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MOMENTO III
I. ORIENTACIÓN EPISTÉMICA Y METÓDICA DE LA INVESTIGACIÓN
1. ORIENTACIÓN EPISTÉMICA
Mostrar la orientación o expresión epistemológica de un trabajo
científico, expresa el compromiso de dilucidar entre los caminos del
tratamiento de la teoría y de la relación con la práctica. La primera
dimensión de la orientación epistemológica hace referencia a la distinción
gnoseológica o espacio concretamente epistemológico o epistemología
propiamente dicha, en tanto su alusión al “saber” o a la fuente del “saber” en
una investigación.
Según esta primera dimensión del tratamiento epistemológico en una
investigación, es necesaria una distinción gnoseológica, que implica exaltar
la fuente del conocimiento y el cómo se llega a conocer; con el objeto de
brindar robustez científica ante la dinámica consciente e inconsciente de la
relación univoca entre el sujeto que conoce y el objeto que se deja conocer o
aprehender. Caso particular, sería poder comprender cómo el funcionario
público conoce las sensaciones que producen placer en el
ciudadano/consumidor para que de esta manera se mejore a través de una
gestión municipal planificada, su calidad de vida.
La segunda dimensión de la orientación epistemológica de los trabajos
científicos, hace referencia a la distinción ontológica; según la cual existen
dos sub-dimensiones en el tratamiento de la relación entre el sujeto que
investiga y el objeto investigado o realidad abordada. No obstante, esta
relación ontológica ente el neuromarketing y la planificación de la gestión
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municipal puede estar condicionada a la existencia o no del fenómeno en la
realidad descrita anteriormente.
En cuanto a la dimensión axiológica del estudio, entendida como la
filosofía de los valores, permite comprender el valor que el marketing público
tiene para los ciudadanos desde la idea de herramienta de gestión que
permite reconocer sus necesidades, lo cual puede repercutir en la
construcción de una imagen corporativa positiva, en otras palabras, sería
develar la verdadera esencia del fenómeno a objeto de darle justo valor.
En fin, la orientaciones epistemológicas orientan, es decir, dirigen o
encaminan a las comunidades científicas a una forma o modo determinado
de realizar investigación; imponen, además, e instruyen a las tradiciones de
investigación, sobre ciertos presupuestos filosóficos desde los que deben
partir, para conocer la realidad; determinados fundamentos teóricos que
necesitan considerar, para problematizar los objetos de estudio; algunos
procedimientos metodológicos que tienen seguir, para generar el nuevo
conocimiento; las estrategias que es necesario realizar, para conocer la
realidad; y los Instrumentos que se requieren, para recabar los datos que
servirán para realizar la construcción de los objetos de estudio.
En tal sentido, como orientación epistémica que orienta la presente
investigación se tendrá en cuenta principalmente es el introspectivo vivencial.
La tesis esencial del enfoque introspectivo vivencial plantea que el
conocimiento carece, en cuanto tal, de un estatuto objetivo, universal e
independiente (no tiene carácter de constante con respecto a las variables
del entorno), sino que, al contrario, varía en dependencia de los estándares
socioculturales de cada época histórica. Por tanto, no existe la metodología
científica ni el criterio de demarcación, sino las metodologías, los criterios,
según los estándares de las diferentes sociedades. Dice Camacho y
Marcano (2003), que en el enfoque introspectivo vivencial el conocimiento es
construcción o interpretación de una realidad aprehensible subjetivamente.
Es decir, la realidad es cualificarle y simbólicamente interpretable.
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2. PARADIGMA DE LA INVESTIGACIÓN
Todas las personas tienen un paradigma para relacionarse con y en el
mundo, para “leer e interpretar” el mundo, es decir, un esquema de
categorías o referencias que permite organizar las percepciones,
interpretaciones y valoraciones del mundo. Ello hace que el fundamento
epistemológico de una investigación, se revela desde la configuración del
paradigma que la sustenta, por tanto, es necesario definir lo que se concibe
como paradigma.
Para Khun (1986, p. 271) «un paradigma es lo que comparten
los miembros de una comunidad científica y, a la inversa una
comunidad científica consiste en unas personas que comparten un
paradigma». Es decir, un paradigma constituye una cosmovisión del
mundo compartida por una comunidad científica. Es un modelo para
situarse ante la realidad, para interpretarla y para darle solución a los
problemas que en ella se presentan. En síntesis, para este autor, un
paradigma es un modelo o patrón aceptado por los científicos de
determinada época, que normalmente ha llegado a ser vigente tras
imponerse a otros paradigmas rivales.
Por otra parte, Morín (1982) dice que, un paradigma científico se puede
definir como un principio de distinciones-relaciones-oposiciones
fundamentales entre algunas nociones matrices que generan y controlan el
pensamiento, es decir, la constitución de teorías y la producción de los
discursos de los miembros de una comunidad científica determinada.
En síntesis, para Morín (1982), conocer es siempre aprehender un dato
que tiene o cumple cierta función, bajo cierta relación, significa algo dentro de
una determinada estructura. Pero, a su vez, el método para alcanzar ese
conocimiento está siempre ligado a un paradigma específico, que le fija la
ruta por donde se debe caminar. Es decir, está ligado a una función
ideológica que determina las metas y a la cual sirve. De tal forma que una
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investigación neutra y aséptica es algo irreal, es una utopía,
independientemente del paradigma al que esté ligada.
De acuerdo a Martínez (2009), “es el conjunto de nociones,
hábitos, maneras particulares de ver las cosas, creencias que forman
una visión del mundo, en su cosmovisión, alrededor de una teoría
suprema en determinado periodo de tiempo histórico”. Es decir, el
paradigma es una síntesis de conceptos, creencias, compromisos
comunitarios y maneras de ver las cosas, donde uno de ellos se asienta en
una profunda transformación científica auxiliar para dar respuestas a los
misterios no satisfechas en un anterior paradigma. Una de las características
principales es su magnitud, ya que ninguno puede verse mejor o peor que el
otro; además, cuenta con el beneplácito total de la comunidad científica que
los simboliza.
De lo anterior se desprende que se alude al paradigma en un sentido
epistemológico como marco de referencia para la investigación científica,
llámese esta cuantitativa o cualitativa siendo esta última la que se desarrolla
en la presente investigación. En efecto, y partiendo de la orientación
epistemológica que para la presente investigación se toman como
fundamentos filosóficos los que plantean Jurgen Habermas, Hugo Cerda, es
preciso anotar lo siguiente:
Por una parte, las teorías, perspectivas creadoras de imágenes del
objeto, método y sujeto del conocimiento, se conciben como partes del
paradigma que las engloba. Los paradigmas deben entenderse como
sistemas de creencias básicas sobre: (a) La naturaleza de la realidad
investigada, supuesto ontológico. La identificación de un paradigma se
produce al conocer cuál es la concepción o creencia que sostiene la
investigadora o el investigador respecto a la naturaleza de la realidad
investigada. (b) El modelo de relación entre la investigadora o el investigador
y lo investigado, supuesto epistemológico. (c) El modo en que se puede
obtener conocimiento de dicha realidad, supuesto metodológico. Tiene que
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ver con los métodos y procedimientos que se derivan de las posturas
adoptadas en los niveles ontológico y epistemológico.
La teoría hermenéutica de la ciencia surge a finales del siglo XIX. Sus
impulsores consideran que la realidad que estudian las Ciencias de la
Naturaleza es igual a la realidad que estudian las Ciencias Sociales y
Humanas. En consecuencia, rechazan el método de las Ciencias Naturales
como ideal regulador único y supremo de la comprensión racional de la
realidad.
En los años sesenta, se produce un notable desarrollo de una serie de
corrientes teórico–metodológicas en el ámbito de las Ciencias Sociales y
Humanas que se inscriben dentro de esta concepción hermenéutica de la
ciencia a la que también se le conoce como “Paradigma Hermenéutico”, en la
que se inscriben corrientes como: Etnografía, Sociología Interpretativa,
Interaccionismo Simbólico, entre otras. Todas estas corrientes postulan una
aproximación fenomenológica hermenéutica- lingüística para captar la
dimensión significativa, intencional de la acción humana. El interés por los
significados sociales y la insistencia en que tales significados sólo pueden
ser examinados en el contexto de la interacción de y entre las personas es lo
que distingue a esta teoría de la ciencia del paradigma de investigación de
las Ciencias Naturales.
No obstante, el origen de la teoría crítica de la ciencia de la escuela de
Frankfurt está vinculado con el instituto para la investigación social creado,
en los años veinte del siglo XX, por un grupo de intelectuales de afinidad
marxista, entre ellos: Horkheimer, Adorno, Marcuse, Habermas y Apel. La
Teoría Crítica de la Ciencia considera que la Teoría de la Ciencia no es algo
autónomo o independiente sino que es parte de la Teoría Social. Desde sus
orígenes se contrapone a la condición positivista, entiende que la Teoría de
la Ciencia debe superar las concepciones restringidas del empirismo lógico
por medio de una Teoría Crítica que argumente dialéctica y reflexivamente
en la totalidad social.
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En ese orden, Habermas considera que: (a) No hay conocimiento sin
interés, es decir, que todo conocimiento está regido por unos intereses que le
dan sentido y que se constituyen en sus impulsores profundos. (b) Las
Ciencias de la Naturaleza están impulsadas por el saber técnico o
instrumental. (c) Las Ciencias Humanas están orientadas por el interés
comunicativo. (d) Estos conocimientos son parciales. e) El conocimiento o la
razón tienen que ser crítica dialéctica de los aspectos negativos que
aparecen en nuestros conocimientos y en nuestros comportamientos
establecidos. (f) La función esencial de la razón es la búsqueda constante
en la sociedad y en la naturaleza de aquellos elementos negativos que
deben ser superados para un mayor acercamiento a la realización del
interés emancipador.
En ese sentido, el filósofo y sociólogo Alemán Habermas plantea tres
tipos de paradigmas, los que también se conocen como intereses
cognoscitivos, los cuales son de capital importancia en el desarrollo de la
investigación social. El primer paradigma es el cuantitativo, conocido como
hipotético/deductivo o empírico/analítico, que se basa en la experiencia y la
observación; el propio autor lo refiere como un interés técnico, en el
entendido de que muestra una orientación básica hacia el control y gestión
del medio. Por lo tanto, las ciencias empírico/analíticas se dedican a estudiar
la conducta dividiendo la acción en pequeñas porciones manejables para
experimentar con ellas y analizarlas.
El segundo paradigma es cualitativo, denominado también
histórico/hermenéutico o práctico, basado en la comprensión y la
interacción, con predominación del entres práctico, es decir, se basa
en la cómo la especie humana se interacciona con el mundo, haciendo
parte de él y no compitiendo con el ambiente para sobrevivir. Y el tercer
paradigma de Habermas es llamado critico/social, el cual se basa en la
potenciación, o sea, en la capacidad del individuo o grupo de tomar las
riendas de su propia vida de manera autónoma y responsable. El propio
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autor lo cataloga como un interés emancipador que significa independencia
de todo lo que esta fuera del individuo haciendo la reflexión de que no se
trata de libertinaje sino de autonomía.
En definitiva, en aras de comprender el neuromarketing como soporte
multidimensional en la planeación de la gestión municipal, se utilizará un
paradigma cualitativo – interpretativo, pues se busca conocer la satisfacción
de las necesidades de los cuidadanos del Municipio Villanueva, la
concepción de marketing que poseen los responsables de la administración
pública, así como las sensaciones que producen placer en los ciudadanos al
momento de recibir un servicio municipal. Incluso, interpretar cómo piensa la
gente para identificar las necesidades que verdaderamente crean valor en la
mente humana. Además de entender cuáles son las emociones que
presentan los ciudadanos, para que se dé una respuesta de agrado o
desagrado ante un producto o servicio generado por la gestión municipal.
3. MÉTODO ETNOGRÁFICO
Dentro de las metodologías cualitativas, el método o tradición
etnográfica es, quizás, una de las de más vieja data. En tanto, que se
considera tan antigua como el trabajo de Herodoto (padre de la Historia),
pues, en muchas de las historias que narra, describe e interpreta las
realidades observadas desde el punto de vista conceptual de sus
protagonistas. Por ello, el investigador etnográfico, al desear acercarse a la
verdadera naturaleza de las realidades humanas, se centra en la descripción
y la comprensión. Por lo que quiere profundiza en su investigación con una
mente lo más abierta posible y permitiendo que vayan emergiendo las
impresiones y sus relaciones.
La etnografía fue desarrollada por antropólogos y sociólogos siendo,
según Anthony Giddens, el estudio directo de personas o grupos durante un
cierto período, utilizando la observación participante o las entrevistas para
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conocer su comportamiento social. Mientras que Rodríguez Gómez (2003;
Citados por Barbolla y otros, 2010), la define como el método de
investigación por el que se aprende el modo de vida de una unidad social
concreta, pudiendo ser ésta una familia, una clase, un claustro de profesores
o una escuela.
De acuerdo a lo expuesto por Martínez (2013), y a partir de la acepción
de Malinowski, la Etnografía es aquella rama de la antropología que estudia
descriptivamente las culturas. Etimológicamente, el término etnografía
significa la descripción (grafé) del estilo de vida de un grupo de personas
habituadas a vivir juntas (ethnos). La etnografía se destaca como un enfoque
de interés, que permite orientar una investigación cuando no hay razones
para dudar de la bondad de la información y el investigador no ha vivido ni le
es nada fácil formarse ideas y conceptos adecuados sobre el fenómeno que
estudia por lo cual se le imprime características específicas.
Para el autor, en la sociedad moderna, una familia, una institución
educativa, una fábrica, una empresa, un hospital, una cárcel, un gremio
obrero, un club social y hasta un aula de clase, son unidades sociales que
pueden ser estudiadas etnográficamente. Y, en sentido amplio, también son
objeto de estudio etnográfico aquellos grupos sociales que, aunque no estén
asociados o integrados, comparten o se guían por formas de vida y situación
que los hacen semejantes, como los alcohólicos, los drogadictos, los
delincuentes, los homosexuales, las meretrices, los mendigos, entre otros.
Por otra parte, el enfoque etnográfico se apoya en la convicción de que
las tradiciones, roles, valores y normas del ambiente en que se vive se van
internalizando poco a poco y generan regularidades que pueden explicar la
conducta individual y de grupo en forma adecuada. En efecto, los miembros
de un grupo étnico, cultural o situacional comparten una estructura lógica o
de razonamiento que, por lo general, no es explícita, pero que se manifiesta
en diferentes aspectos de su vida. En este sentido, manifiesta el autor que el
objetivo inmediato de un estudio etnográfico es crear una imagen realista y
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fiel del grupo estudiado, pero su intención y mira más lejana es contribuir en
la comprensión de sectores o grupos poblacionales más amplios que tienen
características similares.
La intención básica de toda investigación etnográfica es naturalista, es
decir, trata de comprender las realidades actuales, entidades sociales y
percepciones humanas, así como existen y se presentan en sí mismas, sin
intrusión alguna o contaminación de medidas formales o problemas
preconcebidos. Significando ello, que es un proceso dirigido hacia el
descubrimiento de muchas historias y relatos idiosincrásicos, pero
importantes, contados por personas reales, sobre eventos reales, en forma
real y natural.
Se deduce de todo lo anterior, que la etnografía es un proceso
sistemático de aproximación a una situación social, considerada de manera
global en su propio contexto natural; siendo su principal objetivo la
comprensión empática del fenómeno objeto de estudio, de allí que se interesa
por lo que la gente hace, cómo se comporta, como interactúa; proponiéndose
a descubrir sus creencias, valores, motivaciones entre otros aspectos.
Adicionalmente, Sandín (2003) presenta entre sus modalidades
etnográficas que la etnografía interpretativa provee amplias descripciones de
la conducta humana y conduce al lector, a través del análisis a conjuntos de
inferencias e implicaciones de conductas incrustadas/ocultas en su contexto
cultural. Pretende sacar a la luz los significados implícitos, antes de
descripciones detalladas.
Por lo anteriormente expuesto, cabe anotar que esta investigación,
según lo planteado por los autores antes referidos, es apuntalada en el
postulado de que las creencias, roles, valores y normas del ambiente en los
cuales se vive, se interiorizan de manera paulatina para hacer surgir
peculiaridades que explican la conducta tanto individual como grupal, de
manera sistematizada, en el entendido de la manifestación de diferentes
aspectos de la vida, compartiendo una estructura lógica de razonamiento. De
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allí la clara intención de comprender el neuromarketing como soporte
multidimensional en la planeación de la gestión municipal en Villanueva,
Departamento de la Guajira, Colombia.
4. DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN
El trabajo de investigación se aborda sobre la base del paradigma
cualitativo, el cual considera que atiende a diferentes realidades,
construyendo socialmente una verdad y por tanto puede ser cambiante
constantemente. Ahora bien, el diseño del presente estudio se concibe como
interactivo, dinámico y emergente, tal como lo indica Bonilla y Rodríguez
(2005), ya que el investigador en su rol busca captar el conocimiento, el
significado y las interpretaciones que comparten los individuos sobre la
realidad social que se estudia, definiéndose como un producto histórico,
validado por los propios sujetos.
En virtud de lo planteado, Sandin (2003) expone que el diseño de una
investigación cualitativa exige que el investigador se posicione y adopte una
serie de decisiones no sólo durante la elaboración del proyecto de
investigación y al inicio del proceso investigador, sino también durante y al
finalizar del estudio. Es por ello que la mayoría de los autores coinciden en
identificar el proceso de investigación cualitativa como emergente, flexible y
no lineal, enfatizando su carácter contextual y de adaptación a la realidad y
avatares de la propia investigación.
Por su parte, Fernández, Hernández y Baptista (2014), un diseño en el
enfoque cualitativo es el abordaje general que se utilizará en el proceso de
investigación. Adicionalmente señalan que cada estudio cualitativo es por sí
mismo un diseño de investigación. Es decir, no hay dos investigaciones
cualitativas iguales o equivalentes. Puede haber estudios que compartan
diversas similitudes, pero no réplicas, pues sus procedimientos no son
estandarizados. Simplemente, el hecho que el investigador sea el
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instrumento de recolección de los datos y que el contexto o ambiente
evolucione con el transcurrir del tiempo, hacen a cada estudio único.
Álvarez-Gayou (2003) lo denomina marco interpretativo y en el caso
particular de diseños etnográficos estudian categorías, temas y patrones
referidos a la cultura. Además, exponen Hernández y otros (2014), que en
realidad no existe u proceso para implementar una investigación
etnográfica, pero algunas de las acciones que sin lugar a dudas se realizan,
son las siguientes:
Figura 3. Proceso de la Investigación Cualitativa Etnográfica Fuente: Modelo de Fernández, Hernández y Baptista (2014).
En este sentido, los autores precitados muestran un recorrido integrado
por doce etapas para poder comprender las realidades abordadas según el
momento y las circunstancias propias del fenómeno actual. Sin embargo,
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destacan que no existe un único proceso de abordaje investigativo de las
realidades culturales de un grupo específico. Por lo tanto, el presente estudio
denominado neuromarketing como soporte multidimensional en la planeación
de la gestión municipal, se apropia de algunos de estos elementos e integra
otros característicos de la dinámica y la emergencia del fenómeno. En efecto,
a continuación se presenta el diseño guía del proceso de investigación
previas adaptaciones del modelo anterior.
Figura 4. Proceso de la Investigación Cualitativa Etnográfica Fuente: Elaboración propia (2016).
El Momento I: Acercamiento a la problemática, constituido por la Visión
global del fenómeno, la descripción del fenómeno, las interrogantes
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etnográficas, los propósitos de la Investigación, la justificación e implicancias
del estudio, la descripción del escenario, así como la ubicación geográfica,
temporal y teórica. Momento II, Teorías de entada conformado por las
investigaciones a fines y los referentes Teóricos.
Momento III, asociado a la Orientación epistémica y metódica, integrado
por la orientación epistémica, el paradigma de investigación, el método
etnográfico, el diseño de la Investigación, la selección de los Informantes
clave, las técnica e Instrumentos de recolección de la información, la validez
y confiabilidad, el proceso de análisis de datos y el procedimiento de la
Investigación. Momento IV, referido al análisis e interpretación de la data, que
contempla la categorización de los datos protocolares, la estructuración y los
memorándum, la triangulación, así como la teorización como teoría se salida
o bien entendido como los lineamientos teóricos a ser propuestos como
propósito de valor agregado al estudio.
No obstante, cabe destacar que estos momentos como se han
denominado, no suceden de manera aislada, ni separada; se dan en
forma continua y simultánea en muchos casos; mientras se está
desarrollando uno se puede estar construyendo o iniciando cualquier
otro; por lo que se transversalizan unos a otros según la dinámica que
tenga la investigación.
5. PROCEDIMIENTO PARA LA SELECCIÓN DE LOS INFORMANTES CLAVE
La selección de los informantes clave tiene una estrecha relación con
los criterios de validez y confiabilidad, especialmente el interés de la
investigación social cualitativa, el cual es la exploración y/o el desarrollo de
teorías desde la realidad social. La “muestra teórica” es la aplicación, “...
mediante la cual el analista en conjunto recoge, codifica y analiza sus datos y
decide cuales datos se recogerán seguidamente y donde encontrarlos, para
desarrollar su teoría como está emergiendo” (Glaser / Strauss, 1967, p. 45).
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No obstante, la selección de la población está basada en la relevancia
teórica del caso. El “sample” (la muestra) es ampliado poco a poco según los
aspectos relevantes para la formación de la teoría (Girtler, 1984/1988, 39).
El tamaño y las características del objeto de investigación en el comienzo
son desconocidos. No se define ninguna muestra inicial, los elementos del
universo que entran en la investigación no están definidos. Los criterios de la
selección son cambiados durante el proceso: la muestra y la ampliación de la
selección durante la investigación sirven para poder elaborar casos típicos.
Glaser y Strauss (1967, p. 45) proponen la selección teórica de una
amplia variedad de personas o grupos para el desarrollo de una teoría
emergente. El análisis se realiza concentrándose en algunos pocos aspectos
centrales que permite una población más grande. La representatividad no
tiene relevancia en la investigación social cualitativa. El criterio es la
adecuación para el problema teórico (la representación). No se quiere
investigar la distribución de los casos dentro de un problema sino cuáles
problemas existen y cómo están compuestos.
Según Martínez (2013), asegura que los informantes clave son
personas con conocimientos especializados, capacidad para proporcionar
la información requerida, poseen cierto reconocimiento y/o estatus.
Igualmente, pueden ejercer una labor transcendental en la investigación,
por cuanto permiten al investigador vincularse con los otros sujetos,
proponerle ideas, maneras de insertarse con los demás y alertarlo sobre
los posibles riesgos que quizás se susciten. Por lo tanto los informantes
clave del presente estudio serán aquellos que: (1) posea experiencia o
estén ocupando cargos de funcionario público municipal; (2) cuyas
funciones estén vinculas a la prestación directa de servicio o productos a
las comunidades; (3) estén dispuestos a brindar datos fiables; (4) permita
el acceso a la información durante cualquier momento de la investigación,
pues se posee conciencia de la agenda saturada de dichos funcionarios
(alcalde o secretarios).
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6. TÉCNICAS E INSTRUMENTOS PARA LA RECOLECCIÓN DE LA INFORMACIÓN
En este proceso investigativo al utilizar la etnografía, se muestra significativo entender que ella se distingue por una específica selección de
técnicas e instrumentos aplicados a sujetos a quienes se pretenden entrevistar u observar para la recolección de información mediante la técnica
de la entrevista en profundidad, así como de la observación participante; donde la primera se refiere al contacto directo con los informantes clave y la segunda técnica se refiere a afinar los sentidos, para descubrir situaciones y
acciones importantes que den parte del fenómeno objeto de estudio, debido a que con ello se pretende captar comportamientos que admitan describir aspectos significativos para el tema de interés.
En ese mismo sentido, Acevedo y otros (2014) precisan que la entrevista representa un instrumento verbal que ayuda a reunir datos durante un encuentro, de carácter privado y cordial, donde una persona se dirige a
otra y cuenta sus historias, da su versión de los hechos y responde a preguntas relacionadas con el problema específico. Sin que ello signifique
que el intercambio sea únicamente por medio de palabras, sino también el manejo de otros indicadores, como la postura del cuerpo, la compostura, modales, reacciones emocionales entre otras.
Adicionalmente, para Taylor y Bogdan (1987) la entrevista en
profundidad se entiende como encuentros reiterados, cara a cara, entre el
investigador y los informantes, encuentros éstos dirigidos hacia la comprensión
de las perspectivas que tienen los informantes respecto de sus vidas,
experiencias o situaciones, tal como las expresan con sus propias palabras.
Por su parte, de acuerdo a Martínez (2013), la observación participante
se concibe como la técnica clásica primaria y más utilizada por los etnógrafos
para adquirir información, puesto que implica convivir con las personas o
grupo que se desea investigar, compartiendo sus acciones, costumbres,
estilos entre otros aspectos. De la misma manera, este autor expresa que la
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entrevista es una técnica poseedora de sintonía epistemológica con la
investigación cualitativa, por cuanto adopta la forma de un diálogo coloquial,
flexible, dinámico y libre.
De tal forma que la función del entrevistador, es invitar al entrevistado a
hablar sobre un tema de interés y escucharlo, demostrando interés por lo
expresado por el entrevistado a fin de explorar sus conocimientos,
experiencias, opiniones, sentimientos y su conducta pasada, es decir, todo
aquello que no se puede observar.
Lo que para Hamme y Atkinson (1994) es el lenguaje de la observación
neutral el que le otorga prioridad epistemológica u ontológica a los
fenómenos que son directamente observables; cualquier apelo a intangibles
corre el riesgo de ser descalificado como un sinsentido metafísico. Las
teorías científicas deben estar fundadas en –y probadas por medio de–
descripciones que simplemente correspondan al estado de las cosas, sin
envolver presupuestos teóricos, quedando así libre de dudas. Esta
fundamentación puede consistir en datos proporcionados por los sentidos
–como en el empirismo tradicional, o, como en versiones más tardías– del
ámbito de lo directamente observable.
En ese sentido, para Cardoso de Olivera (2004) en primer lugar hay que
aprender a percibir, y esto en los registros que abren los cinco sentidos.
Aprender a observar, esto es, generar una mirada reflexiva sobre aquellos
asuntos de la vida social que son relevantes para la investigación
adelantada. Esta mirada reflexiva busca identificar lo relevante en la
incesante multiplicidad de cosas que suceden, muchas de ellas en una
aparente nimiedad que suelen llevar a que no se les preste la menor atención
Una adecuada observación tiene el efecto de visibilizar cosas que en su
aparente obviedad pasan desapercibidas (es decir, no son vistas a pesar de
que suelen estar a la vista de todos todo el tiempo).
Manifiesta el mismo autor, que así como hay que saber observar,
también es muy importante para la labor etnográfica aprender a escuchar.
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Para escuchar se requiere estar atento, no sólo a lo que se dice, sino
también a la forma en que se dice, quién y cuándo se dice. De la misma
manera, hay que estar atento a los silencios que pueden decir tanto como las
palabras. Pero estar atento no implica simplemente querer estarlo, sino saber
cómo. Y este saber cómo pasa por aprender los más sutiles códigos de la
comunicación que operan en los lugares y con las gentes con las que se
adelanta el estudio etnográfico.
En este sentido, se razona que las técnicas e instrumentos son
considerados la parte vital de toda ruta de investigación, ya que la
información recopilada y los resultados obtenidos son los que permitirán el
sentido y orientación de la misma, al quedar al descubierto los puntos de
vista de los informantes clave sean estos personales o colectivos, son las
técnicas y los procedimientos los que responderán y aseguraran el futuro de
los resultados y el éxito de lo anunciado por el investigador. Tal como lo
argumenta Buendía y otros (1998): La presencia directa del investigador resulta imprescindible para recoger de forma simultánea y holística gran cantidad de información, imposible de recabar por procedimientos estrictamente mecánicos. La observación es una técnica clave de esta metodología. Puede adoptar multiplicidad de formas, desde la observación participante hasta la estructurada, además de la entrevista, diarios, cuestionarios etc. Además, los etnógrafos también recopilan datos ya existentes en diversas fuentes de información (p. 139).
También es pertinente resaltar que, a través de las técnicas e
instrumentos manejados en el desarrollo de la investigación se ha tratado de
llevar a la mínima expresión, la alteración suscitada por nerviosismo que
acarrea sostener con cada entrevistado una conversación amena de
consistencia para la obtención de datos que generaran la suficiente
información para destacar las teorías emergentes, considerando por tanto la
más adecuada redacción de las mismas y obtener la data encausada a
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respuestas pertinentes por parte de los informantes clave, aunque en algún
momento se tuvo que reorientar alguna pregunta hasta lograr el sentido real
de la entrevista.
De igual modo, así como en otras oportunidades hubo que realizar
conversaciones rutinarias a fin de minimizar el impacto que produce en las
personas el saber que él y sus respuestas están siendo grabados, otros
casos por situaciones particulares o disponibilidad de los informantes
contactar para otro momento la entrevista. Dicho procedimiento es explicado
por Martínez (2010) de la siguiente manera:
Si nuestros procedimientos metodológicos deben orientarse hacia el descubrimiento de las estructuras personales o grupales, es necesario tener muy presente las formas en que se revelan o expresan dichas estructuras. Las técnicas más usadas se centran ordinariamente en el lenguaje hablado o escrito; pero el lenguaje sirve tanto para revelar lo que pensamos y sentimos como para ocultarlo (p. 268).
En este mismo orden de ideas, es pertinente hacer saber que en la
metodología cualitativa con enfoque etnográfico, uno de los instrumentos
utilizados y de alta fiabilidad es la observación participante, por lo que
permite al investigador interaccionar con la realidad de los hechos y el
entorno, así mismo, la entrevista personalizada y grabada, registros diarios e
interacciones permanentes con los informantes clave.
Por último, cabe anotar que con estas técnicas metodológica para el
desarrollo de una investigación cualitativa, se posibilita el acercamiento al
grupo objeto de estudio, así como también el diálogo, desencadenando un
contexto dinámico, para obtener descripciones del mundo vivido, con el fin de
logar interpretaciones del significado del fenómeno en estudio. Dada la
naturaleza del método, para el análisis de los datos se fija posición en los
aportes de Martínez (2013), para referir que las entrevistas serán grabadas,
transcritas y las observaciones anotados en una bitácora para posteriormente
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emprender una sólida categorización, estructuración, contrastación, que
pueda surtir un buen análisis e interpretación y teorización que pueda
conducir a resultados valiosos. Es decir, que como instrumentos de la
investigación se denota la bitácora, la grabadora de audio, y los instrumentos
de registro de la data.
7. CONFIABILIDAD Y VALIDEZ
Una investigación con buena confiabilidad es aquella que ostenta ser
estable, segura, congruente, igual a sí misma en diferentes tiempos y
previsible para el futuro. La confiabilidad tiene dos caras, según Martínez
(2013), una externa y otra interna: hay confiabilidad externa cuando
investigadores independientes, al estudiar una realidad en tiempos o
situaciones diferentes, llegan a los mismos resultados; hay confiabilidad
interna cuando varios observadores, al estudiar la misma realidad,
concuerdan en sus conclusiones.
Dada la naturaleza particular de la investigación etnográfica y la
complejidad de las realidades que estudia, poco es posible repetir o
replicar un estudio en sentido estricto, como se puede hacer en
muchas investigaciones experimentales. Debido a ello, la confiabilidad
de estos estudios se logra usando otros procedimientos rigurosos y
sistemáticos.
Para alcanzar un buen nivel de confiabilidad externa, se aconseja
(LeCompte y Goetz, 1982) recurrir, entre otras, a las siguientes estrategias:
(a) Precisar el nivel de participación y la posición asumida por el
investigador en el grupo estudiado; cierta información puede ser diferente de
acuerdo con el sexo de quien la dé (las mujeres pueden ocultar ciertos datos
íntimos si el investigador, por ejemplo, es de sexo masculino); igual sucede si
el investigador ha hecho amigos dentro del grupo; éstos le darán
informaciones que no les dan otros.
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(b) Identificar claramente a los informantes. Éstos pueden representar
grupos definidos y dar información parcial o prejuiciada. Los miembros que
simpatizan y colaboran más con los investigadores pueden ser, por esto
mismo, miembros atípicos. Esta situación se puede advertir al hacer una
buena descripción del tipo de personas que han servido como informantes.
(c) Un tercer elemento que puede influir en los datos etnográficos es el
contexto en que se recogen. Debido a ello, conviene especificar el contexto
físico, social e interpersonal de que se derivan. Esto aumentará la
replicabilidad de los estudios etnográficos.
(d) Para que sea posible una cierta réplica es imprescindible la
identificación de los supuestos y metateorías que subyacen en la elección de
la terminología y los métodos de análisis. Los conceptos de cultura, ciencia,
método, análisis, dato, codificación y muchos otros pueden diferir
sustancialmente entre diferentes investigadores.
(e) Precisar los métodos de recolección de la información y de su
análisis, de tal manera que otros investigadores puedan servirse del reporte
original como un manual de operación para repetir el estudio. La
replicabilidad se vuelve imposible sin una precisa identificación y cuidadosa
descripción de las estrategias de procedimiento.
Por su parte, la confiabilidad interna es también muy importante. En
efecto, el nivel de consenso entre diferentes observadores de la misma
realidad eleva la credibilidad que merecen las estructuras significativas
descubiertas en un determinado ambiente, así como la seguridad de que el
nivel de congruencia de los fenómenos en estudio es fuerte y sólido. Los
etnógrafos suelen utilizar varias estrategias (LeCompte-Goetz, 1982) para
reducir las amenazas que se le presentan a la confiabilidad interna:
(a) Usar categorías descriptivas de bajo nivel de inferencia, es decir, lo
más concretas y precisas posible. Los datos son algo ya interpretado
(Hanson, 1977); por esto, es conveniente que estén cercanos a la
realidad observada: quién hizo qué cosa y en qué circunstancias. Los
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comentarios interpretativos pueden añadirse, eliminarse o modificarse más
tarde. Además, la mayoría de los autores coinciden en señalar que las
etnografías ricas en datos primarios y frescos, que ofrecen al lector múltiples
ejemplos extraídos de las notas de campo, son generalmente consideradas
como más creíbles.
(b) El mejor aval para la confiabilidad interna de un estudio etnográfico
es la presencia de varios investigadores. El trabajo en equipo, aunque es
más difícil y costoso, garantiza un mejor equilibrio de las observaciones, los
análisis y la interpretación.
(c) Pedir la colaboración de los sujetos informantes para confirmar la
objetividad de las notas o apuntes de campo. Asegurarse de que lo visto o
registrado por el investigador coincide o es consistente con lo que ven o
dicen los sujetos del grupo estudiado.
(d) Utilizar todos los medios técnicos disponibles en la actualidad para
conservar en vivo la realidad presenciada: grabaciones de audio y de vídeo,
fotografías, diapositivas, etc. Este material permitirá repetir las observaciones
de realidades que son, de por sí, irrepetibles, y que las puedan presenciar
otros observadores ausentes en el momento en que sucedieron los hechos.
Su aporte más valioso radica en que permiten volver a los datos brutos y
poder categorizarlos y conceptualizarlos de nuevo.
En cuanto a la validez, Martínez (2013), expresa que una investigación
tiene un alto nivel de validez si al observar, medir o apreciar una realidad, se
observa, mide o aprecia esa realidad y no otra cosa. Este hecho constituye la
validez interna. Hay también otro criterio de validez, la validez externa, que
consiste en averiguar hasta qué punto las conclusiones de un estudio son
aplicables a grupos similares.
Si la confiabilidad ha representado siempre un requisito difícil para las
investigaciones etnográficas, debido a la naturaleza peculiar de éstas, no ha
ocurrido lo mismo en relación con la validez. Al contrario, la validez es la
fuerza mayor de estas investigaciones. En efecto, la aseveración de los
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etnógrafos de que sus estudios poseen un alto nivel de validez deriva de su
modo de recoger la información y de las técnicas de análisis que usan.
En palabras de LeCompte-Goetz (1982), esos procedimientos los
inducen a vivir entre los sujetos participantes en el estudio, a recoger los
datos durante largos períodos, revisarlos, compararlos y analizarlos de
manera continua, a adecuar las entrevistas a las categorías empíricas de los
participantes y no a conceptos abstractos o extraños traídos de otro medio, a
utilizar la observación participativa en los medios y contextos reales donde se
dan los hechos y, finalmente, a incorporar en el proceso de análisis una
continua actividad de realimentación y reevaluación.
Todo esto garantiza un nivel de validez que pocas metodologías
pueden ofrecer. Sin embargo, también la validez es perfectible, y será tanto
mayor en la medida en que se tengan en cuenta algunos problemas y
dificultades que se pueden presentar en la investigación etnográfica. Entre
otros, habrá que prestar especial atención a los siguientes apuntes
presentados por LeCompte-Goetz (1982):
(a) Puede haber un cambio notable en el ambiente estudiado entre el
principio y el fin de la investigación. En este caso, habrá que recoger y
cotejar la información en diferentes momentos del proceso.
(b) Es necesario calibrar bien hasta qué punto la realidad observada es
una función de la posición, el estatus y el rol que el investigador ha asumido
dentro del grupo. Las situaciones interactivas siempre crean nuevas
realidades o modifican las existentes.
(c) La credibilidad de la información puede variar mucho: los
informantes pueden mentir, omitir datos relevantes o tener una visión
distorsionada de las cosas. Será necesario contrastarla con la de otros,
recogerla en tiempos diferentes, etc.; conviene, asimismo, que la muestra de
informantes represente en la mejor forma posible los grupos, orientaciones o
posiciones de la población estudiada, como estrategia para corregir
distorsiones perceptivas y prejuicios, aunque siempre seguirá siendo cierto
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que la verdad no es producida por el ejercicio democrático en la recolección
de la información general, sino por la información de las personas más
capacitadas y fidedignas.
(d) En cuanto a la validez externa, es necesario recordar que a menudo
las estructuras de significado descubiertas en un grupo no son comparables
con las de otro, porque son específicas y propias de ese grupo, en esa
situación y en esas circunstancias, o porque el segundo grupo ha sido mal
escogido y no le son aplicables las conclusiones obtenidas en el primero.
8. PROCESO DE ANÁLISIS DE LOS DATOS
Para el análisis de la data, en los métodos cualitativos donde se aplican
estudios etnográficos interpretativos, se tiende inicialmente a realizar una
recopilación u organización de las informaciones contenidas y plasmadas en
los registros, extraídas de las observaciones de campo, entrevistas en
profundidad, grabaciones, filmaciones, entre otros. Según Martínez (2013) el
proceso para el análisis de los datos incluye: la categorización, la
estructuración, la contrastación y la teorización.
En primer lugar, la categorización se refiere a que la información
marcada, que forma el material primario o protocolar, debe ser lo más
completa y pormenorizada posible. Esta etapa, requiere el esfuerzo de
sumergirse mentalmente, de manera intensa en la realidad formulada. Se
trata de categorizar las partes en relación con el todo, de establecer
categorías o clases significativas, de ir continuamente completando o
reconstruyendo el todo y las partes, a medida que se analiza el material,
surgiendo el significado de cada sección, evento, hecho o dato.
En cuanto a la estructuración, se concibe como una actividad normal de
la mente humana, ya que enseña el procedimiento y el punto de la efectiva
investigación, es decir, como se origina la estructura o síntesis teórica de
todo el trabajo y, también como se evalúa. De allí que es importante construir
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una metodología apropiada para descubrir nuevas estructuras teóricas, la
cual no puede ser un procedimiento típicamente lineal, sino que sigue
fundamentalmente un movimiento en espiral que transita del todo a las partes
y de las partes al todo, ampliando en cada vuelta el nivel de profundidad y de
compresión. La visión del todo da sentido a las partes y, la compresión de
éstas mejora la del todo.
Por su parte, la tercera fase este proceso lo representa la triangulación
de los resultados, pues la investigación consiste en relacionar y contrastar
sus resultados con aquellos estudios afines o similares que se presentan en
el momento teórico referencial, para ver como emergen representaciones
diferentes que contribuyen a explicar mejor lo que el estudio verdaderamente
significa. Esta comparación y contrastación pudiera orientar hacia la
reformulación, reestructuración, ampliación o corrección de construcciones
teóricas, para lograr avances en el área.
La teorización, según Martínez (2013), constituye el corazón de la
actividad investigativa; la descripción de la misma, de su proceso y de su
producto, es decir, cómo se origina la estructura o síntesis teórica de todo el
trabajo, nos dejar ver lo que es la verdadera investigación. Por lo tanto, la teoría
es una construcción mental simbólica, verbal o icónica, de naturaleza conjetural
o hipotética, que exige a pensar de un modo nuevo, al completar, integrar,
unificar, sistematizar o interpretar un cuerpo de conocimiento que hasta el
momento se consideraban incompletos, imprecisos, inconexos o intuitivos.
9. PROCEDIMIENTO DE LA INVESTIGACIÓN
Para llevar a cabo la planificación y ejecución de la presente
investigación, se recurrió a una serie de pasos secuenciales los cuales
ayudaron a cumplir los propósitos planteados. Estos pasos son:
(a) Se procedió en primera instancia a la documentación, la revisión
teórica donde se define la problemática existente, para iniciar el proyecto de
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investigación, el cual incluyó la visión global del fenómeno y su descripción,
así como la formulación de la interrogantes y propósitos de la investigación,
la justificación e implicaciones, la descripción del escenario, además de la
ubicación espacial, temporal y teórica; para luego ser aprobados por el
comité académico.
(b) Seguidamente, al obtener la autorización respectiva ante el comité
académico de la Universidad Privada Dr. Rafael Belloso Chacín para Iniciar
la investigación, se procedió a solicitar permiso para entrar al campo y poder
observar los comportamientos y procesos de la gestión municipal en
Villanueva. Además, se visitaron bibliotecas y centros investigativos para
revisar la bibliografía existente en el área, con la finalidad de obtener
investigaciones a fines.
(c) Posteriormente, una vez visitada la Alcaldía de Villanueva del
departamento de la guajira, con el fin de captar lo acontecido, como se
suscita algunos procesos, se sigue con la elaboración del momento
epistémico y metodológico, incluyendo el tipo y diseño de la investigación, la
selección de los informantes clave, la técnica de recolección de datos e
incluso los instrumentos a diseñar.
(d) Seguidamente, se construyó un guión de entrevista
semiestructurado a partir de los propósitos iniciales, revisados por experto en
el área. Se aplicó para recolectar la data.
(e) Se realizó la codificación de los resultados y se tabularon los datos
productos en la aplicación de la versión final del guión, así como la aplicación
de la técnica selecciona propuesta por Martínez (2013): categorización,
estructuración, triangulación y teorización.
(f) Se interpretaron los resultados, con aportes propios a la
investigación y consecución en los propósitos propuestos de acuerdo a la
problemática planteada.
(g) Se procede a elaborar el propósito de aporte teórico, así como las
conclusiones y recomendaciones del estudio.