Mercado de metales, precios y redes comerciales en San Luis Potosí a comienzos del siglo
XVII.
“los dichos agentes remiten a México, a sus amos, la dicha plata sin que quede razón, ni claridad de la cantidad que es… y en recibiéndola el mercader, manifiesta ante los oficiales Reales de ella la cantidad que
le parece, y se queda con la demás por la golosina del oro…”1
Lucas Fernández Manjón, minero de San Luis Potosí, a Felipe IV.
Presenta:
Sergio Tonatiuh Serrano Hernández (Universidad Carlos IIII de Madrid).2
Resumen:
La presente ponencia describe la estructura del mercado de plata y oro potosino partiendo del
análisis de dos fuentes: la manifestación de metales que se realizaba en el pueblo de San Luis, y
los recibos del mercader Pedro Lamadriz, en la ciudad de México. Con base en esas fuentes se ha
desarrollado un modelo de análisis de redes sociales que permite estudiar la estructura del
mercado de minerales en San Luis Potosí a comienzos del siglo XVII. Finalmente, se plantean una
serie de hipótesis y conclusiones acerca del funcionamiento de un mercado que, cuando menos
legalmente, no debía de existir.
1 Archivo General de Indias (en adelante A.G.I.), Real Patronato, 20, Número 5, R19, Foja 3 Vuelta 2 El “Modelo Lamadriz”, que es parte del trabajo que aquí se presenta, fue elaborado en colaboración con el maestro Juan Marcos Ortíz Olvera para la ponencia titulada: La plata de San Luis y la golosina del oro. Remisiones de mineral en pasta a la ciudad de México. 1618 – 1623. El mercado potosino narrado a luz de la actividad de Pedro Lamadriz, la cual fue presentada en el CLADHE II celebrado en febrero de 2010 en la Ciudad de México.
I. Introducción.
La presente ponencia trata acerca de un mercado de minerales en pasta que, a finales del siglo
XVI, se estableció entre los mineros de San Luis Potosí y un puñado de comerciantes asentados
en la Ciudad de México. Aunque el tema es bastante local, el tratamiento de los acontecimientos
y las implicaciones teóricas de los mismos intenta ir más allá de las fronteras regionales con la
finalidad de plantear hipótesis un tanto más generales. En primer lugar, porque el análisis se
centra en el siglo XVII, que sigue siendo materia de polémica en la historiografía mexicanista, y
en segundo término porque se desarrolla un acercamiento relativamente novedoso a la
problemática, mediante la técnica de investigación llamada Análisis de Redes Sociales (A.R.S.).
A partir de las polémicas acerca del carácter “recesivo” del siglo XVII en América,
publicadas en la revista Past and Present en la década de los ochenta del siglo pasado3, quedó claro
que la polémica sólo se podría zanjar mediante el análisis de las economías regionales en toda
América. A partir de ese momento, los investigadores retornaron al archivo, privilegiando un
análisis de los espacios locales, con la finalidad de incorporar nuevos datos a la polémica
planteada por los ya clásicos debates de la crisis general que dio pie al surgimiento del mundo
moderno. Aunque la masa documental requerida para realizar semejante labor es difícil de tratar,
y sólo el tiempo permitirá que la investigación avance en los archivos parroquiales y estatales, en
los últimos años hemos aprendido mucho acerca del desarrollo de los espacios económicos
locales. En particular, gracias al análisis de las alcabalas en el siglo XVIII, Juan Carlos Grosso y
Juan Carlos Garavaglia han mostrado la articulación de grandes mercados locales en Puebla y
Tepeaca4. Por su parte, Eric Van Young y Antonio Ibarra nos han mostrado la especial dinámica
de la economía de Guadalajara, un vivo mercado regional que servía de puente entre la plata del
noreste novohispano, el comercio pacífico, y los centros productores de metales preciosos en el
centro mexicano.5
Aunque el día de hoy sabemos bastante más acerca de la composición de los espacios
regionales en el siglo XVIII, la investigación realizada todavía no ha permitido que se conozca
más a fondo el funcionamiento de los espacios regionales novohispanos en el siglo XVII. El
llamado siglo de la depresión ha sido el foco de estudios regionales, principalmente, en lo que se
refiere a la minería de plata en Zacatecas. A partir del trabajo fundacional de Peter Bakewell se
3 KLEIN, Herbert S. y John J. TePaske, The Seventeenth-Century Crisis in New Spain: Myth or Reality? en Past & Present, No. 90 (Feb., 1981), pp. 116-135 4 GROSSO, Juan Carlos y Juan Carlos Gravaglia, La región de Puebla y la economía novohispana: Las alcabalas en la Nueva España, 1776-1821, México, Instituto de Investigaciones Históricas Dr. José María Luis Mora, 1996. 5 VAN YOUNG, Eric, La ciudad y el campo en el México del siglo XVIII: La economía rural de la región de Guadalajara, 1675-1820, México, Fondo de Cultura Económica, 1990. IBARRA, Antonio, La organización regional del mercado interno novohispano. La economía colonial de Guadalajara. 1770 – 1804, México, BUAP – UNAM, 2000.
ha analizado, sobre todo, la producción argentífera en aquél siglo.6 Empero, se puede afirmar que
la historia económica mexicanista no ha abordado de manera cabal la agenda de investigación
que Ruggiero Romano se perfilaba claramente desde los años noventa.7 Ha quedado claro que,
cuando menos a nivel de ingresos fiscales, no todo el siglo XVII mantuvo una tendencia
decreciente. Ahora se debe abordar la problemática que plantea a la investigación el saber a dónde
se destinó esa producción mineral.
Precisamente, esta ponencia se interesa por explorar el proceso de articulación de los
mercados regionales en la época colonial: aborda el trasiego de mineral potosino hacia la Ciudad
de México, el cual generaba una fuerte actividad en la región y en la cual participaban diversos
actores: comerciantes de plata, aviadores de la Ciudad de México, así como mineros pequeños y
grandes del distrito potosino. Además, se debe notar que algunos de los personajes encargados
de llevar el mineral a los obradores de aparado en la Ciudad de México, eran agentes del
Consulado de Comercio.
De esta manera, la producción mineral de San Luis se vinculaba al comercio internacional
a gran escala, pues el oro era el patrón de cambio preferido por los comerciantes a nivel
internacional. Aunque la información proporcionada por las fuentes no permite seguir la pista
del mineral más allá de los límites de la capital virreinal, la pregunta debe plantearse desde el
primer momento: ¿Hacia dónde fluyó el mineral producido en San Luis Potosí? ¿Se utilizó para
engrosar los bolsillos de la élite minera local?, o bien ¿se utilizó en el intercambio comercial
internacional?
II. La minería potosina a principios del siglo XVII.
Las minas ubicadas en el Cerro de San Pedro eran únicas en la Nueva España por un simple
motivo: la cantidad de oro que producían. Y es que las barras de plata salían, después del
beneficio, ligadas con oro8. Según Primo Feliciano Velázquez, los primeros ensayes de la plata de
San Luis quedaban siempre con un color arenoso9. Al principio se pensó que este material era
cobre, y por eso se eliminaba al fundir las barras de plata. De acuerdo al historiador, hacia 1598 a
alguien se le ocurrió separar la escoria de una barra y descubrió que el mineral arenoso no era
6 BAKEWELL, Peter J., Minería y sociedad en el México colonial. Zacatecas (1546 - 1700), México, Fondo de Cultura Económica, 1997. 7 ROMANO, Ruggiero, Coyunturas opuestas. La crisis del siglo XVII en Europa e Hispanoamérica, México, El Colegio de México – Fondo de Cultura Económica, 1993. 8 Señalan los oficiales reales de la ciudad de México: “[Los pesos de oro de la partida son] procedidos de derechos de uno y medio por ciento del oro en especie, y del granaje de oro que en sí tiene la plata de las dichas minas de San Luis, que en la sala de la fundición real, se ha manifestado, fundido y ensayado.” A.G.I., Contaduría, Cajas Reales de la Nueva España, 922, 2, Foja 46 frente. 9 VELÁZQUEZ, Op. Cit., Tomo I, pp. 588.
otra cosa que oro. Desde ese momento, las barras de San Luis fueron sistemáticamente remitidas
al apartado de la ciudad de México, donde se separaba definitivamente la plata del oro.
El anterior, pese a ser un bonito pasaje, es completamente falso: los mineros supieron
desde un principio que la plata se encontraba ligada con oro. Ya en octubre de 1593 el alcalde
Mayor de San Luis Potosí, Alonso de Oñate señalaba lo siguiente:
...que del Cerro del Potosí, de algunas de las minas que en él se labran se ha visto, y es público y notorio,
que algunas personas de los que benefician y afinan los metales que se sacan de las dichas minas y han
sacado tejuelos de oro, y así mismo mucha cantidad de plata que participa de oro...10
Pues bien, la plata de San Pedro, después del beneficio, salía ligada con oro. Esta particularidad
del mineral que se trataba en San Luis Potosí, introducía mucho ruido en el trato de los minerales,
porque los impuestos mineros debían ser pagados en especie, y para realizar esto el oro de las
barras debían ser separado de la plata. Existía un proceso químico para realizar la separación del
oro y la plata, pero los talleres que lo realizaban se encontraban de manera exclusiva en la Ciudad
de México. De esta manera, hasta 1628, cuando menos, el mineral debía dejar San Luis Potosí,
para ser apartado y quintado en la capital de la colonia.
La anterior era una particularidad de la producción Sanpetrense: el mineral era de tan alta
calidad, que se encontraban altas cantidades de plata vinculadas con oro. Esto nos muestra que
la geografía minera de la Nueva España era muy extensa, y la producción de minerales se
encontraba lejos de ser monolítica. Cada real tenía ciertas particularidades que a la larga
terminaban determinando los ciclos productivos. Además, se debe notar aquí, que el valor
monetario de la producción aurífera era muy alto. De acuerdo a lo estipulado por la Caja Real de
San Luis a lo largo del siglo XVII, la talla de un Marco de plata de toda ley eran 70 reales, es decir
8.75 pesos11. Un Marco de oro de 22 quilates, el estándar de la época, se valuaba en 105.88 pesos12,
aproximadamente. De este hecho se deduce que, así fuese relativamente poco el volumen de
metal dorado beneficiado en las haciendas de San Luis, los emolumentos que suponía tanto para
10 Alonso de Oñate, alcalde mayor de San Luis Potosí, para que se lleve a registrar el oro de las minas del cerro del Potosí. Publicado en: MONROY, María Isabel, Documentos y grabados para la historia de San Luis Potosí, México, A.H.E.S.L.P. – Casa de la Cultura, 1991, pp. 122. 11 La talla (cantidad de monedas) de un marco de plata en la Caja Real de San Luis Potosí se estimaba en 70 reales durante todo el periodo estudiado. La razón que dan los oficiales reales del pueblo de San Luis cuando hacen el cargo de la plata de diezmo en la Caja Real de la localidad expresa siempre esta equivalencia: “Háceseles cargo a los dichos oficiales Reales de sesenta mil ochocientos y ochenta y un pesos un tomín y ocho granos de oro común de plata de toda ley de a setenta reales el marco”. A.G.I., Contaduría, 922, Cajas Reales de la Nueva España, 13, Foja 279 frente. Las cursivas son mías. Ver también: MARTÍNEZ, López Cano, María del Pilar, En torno a la plata: notas sobre el crédito y el financiamiento en la minería en la Nueva España en el siglo XVI en Crédito y financiamiento a la industria minera. Siglos XVI – XX, México, Plaza y Valdés, 2006, pp. 37. 12 El 21 de abril de 1648 se cargó a los oficiales reales de San Luis por un total de 18,327 pesos de oro común, que procedían de 8,624 castellanos del oro que se había quintado en la Caja Real de la localidad. Si hacemos la división, tenemos como resultado que cada castellano de oro de 22 quilates valía 2.11 pesos, aproximadamente. Si además sabemos que en cada marco de oro hay 50 castellanos, podemos conocer el precio. Esta equivalencia se repite a lo largo de todo el periodo estudiado. A.G.I., Contaduría, 922, Cajas Reales de la Nueva España, 25, Foja 685 frente.
los mineros como para el Real fisco hacían que este género de la producción minera tuviese una
importancia central. Finalmente, se debe notar que, en el caso del oro, la Real Hacienda cobraba
siempre el 21.5% del total de la producción. Los “derechos de quinto, y uno y medio por tanto”
eran los únicos que existían en este género de la producción, a diferencia de la plata, que tenía
dos impuestos distintos.
De manera que este simple accidente geológico introdujo una serie de problemas que no
habían sido abordados por la administración colonial: los impuestos sobre la producción minera
debían ser pagados, de acuerdo a ordenanzas, in situ y en especie. Sin embargo, esto era imposible
en el caso potosino; la plata debía ser sometida a un proceso químico para separarla del oro. Esta
tecnología, considerada de punta para la época, sólo existía en la ciudad de México. Además, el
minero no sabía el valor exacto del metal extraído, puesto que no había ensayador que
determinase la cantidad y la calidad del mismo.
Por principio de cuentas, se mandó la instalación de un ensayador en el pueblo de San
Luis y, acto seguido, el 19 de noviembre de 1610, el marqués de Salinas mandó que el alcalde
mayor de San Luis Potosí llevase un libro con el registro de las barras de mineral que eran
enviadas a la ciudad de México 13 . Esta excepción generó una estructura que permitió el
intercambio de mineral en pasta sin quintar. Alrededor de dicha estructura se articuló una red
comercial, que permitió el flujo de plata hacia la ciudad de México, así como su intercambio por
metal amonedado y mercancías. Se generó una estructura de circulación de la plata potosina.
III. Fuentes.
Lamentablemente, las manifestaciones de plata realizadas por mineros y mercaderes en el pueblo
de San Luis Potosí no se han conservado en su totalidad. Aunque el mecanismo de manifestar el
mineral enviado a México funcionó durante largos 18 años, entre 1610 y 1628 (año en que se fundó
la Caja Real), actualmente sólo se conservan los libros que contienen las barras manifestadas entre
1618 y 1623. En el Archivo Histórico del Estado de San Luis Potosí se pueden consultar los libros
que han sido conservados gracias a un hecho fortuito: el castellano Pedro de Salazar, quien
financió una importante obra de ingeniería en el Cerro de San Pedro, y quería que este hecho
fuese a su hoja de méritos, mandó conservar los libros de manifestaciones para que se viese el
incremento en su producción mineral.
13 A.G.I., Gobierno, Audiencia de México, 373, Foja 40 Frente
Aunque la fuente no puede ofrecer una visión de largo plazo, sí permite realizar una
verdadera radiografía del metal enviado. Cada registro contiene el ensaye de la barra, la fecha en
que se manifestó, el nombre de la persona que transportaría el mineral (normalmente un arriero),
el nombre de la persona que recibiría el mineral en México (receptor), el nombre de la persona
que enviaba (remitente), así como el escribano que dio fe del acto.
Una vez que hube identificado los libros en el archivo, procedí a vaciar la información en
una base de datos relacional. El trabajo de archivo se extendió por tres meses, dando como
resultado 10,264 registros de barra, en los cuales se puede conocer: la masa total de la barra en
marcos14, la ley de la plata en maravedíes15 y el estimado de oro en granos por cada marco16. A
partir de estos datos es posible calcular el precio total de la barra de acuerdo a su tasación, tanto
en la Caja Real de México17 como en la Casa de Moneda18. De la misma manera, es posible conocer
la masa de plata y oro, una vez que las barras han sido apartadas.
El gran inconveniente de la fuente es que no registra los retornos al remitente: no se conoce
el precio en que la barra fue vendida una vez llegada a la Ciudad de México, o la manera en que
ésta fue intercambiada. Desconocemos, además, el coste de producción de la barra, dadas las
14 1 marco equivale a ½ libra avoirdupoids o 230 gramos. 15 1 peso de oro común, a principios del siglo XVII, equivalía a 272 maravedies. 16 1 castellano de oro se dividía en 8 tomines, y cada tomín en 12 granos. 17 La Caja Real cobraba los impuestos pertenecientes al Rey por concepto de producción minero-metalúrgica. En ésta se tasaba el marco de plata de toda ley a $8.75 pesos. El oro era tomado a $2.11 pesos cada castellano de 22 quilates. 18 Dentro de la Casa de Moneda, el marco de plata tenía un talle de $8.35 pesos cada marco de plata de toda ley.
Ilustración 1. Libro de Manifestaciones en el A.H.E.S.L.P.
particularidades de la minería potosina. Aunque es importante señalar que la calidad de la mena
no permitía su beneficio mediante azogue. Al encontrarse el mineral argentífero vinculado con
oro, era necesario oxidar el mineral para beneficiarlo. El refinamiento mediante azogue hubiese
perdido el mineral áureo, desperdiciando la golosina del oro, a que irónicamente hace referencia
el minero Fernández Manjón en el texto con que inicia esta ponencia. La oxidación se llevaba a
cabo mediante la mezcla de plomo19 y el sulfato de plata en grandes hornos de fuelles. Es
necesario ser muy categórico con esto: la plata potosina era de fuego casi en su totalidad. Como ya
ha sido señalado por David A. Brading, los costes de producción de ésta son menores que los de
la de azogue20.
Para conocer el precio de venta de la barra se recurrió a otro documento: los recibos
otorgados por Pedro Lamadriz, comerciante de la ciudad de México, a Francisco Calderón,
albacea de los bienes de Francisco Sánchez Barragán. Estos raros papeles se conservaron porque
los hijos de este último movieron pleito en contra de Calderón por mala administración de los
bienes. El mercader proporcionó toda la información requerida en el juicio porque “…siendo
cosa de menores es menester vivir el hombre con cuidado, que cuando menos el hombre piensa,
le piden lo que no debe.”21 Gracias a esta expiación de culpas, la información fue recopilada de
primera mano, lo cual permitió enterarse de los modos del mercader: el valor de la plata, así como
los retornos que se dieron a San Luis: mercaderías y mineral amonedado.
Pese a que los datos disponibles al finalizar el trabajo en el archivo permiten un
acercamiento de corte econométrico a la información, me pareció que la estructura contenida en
las remisiones de plata y oro muestra de manera natural la presencia de una red: existe un
remitente en el pueblo de San Luis Potosí, y un receptor en la Ciudad de México. La conexión
entre estos dos nodos es el mineral, que hace el viaje entre las dos poblaciones. Se tiene la relación
diádica de toda red. Además, esta red en particular es también un espacio de intercambio: la
finalidad del remitente es trocar su mineral por su equivalente en mercancía y amonedado.
19 El Cerro de San Pedro contenía también gran cantidad de metal plomoso. 20 BRADING, David A., Mineros y comerciantes en el México borbónico, México, F.C.E., 1971, p. 190 – 191. 21 Archivo Histórico del Estado de San Luis Potosí (en adelante A.H.E.S.L.P.), Alcaldía Mayor, Año 1609, Legajo 6, Expediente 2, Foja 20 Frente.
IV. Análisis de Redes Sociales (A.R.S.)22
La hipótesis de trabajo que pensaba confirmar al inicio de este ejercicio, es que había un
funcionamiento muy rudimentario del intercambio, un mercado poco desarrollado. Empero,
mediante la aplicación del análisis de redes sociales (ARS) me di cuenta de que pensar el mercado
de esta manera era completamente ingenuo: la primera imagen que se tiene al vaciar la matriz en
el software23 es como se muestra en la Ilustración 2. El espacio económico que muestra la relación
entre remitentes y receptores era mucho más complejo de lo que podía imaginar. Como se aprecia
en la imagen, la cantidad de participantes, y de contactos entre ellos, no es algo simple. En
realidad, la estructura del intercambio no se puede observar a simple vista. Es necesario utilizar
herramientas de análisis estadístico para ordenar y clasificar este aparente caos. ¿Cómo ordenar
la red con la información disponible?
22 La técnica conocida como Análisis de Redes Sociales, deriva de la disciplina sociológica. Se parte de una idea muy simple: los seres humanos, al interactuar entre sí, desarrollan diversos tipos de relaciones (p.ej. relaciones de parentesco o amistad, intercambios comerciales, etc.). Las relaciones sociales se asemejan a una red, porque conectan a los individuos. La interacción social así entendida, puede ser representada por un socio-grama. Es decir, un grafo que permite encontrar las características que estructuran la red de relaciones. Finalmente, la técnica de redes sociales propone una serie de procedimientos tomados de la estadística, para establecer el peso específico de cada una de las variables analizadas. 23 Para todos los grafos que aquí se muestran fue utilizado el software de redes sociales Pajek. Se puede conseguir de manera gratuita en la siguiente dirección: http://pajek.imfm.si
Por principio de cuentas, es necesario explorar la estructura presente en el grafo. Existen
algunos coeficientes que permiten describir las redes sociales, con la finalidad de saber, de
manera muy general, las características de las mismas. En primer lugar, es preciso saber qué tan
conectada se encuentra la red. Es necesario conocer el número total de participantes y de líneas
entre los nodos, así como la densidad y el grado medio de densidad. Para la red Remitente –
Receptor los valores son como sigue:
Número de Vértices (n): 325.
Líneas
Número Total de Líneas 447
Relaciones ortogonales 111
Densidad [ortogonal incluido] 0.42%
Grado medio 2.75
Tabla I. Valores generales de la matriz Remitente - Receptor
Los números, pese a ser muy básicos, me dan pistas muy interesantes acerca del mercado
potosino de mineral en pasta. En primer lugar, el número de participantes es muy alto: 325
personas se encontraron presentes en este mercado entre 1618 y 1623. Se debe tener en
consideración que el pueblo de San Luis Potosí no pasaba de los 700 habitantes en aquella época;
pues bien, en este mercado podían caber casi la mitad de sus habitantes. El número total de
Ilustración 2. Primera Imagen de la matriz Remitente – Receptor en Pajek
conexiones es interesante; pese a la complejidad que se puede ver en la Ilustración 2, no tenemos
realmente demasiadas líneas que unan a los actores. Es por esto que la densidad es muy baja:
apenas 0.42%. Es decir que de las 104,976 relaciones posibles, sólo se materializaron 411. Empero,
el grado medio es un valor interesante; los participantes en el mercado, en promedio, tienen
conexión con otros 2.75 nodos de la red. Finalmente, la cantidad de relaciones ortogonales es
bastante alta: 111, por lo cual tenemos que sólo 336 vínculos se encuentran conectando a los
nodos.
Todo parece indicar que estamos frente a un mercado que no se encuentra totalmente
integrado24. Muestra, sin embargo, cierta complejidad en su funcionamiento; por ejemplo, el alto
número de relaciones ortogonales, es decir relaciones reflexivas (con el mismo ego). Esto implica
que una tercera parte de los participantes en el mercado potosino, manifestaron enviar la plata
por cuenta propia, declarando que ellos mismos la recibirían en la Ciudad de México. Este
proceder no es otra cosa que una integración vertical del negocio: si no se necesita un
correspondiente en la capital, entonces la tasa de ganancia es toda para el actor que compra o
produce en San Luis Potosí mineral, lo traslada y aparta en México y posteriormente lo vende o
retorna con él a tierras potosinas.
Todas estas características de la red deben expresarse a nivel gráfico, con la finalidad de que la imagen pueda ser leída. Por esto, es preciso utilizar algún algoritmo que agrupe los nodos más conectados en el mismo espacio, mientras que aleje del centro aquellos que se encuentran poco integrados a la red. En pocas palabras, se requiere aplicar un modelo en que la espacialidad del lienzo refleje las características propias de la red. Se puede aplicar a la matriz un modelo de fuerza, el cual trata cada uno de los nodos como resortes con fuerza propia, estirando reiterativamente el sistema hasta que se encuentra en un estado de equilibrio. En la Ilustración 3 he aplicado a la matriz remitente el modelo Fruchterman Reingold y después he separado de manera manual algunos de los nodos que habían quedado superpuestos, pero con cuidado de no cambiar la lógica del dibujo con mi edición. El resultado es la elipse que se puede ver en la imagen, la cual muestra los nodos con mayor cantidad de conexiones al centro.
La simple inspección visual de la imagen permite identificar varios personajes que son materialmente centrales en esta red. El nodo 290, que pertenece a Pedro Lamadriz, aparece de inmediato como el más conectado de la red. A continuación se puede apreciar que el nodo 161 también tiene cierta centralidad; éste pertenece a Jerónimo Calar de Irolo y, finalmente es evidente la centralidad del nodo 145, que representa a Gabriel Santillana. Los personajes son fáciles de identificar porque se encuentran al centro del grafo y es evidente que están muy bien conectados. También tienen una característica en común: su centralidad se basa en que reciben el mineral de San Luis Potosí en la Ciudad de México. ¿Cómo sé esto? Muy sencillo: casi todas las líneas que conectan con ellos tienen dirección hacia su nodo, es decir, se les envió el mineral para que tratasen con él.
24 Por ejemplo, la red de comercio internacional de manufacturas metálicas de 1994 (un mercado moderno), que se puede encontrar en la página http://vlado.fmf.uni-lj.si/pub/networks/data/esna/metalWT.htm muestra una densidad de 16% y un grado medio de 25 nodos, con apenas 80 países participantes.
La centralidad en la red es un concepto importante en el A.R.S. En este caso nos muestra los nodos que sirven de articulación entre las demás partes de la red; estos personajes concentran la confianza de los participantes en este mercado de minerales, pues muchos de los que enviaban sus minerales a la Ciudad de México, lo hacían a través de estos nodos. En la Ilustración 4 se presenta la misma red, pero ahora con el grado de centralidad total (relaciones de entrada y salida). Los nodos con mayor conexión son los siguientes:
Nodo Personaje Centralidad Total Grado de
centralidad (con ortogonal)
Grado de centralidad
(sin ortogonal)
290 Pedro Lamadriz 56 12.53% 16.67%
145 Gabriel Santillana 37 8.28% 11.01%
161 Jerónimo Calar Irolo 21 4.70% 6.25%
146 García Bueno Montes de Oca 13 2.91% 3.87%
103 Francisco Armenta 12 2.68% 3.57%
319 Simón Enríquez Baez 12 2.68% 3.57%
32 Antonio Madueño 11 2.46% 3.27%
14 Álvaro Armenta 10 2.24% 2.98%
22 Andrés Rodríguez Miranda 10 2.24% 2.98%
325 Toribio Fernández Celis 10 2.24% 2.98%
Tabla II. Nodos con alta centralidad en la matriz Remitente – Receptor.
Ilustración 3 Red Remitente - Receptor. Modelo Fruchterman Reingold.
En la tabla se puede apreciar que los tres personajes ya señalados tienen un total de 114
conexiones y representan una tercera parte de todos los vectores de la red. Es evidente que éstos
se pueden agrupar a parte de los demás participantes en el mercado de minerales potosinos, pues
mientras Calar de Irolo tiene 21 conexiones, el más cercano competidor, García Bueno tiene
apenas 13; El actor con mayor centralidad de la red, Pedro Lamadriz quien era un corredor de
platas en la Ciudad de México. Este personaje es también quien más minerales recibió: 36,857
kilogramos de plata y 899 kilogramos de oro en sólo tres años de análisis. El precio total estimado
de las dos mercaderías ronda los $1,697,636 pesos de oro común. Estas, sin duda, son cifras de
verdadera consideración. El segundo personaje, Gabriel Santillana25 , con un grado nodal de
11.01% y 37 conexiones recibió plata por un total de 22,468 kilogramos de plata, 576.85 kilogramos
de oro puro. El valor de estas mercancías se puede estimar en $1,049,811.56 pesos de oro común.
El siguiente personaje, Jerónimo Calar de Irolo26, recibió un total de 5,762 kilogramos de plata y
143.98 kilogramos de oro. El valor alcanzado por el tráfico de este personaje rondaba los
$267,560.12 pesos de oro común. Entre los tres representan un negocio de unos tres millones de
pesos en sólo cinco años. La conclusión que se puede sacar de todos estos datos es que los nodos
en cuestión se constituyeron en verdaderos articuladores del mercado potosino de metales
preciosos, y que es preciso retornar al archivo con la finalidad de buscar las herramientas
notariales que soportaban este tráfico de plata y oro; realizando una investigación de los tratos y
contratos de estos personajes a nivel microeconómico se podrá comprender de mejor manera la
articulación comercial del mercado de minerales potosinos con los espacios regionales
novohispanos y con el mercado mundial.
25 Gabriel Santillana fue un mercader de platas con fuertes vínculos en San Luis Potosí. Compró el puesto de Escribano Público de Guadalcázar justo cuando este real minero se encontraba en pleno apogeo. 26 Jerónimo Calar de Irolo, o Yrolo, era hermano de Nicolas Calar de Yrolo, quien escribió un tratado de escribanías públicas a principios del siglo XVII. NIETO Y Cortadellas, Rafael, Apuntes genealógicos sobre los Calar de Irolo, México, Prensa Universitaria, 1953. Además, Luisa Schell Hoberman identificó a este personaje como mercader en el tráfico de Manila. HOBERMAN, Luisa Schell, Mexico's Merchant Elite, pp. 60.
Ilustración 4 Matriz Remitente – Receptor. Modelo Fruchterman Reingold. Grado de centralidad y análisis de componentes débiles.
Se debe señalar que los colores de los nodos que se encuentran en la Ilustración 4
representan los componentes de la red que se encuentran unidos. Mediante una prueba de
componentes débiles se pueden identificar muy sencillamente los elementos inconexos dentro de
la red total. Para el caso de este mercado, tenemos el componente central identificado con el color
verde y después toda una miríada de pequeños componentes que se estructuran alrededor de
tres o cuatro personajes, e incluso los pequeños nodos aislados y con relaciones reflexivas. El
componente central se compone de 209 vértices interconectados entre ellos, cuando menos, por
una relación. El segundo componente más grande tiene apenas cinco nodos. En total, 75
componentes. Es decir, el mercado de minerales potosinos, pese a tener un mercado más o menos
articulado, tiene también componentes aislados y que se podrían llamar arcaicos, puesto que
todavía no forman parte de ese mercado integrado en el componente principal.
La siguiente operación que se puede hacer a la matriz es extraer el componente central
con la finalidad de inspeccionarlo más cercanamente. En esta sección de la red la densidad es de
0.81%, que es muy bajo pero es el doble del valor obtenido para la red completa; el grado de
interconexiones se eleva a 3.39. En suma, el componente central de la red se encuentra poco
integrado de manera estructural, pero sigue teniendo complejidad en sus conexiones. En realidad,
como se expresa en la Tabla III, casi toda la riqueza relacional del mercado potosino de minerales
se encuentra en el componente central:
Número de Vértices (n): 209.
Líneas
Número Total de Líneas 355
Relaciones ortogonales 61
Densidad [ortogonal incluido] 0.81%
Grado medio 3.39
Tabla III. Valores generales del componente principal. Matriz Remitente - Receptor
La Ilustración 5 muestra el componente central. El procedimiento de generación de la
imagen fue la misma que para el caso de la Ilustración 4, pero además de extraer el clúster, he
vertido información de centralidad sólo para los nodos que envían plata. Es decir, ahora se puede
ver cuáles son los personajes que se encuentran más conectados desde San Luis Potosí. La imagen
es interesante porque muestra un cambio radical respecto a la anterior red, en la que los
personajes centrales eran los acaparadores de platas en la Ciudad de México. Aquí los nodos 186,
86 y 98, que corresponden a los acaparadores de plata Pedro Lamadriz, Gabriel Santillana y
Jerónimo Calar de Irolo tienen un grado nodal de 0 porque no enviaron plata u oro desde San
Luis, sino que la recibieron toda. A diferencia del grado total, en el grado sólo por salida de
mineral las cosas aparecen más balanceadas: los mineros y comerciantes potosinos no necesitaban
de una gran cantidad de contactos en la Ciudad de México: bastaban dos o tres para que los
minerales fluyeran hacia la capital virreinal.
Ilustración 5. Componente central de la matriz Remitente – Receptor. Modelo Fruchterman Reingold. Grado de centralidad sólo en salida (output).
De hecho, en la Tabla IV se puede apreciar que la distribución del grado de centralidad
es bastante homogéneo entre los diez personajes más importantes:
Nodo Personaje Número de conexiones
Grado de centralidad (con
ortogonal)
Grado de centralidad (sin
ortogonal)
101 José Echagoyán el
Viejo 9 2.54% 3.06%
180 Pedro Díez Campo 7 1.97% 2.38%
139 Juan Terán 7 1.97% 2.38%
117 Juan Elorza 6 1.69% 2.04%
183 Pedro Esquivel
Albornoz 6 1.69% 2.04%
37 Cristóbal Sánchez
Serrano 6 1.69% 2.04%
69 Francisco Mata 6 1.69% 2.04%
131 Juan Moreno 6 1.69% 2.04%
60 Francisco Armenta 5 1.41% 1.70%
116 Juan Eguía 5 1.41% 1.70%
Tabla IV. Nodos con alta centralidad en salida. Componente principal de la matriz Remitente – Receptor.
José Echagoyán el Viejo, minero potosino de primer tiempo (de los asentados en el real
poco después de su fundación), es el personaje con más relaciones de los que enviaron minerales
hacia la Ciudad de México: este minero se valió de nueve personas para hacer transitar los metales
preciosos hacia la Ciudad de México. Se debe subrayar que no es el personaje con mayor volumen
de envíos hacia la capital: es puesto de honor lo ocupa Jerónimo Matella, quien curiosamente
ocupa apenas un lugar marginal en el componente principal, porque todos sus envíos fueron a
parar a las manos de Francisco Medina Reinoso. Por su parte, Echagoyán ocupa el quinto lugar
en la lista de los personajes que mayor cantidad de oro y plata remitieron: 257 kilogramos de oro,
9,082.74 kilogramos de plata pura y un total de $433,200.62 pesos de oro común por los dos
géneros. Estas son cifras interesantes pero que no se pueden comparar con lo recibido en México
por Pedro Lamadriz. Hay, sin embargo, una cosa que se debe hacer notar: de acuerdo a los datos
recopilados, el negocio de Echagoyán tenía una tasa de ganancia del 25.45%, un 5% arriba de la
media para el total del mercado. ¿Acaso se puede explicar este profit tan alto por su posición
privilegiada para negociar su mineral en el mercado? Se debe explorar más en los archivos para
entender los modos de proceder de este agente, pero una veta explicativa de esta tasa de ganancia
tan alta puede estar en el hecho de que posee nueve correspondientes en la Ciudad de México
para negociar sus minerales. Para muestra un botón: ¿Con quién se encontraba relacionado José
Echagoyán?
Ilustración 6. Egonet de José de Echagoyán. Valores de líneas = barras enviadas.
Tenemos pues en la misma red a Gabriel Santillana y Pedro Lamadriz, los grandes
acaparadores de plata del mercado potosino. También aparece García Bueno Montes de Oca,
quien era el arriero predilecto por los mineros potosinos de la época para llevar el mineral a la
capital. Se encuentra Andrés Rodríguez Miranda, quien fungía como apartador del oro en la
ciudad de México ¿Quién mejor para recibir la plata con oro que la persona que sabe cómo separar
los minerales? A continuación figura Diego Echagoyán, hermano de José, quien también era
minero de San Luis. ¿Quién mejor para cuidar la plata que un familiar? Finalmente, aparece en la
red Simón Enríquez Baez, personaje vinculado a la red de judíos portugueses que sería
defenestrada años después, pero que en la época de este estudio se encontraba en plena
bonanza. 27 ¿Quién mejor para cuidar los metales preciosos que el personaje que los puede
valorizar en el mercado internacional? Ya no continuaré con más, porque creo que la idea es ya
bastante clara. No sólo importa estar conectado, sino que también importa con quién se establece
la relación.
El segundo lugar lo ocupa Pedro Díez Campo, quien fue minero y escribano público de
San Luis Potosí a principios del siglo XVII. Este personaje es conocido de la crónica local y de los
historiadores que se interesan por el periodo colonial potosino, porque escribió y firmó una
cantidad impresionante de los documentos que preservan en el A.H.E.S.L.P. Es también uno de
los mineros mejor conectados del clúster. ¿Se debe esto a su función doble de agente económico
y proveedor de los instrumentos contractuales? No se debe olvidar que los notarios se
encontraban en una posición privilegiada en la época colonial: a través de ellos circulaba toda la
información que se requería para hacer tratos y contratos. Díez Campo ocupa un modesto lugar
entre los que enviaron minerales a la Ciudad de México, pues sus 65 kilogramos de oro, y 2,262
kilogramos de plata por un valor de $107,991.62 pesos de oro común lo sitúan en el lugar décimo
sexto. Nuevamente, hay un detalle que se debe subrayar: la tasa de ganancia en el negocio de este
personaje alcanza un sorprendente 27.11%, que es todavía más grande que para el negocio de
Echagoyán, el remitente más conectado.
Finalizo con algunos datos respectivos al tercer actor de la lista: Juan Terán. Aunque de
su biografía no sé nada, sí se puede apuntar aquí que este personaje remitió a seis personajes
distintos un total de 38 kilogramos de oro y 2,199 kilogramos de plata por un valor de $96,539.72
pesos de oro común. Su lugar es más bien modesto: se ubica en el décimo octavo. Hay, sin
embargo un dato que sobresale acerca de los negocios de este personaje: su tasa de ganancia es
del 28.20%, la mayor de las que aquí se han citado. Sin abundar más sobre este tema, creo que se
puede plantear, a nivel preliminar y muy hipotético que el grado de conexión de los actores en la
red comercial se encuentra vinculado de manera estrecha a la tasa de ganancia obtenida en el
negocio.
27 GARCÍA DE LEÓN, Antonio, Tierra adentro, Mar en fuera. El puerto de Veracruz y su litoral a Sotavento 1519 - 1821, México, F.C.E., 2011, pp. 501 – 535. Este trabajo además ofrece una crítica muy certera acerca de los límites que el A.R.S. ofrece para el historiador.
Se debe notar que la posición de estos personajes en la Ilustración 5 es de mucha
centralidad en intermediación, porque son los nodos que unen la esfera en que se desenvuelven
los peces gordos del mercado potosino en la Ciudad de México: su posición es al centro del grafo
y a medio camino de Pedro Lamadriz, Gabriel Santillana y Jerónimo Calar Irolo; esta anidación
muestra una serie de nodos muy bien conectados, casi todos productores de plata y oro en San
Luis Potosí, o bien mercaderes con un alto grado de conexiones y, por supuesto, este clúster
muestra también una tasa de ganancia por encima de la media.
V. Conclusiones
¿Qué se aprendió al escudriñar la fuente y trazar, cuando menos en términos generales,
el comportamiento de los agentes para un espacio económico como el potosino? Por principio de
cuentas, es notable que estamos en presencia de un mercado que tenía 400 años sin salir a la luz.
Aunque algunos de sus elementos son netamente arcaicos, debe sorprender la modernidad de su
funcionamiento. El comportamiento racional en términos económicos de los agentes
involucrados, su capacidad para entender los diversos entornos institucionales y emplearlos a su
favor. Son elementos que incluso siglos antes de que David Ricardo y Karl Marx los estudiasen,
están presentes, operan y son el motor de la actividad mercantil de metales que a su vez
reproduce y auspicia el surgimiento de nuevas actividades económicas.
Por otra parte, se debe notar que el trasiego de plata y oro desde San Luis Potosí
involucraba la esfera regional pero también la escala global. Aunque a partir de esta investigación
están sentadas las bases para seguir la pista de este mercado más allá de la Ciudad de México, se
debe continuar con la búsqueda de información que permita ampliar la escala de análisis de
manera global: ya se sabe ahora quién recibió el mineral; hay que saber hacia dónde fluía, qué
porcentaje era retornado a San Luis en especie o en mercaderías del avío minero; qué parte de
este oro era introducido al mercado global a través de las redes portuguesas que en esa época lo
controlaban.
A nivel teórico, es necesario continuar explorando las posibilidades del A.R.S. como una
herramienta que permite retornar a los mercados coloniales de manera directa; encontrar la
agencia de los actores, y sus posiciones dentro de la red, siempre en el entendido de que estos
espacios con relativos, pues se encuentra mediado por las instituciones del antiguo régimen.
Sergio Serrano.