PRÁCTICAS DE CRIANZA Y SU RELACIÓN CON LA ANSIEDAD INFANTIL
LINA MARÍA DELGADO MORALES
MARCELA GÓMEZ JASBÓN
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA CALI
FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES
DEPARTAMENTO DE CIENCIAS SOCIALES
CARRERA DE PSICOLOGÍA, 2015
PRÁCTICAS DE CRIANZA Y SU RELACIÓN CON LA ANSIEDAD INFANTIL
LINA MARÍA DELGADO MORALES
MARCELA GÓMEZ JASBÓN
Trabajo de grado presentado como requisito parcial
para optar por el título de Psicólogo.
Maria Clara Cuevas Jaramillo,
D, Psicología
Directora
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA-CALI
FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES
DEPARTAMENTO DE CIENCIAS SOCIALES
CARRERA PSICOLOGÍA, 2015
ARTICULO 23 de la Resolución No. 13 del 6
de Julio de 1946, del Reglamento de la
Pontificia Universidad Javeriana. “La
Universidad no se hace responsable por los
conceptos emitidos por sus alumnos en sus
trabajos de Tesis. Solo velará porque no se
publique nada contrario al dogma y la moral
católica y porque las Tesis no contengan
ataques o polémicas puramente personales;
antes bien, se vea en ellas el anhelo de
buscar la Verdad y la Justicia”.
TABLA DE CONTENIDO
RESUMEN
INTRODUCCIÓN ...................................................................................................... 1
MÉTODO ................................................................................................................ 26
Participantes ....................................................................................................... 26
Variables ............................................................................................................. 27
Instrumentos ....................................................................................................... 30
Procedimiento ..................................................................................................... 34
RESULTADOS ....................................................................................................... 37
DISCUSIÓN ............................................................................................................ 59
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ........................................................................ 68
ANEXOS
LISTA DE GRÁFICAS
Gráfica 1. Distribución porcentual de los grados de escolaridad de los niños
y niñas 38
Gráfica 2. Distribución porcentual del tipo de familia 38
Gráfica 3. Distribución porcentual de la cantidad de personas que viven
en el hogar
39
LISTA DE TABLAS
Tabla 1. Variables conceptuales y operacionales 28
Tabla 2. Clasificación de Prácticas de Crianza 33
Tabla 3. Clasificación Estilos Parentales 33
Tabla 4. Familiares con los cuales viven las madres 40
Tabla 5. Escala de Ansiedad y Sub-escalas 41
Tabla 6. Ansiedad total por grado 42
Tabla 7. Sub-escala Ansiedad Fisiológica por grado 43
Tabla 8. Sub-escala Inquietud/Hipersensibilidad por grado 44
Tabla 9. Sub-escala Preocupaciones Sociales/Concentración por grado 45
Tabla 10. Sub-escala Mentira por grado 45
Tabla 11. Ansiedad total por sexo 46
Tabla 12. Sub-escala Ansiedad Fisiológica por sexo 47
Tabla 13. Sub-escala Inquietud/Hipersensibilidad por sexo 47
Tabla 14. Sub-escala Preocupaciones Sociales/concentración por sexo 48
Tabla 15. Sub-escala Mentira por sexo 48
Tabla 16. Categoría Afecto/Comunicación 49
Tabla 17. Categoría Control/Exigencias 50
Tabla 18. Frecuencias de Estilos Parentales 51
Tabla 19. Ansiedad total y Estilos Parentales 52
Tabla 20. Ansiedad Fisiológica y Estilos Parentales 53
Tabla 21. Inquietud/Hipersensibilidad y Estilos Parentales 54
Tabla 22. Preocupaciones Sociales y Estilos Parentales 55
Tabla 23. Mentira y Estilos Parentales 56
Tabla 24. Relación entre Estilos de Crianza y Ansiedad 58
LISTA DE ANEXOS
Anexo 1. Consentimiento Informado
Anexo 2. Asentimiento informado
Anexo 3. Cuestionario Children’s Manifest Anxiety Scale (CMAS – R)
Anexo 4. Cuestionario Escala de Evaluación de Estilos Educativos (4Er),
Anexo 5. Encuesta sobre estructura familiar
Anexo 6. Marco lógico del taller de prácticas de crianza y ansiedad infantil.
RESUMEN
La presente investigación indago cuál era la relación entre las prácticas de
crianza parentales y la presencia de síntomas de ansiedad infantil, teniendo como
objetivo general conocer la relación entre las prácticas de crianza y el desarrollo de
la ansiedad infantil en niños que se encontraban entre los 8 a 12 años de edad y
pertenecían a un colegio público de la ciudad de Santiago de Cali, este estudio se
llevó a cabo con una metodología tipo correlacional, en una modalidad no
experimental, con una muestra escogida de forma intencional y un diseño
transversal; Los principales hallazgos de esta investigación fueron las altas
puntuaciones de los menores respecto a ansiedad y su correlación con el estilo de
crianza negligente, dándole gran peso a los factores contextuales en los que está
enmarcado el desarrollo del niño.
1
INTRODUCCIÓN
La ansiedad es una experiencia común a los seres humanos, dado que son
numerosas y diversas las situaciones que pueden generarla. Sin embargo, aunque
común, no ha de asumirse como poco nociva, cuando se presenta de manera
continua y/o intensa es decir, cuando se configura en un trastorno, que puede llegar
a causar deterioro en la calidad de vida de las personas, haciendo necesaria la
intervención especializada para su manejo y reducción. Cabe destacar
anticipadamente que al hablar de ansiedad se está haciendo alusión a una emoción
constituida por cogniciones, recuerdos, anticipaciones y comportamientos
específicos acompañados de un fuerte componente somático (Rodríguez, 2005).
La prevalencia de la ansiedad es muy alta, ya que según Kessler, Berglund,
Demler, Jin, Merikangas, y Walters (2005) entre todos los problemas mentales, la
ansiedad es el que puntúa mayor porcentaje dado que se estima que 13,6% a
29,8% de la población padecerá un trastorno de ansiedad a lo largo de su vida. Así
mismo la Psychiatric American Asocciation (APA) (2002) reafirma lo anterior cuando
expone que los trastornos del estado de ánimo y de ansiedad se ubican en los
primeros lugares de prevalencia, correspondiendo a la ansiedad del 3% al 5% de
dichas prevalencias.
Con respecto a América Latina y el Caribe la prevalencia de los trastornos
mentales se encuentra entre 12,7% y 15,2% (Torres, Berbesí, Bareño, Montoya,
2010). Particularmente en Colombia, según el Estudio Nacional de Salud Mental
(2003) se puede evidenciar que los trastornos del estado de ánimo se encontraron
en un 2,2% y a su vez, los trastornos de ansiedad (1,9%). Dicho estudio fue
realizado por el Ministerio de Salud y Protección Social y tuvo el acompañamiento
de la Organización Mundial de la Salud (OMS), mostro que ocho de cada 20
2
Colombianos presentaron trastornos psiquiátricos alguna vez en su vida. Además
informó que el trastorno emocional que se presentaba en la mayoría de las
ocasiones era la ansiedad en personas adultas (19,3%) (Torres, et al., 2010).
Teniendo como base lo dicho anteriormente sobre la prevalencia, en
Colombia se puede evidenciar un alto porcentaje de personas que padecen algún
tipo de trastorno mental, siendo el trastorno de ansiedad uno de los que más afecta
a los colombianos, específicamente la región de Pacifico, siendo el Valle del Cauca
el más afectado dentro de este porcentaje.
Muestra de lo anterior son los datos proporcionados por el Plan de Desarrollo
del Municipio de Santiago de Cali (2012-2015), los cuales evidencian que en el año
2010 se registraron 32.126 casos de trastornos mentales y arroja que las tres
primeras causas de consulta están ligadas con trastornos de ansiedad en un 33,7%,
seguidamente estado de ánimo y bipolaridad con un 19,0% y por ultimo
esquizofrenia y otras trastornos psicóticos con un 12,1% (Guerrero, 2012).
Otro aspecto importante que arroja el estudio mencionado anteriormente es
la edad propensa a desarrollar algún trastorno mental, una vez que los arrojados por
el estudio documentan que las personas tienen mayor probabilidad de desarrollar
algún trastorno entre los 6 y 24 años de edad.
En consonancia con lo anterior, Kessler (2007) hace referencia a que la edad
en la que aparecen los trastornos es aproximadamente a los 15 años, aunque indica
que la edad de inicio de la ansiedad es aproximadamente a los 11 años.
Para complementar lo anterior se encuentra el mencionado estudio de
Torres, et al., (2010) el cual se realizó a niños que se encontraban en un rango de
edad entre 9 y 17 años de edad. Dicho estudio informo que el 13% de niños habían
padecido algún trastorno de ansiedad, aunque indica que se presenta en mayor
porcentaje en las niñas, y que además tiene comorbilidad con depresión.
De igual manera, Beesdo, Kanppe y Pine (citado por Ordoñez, Espinosa,
García, Muela, 2013), comentan que para el caso de niños y adolescentes,
3
aproximadamente entre un 15 y 20% desarrollan algún tipo de ansiedad. Estas
cifras con respecto a la prevalencia del trastorno en los niños, evidencian su
temprana aparición y además altos porcentajes de niños con algún tipo problema
mental.
Como puede verse, la ansiedad como problemática clínica es una de las más
prevalentes, tanto en la población adulta como infantil y por ello se convierte en un
objetivo prioritario en salud mental, teniendo en cuenta que lo más importante no
solo es solo atenderlo una vez que se haya presentado, si no adicionalmente
identificar y abordar los factores que lo producen o que protegen de su aparición, de
cara a extender el foco de interés adoptando una perspectiva preventiva.
Urge pues explicar su causalidad y curso, teniendo claro que siendo un
problema multideterminado, hay numerosos factores que pueden estar asociados a
su génesis y su curso, los cuales suelen ser de diversa índole, desde los biológicos
y/o genéticos, hasta otros más de tipo contextual los cuales dejan ver entre otras,
cómo elementos familiares y culturales pueden aportar explicaciones causales.
Entre los factores más comúnmente relacionados con dicha ansiedad, suele
referenciarse la crianza como uno de los que aparecen con mayor persistencia en
los estudios sobre el tema. Uno de ellos, realizado por Palafox, Jané, Viñas, Pla,
Ruiz y Doménech-Llaveria (2008) permitió observar que los padres que se
encuentran mucho más alterados y/o irritados al momento de establecer pautas
disciplinarias utilizan un estilo caracterizado por un mayor número de muestras de
afecto negativo, niveles más elevados de crítica y menor sensibilidad hacia los
menores, factores parentales, que influyen sobre los resultados de ansiedad
generalizada en sus hijos participantes del estudio.
En la misma dirección con el estudio anterior, Pellegrino (2006), investigó las
interrelaciones entre el estado de desarrollo de los niños y los los procesos
familiares cuyos resultados ratificaron que un factor de riesgo para el desarrollo de
ansiedad en los niños era la ansiedad materna y así mismo, la falta de pautas de
crianza adecuadas.
4
Así mismo, Duchesne, Larose, Vitaro, Tremblay (2010), llevaron a cabo un
estudio a partir del cual informaron que existen diversas formas a través de las
cuales se puede desarrollar un trastorno de ansiedad en el transcurso de vida
escolar. Los autores abordaron en este caso el factor afectuosidad de la crianza
materna, destacándola como aportante definitivo del desarrollo y las características
de la ansiedad.
Los estudios anteriormente citados permiten concluir que se esboza
claramente una relación importante entre prácticas de crianza y el desarrollo de la
ansiedad en niños.
En ese orden de ideas, Bo¨gels, Stevens, Majdandzic (2011), focalizados en
las dimensiones de sobreprotección y rechazo, tanto paternas como maternas,
concluyeron que ambos padres influyen en la ansiedad social del hijo, aunque con
efectos diferenciales, puesto que se encontró mayor relación en el resultado de
ansiedad social de los hijos con las madres ansiosas, al compararlo con padres
ansiosos.
Para complementar, Anhalt (2008), efectuó un estudio en el cual se estimó la
relación entre las prácticas de crianza y síntomas, esta vez de ansiedad social,
ansiedad generalizada y depresión. Los resultados evidenciaron que la sociabilidad
familiar limitada se asocia con altos niveles de ansiedad social. Además, la crítica
materna, cuidado paternal y protección paternal fueron predictores de ansiedad
social, exactamente sobreprotección. Con respecto a los altos niveles de la crítica y
los bajos niveles de atención fueron asociados con un aumento de la ansiedad
social. Además encontraron que el estilo de crianza que tenía como característica el
control de afectividad o restricción afectiva (ambos reflejando alta niveles de
sobreprotección) tenía más probabilidades de asociarse con altos niveles de
ansiedad social.
Otros estudios focalizaron su interés en dimensiones puntuales de la crianza
como el control, el apoyo, el rechazo y otros factores. Entre ellos, Van der Bruggen,
Stams, Bo¨gels, Paulussen-HoogebooM (2012), quienes examinaron el control
5
paterno y materno (control psicológico y la autonomía cohesión) y de apoyo (el
rechazo y la calidez emocional) como mediadores de la relación entre la
emocionalidad negativa de los niños. En este estudio se encontró que el rechazo
materno influía en la emocionalidad negativa de los niños y la ansiedad/depresión,
ya que los niños que presentaban emocionalidad negativa y presentan mayor
control psicológico por parte de las madres; por otra parte el estudio también se
encontró que la calidez emocional se relaciona con los niveles más altos de
ansiedad/depresión del niño.
Al analizar estos dos extremos los autores concluyeron que ambos extremos
de la emocionalidad, indiferencia o sobreprotección, afectan la autoestima infantil,
produciendo como efecto, los trastornos estudiados.
Otro estudio realizado por Verhoeven, Bo¨gels, Van der Bruggen (2011),
puntualizó la asociación entre dimensiones de crianza como, autonomía, cohesión,
control, rechazo y la ansiedad infantil, asumiendo como variables adicionales los
hogares, sexo y edad del infante. En él se encontró que tanto para madres y padres
la relación entre la cohesión y la autonomía de los niños con respecto a la ansiedad
era más fuerte en los niños más pequeños, específicamente en los de 10 años.
De igual manera el estudio mostró que tanto el rechazo materno y paterno
como el control que ejercía cada uno de los padres con el niño, se asociaban con
los altos niveles de ansiedad del infante, lo cual sugiere entonces que el control y el
rechazo de los padres hacia los niños son factores relacionados con el trastorno.
Asumiendo otras dimensiones de la crianza, Franco, Pérez, De Dios (2014),
realizaron un estudio en el cual se indagaba por la relación entre los estilos de
crianza parental y el desarrollo de ansiedad y conductas disruptivas. Los resultados
obtenidos evidencian que algunas actitudes y pautas de crianza parental (niveles de
apoyo y disciplina, grado de satisfacción y compromiso con la crianza, autonomía o
distribución de rol), influyen de manera significativa en el desarrollo y mantenimiento
de conductas disruptivas y alteraciones emocionales en los hijos.
6
Los autores Franco, Pérez y De Dios (2014), concluyen citando el modelo de
Maccoby y Martin (1983), cuya teoría, indica que el modelo parental óptimo para
favorecer un desarrollo evolutivo óptimo es el estilo democrático (con autoridad)
puesto que combina de manera adecuada los niveles de afecto/apoyo emocional y
de control/disciplina, lo cual da como resultado niños seguros, independientes y
adaptados socialmente. En cambio los padres permisivos son retardadores del
desarrollo y los padres autoritarios limitantes del desempeño.
Como lo reportan los estudios mencionados, se han encontrado
asociaciones importantes entre prácticas parentales de crianza y síntomas y/o
trastornos de ansiedad infantil. De cara a dichos hallazgos, el presente estudio
pretende aportar algún elemento que permita determinar si se encuentra o no la
relación mencionada por los autores citados. Ello con el fin último de aportar
especialmente al fortalecimiento de factores protectores que contribuyan con la
disminución de la prevalencia de la ansiedad en menores.
A partir de lo anterior, el interés de esta investigación es conocer los factores
de riesgo en las prácticas de crianza dadas en el hogar, intentando esclarecer
cómo influyen estas en el desarrollo de la ansiedad infantil. El área temática que se
utilizó para abordar la investigación fue la Psicología Clínica, involucrada como en la
salud mental de los seres humanos y la prevención de malestar, producida por
situaciones problemáticas o de manejo inadecuado.
En los niños una buena salud mental se encuentra ligada con cada una de
las relaciones interpersonales que tenga de manera segura y sincera en la cual
pueda expresar sus emociones, pensamientos, ideas, creencias e interactuar con
sus padres, sus hermanos, sus pares y sus compañeros apropiadamente
(Asociación para la Salud Mental de Menores [MACMH], 2010).
Dicha salud mental, como se ha venido señalando, se ve afectada por
múltiples factores, con especial énfasis para los niños, en los familiares. Lo cual se
hace más evidente en los trastornos de ansiedad.
7
Entendiendo la importancia del abordaje de la problemática desde su
prevalencia y su relación con los patrones de crianza mostrados por las
investigaciones citadas, a continuación se profundiza en los temas centrales de esta
investigación, es decir la ansiedad en este caso infantil y así mismo todo lo referido
a patrones de crianza.
Según Spielberger (citado por Llanos, 2007) la ansiedad es un estado, en el
cual intervienen a la hora de actuar y pensar, la emoción y los sentimientos
subjetivos; además estas conductas y pensamientos van acompañados de algunas
respuestas fisiológicas que son desencadenadas por el Sistema Nervioso.
Además, para complementar esta definición de ansiedad se retomara el
Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders [DSM-IV] (1995) el cual define
la ansiedad como la presencia de preocupaciones de carácter excesivo por un lapso
de por lo menos 6 meses. Es importante aclarar que la característica principal es un
miedo o malestar intenso.
De igual manera, la American Psychological Association [APA] (2010) define
la ansiedad como una emoción, que reúne sensación de tensión, ideas o creencias
y algunos cambios a nivel fisiológico como: sudoración, temblores, mareo o ritmo
cardiaco acelerado. Comenta la APA que las personas con trastornos de ansiedad
suelen tener constantemente pensamientos aversivos con respecto a las
situaciones.
Uno de los autores con mayor trayectoria en el tema, Barlow (2002), define la
ansiedad como una estructura cognitivo-afectiva en la que las dos partes se
encuentran ligadas y la una afecta a la otra. La característica principal es el afecto
negativo, el cual se relaciona con la incontrolabilidad de una probable amenaza en
el futuro. Una particularidad primordial del afecto negativo es la inhabilidad para
predecir, controlar y obtener los resultados que espera.
También, según el autor, se encuentran ligados al afecto negativo factores
fisiológicos y/o somáticos, los cuales son generados por el Sistema Nervioso
8
Autónomo; además postula que en la experiencia de ansiedad, se presentan
cambios en la auto-focalización y la auto-preocupación, estando estas totalmente
centradas en el afecto negativo y las respuestas fisiológicas concomitantes así
como en la supuesta inhabilidad para manejar la situación que la genera (Barlow,
2002).
Con respecto a las emociones, Barlow (2002) destaca en ellas tres
componentes fundamentales que es necesario señalar: En primera instancia, la
conducta, puesto que suele darse lo llamado “conducta emocional”, (paralización,
ataque, aproximación, escape), que influyen en la manera de actuar ante una
situación particular; además dicha conducta se puede evaluar como un medio de
comunicación ya que a través de ella se pueden expresar los sentimientos y las
emociones.
Adicionalmente está el componente de la cognición, el cual consiste en la
manera como se procesa la información que proviene del exterior; es decir son
todos los pensamientos, creencias, ideas, atribuciones que se le asignan a los
acontecimientos y a los sujetos que interactúan con la persona en el día a día.
Y finalmente, está el componente de la fisiología constituido por las
reacciones que el cuerpo emite frente a una situación específica. Entre estas
sudoración, palpitaciones, mover constantemente alguna parte del cuerpo, entre
otros.
Tomando como punto de partida la definición general de ansiedad, cabe
conceptualizarla para la población infantil. Según Barkley y Mash (2003), la
ansiedad infantil consiste en la preocupación constante sobre situaciones del futuro
o del pasado. Adicionalmente se presenta una preocupación por las competencias
y habilidades en aspectos como el deporte, lo académico y las relaciones
interpersonales: Dichas preocupaciones también se enfocan en catástrofes
naturales, el ser atacado físicamente, el ser “intimidado” por pares, inclusive en
algunas ocasiones preocupaciones por aspectos económicos de hogar.
9
Esto hace que los niños que padecen la ansiedad sean llamados “pequeños
preocupados”, ya que continuamente se preocupan por aspectos de su vida y lo que
ocurre en el contexto. Además la mayoría de las veces, los niños que la
exoerimentan piensan negativamente y por ende presentan continuamente
distorsiones cognitivas en sus creencias e ideas (Barkley y Mash, 2003).
Finalmente, Rodríguez (2005), describe la ansiedad infantil como una
respuesta poco placentera que se presenta en una situación amenazante, ya sea
real o imaginaria, en la cual se experimentan síntomas físicos o psíquicos que
funcionan como defensa frente a la situación amenazante. Algunas situaciones en
las que se suele desencadenar la ansiedad infantil son de carácter médico,
académico o familiar. De carácter medico: enfermedades o intervenciones
quirúrgicas. De carácter familiar: muerte de parientes o amigos. De carácter
académico: dificultades escolares, accidentes en el colegio, discusión o pleitos con
compañeros. Sin embargo la ansiedad no solo aparece por circunstancias de
carácter externo, también pueden surgir internamente.
A continuación se presentan algunas emociones y conductas que presentan
los niños de manera habitual pero que guardan relación con la ansiedad. La primera
emoción que se establece es el miedo, el miedo es cuando se confronta un peligro,
e incluso es adaptativo y permite la supervivencia, pero, se vuelve exagerado,
persistente, excesivos e incluso el niño tiene dificultad para evolucionar con
respecto a ese miedo, considerándose patológico, ya que es un miedo constante y
en algunos casos irracional (Rodríguez, 2005).
La segunda emoción se encuentra relacionada con la soledad, vergüenza y
culpabilidad por parte del niño. Jalenques, Lachal y Courdert (citado por Rodríguez,
2005) plantean que los sentimientos de culpabilidad son evaluaciones del infante
por sentimientos de fracaso, de culpa y constante necesidad de aprobación por
parte de las otras personas.
La tercera emoción que se presenta por parte de los niños es la timidez, la
cual tiene como característica la inhibición social y el retraimiento que se debe al
10
temor de interactuar con otras personas en situaciones nuevas. El cuarto elemento
tiene que ver el lenguaje, dado que en numerosas ocasiones se presenta
tartamudez. El quinto elemento está relacionado con la inquietud o movilidad
constante y, finalmente se encuentra la agresividad que también sule aparecer
como manifestación de la ansiedad (Rodríguez, 2005).
A su vez, Caballo y Simón (2004), señalan que la principal característica de
la ansiedad infantil es la preocupación excesiva y va ligada a acontecimiento que
están ubicados en el futuro y en el desempeño que tengan en cada uno de los
ámbitos de su vida (familiar, social, escolar); también dichas preocupaciones se
relacionan con la seguridad personal en cuanto a la manera de actuar y
comportarse, y en este medida la evaluación que realicen cada uno de los contextos
con los que el niño interactúa. En este orden de ideas el niño se describe como
perfeccionista, ávido por complacer a los demás, con una marcada conciencia en sí
mismos, y que continuamente requieren la aprobación de los demás.
Teniendo en cuenta que la principal característica de la ansiedad es la
preocupación excesiva, es importante mencionar que los pensamientos, ideas y
creencias de los niños con ansiedad suelen ser negativos; además tienen
distorsiones de personalización y catastrofización, es decir ellos piensan que son los
culpables de todo lo malo que ocurre y todo lo que pasa tiene que ver con ellos. A
su vez la catastrofización tiene que ver con todo lo malo que le puede ocurrir a una
persona, puesto que todo el tiempo valoran la situación trágicamente (Caballo y
Simón, 2004).
Así mismo, en el ámbito social el niño con ansiedad, presenta dificultades
relacionándose con los compañeros, ya que ellos lo califican como tímido y aislado;
en esta medida se presenta situación de aislamiento, de rechazo y se evidencia
temor y bajo rendimiento académico por parte del niño (Caballo y Simón, 2004).
Ahora bien es importante mencionar algunos factores que pueden aumentar
la probabilidad de que un niño pueda llegar a desarrollar problemas de ansiedad,
tales como la pérdida de una persona esencial en la vida del niño, tener una
11
condición económica restringida, vivir expuesto a situaciones conflictivas y violentas
y por ultimo exponerse a sustancias toxicas o psicoactivas (MACMH, 2010).
La perdida de una persona importante en la vida del niño afecta su
desarrollo, puesto que al sufrirla los niños se vuelven dependientes de los
cuidadores, amigos o pares, tornándose aislados y en muchas ocasiones no
interactuando con las personas ni participando de actividades; les cuesta dificultad
demostrar sus emociones y todo el tiempo reclaman la presencia de esa persona
(MACMH, 2010).
Por otra parte puede influir en el desarrollo del trastorno, la falta de
estimulación de los padres, o en ocasiones no solo es la falta de ésta, sino los
pocos cuidados que le dan a nivel físico, emocional, cognitivo y psicológico, dado
que los padres deben estar presentes en el desarrollo de sus hijo para evidenciar
alguna anomalía y fortalecer las capacidades y habilidades que debe tener en cada
una de las etapas del desarrollo (MACMH, 2010).
Aunque se han reseñado estos factores como contribuyentes con la génesis
de la ansiedad infantil, cuando se habla de problemas complejos como lo es la
ansiedad y, como se ha visto en las investigaciones citadas, es necesario buscar un
marco de referencia que permita incluir la multiplicidad de factores que tienen que
ver con el origen de este trastorno.
Por eso la presente investigación toma como marco central de referencia el
modelo socio ecológico de Bronfenbrenner (1979), modelo que está graficado como
círculos concéntricos de mutua influencia, en los cuales están insertas todas las
redes de relaciones de los individuos, tanto las cercanas como las distales, las
cuales inciden y son incididas por el desarrollo ontogénico de las personas,
abarcando todas riesgos y protectores para su óptimo desarrollo. Estos contextos
relacionales se subdividen a su vez en otros, también den inter relación dinámica
(Gaxiola y Frías, 2011).
12
“El macrosistema que es el nivel más amplio e incluye las formas de
organización social, las creencias culturales y los estilos de vida que prevalecen en
una cultura o subcultura particular. El segundo nivel es el exosistema y está
conformado por el sistema de relaciones enmarcadas por las instituciones que
median entre la cultura y el nivel individual como la escuela, los organismos
judiciales, las instituciones de seguridad y la Iglesia. El tercer nivel lo forma el
microsistema, compuesto por las relaciones más cercanas de las personas, el cual
está caracterizado fundamentalmente por las relaciones familiares, y además, está
conformado por variables individuales” (Gaxiola y Frías, 2011, p. 29).
Este modelo fue modificado por Bronfenbrenner y Ceci (1994) agregando el
elemento biológico, llamándolo a partir de entonces teoría bioecológica del
desarrollo humano, reconociendo así lo biológico como un elemento adicional a
tener en cuenta al intentar comprender como se dijo, la multiplicidad de factores
incidentes en el desarrollo humano. Este modelo enfatiza en los mecanismos de
interacción del organismo con el ambiente, puesto que la importancia fundamental
radica en que los genotipos (producto de la herencia) son transformados en
fenotipos (la expresión comporta mental del organismo), a partir de dichas
interacciones (Gaxiola y Frías, 2011).
Por tanto el autor puntualiza que el desarrollo en todas las etapas,
permanece en continua y dinámica interacción con los sistemas relacionales, es
decir, con el microsistema que representa el contexto inmediato en el que se da la
crianza; el exosistema que da lugar a las estructuras sociales, formales como
informales que rodean la familia, y por último, el macrosistema que son los valores
culturales y los sistemas de creencias, interacciones que van a influenciar el
ontogénico del menor (Bronfenbrenner, 1987).
Como puede observarse el modelo establece que desde múltiples y variadas
fuentes procedentes de los diferentes sistemas con los que el ser humano se
relacionada, pueden encontrarse factores de riesgo y así mismo factores protectores
que interactúan de maneras muy particulares y únicas para cada individuo y dan
13
como resultado la presencia de trastornos o el desarrollo de una salud mental
adecuada.
Desde ese marco de referencia se entiende y se hace énfasis que el factor
que se va abordar en la presente investigación no es el único sino que es uno de los
numerosos factores de riesgo o protectores que pueden dar como resultado la
presencia de la ansiedad infantil de los menores. De entre este abanico de
causalidad, la presente investigación seleccionó el microsistema que es uno de los
más próximos a los niños y a sus variables individuales, buscando indagar
específicamente todo lo relacionado a las prácticas de crianza que sus cuidadores
utilizan con ellos. Es importante enfatizar que dichas prácticas de crianza no se dan
en el vacío, sino que son también el producto de complejas dinámicas familiares,
sociales y laborales, entre otras. Valga destacar que dichas prácticas deben estar
siempre comprendidas y explicadas no solo desde sus dimensiones particulares,
que conforman los llamados estilos parentales, sino también, desde las familias,
culturas y contextos en las que ellas ocurren.
A partir de lo anterior, es importante aclarar que es en la familia donde el
niño desarrollará y establecerá sus vínculos afectivos y sociales, así que según
Moreno y Ruano, citado por Doméneche-Llaberis y Jané (1998), al ser la familia el
núcleo primario, es en esta en la cual tendrá lugar el desarrollo físico, emocional,
social y cognitivo. Es por esto que algunas situaciones familiares que se presenten
pueden afectar este desarrollo, tales como, disfunción familiar, poca o mala
comunicación, poco afecto, poca cohesión o conflicto, las cuales pueden generar
problemas psicológicos en el niño, como la ansiedad.
Para ampliar entonces desde la perspectiva amplia, en los orígenes de la
ansiedad, es pertinente agregar un estudio realizado por Chorpita y Barlow (1998) el
cual expone que algunas experiencias o situaciones aversivas tempranas pueden
incrementar las respuestas ansiosas en el individuo, lo que a su vez genera lo
llamado vulnerabilidad psicológica, que lo hace propenso a desarrollar un trastorno
de ansiedad. Sin lugar a duda las experiencias aversivas pueden estar ligadas a
muchos factores, ya sea la familia, los pares, los amigos, la sociedad, las
14
situaciones de carácter natural, las cuales pueden convertirse en factores
desencadenantes de un trastorno de ansiedad posterior.
Dichas experiencias aversivas e incontrolables, pueden proceder entonces
de las interacciones del niño con sus familia y a su vez, de las interacciones de esta
familia. Así que la familia resulta ser un elemento clave en la vida de los niños,
pudiendo desempeñar un papel protector o de riesgo. En relación con lo anterior un
primer factor que puede generar ansiedad en los niños tiene que ver con la
estructura familiar; exactamente con el tamaño de la familia y la composición, ya
que la sobrepoblación en el hogar se encuentra ligado a síntomas estresores;
aunque también pueden afectar aspectos como desacuerdos maritales, madres
deprimidas, padres sin trabajo o con un trabajo que no aporte lo necesario para el
hogar (Doméneche-Llaberis y Jané, 1998).
Así mismo la composición del hogar en la actualidad puede afectar también,
ya que el núcleo de la familiar ha tomado diversas formas o composiciones,
dándose un aumento en el presente de madres o padres solos como cuidadores
únicos. Sin embargo, al respecto es importante señalar que el número de padres
presentes no asegura condiciones adecuadas al el desarrollo y bienestar del niño
(Doméneche-Llaberis y Jané, 1998).
El orden del nacimiento y la relación con los hermanos vendría siendo un
posible segundo factor desencadenante, ya que los niños primogénitos tienen mayor
probabilidad de presentar problemas mentales o de conducta, lo cual se debe a la
relación con sus padres de manera intensa o sobreprotectora, dado que como son
los primeros hijos no tienen experticia en el estilo de crianza asertivo y optimo, en
muchas ocasiones se sienten angustiados (Doméneche-Llaberis y Jané, 1998).
Y a fin de ilustrar lo anterior, Eiserman (citado por Doméneche-Llaberis y
Jané, 1998), realiza un estudio el cual arroja que los padres con sus primeros hijos
son estrictos, restringen, son extremamente sobreprotectores y eso según el estudio
se debe a la ansiedad que tenía cada uno de los padres por cumplir de manera
adecuada su rol de padre.
15
Para complementar lo anteriormente dicho se retoma a Rapee (citado por
Ordoñez, Espinosa, Garcia y Muela, 2013) el cual indica que los estilos educativos
de los padres (prácticas de crianza) juegan un papel importante en desarrollo de
ansiedad en los niños, ya que si los padres se muestran poco afectivos, poca
aceptación y un bajo nivel de afinidad, se puede generar una relación insegura entre
padres e hijos. Sin embargo cuando existe una protección excesiva y alto control
puede generar en el niño dependencia a los demás porque se le instauran miedos.
Con respecto a la relación con los hermanos, es la interacción con ellos la
que permite el desarrollo de habilidades para socializar, negociar, aprender hacer
amigos, a cooperar, a competir, a crear relaciones con sus pares, aunque
eventualmente, esta relación de los hermanos se ve permeada por envidia y celos,
que muchas veces se debe a que llega otra persona al hogar, lo cual puede ser
interpretado por los niños de manera inadecuada, percibiendo que esta nueva
persona le quita el afecto, la atención y el cuidado de los padres (Doméneche-
Llaberis y Jané, 1998).
Adicionalmente Lidz (citado por Doméneche-Llaberis y Jané, 1998),
mencionan que además de los celos y la rivalidad se encuentra la envidia, la
intimidación, el afecto y la identidad de cada hermano, es decir el rol que desarrolla
cada uno de en la familia. En esta medida concluye diciendo que se presenta entre
hermanos una ambivalencia, puesto que se percibe al hermano como un intruso con
el que debe compartir a sus padres y por otro se percibe al hermano como el
compañero ideal para relacionarse y comprender las relaciones con pares, con los
padres, con los compañeros, es decir un cómplice y una guía.
Como tercer posible factor desencadenante, se encuentra la personalidad y
psicopatología de los padres, las cuales son predictores fundamentales de algún
desajuste psicológico y adaptativo de los niños, debido a que las patologías de los
padres pueden incrementar los riesgos de padecerlas en sus hijos, al serles
transmitidas por vía genética con lo cual el hijo tiene una alto porcentaje de
probabilidad de padecer la misma patología parental. Además como bien lo señalan
Doméneche-Llaberis y Jané (1998), .por medio de las conductas los niños en el
16
ámbito escolar y en el hogar es posible identificar alguna de las patologías de los
padres.
Para complementar lo dicho anteriormente, se encuentra una investigación
realizada por White (2010) que concluye que la salud mental del niño puede ser
influenciada por la salud mental de sus padres. En esa misma dirección, algunas
investigaciones arrojan que de 30 a 50% los niños que tienen padres con problemas
mentales son propensos también a a padecerlos (MACMH, 2010).
Por otra parte, otros elementos de riesgo que tienen que ver con los padres,
son la edad y la autoestima; con respecto a la edad, por ejemplo, se ha señalado
que la de la madre puede convertirse en un factor de riesgo con respecto a los
problemas de conducta del niño, puesto que generalmente se evidencian problemas
de conducta en niños de madres jóvenes, especialmente adolescentes, lo cual
probablemente se debe a la inestabilidad familiar que suele existir cuando se
presenta un embarazo y crianza entre padres adolescentes que habitualmente
generan conflictos a nivel familiar. La autoestima por otra parte va a influir en el
desarrollo del niño, por el hecho de que los padres se sienten capaces y seguros de
ejercer un rol de padres adecuado y en esa medida puede solucionar conflictos,
generar buena comunicación y pautas adecuadas para el óptimo desarrollo del niño
(Doméneche-Llaberis y Jané, 1998).
Otro factor importante que está relacionado con el riesgo a desarrollar algún
tipo de patología o problema infantil es la desarmonía y el conflicto marital; según
Emery y O´Leary (citado por Doméneche-Llaberis y Jané, 1998), en los niños que
viven en hogares conflictivos y poco armoniosos, se evidencia mayor probabilidad
de presentar problemas tanto emocionales como conductuales. Una causa del
conflicto marital es la desarmonía marital y puede afectar al niño debido a que los
padres actúan de manera agresiva y grosera frente al niño. Además, a raíz del
conflicto parental pueden ocurrir actos violentos entre los padres, lo cual a su vez
puede generar violencia entre el hijo y el padre y por ende, se pueden crear
problemas de conducta en los hijos.
17
Además, otro factor predisponente relacionado con la familia y sus
dinámicas, se refiere a las relaciones entre padres e hijos, en las cuales la
interacción entre madre/padre e hijo se da de manera intrusiva o invasiva, o, los
comportamientos son menos consistentes, complacientes y presentan conductas
negativas. Los hijos pueden evidenciar apego ansioso, afecto negativo, conductas
no complacientes y se sienten frustrados en el momento de solucionar problemas,
además de que no demuestran el cariño o afecto hacia dichos padres (Doméneche-
Llaberis y Jané, 1998).
Otro factor importante es la comunicación. Según Costello (1990) (citado por
Doméneche-Llaberis y Jané, 1998) “la comunicación es un factor crítico en la
etiológica y mantenimientos de trastornos en la infancia” (p. 248), además menciona
el autor, que una comunicación poco clara, indirecta en la cual los mensajes no van
dirigidos de manera adecuada o hay mensajes implícitos se puede evidenciar
disfunción familiar.
Con respecto al involucramiento y la respuesta afectiva por parte de los
padres, Doméneche-Llaberis y Jané, (1998) exponen que se ha evidenciado que
existen un mayor distanciamiento afectivo y falta de apego emocional en las familias
donde los hijos tienen problemas emocionales y de conducta.
Todo lo mencionado anteriormente sobre la familia está íntimamente
relacionado con el estilo educativo y las prácticas de crianza que ejercen los padres
sobre los hijos, ya que alguna de estas puede generar en los niños baja autoestima,
baja actividad e iniciativa, inseguridad, timidez y problemas de adaptación social
(Doméneche-Llaberis y Jané, 1998).
Algunos estudios arrojan que los niños que tienen problemas de conducta o
emocionales, cuando existe una relación coercitiva y hostil, además sus órdenes
generalmente son vagas y por ende son menos asertivos en el momento de corregir
algún comportamiento (Doméneche-Llaberis y Jané, 1998).
18
Por último, según la investigación realizada por Ordoñez, Espinosa, García y
Muela (2003), los trastornos de ansiedad de los padres, las prácticas de crianza o
estilos educativos y el afecto expresado, al igual que un apego inseguro, son
variables determinantes del desarrollo de ansiedad infantil: De igual manera, un
estilo negativo de crianza y situaciones aversivas o estresantes, puesto que estos
factores pueden se situaciones aversivas en la vida del niño.
Así como se habló de factores de riesgo o posibles facilitadores del
desarrollo de ansiedad infantil, es igualmente mencionar los factores protectores
por parte de la familia. Según Gratacós (citado por Doméneche-Llaberis y Jané,
1998), dichos facores son: alta cohesión familiar, buena relación con hermanos,
buena relación con los padres, habilidades sociales y prácticas de actividades
extracurriculares. Y por último, se destaca satisfacción de los padres respecto a los
hijos.
Vale la pena entonces examinar más puntualmente el papel protector que
desempeñan los factores familiares dentro del desarrollo de la salud mental de los
hijos. Es justamente en la familia capaz de adaptarse a las situaciones cambiantes
del contexto social, por medio de la cohesión familiar forjada desde el cariño, donde
se da el espacio para la aceptación, la convivencia y la colaboración, y por ende el
desarrollo pleno de sus integrantes. Es en el seno de esta familia en el que se
deben resaltar las prácticas de crianza, una de sus principales funciones, como los
elementos centrales para la promoción y protección de la salud mental y el bienestar
de sus integrantes.
La familia juega un papel fundamental en el desarrollo del niño, puesto que
es en la familia donde se crean todas las relaciones que van a definir el desarrollo
del ser humano. Es por esto que la familia es capaz de adaptarse en el tiempo a las
situaciones cambiantes del contexto social que las sostiene, por medio de la
cohesión familiar que se da a partir del cariño, puesto que es en este ambiente
familiar donde se da el espacio para la aceptación, la convivencia y la colaboración
(Ángel et al., 1994).
19
De esta manera se comprende a la familia como un sistema conformado por
varios miembros, siendo el núcleo central la pareja y posteriormente la parentalidad
teniendo en cuenta a Ángel, et al. (1994). Una de las funciones fundamentales de la
familia, según los autores, es la crianza y educación de los hijos. La crianza es vista
como una de las funciones de los seres humanos, como el principio de la educación.
Crianza que según Solís-Cámara, Díaz, Del Carpio, Esquivel, Acosta y Torres
(2007) se define como las actitudes y comportamientos de los padres. Bajo este
punto de vista, todo lo que hagan los padres en el contexto de la educación va a
repercutir en la formación de sus hijos, ya que es en la familia donde se aprende la
adaptación al mundo social.
Dentro de la crianza de los hijos, existen las prácticas de crianza, las cuales
están relacionadas con los padres, su historia, los hijos y la sociedad que los rodea,
influenciando así la educación. A continuación se dará una descripción más amplia
sobre la crianza.
En la crianza, se diferencian diversos elementos, uno de ellos, las prácticas
de crianza, las cuales se definen según Mejía (1999) “usos o costumbres que se
trasmiten de generación en generación como parte del acervo cultural, que tiene
que ver con el cómo los padres crían, cuidan y educan a sus hijos” (p.17). Estas
maneras de criar dependen de lo aprendido y vivido a partir del contexto cultural en
el que vivió, trasmitiéndose de generación a generación (Mejía, 1999).
Retomando lo señalado por Mejía (1999), Palacios (citado por Ramírez,
2005) agregan que dichas prácticas de crianza hacen referencia a la forma en que
los padres llevan a cabo la educación o crianza de sus hijos. Y según dicho autor,
están relacionadas con el niño, sexo, edad, orden de nacimiento y las
características personales de este; en segundo lugar están relacionadas con los
padres, sus experiencias como hijos y como padres, sexo, nivel educativo y
expectativas hacia sus hijos; por último está el contexto de la interacción, es decir,
las características físicas de la vivienda y el contexto histórico.
20
Todos estos factores ambientales, culturales, históricos, hereditarios y
personales de los padres y el ambiente que los rodea van a dar lugar finalmente a
unos estilos específicos de criar a los hijos.
Los estilos de crianza son tendencias que rigen la manera de criar, se
caracterizan por la forma como los padres expresan el afecto e implementan normas
y reglas. Al respecto, la autora Baumrid (1967), complementada por la APA (2013)
han establecido cuatro maneras generales de las prácticas parentales, que se
describen a continuación.
Padres autoritarios – los padres son poco flexibles, se muestran severos y
con muchas reglas; están de acuerdo con el castigo como manera de corregir a sus
hijos, desencadenando en posibles niños irritables, temerosos, temperamentales,
malhumorados, vulnerables al estrés y con poco interés por realizarse.
Padres con autoridad – son padres cariñosos que están dispuestos a apoyar
a sus hijos, sin dejar de lado el papel normativo lado la crianza, quienes se
muestran firmes a la hora de poner límites, los cuales se ponen por medio de una
serie de reglas, diálogos y razonamiento con los hijos, dando como resultado niños
que tienden a ser amistosos, autónomos, curiosos, cooperativos y encaminados a
conseguir el éxito.
Padres permisivos – son padres que se muestran cariñosos, aunque
relajados, puesto que no ponen límites claros a sus hijos, no están pendientes de
sus actividades y no exigen que haya un comportamiento adecuado en las
situaciones que se presentan. A partir de esto, los niños se muestran impulsivos,
rebeldes, dominantes, agresivos, con baja autoestima y con pocos deseos de auto
realizarse.
Padres pasivos (negligentes) – son padres que se muestran indiferentes,
poco accesibles y tienden a estar ausentes, poco afecto, teniendo como
consecuencia niños con poca autoestima, baja confianza en sí mismos y pocas
ambiciones, buscando en ocasiones otros modelos a seguir diferentes a los padres.
21
Posteriormente Baumrind (1967), a partir de dichos estilos parentales,
genera las siguientes conclusiones con respecto a la crianza, que complementa
describiendo la forma en que estos afectan la conducta del niño.
Conclusión 1: el castigo tiene efectos secundarios dañinos, como egoísmo,
hostilidad y testarudez, siendo una manera ineficaz de control sobre el niño.
Conclusión 2: la supervisión cercana, las altas expectativas y órdenes y otras
manifestaciones de autoridad parental, provocan rebeldía en los niños,
especialmente en adolescentes.
Conclusión 3: el control parental firme puede desencadenar dependencia y
pasividad en el niño. Conclusión 4: la restricción parental puede disminuir
autoafirmación normal del niño y crear resistencia, más si la restricción es de
manera participativa, esto puede ser positivo.
Conclusión 5: la permisividad de los padres genera libertad en el niño y lo
libera del control paterno. Conclusión 6: los padres controladores son motivados por
un síndrome de personalidad autoritaria, y por ende siente obligados a restringir al
niño y sus esfuerzos autónomos, por un miedo a perder el control.
Conclusión 7: el control firme por parte de los padres inhibe las expresiones
creativas del niño: Por último, Conclusión 8: este tipo de conductas de los padres
tienen respuestas diversas si es niño o niña.
Adicionalmente los artículos de Cuervo (2009) y Bouquet, Pachajoa, y
Londoño (2009), también mencionan que las prácticas de crianza tienen
repercusiones a nivel de conducta, adaptación social y emocional de niños, ya que
la familia establece las normas, valores, reglas y en esta medida desarrolla su
personalidad.
Para complementar el marco de los factores de riesgo que inciden en la
aparición del trastorno de ansiedad infantil, y siendo coherentes con el Modelo de
Bronfenbrenner, cabe mencionar el contexto ya no familiar y/o parental, como
posible contribuyente a su causalidad. El estudio llevado a cabo por Esperanza y
22
Rodríguez, (2009), indagó los factores contextúales del desarrollo infantil y su
relación con los estados de ansiedad y depresión de niños escolarizados que fueron
valorados por los docentes, el cual concluyó que la ansiedad y la depresión son
estados transitorios, atravesados por la exposición a factores contextuales
estresantes. Este estudio reveló adicionalmente, que los factores académicos
(motivación, desempeño, resultados, infraestructura, entre otras) también influencian
la ansiedad infantil.
En sintonía con el efecto contextual sobre la ansiedad infantil, otra
investigación realizada por Aguirre (2000), expone los cambios sociales que se han
generado con el paso del tiempo y cómo esto afecta las prácticas de crianza en la
sociedad colombiana. De manera general postulan que los cambios abruptos que se
han presentado con respecto a las prácticas de crianza son el tiempo libre de los
hijos, la expresión de afecto y las ideas sobre el castigo.
Así que, como se comenta en los estudios anteriores, las influencias sobre el
desarrollo de la ansiedad infantil, son variadas y numerosas. Surgió sin embargo el
interrogante sobre qué se sabe al respecto en el contexto más cercano, con lo cual,
se buscaron investigaciones actuales en el Valle del Cauca en lo referente a este
tema.
Solamente se encontró la investigación realizada por Tascón (2010), la cual
consistió en evaluar la influencia de los estilos parentales en la construcción de la
norma en niños y niñas de cinco a seis años del Colegio Mixto Juan Pestalozzi de la
ciudad de Cali. El estudio pretendía establecer las influencias de los estilos
parentales en la construcción de normas en niños, ya que se consideraba la base de
la educación y formación para la convivencia armónica de la sociedad.
A partir de este estudio, y frente al hecho del déficit en estudios locales que
relacionen la crianza con los rasgos de ansiedad en niños en la ciudad de Cali, esta
investigación pretendió dar a conocer si existía alguna relación entre las pautas de
crianza y los rasgos de ansiedad infantil. Para esto, la pregunta que se planteó fue
23
¿Cuál es la relación entre las prácticas de crianza parentales y la presencia de
síntomas de ansiedad infantil en sus hijos?
El objetivo general fue conocer la relación entre las prácticas de crianza y el
desarrollo de la ansiedad infantil, objetivo conformado a su vez por los siguientes
objetivos específicos: identificar indicadores de ansiedad en los niños de la
población objetivo y determinar las prácticas de crianza que usan las madres con
estos niños, relacionando las prácticas de crianza con la ansiedad infantil.
Teniendo en cuenta la problemática mencionada con anterioridad se pensó
en encontrar elementos importantes tanto para tener en cuenta en futuras
investigaciones, así como elementos precisos para vincular a futuros programas de
prevención de salud mental en los niños de la población colombiana, al facilitar
insumos que avalados por el estudio, muestren los tipos de crianza que están
siendo usados por los cuidadores, los síntomas de ansiedad que se están
presentado en algunos menores, así como las formas específicas de crianza que
para la muestra asumida, mostraron o no relación con la sintomatología de ansiedad
infantil, insumos a ser usados para la creación de programas promocionales y
preventivos relacionados con pautas de crianza fortalecedoras de factores
protectores desde la familia.
Por ello, la relevancia de esta investigación radica entre otras en su
contribución para hacerle frente a la realidad ya mencionada de las altas cifras de
ansiedad en la población infantil colombiana, puesto que programas preventivos
focalizados en riesgos y/o protectores específicos, establecidos mediante
investigaciones, son de mucha mayor eficacia. Adicionalmente, es relevante, porque
se incluyeron en su muestra, participantes en las edades en las cuales suelen
presentarse los primeros síntomas del trastorno. También es relevante porque se
incluyen los elementos de una posible relación con la crianza, los cuales se
encuentran altamente ponderados como contribuyentes del origen de la ansiedad.
Desde esta perspectiva pues, los resultados obtenidos se convierten en un insumo
básico para generar programas dirigidos a padres y maestros a través de los cuales
se puedan brindar herramientas para contribuir a que la familia se convierta en un
24
factor protector de cualquier trastorno afectivo o de conducta que se pueda
desarrollar en el niño.
Teniendo en cuenta que la presente investigación se realizó en colegios
públicos de la ciudad de Cali, es importante referenciar que esta población tiene una
serie de características contextuales que valen ser destacadas, una vez que los
participantes en este estudio pertenecen a un estrato socioeconómico bajo, en el
cual suelen presentarse situaciones de maltrato infantil, algunos valores y
costumbres predominantes, maltrato físico, maltrato emocional, abuso sexual,
conflictos constante entre padres/cuidadores e hijos, ausencia de lazos afectivos,
descuido o abandono, condiciones económicas precarias y condiciones
nutricionales inadecuadas; los últimos factores mencionados se evidencian como
factores que pueden llegar a generar desequilibrio emocional del núcleo familiar
(Aracena, Balladares, Román y Weiss, 2002; Montoya, 2011: Gómez, López y
Tandeoy, 2012 y Pulido, Castro-Osorio, Peña y Ariza-Ramírez, 2013).
Es de suma importancia enfatizar en la necesidad de realizar este tipo de
estudios en el país, dadas como se mencionó las altas tasas de ansiedad infantil,
hecho que impulsa la obligatoriedad de adoptar una mirada preventiva que mediante
el reconocimiento de riesgos y protectores implicados en el desorden, pueda facilitar
el fortalecimiento de protectores que minimicen los riesgos, y así mismo que se
afine en la detección temprana de síntomas predictores, para de esta manera
intervenir en la trayectoria del riesgo.
Por las razones comentadas, la presente investigación pretende aportar a
dichos propósitos y para ello, se usará la metodología que se describe a
continuación.
26
MÉTODO
Este estudio es de tipo correlacional, puesto que buscaba establecer la
relación entre dos o más variables (Hernández, Fernández y Baptista, 2006), las
prácticas de crianza y los síntomas de ansiedad en niños.
La modalidad es no-experimental, dado que pretendió abordar las variables
como ocurren en su contexto natural, sin alterarlo ni construir ninguna situación,
logrando así una observación y análisis sobre la situación ya existente, es decir
sobre las prácticas de crianza usadas habitualmente por los padres y así mismo,
los comportamientos de ansiedad que presentan sus hijos (Hernández et al., 2006).
A su vez, el diseño es de tipo transversal o traseccional–correlacional, dado
que no se hace seguimiento de las variables sino que se evaluaron en un momento
preciso y se buscó la relación existente entre las mismas (Hernández et al., 2006).
Participantes
Población
La población de la investigación estuvo constituida por niños y niñas de 8 a
12 años de una institución educativa pública de la ciudad de Cali y sus respectivas
madres.
Muestra
La muestra de la investigación se conformó por 102 niños y niñas entre los
grados 2do, 3ro, 4to y 5to de una institución pública de la ciudad de Cali, que
pertenecían a un estrato socioeconómico bajo, donde fue necesario que los niños
27
puntuaran con rasgos de ansiedad. Además la muestra también estuvo conformada
por las 102 madres de dichos niños y niñas, puesto que se evaluaron prácticas de
crianza utilizadas con los niños.
La selección de la muestra fue de tipo intencional, ya que se escogieron los
niños que según el cuestionario Children’s Manifest Anxiety Scale (CMAS – R)
puntuaron alto y de esta manera se obtuvieron en los resultados síntomas de
ansiedad (Hernández et al., 2006).
Para pertenecer a la investigación se debió cumplir los siguientes requisitos:
niños y niñas entre 8 y 12 años, escolarizados, cuyas madres habían firmado
consentimiento informado (Ver anexo 1) y los niños asentimiento informado (Ver
anexo 2); además los niños no estaban recibiendo tratamiento psicológico y
finalmente los niños presentaron síntomas de ansiedad altos en la medición.
Los criterios de exclusión de la investigación fueron los siguientes: niños y
niñas que no se encontraban entre los 8 y 12 años, además no se encontraban en
los grados, 2do, 3ro, 4to y 5to. Tampoco se incluyeron participantes sin firma del
consentimiento informado por parte de las madres y su propio asentimiento. De
igual manera fueron excluidos aquellos que estuviesen recibiendo tratamiento
psicológico.
Variables
Las variables que se midieron en este estudio fueron los síntomas de
ansiedad infantil y las prácticas de crianza impartidas por los padres (véase Tabla
1).
28
Tabla 1.
Variables conceptuales y operacionales
Variable Definición conceptual Definición operacional
Síntomas de
ansiedad
infantil
La ansiedad es una estructura
cognitivo-afectiva en la cual
ambos componentes se
interrelacionan. La característica
principal es el afecto negativo, el
cual se relaciona con la
incontrolabilidad de una probable
amenaza en el futuro; una
particularidad primordial del
afecto negativo es la inhabilidad
para predecir, controlar y obtener
los resultados que espera
(Barlow, 2002).
Cuestionario Children’s
Manifest Anxiety Scale
(CMAS–R) (Reynolds y
Richmord, 1997).
1. Ansiedad fisiológica: esta
escala se relaciona con
manifestaciones fisiológicas
como lo son: dificultades de
sueño, nauseas, fatiga,
sudoración excesiva, entre
otras.
2.Inquietud/Hipersensibilidad:
esta escala se relaciona con la
preocupación excesiva sobre
situaciones o eventos,
generalmente son vagas y se
encuentra mal interpretadas
por el niño. Además se puede
identificar fragilidad emocional.
3.Preocupaciones
sociales/concentración: se
relaciona con miedos de
naturaleza social o personal
que repercuten en la atención
y concentración.
4. Mentira: Verificar si las
respuestas que está dando el
sujeto con confiables.
29
Prácticas de
crianza
“Usos o costumbres que se
trasmiten de generación en
generación como parte del acervo
cultural, que tiene que ver con el
cómo los padres crían, cuidan y
educan a sus hijos” (Mejía, 1999)
(p.17).
Cuestionario Escala de
Evaluación de Estilos
Educativos 4Er (Palacios y
Sánchez Sandoval, 2002).
1. Afecto/Comunicación
Afecto: forma como los padres
expresan, manifiestan el cariño hacia
su hijo. Indican la tendencia de los
padres a demostrarles los niños alegría
ante sus éxitos, y a expresar afecto
con hechos y palabras.
Comunicación: forma y
asertividad en la comunicación
entre padres e hijos, esto para
evidenciar de qué manera
expresan los sentimientos y
pensamientos ante algún
acontecimiento relacionado
con su hijo.
2. Exigencia/Control
Exigencias: Estos ítems
evalúan la capacidad de los
padres para persistir en las
demandas en cuanto al
comportamiento del niño.
Control: Estos ítems evalúa la
capacidad de los padres de
establecer límites, normas
claras y el monitoreo de las
mismas.
30
Instrumentos
Los instrumentos que se utilizaron para la realización de esta investigación
fueron específicos para cada variable.
Para medir los comportamientos o síntomas de ansiedad en los niños se
utilizó el cuestionario de ansiedad infantil Children’s Manifest Anxiety Scale (CMAS
– R) realizado por Reynolds y Richmord (1997) (Ver anexo 3).
El cuestionario cuenta de 37 reactivos; y con 4 sub- escalas:
1. Ansiedad fisiológica: cuyos ítems se relaciona con manifestaciones
fisiológicas como lo son: dificultades de sueño, nauseas, fatiga, sudoración
excesiva, entre otras. (10 reactivos): 1, 5, 9, 21, 25, 29, 33.
2. Inquietud/Hipersensibilidad: incluye ítems referidos a la preocupación
excesiva sobre situaciones o eventos, generalmente son vagas y se encuentra mal
interpretadas por el niño. Además se puede identificar fragilidad emocional.
(11reactivos): 2, 6, 7,10, 14, 18, 22, 26, 30, 34, 37.
3. Preocupaciones sociales/Concentración: se relaciona con miedos de
naturaleza social o personal y esto repercute en la atención y concentración.
(7reactivos): 3, 11, 15, 23, 27, 31, 35.
4. Mentira: permite verificar si las respuestas que está dando el sujeto son
confiables. (9 reactivos) 4, 8, 12, 16, 20, 24, 28, 32, 36.
Finalmente se encuentra la puntuación de ansiedad total.
El cuestionario cuenta con opciones de respuesta un “SI” y un “NO” frente a
los reactivos. La aplicación de la prueba tiene una duración de aproximadamente
15 minutos, permitiendo obtener la puntación de ansiedad total y las cuatro sub
escalas. Se puede aplicar de manera individual o colectiva.
El cuestionario cuenta con una consistencia interna del 0.83 estimado con la
fórmula Kuder-Richardson, además el manual indica que la investigación respecto a
31
la confiabilidad test-retest es menor y que los datos reportados oscilan de 0.58 a
0.98.
Esta escala ha sido utilizada en numerosos estudios tanto internacionales
como nacionales. A nivel internacional se encuentran por ejemplo estudios realizado
por De la Torre, Cubillas, Román, Abril (2009), De los Reyes (2009), Acevedo y
Carillo (2010), González Y Pompa (2011), Domínguez, Villegas y Padilla (2013); y a
nivel nacional, se encuentran entre otros los estudios realizados por Moreno,
Escobar, Vera, Beltrán y Castañeda (2009), Buitrago y Briceño (2009), Acevedo y
Carrillo (2010), Maldonado, Cañon y Gantiva (2012), Gutiérrez, Bustos, Flórez,
Parra, Rodríguez y Rojas (2012), entre otras.
Para medir las prácticas de crianza en los padres se utilizó el Cuestionario
Escala de Evaluación de Estilos Educativos (4Er), realizado por Palacios y Sánchez
Sandoval (2002) (Ver anexo 4).
Este cuestionario está compuesto por 20 ítems, relacionados con formas de
criar a sus hijos, que los padres deben responder en una escala de tipo Likert de 1 a
5, donde la opción de respuesta se encuentra en muy de acuerdo MA (1), de
acuerdo A (2), no estoy seguro NS (3), en desacuerdo D (4), muy en desacuerdo
MD (5).
El cuestionario organiza o circunscribe los estilos de crianza o prácticas de
crianza de los padres en dos escalas, una primera llamada afecto/comunicación, en
la cual el afecto indica como los padres les demuestran a sus hijos la alegría y el
cariño con hechos y palabras. La segunda escala es llamada exigencia/control, la
cual determina como los padres exigen a sus hijos comportamientos, trazando
límites y normas (Palacios y Sánchez Sandoval, 2002).
A continuación se amplían ambas categorías:
1. Afecto/Comunicación
Afecto: Los ítems correspondientes a esta categoría evalúan como los
padres expresan, manifiestan el cariño hacia su hijo. Indican la tendencia de
32
los padres a demostrarles los niños alegría ante sus éxitos, y a expresar
afecto con hechos y palabras.
Comunicación: Los ítems que la conforman evalúan la forma y asertividad en
la comunicación entre padres e hijos, esto para evidenciar de qué manera
expresan los sentimientos y pensamientos ante algún acontecimiento
relacionado con su hijo.
Los ítems que evalúan esta categoría son: (11 reactivos) 1, 4, 6, 8, 9, 11, 14,
16, 17, 18, 20.
2. Exigencia/Control
Exigencias: Los ítems correspondientes evalúan la capacidad de los padres
para persistir en las demandas en cuanto al comportamiento del niño.
Control: sus ítems evalúa la capacidad de los padres de establecer límites,
normas claras y el monitoreo de las mismas.
Los ítems que evalúan esta categoría son: (9 reactivos) 2, 3, 5, 7, 10, 12, 13,
15, 19.
Este instrumento también se ha usado en múltiples investigaciones
realizadas por Bersabe, Fuentes y Motrico (2001), Palacios y Sánchez (1996) y
finalmente Sánchez (2011), Sánchez, León y Román (2012). En dichas
investigaciones se han evaluado entre otras su consistencia interna, obteniendo un
coeficiente de 0.63 y, para las escalas los coeficientes fueron de 0.53 para afecto,
0.56, en comunicación, 0.52 para el nivel de exigencia y 0.56 para control.
A partir de las mencionadas escalas afecto/comunicación y exigencia/control,
se establecen los estilos parentales, ello asumiendo la dirección de las dimensiones
propuestas por Baumrind (1967), es decir, estilos con autoridad, autoritario,
permisivo y negligente. Los datos que se retomaran para la correlación entre los
estilos de crianza y las dos categorías de análisis del cuestionario 4Er
(afecto/comunicación y control/exigencia), el rango de la puntuación se obtiene del
33
Cuestionario 4Er para medir el índice de respuestas de las variables, para la
correlacionar las variables de estilos de crianza se revisó la teoría y se estableció
que los padres con autoridad, que es el estilo de crianza ideal tendría la puntuación
alto en control/exigencias (>50) y alto (>50) en afecto/comunicación respecto al
estilo de crianza autoritario seria alto control/exigencias(>50) y bajo
afecto/comunicación (<=50), seguidamente se encuentra el estilo de crianza
permisivo con bajo control/exigencias (<=50) y alto afecto/comunicación (>50) y
finalmente el estilo de crianza negligente bajo control/exigencias (<=50) y bajo
afecto/comunicación (<=50), de igual manera esta correlación se retomó en trabajo
de grados anteriores realizados por la Directora de grado de esta investigación. En
la Tabla 2 clasificación de prácticas de crianza y clasificación de estilos parentales a
continuación se aprecia lo señalado.
Tabla 2.
Clasificación de prácticas de crianza
Escala puntuación
Clasificación
>50% Alto
<=50% Bajo
Nota. Fuente: elaboración propia.
Tabla 3.
Clasificación Estilos Parentales
Control/ Exigencias
Afecto/ Comunicación
Clasificación
Alto Alto Con autoridad
Alto Bajo Autoritario
Bajo Alto Permisivo
Bajo Bajo Negligente
Nota. Fuente: Elaboración propia.
Finalmente para conocer la estructura familiar de los niños, se diseñó una
encuesta (ver anexo 5) con preguntas que daban cuenta de algunas características
de las familias.
34
Procedimiento
La presente investigación se realizó en diversas fases. La primera, consistió
en la revisión de referentes teóricos y empíricos, procedentes de textos y bases de
datos (Proquest, Ebsco, Redalyc, Scielo). A partir de dicha revisión, se desarrolló el
marco teórico, en el cual se encontraron algunos conceptos claves para la
investigación, los objetivos y la justificación. Seguidamente, se desarrolló el método
abarcando las características de la muestra, la población y los instrumentos.
Luego se procedió con la selección de la institución educativa para presentar
la investigación y solicitar la aprobación de Directivos. Una vez lograda, se contactó
a padres de familia de los grados señalados, para invitarlos a participar con sus
hijos, y era de su interés, se llevó a cabo la firma del consentimiento informado, para
el posterior diligenciamiento del asentimiento por parte de sus hijos, después de
haber sido debidamente informados sobre el estudio.
Por último, se llevó a cabo la aplicación de los cuestionarios; primero se
aplicó el cuestionario (cuestionario 4Er) la encuesta correspondiente a la estructura
familiar a las madres o cuidadores de los niños y niñas. La aplicación de este
cuestionario se llevó a cabo de manera individual, ya que cada niño se llevó los
formatos para su casa y sus papas o acudientes lo diligenciaron, enviándolo
posteriormente con sus hijos, a cada padre se le asignó código de identificación, en
el caso de que los padres tuvieran varios hijos en el rango de edad estudiado (8-2
años), se les asignaba un código de identificación diferente para cada hijo.
Finalmente se aplicó el cuestionario (CMAS-R) a los niños, la aplicación se llevó a
cabo de manera grupal con cada salón.
Posteriormente teniendo como base los resultados obtenidos de los
cuestionarios se construyó la base de datos para procesarla con el SPSS versión
20, después de esto se discutió si existía o no correlación entre las variables de
estudio y finalmente se procedió con la realización de la discusión de dichos
resultados, que incluyó las correspondientes conclusiones y recomendaciones.
35
Consideraciones éticas
En la presente investigación se tuvieron en cuenta los elementos éticos
considerados tanto en la Ley del Psicólogo 1090 (2006), como los procedentes del
Ministerio de la Protección Social (2006), con respecto a la investigación con
menores. Desde ambas, se asumió que la participación de los mismos era
voluntaria, garantizada mediante su asentimiento una vez se les habían explicado
los propósitos, alcances y condiciones de la investigación, y su participación habían
sido autorizada por los adultos responsables de su cuidado, en un consentimiento
informado.
De igual manera, tanto a padres como a menores participantes se les
garantizó confidencialidad y respeto de los resultados obtenidos en la aplicación de
los cuestionarios. Y uso exclusivo para los fines acordados.
Especificando aún más, la presente investigación tomó en cuenta estos
elementos puntuales estipulados en la Resolución No. 008430 de 1993 del
Ministerio de Salud, los cuales son:
1. Es una investigación que se ajusta a los principios científicos y éticos de la
intervención psicológica. Se fundamenta en el conocimiento acumulado por la
psicología bajo el más estricto rigor metodológico.
2. Se procura el respeto a la integridad del ser humano, buscando el bienestar de
los participantes de la investigación.
3. Los sujetos fueron completamente informados del estudio, explicándoles de forma
clara y completa los siguientes aspectos, de forma que puedan comprenderlos:
a. La justificación y objetivos de investigación.
b. Los procedimientos a utilizarse y su propósito.
c. Los riesgos esperados.
d. Los beneficios que pueden obtenerse.
e. La garantía de recibir respuesta a cualquier pregunta y aclaración a cualquier
duda durante el proceso.
36
f. La libertad de retirar su consentimiento en cualquier momento y dejar de participar
en el estudio, sin que por ello se crearan perjuicios en su contra.
g. La seguridad que no se identificaría al sujeto y que se mantendría la
confidencialidad de la información relacionada con su privacidad.
h. El compromiso de proporcionarle información actualizada obtenida durante el
estudio.
i. La protección de la privacidad de los sujetos de investigación, identificándolos sólo
cuando los resultados requerían y ellos lo autorizaran.
4. Los sujetos firmaron un consentimiento informado y un asentimiento en el que se
especificaron los aspectos mencionados anteriormente y recibieron una copia del
mismo.
5. Adicionalmente, se estipulo una reunión de socialización de resultados y una
retroalimentación para los padres que tengan hijos que hayan puntuado alta
sintomatología de ansiedad, con el fin de brindar pautas y herramientas de las
prácticas de crianza necesarias para el manejo adecuado de dicha sintomatología,
además este taller será realizado en presencia de los profesores para que puedan
realizar un ejercicio de observación para poder replicar el taller en las escuelas de
padres que se realizan en el colegio (Ver anexo 6).
37
RESULTADOS
A continuación se presentarán los resultados obtenidos de 102 niños de una
institución educativa pública de la ciudad de Cali y sus respectivas madres, con la
intención de identificar si existe relación entre las prácticas de crianza y la ansiedad
infantil; por lo tanto se presentan cada una de las variables del estudio, es decir
estilos parentales y ansiedad infantil, posteriormente se enseña la correlación entre
ambas variables.
En la investigación se trabajó con un nivel de significancia del 5% (p>0.05),
lo cual significa que se tiene un 5% de probabilidad de error en las conclusiones,
eso quiere decir que la probabilidad de error es baja, además indica que los
resultados sobre la población tuvo un nivel de confianza del 95%. Este dato surge
de la prueba estadística chi2.
Teniendo en cuenta esto, inicialmente se presenta la caracterización de la
muestra, en segunda instancia los rasgos de ansiedad en los niños y niñas, en
tercera instancia se presenta los estilos parentales predominantes en las madres de
los niños, en cuarta instancia la relación entre estilos de crianza y ansiedad infantil
Para la descripción de los síntomas de ansiedad en los niños y los estilos
parentales, se realizaron varios tipos de análisis: en primera instancia se usó un
análisis univariado que permitió describir las características socio-demográficas de
las madres y de cada una de las sub-escalas que las conforman. El análisis general
de constructo se realizó a través de estadísticos de tendencia central (media,
mediana) y de dispersión (desviación estándar) o tablas de frecuencia de acuerdo a
la clasificación específica de cada instrumento, finalmente se determinó la
significancia estadística en un análisis bivariado entre síntomas de ansiedad y
estilos parentales.
38
A continuación se describen dichos resultados, partiendo inicialmente por la
caracterización demográfica para proseguir con los síntomas de ansiedad de los
niños y niñas, seguido por los resultados correspondientes a las prácticas de
crianza, para concluir con la descripción de la relación entre estas y los síntomas de
ansiedad encontrados.
1. Caracterización Sociodemográfica de los niños.
Se encuestaron 102 madres de niños matriculados entre segundo y quinto
grado (gráfica 1), 25% estaban en 20, 25% en 30, 30% en grado 40 y 20% en grado
5°, con edades promedio de 9 años (SD=1.4).
En esta grafica se puede evidenciar que la mayoría de los niños se
encuentran en el grado 4° y se demuestra que la mayoría de los niños tienen 9 años
aproximadamente.
Gráfica 1.
Distribución porcentual de los grados de escolaridad de los niños y niñas.
2. Caracterización sociodemografíca de las madres.
Con respecto al estado civil de las madres participantes, se encuentran 59% en
unión libre, 22% son solteras, 12% casadas, 4% viudas y el mismo porcentaje
divorciadas.
25%
25% 30%
20%
2 3 4 5
39
Respecto a la estructura familiar que tienen los niños y niñas se encontró
que, 46% de los niños se encuentran en familia nuclear, 25% en familia extensa,
22% monoparental, 2% homoparental y 5% ensamblada (ver gráfico 2). El número
de personas con las cuales viven los niños-as son 2 con 47% (ver gráfico 3).
Gráfica 2.
Distribución porcentual del tipo de Familia.
Grafica 3.
Distribución porcentual de la cantidad de personas que viven en el hogar.
En cuanto a los familiares con los cuales viven las madres, 50% dice con el
esposo y los hijos, 21% sólo con los hijos, 14% esposo, hijos y abuelos, 7% esposo,
hijos y hermanos y 1% con el esposo, hijos, hermanos y abuelos.
46%
25%
22%
2%
5%
0% 10% 20% 30% 40% 50%
Familia nuclear
Familia extensa
Monoparental
Homoparental
Ensamblada
18%
47%
16%
19%
1 2 3 más de 3
40
Tabla 4.
Familiares con los cuales viven las madres
Familiares con quien
vive Frecuencia Porcentaje
Hijos 21 21%
Esposo (a) e hijos 51 50%
Esposo (a), hijos y
abuelos
14 14%
Esposo (a), hijos y
Hermanos
7 7%
Esposo (a), hijos,
hermanos y abuelos
1 1%
Otros 8 8%
Con respecto a la información mencionada anteriormente se puede destacar
que la mayoría de las madres se encuentran en unión libre y la estructura de familia
que predomina en los niños y niñas de la institución educativa son las familiares
nucleares, es decir su hogar se encuentra conformado por papá, mamá y hermanos.
3. ANSIEDAD
Al analizar la escala de ansiedad total y las sub-escalas en la muestra en
general, se observa que el promedio en la escala general fue de 40.7 con una
desviación de 4.3 teniendo en cuenta que el máximo es 50. En general en la
muestra el puntaje obtenido fue alto; para ansiedad fisiológica el puntaje promedio
fue de 14.6 (sd=2.1), en inquietud/hipersensibilidad el puntaje medio fue igual a 15.2
(sd=2.1) y para la escala de mentira el promedio fue igual a 15.2 (sd=2.2),
finalmente en preocupaciones sociales el promedio obtenido en los encuestados fue
41
de 10.8 (sd=1.7); Los datos anteriores pueden verse en la Tabla 5 Escala de
Ansiedad y Sub-escalas que está posteriormente.
Tabla 5.
Escala de Ansiedad y Sub-escalas
Promedio
Desviación
estándar Min Máx
Ansiedad Total 40.7 4.3 30 50
Ansiedad Fisiológica 14.6 2.1 10 20
Inquietud/
Hipersensibilidad
15.2 2.2 11 19
Preocupaciones
Sociales/Concentración
10.8 1.7 7 14
Mentira 12.7 2.1 9 18
Teniendo en cuenta lo mencionado en la tabla anterior y en la descripción de
la misma, se puede evidenciar que los niños y niñas de los grados 2°, 3°, 4° y 5° de
la institución educativa presentan altos niveles de ansiedad total.
Al analizar la ansiedad y cada una de las sub-escalas de acuerdo al grado
escolar, se observa en el caso de la ansiedad total que para los estudiantes de 2°
grado el promedio fue igual a 39.7 (sd=5.4), en 3° grado se obtuvo un promedio de
40.9 (sd=3.3), en 4º esto fue igual a 40.5 (sd=3.9), finalmente en 5º se obtuvo el
promedio más alto igual a 41.7 (sd=4.7). Adicionalmente se halló que no existían
diferencias significativas (p> 0.05), entre la ansiedad general evaluada de acuerdo
al grado escolar de los participantes. Estos resultados se aprecian en la Tabla 6
Ansiedad total por grado que está a continuación.
42
Tabla 6.
Ansiedad total por grado
Grado Promedio Desviación
estándar Valor p
2 39.7 5.4 0.47
3 40.9 3.3
4 40.5 3.9
5 41.7 4.7
En los resultados mencionados en la tabla se demuestra que la mayoría de
los niños participantes presentan altos niveles de ansiedad, en los que además se
puede ver que esta es mayor en los de 5° grado, seguidos por los de 4°, 3° y
finalmente 2° grado.
Al analizar la ansiedad fisiológica de acuerdo al grado escolar, datos que se
observan en la Tabla 7 Sub-escala Ansiedad Fisiológica por grado, se observa en el
caso de los estudiantes de 2° grado el promedio fue igual a 14.6 (sd=2.1), en 3°
grado se obtuvo un promedio de 14.2 (sd=1.7), en 4° esto fue igual a 14.8 (sd=2.3),
finalmente en 5° se obtuvo el promedio más alto igual a 15 (sd=2.0). No se hallaron
diferencias con significancia estadística (p>o.05) en ansiedad fisiológica, según los
grados escolares de los participantes.
43
Tabla 7.
Sub-escala Ansiedad Fisiológica por grado
Grado Promedio Desviación
estándar Valor p
2 14.6 2.1 0.63
3 14.2 1.7
4 14.8 2.3
5 15.0 2.0
En la tabla realizada se evidencia que todos los grados se encuentran en
rangos similares con respecto a la ansiedad fisiológica, además los resultados
arrojados se encuentran debajo del promedio. Esto quiere decir las manifestaciones
fisiológicas de la ansiedad, se presentaron con menor frecuencia entre los menores
participantes, y aunque se observaron algunas leves diferencias de acuerdo a grado
escolar, dichas diferencias no fueron significativas.
Respecto a la inquietud/hipersensibilidad de acuerdo al grado escolar, se
observa para los estudiantes de 2° grado el promedio fue igual a 14.9 (sd=2.7), en
3° grado se obtuvo el promedio más alto igual a 15.6 (sd=2.0), en 4° esto fue igual
a 15.0 (sd=1.8), finalmente en 5° el promedio fue igual a 15.3 (sd=2.0). Estos datos
pueden verse en la siguiente Tabla 8 Sub-escala Inquietud/Hipersensibilidad por
grado. De igual manera, no se hallaron diferencias significativas (p>o.05) en los
promedios de inquietud/hipersensibilidad de acuerdo al grado escolar.
44
Tabla 8.
Sub-escala Inquietud/Hipersensibilidad por grado
Grado Promedio Desviación
estándar Valor p
2 14.9 2.7 0.62
3 15.6 2.0
4 15.0 1.8
5 15.3 2.0
En la tabla consignada se evidencia que todos los grados se encuentran en
rangos similares con respecto a la inquietud/hipersensibilidad, sin embargo no se
encuentran porcentajes considerables con respecto a dicha sub-escala, aunque se
pude decir que los participantes que se encuentran en el grado 3° puntúan un poco
más alto que los otros grados.
Para la sub-escala preocupaciones sociales de acuerdo al grado escolar, se
halló que el promedio fue mayor para 4º. Grado (13,9; sd=2.3), seguido de 3° grado,
(12.8; sd=1.9), después, 5º grado (12.2; sd=1.9), y finalmente, 2º grado (11.5;
sd=1.2). Estos datos están en la Tabla 9 Sub-escala Preocupaciones
sociales/Concentración por grado posterior. En este caso las diferencias
porcentuales entre los participantes de acuerdo al grado escolar, si eran
estadísticamente significativas (p>0.05).
45
Tabla 9.
Sub-escala Preocupaciones sociales/Concentración por grado
Grado Promedio Desviación
estándar Valor p
2 11.5 1.2 0.0001
3 12.8 1.9
4 13.9 2.3
5 12.1 1.9
En esta tabla se evidencia una diferencia significativa en las preocupaciones
sociales y concentración de los participantes. Igualmente se aprecia que dichas
preocupaciones son mayores en el grado 4°.
Para la mentira, datos presentados en la Tabla 10 Sub-escala Mentira por
grado se observó en los estudiantes de 2° grado el promedio fue igual a 10.2
(sd=1.8), en 3° grado se obtuvo un promedio de 11.0 (sd=1.7), en 4° fue el promedio
fue igual a 10.8 (sd=1.3), finalmente en 5° se obtuvo el promedio más alto igual a
11.3 (sd=1.6). No existen diferencias estadísticamente significativas en la escala de
la mentira según el grado escolar de los participantes (p>0.05).
Tabla 10.
Sub-escala Mentira por grado
Grado Promedio Desviación
estándar
Valor p
2 10.2 1.8 0.12
3 11.0 1.7
4 10.8 1.3
5 11.3 1.6
46
Vale recordar que el propósito de esta escala es determinar la
verdad/falsedad de los datos suministrados por los participantes, con lo cual se
puede afirmar que si bien son confiables, hay mayor probabilidad de falsedad en los
grados 3° y 5°.
Después de conocer los resultados obtenido en cada una de las tablas y las
descripciones de cada una de las sub.-escalas de ansiedad, es importante
mencionar que se evidencia que la mayoría de los porcentajes más altos en las sub-
escalas los presenta el grado 5°, lo cual se constituye en evidencia de que los
participantes cursando dicho grado escolar presentan los niveles más altos e
ansiedad.
En cuanto a la ansiedad según el sexo, datos que se aprecian en la Tabla 11
Ansiedad total por sexo, los hombres y las mujeres obtuvieron promedios similares.
Para ellos, 40.4 (sd= 4.6), y para ellas, 40.8 (sd= 0.6), los cuales no eran diferentes
con significancia estadística (p>o.05).
Tabla 11.
Ansiedad total por sexo
Grado Promedio Desviación
estándar Valor p
Masculino 40.4 4.6 0.59
Femenino 40.8 0.6
En relación con las sub-escalas, para la ansiedad fisiológica también se
observaron promedios similares para hombres (14.3; sd=0.3) y mujeres (14.9;
sd=0.3), sin diferencias estadísticamente significativas entre ellos (p>0.05).
47
Tabla 12.
Sub-escala Ansiedad Fisiológica por sexo
Grado Promedio Desviación
estándar Valor p
Masculino 14.3 0.30 0.13
Femenino 14.9 0.30
Con respecto a la sub-escala inquietud, hombres y mujeres puntuaron
igualmente promedios similares, (15.3; sd=0,34; 15.0; sd=0.27), no habiendo por
tanto diferencias significativas (p>0.05) entre ellos. Estos datos pueden verse en la
Tabla 13 Sub-escala Inquietud/Hipersensibilidad por sexo.
Tabla 13.
Sub-escala Inquietud/Hipersensibilidad por sexo
Grado Promedio Desviación
estándar Valor p
Masculino 15.3 0.34 0.67
Femenino 15.0 0.27
Con respecto a la sub-escala preocupaciones sociales/concentración, los
promedios obtenidos se comportaron de manera similar a las sub-escalas
anteriores, es decir muy similares, sin diferencias significativas (p>0.05) entre
ambos (10.8; sd=0.22. y, 10.7; sd= 0.24). Los promedios se observan en la Tabla 14
Sub-escala Preocupaciones sociales/concentración por sexo que está a
continuación.
48
Tabla 14.
Sub-escala Preocupaciones Sociales/Concentración por sexo
Grado Promedio Desviación
estándar Valor p
Masculino 10.8 0.22 0.93
Femenino 10.7 0.24
En la sub-escala de mentira descrita en la Tabla 15 se apreciaron promedios
similares entre hombres y mujeres siendo levemente mayores en las mujeres, pero
aún sin diferencias estadísticamente significativas (p>0.05). Entre ellos (12.5;
ds=0.34 hombres; 15.0; sd=0.26 mujeres).
Tabla 15.
Sub-escala Mentira por sexo
Grado Promedio Desviación
estándar Valor p
Masculino 12.5 0.34 0.52
Femenino 15.0 0.26
Después de conocer las tablas y descripciones de las mismas, con respecto
a la ansiedad y sexo, se puede decir que aunque las diferencias entre el sexo
masculino y femenino no son significativas, es importante mencionar que en la
mayoría de los casos el sexo femenino puntúa un poco más alto en los resultados
obtenidos. Con excepción de las sub-escalas Inquietud/Hipersensibilidad y
Preocupaciones Sociales/Concentración, en las cuales es levemente superior la
puntuación masculina.
49
A continuación se describen los resultados obtenidos para la variable prácticas de
crianza:
4. Practicas Parentales
En términos de las prácticas de crianza, puntualmente en la categoría
afecto/comunicación, datos que se aprecian en la Tabla 16 Categoría
afecto/comunicación, se dieron resultados con puntuaciones muy similares altas
(50%) y bajas (52), en las madres participantes.
Tabla 16.
Categoría Afecto/Comunicación
Afecto
Comunicación Frecuencia Porcentaje
Baja 52 50.98
Alta 50 49.02
Total 102 100
Teniendo como base la tabla mencionada, se puede evidenciar que la
mayoría de las madres puntúan en la categoría afecto/comunicación como bajo, lo
cual quiere decir que en la crianza que están impartiendo dichas madres no se
expresa de manera adecuada el cariño o no se tienen manifestaciones de afecto
hacia el niño y además no existe una comunicación asertiva y directa con respecto a
las normas y reglas que se instauran.
Comportamiento similar se obtuvo en los resultados de la categoría
control/exigencia que están consignada en la Tabla 17 en la cual se observó mayor
frecuencia en puntuaciones bajas (58) que en las altas (44). Es decir, más madres
(56%) se reconocen con bajo control/exigencia en sus prácticas parentales.
50
Tabla 17.
Categoría Control/Exigencias
Control/Exigencia Frecuencia Porcentaje
Baja 58 56.86
Alta 44 43.14
Total 102 100
Con respecto a la Tabla mencionada, se identifican que las madres puntúan
con bajo control/exigencia en sus prácticas parentales, lo cual implica que en el
momento de criar a sus hijos no ponen límites, normas y reglas y de igual manera,
no ejerce una adecuada supervisión a los comportamientos de sus hijos. Tampoco
tienen con ellos altos niveles de exigencia.
Teniendo en cuenta las tablas y descripciones mencionadas, es importante
resaltar que en las dos categorías las madres puntúan bajo, lo cual quiere decir que
las madres tienen pocas manifestaciones de afecto con sus hijos y adicionalmente
su comunicación con ellos no es adecuada
Asimismo, se evidencia una baja puntuación en la categoría de exigencias y
el control que ejercen sobre las mismas, esto quiere decir que hay pocos límites y
claridad en ellos o las hay pero no son coherentes, lo cual se puede relacionar con
la categoría nombrada anteriormente puesto que si no existe una comunicación
asertiva de los pensamientos, ideas y sentimientos no se puede establecer control,
dominio y exigencia de lo que quieren trasmitir y la pauta que pretenden instaurar.
A continuación se lleva a cabo la reclasificación de las dimensiones o
categorías de las pautas de crianza, para determinar los estilos de crianza de las
madres participantes, para lo cual, como se señaló en el instrumento, se cruzarán
las sub-escalas con su clasificación en alto o bajo (ver página 33).
51
Tabla 18.
Frecuencias de Estilos Parentales
Estilos
parentales Frecuencia Porcentaje
Negligente 36 35.29
Permisivo 22 21.57
Autoritario 16 15.69
Con Autoridad 28 27.45
Total 102 100
Una vez clasificadas las prácticas de crianza, como se ve en la Tabla 18 las
madres de los participantes tenían predominantemente un estilo de crianza
negligente (35.3%), seguido de estilo con autoridad (27.5%), posteriormente por el
estilo permisivo (22%), y en menor porcentaje (16%), autoritario. Según los datos
arrojados se refleja en mayor medida un estilo de crianza negligente por parte de las
madres de los niños.
Una vez señalados los estilos parentales de las madres participantes, se
presentan los resultados de la posible relación entre estos y la ansiedad infantil.
Con respecto a la ansiedad total, se observó que el 69% de los participantes
cuyas madres clasificaron como negligentes, presentan ansiedad baja. El 59% con
madres de estilo permisivo, también presentan ansiedad baja, así como el 75% de
participantes con madres de estilo autoritario. A su vez, 57% de aquellos con
madres de estilo con autoridad, mostraron alta ansiedad total. No se hallaron
diferencias estadísticamente significativas entre estos resultados (p>0.05). Los
datos anteriores se aprecian en la Tabla 19 Ansiedad total y Estilos parentales.
52
Tabla 19.
Ansiedad total y Estilos parentales
Ansiedad total
Estilos
parentales Baja Alta Total
Negligente 25 11 36
% 69.44 30.56 100
Permisivo 13 9 22
% 59.09 40.91 100
Autoritario 12 4 16
% 75 25 100
Con Autoridad 12 16 28
% 42.86 57.14 100
Total 62 40 102
60.78 39.22 100
En la Tabla descrita anteriormente se puede evidenciar que en el momento
de relacionar la variable ansiedad total con estilos parentales, el estilo de crianza
con mayores puntuaciones en ansiedad corresponde al negligente.
En cuanto a la ansiedad fisiológica, se puede ver que quienes tienen madres
con estilo negligente, tienen baja ansiedad fisiológica (55.6%). El 59% de los que
tienen madres con estilo permisivo, también puntúan ansiedad fisiológica baja. De
igual manera, el 52% con madres de estilo parental con autoridad, presentan baja
ansiedad fisiológica. A su vez, el 50% con madres de estilo con autoridad presentan
ansiedad fisiológica alta. Tampoco para este tipo de ansiedad se encontraron
diferencias con significancia estadística entre los resultados (p>0.05). Esta
información se puede ver en la Tabla 20 Ansiedad fisiológica y Estilos parentales.
53
Tabla 20.
Ansiedad Fisiológica y Estilos parentales
Ansiedad Fisiológica
Estilos
parentales Baja Alta Total
Negligente 20 16 36
% 55.56 44.44 100
Permisivo 9 13 22
% 40.91 59.09 100
Autoritario 10 6 16
% 62.5 37.5 100
Con Autoridad 14 14 28
% 50 50 100
Total 53 49 102
51.96 48.04 100
En esta Tabla se observa que el estilo de crianza que más se presentan al
momento de relacionarlo con ansiedad fisiológica es el estilo negligente. No
obstante el estilo que menos puntúa en las madres encuestadas fue el estilo
autoritario.
El análisis de estilos parentales y resultados en inquietud mostró que el 64%
de quienes tienen madres con estilos negligentes presentan baja inquietud. De igual
manera, el 54% de cuyas madres tienen estilo permisivo, presentaron baja inquietud
y, también el 52.5% con madres de estilo autoritario, presentaron dicha inquietud
baja. Por el contrario, el 64.3% de madres con estilo con autoridad, presentan alta
inquietud. Tampoco en estos resultados se encontraron diferencias
estadísticamente significativas (p>0.05). Esta información se puede ver en la Tabla
21 Inquietud/hipersensibilidad y Estilos parentales.
54
Tabla 21.
Inquietud/Hipersensibilidad y Estilos Parentales
Inquietud
Estilos
parentales Baja Alta Total
Negligente 23 13 36
% 63.89 36.11 100
Permisivo 12 10 22
% 54.55 45.45 100
Autoritario 10 6 16
% 62.5 37.5 100
Con Autoridad 10 18 28
% 35.71 64.29 100
Total 55 47 102
Con relación a la Tabla 21 anterior se puede comentar que los participantes
cuyas madres presentan estilo de crianza con autoridad, tienen las más altas
puntuaciones en inquietud/hipersensibilidad, mientas que aquellos cuyas madres
tienen un estilo negligente, presentan los porcentajes más bajos en dicha escala.
Con respecto a la relación de estilos de crianza y preocupaciones
sociales/concentración, datos que están en la Tabla 22 se observó que el 61.1% de
aquellos con madres de estilo negligente tienen bajos puntajes en preocupaciones
sociales/concentración: el 72,7% con madres de estilo permisivo también presentan
puntuaciones bajas en preocupaciones sociales/concentración, así como el 62.5%
de quienes sus madres tienen estilos autoritarios. Para esta escala, contrario a las
anteriormente informadas, el 64,3% de participantes con madres de estilo con
autoridad, también presentan bajas preocupaciones sociales/concentración. Al igual
que en las escalas anteriores, no se hallaron diferencias estadísticamente
significativas entre los resultados.
55
Tabla 22.
Preocupaciones Sociales/Concentración y Estilos Parentales
Preocupaciones
Estilos
parentales Baja Alta Total
Negligente 22 14 36
% 61.11 38.89 100
Permisivo 16 6 22
% 72.73 27.27 100
Autoritario 10 6 16
% 62.5 37.5 100
Con Autoridad 18 10 28
% 64.29 35.71 100
Total 66 36 102
En esta tabla se hace evidente que el estilo de crianza de las madres
relacionado con la sub-escala de preocupaciones sociales/concentración, es el
estilo negligente y el estilo que se presenta en menores porcentajes es el estilo
autoritario.
Finalmente y como se observa en la Tabla 23, para todos los estilos
parentales de las madres, los participantes puntúan bajo en la escala de mentira
(55.6% de participantes con madres de estilo negligente; 59% con madres de estilo
permisivo; 50% con madres de estilo autoritario y 57.1% con madres de estilo con
autoridad). Tampoco en esta ocasión hubo diferencias estadísticamente
significativas entre los resultados (p>0.05).
56
Tabla 23.
Mentira y Estilos parentales
Mentira
Estilos
parentales Baja Alta Total
Negligente 20 16 36
% 55.56 44.44 100
Permisivo 13 9 22
% 59.09 40.91 100
Autoritario 8 8 16
% 50 50 100
Con Autoridad 16 12 28
% 57.14 42.86 100
Total 57 45 102
Al momento de establecer la relación entre la sub-escala mentira con estilos
parentales se observa que fueron mayores los porcentajes para aquellos con
madres de estilo negligente, y menores, correspondieron a las madres con estilo
autoritario.
Finalmente es importante mencionar que según las tablas expuestas
anteriormente se evidencia que el estilo parental que más puntuaron las madres fue
el estilo negligente, asociado puntualmente a la alta ansiedad de los niños.
A continuación se presenta una tabla resumen con todos los resultados
referidos a la relación entre estilos de crianza y resultados de ansiedad (Tabla 24
Relación entre estilos de crianza y Ansiedad).
En esta tabla se puede evidenciar los resultados obtenidos a nivel de
frecuencia (F) y porcentaje (%) tanto alto como bajo, esto se realiza por cada estilo
de crianza y cada sub-escala de ansiedad, en este orden ideas en el estilo de
57
crianza con autoridad (CA), se puede evidenciar que se presenta una alta frecuencia
en las sub-escalas Preocupaciones Sociales/Concentración y Mentira,
seguidamente el estilo autoritario (A), obtuvo mayor frecuencia en la sub-escala
Ansiedad total, posteriormente se encuentra el estilo permisivo, el cual puntúa alta
frecuencia en las sub-escalas Ansiedad total, Inquietud/Hipersensibilidad,
Preocupaciones Sociales y Mentira, finalmente se encuentra el estilo negligente (N),
donde se encuentra que las frecuencias más altas se evidencian en las sub-escalas
Ansiedad total, Ansiedad Fisiológica, Preocupaciones Sociales/Concentración y
Mentira.
Según lo mencionado previamente se puede evidenciar que el estilo de
crianza que predomina en cada una de las tablas y las correlaciones es el estilo de
crianza negligente, lo cual quiere decir que las madres se caracterizan por tener
poca restricción y normatización, carencia de disciplina y exigencias, reglas y
límites. Además significa escasa comunicación clara, directa, y de igual manera,
escasas manifestaciones de afecto, lo cual se encuentra en consonancia con las
dos categorías que expone el instrumento que mide prácticas de crianza, ya que los
resultados arrojados demuestran que los niveles de afecto/comunicación y
control/exigencias son bajos.
58
Tabla 24.
Relación entre Estilos de Crianza y Ansiedad
RELACIÓN ESTILOS CRIANZA Y ANSIEDAD
ESTILO ANSIEDAD TOTAL A. FISIOLÓGICA INQUIETUD/
HIPERSENSIBILIDAD PREOCUPACIÓN/ CONCENTRACIÓN
MENTIRA
CA
Alta Baja Alta Baja Alta Baja Alta Baja Alta Baja
F % F % F % F % F % F % F % F % F % F %
12 42.8 16 57.1 14 50 14 50 10 35.7 18 64.2 18 64.2 10 35.7 16 57.1 12 42.8
A
Alta Baja Alta Baja Alta Baja Alta Baja Alta Baja F % F % F % F % F % F % F % F % F % F % 12 75 4 25 10 62.5 6 37.5 10 62.5 6 37.5 10 62.5 6 37.5 8 50 8 50
P
Alta Baja Alta Baja Alta Baja Alta Baja Alta Baja F % F % F % F % F % F % F % F % F % F % 13 59.0 9 40.9 9 40.9 13 59.0 12 54.5 10 45.4 16 72.7 6 27.2 13 59.0 9 40.9
N Alta Baja Alta Baja Alta Baja Alta Baja Alta Baja
F % F % F % F % F % F % F % F % F % F % 25 69.4 11 30.5 20 55.5 16 44.4 23 63.8 13 36.1 22 61.1 14 38.8 20 55.5 16 44.4
59
DISCUSIÓN
El presente estudio quiso analizar la relación existente entre prácticas de
crianza y presencia de síntomas de ansiedad infantil, en una muestra conformada
por menores y 102 madres, en quienes se aplicaron los cuestionarios Children’s
Manifest Anxiety Scale (CMAS – R) y Escala de Evaluación de Estilos Educativos
(4Er), a fin de medir dichas variables y su probable relación.
Teniendo como primer objetivo específico identificar indicadores de ansiedad
en los niños, con respecto a la ansiedad se encontró que los participantes
obtuvieron una puntuación de 40.7 (ds=4.3), siendo esta un puntuación alta, es
importante resaltar la prevalencia, según Kessler et al., (2005), la ansiedad es uno
de los trastornos de mayor prevalencia dado que se estima que el 13,6% a 29,8%
de la población padecerá un trastorno de ansiedad a lo largo de su vida. Así mismo
un estudio realizado por Torres, et al., (2010) donde se encontró que el 13% de los
niños en un rango de edad entre 9 y 17 habían padecido algún trastorno de
ansiedad, estos porcentajes son interesantes porque nos permiten comparar los
resultados obtenidos con las cifras mundiales, y constatar la prevalencia de estos
rasgos de ansiedad.
Según esta prevalencia en los rasgos de ansiedad, se podría hipotetizar que
parte de estas cifras pudiera estar relacionada por las preocupaciones sobre el
contexto, sus habilidades físicas, intelectuales, lo que piensen sus pares e incluso
situaciones económicas, haciendo que estos niños desgasten una gran parte de su
tiempo en situaciones reales o imaginarias que aún no han ocurrido, como lo
señalan Barkley y Mash (2003); así mismo puede estar explicada por el afecto
60
negativo, es decir, el infante se muestra ansioso al no poder predecir ni controlar el
futuro y así no ser capaz de obtener los resultados que espera (Barlow, 2002).
Teniendo en cuenta la población objetivo de este estudio se encontró que el
50% de las familias vive con esposo e hijos, y que estas familias en su mayoría
están conformadas en unión libre (59%) y al ser este tipo de estructura familiar un
ideal en la formación de los niños, es interesante cuestionar el alto nivel de ansiedad
de estos, pudiéndose explicar quizá por algunos factores contextuales como
dinámica familia (tiempos, cuidados, roles, entre otros) y el estrato socio -
económico bajo, pues según MACMH (2010) las condiciones económicas
restringidas y las situaciones conflictivas en el hogar aumentan el riesgo de que se
presente la ansiedad.
Respaldando la idea anterior, los autores Aracena, Balladares, Román y
Weiss (2002), Montoya (2011), Gómez, López y Tandeoy (2012) y Pulido, Castro-
Osorio, Peña y Ariza-Ramírez (2013), sustentan que este contexto familiar,
entendiéndose como conflictos constantes entre padres/cuidadores e hijos, la
ausencia de lazos afectivos, el descuido o abandono y condiciones económicas
precarias generar en primer lugar una crisis y posteriormente un desequilibrio
emocional que puede dar lugar a la presencia de factores estresantes y la aparición
de rasgos de ansiedad.
Por otra parte Rodríguez (2005), encontró que otro factor relacionado a la
ansiedad infantil es el ámbito académico, definiéndose este como las dificultades
escolares, accidentes en el colegio, discusión o pleitos con compañeros que están
directamente relacionados con la posible aparición de rasgos de ansiedad. En este
punto es importante mencionar que al estar inmersas en la aplicación de las
pruebas a los menores se observó falta de compañerismo, burlas e incluso
agresividad entre ellos, factores que pueden estar relacionados con la puntuación
de ansiedad total de los menores.
Respecto a la ansiedad fisiológica se encontró que la población puntúa en
14.6 (ds=2.1) en un rango de mínimo 10, máximo 20, siendo este un puntaje
61
promedio, lo cual quiere decir que la reacción de los menores frente a las
situaciones ansiogenas son relativamente normales, es decir acordes con lo
esperado; a partir de esto se puede concluir que los participantes a pesar de tener
un alto grado de ansiedad, su correlato fisiológico no es el principal referente a la
misma, es decir, se presentan reacciones fisiológicas que están dentro de lo
esperado para menores de sus rangos etéreos.
Acerca de la sub-escala de inquietud, el puntaje total de los niños fue de
15.2, resultado que está por encima de la media indicando que los menores
presentan un grado considerable de preocupaciones por las situaciones o eventos
de su ambiente que en la mayoría de los casos son sobredimensionadas por los
menores.
A su vez la sub-escala de preocupaciones sociales tiene una puntuación
media (10.8), que está relacionada con miedo de los menores hacia sus relaciones
sociales, que repercuten en la atención y concentración, en este punto es
importante comentar que al aplicar las pruebas se observaron unas condiciones
locativas poco favorables para el aprendizaje (salones en barro, calor, desorden,
hacinamiento, falta de atención de los adultos a cargo, alimentación precaria), este
tipo de infraestructura y condiciones no aptas, según Román y Weiss (2002),
Montoya (2011), Gómez, López y Tandeoy (2012) y Pulido, Castro-Osorio, Peña, y
Ariza-Ramírez (2013) pueden causar en el niño un desequilibrio emocional.
Se podría concluir que las condiciones en el contexto de estos niños
podrían ser un factor de riesgo al que se le puede atribuir estos indicadores de
ansiedad infantil desde el modelo de Bronfenbrener (1987) ya que permite ver con
claridad que los resultados adaptativos o inadaptativos en el desarrollo infantil,
dependen del inter juego de numerosas variables procedentes de múltiples
contextos y entornos, que se relacionan entre sí.
Así que valdría la pena explorar de manera puntual, el efecto de estas
condiciones mencionadas, en niños y niñas con condiciones similares, de manera
62
que se pueda hacer más clara dicha relación entre ellas y los resultados de
ansiedad, así como los mecanismos por los cuales esto ocurre.
Otro de los resultados obtenidos está referido a la edad y su relación con la
presencia de ansiedad en la muestra. Particularmente se encontró que hay mayor
frecuencia de síntomas de ansiedad en los participantes de entre los 11 y 12 años
de edad, esto se puede ver reflejado en que son los niños de mayor edad, tienen un
mayor grado de conciencia sobre su entorno social, su vida familiar, su desempeño
académico y su contexto en general, adicional Kessler (2007), encontró que la edad
de aparición de los trastornos es aproximadamente a los 11 años, teniendo esto
total relación con los participantes de grado quinto.
Por otra parte, respecto al sexo de la muestra no se encontraron diferencias
significativas, contrario a numerosos hallazgos como el estudio de Torres, et al.,
(2010) que indica que se presenta mayor porcentaje de ansiedad en las niñas. Este
resultado llama la atención, ya que la muestra estuvo relativamente homogénea en
su composición en cuanto al sexo de los participantes.
El segundo objetivo específico de esta investigación fue determinar las
prácticas de crianza que usan los padres con sus hijos, definiendo crianza como las
actitudes y comportamientos de los padres y la influencia de estos en la formación
de sus hijos.
Se observó un predominio de estilo materno de crianza negligente, seguido
del estilo con autoridad, y posteriormente del estilo permisivo, y, el de menor
puntuación entre las participantes fue el autoritario.
Teniendo en cuenta que la puntuación más alta fueron padres negligentes,
es importante resaltar que este estilo de crianza según Baumrind (1967), son en su
mayoría padres que se muestran indiferentes frente a las necesidades de cuidado
de sus hijos, estando ausentes en su proceso de desarrollo, este tipo de padres
pueden fomentar en sus hijos baja autoestima y poca confianza en sí mismos,
además de otros efectos emocionales y comportamentales adversos, lo que
63
coincide también con lo señalado por Anhalt (2008), que encontró que uno de los
detonantes de la ansiedad social surgía a partir de un estilo de crianza en el cual los
padres prestaban poca atención a sus hijos y sus necesidades.
Para complementar lo dicho anteriormente, Van der Bruggen, Stams,
Bo¨gels, Paulussen-HoogebooM (2012), hace énfasis en que los extremos de
emocionalidad en la crianza como indiferencia o sobreprotección, afectan la
autoestima infantil, produciendo como efecto, los trastornos estudiados, en el caso
de este estudio la indiferencia de los padres podría estar afectando directamente la
emocionalidad de los participantes y siendo una posible causante de sus rasgos de
ansiedad.
Este estilo de crianza negligente tiene como característica la poca atención
que los padres les prestan a sus hijos, y la posible percepción de rechazo de los
niños, lo cual es corroborado por Rodríguez (2005), quien identificó que algunas
emociones pueden convertirse en desencadenantes de ansiedad y están
relacionadas a la necesidad del menor de ser aprobado por su entorno; en este
mismo sentido Caballo y Simón (2004), plantearon también que el niño se describe
como perfeccionista, ávido para complacer a los demás y requieren la aprobación.
Al correlacionar esta gran necesidad de los menores de ser aprobados por sus
padres o contexto, se puede quizá evidenciar una de las causas de la alta
puntuación de ansiedad contrastada con el estilo de crianza predominante en este
estudio.
Este tipo de estilo parental, entonces está relacionado con la alta puntuación
en ansiedad infantil, pues al estar los menores en un hogar donde no se sienten
cuidados, pueden desarrollar mayores miedos sobre su entorno o experiencias
futuras, viéndose reflejado en una baja autoestima y poca confianza, que puede
hacer que la forma de evaluar el futuro sea de manera catastrófica, generando
ansiedad en su presente e interviniendo en su desarrollo.
Por otra parte, es interesante resaltar la puntuación obtenida respecto a los
padres con autoridad, pues no solo fue el segundo estilo de crianza materno con
64
mayor frecuencia, sino que fue la puntación más alta en lo referente a la sub-escala
de inquietud relacionada con prácticas de crianza. Este es un resultado atípico dado
que el estilo de crianza con autoridad es aquel en el cual los padres son cariñosos,
apoyan a sus hijos, y tienen normas claras apoyadas de razonamientos y
argumentos, con lo cual la alta puntuación en ansiedad de todos los menores,
hipotéticamente no debiera ser coherente con la teoría, dado que los resultados de
este estudio arrojan un porcentaje importante de madres con este estilo de crianza.
Estos resultados llevan hacia la posibilidad de preguntarse si las respuestas de las
madres coinciden realmente con sus estilos de crianza, lo cual lamentablemente no
puede ser estimado dado que la escala con la que se evaluaron sus prácticas de
crianza, no tiene manera de verificarlo.
Por otro parte cabe la posibilidad que al no haber podido estar presentes en
la aplicación de los cuestionarios a las madres estas no hayan entendido alguno de
los ítems o hayan sentido temor al ser juzgadas por sus respuestas.
Como conclusiones del estudio se encontraron otros factores
desencadenantes de rasgos de ansiedad infantil como los económicos, sociales
culturales, etc., que pueden influenciar al menor y preocuparlo de tal manera que
se vea afectado por ansiedad infantil.
En la presente investigación se halló el predomino del estilo negligente, lo
cual da paso a pensar que en ausencia de dichas prácticas de crianza adecuadas
por parte de las madres, la influencia relativa de otros factores como los
contextuales es mucho mayor de lo que pudiera ser frente a una crianza realmente
protectora como la con autoridad o incluso la permisiva.
Por este motivo esta investigación da peso a otros factores contextuales ya
que la relación entre estilos de crianza y ansiedad infantil al intentar establecer la
relación no se obtuvieron los resultados empírica y teóricamente esperados. Estos
otros factores toman gran relevancia, ya que como se ha venido señalando la
ansiedad no es unicausal y el peso relativo de los diversos factores asociados a su
aparición puede ser diferencial para cada individuo, probablemente habiendo más
65
influencias de factores como los contextuales, evidentes en esta muestra. Se podría
pensar que dichos factores deben ser incluidos para poder tener una perspectiva
más global de todos los factores asociados que operan simultáneamente.
Sería interesante entonces profundizar en otras categorías de investigación,
como los son condición socioeconómica, cultural, educativa y laboral parentales,
funcionamiento familiar, satisfacción marital, rendimiento escolar, entre otras, ya que
ellas permitirían tener una mayor comprensión del niño y en cierta medida de sus
padres o cuidadores.
Desde el modelo bioecológico de Bronfenbrenner (1994) está claro que esta
investigación se enmarca en el microsistema que es donde se encuentran las
relaciones familiares e individuales. Pero de acuerdo con los resultados, esta
investigación propone involucrar en la evaluación al exosistema que sería el nivel
donde están las instituciones, en este caso la escuela y adicionalmente, sería
interesante abarcar al macrosistema indagando las creencias culturales y sociales
que enmarcan los estilos de crianza actuales.
Es imprescindible mencionar que una de las limitaciones de este estudio
estuvo en que la única fuente de la cual se recopilaron los datos, fue la percepción
de las madres de los niños frente a su crianza, puesto que valdría la pena
contrastarla con la percepción que sus hijos tienen sobre sus estilos de crianza. Lo
mismo podría señalarse con respecto a la evaluación de ansiedad de los menores,
puesto que sería interesante tener en cuenta la percepción de otras personas
relacionadas como profesores o familiares cercanos.
Es indiscutible que para llevar a cabo estudios como este y que se obtengan
los resultados esperados, consistentes con el estado de las teorías al respecto, se
requiere la disponibilidad de instrumentos psicométricos idóneos, para lo cual se
contemplan dos alternativas: la estandarización de tests extranjeros o la
construcción de escalas para muestras nacionales, ya que el cuestionario 4er para
medir prácticas de crianza que se utilizó en el estudio para el caso puntual de esta
investigación no resulto ser el elemento de medición más idóneo en cuanto a la
66
medición de los estilos parentales ya que como se nombró anteriormente, hubiera
sido interesante contar una escala de mentira dentro del cuestionario, o en su
defecto, que contuviera preguntas que pudieran dar cuenta de la consistencia entre
las mismas, al ser formuladas varias veces al interior de dicho cuestionario. Además
valdría la pena valerse de otros instrumentos posiblemente de corte cualitativo en
aras de profundizar respecto a las dinámicas particulares subyacentes a las
prácticas de crianza y los resultados de ansiedad infantil, mediante entrevistas,
observación, y otras estrategias propias de esta metodología.
De igual manera sería importante, si se piensa en establecer relaciones entre
las variables, contar con muestras de mayor tamaño, y con selección al azar, que
faciliten ver con mayor nitidez las tendencias en la población objetivo para poder
afirmar con fundamento empírico que para este tipo particular de población no se
está cumpliendo el postulado de la relación entre ciertas prácticas de crianza y
ansiedad.
Además, es indispensable señalar la necesidad de que las escuelas diseñen
programas educativos que tengan en cuenta los resultados de ansiedad que están
presentando los niños por lo menos en esos grados comprendidos en la presente
investigaciones, puesto que como se señaló presentan unos niveles de ansiedad
importantes, hecho que puede estar incidiendo en todo su aprendizaje tanto a nivel
académico como a nivel social que es lo que se espera como producto de la
escolarización de los menores.
Se debe estar atentos a todos los síntomas de ansiedad puede ser un
insumo básico para los profesores que generan estrategias y manejo a todos esos
síntomas de ansiedad y así mismo trabajen con sus estudiantes en aras de
minimizar los efectos de la ansiedad de tal manera que cuando observen que estos
presentan amplia sintomatología relacionada con la ansiedad los refieran al equipo
psicoeducativo de cada una de las instituciones en mención.
Es además igualmente importante con la instituciones educativas
proporcionarles la información que se obtuvo de los tipos de prácticas de crianza de
67
las madres, pues como ya se ha mencionado en la introducción y en la discusión
dichas prácticas tuvieron mucha mayor prevalencia aquellas referidas al estilo
negligente que como bien se sabe y como han mostrado muchas otras
investigaciones para producir efectos importantes de tipo negativo sobre el
desarrollo y el bienestar de los menores.
Así mismo, teniendo en cuenta lo mencionado anteriormente, es necesario
que se focalicen en las escuelas de padres, ya que son una exigencia que realizan
todas las instituciones educativas se convierten en un escenario óptimo para que se
trabajen dichas prácticas de crianza con los padres de los alumnos de tal manera
que se pueda favorecer la consolidación de competencias que mejoren dichas
prácticas de crianza y con ello se desarrollen o fortalezcan muchos de los factores
protectores en los niños escolarizados, con los dato arrojados de esta investigación
como antecedente que den lugar a la creación de dicho programas y a la prevención
de la problemática.
Finalmente, la presente investigación plantea un modelo de programa
psicoeducativo diseñado desde lo encontrado, con el fin de que en la escuela se
creen programas de detección e intervención tempranas que ayuden tanto a padres
como a profesores a sensibilizarse frente al fenómeno, a identificar la problemática
contando con herramientas precisas que adicionalmente faciliten prevenirla en el
futuro, todo esto en búsqueda del desarrollo óptimo de los menores y de la
reducción de la alta prevalencia de la ansiedad infantil encontrada en este estudio.
De igual manera pretende promover en padres y cuidadores mejores prácticas de
crianza que sean igualmente útiles como protectores no solo de la ansiedad infantil,
si no de cualquier otro tipo de problemática clínica que pueda surgir como
consecuencia de tales prácticas parentales (Ver anexo 6).
68
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ANEXOS
ANEXO 1
CONSENTIMIENTO INFORMADO
Sr. (a) Padre/Madre.
Las estudiantes de pregrado de la Carrera de Psicología de la Pontificia Universidad
Javeriana de Cali, Lina María Delgado y Marcela Gómez, bajo la asesoría de la
docente-investigadora María Clara Cuevas, se encuentran realizando un estudio
que tiene como objetivo conocer cuál es la relación entre las pautas de crianza y el
desarrollo de la ansiedad infantil.
Si usted acepta participar en el estudio colaborará con responder al cuestionario
Escala de Evaluación de Estilos Educativos (4Er), y autorizará a su hijo/a para que
responda el cuestionario Escala de Ansiedad Manifiesta (CMAS-R). Ambos
cuestionarios requieren de más o menos 15 minutos para responder.
La información procedente del cuestionario quedará registrada y será utilizada por
los estudiantes de Psicología únicamente para los propósitos del estudio. Dicha
información se guardará bajo estricta confidencialidad y anonimato, asegurando que
no se incluya su nombre o cualquier indicativo que revele su identidad ni la de su
hijo/a. En caso de ser necesario, se le contactará nuevamente para ampliar
aspectos del cuestionario.
Su participación y la de su hijo/a será voluntaria y ustedes podrán terminar el
cuestionario en cualquier momento, solicitar el retiro de sus datos o abstenerse de
contestar algún ítem sin dar explicación alguna, sin que esto genere algún tipo de
inconvenientes para usted o su hijo/a. Participar en este estudio no tiene costo
alguno ni representará beneficios económicos.
Este estudio no representa riesgos para la salud, no se brindará ningún tipo de
medicamento o tomará ningún examen médico.
En caso de tener preguntas adicionales sobre el estudio puede contactar a los
estudiantes: Lina María Delgado (tel. 3104695314) y Marcela Gómez (tel.
3163283445) o a la Docente-Investigadora Maria Clara Cuevas (tel. 315 562 5999).
Con su firma usted certifica que ha leído el presente formato de consentimiento
informado, que le han sido resueltas todas sus preguntas satisfactoriamente, que
autoriza la participación de su hijo/a voluntariamente en el presente estudio y que
acepta que los datos del cuestionario sean utilizados para los propósitos señalados.
Acepta usted participar en el estudio: Si __ No __
Firma del participante: ________________________________
Nombre: _______________________________________
Cédula:_________________
Firmado en la Ciudad de Cali, el día ____ del mes de _____________________ de
2013.
Firma de quien toma el consentimiento
informado:_______________________________
Firma de la investigadora principal: _________________________________
ANEXO 2
ASENTIMIENTO INFORMADO
Niño/Niña
Las estudiantes de pregrado de la Carrera de Psicología de la Pontificia Universidad
Javeriana de Cali, Lina María Delgado y Marcela Gómez, bajo la asesoría de la
docente-investigadora María Clara Cuevas, se encuentran realizando un estudio
que tiene como objetivo conocer cuál es la relación entre las pautas de crianza y el
desarrollo de la ansiedad infantil.
Este documento de asentimiento informado es para niños entre los 9 y 14 años, que
asisten a la institución educativa y que se les invita a participar en la investigación
de prácticas de crianzas y su relación con la ansiedad infantil.
Le voy a dar información e invitarlo a que haga parte de este estudio de
investigación. Puede elegir si participa o no. Hemos discutido esta investigación con
tus padres/cuidador y ellos saben que le estamos preguntando a usted también para
su aceptación. Si vas a participar en la investigación, sus padres/cuidadores
también tienen que aceptarlo. Pero si no desea hacer parte de la investigación no
tiene porque hacerlo, aun cuando sus padres lo hayan aceptado.
Puedes discutir cualquier aspecto de este documento con sus padres o amigos o
cualquier otro con el que se sienta cómodo. Puede que haya algunas palabras que
no entienda o cosas que quiera que se las explique mejor porque está interesado o
preocupado por ellas.
Si usted acepta participar en el estudio colaborará con responder el cuestionario
Escala de Ansiedad Manifiesta (CMAS-R). Este cuestionario requiere de más o
menos 15 minutos responder.
La información procedente del cuestionario quedará registrada y será utilizada por
los estudiantes de Psicología únicamente para los propósitos del estudio. Dicha
información se guardará bajo estricta confidencialidad y anonimato, asegurando que
no se incluya su nombre o cualquier indicativo que revele su identidad ni la de su
hijo/a. En caso de ser necesario, se le contactará nuevamente para ampliar
aspectos del cuestionario.
Con su nombre usted certifica que ha leído el presente formato de asentimiento
informado, que le han sido resueltas todas sus preguntas satisfactoriamente, que
participará voluntariamente en el presente estudio y que acepta que los datos del
cuestionario sean utilizados para la investigación.
Nombre del niño/niña:
Firma del testigo _______________________
Fecha __________________
Día/mes/año
El Padre/madre/apoderado ha firmado un consentimiento informado _Si _No
ANEXO 3
LO QUE PIENSO Y SIENTO
(CMAS – R)
Cecil R. Reynolds. PhD y Sert O. Richmond, EdD
Nombre: _______________________________________ Fecha:
_________________
Edad: ________________ Sexo: F M
Instrucciones:
Aquí hay varias oraciones que dicen cómo piensan y sienten algunas personas
acerca de ellas mismas. Lee con cuidado cada oración, encierra en un círculo la
palabra SI, si piensas que así eres. Si piensas que no tiene ninguna relación contigo
encierra en un círculo la palabra NO. Contesta todas las preguntas aunque en
algunas sea difícil tomar una decisión. No marques SI y NO en la misma pregunta.
No hay respuestas correctas ni incorrectas. Sólo tú puedes decirnos como piensas y
sientes respecto a ti mismo. Recuerda, después de que leas cada oración,
pregúntate: “¿así y yo?” si es así encierra en un círculo SI. Si no es así, marca NO.
Puntuación natural Percentil
Puntuación T o
escalar
Total
1
11
111
M
1-Me cuesta trabajo tomar decisiones Si No
2-Me pongo nervioso (a) cuando las cosas no me salen como quiero Si No
3-Parece que las cosas son más fáciles para los demás que para mi Si No
4-Todas las personas que conozco me caen bien Si No
5-Muchas veces siento que me falta el aire Si No
6-Casi todo el tiempo estoy preocupado (a) Si No
7-Muchas cosas me dan miedo Si No
8-Siempre soy amable Si No
9-Me enojo con mucha facilidad Si No
10-Me preocupa lo que mis papas vayan a decir Si No
11-Siento que a los demás no les gusta como hago las cosas Si No
12-Siempre me porto bien Si No
13-En las noches, me cuesta trabajo quedarme dormido (a) Si No
14-Me preocupa lo que la gente piense de mi Si No
15-Me siento solo (a) aunque este acompañado (a) Si No
16-Siempre soy bueno Si No
17-Muchas veces siento asco o náuseas Si No
18-Soy muy sentimental Si No
19-Me sudan las manos Si No
20-Siempre soy agradable con todos Si No
21-Me canso mucho Si No
22-Me preocupa el futuro Si No
23-Los demás son más felices que yo Si No
24-Siempre digo la verdad Si No
25-Tengo pesadillas Si No
26-Me siento muy mal cuando se enojan conmigo Si No
27-Siento que alguien me va a decir que hago las cosas mal Si No
28-Nunca me enojo Si No
29-Algunas veces me despierto asustado (a) Si No
30-Me siento preocupado (a) cuando me voy a dormir Si No
31-Me cuesta trabajo concentrarme en mis tareas escolares Si No
32-Nunca digo cosas que no debo decir Si No
33-Me muevo mucho en mi asiento Si No
34-Soy muy nervioso (a) Si No
35-Muchas personas están contra mí Si No
36-Nunca digo mentiras Si No
37-Muchas veces me preocupa que algo me pase Si No
4Er (Palacios y Sánchez Sandoval, 2002)
Cuestionario contestado por Madre / Padre (rodee con un círculo lo que corresponda)
Edad: _______ Cargo: ________
El cuestionario que sigue a continuación contiene una serie de afirmaciones que tienen que ver con las
relaciones entre padres e hijos. Ninguna de las cosas que se dicen es verdadera ni es falsa;
sencillamente, usted estará más de acuerdo con unas cosas y más en desacuerdo con otras.
Para cada una de las 20 afirmaciones que siguen, díganos por favor si está MUY DE ACUERDO, DE
ACUERDO, NO ESTÁ SEGURO, EN DESACUERDO o MUY EN DESACUERDO. Para ello, ponga
una equis (x) en la columna que corresponda. Muchas gracias.
ANEXO 4
Muy de
Acuerdo
De
Acuerdo
No estoy
Seguro
En
Desacuerdo
Muy en
Desacuerdo
1. Quiero mucho a mi hijo, pero muchas veces
me cuesta demostrárselo MA A NNS D MD
2. A un niño de 2 a 5 años no hay que prohibirle
cosas; ya habrá lugar para prohibiciones
cuando sea mayor
MA A NS D MD
3. Si pido a mi hijo que haga algo y lo hace mal,
no le pido que se esfuerce más, ya que por lo
menos lo ha intentado
MA A NS D MD
4. Cuando mi hijo y yo empezamos a hablar de
algo, usualmente terminamos discutiendo MA A NS D MD
5. En cuestiones de disciplina, prefiero pasarme
por exceso antes que por defecto MA A NS D MD
6. En ocasiones estoy tan centrado en mis
propios asuntos que olvido expresarle a mi
hijo lo mucho que le quiero
MA A NS D MD
7. Trato de no exigir mucho a mi hijo para no
agobiarle.
MA A NS D MD
8. Si mi hijo hace algo bien, no le doy mucha
importancia, para que no se vuelva creído. MA A NS D MD
9. Como suele ocurrir en muchas familias, mi hijo
no tiene mucha confianza conmigo para
hablarme de sus cosas
MA A NS D MD
10. Un golpe o golpecito a tiempo resuelve
muchos problemas
MA A NS D MD
11. Trato de mostrarme siempre igual con mi hijo
para que no note si estoy contento o MA A NS D MD
disgustado con él
12. Si pongo a mi hijo una norma o le pido que
haga algo y él se niega, no tengo problema en
cambiarle la norma o pedirle otra cosa
MA A NS D MD
13. La disciplina que hay en mi casa se cumple sin
contradicciones
MA A NS D MD
14. No suelo preguntar a mi hijo por sus cosas; si
tiene algo importante que decirme, él sabe que
puede hacerlo
MA A NS D MD
15. Un buen castigo a tiempo vale más que tres
explicaciones MA A NS D MD
16. Procuro no ser muy afectuoso o afectuosa con
mi hijo para que no crezca mimado MA A NS D MD
17. Me entero antes de las cosas de mi hijo por lo
que me cuentan otras personas que a través
de mi hijo.
MA A NS D MD
18. Prefiero que mi hijo no se entere de mis
problemas, de mis preocupaciones. MA A NS D MD
19. Que el padre y la madre tengan criterios
educativos bastante distintos no es malo,
porque así los hijos se acostumbran a cosas
diferentes
MA A NS D MD
20. Trato de mostrar el cariño a mi hijo con los
hechos, pero no con las palabras, porque lo
que importa es lo que se hace y no lo que se
dice
MA A NS D MD
ANEXO 5
ENCUESTA SOBRE ESTRUCTURA FAMILIAR
La siguiente encuesta solo tiene propósitos académicos en los cuales se busca conocer la organización familiar para complementar la información, no se utilizara la información para ningún otro objetivo.
Nombre: _________________________________
Edad: ___
Grado que cursa su hijo: ___
Marque una X la respuesta que más se acerque a su realidad.
1. Estado Civil
Soltero Casado Divorciado Unión Libre Viudo
2. Estructura Familiar
Nuclear (padre, madre
e hijos)
Extensa (Madre, Padre hijos y otros )
Monoparental (Madre o
padre e hijos)
Ensamblada (Madre, padre e
hijos propios o de solo alguno de
ellos)
Homoparental (Madre, padre e hijo adoptado o no propio de la
pareja)
3. Número de Hijos
1 2 3 Más de 3, ¿Cuantos?
4. Número de personas con las que vive
1 2 3 Más de 3, ¿Cuantos?
5. Con quienes vive
A. Hijos
B. Esposo (a) e hijos
C. Esposo (a), hijos y abuelos
D. Esposo (a), hijos y hermanos
E. Esposo (a), hijos, abuelos y hermanos
F. Otros
Anexo 6
MARCO LÓGICO DE TALLER DE PRÁCTICAS DE CRIANZA PARA PREVENIR
ANSIEDAD INFANTIL.
Objetivo general – contribuir a la prevención de la ansiedad infantil en niños y niñas
de un Colegio público de la ciudad de Cali.
Objetivos
Específicos
Actividades
Indicadores
Medio de verificación
1. Identificar la influencia de los estilos de crianza en la ansiedad infantil. TIEMPO: 40 MINUTOS
- Se presentan las estudiantes de psicología al Grupo, mencionando nombre, universidad, semestre y tema a abordar. -Actividad rompe hielo; cada padre dirá su nombre y su ocupación. -Se hará un conversatorio con los padres, el objetivo es conocer qué expectativas tienen y las motivaciones para asistir. Para esto, cada padre dará respuesta a las preguntas: ¿qué expectativas tienen frente a la temática a abordar? Que conocen sobre la ansiedad infantil? - Posterior a esta actividad, se busca conocer la manera en que cada padre resuelve las situaciones conflictivas con sus hijos. Para esto, se le entregara a cada padre una hoja en blanco dividida en la mitad, la actividad consiste en que en un lado de la hoja escriban las situaciones difíciles en la crianza de sus hijos, y en el otro lado las soluciones que ellos le dan a esas dificultades. Al finalizar los padres que quieran compartirán en voz alta por lo menos una situación conflictiva y como la resolvería.
El 90% de los padres expresa sus expectativas frente al taller. El 90% de los padres realiza la actividad, escribiendo en cada hoja las situaciones conflictivas y sus soluciones, identificando así su forma particular resolverlas.
-Verificar por medio de una grabación en formato video, cada una de las expectativas que comenta cada padre de familia. -Verificar por medio de las situaciones o problemas que frecuenta al momento de criar a su hijo y como le da solución a esto.
2. Informar sobre la definición, causas y riesgos de la ansiedad infantil y su relación con las pautas de crianza. TIEMPO: 30 MINUTOS
- Presentar los diferentes estilos de crianza que existen y cuáles serían adecuadas para prevenir el Trastorno de Ansiedad infantil, relacionándolo con las respectivas formas de crianza. -Presentar el tema “Ansiedad Infantil” por parte de las estudiantes de psicología, (definición, caracterización, formas, síntomas, edad de aparición). El tema se presentara por medio de diapositivas y folletos. Con las diapositivas se pretende crear un apoyo visual para las estudiantes y para los padres, mientras que con el folleto se busca que cada padre se quede con la información más relevante y lo pueda llevar a su hogar.
-El 90% de padres conoce los diferentes estilos de crianza y como estos se relacionan con la ansiedad infantil. -El 90% padres comprende la definición, caracterización, formas, síntomas y edad de aparición del trastorno.
.-Se puede verificar que los padres conocen los diferentes estilos de crianza por medio de un ejemplo de cada estilo de crianza al final del tema. -Se puede verificar que los padres comprendieron la definición, caracterización, síntomas y edad de aparición de la ansiedad infantil por medio de preguntas relacionadas con el tema a dos o tres padres de familia, la intención es que nos cuenten cual fue la información que se acaba de dar.
3. Verificar los aprendizajes adquiridos en relación con las pautas de crianza y la ansiedad infantil. TIEMPO: 40 MINUTOS
- Presentar un fragmento de una documental que sensibilice y evidencie la problemática, posteriormente se realizará por medio de un caso la identificación de aspectos relacionados a la ansiedad y como la familia es fundamental en la crianza. ¿cómo creen que las prácticas de crianza pueden influir en el
-El 90% realizan el caso e identifican el estilo y su influencia en la ansiedad infantil.
-Verificar por medio de la resolución de las preguntas que los padres adquirieron los conocimientos sobre crianza y ansiedad infantil.
desarrollo de la ansiedad. Después de ver realizar el caso los padres se dividirán en parejas para que discutan entre ellos la relación existente entre la crianza y su influencia en la ansiedad A partir de la actividad anterior, cada padre debe identificar las características positivas y negativas de cada estilo de crianza, y entre todos escoger el estilo más apropiado para criar a sus hijos y prevenir el riesgo de ansiedad infantil. Para esto, se dividirán en parejas, cada pareja será encargada de uno de los estilos de crianza, identificando lo positivo y negativo de este, después deberán compartirlo con el resto del grupo y entre todos escoger el estilo más adecuado. El objetivo de la actividad será evidenciar los conocimientos sobre la crianza y reforzarlos, con el fin de que se logre la transferencia del aprendizaje, y posterior a esto los padres puedan extrapolar este conocimiento a sus hogares. Conversar con los padres respecto a las expectativas con las que llegaron y el conocimiento con el que se
-El 90% de los padres identifican las características positivas y negativas de cada estilo de crianza, y lo comparten de manera clara al resto de los padres. El 90% de los padres habla sobre su precepción de las actividades en referencia a que esperaban antes y que
-Por medio de la resolución del caso y la sustentación delante del grupo se puede verificar que los padres adquirieron las características positivas y negativas de cada estilo de crianza. -Se puede verificar la percepción sobre el taller por cada padre de familia por medio de un video el
va. Conversatorio entre los padres y las estudiantes de psicología. El objetivo es dar cuenta de las expectativas –vs- lo aprendido en el taller a modo de retroalimentación.
se llevan después del taller.
cual muestre la participación de cada padre.