RELATO AUTOBIOGRÁFICO
DULCE CORAZÓN DEL SOCORRO
OCHOA MEDINA
Nací el 01 de Marzo de 1993 en un hermoso y colorido pueblo en las montañas de uno de los municipios más pequeños, pero acogedores del estado de Durango.
En el seno de una incomparable y ejemplar familia.Mi madre; una mujer de mucha fortaleza, dedicada a su familia y a su hogar, con un espíritu de lucha interminable y un corazón lleno de amor; El mejor ejemplo de mujer:
Socorro Medina Ochoa.
Mi padre, un hombre luchador, siempre buscando lo mejor para su familia y levantando la cabeza día a día para buscar el sustento, un padre muy amoroso y comprensivo:
Manuel Ochoa Arreola.
Una familia extensa, pero muy unida por el amor y el cariño.Mis hermanos: *Carolina Ochoa Medina*José Octavio Ochoa Medina*Esperanza Ochoa Medina*Manuela Concepción Ochoa Medina*María de Lourdes Ochoa Medina*Sandra Cecilia Ochoa Medina
*Brenda Fátima Ochoa Medina*Yo Dulce Corazón del Socorro Ochoa Medina*Roberto Axel Ochoa Medina
Desde pequeña percibí el amor y el cariño de toda mi familia. Según cuenta mi madre, comencé a gatear a los 9 meses de edad y a caminar al año. Mis mayores acciones en esa edad eran las travesuras, que como todo niño se hacen. Mis juguetes favoritos los peluches, aunque no tuve muchos pero dice mi mamá que solía jugar con los gatos, halándolos de la cola y las orejas, hasta provocar una mordida y la señal era un llanto de dolor.
Toda mi vida se desarrolló alrededor del ganado, mis padres
siempre se han dedicado a la ganadería y la agricultura, por tal motivo
siempre se me inculcaron las costumbres de la gente que viven en las
granjas.
Uno de los acontecimientos que marcó mi vida fue que a los 8 meses de
edad, mi madre se trasladaba hacia el pueblo; como no había otra forma
de hacerlo mas que en caballo, decidió llevarme con ella, pero cual fue la
sorpresa que en el camino el animal se asustó y nos tiró.
Afortunadamente no salimos lastimadas, solamente un poco de aruños
provocados por los huisaches.
Mi familia siempre está reunida, donde sea y como sea.
La vida en el Rancho siempre ha sido hermosa y ha marcado
mis pensamiento sólo de convivencias familiares, trabajos en
conjunto y comidas compartidas.
A pesar de ser muchos, la mayoría de las veces estamos reunidos.
En agosto de 1998 mi vida dio un giro y un cambio muy drástico,
pues se había llegado la hora de separarme de mi mamá, para dar
paso a una preparación académica, ya que ingresaría al Jardín de Niños
“Cristóbal Colón”. Lugar en el que pasé muchos de los mejores momentos
de mi vida.
Conocí amigos, aprendí a escribir y además de tener las mejores maestras
de mi vida. Recuerdo el ceño fruncido de mi maestra preferida, al momento
percatarse de las travesuras que le hacíamos: Vero, siempre la recuerdo
parada a un lado de la puerta, pues por su estatura era imposible que
pasara desapercibida.
El jardín de Niños fue una etapa hermosa, llena de travesuras y también
aprendizajes que me hicieron crecer en espíritu y conocimiento.
Me gusta recordar, los momentos en los que mis hermanas y mis
sobrinos jugábamos a ser una familia, o cuando mi hermana
decía ser nuestra mamá, o ya fuera los momentos en los que
éramos sus alumnos y ella fingía enseñarnos las vocales y letras
del abecedario.
En este peldaño de mi vida, hubo una persona muy importante,
la que me ayudó con tareas, además de hacerme un regaño
cuando lo necesité, a la persona que le agradezco mucha de mi
preparación: Mi abuelita Carolina.
EN JULIO DE 1999 EGRESÉ DE JARDÍN DE NIÑOS.
Recuerdo con mucho amor, cariño y alegría el momento de decir
adiós a la institución que tanto me dejó y me enseñó.
Ahora dejaría a mis maestras cariñosas e iría a la aventura de
nuevas cosas, conocimientos y amigos: A la escuela primaria.
Mis padrinos del Jardín los recuerdo mucho ya que no fue la
primera vez que me Acompañaron: Juanita y Don Rafa.
Recuerdo mucho el canto de “ADIOS A MI ESCUELA”
en nuestra graduación del Jardín. Fue difícil decir adiós
nuestra escuela, pero más difícil ya no estar con nuestras
maestras cariñosas y comprensivas. Recuerdo que mamá hizo
Una rica comida para festejar mi graduación, y mis regalos…
eso si fue una sorpresa; Mi madrina me dio una muñeca linda
con ojos cafés y vestida de rosa, mi padrino un conjunto de
pantalón y blusa; eso más un billete que recuerdo gasté en
un minuto. Fue sensacional y divertido a pesar de todo.
EN AGOSTO DE 1999 INGRESÉ A LA ESCUELA PRIMARIA“NIÑOS HÉROES”
Esta fue una experiencia muy linda, ahí estaba mi hermana, por lo que
no me sentía sola, BRENDA me cuidaba y me ayudaba, decía que no
tuviera miedo porque ella estaba ahí para defenderme.
Ahí conocí Mis mejores amigas de la infancia fueron: MATILDE Y MINI,
compañeras con las que compartía los momentos más divertidos. El
futbol era nuestro deporte favorito.
Recuerdo la única vez que ha nevado en mi pueblo,
era un día de febrero del 2000 y todos estábamos reunidos
en la cocina, disfrutando de un rico arroz con leche que
mamá preparó.
Mis hermanas; que estudiaban fuera no pudieron salir del
pueblo, por lo que salimos a recorrer y jugar con la nieve…
esa fue la primera y única vez que he visto nevar en Nogales.
Nunca me gustó estar sola, más bien disfrutaba jugar con las
muñecas que MATILDE, MINI y yo fabricábamos con los olotes del
maíz. Casi nunca tuvimos juguetes llamativos, por lo que
teníamos que fabricarlos nosotras mismas a nuestro gusto.
Recuerdo un día que MATILDE abrió un maíz para sacar el olote y
encontró un gusano verde y gordo, y a partir de ahí no quiso
hacer mas muñecas.
Una de las costumbres en familia que mas arraigadas
tenemos es la del festejos de la navidad. De pequeña recibí
muchos regalos del NIÑO DIOS. Mi mamá se levantaba en
las noches a poner los regalos en un pino enorme, pues la
familia es muy grande. Mis hermanas también nos llenaban
de regalos.
La noche buena es para disfrutar en familia con una buena
cena: tamales, buñuelos, ponche, pollo o algún otro platillo
que mis hermanas preparan.
Todos los niños esperábamos con ansia la llegada del NIÑO
y fingimos dormir para ser despertados a las doce y correr a
buscar la envoltura que tenía nuestro nombre.
La navidad es de mis épocas favoritas, siempre lo ha sido
porque es noche de reunión familiar.
El festejo del año nuevo es otro de los días que desde pequeña
se han llevado en casa. Mis hermanas mayores preparaban la
comida y la bebida: tamales, buñuelos, ponche y demás platillos.
A las doce de la noche mi papá y mis hermanas mayores tiraban
balazos para recibir el año nuevo… los pequeños permanecíamos
en la cocina o en una recámara, para evitar accidente.
Cada año se festeja en mi familia esta fecha y es esperada con
mucha alegría.
Este es uno de los días inolvidables de mi vida, pues fue el
último en el que vi a mis hermanos reunidos. En enero de 2003
mis padres y algunas de mis hermanas emigraron a los Estados
unidos y me quedé a cargo de mi hermano Octavio, el mayor de
todos y su esposa.
Una de las etapas mas duras y tristes de mi vida y de la cual,
poco me gusta recordar.
Extrañaba mucho el calor de mi mami, mis hermanas y mi
hermano el pequeño, sólo Brenda y yo nos quedamos solas. Tuve
que aprender a cocinar y limpiar la casa, lavar la ropa y lo mas
triste, saber que en las noches no estaría mamá por si la
necesitaba y no podía dormir.
El tiempo que mamá estuvo fuera fue triste y difícil, pero en
marzo del 2003 un hecho marcó mi vida para siempre… Dios me
dio la oportunidad una vez más de compartir con mi familia.
Recuerdo que fui a la tienda en una vieja bicicleta que papá me
compró y al regresar de la tienda, un fuerte ruido me estremeció.
No supe de mí, solo sentía mucho dolo y desperté en un hospital.
Un conductor ebrio lanzó con su camioneta mi bici. Mi hermano
Octavio me llevó al hospital y cuando desperté el me contó lo
que pasó.
Estuve un tiempo en observación y después regresé a casa.
Mamá regresó de USA para quedarse conmigo, esa fue mi mejor
medicina.
Dios me dio la oportunidad de volver a ver a mi familia y disfrutar
de su compañía.
Los doctores dijeron que fue un milagro el haber llegado viva
hasta el hospital. Después mamá ya no quiso dejarnos solas y
permaneció ahí a nuestro lado.
Nunca olvidaré la compañía de mis amigas y maestros, de mi
familia y sobre todo los cuidados de mi hermano y el esfuerzo
que hizo para salvar mi vida.
Nuevamente en el mismo año, otro acontecimiento triste marcó
la vida de toda la familia.
En el mes de mayo, mi abuelita CAROLINA perdió la vida. Fue
muy triste y lamentable.
Recuerdo sus últimos días de vida, tan linda y amorosa, llena de
energía y buena vibra. Tal vez dios necesitaba angelitos buenos,
por ello se la llevó.
EN EL 2005 EGRESÉ DE LA ESCUELA PRIMARIA
A LOS ONCE AÑOS DE EDAD
Después de mi graduación, mamá me llevó con ella a Estados
Unidos.
Ingresé a la “103 MIDDLE SCHOOL” mi primer maestra fue Miss
Anderson. Una americana, con corazón mexicano y con mi
mismo idioma. No me fue difícil acostumbrarme pues estaba
junto a toda mi familia y de la mano de mi madre.
Mi vida en otro país fue linda, participé en muchas actividades
para latinos y americanos, aprendí otro idioma e hice amigos
de muchas nacionalidades.
Me di cuenta que la vida es hermosa si la sabemos aprovechar.
El mejor regalo en esta navidad del 2005 fue estar al lado de
toda mi familia.
Mi primer invierno fuera de mi país. En uno completamente
diferente pero lleno de oportunidades.
Y lo mejor en compañía de toda mi familia.
MI PRIMER CUMPLEAÑOS EN USA
GRACIAS POR SU ATENCIÓN