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P á g i n a 3 S p e s U n i c a
Editorial 4
Hic et Nunc, por Julio Cortázar 5
Tlön, Uqbar, Orbis Tertius (3º parte), por Jorge Luis Borges 6
Deja que te enseñe, por Horacio Otheguy Riveira 8
Canelita o el paso de azúcar amarga (3º parte), por Chabela Ximénez
12
Divagaciones pelotudas, por María de la Paz Reyes Peña 15
Poesía, por Daniel Grustán Isabela 16
Se me cayeron las alas 18
Lesiones del buen vivir, por Roberto Langella 20
El silencio de Lorna, por Guillem de Rubenhor 21
Los signos del horóscopo chino (Búfalo) 24
Misceláneas interrumpidas, por Horacio Otheguy Riveira y Rober-to Langella
28
El arte de Cristian Kocak 30
Esperando a Godot, por Ñapi 35
Onomancia 36
Horóscopo 37
Sumario de los números anteriores 39
SumarioSumarioSumario
P á g i n a 4 S p e s U n i c a
La felicidad
E s esa cosa que nadie se atrevería a decir
que existe con alguna firmeza, con algu-
na contundencia en la voz, pero que
todos creen conocer; todo el mundo al menos
tiene una opinión formada acerca de qué es la
felicidad, pero nadie parece tenerle mayor con-
fianza a su propio parecer en este caso, por
ejemplo, como para decir ―la felicidad es esto o
aquello‖, ―la felicidad está allá o acá‖, o ―tiene tal
o cual forma, color, aroma‖.
Si usted pregunta, verá que comúnmente dicen
que es muy escurridiza, efímera, y abogar por
algún grado de permanencia, de consistencia de
la felicidad parece ser una cuestión más o menos
excluyente del discurso de los gurúes y los auto-
res de material de auto-ayuda; es decir, una cues-
tión de charlatanes.
La gente tiene miedo en general de pronunciarse
por la felicidad, ni tan a favor ni tan en contra, y
tocar el tema siempre parece ser entrar en terre-
no resbaladizo, como por algún miedo de quedar
en ridículo, de enseguida verse forzado a confe-
sar una experiencia pasada que afecte el pundo-
nor.
Los más artistas enseguida le pasan la responsa-
bilidad al que tienen al lado, ―la felicidad sos
vos‖, le dice el poeta a su novia, que lo mira co-
mo diciendo ―¿eh?‖, cuando todavía no había
alcanzado del todo a ponerse la bombacha.
Los más racionalistas dicen que la felicidad es
ilusión, como el alma. Así los ojos no son venta-
na de nada y si uno mira adentro del ojo de la
novia, también, lo único que verá es más ojo,
aunque ya se haya puesto la bombacha.
En este mundo no conviene ser ni muy muy ni
tan tan, ni muy feliz para que a uno lo tomen de
estúpido ni demasiado infeliz para que lo consi-
deren inconveniente. Ser levemente melancólico,
a un tipo le atrae mujeres, eso es innegable, pero
exagerar la nota puede conducirte a que nadie
quiera invitarte a su fiesta, o a alejarte de las bom-
bachas.
Yo creo, sí, que la felicidad existe y que está empa-
rentada con la plenitud, con la satisfacción, y que
un estado de felicidad y de plenitud de ningún
modo tiene por qué estar reñido con sentimientos
de tristeza, cuando estos son genuinos, legítimos.
Vivimos en un mundo plagado de miserias, así
que podemos convenir con que, efectivamente, ir
por la vida con una sonrisa permanente y de oreja
a oreja suena a ser medio pelotudo, pero el ceño
fruncido de manera consuetudinaria tampoco pa-
rece ser conveniente, toda vez que si el mundo es
de por sí bastante miserable, uno, de quejarse,
generalmente lo hace de lleno.
Hay una porción de la humanidad que muere cada
día de inanición, y a ellos no les llegan las palabras
de nadie. Todos los demás pasamos por nuestras
experiencias desgraciadas, quién lo discute, pero
en la medida que nos queda margen para decir un
chiste más, para arrancar una sonrisa más, eso
significa que seguimos en la búsqueda. Nunca
pasé por el trance, pero imagino el Nirvana como
a una enorme carcajada, posiblemente la última.
No me parece conveniente vivir sin la esperanza
de que la felicidad, la plenitud, el alma, existan y
sean algo tangible, y al alcance de la mano de cual-
quiera. Los chicos se cuestionan menos, para un
chico la felicidad es que lo lleven al cine o le com-
pren el último videojuego, que tanto estaba espe-
rando. Posiblemente sea que sus realidades son
más limitadas, que tengan ellos menos consciencia
de las cosas, pero es que tampoco tienen obliga-
ción de hacer que las cosas sean diferentes, por-
que son chicos, precisamente. Se arreglan con lo
que tienen, en cualquier caso.
En una cuestión de escalas, deberíamos saber
hacer lo mismo.
Roberto Langella,
Febrero 2013.
H i c E t N u n c , H i c E t N u n c , H i c E t N u n c ,
p o r J u l i o C o r t á z a rp o r J u l i o C o r t á z a rp o r J u l i o C o r t á z a r
P á g i n a 5 S p e s U n i c a
E ste monismo o idea-
lismo total invalida
la ciencia. Explicar
(o juzgar) un hecho es unir-
lo a otro; esa vinculación,
en Tlön, es un estado poste-
rior del sujeto, que no puede
afectar o iluminar el estado
anterior. Todo estado men-
tal es irreductible: el mero
hecho de nombrarlo -id est,
de clasificarlo- importa un
falseo. De ello cabría dedu-
cir que no hay ciencias en
Tlön -ni siquiera razona-
mientos. La paradójica ver-
dad es que existen, en casi
innumerable número. Con
las filosofías acontece lo
que acontece con los sustan-
tivos en el hemisferio bore-
al. El hecho de que toda fi-
losofía sea de antemano un
juego dialéctico, una Philo-
sophie des Als Ob, ha con-
tribuido a multiplicarlas.
Abundan los sistemas in-
creíbles, pero de arquitectu-
ra agradable o de tipo sen-
sacional. Los metafísicos de
Tlön no buscan la verdad ni
siquiera la verosimilitud:
buscan el asombro. Juzgan
que la metafísica es una ra-
ma de la literatura fantásti-
ca. Saben que un sistema no
es otra cosa que la subordi-
nación de todos los aspectos
del universo a uno cualquie-
ra de ellos. Hasta la frase
«todos los aspectos» es re-
chazable, porque supone la
imposible -adición del ins-
tante presente y de los
pretéritos. Tampoco es líci-
to el plural «los pretéritos»,
porque supone otra opera-
ción imposible... Una de las
escuelas de Tlön llega a negar
el tiempo: razona que el pre-
sente es indefinido, que el fu-
turo no tiene realidad sino co-
mo esperanza presente, que el
pasado no tiene realidad sino
como recuerdo presente1.Otra
escuela declara que ha trans-
currido ya todo el tiempo y
que nuestra vida es apenas el
recuerdo o reflejo crepuscular,
y sin duda falseado y mutila-
do, de un proceso irrecupera-
ble. Otra, que la historia del
universo -y en ellas nuestras
vidas y el más tenue detalle de
nuestras vidas- es la escritura
que produce un dios subalter-
no para entenderse con un de-
monio.
Otra, que el universo es com-
parable a esas criptografías en
las que no valen todos los
símbolos y que sólo es verdad
lo que sucede cada trescientas
noches. Otra, que mientras
dormimos aquí, estamos des-
piertos en otro lado y que así
cada hombre es dos hombres.
Entre las doctrinas de Tlön,
ninguna ha merecido tanto
escándalo como el materialis-
mo. Algunos pensadores lo
han formulado, con menos
claridad que fervor, como
quien adelanta una paradoja.
Para facilitar el entendimiento
de esa tesis inconcebible, un
heresiarca del undécimo siglo2
ideó el sofisma de las nueve
monedas de cobre, cuyo re-
nombre escandaloso equivale
en Tlön. al de las aporías eleá-
ticas. De ese «razonamiento
especioso» hay muchas ver-
siones, que varían el núme-
ro de monedas y el número
de hallazgos; he aquí la más
común:
El martes, X atraviesa un
camino desierto y pierde
nueve monedas de cobre.
El jueves, Y encuentra en el
camino cuatro monedas,
algo herrumbradas por la
lluvia del miércoles. El vier-
nes, Z descubre tres mone-
das en el camino. El viernes
de mañana, X encuentra dos
monedas en el corredor de
su casa. El heresiarca quería
deducir de esa historia la
realidad -id est la continui-
dad- de las nueve monedas
recuperadas. Es absurdo
(afirmaba) imaginar que
cuatro de las monedas no
han existido entre el martes
y el jueves, tres entre el
martes y la tarde del vier-
nes, dos entre el martes y la
madrugada del viernes. Es
lógico pensar que han exis-
tido -siquiera de algún mo-
do secreto, de comprensión
vedada a los hombres- en
todos los momentos de esos
tres plazos.
El lenguaje de Tlön se re-
sistía a formular esa parado-
ja; los más no la entendie-
ron. Los defensores del sen-
tido común se limitaron, al
principio, a negar la veraci-
dad de la anécdota. Repitie-
ron que era una falacia ver-
bal, basada en el empleo
temerario de dos voces neo-
lógicas, no autorizadas por
el uso y ajenas a todo pensa-
miento severo: los verbos
P á g i n a 6 S p e s U n i c a
encontrar y perder, que com-
portaban una petición de
principio, porque presupon-
ían la identidad de las nueve
primeras monedas y de las
últimas. Recordaron que
todo sustantivo
(hombre, moneda, jue-
ves, miércoles, lluvia)
sólo tiene un valor me-
tafórico. Denunciaron la
pérfida circunstancia
algo herrumbradas por
la lluvia del miércoles,
que presupone lo que se
trata de demostrar: la
persistencia de las cua-
tro monedas, entre el
jueves y el martes. Explica-
ron que una cosa es igualdad
y otra identidad y formula-
ron una especie de reductio
ad absurdum, o sea el caso
hipotético de nueve hombres
que en nueve sucesivas no-
ches padecen un vivo dolor.
¿No sería ridículo -
interrogaron- pretender que
ese dolor es el mismo?3 Dije-
ron que al heresiarca no lo
movía sino el blasfematorio
propósito de atribuir la divi-
na categoría de ser a unas
simples monedas y que a ve-
ces negaba la pluralidad y
otras no. Argumentaron: si la
igualdad comporta la identi-
dad, habría que admitir asi-
mismo que las nueve mone-
das son una sola. Increíble-
mente, esas refutaciones no
resultaron definitivas. A los
cien años de enunciado el
problema, un pensador no
menos brillante que el here-
siarca pero de tradición orto-
doxa, formuló una hipótesis
muy audaz. Esa conjetura
feliz afirma que hay un solo
sujeto, que ese sujeto indivi-
sible es cada uno de los seres
del universo y que éstos son
los órganos y máscaras de la
divinidad. X es Y y es Z. *
descubre tres monedas por-
que recuerda que se le per-
dieron a X; X encuentra dos
en el corredor porque re-
cuerda que han sido recupe-
radas las otras... El onceno
tomo deja entender que tres
razones capitales determina-
ron la victoria total de ese
panteísmo idealista. La pri-
mera, el repudio del solip-
sismo; la segunda, la posibi-
lidad de conservar la base
psicológica de las ciencias;
la tercera, la posibilidad de
conservar el culto de los
dioses. Schopenhauer (el
apasionado y lúcido Scho-
penhauer) formula una doc-
trina muy parecida en el pri-
mer volumen de Parerga
und Paralipomena.
La geometría de Tlön com-
prende dos disciplinas algo
distintas: la visual y la táctil.
La última corresponde a la
nuestra y la subordinan a la
primera. La base de la geo-
metría visual es la superfi-
cie, no el punto. Esta geo-
metría desconoce las parale-
las y declara que el hombre
que se desplaza modifica las
formas que lo circundan. La
base de su aritmética es la
noción de números indefini-
dos. Acentúan la importan-
cia de los conceptos de ma-
yor y menor, que nuestros
matemáticos simbolizan por
> y por <. Afirman que
la operación de contar
modifica las cantidades y
las convierte de indefini-
das en definidas. El
hecho de que varios indi-
viduos que cuentan una
misma cantidad logren
un resultado igual, es pa-
ra los psicólogos un
ejemplo de asociación de
ideas o de buen ejercicio
de la memoria. Ya sabe-
mos que en Tlön el sujeto
del conocimiento es uno y
eterno.
1Russell (The Analysis of Mind,
1921, página 159) supone que el
planeta ha sido creado hace pocos
minutos, provisto de una humani-
dad que «recuerda» un pasado
ilusorio. 2Siglo, de acuerdo con el sistema
duodecimal, significa un período
de ciento cuarenta y cuatro años. 3En el día de hoy, una de las igle-
sias de Tlön. sostiene platónica-
mente que tal dolor, que tal matiz
verdoso del amarillo, que tal tem-
peratura, que tal sonido, son la
única realidad. Todos los hombres,
en el vertiginoso instante del coito,
son el mismo hombre. Todos los
hombres que repiten una línea de
Shakespeare, son William Shakes-
peare.
CONTINUARÁ EN EL PRÓXIMO
NÚMERO
P á g i n a 7 S p e s U n i c a
L os labios en su cue-
llo, las manos en sus
pechos desnudos, el
aroma de la piel, el cuerpo
como ausente en una sen-
sación de lejanía que pronto
fue para siempre porque el
Padre Ledesma perdió el
conocimiento y tuvo un vahí-
do de considerable impor-
tancia que inquietó a Lour-
des, y ambos consideraron
señal divina de que mejor
dejarlo.
Volvió en sí lentamente. Ella
quiso escuchar un Te quiero
susurrado, pero de sus la-
bios lívidos salieron pala-
bras muy distintas: No aban-
donaré los hábitos para ca-
sarme, ni seré el cínico que
exige a los demás lo que él
no sabe reprimir.
Sucedió una noche después
de muchas jornadas de tra-
bajo en la parroquia, siem-
pre superados por las nece-
sidades, faltos de personal
en comedores, centros de
desintoxicación, de madres
solteras, de niños abando-
nados…, dos soledades que
se fueron enlazando hasta
aquella noche en que, más
fatigados que de costumbre,
abandonaron todas las de-
fensas y dejaron de oír sus
propios llamados de aten-
ción.
Después del vahído, Lour-
des se ofendió y dejó de
ayudarle; abandonó toda
colaboración, y aquí está
ahora, subida a una escale-
ra, espiándole por la venta-
na, con un reportero babe-
ando por una exclusiva de
las que levantan polvareda.
Llevan muchas horas vigilan-
do de frustración en frustra-
ción: nada de magreos ni arru-
macos, puro trabajo a pie de
obra, consumido el hombre por
el deber mientras el negocio
del escándalo se difumina co-
mo si nunca hubieran existido
las enfáticas promesas de la
mujer despechada.
Lourdes ansía encender un
cigarrillo y aspirar el humo co-
mo si el Padre Ledesma estu-
viera a su lado, desnudo en la
cama en que aquella vez estu-
vo a punto de amarla, al fin
felizmente exhausto después
de ver a Dios en su piel, en el
sabor de sus muslos, en una
sucesión de espléndidos jade-
os.
Un amor como no hay otro
igual, se decía, bolereando
nerviosa y sufriente, con tanta
pasión nunca confesada ni
consumada. Se le quedaron
grabados los pocos gestos tan
prometedores: los labios en su
cuello, las manos en sus pe-
chos desnudos, el aroma de la
piel, el cuerpo como ausente
en una lejanía que pronto fue
para siempre porque el Padre
Ledesma perdió el conocimien-
to, un vahído que acabó con
toda esperanza.
Desde entonces, Lourdes se
replegó, desatendió a sus
hijos y dejó a su marido dur-
miendo en el sofá; representó
la comedia de la depresión,
arrojando por el váter los anti-
depresivos mientras le con-
sumía una venganza de las
buenas. Una venganza que se
expandía por su mente como
un crimen perfecto.
No deambulaba por las ca-
lles solitaria y alcoholizada,
como hacía creer a su fami-
lia, promoviendo una miste-
riosa depresión en un hogar
feliz; realizaba largos y
complicados periplos por la
ciudad siguiendo al cura en
sus muchas ocupaciones.
Largo y flaco, mal alimenta-
do, mal dormido, el hombre
siempre se las ingenia para
estar en muchos lugares,
atendiendo a drogadictos
que recaen después de va-
rios intentos de desintoxica-
ción, a familias sin recursos,
a mujeres maltratadas, a
enfermos de sida… Tantas
son sus ocupaciones que ya
ni da misa ni confiesa.
Un domingo se hizo de tiem-
po para dar una mano a las
Monjas Agustinas que cui-
dan de madres solteras. Mu-
cho se preocupaba el Padre
Ledesma de dos de esas
niñas. Pero mucho, ante la
mirada recelosa de su ena-
morada Lourdes Villalba
Martínez. Y ahí le surgió a
ella la idea que ahora quiere
llevar hasta el final: foto-
grafías, escándalo público,
vergüenza total, pederasta
inmundo, manos sucias en
la niña bien formada que
todavía no tiene los 15, bien
ondulada, preciosa, esas
manos fogosas, ese aliento
a hierbabuena: los labios en
su cuello, las manos en sus
pechos desnudos, el aroma
de la piel.
Preparada la cámara fo-
tográfica, dispuestos los
cuatro ojos para convertir el
odio en pingüe beneficio,
Deja que te enseñe (relato),
por Horacio Otheguy Riveira
P á g i n a 8 S p e s U n i c a
todo en orden, perfecto, y el
cura que les deja con la miel
en los labios porque no hay
modo de encontrarle en esce-
na parecida. Todo lo que
Lourdes vio en el perverso
sacerdote no existió nunca. Y
esta es una tarde nefasta en
que la niña ha sido rescatada
milagrosamente de su intento
de suicidio con pastillas que
roban y venden sus amigos;
el Padre fue a socorrer una
vez más a las monjas des-
amparadas, cada vez con
menos recursos. No hay noti-
cia vendible en estos guar-
dianes de la fe que lograron
salvar de un eterno sufri-
miento a la criatura más débil.
Un fiasco. El sacerdote como
un maldito mártir: en los hue-
sos, sudoroso, fatigado; y a
los ojos de la mujer que le
adora, el hombre más hermo-
so de la tierra.
Lourdes pide disculpas a su
amigo reportero y rechaza la
oferta de ir en su coche, pre-
fiere andar, por mucho que le
insista: Pero qué dices, mu-
jer, esto está muy lejos,
tendrás que caminar por la
carretera y vaya a saberse
cuándo llegas.
Se sumerge en la noche, as-
pira profundamente el humo
del cigarrillo, se ríe recordan-
do la magia del gran Frakson
que con el humo de un solo
cigarrillo hacía aparecer otro
y otro y otro más; noche ce-
rrada y caminos desiertos
con uno que otro coche que
pasa a mucha velocidad, se
detiene, aspira la noche,
siente las caricias imposibles,
la disolución de las ilusiones.
Continúa andando hasta de-
jarse caer junto a un árbol.
Se sienta en el suelo con los
brazos enlazando las pier-
nas, la cabeza contra la pa-
red, los besos sobre los
párpados, las manos que la
ponen de pie y la besan lar-
go y le dan la vuelta dulce-
mente, apoyándose lujurioso
y feliz de serlo, los labios en
su cuello, las manos en sus
pechos desnudos, el aroma
de la piel, el cuerpo como
ausente en una lejanía fulmi-
nante porque el Padre Le-
desma pierde el conocimien-
to y decide abandonarla. Sin
embargo, Lourdes ve titilar
un quinqué en una ventana,
y al lado un espejo y un le-
cho con las sábanas revuel-
tas; oye el desprendimiento
apresurado de su ropa, sien-
te su boca sobre la suya,
una mano tendida, la mano
cálida recorriéndola entre
dulces jadeos. Qué cosa,
cómo se me ha ocurrido,
cómo fui capaz de intentar
malograrte, qué canalla, vaya
si tendré que esforzarme
para que me perdones, de
momento no digas nada, ca-
lla y disfruta, bandido, deja
que te enseñe a enamorarte
más todavía.
P á g i n a 9 S p e s U n i c a
P á g i n a 1 0 S p e s U n i c a
P á g i n a 1 1 S p e s U n i c a
L a historia surgió, como surgen todas las cosas intere-
santes de la historia, sin aspavientos, con la natu-ralidad de lo cotidiano. - Hoy ha venido Sebas-tián, madre –decía María Antonia, mientras corta-ba el pan-. No sabes lo bien que se le ve. Ha cambiado muchísimo desde que se casó. Por-que mira que lo pasó mal el pobre hombre. Ya se merecía un cambio como ese. Canelita esperó impa-ciente a que alguien pre-guntara. Descartó en principio al niño porque nunca hablaba y, cuando lo hacía, jamás pregunta-ba o pedía opinión. Se limitaba a hacer afirma-ciones que eran senten-cias por su poca opción a ser discutidas. Tampoco Doña Pilar iba a preguntar porque, de seguro, ya era conocedo-ra de los antecedentes de la vida del tal Sebas-tián. Bienvenido viajaba por el mundo de la gula, mojando sopones en to-dos los platos a su alcan-ce y Rufino cataba ruido-samente un chato de un vino que le había traído un camionero, de no sé qué pueblo de la sierra. Sólo quedaba Daniela, persona poco dada a pensar pero tremenda-mente curiosa. Canelita
puso todas sus esperanzas en ella y ella no se hizo es-perar. - ¿Y por qué lo ha pasado tan mal ese pobre hombre?- Preguntó con sus enor-mes ojos abiertos como ostras abiertas. - Es una historia muy larga –dijo Doña Pilar. Y Canelita supo que la iba a contar. - Yo conocí al padre de Se-bastián cuando la guerra. Era republicano, igual que mi marido, y ambos esta-ban huidos, escondidos por las cuevas de Trebujena, en Cádiz. Los civiles hac-ían sus búsquedas con pe-rros y cazaban a los venci-dos a manojos, como a chinches. El padre de Se-bastián ayudó a mi Juan a salir con vida de aquellos montes y se lo llevó a Francia con él. Por aquel entonces ya estaba en el mundo su hermana y Se-bastián venía de camino. Imaginaos el cuadro con aquella mujer embarazada de siete meses en mi puer-ta, con una niña pequeña de la mano que no paraba de llorar, pidiéndome un rincón para vivir hasta que su marido volviera. Yo las hice pasar hasta el salón, que era también sa-la y cocina, y allí les serví un poco de sopa de apio, que era lo único que tenía. Luego le dije a todo el que preguntó que era una pri-ma viuda que había llega-do del pueblo y se quedó a
vivir conmigo varios años. Cuando pasó lo peor y dejó de perseguirse con tanto ahínco a los venci-dos, algunos regresaron y, entre ellos, vinieron nuestros hombres. Ese año nos separamos y nuestras vidas tomaron caminos diferentes, pero siempre estuvimos en contacto. -Esa no es la historia, madre, ésa es la historia de la historia. De lo que hablamos es de la vida del pobre Sebastián: El hombre al que de chiqui-llo arroyó un tren y salió ileso. El hombre que ase-gura que desde aquel incidente puede ver lo que va a pasar antes de que pase. El hombre al que todos temen cuando fija la mirada. - Seguramente el tren le dio un mal golpe en la cabeza –dijo Rufino con el chato a medio camino hacia los labios-, no cabe otra explicación. - Tú siempre tan incrédu-lo –continuó María Anto-nia-. Sin embargo yo he visto erizársele el vello al más escéptico al com-probar cómo le acertaba el día y la hora en que su hijo nacería, cuando ni siquiera tenía esperan-zas de ser padre. Es un hombre prodigioso. Según contaba, recibía una especie de impresión
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en blanco y negro de lo que iba a suceder, sin po-sibilidad de controlarlo a voluntad. - Lógico teniendo en cuenta que cuando lo co-gió el tren no había sino televisión en blanco y ne-gro. - ¡Cállate de una vez, Ru-fino! –cortó Doña Pilar- ¡Haces hablar a las pie-dras! ¡No sé si lo harás por miedo o por total igno-rancia, pero me estás po-niendo de los nervios! - Bueno –prosiguió María Antonia, como si nada la hubiera interrumpido-, el caso es que Sebastián siempre fue un hombre desgraciado a causa de ese don. Nadie desea que le asalten por la calle y le digan el futuro a bocajarro y sin preguntar y él, senci-llamente, no podía evitar-lo. Por menos de nada, en plena fiesta del pueblo o en mitad de una reunión de café, señalaba al futuri-ble y lo empapaba de hechos y acontecimientos posteriores e inevitables. La gente lógicamente em-pezó a rehuirlo. Se apar-taba de él como si fuera un apestado. Nadie quería ser el siguiente destinata-rio de una de sus visio-nes. Las madres prohib-ían a sus hijos hablar con él, los hombres le hacían el cerco en la taberna y jamás tuvo un compañero de trabajo. Sebastián tuvo que dedi-carse al campo. Al duro y solitario trabajo del cam-po. Allí pasaba su vida aprendiendo a doblegar
en silencio aquel don maldito con el que la na-turaleza y su capricho
habían decidido que él cargara. Se encerró en sí mismo y rompió con el mundo. Tan sólo una vez al mes salía de su encierro vo-luntario y bajaba al pue-blo para ver a sus padres y alguna que otra vez en el año, pasaba a hacer-nos una de sus esporádi-cas visitas silenciosas. No hablaba entonces, se limitaba a observarnos y apuntaba en una vieja libreta las cosas que se había jurado a sí mismo que no volvería a contar. Ni siquiera comía con no-sotros. Pedía en la barra algún menú y se marcha-ba al terminar, sin decir adiós. Creo que sólo pre-tendía comprobar que nos encontrábamos bien. - ¡Pobre hombre! – No pudo reprimir Daniela, secándose un par de lágrimas que asomaban de sus enrimeladas pes-
tañas. - Si, era muy desgraciado – asintió la jefa-. Nosotros hacíamos lo imposible por animarlo: Le presentába-mos a clientes y amigos, lo invitábamos a fiestas en la venta, incluso lo vi-sitábamos si tardaba en venir a vernos, pero él se negaba a todo. Parecía rechazar al resto de la humanidad. Hasta que apareció ella. - ¿Quién apareció? – Pre-guntó Rufino realmente interesado. - ¡Vaya –saltó su suegra-, parece que te está empe-zando a interesar la histo-ria! - No es la historia, mujer, es la forma de contarlo de su hija. Mi mujer siempre ha tenido madera de cuenta-cuentos. - Sí, lo aprendió de su pa-dre –sentenció Doña Pi-lar. Y nadie supo a cien-cia cierta qué quiso decir concretamente. María An-tonia optó por proseguir, como si no fuera con ella: - La primera vez que esa mujer vino por El Paso de Azúcar, llovía. Lo recuer-do porque aquel fue uno de los cuatro días de la historia de la venta, en los que tuvimos que cambiar el menú. En vez de aliño del aliño de mariscos que anunciamos, pusimos una sopa de pescado, creo recordar. Aquel fue un ra-ro agosto, frío y lluvioso. Ella llegó empapada y pi-dió algo caliente para co-mer. Como no había mu-cha gente en el comedor, me entretuve vistiéndole
P á g i n a 1 3 S p e s U n i c a
la mesa y dándole un po-co de conversación. Fue así como supe que pro-cedía de un pueblecito del norte y que se dedi-caba al estudio de la tie-rra. Estaba trabajando en uno de los yacimientos de pirita de la zona, loca-lizando vetas o algo así, dijo. Y estaba tan absorta en su trabajo que ni si-quiera notó que llovía hasta que, estornudando, comprobó que estaba calada hasta los huesos. Se subió apresurada-mente a su coche y con-dujo sin cesar sin saber muy bien hacia dónde. El destino, según creía fir-memente, la había traído hasta aquí. Tuvo que leer en mi ros-tro la incredulidad más absoluta porque añadió en voz baja: Aunque soy una buena científica, creo en algo superior que gobierna nuestros mo-mentos y nos define co-mo personas. Y siguió sorbiendo la sopa. Llegando al postre, la sorpresa petrificó mi es-palda. Sebastián entró en el comedor, miró a su alrededor y se dirigió con seguridad hacia la mesa de la geóloga. Sonrió, hablaron dos palabras y se sentó frente a ella. Yo aguardé unos minu-tos temiéndome lo peor y, cuando estuve segura de que era cierto que conversaban y ella no había salido disparada, me acerqué tímidamente a preguntarle qué tomar-ía.
“Tomaré a ésta mujer por esposa” dijo sonriendo y recordé que hacía mucho, pero que mucho tiempo que no había visto sonreír a Sebastián. En poco más de dos me-ses se casaron y celebra-ron en la venta su boda. Hoy tienen dos hijos pre-ciosos, alegres y traviesos, como cuenta mi madre que en otra vida fue su padre. Con el tiempo, y tras mu-cho preguntar, me conta-ron que ambos soñaron con aquel encuentro hacía años. En el caso de Sebas-tián, la fecha y la hora del acontecimiento se encon-traban anotadas en su vie-ja libreta. No me cabe duda de que es cierto porque de otra forma nunca se hubie-ra acercado por voluntad propia a Rosa. Pero ella, una mujer de estudios, una científica, de ideas pragmáticas y comproba-bles, tan inteligente, no sé, me da mucho que pensar. - ¿Porque admite que cree en el destino? –Habló por primera vez Canelita. - Puede ser, no sé. Siem-pre se ha pensado que cre-er en ese tipo de cosas de-nota falta de cultura y es propia de supersticiosos e ignorantes. ¿No es ver-dad? - Es cierto –dijo la chica-, siempre se ha pensado. De hecho llevan más de dos mil años diciendo lo mis-mo. Todos guardaron silencio.
Rufino se volvió a llenar el
vaso de vino y Bienvenido
se sirvió un nuevo cu-
charón de estofado en el
plato del postre.
(CONTINÚA EN EL
PRÓXIMO NÚMERO)
También pueden leer es-
ta historia en el blog de la
autora.
P á g i n a 1 4 S p e s U n i c a
¿ Han notado que cuando al-guien se pone a pregonar que hará algo, casi siempre es sólo
un alarde? Mi tía Cloty se la pasa amenazando a todo el mundo con retirarle la palabra para siempre, por no dejarse guiar al buen camino de las mojigatas. Así me tiene a mí, desde que tengo uso de razón, espe-ranzada con que cumpla su palabra y no vuelva a darme uno de sus pro-verbiales sermones de por qué me iré derechito al infierno con todo y calcetines afelpados. Pero son puras promesas, porque siempre regresa a meterse a mi casa, para poder escan-dalizarse nuevamente con mi vida ―pecaminosa‖ y poder comprobar con sus propios ojos que ―hay gente que no tiene remedio‖. Mi hermana Tere, que es una mujer ―de bande-ra‖, se la pasa amenazando a su ma-rido, René, con que ahora sí, ya la tiene harta y lo va a dejar por un ejemplar que sí sepa valorarla y haga mejor el quehacer de la casa que él. Eso sucede desde que regresaron de la ―Luna de Miel‖ y ya llevan diez años de casados. Para complementar la escena, llevamos esos diez años oyendo a René quejarse de mi her-mana, de sus malos tratos, de su mal carácter, y jurando que ahora sí, se irá para siempre muy lejos donde no lo alcance su ira. Pero siempre vuel-ve a ponerse el delantal y regresa a su casa a tiempo para lavar los pla-tos de la cena. Tirza, mi vecina, se la pasa asegurándome que ahora sí se pondrá a dieta, nada más que pase el cumpleaños de su hijo Rododendro, porque le prometió hacerle pozole, y ni modo de no comerlo después de tanto esfuerzo en la cocina. Y recor-ta todas las dietas de las revistas en la estética, de los consultorios y las que el mismo doctor le da cada vez que lo visita, ya tiene un cajón de la alacena lleno de ellas. Pero como ella es excelente cocinera, y ajonjolí de todos los moles, o sea que se la pasa haciendo platos favoritos a medio mundo, pues nunca puede comenzar ―el gran cambio‖, siempre se le atraviesan pasteles, tamales y guisados en el camino. Lo mismo se aplica a Rododendro, su hijo, que
siguiendo la tradición familiar, se la vive prometiendo que terminará la carrera, ahora sí, a la prematura edad de treinta años. Casi una década le ha llevado su vocación de médico, es un alumno mártir, que ha tenido la mala suerte de lidiar con maestros intransigentes, personal administra-tivo de la universidad retrógrada, libreros mercenarios que le quieren cambiar los textos por su hígado casi, materiales de prácticas imposi-bles de conseguir, etc. Pobre Rodo-dendro, que la mala suerte lo tiene agarrado de una pata, y aunque el jura que ahora sí, pasará sobre quien se interponga para llegar hasta su título de doctor, bueno, vive una telenovela dramática eterna. Eso me recordó a mi flaco, Roberto ha veni-do prometiendo que dejará de fu-mar desde que lo conocí. Ese aciago día aseguró que si yo lo deseaba en ese mismo instante dejaba de consu-mir nicotina envasada en tubitos combustibles para siempre jamás. Hasta me ponía su mejor cara de comerse al mundo de un bocado y sin masticar. La triste realidad es que sigue fumando como pirata, y que siempre pospone su recuperación pulmonar para cuando vivamos juntos, para cuando la presidenta Cristina suba al poder (¡ya lo hizo!), para cuando se descubra la cura del cáncer (¡ya lo hicieron los japone-ses!), para cuando los extraterrestres paseen por la Ciudad de México (¡yo estoy viendo uno! ¡Ah, no, es mi tío Quirino!). ¡Buáaaa!
Ahora que si me pongo sincera, yo también pregono que ahora sí, voy a ahorrar algo de dinero para mi vejez (les prohíbo decirme que ya estoy en ella), que ya no compraré ni un solo perfume más, que me bastan los 56 que ya tengo. Y la verdad, es que en cuanto veo alguno que me gusta no descanso hasta comprarlo. He llega-do a esconderlos debajo de la cama, como mi abuela escondía sus bote-llitas de ―medicina‖ (léase tequila bronco) para ingerirla a solas por las noches. También pregono que no volveré a contar los secretos de mis amigos, mis clientes, mis familiares, mis vecinos, mi pareja y hasta los de
mi truculento pasado. Siempre juro: ―Sólo por hoy no seré chismosa, sólo por hoy cerraré mi gran boco-ta, no confesaré, no daré informa-ción ultraclasificada, seré como una tumba, seré discreta‖. ¡Snif! Pero vean, ya les estoy contando cosas que no debo, como lo de mi flaco y lo de mi vecina, y lo de mi hermana Tere… ¡Buáaaa!
Y es que prometer no empobrece, alardear de que uno es capaz de hacer y deshacer, es tan reconfor-tante. Una se siente poderosa cuan-do amenaza con hacer esto y aque-llo, yo hasta me lo creo, y camino más derechita, como si de verás fuera una mejor persona, de esas que cumplen su palabra. ¡Ja!
Yo creo que la gente que quiere de
verdad hacer algo no lo anda anun-
ciando. El día que mi tía Fidelina
dejó a su marido, ni cuenta nos
dimos durante meses porque cómo
él siempre andaba de parranda y ella
se la vivía metida en su casa, nadie
se extrañó de que no hubieran asis-
tido a las fiestas familiares de los
últimos dos meses. Cuando mi tío
regresó de una pachanga de quince
años que le duró ocho días, halló la
casa vacía, el ropero vacío, la alace-
na vacía y la cazuela donde mi tía le
hacía el mole para su cumpleaños,
hecha pedazos sobre el piso de la
cocina. ¡Ni hablar! ¡Los hechos
hablan más que mil palabras!
D i v a g a c i o n e s p e l o t u d a sD i v a g a c i o n e s p e l o t u d a sD i v a g a c i o n e s p e l o t u d a s , P o r m a r í a d e l a p a z r e y e s p e ñ a
P á g i n a 1 5 S p e s U n i c a
NOCHE DE MIL SOLES MUERTOS
Noche de mil soles muertos, eléctricos,
amarillos. En la soledad de mil gentes.
Noche de asfaltos mojados que repiten
sonoridades.
Un frío banco en alguna ciudad, en el
fondo de la galaxia.
Un autobús se detiene: muñecos de ce-
ra sujetan el techo. Caras verdes, inexpresivas. En pie, los
muertos enlatados.
Sardinas transportadas a lugares indife-
rentes.
Un perro simpático viene a saludarme.
¿Os habéis fijado que, aún cuando sonr-íen,
tienen los ojos tristes?
Le hago una caricia de pasada, no hay
miedo de las pulgas,
deben de haberse extinguido ya como
especie. Huérfano de consistencias menos etére-
as,
me ofrece la pompa como despedida.
Me río. Siempre van de medio lado.
Parece que les dé el aire en la parte de
atrás.
Mientras su último ojo me mira, el rabo se despide diciendo:
tic, un segundo menos, tac se te acaba
la vida.
Una mujer vieja lleva una bolsa navide-
ña de lujo
repleta de delicatessen de container. Increíble la capacidad de las vértebras
humanas
para efectuar un arco tan poco triunfal.
Yo creo que quiere acabar metiendo la
cabeza en el suelo,
para así no ver la guadaña de su amiga
Atropos, a la que se ve venir sonriente, al fondo
de la calle.
Agobiado miro la punta de mis botas
Quizá sea buena hora para atar
los sucios cordones.
Coger del tosco nudo, darles
dos vueltas sobre la cabeza y...
arrojarlas como boleadoras a los tensos de la luz.
Tengo ganas de darles dos
buenas vueltas.
Cerrar fuerte las quijadas y
mandarlas a volar.
A volar.
Con todo atado: pasos y cabe-za y vivir.
Arrojarlas a lo alto, que se las
lleve la luz.
Son dos viejas botas malas,
con agujeros grandes.
Dieron algunos millones de pa-sos hacia ninguna parte,
siguiendo con obediencia la cadencia
marcada.
Y...
Puedo seguir a la serpiente multico-
lor que me lleva a ese catre de fauces caninas que
muerde mi cerebro.
Puedo correr en dirección opuesta a
mi destino,
lo que, indefectiblemente,
me hará llegar al mismo punto de
inicio. Puedo cerrar los ojos de agua, de
mar, de océano.
Abismal océano con fondos de carne
muerta.
De succiones de sonido metálico, es-
tridente, de muerte. O Subir las solapas, esperar el sue-
ño,
y compartir gangrenas solidarias
de la ciudad que avanza hacia la na-
da.
PoesíaPoesíaPoesía, por Daniel Grustán Isabela
P á g i n a 1 6 S p e s U n i c a
REUNIÓN DE SIMIOS
Os estoy observando y me libero de la
mirada social. La butaca no está mal y es gratuita.
Me quito esa levita polvorienta que me
imponéis y miro:
Ese de allí es un macho dominante, no
hay duda;
anda engolado y tieso a pesar de su es-
tatura. Acampanado pantócrator iluminado por
el poder.
Los alfas humanos son un desastre en
su naturaleza,
excepto quizá por su proverbial culo ro-
jo. Sin embargo no tienen mal gusto, he de
reconocerlo:
tras la primera hembra, gorda, quejum-
brosa,
siempre hay un relevo magro y joven a
la espera. Onomatopéyicos sonidos, ademanes
contradichos por ojos
que expresan dualidad: sonrisa/
mordisco.
Disimulan aires fétidos en el cojín
mientras miran con intención asesina.
Cacarean risas huecas y palmotean es-paldas.
Encantadas, ellas se despiojan el alma
las unas a las otras,
rebuscando ácaros que vomitan; la san-
gre es de pésima calidad.
Se ruborizan por mandato celestial, tras las primeras capas embarradas,
mientras juegan a imaginar lubricidades
imposibles.
Rubores de sangre débil derramada.
Ciertas bocas se introducen en orejas
titilantes
mientras ojos abyectos buscan a sus víctimas.
Al par, otros graznidos goyescos entre
sombras iluminadas.
Pero estos, sin cartel inquisitorial, em-
piarados en el destino.
No sé para que demonios bajasteis de los árboles
con lo monos que quedabais.
Cuaternarios adornos navideños que
devienen en reptil.
TARDE DE OTOÑO
Acumulación de (silencios) caídos;
otrora callada, verde explosión.
El silencio se torna
ocre, existiendo
sólo en su crepitación potencial. Paseo entre el atronador
silencio
en este parque, que hace de esa
crepitación
silencio.
Se arremolinan pues acumulados si-lencios
montañosos en sus contornos,
garrapateados en elípticas angustias.
Una figura negra que titila
también crepitaciones ocres (y aére-
as): que titila sísmicamente
en enorme, atronador, lapidario
silencio.
P á g i n a 1 7 S p e s U n i c a
#238 14-nov-2010 18:49
Roberto Langella
Ser humano es toda una pa-
tología, mi amigo, pero to-
das las situaciones tienen sus
beneficios, como usted bien
dice. Me alegra que le haya
gustado mi artículo, porque
se me han declarado ciertas
dudas acerca de cómo pre-
sentar toda la serie, que, cla-
ro, habrá que completar.
Más luego le escribiré en
privado, porque me gustaría
conocer su opinión acerca de
algunos aspectos.
#239 15-nov-2010 2:53
Eduardo Daniel Melgar
Las dudas enseñan, como
dijo el franchute René, el
tema interesante es que las
dudas se le declaren a uno y
el seso encuentre la neurona
extra para acertar en algo.
Pregunte lo que quiera, total,
si no sé, es posible que in-
vente como es usual mo-
viendo la pelota en un mun-
do inocente (casi) y entre
gente que desprecia el
fútbol, pero no el esférico,
imagen que se inventó para
ser la representación del pla-
neta (desde Platón y Sócra-
tes) y para recibir patadas
por el costado que desee. A
ponerse los botines.
#240 15-nov-2010 4:35
Roberto Langella
Bueno, si hablamos del mis-
mo franchute René, mon
ami, el tipo se empezó a ir un
poco al carajo al expresar
aquello de "duda de la duda,
y duda", ¿no le parece?, slo-
gan filosófico si lo hay, que a
mi nunca me pareció tan a la
altura de un sajonísimo "los
tigres de la cólera son más
sabios que los caballos de la
razón".
En fin, que a determinada
edad, uno tiene que empezar
a dejar de dudar y empezar a
tomar ciertas determinacio-
nes, ¿no?. Yo ya no me pre-
gunto si aquello que se ve
allá a lo lejos es una vaca o
un tractor; lo agarro al peón y
le digo: "Vaya y ordeñe". A
lo sumo pasará que de maña-
na en mañana desayuno ga-
soil, pero, bueno, la vida es
de los que se juegan.
Y vea en el buzón, que entre
las telarañas tiene una carta,
al lado de una factura venci-
da, y no es un cañoncito de
dulce de leche, precisamente.
# 241 15-nov-2010 4:42
Simón Domínguez Barahona
Solo como acotación... ¡qué
rica que es la leche! (ojalá
que nunca sea gasoil).
#242 15-nov-2010 12:39
Roberto Langella
Y, si llega a venir por estos
lares, cuidesé, que entre los
parroquianos hay costumbre
de pasar gato por liebre y
vender gasoil por leche, sobre
todo a los turistas.
#243 15-nov-2010 16:25
Eduardo Daniel Melgar
Y zi -dijo el peón- cuando
me dize "vaya y ordeñe" ió
voy y le doi a él el gazoil, la
leche me la tomo todita y le
llevo a los gurizez, como ez
un poco teztarudo, ze pone
verde y ze laz aguanta, dize
"le falta azúcar" y le zebo
mate ´e leche que ez gasoil
hazta que ze termina la pava.
Tiene orguyo de trator el
patrón, un día vazalir arando
en alpargataz ¡Juá juá jaraja-
ja já! (De un reportaje al
gaucho Cogito).
#244 15-nov-2010 16:41
Eduardo Daniel Melgar
"Y vea en el buzón, que entre
las telarañas tiene una carta,
al lado de una factura venci-
da, y no es un cañoncito de
dulce de leche, precisamen-
te."
¿Cómo se enteró que me
gustan las arañas? Los te-
trabípedos son diseñadores
respetables, más que los car-
teros. No tendría buzón ni a
pedido de Paypal, las factu-
ras vencidas están calentitas
encima de la TV. Los cañon-
citos de dulce de leche los
traigo del quiosco de la Mari
y me los como en el camino,
mientras saludo al pueblo
con un ademán entre pero-
nista y papá noel (con quien
me confunden los nenes de
jardín). Y para que sepa, la
pelota se las devuelvo a los
Se me cayeron las alas Se me cayeron las alas Se me cayeron las alas (parte 13) A la memoria de Eduardo Daniel Melgar
P á g i n a 1 8 S p e s U n i c a
que juegan en la vereda, aun-
que se caiga mil veces.
#245 15-nov-2010 16:42
Roberto Langella
¡Fuckin gaucho Cogito!
¡Después no quieren que uno
se vuelva roquista!
¡Civilización o barbarie!.
#246 15-nov-2010 16:50
Roberto Langella
La araña es un animal mucho
más noble que el caballo, si
lo sabe ver así. ¡Y cómo se
extraña la vieja TV a válvu-
las!, si hasta servía de estufa,
o para mantener caliente el
agua del mate, apoyándole la
pava encima.
#247 15-nov-2010 16:55
Eduardo Daniel Melgar
El capi Beto está enojado
porque perdió las jinetas, pa-
rece que la señora se lustró
los zapatitos de cristal que
usa con unas tiritas rojas y
resulta que eran del uniforme
de sargento (el de capi todav-
ía no se lo entregaron). Se ve
perdido porque nadie le hace
saludo uno, saludo dos. Acá
la gente del Cele le dice si es
gato, es, si no es, es otro bi-
cho, pero se informa a todo
el mundo, más si es turista.
El asado está caro, no es co-
mo antes, se recomienda a
los visitantes venir con su
gallinita, con su conejo o su
choripán en la valija. Si vie-
ne comido puede durar dos o
tres días que le alcanzan para
conocer el obelisco y la torre
de los ingleses.
#248 15-nov-2010 18:53
Roberto Langella
Es que Lomas de Zamora es
una ciudad corrompida. No
alcanzamos a purificarnos la
vez que ardió en llamas du-
rante siete días con sus no-
ches.
#249 15-nov-2010 21:23
Eduardo Daniel Melgar
Usté insiste que vive en Lo-
mas, eso no es para nosotros,
tenemos vergüenza variopin-
ta. Los límites se han corrido
a la Salada o más allá desde
que vienen japoneses y core-
anos con sus banderas pic-
tográficas. Usté no tiene ojos
oblicuos ni mirada diagonal,
así que usté es temperleoni-
no, Coto es nuestro, está en
la jurisdicción celeste y por
lo tanto, usté, sus pantuflas,
los horóscopos y las cartas
de truco son celestes, que le
cueste entenderlo es produc-
to de los lavados cerebrales
que sufrió, pero gracias a eso
serán famosos "El diario del
Capitán Beto" y "El Eternau-
ta y yo", obras que tiene en
los cajones entre los "Papeles
de recién Temperleonino"
que oculta hasta a su propia
esposa. No se preocupe, es-
toy en tratativas secretas con
Suite para que lo editen en
papel. Aguante, capitán.
#250 15-nov-2010 21:28
Eduardo Daniel Melgar
Estoy usando "a prueba de
errores", así que no hay nada
extraño, todavía. Tengo el
mouse roto y el teléfono im-
pago, un problemita de hi-
pertensión y me persiguen
unos enanos malintenciona-
dos para asustarme. Podría
pensar que me va mal, sin
embargo, leo los foros de
acá y me siento optimista.
#251 15-nov-2010 21:33
Simón Domínguez Barahona
Y hay que ser optimistas,
siguiendo la línea de Murp-
hy, pues recuerden amigos
míos que "si tuviste un mal
día, no te preocupes.... ma-
ñana puede ser peor".
#252 15-nov-2010 21:37
Eduardo Daniel Melgar
¿Se dio cuenta qué soledá?
La chica azteca prefiere las
cenas opíparas, el furioso las
germanas enchukrutadas, el
druida toma la leche a las
cinco y sopla la traversa/
moquea, los demás señores
se hicieron vapor y la niña
Lorena se fue por la tangente
y no nos mostró ni el cuento
del tío. ¡Este foro es nostro!
Ahijuna con la democracia,
va a tener que prestarme el
opúsculo del roquista ése, a
ver si aprendo a hacerle zan-
cadillas a los gringos mapu-
ches. Me aliaré con el pampa
Pantén y con el gaucho Co-
gito, mal que le pese.
P á g i n a 1 9 S p e s U n i c a
M e compré uno de esos aparatos que sirven para leer li-
bros electrónicos, no una ta-blet, esto no sirve para otra cosa más que para leer libros electrónicos. Sí, ya sé lo que dirán, que no hay como el papel… (¿pero qué están mirando ahora, ton-titos?). En fin, que en determi-nado momento de tu vida podés llegar por fin a decidirte a tirarte en la cama a leer to-dos aquellos libros que una vez dijiste que de viejo ibas a tener el tiempo para tirarte en la cama a leerlos, qué sé yo, desde La Divina Comedia hasta los tres tomos de El Señor de los Anillos, o Harry Potter, que tanto le gusta a tu sobrinita y algo tendrá. O lo que fuera, puros cuentos, ponele. Algo a lo que en realidad nun-ca hubieras podido llegar, da-do el alto costo del papel y el poco espacio en tu casa para guardar tanto libro. Quiero decir, ahora los libros vendrán con olor a chip, caucho y plástico, pero por lo menos podés almacenar tres mil li-bros en lo que no parece ser más que una libretita, para tirarte en la cama leyendo sin quebrarte el cuello de cara a la pantalla, si es que no tenés por lo menos una Tablet (que pa-rece ser que para la lectura de esta revista, por ejemplo, sigue siendo lo más recomendable, porque el dispositivo del que me refiero solo sirve para leer textos, no hace más nada, por eso es mucho más económico que lo otro). Pero yo quería algo con lo que
poder leer mis e-book, sin mayores distracciones, como podría ser tener a mano acce-so a Internet. En fin, que después te en-contrás que el bicho lee PDF, archivos txt y de Word, pero no es muy cómodo, o depen-de mucho del formato. No, estos aparatos tienen su pro-pio tipo de archivo, de nom-bre ―epub‖, mucho más flexi-ble, y ya existen conversores online y offline de cambio de un formato a otro, aunque luego te das cuenta que la conversión no es del todo ―fiel‖ (corta líneas en cual-quier parte, por ejemplo), pe-ro ya hay también editores de epub gratuitos que te permi-ten emparejar la cosa. Y ahí lo ando emparejando ahora al Ulises, de Joyce, por decir algo. Que empezaré en cuanto ter-mine Cartas marcadas, la prime-ra novela de Alejandro Doli-na, ésta sí en papel, y de la que ya les daré mayores detalles, aquí o acullá. Es de categoría ―mamotreto‖, aún no la pro-medio en su lectura y todavía tampoco sé si no he pagado un precio excesivamente alto, por algo que si bien me gus-ta—el estilo del autor—todavía no sé si se ajusta a lo que son mis requerimientos básicos, lo que espero míni-mamente de cualquier libro, bah. Espero que el final al menos me sorprenda grata-mente, justificando todo lo demás y así revalorizándolo, algo que suele ocurrir creo bastante comúnmente con libros y películas.
Es una idea muy moderna la que se piensa habitualmente, acerca de que cada vez tene-mos menos tiempo para la lectura. Yo creo que no, a mi no me parece exista un tiem-po que se haya perdido, en todo caso se lo dedicamos a otra cosa, y creo que es más que nada a la televisión, sien-do además que de unos años a esta parte contamos con muchos más canales y más tiempo de emisión. Cuando yo era chico en Argentina so-lo teníamos cinco canales, que transmitían de 7 a 0 hs., ponele, mientras que ahora tenemos cerca de 80 las 24 hs., entonces, claro, cómo no se va a leer menor. Pero leer es como andar en bicicleta o tocar un instru-mento, son hábitos que nunca se olvidan. Les sugiero, prue-ben a dedicarle media hora a la lectura de una novela, antes de dormirse, mejor si es una de esas cuyo argumento, rit-mo y suspenso atrapan, de las que hacen mirar el reloj y de-cir ―bueno, un ratito más y dejo‖. Prueben y verán que después, cuando vuelvan a encender el televisor, ya no le encontrarán tanta gracia. Es que se trata de recuperar nuestros espa-cios internos, nuestra casa, de no pernoctar tanto en hoteles, sin necesidad.
L e s i o n e s d e l b u e n v i v i r L e s i o n e s d e l b u e n v i v i r L e s i o n e s d e l b u e n v i v i r
p o r R o b e r t o L a n g e l l a
P á g i n a 2 0 S p e s U n i c a
J El Silencio de Lorna, por Guillem de Rubenhor
P á g i n a 2 1 S p e s U n i c a
P á g i n a 2 2 S p e s U n i c a
Jean Pierre y Luc Dardenne
Arta Dobroshi
P á g i n a 2 3 S p e s U n i c a
C uando Buda invita a
todos los animales
haciéndoles una llamada
que recorre todos los rincones
del mundo, se dice que el Búfa-
lo estaba caminando, huyendo
del frío invierno del norte. Y,
sin embargo, llegó en segundo
lugar al lado del Gautama.
El folklore y la mitología china
consideran el simbolismo em-
blemático de este animal desde
un punto de vista contemplativo
y activo al mismo tiempo. Basta
que el Búfalo tenga un motivo
que valga la pena y haría cual-
quier cosa por conseguir llevar
a la práctica su acción. En este
caso, llegó el segundo a la lla-
mada de Buda porque tiene fa-
ma de no entretenerse por el
camino, de ir a lo suyo, sin que
por ello se sienta herido ante las
críticas que recibe por su postu-
ra convencional y, en cierto
modo, servil.
El Búfalo contiene en sí las se-
ñales de la sabiduría oriental:
supresión del conocimiento y
dominio de los apetitos y dese-
os. El problema que este animal
presente para la filosofía de vi-
da oriental es que, por conocer,
entiende el Búfalo aquello que
le lleva a separarse del Univer-
so, algo impensable para ser
feliz de acuerdo a la sabiduría
oriental.
Como todos los demás animales
emblemáticos que componen el
horóscopo chino, el Búfalo reú-
ne, en sus características gene-
rales, la necesaria sencillez co-
mo para ser incorporado al pri-
vilegiado círculo de represen-
tantes de su Astrología. Este
honor, le permite también ser
introducido en su folklore por
medio de la recreación de esta
famosa leyenda.
Al final se vuelve a ver con
claridad que todo el saber anti-
guo de los pueblos orientales
conduce a esa especie de exal-
tación de la sencillez que posee
el Búfalo y que, si sabe utilizar-
la adecuadamente, le produce
frutos como el de ocupar el se-
gundo puesto en el Horóscopo
oriental. Se dice del Búfalo que
tomó el Gran camino y des-
echó los atajos y que, de las
cuatro edades, es la madurez la
más problemática. La infancia,
la juventud y la vejez transcu-
rrirán sin mayores complicacio-
nes.
Los años del Búfalo y los cinco
elementos
( Cada uno de estos tipos se repiten cada doce años).
BÚFALO-TIERRA
Los Búfalo nacidos en los años
1925 y 1985 tienen por elemen-
to a la Tierra y ello les confiere
fuerzas para superar cualquier
situación desagradable y para
trabajar con ahínco en la tarea
que se propongan.
Esto puede acarrearles algún
problema con su grupo social,
pues les tacharán, en ocasiones,
de introvertido; debido a esto,
el Búfalo sentirá deseos de evi-
tar a sus semejantes que le criti-
can injustamente y buscará la
soledad Amigos de los viajes
largos, en realidad esta pasión
se debe a su necesidad de cam-
biar de ambiente.
BÚFALO-FUEGO
Los Búfalo nacidos en los años
1937 y 1997 tienen por ele-
mento el Fuego. Esta unión
pone en relación un elemento
de tendencia Yang (el Fuego)
sobre un animal de tendencia
Yin (el Búfalo). Esto implica
que la lentitud emanada del
significado emblemático del
Búfalo se verá acosada por la
rapidez del Fuego. El resultado
puede ser el desasosiego y la
ansiedad siempre que el Búfalo
esté a punto de conseguir resul-
tados en cualquier proyecto que
tenga entre manos. Deberá su-
perar, no obstante, cualquier
atisbo de desánimo.
BÚFALO-MADERA
Los Búfalo nacidos en los años
1913 y 1973 tienen por ele-
mento a la Madera. Esto hará
reflexionar al Búfalo cuando se
encuentre en situaciones adver-
sas, frenará su agresividad y le
llevará a observar la Naturaleza
para influirse de su serenidad
creativa. Esto le alejará de ac-
óóó
ú
( T o m a d o d e “ A s t r o l o g í a y C i e n c i a s
A d i v i n a t o r i a s ” . B i b l i o t e c a B á s i c a M u l t i m e d i a .
F . G . E d i t o r e s . M a d r i d , 1 9 9 8 ) .
P á g i n a 2 4 S p e s U n i c a
tuaciones violentas y le ayudará
a ser más complaciente y menos
impresionable.
BÚFALO-AGUA
Los Búfalo nacidos en los años
1901 y 1961 tienen al Agua por
elemento. Se trata, también, de
una tendencia Yin (el Agua),
sobre otra tendencia Yin (el
propio Búfalo). Aquí lo más
sobresaliente será la compleji-
dad y lo contradictorio, y el sig-
nificado del simbolismo del
Búfalo apunta a la introversión
y al recogimiento; también a la
seriedad.
BÚFALO-METAL
Los Búfalo que hayan nacido en
el año 1949 tienen por elemento
al Metal. Esto significa, confor-
me al simbolismo emblemático
de esta fuerza, que la exigencia
ética hará del Búfalo un indivi-
duo harto exigente y de difícil
trato, pues su perfeccionismo le
llevará a criticar toda acción de
sus semejantes.
El signo Búfalo y el amor
P ara que un Búfalo puro
disfrute plenamente de
la sensualidad del amor
sin ningún tipo de remordimien-
to, es recomendable que separe
la idea del amor y la de pasión.
No debe sentirse culpable por
quedarse ahí, en esa maravillosa
sensualidad para la que está
especialmente dotado el Búfalo
y por la que es apreciado y bus-
cado.
Los pertenecientes a este signo
poseen un encanto especial,
formado por una parte de bue-
nas maneras y otra parte de be-
lleza y serenidad. Estos nativos
lo saben y explotan al máximo
su coquetería.
Salud
A l hablar del Búfalo se
hace de un signo fuerte
y resistente por natura-
leza, cuidadoso y ordenado;
esto hace que pocos elementos
externos puedan atacarle, por-
que nada que venga de fuera
parece tentarle o hacer peligrar
su salud.
El equilibrio es característico,
al menos aparentemente, por-
que se pueden provocar tensio-
nes en su interior que él jamás
dejará traslucir, por no molestar
y por no evidenciar lo que cree
que son debilidades, esas mo-
lestas sensaciones que minan su
seguridad y son un símbolo
claro de lo que él desprecia en
los demás.
Pero, aunque trate de evitar la
infección o el contagio, nadie
es inmune a ellos; sin embargo,
la metódica forma de vida del
Búfalo le pone a salvo de la
imprevisión o el descuido.
Trabajo
E l Búfalo es un signo de
longevidad, paciencia y
fortaleza; de trabajo y
perseverancia. Buen signo para
temas laborales, la constancia
profesional, el estudio y su
buen hacer culminan en una
satisfacción personal al desem-
peñar perfectamente el trabajo
elegido.
Lao Tsé, el filósofo por exce-
lencia, cabalgaba en un Búfalo,
y el hombre, por tradición, ha
empleado este animal en un
hemisferio para labrar la tierra,
tirar de las pesadas carretas y
siempre ha respondido a la lla-
mada del hombre. Noble, traba-
jador y leal, son algunas de las
cualidades del segundo animal
del horóscopo chino.
Aventura
B astante aventura hay
en la vida cotidiana, en
la persecución del obje-
tivo, como para que un Búfalo
se ponga a buscar fuera del
camino trazado de antemano.
No hay viaje de placer, riesgo
divertido, ni sorpresa excitante
que le atraiga, porque no le
puede atraer el estarse movien-
do sin una meta, el arriesgarse
porque sí, ni el esperar un re-
sultado incierto a un ser tan
ordenado y conservador. Todas
esas cosas son tonterías de una
juventud un poco más inquieta
de lo debido, infantilismos en
una madurez sin otras miras
que la evasión. La aventura es
otra cosa para los Búfalo con-
secuentes con su signo: el pro-
greso laborioso hacia el fin que
ellos sí conocen perfectamente
desde el mismo momento en
que se abordó la andadura.
Compañeros de camino del
signo Búfalo
BÚFALO/RATA
Quienes, perteneciendo al sig-
no del animal emblemático
Búfalo, han nacido entre las
veintitrés horas y la una de la
madrugada, tienen por compa-
ñero de camino a la Rata. Aquí
el significado emblemático
atribuido a ambos, Búfalo y
Rata, coincide restrictivamente;
por tanto parece, en principio,
que semejante compañía hará
de benefactor y protector, aun-
que no en todas las ocasiones.
No obstante, la innata agresivi-
dad del Rata será sumida en la
profunda calma que porta el
Búfalo en sus acciones y, de
esta manera, la objetividad y la
prudencia serán características
dominantes en cuantos proyec-
tos se proponga llevar a cabo.
P á g i n a 2 5 S p e s U n i c a
BÚFALO / BÚFALO
Quienes pertenecen al signo
Búfalo y han nacido entre la
una y las tres horas, tienen por
compañero de camino al pro-
pio Búfalo; esto, en contra de
lo que pudiera parecer, puede
ser un principio de desarmon-
ía. Esta unión del Búfalo con
un compañero similar, provo-
ca actitudes ególatras que, a
muy corto plazo, resultarán
perjudiciales para sí mismo y
para los demás.
BÚFALO /TIGRE
Los Búfalo que nacen entre las
tres y las cinco de la madruga-
da tienen por compañero de
camino al Tigre.
La principal característica de
esta conjunción será la atrac-
ción racional, el agrado re-
flexivo; pero puede ocurrir
que a la hora de poner en
práctica esa atracción, o ese
agrado, se prescinda de la inte-
ligencia, dejándose guiar más
por el instinto y por la fuerza
propia de una situación como
la presente. En este caso se
perseguirían únicamente los
deseos y el Búfalo no sería
dichoso.
BÚFALO /GATO
Los Búfalo que nazcan entre
las cinco y las siete horas
tendrán como compañero al
Gato. Aquí la antinomia rige
de continuo. El Búfalo siem-
pre dudará entre dos opciones
en cualquier situación de su
vida: entre actuar o quedarse
quieto esperando que la solu-
ción se produzca sin su inter-
vención, entre decidirse por lo
misterioso y esotérico o por la
desmitificación y el realismo a
ultranza. En cualquier caso, el
Búfalo que tiene la compañía
de un Gato, se muestra más
apacible y calmado de lo que
en realidad es.
BÚFALO /DRAGÓN
Todos los Búfalo que nazcan
entre las siete y las nueve horas,
tendrán por compañero de cami-
no al Dragón.
Aquí el Búfalo estará muy in-
quieto e intranquilo resolviendo
qué actitud adoptar, pues aunque
el Dragón parece que simboliza
la suerte, el hecho es que no pa-
rece posible, por ejemplo, la
propia autonomía y libertad
(aspiración vehemente del Búfa-
lo); esto produce, a menudo, en
el Búfalo cierta desazón y abati-
miento, cierto desacomodo y
desacompañamiento; el ánimo
del Búfalo se encontrará pertur-
bado en exceso.
BÚFALO /SERPIENTE
Los Búfalo nacidos entre las
nueve y las once horas tienen
como compañero de camino a la
Serpiente.
Aquí el desarrollo de la sagaci-
dad y de la astucia será lo pri-
mero que se observa en un
Búfalo. Todas las manifestacio-
nes y acciones estarán presidi-
das por la cautela, por lo que
existe el riesgo de la insinceri-
dad.
BÚFALO /CABALLO
Los Búfalo nacidos entre las
once y las trece horas tendrán
como compañero de camino al
Caballo.
El simbolismo emblemático del
Caballo se caracteriza por la
rapidez y la agilidad; el signifi-
cado de su trote indica energía y
lucidez para resolver cualquier
cuestión.
Frente a eso, el significado em-
blemático del Búfalo indica que
los pensamientos de ambos no
coinciden y, por ello, la diver-
gencia será lo más sobresaliente
en esta relación.
BÚFALO /CABRA
Los Búfalo nacidos entre las
trece y las quince horas tendrán
por compañero de camino a la
Cabra.
El significado emblemático de
la Cabra incide en un atisbo de
fantasía que implica cierta des-
preocupación, que puede ser
beneficiosa si el Búfalo que
tiene por compañero a la Ca-
bra, reserva su actitud liviana
para los casos inanes. De lo
contrario, habría angustia en el
Búfalo a la hora de tomar de-
terminadas decisiones.
BÚFALO /MONO
Los Búfalo nacidos entre las
quince y las diecisiete horas
tienen por compañero al Mono.
Esta es una feliz conjunción,
pues el significado emblemáti-
co del Mono está lleno de sen-
sibilidad y atención, lo que pro-
duce en el Búfalo actitudes so-
lidarias y capacidad para lo
artístico. Cuando el Búfalo tie-
ne por compañía la del Mono,
se hallará dotado de gran efica-
cia y resolverá sus asuntos con
poco esfuerzo.
BÚFALO /GALLO
Los Búfalo nacidos entre las
diecisiete y las diecinueve
horas tienen por compañero de
camino al Gallo. En esta unión
sucederá lo contrario de lo que
ocurría en la conjunción del
Búfalo/Búfalo, que producía
actitudes egoístas. El simbolis-
mo emblemático del Gallo de-
viene en altruismo y generosi-
dad; por tanto, cuando el Búfa-
lo goza del Gallo como compa-
ñero sentirá una profunda ansia
por ayudar a sus semejantes y,
además, el humanitarismo pre-
sidirá casi todas sus acciones.
P á g i n a 2 6 S p e s U n i c a
BÚFALO /PERRO
Los nacidos entre las diecinue-
ve y las veintiuna horas tienen
por compañero de camino al
Perro. Un Búfalo de estas ca-
racterísticas estará abocado a
la desesperanza y la tristeza,
pues según parece el significa-
do emblemático del Perro in-
dica pesimismo. Sin embargo,
todo esto no será perjudicial
para el Búfalo, pues así podrá
reflexionar sobre sí mismo y
volverse menos subjetivo en
su forma de ver el mundo.
BÚFALO /JABALÍ
Los nacidos entre las veintiuna
y las veintitrés horas tienen
por compañero de camino al
Jabalí. Un Búfalo con esta
conjunción busca a sus seme-
jantes en lugares y círculos
selectos, pues quiere aparentar
entre los suyos que les gusta la
soledad.
P á g i n a 2 7 S p e s U n i c a
Nastassja Kinski, Rata de 1961
M e ha entusiasmado tanto esta intro-ducción de tu
SPES 26, que también me puse a jugar hasta que salió esto:
El tren avanza a su propia mar-cha y tal vez alguien me espere aún sin saberlo
Mientras tanto yo alzo la copa de nuevo ante ustedes
Por la paz de los que están y de los que ya no
Para encontrarnos sin rencores ni angustias
Por fin pacificados
En una espléndida pausa en la obra de la nada
Allí
Sí, allí
Donde el tigre es un jardín que juega
Las misceláneas volvieron con fuerza y tu relato es for-midable. El Godot me gusta mucho, muchísimo, y estoy muy emocionado, la verdad es que no me había dado cuenta del asunto hasta no verlo: qué hermoso, los dos ahí, "los amarillos" hablando en argentino profundo, da mucho de sí, y sí, la obra de Beckett, no sé, emocionado, ya te digo, tu generosidad es enorme, tanta como la de estimularme a escribir des-pués de mucho tiempo para-lizado. Este cuento de la tía Guillermina salió de un sa-que, de una sola tecleada , correcciones técnicas aparte, y es que está cargado de mu-
cha historia personal. Otra emoción leerlo impreso. Saco lo que escribo para ti y no me acuerdo, lo borro casi por completo hasta releerlo y de-jarlo renacer en mí como lec-tor. La historia personal que se pone enmascarada en cual-quier relato. Qué cosas. La realidad y la ficción, pero en realidad es la ficción la de ver-dad nos enseña lo más profun-do, aquello que de verdad te-nemos que comprender en medio y al margen de la vida que vivimos.
____________________________________
La portada es impactante. El interior de Bruno Torfs sufi-cientemente atractivo como para ir por ahí a buscar infor-mación sobre ese sueco inte-grado en lo más profundo de Sudamérica. Qué personaje tan interesante. Hay algo de Qui-roga en su desafío a la natura-leza.
____________________________________
Un abrazo fuerte, hermanito.
H. O. R.
*
A ciagas horas, días acia-gos, mes, año. Aciago siglo y milenio. ¡Ja! sí,
es una palabra que me gusta mucho a mí también. Aciago, creo no llega a desesperado, a mí me suena a cierta estoicis-mo, a bancarse el frío. Que te
llamen los acreedores, claro, eso es lo que hace aciago el momento. Como Beethoven, que dicen que se inspiró para los primeros compases de la quinta en los golpes a la puer-ta de los acreedores. Si es así esa música es aciaga también, aunque a mí no me suena, pero a lo mejor por tratarse de la quinta, precisamente, a la que han convertido en un jingle. Como dicen los ponjas, si un problema tiene solución, ¿para qué preocuparse?; y si no lo tiene, ¿para qué preocu-parse? Claro, pero hay que ser ponja para bancárselo.
R. L.
*
B ueno, para eso habrá que ser ponja, y no me acostumbro. Pero
me vale, es sabio eso, una sa-biduría de rrioba cualunco, pero a los que dramatizamos mucho nos ha costado llegar a esa conclusión: Si tiene so-lución, con buscar la manera basta, y si no la tiene, a pasár-selo lo mejor posible mientras se acerca la solución. Lo que lo entorpece es el pánico: No habrá solución, ohhhh... Y eso vale para todo. Los golpes en la puerta de los acreedores le inspiraban a Ludwig, pero poca gracia le habrá causado que el jingle sirviera para una nevera, para Lassie y la sépti-ma y la novena para cualquier cosa... Aunque yo supongo
,
Por Horacio Otheguy Riveira y Roberto Langella
P á g i n a 2 8 S p e s U n i c a
que estarán en otra... La horrible pobreza de entonces poco tiene que ver con ésta, el más miserable de los músi-cos alguna calefacción en-cuentra y los dedos de los pintores no se hielan... ¿O es cuento y hay mucha de aque-lla miseria en el festín de la cultura, pero no la vemos y nos creemos lo que vemos en las películas?
A mí poneme una buena ra-ción de aciago con cebolla bien picada y después lo ro-ciamos con queso rallado. No queda mal. Dicen lo que sa-ben que si te ríes mucho en una película, mal asunto, hay que ponerle aciaguismo para que cunda en los premios y los festivales de arte y todo eso.
Esto no tiene nada que ver pero viene a mi memoria cuando iba al Maipo gratis porque me hacía pasar un tío al que no recuerdo haber vis-to en familia nunca. Era muy serio, pero hacía media sonri-sa cuando le iba a buscar a la oficina. Y para mí era una emoción inmensa. El Maipo y el Odeón: en el Maipo vi varias revistas con una ilusión impresionante: las chicas me-dio desnudas, la orquesta en el foso, parecía mentira la cantidad de gente y de esce-nografía que entraba en un escenario tan pequeño. Claro, la escenografía la firmaba Luis Diego Pedreira, que se inventó lo de "escenoarquitectura" y logra-ba maravillas como una cas-cada de agua de luces para el saludo final donde las escul-turales vedettes desfilaban con plumas y poco más. Allí vi por primera vez a cómicos
muy buenos: Porcel y Olme-do con Susana Giménez cuando era una flaca hermo-sa; Javier Portales que de pronto, cuando la gente se estaba cagando de risa, caía de rodillas y se ponía a recitar un clásico y el público iba dejando poco a poco de reír y al final le ovacionaba y el tipo decía: "¿Qué hago acá hacién-dome el payaso pelotudo pu-diendo hacer Hamlet por el mundo entero?", cada noche se inventaba algo y le salía redondo. En el Odeón vi otras obras, una versión de Hello, Dolly que barrió, es-pectacular a más no poder. Lo último que vi en el Maipo fue una revista de la que sólo me acuerdo de José Marrone, un tipo que detestaba como cómico y como persona, a quien padecieron algunos compañeros de tablas de mi mujer porque el sindicato de artistas lo llevaba él como matón peronista. Sin embar-go, en aquella revista casi nos descomponemos de la risa, como cuando te ríes tanto que te falta el aire.
No sé si viste alguna revista en tu vida. Lo tradicional era sucesión de números musica-les entre sketchs de chistes verdes con actores de dife-rente estrellato. Las primeras figuras no hacían más que dos cuadros con la primera y la segunda vedette. Pero el último número se lo reserva-ba el cómico estelar o la pare-ja de cómicos: se ponían de-lante del telón, de smoking, y hacían el último sketch, en plan monólogo o diálogo. Alfredo Barbieri y Don Pele-le, Porcel y Olmedo, etc. Pues bien, aquella vez Marro-ne, de smoking, con el telón
detrás (en realidad esto su-cedía porque toda la com-pañía se preparaba para el gran saludo final que siempre tenía que ser el plato fuerte de la revista, sorprender, im-pactar lo más posible)... se mandó un monólogo sobre la historia del pedo, hacía los sonidos según las clases so-ciales, el poder que se tenga, el de la señora gorda, el de la flaca, ... Bueno, una obra de arte llena de sutilezas y bri-llantez. Increíble. Nunca más lo volví a ver, pero aquella sesión fue inolvidable. Y des-pués arriba el telón y las be-llezas medio desnudas y los otros cómicos y la orquesta y la purpurina y las puras risas sin venir a cuento... Un mun-do que me fascinó. Y me fas-cina, aunque el género en España era diferente, tam-bién muy lujoso, pero cuan-do yo llegué ya se había em-pobrecido mucho. Lo que vi era interesante en función de los cómicos, y los había muy buenos. Para ya no se hace nada. Sólo musicales, es otro cantar, jajaja.
H. O. R.
P á g i n a 2 9 S p e s U n i c a
P á g i n a 3 0 S p e s U n i c a
P á g i n a 3 1 S p e s U n i c a
P á g i n a 3 2 S p e s U n i c a
P á g i n a 3 3
C o n s u l t o r i o A s t r o l ó g i c o S p e s u n i c aC o n s u l t o r i o A s t r o l ó g i c o S p e s u n i c aC o n s u l t o r i o A s t r o l ó g i c o S p e s u n i c a C u r s o P r á c t i c o C u r s o P r á c t i c o C u r s o P r á c t i c o
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Presentación del curso y apuntes nº 1, 2, 3 y 4
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P á g i n a 3 4 S p e s U n i c a
P á g i n a 3 5 S p e s U n i c a
SANTOS
Nombre que indica pluralidad
y variedad. Es propio de per-
sonas que abarcan, y captan,
muchos aspectos de la reali-
dad que permanecen ocultos
para los demás. Saben sacar
partido de cualesquiera situa-
ciones.
Dinero: Valoran el dinero su-
ficientemente, pues sin él no
pueden realizar sus proyectos.
Amor: La pasión y el afecto
son imprescindibles.
Trabajo: Son buenos profe-
sionales y cumplen con su
trabajo.
SARA
Revela fuerza y dominio inter-
nos; en general, es propio de
personas con gran entereza de
carácter y con una personali-
dad muy acusada. En cuanto
han tomado una decisión, difí-
cilmente se las persuade de lo
contrario.
Dinero: Estiman que el dinero
abre todas las puertas y con-
quista gran número de volun-
tades.
Amor: Dan mucho y exigen a
cambio ser correspondidas.
Trabajo: Cumplimentan
siempre sus tareas con total
entrega.
SEGUNDO
Indica apartamiento y necesi-
dad de huir, en determinadas
ocasiones, de ambientes que
cercenan su libertad y agostan
las iniciativas que pretende
llevar a cabo, y que ha proyec-
tado durante largo tiempo.
Dinero: El poder adquisitivo
confiere prestigio y categoría.
Amor: No suelen manifestar
afecto, pero son cariñosos y con-
siderados.
Trabajo: Realizan sus tareas con
energía.
SERAFÍN
Revela un talante taimado y re-
servado, siempre dispuesto a sa-
car partido de su silencio y de
sus reflexiones, por lo general,
no da su brazo a torcer ni se le
convence con argumentos fáci-
les.
Dinero: El dinero confiere credi-
bilidad y reconocimiento.
Amor: No se confía hasta des-
pués de haber meditado durante
cierto tiempo.
Trabajo: Lleva a la práctica sus
proyectos con regularidad.
SILVIA
Revela una gran sensibilidad por
cuanto le rodea. Es propio de
personas vitales y afectuosas que
se toman muy en serio las peque-
ñas penas y alegrías de la vida.
En ocasiones, sufren la incom-
prensión de los demás.
Dinero: Aunque es muy impor-
tante, se debe aprender a prescin-
dir de él.
Amor: El amor es, ante todo,
sentimiento y entrega.
Trabajo: Realizan con plena
dedicación sus tareas.
SIMÓN
Indica preocupación por los
asuntos éticos y morales. Excep-
cionalmente, y como muestra de
su aceptación de las ideas ajenas,
muestran su conformidad ante la
conculcación de ciertos valores
tradicionales.
Dinero: El dinero no lo es todo,
aunque los hechos obliguen a
reconocer lo contrario.
Amor: Sin afecto hacia los de-
más se pierde la propia digni-
dad.
Trabajo: Son meticulosos en
su trabajo.
SOCORRO
Simboliza la necesidad de sen-
tirse amparado y cuidado en el
infortunio. Es propio de perso-
nas que experimentan cierta
timidez en el obrar aunque, sin
embargo, suelen expresar sus
opiniones con soltura y clari-
dad.
Dinero: Lo consideran muy
importante para realizar pro-
yectos y llevar a cabo todo tipo
de empresas.
Amor: Prefieren la compañía a
la soledad.
Trabajo: Desarrollan gran ca-
pacidad de trabajo.
SOFIA
En un primer acercamiento,
indica preocupación por el sa-
ber cabal, profundo y verdade-
ro. Es propio de personas con
gran claridad en sus plantea-
mientos, y a quienes es difícil
engañar con argumentos fala-
ces.
Dinero: No es la panacea para
resolver todos los males, pero
si se carece de dinero no hay
solución a mal alguno.
Amor: Se ama más con la
razón que con el corazón.
Trabajo: Conviene tener siem-
pre una tarea en que ocuparse.
O n o m a n c i aO n o m a n c i aO n o m a n c i a : L e t r a “ S ” ( s e g u n d a p a r t e ) ( T o m a d o d e “ A s t r o l o g í a y C i e n c i a s
A d i v i n a t o r i a s ” . B i b l i o t e c a B á s i c a M u l t i m e d i a .
F . G . E d i t o r e s . M a d r i d , 1 9 9 8 ) .
P á g i n a 3 6 S p e s U n i c a
Aries a Un mes para disfrutar entre ami-gos y para continuar planificando lo que será el resto del año, para establecer proyectos. Se sentirán algo introvertidos o que ―las pala-bras no salen‖, la comunicación falla. Paciencia.
Tauro b Un mes complicado para la situación profesional y social, en general, pero bueno para poner en marcha proyectos y pasarla bien con amigos.
Géminis c El pensamiento abstracto, religio-so y filosófico, las relaciones so-ciales en sintonía con esto y todo lo referente al extranjero son el eje del mes.
Cáncer d Un mes donde se verán muy ensi-mismados y atraídos por todo lo que hay de secreto, oculto, miste-rioso y olvidado de la vida. La facultad intuitiva se halla incre-mentada y ustedes andan con ganas de vivir experiencias nove-dosas.
Leo e El eje está puesto mayormente en la pareja y en la observación ―del otro‖, en general. Se disfruta de la pareja y hay mucha comunica-ción, por lo que podrían aprove-char para solucionar viejos malen-tendidos.
Virgo f Un mes de mucho trabajo (se puede disfrutar de él) y de posi-bles discusiones con la pareja. Se recomienda paciencia.
Libra g Mes de mucha creatividad y de dar lugar a los placeres, sería per-fecto si pudieran pasarlo de vaca-ciones. Si practican deportes (y en general), cuidado con cortes, gol-pes y quebraduras.
Escorpio h Molestias y discusiones en y por asuntos de hogar. Un buen mes para realizar deportes.
Sagitario i Excelente mes para el aprendizaje
técnico y el comercio, o servicios
relacionados con placeres o esté-
tica. Excelente mes para los escri-
tores de este signo. Posibles dis-
cusiones y peleas en el hogar.
Capricornio j Toda la atención está concentra-
da en el tema de las ganancias,
que pueden sobrevenir de manera
bastante fácil. Un muy buen mes
también para la instrucción técni-
ca.
Acuario k Mes de cumpleaños para la
mayoría de los de este signo,
que arrancan este ciclo muy
locuaces, contentos, optimis-
tas y romancescos. Las ganan-
cias pueden estar muy dinami-
zadas durante este mes.
Piscis l
Mes de cumpleaños para los
del primer decanato, que
podrán hallarse o muy activos
o un tanto irascibles, cualquie-
ra sea el caso se recomienda
canalizar energías a través del
ejercicio físico.
Horóscopo de FebreroHoróscopo de FebreroHoróscopo de Febrero, por Roberto Langella
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(La lista completa de números anteriores la hallarán en el Faquin Blog o en el muro de la revista en Issuu.
Revista Spes Unica nº 8 - Junio 2011
(Comprar versión impresa)
Contenido: La verdad no existe (Reyes Peña-Langella); Noticias del mundillo literario; Ninguno como yo / Me gustaría
tranquilizaros / Todos los premios (Horacio Otheguy Riveira); Los signos del zodiaco y el amor; Divagaciones pelotu-
das (Mary Paz Reyes Peña); Poema del invierno y de la primavera (Kenny Delgado Fragoso); Cómo escribir y llenarse de
dinero (Roberto Langella); El Astrólogo y la Tarotista (Ñapi); Onomancia; El arte de Remedios Varo; Horóscopo;
Instrucciones – Ejemplos sobre la forma de tener miedo (Julio Cortázar).
Revista Spes Unica nº 9 - Julio 2011
(Comprar versión impresa)
Contenido: No somos representativos de nada (Reyes Peña-Langella); Noticias del mundillo literario; Palillo y Cerilla
enamorados (Tim Burton); Los no fumadores (Bill Hicks); Los no fumadores y yo (Roberto Langella); Los signos del
zodiaco y la salud; Divagaciones pelotudas (Mary Paz Reyes Peña); Ensayo al amor (Kenny Delgado Fragoso); Como es-
cribir un buen policial (Roberto Langella); Por la memoria de Eduardo Daniel Melgar (Roberto Langella); Nadie es per-
fecto (Luis García Orihuela); Reflexión acerca de „Nadie es perfecto‟, artículo de Luis García Orihuela (Roberto Lange-
lla); Onomancia; Correo de lectores; Horóscopo; El arte de Octavio Ocampo; Desperdicia (Tim Burton).
Revista Spes Unica nº 10 - Agosto 2011
(Comprar versión impresa)
Contenido: Carta del músico Fito Páez al diario Página 12 de Buenos Airea, tras las elecciones por la Gobernación
de la Capital Federal, julio de 2011; Noticias del mundillo literario; Ojos de videotape (Charly García); Dios ha muer-
to, el hombre ha muerto y yo no me encuentro bien (Felipe Muñoz Plaza); Anhedonia (Charly García); Los signos del
zodiaco y la salud; Divagaciones pelotudas (Mary Paz Reyes Peña); Carta a la familia / De qué me sirve amarte (Kenny
Delgado Fragoso); Como sobrevivir a la buena onda de los colegas (Roberto Langella); El Astrólogo y la Tarotista (Ñapi);
Sobre la internacionalización del Amazonas (Gilberto Gil); Onomancia; Desarma y sangra / Vampiro (Charly García);
Horóscopo; El arte de Francisco Goya; El mito de la consciencia objetiva (Theodore Roszak).
Revista Spes Unica nº 11 - Septiembre 2011
(Comprar versión impresa)
Contenido: Soy kirchnerista (Roberto Langella); Noticias del mundillo literario; La larga previa de Roger Waters y The
Wall en Argentina (Roberto Langella); Los signos del zodiaco y el trabajo; Divagaciones pelotudas (Mary Paz Reyes Pe-
ña); Como escribir poesía, ser poeta y que los demás le crean (Roberto Langella); Tanguito del riachuelo / Escollos /
País convulsionado / Corazonada / A ella que anda por ahí / Sensual Baires (Jorge Dossi); Misceláneas interrumpidas
(Otheguy Riveira-Langella); Pasiones / Versos a la muerte (Kenny Delgado Fragoso); Onomancia; Horóscopo.
Revista Spes Unica nº 12 - Octubre 2011
(Comprar versión impresa)
Contenido: Noticias del mundillo literario; La impunidad en el hecho artístico (Roberto Langella); No apto para dia-
béticos / Cuchilla vieja (José Luis Colmenero); Apología sobre Sócrates (Silvia Ditro); Parajoda: Últimas consecuencias
de nuestra paradoja (Roberto López Moreno); Ninguno como yo (Horacio Otheguy Riveira); Silencio (Mayra Cabrera); Los
enigmas del mundo (Brian Stableford); El arte de Antonio del Olmo; ¿Qué se siente que te maten a un hijo? (Mary Paz
Reyes Peña); Los signos del zodiaco y el trabajo; Dios ha muerto, el hombre ha muerto y yo no me encuentro bien
(Felipe Muñoz Plaza); Ojos de carne, ojos de fuego (Theodore Roszak); Divagaciones pelotudas (Mary Paz Reyes Peña); El
Astrólogo y la Tarotista (Ñapi); Pero (el Mero Ser); El Mero Ser y los descreídos (Roberto Langella); Doña Luisa (Yoselem
Divincenzo); Como escribir poesía erótica y no ser considerado un vulgar onanista (Roberto Langella); Diurno para el
adiós y un soneto (Juan Bautista Villaseca); Sin título (Bárbara Ghianda); Princesa de Talco (Raül Jurado Gallego); El Na-
zareno (Ángel Loyola); Balandra (Roberto López Moreno); Oda (Kenny Delgado Fragoso); Sensual Baires (Jorge Dossi); Mis-
Sumario de los números anteriores
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celáneas interrumpidas (Otheguy Riveira-Langella); Pobre alma mía (Simón Domínguez Barahona); Mensajes de Hotmail (y
otras divagaciones pelotudas) (Mary Paz Reyes Peña); Onomancia; Horóscopo.
Revista Spes Unica nº 13 - Noviembre 2011
(Comprar versión impresa)
Contenido: La mejor manera de derribar un gobierno (Reyes Peña-Langella); Noticias del mundillo literario; ¿Existe el
alma gemela? (Roberto Langella); Pantalla del mundo nuevo (Pappo); Fue simplemente un viernes (Luis Adolfo Duarte
Reina); Ideas y bosquejos para una filosofía y una hermenéutica de la astrología (Armando Rey); Los signos del zodia-
co y la aventura; Divagaciones pelotudas (Mary Paz Reyes Peña); El Astrólogo y la Tarotista (Ñapi); Como ser filosofo
y que no se diga que usted ha perdido el contacto con la realidad (Roberto Langella); Dime que me necesitas / Tu
sombra (Kenny Delgado Fragoso); Misceláneas interrumpidas (Otheguy Riveira-Langella); Onomancia; Horóscopo.
Revista Spes Unica nº 14 - Diciembre 2011
(Comprar versión impresa)
Contenido: Feliz 2012 para todos (Reyes Peña-Langella); Noticias del mundillo literario; El mito de Lilith y el conflicto
primordial de la humanidad (Roberto Langella); Aforismos (Raúl Gustavo Aguirre); Fue simplemente un viernes (Luis
Adolfo Duarte Reina); Ideas y bosquejos para una filosofía y una hermenéutica de la astrología (Armando Rey); Los sig-
nos del zodiaco y la aventura; Divagaciones pelotudas (Mary Paz Reyes Peña); El Astrólogo y la Tarotista (Ñapi); Co-
mo ser un escritor de derechas con sentido del humor (Roberto Langella); Misceláneas interrumpidas (Otheguy Riveira-
Langella); Todo mi desayuno / Se vuelca la sopa (Facundo Aguirre); Onomancia; Horóscopo; Historia de animales
(Domingos Pellegrini).
Revista Spes Unica nº 15 - Enero 2012
(Comprar versión impresa)
Contenido: Feliz 2012 para todos (2) (Reyes Peña-Langella); Crónica de una presentación anunciada (Mary Paz Reyes
Peña); Valerie Solanas, una mujer anatemizada (Roberto Langella); Sé tú mismo (Yoselem Divincenzo); El Astrólogo y la
Tarotista al banquillo; Ideas y bosquejos para una filosofía y una hermenéutica de la astrología (Armando Rey); Se me
cayeron las alas; Los signos del zodiaco en la historia (Aries); Divagaciones pelotudas (Mary Paz Reyes Peña); El
Astrólogo y la Tarotista (Ñapi); Misceláneas interrumpidas (Otheguy Riveira-Langella); El arte de Renata Schussheim;
Onomancia; Horóscopo.
Revista Spes Unica nº 16 - Febrero 2012
(Comprar versión impresa)
Contenido: La hoguera de las vanidades (Reyes Peña-Langella); Noticias del mundillo literario; Cartas Zenner: Una
forma de medir la pes (Roberto Langella); O Crux Ave, Spes Unica (G. F. de Palestrina); Ideas y bosquejos para una
filosofía y una hermenéutica de la astrología (Armando Rey); Se me cayeron las alas; Divagaciones pelotudas (Mary
Paz Reyes Peña); Facebook como sucedáneo… ¡de todo! (Roberto Langella); Los signos del zodiaco en la historia: Tau-
ro; Nuestro presente (Yoselem Divincenzo); El Astrólogo y la Tarotista (Ñapi); Tu léxico (Yoselem Divincenzo); Misceláne-
as interrumpidas (Otheguy Riveira-Langella); Onomancia; Horóscopo.
Revista Spes Unica nº 17 - Marzo 2012
(Comprar versión impresa)
Contenido: La inercia (Reyes Peña-Langella); Noticias del mundillo literario; La adolescencia (Yoselem Divincenzo); El
sacerdote (William Faulkner); Ideas y bosquejos para una filosofía y una hermenéutica de la astrología (Armando Rey);
Se me cayeron las alas; Divagaciones pelotudas (Mary Paz Reyes Peña); Adhiera a una nueva corriente literaria y que
no se note que ud. escribe para el orto (Roberto Langella); El Astrólogo y la Tarotista (Ñapi); Los signos del zodiaco
en la historia: Géminis; Rock: Música dura. La suicidada por la sociedad (Luis Alberto Spinetta); Misceláneas interrum-
pidas (Otheguy Riveira-Langella); El arte de Norman Rockwell; Onomancia; Horóscopo.
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Revista Spes Unica nº 18 - Abril 2012
(Comprar versión impresa)
Contenido: 29 de febrero, perdón y después (Roberto Langella); Noticias del mundillo literario; La juventud (Yoselem
Divincenzo); El huésped de Drácula (Bram Stoker); Ideas y bosquejos para una filosofía y una hermenéutica de la astro-
logía (Armando Rey); Se me cayeron las alas; Divagaciones pelotudas (Mary Paz Reyes Peña); Las acólitas de Carrie
Bradshaw (Roberto Langella); El Astrólogo y la Tarotista (Ñapi); Los signos del zodiaco en la historia: Cáncer; De la
musa al poeta / Pecado / Desterrada / La muerte le sienta bien (María Ester Rinaldi); Misceláneas interrumpidas
(Otheguy Riveira-Langella); El arte de Pilar Giménez Bret; Onomancia; Horóscopo.
Revista Spes Unica nº 19 . Mayo 2012
(Comprar versión impresa)
Contenido: De atenuantes y agravantes (Reyes Peña-Langella); Noticias del mundillo literario; La madurez (Yoselem
Divincenzo); El huésped de Drácula (Bram Stoker); Malvinas en Madrid (Guillem de Rubenhor); Ideas y bosquejos para
una filosofía y una hermenéutica de la astrología (Armando Rey); Se me cayeron las alas; Divagaciones pelotudas
(Mary Paz Reyes Peña); Los poetas malditos (Roberto Langella); El Astrólogo y la Tarotista (Ñapi); Grandes poemas
muy breves en español del siglo XX (Jorge David Alonso Curiel); Los signos del zodiaco en la historia: Leo; Compu-
manía (Mary Paz Reyes Peña); Misceláneas interrumpidas (Otheguy Riveira-Langella); El arte de Eva Besnyö; Onomancia;
Horóscopo.
Revista Spes Unica nº 20 - Junio 2012
(Comprar versión impresa)
Contenido: Las flechas del tiempo, la aljaba de la edad (Reyes Peña-Langella); Noticias del mundillo literario; El hués-
ped de Drácula (3º parte), por Bram Stoker; Norman Cousins, la risa es cosa seria, por Guillem de Rubenhor; El suicida,
por Enrique Anderson Imbert; Ideas y bosquejos para una filosofía y una hermenéutica de la astrología (8º parte), por
Armando Rey; Se me cayeron las alas; Divagaciones pelotudas, por María de la Paz Reyes Peña; Acerca de las naturaliza-
ciones, por Roberto Langella; La poesía de Charles Bukowski, por Jorge David Alonso Curiel; Admirable, por Fabiana
Villafañe; El Astrólogo y la Tarotista; Los signos del Zodíaco en la Historia (Virgo); Golpes bajos, por María de la Paz
Reyes Peña; Garganta de sombras, por María Ester Rinaldi; Tom Traubert‟s Blues, por Tom Waits; Misceláneas inte-
rrumpidas, por Horacio Otheguy Riveira y Roberto Langella; El arte de Edward Hooper; Onomancia; Horóscopo.
Revista Spes Unica nº 21 - Julio 2012
(Comprar versión impresa)
Contenido: Noche de horror (Reyes Peña-Langella); Noticias del mundillo literario; El huésped de Drácula (última
parte), por Bram Stoker; Margarita Landi, señora del crimen, por Guillem de Rubenhor; Ideas y bosquejos para una filo-
sofía y una hermenéutica de la astrología (9º parte), por Armando Rey; Se me cayeron las alas; Divagaciones pelotu-
das, por María de la Paz Reyes Peña; Escuchame, por Horacio Otheguy Riveira; Tres poetas españoles que apuestan por la
claridad, por Jorge David Alonso Curiel; El Astrólogo y la Tarotista; Misceláneas interrumpidas, por Horacio Otheguy
Riveira y Roberto Langella; Princesitas muertas, por Thomas Czarnecki; Los signos del zodiaco en la historia (Libra); Los
viejos de mierda, por Roberto Langella; Onomancia; Horóscopo.
Revista Spes Unica nº 22 - Agosto 2012
(Comprar versión impresa)
Contenido: Cortinas de humo (Reyes Peña-Langella); Noticias del mundillo literario; El marciano (1º parte), por Ray
Bradbury; No está escrito en ninguna parte, por Horacio Otheguy Riveira; La voz de un pueblo dormido, por Fabián
Gutiérrez Reyes; Divagaciones pelotudas, por María de la Paz Reyes Peña; Damas del crimen en primera línea de fuego,
por Guillem de Rubenhor; Ideas y bosquejos para una filosofía y una hermenéutica de la astrología (10º parte), por Ar-
mando Rey; Se me cayeron las alas; El Astrólogo y la Tarotista; Recordando “Nueve Reinas”, de Fabián Bielinsky,
por Jorge Alonso Curiel; Los signos del zodiaco en la historia (Escorpio); Misceláneas interrumpidas, por Horacio Ot-
heguy Riveira y Roberto Langella; Pablo Scalise, de Llavallol para el mundo; Lo mejor (y lo peor) de Facebook; Onoman-
cia; Horóscopo.
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Revista Spes Unica nº 23 - Septiembre 2012
(Comprar versión impresa)
Contenido: Vamos por todo, por Mary Paz Reyes Peña; Noticias del mundillo literario; El marciano (2º parte), por Ray
Bradbury; Suzanne Leperrier, la trapèziste, por Horacio Otheguy Riveira; Ideas y bosquejos para una filosofía y una her-
menéutica de la astrología (11º parte), por Armando Rey; La pareja perfecta del siglo XXI (1º parte), por Simón Domín-
guez Barahona; Se me cayeron las alas; Poesía (El descubrimiento / De Dios / Él (Yo) / Resurgir primario / Miseran-
do), por Daniel Grustán Isabela; Divagaciones pelotudas, por Mary Paz Reyes Peña; Lesiones del buen escribir, por Ro-
berto Langella; El astrólogo y la tarotista, por Ñapi; Súbitos (El último suspiro de Narciso Ibáñez Menta), por Guillem
de Rubenhor; Los signos del zodiaco en la historia (Sagitario); Tumbas de la gloria, por Fito Páez; Misceláneas inte-
rrumpidas, por Horacio Otheguy Riveira y Roberto Langella; La escultura hiperrealista de Ron Mueck; Lo mejor de Face-
book; Lo peor de Facebook ; Onomancia; Horóscopo
Revista Spes Unica nº 24 - Octubre 2012
(Comprar versión impresa)
Editorial, por María de la Paz Reyes Peña; Dos años, por Roberto Langella; Noticias del mundillo literario; El marciano (última parte), por Ray Bradbury; Súbitos (Cuando ellas se desnudan), por Guillem de Rubenhor; La pareja perfecta del siglo XXI (última parte), por Simón Domínguez Barahona; Ideas y bosquejos para una filosofía y una hermenéutica de la astrología (última parte), por Armando Rey; Se me cayeron las alas; La Pastora / Florencio: el maquis hermafrodita, por Horacio Otheguy Riveira; Poesía, por Daniel Grustán Isabela (El ayeante primigenio, En menos de un millón de años, Tú que me lees); Lesiones del buen escribir, por Mary Paz Reyes Peña; Lesiones del buen escribir 2, por Roberto Lange-lla; Divagaciones pelotudas, por Mary Paz Reyes Peña; Divagaciones pelotudas 2, por Roberto Langella; El Tarot de la Tarotista, por Ñapi; Los signos del zodiaco en la historia (Capricornio); Misceláneas interrumpidas, por Horacio Ot-heguy Riveira y Roberto Langella; El arte de Scott Davidson; Lo Mejor de Facebook; Lo peor de Facebook; Onomancia; Horóscopo; Sumario de números anteriores.
Revista Spes Unica nº 25 - Noviembre 2012
(Comprar versión impresa)
Editorial, por Roberto Langella; Calaverita para mi flaco, por María de la Paz Reyes Peña; Introducción a Gritos desde el Hades, por María de la Paz Reyes Peña; Semillas, por Jorge Dossi; Aventuras de una tarotista alocada (Los trabajos ne-gros de Gina), por María de la Paz Reyes Peña; María de la Paz en Veracruz, por Horacio Otheguy Riveira; Poesía (Qué dirías / Vivir / Descubrimiento / Lo gris / Los villanos / Una promesa), por María de la Paz Reyes Peña; Poesía (Canción de amor para Mary Paz / A Mary Paz / Ouroboros consumada / Inventario / Escribir tu nombre con sangre), por Roberto Langella; Divagaciones pelotudas, por María de la Paz Reyes Peña; La galería de arte del Astrólogo y la Tarotista, por Ñapi; El Facebook de Mary Paz; Lo efímero y lo perdurable, por Roberto Langella y María de la Paz Reyes Peña; Los signos del zodiaco en la historia (Acuario); Onomancia ; Horóscopo ; Sumario de los números ante-riores.
Revista Spes Unica nº 26 - Diciembre 2012
(Comprar versión impresa)
Seguir viviendo sin tu amor, por Roberto Langella; Noticias del mundillo literario; Los amantes, por Julio Cortázar;
Tlön, Uqbar, Orbis Tertius (1º parte), por Jorge Luis Borges; El fantasma de la tía Guillermina, por Horacio Otheguy Ri-
veira; Canelita o el paso de azúcar amargo (1º parte), por Chabela Ximénez; Divagaciones pelotudas, por María de la Paz
Reyes Peña; Poesía, por Daniel Grustán Isabela; Se me cayeron las alas (parte 11); Sobre la astrología predictiva, por Eloy
R. Dumond; Lesiones del buen escribir, por Roberto Langella; El Elegido, por María de la Paz Reyes Peña (1962-2012),
por Guillem de Rubenhor; Esperando a Godot, por Ñapi; Misceláneas interrumpidas, por Horacio Otheguy Riveira y Rober-
to Langella; El arte de Bruno Torfs; Lo mejor de Facebook; Los signos del zodiaco en la historia (Piscis); Onomancia;
Horóscopo; Sumario de los números anteriores.
Revista Spes Unica nº 27 - Enero 2013
(Comprar versión impresa)
Editorial; La soledad, por Bersuit Vergarabat; Tlön, Uqbar, Orbis Tertius (2º parte), por Jorge Luis Borges; Tres cerve-
zas, dos tintos y un vermouth con ginebra, por Horacio Otheguy Riveira; Canelita o el paso de azúcar amarga (2º parte),
por Chabela Ximénez; Divagaciones pelotudas, por María de la Paz Reyes Peña; Poesía, por Daniel Grustán Isabela; Se me
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cayeron las alas; Lesiones del buen vivir, por Roberto Langella; Valientes mujeres con pene, por Guillem de Rubenhor;
Los signos del horóscopo chino (Rata); Misceláneas interrumpidas, por Horacio Otheguy Riveira y Roberto Langella; El
arte de Winsor McCay; Escritoras; Esperando a Godot, por Ñapi; Onomancia; Horóscopo; Sumario de números
anteriores.
El Astrólogo y la Tarotista - Edición especial nº 1
(Comprar versión impresa)
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C o n s u l t o r i o A s t r o l ó g i c o S p e s u n i c aC o n s u l t o r i o A s t r o l ó g i c o S p e s u n i c aC o n s u l t o r i o A s t r o l ó g i c o S p e s u n i c a C u r s o I n t e g r a l d e A s t r o l o g í a C u r s o I n t e g r a l d e A s t r o l o g í a C u r s o I n t e g r a l d e A s t r o l o g í a
a d i s t a n c i aa d i s t a n c i aa d i s t a n c i a
Inauguramos nuestro curso de astrología a distancia, el cual tiene una duración de seis meses, de
cuatro clases por mes, de modalidad intensiva, racional y psicológica.
Por medio de este curso, el estudiante adquirirá los conocimientos específicos y completos acerca de la confección e interpretación de la carta natal astrológica, Revoluciones Solares, cartas combinadas
y sinastrías, y todas las técnicas complementarias que hacen al quehacer del oficio de astrólogo.
La estructura del curso es modular, mensual y correlativa; esto significa que el alumno adquirirá por adelantado su vacante mensual, la que consta de un módulo de cuatro clases, por cada una que irá recibiendo un apunte de contenidos. La correlatividad de nuestras clases apunta a que nadie podrá "saltearse" módulos, ni obviar algunos de los primeros, aunque se contara con conocimientos previos. Sin embargo, las clases serán individuales y el alumno sí podrá "saltearse" meses de asistencia, sin perder la correlatividad; es decir, al regresar al curso, hubiera pasado el tiempo que fuere, retomará
desde el mismo punto donde lo dejó.
Se evaluarán exámenes mensualmente, y al final del curso habrá un examen integrador. Se otorgará
entonces el certificado de asistencia al curso, y de reconocimiento del egresado como astrólogo.
Todos los inscriptos al curso recibirán el kit de estudio, el cual consta de todas las herramientas y
contenidos necesarios, absolutamente, para la realización de este curso, tales como:
Todas las clases serán dictadas por Roberto Langella
Tablas de Efemérides Planetarias para los siglos XX y XXI
Tablas de Casas
Otras diferentes tablas
Plantilla para la confección de mapas astrales
Presentación del curso y apuntes nº 1, 2, 3 y 4
Carátula personalizada para ir encarpetando los apuntes
Fuentes tipográficas de astrología para la computadora
Todos los alumnos tendrán una clase de dos horas en un día de la semana a convenir, por el
programa de videoconferencias Skype
Siempre y en todos los casos los alumnos podrán resolver sus dudas y cuestionamientos vía e-mail. Los alumnos egresados encontrarán en Spesunica una fuente de consulta personalizada,
para toda la vida.
Téngase presente que la suma de los apuntes irán conformando un verdadero libro, tratado de
Astrología.
La cuota mensual es de U$S 40.- ($ 150.– de Argentina) por adelantado, mientras que quien desee pagar el curso completo, en una o dos cuotas trimestrales, el precio final es de U$S 200.- ($ 800.– de
Argentina).
Para una mayor información acerca de las características de este curso, descargue libremente el
artículo "Presentación, Estructura y Temario", en nuestra sección de descargas.
www.spesunicastrologia.com.ar
P á g i n a 4 3 S p e s U n i c a
www.spesunicastrologia.com.ar
A la memoria de María de la Paz Reyes Peña (1962-2012)
co-fundadora de esta revista y del consultorio astrológico
Spesunica. Por siempre.
Spes Unica. Año 4 nº 28. Febrero de 2013
Editada por el Consultorio Astrológico Spesunica
Dirección: Roberto Langella
Registro de Propiedad Intelectual: En trámite.
Impreso por Peecho B. V., Amsterdam, Nether-
lands
Colaboran en este número: Cristian Kocak; Hora-
cio Otheguy Riveira; Chabela Ximénez; Daniel
Grustán Isabela; Guillem de Rubenhor; Ñapi.
Las afirmaciones y opiniones vertidas en los artí-
culos y textos son de exclusiva responsabilidad
de quienes los escriben.
Se prohíbe la reproducción total o parcial por
cualquier medio de esta publicación, sin previa
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Los números atrasados pueden ser obtenidos
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