Universidad de Costa Rica
Doctorado en Estudios de la Sociedad y la Cultura
Curso: PF-0807 Seminario Construcción social del significado. Parte I
Profesor: Dr. Adrían Vergara Heidke
Estudiante: Diego A. Soto Morera (A97447)
Reporte lectura 1
Introducción
En este primer reporte intento dar cuenta de los textos de Jean-Paul Bronckart 1, Ernst van
Glaserfeld2, y Kenneth Gergen3. De modo general los textos abordan el problema de los
procesos de producción de conocimiento, y la relación de estos procesos cognitivos con
dinámicas sociales y problemas del lenguaje. No obstante, los textos se mueven desde
teorías distintas, aunque en algunos de sus puntos sean complementarias, pues el primero se
inscribe en la perspectiva del interaccionismo socio-discursivo; mientras los segundos
piensan estas problemáticas desde la perspectiva del constructivismo.
Dado el carácter introductorio de esta primera lectura, he dividido este reporte en dos
secciones. En la primera sección me ocupo de dos objetivos básicos. En primer lugar
procuro sintetizar aquellas tesis que estimo centrales en los textos. Asimismo, más allá de la
sistematización, me encargaré de establecer algunas continuidades y distancias entre ambos
planteamientos (interaccionismo y constructivismo). En una segunda sección, me parece
oportuno volver sobre la crítica a “la crítica del conocimiento” que se desprende del texto
de Gergen, en particular, a su análisis de la crítica ideológica, y la forma en la cual, según
1
? Jean-Paul Bronckart, “Marco y problemática epistemológicos”, Actividad verbal, textos y discursos. Por un interaccionismo socio-discursivo, (Madrid: Fundación Infancia y Aprendizaje; 2004), 19-46.2
? Ernts van Glaserfeld, “Aspectos del constructivismo radical”, en Marcelo Pakman (comp.), Construcciones de la experiencia humana, (Barcelona: Gedisa; 2005), 23-49.3
? Kenneth Gergen, “La construcción social: emergencia y potencial”, en Marcelo Pakman (comp.), Construcciones de la experiencia humana, (Barcelona: Gedisa; 2005), 139-182..
este autor, la crítica social que sirve de base al constructivismo no sólo abarca el objetivo
general de la crítica ideológica, sino que la muestra como irrelevante.
1. Conocimiento, lenguaje y sociedad
1.1 El interaccionismo socio-simbólico. Sobre las “acciones” humanas
La aproximación interaccionista procura analizar la mutua interacción entre las formas de la
organización social, las estructuras del lenguaje y las representaciones mentales de los
individuos en los procesos de producción de conocimiento. Esta perspectiva, evita una
separación entre las estructuras mentales de representación y las formas materiales (físicas
y sociales) de producción, y pone especial atención a la emergencia de los pensamientos
conscientes en los seres humanos, tanto a nivel filogénico (en términos de especie) como
ontogenético (en términos de biografías particulares). Para hacerlo atiende la forma en la
cual la conformación psico-genética elementa (primera sedimentación) se transforma en un
psiquismo activo y autoreflexivo (segunda sedimentación).
Bronckart ubica como fundamental de la obra de Vygoktski, quien intentó proponer una
teoría que permitiera pensar y explicar la articulación de las dimensiones bio-fisiológicas,
comportamentales, metales, sociales y verbales que caracterizan las conductas humanas.
Según Bronckart, Vygoktski no logró dar cuenta de esta problemática en su complejidad, y
además, afrontó un segundo problema: el carácter limitado de su representación de los
hechos sociales. Una tercera problemática que afrontó Vygoktski fue en relación al
lenguaje, en tanto dividió, erróneamente según el autor, entre palabra y signo saussuriano,
además de que no logró advertir el lugar que tomaba la noción géneros discursivos (Bajtín)
dentro de esta problemática.
Con la finalidad de solventar las limitaciones que afrontó el proyecto de Vygoktski,
Bronckart propone “la acción” como como objeto elemental del análisis psicológico,
particularmente, a través del análisis de la mutua interacción entre “acción social” y “acción
comunicativa” (lo cual refiere su trabajo al de J. Habermas). La acción, como intervención
intencional de la agencia humana a partir de unos motivos, posibilita la organización entre
las conductas de los organismos vivientes, que les permite acceder al medio y los coloca en
la posición de producir elementos de representación interna. Esta actividad social funciona
sobre la base de cadenas de cooperación, sin embargo, en el caso de la especie humana, esta
cooperación está mediada por una serie de interacciones verbales, lo cual implica que la
acción social es coextensiva e interdependiente de una acción comunicativa (Bronckart
propone como surgimiento de la acción comunicativa, procesos de negociación al interior
de las redes de cooperación, que estabilizaron y reconfiguraron las representaciones de los
individuos en un sistema de “signos” que posibilitó la comunicación).
El lenguaje aparece, entonces, como producto de la interacción social y a su vez, como
mecanismo que permite a los seres humanos establecer representaciones que permiten
representar sus intenciones y servir de base para sus negociaciones. En este sentido, el
lenguaje pertenece al orden de los representativo y declarativo, por lo cual, los seres
humanos existen socialmente al interior de relaciones semiotizadas. Estas relaciones, en
tanto conjuntos de mundos representados, es un producto histórico, en constante procesos
de reelaboración.
De esta manera, la acción comunicativa está en la base de la “acción social,” en tanto, el
lenguaje provee un marco de coordenadas sociales que permite, a su vez, afectar la acción
humana, y por tanto, está en la base de toda forma de producción de conocimiento, esto
porque introduce al sujeto en una interfaz donde debe dar cuenta constantemente de sus
pretensiones de validez de: pretensiones de verdad, de eficacia, de conformidad, y de
autenticidad, según códigos y normas socialmente establecidas y negociadas.
1.2 Constructivismo: más allá de una realidad ontológicamente objetiva
Ernst van Glaserfeld y Kenneth Gergen se proponen abordar el problema de la producción
del conocimiento desde la perspectiva del constructivismo. Si bien abordan problemas
distintos, ambos autores coinciden en una problemática afín: echar por tierra por la tesis
epistemológica de un mundo objetivo y exterior a un sujeto cognoscente que se esfuerza
por aprehender racionalmente la estructura de un tal mundo; esto es, el ser de las cosas. El
presupuesto básico de una teoría constructivista consiste en negar la presunción de una
realidad objetiva que porta implícita, además, una exhortación de ser captada y explicada.
Ernst van Glaserfeld propone dos principios elementales:
a) El conocimiento no se recibe pasivamente, sino que es construido activamente por
el sujeto cognoscente.
b) La función de la cognición es adaptativa, sirve a la organización del mundo
experiencial del sujeto, no sirve para conocer una realidad ontológicamente
objetiva.4
De esta forma, la finalidad del proceso cognitivo no sería la de establecer equivalencias
entre estructuras cognitivas humanas y estructuras ontológicas del mundo; sino que la
producción activa del conocimiento permite una organización del conjunto experiencial del
sujeto y por tanto solo remite a ella. En esto, el autor vuelve a Piaget particularmente al
lugar que asigna al conocimiento como proceso de asimilación y acomodación, los cuales
“son siempre relativos el mundo experiencial del sujeto,” y no a un mundo objetivo
exterior. Esto obliga a los individuos humana a formar ambiente coordinados de acción y
representación comunicacional, la cual, es producto de significados producidos
subjetivamente, que cada usuario del lenguaje “ha abstraído de su propio mundo
experiencial.”
Desde presupuestos similares Kenneth Gergen critica y rechaza “el principio de
verificabilidad del significado”, el cual postula la posibilidad de una equivalencia positiva
entre observación, lenguaje y mundo-objetivo, donde, las estructuras lingüísticas serían
capaces de asimilar, comprender y comunicar mediante proposiciones las estructuras del
mundo-objetivo. El autor propone que han surgido varios movimientos que ha cuestionado
la idea de una relación directa y transparente entre “palabra y mundo,” y los propone a
modos de “críticas”:
i. Crítica ideológica: se dirige contra la pretensión de objetividad y autoridad.
Destruyen el estatuto del lenguaje como portador de verdad objetiva, en tanto
depende y está determinado por las motivaciones e intereses de clase o sectores.
ii. Crítica literaria: postula que las concepciones científicas están determinadas, por
intereses, sino por las convenciones de su descripción literaria. El paradigma
4
Ernts van Glaserfeld, “Aspectos del constructivismo radical”, 25.
determina lo que es un hecho. Es el texto lo que determina aquello que puede
decirse del mundo, y por lo tanto, la descripción está controlado por la estructura.
iii. Crítica social: se dedica a analizar los orígenes sociales de los compromisos
teóricos. A propósito de esta finalidad pone especial atención a la organización
social en torno a una teoría; particularmente a los conflictos sociales que atraviesan
la producción de un saber. Lo que muestra este acercamiento es que la producción
de conocimiento es cultural e históricamente contingente, por lo cual está
directamente vinculada con la vida de los sujetos sociales y depende de las
negociaciones entre diversos agentes.
El autor rechaza las dos primeras críticas, la ideológica por circular (la crítica de intereses
de clase se hace a partir de otros intereses) y por el confinamiento lingüístico de la segunda
(quedamos cautivos de los proposiciones verbales). De ahí que asume el criterio de la
tercera crítica, la social, como base para un conocimiento de producción comunitaria, el
cual pone el acento en los procesos sociales donde el conocimiento se produce. A partir de
procesos individuales de producción de conocimiento “las relaciones tenderán por sí
mismas hacia la estabilidad. Esto a través de procesos de ajuste y negociación, las personas
llegarán a compartir patrones reiterativos de intercambio, medios convencionales de
interacción con los otros y con el mundo alrededor”.5 El fin de estos procesos sería, más
que acuñar nuevas teorías, la transformación cultural, a través de procesos generativos.
1.3 Breve cierre: Afinidades y rupturas
A partir de estos breves anotaciones sobre los textos, podemos establecer una serie de líneas
básicas, que se desprenden y comparten, los planteamientos de Jean-Paul Bronckart (desde
el interaccionismo), con lo propuesto por Ernst van Glaserfeld, y Kenneth Gergen (desde el
constructivismo). En primer lugar resulta básica la crítica a los procesos cognitivos como
intente de aprehender la verdad ontológica de un mundo objetivo-exterior. Ambos
acercamientos establecen la centralidad de los procesos de coordinación de la acción social,
y los efectos que esta coordinación tiene en los procesos de negociación y transformación
de los procesos de acción comunicativa. El conocimiento, por lo tanto, no da cuentas del
ser de las cosas, sino de los procesos sociales mismo de los cuales ha emergido.
5 Kenneth Gergen, “La construcción social: emergencia y potencial”, 169-170,
Asimismo, ambos acercamientos coinciden en la necesidad de identificar, tanto a nivel
filogenétic como ontogenético, las formas de interacción entre modos de organización
social, estructuras lingüísticas y procesos mentales de los individuos en los procesos de
producción de conocimiento. Podríamos incluso afirma que el interaccionismo simbólico
ofrece una base epistemológica al constructuvismo.
Ambos planteamiento, sin embargo, distan en algunos aspectos. Uno podría encontrarse en
una teoría del discurso que recorre el texto de Bronckart, el cual no sería afín con algunas
de las nociones Gergen sostiene con respecto a la crítica ideológica y literaria. En el
segundo apartado quisiera ahondar precisamente, sobre esta crítica de Gergen.
2. Notas para una crítica ideológica
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