”
Por:
JAIRO VELOZA GONZALEZ
SEPTIEMBRE DE 2.010
“ Dedicado a todos los campesinos de mi País,en especial los Boyacenses y los Cundinamarqueses,
y a quienes no les gusta la política, ¡su persona!”.
182 Jairo Veloza González
“¡A quien en este País y en otros de América Latina, le a dado por hacer política o participar en alguna ocasión, en una reunió de fervor político y efusivo proselitismo. A quien no le pasado por la cabeza, aspirar humildemente a un escaño o curul alguna del gobierno popular. A quien no le llama la atención meterse en estos dulces cuentos de la democracia y sus tangibles fantasías. Quien no tiene al menos un pariente o amigo metido hasta las orejas en este cuento provinciano de la política y del sustento etéreo de los discursos y las oratorias que solo las entiende el doctor y el analista social. Quien no se fascina de la verbenas, las fiestas y los ágapes que trae cada temporada electoral en busca de los campesinos y las gentes humildes, que ven en esta política el mejor motivo para comer carne y tomar cerveza gratis. Quien no es feliz, al ver en el ring de la política a dos contradictores, luchar en cualquiera de sus expresiones, por hacer valer sus ideas y quien no se obnubila ante las promesas supuestas de estos rezanderos, gitanillos y doctores de las letras y las leyes, quien no se alegra que llegue esta temporada electoral para correr detrás de los políticos y sacar algo de provecho, quien no se confiesa y quien no pide perdón, por ser infiel con el partido o con el patrón y quien no promete a los cuatro candidatos su único voto. Lo único cierto es que en temporada de votos, las que mas sufren son las vacas y los bolsillos de los políticos sobre todo los que se chamuscan en el escrutinio pero quienes mas gozan son los campesinos que comen hasta estallar y los victoriosos, que saben con anticipo y sabia ciencia de donde echar mano para recuperar su inversión. De esta forma y sin tantos discursos políticos, a continuación encontraran la historia de don Rogelio Morales, que existe en cada uno de los pueblos de América y que vive en medio de una gran fauna política que vive y depende de la pobre democracia!”.
Melodías de dolor 183
INTRODUCCION
Esta es la historia de don Rogelio Morales, mitad agiotista, mitad
masoquista, que sin tener plata hacia parte de los señores feudales,
con muchas mañas pero sin modales, un viejecito chiflado, tacaño
y malgeniado, puto, liberal y macho y aunque en su casa la que
manda es su mujer, en el pueblo el que manda es El, así los demás
no lo sepan.
Campesino de pura cepa, aunque de eso no supiera coger ni el
azadón, agricultor de sueños y recolector de pesos, y aunque diga
que es verraco, trabaja más un machete oxidado y sin filo; es un
viejo sencillo pero con orgullo de monarca; jugador, hablador, y
pendenciero y aunque habla mal del prójimo no permite que nadie
hable mal de él, tiene fama de machista, mujeriego y matón y su
mayor convicción es ser el terror de los hombres casados pues les
quita sus mujeres.
Con más amantes que juez promiscuo y con más plata que cura con
dos parroquias y con más poder que alcalde preso, era todo un
personaje particular, digno representante de la fauna política por
ser un liberal.
Fue mi Dios quien lo castigo con quince hijas y cien nietas, eso sin
contar y sin especular que tenia 25 hijas mas por fuera del
matrimonio, pues al ser enamorado y galán con las mujeres de los
demás, debía de prestar guardia las veinticuatro horas del día, para
que nadie le molestara las herederas de su hogar.
184 Jairo Veloza González
Amante de la buena comida pero si esta es hecha en fogón de leña y
ojala que sea invitada por alguien de la vecindad, tomador
profesional de guarapo, chicha y alcohol destilado, músico y buen
bohemio, romántico y enamorado, guitarrero y aguardientero, “a
las mujeres les canta un pasillo y a las extrañas un bambuco les
dedica. Entregado a la vida, a su finca y a sus animalitos, un pobre
anciano sin más que tener,” que ocho fincas, cien casas, veinte
potreros llenos de vacas, cinco galpones repletos de gallinas que ya
no ponen huevos, una marranera con diez cerdos flacos, un gallo
ronco, un perro gordo y cegatón llamado guardián, un gato negro
muy gruñón llamado Rufián, un loro jetón que es liberal y un ratón
ladrón, sin contar el caballo bayo, una mula sucia, un burro flojo, y
cinco caballos viejos en busca de yegua biche.
Sin nada que comer, que una alacena enorme y llena de mercado,
una finca sembrada hasta el cogote, con yuca tierna y ahuyama
magullada, propietario de grandes cafetales y árboles frutales,
exportador mundial de nupas, guatilas, berenjenas y nacumas, y
muchas cosas mas que nadie ha jartado.
Vivía con su amada esposa, gran mujer muy fiel y gran señora
respetuosa de su hogar y de su marido, campesina de pura cepa,
verraca pal trabajo y pa' criar sola a sus hijas, conservadora de
sangre, linaje y raza y aunque su marido sea liberal, ella es la que
manda.
Con mas de cien compadres y cincuenta ahijados por aquello de la
tradición, “y porque entre compadres hay demasiado respeto, por
aquello que a el diablo también le dan ganas”, iguales a las del viejo
Melodías de dolor 185
quien decía, “que es mejor que el diablo coma de todo, mas no dejar
a sus comadres solitas”, aunque el viejo tenga mala fama por ser
tacaño, mentiroso y vengativo, además de ser machista menos con la
mujer ajena y celoso terco con su mujer, en el fondo es un buen
hombre, el viejo decrepito de don Rogelio Morales.
Morboso y viejo verde, deseoso de las aventuras cortas y letales,
obsesivo con las niñas de trece pa' arriba, con setenta años bien
curtidos y aunque diga que vieja es la cedula, su actitud es la de un
niño consentido, buena vida dicharachero, músico hasta el
alpargate, político lleno de mañas y resabiado extremo en los
negocios, que compra ganado con bascula en mano pero que lo
vende al ojo, por aquello de ganar unos cuantos kilitos.
Hijo, padre y abuelo, con cuatro hermanos mayores de las cuales, es
el único vivo, pues los demás trabajan, con ocho tíos matusalénicos
que juntos suman todos los años de la humanidad, con treinta
primos que todos lo adoran pero muerto en el cementerio, y con
treinta primas que lo aman en secreto; perseguido por el alma en
pena de su abuelo paterno don Aurelio, gran general de los mil días
y que no lo deja en paz y lleva grabado pa' terminar muy en el fondo
de su alma, el recuerdo único, de sus padres que aun ama mucho y
lo incita a jartar como caballo arrecho.
Gusta de ir a misa y no precisamente a rezar, pues en su condición
de patrón, solo va a criticar con su mujer, además de desear a
escondidas a la mujer del prójimo y como si fuera poco, a destilar
por montones la envidia y el orgullo altivo y como si esto no bastara,
le fascina pelear con el cura por ser este conservador y como gran
186 Jairo Veloza González
anécdota de su tacañees “Jamás dio limosna, pues el cura por
obligación se la daba”.
Con un apetito voraz cuan león capado, que superaba las ansias de
un pelotón y un general, sin nadita que tragar, más que un
sancochito de gallina fina en la mañana, al almuerzo sancocho de
gallo viejo y a la comida sancocho de gallina prestada, además de
pisco rancio, carne seca y yuca asada y para los domingos su mujer
con tino preparaba, sudado de cola de ternera joven y jeta de
marrano viejo, huevos con chorizo y caldo de pata por si no hacía
caso.
Se caracterizo por ser un hombre muy elegante, así solo usara de
domingo a domingo la misma camisa roja sangre toro por aquello
de que no hay que perder la compostura, además de vestir el
mismo pantalón blanco casi transparente de tanto lavar, el mismo
sombrero que de grande no tiene nada, pues con tanto que se a
puesto, ya parece sombrero de niño, lleva puesto también una cinta
roja en el sombrero, además cotizas blancas que algún día fueron
negras.
Es buen músico el hediondo viejo quien toca con deleite desde la
guitarra hasta el requinto, la tumba y la flauta, la quinceañera y la
vieja, lo acompañan siempre sus dos amigos, don Chepe en el tiple
y quien vende las tripas del ganado pal' caldo y la fritanga y don Juan
en la bandola quien vende con ahínco la chicha más fuerte, un par
de compañeros quienes son alcahuetes del viejo bandido y que por
su culpa, se han ganado varias pelas de la vieja sentida. Canta con
algarabía suprema toda clase de música por aquello de “que en la
Melodías de dolor 187
variedad está el placer”, se persigna con un pasillo, y brinca como
loco con una carranga, y pelea como un bambuco y enamora hasta
una guabina.
Esta es la vida de un viejo sinvergüenza, llamado Rogelio Morales y
que hasta la sepultura, siempre será liberal, así el diablo con el no se
quiere encontrar, “porque es mejor que un rojo mande pero no
dos, “hijueputas”, “esta es la vida de un viejecito que ya no puede ni
andar, mucho menos hablar, pero que así sea con mañas, busca la
forma de bailar y de cantar.”
188 Jairo Veloza González
CAPITULO UNO
¡Muy en punto a las cinco de la mañana, el gallo canta mientras la
patrona prepara el tinto, el viejo Rogelio lucha por despertarse
luego de tanto ir y venir en tantas aventuras eróticas que solo los
sueños le producen, levanta y luego se arrodilla frente a la virgen del
“Sagrado Corazón “, pues según el “Jesús era liberal”, agregando
siempre que “la túnica con la que murió en La cruz era roja, como
la sangre de su amito”, se persigna siete veces por aquello de los
augurios. ¡Pasa al baño donde se asea como un gato pero paralitico,
medio se afeita y se peina de varias formas pero al final siempre
escoge el mismo estilo de toda la vida, “el corte Humberto, porque
según el, este es un corte para hombres” y para cerrar con broche
de oro, toma sus bigotes y los pule hacia arriba por aquello del porte
y la elegancia y como era su costumbre vestía camisa roja, pantalón
y cotizas blancas y un pequeño sombrero blanco con gran cinta
roja!.
¡Con apenas un tinto y un cuarto de aguardiente, se apresta para
salir pese a los reclamos de su señora, pero este haciendo caso
omiso, sale sin poner atención a lo que le dice la patrona, lleva
consigo una mochila y a cuesta su vieja guitarra, eterna compañera
de tertulias y parrandas políticas y también amorosas, acompañado
por sus dos amigos campesinos, que además de ser los obreros de
la finca son también sus guardaespaldas, aunque su única arma
fuera el tiple y la guacharaca.
Lleva también dos cargas de papeles que son folletos políticos
Melodías de dolor 189
promocionando la campaña al capitolio, de un liberal que no
conoce pero que le recomienda otro político amigo suyo de Bogotá,
que a duras penas solo a hablado por teléfono.
Arrancaron los tres en elegante cabalgata pese a los reclamos
airados de la matrona por dejar el desayuno servido, pero el viejo
resabiado con gestos y palabras soeces dentro de las muelas, le
contesta resabiado:
¡”Guarde más bien pa' la comida que yo me voy es de correría pa'
hacer política y con el estomago lleno no puedo ni echar discurso y
por ahí se me pueden ir los votos” !, refería el viejo.
¡Eso siga así al fin de al cabo, “el diablo no muere por anciano sino
de mañoso!.. Replica la enfurecida mujer!
¡Aunque diga que comer alimenta, a mi la jartacina me da pereza!,
contestaba el viejecito.
¡Claro viejo sinvergüenza, como no le va alimentar, con ese mundo
de lombrices que tiene en la barriga por esa pichera que se jarta, siga
así, pa la falta que hace aquí!...reclamaba de nuevo la señora.
¡Pero así me quiere su merced linda y así me conoció toda la vida,
no pretenda que cambie todo lo que soy, si su merced le dijo al cura,
que así me aceptaba!..
Tomando su guitarra sobre su caballo bayo, le canta muy
enamorado a su mujer las siguientes líneas de su inspiración.
¡Yo soy Rogelio Morales,
Y vengo a cantarles,
190 Jairo Veloza González
Lo mejor de mis canciones.
Pa' que no olviden ustedes,
Que aquí el que manda soy yo
Y téngase duro mujer,
Porque ahí le voy yo!...
Y apretando su bestia, antes de que llegara su mujer con la varita de
café, galopo por entre la yuquera como alma que lleva el diablo.
Comenzó su correría de principio a fin, cantando por doquier,
tomando “chirrinche” pa' calentar de emoción, pues muchos
discursos debía echar, así el viejo hablara hasta por los codos y hasta
misa diera, porque a político que se respete, “las palabras nunca le
faltan, que le falten las ganas, mas no las palabras.
Apenas destella el sol y don Rogelio llega de sorpresa a la primera
casa de la región.
¡Buenas vecinos aquí llego don Rogelio Morales, con ganas de
saludarlos y atenderlos bien, si tienen guarapito o algo mas
fuertecito, también lo recibo bien!
¡Salgan vecinos que llego quien más los quiere, así venga una vez
cada cuatro años, pero es mejor tarde que nunca!
¡Para que vean quien soy yo, primerito les canto una canción, y
luego vayan batiendo el guarapo, pa' que se enjuerte con mi tonada!
¡Yo soy Rogelio morales,
Y vengo desde muy lejos,
A regalarles promesas
De un fulano que no conozco!,
Melodías de dolor 191
¡Promesas pal' trabajo,
Promesas para la salud y la educación,
Promesas pa' toitos ustedes
Mis más fieles seguidores!
¡Yo soy Rogelio Morales,
Y este es mí corrido,
Tengacen toitos,
Que aquí vengo yo!...
Dentro del humilde rancho de palmicha y guadua, yace escondida
toda una familia, desde el marido, siete muchachitos, cuatro
perros, dos gatos y una paloma, además de la señora que anda
enamorada con la música del viejo, y que busca salir pero su
marido no la deja.
¡Buenas vecinos, salgan por favor, pues he llegado yo, cargado con
buenas noticias de la capital!, replicaba el viejo una vez mas.
¡Salgan y pierdan cuidado, pues vengo con el estomago lleno mas si
tienen guarapito para mi, saquen todo el que tengan, porque la
cuestión es de sed nada mas, que desde Bogotá y desde mi corazón
solo las gracias les doy!
De pronto la voz sensual y tierna de la mujer se manifiesta en el
corredor de la casa.
¡Sígase pa' dentro don Rogelito, que está en su casa!
Dice la entusiasmada señora ante la mirada furiosa de su
marido.
192 Jairo Veloza González
¡Cómo le va don Rogelito, bájese de esa bestia y venga y toma un
poco de caldo! Insiste de nuevo la señora ante la negativa de su
marido.
¡Tranquila su merced, solo pasaba por aquí cerca, y vine a
saludarlos!, decía don Rogelio.
¡Más bien patroncito regáleme un guarapito pa' calmar el
“guargüero” y ojala que este recién batido!
¡Don Rogelio que pena con usted pero no tenemos batido de hoy,
pero si quiere le arreglo uno que esta bueno, ni tan fuerte y ni tan
suave, apenitas esta pa' calmar la sed, y mientras usted nos canta
otra arrabalera, yo voy y le traigo su guarapito!. Decía el dueño de la
casa quien ocultaba en sus ojos, una maligna intensión.
¡Pues como mande usted patrón, que yo me hecho una y usted
hace el resto!....insistió el viejo Rogelio.
El dueño de casa, con picara intención, se mete dentro de un cuarto
oscuro que huele a alcohol y donde guarda las ollas de barro y los
cunchos de arroz pal' guarapo, allí en secreto le aplica al guarapo sin
arreglar de varios días, un liquido blanco y lo mescla con esmero,
sale de allí, con una gran jarra y tres totumas, pelando el diente de
oro, lo cual hace sospechar a su mujer de que algo malo hizo su
hombre, pero este, se adelanta a cualquier cosa que pueda hacer
ella. Le sirve primero a los muchachos y estos al ver como el fondo
hierve a borbollones y qué decir del olor a vinagre podrido, no
aceptan ni por las moscas, pero don Rogelio que se las pica de “gran
macho” arrebata una de las totumas, que sin ver y oler, consume en
un santiamén todo el licor, dos minutos después, el hombre le sirve
Melodías de dolor 193
otro, y este lo consume en un sorbo ante el asombro de los
asistentes y del mismo viejo picaron; cinco minutos después, estaba
rojo y mareado, botando babaza y echando pedos, el dueño de casa
le sirve otro más, y ya la barriga no soportaba mas, solo un
estruendo anuncio la tormenta que se avecinaba.
“Permiso que no me demoro” salió don Rogelio en cuatro patas
hacia el cafetal, tratando de soportar el estallido de un dolor
estomacal.
Luego de un rato y al no aparecer el viejo, la dueña de casa va en su
búsqueda y allí junto a un platanal, estaba don Rogelio toito
dormido, con los pantalones abajo pero con un hediondo
panorama que mato todo el deseo de la gentil dama.
Luego del suceso tan peculiar producto de la picardía campesina de
un hombre celoso, don Rogelio apenado por lo ocurrido pero aun
con la totuma en la mano, se dirige a público tan especial:
“! Queridos copartidarios, pese al atentado de que fui objeto, me
niego a retirarme de este lugar, no sin antes decirles, que hoy vengo
desde ni tan lejos en representación del glorioso partido liberal,
para traer a ustedes un mensaje con muchas promesas futuras!;
¡Amigos casi liberales porque aquí hay más de uno que es
conservador, me siento orgulloso de estar aquí en su rancho,
trayéndoles mi presencia pues no soy, cualquier caprichoso, sino el
mejor de todos; así pues que no se note la pobreza en esta casa así
que traigan otro guarapo de esos mismos que casi me mata, pues si
no me mata este licor podrido mucho menos la mano de un
hombre y mucho menos si es de un conservador y como prenda de
194 Jairo Veloza González
mi cariño, vamos a echarnos unas cuantas cancioncitas y que esta
joda parezca diciembre y echemos tiple, pero eso sí, regálenme el
votico para el doctor de Bogotá, que si le cumple a todos ustedes,
porque es un hombre serio y muy honrado, así yo no lo conozca!..
¡Cómo es que se llama el doctor, hediondo chino!, refirió el
ignorante viejo.
¡Pero no se quede mirándome chino pendejo y tráigame un papel
de esos que trae la jeta pintada del doctor, mientras yo toco la
guitarra ¡...
¡Sonó la guitarra y con ella la canción,
Tan solo un favor les pido señores,
Que aunque son godos y no liberales,
Regálenle el votico a un buen señor,
Y aunque yo no lo conozco,
Y aunque ustedes no lo sepan, es un gran doctor,
Para haber si mañana nos hace favores,
Para el bien del pueblo y los personales,
Se los pide don Rogelio Morales,
De sangre campesina y taitas liberales!
¡Chino hágame un favor, y pegue en la puerta, la foto del doctor,
pero eso sí, mirando hacia el camino, pa' que la gente que pasa por
aquí, sepan que aquí si existe gente liberal y alcánzame doña, otro
guarapito picho mientras nos echamos un bambuquito fiestero!..
¡Que no llueva agua, sino guarapo, y que no se escuchen lamentos,
sino requintos, que aunque hay godos, también hay liberales,
porque si se voltea un camión lleno de cerveza porque no un godo
Melodías de dolor 195
con dos!.
Pecado el afiche, tomado el guarapo y cantado el bambuco, el viejo
Rogelio se despide tratando de subir a su dócil caballo mientras que
con euforia grita:
– ¡Viva el partido liberal,
y viva yo vida hijuepucha!...
Y así durante días y muchas semanas, la vida del viejito Morales no
era más sino la política, un constante y eterno trajinar por veredas,
caminos, caseríos y ranchos, visitando amigos y enemigos,
compadres y familiares, liberales y conservadores, ateos y
cristianos, labriegos y millonarios, un mundo completo de razones
y pretextos inventados para visitar a muchos en el pueblo, y así el
viejo continuar con su bandera por doquier, cantando y tomando,
prometiendo lo que no hay y regalando lo que no tiene y en muchas
ocasiones, haciéndose el sordo a las peticiones de sus electores.
– “¡Que viva el partido liberal!
Y que viva yo,
Que viva mi mujer,
Pero bien lejos,
Que viva mi suegra,
Pero en el cementerio,
Y que viva mi pueblo,
Donde mando yo!”.
Así no le gustara a su mujer, el viejo Rogelio no podía dejar de visitar
a las Marías, las Juanas, las Anitas, las Álvarez y las Vanegas y si le
quedaba tiempo pasaba por donde la loca Gloría, la flaca Mireya y
196 Jairo Veloza González
la estoposa Rosa, todo por el amor al chiro rojo. Desde temprano
hasta tarde en la noche andaba en su correría política, ni el alcalde ni
el cura se salvaban de su visita, hasta el cuartel de la policía era
sorprendido por el carrusel de afiches y canciones liberales, luego
con abolengo rojo madreaba a don Matías, Aristipo y don Jesús, por
ser supuestos jerarcas del partido conservador y después de tanto
andar, llegaba a donde Don Mardoqueo quien desafiaba a pelear
por haber pintado de azul la plaza, el parque, la alcaldía y hasta la
iglesia y como si fuese poco, llegaba hasta donde don Armando y
don Teo, donde los increpaba por no hacer valer el partido liberal
en el pueblo, “llamándolos cobardes y arrodillados”.
Algo tenía de particular este caudillo campesino que sin importar lo
que hiciera él, era la vida de un pueblo y de su gente y aunque esa
cuestión de la política era cosa del pasado, aunque para el viejo eso
jamás había de suceder, pues lo único que valía era su discurso
aunque en el fondo, sabia que la política en todas sus
manifestaciones lograba separar familias además de convertir a los
eternos enemigos en supuestos amigos.
No se escapaba ni la molienda y ni la cocina, o el guarapo o la
gallina, todo era visitado por don Rogelio, quien de sorpresa llegaba
y a todos invitaba a confiar por el doctor de la foto y sus grandes
promesas, así jamás ninguno de los dos cumpliera.
– ¡Qué sería del pueblo,
Sin el pobre Rogelio,
Pero que haría el pobre viejo
Melodías de dolor 197
Sin nosotros los electores, decía la gente!
– ¡Qué sería del viejo Morales,
Sin nosotros los conservadores
Que le ayudamos con los voticos
Pero que nunca nos cumple los favorcitos!, repetía la
gente.
Como era su costumbre a tan pocos metros de su casa y en la
vecindad de la vereda, realizaba su última parada para visitar a
doña Herminda, una gran amiga suya donde el guarapo se lo
brindan con bastante amor y aunque lo hace a escondidas, su
mujer siempre se entera y desde el maizal le grita enfurecida:
– ¡Aquí lo estoy esperando viejo huevón, ya verá lo que le
espera!, y refunfuñando se mete de nuevo a la cocina y es
que doña Herminda es supuestamente prima suya y según
él, porque: “entre primo y primo más me arrimo” y eso lo
sabía su mujer ala perfección.
– “Mire que cuando la olla está caliente,
– Es mejor dejarla quieta,
– pa' que no se queme el paciente”, recuerda don Rogelio
luego de la última paliza que le dio su mujer.
–
Con el cupo completo y bailando carranga de lado a lado, el perro
de la casa lo delata cogiéndole del pantalón y rompiéndoselo de
abajo hacia arriba, persiguiendo a su amo porque lo desconoció.
198 Jairo Veloza González
Así el viejo Rogelio llega a tientas a la puerta de su casa, donde está
su mujer agazapada esperándolo con dos sorpresitas, una varita de
tinto y otra de café.
– ¡Mijito lindo, como qué le provoca a su merced, tinto o
café!, replica la astuta señora.
– ¡Ay! Mijita, no sé, lo que me quiera dar su merced linda!.
creyendo el viejo de que se trata de un cariñito.
– ¡Y más bien porqué no le doy con los dos!...replica la
enfurecida señora, así gritos y golpes, lamentos y vivas,
pasa la noche y el día, este gran caudillo liberal.
– ¡y esta es la vida del pobre Rogelio Morales, que aunque
macho es, la que manda es su mujer!...
Melodías de dolor 199
CAPITULO DOS
Estando Don Rogelio con tres de sus compadres en la tienda de
doña Prieta se arma la gran discusión, todo por quien sería mejor
persona, si el liberal o el conservador, si los de la izquierda o los de
la derecha. Y es que en pleno siglo veintiuno, aún se ve discutir en
pueblos, estas cuestiones de color y de partido sin razón.
Allí en aquella pequeña tiendecilla, sentados los cuatro amigos
están y como testigos, la vieja de la fonda y Dios creador dando
apertura al jolgorio, el requinto canta desafiando y las cervezas
paran de desfilar.
- ¡Compadre yo lo quiero mucho a usted!, se decían entre sí;
- ¡Estoy muy contento de estar aquí con ustedes!
Contestaban alegres.
- ¡Véndame otra ronda que esa la pago yo, al fin y al cabo,
que somos familia!, nuevamente se decían, abrazados entre sí.
Los cuatro allí, sentados en una mesa que no daba espacio a una
botella más, dieron inicio a una simpática bohemia que luego
matizaron con una agradable tertulia de sus recuerdos y anécdotas,
chismes y verborrea, que cuestionaba a todo aquel inocente que
cruzara por la tienda, y aunque suena feo, en este pueblo y en otros
mas es normal, no por algo dicen los que saben, “que en pueblo,
paraíso de chismosos” y déjenme decirles pero esta demostrado
científicamente, que los hombres son los que mayor lengua
venenosa tienen para criticar!.
Palabras más, palabras menos, risas paquí, risas pallá, abrazos,
besos, un te quiero, y mil cosas más, que un borracho hace pero
200 Jairo Veloza González
nunca recuerda, mas sin embargo disfruta de cada bestialidad que
oye y de cada cosa que dice, y así pasaba allá, en el pequeño
pueblito de tierra caliente, en la fonda de doña petra, donde cuatro
labriegos compartían felicidad.
- ¡Que no haya tristeza, que haya felicidad!; gritaba don
Rogelio.
- ¡Hoy no tengo pa´ gastar compadrito! Replicaba triste uno
de los asistentes.
- ¡No se preocupe compadre que yo le presto, al fin que
somos familia!; alardeaba el viejo morales.
Cuatro amigos conocidos desde pequeños, humildes campesinos y
grandes trabajadores; y en las buenas y en las malas, siempre
buenos amigos, y ante la ley de Dios, compadres hasta la muerte y
ante la ley del hombre, amigos hasta que uno de ellos la embarre!.
- “¡Otra ronda doña Prietita, que esta hurgandilla esta buena
y ponga esa radiola pa´ que don Rogelio afine esa garganta, y
cante sin parar, pa¨ que mañana no trabaje!”
Allí estaban cuatro amigos vestidos con sus mejores ropas y
sombreros, zapatos lustrados y pañuelo blanco, que salieron de
casa con sus familias, para ir a misa y hacer mercado, pero luego del
descuido de sus mujeres corrieron a la fonda, pues la cuestión era
de tomar una amarga sin que los molestaran y asi el tomar y
compartir, era deber sagrado de compadres y no “chiste” nada,
mejor dicho, “no diga nada” porque me quedo más tiempo en la
tienda y no hacemos nada, le decía don Rogelio a sus quince hijas.
Melodías de dolor 201
- ¡Deme otras cervecitas doña Petra y haga pa´ca que yo no
pellizco, solo acaricio!;
- ¡Otra tanda antes de que estos me la ganen, pues el que
pide primero, le gastan dos veces!
Música, trago, parranda, sin duda una gran celebración que al
correr del reloj, el ánimo se calentaba aún más.
- ¡más pola pa´ esta mesa, que no se note la pobreza, pues no
somos miserables, somos apenas compadres!;
- ¡deme otras amargas,
y que no me esperen ya,
Pues aquí estoy con mi compadre,
Don Rogelio Morales,
Y aquí estoy y aquí me quedo,
Y no me jodan más!,
Eche más bien pa la casa!”, repetían los asistentes una y
otra vez más.
Los ánimos se calentaron mucho mas “¡doña, deme más bien una
botella de aguardiente y cuatro copas, que aquí estamos en jolgorio,
si no me morí chiquito, mucho menos grandecito!”
- “¡Compadritos brindemos por aquellas que me han
querido y por las que no he me han querido!”.
- ¡Salud!, estrellando con ganas las copas rebosadas de licor,
un brindis muy especial al que don Rogelio llamó, el brindis
agricultor.
- “¡Que viva mi compadrito y que viva yo, y echemos otro
trago, pa´olvidar las penas del corazón!” decía el más borracho.
202 Jairo Veloza González
- ¡Que viva mi pueblo y que viva nuestro amo bendito!...
- ¡Que viva! Respondieron todos.
Con el licor hasta el borde de la coronilla, cada uno de los
bohemios sacaron a flote todos sus sentimientos reprimidos, pues
pese a los años, la barba y el bigote, también tienen su corazón y
porque no, también su lado débil.
- “¡Que toque mi compadre,
Porque hoy es domingo,
El día de San Isidro labrador,
Y también de yo!”
- ¡Pues que esto no parezca funeral,
Pues aquí está don Rogelio Morales,
Que su tiple alegra hasta un gallineral,
Un godo y hasta un liberal!, y cogiendo su guitarra,
toco sin parar.
- ¡Salud compadre!
- ¡Salud!, ya nadie podía hablar mucho menos brindar,
balbuceos y señas, remplazaban las palabras fluidas del licor,
los ojos enrojecidos y la miadera interminable, anunciaban con
acierto, que la borrachera había domesticado a cuatro
animales y que allí, muy sentaditos, estaban amarrados de culo
en la butaca.
Nadie hablaba, nadie entendía, solo tomaban, de pronto don
Rogelio Morales con un segundo aire en la cabeza, se levanta y se
dirige tartamudeando a sus amigos.
Melodías de dolor 203
- ¡Compadres, señoras, señores, señoritas y doña Petra, hoy
brindo por lo más lindo que me ha pasado en la vida, el
producto de mí ser y que mi Dios me ha concedido!
- ¡Déjeme adivinar compadre Rogelio, sus quince hijas!
Manifestó uno de los asistentes.
- ¡No sea tan lambón compadre, yo hablo es del glorioso
partido liberal, partido de hombres valientes como yo, lo
demás es estiércol! Amonestó enfurecido don Rogelio.
- Pronto un silencio invadió la pequeña fonda, lelos y sin
habla todos quedaron, nadie brindó más, nadie se movió,
aquellas palabras cayeron como un gran balde de agua fría, la
alegre reunión se convirtió en una feroz batalla de insultos y
groserías, gritos e injurias, donde todos hablaban pero nadie
razonaba, todos en coro di sonoro, defendían su color pero
nadie tenía la razón.
- ¡sí compadritos y aunque les duela prefiero ser un señor
liberal y no un godo lambón!
- ¡y no me hagan esa cara, que por culpa de los godos es que
estamos jodidos!, reflexionaba el decrepito Rogelio Morales.
Nuevamente los gritos estremecieron el villorrio, golpes sobre la
mesa, vidrios rotos y muchas palabras poco audibles pero si
entendibles.
- ¡y sirvan más aguardiente pa´esta mesa,
- porque los godos somos gente decente
- y no un poco de animales mal olientes!...
- ¡y aunque sea conservador,
204 Jairo Veloza González
No soy tan hablador,
Como cierto liberal,
Que es traicionero como una culebra coral!, refirió el
enfurecido compadre.
- ¡ Pues sí, soy traicionero como una coral,
Pero ustedes los godos son como las faras,
Que se roban la gallina pero dejan la camada,
Por ser cobardes que jamás dan la cara!, replicó Don
Rogelio.
- ¡y si no damos la cara,
Es porque sentimos vergüenza,
Al tener por compadre a su persona,
Que no sirve pa` nada!, nuevamente habló el
compadre.
- ¡y si no sirvo pa` nada,
Es porque ustedes me volvieron así
Partida de igualados,
Godos sancochados sin sal y en vinagre!, ataco de
nuevo don Rogelio.
- ¡Pues sí, vivimos entre el ají,
Es porque somos meros guapos,
Y nacimos pa´ morir
Y no pa´ correrle a un viejo roscón como usted!; en
coro cantaron.
Melodías de dolor 205
Voces airadas, gritos soeces y empellones entre sí, antecedió al
desenlace de la batalla.
- ¡Señora deme otra botella que esto apenas comienza!
Gritaba don Rogelio, mandando la mano a la cintura.
- ¡a mí deme otra de aguardiente que esta mierda se acaba
hoy!, le contestaba su compadre quien sacaba la macheta.
La dueña de la tienda bastante asustada no sabía qué hacer,
si llevarles el aguardiente o no venderles más.
- ¡señores cálmense por favor, viene la policía! Y me cierran
el negocio, decía la señora.
- ¡que venga!, en coro los cuatro respondieron.
- ¡hágame el favor y sirva usted el aguardiente! Reclamaba
don Rogelio a uno de sus compadres.
- ¡Pues no señor y mire que va a hacer!, respondía el
enfurecido compadre, y de nuevo, las cuatro almas en pena de
la borrachera, se desafiaban a pelear, así la trifulca, recordaba
las discretas pero convincentes sátiras, luego las burlas de lado y
lado y chistes mal intencionadas acompañaron el rancio sabor
a la hipocresía, finalmente llegaron las bromas pesadas que
fueron el culmen del encuentro familiar.
- ¡Nosotros estamos jodidos por culpa de los liberales!,
ripostaba uno de los asistentes.
- ¡No, el país está jodido por los conservadores! Gritaba
desafiante don Rogelio quien encaraba a su compadre a pelear.
- ¡Pues hágale, que aquí hay un hombre valiente y muy
conservador que no le corre a nadie, dispuesto a morir por mi
206 Jairo Veloza González
familia y mi partido pero no a manos de este viejo huevón!...
luego un mar de golpes sin destino armonizaron la fonda,
haciendo caer todas las botellas de la mesa, luego las sillas
salieron a volar, y como si fuese poco, el viejo mostrador y la
nevera también sufrieron las consecuencias de la política
indigna; de pronto una macheta de fino acero resplandeció
contra el piso estallando en mil chispas multicolores, mientras
que la vieja de la fonda, batía los brazos como gallina culeca.
Salieron a la calle, pronto el tumulto de gente se asoma por
la callecita del viejo farol, por su parte el alcalde y varios
empleados de la alcaldía, daban permiso a las apuestas,
mientras que el cura cruces echó.
- ¡Pues hágale, cuántos son!; grito don Rogelio, quien
desenfundo el revolver oxidado, los demás sacaron sus
peinillas que ondearon en el aire, pronto la dueña de la tienda
en agonía cardiaca reclama!
- “¡Háganme el favor señores y en frente de mi tienda no se
van a matar, respeten viejos cacorros que aunque soy mujer y
muy vieja, no me tiemblan los calzones para darle en la porra a
cada uno de ustedes, pues a mucho orgullo soy campesina, hija
de campesinos y no de mancos, mis taitas me enseñaron a
trabajar y no a llenarme de resabios como ustedes; y de que si
soy conservadora o liberal, eso lo sabe Dios, porque ellos no
me dan de comer y me toca es trabajar duro, porque ni tengo
marido ni mozo, y mucho menos aguantarme a cuatro viejos
pendejos que no saben que es la teta de la mama!”.
Melodías de dolor 207
- “¡Y váyanse calmando o por acá no vuelven nunca jamás,
pero eso si, antes me van pagando lo que se han jartado y
además me pagan lo dañado, partida de viejos pendejos y vayan
a zarandear la tumba de su abuela!”, luego la señora de la
fonda, respira profundo y con bate en mano, a cada viejo, le
propina un golpe en la cabeza, dejándolos aterrizados en el
atrio de la iglesia y sin como responder.
La gente gritaba emocionada, “esa es la mujer que el pueblo
necesita, que se hace respetar y que hace respetar a los demás”.
- ¡Doña Petra pa´ la alcaldía!; gritaba eufórica la gente por la
vieja.
- pronto los cuatro hombres caídos se miraron entre sí,
rascándose la cabeza y aun no entendiendo lo que pasaba.
- ¡Con petra a la alcaldía, se acaba la picardía!, gritaba
entusiasmada la gente, que la alzó en los hombros y la paseo
por todo el pueblo; allí desde un improvisado balcón el alcalde
asombrado observaba, pues al parecer terminaban en ese
instante, tantas noches sin dormir pensando en quien seria su
sucesor, pues ya había tomado la tan anhelada decisión, una
decisión que muchos candidatos que decían ser sus amigos
esperaban como venia bendita y poder lograr el
convencimiento total del elector y así catapultar su aspiración,
mientras el cura una sonrisa mostraba, pues el, también había
tomado partido.
Como si fuese poco, el comandante de la policía, llegó con ocho
agentes, un juez y el sacristán por si acaso, quienes se llevaron
208 Jairo Veloza González
esposados a los cuatro viejitos revoltosos; sin más y sin menos, sin
ser liberal o conservadora, la gente en gran alegría democrática
jamás vista en la historia de aquel pueblecillo, eligió al que menos
opción tenía, se trataba de la simpática pero drástica dueña de la
fonda, doña Prieta de Mazuria, primera alcalde mujer del pueblo,
¡valla problema en el que se metieron los hombres del pueblo con
esta santa mujer!.
Melodías de dolor 209
CAPÍTULO IV
Las gallinas alborotadas corren por todo el lugar, huyendo del gallo
que arrecho esta, mientras el viejo y sus hijas en el potrero atajan al
toro que quiere cortejar a las vacas en el maizal, no lejos de allí, en la
puerta del rancho el viejo guardián ladra y ladra sin desentonar,
acompañando los fuertes alaridos de misia escopeta que grita y
grita, tratando de echar las paredes al suelo, todo porque el viejo no
a terminado de hacer el oficio de anoche.
- ¡Rogelio Morales venga para acá, inmediatamente!”; las
palabras de la mujer retumbaron por toda la finca, sin importar
que el viejo tuviera al toro mas arisco agarrada por la cola,
mientras que sus hijas, corren en busca de burladero, este no
aguanta mas y suelta al gran animal y en furiosa estampida se
abalanza sobre el pobre viejo que lo alza con su cornamenta
por los cielos, mientras sus hijas gritan, ¡ole, ole!, ¡comenzó la
corrida!, de esta manera las quince mujeres se ubican
orgullosas cual aficionados taurinos para alegrar al torero o al
toro, pronto el viejo, se levanta del piso y toma su inseparable
chiro rojo y lo sacude valientemente, desafiando al animal de
20 arrobas, que sacude sus patas en señal de guerra, mientras el
viejo cual torero se inclina con su muleta, luego le grita al
corpulento animal, ¡“aja toro” “aja toro”, que aquí esta es un
liberal, macho y guapo, que no le tiene miedo a nada solo a mi
mujer!, luego de verónicas y pases ordinarios de tauromaquia,
210 Jairo Veloza González
el animal lo toma por detrás y lo arrastra por todo el ruedo de la
finca y la vecindad, mientras sus hijas, gritan ¡ole torero!, luego
se levanta y le hace frente a su enemigo, brindando al publico,
un gran espectáculo circense, pero de nuevo es tirado al piso
con chiro y todo, mientras su señora ajena de todo, lo llama
enfurecida, pero este hace caso omiso, y continua con la faena,
pronto los vecinos ocuparon mas lugares, el guarapo pronto se
fermento y la música salió a alegrar la corrida, no había duda
que el viejo Morales era el torero mas aporreado de la historia
en aquel pueblo, pero lo peor estaría por llegar, pronto su
mujer se daría cuenta, que su marido estaba en plena diversión
y tomando la cubierta de la macheta corre hacia la arena del
toreo, pero toro y torero se miran y corren veloz entre el
cañaduzal para no dar oportunidad a la mujer que los alcance
así termina la mañana de toros que el viejo y en campana el
viejo brindo a sus electores.
-
- ¡Rogelio estoy cansada de usted, cincuenta años de casada
y no he ganado nada, solo humillaciones, porquerías y
traiciones y yo a usted, en cambio, le di toda mi vida y usted que
me ha dado, solo traiciones!
- ¡Pero mijita linda, cual es el problema!; gritaba escondido
el viejo, mientras la gente y sus hijas, se alistaban al segundo de
la tarde.
- ¡Problema…, usted es el problema, viejo sin vergüenza
bueno para nada, ataimado, aguarapado y roba gallinas!
Melodías de dolor 211
- ¡Pero mijita porque está de mal genio, su merced, preciosa!
- ¡cómo no voy a estar de mal genio acaso estoy contenta
bailando en una sola pata!;
- ¡Pues sí está contenta mijita, echémonos un bambuquito,
bien apretaditos, y terminemos lo que anoche comenzamos!;
- ¡Si quiere un bambuquito, hágase aquí no más y le enseño
con cual pata es que mejor bailo la cucaracha! Refería la mujer,
mientras se alzaba las naguas, ensenando una de las piernas.
- ¡Viejo canalla y embustero, me harté de usted y usted en
cincuenta años, no me ha dado nada, ni siquiera un par de
calzones y a mí es la que me toca reventar pa´ todo, en cambio
usted vive de parranda en parranda con viejas de todo lado,
gastándose lo que no tiene y como si no importara nada, se la
pasa corriendo como loco por el monte, buscando votos pa´
esos políticos que ni si quieran lo voltean a mirar!.
- ¡Porque así son todos, prometen y prometen pero jamás
cumplen y esos doctores que ni siquiera usted conoce, lo cogen
de pendejo, solo pa´ que les consiga los votos, prometiéndole
cosas que ellos no puedan dar y haciendo que usted haga lo
mismo con los demás;
- ¡En cambio esos doctores que son elegidos, llegan al
curubito y lo dejan a usted solo y lo hacen quedar mal con la
gente que le ayudó y después a quien le toca poner la jeta, es a
mí, porque usted parece una gallina culeca, se esconde en el
nido pa' buscar nido!
212 Jairo Veloza González
- ¡No fueron sino dos mil ochocientas semanas, de vivir
medio feliz, de parir quince hijas, criar cien nietos y enfrentar a
las quince mozas de mi marido!
- ¡no fueron sino diecisiete mil doscientas cincuenta días, y
aún no gano nada, solo problemas, cien traiciones infieles y un
marido liberal!
-
Para remediar el mal humor de su señora, días después le
compra un campero, porque según él “pa´ un montañero,
otro montañero”, para que la vieja disfrute lo que le queda
de vida, viajando por el mundo con el dichoso carro, y de
paso sacar a pasear a las chinas y a los nietos también, y por
si acaso la vieja le coger practica a la “chofereada”, que por
favor se acuerde de su buen marido!.
¡El domingo del día de la madre estrenaron el campero, de
majestuoso azul rey, “porque al buen panadero también se
le quema el pan”, llenaron el carro con jotos y maletas y
mas encima las quince chinas y los cien nietos, el perro
guardián y el gato rufián; y al pobre viejo Rogelio Morales,
por fuera, sobre el maletero le tocó viajar, que cosas que le
pasa a este señor, “le pone la jáquima a la bestia, para que
otro se la lleve”!.
Melodías de dolor 213
CAPITULO V
- ¡Que conforme es la vida de don Rogelio Morales,
Que solo pudo ser veinte veces concejal,
Trece veces alcalde encargado en pueblos liberales,
Y uno mas elegido en un pueblo conservador.
Su estudio limitado y la falta del dinero,
Lo llevaron por el mundo entero,
Conocer de todo y comer de todo,
Logro ser diputado, congresista y mensajero,
Embajador, cónsul y tesorero!;
- ¡Pero mijita, yo lo hago por fidelidad por el partido liberal!;
repetía humilde el viejo pendenciero.
- ¡Será en lo único que es fiel!, ripostaba su abnegada señora,
- ¡Cochino inmundo, puerco asqueroso,
Usted debería ser un gato!
- ¡Porqué mijita!;
- ¡Sólo sale de noche y a gatas, viejos sinvergüenza!
- ¡Viejo machista y descarado, cree que todo se sabe, pero
no sabe nada, o dígame usted, si sabe que es dolor de madre al
parir, y en mi caso a 15 hijas!
- ¡Sabe usted que es ese dolor de madre, que produce
desesperación y un dolor jeroz de que todo se acabe sin
importar que pase, un dolor fuerte que no pasa y que crece
más!, agregaba a la conversación la enojada señora.
- ¡pero claro usted que va a saber “jarta picheras inmundo”;
214 Jairo Veloza González
que va a saber usted que es cargar una barriga grande durante
nueve meses; usted que va a saber que es el dolor de madre, al
tener un hijo!, termino de hablar la señora, cuando el simpático
viejecito solicito la palabra para interpelar el discurso de su
esposa.
- ¡La verdad mija yo no sé qué es ese dolor, porque yo soy
hombre y no nacimos pa' cargar una barriga nueve meses o
sufrir el dolor de parir a un muchachito, pero mija usted sabe
acaso que es un apretón de huevas!.
- ¡Esta es la vida de la pobre María.
Que por estar casada con don Rogelio,
Perdió la mayor parte de su vida!;
- ¡No fueron sino cincuenta años,
Y no ganó nada, solo ocho fincas,
Cien casas, cuatro carros y mil vacas!
Que aguanto por décadas a su marido
Que fue nombrado inspector de policía, higiene y
sanidad,
Y quien por tiempos sus servicios al país prestó,
Y en especial a sus amigos liberales,
Olvidando que tenia mujer y muchachas por educar!
¡Fue nombrado gerente, barrendero y fontanero,
Ocupo sin vergüenza y con orgullo sacro,
Cada uno de los puestos de la Alcaldía,
La gobernación y la nación!
Melodías de dolor 215
- ¡Como buen perro de cacería
Su olfato obedecía,
En tiempo de elecciones,
No importaba si eran godos o liberales,
Lo importante era cumplir con los votos,
Para exigir mañana favores y más puestos!
Todas sus hijas, estudios lograron,
Buenas becas y auxilios departamentales, ganaron,
Mientras que sus seguidores, desamparados quedaron
Mientras que en casa, su mujer sufría,
Sin nada que comer y sin nada que vestir,
Tan solo lo que su marido le daba,
Gracias a la política y a los buenos vecinos que le
creían!
- ¡Esta es la vida de un gran manzanillo y su señora,
Don Rogelio Morales y misia María,
Que saben pa´ que es la política;
Esta es la vida de la pobre María.
Que sabía que su marido, no era más,
Que un lagarto de tiempo completo y medio sincero,
Que se había convertido en gran cacique electoral
pero no arriero,
Jerarca de la política y el liberal,
Conocedor de la constitución y de cada uno sus
votantes,
216 Jairo Veloza González
Magistrado de la oratoria y el discurso embustero,
Comediante y artista de la tarima,
Dueño de la política municipal y nacional,
Mago de la ilusiones y las promesas,
Apoyado de cerca por su familia pero no por su señora,
Pese a que disfrutaba de cada uno de los placeres,
Que la política y el gamonal dan!
¡Esta es la vida de don Rogelio Morales,
Que fue de todo pero no lo logró todo,
Solo le faltó ser presidente y prelado de la iglesia!,
- ¡Prometió por mil montones,
Proyectos sin soluciones,
Puentes donde no había ríos,
Y escuelas donde no existían niños!”,
- ¡Esta es la vida de un buen político,
La vida de don Rogelio Morales,
Que siendo liberal no les ayudó a los conservadores,
Mucho menos a los liberales,
Ni a la mamá, su mujer y sus familiares!,
- ¡Esta es la historia de un gran manzanillo,
Cacique liberal o digno conservador,
Para el caso, lo mismo es igual,
Que para el que no ve, es lo mismo rojo que azul!
Melodías de dolor 217
- ¡Con todos los años del diablo,
La experiencia culta de aquel que tiene tanta maña,
Astuto en el amor, el juego y el escrutinio,
Valiente en el duelo, la apuesta y el serrucho!;
- ¡Esta es la vida de don Rogelio Morales,
De linaje montañero y citadino,
De bandolero liberal y pájaro azul,
De alcalde y concejal, de campesino y señor feudal!
Con su campero viajó mucho más allá, visitó más ranchos y mas
familias, con el tiempo y la popularidad su comitiva creció, hasta
contrató secretaria y asistente personal, pero con el éxito de sus
correrías y los éxitos amorosos que lograba, pronto su mujer no se le
despegó para nada, por aquello, “que si uno no cuida lo que tiene,
viene otra y se lo come”, “porque aquel que no se jarta el fiambre,
aunque sea buen hijo, se lo dan a otro que tiene hambre”; contrató
servicio de guardia profesional, manicurista y peluquero
profesional, viajó más seguido a la capital para ocupar un escaño en
el salón de los padres de la patria, pronto su imagen poco se le vio
en el pueblo y aunque nunca colaboro con su pueblo y su región, su
imagen y figura ya hacían parte del zoológico municipal y nacional,
“porque pueblo que se respete tiene un loco soñador, un bobo
jetón, un boticario cegatón, un infiel insaciable, una bruja mañosa,
un ladrón bonachón y don Rogelio Morales un político profesional.
218 Jairo Veloza González
ÚLTIMO CAPÍTULO
- ¡Ha pasado navidad, semana santa, san Pedro y san pablo
y la fiesta patronal, ya estamos en septiembre, época de
amistad y reconciliación pero también época de elección;
campesinos y citadinos, godos y rojos, todos en general, alistan
sus discursos para convencer a todos los campesinos a votar!
- Pendones y afiches, volantes y camisetas, cachuchas y
machetas, todos ellos grabados con la cara de un político, con
su número y partido, toda una expectativa de publicidad;
carros con lechona, carros con tamales y otros más con tejas y
mangueras a mil y otros más, con gentes de otros lados, todo
un gran acontecimiento que presagia una buena elección.
- Reuniones y bazares, bingos y fiestones, caminatas y
serenatas, rumba y discursos, todo una ceremonia coloquial
para cautivar el voto del elector, sin importar cuanto se gaste o
cuanto se tenga, lo importante es ser el mejor utilizando todos
los medios, buenos o malos, pues el fin no justifica los medios,
aquí lo que vale, que se debe de hacer todo para convencer al
votante.
- ¡cómo decía misia Claudina, “solo en política y cada cuatro
años se come y se jarta gratis, bendita seas política divina”; y
como dijo don Aureliano, “el que no aprovecha una vez cada
cuatro años, no sabrá que es comer regalado”, y como dijo don
Vicente, “aquí gana el que más reparta billete”, y como dijo
don Humberto, “hasta el voto de uno se compra fácil, si hay
Melodías de dolor 219
buen presupuesto” y como dijo doña Agapita “si no tiene
platica que al menos el indio tenga pinta” y como dijo doña
Juana “así sea con maña el mas astuto gana” y así cada persona
del pueblo, opina abiertamente sobre lo que piensa de la
política y de sus gentes; un gran fiestón político que cada cuatro
años alegra al pueblo pero que separa a los amigos, familiares y
vecinos, convirtiéndolos en enemigos y sus hogares, en
completos campos de batalla, porque muchos de ellos apoyan
al candidato liberal, otros al conservador, otro más al amarillo y
otros al candidato verde, todo un festival de pensamientos e
ideas, de dinero y ayudas, de compras y donaciones, de auxilios
y sobornos, de todo tipo de negocios, muchos buenos y otros
malos, todo un festival de la política medieval.
- ¡Mientras uno reparte carne con papa y aguacate, chicha y
limonada, otro entrega lechona con arepa y papa salada, otra
más obsequia huevos con chicharrón y frijolada, y otro más de
acuerdo al bolsillo, reparten envueltos y chicha de avena
trillada, todos en general a la gente entretienen con discursos y
espectáculos diversos, por ejemplo, unos dan fiesta y gran
parranda, música y trago, derroche fantástico de pólvora y
alegría; otros solo reparten guarapo y música campesina,
sancocho escaso de gallina porque la plata no alcanza, más sin
embargo, con créditos y préstamos dudosa categoría, realizan
grandes caravanas de autos, cabalgatas de caballos finos y
carrangos viejos, presentación especial de tríos, cuartetos y
papayeras, además de acordeones y trompetas desafinadas,
220 Jairo Veloza González
guitarras y violines mexicanizados, toda una gran serenata en
honor a los políticos y los votantes!.
- ¡Dijo el profesor Ananías “La política es cuestión de
estómago, el que dé más lechona y trago, ese gana la alcaldía”,
aunque para don Roberto “el pueblo asiste, come y traga, toma
y baila, pero no vota por el que invita, sino por el que ellos en su
corazón quieren, porque al que muchos reuniones hace, la
gente le cumple pero pronto se le olvida”!
-
- Y en el pueblo de Don Rogelio como en todos los demás,
un titular en negrilla y oro, se pintan en cada pared: “mañana
ferias y fiestas en el pueblo, esta es la programación, primer
acto, gran lanzamiento de la campaña del candidato liberal,
seguido por fiesta y aguardiente, carne y ají picante, orquestas y
mariachi, además de toros, pólvora y muchas atracciones más,
y como show central, el gran discurso del candidato rojo,
regalos, rifas y mucho más, “No falte, los esperamos, todo es
gratis, hasta el transporte de ida y regreso”.
- Para el segundo día, pasado mañana, más fiestas, gran
lanzamiento del candidato azul; parranda, cerveza y lechona
por montones, orquestas internacionales, grandes concursos
para el mayor jarta guarapo y pega fiches, copleros y
voceadores, pregoneros e instigadores políticos y además
oficios de este arte. Corrida de toros pal' público, y avísenle al
médico, que la organización no responde por los corneados.
Gran alborada con banda papayera, pólvora con grandes
Melodías de dolor 221
castillos venidos de yo no sé dónde, serenatas especiales,
caravanas y cabalgatas, todo un espectáculo gratuito para todo
el pueblo, sin importar que todos los que están allí presentes,
estuvieron ayer, sin falta y muy cumplidos como en el primer
día, todos los campesinos se encuentran reunidos “pero eso
que importa, estamos de fiesta, y el candidato paga”.
- ¡Tercer día de ferias, gran espectáculo circense en la plaza
y el parque del pueblo, acompañada por la caravana multicolor
y cabalgata, espectacular corrida de toros músicos extranjeros
artistas y actores, todo un gran carnaval de colores; “salgan
todos y no falten a este magno evento, rifas, sorpresas, tejas y
mangueras, mercados y machetas y como show central
repartición del presupuesto y empleos de la alcaldía por
anticipado, todo por la alegría y el bienestar del pueblo. Todo
esto bajo una sola condición, traer la cédula original, para
verificar su inscripción y vaya sorpresa, todos los que están en
las gradas, son los mismos de los días anteriores, tomando y
comiendo a nombre del candidato de turno”!
- ¡Y en el cuarto día y último de alegría popular, el partido
verde, invita a la concentración musical y festiva, cuatro toros
de casta, desafío de gallos con entrada libre, tamal y chocolate
en la mañana y en la tarde, carne con aguardiente, orquestas y
show ardiente, caravana y cabalgata, una programación similar
al de los otros días; invita el candidato, su amigo fiel en la
alcaldía, transporte gratis, ah y traiga jarra con vasos, porque
hay chicha por toneladas para todos los campesinos, mientras
222 Jairo Veloza González
los directivos, los caciques y gamonales y el candidato sobre la
tarima toman argullosos y altivos, solo amarillo de importación
y que viva la fiesta, que toda esta plata se recupera en la
alcaldía!.
-
- ¡Como dijo el cura del pueblo en el sermón del domingo:
- Malditos aquellos que juegan con la necesidad del pobre,
que engañan sus ilusiones y traicionan sus sueños; pobres de
aquellos que con palabras adornadas engatusan al más
pendejo, quien sin saberlo vende el futuro de su pueblo y el de
sus hijos por un plato de comida y una cerveza, cediendo al
corrupto todo su destino, “ojala y ese plato de comida, le
alcance para los cuatro años”, pobres de aquellos que juegan
con la necesidad de la gente, prometiendo que todo lo pueden
y que todo lo hacen, que pronto levantaran escuelas donde no
hay niños y construirán puentes donde no hay ríos, que
ayudaran al pobre y sí los ayudaran, pero a joderlo.
- “Ustedes hombres y mujeres que creen en estos
promeseros solo aliviarán por unos cuantos días su necesidad y
pero el resto que,……..tendrán que vivir jodidos”; ojalá y no
ardan en el infierno, todos aquellos que engañan y compran los
votos de un pueblo con hambre, porque en el infierno, ni los
votos y el dinero, les darán poder, porque allí, el único que
manda es el diablo en persona!
- ¡Dijo don Anatolio el de la gorra bacana, natal del “Alto de
los chamuscados”, “Ojalá y no se queme mi compadre Duran
Melodías de dolor 223
para que cumpla por fin, con la construcción del pabellón de
los quemados en el puesto de salud, pá' todos esos, que se van a
chamuscar en las elecciones o mas bien, que en vez de eso,
levante en la plaza principal, un gran monumento a los caídos
que va a tener la contienda política”, y como dijo doña
Antonieta, la amante de don Duran, “ojalá y mi amigo, logre
hacer en esta vigencia, pá' la casa y la hacienda que tanto quiero
yo”!
- Y como dice don Rogelio es cuestiones de política, es
mejor malo conocido que resabiado por conocer refiriéndose
a sí mismo y como dijo finalmente su mujer “no es lo mismo un
liberal haciendo caso que un conservador mandando” y
alístense toitos, porque don Rogelio viene con su guitarra y sus
coplas para iniciar con su campaña pa' la alcaldía.
-
- ¡Allá arriba en el campanario.
Está el cura tocando las campanas,
Anunciando que al pueblo ha llegado,
Don Rogelio Morales, escóndanse toitos!;
- ¡Y más allá un poco hacia el lado,
El alcalde un decreto esta por firmar,
Que la alcaldía no responde por lo dañado,
Porque al pueblo ha llegado un liberal!;
- ¡Y más hacía la esquina,
En la fonda de misia Juana,
Están escondidos todos los godos,
224 Jairo Veloza González
Que temen pelear con un liberal desalmado!;
- ¡Y más allá, en la plaza de mercado,
Está su mujer muy enojada,
Con una varita de café cortada,
Esperando a su marido pá colocársela de sombrero!;
- ¡Porque en casa de Don Rogelio,
Aunque sea el, el gallo que más canta,
En su casa la que manda,
Es la gallina resabiada que no canta!
- ¡Ya comenzó la política en el pueblo de san Santiago de los
callados, “patio señores, hagan sus apuestas señores, que esta
pelea ya comenzó, quien apueste más, gana más”; “quien va
por el gordo y colorado o por el grande y asolapado”; hoy
comienza la democracia con fiestas y reuniones, trago y
comida, discursos y donaciones, “y que traigan más chicha, pá
ver si volteo a mi compadre y sus mujeres!”, “estamos en
política y todo se vale desde hablar mal del contrincante, e
inventar chismes no ciertos y colocar trampas a diestra y
siniestra pá' ganar electores, “porque de un voto pá' arriba, es
buena cacería electoral”.
Desde hoy, cuando comienza la política, inician las peleas, las
ofensas y las rencillas, que serán el plato fuerte del día y no faltara
nunca jamás el noble discurso del “yo les prometo”, pero no les
aseguro nada”, y de igual forma, empieza a salir toda la fauna de la
zoología política del pueblo, zorros, perros y gatos, unos porque se
Melodías de dolor 225
las saben todas, otros porque se las olfatean todas y otros hasta se
trepan en donde sea. También aparece en el horizonte, el fiel
lagarto que le lustra las botas con la punta de la lengua a su
candidato, llega además el marrano que presta la plata y su casa pá'
la campaña sopena de que él candidato no le devuelva la plata y le
arrebate la casa, y como esto fuese poco llega presuroso el pájaro
que actúa como guardaespaldas y espía internacional, también por
entre las calles y callejuelas, llega el sapo, que sin importar su
dignidad, se mete en cualquier sede pá' averiguar los chismes y
venderlos muy bien al mejor postor, y no podía quedar atrás y
picoteando por allí, la gallina, que miedosa dice que sí pero no se
atreve, porque es mejor, tomar una buena decisión al final, ya
cuando se sabe quién es el ganador, también aparece el fara, que
asiste a todas las sedes, come y bebe y a todos los candidatos les dice
que sí, pero como dato curioso no puede votar, también llega a las
sedes en diferentes formas y colores, el toro cebú, que es aquel que
corre detrás de los demás, sin saber a dónde va, por eso el dicho,
“donde va un toro cebú, van los demás” y no podía faltar el loro,
que grita y vitorea, reza y madrea, que aplaude y silva, que abraza y
besa y si hay más plata, más duro grita.
- Como dijo el compadre Benjamín, “Yo le di mi palabra y
voy hasta el fin”, en cambio mi compadre toño, “si me da casa y
carro, a ese si lo acompaño”, y como dijo el hermano
Aristóbulo, “si no me le da el puesto a la china, a la mujer y a la
sobrina, yo no me le uno” y como dijo doña Rosalbina, “Yo si
tengo muchos votos pero como voy ahí”;
226 Jairo Veloza González
- Para un pueblo tan pequeño como “San Santiago de los
Callados”, diez candidatos a la alcaldía, es mucha tropa pá' poca
carne, y sin contar los más de doscientos candidatos al concejo,
que luchan por aruñar una curul, tanta gente pá' tan poco
puesto y presupuesto, todos ellos venidos del campo y el
pueblo, de la ciudad y otras regiones, todos en desbandada en
busca de fanaticada, con muchos millones pa' invertir en la
campaña.
- ¡Pero allí en medio de todos, se erige orgulloso, el viejo
Rogelio Morales, que Alcalde quiere ser, sin tanta plata pero
con mucha maña, sin equipo de trabajo y buenos asesores, sino
más de cien compadres y cincuenta ahijadas y todo un harem
de mozas, toda una plataforma moral y política para su
campaña, sin contar sus obreros que se encargan de la logística
y de pegar afiches, además de su guitarra que buena música
puede interpretar!,
- “¡A mi no me digan anemiado,
Mucho menos viejo aguarapado,
A mí díganme, don Rogelio Morales
Guapo y macho como los liberales!”;
- “¡Liberal desde antes de nacer,
Campesino de pura sepa,
Y yo soy don Rogelio, pal que no sepa,
Hombre liberal hasta que fallezca!”
Melodías de dolor 227
- ¡Soy campesino toito trabajador,
Soy Rogelio Morales pa todos ustedes,
Y pa las mujeres toito amor!”;
- ¡Nací en los tiempos de violencia
Me amamantaron con pólvora y ají,
Tuve por juguete una escopeta veintidós,
Y mi cuero tiene curtido, la sangre de mis taitas!;
¡Soy campesino de mochila y alpargate,
Y en mi casa mando yo,
Así sea pa' comprar el mercado;
Mi pañuelo es un chiro rojo,
Que levanto solo cuando estoy jarto;
Me gusta el guarapo y las buenas canciones,
Toco el tiple, la golosa y la cucharita;
Soy liberal, enamorado y pendenciero,
Apostador y mujeriego,
Buena vida y dicharachero;
Yo soy don Rogelio Morales,
Candidato a la alcaldía,
Pa servirle a todos ustedes!
Así inicio su campaña, con solo su guitarra y sus infaltables amigos
de serenata, recorrió con ahínco y donaire, cada rincón del pueblo,
cantó y declamó, coplas y versos dedicó, y como siempre guarapo
tomó.
228 Jairo Veloza González
- ¡Liberal mi taita y mi mamá,
Rojos mis abuelos y mis tíos,
Rojo yo y mis hermanos,
Pero con un único defecto
Godas hasta la sepultura,
Mi mujer y mis hijas,
Y aunque sea yo,
Bendito entre las mujeres soy!,
¡La que manda siempre es mi mujer,
Sin importar que yo sea liberal,
Manchado de rojo desde las medias hasta los calzones,
Pero siempre las camisas me las compra azules,
Pero como soy campesino resabiado,
Los cambió por negros para no pelear,
Y como si fuese poco,
Vivo en un pueblo donde todo es azul,
La iglesia azul, la alcaldía azul,
El matadero y la plaza azul,
El cura godo y el alcalde también,
Y hasta las tumbas del cementerio,
Son pintadas de azul,
Pero lo que más me tiene indignado,
Es que yo soy el único puto liberal,
Solo yo y mi Dios bendito celestial
Que nunca se destine!
Melodías de dolor 229
Poco a poco, el pueblo recorrió, mucha gente conoció y aunque en
un comienzo fue difícil, logro reunir amigos y seguidores, pese a
que el dinero, anunciaba con pólvora y diversión, una gran
reunión, pero ello no fue impedimento para el viejo, que sin darse
por vencido, continuaba su campaña por cualquier lugar no
conocido y al son de su guitarra y su voz, un discurso declaraba,
“que si llegaba a ser alcalde, un campesino no dejaría de ser, así el
poder y la plata lo cegara, jamás dejaría de ser un campesino y al
menos, un saludo por la calle iba a responder, así a la vereda no
fuera a volver”.
- ¡Mi mamá me enseñó el amor,
Mi taita la pasión por el campo,
Mi abuela la enfermedad por el dinero,
Y mi abuelo a no ser un pendejo;
Más sin embargo siendo grande,
Entendí que la vida sin política,
No podía ser la misma de pequeño,
Que rojo sin azul es la misma vaina;
Que a la mujer de uno,
Ni toda la plata, ni todo el cariño,
Se le puede dar,
Pero a la mujer de los demás,
Besitos y regalitos por doquier
Se le puede brindar;
Que el respeto entre compadres no existe,
230 Jairo Veloza González
Si el compadre no está;
Y que Dios es único y maravilloso,
Porque es liberal;
Que no es lo mismo colorado,
Que un godo pálido asustado;
Que no es lo mismo, un liberal con revolver
Porque hace respetar la santa democracia,
Que un godo armado con escopeta,
Que usa pa' cazar los votos del pobre.
Es mejor ser un liberal, puto y macho,
Y no un godo bruto y medio macho;
Pero si en algo estoy equivocado,
Y mis taitas jamás me lo enseñaron,
Que sería la vida de los liberales,
Sin los señores conservadores”!.
De esta forma lenta y paulatinamente, don Rogelio llevo a cabo su
campaña bajo el amparo de Dios y las amenazas de su mujer de
dejarlo por meterse en la política, más sin embargo ello no asusto al
viejo, que al inicio de su correría, conseguía que los perros lo fueran
a morder, pues la gente poco salía a sus visitas, pero con el tiempo y
con mucha perseverancia, logro que unos cuantos lo escucharan, y
así en el transcurso de las semanas, logro cautivar a muchos
campesinos a punta de lengua aunque este no ofreciera ni un
masato o un pedazo de carne, mientras que sus grandes rivales
repartían decenas de agasajos a todos sus seguidores, brindando a
diestra y siniestra, desde novillos, marranos, gallinas hasta faras y
Melodías de dolor 231
borugas, además de trago, parranda y dinero, que sin duda era plato
fuerte del menú.
Faltando pocos días y entre las cávalas de quienes supuestamente
todo lo saben, ya había un absoluto ganador de la elección y se
trataba del gamonal con mas dinero en el pueblo y quien ofrecía un
billete de cincuenta mil por un voto y 120 mil por dos, ya que esta
era la venta de bodega o la subienda política que solo cada cuatro
anos alegra a muchos pero entristece a otros, mientras tanto los que
saben especular con las estadísticas y el billete ajeno, al pobre don
Rogelio no le daban ni la mas pequeña opción de figurar al menos
en el ultimo puesto, aunque para el pobre Rogelio Morales no tenia
importancia, porque su gusto era el de cantar y tocar su vieja
guitarra.
¡Cómo le parece don Vidal,
Que en la casa de un conservador,
Encontraron escondido al diablo,
Porque del infierno lo había sacado un liberal!
Pero la gente encendida con el guarapo y la música de cuerda, le
contestaba al viejo con una copla muy digna de su ser:
- ¡Como le parece don Rogelio,
Que encontraron a un liberal llorando,
Porque del buche de una culebra coral,
Sacaron a Caín, Judas y un liberal!;
Y con más furia sentimental el viejo les devolvía otra copla,
- ¡De que me habla un godo pendejo,
232 Jairo Veloza González
Si en su casa, la que manda es su mujer,
Y ahí dígale algo, le toca jartar rejo,
Mientras que con don Abel, le sigue siendo fiel!;
A lo cual un conservador muy entonado le contesta a su parecer;
- ¡Si en mi casa manda la patrona,
En la suya también manda su mujer,
Así usted sea puto, liberal y macho,
Pues ella si es gente no como su merced!
Con ritmo popular y melodía pintoresca, el viejo le devuelve la
tonada con otra copla:
- ¡Prefiero que me digan puto liberal,
Y no un godo chismoso y desleal,
Y aunque sea chiquito y narizón,
Soy más guapo que todo un pelotón!
La gente alegre con la música de cuerda y las coplas del viejo,
salieron a danzar, “batan más guarapo” gritaban por allá “No hay
más miel, contestaban por acá, “pues yo la traigo” decían por aquí.
Así se prendió la fiesta, y toquen tiple hasta que amanezca y que
duelan las orejas pero no las patas, y que no se cansen de bailar,
porque aquí esta toda la vereda, bailando de alegría:
- ¡A mi denme un guarapo de caña,
Y canten sin parar, un alegre bambuco,
Pues si soy liberal, lo soy con hartas mañas,
Y aunque a veces abuso, yo me hago el loco!
- ¡Amo la carne asada,
La yuca seca,
Melodías de dolor 233
La chicha en totuma
Y la mujer casada!
“Viva Rogelio Morales”, gritaba la gente, que viva Rogelio y que viva
la fiesta, que siga cantando más coplas, pues aquí en el campo, nos
gusta la música humilde, la música campesina, la música de don
Rogelio nuestro próximo alcalde.
- Soy liberal, puto y macho,
De cotizas y sombrero blanco,
De machete y carriel al hombro,
De peinilla y pañuelo rojo!
- ¡Cuando era chiquito,
Mi mamá me daba agua de panela,
Ahora que estoy grandecito,
Mi mujer me da con la cacerola!
- ¡Que viva Rogelio Morales, “Que Viva”! contestaba el
clamor de la gente entusiasmada;
- ¡Yo no soy de por aquí,
Yo soy de por acá,
Yo soy guitarrero chupa caña,
Y soy picante como el mismo ají!
- ¡Nací en un rancho pobre,
Crecí con veinte hermanos,
Y aunque mi taita era un buen hombre,
Le aprendí muchas mañas!
- ¡Desde por acá, hasta Bogotá,
Que viva el glorioso partido liberal,
234 Jairo Veloza González
Y aunque los godos por todas partes están,
Nosotros somos más y buenos pa' mandar!
Que viva don Rogelio, que cante más, que si no hay pa' la pólvora,
entre todos recogemos, pa' que todos en el pueblo, sepan que acá
en la vereda, está don Rogelio con su música, convenciéndonos pa'
votar por él.
- ¡Desde chiquito y ahora de viejo
Sigo siendo liberal,
Rojo el chorizo y el genoval,
Y hasta el amor por mi pueblo conservador!
Emocionado el público, aplaudía sin parar, vivas y abrazos no se
cansaban de dar, este es el alcalde que el pueblo necesita, uno
igualito a nosotros que aunque sea más resabiado que el mismo
putas, que jarte guarapo y coma mierda igual a uno.
¡Que viva Rogelio Morales!, ¡que viva!, pronto la pólvora en el cielo
anuncia la gran fiesta política, desde el pueblo todos sus
contrincantes escuchan el alboroto subestimando tal vez la
dimensión de la reunión y la capacidad del viejo, creían
ignorantemente que jamás el pobre viejo cogería vuelo; así desde el
pueblo cada uno de sus rivales no se hicieron esperar y cada uno de
acuerdo a su nivel lanzaban cientos de cohetes musicales,
informando a la opinión publica que ellos también están presentes
así ellos y su comitiva aun estén en media noche y como dijo Don
Hugo Cifuentes, “a candidato que duerme se lo lleva el putas”.
-“! Como le parece don Florito, que aunque no este el dueño de la
tienda, este también toma!”.
Melodías de dolor 235
-“y como le parece don Rogelio, que aunque usted sea el dueño de
la tienda, hoy no toma, porque mañana ya esta encima la elección y
es mejor aguantar las ansias y no dar mala imagen al electorado por
aquello de la apariencia, que por lo visto a usted ya ni le queda!”.
-“!aunque sea uno don Florito porque esto solo es cada cuatro años
y si uno no aprovecha, viene otro y hace fiesta!”.
-“!Bueno Don Rogelio, uno no mas y eso porque usted es el
anfitrión, más bien haga pa´ aca que misia Gumersinda esta que le
echa el brazo!”.
Suena la bandola y el tiple, pronto la fiesta se abre paso en el solar
de la casa, el bambuco anuncia que mañana se estrena alcalde
municipal y que para bien de toso el campesinado, es mejor que
sea el diablo de don Rogelio y no aquellos pendejos, “!porque es
mejor resabiado con mañas conocidas, que aprendiz de diablo y
juez!”.
De esta forma y por noventa días con sus noches, los candidatos y
los electores en general, participaban obedientes a cuanta reunión
había, solo muy pocos de corazón se comprometían con un
candidato en particular, el resto de los electores a todos los
candidatos les decían que sí, pero solo en el fondo de su ser sabían
con exactitud por quien votar y otros más, una minoría poco
visible, esperaban adherirse al final, por aquello que es mejor tarde
y asegurar, y no antes y estar quemado con el candidato.
Aunque el viejo no era rival para los demás, pues su
capacidad y el dinero no le permitían competir, no
escatimaba esfuerzo para visitar ranchos una, dos o
236 Jairo Veloza González
tres veces por semana, recorriendo de principio a fin
todo el pueblo, convenciendo como diablo a cuanto
incauto o astuto se le cruzara, hasta participaba de toda
actividad social, como desde la corrida de un catre
hasta el funeral del esposo de su vecina, desde los
convites y asados ajenos, la capada de un marrano o un
novillo, hasta el viacrucis y le llevada de un enfermo en
camilla rustica por entre el monte a varias horas de
camino del puesto de salud.
Mientras sus oponentes en peleas y riñas se
encontraban, peleando entre si y hablando mal del
prójimo, metidos de tiempo completo en una pelea
personal y descuidando el mercado electoral y como
decía don Rogelio, “!hay tres cosas a las que le tengo
miedo participar, la primea en peleas de casados, la
segunda en pelea de burros y la tercera en peleas por
política, porque en la primera uno sale golpeado por
los esposos, en la segunda, uno sale capado por un
mordisco y en la tercera se vuelve el enemigo de los
políticos por lambón mientras ellos están en la esquina
echando trago y comiendo gallina!”, y todo por ser
amigo y colaborar pero como dicen en el campo,
“!nadie lo llamo, tome por lambón!”.
Pero a menos de un mes de la elección, y de acuerdo a
las encuestas campesinas que no son diferentes a las
demás por aquello de la manipulación, y como dijo
Melodías de dolor 237
don Rogelio opinando sobre las encuestas campesinas
que siempre lo tenían como perdedor.
–“! Usted sabe porque a Don Ulises Vega le piden
carnet de manipulación!” porque le contesta las
personas.
-“!porque maneja plata, así pasa con las encuestas,
también manejan mucha plata, deberían también de
hacerles un cursito de manipulación, bastante
acreditado y aprobado por el gobierno para los que
hacen las encuestas!”.
-“!estoy cansado de que digan que ya no sirvo pa´ nada
y que ya no tango alientos ni siquiera pa´ ir al baño,
que soy viejo y mas bruto que un animal, que a todo
momento me tilden de todo lo peor y me cataloguen
como un pobre anciano, enfermo y entelerido!”.
-“!Pero hoy quiero informarles a mis contradictores,
que aunque viejo aun guardo el secreto de la juventud
en mi corazón y aunque enfermo, he soportado en
ochenta años, la violencia de los godos, los regaños de
mi mama y mi abuela y ahora en la actualidad y quien
sabe por cuanto tiempo mas, las cantaletas de mi
mujer!”.
-”! Y aunque soy entelerido no desteñido, porque
primero pálido que descolorido, y hasta el día de mi
muerte, liberal hasta la sepultura!”.
-“! Orgulloso de ser campesino, humilde y trabajador,
238 Jairo Veloza González
alegre y chupa caña, pero jamás gamonal de traje y
corbata, ante todo campesino, y uno de los mejores del
mundo entero!”.
-“! Que viva el campo, que vivan los campesinos pero
que viva yo, don Rogelio Morales, el mejor liberal de
todo el universo!”.
Según sus oponentes, el viejo Rogelio sigue cabalgando
en el último lugar, pero en algo no nos podemos
equivocar y es que no hay enemigo chiquito y tampoco
ciego, que no sea incapaz de sostener batalla.
Aunque el pobre viejo, más viejo estaba por tanto correr, aún no
estaba seguro del compromiso político se sus supuestos
simpatizantes, pues todos en el pueblo le decían que si a todos y
cada uno de los candidatos incluyendo al viejo Rogelio, pues cuanta
gente visitaba y con su discurso de primera, le juraban en vano que
en verdad ellos si lo estaban acompañando de corazón, pero luego
de los días y en el pueblo se daba cuenta, que esos amigos que le
decían que “sí”, ya estaban comprometidos con otro candidato de
turno, y luego a los dos días estaban de abrazos y besitos con otro de
los contendores, y al igual que el viejo Rogelio, a todos le decían que
si pero con ninguno estaban.
Días después y bastante desconsolado, al atrio de la iglesia fue a
rezar, para calmar así, tanta afección que le afligía, y poder
encontrar la respuesta a su necesidad.
Melodías de dolor 239
- ¡Dios bendito mío, si aún eres liberal, envíame una señal,
para saber cuál es el camino que debo escoger, si debo de
renunciar y no joder más con esta política, o hacer de tripas
corazón y seguir adelante con esta joda!.
- ¡Si lo mío no es la política lo acepto, si me pides que me
retire del partido lo hago pero por favor no me pidas que me
cambie al conservador!, y a continuación Dios de mi corazón
glorioso, te lo voy a explicar:
- ¡El cielo es azul y el mar también,
Azul el manto de la virgen,
Azul el color de la esperanza,
Y aunque mis enemigos sean de sangre azul,
Por sus venas corre la raza de mis taitas y los abuelos!,
¡Pero jamás un liberal,
Se vestirá de azul,
Es como si el diablo,
Se vistiera de tul,
Es mejor rojo y colorado,
Y no azul descolorido!
-“! Como si esto no fuera suficiente todo lo que tengo
que hacer para la elección y no tengo un solo
centavo!”.
- “¡Cada vez estamos cerca de las elecciones, no tengo plata
para el cierre y para el transporte, mi mujer ya ni me habla y mis
240 Jairo Veloza González
hijas también, no tengo soluciones y mucho menos ilusiones,
más sin embargo no desistiré y luchare hasta el final y aunque
no he recibido su sabio consejo Dios celestial, para que oriente
mi camino, deduzco que me tocara buscar consejo por otro
lado, pues Dios hoy no es ni liberal pero tampoco conservador!
La campaña se hizo más fuerte y más agitada, las horas del día no
daban abasto a tanta frivolidad electoral, compromisos sociales por
aquí y por allá, todos en general, diez candidatos en total, ultimaban
detalles para conquistar más votantes, así no hubiera tiempo para
descansar, muchos de los candidatos en suntuosas camionetas,
llegaban a todo lugar, cargados de cemento y ollas a presión, además
de dinero para comprar conciencias, otros en cambio, no con tanta
plata pero con la misma reflexión pero en el caso de don Rogelio, ni
plata y ni camionetas, tan solo un caballo resabiado y un costal viejo
lleno de pulgas y publicidad.
Aunque en el campo y en el pueblo se especulaba a los cuatro
vientos de un supuesto ganador ante las dadivas millonarias que
negociaban la democracia, muy en el fondo pero muy en el fondo,
los campesinos y sus nobles corazones sabían con devoción un gran
secreto que solo las paredes de sus ranchos conocían, y en el fondo
pero muy en el fondo, sabían que había un ganador y que ese no era
el que la plata imponía, era tan solo un candidato que llevaban en su
corazón; pronto las veredas y los convites murmuraban el nombre
de un absoluto ganador.
Un secreto bien guardado que pronto escapo a las toldas de los
demás candidatos y que los hacia temblar del miedo pero también
Melodías de dolor 241
los hacia tomar nuevas estrategias, cada vez mas osadas e intrépidas
que las primeras, mas sin embargo este secreto paso tímido por
junto del interesado, y mas bien este continuo como el primer día,
trabajando en su campana en medio del mayor anonimato y en total
silencio.
Mientras el viejo seguía en su correría, en las noches sus adversarios
planeaban trampas y jugosas sumas de dinero para el que les
vendiera su voto, de esta forma los candidatos visitaron raudas
todas las veredas en tiempo record, haciendo visitas sorpresas
cargaditas de billete, pues eran los últimos días que precedían a la
elección, y debían de asegurar la votación a favor y evitar dolores de
cabeza.
La noche antes del domingo de votación, todos los candidatos en
gran peregrinación, recorrieron cronométricamente cada rincón,
para confirmar lo que ayer habían logrado, un gran agite de
emoción y nervios antecedía a la elección, muchos de los
candidatos asustados hablaban a sus simpatizantes, otros ni si
quiera hablaban, el miedo era general y sería peor con el pasar del
tiempo, nervios sin pudor, que apuntaban a todos como blanco
perfecto de tiro.
A medida que las horas llegaban a la apertura de la democracia, los
candidatos trataban de descansar, al menos dormir unas cuantas
horas pero la ansiedad los hacía vacilar y desvelar aun mas, a
excepción del viejo Rogelio, que recorrió el pueblo con su fiel
guitarra y su caballo bayo, porque según el viejo Rogelio, -“!El
diablo nunca duerme!”, así el viejo pese a las horas, aun seguía
242 Jairo Veloza González
cantando y hablando de política por las veredas, prometiendo a
último momento, los puestos de la alcaldía, del juzgado y la sacristía
y como si fuese poco, hasta el puesto de barrendero que lo ofreció a
más de veinte cristianos, sin contar el puesto de secretario,
personero y carcelero que los ofreció a cambio de 200 votos cada
uno, y como prenda de su compromiso con la comunidad, juro
pavimentar cada una de las veredas, colocar internet , teléfono
gratis y transporte las veinticuatro horas, prometiendo lo que no
tenia y repartiendo a diestra y siniestra los puestos de la alcaldía y el
escaso presupuesto municipal a todos los indecisos del pueblo, tan
solo le falto prometer el puesto de alcalde.
Como era su costumbre personal y política, tomo chicha y guarapo,
canto y bailo, alegro y convenció, y medio borrachito a las tres de la
mañana regreso a su casa con en busca de su cama, y del regazo de
su mujer y como un nene, durmió plácidamente, olvidando por
unas horas el compromiso político del siguiente día.
Solo y en una estera amaneció, ya el gallo no canto, pues su mujer el
sancocho preparo, de las gallinas no queda ninguna, pues mucha
reunión realizó, de las vacas ni se diga, tan solo queda el caballo y
échenlo pa´ dentro porque la dueña de casa, ya le echo el ojo.
Horas mas tarde y con una gran jaqueca y jartera viva, trata de
colocarse en pie, pero el viejo no puede pero su mujer le grita
desde la cocina:
- ¡Levántese señor, que vinieron a buscarlo de por Dios!...
El viejo aún entre las cobijas, pereza buscaba, sin embargo su
señora, con una olla de agua fría, de allí lo levanta, al tiempo que le
dice.
Melodías de dolor 243
- ¡Levántese desgraciado, afuera hay un poco de gente
esperándolo!
-
- ¡A mí! Refuto extrañado, mientras se secaba el agua con un
cobija, se vistió rápidamente y salió a ver lo que pasaba, no
podía creer lo que veía, varias personas muy humildes, lo
venían a saludar, el viejo sorprendido, trata de hablar pero la
resaca no lo deja, su señora quien tampoco creía, un tinto les
ofreció, allí les habló en nombre de su marido y de sus hijas,
que todas y en común acuerdo, se vistieron de azul cielo, por
aquello de la esperanza y la buena suerte, aunque el viejo, esto
no le agradara mucho.
- ¡Y así fue antes de que abrieran las urnas, decenas de
personas llegaron a saludar y a prometer por el Altísimo, que el
voto solo se lo darían a Don Rogelio, pues al no tener más
elección es mejor votar por el más conocido, así este sea un
ladrón!
Cada vez mas grupos de personas llegaban al rancho del viejo, allí
su esposa muy emocionada, volaba en la cocina, para darles a cada
uno, al menos un sorbo de tinto, y así fue toda la mañana, llegaban y
se marchaban decenas de campesinos, cada uno con un firme
propósito, darle el votico al viejo Rogelio, quien de nuevo ya tenia
en la cabeza botella y media de aguardiente; así inicio la fiesta
política en el pueblo en medio del bullicio y la emoción de la
democracia; desde temprano había mucha gente votando, sin
244 Jairo Veloza González
contar la policía, ejercito y fiscalía que habían llegado al pueblo para
garantizar la elección; hacia el medio día en la casa del viejo, el patio
y la finca estaba repleta de gente venida de todo lado, ilusionada por
fin, de que un campesino llegue a la alcaldía.
- “Don Rogelio, hay mucha gente con usted, lo que pasa es
que los votantes lo hacen en secreto, pa' no quedar mal con el
que les dio las tejas y el cemento”
- ¿Será? Preguntaba sorprendido el viejo que aún no creía,
hacia las dos de la tarde y con la cabeza llena de guarapo, el viejo
sale a votar, acompañado por unos cuantos, arribó al pueblo en
medio de las miradas egoístas de sus enemigos que aun lo
despreciaban; entonces vio que el pueblo estaba ocupado por
mucha gente, carros, camiones y buses, llevando gente de aquí y
de allá, gente corriendo con ollas llenas de comida, otros
tomando a escondidas debido a la ley seca y otros más,
espiando en secreto a los votantes y haciendo sus cuentas aun
no perdidas y en cada casa y ventana, mucha gente también
contando con medida exacta, los posibles votantes que por el
frente pasaban y no lejos de allí y apostados en lugares
estratégicos, sentados como reyes, los candidatos que se creen
absolutos ganadores quienes también sus propias cuentas.
¡Y allí, en medio de todos ellos, el viejo Rogelio que lento camina
hacía el puesto de votación, risas, carcajadas y burdos comentarios
salieron de todos los lados, amenazando la gran victoria de su
candidato pero que en el fondo, sabían que la oportunidad de ganar
se les escapaba entre los dedos!
Melodías de dolor 245
Con la reverencia tal, de un gran estadista que deposita su voto y
luego dando las gracias no sin antes persignarse, sale de ahí para
esperar los resultados, allí se instala en medio de la gran y única calle
del pueblo, donde se pasea nervioso, mientras observa que en cada
esquina, hay muchas personas que lo saludan y le hacen la seña de
que todo está bien pero lo hacen en secreto, evitando los ojos
chismosos de sus detractores y de los demás candidatos.
- ¡Siguió avanzando más hacia el centro del pueblo y la gente
que allí estaba, le hacía la misma seña, de que todo estaba bien,
en cuanto a los otros, cada uno en su sede, cuentas realizaban,
sumaban, restaban y hasta a veces multiplicaban, pues el miedo
les hacía perder las matemáticas simples, mientras tanto en el
parque el cura vaticina la elección, “esta elección la gana mi
primo don Ernesto Renteria”, replicaba el imparcial curita,
quien espera impaciente como novio antes del matrimonio, los
resultados de la votación, de pronto ve pasar al viejo Rogelio y
le hace señas de que vaya a donde esta el, “!que pasa Don
Rogelio”, lo veo preocupado, más bien tranquilícese y relájese,
esto ya tiene ganador, mas bien y no pierda tiempo, vaya
busque a mi primo y felicítelo con anticipación y dígale que se
le une y que por el bien del pueblo, al menos que le de el puesto
de fontanero”, acuérdese de algo don Rogelio, “que si hoy no
se come el fiambre, mañana se lo dan así este bien frio!”.
- “! Don Rogelio tese tranquilo, y mas bien coja juicio, pa'
que en la próxima campaña administre bien el tiempo y jarte
menos, pues al parecer, hoy no se ganó el premio gordo de esta
246 Jairo Veloza González
lotería!... musitaba el cura, “será en la otra”, “mas bien camine
pa' la sede de mi primo que están haciendo mamona y hoy si
van a dar amarillito!”.
- -“!y no se haga el de las gafas, mañana lo espero pa´ que se
confiese, y esta vez lleve pa´ la limosna, mire que usted esta
muy ancianito!”.
- “!ta' luego don Rogelio, y eso no de mas vueltas y venga
conmigo, eso no crea en milagros, pero si eso llegara a pasar lo
único que quiero decirle es:
- ¡AY Dios bendito, que si este liberal,
- animal antiguo y extinguido,
- llegase a ganar la alcaldía, que no lo creo,
Lleve con tino, el futuro de mi pueblo,
Y que su gobierno sea justo y no chanchullero,
Que ojala lleve con sabiduría, el futuro del pueblo,
Así me toque darle unas clases,
Ay mi Dios, si este loco llegara a ser el alcalde,
Aunque ni por el putas y los difuntos que votan del
pueblo,
Que su gobierno sea noble y poco serruchero,
Y que si hace todo lo contrario a la constitución,
Que el mimo “putas” venga y lo lleve de patas pal'
infierno,
Y de paso lo descomulgo a el y a la yegua de su mujer
por alcahueta!”.
Melodías de dolor 247
- ¡Coja juicio Don Rogelio y deje de tomar guarapo,
y de andarle quitando la mujer al prójimo, mire que eso
es pecado y si la suerte lo sorprende, desde hoy
prometa que usted va a ser, un ejemplo para nuestros
niños y para la mujer ajena!...
Camino el viejo hacia la alcaldía, allí el alcalde, advirtiendo los
vientos de victoria, lo felicita cálidamente diciéndole, “Que bueno
por el pueblo, ya era que otro campesino me reemplazara; si tiene
tiempo mañana, nos tomamos un traguito y le ayudo con unos
pesitos para que nos entendamos muy bien, si algo no está claro en
el empalme”
Y así, cada persona negociante y rico, pobre y jornalero,
transportador y carnicero, llegaron a donde se encontraba el viejo
Rogelio y entregar como sacro mandamiento las respectivas
felicitaciones. Antes de las cuatro, todo el mundo estaba alrededor
del puesto de votación, por su parte los candidatos, cada uno en su
encierro, morían de desesperación al saber un pronto resultado
fuese para bien o para mal, la confusión y la ansiedad fue algo
normal, nadie podía esperar, solo querían saber los resultados del
escrutinio de una vez por todas.
Pronto salieron los testigos de los candidatos, con el ánimo por el
piso ocultando con una sonrisa fingida que todo había salido mal,
uno a uno los amigos y asesores de los candidatos salían muy
conmovidos, pues ya no había que hacer, todo se había perdido,
pronto las hijas de Don Rogelio gritaban en coro.
248 Jairo Veloza González
- ¡Mi papa es el alcalde, mi papa es el alcalde!;
Un fuerte grito de alegría acompañado por vivas y pólvora, advirtió
al pueblo que el viejo Rogelio había ganado la elección y que desde
ese momento, era el nuevo regidor de los destinos de todo un
pueblo, mientras que sus opositores lloraban junto con sus pocos
seguidores. Minutos después una gran fiesta se levanta en la plaza,
todo el mundo en regocijo bailaba al son de la música del viejo
Morales, que de la dicha tomo y se emborrachó cuatro veces y al
final quedó pasmado.
- ¡Aquí estoy, Rogelio Morales,
Alcalde liberal en pueblo de conservadores,
Amigo de los campesinos y de ustedes,
Pero de una vez les digo, no devuelvo favores,
Ni me pidan ayuda a sus necesidades,
Por ahora no, más adelante tal vez,
Pues debemos buscar oportunidades,
Para nosotros y nuestros familiares,
Desde aquí les digo que en mi administración,
No les daré ni mierda, ni me vayan a pedir una teja,
Porque ni tengo y la alcaldía no es ferretería!
¡Hay que trabajar duro como un arriero,
Y si sobra algo del presupuesto,
Ahí miramos que vamos a hacer,
Pero lo primero es comprar un buen trocero,
Para dividir bien el dinero,
Luego compraré un buen carro,
Melodías de dolor 249
De esos que tengan vidrios negros,
Y por si acaso, que no le entren las balas;
Compraré una nueva casa en Bogotá,
Por aquello de las vueltas en la ciudad,
Viajaré por el mundo, pa´ aprender nuevas mañas,
pa´ ver si se pueden copiar en el pueblo,
Y si no se puede, pues qué más da,
Que me divierta hasta el pellejo!
- ¡Pueblo lindo te quiero mucho,
Alcaldía municipal como te sueño,
Presupuesto municipal como te deseo!.......................
Después del discurso y la parranda, vino el conteo y el reconteo, la
prensa vino, el procurador asistió y el contralor cantó, contaron y
contaron, pero a ninguno las cuentas le daban, llamaron al senado,
luego a la cámara, al gremio de los taxistas y los caficultores, y a
ninguno le cuadraba el conteo, pronto el ambiente se tornó tenso,
nadie quería aflojar, los candidatos perdedores no daban por
perdido nada y peleaban sin renunciar a que se recontara cada vez
bien. Hasta el presidente y el ministro llegaron y con paciencia
contaron, pero a ninguno las cuentas les daba; el ambiente se puso
delicado, disputas y peleas se presentaron, pronto la policía no dio
abasto, llegó el Das, el ejército y la fiscalía y hasta la ONU también,
pero tampoco dieron cubrimiento a la trifulca política que se daba
por el conteo.
Mientras tanto el viejo seguro de su triunfo, se la paso bebiendo a
sus anchas en la mitad del parque, custodiado como presidente por
250 Jairo Veloza González
cientos de policías y guardaespaldas por aquello de un posible
atentado o una pesca milagrosa.
En el cuarto día del dudoso escrutinio, uno de los candidatos
dolientes, idealizó una cruel estratagema y poder por fin el dichoso
conteo, reunió en secreto a los demás candidatos perdedores y allí
en un cuarto oscuro y húmedo, planearon la más macabra trampa
de los últimos años, sonrisas y abrazos, trago y alegría, estrechón de
manos y mucho más, sellaron para siempre la consolidación de un
funesto plan, que atentaría contra un pueblo y su democracia y que
solo favorecía a los candidatos que unidos querían el poder de un
pueblo chiquito.
El cura preocupado cito a la población a una urgente reunión, el
alcalde haciéndose el chiflado con la coalición habló y obviamente
arregló los torcidos y chuecos que con anterioridad ejecuto. Todos
los votantes en general, confundidos estaban, pues muchas
versiones les daba la autoridad, más ninguna era verdad y mientras
tanto el viejo Rogelio continuaba celebrando, atendiendo doce
piquetes y veinte sancochos, además de siete juegos al tejo y cinco
riñas de gallos, sin olvidar las cuarenta citas clandestinas con nuevas
amigas y otras más, no tan nuevas.
- El que no cuida lo que tiene,
Le deja todo al que viene,
Desde la mujer y la finca,
La moza y las ocho vacas.
- En cuestiones de política y el amor,
No se debe de dar papaya,
Melodías de dolor 251
Porque llega otro y la parte en dos,
Y a uno no le dan ni la mitad.
- Porque a papaya servida
Papaya comida,
Porque en la política se da la vida
Y en el amor, por desespero uno se suicida.
- Y a don Rogelio por andar de contento,
La alcaldía por huevón le robaron,
Lo dejaron mamando viendo un chispero,
Sin plata y con deudas con cada vecino.
Pronto la guerra civil iba a estallar, aunque esta fuera, una mera
fantasía, más sin embargo, la crisis política afectaba al pueblo, las
cosas no eran las mismas y se empezó a sentir el desconsuelo
general, pronto de la registraduría, saldría el vocero del juzgado
promiscuo, para informar el veredicto y así, una vez por todas,
fuese la noticia que fuere, todos en el pueblo poder descansar;
hacia el medio día y bajo el manto de una nube gris, todos en el
pueblo se agolparon alrededor de la placita, en espera que la gran
puerta de madera se abriera y de ella, emanara la resolución que
fijara al nuevo alcalde para bien o para mal; y para muchos de los
votantes era cuestión de dignidad, pues su voto debía de ser
respetado y el viejo Rogelio debía de ser la autoridad pero la
negligencia y combinado con la astucia, estaban por modificar lo
que la democracia logró.
La espera se hizo larga y aún ningún resultado se hizo evidente, la
inconformidad llevó a la protesta y la protesta al caos, la revuelta
252 Jairo Veloza González
acabo con lo que había alrededor, pronto la policía actuó y varios
seguidores de Don Rogelio a la cárcel fueron a dar, mientras que el
viejo luego del carnaval al pueblo arribó, pronto sus votantes lo
rodearon y le informaron de todo lo sucedido, pero al igual que los
demás nada podía hacer, más aún, cuando este, ningún testigo
electoral en el conteo tenia, todo por la bendita parranda y la
confianza que mato al coronel que no tenia quien le escribía.
Cerca de los siete y cuando la puerta se abrió, el público rápido
corrió a escuchar el veredicto, pero de pronto la luz falló, el servicio
de energía eléctrica se cortó, dejando al pueblo sin iluminación,
cuestión que obligó a la autoridad a aplazar por unas horas el
comunicado con el resultado, y solo seria informado con el
restablecimiento de la energía.
Llegó más gente al lugar, la preocupación invadió más los pobres
corazones de los votantes, pronto muchos carros llegaron al lugar,
también camiones y motociclistas, hacía las once de la noche, la
revuelta de inconformismo se presentó, el caos llevó a una nueva
protesta sin cuartel, la policía no pudo controlar, golpe pa´ aquí y
golpe pa´ allá, disparos, vidrios rotos y demás, el pueblo exigía la
verdad y la democracia se debe de respetar.
Pronto un capitán del ejército con sus hombres rodeo el lugar y
sobre la plataforma de un camión junto con él alcalde y el
registrador al pueblo informaron sobre una delicada noticia la cual
no tenia espera.
- ¡Corran, corran por sus vidas,
Pues en la registraduría una bomba,
Melodías de dolor 253
A punto de estallar esta,
Corran pronto y salven sus vidas; refería el alcalde
asustado!
- ¡Calma señores, pero corran rápido,
Y no miren hacia atrás,
Porque esta mierda va a estallar,
Los bandidos nos quieren matar,
Indico el valiente capitán!
- ¡Ay por vidita suya y la del divino niño,
Corran muy rápido a buscar refugio,
Hagan ese favor, pues en el cementerio,
No hay tanto espacio, pa tanto fallecido! – rezaba el
curita.
La gente corrió como locos para todos los lados, seguidos muy de
cerca por la autoridad, el viejo Rogelio que aún jarto estaba,
también corrió hacia la vecindad, en busca de escondite, al cabo de
veinte minutos y sin ninguna explosión, la gente escondida
empezaba a preguntar.
- “!Pero que estará pasando,
Que la bomba no ha explotado,
Ni el alcalde, ni el cura,
No han dicho nada!”.
En medio de la noche tormentosa y una fuerte seguridad, un gran
camión negro llega al lugar, allí frente a la registraduría un grupo de
hombres baja, pero en la distancia y la tremenda oscuridad no
dejan detallar lo que sucedía en aquella oficina y sin olvidar la
254 Jairo Veloza González
simpática jartera de don Rogelio, que no entendía lo que estaba
pasando pues si el no reclamaba quien más lo haría; las sombras no
definidas subían y bajaban maletas del camión, pronto el motor
rugió y las voces de dos hombres, decían “!dele, dele, que el golpe
avisa!”, luego como llego se desapareció entre la oscuridad, ante la
mirada de la población que permanecía escondida por la supuesta
bomba.
- ¡Qué diablos estará pasando,
Será que la bomba en ese camión, bien lejos se la han
llevado,
O más bien, algo de ahí, se han robado!;
- ¡Será que algo malo ha pasado,
Porque el alcalde está allá sentado,
Y el cura arrodillado oraciones pa´ dentro ha
mandado,
Y nosotros sin luz, ni cuenta nos hemos dado!
- ¡Algo malo ha pasado,
Allí están los candidatos abrazados,
Y don Rogelio aquí está,
Toito tomado y a nosotros el pelo nos han tomado!
Cuando el inconformismo de la gente llevó a enfrentarse a la
autoridad por no tener noticias de la bomba y de la registraduría, la
luz eléctrica llegó sin vacilación, controlando como un balde de
agua fría, los ánimos alborotados de la gente que locos arrasaron
con las barricadas de la policía.
La policía y el ejército haciendo el uso de la fuerza, controlaron la
Melodías de dolor 255
turba de la gente, mientras que en la registraduria, el encargado
nacional está a punto de dar el anhelado veredicto; el pánico abordo
los corazones de la población y obviamente del viejo también, quien
con el susto de la bomba, la jartera se le pasó en un santiamén..
La autoridad permitió el ingreso de la población hacia la
registraduría y sobre una improvisada tarima, donde el registrador,
acompañado por el alcalde, el cura, el juez, el capitán, daba por fin
el informe final del escrutinio.
- ¡Señores y señoras, candidatos, autoridades y demás, es mi
deber de registrador único, informarles que realizadas las
elecciones y practicado el reconteo por mas de veinte veces y de
acuerdo a los requerimientos de ley, debo de decirles que el
alcalde es!”;
Un silencio profundo exhalado por la gente, ocupo cada espacio
entre la multitud, la incertidumbre rondó en cada cabeza,
esperando la tan anhelada respuesta, el registrador tomo un
segundo aire y con voz ronca, continúo leyendo:
- “! Antes de decirles el nombre del alcalde, dedo de decirles
que esto se hizo luego de un reconteo de varios días y que dicho
escrutinio, se hizo con legalidad y justicia equitativa, que
estuvieron presentes los testigos de los candidatos, las
autoridades y el comandante de la policía y que de acuerdo a lo
anterior el alcalde es el señor: Jesús Manosalva por el partido
naranja con un total de 1.425 votos!”.
Un silencio sepulcral calló los ánimos efusivos quienes vieron la
caída de su rey sin aun haber recibido el trono, la gente confundida
256 Jairo Veloza González
se miraban entre si, no salían de su asombro, tal vez sabían que algo
raro había sucedido horas antes pero nadie se atrevía a discutir tal
resolución.
- “!El segundo puesto, fue ocupado por el señor
Hermógenes Mendoza de Melo del partido cívico
independiente con 1.300 votos, en tercer lugar, el señor Carlos
Tigre del partido Nacional con 900 votos, uno a uno, el
registrador recitó ante la muchedumbre que con tristeza
escuchaba, mientras que los candidatos y su alianza letal,
celebraban no muy lejos de allí, en una de las mansiones de su
propiedad, trago fino, comida importada, lujos y detalles de
valor, al convite festivo solo unos pocos fueron invitados,
mientras que en la plaza, la gran mayoría de la población en
silencio escuchaba el fallo de un juez traidor.
Y en el último puesto, con 25 votos, don Rogelio
Morales del partido liberal; finalmente el oficio es
firmado por el señor registrador, el notario, el juez y el
cura, cuatro dignatarios de gran fe y de gran valor moral
para la comunidad!”.
Murmullos y balbuceos se escucharon, susurros tristes que
evidenciaban su dolor por la pérdida, nadie podía creer su suerte,
no había que todos allí habían apoyado al viejo por ser éste
campesino y muy trabajador pero algo extraño sucedió y al parecer
un gran chunchullo se desenredo dentro de la registraduría.
Melodías de dolor 257
Pronto los inconformes protestaron y se abalanzaron sobre la
edificación, la policía disparos al aire echó, luego con bolillo en
mano se fueron sobre la multitud, una gran batalla campal se
desató, mientras que en una de las bancas del parque, el viejo
Rogelio con botella en mano y su vieja guitarra cantaba
melancólico, penas de su corazón.
- ¡oh, amiga mía, vieja guitarra de mi corazón,
Acompáñame con esta triste canción,
Pues hoy me robaron la elección,
Ya que fui yo, el que saque la mayor votación!;
Pero unos malnacidos e hijuetantas
Colaborados por el cura, el alcalde y el registrador,
Hicieron triquiñuelas en las urnas de votación,
Cambiando los votos míos por los del perdedor!
- ¡oh guitarra mía, sinvergüenza de mi vida,
Alcahueta vagabunda,
Que anduviste conmigo por doquier,
Haciendo política y jartando guarapo,
Hoy nos robaron nuestra mayor ilusión!
La lluvia arreció con fuerza sobre la plaza del pueblo, calmando los
ánimos acalorados de la multitud, cada cual corrió a refugiarse de la
lluvia, luego los candidatos y el ganador don Jesús, llegaron a la
plaza donde a todos a los lejos lo observaban sin complejo, luego de
pasar cualquier cantidad de cosas, varios del pueblo y simpatizantes
del viejo Rogelio, lo fueron a saludar tal vez sujetos a dos cosas nada
más; la primera, porque ya no había que hacer, el era el alcalde así
258 Jairo Veloza González
hubieran hecho trampa, la ley lo reconoce y como segundo, pues el
era el alcalde y era mejor ir a saludarlo y decirle desde un
comienzo, siempre lo hemos acompañado y que jamás perdieron
la fe por El de ganar.
Pronto la muchedumbre indispuesta, se agrupo alrededor del
ganador, lo aplaudieron y lo felicitaron, lo subieron en hombros y
lo pasearon por el pueblo, incluso cruzaron por donde estaba don
Rogelio y allí sus amigos y simpatizantes, no le prestaron atención
alguna, dejándolo solo con su sufrimiento, la celebración duró tres
días con sus noches, las existencias de licor se agotaron, fue
necesario sacrificar 50 vacas, 1000 gallinas, 40 marranos, 80 piscos
y 3 caballos, para alimentar a todo ese mundo de gente, que feliz
celebraba junto con don Jesús, la victoria política del siglo.
En otro lugar, refugiado en su rancho y por tres días, el viejo
Rogelio Morales, no salió, encerrado en el cuarto del guarapo,
solitario cantaba coplas embusteras dedicados a la democracia y a
la gente que en ella participaba; durante tres días no comió, no
bebió, y no fue el baño, no permitió que su señora lo visitara,
mucho menos sus hijas y sus nietos, y hasta insultó a sus compadres
que le fueron a visitar, gritándoles, -“!traidores, conservadores
traidores!”.
Luego de un ayuno melancólico, salió del cuarto y de su rancho,
tomando su guitarra y su bestia y sin decir adiós, se fue a viajar por
todo el pueblo, cantando coplas dedicados a su pueblo y a la gente
pero que en el fondo llevaban un doble mensaje.
Melodías de dolor 259
- Que Dios bendiga a mis amigos y compadres,
Que los bendiga para bien,
Porque en cuanto a mi refiere,
No se dejen ver de mí por favor!
- ¡Que les vaya bien bonito,
Que les vaya muy bien,
Porque para mí ustedes toitos,
Que en vez de gusanos se los coma el comején!
- ¡Les día todo mi amor y mi cariño,
Mercados, dinero y mucha pasión,
Y que me dieron ustedes indios dobles e hipócritas,
Una patada por el culo, por mero lambón!;
- ¡Pero aún quedan cuatro años,
Hagan bien sus cuentas por favor,
Porque aquí esta don Rogelio Morales,
pa´ joderlos con muchas ganas!...
-“!allí va don Rogelio Morales que con su caballo bayo y su perro
guardián, cantando esta canción, que aunque se pierda la batalla,
ninguno ha ganado la guerra.
-“! Ténganse toitos porque ahí voy yo, político y chupa caña,
mujeriego y apostador no me den papaya, porque me la como
también, soy campesino, indio resabiado, macho liberal y pa´ que
vayan sabiendo que yo nací el día de los temblores, porque a mí se
respeta como a mi pueblo también.
260 Jairo Veloza González
- “!Tengo ochenta años,
Ni el diablo juega conmigo,
Tengan mucho cuidado,
Porque aquí, el que manda soy yo!
- ¡Soy Don Rogelio Morales,
Y con mucho respeto les digo,
Que viva mi pueblo y sus mujeres,
Y que los demás se vayan pal´ carajo!
- ¡Hasta aquí llego yo,
Pues es mejor solo que mal acompañado,
Y aquí les dejo un saludo,
Y que no vuelvan más!”
FIN
Melodías de dolor 261
El
hu
érf
an
o y
la s
info
nía
de l
a m
uert
e
“MELODIAS DE DOLOR”
CUARTA HISTORIA
“EL HUERFANO Y LA SINFONIA DE LA MUERTE”
POR:
JAIRO VELOZA GONZALEZ
“! Dedicado a mis padres,
Flavio y Mercedes!”.
INTRODUCCION
-“!Esta es la historia de un joven que siendo aun muy niño, sufrió la
violencia en carne propia, al ver como sus padres eran asesinados
por un niño sicario, y luego de los años, cuando este creció, cobro
venganza a cada uno de los autores intelectuales del doble
homicidio; de esta manera junto con el ultimo de sus parientes
planean de forma detallada y sin errores cada uno de los asesinatos
y demuestra también como la inteligencia y la utilización de
recursos poco convencionales son usados para llegar a los asesinos
de sus padres. Al final y como dice el adagio, “al que hierro mata a
hierro muere”, el joven asesino que solo busca saciar su venganza y
dar a su alma y el de sus padres, el tan anhelado descanso, pero una
vez lograda su venganza, es asesinado por otro joven que solo busca
robar algo para su sustento y el de su familia!”.
El Autor
Melodías de dolor 267
CUARTA HISTORIA
“EL HUERFANO Y LA SINFONIA DE LA MUERTE”
-¡Serian las ocho y quince de la noche, el áspero frio de Bogotá,
sacude el centro neurálgico de la ciudad, allí sobre la séptima con
avenida Jiménez, se escuchan cinco certeros disparos, pronto la
multitud de gente corre a empujones por entre los carros y las
barreras humanas, el destello plateado de un arma de fuego se abre
paso por entre la oscuridad, una leve llovizna salpica el asfalto de la
calle, pronto las sirenas advierten un crimen, los gritos de las
personas indican el lugar pero el hombre joven de apariencia
noble, se pierde raudas, haciéndose invisible el mar de autos que
originan un gran bloqueo en la ciudad, decenas de chismosos
avigoran el lugar, pronto la policía los dispersa pero ello no calma
para nada la sed de saberlo todo!.
-¡No muy lejos de allí, en la mitad de la berma, se levanta una figura
oscura que se queda inmóvil, esperando el veredicto cercano de un
juez que no sabe a quién acusar, dicha figura refleja el macabro
retrato del infierno, allí en el piso y sin vida, dos cuerpos, el de un
hombre y el de una mujer, que abrasados entre sí, protegen a un
pequeño niño de cinco años, y quien es la única víctima de un
crimen atroz!
-Ahí muy calladito y arrodillado junto a sus padres, yacía el triste
niño, que llora sin descanso y sin consuelo, colocando su pequeña
cabecita sobre los cuerpos de sus padres, solo levanta su carita
angelical, que esta mojada por la lluvia, para ver hacia el cielo y
poder gritar; -¡Papitos no me dejen solito!... luego baja sus ojitos y
con ternura abraza con mas fuerza!
-¡Pronto la sombra del pequeño niño es abrazada en el regazo de
otra sombra más grande, la de su abuelo, que en silencio llora la
pena de su nieto!: …..
268 Jairo Veloza González
EPISODIO 1
¡Un hombre bien vestido, de traje, corbata y sombrero negro,
camina placido por la muchedumbre de un centro comercial; su
paso es lento, denota la tranquilidad aparente de su alma, a su lado
pasan con afán cientos de hombres y mujeres, muchos de ellos
alegres, otros más preocupados, pero ello no distrae su recorrido.
Mira hacia el frente y ve muchas personas que en familia
comparten felices, mientras tanto saca de uno de sus bolsillos un
cigarro, detiene la marcha para ponerlo en su boca, luego lo prende
lentamente con un cerillo que es apagado entre sus dedos; mira
hacia atrás, hacia la derecha, luego hacia la izquierda, continua
caminando y se dirige a la zona de comidas, que es una gran plaza
cubierta con muchas mesas y puestos para merendar, además de
gente por doquier!.
¡Camina lento, con perfecta gracia, saca de un bolsillo de su saco,
un estuche de cuero negro, lo abre con delicadeza y del extrae unos
anteojos negros cuyo marco dorado las hace únicas, las acomoda
con bastante tranquilidad sin nunca perder su marcha y de nuevo
mira hacia tras, hacia los lados y en esta ocasión fija su mirada hacia
el frente en un lugar anteriormente determinado!
¡ Diez metros adelante se detiene y con mucha tranquilidad, saca
del bolsillo de su camisa lo que parece ser una fotografía, la observa
por unos segundos y al parecer la compara con alguien que está al
frente, sigue caminando y de nuevo examina la foto y asiente con su
cabeza la supuesta afirmación de su propósito, luego sequita con
fiel devoción su sombrero, se persigna y besa la fotografía, reanuda
su camino, esta vez un poco más rápido, ajusta su pantalón, arregla
su corbata y acomoda una vez más su sombreo!.
¡Camina seguro entre las mesas repletas de comensales se detiene
frente a uno de ellos, allí baja su mirada descubriendo la frialdad de
su alma, no había duda que había descubierto su objetivo!
¡De su pecho sale la voz sincera en forma de pregunta. -¿Es usted
Melodías de dolor 269
Carlos Márquez?, el hombre que sentado trata de comer y hablar
al tiempo por teléfono, interrumpe sorprendido su conversación,
deja su móvil a un lado y mira fijamente al joven hombre de negro,
sin dudar le responde con vana seguridad -¡Si, soy yo!, entonces el
hombre de negro le dice -¡No es nada personal, pero las deudas se
pagan con dinero o con la vida!, saca de la espalda una gran pistola
con silenciador, le apunta fría y calculadamente sin llamar la
atención, se sienta frente a él, mientras el hombre del celular no
puede reaccionar, tal vez preso por el miedo, al fin despierta de su
letargo y trata de pedir una explicación, pero el hombre de negro
no le responde nada!:
¡Se quita sus lentes y lo mira a los ojos y con voz segura le concluye
diciéndole, -¡Saludos le envía los patrones y muchos recuerdos en
el más allá!, finalmente su dedo índice en fracción de segundos,
acciona dos veces el gatillo loco de su arma, disparos letales que se
incrustan despiadadamente en la humanidad de aquel indefenso
ser!
¡ El sujeto de negro, se levanta sin apuros de la mesa, le lanza la
fotografía al hombre y se aleja tranquilo del lugar, mientras que la
gente no advierte lo sucedido, camina hacia las escaleras, mientras
que fija su mirada en el cielo, tal vez confesando al creador su
horrible pecado, o tal vez, dando gracias porque todo le salió bien,
pronto los meseros se dan cuenta de lo ocurrido, al ver el mar de
sangre correr por el lugar y como si fuese película de ciencia ficción
o historia típicamente Americana, “nadie vio nada, nadie escucho
nada”, la policía llega tan pronto fue avisada, pero el hombre de
negro ya no estaba en el lugar, seguramente estaba muy lejos o
como suele suceder, solo estaba a pocos metros, para confirmar el
homicidio!.
¡ A pocos metros de la puerta principal del centro comercial, frena
su marcha para mirar hacia atrás y a los lados y constatar de que
todo esta normal, prende un segundo cigarrillo, esta vez el cerillo
lo apaga agitándolo fuertemente, detiene un taxi y sube a el
tranquilamente, segundos después el auto se pierde veloz en el
270 Jairo Veloza González
mar de carros amarillos, tres segundos después al mismo lugar llega
una camioneta negra, de la cual bajan dos hombres, uno de ellos, un
gordo y baja estatura, el segundo un hombre muy alto y
exageradamente flaco, ambos vestidos impecablemente de los pies
a la cabeza, entran rápidamente al centro comercial pero su actitud
los delata, porque allí todos saben que son policías!.
Melodías de dolor 271
EPISODIO 2
“En las ultimas horas, regreso al país y luego de veinte años, el
empresario de las esmeraldas, Carlos Wills Correa, quien salió de
forma extraña del país y quien luego después de tanto tiempo,
realizara importantes inversiones en dicho sector minero”, declara
sobrio en primera plana y con senda fotografía a color, el titular
matutino de un diario nacional, pronto los analistas políticos y
financieros, especulan por doquier, la buena nueva de la llegada del
inversionista. Pronto los rumores positivos y negativos llenan los
pasillos improvisados del congreso hasta las casas de empeño de la
ciudad y que para la gran mayoría de todos ellos y en común,
declaraban que este era un acontecimiento poco normal, ya que
después de veinte años, un hombre que desaparece de la noche a la
mañana, aparece, sin dar explicación. Dejando atrás sus empresas
millonarias a la intemperie.
Gente aquí y allá, en medio de un caos citadino, donde la gente
caminaba o conduce sin importar lo que les sucede o lo que les
sucede a los demás, porque para muchos de ellos, estas noticias y
como muchas otros mas, estas noticias aunque escandalosas pasan
siempre sin importancia, pues para muchos en la ciudad como en
los pueblos pequeños, hay que trabajar, “porque al que se duerme,
el ratero lo despierta”.
En los últimos años Bogotá había crecido tanto que se había
convertido en una metrópoli semejando en las líneas y en la
realidad, un gran mercado persa, que reunía gentes venidos de todo
el mundo negociantes, comerciantes y vendedores ambulantes;
gente que va y viene, policías aquí y allá y por supuesto, los benditos
ladrones que no pueden faltar en ningún centro poblado o
abandonado y que siempre como plaga maldita siempre han estado
presentes desde tiempos antiguos en cada uno de los rincones del
planeta.
Bogotá había dejado de ser una ciudad mediana en una gran urbe,
272 Jairo Veloza González
bella y cosmopolita, que transita en medio de una gran ola urbana,
agitada por la prisa de los transeúntes y las bocinas de los autos que
no avanzan en el trancón; pronto el caos se interrumpe ante el grito
frenético de la gente, dotado con la velocidad de una gacela y la
habilidad exacta de una rata, que seguro calcula esquivar a la
muchedumbre que se le cruza, que ni cuenta se daba de quien por
poco los estrella, muy cerca de allí en la siguiente esquina en la otra
orilla, un hombre observa el suceso, recordándole de inmediato el
juego infantil del gato y el ratón, pronto el hombre en cuestión
detalla que el ladrón en una de sus manos, porta raudas una
brillante navaja que danza al vaivén de la veloz carrera y en la otra
mano, lleva glorioso un bolso negro de cuero que aprieta con
exagerada fuerza, cosa que jamás hiso su dueña, no muy lejos de él,
pero que a pesar de soltar su bolso de fino cuero, la pobre mujer
corre angustiada pidiendo ayuda.
El hombre de negro que en la esquina estaba, pronto camina hacia
el frente, limpia con delicado detalle los hombros de su vestido
oscuro, luego examina su paraguas que utiliza como un elegante
bastón, afirmando con su cabeza que todo está muy bien y que por
lo pronto no hay ningún problema, camina lento hacia la berma del
frente, los gritos de la gente se hacen cada vez más fuertes, en la
medida que el ladrón llega a la esquina.
El hombre del paraguas, saca de su bolsillo, el estuche marrón con
sus gafas negras, se las coloca con solemne rito, toma su sombrero y
le sacude el polvo, luego lo acomoda en su cabeza, ajusta su
pantalón y se estaciona fijo en la puerta de un almacén de joyas,
luego toma su paraguas a dos manos y como beisbolista de las
grandes ligas mayores, se prepara para dar el golpe que salve el
partido, se agacha un poco, ajusta su sombrero y espera el
momento justo, solo previniendo cualquier equivocación,
acomoda de nuevo sus pies en la base de una baldosa, luego envía
con todas sus fuerzas el golpe certero que hace explosión en el
rastro del ladrón, enviándolo inconsciente a unos cuantos metros
hacia atrás, sin duda la había sacado del estadio; la gente curiosa
Melodías de dolor 273
corre haber lo que había pasado, pronto las voces de felicitaciones
no cesan de agradecer el heroísmo del hombre de negro,
finalmente y sin alientos, regresa la pobre anciana quien a cuatro
patas llega al lugar donde se encuentra el ladrón de su cartera, lejos
de saber que en su vida, alguien se había convertido en su héroe,
asiente con su cabeza declarando con ella, que todo estaba bien,
que todo había regresado a la normalidad; la pobre viejecita se
sorprende de aquella escena, allí el hombre de negro toma el bolso
y con su calma acostumbrada le entrega a la ancianita el bendito
bolso de cuero.
Pronto los aplausos se hicieron sentir en todo el lugar, mientras que
la señora en acto de agradecimiento abrasa al sujeto, este que no
está acostumbrado, mira hacia todos los lados y con cierto disimulo
aparta a la pobre viejecita de el; solo un gesto y un ademan con su
sombrero, simboliza la pronta despedida del héroe de una pobre
viejecita, luego recoge lo que queda de su paraguas, lo limpia y lo
ajusta un poco, mira hacia atrás y hacia los lados, nota que en uno de
sus hombros tiene polvo y saca de su bolsillo un pañuelo negro y
asea con delicado orgullo su vestido, pronto terminada la limpieza,
camina lento perdiéndose por una de las calles atestada de gente.
El extraño sujeto ingresa a un gran edificio cuya fachada y pequeños
ventanales relatan su vetustez certificada, en la portería se anuncia
tajantemente, de inmediato le permiten el ingreso a la oficina 2703,
donde espera paciente a uno de los dos asesores que están en
servicio, mientras estos llegan, se arregla de nuevo el vestido, la
camisa y el sombrero, ingresa a un largo y oscuro pasillo conde se
encuentra el ascensor que comunica obligado con una sola oficina.
Camina lento hacia ella, siempre apoyado en su averiado paraguas
todo el peso de su cuerpo, golpea una, dos y tres veces en la antigua
puerta de madera, una voz grave al otro lado le contesta
_”!adelante!”, este ingresa con su acostumbrada lentitud a una gran
oficina que más parece un anticuario o museo de los cavernícolas,
debido a la gran cantidad de artefactos añejos, obsoletos y únicos de
274 Jairo Veloza González
considerable valor, nuevamente la voz ronca le ordena tomar
asiento, mientras observa la panorámica de la ciudad.
La siniestra voz le ordena que tome sobre el escritorio un pequeño
maletín de color negro y saque de el, una carpeta con documentos
donde aparecen minuciosamente descritas sus órdenes, el hombre
del paraguas hace fielmente lo que le dice la voz siniestra, ronca y
vieja, abriendo la bolsa, y sacando de ella, varias hojas escritas y con
muchas fotografías, pero tan solo una foto, le causa una sensación
extraña que le afecta demasiado su emoción, el hombre de negro
trata de disimular su asombro ante el viejo dela voz ronca, pero este
ni cuenta se da; gira hacía donde el hombre del paraguas, coloca sus
manos sobre el mueble y acerca su cabeza hacia la de él, allí le
pregunta, -¡de acuerdo!, pero el hombre de negro calla y espera un
momento y con un leve movimiento de su cabeza, afirma
rotundamente que acepta la misión, luego el viejo del anticuario
saca de uno de los cajones del escritorio, una gran pistola dorada
que la coloca sobre el mueble, del mismo cajón, saca varios fajos de
billetes y se los arroja al otro lado del mueble; -¡Este es el pago por el
trabajo anterior y aquí está el adelanto del cincuenta por ciento, el
resto queda para cuando se termine el trabajo, para nosotros es muy
importante que esta vuelta no pueda fallar o de lo contrario ambos
tendremos problemas muy serios con la justicia!; ambos hombres se
miran en silencio, finalmente el viejo de forma amigable le advierte
que no se aparece por el lugar sin terminar el trabajo.
- ¡Suerte y no te quiero ver más por acá, hasta que no acabes la
vuelta!, ¡y si te vi algún día, ni me acuerdo!, es mas hazte la idea, que
yo para ti, soy un completo extraño!, pronto el corpulento viejo se
sienta en un gran sillón giratorio de cuero marrón, prende un tabaco
cubano y de nuevo se da vuelta hacia la ventana, aspira fuertemente
y se concentra fijamente en la bella panorámica de la ciudad,
mientras que el hombre de negro, sin pronunciar palabra alguna
toma el dinero y el sobre del escritorio y con una venia de respeto,
sale de la oficina.
Melodías de dolor 275
EPISODIO 3
En el interior de un apartamento lujosamente amoblado, se erige
orgulloso en una de sus paredes, una fotografía gigante, que
presenta a tres personas, que alegres conforman una familia, donde
un padre lleva en sus brazos a un pequeño niño, cuyo cabello claro
y ojos azules emulan el maravillo infinito, dicho niño viste un
trajecito azul con zapaticos negros y gorra del mismo color, junto a
ellos, se muestra a una hermosa mujer rubia que enamorada abraza
a sus dos hombres, su esposo y su hijo.
Pese al lujo y al hermoso mobiliario que ostenta el apartamento, el
lugar es vacío y frio y solo da cabida a un hombre triste y solitario,
dicho lugar, es el hogar lúgubre de un joven que lleva en su sangre y
en su corazón un pasado tormentoso, y un presente incierto, que
para efectos de esta historia macabra, es el hombre de negro.
Habita en un lugar frio y oscuro que huele a muerte y azufre, donde
un pobre hombre de veinticinco años comparte sus sueños entre
las paredes inertes del concreto y arena, además sostiene en su
débil recuerdo, las imágenes sin sentido de una infancia
interrumpida por la muerte, y que ahora con las años de la
juventud, solo guarda en su alma, un presente lleno de muchos
pecados.
Adentro en uno de los cuartos principales, se encuentra el hombre,
que ciertamente es muy joven, pues pese a su condición de
ermitaño y asesino, aun no ha vivido lo suficiente; un hombre alto,
delgado, rubio y de ojos azules, de cejas pobladas, barba y bigote
bien arreglada, que siempre viste de negro y como habito de mala
costumbre, vive a todo momento arreglándose con perfecto detalle
cada una de las prendas que este viste.
Junto a una cómoda, existe un armario fino de madera, de donde el
hombre saca un fino gabán de un total de seis que tiene, y como
dato curioso, dichos abrigos también son negros, además tiene
siete sombreros negros de diferente forma y tamaño, uno para cada
día y ocasión; allí junto a un espejo se coloca con manía sagrada el
276 Jairo Veloza González
gabán y luego el sombrero, los cuales limpia una y otra vez; camina
un poco y frente a otro espejo se estaciona para acomodar de
nuevo su sombrero, su corbata y su gabán, respira profundamente,
de nuevo se mira en el espejo y camina un poco hacia un cuarto
mítico donde con supremo respeto ingresa, se persigna y luego se
arrodilla, luego se quita sus zapatos y abre la puerta, allí la cierra con
llave y con delicado encanto prende una a una las seis velas de color
rojo, luego apaga la luz del bombillo y acomodado en el centro del
cuarto, entra en trance, haciendo una larga oración misteriosa.
Aislado y en silencio, desde un mundo oscuro del cual el solo tiene
acceso, se ora con profunda devoción, allí frente a siete imágenes
religiosas poco legibles por la oscuridad, reza sincero pero detiene
toda su atención, ante una imagen en especial, se trata de una virgen
que entre sus manos carga un escapulario que envuelve una pistola
dorada nueve milímetros y allí reza lo que jamás había rezado y que
era motivado cada vez que el muchacho de negro salía a realizar sus
trabajos perversos.
Dicho cuarto es de color rojo, desde la alfombra, las cortinas y las
paredes también, donde además se encuentran siete proyectiles de
nueve milímetros finamente adornados y que sin ser parte del
adoratorio, son parte de la vida mundana y misteriosa de este
hombre que las asocia con la fe de su corazón y la religión. Varios
minutos fueron suficientes para que el hombre meditara, luego en
fiel sacramento, toma uno de los proyectiles y lo besa con gran
devoción, luego de un cajón bajo que se encuentra bajo la imagen
de la virgen, saca una de las seis armas que tiene, que no es mas que
una pistola negra de brillo sepulcral, la cual limpia y le reza con gran
arraigo fiel, luego culminar su rito, se coloca de pie y presenta su
arma con suprema esperanza ante dicha imagen, luego mete una a
una, cada bala que va a utilizar y quien para efectos de su fe, cree
que ya están bendecidas por el creador y la virgen, que no es mas
que un ofrecimiento sagrado que sale de su corazón por medio de
unas cortas palabras y que dicen, ¡Gracias Señor y Patrona, hoy les
ofrezco la vida de mi adversario y llegado el caso, la vida mía, si la
Melodías de dolor 277
vuelta que hoy voy a hacer, me llega a fallar!; ¡ en ti pongo mi vida y la
de mis enemigos, cuídame de las balas perdidas y las balas de mis
enemigos, que en la vuelta que vaya a hacer, no caiga ningún
inocente, niño, anciano o mujer, que todo lo malo que se cure con
mis balas, limpie el alma mía, que ya está condenada…..amen!.
luego se persigna cuatro veces, cada una de ellas significa un ser
querido y con gran reverencia se levanta, despidiéndose solemne
del altar de la muerte y de su patrona; toma su arma y la besa en tres
oportunidades, la guarda con delicada misión entre la cintura del
pantalón, sale del cuarto y lo cierra con estrictas medidas de
seguridad, de nuevo se persigna, se arregla una vez más frente al
espejo, sale de su apartamento bastante tranquilo y camina hacia un
destino que solo él conoce.
Horas más tarde, el hombre de negro, se encuentra viajando en un
bus intermunicipal, atestado de gente y del cual se desprende un
bochorno infernal pero pese al calor del automotor, el hombre de
negro no se despoja nunca de su gabán o de su sombrero, y para
distraer la tensión del momento, saca del sobre, una hoja con
información específica del trabajo a realizar y no dejar rueda suelta
en su delicada misión.
Sin tener la certeza de su ubicación y sin pedir ayuda para llegar a la
dirección que aparece en la hoja, emprende la búsqueda solitaria
por las calles de una pintoresca ciudad en medio del calor canicular
del medio día, allí el exótico paisaje lo lleva a mas de mil
revoluciones por segundo hacia al pasado, cuando siendo niño
miraba inquieto el ismo paisaje por una pequeña ventanilla colonial,
donde las risas, los juegos y las frases de amor, compartían su corta
infancia junto con sus padres y su abuelo; un recuerdo que vive en
secreto en el fondo del corazón pese al hielo del tiempo y la
venganza, una infancia que renuncia a huir de su alma pero que lo
obliga a vivir con intensidad ese pasado; luego de tantas ideas y
pensamientos que van y vienen, se detiene en una esquina, junto a
un viejo parquecito, de nuevo los recuerdos llegan con mas hambre
y fuerza, que violentos golpean su atónita alma, pronto aparecen las
278 Jairo Veloza González
imágenes de sus padres empujando amorosos el columpio donde
El, reía inocente, luego fue el rodadero, el balancín y por ultimo las
escondidas, que inundo con ingenuas risas aquel parquecito del
edén; así por varios minutos permaneció inmóvil, parado en una
esquina, observando aquel parquecito, que no es mas que un
mundo lejano que ya no pertenece a su vida; pronto las bocinas
estrepitosas lo despiertan del sueño cándido de la gentil infancia,
aun en medio del sueño etéreo, parte ligero de allí en busca de la
dichosa dirección, pero algo lo hace detener y observar de nuevo el
parquecito de su niñez, y sin mas que su palabra y su corazón, jura a
su Dios, que mañana cuando termine con todo esto, regresara a este
lugar y allí junto al parquecito, comprara una casita, para nunca salir
de el y de sus fantásticos sueños de infancia, un día que para él no
está lejano y que de seguro y para siempre será el día de su jubilación
de este mundo, el mundo del hampa y el sicariato; nuevamente los
recuerdos afloran y entiende que su lugar y el de sus padres siempre
ha estado allí, en un pueblecito de la sabana norte de Bogotá, y junto
a ese parquecito evoca sincero su palabra de regresar pronto y allí
recobrar su vida, su infancia y su juventud. Segundos después una
patrulla de la policía, enciende la ruidosa sirena y esta se detiene
junto a El, pronto el joven de negro envía su mano a la cintura en
busca de su arma, presintiendo tal vez un fatal desenlace, desde
aquella esquina y con la calma que solo un profesional logra tener,
observa tranquilo a los policiales mientras con su sombrero, los
saluda atentamente, luego prosigue con su camino en la mas
completa tranquilidad, sin que la policía observara en El, algo
extraño o peligroso, finalmente la patrulla pasa por su lado
mientras sus ocupantes lo observan de arriba abajo con absoluto
detalle, mientras le contestan secos el saludo, luego giran en una
esquina y continúan con su ronda.
Luego de dar tantas vueltas y de comprobar con certeza su
ubicación, saca una de las hojas del sobre y la lee con atención
verifica la dirección y estudia con análisis profundo el sector y la
gente que transita allí, posteriormente se instala en un pequeño bar
Melodías de dolor 279
cuya rocola instridente permite pasar inadvertido aunque el ruido
en ocasiones lo desconcentre, en el lugar pide prestado un
periódico y en él, entre sus hojas, mete las fotografías, que traen
grabadas el rostro, objeto de su delicada misión; pide un trago de
brandy con un poco de agua y leche, espera con paciencia frente a
una casa muy lujosa de dos pisos cuya nomenclatura coincide con
la que aparece en una de las hojas del sobre, pasan los minutos y las
horas y a un no divisa movimiento en su interior, pide un segundo
trago y varias monedas para la rocola, inserta el dinero y marca
cinco canciones, dos de ellas norteñas, las demás clásicos del rock
en español, se sienta de nuevo y cuando iba a tomar su trago, se da
cuenta que a la casa llega una camioneta roja con vidrios negros
custodiada por un hombre en motocicleta, de ella bajan dos
hombres fuertemente armados que registran veloces el lugar, luego
el conductor abre la puerta, y de el interior baja un hombre alto y
fornido, de bigote poblado, de sombrero y poncho, carriel y botas
de cuero, junto a El, baja una hermosa mujer, bastante menor, y
quien fingido amor, se cuelga del cuello del hombre en busca de
amor y un premio, pronto los escoltas en medio del dispositivo de
seguridad llevan a su jefe hacia la casa, donde se refugia el hombre y
una mujer, allí con su ojo clínico, confirma que ese hombre alto es
el mismo que aparece en la foto, luego en su cabeza realiza un ágil
plan y sus posibles alternativas inmediatamente se levanta y le pide
al cantinero que le guarde su lugar y obviamente el trago, pues
debía de realizar una diligencia personal, y que a su regreso le daría
una buena bonificación, allí el hombre de negro, le entrega a el
cantinero un billete de cincuenta mil pesos y luego le dice, “!más
tarde recojo el cambio!”, pronto las melodías de la particular
música norteña, armonizan el andar tranquilo del joven de negro.
Sale hacia la esquina de la calle y allí permanece inmóvil por varios
minutos, siempre mirando a la casa y su alrededor, esperando
alguna luz de oportunidad para iniciar su trabajo, luego observa
que la puerta se abre y de allí sale uno de los guarda espaldas
acompañado por otro, uno de ellos se queda en la puerta, mientras
280 Jairo Veloza González
que el segundo sale a una tienda que está en junto el joven de negro,
el joven espera a que el escolta entre y este camina lento hacia la
casa, segundos después, el guardia sale del mercado con varias
bolsas que le exigen un gran esfuerzo, esto lo aprovecha el joven
para abordar al hombre que está en la puerta, allí le pregunta con
gran disimulo sobre una supuesta dirección, el guardia que confiado
trata de ubicarlo, trata de informarle, pero el segundo guardia llega a
donde están ellos y le dice a su compañero ¡Que pasa!, el otro
guardia le contesta, ¡Una dirección!, el joven de negro muy seguro
de sí, les dice a los guardias, “¡lo que pasa es que vayan echando para
adentro, antes de que los quiebre!”, mientras les apunta con su
arma, los empuja adentro de la casa, cierra la puerta, los guardias
tratan de reaccionar pero la agilidad del joven de negro, los doblega
rápidamente, dándoles de baja.
Como asesino profesional, su mayor virtud debe ser la discreción y
esto solo lo daba su arma con un buen silenciador y su astucia,
velozmente mete los cuerpos a un cuarto, sube al segundo piso con
gran sigilo, espera pacientemente la ubicación de los otros dos
guardias, pronto uno de ellos sale de un cuarto con un jarrón de
agua, logra reducirlo y va en busca del cuarto hombre, quien de
espaldas a la puerta, observa un partido de futbol, confiado de que
sus otros compañeros están pendientes de la seguridad de su jefe;
en silencio, el joven se hace junto a él y con ironía le pregunta
¿Quién va ganando compadre?, pronto el guardia se da cuenta que
la voz no pertenece a ninguno de sus compañeros y trata de
reaccionar pero el joven le atesta un golpe con su pistola y lo deja
inconsciente en el piso; camina sigiloso hacia la puerta, logra
identificar detalladamente las voces de una mujer y un hombre y
entiende que aquellas voces estaban en pleno romance, así que
aprovecha a entrar y coger de sorpresa a su victima, ingresa con
fuerza al cuarto del idilio derribando la puerta, allí los dos amantes
saltan de la cama bastante asustados ante la entrada del hombre de
negro, quien les apunta fijamente con su pistola, el hombre alto
quien desnudo trata de hallar su pistola pero el temblor de sus
Melodías de dolor 281
manos y los gritos de la mujer que aun no suelta su cuello desde
que entro, le impide ubicar su arma, ¡buenas noches!, Saluda el
joven, que no quita la mirada a la mujer que trata de tapar su busto
con la camisa de su amante, luego el hombre alto, le pregunta,
¿Quién es usted? ¡Eso no importa en este momento,…….es usted
Tiberio Hernández! El viejo trata de hallar su arma pero sus
manos pasan por un lado de esta, ¡le repito de nuevo, es usted
Tiberio Hernández, señor!, pero el viejo no le contesta y como
acto de supervivencia desliza su mano por detrás de la espalda de la
joven y la mete debajo de la almohada, donde por fin encuentra el
arma, por tercera vez el joven de negro le pregunta, ¡es usted
Tiberio Hernández!, pero a cambio el joven recibe un insulto, el
hombre alto saca el arma pero en fracción de milésimas de
segundo el joven al mejor estilo del oeste, le propina tres disparos
en el pecho, hiriéndolo de muerte, el viejo cae sobre la cama,
sosteniendo aun su arma, la chica se arroja al piso gritando de
horror, temiendo por su vida, pronto el hombre de negro se acerca
a la mujer y la reconforta a su estilo, ¡no te preocupes pues el
problema es con El y no contigo!, pero la chica sigue en shock
gritando desesperada, el joven se acerca un poco mas a ella pero la
joven grita con más fuerza, el muchacho coloca su cara frente a la
de, este le guiñe un ojo “!tranquila muñeca, que no te pasara
nada!”, luego toma el arma del viejo y le vacía todas las balas,
mientras que la mujer sigue gritando, el joven de negro le dice con
una señal de su pistola sobre su boca que haga silencio de una vez
por todas; le entrega el arma a la mujer, da la vuelta a la cama y se
sienta sobre ella, saca un pañuelo negro de su gabán y limpia con
delicadeza la frente y la boca del moribundo, que respira con
dificultad, el joven lo mira conmovido por varios segundos, luego
pasa su arma sobre la cabeza, acomodándole algunos cabellos que
están en su frente, luego se acerca al oído y muy en secreto le dice,
¡Recuerdos le envía el patrón y le manda decir “que aunque las
cagadas se tapen con plata, jamás se olvidan!, se levanta,
despidiéndose del viejo y de la mujer, se persigna con su pistola y le
282 Jairo Veloza González
da un beso al moribundo, sale lento del cuarto y en la puerta se
detiene girando hacia la mujer y de nuevo le guiñe el ojo y con su
dedo índice le advierte que haga silencio, el joven arroja la fotografía
al piso y sale de allí, la mujer se lanza de la cama a buscar un
teléfono, luego de ubicarlo, marca a la policía mientras se asoma
por la ventana, pero justo allí, en frente de la casa, está el muchacho,
quien le dice que no con la cabeza, luego pasa su mano por el cuello,
advirtiéndole muy seriamente el peligro en el que se encuentra, la
muchacha desiste.
El hombre de negro ajusta su pantalón varias veces, acomoda su
abrigo y limpia su sombrero por enésima ocasión, de nuevo limpia
su ropa esta vez con el pañuelo negro, camina hacia el frente donde
esta el bar, siempre mirando a los lados y hacia atrás y luego hacia al
frente, llega a la cantina y allí toma lo que queda del trago, se sienta
por unos minutos para escuchar con atención una de las canciones
que el mismo había colocado, se levanta despidiéndose del
cantinero, pero este lo detiene, ello alarma al joven pero el mesero
quería regresarle el cambio, el joven muy agradecido por la
atención le dice, ¡No se preocupe mi hermano, quédese con las
vueltas, nos vemos otro día!, esta sale horondo por la puerta del bar,
perdiéndose de ese lugar para siempre, luego de una hora, la policía
llega al lugar motivados por la llamada anónima de una mujer y esto
convulsiona todo el lugar incluso la cantina, después de dos horas
arriba al lugar, la camioneta blanca con los detectives que siguen
juiciosos cada una de las pistas de los últimos crímenes en la ciudad
y sus alrededores.
Melodías de dolor 283
EPISODIO CUATRO
-¡Asesinado en el interior de su casa al norte de Bogotá, un
importante empresario, en el lugar del homicidio se encontraron
dos cuerpos más, además de dos hombres inconscientes y quienes
según la policía hacían parte del sistema de seguridad del
empresario, al parecer el hecho se debe a ajustes de cuentas entre
grupos de narcotráfico, en el lugar también se halló, una fuerte
suma de dinero, armas y una joven de 18 años, que se encontraba en
estado de shock!, estas fueron las líneas cuyas letras en rojo
encendido alumbraban el periódico amarillo de circulación
nacional y bajo este titular, aparecían las morbosas fotografías que
relatan por si mismas todo lo que ocurrió en el interior de esta casa,
finalmente el articulo de prensa reseña, -¡Según la policía y el
cuerpo de investigaciones, el hecho pudo ser cometido por la
menos un grupo de diez hombres fuertemente armados, todos ellos
profesionales!.
Así en el medio del bullicio y el trajinar de una gran metrópoli, sus
gentes, sus casas y negocios funcionaban normal, dejando atrás y en
el olvido un horrible episodio de muerte y desolación, escondiendo
en sus calles y esquinas, miles de historias, muchas de ellas buenas y
otras no, pero que todas en común, tenían un mismo objetivo,
solucionar el sustento diario de su familia y de sus hijos, miles de
historias que al igual que esta ciudad, sucedían en el resto del
mundo.
En el sur de la ciudad, solitario se encuentra el joven sentado en la
banca de una alameda, observando con tristeza todas las imágenes
que pasan alegres por en frente de El, pero solo una imagen, tan
solo una, concentra toda su atención, conmoviendo fuertemente su
alma, se trata de una familia muy joven, cuyo padre con una pelota
juega con su pequeño hijo, mientras que su madre, hacía las veces
de cancerbera, las risas, los abrazos y aplausos, fueron la sinfonía
perfecta del lugar y también para el muchacho, quien recordó con
284 Jairo Veloza González
detalle especial, aquel episodio cuando su padre lo llevo al estadio, a
ver el partido de su equipo favorito, Millonarios, recordó también
que fue su padre quien le compro la camiseta y la cachucha de su
equipo, recordó a su madre, que jamás perdió oportunidad para ir
al estadio y vibrar junto con ellos, cada gol del equipo azul, recordó
también que su padre le enseño todo sobre el futbol y como le
inculco con cariño, el amor por su equipo, tal como el lo hacía, pero
para desgracia de su padre y fortuna del niño, en ese día del estadio y
su primer partido, el niño feliz gritaba emocionado por los goles
que hacia el equipo contrario, o sea Santa Fe, dejando callado a su
padre.
Regreso el joven a la realidad, se levanta de la banca y limpia con
orgullo su flamante pantalón negro y alisa con sus manos la camisa
negra, se coloca sus gafas y camina lento por el lugar, divisa con
detalle todo lo que se mueve en el lugar, pronto una leve sonrisa
escapa de sus labios, al ver a una mujer correr tras sus hijos en
bicicleta, la cual estaban aprendiendo a manejar; de nuevo un
recuerdo como bólido impacta en su corazón, vio en la mujer y en el
niño, a el mismo con su madre, que con paciencia orientaba su
bicicleta, temerosa de que su pequeñín cayera y se lastimara, pero el
pequeñín con angelical insistencia pide a su madre lo deje solo,
obligando a su madre a soltarlo pero luego ella, lo agarraba de la
camisa, presintiendo tal vez, de que una caída lo lastimara, su mente
y su corazón se sumergió en lo más profundo de los recuerdos
negándose a salir, pero la calma de su éxtasis fue interrumpida, por
el llanto de un niño que grita lastimero, ¡mi bicicleta!, ¡mi bicicleta!,
gira su cabeza y observa como un hombre de color, a alta velocidad
sobre una bicicleta viene hacia El, mira para todos los lados, en
busca tal vez, de divisar algo o alguien, tal vez la policía pero se da
cuenta que no ha ninguno de ellos en el lugar, se hace a un lado de la
callecita, respira profundo y espera a que el hombre de la bicicleta
pase por su lado, nuevamente mira para todos los lados, y justo
cuando pasa por su frente, este se abalanza sobre la humanidad del
ladrón, tomándolo por su camisa, la velocidad y la fuerza de los dos
Melodías de dolor 285
hombres, envían a los dos al suelo, el hombre de color, que era
apenas un muchacho de quince años, se levanta rápido y saca de su
pantalón, una gran navaja que se la enseña al hombre de negro, este
se echa un poco hacia atrás, el ladrón toma la bicicleta por la rueda
delantera, pero el joven salvador, toma la otra rueda, empieza entre
los dos, un juego cómico que solo los perros hacen, de quien hale
más duro, ese se lleva el premio, pero el ladrón envía fugaz la navaja
contra la humanidad del hombre de negro, pero este la esquiva
hábilmente, un segundo intento de la navaja de cortar la
humanidad de su rival y un tercero más que buscan reducir al
salvador, pero el joven cansado del juego, mira al negrito y le hace
saber que en su cintura, lleva una gran arma, sin dar tiempo a un
cuarto movimiento, pronto el negrito advierte la pistola y huye
veloz por entre el parque, metiéndose por el canal de un rio, pronto
el niño con lágrimas, abraza su bicicleta y detrás de el, llegan
fatigados los padres, allí los dos agradecen al joven por recuperar la
bicicleta de su hijo, el joven de negro como era común en el, se
limpia el pantalón y la camisa, acomoda sus gafas y deja escapar una
leve sonrisa, justo cuando se iba a marchar, la madre del niño, le da
un beso en la mejilla, luego el niño estrecha su mano con gran
gratitud que el hombre de negro tuvo que agacharse y tratar de
soltar las manos del pequeñín, finalmente hace una venía con su
mano y se marcha, la conmoción termina dejando una gran lección
en la vida del niño, de que los héroes si existen, tal vez en el futuro
este niño sea también uno.
Al otro de la ciudad, en el centro, entre la gran muchedumbre, se
encuentran los dos detectives interrogando a varias personas que
trabajan en el lugar, sin lograr resultado alguno, pero al final y
cuando renunciaban a su misión, un hombre viejecito, les dio
algunas pistas de donde buscar, pues ambos policiales estaban en el
lugar equivocado, así los dos policías, se marchan a pocas cuadras,
en busca de un billar que existe en una especie de sótano de la
carrera séptima, pues al parecer entre sus paredes, estaban
grabadas y en secreto cada una de las acciones del hampa y de quien
las ejecutaba.
286 Jairo Veloza González
El joven muchacho regresa al centro, tomando un taxi, cerca de la
carrera decima con avenida Jiménez, se baja, se arregla la camisa
dentro del pantalón, brilla sus zapatos al mejor estilo de un bailarín
de salsa, camina tranquilo por aquella vía, llega a la esquina de la
séptima, prende un cigarro y lo fuma muy lentamente, mirando con
detalle perfecto todo aquel que cruza por allí, arroja la colilla y
camina al famoso billar, donde cada mesa y silla estaba ocupada al
máximo, el aire tenia gran porcentaje de humo de cigarrillo y
aromas a decenas de alcoholes fermentados que a duras deja
distinguir quien está en frente, el muchacho baja por las escaleras y
llega a la barra, donde pide un trago doble de brandy con leche, se
sienta cómodo en una de las sillas y permanece expectante por
minutos, inmóvil tal vez alucinando dentro de un pasado que nunca
regresara, despierta del trance y observa dentro de la gente, que
entre ellos hay dos figuras que son poco comunes en el lugar, su
astucia lo lleva a determinar con exactitud, que las figuras en
mención son dos policías, porque de algo si estoy seguro, que tanto
policía como ladrón, saben a la perfección, quien es quien en
cualquier lugar.
Con calma aparente, disimula su presencia, mientras se acerca a
dónde están los policías, se detiene a pocos metros junto a una mesa
de billar pool, donde hay dos hombres que a gritos discuten la
supuesta legalidad de una carambola, como puede, tratar de
detener, las palabras capciosas de los policías que indagan por
alguien en especial, pero los interrogados no dan respuesta positiva,
finalmente los investigadores, muestran un retrato hablado pero
tampoco logran obtener una buena información, el muchacho trata
por todos los medios de obtener una buena vista del retrato, pero
ello fue imposible, uno de los policías, el más alto, se acerca a él, -
¡Buenas señor!, el muchacho siente un vacío profundo en el pecho,
por primera vez, siente miedo, de nuevo el policía lo saluda,
¡Buenas tardes señor!, el hombre de negro gira hacia el policía, con
la cabeza un poco agachada, el investigador pregunta desentendido
tal vez por los gritos, austeros de los dos rivales de la mesa del billar
pool, que pasan de las groserías y los insultos, a los golpes.
Melodías de dolor 287
-¡Le puedo hacer unas preguntas señor!, refirió el investigador,
mientras el muchacho disimula su rostro con miles de artimañas
para que el policía no lo identifique, el muchacho contesta
tímidamente, -¡Si señor!, el policía trata de observar detenidamente
al joven pero este lo esquiva, un manto de dudas, lo hacen
sospechar de él, le exige que lo mire fijamente, el muchacho se
asusta mucho, su mano sudorosa empuña su arma que se encuentra
camuflada en su espalda cuando levanta su cara, un fuerte
estruendo se fue encima del policía alto, tumbándolo y dejándolo
incapacitado, luego que dos hombres abrazados de muerte, tratan
de soltarse utilizando golpes de todo tipo, luego se sueltan y toman
cada uno, un taco de billar al mejor estilo de los mosqueteros, se
golpean fuertemente y atestan otros más, a todo aquel que estuviera
junto a ellos, incluyendo al policía gordo, el caos y los gritos,
confundieron el lugar, el policía alto divisa al muchacho de negro,
que sube por las escaleras, trata de reaccionar, pero el golpe del taco
de uno de los luchadores cae sobre él, y lo imposibilita totalmente,
el muchacho sale del billar y corre hacia la séptima, donde detiene
afanado un taxi, presintiendo que algo malo puede sucederle, el
policía alto se abre paso a empeñoles, sale tras el muchacho, pero
este ya ha tomado el taxi, corre veloz por entre la gente que vende
esmeraldas pero no logra detenerlo, el muchacho observa al
policía, luego ambos cruzan sus ojos y detallan el brillo que guardan
en ellos, el taxi acelera mientras el policía frustrado, lamenta no
haber logrado su cometido, el muchacho gira su cabeza, y observa
que el policía se queda atrás, y entiende que algo no está bien, y es
mejor ser precavido de ahora en adelante, -¡Es mejor la seguridad
que la policía!, reflexiona, mientras que con su pañuelo negro,
limpia el sudor frio de su frente y sus manos.
288 Jairo Veloza González
EPISODIO 5
En el norte de Bogotá, adentro de un prestigioso salón de belleza,
se encuentra el joven de negro, quien pide al estilista de turno, un
completo cambio de imagen, que incluye tintura general de su
cabello, barba y además un suntuoso bigote postizo, lentes de
contacto y algo de ropa, aunque esta fuese negra; dicho cambio
radical duro por espacio de siete horas, del cual y al final del
proceso, sale del lugar, un hombre rubio de barba y bigote oscuro
con ojos azules, pero pese al cambio de imagen, en el fondo sigue
siendo el mismo hombre frio y misterioso, vacío y solitario, un
cambio de imagen que más que vanidad fue seguridad y despistar
toda investigación que se inicie en contra de él.
En el comando central de investigación de la policía, una reunión
de grandes proporciones se desarrolla bajo el secreto más íntimo,
lejos de todo aquel que perjudique la investigación, en dicha
reunión se encuentran los dos policías del billar, el comandante
general de la policía y tres hombres más de la agencia de
inteligencia, allí en el centro de la mesa de juntas, se encuentra el
retrato hablado, similar en ciertas cosas al muchacho de negro.
Al otro lado de la ciudad y con su nueva imagen y con el regreso de
su confianza, camina tranquilo por los alrededores, a lo lejos
observa un almacencito donde la gente hace fila para ingresar, ello
lo cautiva y con su paso acostumbrado se dirige al lugar; allí los
parlantes y un aburrido payaso, publicitan el lugar, -¡Todo a mil,
todo a mil pesos, lo que escoja a mil pesitos nada mas!, que sin duda
era un precio módico por miles de objetos y cuanta mercancía
había en dicho lugar, era una gran barata en pleno siglo XXI que
por sus precios atrae a miles de personas que con poco dinero entre
su bolsillo pueden llevar gran cantidad de cosas útiles para su casa y
sus hijos. El muchacho ingresa a el almacén, el cual no permite el
libre movimiento por la cantidad de gentes que dentro de el hay,
inicia su recorrido lento, visitando cada lugar y cada pasillo que
tienen miles de productos convencionales de marca pajarito y que
Melodías de dolor 289
en su mayoría eran fabricados en China; recorrió la sección hogar,
la sección de damas y la sección niños y allí se detuvo y en un
mueble observa un monopatín de color plateado y ruedas negras,
instantáneamente su memoria regresa hacia el pasado, donde
evoca una navidad junto con sus padres al lado del árbol, donde
ellos le habían dejado una patineta de acero y ruedas negras, el
pequeño niño emocionado destapa el papel que cubría el juguete,
grita efusivo que es una patineta y sin importar, la ensaya en la sala
arruinando la fina alfombra del lugar, luego sus padres también
emocionados, salen con el pequeño a probar la patineta, allí junto a
esta patineta recuerda cada instante de esa alegre navidad pero
pronto un manto de tristeza profunda despierta a el muchacho y
con un dolor en el pecho a punto de reventar, trata de salir rápido
del lugar pero la muchedumbre se lo impide, entre la
muchedumbre observa su reflejo en un espejo que muestra a un
hombre joven cuyos rasgos y formas, eran iguales a los de su padre,
pese a la tintura y a los cambios extremos del momento, observa en
ese reflejo a su padre, el hombre que lo adoro y lo amo más que su
propia vida, allí paralizado frente a un espejo, recordó
perfectamente a su padre, quien era igual a él, que transmitió con
amor y acertada genética, cada detalle de su cara, de sus ojos, su
cuerpo y manías, un padre que le heredo todo a su pequeño hijo,
un hijo que creció y que vio resucitar a su padre en él, y que eran
ambos, una copia perfecta de cada uno.
El padre de este muchacho, era un hombre acaudalado y muy
reconocido en el país por producir las mejores joyas del país y que
eran exportadas a mercados grandes del mundo.
Con trabajo humilde, persistente y continuo, fundo junto con siete
amigos, dos de ellos hermanos, uno más que era un cuñado, otro
más un amigo de infancia y tres más que eran extranjeros, dos de
ellos, americanos y un japonés, una gran empresa de inmensas
proporciones y que generaba cientos de empleos y muchas divisas
al país.
290 Jairo Veloza González
No había duda de que el padre del hombre de negro era un
verdadero genio de los negocios, escalo con esfuerzo cada uno de
los escaños de la empresa, inicio como mensajero, paso a ser luego
jefe de seguridad y de personal y termino siendo gerente y luego
dueño, no cabria la menor duda de que este hombre era un
verdadero genio en su negocio, pronto fundo muchas empresas y
fue reconocido en el mundo como uno de los mejores productores
de esmeraldas, ganador de premios internacionales, excelente
humano, gran amigo, un buen esposo, pero en el fondo el mejor de
los padres que un niño podía pedir.
-“!Allí frente a un espejo, se encontraba un hombre tímido, curtido
por la vida y los golpes que ella da, un hombre que inmóvil, fijo en
sus propios ojos, la mirada protectora de un hombre que jamás dejo
de amarlo!”.
Melodías de dolor 291
EPISODIO 6
Muy de mañana el teléfono timbra, el muchacho brinca agitado de
la cama, sabe que cuando timbra el teléfono, es algo importante y
cuestión de trabajo y responsabilidad, pues sabe que ese número,
solo lo tiene una persona, y se trataba del hombre gordo del
anticuario; este corre presuroso por el apartamento,
aparatosamente levanta el auricular contestando sin aire, pronto
una tos madura, antecede a la voz masculina al otro lado de la línea,
se trata del hombre misterioso, quien sin saludo y presentación
digna, le comunica, que en una hora, lo espera en Chapinero, en la
oficina de Rosales, sin más recado, cuelga el auricular.
El muchacho se alista rápido, colocándose como de costumbre un
vestido negro, y una camisa de seda negra y sin sombrero, prepara
su arma, reza silencioso en su altar y deja arreglado su cuarto y
medio desayuna, sin perder tiempo sale a tomar un taxi, una vez
dentro del carro, escucha atento la radio, allí el informativo de
noticias presenta algunos de los sucesos más importantes del País,
pero algo en especial le llama mas su atención, se trataba de la
entrevista en exclusiva del comandante de la Policía Nacional quien
hace declaraciones importantes sobre los casos de homicidios
selectos de los últimos días, aunque dicho oficial no tuviera
conocimiento sobre el paradero del autor intelectual y material, la
policía cree, que los asesinatos tiene una obvia relación entre sí.
El muchacho coloca toda la atención a la noticia radial, pero las
bocinas bochinchosas que se sumergen en un gran trancón le
impiden escuchar claramente, desesperado observa para todos los
lados y detiene su mirada, en el gran cartón de identificación del
taxista que reposa inmóvil en la parte superior de la silla del
copiloto, allí identifica un nombre, Holman Cortes, un nombre
poco común y que para el, tiene un gran pasado pero también un
futuro incierto en la vida del muchacho, pues hace más de
veinticinco años, su padre había fundado una empresa prospera,
292 Jairo Veloza González
junto con otros hombres, entre ellos, uno muy allegado a su padre,
su mejor amigo. Holman Cortes, distinguido homónimo del
taxista, y quien era un hombre joven, adinerado, de origen humilde,
formado en las minas de esmeraldas y la universidad de la vida, un
hombre muy discreto y muy serio, inteligente y buen negociante, y
que llevaba a cargo dentro de la empresa del padre del joven de
negro, todas las exportaciones de joyas y prósperos negocios con el
Oriente y Asia, pero luego de la disolución de la empresa jamás se
volvió a saber de él.
-¡Atención, mucha atención, información de última hora!, recita el
radio del taxi, ¡los investigadores de la Policía Nacional y la Fiscalía,
tiene en su poder, el video del homicida del empresario Jorge
Suarez, asesinado en días pasados, dentro de un centro comercial!
El muchacho exhala profundo y entiende que su trabajo no andaba
bien y que tal vez había dejado un cabo suelto.
El muchacho llega al lugar de la cita, busca discreto, una
nomenclatura que marca una oficina, la 213; la ubica y espera a
estar solo en el piso, para golpear tranquilo y no despertar
sospechas, en especial, las cámaras de televisión que son vigiladas
de cerca por los guardias de seguridad..; golpea una vez mas y
espera paciente, pero nadie acude a su llamado, golpea de nuevo y
nadie le abre, golpea por cuarta vez, por fin la puerta se abre, dando
apertura a una gran oficina que porta orgullosa, un gran letrero de
lujo y vivos colores, que presenta con grandes detalles a una
empresa exportadora, allí un hombre, el famoso hombre
misterioso del anticuario, le ordena al joven, sentarse en una gran
poltrona y esperar paciente las órdenes para el siguiente trabajo,
observa a alrededor, y divisa gran cantidad de cuadros y afiches
promocionando joyas y esmeraldas que altivas adornan las bellas
caras y cuerpos de hermosas mujeres.
El hombre le habla al muchacho, quien aun de espaldas lo
reconviene alterado por los últimos acontecimientos con la policía
y la prensa, el joven que esta aun desconcentrado, trata de explicar
pero este es interrumpido bruscamente por el viejo gordo, este se
Melodías de dolor 293
sienta sobre la silla de cuero, y siempre de espaldas, continua
hablándole, esta vez más calmado, -¡chico, sobre el escritorio, hay
un sobre con todo lo que necesitas saber, dentro de la maleta hay
suficiente dinero y un teléfono celular!, ¡Trata de hacer las cosas
bien y por favor no dejes cabos sueltos! ¡Quedan cinco pacientes y
terminamos con esto de una vez por todas, por favor no falles, cero
equivocaciones!................!cuídate muchacho!
Luego el misterioso hombre, recibe una llamada y con su mano
aun de espaldas, le pide al muchacho que se marche pronto, el
chico toma el sobre y la maleta y sale de la oficina, allí junto a la
puerta, en un gran pedestal, aparece una vieja fotografía a blanco y
negro, donde siete hombres, abrasados entre si y muy sonrientes,
inauguran la fachada de una gran industria, segundos después toma
el taxi de regreso hacia su apartamento, y en esa misma tarde, se
muda a otro apartamento y oculta para siempre, cualquier
evidencia que lo inculpe ante la justicia.
En un cafetín en el centro de la ciudad, los dos detectives de la
policía, detienen a un hombre habitante de la calle y consumidor
de drogas, para que este supuestamente fuese reseñado y
encarcelado por micro narcotráfico, de acuerdo a un plan
concebido con anterioridad, pese a los lamentos y lagrimas del
hombre que pide clemencia para no ser encerrado, los policiales
se niegan a sentir piedad por el hombrecillo, pero en el fondo,
todos allí en el café, saben que los policías buscan asustar al hombre
y sacarle la mayor información posible sobre la identidad del
misterioso asesino en serie.
-¡Si no quieres parar en la cárcel, es mejor que nos des unas cuantas
informaciones que tanto necesitamos, sobre la identidad de un
hombre que han hecho de las suyas en los últimos días!
-¡Pero yo no se nada!, la policía lo increpa de nuevo y lo asusta con
la idea de llevarlo a la cárcel por largo tiempo.
-¡Tu debes saber algo, porque en la calle todo se sabe, y al menos
por sospecha, algo debes de saber!, Interroga el policía.
-¡No sé quién es El, lo único que se sabe de este hombre, es muy
294 Jairo Veloza González
poco; se habla de que es un profesional y que su nombre y figura,
significan muerte!, contesto el informante.
-¡Seguro, mira bien este retrato!,
¡Jamás lo había visto, incluso nadie sabe de el, dicen que es un
matón a sueldo, un verdadero profesional, que no deja pistas en
ningún lado, se camufla muy bien y hasta lo comparan con un
camaleón, hasta aseguran que este hombre viste siempre de negro
porque tiene pacto con el diablo!.
Los policías se miran confundidos, luego amenazan al sujeto,
diciéndole que a la próxima vez que lo encuentren vagando, lo
encierran por bastante tiempo, pero todo eso se puede solucionar,
si colabora averiguando lo suficiente en la calle, finalmente el
hombre gordo arroja sobre la mesa, una fotografía y una tarjeta con
su número de teléfono, le advierten agresivamente, ¡por tu bien es
mejor que me llames pronto!
Melodías de dolor 295
EPISODIO 7
En el aeropuerto el dorado, el joven asesino, se encuentra
esperando a alguien, su atuendo es un poco diferente al
acostumbrado, aunque su vestido era negro y elegante, su camisa
era blanca que jugaba bien con la corbata negra, lleva un kepis
negro que tiene incrustado un emblema dorado, que hace alusión a
un hotel, además lleva en la solapa un escudo grande y dorado
bordado en el saco del vestido identificando plenamente al
muchacho como un empleado, además lleva consigo, un cartel
grande cuyas letras negras y grandes y escritas a mano, dicen,
“Míster Hiroshila” y que sostiene con sus manos a manera de que
algo o alguien, pueda encontrar sin problema a su guía.
Luego de una hora, los pasajeros del vuelo internacional
procedente de los Ángeles, la gran mayoría de ellos, comerciantes e
inversionistas, y allí entre ellos, un hombre de pequeña estatura y
cuerpo menudo, de rasgos orientales, cabello lacio y blanco, y
quien desde lejos identifica certeramente el cartel que tiene su
apellido, lleva consigo el equipaje de mano y es seguido muy de
cerca por el maletero que lleva el resto de sus maletas.
Hace una reverencia y saluda en un español medio claro al
muchacho, luego el joven lo lleva cortésmente afuera, donde una
lujosa limosina le da la bienvenida, le abre la puerta y le ayuda a
entrar en el auto, guarda rápido el equipaje y sale del lugar pronto,
dentro del auto aplica un seguro especial a las puertas del carro que
solo pueden ser desactivadas desde el timón, ello impide que
alguien salga o entre sin el consentimiento del conductor.
El extranjero trata de entablar una sana conversación pero el
muchacho no le contesta, segundos después, un vidrio negro
blindado, sube lentamente y separa totalmente al conductor del
pasajero, incomunicándolo, pronto el oriental advierte que algo
anda mal, activa el citofono y le solicita al joven que se detenga, pero
este omite la orden y también desactiva el intercomunicador;
296 Jairo Veloza González
pronto el extranjero se desespera, trata de observar por donde va,
pero desconoce la ciudad que por más de veinte años no visita; el
hombre en su idioma maldice pero a la vez suplica, golpea los
vidrios de las puertas, y sufre un terrible ataque de claustrofobia,
pero ello no sorprende al conductor quien busca atajos y salidas
que lo lleve a las afueras de la ciudad sin ser sorprendidos por la
policía.
Minutos después el joven conductor arriba a un paraje lejano y
solitario de la ciudad, en medio del campo pero en la parte
posterior del aeropuerto, donde se puede observar perfectamente
el aterrizaje de los grandes aviones, allí estaciona el auto justo
debajo del sendero de aterrizaje, luego el vidrio automático baja, el
oriental se mueve hacia este rápido, pero el joven le está apuntando
con su arma, el oriental que en realidad es un japonés retrocede de
su acción, el muchacho en medio del ruido exorbitante de las
aeronaves, le comunica, -¡Entiende español!, a lo cual recibe
respuesta afirmativa, luego le dice, ¡usted recuerda a don Francisco
Gonzales y su esposa!, el japonés se paraliza y cae congelado
totalmente en la silla.
-¡Sí!, responde visiblemente consternado, entonces el joven le dice,
¡Recuerdos le envía su familia y buen viaje de regreso a el Japón
pero dentro de un ataúd!, sube el vidrio sin dejar de apuntarle, el
oriental no hace ningún tipo de reclamo y por el contrario espera
resignado cualquier cosa.
Al otro lado del vidrio, el muchacho se quita el sombrero, el saco y
la corbata y los coloca dentro de una bolsa negra, mira para todos
los lados, quita las llaves del timón, limpia perfectamente con una
seda todo el interior, se coloca sus gafas negras, saca de un maletín
una gran cámara de fotografías sale del auto y de nuevo limpia todo
el carro, evitando así, dejar huellas, se dirige hacia el baúl y hace lo
mismo con las maletas, cierra fuerte, revisa todo por doquier,
arregla sus ropas finalmente se ubica en el vidrio donde se
encuentra el oriental, allí le golpea dos veces, asumiendo que este lo
está observando, luego abre los brazos y los cruza en señal de
Melodías de dolor 297
abrazo y se despide del sujeto, camina tranquilo, alejándose del
carro, un avión pasa rasante por su cabeza, luego saca las llaves, allí
toma una especie de control digital, que es obturado por el
muchacho, activando un sistema remoto en el interior de la
limosina, pronto dentro del carro un espeso humo sale de una de
las rejillas, esto alarma al oriental que trata por todos los medios de
salir, pero el blindaje y el seguro que acciona los medios de salida
accionan una alarma interna que activa un segundo seguro en las
puertas, pronto el humo blanco cubre todo el lugar, el oriental se
siente asfixiado y le cuesta moverse, en cuestión de milésimas de
segundos, el oriental sufre de todos los horrores que solo un
veneno produce, rato después, el oriental muere fulminante e
instantáneamente, el muchacho que se encuentra metros más
adelante, llega a una pequeña tiendecita, que no es más que una
caseta metálica que hace alusión a una marca de gaseosas, allí el
joven con la cámara en el cuello, llega sonriente, saludando efusivo
a todos los que estaban allí, quienes comparten unas cuantas
cervezas y que en su gran mayoría ofician como labriegos en
cultivos cercanos; pide una gaseosa fría, la toma veloz víctima del
incandescente calor, luego cancela y agradece la hospitalidad de los
presentes, en especial de la señora que lo atendió, -¡que le debo
señora por el parqueo del carro!,…..¡tranquilo señor, esta es una vía
pública y aquí es muy seguro, aquí jamás pasa nada, y con decirle
que nunca pasa la policía!,……¡si me doy cuenta de que es un lugar
seguro!, ¡muchas gracias señora, volveré pronto a tomar fotos de
aviones!. Se retira hacia su auto, mira como siempre para todos los
lados, prende le carro de color negro, se retira despacio entre la
calle mal trecha y empedrada, perdiéndose para siempre en el
horizonte verde de la sabana.
298 Jairo Veloza González
EPISODIO 8
El teléfono replica tímidamente en el sobrio apartamento del
muchacho, el cual lucha por dormir, pues una noche de pesadillas,
de vueltas y vueltas, le privaron de un descanso y un buen sueño,
aunque en el fondo sabia, que sus pecados y sus fantasmas, eran los
que le causaban sus largos insomnios, el muchacho salta de su cama
y corre a contestar apresurado, sabe que esa llamada es un
compromiso bastante serio. Pronto el muchacho, prepara una
maleta, donde guarda con perfecto detalle, varias camisas,
pantalones, sacos y zapatos y por supuesto sus sombreros; dos
horas después el teléfono timbra, el muchacho contesta, la voz al
otro lado, le informa severamente, que todos los detalles e
indicaciones, los encontrara en su correo electrónico, finalmente
agrega, que debe de viajar a Cali y buscar allá, a un señor llamado,
Enrique Hernández y que permanece en el café. “el burladero”, y
quien le entregara un maletín y un sobre con dinero para los gastos
que la vuelta demanda, y que estando allá, le hará un segundo giro
para ultimar cosas que se puedan presentar, finalmente la voz le
dice que la Policía y el Das, están averiguando mucho y es mejor ser
precavido y astuto. -¡Suerte muchacho y tenga cuidado!, termina la
voz, con un tono más mesurado, tal vez preocupado, una voz casi
paternal que despide a un pariente que parte a un destino incierto.
Mientras espera un taxi, decide como viajar a dicha ciudad, si lo
hace por avión o por tierra, pensando con detalle sobre los posibles
sucesos que se puedan desarrollar motivados por los
acontecimientos de los últimos días, pues sabe que los
investigadores de la Policía están cerca de él.
No muy lejos de allí, una reunión de alto nivel, organizada por el
Presidente de la República, el Ministro de la Defensa y a la cual
asistieron el Alcalde de Bogotá, los comandantes de la policía y
cuyo objetivo era activar un plan de seguridad, para esclarecer el
crimen del japonés y dar con el paradero de los autores, pues el
homicidio del industrial Nipón, tenía en vilo, las relaciones entre los
Melodías de dolor 299
dos países, por tal motivo el presidente ordeno a todos las centrales
de inteligencia desplegar todas sus fuerzas para entregar al mundo,
al gobierno japonés y la opinión pública, los culpables de tan
deplorable crimen.
Horas más tarde, el presidente de la república, convoca
urgentemente a todos los medios de comunicación, para citar
algunos detalles y entregar un parte de confianza a los colombianos
y demás.
-¡Colombianas y Colombianos, los últimos sucesos que han
manchado la imagen y la tranquilidad de nuestra patria, y que
desafortunadamente cobraron la vida de un importante industrial
japonés, que en los últimos años venia invirtiendo un gran capital
para el desarrollo de importantes proyectos!; ¡lamentablemente la
confianza de la fuerza pública nos hizo olvidar qué el crimen jamás
duerme y este homicidio nos hizo entender, que sus autores no son
principiantes, y por el contrario, son verdaderos profesionales, por
eso ya ordene al DAS, al CTI y la Sijin, desplegar sus esfuerzos y
capturar pronto a estos asesinos!; ¡este crimen tiene a Colombia,
pasando por una mala relación con nuestro hermano País del
Japón, por ello, es necesario recuperar su confianza y la de su gente,
por eso, ofrezco una recompensa de mil millones de pesos, para
quien suministre información precisa y nos lleve a la captura de los
asesinos!.
Pronto los cientos de periodistas venidos de todo el mundo se
abalanzan con preguntas de todo tipo sobre el Presidente, pero el
mandatario se despide retirándose rápido del lugar.
El más grande operativo de seguridad se despliega por todo el País,
retenes, redadas, pesquisas e investigaciones no se hicieron esperar,
cada rincón del país fue escudriñado a fondo y pronto la reacción
de la ciudadanía no se hizo esperar, los teléfonos de la presidencia y
la Policía, no paraban de sonar, miles de testimonios que afirmaban
el paradero y la identidad de los asesinos pero luego de las
indagaciones, ninguna era cierta y en muchas otras mas, era
equivocada, y todo por si las moscas, le pegaban de arepa, a la jugosa
recompensa.
300 Jairo Veloza González
Dentro de un comando de la policía, se encuentran los dos
detectives, quienes ven detenidamente un boletín de última hora,
que informa el homicidio del japonés, pronto el detective gordo
quien es más astuto de apellido Muñoz, toma el teléfono y solicita a
un compañero suyo todo lo concerniente al japonés, desde que
empezó a venir al país, cuáles eran sus empresas y quienes eran sus
socios, especialmente le pide a su socio, el policía alto de apellido
Muñeton, que vaya rápido a el aeropuerto y pida una copia de las
cámaras de seguridad.
En el terminal de trasporte el muchacho observa el desarrollo de
un gran dispositivo de seguridad, ello le hace desistir de tomar el
bus a Cali, piensa por unos segundos y acude a un “plan B”, toma
un taxi y le pide que lo lleve a Soacha, cerca de la autopista del sur y
así, tomar en una de las tantas agencias de trasporte, el bus y evitar
cualquier riesgo con la autoridad.
Luego de ocho horas de viaje y de ubicar su estancia para pasar la
noche, ingresa a un café internet y allí revisa el correo, encuentra
que su jefe, el hombre gordo le ha enviado algunas informaciones
precisas para su próxima misión.
A la mañana siguiente, muy tempano, el joven esta esperando a la
salida de Cali, el hombre del café Enrique Hernández, quien
juiciosamente le entrega el encargo que consistía en varios
documentos de identidad falsos, fotografías de su siguiente
objetivo, varios pasaportes falsos, fotografías de su siguiente
objetivo, bastante dinero colombiano y americano y varios papeles
mas, además de planos de ubicación. Ambos hombres entran a un
almacén y en medio del agite del comercio y la economía, los dos
hombres intercambian palabras, luego Enrique Hernández, lo
invita a su negocio en el centro, y que es un café de alta elite, donde
grandes personalidades, políticos, entre otros, realizan grandes
transacciones de dinero; una vez en su negocio el viejo le invita un
trago de whisky y así del primero, vino otro trago y luego otro,
terminan la botella y comienzan la otra, hasta que la noche, les
obliga a confesar su pasado, una conversación pendiente
Melodías de dolor 301
convertida en tertulia y que se prolongo gran parte de la noche y de
la madrugada, dos hombres que jamás se conocieron pero que solo
basto un intercambio de recuerdos, para que entablaran una
pasajera amistad; pasados los tragos el sentimiento afloro en el viejo
Hernández quien con sumo respeto le declaro al muchacho sobre
su pasado y su amado padre, ¡Hijo yo conocí a tu padre!, El
muchacho se sorprende tímidamente, ¡Tu padre fue un gran
hombre, con el compartí muchas anécdotas, fue un excelente
personaje y un gran comerciante muy integro en los negocios!, el
muchacho tomo en silencio su trago de un sorbo y trato de evitar la
conversación y trata de levantarse de la mesa, pero el viejo lo
detiene diciéndole, ¡No tienes que huir, debes sentirte orgulloso de
tu padre, fue mi mejor amigo y el lo fue para mí; fue el hermano que
nunca tuve!, el muchacho se sienta de nuevo y pide al mesero traiga
la mejor botella de whisky, ¡Sabes muchacho tu padre te amo
demasiado más que a su propia vida!, el muchacho cierra los ojos y
toma un gran sorbo de licor, aprieta sus labios, pronto las lágrimas
surcan su rostro; ¡Tu padre trabajaba muy duro para ti, solo quería
lo mejor para ti, solo quería que tu fueras mejor que él!; coloco su
cabeza sobre la mesa y lloro melancólicamente, luego se levantó y
respiro profundamente, ¡Cuéntame más sobre mi papa!, ¡Yo lo
conocí hace más de cuarenta años, apenas éramos unos niños,
vivíamos en el campo, tus abuelos eran muy pobres, apenas y
podían vivir dentro de un ranchito, eran siete muchachitos y los dos
abuelos, todos trabajaban de sol a sol, pero tu padre era el que mas
trabaja de todos, trabajaba duro como una bestia de carga,
ayudándole a tu abuelo, apenas podía con el azadón, pues era el
más pequeño de la camada!.
¡Siempre lo admire, y siempre lo respete, jamás lo he olvidado, y sé
que en el fondo, también eres un buen hombre!
En Bogotá en la central de inteligencia, los dos policías revisan el
material de videos que muestran la escena de un hombre
recibiendo las valijas del japonés, pero no logran identificar al
sospechoso, pues siempre oculta su rostro a las cámaras;
302 Jairo Veloza González
profundamente decepcionado el detective gordo da por terminada
su tarea, cuando este sale, un sargento de policía encargado de
informática y audiovisuales, le entrega un segundo video, -¡Capitán
Muñoz, este es el video del centro comercial, que usted había
solicitado!, sin darle importancia, lo toma y lo guarda adentro de su
abrigo.
Temprano en la mañana, el muchacho, toma un carro hasta una
agencia de buses, donde toma la línea que lo lleve a Ipiales al sur del
país, frontera con el Ecuador, y allí poder pasar la frontera y viajar
hasta Quito, para encontrar a una persona, la misma que aparece
en las fotografías que le fueron encomendadas para su misión.
En el terminal de Ipiales el muchacho realiza varias gestiones y
compra varios pasajes para lograr pasar la frontera sin levantar
sospechas, para ello contrata varios hombres similares para que
estos con las identificaciones falsas pasen la frontera y permanezcan
por varios días en Tulcán y Cuenca, y regresen con sus propias
identificaciones y así hacer creer a la ley, que estos hombres, aún
están en el país.
Es el último en salir en un taxi hacia la frontera, allí realiza todos los
tramites de emigración, y logra pasar sin problema, con notoria
tranquilidad pasa a el Ecuador, contrata un taxi que lo lleve a la
ciudad de Tulcán, allí compra un pasaje de bus hacia Quito, donde
debe de terminar con el trabajo, pero antes tiene que atar todos los
cabos que lo puedan delatar, pues el siguiente trabajo, es el de
mayor proporciones, ya que debe de aniquilar no a uno, sino a dos
y lo peor de todo, dos estadounidenses radicados hace dos décadas
en este País y dedicados a la hotelería y a la exportación de piedras
preciosas, dos americanos muy reconocidos en el mundo, por sus
exitosos negocios, aunque su pasado es incierto, pues se dice que su
fortuna la hicieron en Colombia y no de la mejor manera.
En Quito se hospeda en un hotel de mala muerte, allí utiliza todos
los medios posibles para ubicar al primero de tres objetivos, así
desde el internet hasta informantes que le suministran todo tipo de
datos, consigue dar con el paradero de un hombre oriundo de
Melodías de dolor 303
Boyacá y hermano del hombre asesinado en el centro comercial, así
con cautela y gran inteligencia, descubre que dicho hombre,
frecuenta lugares de mala muerte, que es drogadicto y que en
muchas ocasiones, aparece mendigando en la calle, porque todo lo
que consigue, lo gasta en drogas, así y con la exactitud de la relojería
Suiza, organiza un plan perfecto al mejor estilo suyo y va en la
cacería de su nueva presa.
Logra además averiguar que este sujeto, fue administrador de uno
de los americanos y que recientemente fue despedido por malos
manejos, así y con su tranquilidad habitual, llegando a este hombre,
encontrara fácil a los americanos y así poder matar tres pájaros de
un solo tiro.
Logra camuflarse en las calles de Quito, haciéndose pasar como un
adicto en busca de nuevas experiencias y que según el, unos amigos
suyos en Colombia, le dijeron, que en Quito estaba la mejor
diversión. Fueron varios días, un total de cinco días para dar con el
paradero del hombre, caminando solitario por frías y oscuras calles,
de sobornar y pagar a policías, informantes y otros, para pasar
desapercibido por la ciudad y entre las gentes de la calle.
A la media noche de un domingo, y bajo la congelada lluvia y por
decima ocasión que visita la misma calle en esa noche, una humilde
mujer, y que recibió con anterioridad las dadivas económicas del
muchacho, le informa que el hombre, su supuesto amigo, se
encuentra en un burdel de esa misma calle, pero le advierte que ese
lugar es bastante peligroso y que no es conveniente ir allá, el
muchacho le agradece y le entrega un billete de cinco dólares;
camina hacia el lugar, lleva entre su chaqueta su adorada arma,
además de un puñal, camina lento, observando siempre para todos
los lados y en esta ocasión, tratando de divisar con claridad lo que se
encuentra más hacia allá y lo que esta en las esquinas; la niebla es
mas espesa y oscura, el aire es denso y su sabor es de muerte,
decenas de sombras cuan ratas se mueven agiles y sin error entre la
oscuridad, esperando pacientes a su próxima presa.
304 Jairo Veloza González
Logra ingresar al burdel seguido muy de cerca por los ojos
nocturnos de la fácil oportunidad, saben a ciencia cierta que ese
cristiano que va entrar allí, no es de estos lados, pronto los
asistentes y las mujeres se detienen en conjunto ante la llegada del
muchacho, quien no se inmuta y por el contrario, mira fijamente y
malignamente a todos los que estaban en el lugar, se acerca a la
barra y pide un trago doble de ron blanco, se sienta fijo e inmóvil,
mientras los demás ojos de la noche, no pierden detalle de sus
movimientos y facciones; pide un segundo trago y lo toma con
calma, de pronto una bella mujer de encantadores atributos se
sienta junto a el, lo mira y le acaricia una mano, ¡porque tan solo
muchachito!, la mujer le insinúa su sensualidad mediante una
hermosa sonrisa, el muchacho le mira fijamente;
¡No estoy solo, estoy acompañado por ti, bella mujer!,….
! De manera que eres Colombiano, muchacho hermoso!.......
¡Que haces por este lugar y tan solito y lejos de tu País!.....
¡Hacia muchos años no venia por este lugar y me dijeron que aquí
encontraría a la mujer mas hermosa y sin duda, la encontré!,….
¡Que galán mi muchacho hermoso, pero la verdad es que jamás te
había visto por estos lugares!,….
¡Como te dije hace muchos años que no venia a Quito y me fascina
esta ciudad, además de que e fascinas tu!...
¡Que galán mi colombiano hermoso, estoy ardiente de amor y hace
mucho tiempo que no como colombiano!.... la mujer lo abraza y le
acaricia la cara y el joven de negro sin dejar caer sus instintos de
hombre, deja que todo pase normal, sin dejarse seducir por la
hermosa mujer.
No lejos de allí, en otra mesa contigua a la barra, tres sujetos
malandros, observan de los pies a la cabeza al muchacho, y entre
ellos inicia un concierto de burla y mofa, seguido de ironías y burlas
mal intencionadas que solo buscan agredir al muchacho y hacer de
las suyas con el, pero el joven no pone cuidado a los comentarios
de los hombres y sigue dialogando con la hermosa mujer. La mujer
Melodías de dolor 305
le pide un trago y el joven le acerca una botella para que se la tome
con el, la música suena y el éxtasis del alcohol dejan entrever que la
mujer quiere buscar dinero fácil por un ratito con el muchacho,
pero este no se decide.
¡Me imagino que a este lugar vienen muchos colombianos, porque
este lugar es bien famoso en mi país!......
¡Si vienen varios colombianos en temporadas pero en especial,
uno que se hace llamar Manrique, viene casi todos los días, pero
nunca tiene dinero, solo viene por el vicio que se vende aquí!
Una vez terminada la botella y cerca de las tres de la mañana, el
muchacho se levanta de su silla y busca un baño, pero en su
camino, uno de los tres hombres lo agrede con un empellón y un
fuerte golpe en la cara, gritándole, ¡colombiche de mierda!, el
muchacho que se hace pasar por borracho pide clemencia para no
ser golpeado por los hombres, pero uno de los hombre lo toma
por los brazos mientras el otro le toma la cartera, ¡que suerte el
colombiche trae bastantes billetes, miremos que mas tiene!, pero la
voz del administrador interviene amenazando a los asaltantes,
¡aquí no vengan a joder, lo que vayan a hacer, háganlo afuera!, los
hombres salen del lugar no sin antes decirle al muchacho ¡a la
salida te esperamos, colombiche de mierda!.
El muchacho es auxiliado por la bella mujer, quien con un pañuelo
limpia la sangre, y quien con cierto remordimiento que surge de
improviso en su corazón, pues no es mas que la jefa del grupo de
ladrones del burdel, ¡pobrecito mi muchacho hermoso casi te
matan esos bandidos, te dejaron sin un centavo de dólar y ahora
que vas a hacer, mi bello muchachito colombiano!.......!que
piensas hacer mi muchachito, esos hombres te van a matar y a
quitarte lo poco que te queda, si quieres quédate conmigo y te
protejo y me pagas con ese reloj!.
¡No te preocupes, esos tipos son cobardes y por acá ya no regresan
por un largo tiempo!
¡Eso es lo que crees mi colombiano hermoso!, la mujer ríe con
ironía.
306 Jairo Veloza González
¡Mesero tráigame otra botella, me robaron la cartera mas no los
bolsillos!....
En el calor de la segundo mesa a punto de terminar, la mujer
desaparece del lugar hacia la calle, creyendo que el muchacho esta
bastante embriagado y no da cuenta de lo que está ocurriendo a su
alrededor; minutos después, la mujer se sienta junto a el, y que
haciendo el papel de borracha, le dice ¡mi muchacho hermoso ya
vamos a cerrar pero es mejor que te quedes conmigo!....
¡Tranquila mujer hermosa, que hoy no me toca,…..hoy no me
toca!......
El muchacho se levanta del lugar fingiendo estar muy borracho,
caminando de lado a lado, ante la mirada atónita de todos los que
estaban allí, quienes en el fondo sabían que ese hombre que estaba a
punto de salir, será la próxima victima fatal de la pandilla del burdel.
Sale del burdel, camina unos pasos y observa que a unos metros,
frente a el, están los ladrones asaltando a otro hombre, quien es
golpeado salvajemente y a punto de ser acuchillado, el muchacho
camino ladeado hacia ellos y les dice, ¡déjenlo en paz!, los hombres
advierten el muchacho, ¡pero que sorpresa, es el colombianito,
terminemos con este también! Se le viene encima el primero de
ellos, quien es recibido con un fuerte golpe que lo derriba a tierra,
el segundo con puñal en mano llega raudas, mientras el tercero,
tiene por el cuello al pobre hombre, el muchacho evita con agilidad
felina el puñal, le propina un severo golpe que también lo derriba,
mientras el primero que se ha recuperado lo toma por la espalda de
manera traicionera, pero el muchacho con perfecta lleve de
defensa, se despoja del hombre y pronto lo reduce, pronto los
asistentes del bar y la bella mujer, salen a ver lo que esta pasando, y
no pueden creer lo que están viendo, los peores asesinos del lugar
eran humillados por un muchachito, pronto el tercer hombre lo
ataca con un cuchillo que es esquivado en varias oportunidades, un
segundo hombre llega también con puñal y también lo ataca,
hiriéndolo en un brazo, esto enervo el coraje del muchacho, quien
Melodías de dolor 307
con toda su fuerza le despoja los cuchillos a los dos hombres, quien
son golpeados sin piedad a punto de morir, observa que el hombre
que fue robado trata de incorporarse, allí su cara le es familiar, pero
no puede identificarlo. Pronto los dos hombres armados de
maderos lo atacan por sorpresa, de nuevo recuperan sus cuchillos,
quien en esta ocasión y con la sangre como chispa que prende el
fuego apagado, se van sobre él, pero la velocidad y la valentía del
muchacho los detiene, y con los mismos bates, los golpea sin
descanso hasta que pierden el conocimiento, el tercero de ellos con
la venganza entre sus venas, decide acabar con la farsa, pero el
muchacho logra dar con él y con cuchillo en mano, acaba con la
vida del ladrón , ante la sorpresa de todos, en especial la mujer, que
grita desesperada al ver caer muerto a uno de sus amantes.
El muchacho se levanta airoso de la pelea, mira hacia todos los
lados, pero nadie se atreve a hacer algo, se agacha a donde está el
ladrón, lo esculca y encuentra su cartera, la revisa con ojo de águila,
la muestra al publico en especial a la mujer, allí le dice ¡lo que por
agua `viene, por agua se va!, toma su billetera, la mete en su
pantalón y deja ver a todos los que estaban allí, que trae un arma y
que la sabe usar muy bien, gira su cuerpo y se dirige a donde esta el
hombre caído, lo ayuda a levantarse y pese a los golpes, aun esta
consiente, le agradece a media lengua, el muchacho se da cuenta
que el cristiano es colombiano, ¡eres colombiano!, este le responde
que si, lo abraza y lo ayuda a caminar y junto con el, decide salir
pronto de allí, antes de que llegue la policía o los cobardes se
envalentonen y decidan hacer algo, no sin antes hacer su ultima
presentación en publica de la noche, ¡adiós hermosa mujer, como
te pareció la fantasía de la noche y eso que casi no gaste dinero en
cosas baratas!, se despide de la mujer con su mano y una insinuante
sonrisa con sabor a doble mensaje, toma a su nuevo protegido, y lo
lleva por la oscuridad ante los fríos inmóviles de la noche que no se
atreverán a acercarse a el muchacho.
Una vez en la claridad, puede observar bien a su protegido y que
sorpresa, vaya sorpresa, es el mismo sujeto de la fotografía, pese a
308 Jairo Veloza González
los años y a la droga, es el mismo hombre de la fotografía; una vez
en la claridad el hombre de la fotografía, observa con detalle y
abraza con gratitud a su héroe, lo besa, lo abraza y le repite con
profunda gratitud, que dios lo guarde y lo proteja por siempre a
donde quiera que vaya.
Pese a la planeación detallada de su misión no contaba con esto, y
debía de reconsiderar otra acción para acabar con el hombre objeto
de su viaje, y era necesario hacerlo pronto, pues aquel incidente
llegaría pronto a los oídos de las autoridades.
Cerca de un parque en el centro de Quito, los dos hombres se
encuentran sentados en una de las banquetas, donde al amparo de
la madrugada y la soledad, toman un trago a capela de ron, allí el
hombre que se encuentra mal trecho por los golpes recibidos en la
calle, le cuenta la triste y agónica historia de su vida, que va desde un
ser hombre súper millonario a convertirse en un hombre mendigo
y drogadicto, enfermo y sin amigos, los mismos que ayer lo
coronaron rey luego Dios, los mismos que hoy lo castigan con
demencia por no tener dinero y poder. Dicho hombre cuyo acento
no es más que una confusión entre el paisa y el pastuso, pues al ser
indocumentado y habitante de las calles, ha tenido que sortear a la
guardia Ecuatoriana en mil y una redadas, al tener que hacerse
pasar por Ecuatoriano. Son las treinta y cincuenta minutos de la
mañana, y aun el joven muchacho no ha decidido que hacer con su
victima, pues como todo plan que se cae, necesita de una pronta
reingeniería y eso estaba bien difícil, pese a que su cabeza divagaba
en mil planes para acabar con la vida de una persona, colocaba
profunda atención a las palabras de un hombre que había vivido
mal de un millón de historias de acción, terror, fortuna, amor y
muerte, porque aquel hombre no era un santo literalmente
hablando, pues por algo lo andaban buscando y en especial, por
algo tenia a este joven asesino de corazón frio y de acero. Aun sin
lograr concebir su plan y como enemigo peligroso, la luz del día y la
gente que sale desde temprano a trabajar.
Melodías de dolor 309
Acaban una primera botella de ron, luego el joven compra una
segunda y un paquete de cigarros, la conversación se convierte
amena y logra concentrar toda la atención del muchacho,
olvidando por un momento su maléfico plan; allí en la banqueta al
lado de un estanque, el hombre le habla la historia de su familia, de
sus dos hijas de las cuales hace tiempo no ve, de su esposa que se
marcho con otro hombre al enterarse del fracaso de su esposo, de
su hermano que lo traiciono y de cada uno de sus amigos
especiales, que lo dejaron morir en el olvido y el vicio, se trataba de
una de las historias mas tristes que el joven jamás había escuchado
en su vida, una historia que conmovió su corazón y que aflojo el
sentimiento siniestro de un mendigo que también es humano; por
primera vez en su vida, la emoción y un sentimiento de
responsabilidad le frenaban por completo su trabajo, por primera
vez la vida le pedía justicia pero aquel joven, se resistía a creer, a
aceptar que habían otros hombres iguales a el, que también sufrían
y padecían del dolor de una mala vida y del engaño que ofrecen las
apuestas del destino. Sin resolver aun, que hacer con el hombre, el
joven le pide le colabore en hallar un baño cercano, a lo cual el
hombre de la calle, sugirió que fueran a unas dos calles de ese lugar
donde habían varios amigos suyos y que allí le podían colaborar,
pues ya era suficiente seguir allí, pues la policía pasa a cada instante
por el lugar y obviamente no era conveniente para el joven.
En Bogotá y como era de esperarlo, miles de llamadas de todas
partes del país incluso del exterior, llamaban para dar información
supuestamente clasificada, pero ninguno tenia la veracidad y ello
confundía y desanimaba a la policía, en especial al detective
Muñoz, que teniendo en su poder dos videos del supuesto asesino
pero no tenia aun el detalle exacto de su cara.
En Quito el joven es llevado a una zona de tolerancia, donde
comparte con el hombre una tercera botella de ron, la cual es
devorada por fracción de minutos por un grupo de este, luego el
joven compra una cuarta, la cual da paso a una tertulia de gran
dimensión internacional, pues en dicho grupo habían Peruanos,
310 Jairo Veloza González
Ecuatorianos, un argentino y dos colombianos, una completa
reunión licor, cigarrillos y droga, pronto el licor no abasteció la
cabeza emocionada de los participantes, así que la droga
complementa el día, risas y disgustos, bromas y peleas fueron el
plato fuerte de aquella velada, la cual era seguida de cerca por el
joven quien aun no daba muestras de estar embriagado, pronto el
muchacho pide a su amigo, compre otras botellas de ron para
completar con lujo de detalles la fantástica reunión, pero el hombre
de la calle, le pide, le colabore con unos cuantos pases de cocaína
para el y sus amigos, entonces el joven quien en cierta forma ha
recapacitado en esta su misión, le sugiere traer la mejor y no
cualquier baratija, a lo cual el hombre accede y pide a uno de sus
amigos, llamar al jibaro del lugar para proveerles del éxtasis
deseado.
Luego de varios minutos, el hombre junto con el jibaro, están
entregando el pedido costoso de droga cada uno de los asistentes de
la insólita reunión, pero el muchacho no contento con esto, pide se
duplique la ración de droga para sus nuevos amigos y ojala sea la
mejor del lugar y obviamente que sea mas desafiante que la
primera.
De allí y por petición de uno de los peruanos, son invitados a un
apartamento, donde remataran con gran detalle, la faena de la
tarde, allí experimentaran la nueva sensación de las calles, una
nueva sustancia alucinógena que ya viene diluida en un frasco y se
administra vía intramuscular, y que no es apta para cardiacos y
cobardes, así y con gran altruismo y respeto por las droga, cada uno
de los asistentes hacen fila para tomar de aquella pócima diabólica,
un poco de vida y alegría, sumergiéndose así, en un viaje letal y
certero, así cada asistente dio estocada a sus pálidas y casi invisibles
venas del brazo, produciendo un raro letargo que lo arroja
moribundo a un largo y desconocido viaje por el inframundo,
satisfaciendo así con extraña irritación su mórbida vida.
El muchacho de negro es arengado por los demás a probar la
pequeña dosis, pero este se rehúsa y no acepta tal desafío, pronto ve
Melodías de dolor 311
que uno a uno de los hombres, cae noqueado en cualquier lugar del
apartamento, luego el hombre de la calle que jamás había probado
esta droga y por no dejar que sus amigos lo ridiculicen en el futuro,
toma una porción de esta y de un certero y efectivo pinchazo,
localiza la vena de su nefasta predilección, sus ojos vuelan entre lo
fantástico y lo peligroso, pronto cae al piso, donde se retuerce en un
mundo etéreo tal como lo hicieron sus predecesores. Todo esto
sucede ante los ojos atónitos del muchacho, pero algo sucede, pese
a ser un profesional consumidor de drogas, su paisano, el
colombiano reacciona diferente a los demás, algo no esta bien en el,
pronto el muchacho corre a auxiliarlo, ve como sus ojos de rojo
intenso, se desvanecen en un blanco sepulcral, el frio de sus manos
se confunde con el escalofrió espectral de su rostro, una gruesa
babaza corre por doquier, un fétido hedor de muerte se expele, es el
olor de la muerte que anuncia su llegada, pronto el muchacho
entiende que aquella convulsión es provocada por la droga en
cuestión, una droga que no acepto el experimentado hombre y que
le causo una sobredosis de emoción en su corazón, segundos
después su respiración cesa como el palpitar de su corazón, el
muchacho que a pesar de su dialogo y de su casi renunciación al
caso, descansa tranquilo y en paz, por ahora pues sabe en el fondo,
que esta muerte no fue provocada por el, sino por el mismo
hombre. Se queda por unos minutos en el apartamento mientras
sus anfitriones vuelan ajenos de este mundo y de la muerte de su
amigo, allí, le observa por unos minutos, reza algunas oraciones que
el solo conoce, luego con su dedo pulgar derecho, le hace una señal
de cruz en la frente y le dice con aire sentimental, “descansa en paz,
pobre hombre”, luego sale del apartamento sin que los demás
hombres opongan resistencia a eso, pues en este momento vale mas
el muerto que ellos mismo.
312 Jairo Veloza González
EPISODIO 9
Luego del fatídico episodio en Quito, logra contactar a un policía
retirado quien le suministra información clasificada de sus
próximos blancos, como planos, rutas e itinerarios, y otras cosas
mas y que por obvia razón costaron una gran fortuna, de esta forma
y con la ventaja sobre las autoridades, idea el plan que se requiere
para la misión y en esta ocasión prevé varios planes alternos para
no tener que cometer el mismo error, de esta forma y de acuerdo a
la confirmación del plan, se hospeda como huésped de honor en
uno de los hoteles más prestigiosos de la ciudad costera de
Guayaquil y que según sus fuentes, su dos próximas victimas, los
americanos estarían en ese lugar.
Permaneció en ese lugar por espacio de tres días, esperando
paciente asechar a sus presas y poder cazarlas; mientras los
americanos aparecían en el hotel, el muchacho se dio la mejor vida,
gasto miles de dólares en placeres banales, en grandes fiestas y
orgias, droga y alcohol, y allí acorde a su plan, hizo creer a todos,
que era un gran narcotraficante colombiano y buscaba socios en ese
país, para ampliar su negocio, pronto su fama llego a oídos de los
dos hombres quienes se interesaron en el muchacho, al fin y al
cabo, lo que les importaba era el dinero y no les interesaba que
hicieran para conseguirlo.
Al cuarto día, solo llega uno de los americanos, se trata del
administrador general de la firma Johnson and Jackson, un
corpulento hombre acompañado por dos gorilas que no se le
despegan ni siquiera para ir al baño, conocido en el bajo mundo
como el “Yanqui”, poseía fama de ser un consumado Don Juan
que le tira a todo lo que tenga buenas piernas y cara bonita, enfermo
apostador del cual se dice que dejo empeñada en un casino a su
primera esposa, de aproximadamente sesenta años, rubio y de
ojos azules y del cual se puede decir, que sin importar como,
consigue lo que quiere.
El muchacho logra ganarse la confianza de varias de las mucamas y
Melodías de dolor 313
en especial la gerente del hotel, que es una hermosa mujer, de
esbelta figura y cabello dorado y de quien se dice que es la amante
del americano, de esta forma el muchacho logra que la gerente se
interese por el y quien inconscientemente, concreta una cita con su
jefe, con la ilusión que entre ellos surja un negocio y ella obtenga
una jugosa comisión.
Apenas el muchacho se entera de que el hombre esta en el hotel,
ofrece una fiesta nocturna de agradecimiento a los empleados y
personal del hotel en las piscinas con lindas muchachas latinas y
exclusivo grupo vallenato, no escatimo gasto alguno, solo quería
que el americano callera en la trampa.
Aunque la fiesta estaba en lo mejor del clima, el viejo
norteamericano no daba muestras de querer asistir al fastuoso
evento, entonces el muchacho planea lo inesperado, ante el fracaso
evidente de la operación y al mejor estilo de las mafias colombianas
y mexicanas, se levanta en medio de las mujeres sensuales en bikini
y tangas que al movimiento de las caderas incitan a la perversión.
–“! ¡Chicas les voy a pagar a cada una, quien sea capaz de destapar
sus senos por el resto de la fiesta!, no importo el pudor, no importo
la educación, solo importo le color verde del billete de cien, y así,
todas las exuberantes y hermosas doncellas, bailaron eufóricas
semi desnudas entre la piscina, pronto el resto de sus prendas
salieron a volar, quedando como vinieron al mundo, desde un gran
ventanal el gringo emocionado por la fiesta erótica, baja de su
encierro y comparte la orgia del alcohol y la droga y de paso
entablar una peligrosa amistad con un joven que no tenía nada de
tonto.
Ambos hombres compartieron la gran fiesta, consumieron alegres
cada uno de los manjares exóticos y eróticos, sumergiéndose en el
frenesí de la locura, la vanidad y el dinero. A la mañana siguiente, y
tratando de soportar la resaca, el joven busca a la administradora
para que esta lo anuncie con su jefe, una hora más tarde, el
norteamericano recibe al muchacho, dialogan entusiasmados y
recuerdan con picardía cada cosa caprichosa que en la noche
anterior hicieron.
314 Jairo Veloza González
Le anuncia que está interesado en comprar varios terrenos para
instalar un gran casino que sea único en América, el gringo pronto
deja ver sus intenciones y le afirma que él tiene esos terrenos y busca
un socio inversionista, a lo cual el muchacho demuestra su interés,
el viejo le dice, que existe un problema, y era que dicho terreno,
estaba muy lejos, en otra ciudad, en Cuenca y eso obligaba a que
debían de quedarse varios días, a lo cual el muchacho acepta, ello le
daba un espaldarazo a los planes del joven.
En la noche, el muchacho en la soledad de su habitación, prepara
todo su equipaje, borra toda evidencia del lugar y luego se retira a la
meditación y oración, para que mañana todo su plan salga bien.
Muy temprano cuatro hombres viajan entre una camioneta blanca
hacia Cuenca, allí va el norteamericano, dos corpulentos
guardaespaldas y por supuesto el muchacho, durante horas viajaron
solo hablaron de negocios y futuras inversiones en Colombia y
Ecuador, el joven seguía el plan al pie de la letra, incluso ya tenía
definido como deshacerse de los dos gorilas.
Llegaron también a un hotel, también de propiedad de los
americanos, allí no registraron al muchacho y ello favorecía más sus
movimientos, en su habitación prepara sus armas adaptándoles el
silenciador, se persigna con ellas y luego reza, pues su nerviosismo
aflora a cada centímetro de piel, luego respira profundo toma el
teléfono y pide a la recepcionista, que le colabore ubicando a uno
de los escoltas del gringo, pues necesita una mano para abrir la
maleta, de inmediato alguien llama a la puerta, era uno de los
fortachones, el muchacho le agradece y le indica que la maleta que
está encima de la cama no abre, “!seguramente se trabo el sistema
de seguridad!”, el gorila armado hasta los dientes se dirige hacia la
cama y así aplicar toda la fuerza para dar apertura a la valija, el
muchacho camina hacia la puerta y se asoma tímidamente, pero se
da cuenta que el segundo guardia esta apostado en la puerta del
americano, voltea a mirarlo y el muchacho lo saluda gentilmente
con la mano e ingresa rápido, el gorila trata de forzar la maleta y
rompe el cierre, gira hacia el muchacho, -¡listo señor!, el muchacho
Melodías de dolor 315
con las manos detrás de la espalda, sostiene su arma, este le dice, -
¡Amigo usted sabe rezar!, ¡no le entiendo señor!, ¡porque es mejor
que rece todo lo que sabe en este momento!, el joven saca su arma y
le apunta, ¡arrodíllate mirando hacia la ventana, y es mejor que no
hagas nada, si quieres seguir viviendo!, el guardaespaldas se
arrodilla de espaldas al joven, pero este trata de sacar su arma, el
muchacho reacciona propinándole un fuerte golpe con su pistola,
el gigante cae inconsciente, el joven trata de halarlo para esconderlo
pero el ruidoso alboroto alerta al segundo guardia, quien corre a la
habitación desenfundando su arma, entra a la habitación y se da
cuenta que su compañero esta botado en el piso, advierte que la
ventana está abierta y corre hacia ella bajando por completo todas
sus defensas, presumiendo que el muchacho salió por ella, -
¡Quieto, no te muevas o te vuelo la cabeza!, amenaza el muchacho
que está detrás de la puerta, el guardia gira pese a la orden, de nuevo
el muchacho le advierte, pero este no hace caso, gira rápido y trata
de disparar, pero la reacción del profesional, es más veloz y le
propina dos disparos en la cabeza, cierra la puerta, y mete los
hombres dentro del baño, alista su equipaje de mano, lo deja a un
lado de la puerta, camina acelerado hacia la habitación del
americano, golpea varias veces, pero no atienden al llamado, golpea
de nuevo, y la voz enojada del gringo le informa que está demasiado
ocupado, de nuevo el joven golpea, y esta vez le dice, ¡Mr. Johnson,
soy yo! Entonces este abre la puerta, pero el muchacho le propina
un fuerte golpe en la cara con su arma, este cae al piso y trata de
levantarse pero el muchacho esta sobre él, -¡Quieto!, el americano
queda paralizado ante el frio acerado de la pistola. -¡recuerdos le
mandan de Bogotá, Míster Johnson!, el gringo trata de entender lo
que sucede, ¡Que es lo que quieres, dinero, llévatelo todo, pero mis
hombres te alcanzaran como a un perro!, ¡esto no es por dinero, es
por honor y dignidad!, el hombre trata de observar los ojos del
joven pero aun no logra visualizar lo que sucede. -¡Saludos le envía
la familia González, y espero jamás olvide en el infierno a don
Francisco González y su esposa!, pronto el gringo queda de una sola
316 Jairo Veloza González
pieza, inmóvil totalmente desarmado en su interior, sus pupilas
titilan de miedo o tal vez de sorpresa, pronto el muchacho, se
acerca al oído, algo le dice, esto asusta más al hombre, quien
balbucea,
-¡No puede ser, pero si creíamos que todo había salido bien!,
¡Mire usted, no fue así!,
-¡Llévate todo, pero por favor no me hagas daño!, ¡los que
planearon todo fue Jackson y Fernández, solo fui un comodín para
sus planes!
Luego el muchacho le pregunta, ¡en donde está el otro gringo!, este
le contesta, ¡En Chile, en mar de plata, allí tenemos hoteles!,
Tirado en el piso y con lagrimas en el rostro, le dice con fiel verdad,
¡hombre siento mucho todo lo que ha tenido que pasar, pero estoy
dispuesto a pagar con creses su dolor!,
¡es demasiado tarde, más bien laméntese consigo mismo y pídale
perdón a Dios porque hoy te vas directamente al infierno!, el
gringo trata de luchar pero el joven le propina otro golpe,
derribándolo, lo arrastra hacia el baño, allí lo mete dentro de la
tina, ahogándolo pese a la resistencia, finalmente y ganada la
batalla, el muchacho observa al gringo que aún tiene los ojos
abiertos, y le dice, -¡tarde que temprano, las cuentas de sangre se
pagan!.
Melodías de dolor 317
EPISODIO 10
En Quito, el muchacho utiliza un salón internet, donde le
comunica al hombre del anticuario, que el plan se efectuó en parte,
y que tiene un pequeño problema, y debe de efectuar otro plan,
pues el otro americano, “Jackson” se encuentra en Chile y es poco
probable que regrese a Guayaquil, por ende debe viajar pronto y
encontrar al hombre.
En una cafetería del centro de Bogotá, se encuentra el capitán
Muñoz, quien observa atento las noticias en la pequeña televisión,
pide un tinto y observa como uno de los presentadores, informa
que el noticiero tiene el video de las cámaras de seguridad del
aeropuerto, donde al parecer se encuentra la imagen del presunto
homicida del Japonés, pronto se levanta y corre hacia al aparato
para tratar de divisar dicha imagen, pero desafortunadamente es el
mismo video que días antes había recibido, regresa a su lugar
bastante decepcionado, mete sus manos en el bolsillo de su saco
buscando las llaves de su auto, allí saca extrañado un segundo
video, que tiene las imágenes del homicidio del centro comercial,
lo toma, lo sacude varias veces, luego lo mira fijamente, pensando
tal vez en muchas cosas pero la final toma una decisión y sale de
allí, hacia la estación de policía.
Pese a los reclamos y regaños del viejo del anticuario, el joven toma
un avión hacia Santiago, en busca de Jackson, con apenas lo que
lleva puesto y un maletín, fija en su cabeza, la misión absoluta de
buscar por tierra o mar a este hombre.
En Bogotá el detective Muñoz le pide a su amigo el sargento
Fernández , experto en comunicaciones, le reproduzca el video del
centro comercial, allí observa a un hombre de negro que camina,
lleva puestos lentes y sombrero y mira para todos los lados, de
pronto observa, que el hombre se quita los lentes y los limpia con
un pañuelo negro, en ese instante se observa despejado el rostro
del asesino, aunque difuso y poco entendible, pero algo le llama la
318 Jairo Veloza González
atención y le pide a su amigo, que le reproduzca el video del
aeropuerto pero sin quitar el otro, el sargento coloca el video y allí
paso a paso, durante quince minutos observa todo y aunque las
centrales de inteligencia habían escudriñado a fondo dicho material
sin encontrar nada, luego ve como el hombre vestido de chofer
siempre de espaldas a la cámara, aparece en escena, luego varios
minutos, observa algo y le pide al encargado que detenga el video, -
¡Lo sabía!, ¡que vio mi capitán!, ¡es el mismo hombre, el asesino del
centro y del aeropuerto, es el mismo hombre!, el sujeto trata de
observar los dos videos congelados, tratando de ubicar la
comparación. -¡Hombre, mire bien, en los dos videos, el hombre
usa el pañuelo negro y limpia los lentes!, el sargento de informática
mira y logra detallar la casualidad pero aún no está convencido, ¡Mi
capitán es que mire, uno tiene el pelo negro y el otro es rubio!, ¡si
sargento, pero porque este hombre es un asesino profesional;
hágame una copia de esto y aun no informe nada, no hasta que esté
completamente seguro!, de inmediato llama al Sargento Muñeton,
y le ordena buscar los últimos casos de asesinatos en Bogotá y el
país, y hacer una lista.
El muchacho llega a Santiago y se hospeda en uno de los mejores
hoteles y para sorpresa suya, se entera que en esta ciudad se llevara a
cabo, una rueda de negocios hoteleros, y de la cual estima
inteligentemente que su siguiente objetivo participe en dicho
evento. Como el tiempo es su principal enemigo por el trabajo
hecho en Ecuador, se inscribe en dicha rueda y allí con la
colaboración de los coordinadores del evento, solicita el listado de
asistentes y para sorpresa suya, encuentra el nombre de Mike
Jackson, en representación de la compañía hotelera “Johnson and
Jackson” y está confirmado para un congreso en la noche en un
prestigioso salón de la capital Chilena.
-El viejo del anticuario esta bastante preocupado y busca a sus
amigos íntimos en otros países, pero solo uno acude a su llamado,
un amigo en Argentina, acepta colaborarle para que el muchacho
llegue allí y arme una cuartada perfecta, para ello, envía un
Melodías de dolor 319
subalterno suyo y ubica a los portadores de los pasaportes falsos y
luego de llegar a un acuerdo millonario, con todos ellos y de
acuerdo a las instrucciones y la inteligencia de la oficina del joven de
negro, todos ellos viajan hacia Buenos Aires, allí con la aduana y la
policía de inteligencia del Ecuador y de la Argentina, arreglan todos
los detalles para hacer creer que estas entradas a estos países, son de
tiempo atrás y así desviar posibles investigaciones de la policía y la
interpol.
En Bogotá, el capitán Muñoz recibe del sargento Muñeron, el
listado de homicidios del último mes, un total de 164 asesinatos
se dieron lugar en todo país, así la investigación seria más extensa
pero necesaria, ordena a su subalterno realizar un comité de
trabajo a la brevedad posible.
320 Jairo Veloza González
EPISODIO 11
-“un total hermetismo vive el país, en relación a los últimos
homicidios registrados en el país y que han desatado una ola de
violencia”, expresa como siempre el diario rojo ante el silencio y la
parálisis que sufre la policía y la fiscalía al no dar con los autores de
los últimos sucesos violentos.
-en Santiago, el muchacho, se prepara para la cena de gala, donde
con algunos dólares, se hiso inscribir como participante hotelero
radicado en Venezuela. Para tal cena, alquila un traje negro muy
elegante, sombrero y gabán, con gran elegancia y orgullo poco
modesto se pavonea frente a todos los asistentes, tal vez esta actitud
sea parte de un plan macabro.
En dicho evento, se congrega lo más relevante de la hotelería
americana, detrás de ellos, cientos de asistentes más, entre ellos
muchos periodistas que están prestos a transcribir las conclusiones
más sonoras e impactantes del gremio y como si esto fuera poco,
decenas de hermosas mujeres que dan brillo a una reunión
acartonada.
El certamen es abierto por un maestro de ceremonias muy
prestigioso en ese país, luego una orquesta de cámara da la
bienvenida a los hoteleros, el muchacho de negro quien con
muchos dólares logra que la organización le de puesto clave al pie
de su siguiente víctima, el dispositivo de seguridad es enorme, tanto
adentro como fuera, sea un total refugio antiterrorista; pronto la
desesperación toma al muchacho quien se inquieta al no ver el
arribo del americano, luego de unos cocteles, y de discursos largos
y no comprensibles por el muchacho, llega Mr. Jackson con dos
escoltas, quien al parecer no sabe nada de su socio, allí junto a él, se
sienta la gran mole humana, quien despacha a sus dos escoltas pero
en cambio recibe a dos hermosas mujeres que se sientan al lado y
lado del hombre, pronto el presentador hace un efusivo
recibimiento al magnate hotelero, quien con su orgullo millonario y
exceso de fama, se levanta de su estrado, y hace una venía a todos
Melodías de dolor 321
los asistentes que a su vez, con admiración o sin ella, le responden
con aplausos, con lo anterior, el muchacho confirma sus dudas, sin
tener que usar la famosa fotografía.
Pronto el muchacho logra tener una conversación con su víctima
que luego de unos Martini, estrechan una hipócrita confianza que
les hace olvidar por un momento el famoso certamen, tal vez, y al
igual que su socio, al ser advertido por otras personas del evento,
sobre el acaudalado muchacho con mas dinero junto que todos los
que estaban allí y su particular interés de buscar socio para realizar
jugosas inversiones hoteleras, despertaron en el un aire de ambición
y poder, descuidando su acostumbrada inseguridad por los
extraños.
Al borde del cierre del evento, el muchacho sale al baño, donde
prepara una extraña mezcla y la introduce en una capsula pequeña,
sale de nuevo hacia su lugar, se sienta, allí el gringo se despide del
muchacho, alterando sus planes, pero el muchacho reacciona y le
exclama, -“¡Pero cuando nos vemos, yo mañana viajo para Europa
muy temprano y me interesa dialogar con usted!”, el americano se
sienta junto a él, -¡a mí también me interesa, espérame un segundo
mientras voy al wáter!, ¡listo yo te espero, mientras tanto pediré un
par de tragos para mojar la palabra!, replica el muchacho -¡OK!, y
tomando por cada lado a las muchachas, va tambaleando hacia el
baño.
-En Bogotá, el capitán Muñoz, empieza la difícil selección de la lista
de homicidios y que tengan una supuesta relación, para ello cita, a
todo un grupo interdisciplinario con equipos de última tecnología, y
poder así, tener un aporte necesario que esclarezca los crímenes.
Mientras tanto en Quito, la mucama del piso quinto, halla el cadáver
de su jefe, pronto el escándalo del homicidio, alborota a todo el
Ecuador, la consternación es grande, ya que se trata de un
inversionista importante allegado al gobierno, pronto los teléfonos
de los asesores de Quito, tratan de ubicar a Míster Jackson pero
este, creyendo torpemente, apaga el celular pero logran
comunicarle lo sucedido a los escoltas, quienes se encuentran a
322 Jairo Veloza González
varias cuadras de allí, comiendo en un restaurante, dejan de comer y
corren para el hotel. En el evento el muchacho observa hacia todos
los lados, en especial al baño allí llama un mesero quien le lleva dos
Martini , le agradece, de nuevo mira para lado y lado y hacia el baño,
estirando un poco su cuello, tratando de esculcar el horizonte
repleto de gente y que le impide ver el gigantesco estadunidense. Se
sienta tranquilo, saca de su bolsillo la capsula con el extraño polvillo,
la abre y le echa su contenido en la copa de cristal, la sacude muy
meticulosamente, la deja en el lugar del gringo, se acomoda y limpia
con detalle cada parte de su vestido, llega a la mesa el americano
quien ya no esta tan descompuesto, le pide a las chicas que lo
esperen afuera, dentro del carro. Allí los dos personajes se
concentran en una gran conversación de negocios, pronto hay un
gran acuerdo entre los dos, estrechan sus manos y el muchacho pide
un brindis para cerrar con lujo de detalles el gran negocio del año
para el americano, el muchacho toma un sorbo mientras observa al
gringo, este a su vez, de una sola bocanada toma todo el trago,
ambos se miran, el gringo se levanta despidiéndose del muchacho
pero todo en su cabeza le da vueltas, cae en la silla. -¡pero que me
pasa, no puedo respirar todo me da vueltas!, se desajusta el corbatín
y la camisa, mira para todos los lados, a punto de caer inconsciente. -
¡Tranquilo Mr. Jackson, el efecto del veneno es rápido y nada
doloroso, es cuestión de paciencia, en diez segundos podrá
encontrarse con su socio Mr. Johnson, quien de seguro ya está
ardiendo en el infierno!, el americano lo mira convulsionando y
trata de agarrarlo varias veces pero sus reflejos están totalmente
dormidos. ¡Don Mr. Jackson, debo retirarme, trate de quedarse
quieto porque le puede dar un infarto, más bien tranquilícese y
disfrute su muerte!; el muchacho mira hacia todos los lados, saca un
pañuelo negro y le limpia el sudor de la cara y unas cuantas lagrimas
que corren solitarias por sus mejillas, el corpulento hombre, se
pone cada vez más morado, su estado es crítico, el muchacho se le
acerca y le dice algo al oído, pronto y tal como el muchacho lo había
dicho, este se agita violentamente y un fulminante infarto lo
Melodías de dolor 323
derrumba al piso, el joven de negro, se levanta gritando ¡auxilio,
auxilio, mi amigo le dio un ataque! La multitud corre hacia el lugar
para tratar de ayudar, los gritos no esperan pidiendo la ayuda de un
médico y una ambulancia, el muchacho en medio del caos, se retira
rápido del lugar pero las cámaras de televisión, transmiten en
directo el hecho, incluso el escape tranquilo del muchacho de
negro, pronto llegan los escoltas a informar a su jefe el homicidio de
su socio, para al ver que una muchedumbre llevan arrastrado a un
hombre, entendieron que era su jefe, de nada valió, todo intento
humano por salvarlo, según el veredicto legista, Mr. Jackson, murió
a causa de un paro cardiaco, por su parte el joven que tenía todo
previsto, viaja hacia Venezuela utilizando una de las tantas
identificaciones falsas, y desviar así toda investigación en Quito y
Santiago.
324 Jairo Veloza González
EPISODIO 12
-¡Un detective joven llega a la oficina del capitán Muñoz!, Capitán
esta es la información que me pidió del japonés, observa que desde
hace veinte años ha venido a Colombia, siempre en plan de
negocios, y le llama la atención, que hace 21 años, funda una
empresa junto con seis hombres, una empresa comercializadora y
exportadora de joyas y esmeraldas, toma otro boletín, un
documento de constitución de gerencia y encuentra que dos
nombres inscritos allí, aparecen también en el listado de
homicidios recientes, pronto encuentra una especie de relación,
aunque no está seguro, delega al sargento Muñeton y otros
hombres más, para que busquen a los otros integrantes de la
empresa, y que supuestamente los pueden llevar a tener más
precisión sobre la investigación.
En la oficina del anticuario, el viejo habla por teléfono con el
muchacho de negro, le dice que la policía está investigando mucho
y es mejor aplazar la otra diligencia ¡La prudencia y la paciencia, son
virtudes del sabio! replica, ¡muchacho quédate unos días en la
costa, mientras yo arreglo a varios policías!; pero el muchacho al
parecer, se niega hacer caso, y ello irrita al anciano, quien tiene más
de chenta años, usa bastón, viste muy bien, y siempre usa el color
negro, tal vez con el guarda respeto a todos los que estuvieron a su
lado. -¡muchacho quédese por allá, al menos por varios días!, pero
la voz al otro lado, ¡Tiempo es lo que no tenemos, debemos
terminar con esto, más bien envíame dinero a Maicao, porque hoy
salgo de Venezuela, además envíame, todo el material del otro
hombre, pues este tipo, está aquí en la costa!; ¡pero mijo, hágame
caso, esto se está poniendo caliente!, !viejo no te preocupes, si no
me morí chiquito mucho menos grande!...¡Chao abuelo; espero
eso urgente!
El detective muñoz, le pide a sus hombres, indaguen más sobre el
japonés y los otros dos sujetos asesinados, de pronto uno de ellos
confirma por medio de la internet, que dicho personaje, estuvo en
Melodías de dolor 325
Colombia por corto tiempo y que fue implicado junto con los otros
dos hombres en un doble homicidio pero el juez los declaro
inocentes, desapareció y con él, los otros dos hombres, -¡Capitán,
aquí hay algo curioso, pero el doble homicidio jamás se esclareció, y
aun mas, el asesinato doble, fue cometido en contra de uno de los
socios de mayor capital!, termino el agente, -¡esto está cogiendo
forma, cuatro de siete socios de esa empresa están muertos,
averiguan donde están los otros tres, y también busquen a sus
familiares cercanos de los muertos radicados aquí!....!y algo mas, el
juez del caso, fue investigado después por la fiscalía, pero este
desapareció sin dejar rastro, según datos de inteligencia, la ultima
vez que se supo de el, fue en Barranquilla!.
Dos horas más tarde, un agente investigador entra a la reunión de
inteligencia, -¡Capitán hallaron a dos de los socios del japonés
muerto hace unas horas, uno ahogado en Ecuador y el otro al
parecer envenenado en chile, apenas hace dos horas!, -¡Diablos!,
reclama indignado el policía, -¡Muñeton, Muñeton! Grita
furibundo el policía, -¡Rápido, busque al otro de los socios y rápido,
antes de que lo maten!, sale de la oficina el capitán directo a donde
sus superiores a comunicarles que todos estos muertos que
trascendieron las fronteras del país, tenían absoluta y cierta relación.
No había duda, que sabía en el fondo que todo eso, era un gran
ajuste de cuentas aunque no podía determinar la autoría, pues aun
las piezas no estaban encajadas dentro de la investigación, pero cada
minuto que pasaba tomaba cada vez mas forma.
En la Guajira, el muchacho sube en un bus que lo lleve cerca de
Barranquilla, donde sospecha, este el último de la lista de acuerdo a
las informaciones de sus contactos, y que para efectos de esta
historia es el juez que dejo en libertad a muchos malhechores, ahora
el joven estaba tras su pista, era cuestión de tiempo, aunque este no
estuviera de lado del muchacho.
-¡Atención, mucha atención, información de última hora, un doble
homicidio ocurrió en Guayaquil Ecuador y Santiago de chile, hace
suponer a las autoridades que se trata de un ajuste de cuentas por
326 Jairo Veloza González
parte de los carteles colombianos en contra de los
norteamericanos, el hecho sucedió cada uno dentro de un hotel y al
parecer perpetrados por asesinos profesionales, pero un informe
de última hora, de los centrales de policía de los dos países hacen
suponer que los autores son los mismos para ambos casos y cuya
identidad no ha sido descubierta, pero las autoridades aseguran de
que se trata de un colombiano de tez blanca, alto, delgado de
aproximadamente 25 años!... luego el televisor es apagado por el
capitán Muñoz, de nuevo con notoria preocupación, llama a
regañadientes a sus subordinados, -¡Que me tienen, que han
averiguado!, pero ninguno de sus investigadores ha logrado
conseguir algo, ¡carajo, Muñeton comuníquese con la policía de
Ecuador y Chile y pídales que nos envíen, los videos de seguridad!,
¡tomen esa lista de socios de esa empresa y averigüen donde están
los demás socios y préstenles toda la seguridad posible, estoy
seguro que el asesino ira también por ellos!, ¡si señor!..... ¡Estoy
seguro que pronto caerá este profesional!, de nuevo se encierra en
su oficina a buscar más detalles de los crímenes, tal vez esto, sea el
reto más grande de su vida, el capturar a un asesino casi perfecto.
Minutos más tarde, llega el correo electrónico con los videos de
seguridad de los dos países, el sargento Muñeton imprime los
correos y los lleva a su superior, pronto en un gran televisor el
grupo de agentes revisa el material, una y otra vez, pero no hay
nada, luego el capitán, ordena a sus hombres que salgan de allí. El
solo, revisa de nuevo, pero no hay nada, en un instante fuma una
docena de cigarrillos y se acerca al televisor, y se da cuenta, que
pese a que el asesino astutamente siempre da la espalda o se tapa la
cara ante las cámaras para no dejar pistas a las autoridades, deja
algo en uno de los videos que en parte lo consuela, y es el video de
Chile, independiente a las cámaras de seguridad, hay mas de una
docena de cámaras de televisión cubriendo el evento, entonces y
con su fe renovada, llama a sus subalternos y les ordena que se
comuniquen con la policía, y pidan copias de todos los videos de
los cámaras que están allí. -¡Muñeton, a qué horas asesinaron al
Melodías de dolor 327
hombre de Ecuador! , ¡Más o menos a las dos de la tarde! ¡Y el
segundo, el de Chile!; ¡hacia las diez de la noche del siguiente día!;
¡o sea tuvo todo el tiempo para ubicarse y planear con detalle cada
movimiento, Muñeton pida el registro de la aduana de Chile, de los
vuelos que llegaron a Ecuador, de los últimos cuatro días de vuelos
colombianos que llegaron allá!
Cerca de Barranquilla, en un pueblo vecino, el muchacho alquila
una habitación acondicionada con teléfono e internet, y bajo una
identidad falsa, y haciéndose pasar como periodista, indaga en ese
pueblo y en otros pueblos, sobre la historia de un hombre, “el juez”
muchos negaron conocerlo, otros jamás habían escuchado tal
nombre y otros apenas si lo recordaban pero habían perdido el
contacto de él.
En el comando de la policía, el capitán recibe parte de los videos de
Chile y prepara un salón con suficiente equipos y personal, para
revisar centímetro a centímetro cada video, pues creía que este
hombre de negro siendo tan perfecto en su trabajo, tal vez no haya
tenido en cuenta, las dichosas cámaras de televisión ajenas a la
seguridad.
Cerca de una bulliciosa plaza, el muchacho, que viste camisa corta y
pantalón negro y su acostumbrado sombrero, detiene un taxi, que
alguien de un viejo billar le recomendó, como persona de extrema y
absoluta confianza, conocedor de todo, incluso de los lugares
buenos y los peores, y que con sus años de experiencia, conoce a
todo tipo de personas; luego de la recomendación, el muchacho
aborda el taxi y dentro de el, le ofrece al conductor una buena
cantidad de billetes, solo para que este ubique pronto al famoso
“juez”, y le pide que sea prudente pues no quiere tener problemas y
lo incentiva aún más, pues le promete que hay mucho dinero para
él, si logra ubicar al hombre en mención, además le recalca que esta
es una misión periodística y no quiere que nadie le gane la chiva, el
taxista emocionado, le asegura, que antes de que anochezca, tendrá
su famosa “chiva”, el muchacho baja del carro y tomo otro taxi que
lo lleve a barranquilla donde recibirá un giro millonario de Bogotá,
328 Jairo Veloza González
además de su última información para terminar con su misión;
desde una de las miles de cabinas de teléfonos celulares de la
ciudad costera, realiza una llamada prohibida pero necesaria,
estaba tratando de comunicarse con el hombre del anticuario, que
presto acude a contestar la llamada.
¡Que hubo muchacho, me tenías preocupado!,
¡No se preocupe, estoy bien viejo, antes de veinticuatro horas,
terminare todo, y podremos descansar definitivamente!;
¡Muchacho ten cuidado la policía está acercándose mucho, según
mi informante, hay un capitán Muñoz que tomo esto como
personal, y está siguiendo cada pista con lupa!
¡Tranquilo mi viejo, mañana se acaba esto, por favor, envíame
papeles nuevos, esta chapa está muy putiada!.....
¡Ten cuidado por favor, apenas terminemos con esto, te vas para
Europa por un buen tempo!
En la estación de policía, un grupo de 15 detectives, analiza
minuciosamente cada milímetro de video en busca de una pista
que los lleve al asesino, de pronto uno de los agentes, llama urgente
a su comandante, este corre hacia él, -¡vea jefe este video, es el
momento justo del infarto, allí se observa a un joven vestido de
negro quien saca un pañuelo negro y limpia la cara del hombre, -
¡este es el mismo hombre de los videos del aeropuerto!; ¡debe
haber imágenes más detalladas de él, revisen bien!; otro agente
llama al capitán -¡comandante venga a mirar esto!, era el video del
muchacho que en medio de la gente sale caminando tranquilo, se
ajusta el pantalón, se acomoda el saco y su sombrero, mira hacia los
lados y luego hacia atrás y sin darse cuenta, pasa en primer plano
por el frente de una de las cámaras sin darse cuenta. ¡Este es, este es
el asesino, por fin te tengo en mis manos bastardo!; ¡envíen varias
copias al comandante general, al ministro y si es el caso al mismo
presidente, necesito esa, autorización para publicar su rostro en los
medios de comunicación!, ¡rápido, rápido, aún nos queda uno, y
ese será el que nos lleve al asesino!
Melodías de dolor 329
En las calles de Barranquilla, el muchacho camina preocupado al
no saber nada de su cooperante, así que decide regresar al pueblo y
buscarlo, una hora luego, ubica al taxista, ingresa este al taxi, ambos
lejos del bullicio de la playa y de la gente, hablan en secreto por
espacio de treinta minutos, luego el muchacho entrega un sobre
con dinero y a su vez el taxista le entrega una hoja de cuaderno mal
arrancada y que trae un escrito de varias líneas con la información
que el muchacho busca, el hombre de negro sale del taxi y regresa a
su habitación para aprovechar la soledad y el silencio para planear
su último golpe.
330 Jairo Veloza González
EPISODIO 13
En Barranquilla, el joven de negro espera afanado que llegue la
hora para ingresar a un centro clínico en el centro de esta ciudad,
desesperado presintiendo tal vez que las cosas no puedan salir bien,
mira una y otra vez su preciado reloj, y fijo como estatua en un lugar
cerca a la entrada del lugar, agita su pañuelo negro ante el calor y
ante el desespero de no poder ingresar, pronto la puerta rechina y
anuncia la entrada de todo personal de la clínica, allí junto a la
puerta, esta apostado el guardián quien requisa paquetes y exige la
debida identificación de los empleados, el muchacho se percata de
ello, pero su agitada desesperación cambia por una relativa y
normal tranquilidad, pues como astuto jugador del azar y el ajedrez
de la vida, había conseguido con el taxista del día anterior, una falsa
pero eficiente identificación que lo acredita como funcionario de la
institución medica, por unos minutos finge estar hablando por
celular para detallar con perfección el movimiento de la puerta y del
alrededor, luego y de detectar a lo lejos una patrulla de la policía, se
apresta a entrar.
En Bogotá el capitán Muñeton ordena a sus subalternos que se
comuniquen con la dirección de policía de Barranquilla para que
presten toda la seguridad posible al ultimo de los sobrevivientes de
una supuesta cadena de homicidios que tenían relación entre si,
pero que aun tenían despistado al astuto policía. Pronto la orden
hace rigor en esta ciudad y de inmediato una patrulla con dos
policiales y hacen presencia en el lugar.
_”! La policía aun no tiene pistas sobre los graves hechos de
delincuencia que ha vivido el País, esta tarde el presidente de la
República dará una conferencia de prensa, para dar detalles de la
investigación y sus supuestos avances!”, reza la columna
periodística del matutino nacional, que entre comillas escribe,
Melodías de dolor 331
“pañitos de agua o verdades a medias!”, luego suena el musical
celular del detective Muñoz, que es agredido por su superior, que a
la vez es amonestado por un alto general que a la vez es llamado al
orden por el mismo presidente, en fin una cadena de mando con
un justificado pero poco llamado de atención.
El hombre del anticuario por su parte trata de buscar todos los
mecanismos necesarios para sacar al muchacho de esta ciudad y
enviarlo de inmediato al exterior motivado por las llamadas
oportunas de sus informantes que todo lo saben dentro del
gobierno y la policía.
Mientras tanto en la clínica, el joven ingresa a la clínica sin
problema alguno pese a la inseguridad del guardián que no esta
seguro de la veracidad del recuerdo y su memoria, pues no se
acuerda de haberlo visto dentro del centro hospitalario; camina
intranquilo y por no decir inseguro al no lograr como llegar a la
habitación dos, uno, tres, que es la habitación del ultimo de los
hombres que aparecen inscritos en el famoso libro de las deudas y
la venganza. Logra que una persona del aseo le indique el lugar
exacto de la administración del hospital y allí ante el descuido de los
guardias, logra entrar a un cuarto y tomar de allí, varias prendas
pertenecientes a un medico cirujano que había estado de turno en
la noche anterior, coloca sobre su pecho la identificación y sobre su
cabeza pone un gorro además de varios accesorios que le hacen ver
como un verdadero galeno.
En Bogotá el capitán solicita a su jefe le autorice viajar con sus
hombres a Barranquilla y adelantar la investigación, además de que
le hace saber que tiene un presentimiento que el famoso asesino de
negro, atacara en la clínica, porque en dicha clínica se encuentra en
lamentable estado, el famoso juez de la mafia, a lo cual y pese a la
incredulidad de sus superior le autoriza el viaje; de esta manera y
sin perder tiempo, viaja en un avión de la policía con ocho de sus
mejores hombres.
332 Jairo Veloza González
En la clínica accede de manera fácil a la recepción del piso donde se
encuentra su próxima victima, advierte que a la clínica ha llegado la
policía y que uno de ellos se encuentra apostado en dicho piso, sus
planes se ven truncados por un momento y sale hacia un gran
ventanal para divisar el entorno y detalla que una segunda patrulla
con cuatro oficiales mas llegan al lugar, tal situación lo angustia mas
y no sabe que hacer, se recuesta sobre una de las paredes tratando
de idear el famosos plan B, pues el A no le funcionaria con tanto
policía allí, de esta forma toma su arma y la coloca debajo de su
límpida bata, por si algo salía mal y debía de actuar a ultima hora y
enfrentar ala policía.
Pese al policía apostado, la rutina en el piso continua igual, decide
pasar por en frente del policía y observar con detalle al juez, quien
se encuentra con respirador y conectado a varias maquinas, pasa
una y otra vez, entiende que no esta nada fácil, luego ve que una
enfermera acompañada por un medico entran a una habitación, allí
cierran la puerta y prestan atención al paciente, de pronto se le
ocurre una idea, pasa de nuevo por en frente de la habitación,
saluda cordialmente al policía y luego llama a una enfermera, esta le
saluda con el respeto que se merece un doctor de la supuesta talla
del muchacho, luego este le dice que cual era la rutina que tenia
para esta mañana, ella le dice que tiene varias habitaciones y entre
ellas, se encuentra la del sujeto, pronto el muchacho le pide le
permita acompañarla, pues es nuevo en la clínica y necesita
adaptarse a la rutina, a lo cual la enfermera acepta con gran
alborozo, ella le pide la espere un momento mientras trae los
papeles y las historias de los pacientes, finalmente lo invita a que
tome un café pues la jornada es larga y un poco monótona.
En el aeropuerto el avión del detective Muñoz despega rumbo a
esta ciudad, en el avión llama directamente al director de la policía
local y le pide que el personalmente. Preste la seguridad a este
hombre, pues es testigo y eslabón directo para esclarecer estos
crímenes, pocos minutos medio cuartel de la policía estaba
rodeando el hospital, por su parte el viejo del anticuario intenta
Melodías de dolor 333
comunicarse con el muchacho pero es infructuoso, trata por todos
los medios de conseguir varios enlaces que logren ayudar al
muchacho y sacarlo de allí sin problema, pues en el fondo y pese a
las advertencias del viejo, el muchacho es decidido y de que
manera.
En la clínica y con un tinto como la perfecta excusa, logra entrar a
una habitación diferente de su victima y tranquilizar por decirlo así,
al joven policía para que este a su vez se llene de confianza y no
sospeche del joven supuesto medico, demoran no algo mas de diez
minutos, y para su sorpresa cuando este sale acompañado de la
voluptuosa enfermera, observa que hay tres policías en el piso,
entiende que la policía descubrió su plan y debe de actuar rápido;
así junto a la morena y en el mayor de los secretos, eleva una
plegaria muy necesitada y de nuevo y por infinita ocasión, pone en
manos de su creador su vida, empuña su arma con tal fuerza, que se
hace daño pero ello no desconcentra al homicida.
El plan del muchacho se retrasa unos minutos mas, mientras este
ingresa a dos habitaciones mas, pasarían cerca de treinta minutos
desde que el avión del detective despego de Bogotá, en cuestión de
pocos instantes este arribaría a la ciudad y el plan del muchacho no
daría los frutos que este buscaba, diez minutos después toda la
clínica y todos los alrededores estaban cubiertos por policías, no
había salida, no había como escapar.
Minuto tras minuto la situación se ponía tensa, cada exhalación del
muchacho, era una bocanada de desesperación y miedo, la
adrenalina desbordaba por cada poro, pronto todo el lugar estaba
rodeado, pareciera que el mismo presidente estuviera allí, la
confusión reino por doquier, los detectives empezaron con las
rondas de preguntas sobre si habían visto o sabían de algo anormal
pero las respuestas no fueron lo suficientemente convencedoras,
así que debieron de revisar cada identificación y entrada del
personal, pero ello no fue suficiente para la policía, así que
debieron de requisar e identificar a cada persona del hospital.
334 Jairo Veloza González
En Bogotá, el hombre del anticuario logra contactar a un viejo
amigo suyo en Cartagena, para que este saque del lugar al
muchacho, mientras tanto en el aeropuerto, tres camionetas salen
veloces hacia el hospital, mientras que en el interior de una de ellas,
el capitán Muñoz, habla a regañadientes con un oficial encargado
del dispositivo en el hospital; por su parte la policía inspecciona
cada milímetro del lugar, al parecer no han encontrado algo fuera
de lo normal, en el mismo piso del juez, el muchacho hace una
ronde de visitas con la enfermera que por su belleza atrae todas las
miradas, incluso de los policías.
El muchacho y la mujer salen de la habitación de en frente,
seguidos de cerca por los ojos sigilosos de los oficiales, entonces el
muchacho, con una carpeta en sus manos y el estetoscopio aun en
sus oídos, le pregunta a la linda mujer, ¡enfermera nos queda algún
paciente por examinar!, ¡si doctor, nos queda el paciente de en
frente!, el muchacho se detiene un momento y disimula su
intención ojeando la historia clínica del paciente, allí observa que el
paciente sufrió de un paro cardiaco y que se encontraba en critico
estado.
De camino hacia el hospital, el capitán Muñoz, ordena al conductor
acelere al máximo, pues cada instante que pase es perjudicial, en
Bogotá, el anciano trata de comunicarse con el muchacho pero este
tiene apagado el celular; en Cartagena un hombre de tez morena y
de avanzada edad, dispone junto con otros tres hombres, un
complejo dispositivo de rescate, ya en el hospital, la simpática
muchacha fraternaliza con los policías quienes descuidan su misión
pese a la minuciosa requisa en el piso, el muchacho que siempre va
adelante un paso, determina que es el momento de actuar y ante la
omisión de los policías, logra no ser requisado por los policías,
¡señorita entremos de inmediato para que nos alcance el tiempo!,
replico el muchacho con voz exigente y clara, a lo cual la muchacha
acepto con un si señor, ¡permiso muchachos entre un ratico
hablamos!, declaro la enamorada enfermera.
Melodías de dolor 335
A la entrada del hospital llega el capitán con sus hombres, los cuales
ubica estratégicamente, en cada lugar para apoyar la seguridad y un
posible escape, ¡algo me dice que este hombre esta aquí!, ¡rápido,
rápido, que este hombre no se nos escapa!, corren afanados por
todo el hospital, pues muy en su interior sabe que el hombre de
negro es un verdadero profesional y que solo basta unos cuantos
segundos para culminar su malvado plan, en la habitación del juez el
muchacho detalla que el hombre, esta conectado a un respirador
artificial, en fracción de milésimas de segundos, el muchacho
idealiza un tercer plan el cual determina como el mas conveniente,
de esta manera, le pide cortésmente a la enfermera le traiga un café
cargado pues allí se van a demorar un buen tiempo, debido a las
complicaciones del paciente y de paso le sugiere de forma picara,
también traiga dos más, para los policías, a lo cual la preciosa
muchacha accede coquetamente, de esta forma la esbelta mujer,
sale contoneando su límpido cuerpo, ante la mirada morbosa de los
agentes, de pronto la enfermera se detiene, gira su cuerpo y le dice a
los policías, ¡quieren café!, ¡si señora!, dicen los impactados los
policías, ¡vengan por el!, añade la muchacha, ¡el que quiere un beso,
busca la boca!, replica la enfermera, quien rápidamente es abordada
por los policías que como fieles sabuesos la siguen hasta la cafetera.
En Cartagena los hombres realizan una serie de llamadas a personas
de su confianza, dispuestos a todo y por todo, luego de una jugosa
negociación, una decena de hombres armados hasta los dientes,
parten hacia un lugar cercano del hospital a recibir las últimas
ordenes necesarias para dar comienzo al apoyo militar que llegue a
necesitar el muchacho. En Bogotá, el viejo trata de comunicarse con
su muchacho pero le es imposible, mientras que el gordo Capitán
ante el escaso físico, queda rezagado en las escaleras, retrasando un
poco la misión.
En el cuarto del juez, el muchacho aprovecha su fortuna, mira hacia
todos los lados, ajusta su bata, empuña su pistola pero entiende que
no es lugar para usarla, mira de nuevo hacia todos los lados, de
pronto detiene su mirada en el paciente y en el aparato medico que
336 Jairo Veloza González
lo mantiene con vida, se da cuenta que el juez esta despierto,
camina hacia el, lo saluda amablemente y le dice, ¡buenos días
señor Juez, tal vez no sepa quien soy yo, pero al igual que usted,
vengo a tomar justicia por mis manos tal como lo hizo usted con los
asesinos de los esposos González, y hoy para su desgracia suya, hoy
seré su juez y también su verdugo!, el viejo mira horrorizado
impotente de hacer algo, trata de gritar pero no puede, una grave
convulsión amenaza con matar al viejo.
En las escaleras y a menos de un piso el capitán corre a empollones,
mientras que la mujer con los policías, platican agradablemente
cada uno sus labores, en el cuarto, el muchacho observa al pobre
enfermo que se retuerce del ataque de nervios ocasionado por la
sorpresiva visita.
En Bogotá, el viejo intenta comunicarse con el joven de negro,
quien aun no prende el celular; muy cerca del hospital, un
completo ejercito esperan la orden, mientras tanto el capitán sigue
corriendo por las escaleras, en el cuarto, el muchacho observa de
nuevo para todos los lados y fija su mirada hacia el aparato, y toma
la decisión definitiva, ¡Señor Juez, le envían muchos recuerdos mis
padres y ojala y se lo deseo yo, se pudra junto con sus socios en el
infierno!, se acerca aun mas al viejo y le da un beso en la frente,
luego desconecta una de las mangueras que le inyecta vida, pronto
la presión, combinada con el miedo y la falta de oxigeno, cumplen
con su misión, en segundos el viejo fallece que para el muchacho es
una eternidad.
Fatigado de tanto correr y gritar por fin llega el capitán al piso, al
otro lado del pasillo, aun están los tres nuevos amigos, que en
medio de risas y piropos, olvidan por completo al cristiano de la
habitación 213, en la habitación el muchacho se persigna cuatro
veces, una por su papa, una por su mama, otra por su abuelo y otra
por si acaso; camina dos pasos, saca del bolsillo de la bata, el celular
el cual prende, encuentra que hay varias llamadas perdidas todas
de su abuelo, rápido le marca, y reactiva su paso, esta vez mas
rápido, mientras tanto en la recepción, el detective averigua por la
Melodías de dolor 337
habitación, no lejos de allí, el asesino sale dela habitación sin
levantar sospechas; en la recepción la secretaria le informa que el
juez se encuentra en la habitación 213 donde están los policías, el
muchacho advierte que ha llegado mas policías y que uno de ellos,
le es familiar, se trata del sargento Muñeton; el muchacho actúa
con normalidad pese a la presión que sufre en su interior y
recuerda por un instante las sabias palabras de su abuelo, ¡el
hombre no se reconoce por la valentía que vierten sus venas, sino
por la cabeza fría en los peores momentos!.
El celular del muchacho timbra varias veces, mientras que el
detective corre por el pasillo, justo cuando pasan en frente uno del
otro, las miradas se cruzan veloces, quedando para siempre y para
cada uno, grabadas las imágenes, las caras y los ojos de estos dos
oponentes, pero pese a la mirada fría y calculadora, ambos
continúan con su camino, cada uno con sentido opuesto, en ese
instante no hubo meditación y reflexión, solo acción; ante la
insistencia o el precario disimulo del momento, el muchacho
contesta el teléfono, sabe que al otro lado, es su abuelo que
preocupado trata de salvar el día de su nieto, de pronto un fuerte
grito amenazante, impacta en el cuerpo del muchacho, un frio casi
mortal recorre todo su ser, su corazón se paraliza y solo su cabeza
expela ideas asesinas, como acción de reflejos automáticos,
empuña su pistola y dispuesto a todo, gira lentamente su cuerpo,
pero para fortuna suya, dicho grito tenia como destino a los dos
uniformados que aun estaban de conquista, pronto el muchacho
alentado por la suerte sale del pasillo ante la mirada extraña de la
recepcionista que advierte no conocerlo, pero no hace caso a su
instinto y continua con su trabajo, sigue hacia el ascensor donde
para su gran suerte y pese a los diez pisos que debe atender el
ascensor, este se encuentra disponible, lo aborda rápidamente y
allí en medio del aparato, le comunica a su abuelo que la vuelta esta
hecha, pero se encuentra rodeado y no sabe como salir del lugar ,el
viejo bastante preocupado le responde que afuera hay un grupo de
hombres listos para sacarlo de allí, es solo cuestión de varios
segundos, para que se inicie el operativo.
338 Jairo Veloza González
Pronto el Detective se da cuenta que el paciente de la cama 213 está
en medio de una agónica convulsión, y solicita rápido la ayuda de
un medico, pero para cuando llega este, el juez, ha muerto, los
insultos del capitán estremecieron el lugar, nadie supo con
exactitud lo que paso y como siempre pasa, nadie vio y escucho
nada, tan solo uno de los dos policías le informaron que hacía unos
pocos minutos había entrado un doctor con la enfermera, allí el
detective aborda a la enfermera sobre lo que paso allí en la
habitación, pero esta no sabe responder, tan solo estábamos en la
ronda de la mañana, pero el detective inconforme con la respuesta
de la enfermera, nuevamente le pregunta, ¡y en donde esta ese
medico!, ¡no se!, responde la asustada muchacha, ¿pero cómo se
llama ese doctor, necesitamos saber que fue lo que paso con este
hombre?, ¡no sé quien sea ese doctor, es la primera vez que lo veo
en el hospital!, un frio intenso recorrió el pasillo abordando al
sorprendido capitán que aun no entendía lo que había sucedido.
/! Pronto no dejen salir a nadie del hospital, sellen todas las salidas y
revisen cada lugar, este es nuestro hombre!, se dio comienzo a un
operativo de rastreo en el gran hospital, mientras el joven asesino
sale del ascensor en el primer piso pero se da cuenta que hay
muchos policías y que están controlando la salida, así decide tomar
otra ruta e ingresar a otro pabellón y allí idear lo más pronto posible
su escape. Afuera a pocas cuadras de allí, se da inicio a un
dispositivo armado de grandes proporciones, su fin, rescatar de allí
al joven asesino, de esta forma dos camionetas, arrancan hacia la
entrada del centro, donde simularan llevar varios heridos, mientras
la tercera camioneta llegara por la parte de atrás de la clínica y allí
reducir a los guardias allí apostados y sacar al muchacho.
Pronto el muchacho en medio del pabellón recibe la llamada del
viejo, quien le dice que busque la salida de emergencias pues en ese
lugar lo están esperando, no lejos de allí, en el tercer piso, el capitán
y sus hombres buscan milimétricamente al dichoso medico, pero la
intuición del policía, advierte que algo no está bien y ordena a sus
subalternos cubrir todas las salidas de la ciudad, incluso el
Melodías de dolor 339
aeropuerto y el terminal de buses, segundos después, un medico
que trato de auxiliar al juez, le informa al policía, que el hombre
había sido desconectado, unos segundos después, recuerda con
perfección al hombre joven que paso a su lado y quien se quedo fijo
mirándolo, baja hacia el primer piso donde le pregunta a los
policías sobre un sujeto joven vestido de médico, a lo cual ninguno
respondió afirmativamente, pero el guarda de seguridad le informo
que hace unos pocos instantes un hombre con esa descripción,
entro por el pasillo del frente.
En un cuarto, y bajo la cautela que caracteriza al joven, trata de
hallar algún atuendo que lo pueda camuflar pues sabe que el que
trae puesto está muy comprometido, sale del cuarto, e ingresa a
otro, donde para su fortuna encuentra varios uniformes de aseo y
mantenimiento y uno más el de paramédicos, sin pensarlo dos
veces, toma el de paramédicos, sale de allí y se dirige hacia la sala de
urgencias en donde hay mucha gente alterada por no poder salir de
allí, la congestión es tal, que la gente agrede a empellones a la policía
por no dejar salir a la gente y aun mas por no permitir el ingreso de
varios pacientes mal trechos remitidos de otras clínicas.
El capitán ordena a su segundo, dirigirse a la sala de urgencias pues
con tanto alboroto puede dar la oportunidad para que el
delincuente escape, este corre hacia urgencias donde la gente esta
alborotada, afuera en la calle, las camionetas llegan con los
supuestos heridos, estos con un grupo numeroso de auxiliadores
que no son más que sus socios, llegan hacia la puerta de la clínica,
donde piden ayuda, pero los policías y el capitán no hacen caso y
continúan con la requisa, pero dos minutos más tarde, el director
de la clínica llega allí, y encara a la autoridad por no permitir la
entrada de los heridos, y al igual que en urgencias, la multitud se
enfrenta a la policía, sin más remedio el capitán ante las
advertencias políticas de un medico consagrado y con las mejores
relaciones publicas, permite el ingreso de los heridos, pero la gente
allí detenida sale en manada y se forma el peor desorden, ¡no había
duda, que el operativo fallo!, resignado el capitán trata de visualizar
340 Jairo Veloza González
entre la muchedumbre al sospechoso pero esto no sirve de nada.
En urgencias el muchacho vestido de paramédico, escucha por la
radio, el llamado que hacen al personal de salvamento, presentarse
con camillas y ello es aprovechado por el joven asesino, quien toma
aprovecha el enfrentamiento, para armarse de una camilla y a
empellones meterse por entre la gente y llegar hasta la puerta, a
pocos metros llega el sargento, quien sigue paso a paso cada dialogo
en el radio teléfono, afuera de la clínica esta la tercera camioneta,
que pasa desapercibida, tal vez porque trae placas oficiales, o tal vez
porque el personal de la policía no es suficiente para controlar dos
manifestaciones en el mismo lugar.
El muchacho se abre paso por entre la gente, ¡abran paso, tenemos
varios heridos a la entrada y por aquí es más rápido!, pero el policía
no permitió la salida del joven, quien inteligentemente instigo a la
gente para que reclamaran por el supuesto atropelle, de nuevo se
escucha en la radio, la presencia de los camilleros y para médicos, lo
cual es de nuevo aprovechado por el muchacho, quien de nuevo se
enfrenta con el policía, ¡déjeme salir, por acá es la única salida, usted
responde si algo le llega pasar a los heridos!, la gente se enoja mas y
se abalanzan sobre la puerta pero los tres policías no logran
controlar a la multitud pero un hombre de color y quien haciendo
uso de su poder político, al declararse concejal de la ciudad, le
ordena a los policías, dejar salir al camillero a cambio de ellos
quedarse ahí, mientras continúan con el dispositivo, esto fue
aceptado por los policías, dejando salir al camillero pese a los fuertes
reclamos del sargento que llegaba al lugar, de nuevo la multitud
protesta y se agolpan sobre la entrada de cristal, y allí fue difícil para
los policiales, frenar la multitud siendo estos agredidos por la horda
enfurecida.
Afuera y con la velocidad del rayo, el muchacho se comunica con su
abuelo que a la vez habla con el encargado de la operación, quien
visualiza en primer detalle al muchacho, solo se escucho la
estampida de una camioneta blanca, dejando atrás una camilla y un
saco azul de paramédico.
Melodías de dolor 341
EPISODIO 14
“¡EL FINAL!”
¡Increíble, astuto asesino se escabulle entre decenas de policías!, así
titula ;a revista amarilla de la mañana, ¡Delincuente al servicio de la
mafia, acaba con la vida de un juez de la república, mientras este se
recuperaba de un paro respiratorio!, y así lo hizo también otro
periódico de circulación nacional, ¡frente a las narices de la policía,
asesino a sueldo, acaba con la vida de un servidor público, al
parecer el hecho tendría relación con los últimos episodios
violentos!, también declaro la radio colombiana y así cientos de
noticias y medios de información, publicaban el hecho violento
como el supremo acontecimiento de la década, un hecho violento
como para ser tomada como argumento por las empresas
productoras de cine y novelas. ¡En el interior de una prestigiosa
clínica del centro de Barranquilla, fue asesinado el juez de la
república, Doctor Jaramillo y quien en el pasado fue involucrado en
una serie de episodios de corrupción, según informes de la policía,
el hecho tiene amplia relación, con los homicidios en Bogotá, Chía,
Ecuador y Chile, y al parecer fueron realizados por asesinos
profesionales, quienes se valieron de novedosas técnicas para
acabar con la vida de sus víctimas!, y finalmente la televisión
mundial publica lo siguiente, ¡asesinos a sueldo acaban con la vida
de un juez, justo cuando este era custodiado por varios policías, el
presidente de la república ordena al director de la policía dar con el
paradero del asesino, se la misma forma pidió a sus vecinos, ejercer
más control en las fronteras para que el delincuente no salga de
Colombia, finalmente ofreció una jugosa recompensa millonaria,
para quien suministre información para dar con la captura del
individuo!, finalmente aparece en primer plano y de forma clara y
detallada, la fotografía del muchacho, y que pronto fue el centro de
atención del mundo entero y también de los medios de
comunicación.
342 Jairo Veloza González
Veinte días después del homicidio del juez, el muchacho
permanece recluido en un apartamento del sur de la ciudad, donde
fue objeto de una segunda intervención de cabio de imagen y que se
hacía necesaria, pues todo ya estaba listo, para que el joven asesino
viajara a Alemania, donde terminaría por fin, la carrera de
ingeniería civil, allí junto a él. Se encuentra el viejo del anticuario,
quien ultima detalles para el viaje de su muchacho y el suyo.
En la dirección de la policía, su director encabeza el plan
estratégico nacional para dar con el paradero del múltiple asesino y
el mismo asume la investigación y desplaza al investigador capitán
Muñoz quien no acata la orden y sale del despacho de este bastante
enojado, toma su carro y se dirige hacia su casa en el sur de la
ciudad, quien maldecía su suerte al tiempo que reza para que
cambie al menos un poco su suerte y por fin, encontrar al dichoso
bandido, quien en varias ocasiones y por enésima vez, se burlaba
del oficial.
Pese a las llamadas, la policía aun no puede determinar la ubicación
del asesino, recorren cada centímetro de la ciudad y de sus
alrededores en busca del hombre, pero todo es infructuoso, el
ánimo de la policía esta por el piso y solo se limitan a confirmar cada
llamada interesada por la recompensa, pero cada llamada, es un
engaño o una treta que busca la suerte.
Hacia el medio día, el joven con su nuevo atuendo, sale a la calle,
pese a los reclamos protectores de su viejo, pero este hace caso
omiso y sale de allí, con su acostumbrado caminar, que denotan
tranquilidad y tal vez un paso asolapado de alguien que no rompe
en absoluto nada. Por la calle principal, el muchacho recorre cada
almacén y centro comercial, buscando distraer su mente y
olvidando por un instante su pasado oscuro. Con su habitual
atuendo negro y su límpido sombrero, se desplaza hacia un
parquecito cercano, donde quiere fumar uno o dos cigarros
mientras observa a la gente, quienes como siempre le traen buenos
recuerdos.
Melodías de dolor 343
Dentro de un carro, el detective Muñoz, viene conduciendo al
tiempo que estropea el español con cientos de obscenidades y todo
por que recibió de manos del general director de la policía, la orden
tangible de sacarlo para siempre de la investigación, a muy pocas
cuadras de allí, el joven de negro camina por la alameda que se
encuentra justo al lado de la avenida principal del sur, por la cual a
pocos metros venia viajando el policía.
En la alameda el joven enciende un cigarro y deja entrever en la
soledad de la misma, los finos anillos y pulseras que trae puesto y
que son vigilados y codiciados por un hombre quien sigue atenta, en
silencio y dispuesto a todo, al portador de tan valiosas prendas. El
semáforo cambia a verde dando vía al capitán que logra divisar la
alameda, mientras tanto el muchacho en la distracción del descanso
o de jamás volver a saber nada de su pasado, camina placido por la
vía, seguido de cerca por el hombre quien es un muchacho
adolecente de color y que para sorpresa de la vida, es el mismo que
el joven asesino logre arrebatarle la bicicleta, pronto el reloj de la
vida se detiene para anunciar que el tic tac de la muerte anunciara su
próxima parada, mientras que un muchacho de color, mira hacia
todos los lados, al frente, hacia atrás y hacia los lados, reza en
silencio y con la vieja pistola, oxidad por la muerte, se persigna en
tres ocasiones, tal vez, dedicadas a sus padres si es que los tiene, a
sus amigos y a un dios, puesto en el cielo y en la tierra,
intermediador de muchas de las vueltas que da la vida. Pronto el
joven asesino advierte que es seguido por el muchacho, se detiene y
encara con la guapeza que tienen los hombres sufridos a su
homónimo criminal, quien lo aborda con su tenue arma pero que
de seguro y sin la experiencia militar y de la vida, sabe usar.
Justo al frente de los dos hombres, se detiene el capitán atascado
por un leve trancón, pronto gira su cabeza y observa la evolución de
un posible atraco, de inmediato llama a la estación más cercana y
comunica lo sucedido, se baja del carro mientras que el muchacho
trata de convencer al joven de color, de no cometer una torpeza,
pero la adrenalina, el miedo y mil cosas más, que solo pueden pasar
344 Jairo Veloza González
justo antes de la muerte, pero este no accede y continua con el
objeto de robar, pronto los gritos del capitán ¡quieto, quieto!
Alertan a los dos hombres cuyas deudas los hacen temblar, se
escucha un disparo se ven dos cuerpos caer, uno herido de muerte,
el otro sobre él, tomando todo lo que pueda, pues el trabajo esta
malo y se debe de aprovechar al máximo estas bendiciones que da
la vida.
El policía saca su arma, y amenaza con disparar al criminal pero
este no hace caso e intenta disparar, pero la experiencia y la cabeza
fría, le propinaron un poco certero disparo que solo logro atinar
una de sus piernas, como puede, el muchacho corre por entre los
arboles hacia un canal de agua, donde se pierde para siempre,
¡bueno al menos por esta ocasión! , el capitán trata de perseguirlo
pero se encuentra con la escena dantesca de la muerte, un hombre
moribundo que se desangra rápidamente, dejando escapar de su
corazón tanto odio y rencor encerrado, el capitán se le acerca y
trata de reconfortarlo pero en el fondo sabe, que un disparo certero
en el corazón, es un viaje sin regreso.
Ambos hombres se miran fijamente, intercambiando una tímida
pero reconocida mirada, ambos saben que se conocen pero no
saben de dónde, pronto las sirenas y el alboroto de un peculiar
carnaval, anuncian a los transeúntes y chismosos, que algo ocurrió
y que de ahora en adelante, es mejor no cruzar por ahí.
Se escucha un suspiro seguido de un sollozo melancólico, los
recuerdos de sus padres, de la infancia, le abren la puerta del mas
allá, para que allí todos juntos puedan vivir dignamente y para
siempre.
Tal como era de suponerlo al que hierro mata a hierro muere, y
aunque esta es una historia, donde todos le deben una vela a cada
santo, no cabe la duda, que todos allí, se hicieron un favor, así
queramos no aceptarlo, del viejo del anticuario, el abuelo, tan
pronto escucho la noticia mundial sobre la muerte de su nieto,
afino el arma que por largo tiempo lo acompaño, y la uso,
Melodías de dolor 345
desafiando el destino, la suerte y la misma muerte que aun no lo
quería.
Esta es la historia de una violencia trágica que sacude a una sola
persona pero que envuelve a muchos.
FIN
346 Jairo Veloza González
MELODIAS DE DOLOR
QUINTA HISTORIA
“LA ZARZUELA DE LA DAMA INDECENTE”
Por:
JAIRO VELOZA GONZALEZ
“!Dedicada a todas las
madres de America”
“¡Mama solo hay una,
Asi digan lo contrario!”
Esta es la historia de una mujer que siendo joven enfrento las
situaciones mas difíciles dela vida, y pese a las circunstancias
adversas se sobrepuso y por encima de su trabajo y la vida
mundana, están sus hijos, el don mas preciado que le ha dado la
vida.
Este es el reflejo de muchas madres en América que desde
jóvenes han tenido que soportar el maltrato, el abandono y la
indiferencia de una sociedad capitalista.
Esta historia esta dedicada a todas las madres que luchan a diario
por llevar un grano de arroz y esperanza a sus hogares, sin
importar como lo consigan.
Melodías de dolor 351
CAPITULO UNICO
El minutero del viejo reloj empotrado en la humilde cómoda de la
oscura habitación, marca las seis de la mañana, apenas unos pocos
rayos de luz entran por las rendijas de la puerta; dentro del cuarto
reposan angelicales dos pequeños niños que dormidos sueñan
placidos con un mundo mejor y obviamente con muchos juguetes;
no lejos de allí, esta su madre, que apenas llega de trabajar, una
humilde pero bella mujer de figura geométrica casi perfecta que de
no haber sido por Baldor y Pitágoras, la vida solo tendría curvas ¡y
que curvas tiene esta mujer!.
Entra con delicado caminar, tratando de no hacer ruido para no
despertar a sus retoños, aunque que es solo cuestión de segundos
para que se levanten y se alisten para ir a estudiar, se sienta
suavemente en la cama donde están sus hijos, ¡y que por cierto,
comparte desde hace muchos años con ellos!, se quita sutilmente
los exóticos botines, luego toma su fino cabello rubio cual fina seda
oriental, despierta con suaves masajes sus cansados ojos verdes
cuyo resplandor de esmeralda iluminan la vida de sus hijos,
finalmente retira el abrigo el cual deja en la desnuda puntilla de la
pared, de nuevo frota sus ojos y ellos reflejan el cansancio de una
larga y extenuante jornada, “!porque el que no trabaja, no come,
duerme mas, para el caso, cualquiera de las dos anteriores
situaciones, es alimento!”.
Una a una, se quita cada cadena dorada y plateada que engalanan el
estructural cuello, luego los anillos, posteriormente las pulseras y
los enormes aretes de fino tejido, todo un ritual sagrado que no se
puede dejar de practicar, un verdadero acto de vanidad digno de
una diosa. Sale hacia el pequeño baño, donde sensual y en
armónicos movimientos, se despoja coqueta de su hermoso
vestidito, que no es mas que la pasión del hombre hambriento o
satisfecho; prende un cigarro el cual chupa en perfecta
sincronización con las ideas que corren a altas velocidades por su
352 Jairo Veloza González
cabecita, despierta abruptamente del onírico viaje y corre a
despertar a sus hijos, debe de bañarlos, prepararles el desayuno,
alistarles el uniforme y la lonchera y como si esto no bastara, debe
de revisar de nuevo, cada cuaderno y libro, en busca de tareas
extraviadas y como si esto fuese poco, debe de sacarlos a la puerta,
pelear con el mas pequeño porque no quiere ir a estudiar, darles la
bendición y su infaltable pero amado beso de despedida.
Terminada la labor regresa a la habitación, donde una cama doble
que casi no usa, la espera, para depositar en entre las sabanas aun
tibias, al menos un par de dos horas de sueño, ya que debe de
continuar con la ardua, entregada y poco reconocida labor de
madre, aunque para esta bella damisela, también debe de hacer las
veces de padre, ya que en su pasado, que por cierto es secreto,
prefiere olvidar y tapar con tierra, el santo que la condeno y no
tener que volver a sufrir con otro hombre que de nuevo le
duplique la sentencia.
Pese a las limitaciones económicas y tal cual como lo dijo el literato
dela calle “acostumbrarse a la puta pobreza que a todos nos
aqueja”, mas sin embargo se sobrepone y encuentra en sus hijos, su
mayor felicidad y así en su humilde hogar , sea poco lo que
duerma, a causa del desvelo y la necesidad de ganar unas cuantas
monedas, su mayor satisfacción es dejar limpio y ordenado el
pequeño cuarto, así no tenga mayor cosa que cuatro viejos y
deteriorados muebles de madera, además de preparar los mas
deliciosos manjares para sus hijos así no coma ella, pues el dinero
no alcanza y es preferible ella aguantar hambre y no ver llorar a sus
hijos porque no tienen nada en la barriguita.
Alista todo para el almuerzo que es el mismo para la comida,
ordena una y otra vez y mil veces mas, hace rondas por doquier en
busca de que hacer, y luego del trabajo de la casa y antes de que
lleguen sus hijos del colegio, se deleita románticamente con cada
una de sus cuatro infaltables novelas favoritas, que hacen llorar a
los ricos, a los po0bres y a esta mujer divina.
Melodías de dolor 353
Luego en perfecta sincronización física, como el reloj automático
que lleva cada ser humano o como dice el hombre que ha vivido
mas en medio de la crisis y la pobreza, “ a seguir al pie de la letra, la
puta rutina de todos los días hasta que el cuerpo aprenda y poco
descanse”, a las tres horas y por un minuto, la mujer se despierta del
placido viaje por el planeta de los ángeles, las sirenas y un príncipe
justo y encantador; olvidando por unos instantes su vanidad y su
compañero fiel, el pequeño y opaco espejo, se entrega a las
incontables labores del hogar, no sin antes tomar un café oscuro y
fumar un cigarro, los cuales y por consejo de la vida, le controlan el
temperamento y la ansiedad.
Comienza por tender el lecho que tantos sueños ha brindado, el
mismo que ha robado muchos sollozos de placer y dolor; y que
cosas tienen estas maravillosas mujeres que al tiempo que hacen el
oficio del hogar ven concentradas la televisión y eso, si hace única a
la mujer en todo el universo entero, la cual y sin importar como lo
hacen, realizan varios quehaceres al tiempo sin distraer su mente y
su alma, “!oh quisiera el hombre, poder hacer lo mismo!”; luego
toma la mórbida escoba y con cierto coraje la empuña, ¡recordando
lo mal que le fue anoche!, apenas y pudo regresar, pero la imagen
de un santo no pecador, le recuerda “ que todo se puede y todo lo
puede”; limpia el polvo del chifonier y dela rustica mesa de comer,
“la cama”, continua con ímpetu con la vieja mesita de noche que
trajo del pueblo, se detiene por un instante y observa el vidrio
pálido que contiene el concierto filarmónico de fotografías y
recuerdos, que anuncian vorazmente el paso desaforado del
tiempo y que al mismo tiempo anuncian, “miles de añoranzas que
no son pasajeras” y que le recuerdan “que la vida sin dolor no es
vida”, mas bien en un “vidonon”; sobre la vieja mesita están los
retratos de sus padres, los cuales y por absoluta y alocada rebeldía,
no ve desde hace seis años, aunque para su poca notoria
tranquilidad, los llama cada cinco días o viceversa, para al menos así
devolverles en vida o la poca que les queda, un poco de
agradecimiento por tanto sufrimiento, continua observando las
354 Jairo Veloza González
fotografías y con los mismos ojos inocentes que tuvo ayer, la cual
tiene todos los años juntos dela humanidad y que relata con
absoluta fidelidad, la época de sus padres mozos luciendo su mejor
atuendo así el resto de la semana lucieran los humildes trajes
campesinos; su padre demuestra la rebosante vitalidad de un toro,
de compleja estatura, de amplio pecho, de límpido bigote y cabello
y que sostienen entre sus brazos protectores, a un pequeño ser, su
pequeño retoño, la hija que tanto a la vida pidiera, sus ojos enseñan
el amor que le tiene a la vida pues no observa en ningún momento la
vieja cámara sepia, sino concentra toda su atención en su nena,
mientras que su madre que es la mitad de su estatura y cuya perfecta
línea contrastan con la del horizonte y su padre, abraza al hombre
quien no se despega de su bebe, y todo esto bajo el amparo de una
iglesia límpida y calentana, pronto un suspiro escapa del fondo del
corazón, y no es para menos, pero son treinta años desde que esa
fotografía se revelo, “y todas las cosas han cambiado y de que
manera”, ya que sus padres son mas viejos y mas necesitados y pese
a su avanzada edad, siguen siendo fieles campesinos, tanto su padre
que aun no ha colgado el machete y el azadón, como su madre, que
aun con esfuerzo, enciende a todo pulmón el fogón de leña,
también sabe que lo que gana en la ciudad, no es suficiente para ella
y para sus hijos y en largos siete años de trabajo sin descanso, tan
solo ha llevado en tres ocasiones a sus pequeños a ver a los abuelos,
para que entre todos y cada uno, renueve el espíritu, la fortaleza y el
oxigeno dela existencia.
Continua viajando por el país delos recuerdos y observa otra
fotografía, esta otra, muestra a una madre joven que sostiene entre
sus brazos a un bebecito envuelto en una lánguida sabana azul, sus
ojos denotan la tristeza, que solo produce la soledad y un
compañero irresponsable, una imagen bastante popular en miles
de hogares de América Latina, una triste imagen cuyo fondo es el
capitolio nacional y cuya ironía, solo puede dar la vida, “es la sede
sublime de los padres de la patria”; observa otra imagen, y esta es
contemporánea a la anterior, y no lejos del centro Bogotano, en el
Melodías de dolor 355
barrio la Candelaria, se encuentra ella con un bebe que se agarra
inocente de sus piernas, mientras ella sostiene a otro bebe mucho
mas pequeño, el cual también es cubierto por una manta azul por no
decir que es la misma, sus ojos verdes fugaces demuestran como el
ser humano puede acostumbrarse a vivir solo y por si mismo
superar todos los obstáculos para sacar adelante a sus hijos, pronto
una leve pero sincera lagrima, surca la rosada mejilla que la guía por
el cuello hasta llegar a su regazo, respira profundo, toma un segundo
aire y con mas ahincó, empuña la escoba obligándola a continuar
con su labor, limpia de todo y con todo, limpia en los rincones y
hasta debajo dela cama, donde encuentra mil travesuras infantiles;
mira el reloj y son las diez y doce de la mañana, su teléfono celular
da la bienvenida a la primera llamada del día, corre a ver quien es el
que la esta llamando, y se fija detenidamente en el numero que para
ella es poco deseado y pasa en alto su llamado, timbra tres veces mas
pero no se esfuerza por contestar, y a la velocidad de un bólido
moderno, termina el oficio en el minúsculo habitáculo; sale hacia la
cocina, donde alista cada uno de los escasos ingredientes para la
comida del día y que solo un trabajo malo y mal remunerado puede
dar, coloca en una pequeña olla, agua para hervir y preparar café
para desayunar, así sea café sin leche y sin pan, “desde que sus hijos
coman bien y estén bien, lo demás no importa, además que tanto
aguantar ayuda a conservar la línea”.
Sale de la cocina con su habitual sensualidad, se despoja de las pocas
vestimentas que tiene encima, quedando totalmente desnuda,
dejando al aire, todo el erotismo y la perfección de un cuerpo limpio
y sincero, cuyas medidas en conjunto suman doscientos cuarenta;
entra al baño donde fija su mirada en el espejo, el cual declara que es
el rostro mas bello de todo el universo, mientras ella ve el espejo,
entiende que es una mujer madura y que su cuerpo y su alma se
curtió con sufrimientos, observa con mas profundidad el pequeño
espejo, mira con amplio detalle cada parte de su cuerpo, sus ojos, su
cuello, su boca y todo en particular, examinando cualquier
anormalidad por no decir que es una arruga o una bolsita y que de
356 Jairo Veloza González
seguro en el próximo pago, debe de invertir en un completo surtido
de belleza y estética “porque la imagen y la juventud con esenciales
para el trabajo”.
Mueve la perilla de la ducha y espera a que la temperatura sea la
deseada, se hace debajo de ella, así sea como los gatos, finalmente
decide enfrentar el candente chorro, luego su cuerpo es cubierto
por el liquido inmaculado de la vida, que refresca uno a uno sus
delicados poros de ese bello cuerpo que no aparenta tener dos
hijos.
Sus manos juegan parecen tener alas, las caricias húmedas del agua y
el jabón, cubren todas sus partes erógenas y no erógenas; no hay
duda que su cuerpo es un hechizo digno de dioses del Olimpo pero
con la fortuna que aun no ha tenido un dueño digno, de ser su único
rey fiel y necesario, inmóvil pasa los minutos bajo el chorro de agua
caliente, que aviva sus mas callados deseos, el ayer enciende su
mente y su corazón y refresca de nuevo su cansado cuerpecillo,
cubre su gentil regazo con la húmeda toalla que sus también usaron,
toma otra toalla y cubre con encanto su dorada cabellera, olvida por
un momento la amargura de la vida y del trabajo y sale feliz cantando
un jocoso estribillo de la canción que le eriza los bellos públicos del
corazón. Su cuerpo aunque cubierto juega con el poco aire que
logra entrar al inquilinato de mala muerte del centro de Bogotá;
humecta su cuerpo con finas cremas cuya fragancia cambio el
hediondo aroma de la humedad y la pobreza, con delicada labor
escoge con paciencia y ojo clínico, una a una, cada prenda que va a
vestir en la noche de hoy, luego de una caja de cartón, saca una
camisa y un pantalón de sudadera que esconden su esbelta figura,
para salir a la tienda y poder comprar lo que hace falta para el
almuerzo y el desayuno de mañana, “porque no hay tiempo y la
rutina es la misma de hoy y mañana y la otra semana, porque en su
trabajo no existe el descanso y si se hace un alto, no hay dinero para
el mercado y el arriendo”; compra lo que puede con siete mil pesos
y aunque para muchos eso no alcance para nada, para muchas
madres eso es suficiente para hacer milagros.
Melodías de dolor 357
Nuevamente mira el reloj y son las once quince minutos de la
mañana, esta bastante preocupada porque el tiempo corre veloz
que ella, prende otro cigar5ro, lo fuma a media marcha, lava las
papas y el arroz y aunque no hubo para la carne, alcanzo para los
huevos de hoy y del desayuno, prende la estufa a gas de dos puestos
del cual solo le funciona uno, no porque no haya dinero con que
arreglar, es cuestión de tiempo, porque nunca le queda y promete
en silencio, que mañana sacara tiempo para llevar la estufita al
técnico.
Sube un poco el volumen del televisor y lo acomoda de tal forma
que lo pueda ver de reojo desde la cocina para ver una de sus
novelas, con la practica y la paciencia cronométrica que solo un
maestro entiende, arregla el almuerzo y no se despega para nada del
fogón, pues teme que la olla hierva demasiado y dañe el único fogón
bueno que le queda y quien desde hace días, prepara con fidelidad y
sin queja alguna, cada alimento para sus hijos.
Suena el teléfono y observa que es el mismo numero y no le
responde, entra una segunda llamada, la cual es un numero
conocido, se trata de su mejor amiga y compañera de trabajo y al
igual que ella, también esta preocupada, pues el trabajo esta malo y
la plata no alcanza, dura al menos contestando la llamada cerca de
una hora, tiempo que combina con otras tareas, además de arreglar
su cabello, pintar las uñas y otras feminidades mas, y cuya labor es
indispensable e ineludible; luego de adelantar el cuaderno de la
noche anterior, corre afanada hacia la cocina, donde el estruendo
de una olla a presión avisa que las papas están listas, prepara una
segunda olla, a la cual agrega aceite, sal y unos cuantos trozos de
cebolla, lava el arroz y sin medir consecuencias, echa el arroz aun
con agua sobre el aceite caliente, se escucha la primera maldición
del día, tal acción produjo leves quemaduras en las manos y brazos,
nada grave para ella, de manera que continua con el oficio, alista la
pasta. La leche y la sal y como cosa rara, canta con alegría otro
estribillo tropical, de nuevo mira la hora, son las once y cuarenta dos
minutos, es hora de prender un cigarro y ver un rato la televisión,
358 Jairo Veloza González
mientras el arroz esta. Camina de un lado para el otro, sin saber que
hacer, ya que el oficio termino por completo, esculca de nuevo cada
rincón y como si fuera poco, cambia cada cosa depuesto y que se
convirtió en una apacible rutina de todos los días y que la ha venido
haciendo desde hace mas de cinco años y que para muchos
analistas dela vida y de la sicología que se aprende en la calle, “es
solo cuestión de monotonía, nada que lamentar”, ya que cada cosa
que ella hace, la realiza de memoria y de forma autómata.
De nuevo suena el celular que junto con el televisor y el espejo, se
han convertido en sus buenos amigos, “los demás son apenas
conocidos”, mira el numero y su linda carita demuestra la sorpresa,
sus ojos brillan ante un numero favorito, el corazón acelera su
ritmo, no hay la menor duda, que esa llamada es muy importante y
demasiado emotiva, contesta impaciente pero con voz sensual, sus
palabras dejan ver sus formas coquetas, pronto la armonía de su ser,
palabras y corazón musicalizan la oda un ayer añorado, al parecer
esta enamorada o algo así, pues al otro lado del teléfono, “hay
alguien que le mueve el piso y de que manera”, aunque en
ocasiones los malos hombres, la obliguen a desistir de todo intento
por comenzar, pues teme equivocarse y llorar de nuevo por un
hombre que no vale la pena, aunque en el fondo sabe, que este
hombre es diferente y muy bueno (hablándolo literalmente en el
buen sentido de la palabra), olvida por varios minutos su dolor,
producto de los malos azares y la ruleta del destino, solo se
concentra en el teléfono y en su hombre y solo se entrega con
cientos de palabras que arden en la boca y queman el oído, cientos
de palabras candentes que desvisten al oyente y excitan al hablante,
miles de palabras que desvisten a los activos comunicadores del
amor, millones de palabras que cautivas vuelas libres en busca de su
amor ¡y vaya que si es amor, porque olvida y retrasa!, ¡y de que
manera!, se siente en el aire el aroma de algo diferente, ¡carajo, se
quemo el arroz!, la bella dama corre hacia la cocina a toda prisa sin
dejar que la llamada termine, ¡que paso! Habla preocupado el
romeo telefónico, ¡no te preocupes!, contesta la Eva enamorada y
Melodías de dolor 359
atareada, y aunque no pueda con la olla caliente del arroz, es mejor
el ardor calientico que le da el amor y que la tiene obnubilada.
Mira la hora, son las doce del día, ¡amor tengo que colgar, chao!,
pero la voz del galán al otro lado, le contesta, ¡te regaño tu jefe en la
oficina!, ¡discúlpame pero te llamo mas tarde, te quiero mucho!,
termina la conversación con un adiós, un te quiero y un beso lejano
que parece gloria, afortunadamente el arroz no se quemo pero la
llamada si la retraso bastante; alista otra llamada un poco mas
pequeña y agrega los ingredientes para preparar la pasta, luego
corre hacia la cama y allí acomoda una improvisada mesa de
planchar, con dedicación alisa un delicadito vestidito rojo, el cual
con detalle perfecto, quita una a una las arrugas del ayer, luego alista
los zapatos rojos y un bolso del mismo color, acomoda todo de tal
forma, que no se vaya a estropear su trabajo. Mira por un instante la
televisión que presenta altivo los avances de las noticias que por lo
general presentan siempre lo mismo, “violencia, violencia y
violencia” ¡pobrecitos mis hijitos” reclama indignada la
preocupada madre, ¡me cogió la tarde!, corre hacia la cocina, alista
el aderezo para la pasta, retira la olla y coloca otra con agua, la
calienta a grandes hervores y agrega un paquete doble de pasta,
“!pa´ hoy y mañana!”, mira el reloj y por ocasión única del día, no le
presta atención y continua con sus labores domesticas, al tiempo
que escucha las noticias en la televisión, “!no le digo estos políticos
se roban toda la plata y yo no tengo ni pal´ arriendo!”, mira todo al
alrededor, como en busca de hacer algo, pero no encuentra nada,
de pronto observa en una esquina, unos cuantos juguetes (mas bien
pocos) y que en su mayoría están dañados por el exceso de uso, ello
la pone sentimental, ¡estamos a menos de un mes de la navidad, y ni
siquiera he hecho para el arriendo, pero dios proveerá, dándome la
mejor navidad para mis hijos!, en reflexión mira los juguetes, los
cuales guardan en secreto las mas hermosas sonrisas de sus hijos, ¡la
pasta!, corre de nuevo hacia la cocina, donde la pasta hierve a mil
por hora, pero la practica que solo tiene un profesional de la
culinaria y una mujer que le ha tocado hacer de todo, (como dice la
360 Jairo Veloza González
gente pobre y aun de clase media, ”comer mierda”), porque eso si
educa sin necesidad de pasar por la universidad, saca la olla del
fogón y vierte sin desperdiciar el agua en el lavaplatos, luego
incorpora la leche sobre la pasta y deja un poco de leche que queda
en la bolsa dentro de una olla con agua para que no se eche a
perder, (a falta de nevera buenas son las ollas con agua), agrega el
aderezo y con delicado movimiento mezcla el delicioso manjar
propio de reyes, coloca la olla en el fogón y mira la hora, es la una
en punto dela tarde, es tiempo de su segunda novela, la que mas le
emociona el alma y le arranca por lo menos media docena de
lagrimas, no hay duda que viendo esta novela, se ve asi misma.
Atónita y sin despegar un milímetro los ojos de la televisión, ve las
escenas románticas y poco ortodoxas del amor y la traición, ello le
afloja otra tanda de lagrimas, de repente el brusco sonido de algo
que se rego en la estufa, la despiertan abruptamente del letargo
televisivo, ¡mierda! Y otras cuantas maldiciones mas, que aquí no
puedo mencionar, ¡lo único que falta, es que se haya dañado el otro
fogón!, para fortuna de ella y de sus hijos, el fogón sigue
funcionando pero para su desgracia, se perdió el final de su novela
favorita, se escucha otra maldición y ello la indispone,
cambiándole críticamente el estado de animo, suena el teléfono, lo
toma enfurecida y observa el identificador que dice “cliente
domicilio norte”, entra en el dilema de si debe de contestar o no,
pues aunque el dinero falta, quiere estar un poco mas al regreso de
sus hijos, pues quiere que ellos cuando sean padres, dediquen todo
el tiempo a sus hijos para que estos no sean malos y por el contrario
sean los mejores hombres del mundo; obvia la llamada, aunque
esta sea insistente, suena el teléfono de nuevo y la bella mujer
bastante enojada, resuelve contestar fingiendo la voz y su estado de
animo solo por simple conveniencia, ¡hola papito!, y continua con
la llamada que le ha generado buenos ingresos pero que en el
fondo no comparte, al cabo de varios minutos y de escuchar
insinuaciones morbosas y poco agradables al oído justo del
pecador, inventa la excusa perfecta para sacarle el cuerpo al
Melodías de dolor 361
hombre acosador, ¡papito hoy no se puede, estoy en mis días y me
siento un poco enfermita, tu me entiendes papito!, al final logran un
acuerdo , para encontrarse en una próxima oportunidad y estar
dispuestos a todo.
Terminada la llamada corre hacia la cocina para ultimar detalles,
alista todo y mira de nuevo el reloj, son las dos y quince minutos de
la tarde, se sienta sobre la cama, el cansancio y tantas noches sin
dormir, empiezan a dar sus primeros resultados, de nuevo suena el
celular, ¡ahora quien h…..será!, con resignación maldice, toma el
aparato y se da cuenta, que esta llamada es la de mayor respeto y
admiración de su vida, se trata de su padre, cambia totalmente su
genio y con la alegría de un niño, pese a la tristeza que aflige a todo
momento, contesta, ¡padre buenas tardes, que milagro que me
llame, como están las cosas por la casa!, con voz seria y muy
educada por cierto, entabla una amena conversación con su
progenitor, ¡papa como ha seguido mi mamita!, no hay duda que
esta llamada es después de sus hijos lo mas importante en su vida,
¡papa dígale a mi mama, que apenas salga a vacaciones de la
universidad, pido permiso en la oficina y me voy para la casa con los
niños!, la conversación se prolonga por diez minutos mas y se da al
dialogo familiar profundo pero poco sincero, ¡papa su merced sabe
que en la universidad me toca de noche y en el día trabajo, y me toca
muy duro, afortunadamente me ayuda mi comadre y el papa de los
niños!, se escucha un reclamo al otro lado de la línea, de seguro su
padre le exige mas dedicación para los niños, ¡papa cuando uno
quiere salir adelante, le toca hacer muchos sacrificios!, la
conversación se extiende un poco mas de lo habitual, al final y al
otro lado de la línea, el padre enfadado entiende que todo es
paciencia y ello lo alegra, haciendo de el, un padre orgulloso de su
hija y de la cual, no deja nunca de hablar de ella en el pueblo, cosa
que jamás hicieron sus padres por ser pobres. ¡papa eso no se venga
para Bogotá, acá todo es costoso y bastante peligroso!, ¡además
papa, mi apartamento es demasiado pequeño, mas bien espérenos
allá, que vamos para año nuevo!, ¡papa lo quiero mucho, nunca nos
362 Jairo Veloza González
olviden, adiós papito lindo!, termina la llamada, pronto un grito
ahogado en el fondo del pecho escapa, un grito de dolor que
antecede a la tristeza y al llanto, una tristeza infinita guardada a las
malas por muchos años, cientos de lagrimas cubren su linda carita,
que refleja en ese instante, desazón, mentira y engaño, se recuesta
sobre la cama y como un bebe regañado, solloza con sentimiento,
expulsando sus últimos gritos de dolor, luego el cansancio, la
tristeza y el sueño aplazado, la toman por sorpresa en el único lecho
que la respeta y la ama, su propia cama.
Se despierta agitada ante el acoso de una pesadilla imprudente,
observa desde lejos la luz tenue de la tarde, se da cuenta que durmió
bastante y que como siempre, no alcanzo con todas las tareas
supuestamente y debe por enésima ocasión, dejar todo para
mañana, corre hacia la cocina para ver la hora no sin antes echarle
una miradita al espejo, ¡no puede ser, tengo ojeras!, replica
preocupada la bella doncella, alista rápido una papa, la cual parte en
dos y de nuevo se recuesta en la cama, porque según ella y millones
de mujeres mas ”lo demás puede esperar pero no una ojera, y mas
si afecta el bienestar de la familia”, inmóvil y sin realizar
movimiento facial alguno, permanece por media hora en la
particular terapia que solo una mujer pudo inventar, con delicadeza
retira las papas y se mira en el espejo ¡ahí mas o menos!, luego toma
del armario, una maleta vino tinto, la cual contiene mil y un
implementos de belleza, desde las suaves cremas, eróticos
perfumes, peines y demás cosméticos que solo ella entiende; luego
y con el rigor de un acto programado, comienza con el orden del
día, inicia con limpiar el límpido y rozagante cutis, luego aplica una
deliciosa y femenina crema que impregna con su fragancia todo el
lugar, luego la retira con un pañito húmedo y así y por espacio de
una hora y sin observar el reloj, arregla su bella imagen divina que
sin maquillaje que es casi perfecto y como lo he dicho desde un
comienzo, “hay que sentir admiración por la mujer en cualquiera
de sus expresiones, porque todas ellas son únicas y especiales”, y así
como esta mujer, que pese a estar concentrada en el culto al espejo,
Melodías de dolor 363
por este observa, las imágenes difusas de la siguiente novela, y esto y
muchas cosas bellas, hacen de la mujer lo mas especial y
maravilloso del mundo y que solo ellas lo pueden hacer sin
problema alguno.
Son las cuatro y quince minutos de la tarde, sabe que en quince tal
vez minutos, sus pequeños ángeles llegaran del colegio y debe de
estar lista para recibirlos y atenderlos como ellos se merecen pues
ellos son los reyes de su vida, camina tranquila hacia la cocina,
donde alista la humilde vajilla de plástico que por los años y el uso,
se encuentra en avanzado estado de deterioro, sirve los deliciosos
alimentos y el fresco para calmar el apetito de un pelotón y un
general que traen los niños, deja todo listo y corra hacia la cama para
terminar de vestirse, allí con agrado particular, siente el aroma y la
tersa forma del vestidito rojo, ella sabe a ciencia cierta, que ese es el
vestidito de la buena suerte, el vestidito que atrae el santo billete,
(pues con el se hacen muchos milagros, deberían de canonizarlo),
de esta forma y de que manera, se despoja de la ropa que cubrió su
perfecto cuerpo, quedando ella pura, aplica coqueta cada gota de
crema ardiente por su apasionado cuerpo, desde los pies hasta la
cabeza pasando por su mágico dorso, producto de sueños eróticos,
luego con sensual devoción se coloca los pantis y cubre su busto con
una bella pieza cuyos encajes delicados conjuran pasión, finalmente
toma el hermoso vestidito rojo, el cual con destreza y utilizando
mágicos movimientos de cadera y ensueño coloca en el cuerpo, sus
manos de nuevo parecen tener alas, dan forma suave al vestido y al
cuerpo, haciendo de ellos una sola unidad sensual y así con la sexual
danza corteja a su fiel amigo, el espejo.
Luego de rociar perfume en el cuello, orejas y otros lugares bastante
discretos, escucha desde la calle, la tropa de chiquitines que dejan
escapar por todo el lugar, su alegría por el regreso a casa y por
encontrar a su madre, las carcajadas de los niños y la felicidad de la
madre se combinan con gran perfección, pronto la soledad de un
cuarto humilde es borrada por la inocencia infantil; la joven madre
sale a la puerta a recibirlos, la ternura y el amor sobre protector de
364 Jairo Veloza González
una madre reflejan que en verdad los milagros si existen y de que
manera, allí los abraza con alegría hasta el punto de ahogarlos, una
alegría que también es correspondida.
Risas, abrazos, juegos y por cierto mucha nostalgia también, cubren
por doquier el cuarto, el humilde hogar de una madre soltera y sus
dos hijos, una madre que pena por no tener lo suficiente y unos
niños que sueñan con tenerlo todo, una madre que pena por no
ganar lo necesario y unos niños que lloran por ver a su madre
lamentarse tanto, pero en el fondo ellos saben, que algún día su
suerte cambiara, y que su madre y ellos serán muy felices. De nuevo
la madre abraza a sus hijos y es tal la emoción del abraza que les
dificultad respirar, llega un suspiro combinado de alegría e
infelicidad que aborda a la mujer y aunque la pobreza sea absoluta,
sabe bien que la vida les cambiara al menos para sus pequeños
príncipes, con cariño apasionado que solo una madre puede dar,
quita sus ropitas estudiantiles y les pone las ropas de dormir, luego
revisa con criterio profesional cual decano universitario, uno a uno
los cuadernos, en busca de tareas o tal vez notas regañadientes pero
para fortuna de ella, solo encuentra notas de felicitaciones y eso
reconforta su sacrificio, pues aunque no haya comodidades y
dinero para pagar mejores colegios, ello es suficiente, para saber
que la educación de sus hijos es la mejor y que gracias a ella y a su
esfuerzo, sus hijos serán mañana hombres de bien, así solo logren
realizar metas personales, pues para ella es igual que sean zapateros
o doctores, pero que sean los mejores y que padre o madre no ha
soñado con ver a sus hijos alcanzando la fama y la cúspide del éxito.
Tal y como sus padres le inculcaron por mas humilde que fuese su
situación, la joven permanece siempre al lado de sus hijos y aun
mas, siempre comen juntos en la cama así solo haya para cenar agua
de panela y pan, y así, en la improvisada mesa, la unidad familiar se
fortalece, donde juiciosos y con esporádicas chispas de algarabía,
toman sus alimentos compartiendo así, uno de los actos mas
legítimos de la familia y que pese a la crisis económica, la madre
Melodías de dolor 365
joven jamás olvida, “familia que cena unida, jamás es desunida” y
así transmitir a sus hijos lo aprendido de sus padres y a la vez, ellos
enseñar a sus hijos lo que su madre los enseño.
¡Bueno niños es hora de cepillarse, no quiero que sufran de caries
como los abuelos!, replica la madre, quien cariñosa, supervisa y
ayuda a la vez, a sus hijos con la bendita higiene dental, realizada
dicha faena, entrega a cada niño, las tareas escolares por hacer y que
en el colegio , una sargento temeraria que no es mas que la
profesora y a la vez madrina de bautiza del par de angelitos ¡que
dilema!, ¡a terminar juiciosos las tareas!, se escuchan los reclamos
infantiles pero el llamado de atención cariñoso, hace reversar los
ánimos cansados por un divertido juego junto con su madre, una
tarea que se repite a diario y durante la mayor parte del año.
De esta manera, los cuadernos, los libros, los lápices, el compas y
muchas cosas mas, alientan a la madre a continuar luchando por el
bienestar de su familia pues sabe que en ellos, esta el futuro y
porque no decirlo, ¡tal vez el futuro de ella! aunque sabe en el fondo
que tendrá que trabajar mucho para lograr realidad ese sueño,
además de realizar por si misma y sin depender de nadie, la tan
anhelada independencia económica y familiar.
Son las cinco y cincuenta minutos de la tarde, ya casi terminan las
tareas, de pronto las risas y los juegos, colocan un punto final, entre
la geografía, la historia, el español y la biología, aparece el amor, que
solo una madre enseña, pese a la pobreza y a las dificultades que
otorga sin consentimiento la vida. ¡Bueno mis hijos, es hora de que
se metan entre la camita!, mira el reloj que porta orgullosa en la
muñeca, pues sabe que ese reloj es producto de su trabajo y no de
un regalo ruin de un hombre cualquiera.
Son las seis y treinta minutos, quedan pocos minutos para marchar
hacia su trabajo, entonces se recuesta junto a ellos, para darles un
poco de calor ante el frio polar de la capital, aunque en el fondo
sabemos, que ella se refugia entre la inocencia activa de sus
pequeños, recibiendo así, el calor eterno que solo el amor puede
corresponder. Entre sus dos hijos descansa, algo mas de veinte
366 Jairo Veloza González
minutos, los suficientes para retornar al trabajo con mas coraje y
verraquera y mucha resistencia ante las humillaciones y maltratos
de los clientes, sabe que ese momento de amor fraternal junto a sus
pequeños es el mas maravilloso de todo el día y de toda su vida,
aunque en la soledad y el trajín de la casa, ese momento especial, es
el necesario para reconfortar su alma y su cuerpo, el necesario para
olvidar los sufrimientos y el suficiente para lograr cerrar sus ojos y
navegar en el fantástico planeta de los sueños, pese a los reclamos de
sus clientes por quedarse dormida en el trabajo.
Son las siete y treinta minutos de la noche, el frio es intenso y muy
penetrante, ella prepara un tinto para calmar la ansiedad, o mas bien
controlar los nervios, ante el incierto de encontrar clientes que sean
buenos (literalmente hablando en el buen sentido de la palabra),
pues en su trabajo, sabe muy bien, que no todos los clientes son
honestos y caballerosos, y existen muchos, que son demasiado
peligrosos y poco correctos, pero como algún día, su abuelo y luego
su padre, le enseñaran, “!en la vida hay que sortear con todo y de
todo!”; toma el tinto, mira el reloj y luego a sus hijos, se arrodilla con
delicada vanidad ante un altar sagrado, donde en concentración
religiosa, reza con fe ante su creador, luego toma su abrigo y alista su
cartera, mira de nuevo el reloj, son las ocho en punto, camina hacia
la cama, siempre observando con detalle a sus dos hijos, luego su
gentil manito, cubre con la manta los cuerpos cálidos de sus hijos, la
misma manta que cubrió el amoroso cuerpo de la madre y la misma
que cubrirá del frio y la noche y la misma que protegerá con amor a
los dos pequeños hasta el regreso de su madre, la misma manta que
por años los acompaña y que es esta noche, una vez mas será su fiel
guardián ante las pesadillas de los hombres malos y perversos.
Se sienta sobre la cama y da a cada uno de ellos, un maternal beso
casi lisonjero, el mismo beso que la invito a soñar con un hogar y un
único esposo, el mismo que la transporto por un mundo etéreo y de
pasión absoluta, el mismo que le da de comer a ella y a sus dos hijos
y es el mismo sueño que la protege y la ama con sus ojitos infantiles,
finalmente se despide de ellos, con un largo pero sincero suspiro, el
Melodías de dolor 367
cual despierta la mayor delos niños, ¡mami quédate un ratito mas!,
¡papito no puedo, ya tengo que ir a trabajar!, ¡no te vayas mamita,
que date un ratito mas con nosotros!, ¡papito de mil amores me
quedaría, pero tengo que trabajar, no te preocupes tanto, sabes
que mañana estoy temprano en el apartamento, mas bien si tienes
algún problema, sabes que tienes el celular y puedes llamarme a
cualquier hora, pues tu sabes, que estoy apenas a dos casas de
aquí!, se miran fijamente ambos, como si se tratara del final de una
novela o la partida sin regreso de una amado, ¡te amo mucho a ti y a
tu hermanito, duérmete ya mi bebe hermoso, pues tu eres el
hombre de la casa y confió mucho en ti ,sabes que tienes que estar
muy pendiente de tu hermanito, dela casa y de mi, por supuesto!,
replica ahogada la hermosa mujer, pero un segundo aire, calman la
tristeza que aflige su alma, ¡duérmete ya mi bebe hermoso, sueña
con los angelitos y conmigo mi vida preciosa!.
Sale del cuarto, cierra con extrema seguridad la puerta del cuarto,
camina por el largo y húmedo pasillo de aquel horrible inquilinato,
su paso es lento y muy delicado, fino y bien sincronizado, su
caminar delata que los largos tacones de puntilla, son portadores
de una bella diosa exótica pero también portadores de una madre
bella y amorosa, sale a la calle, donde todo es diferente, osco y
maligno, donde los ojos tediosos del alcohol, las drogas, la
violencia y la infidelidad, la vigilan, conjurando millones de
palabras, muchas de ellas obscenas y otras mas, de aparente galán y
príncipe real, ella sabe bien que entre la maraña de pensamientos
morbosos, esta el sustento de sus hijos.
-“!llego la hora de trabajar!”, piensa la mujer, quien toma un cigarro
y lo enciende con brusco ademan, sabe bien que en la calle y en su
oficio, ¡solo sobrevive el mas fuerte!, camina un poco, donde solo
se detiene por un segundo para observar el gigantesco letrero
intermitente de neón, anunciando el show central dela noche, “!el
show de una madre soltera que por necesidad debe de trabajar en
el oficio mas antiguo de la humanidad! ”.
FIN
368 Jairo Veloza González