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tares abismales. Limpi'eza de agua, nocomo la de los claros remansos de Mail­lefert, el inolvidable; sino con la in­quietud de los arroyos de su tierra tro­pical.

El tercer escritor es también un con­traste. Hablamos de Rodolfo Usigli yde su libro El Gesticulador, con un epí­logo sobre la hipotresía del mexicanoy un ensayo sobre la actualidad de lapoesía dramática. Es un autor que bus­ca 'polémica. Cualquiera que sean nues­tro credo y nuestras devociones, halla­rá medio de excitar nuestro punto vul­nerable. Para un temperamento así, na­da tan adecuado como el drama, en que

.cada personaje puede exaltar las ideasque el otro rebaja. Pero no hay dudade que eso es una gran ventaja para t1l1

autor teatral, ya que le permite conser­var vivo el diálogo. A más de queUsigli conoce mucho los recursos es­cénicos, sabe mantener en suspenso alauditorio, excitarlo, hacerlo entrar a laobra. Por otro lado debe reconocérselevalor civil, y esa actitud suya resulta unprovechoso reactivo para el mexicano,tan falto siempre del elemento decisivo

! para hacerse respetar, que es el espíritude protesta. Nunca estaremos de acuer­do en,que la resignación sea una'''vir­tud" nacional.

Los personajes de Usigli son másmexicanos por su conducta, que por susexpresiones. Esa propensión a la res­puesta paradójica .y desconcertante alo Oscar Wilde o a lo Bernard Shaw,no pertenece a nuestra idiosincrasia.Pese a ello, aUsigli no deben disputár­sele méritos como autor teatral, ni es­torbarse la difusión de su obra, puesnuestro civismo saldrá ganando en lamedida, en que se le conozca.

Vaz Berreira y su método deexame-p filosófico

. En las interesantes páginas del pri­mer número de la revista de la reciénfundada Facultad de Ciencias y Huma­nidades de la Universidad de Montevi­deo, el célebre pensador uruguayoCarlos Vaz Ferreira insiste en subrayarlos sorprendentes avances que se ob­tienen en el exámen de cuestionesfilosóficas, con la aplicación del métodoanalítico que demostrativamente sigueen' su profundo estudio sobre los pro- ~

blemas de la libertad.Parte de la observación de que la

mayor parte de los problemas filosófi­cos han sido planteados primitivamenteen luna forma simplista, mediante dostesis opuestas e inconciliables, entre lascuales era preciso optar, y esa rebus­cada inconciabilidad entre ambos ele­mentos, ha llegado a dar la impresiónde que en Filósofía se avanza muy pocoo 'no se' avanza, cuando la verdad esque el adelanto se ha obtenido porqueante un proceso analítico de distincio­nes '¡subdistinciones que descomponehasta el infinito 1.0s puhtos de vista, hayque valerse 'de un método eficacísimo,que consiste en "prescindir completa­mente del, problema primitivo, estudiarlos hechos y coordinar las teorías como

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y en sus hijas, una frenética parttcl­pación en la lucha de conceptos deteólogos y filósofos, que trascendió del

. claustro al púlpito y del púlpito al pue­blo, familiarizando a éste con formasque ahora nos parecen rebuscamientos,más aún cuando se entremezclaban a lamitologia, que entonces tenía aún lanovedad y la frescura del redescubri­miento de Grecia.

La segunda obra que la Stylo nosofrece es El Seiíor Diablo, el Cura yotros engmios, de César Garizurieta, yaconocido por otros libros.

Si se nos arguyera que Garizurietatiene a veces desaliños en su estilo, yque en otras su puntuación escandali­za, tendríamos que asentir. Y sin em­bargo, lo defenderíamos, porque re­presenta a un tipo de escritor mexi­-cano que por lo general prefiere per­manecer inédito: el del imaginativopuro, que sólo hace caso de los dicta­dos de su fantasía. Costeño íntegro,este abogado veracruzano, a quien laUniversidad no hizo sino exaltar susfacultades de soñador impenitente, urdeamenas andaluzadas que hace pasarpor anécdotas, a conciencia de que to­dos nos damos cuenta de que apenas si~abrá un punto de verdad 'en sus rela­tos. Así, nos da la hilarante versiónque según él, hizo uno. de sus condis­cípulos, de una clase del maestro Osa­rio Mondragón, sobre el Rey Sol. Oquiere convencernos de que creyó in­dispensable llevar un traje de jockeypara trabajar en un juzgado, COn ,elsolo fin de explicarnos por qué lo lla­maron "El Diablo". O de que 'se soñógato, o de que nombró a un rancheropara intérprete de un chino. Es uninsigne . y delicioso 'embustero paraquien la gracia no debe ser frustradapor la realidad. Además de que tienecuadros positivamente bellos, como elde la "Madre de papel", que de verdad.conmueve, o c<;>mo' el de Serrallongo,el mejor trazadq de sus personajes.

Se nos antoja que Garizurieta es ungran conversador, que tiene no sólocalidades de relator, sino una atrayen­te pureza y un no sé qué de muchachofantasioso. Ni una pal~bra morbosa;ni un intento de imitación de los escri-

Tres autores mexicanoscontemporáneos

. Con el fino acabado que ya va sien­do característica propia, la EditorialSt)'lo, de esta ciudad, ha publicado bajoel cuidado de don Antonio Caso J r.tres obras que representan tres tiposcompletamente diferentes, del escritormexicano contemporárieo.

Es la primera, Claridad en la lejanía,de Carlos González Peña. El autor nosda una animada visión de nuestro pa­sado literario, comenzando por Gutie­rre de Cetina, que aun cuando no nació,ni murió en México, nos pertenece encierta forma por habernos dejado enla Puebla de los Angeles, con un epi­sodio de su propia vida, el primer lancede capa, espada y trovas, que por des­gracia para el autor del más bello delos madrigales, no fué novela, sinorealidad.

Pero entre las páginas en que resu­citan nuestros poetas y novelistas deantaño, ninguna tan interesante comoaquella en que el autor cumple un actode justicia al demostrar que Luis G.Inclán, pese a su sencillez, o precisa­mente por su sencillez misma, creó conAstucia o los Hermanos de la Hojala. auténtica novela mexicana, pues auncuando por razones meramente cronO­lógicas se asigna ese mérito a Fernán­dez de Lizardi, México y los mexica­nos, tales como son, sólo alentaron yhablaron con su sensibilidad y su léxicopropios, hasta que el simpático charroe impresor los animó en su obra.

Atrayentes son las páginas oe Gon­zález Peña sobre Sor Juana, QuintanaRoo~ Gorostiza y tantos más '; pero esterasgo noble de haber elegido para sudiscurso ante la Academia_ la apologíade Inclán, y de haberlo hecho sin re­servas y sin cebarse, con el sadismo aque son tan dados algunos críticos lite­rarios, en las fallas'--rttéritos' aquí- dequien sólo' quiso escribir como ranche­ro, bastaría para que el libro adquirieraun interés especial.

. En cambio, hallamos al autor un tan­to injusto al tratar de la pedanter:ía delsiglo' XVII, que fué uno de los pocossiglos en que el pueblo tómó; en España

REMIN6TON· RAND INTERNACIONAL. S.A~MEXICO. D.F. - MAQERO SS

El autor, después de subrayar que elfin principal de la electroscopía quán­tica es relacionar lá intensidad con laprobabilidad de un acontecimiento par­ticular inductor de la emisión de la luzo de una determinada longitud de onday el número de partículas involucradasen tal proceso; establece. que la distin­ción fundamental entre químicolumi­niscencia y excitación térmica dependedel número de especies excitadas (ladistinción experimental se basa en laley del supuesto equilibro térmico, yresulta que los sistemas luminiscentesno la cumplen). Ahora bien, Hes de su­ma importancia llegar a determinar sila energia electrónica o la vibracionales de origen químicoluminiscente o tér­mico. Si prevalecen los procesos de laquímicoluminiscencia, es evidente queel esquema postulado para la reacciónglobal debe tener en cuenta la forma­ción de tales especies a niveles de ex­citación. Y' esta cuestión se halla ínti­mamen1e ligada con los problemasprácticos de producción de luz. Se hamencionado ya que la emisión de lallama del bisul~uro de carbono-óxidonítrico, corresponde en rendimiento aun cuerpo obscuro radiante a aproxi­madamente 5,0000 K. Se ha calculadoque es de cerca de 83 lumen/watt. Latemperatura de 5,0000 K es inalcan­zable en una llama terrestre. Si toma­mos 2,0000 K como una cifra razo­nable, obtenemos un rendimiento en laemisión de luz de sólo 1,7 lumen/~att;

de manera que la fuente químicolumi­niscente es, desde el punto de vistade la energía, de un rendimiento unas50 veces mayor que el cuerpo obscuroideal a 2,0000 K. Hasta el presente, nose ha conseguido producir tal fuenteluminosa en gran escala".

Los ejemplos que ilustran el estudiodel profesor Barrow son de consultaindispensable para quienes' pretendanabordar este intrigante problema, cuyasolución "puede tener una gran impor­tancia en los futUros sistemas de ilu­minación.

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REmm6TOn RRnD·MUY UTI/. PARA EL ESTtJD/ANTE,il

IN4/S'HlJAla PARA El. VIAJERO"

ENDEAVOUR. Imperial Cheroical IndustriesLtd., London, S. W. l.-Abril. 1947.

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