Reseña: La risa: un ensayo sobre la significación de lo cómico de Bergson Henri Ed.
Losada, Buenos Aires, 1939 (Trad. de Amalia Haydée Raggio).
Esta obra publicada por primera vez hacia 1900 reúne tres ensayos en torno a la risa
provocada por lo cómico: de lo cómico en general, lo cómico de las formas y lo cómico
de los movimientos, fuerza expansiva de lo cómico; lo cómico de situación y lo cómico
verbal; y lo cómico de los caracteres.
El primero de estos ensayos parte de que la risa es causada a partir de un elemento
común que da lugar a que la mueca de un payaso, un vodevil y la escena de una
comedia sean generadores de risa. Se establece como elemento común a lo cómico al
que sin pretender definir se va reconstruyendo a lo largo del ensayo, atendiendo a su
desarrollo y evolución, puesto que se lo considera como algo viviente. Es conforme a
ello que se van señalando determinados rasgos de lo cómico como: se produce dentro
del ámbito de lo propiamente humano; supone una cierta insensibilidad e indiferencia
para generar risa; y estar en contacto con otros sujetos “rientes” cuya presencia se marca
de manera física o bien virtual, lo que resalta el aspecto social de la risa.
Por otra parte atendiendo a la forma en que se va generando lo cómico señala que
puede darse por distracción u obstinación de un cuerpo por un efecto de rigidez o de
velocidad adquirida, sin que ello suponga una distinción entre un sujeto que es víctima
de una broma taller o bien quien va corriendo y cae siendo ambos efecto de una
circunstancia exterior. Pero así mismo se plantea que esa distracción y circunstancia
puede tener su asiento en la persona misma que generará lo cómico. De manera que
como puede apreciarse Bergson reconoce a la distracción como una mediadora entre lo
cómico generado por cuestiones superficiales y las profundas.
Avanzando con estas consideraciones generales se reconoce a la distracción interna
del hombre como producto de un vicio que establece un marco al que debe de ajustarse
y siendo además inconsciente al sujeto; puesto que lo cómico es inconsciente para quien
lo encarna no así para la sociedad que se ríe castigando a aquel por su rigidez. Pero por
lo que Bergson plantea la rigidez no solo refiere a una acción, sino también a un gesto o
deformidad que bien puede ser representado por un sujeto completamente sano como
puede apreciarse en una de las leyes que se propone a lo largo del trabajo.
En líneas generales en este ensayo se plantea que lo cómico tiene lugar a través de la
rigidez: de una acción, de un gesto, de una fisonomía, de todo aquello que simule un
acto humano que se automatiza y se desarrolla de de manera mecánica, cuando un
sujeto se adecua a la forma de una cosa o bien de aquel acto social que por su
organización ya supone una mecánica.
Por otra parte el segundo de los ensayos Lo cómico de la situación y lo cómico
verbal toma a la comedia puesto que se sirve de la vida diaria para conformarse. Aquí
se señala cómo se forma lo cómico en el teatro, siguiendo claramente sus postulados
precedentes, a partir de la analogía con distintos mecanismos como: el diablillo de
resorte (donde), el fantoche de hilos, y la bola de nieve. En otras palabras cómo bien
señala Bergson: “Lo cómico es aquel aspecto de la persona que le hace asemejarse a
una cosa, ese aspecto de los acontecimientos humanos que imita con una singular
rigidez el mecanismo puro y simple, el automatismo, e1 movimiento sin la vida.
Expresa, pues, lo cómico cierta imperfección individual o colectiva que exige una
corrección inmediata. Y esta corrección es la risa. La risa es, pues, cierto gesto social
que subraya y reprime una distracción especial de los hombres y de los hechos.”1
Sin embargo, el análisis de Bergson no se reduce solo a señalar los aspectos
mecánicos a los que se puede asociar la vida. Sino que también se focaliza en aquellos
procedimientos que vienen a desarrollarse en la comedia. De entre esos procedimientos
se plantea en primer lugar la repetición, que consiste en la repetición de una
combinación de circunstancias y situaciones con ligeras diferencias, como bien puede
ser la reiteración de una escena con personajes de distinta clase. En segundo lugar, la
inversión esta a diferencia del caso anterior consiste en una repetición pero “invertida”,
es decir, puede verse no un cambio de los personajes, sino en la alteración de los roles
que ejercen estos. Por último, la interferencia de series, que no posee una formula clara
de cómo se desarrolla puesto que incluso al definirla puede dar lugar a confusiones, al
consistir en: «Toda situación es cómica cuando pertenece a dos series de hechos
absolutamente independientes y se puede interpretar a la vez en dos sentidos totalmente
distintos.»2 Este último procedimiento como bien lo planteó Bergson se suele asociar
con el equívoco que consiste en: un acontecimiento que es presentado con dos sentidos
diferentes, uno propuesto por el autor y otro por el público y sirve como uno de los
medios para expresar la interferencia de series.
Por otro lado estos mismos procedimientos sirven no solo para organizar una serie de
sucesos o acciones sino que además sirven para establecer lo cómico del lenguaje. “Esto
equivale a decir que lo cómico del lenguaje debe corresponder, punto por punto, a lo
cómico de los actos y de las situaciones, y que no es más que su proyección, por decirlo
así, sobre el plano de las palabras”3
El último de los ensayos Lo cómico de los caracteres se plantea según su autor lo
más importante del trabajo puesto que aquí se desarrolla la idea de que lo cómico viene
a poner en tela de juicio la rigidez y automatismo del sujeto, señalando una inadaptación
social del mismo a la sociedad que lo castiga con la risa. En este segmento de la obra es 1 Bergson, H. (1939) La risa: un ensayo sobre la significación de lo cómico. Buenos Aires. Losada (Trad. de Amalia Haydée Raggio)2 Bergson, H. (1939) La risa: un ensayo sobre la significación de lo cómico. Buenos Aires. Losada (Trad. de Amalia Haydée Raggio)3
que se retoma de manera más plausible lo señalado al principio en cuanto a la
distracción del sujeto como elemento cómico, además de que es aquí donde se plantea a
don Quijote como tipo cómico puesto que encarna no cualquier tipo de distracción; sino
una distracción sistemática de aquellas que resultan más cómicas en tanto se las ha visto
desarrollarse.
Pero así mismo Bergson en este último ensayo señala algo que de algún modo se
vislumbra a través de toda la obra y es que lo cómico sigue cierta lógica que es nada
más ni nada menos que la del absurdo. Ese absurdo que nuevamente se viene a vincular
con el Quijote donde se da inversión del sentido común, en que don Quijote peca como
bien se plantea en la obra como todo personaje cómico: por distracción, por obstinación
de espíritu o de carácter, o por automatismo.
Pero esta obra no plantea al absurdo como una mera contraposición a algo, sino que
así mismo propone que este absurdo cómico tiene la misma naturaleza de los sueños. De
manera que en tanto la risa es la correctora social de lo cómico, del absurdo cómico; se
plantea de algún modo que seguir con la idea fija en algo y moverse en la sociedad
como si nada más importara es algo que debe evitarse. Es aquí donde puede pensarse
que se encuentra anclada la conclusión de Bergson de que la risa tiene un trasfondo de
amargura.