Reflexiones de Mauricio Kartun

No temamos escribir en estado acritico: escribir es corregir; escribe el rey, corrige el corregidor. Nosotros somos el rey y el corregidor.

Las obras no se nos ocurren, ocurren, van sucediendo dentro de nosotros.

Experimentar es salir del perímetro, y al hacerlo legamos a otros autores un campo de acción más amplio.

Escribamos manteniendo un principio básico de entretenimiento.

Hay que buscar siempre la contradicción de los personajes y siendo un poco extremos su inmoralidad.

El teatro es un ritual de la violencia, es la síntesis simbólica de la vida.

El teatro le quita el tiempo inútil a la vida, es un tiempo sagrado.

El lugar de representación profunda de toda obra debe ser en la cabeza del espectador.

Toda buena obra de teatro sobrevuela la milanesa