¿Qué es la autoestima?
La autoestima es la forma en que cada una se valora a sí misma, la suma de cómo
se siente respecto a su apariencia, a sus habilidades, a su conducta, cómo integra
las experiencias del pasado y cómo se siente valorada por los demás. Es nuestro
mundo interno al completo.
La autoestima no es voluntaria, espontánea o natural, proviene de las condiciones
de vida y de lo que cada una ha experimentado al vivir su vida.
Por lo tanto, la autoestima no es individual, sino social. Las mujeres partimos de
una valoración social inferior que la de los hombres y por esa razón, la baja
autoestima se encuentra más frecuentemente en mujeres, especialmente en
aquellas que han crecido en una familia con roles tradicionales, donde se dan a
menudo los malos tratos psicológicos a todos los miembros del género femenino. En
muchos casos la situación suele ser:
Madres mártires, quejas, reproches, lágrimas, amenazas de enfermar...
Padres dictatoriales estrictos, amenazantes, furiosos, hipercríticos...
Los maltratos no sólo son físicos, sino también psicológicos: silencios, posturas,
gestos, actitudes, expresiones, tonos de voz y miradas significativas o incluso
negación de la mirada... Todas estas formas de maltrato interfieren y condicionan
nuestra autoestima. De hecho, está comprobado que la peor secuela psicológica de
las víctimas de malos tratos es la baja autoestima que padecen y que llega a
hacerlas perder su propia identidad.
¿Cuándo y cómo se forma?
A partir de los 5-6 años es cuando empezamos a formarnos una idea de nosotras
mismas y esta primera valoración está basada en la forma en que nos valoran los
mayores (padre, madre, maestros, etc.) Por lo tanto, es la familia, sus modelos y
sus tabúes la primera influencia en la forma en que percibimos a nuestro propio ser.
Más adelante, en la adolescencia empezamos a valorarnos con criterios culturales:
cánones de belleza, valor, osadía, capacidad para controlar a los demás, etc. Y
estos criterios no son casi nunca favorables para las mujeres, de forma que es más
común encontrar a mujeres con autoestima baja que a hombres, aunque éstos se
hayan criado en el mismo ambiente e incluso en el mismo entorno familiar.
Aprendimos lo que vivimos
Si de niñas vivimos:
Una crítica
constante de nuestros hechos, de nuestro aspecto físico, de nuestras
capacidades o de nuestro comportamiento, aprendimos a condenar a otros.
En un medio hostil donde se nos minusvalora, aprendimos a pelear.
En un ambiente dominado por el miedo, aprendimos a vivir temerosas.
Si fuimos objeto de lástima por nuestro aspecto físico o por la falta de
capacidades intelectuales, aprendimos a sentir lástima de nosotras mismas.
Si nos ridiculizaron, aprendimos a ser tímidas.
Si crecimos en medio de la envidia y de la vergüenza, aprendimos a ser
envidiosas.
Porque todas las personas necesitamos:
Sentirnos seguras.
Ser amadas y aceptadas incondicionalmente.
Formar parte de un grupo.
Sentirnos aceptadas por como somos, reconocimiento y aprobación.
Ser autónomas, tener capacidad para escoger nuestras opciones.
Que potencien nuestras capacidades y que no las limiten continuamente
encasillando nuestra actividad vital en función del sexo.
Y cuando estas necesidades básicas para nuestro correcto desarrollo emocional no
se cumplen, crecemos con una serie de carencias que repercuten negativamente en
nuestra concepción de nosotras mismas.
Barreras de género en la autoestima de las mujeres
Sufrimos la primera discriminación de género por el sexo al nacer. Muchas
mujeres no han sido aceptadas porque su familia esperaba un varón en su
lugar.
El primer mundo conocido ya está marcado al nacer por el estigma de
género, así también lo están la construcción de la identidad y el desarrollo
de la subjetividad.
Una segunda discriminación personal ocurre frente a los hermanos o frente a
hombres con autoridad como el padre.
Otras mujeres consideran que ha sido después, en el ámbito público donde
han percibido la discriminación de género: en el trabajo, en ciertos niveles
educativos, servicios estatales (de educación, de salud, de seguridad), la
política, los deportes, la cultura y las artes, la calle, los medios de
comunicación y las religiones fundamentalistas.
Las mujeres somos nombradas y tratadas en segundo término.
Recibimos una educación basada en el control, la dependencia, la culpa y el
miedo. Nos educan para servir a los otros sin tener en consideración a
nuestro propio ser.
Y esta educación repercute en problemas de inferioridad, inseguridad,
desconfianza e impotencia, es decir, en una baja autoestima.
Causas de la baja autoestima de las mujeres
Se debe a la posición política de segundo sexo.
A la violencia de género.
A la falta o pérdida de derechos fundamentales.
A la pobreza de género (explotación económica).
A la sobrecarga de vida y doble esfuerzo para casi todo (doble jornada,
actividades simultáneas y contradictorias).
A la falta de oportunidades en la vida pública.
A una educación centrada en encontrar al hombre de nuestra vida y pasar
de depender del padre a depender del marido.
Al constante roce social misógino y antifeminista que nos exige realizar
acciones defensivas, demostrativas o asertivas de género. A que somos
evaluadas a partir de los mitos (esposa, madre y ama de casa perfectas...).
Síntomas de la baja autoestima
Ataques de ansiedad.
Repentinos cambios de humor.
Sentimientos de culpa.
Reacciones exageradas.
Hipersensibilidad.
Ver siempre el lado negativo de todo.
Sentimientos de impotencia.
Impulsos autodestructivos.
Autocrítica dura y excesiva.
No saber poner límites a la gente (no saber decir no) por un deseo
innecesario de complacer.
Hipersensibilidad a la crítica de los demás.
Indecisión crónica.
Perfeccionismo, autoexigencia esclavizadora. Tratar de ser siempre la mujer
diez.
Culpabilidad neurótica, se juzga y condena por todo, incluso por cosas
ajenas.
Hostilidad, irritabilidad a flor de piel.
Tendencias de efensivas, un negativismo generalizado y una falta de ganas
de vivir.
5 cosas que “matan” la autoestima de las mujeresUno de los problemas sicológicos más importantes en el mundo es la gran cantidad de
personas con baja autoestima, situación que provoca padecer inseguridad,
nerviosismo, torpeza o preocupaciones exageradas, indica la Asociación
Mexicana de Alternativas en Psicología (AMAPSI).
De acuerdo con un estudio de Construye, Observatorio Regional para
la Mujer de América Latina y el Caribe A.C., la mujer mexicana
tiene baja autoestima, el 57% de ellas expresan que es difícil sentirse bella al
enfrentarse con los ideales actuales.
Pero, ¿qué cosas matan la autoestima de las mujeres?, existen diferentes factores
tanto internos como sociales que hacen que el amor propio se vea afectado, estas son
algunas de ellas.
1. Infidelidad. Janis Abrahms Spring, psicóloga clínica y autora del
libro "After the Affair, Life With Pop, How Can I Forgive You?",
después de descubrir unainfidelidad ellas experimentan la pérdida más esencial de
su autonomía y autoestima.
2. Criticas. Isabel S. Larraburu, psicóloga clínica en el Centro Médico
Teknon en Barcelona, indica que un problema severo para la autoestima es
cuando comienza a creerse que las críticas son ciertas y piensan que valen menos
que los demás.
Cuando pasa esto, puedes transformarte en alguien que solo está pidiendo ser aprobado y valorado por los otros, y esta necesidad de evitar el rechazo hace que te humilles y des más de lo que se merecen para que te quieran”
3. Redes sociales. Un estudio de la Universidad de Haifa, Israel, explica
que mientras más tiempo pasan las adolescentes en Facebook, es más probable
que desarrollen una imagen corporal negativa e incluso trastornos
alimenticios.
4. “Pancita”. Para la mujeres es muy importante la manera como lucen, cuando
elsobrepeso se presenta en mujeres jóvenes y adolescentes, la imagen de una figura
obesa crea la disminución en la autoestima, afirma Manuel Mejía Peña,
psiquiatra de laAsociación Salvadoreña de Psiquiatría.
5. Problemas en la piel. El médico Claudio Vallejos de la Clínica
Vespucio, en Chile, detalla que padecimientos como las várices, pueden causar no
sólo problemas físicossino también un impacto en la autoestima por ser un
defecto visible.
Amor propio para ser feliz
Vivir una etapa de baja autoestima no es nada sencillo para ellas, Maud
Purcell, psicoterapeuta fundadora de The Life Solution Center of Darien,
EEUU, recomienda que las mujeres deben fomentar la actitud positiva para poder
salir de sus problemas y cumplir sus metas.
Al actuar con confianza, las mujeres comienzan a sentirlo así. Encontrar a otras mujeres en su vida que asumen riesgos y tienen una sana autoestima y tomarlas como una guía para salir adelante”
Cada una de las cosas que matan la autoestima de las mujeres tiene una forma de
solucionarse, cuando no se puede solas, lo mejor es acudir con un especialista que pueda
ayudar a mejorar las situaciones para que la vida vuelva a ser alegre y feliz. Amate
como eres, más que a nadie.
LOS 9 HÁBITOS DE LAS MUJERES CON ALTA AUTOESTIMA
La confianza en sí mismo es el primer secreto del éxito”. Ya lo decía el pensador y
poeta estadounidense Emerson: una persona que crea que puede hacer algo,
tendrá parte del camino hecho. Y es que todo parte de uno mismo, el resto es
cuestión de determinación, trabajo y convicción.
En ocasiones subestimamos el poder de nuestros pensamientos, especialmente
los positivos. Son estos los que rigen nuestras acciones o el modo en el que las
llevaremos a cabo, de modo que si hacemos de la confianza el motor para
desarrollar nuestros objetivos, estaremos marcando la diferencia en nuestra
vida y en las relaciones con nuestros seres queridos, ya sea familia, amigos
o pareja. Seremos más felices, al fin y al cabo.
La coach Susie Moore ha descubierto una serie decaracterísticas que
comparten las personas que creen en ellas mismas y en sus capacidades y,
por lo tanto, están más próximas a la felicidad. Si no eres de esas mujeres con
autoestima y confianza en sí misma, es el momento de hacer un cambio de actitud
y poner en práctica estas nueve claves.
1. Viven sin complicaciones. Cuando las personas con confianza quieren algo,
tienen la capacidad de trazar un plan para alcanzarlo y ejecutarlo pase lo que
pase. El camino se puede hacer largo, complicado y a veces sinuoso, pero
mantienen su objetivo claro en su mente y no permiten que el ruido de otras
personas les distraiga o les persuada para dejar de su sueño a un lado.
2. Se concentran en lo que quieren. La gente que cree en sus capacidades
recorre el camino que le separa de su sueño con la confianza de que alcanzará
sus propósitos. Construyen imágenes en su mente de su objetivo y tienen la
seguridad de que, en el transcurso del trayecto, cosas buenas les ocurrirán. Y no
hay nada que llame más a que sucedan acontecimientos positivos que ir con una
predisposición positiva.
3. Actúan como si fuesen a conseguir todo lo que se proponen. Las acciones
y el lenguaje de las personas que creen en sus capacidades van en sintonía con
su propósito y objeto. Esta actitud, además, provoca que las personas que las
rodean se inspiren de esa confianza y actúen con mayor positivismo, lo que sin
duda, crea un ambiente más propicio para alcanzar la felicidad buscada.
4. Le dan al lenguaje significado e intención. La forma de expresarse de la
gente que cree en ella misma, de elegir cada palabra que emplean y su
gesticulación tienen intencionalidad. Todo su lenguaje, el verbal y el no verbal,
muestra su confianza y su determinación. Opta por construcciones positivas en vez
de negativas. A veces, los pequeños detalles marcan la diferencia y si no, aquí
está la diferencia entre un “creo que puedo” a un “creo que no voy a poder”.
5. Escuchan la opinión de los demás, pero tienen la suya propia. Son
conscientes de las buenas intencionalidades de las opiniones ajenas, pero son
precavidos con ellas. Se parna a escuchar lo que el resto tenga que decir, pero no
se dejan influenciar por el otro punto de vista si no comulga con sus intenciones o
sueños, o su forma de entender la vida. Al fin y al cabo, su vida es solo suya.
6. Gestionan su tiempo. Las personas con confianza saben de la importancia de
los momentos y son conscientes de que hay que exprimir todo el jugo a la vida.
Son capaces de decir que no a compromisos o peticiones de terceros para
imponer sus prioridades, lo que no hay que confundir con ser egoístas. Una cosa
es no estar nunca disponible para la gente amada, otra, es manejar tu tiempo para
hacer lo que verdaderamente te importa.
7. Son humildes. Tener confianza en uno mismo no está reñido con tener la
humildad suficiente como para no ir alardeando constantemente de tus éxitos. Es
importante sentirse orgulloso de los logros obtenidos, pero no ir presumiendo a
cada rato de ellos. De hecho, los triunfos de una persona, si realmente lo son,
hablan por si solos.
8. No temen el fracaso. El miedo a fracasar puede ejercer tanta presión que
obstaculiza a una persona para iniciar cualquier aventura nueva. La gente con
determinación y confianza en sí misma mantiene esa autoestima a pesar de las
derrotas. Y es a través de esa convicción que se levanta y vuelve a comenzar.
9. Practican todos los pasos anteriores. Adquirir confianza puede ser
complicado y, en ocasiones, es un trabajo arduo que hay que practicar y
desarrollar a diario. Cuanta más actitud, mayor confianza. Así son las personas
con autoestima alta: personas que no se doblegan ante las adversidades, menos
las que ellas mismas se imponen.