ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE YUCATÁN
“PROFESOR ANTONIO BETANCOURT PÉREZ”
RESUMEN: “De la teoría literaria
a la minificción posmoderna” de Lauro Zavala
Lic. David Anuar González Vázquez
Maestría en Español
Grupo 3A
Docente: Mtro. Humberto Gonzalo Rosado García
Asignatura: Literatura contemporánea
Fecha de entrega: 23 de noviembre de 2015
RESUMEN: “De la teoría literaria
a la minificción posmoderna” de Lauro Zavala
En este artículo Lauro Zavala presenta un modelo de análisis de la narrativa literaria que el
autor denomina paradigmático, al fundamentarse en tres paradigmas principales: el clásico,
el moderno y el posmoderno (Zavala, 2007: 86). El artículo se divide en tres secciones, la
primera dedicada a las características generales de los textos narrativos; en la segunda se
bosquejan los tres paradigmas antes mencionados y cómo diferenciarlos; en la tercera se
presenta un modelo de análisis para las minificciones.
Elementos para el análisis de la ficción literaria
En esta primera sección Lauro Zavala se propone armar un mapa analítico “para ofrecer un
conjunto de herramientas de carácter conceptual” (2007: 87). Este mapa está estructurado
en dos ejes: el sintagmático y el paradigmático; y se contemplan diez categorías de
elementos narrativos: “Título, Inicio, Narrador, Personajes, Lenguaje, Espacio, Tiempo,
Género, Intertextualidad y Final” (2007: 87).
Una cartografía didáctica como modelo para armar
El mapa de análisis que Lauro Zavala propone resulta ser un doble mapa superpuesto, en
tanto que está conformado por un primer mapa con preguntas guía de carácter general,
sobre el cual se superpone un segundo mapa particular que permite al lector y analista
profundizar en algún aspecto. Los ejes teóricos sobre los cuales se levantan estos mapas,
nos comenta Zavala, son la narratología, la semiología, el formalismo ruso, la lingüística
del texto, la teoría de la recepción, y la intertextualidad.
El primer mapa, me parece percibir, parte de la pregunta ¿qué te pareció el texto?
Después de responder esta pregunta se procede al siguiente mapa, conformado por diez
elementos:
1- Título (sintaxis, polisemia, anclajes)
2- Inicio (función estructural, primer frase, intriga de predestinación)
3- Narrador (sintaxis, distancia, perspectiva, focalización y tono)
4- Personajes (protagonista, conflictos interiores y exteriores, evolución psicológica,
personajes planos, doble del protagonista)
5- Lenguaje (convencionalidad, figuras, relaciones, juegos)
6- Espacio (determinación, cronotopo, desplazamientos, objetos)
7- Tiempo (referencial, gramatical, diegético, psicológico, de escritura, de lectura)
8- Género (temas, estructuras convencionales, modalidades)
9- Intertextualidad (estrategias, intercodicidad, subtextos)
10- Final (clásico, moderno, posmoderno).
Un modelo paradigmático para el estudio de la ficción literaria
El modelo paradigmático que propone Zavala es una tipología conformada por tres posibles
formas del cuento: los clásicos, los modernos y los posmodernos. El autor va a diferenciar
cada tipo al tomar en cuenta 5 factores sustantivos: tiempo, espacio, personajes, instancia
narrativa y final. No obstante, hace dos señalamientos que me parecen importantes: 1) “no
existen textos a los que podamos llamar necesariamente posmodernos sino tan sólo lecturas
posmodernas de textos en los que coexisten simultáneamente elementos de naturaleza
clásica […] y elementos de naturaleza moderna” (Zavala, 2007: 88). 2) La distinción
lingüística entre cuento y relato que en nuestra lengua corresponde al primero el cuento
clásico y al segundo el cuento moderno.
Breve visita guiada a la cinta de Möbius
Zavala establece un periodo de 150 años de desarrollo histórico del cuento (de 1842 a
1992), donde distingue principalmente cuatro etapas o momentos: 1) 1842, establece Poe el
principio de unidad y final sorpresivo; 2) 1892, Chejov reflexiona sobre el principio de
compasión y el final abierto; 3) 1944, publicación de Ficciones, de Jorge Luis Borges,
donde se combinan elemento clásicos y modernas (escritura posmoderna); 4) 1992,
testimonio de diversos escritores sobre la reescritura de la tradición.
El cuento clásico: Representación convencional de la realidad
Zavala siguiendo a Borges menciona que todo cuento cuenta dos historias, una explícita y
otra que se mantiene implícita hasta el final, en que es revelada. En este sentido, la tensión
en el cuento se genera a raíz del desarrollo de la historia implícita. El tiempo en los cuentos
clásicos es lógico, secuencial y de desarrollo inevitable. El espacio es descrito de manera
verosímil según los cánones de la narrativa realista. Los personajes son convencionales y
arquetípicos en tanto que representan a un tipo genérico construido desde una ideología
particular. El narrador es confiable y omnisciente. El final consiste en una revelación
explícita de una verdad narrativa: es epifánico.
El cuento moderno: la tradición anti-realista
El cuento moderno también llamado relato, se caracteriza por tener también dos historias,
una convencional y otra de carácter alegórico, o de género distinto al narrativo o incluso a
no surgir. El tiempo en el relato está organizado desde la subjetividad del protagonista o del
narrador, y también se da el fenómeno conocido como espacialización del tiempo. El
espacio también es representado desde la subjetividad del narrador o del personaje,
fijándose sólo en algunos elementos del espacio. Los personajes están construidos desde
adentro, por ello adquiere relevancia sus problemas y contradicciones internas. El narrador
se presenta en distintos niveles narrativos en contradicción entre sí. El final es abierto y no
epifánico. Todos estos elementos hacen del cuento moderno anti-realista, experimental y de
estructura arbórea.
El cuento posmoderno: presentación de una realidad textual
En los cuentos posmodernos no son tanto dos historias sino dos discursos o reglas genéricas
las que se yuxtaponen y crean simulacros intertextuales pues carecen de original. El tiempo
puede ser cronológico aunque limitado al simulacro de contar una historia. El espacio que
se crea es virtual y limitado a la página. Los personajes suelen ser paródicos, intertextuales
o metaficcionales. El autor puede desaparecer o ser demasiado evidente. El final es
epifánico pero irónico. Todo lo anterior hace que los cuentos posmodernos sean obran en
constante construcción. Los cuentos posmodernos no son ni representación ni anti-
representación sino presentación de realidades textuales.
¿Qué hay después de la ficción posmoderna?
Parece que la respuesta de Lauro Zavala a esta pregunta es el hipertexto, el cual es definido
de la siguiente manera: “el hipertexto hace posible la concreción de una metáfora como la
que sostiene que el lector es el autor último del sentido del texto” (2007: 91).
Para analizar la minificción literaria
La minificción, como nos comenta Zavala, no es un minicuento, sino un nuevo género
textual experimental de extensión mínima con su propia lógica interna que surge a
principios de siglo XX. Algunos sitúan diversos textos de Julio Torri como punto de inicio.
“la minificción siempre surge como consecuencia de un acto de relectura irónica o
paradójica de convenciones textuales, ya sean genéricas o ideológicas” (Zavala, 2007: 92).
Breve manual para reconocer una minificción
En 1998 en medio de un encuentro internacional la investigadora Violeta Rojo presentó su
libro Breve manual para reconocer minicuentos donde proponía las siguientes
características para reconocer y diferenciar una minificción de un cuento, un poema, un
ensayo, o una novela. Entre algunas de las características principales que señalaba se
encuentran las siguientes: “la hibridación genérica, el humor, la ironía, la intertextualidad y
la metaficción” (Zavala, 2007: 92). La principal diferenciación que su busca establecer
entre minicuento y minificción es que el primero responde a un cuento clásico pero muy
breve, en cambio, las minificción no contiene las características del cuento clásico. En
palabras de Zavala, para reconocer una minificción debe tenerse en cuenta lo siguiente: “El
indicio más seguro para reconocer una minificción consiste en la necesidad de releer el
texto para reconocer sus formas de ironía inestable. Por ello, mientras un minicuento
(como también ocurre en el caso del chiste) se agota en una primera lectura, en cambio la
minificción (como también ocurre con la poesía) se enriquece en cada relectura” (2007:
92). Podríamos decir que la minificción es hasta cierto punto opaca (opone resistencia a la
aprehensión clara) y polisémica, y las diversas lecturas que operamos sobre ella permiten
profundizar en el sentido.
Las fronteras entre literatura moderna y posmoderna
Para Lauro Zavala la frontera entre lo moderno y lo posmoderno en literatura debe ser
definido desde la propia literatura y no desde otros campos disciplinares o culturales, por
ello, para Zavala lo moderno y lo posmoderno tiene más que ver con lo estético. Algunas de
las características de lo posmoderno en literatura son las siguientes:
1- Simultaneidad de componentes clásicos, modernos y posmodernos.
2- Son paradójicos como parte de su naturaleza productiva de lectura causada por el
punto 1.
3- La distinción de los posmoderno debe darse a través de la lectura y no a través de
los textos (moderno) o los autores (clásico).
4- Inversión del orden narrativo inicio-catafórico / final-anafórico por inicio-
anafórico / final-catafórico.
Para estudiar la minificción
La minificción moderna y experimental se distingue la presencia de uno o varios de los
siguientes componentes literarios: tiempos simultáneos, espacio anamórfico, ausencia de
arquetipos, narrador irónico, lenguaje estilizado y final abierto. Minificciones modernas son
las de Julio Torri, Oliverio Girondo, Cristina Peri-Rossi y Juan José Arreola.
La minificción posmoderna y lúdica se distingue por la presencia de uno o varios de los
siguientes componentes literarios: tiempo anafórico, espacio metonímico, narrador
implícito, personajes alusivos, lenguaje metafórico, género alegórico, intertexto catafórico
y final fractal, es decir, diferido o serial. Minificciones posmodernas son las de Luis Britto
García, Guillermo Samperio, Julio Cortázar, Jorge Luis Borges; las novelas formadas por
minificciones integradas, como las de Luis Rafael Sánchez, Juan José Arreola (La feria),
Nellie Campobello (Cartucho) y Luis Humberto Crosthwaite, y la escritura serial de Felipe
Garrido, Augusto Monterroso, Eduardo Galeano y Ana María Shua” (Zavala, 2007: 94).
Coda: La minificción como el antivirus de la literatura
La minificción es el género literario de más reciente creación o concientización, surge
como una relectura de otros géneros, y pone de relieve lo lúdico, lo irónico, lo paródico, el
juego intertextual… Ahora bien, Lauro Zavala propone a la minificción como antivirus de
la literatura en tanto que corrige diversos “errores” o costumbres en distintos tipos de
lectores.