Producción cinematográfica a escala regional. En busca de un modelo sustentable
en la era digital.
Raúl Bertone
Facultad de Ciencias de la Comunicación.
Universidad Abierta Interamericana. Sede Regional Rosario.
Resumen:
Son objetivos de este trabajo describir el modo de producción y comercialización de
largometrajes en el orden regional y analizar los resultados de la aplicación del modelo
nacional de producción industrial.
Se estudió en particular la última década (2000-2009) de producción cinematográfica en
la Provincia de Santa Fe, período al que se denominó industrial, abarcando una muestra
de 19 películas, producidas en las ciudades de Rosario, Santa Fe y Venado Tuerto. Se
realizaron 14 entrevistas a directores y productores y se consultó al área de fiscalización
del INCAA para la obtención de datos de taquilla.
Como producto de este trabajo se obtuvieron herramientas concretas, como un
Ranking de las recaudaciones de taquilla de las películas estudiadas, una fórmula para
calcular el punto de equilibrio en un largometraje nacional sometido al régimen de
fomento industrial y una tipología de los 4 modos productivos de largometrajes en la
región.
Palabras clave: Cine - Producción - Industria - Regional
1
Producción cinematográfica a escala regional. En busca de un modelo sustentable
en la era digital.
Índice de contenidos
Introducción
Producción de cine en la región
Funcionamiento del sector industrial
Particularidades de la escala regional
Conclusiones
Bibliografía
Introducción
Una de las misiones que tiene la asignatura Diseño y Producción Audiovisual II de la
carrera Producción y Realización Audiovisual, es incorporar el concepto de
Comercialización como parte indivisible del proceso de Producción audiovisual. Es en
ese contexto que aparece la problemática de la producción a escala regional, con sus
permanentes contradicciones irresueltas, como una preocupación del sector profesional
específico, que la cátedra comparte como contenido e incumbencia propia en el marco
del perfil del egresado.
El aporte que desde la investigación de cátedra puede hacerse a esta problemática es
asignarle sentido desde el encuadre tecnológico y científico. La pertenencia con la
temática de la asignatura adquiere más coherencia al comprobar que un cambio
tecnológico, como la aparición de las técnicas digitales impacta directamente en el
centro del sistema productivo, haciendo obsoleto un modelo de producción y
comercialización; lo cual redunda en la necesidad de estudiar, desde la ciencia, nuevos
métodos aplicables al problema integrando las disciplinas mencionadas.
El modelo productivo nacional está concebido como sistema cerrado, con subsidios a la
producción y al éxito de taquilla. Este sistema parte de un esquema de distribución
establecido en la época en que existía una gran cantidad de salas cinematográficas
distribuidas en todo el territorio, se producía menos cantidad de películas nacionales y
el público respondía con su presencia.
En la actualidad se producen más películas que en toda la historia del cine argentino; el
Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales - INCAA está sosteniendo con
subsidios la falta de público en la mayoría de las películas nacionales. El sistema tiende
2
a colapsar y a no encontrar respuestas o salidas para los pequeños productores, ya sean
de Buenos Aires o del resto del país.
En este marco es que se hace necesario revisar la concepción global del negocio
cinematográfico local, en busca de soluciones que eviten la frustración a la que se
somete cada equipo de productores, realizadores, técnicos, actores e inversores, cuando
se estrena una película hecha con gran esfuerzo y no obtiene los resultados de taquilla
esperados.
Más allá de que el éxito de público en un emprendimiento de base artística es muy
difícil de manejar y prever, el carácter industrial y los costos de producción hacen que
se deban manejar de antemano diversas variables a la hora de conseguir financiamiento;
una de ellas es, justamente, la respuesta del público.
A partir de un cambio tecnológico que posibilitó simplificar los recursos técnicos
necesarios para una producción industrial de cine, se han evidenciado cambios
trascendentes en la producción de películas de largometraje a escala regional. La
producción cinematográfica local y regional se ha incrementado notablemente en los
últimos diez años, tanto en sus aspectos cuantitativos como cualitativos. No obstante
ello, casi ninguno de los largometrajes producidos y estrenados ha alcanzado una
cantidad de público suficiente como para recuperar su costo y mucho menos para
producir ganancias.
Los resultados siempre ubican a estas producciones en la parte más baja de la escala de
recaudación por taquilla, desalentando a directores, productores, distribuidores,
exhibidores y público. Esta condición no es privativa de la producción regional;
también comprende a una buena parte de la producción cinematográfica nacional. No
obstante el estudio se limita a la escala productiva regional, tomando como principal
objeto de estudio a la producción cinematográfica local de largometraje.
Un aspecto común de estas producciones es su modelo de producción y distribución,
cuyas principales características son el bajo presupuesto y empobrecido lanzamiento
nacional. Es necesario estudiar profundamente la problemática para conocer el sistema
y poder determinar si el modo de producción es el adecuado para los propósitos del
desarrollo de un polo productivo audiovisual sustentable a escala regional.
Producción de cine en la región
La producción cinematográfica en la región que tiene a la ciudad de Rosario como
epicentro es tan antigua como el cine mismo. La región ha demostrado vocación de
3
productora audiovisual desde siempre. También ha impulsado con distintas suertes la
consolidación de una industria propia, recurriendo a la gran metrópoli solo para surtirse
de servicios que no se prestan en la región o de recursos humano de alta especialización
en algunas técnicas.
En este trabajo se estudia el último período de la producción local de largometrajes
industriales, que abarca la última década del siglo XX y la primera del siglo XXI, con
especial detenimiento en los diez años que pasaron entre 2000 y 2009.
No se consideran en las estadísticas -aunque se mencionan- los largometrajes que no
fueron estrenados comercialmente en salas de cine, ni las múltiples proyecciones,
formales o informales que una película tiene a lo largo de su existencia -lo cual sumaría
miles de otros espectadores- ni los espectadores que las ven en video o DVD. Cuando
hablamos de cantidad de espectadores nos referimos a los que compraron su entrada en
las boleterías de los cines, con boletos legales, y son registrados por la oficina de
fiscalización del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales. Son los que tributan
al Fondo de Fomento Cinematográfico y son los que cuentan a la hora de asignar los
correspondientes subsidios de fomento a la producción.
La información sobre el modo de financiamiento y otros detalles productivos, fueron
proporcionados por productores y/o directores de las películas estudiadas, en entrevistas
realizadas entre los años 2008 y 2009.
Las películas y sus autores
El período al que denominamos cine regional contemporáneo comienza a fines de la
década de 1980, con la producción de De Regreso: El país dormido, la ópera prima del
rosarino Gustavo Postiglione. En el mismo período Raúl Beceyro producía en la ciudad
de Santa Fe Nadie nada nunca, también ópera prima, basándose en la novela
homónima de Juan José Saer. El mismo Postiglione en 1997 continúa su serie con
Camino a Santa Fe, en el año 2000, estrena El asadito, la película que lo sacará
definitivamente del anonimato a Postiglione y también al cine rosarino.
En 2001, Rodrigo Grande, estrena Rosarigasinos. En el mismo año se estrenan dos
películas de autores santafesinos, Cicatrices de Patricio Coll y Ciudad sin luz de Juan
Carlos Arch. Al año siguiente reaparece Postiglione con El Cumple y Héctor Molina
estrena su ópera prima Ilusión de Movimiento. En 2003 el santafesino Diego Soffici
estrena Gerente en dos ciudades, Atilo Perín, de Venado Tuerto, Dar de Nuevo, en
4
2005 y Mario Piazza y Mónica Chirife Madres con ruedas en 2006. Esta última
estrenada en salas comerciales en DVD.
La producción continúa en 2007 con el estreno de seis películas producidas en los años
anteriores, todas en Rosario: ¿De quién es el portaligas?, de Fito Páez; La Peli, de
Gustavo Postiglione; La Soledad, de Maximiliano González; A cada lado, de Hugo
Grosso; Cine Negro, de Mariana Wenger y A dos tintas, de Walter Becker y Lucas Di
Santo. Estas dos últimas estrenadas comercialmente en DVD.
2009 también es un año de estrenos industriales: Días de mayo, de Gustavo Postiglione,
Cuestión de principios, de Rodrigo Grande, Regreso a Fortín Olmos, de Patricio Coll y
Jorge Goldemberg, y El ultimo verano de la Boyita, de Julia Solomonoff. Sobre fines
de 2009, al tiempo que se estrenada Último verano de la Boyita, Se conoció la
finalización de Andrés no quiere dormir la siesta, largo del santafesino Daniel
Bustamante, que no fue estrenada ese año.
La Tabla muestra la lista completa 1988-2010 de largometrajes industriales producidos
en la región que comprende a las ciudades de Rosario, Santa Fe y Venado Tuerto.
5
Año de estreno ** Año de producción. (n.e.) No estrenada comercialmente.
Fuente: Elaboración propia.
El cine regional contemporáneo
Denominamos cine regional contemporáneo al período que abarca las dos últimas
décadas. También es necesario aclarar, para comprender el motivo de la delimitación
final del objeto de estudio, que no puede considerarse a ese período como una unidad
homogénea, sino que está claramente dividido en dos partes.
A la primera etapa (1988-1999) la llamaremos preindustrial porque sus objetivos no
estuvieron puestos en un principio en el esquema de negocio de la producción y su
comercialización, sino que se dedicó un gran esfuerzo a logar terminar las películas,
contar una historia expresando algunas ideas y sentimientos, y por supuesto conocer
desde adentro el sistema de producción industrial, consolidado durante cien años para
producir desde Buenos Aires, con poco espacio para los productores y realizadores de
6
Título Director Localidad Año *
1 Nadie, nada nunca (n.e.) Raúl Beceyro Santa Fe 1988 **
2 De Regreso Gustavo Postiglione Rosario 1991
3 Música de Laura Juan Carlos Arch Santa Fe 1994 **
4 Camino a Santa Fe (n.e.) Gustavo Postiglione Rosario 1997 **
5 El Asadito Gustavo Postiglione Rosario 2000
6 Rosarigasinos Rodrigo Grande Rosario 2001
7 Cicatrices Patricio Coll Santa Fe 2001
8 Ciudad sin luz Juan Carlos Arch Santa Fe 2001
9 El Cumple Gustavo Postiglione Rosario 2002
10 Ilusión de Movimiento Héctor Molina Rosario 2002
11 Gerente en dos ciudades Diego Soffici Santa Fe 2003
12 Dar de nuevo Atilio Perín Venado Tuerto 2005
13 Madres con ruedas Mario Piazza y Mónica Chirife Rosario 2006
14 De quién es el portaligas Fito Páez Rosario 2007
15 La Peli Gustavo Postiglione Rosario 2007
16 La Soledad Maxi González Rosario 2007
17 A Cada Lado Hugo Grosso Rosario 2007
18 Cine Negro Mariana Wenger Rosario 2007
19 A dos tintas Walter Becker y Lucas Di Santo Rosario 2007
20 Días de Mayo Gustavo Postiglione Rosario 2009
21 Cuestión de principios Rodrigo Grande Rosario 2009
22 Regreso a Fortín Olmos Patricio Coll y Jorge Goldemberg Santa Fe 2009
23 El último verano de la Boyita Julia Solomonoff Rosario 2009
24 Andrés no quiere dormir la siesta Daniel Bustamante Santa Fe 2009**
una región del interior, como la nuestra, con gran tradición cultural, que no tardó mucho
en forjarse un sitio propio en el espacio audiovisual nacional.
Esta etapa estuvo signada por la discontinuidad en la producción, la escasez de
experiencia en trabajos profesionales y en tecnología industrial, configurándose un
escenario de realizadores / productores inseguros en un territorio hasta entonces poco
explorado. En el período se produjeron cuatro largometrajes con aspiraciones
industriales, de los cuales la mitad fueron estrenados comercialmente en salas de cine,
con nula repercusión.
El surgimiento de la industria audiovisual rosarina y de la región fue posible por una
gran capacidad emprendedora de los directores-productores y por el lento pero
sostenido crecimiento de la formación de técnicos y artistas en diversos centros de
enseñanza. Este último aspecto permitió contar con una masa crítica de gente del oficio
(técnicos, actores y diversos especialistas), que a su vez se perfeccionó con la
participación en producciones profesionales.
La segunda etapa, a la que denominamos industrial, tiene, decididamente, un perfil más
cercano a la producción industrial. Los aspectos distribución y aceptación del público
ya figuran en la agenda desde el primer día; en varios de los casos se incorporan
productores asociados locales; se generan acuerdos con los gremios de técnicos y
actores; se dispone de equipamiento adecuado en el mercado local; se cuenta con un
importante plantel de técnicos especializados con experiencia en largometrajes; se
establecen relaciones laborales más sustentables. Todo parece orientarse a una
producción de carácter industrial sostenida a mediano plazo.
Si analizamos los números del año 2007 del cine de la región, veremos que las cosas
anduvieron asombrosamente bien en un aspecto: seis películas locales estrenadas
comercialmente son todo un récord que es digno de saludar y festejar. Representan un
tercio de las películas producidas en una década en la región y supera el seis por ciento
de las películas producidas en la Argentina ese año. El récord fue y es histórico y no
pasaría inadvertido en el ambiente cinematográfico nacional.
Aunque 2009 marcó un nuevo hito en la taquilla de las películas producidas a escala
regional con Cuestión de principios, de Rodrigo grande, que vendió más de 140.000
entradas, no sucedió lo mismo con las otras películas presentadas ese año, que
esperaban una respuesta de público mayor.
7
Largometrajes Rosario y región. Ranking de Taquilla. 2000 - 2009Nº Espectadores Título Autor Año1 140.927 Cuestión de principios Rodrigo Grande 20092 35.690 De quién es el portaligas Fito Páez 20073 17.017 El Asadito Gustavo Postiglione 20004 14.252 Rosarigasinos Rodrigo Grande 20015 8.762 El ultimo verano de La Boyita Julia Solomonoff 20096 8.164 La Peli Gustavo Postiglione 20077 6.772 Días de Mayo Gustavo Postiglione 20098 5.174 Ilusión de Movimiento Héctor Molina 20029 5.106 El Cumple Gustavo Postiglione 200210 4.503 La Soledad Maximiliano González 200711 4.365 Ciudad sin luz Juan Carlos Arch 200112 3.992 A Cada Lado Hugo Grosso 200713 3.843 Gerente en dos ciudades Diego Soffici 200314 1.405 Dar de nuevo Atilio Perín 200315 1.356 Regreso a Fortín Olmos Patricio Coll y Jorge Goldemberg 200916 468 Cine Negro Mariana Wenger 200717 378 Cicatrices Patricio Coll 200118 304 A dos tintas Walter Becker y Lucas Di Santo 200719 166 Madres con ruedas Mario Piazza y Mónica Chirife 2006
Fuente: Elaboración propia con datos del INCAA
El final de la primera década del siglo XXI deja un rastro continuo en la producción de
largometrajes a escala regional, lo que puede considerarse como una tendencia a la
estabilidad del sistema productivo. 19 películas y más de 260.000 espectadores en salas
de cine en total, resultan en un promedio anual de 1,9 largometrajes industriales por año
y casi 14.000 espectadores por película. A ello hay que sumar, fuera del universo de
este trabajo, un nuevo impulso dinamizador de la industria audiovisual local producido
por la demanda de contenidos regionales para la nueva televisión pública, a la cual se
sumará lentamente el sector privado, modificando un letargo de muchos años.
Pero el cine industrial es más que eso. Si bien es cierto que el funcionamiento básico
del sistema del cine argentino de largometrajes, al amparo de los subsidios del INCAA,
permite que trabajen productores, artistas y técnicos, las películas industriales se
producen para que las vea la mayor cantidad de público posible dentro de su segmento.
La reciente disminución de la brecha tecnológica que signó todo el siglo XX y el
desarrollo de los medios digitales conforman un panorama en el cual el proceso
productivo de una película nacional de largometraje se puede realizar casi por completo
con recursos accesibles para un productor a escala regional. Ya no hay en la región
obstáculos técnicos ni económicos que impidan terminar las películas, como en otros
tiempos. A excepción de los equipos más costosos, procesos especiales de laboratorios
y especialistas en algunas disciplinas y técnicas sofisticadas, todo el proceso productivo
se realiza con recursos disponibles en la región.
8
Aunque en forma incipiente y aislada, algunos empresarios locales se han interesado en
invertir en el sector. Hoy se puede exhibir un plan de negocios para una producción a
escala regional que resulte sustentable. Esto último a partir de los resultados obtenidos
por la producción de Cuestión de principios, el segundo largometraje de Rodrigo
Grande, que obtuvo el récord histórico de venta de entradas entre las películas locales,
pero también obtuvo un lugar importante entre las películas argentinas estrenadas en
2009, ubicándose en séptimo lugar, con el 0,65 % de participación en el mercado total y
el 2,63% del total de los espectadores de películas argentinas. Recaudó más que otras
películas nacionales con mayor presencia mediática, como El niño pez, de Lucía
Puenzo, Anita, con la publicitada participación de Norma Aleandro, y Aniceto, de
Leonardo Favio. Entonces ya no se trata de acciones de mecenazgo o donaciones sin
esperanzas de retorno, sino que se trata de la posibilidad concreta de invertir en un
negocio sustentable.
Mucha producción y poca comercialización
Aunque los autores en esta última década han superado la etapa en que su mayor
preocupación era poder terminar una película, de las entrevistas realizadas a directores
y productores de las películas en estudio, se desprende una primera conclusión referida
a que la comercialización de sus películas no es una preocupación de primer orden al
comenzar un proyecto.
En la segunda pregunta de la entrevista realizada a directores o productores de las
películas en estudio, se evidencia la casi inexistente figura del productor ejecutivo y la
más inexistente del productor propiamente dicho. En las producciones de largometraje a
escala regional todo el escenario lo ocupa en forma protagónica la figura del director
productor, una figura no convencional, crecida a la sombra de algunos programas
especiales de fomento del INCAA, que se vio obligado a formalizar su existencia, ante
la evidencia de que muchos directores comenzaron a ser sus propios productores
presentantes. Este fenómeno se hizo más visible a principios de este siglo, por dos
motivos: la crisis económica y la disminución de la brecha tecnológica.
Si bien, por un lado, este fenómeno reivindica al proyecto de autor, como contrapartida
desdibuja la importancia del productor, el productor ejecutivo y el guionista en un
proyecto audiovisual de características industriales. Esto configura una deformación del
complejo entramado de roles que implica una producción a escala industrial. Un
director-productor seguramente no tiene inconvenientes en delegar responsabilidades
9
como iluminación, arte, cámara, sonido y edición en su equipo de profesionales de
confianza, pero reserva para sí el guión y la gestión del proyecto. De esta forma se
mezclan y confunden roles empresariales, gerenciales y operativos que el esquema
industrial consolidado después de 100 años se encargó de asignarle identidad.
En este sentido resulta acertada la modalidad que están asumiendo algunos fondos
específicos de fomento a la producción industrial de largometrajes, como el concurso
Raymundo Gleyzer, del INCAA, que además de una impronta federalista en su
concepción territorial, les exige a los participantes que se presenten en equipos de tres
personas, donde uno debe ser productor, otro director y otro guionista. De esta forma se
promueve la recuperación -en las nuevas generaciones- de la figura del productor
ejecutivo diferenciada del jefe de producción, en un rol de coordinación general que se
diferencia del director, al cual en ciertos momentos debe supervisar y controlar. En otro
orden, la jerarquización del guionista como técnico autónomo en el equipo también lo
independiza del director, quien no tiene por qué asumir la responsabilidad total del
proyecto audiovisual, porque a su cargo deben estar solamente los aspectos estéticos y
narrativos de la puesta en escena.
La multiplicidad de roles provocó en algunos realizadores un agotamiento al no poder
cumplir con la multiplicidad de tareas y responsabilidades asumidos. Muchos directores
produjeron su primer largometraje y no volvieron a intentarlo. Téngase en cuenta que,
con excepción del prolífico Postiglione, otros cuatro directores produjeron dos películas
y el resto son primerizos.
Los problemas de hoy, en la industria audiovisual argentina y regional en particular, son
de comercialización. El público que va a las salas de cine consume el cine que satisface
alguna de sus inquietudes, dentro del menú que le ofrecen y de acuerdo a las
expectativas que cada oferta le genera. Esas expectativas se han construido, al amparo
de la dependencia cultural, con estrategias de dominación de mercados y comunicación.
Funcionamiento del sector industrial.
Fomento y régimen legal
El sistema cinematográfico argentino está regulado por el Instituto Nacional de Cine y
Artes Audiovisuales -INCAA- organismo de aplicación de la ley nacional Nº 17.441,
que define claramente que el Estado fomenta la producción de películas nacionales,
10
especialmente los largometrajes terminados en el formato 35mm que son los aptos para
exhibirse en salas de cine equipadas con ese sistema.
Para lograr estos fines, el INCAA gestiona el Fondo de Fomento Cinematográfico, que
se conforma con el 10% del precio básico de todo boleto para espectáculos
cinematográficos en todo el país, más el 10% del precio de venta o locación de todo
tipo de videograma grabado, y más el 40% del total percibido por la Autoridad de
Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA) en concepto de gravamen a la
publicidad en TV.
Existe un procedimiento, establecido por el Plan de Fomento del INCAA, para
encaminar un proyecto de largometraje en el sistema nacional de fomento. Para ello el
productor debe presentar en el INCAA el Proyecto de película, solicitando Clasificación
(preclasificación), antes del inicio del rodaje. Un comité de evaluación de proyectos
considera guión, diseño de producción, antecedentes y viabilidad. Luego dictamina si es
de interés o no. Si no es de interés no recibe créditos o subsidios.
La clasificación o preclasificación permite al productor solicitar un crédito y percibir el
Subsidio por Medios Electrónicos. Luego de presentar la película terminada se obtiene
la confirmación de la clasificación. El INCAA determinará si se trata de una película de
interés simple o interés especial, lo cual es definitorio para poder obtener el mayor
porcentaje en el subsidio de Recuperación Industrial.
El INCAA aprobará los proyectos y determinará el monto del crédito a otorgar. El
monto del crédito no podrá superar el 70% del costo de producción reconocido.
Existen dos tipos de subsidios que se otorgan a las películas nacionales de largometraje:
el primero de ellos es el Subsidio por Otros Medios de Exhibición, también conocido
como Medios electrónicos, u Otros medios, que se otorga al finalizar la película. Este
subsidio premia a la producción. Se regula por el Plan de Fomento y varía en su monto
y condiciones según la vía de acceso.
El segundo se denomina Subsidio a la Exhibición en Salas de Cine, también conocido
como subsidio de taquilla o de recuperación industrial. Se asigna al productor después
de exhibir la película y premia al éxito, porque equivale al monto percibido por la venta
de entradas en boleterías, descontado el impuesto del 10% del Fondo de Fomento. La
suma de ambos subsidios no puede superar el Costo Reconocido.
Teniendo en cuenta este régimen de subsidios, el productor de la película obtiene
beneficios por los siguientes rubros: Subsidio por Otros Medios de Exhibición +
Subsidio por exhibición en salas de cine + el porcentaje que le corresponde por la venta
de entradas. Este último rubro se pacta con los otros dos actores importantes que
11
intervienen en el sistema económico cinematográfico, que son los distribuidores y los
exhibidores.
No existe una forma única y fija de calcular cuánto le queda al exhibidor, al distribuidor
y al productor, porque el mercado tiene sus particularidades, pero puede estimarse que
del costo de cada entrada vendida en boletería, deducido el 10% del impuesto, el 50%
corresponde al exhibidor, entre el 10 y el 20% al distribuidor y el resto al productor
(entre el 30 y el 40%). Si consideramos en el mercado local un costo promedio de la
entrada de $ 15 al deducir el impuesto restarían $ 13,50. El 50% ($ 6,75) correspondería
al exhibidor, el 15% ($ 2,025) al distribuidor y el 35% ($ 4,725) al productor.
Para el productor el punto de equilibrio en su relación ingresos / egresos, se dará cuando
la suma de sus ingresos, por los rubros antes considerados, sea igual al costo de
producción. Es decir que el productor deberá estimar la cantidad de entradas que debe
vender la película para recuperar su costo. Pero en el concepto de sustentabilidad hay
que incorporar los costos de producción y los costos de comercialización, sabiendo que
estos últimos no están contemplados en el régimen de subsidios que regula el INCAA.
Se estima que los costos de comercialización no deben ser menores al 20% del costo de
producción.
Punto de equilibrio en un largometraje nacional. La fórmula.
La vida útil de este tipo de largometraje de cine es de una semana y eventualmente dos
o tres. Solo en los casos exitosos la explotación en salas de cine es más extendida en el
tiempo. Entonces, enfrentarse a la posibilidad de dilapidar en una semana un patrimonio
que cuesta tanto esfuerzo producir es una situación de gran conflicto. Tal vez sea por
ese motivo que la mayoría de los realizadores locales haya realizado solo una película
de largometraje. Esto es la consecuencia directa de emprendimientos que no
contemplaron claramente el fenómeno de la comercialización como parte del proceso
productivo y de un déficit de la legislación específica, al no incluir este rubro dentro de
la inversión alcanzada por subsidios.
En nuestras circunstancias, atendiendo el costo promedio de una producción regional, la
inversión en promoción, tiene dos claras alternativas: o se acerca al costo de producción
para cubrir los costos de una comercialización a escala nacional, o se realiza un
lanzamiento y publicidad a escala local o regional con una inversión en
comercialización cercana al 20% del costo de producción. Esto es así, porque al
disminuir los costos de producción, por la escala, también disminuyen los costos de
12
comercialización si se mantiene la proporcionalidad del 20%, entonces puede
entenderse que es más razonable mantener la proporcionalidad y adecuar la
comercialización a la escala productiva. Con este criterio, una película de muy bajo
costo de producción tendría que plantearse una comercialización de muy bajo costo y a
una escala muy reducida, alejada definitivamente de la escala nacional.
De lo anterior se deduce que es conveniente incorporar el rubro comercialización en el
plan de negocios inicial y buscar en los productores asociados los recursos necesarios
para financiarlo. Obviamente esto compromete las utilidades, pero ya se sabe el efecto
positivo que tiene la publicidad en el consumo de espectáculos.
Entonces, el punto de equilibrio es aquél en el cual lo recaudado por la productora en
boletería, más los subsidios por sala y medios electrónicos equivale a la inversión
(Costos de producción y comercialización). Si seguimos desarrollando la idea anterior
en base al costo promedio de una película industrial de largometraje producida a escala
regional, es decir con un costo de producción de $ 1.500.000.- más el costo de
comercialización ($ 300.000.-) tenemos un total de $ 1.800.000.- Si consideráramos
recuperar esta inversión sólo con el porcentaje que le corresponde al productor por la
venta de entradas en boletería ($4,725, estimando el costo promedio de la entrada en $
15.-) se deberían vender 380.953 entradas para recuperar la inversión de no existir el
sistema de fomento al cine argentino (317.461 para cubrir la producción y 63.492 para
cubrir la comercialización). Esa cantidad de entradas está lejos de ser factible para el
productor de nuestro medio. Para obtener una idea clara de lo que esta cifra significa,
baste con recordar que en 2009, de los 85 títulos argentinos estrenados en salas de cine,
solo 20 superaron la cifra de 10.000 entradas vendidas.
Afortunadamente el Fondo de fomento existe en la Argentina y -en determinadas
condiciones- si el productor termina su película, la estrena en salas de cine, vendiendo
una cantidad de entradas suficientes, sumando los tres rubros anteriormente
mencionados (los dos subsidios más el porcentaje de recaudación de boletería) alcanza
para recuperar el costo de la película.
Si representamos con símbolos estas variables, en un primer cálculo esa cantidad de
entradas se podría calcular mediante la siguiente fórmula:
x Entradas a vender para recuperar el costo de Producción.
E Costo promedio de la entrada menos Impuestos.
P Recaudación del productor por cada entrada vendida.
S Monto del Subsidio por Otros Medios o Medios Electrónicos.
13
R Costo Reconocido.
P x + E x + S = R
x = (R - S) / (P + E)
En nuestro ejemplo:
X = (1.500.000 – 1.150.000) / (4,275 + 13,50)
= 350.000 / 17,775 = 19.690.57 = 19.691 (sin fraccionar)
En una primera aproximación comparemos estas 19.691entradas necesarias con
aquéllas 317.461 y quedará claramente confirmada la utilidad de los subsidios. El
problema que aparece en este esquema de cálculo de sustentabilidad es que la
comercialización no está contemplada en el fomento a la Producción. Por lo tanto al
cálculo de las entradas necesarias para recuperar la inversión en producción hay que
adicionar otro para determinar la cantidad de entradas a vender para recuperar la
inversión en Comercialización, que no están cubiertos con los subsidios, por lo tanto la
única fuente en este caso es la venta de entradas.
Aparece entonces una nueva incógnita a averiguar, que denominaremos “y” y una
nueva variable, el costo de la inversión en comercialización, que denominamos “C”.
Entonces nuestro total de entradas a vender “T” resultará de x + y.
T Entradas a vender para recuperar la inversión completa.
C Inversión en Comercialización
y = C/P
T = x + y = (R – S) / (P + E) + C / P
T = (R – S) / (P + E) + C / P
Volviendo a nuestro ejemplo anterior:
T = (1.500.000 – 1.150.000) / (4,725 + 13,50) + 300.000 / 4,725
T = 19.690,57 + 63.492,06 = 83.182,63 (83.183 sin fraccionar).
Si tuviésemos que calcular en el sentido inverso, es decir partiendo de la estimación de
entradas vendidas para arribar a las utilidades potencialmente obtenidas, procederemos
estimando los ingresos y los egresos, restando los últimos de los primeros. Entre los
ingresos consideramos: subsidio por otros Medios de exhibición, proporción de
boletería y subsidio por exhibición en salas de cine. Entre los egresos consideramos:
gastos de producción y gastos de comercialización. En nuestro ejemplo vamos a
suponer que nuestra película vendió 150.000 entradas y queremos calcular las utilidades
que obtendríamos.
14
Ingresos: 1.150.000 + 708.750 1 + 350.000 2 = 2.208.750
Egresos: 1.500.000 + 300.000 = 1.800.000
Utilidades: 2.208.750 – 1.800.000 = $ 408.750.
Particularidades de la escala regional
Nuestra región es muy importante como productora de contenidos audiovisuales a
escala regional en el país. Es la segunda región productora después del conglomerado
Buenos Aires. Creció a instancias de su propio esfuerzo y sirviéndose de las migajas del
sistema nacional de producción industrial de películas de largometraje. En la actualidad
la producción audiovisual está más diversificada, especialmente debido a los cambios
en la televisión pública.
La comercialización de las películas no ofrece resultados satisfactorios. Esta realidad
está signada por el modo de comercializar que en nuestro país está organizado a imagen
y semejanza de los productores de la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores. Es
evidente que es necesario considerar modificar el sistema de comercialización,
cubriendo primero el mercado local y luego los otros mercados, si se justifica el
esfuerzo.
También es necesario precisar cuáles son los tipos productivos que pueden existir en lo
que se denomina la escala productiva a nivel regional. En principio, pueden
diferenciarse cuatro tipos de películas de largometraje según su forma de consolidar el
capital productivo y sus aspiraciones en cuanto al mercado.
Tipología de producciones de largometrajes a escala regional
Tipo Modelo productivo Costo de producción
Comercialización Punto de equilibrio
1 Crédito + subsidio +
productores
asociados
+ de $
2.300.000
Nacional con 20% sobre el
costo de producción
+ de 150.000
entradas
2 Crédito y subsidio Entre $
1.000.000.-
Y $
1.500.000.-
Poca, nula o dispersa
estrategia de
comercialización.
Entre 50.000 y
80.000
entradas
3 Subsidio Aprox. $
500.000.-
Salas de cine
desconcentradas y
No depende de
la taquilla
1 Resulta de multiplicar 150.000 entradas vendidas por el proporcional que el productor recibe de la recaudación en boletería ($ 4,725).
2 El subsidio por exhibición en salas de cine resulta $ 2.025.000.- pero ese monto supera el tope establecido por el costo reconocido.
15
alternativas.4 Fondos propios Hasta $
100.000.-
Salas de cine
desconcentradas y
alternativas.
No depende de
la taquilla
Fuente: Elaboración propia
La década que viene
La tercera etapa de la vida del cine regional contemporáneo es la que comienza ahora y
probablemente esté signada por emprendimientos industriales cada vez más ambiciosos,
en los cuales los productores serán una pieza clave y tendrán que desplegar toda su
habilidad para seducir al público. Pero también es una época de cambios vertiginosos,
que van a llegar a impactar sobre el modo de producir cine, tal vez no por iniciativa de
los productores, sino a consecuencia de los cambios en los modos de consumir
contenidos audiovisuales. Los fondos de fomento a la producción de largometrajes son
cada vez más diversos y accesibles. La disminución de la brecha tecnológica está dando
sus frutos y muchos jóvenes -conformados en grupos de realización o pequeñas
empresas productoras- están produciendo películas de largometraje de buena calidad.
Estas películas buscarán pantalla.
Cuando se exhibió en la Argentina El secreto de sus ojos pareció renacer una esperanza;
la película se instaló cuarta entre las diez películas argentinas de toda la historia que
superaron los 2.000.000 de espectadores. Cuando se exhibió Cuestión de principios
pareció renacer una esperanza; la película se constituyó en la primera de producción
local en presentar un esquema productivo sustentable a escala nacional desde una
producción a escala local. El secreto de sus ojos recogió el 45% de las entradas
conseguidas por las películas argentinas ese año. Cuestión de principios consiguió más
del 50% de la totalidad de entradas conseguidas por películas producidas en la región en
los últimos diez años. Esta gran concentración en el consumo de algunas películas no se
traslada a otras similares.
Es indudable que el incremento de la producción es una de las bases de sustentación de
la industria cinematográfica argentina. Este incremento no puede estar a contramano de
la demanda y el consumo, porque ese fenómeno contradice las reglas más elementales
de la comercialización. En la nueva década este equilibrio no puede quedar en manos de
los productores solamente, sino que tiene que ser objeto de regulación.
El sistema cinematográfico industrial actual tiene más de 100 años. Desde que se
impuso en el mundo entero el formato fílmico de 35mm para la producción de películas
16
de largometraje de 90 minutos de duración, exhibidas en salas de cine equipadas para
tal fin, las cosas no han cambiado significativamente.
Ese sistema, sumado a las normas de protección en diversos países se ha convertido en
un dique de contención insoslayable para los productores, que no pueden variar su
forma de producir, a riesgo de perder los beneficios del fomento estatal. Esto no indica
necesariamente que las cosas van a seguir así indefinidamente. En ese dique de
contención el antiguo formato de 35mm solo beneficia a unos pocos productores y se
está transformando en un ladrillo de la pared que se va a romper de un modo u otro.
Hoy es muy importante la cantidad y calidad de contenidos audiovisuales producidos
por fuera de ese sistema, debido a la disminución de la brecha tecnológica, la
convergencia de medios y la preponderancia del video en las comunicaciones. Es tan
importante esa producción informal que cuando el dique termine por romperse
tendremos un nuevo escenario en el cual la producción regional tendrá un rol
protagónico.
Conclusiones
La provincia de Santa Fe se ha consolidado como la segunda región productora de
medios audiovisuales después del conglomerado Buenos Aires. Creció a instancias de
su propio esfuerzo. En la actualidad la producción audiovisual está diversificada.
La producción de largometrajes a escala regional en la última década se estabilizó,
alcanzando un promedio de 1.9 largometrajes por año. No obstante este crecimiento las
recaudaciones no alanzaron lo esperado, poniendo en crisis a los productores y
cuestionando los modos tradicionales de producir.
La mayoría de las producciones no contaron con una estrategia de comercialización
adecuada a la escala productiva. El enfoque marketing de producto caracteriza a la
mayoría de las producciones.
Se puede establecer una tipología de las producciones de largometrajes en la región,
teniendo como variables el modo de producción y de comercialización. Se reconocen 4
tipos bien diferenciados; dese los costos sobre la línea hasta el microemprendimiento
con recursos propios.
El sistema establecido en la Ley de Cine y ejecutado por el INCAA no es el más
favorable para las producciones a escala regional si se lo aplica en iguales condiciones.
El productor regional se encuentra impulsado a terminar sus películas en formato 35mm
17
y forzar una campaña nacional con pocos recursos, agotando en pocos días la
potencialidad de su producto.
Es conveniente que sin salir del marco del sistema nacional de fomento, para no perder
los beneficios de la ley, el productor busque explotar en primera instancia los mercados
cercanos con más intensidad.
No existen empresas distribuidoras y exhibidoras locales especializadas en estas
producciones. Las distribuidoras y exhibidoras existentes en Buenos Aires, que toman
estos productos, lo hacen en condiciones marginales, sin prestarles la necesaria
atención.
La mayoría de los realizadores hicieron sólo 1 película y no volvieron a intentarlo
debido a lo complejo del sistema para obtener resultados económicos satisfactorios.
No está visiblemente presente el rol del productor o productor ejecutivo con
perfil de productor como gran organizador o gerente. El rol productivo más jerárquico
está más vinculado a la jefatura de producción, mientras que el director asume
generalmente la responsabilidad global del proyecto. Este esquema de roles deja al
descubierto un desorden en el modelo que prioriza la gestión realizativa por sobre la
productiva.
Es imprescindible -en el marco de este sistema productivo- trabajar con los
fondos de fomento del INCAA. Fuera de este sistema la producción de películas de
largometraje no es sustentable. Pero tampoco es adecuado el esquema de producción
que solo pretende recuperar los costos de producción a través de los subsidios, porque
desconsidera al espectador.
Las escuelas de cine locales tienen un rol importante en el desarrollo de la industria
regional de producción audiovisual. Han generado una cantidad de recursos humanos
capacitados para enfrentar los distintos pasos y etapas de los procesos productivos, con
planes de estudios vinculados a la realidad donde se insertan.
Pasados 16 años de la sanción de la Ley de Cine, la producción de largometrajes se
concentró en el conglomerado de Buenos Aires, beneficiando directamente a un grupo
de productores y dejando los programas de fomento federales como marginales y
eventuales, lo que pone en riesgo la impronta federal del espíritu de la ley y la
sustentabilidad de los productores del resto del país.
La nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y la aparición de la nueva
televisión digital terrestre, ambas con su gran demanda de contenidos audiovisuales
federales, ha generado una expectativa favorable para el productor regional. La nueva
legislación pone en el centro de la escena al ciudadano y considera sus derechos como
18
consumidor de medios audiovisuales, entretenimiento e información. Considera a la
comunicación audiovisual como un servicio de bien público.
El signo de la década que comienza es la convergencia comunicacional. Un nuevo
escenario donde los modelos productivos tradicionales de la comunicación entran en
conflicto con la tecnología y con los nuevos modos de consumo.
El cine es uno de los lenguajes más tradicionales. Su tecnología y su formato más
convencional -el largometraje- están amenazados. Probablemente el dique de
contención que representan los 90 minutos en película de 35mm dejen paso en poco
tiempo al verdadero nuevo cine y éste pueda expresarse en toda su diversidad.
Bibliografía:
AA.VV. El Estado y el Cine Argentino. Santa Fe: Instituto Superior de Cine y Artes Audiovisuales de
Santa Fe; 2005.
Getino, Octavio. Cine Iberoamericano, los desafíos del nuevo siglo. Buenos Aires: Ediciones Ciccus;
2007
Getino, Octavio y Schargorodsky, Héctor. El cine argentino en los mercados externos. Introducción a
una problemática económica y cultural. Buenos Aires. Universidad de Buenos Aires; 2008
Igarza, Roberto. Burbujas de ocio: Nuevas formas de consumo cultural. 1ª ed. Buenos Aires: La Crujía,
2009
INCAA. Anuario de la industria del cine 2009.
Kamin, Bebe. Introducción a la producción cinematográfica. Buenos Aires: Centro de Investigación
Cinematográfica; 1999.
Raffo, Julio. El proyecto de Realización Audiovisual. Buenos Aires: CEPA; 2000.
19
Recommended