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Vida Vida Enero 2010Enero 2010
"Él habitará con ellos, ellos serán su Pueblo“ (Ap
21,3) .
La Palabra de Dios de este mes nos interpela. Si queremos ser parte de su pueblo deberemos
dejarlo vivir entre nosotros.
Pero, ¿cómo es posible? ¿Cómo hacer para saborear, ya desde esta tierra, algo de la alegría sin fin que llegará con la visión de Dios?.
Esto es precisamente lo que Jesús nos reveló, el sentido de su
venida: comunicarnos su vida de amor con el Padre, para que
también nosotros la vivamos.
Para Basilio es vivir según la voluntad de Dios ,
Desde ahora, los cristianos podremos vivir esta frasey tener a Dios entre nosotros; lo cual requiere ciertas
condiciones,tal como afirman los padres de la Iglesia.
para Teodoro Studita, el amor recíproco;
para Juan Crisóstomo, amar como Jesús lo hizo;
y para Orígenes, el acuerdo de pensamiento y de sentimientos para alcanzar la concordia que “une y contiene al Hijo de Dios”.
En la enseñanza de Jesús está la clave para hacer que Dios habite entre nosotros: “Ámense los unos a los otros. Así
como yo los he amado”. (Evangelio de Juan 13,
34). Es el amor recíproco la clave de la presencia
de Dios. “Si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros” (1ª Carta de Juan, 4, 12) porque “donde hay dos o tres reunidos en mi
Nombre, yo estoy presente en medio de ellos” (Evangelio de Mateo 18, 20), dice
Jesús.
“Él habitará con ellos, ellos serán su Pueblo“ (Ap
21,3) .
No es por lo tanto tan lejano e inalcanzable el día que signará el cumplimiento de todas las promesas de la Antigua Alianza: “Mi morada estará junto a ellos: yo
seré su Dios y ellos serán mi Pueblo”. (Libro de Ezequiel 37, 27).
Todo se cumple
ya en Jesús que,
más allá de su
existencia
histórica, sigue
presente entre los
que viven según
la nueva ley del
amor recíproco,
es decir, la norma
que lo constituye
pueblo, el pueblo
de Dios.
Esta Palabra de vida es un llamado apremiante, especialmente para los cristianos, a dar testimonio, con el amor, de la presencia de Dios.
“En esto todos reconocerán que ustedes son mis discípulos: en el amor que se tengan los unos a otros” (Evangelio de Juan 13, 35).
Vivido así, el mandamiento nuevo pone las premisas para que se dé la presencia de Jesús entre los hombres.
Nada podemos hacer si esta presencia no está garantizada, presencia que da sentido a la fraternidad sobrenatural que Jesús
trajo a la tierra para toda la humanidad.
"Él habitará con ellos, ellos serán su Pueblo“.
Nos atañe sobre todo a nosotros, cristianos, aún perteneciendo a diferentes comunidades eclesiales, dar al mundo el
espectáculo de un solo pueblo conformado por todas las etnias, razas y culturas, de grandes y pequeños, de enfermos y sanos. Un único pueblo del cual se pueda decir, como de los primeros cristianos: “Miren cómo se aman y están dispuestos a dar la
vida el uno por el otro”.
Es éste el “milagro” que la humanidad espera para tener esperanza y colaborar con el progreso ecuménico, el camino hacia la unidad plena y visible de los cristianos. Es un “milagro” posible, o mejor
dicho, posible para Aquel que, habitando entre los suyos unidos por el amor, puede cambiar la suerte del mundo y llevar a la humanidad
entera hacia la unidad.
“Palabra de Vida”, publicación mensual del Movimiento de los Focolares.
Texto de: Chiara Lubich, enero 1999.
Gráfica de Anna Lollo en colaboración con Plácido D’Omina (Sicilia - Italia)
Este comentario de la Palabra de Vida es traducido en 96 lenguas e idiomas,
llega a millones de personas en todo el mundo por medios gráficos, radio, TV
y por internet – más información www.focolare.org
El PPS es traducido en diversas lenguas y publicado en www.santuariosancalogero.org
Traducido por Ciudad Nueva www.ciudadnueva.org.ar
" Él habitará con ellos,ellos serán su Pueblo“
(cf Ap 21,3)