Que nunca te abandonen la buena fe y la lealtad: átalas a tu cuello, escríbelas sobre la tabla de tu corazón,
Pr 3:3
El que tarda en enojarse vale más que un héroe, y el dueño de sí mismo, más que un conquistador.
Pr 16:32
Es un insensato el que estrecha la mano para salir fiador de su prójimo. Pr 17:18
Engañoso es el encanto y vana la hermosura: la mujer que teme al Señor merece ser alabada.
Pr 31:30
El calumniador descubre los secretos, no tengas nada que ver con un charlatán.
Pr 19
No digas: "Voy a pagar mal con mal", espera en el Señor y él te salvará.
Pr 20:22
Los proyectos del hombre laborioso son pura ganancia, el que se precipita acaba en la indigencia.
Pr 21:5
No seas de los que estrechan la mano, de los que salen fiadores por una deuda: si no tienes con qué pagar, te quitarán el lecho donde te acuestas.
Pr 22:26,27
No te afanes por enriquecerte, deja de pensar en eso. Tus ojos vuelan hacia la riqueza, y ya no hay nada, porque ella se pone alas y vuela hacia el cielo como un águila.
Pr 23:4,5
Hijo mío, si tu corazón es sabio, también se alegrará mi corazón: mis entrañas se regocijarán, cuando tus labios hablen con rectitud.
Pr 23:15,16
Compra la verdad y no la vendas, lo mismo que la sabiduría, la instrucción y la inteligencia.
Pr 23:23
Más vale un sabio que un hombre fuerte y un hombre instruido que uno muy vigoroso, 24:6 porque la guerra se gana con estrategia y la victoria, con el número de consejeros.
Pr 24:5,6
porque el justo, aunque caiga siete veces, se levantará, mientras que los malvados se hunden en la desgracia.
Pr 24:16
Con mucha paciencia se convence a un magistrado, y una lengua suave quiebra hasta un hueso. Pr 25:15
No abandones a tu amigo ni al amigo de tu padre, ni acudas a tu hermano en el día de tu infortunio: más vale vecino cerca que hermano lejos.
Pr 27:10
Gotera incesante en día de lluvia y mujer pendenciera, se asemejan: 27:16 querer frenarla es como frenar el viento o recoger aceite con la mano.
Pr 27:15,16
Fue célebre por su sabiduría, riqueza y poder.Construyó el Templo de Jerusalén. La Biblia lo considera el hombre más sabio que existió en la Tierra.
2:1 Hijo mío, si recibes mis palabras y guardas contigo mis mandamientos, 2:5 entonces comprenderás el temor del Señor y encontrarás la ciencia de Dios.