Publicación coordinada, editada y distribuida por el grupo que
integra el proyecto Revés Histórico, medio crítico que transita
por las ciencias sociales y humanidades abordando problemáticas
disciplinarias y socioculturales con el objetivo de estimular la
libre reflexión, el dialogo, el debate y la comunicación de
diversas interpretaciones históricas, sociológicas, antropológicas,
literarias y artísticas; propuestas que retumben, tensen y
adquieran sentido dentro y fuera de los muros académico-
científicos. Cabe destacar que como medio autogestivo, lejos de
patrocinios institucionales, esta revista-fanzine tiene una cuota de
recuperación de $15.00 destinada a la publicación de los
siguientes números.
Si te interesa colaborar con este proyecto contáctanos a través de:
facebook: Revés Histórico
twitter: @reveshistorico
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https://reveshistorico.wordpress.com/
PRESENTACIÓN
Es un gusto compartirles esta primera publicación de Revés Histórico, un
esfuerzo guiado por el entusiasmo responsable, la necesidad de expresión e
investigación, la preocupación por el estudio, comprensión y comunicación de
la historia, así como por su función social en nuestros días.
Este medio crítico y de resistencia a nuestras condiciones y experiencias
como ex-alumnos de la carrera de historia, tiene la obligación de enfrentar el
atesoramiento del conocimiento y la limitada difusión de escritos fuera del
campo científico, respondiendo a nuestro contexto y a la necesidad de regenerar
nuestra conciencia y cultura histórica.
Abordar realidades históricas bajo caleidoscópicas miradas y espíritu crítico,
investigar respondiendo a necesidades sociales y no a egos mercenarios e
institucionales, escribir con esfuerzo dinámico, efectivo y comprometedor.
Comunicar conscientemente haciendo práctico el sentido público de la historia
(útil, sin manipulaciones y más allá de entretenimiento frívolo), crear espacios y
medios de difusión que den valor a la palabra escrita como medio de acción y
sobre todo, incitar a los jóvenes historiadores a realizar reveses específicos en la
escritura y comprensión de la historia, son los propósitos fundamentales de este
proyecto de publicación. Esperamos sea de su interés… LOS EDITORES
SUMARIO
2 Revés Histórico. Cultura histórica e historiográfica
Grupo Editor
4 Historia ¿para qué?
Jorge Salas Flores
8 Re pensar la universidad que queremos
Diana Jiménez Vázquez
12 El lugar más pequeño (documental)
Romyna Báez Rentería
14 Marx para no-marxistas (primera parte)
Gerson Tovar Carreón
19 Reveses, conciencia y cultura histórica
Fernando G. Cabrera Parra
23 Rincón ácrata: Libros de Anarres, colección Utopía Libertaria
24 La necesidad de congruencia ante el desencanto
Luis Enrique Vázquez Castillo
27 El turno del aullante (fragmento X). Max Rojas
29 La escritura de la historia y el pasado es un país extraño
Práxedis Praxis
31 Freud “pasión secreta” (película)
Cinthia Arisbet Carrillo
32 La imagen perdida, un documental de Rithy Panh
Diana Jiménez Vázquez
34 Transgr3sor, rock en contradicción…
Erlantz Castforth
1
REVÉS HISTÓRICO
Cultura histórica e historiográfica
GRUPO EDITOR
“Se dice que sólo hay una forma de pensar
y actuar... pero como siempre los discursos
se desvanecen y transforman.... estoy para
dar un revés a esa única forma de pensar y
actuar... no creo en la uniformidad ni en la
univocidad... estoy por los reveses”
evés Histórico es un proyecto que surge de la necesidad y entusiasmo de un
grupo integrado por ex-alumnas y ex-alumnos de la carrera de historia. Con
la pretensión de enfrentar, como sujetos socialmente activos, su compromiso
con el presente a través de la libre reflexión, la crítica abierta, el dialogo directo, la
comunicación social de distintas interpretaciones del pasado y la posible construcción
de espacios alternativos de conocimiento histórico.
Como historiadores siempre en formación, ya que no todo está dado, cada instante
descubrimos y planteamos nuevas problemáticas teórico-metodológicas, filosóficas,
sociológicas entre muchas otras. Pero sobre todo, intervenimos en cuestiones que se
viven día a día en torno a la utilidad práctica de la historia; más allá de catalogarla
como una simple asignatura escolar guiada por planes didácticos presuntuosos,
sistemas de competencias desfavorables y por reformas educativas burocráticas.
Ante ello, este proyecto se manifiesta como una visión presente de investigación
alterna y de interpretación de cultura y conciencia histórica. Con el objetivo de llevar
a cabo reveses específicos, cepillar la historia a contrapelo y recuperar pendientes de
un pasado no homogéneo y vacío; sino con potencial crítico que luche por la
recuperación de la memoria individual y colectiva ante el olvido.
Cuestionar la escritura, lectura, comprensión y comunicación de la historia, es uno
de los principales pilares del proyecto. Poniendo en la mesa de discusión el carácter
académico y el rigor científico; que si bien, han fundamentado la disciplina, también
han limitado el conocimiento fuera del área de confort. Por ello, alternando entre dos
espacios, se busca ampliar el campo de posibilidades tratando de encauzar una
renovación cultural en la concepción de la historia fuera de gremios especializados.
Es así como se hace la invitación, tanto a alumnos, profesores e investigadores, a
pensar histórica e historiográficamente de modo distinto, más allá de su círculo. A
conciencia de que afuera hay un mundo que tiene una cita presente con el pasado; con
el proceso de recuperar la centralidad del ser; de su saber y poder hacer humano.
Al plantear la profunda necesidad de una cultura histórica en la sociedad, Revés
Histórico emprende la tarea de concebir cultura como el modo histórico de vivir de
mujeres y hombres ordinarios; un manera de trasmitir y transformar su realidad día a
día; actuar con sentido y dar significado a ideas, situaciones, voluntades,
motivaciones, intenciones y finalidades. Diversas expresiones mediante las cuales
R
2
comunican, perpetúan y desarrollan su conocimiento de la vida y actitudes hacia ella.
Cultura es entonces, construcción de realidades individuales y colectivas en lo
estético, político, cognitivo y en lo socialmente común como nuestras vidas.
Por otro lado, respondiendo a las necesidades de un espacio físico, Revés Histórico
proyecta un plan de cultura integral que cuente con un lugar específico donde se
realicen diversas actividades y armonicen distintas manifestaciones colectivas bajo
los principios de acción directa, autonomía, autogestión, apoyo mutuo y otros
elementos de organización social libertaria.
Este plan de cultura integral gira en torno a distintos ejes como la formación de un
centro cultural donde se desarrollen acciones educativas y artísticas. Como biblioteca
libre a todos los que deseen consultar distintas lecturas de su interés. La posibilidad
de un centro de estudios e investigaciones donde se puedan realizar trabajos
profesionales fuera de institutos, academias o bibliotecas auto-restringidas y como
sello editorial para difundir libros, textos, revistas, periódicos, fanzines y otro tipo de
publicaciones auto-producidas. El objetivo es promover una cultura alternativa de
vida; una lucha cultural que busque nuevas formas de organización social,
comunicación abierta y reivindicación individual y colectiva ante la rigidez de los
grandes aparatos institucionales que la historia sigue legitimando.
Tirar muros, construir espacios y crear alternativas son obligaciones para todo
joven historiador. Una difícil batalla por la memoria contra el olvido, reafirmando que
nada de lo que alguna vez aconteció debe darse por perdido. De este modo, Revés
Histórico se presenta como una pequeña estrella independiente que intenta ser parte
de la constelación de posibilidades extramuros. Un proyecto que día a día revitaliza su
proceso con nuevas ideas y objetivos regenerando el entusiasmo de los que optamos
por los reveses en la escritura, lectura, comprensión y comunicación de la historia con
el propósito de encontrar y encontrarnos sentido.
Más allá de abstracciones, categorización y conceptualización, está nuestra
experiencia histórica como alumnos y ahora como ex-alumnos de la carrera de
historia. La experiencia de una generación que debe reinventarse creativamente con
vital optimismo en estos instantes de peligro. Optamos por reveses ante un presente
de auto-olvido.
3
HISTORIA ¿PARA QUÉ?
JORGE SALAS FLORES
l siguiente ensayo es una breve reflexión surgida de la pregunta máxima
¿historia para qué? Muchas personas se harán este cuestionamiento antes o
después de su recorrido escolar, o simplemente al escuchar la palabra
―historia‖; aunque muchas otras lo dan por sentado y dicen ¡bueno, es algo
importante! Pero no basta quedarse con esto, tal vez exista algo más de trasfondo.
Múltiples filósofos y científicos han centrado grandes esfuerzos para revelar que
hay acerca de ello, pues bien, yo al igual que ustedes estimados lectores, me hago la
pregunta ¿por qué historia? Muchas definiciones nos dicen que la historia somos
nosotros porque somos tiempo, pero ¿qué es el tiempo? Si tenemos la respuesta, por
ende explicaremos qué somos nosotros, y sobre todo, qué es historia. Parece fácil,
pero lamentablemente es un poco más complicado.
Tiempo. Encontrar esta palabra materializada en nuestra vida moderna, es como
buscar el santo grial; una cruzada que llevaría consigo santificar el lugar donde la
encontremos. Lo cierto es que no es necesario buscar demasiado, el tiempo está ahí
presente, enfrente de nosotros todo este tiempo, lo tenemos dentro de sí y está dentro
de todo lo existente, tan fácil con observarnos (el paso, el pasar y el pasado) ¿cómo es
posible que jamás nos habíamos dado cuenta de una revelación tan importante? Aquí
entra en función un concepto muy interesante, un proceso mental surgido de esta
revelación, la memoria. Esta aparece dentro de nosotros innatamente, se sabe cuándo
aparece, pero acaso nos hemos preguntado ¿cuál es su función? ¿para qué recordar?
Sería más fácil no almacenar tanta información, desecharla así como si nada, pero
esto no es posible, recordamos aunque no nos demos cuenta; cual es la prueba al
respirar. Si olvidamos como hacerlo nuestro cerebro deja de enviar esta señal a
nuestros pulmones y morimos, o al caminar, nuestro cerebro tiene que recordar cómo
hacerlo. En fin, un sin número de procesos que realiza nuestro organismo están
condicionados por el hecho sistematizado de recordar lo aprendido, o aquello que la
misma evolución ha condicionado en el ser humano.
Nuestro ADN está lleno de ―recuerdos‖ genéticos que permiten la existencia, sin
ello ¿qué surgiría? ¿qué especie seríamos? La ciencia ficción tendría un material muy
extenso para crear una especie sin memoria genética. El hecho está en que
recordamos el pasado porque es parte de nosotros, somos tiempo: presente y futuro se
conjugan en un camino que se recorre.
En el campo de la física se han hallado múltiples teorías acerca de lo que es el
tiempo, pero si le peguntamos a una persona sobre ello no lo sabrá explicar, sin
embargo, sabe de antemano qué es porque lo vive. Cada segundo que pasa es como si
fuera una fuerza imparable; avanza, nada lo detiene, todo está sujeto a ello desde
nosotros hasta el universo. El movimiento se crea a partir de esta primicia, pero hacia
dónde avanza: hacia la destrucción o la creación ¿no es posible acaso detenerlo?
E
4
Lamentablemente no, aquello que fue ya no será, todo cambia, todo se transforma.
Preguntas filosóficas han despejado estas interrogantes, ―nadie se baña en el mismo
río dos veces‖, y como el movimiento es constante, la mente humana recuerda aquello
que ya no es ¿pero con qué propósito?
Se ha mencionado, para no cometer los mismos errores, permitir la evolución y la
supervivencia de la especie. Es válido, pues muchas especies lo hacen, pero caen en
una ruptura cuando el ser humano vuelve a hacer aquello que fue causa de su error. Si
recordar es un hecho tiene que haber algo más de por medio ya que existe la memoria
selectiva; aquella que sólo recuerda lo que es de mayor agrado o lo que ha dejado un
verdadero trauma en los individuos ¿cómo lo sé? pues fácil: basta con que usted haga
el simple ejercicio de recordar su vida. Esta empatía es la que nos vuelca hacia la
existencia de que todos nosotros recordamos por el simple hecho de existir.
Se va almacenando en nuestro cerebro todo un sin número de vivencias que
pasaron; las cuales pertenecen a aquella mediada del tiempo que ha dejado de existir,
ahora bien, ya nos acercamos al propósito ¿historia para qué? La memoria juega un
papel realmente importante en torno a esta pregunta porque es necesario hacer algo
con todos esos recuerdos. Cada uno los sistematiza y reflexiona dependiendo de su
propia vida, pero que hay con el pasado humano, con aquello que realiza en las
sociedades. Se puede decir ―a mí que me importa la sociedad‖, el hecho es que
existimos en una.
Una vez más, múltiples filósofos se han preguntado por esta cuestión: ―somos
seres sociales a excepción de aquel individuo que existe solo, sin más que sólo él para
sobrevivir, comunicarse y existir‖. Lo cierto es que así como vive, es como muere, sin
saber nada de él, pues está solo y como la mayoría de nosotros habitamos en una
sociedad, o nos relacionamos al menos con otro ser humano, somos seres sociales. Lo
que hagamos afecta en causa y consecuencia a todo aquello que existe dentro de esa
relación social.
La memoria colectiva se va tejiendo, conformándose en un pasado común de las
sociedades, se puede decir que la humanidad tiene un pasado, una memoria y la
ciencia ha tratado de comprobarlo revelando otra pregunta ¿de dónde venimos? Y otra
vez, múltiples teorías han tratado de responder ¿pero sólo aquellas sociedades con
memoria se pueden acercar a responder esta pregunta? Un sin número de sociedades,
desde su creación, han explicado su origen; creando así su memoria y con ello su
existencia. Desde mitos hasta estudios científicos, se ha tratado de avalar estas
explicaciones.
Con la antigua cultura griega tenemos la explicación de su creación. Igualmente
que la cultura egipcia, mesopotámica, oriental, nórdica y mesoamericana, su memoria
se fue consolidando para dar fundamento a su civilización. Se creía que existía un
seguimiento lineal de la memoria como lo es el tiempo, lo cierto es que no es así. La
memoria sufre rupturas, pérdidas y colapsos. Con la decadencia y caída de una
sociedad se pierde parte de esa memoria y comienzan a crearse nuevas explicaciones,
nuevos ritos y nuevas costumbres que olvidan las anteriores, pero los sucesos y los
procesos continúan, no se detienen, y aunque no se recuerde, el tiempo avanza.
5
En el siglo XIX se creó la ciencia histórica y aunque la palabra historia ya había
sido usada por otras culturas en otros tiempos, y con otro significado, es en occidente
donde encuentra el carácter de estudio, reflexión e investigación; elevándose como
una disciplina con un sin número de interpretaciones y disputas que hasta nuestros
días persisten. Se puede decir que desde el origen del ser humano, este le ha dado
importancia y la ha considerado como clave para su desarrollo, pero es con su
institucionalización que se crea una profesión que va ligada únicamente con su
estudio. La historia existe porque existe el tiempo, y hasta que exista el tiempo,
existirá la historia.
El siglo XX continuó amparando la disputa en torno a lo que es la historia, y los
hechos siguen. La sociedad continúa produciendo memoria y recordando aquello que
quiere recordar, mientras que los historiadores sólo seguimos seleccionando aquello
que queremos estudiar. Y es normal, aunque nos estamos quedando rezagados al no
comprender la función social de la historia. Mientras se olvidan algunos procesos,
otros más son exaltados.
Con la creación de los Estados-Nación, la historia pasó a funcionar como
legitimador de su existencia; así, el Estado se hizo dueño del estudio de la historia, lo
cual obedece a un proceso inherente de su propia creación. En el siglo XIX, muchos
filósofos se encargaron de tomar la historia como fundamentación de su teoría. Carlos
Marx, con el estudio de la teoría económica, reveló el papel que desempeña la historia
en la sociedad.
El extravío que sufrió el estudio de la historia se debe en parte a la aplicación de
métodos científicos extraídos de las ciencias exactas para su aplicación en la ciencias
sociales, esto trajo consigo el derrumbe de varias propuestas como el positivismo y el
marxismo; pues queriendo crear leyes absolutas de la historia, perdieron de vista la
imprevisibilidad de aquello que se considera determinado.
Las puertas permanecen abiertas hacia el estudio de la historia, ya que siguen los
procesos culturales económicos y sociales, pero la función social del historiador está
quedando relegada. El movimiento del tiempo continúa, es por eso que la reflexión de
la historia debe seguir creando nuevas teorías e investigaciones que cumplan con los
requerimientos y exigencias sociales de nuestro tiempo.
Respondiendo a la constante pregunta ¿historia para qué? Porque la memoria
histórica sigue y las sociedades continúan recordando.
6
Revés Histórico
“De la conciencia histórica hay solamente un pequeño paso a la cultura histórica. Si se examina el papel que juega la conciencia histórica en la vida de una sociedad, aparece como una contribución cultural fundamentalmente específica, que afecta e influye en casi todas las áreas de la praxis de la vida humana. Así la cultura histórica se puede definir como la articulación práctica y operante de la conciencia histórica en la vida de una sociedad. Como praxis de la conciencia tiene que ver, fundamentalmente, con la subjetividad humana, con una actividad de la conciencia, por la cual la subjetividad humana se realiza en la práctica -se crea, por así decirlo”.
Jörn Rüsen
7
RE PENSAR LA UNIVERSIDAD QUE QUEREMOS
DIANA JIMÉNEZ VÁZQUEZ
e mira desde abajo y a la izquierda, y es en este punto que observamos al
Estado protector del ayer ceder a las exigencias del mercado. Este panorama
nos lleva a preguntarnos ¿qué es lo que nos hace soportar estás formas
represivas? Una posible respuesta, es que las relaciones sociales son correspondientes
a las exigencias progresistas del mercado. Por otro lado, el presente está regido por
políticas neoliberales que privatizan nuestra vida cotidiana en cada uno de nuestros
actos. Para ello fuimos instruidos a través de la escuela, los medios de comunicación
y de cada una de las instituciones que se encargan de la ―normalización‖ de los
individuos (cárcel, hospital, trabajo, etcétera).
La educación es un elemento importante en el desarrollo de una política
hegemónica; Althusser1, aseguro que la educación era para el Estado un aparato
ideológico, que le permitía mantener el orden. Hoy este aparato ideológico (la
educación) se encuentra al servicio del capital; así, las ―reformas‖ educativas que
puso en vigencia la administración de Enrique Peña Nieto, forman parte de este
proyecto neoliberal que tiene por objetivo la normalización social e impulso al
mercado. Por otra parte, si hablamos de cantidades (como lo exige la rigurosa
ciencia), en el informe sobre el estado de la educación en el mundo, por parte de la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE); algunos de
los datos más relevantes para México fueron:
El 35% de los jóvenes de 18 años se encuentran estudiando, de los
cuales el 19% en educación media superior y 16% en educación
superior. México es el único país de la OCDE donde los jóvenes de
entre 15 y 29 años pasan más tiempo trabajando que estudiando (en
promedio invertirán 6.4 años en actividades laborales y sólo 5.3 años
en educación). En cuanto a la equidad de género 1 de cada 10
hombres jóvenes no tienen empleo ni se encuentran estudiando; en
cuanto a las mujeres jóvenes la proporción es de 3 de cada 10.2
En resumen, las cifras evidencian el estado ―crítico‖ de la educación y su función
social. En el presente artículo, se reflexionará específicamente sobre la educación
superior: ¿qué transformaciones sufre la universidad en el sistema neoliberal?, ¿si es
posible hablar de una crisis universitaria?, y ¿cuáles son nuestras posibles
alternativas para subvertir el efecto, a beneficio de todas y todos?
1“Pido perdón por esto a los maestros que, en condiciones espantosas, intentan volver contra la
ideología,…con las pocas armas que puedan hallar en la historia y el saber que ellos “enseñan”… Pero no abundan, y muchos (la mayoría) no tienen siquiera la más remota sospecha del “trabajo” que el sistema les obliga a realizar”. Ideologías y aparatos ideológicos de Estado, Freud y Lacan, (1969) Louis Althusser, pp.20. 2 Informe de la OCDE 2014: http://www.oecd.org/edu/Mexico-EAG2014-Country-Note-spanish.pdf
S
8
La universidad que fue y la que queremos
A inicios del siglo XX, el fortalecimiento de las naciones y el proyecto progresista
fueron las ideologías dominantes; por ello la universidad quedó bajo la protección del
Estado. En México, la mayoría de las universidades (públicas y privadas) se
mantuvieron estáticas debido a una falta de conciencia sobre sí mismas y sobre los
cambios sociales. Esto es lo que Ulrich Beck llama la escena ―zombie‖, que consiste
en la permanencia de conceptos que han muerto en nuestro pensamiento y nuestra
acción. Sin embargo, a partir de la instalación de un gobierno neoliberal, que se
redujo la intervención del Estado en la educación superior cediendo a particulares.
Esto originó que las instituciones tuvieran que diversificar sus formas de ingreso a
través de programas, que articularan la estructura académica con el mercado laboral:
vendiendo servicios de conocimiento, contratando con la industria y el gobierno,
concursando por fondos para investigar, etcétera. Hoy, las empresas transnacionales
tratan de obtener el control del trabajo intelectual y esto origina, una ―crisis
universitaria‖. Gigi Roggero,3 nos señala algunas características:
1. La crisis de la idea tradicional de conocimiento. Que consiste en la transformación
del aprendizaje en común a una mercancía para la acumulación capitalista.
2. La crisis de las disciplinas. Se da mayor apoyo a ciertos campos de estudio útiles
al desarrollo empresarial e industrial (es decir, la desacreditación de las
humanidades).
3. La crisis de la dialéctica moderna entre lo público y lo privado. Esto significa que
la educación se convirtió en un corporativo subordinado al mercado global.
4. La crisis de la universidad como mecanismo de ascenso social. Que consistió en el
desmantelamiento de las promesas progresistas del capitalismo donde la educación
era una vía para la seguridad social.
5. La crisis de la figura tradicional del estudiante. Es decir, ya no son la fuerza de
trabajo como aprendices sino que, son de inmediato trabajadores precarios.
En conclusión, este proceso de privatización jerarquizó la experiencia social; ya que
―incluso quienes anhelan una ampliación democrática subordinan el cambio a la
mantención de esa normalidad‖.4 Esta función de normalizar o bien, alinear a la
sociedad, nos lleva al objetivo principal de esta reflexión, la necesidad de repensar a
la universidad. Para ello, tomamos como referencia a un grupo que es el enlace entre
el Estado, el mercado y la sociedad: el estudiante.
Los estudiantes que necesita la sociedad
El actuar del estudiante está limitado por los reglamentos, creencias y prácticas de la
institución, ya que es una manera de subordinarlo a la estructura hegemónica. Los
instrumentos que utiliza para mantener ese orden son las tecnologías disciplinarias
3 En su artículo “La revolución del conocimiento vivo”.
4 José Joaquín Brunner en “La Universidad Latinoamericana Frente al Próximo Milenio”.
9
que según Foucault,5 se encargan de la clasificación y cosificación del estudiante para
producir un ser normalizado. Este proceso, para Bourdieu, es la automatización del
estudiante, que lo reduce al ―animal de exámenes‖ o ―el diletante‖:
El primero, fascinado por el éxito académico, pone al servicio del
examen el olvido de todo lo que esté más allá de él, comenzando por
la calificación que supone que garantiza el examen. Al estudiante
―obsesionado‖ por el horizonte limitado de los plazos académicos se
opone, en apariencia, el diletante, que no conoce más que los
horizontes indefinidamente postergados de la aventura intelectual. En
ambos casos, es el mismo esfuerzo por inmovilizar de modo ficticio –
eternizándolo o autonomizándolo- un presente que apela
objetivamente a su propia desaparición (Bourdieu, p. 87).
Por ello, Bourdieu invita a los ―herederos‖ a romper con estas condiciones de
sujeción y a no olvidar que ―estudiar no es crear sino crearse, no es crear una cultura,
menos aún crear una nueva cultura, es crearse en el mejor de los casos como creador
de cultura‖ (Bourdieu, p. 84). Estos son los llamados hijos de la libertad que reniegan
todo tipo de imposición, los que no tienen las mismas ―preocupaciones‖ que los
ciudadanos ―adultos‖ y ponen de manifiesto la necesidad de nuevas modalidades al
capital corporativo. Este espíritu joven lleva a los estudiantes a luchar por un mundo
lejos de la guerra, el racismo, la violencia, la discriminación y las simulaciones de
gobiernos democráticos.
Por esta razón, la universidad no puede cumplir la función de preparar a los y las
jóvenes siguiendo las exigencias de las empresas; sino que, debe mantenerse a
resguardo de la tendencia colonizadora del capital. La Universidad no puede ser un
aparato ideológico del Estado, debe constituirse como un espacio político en el cual
disputarle la hegemonía a la ideología dominante y llevar a cabo una transformación
social. Esto explica la importancia del estudiante para detener esta ola privatizadora
orquestada por el neoliberalismo y construir espacios políticos que nos permitan
avanzar. Entonces, ¿qué proponemos ante esto?
Un primer paso, es crear una nueva definición de la Universidad que pueda
conducir con eficacia la lucha.6 Es necesario enfrentar ―lo nuevo con lo nuevo‖,
dejar de pensar en el pasado como un momento ideal y aceptar que los cambios son
irreversibles. Así mismo, es preciso renunciar a lo ―público‖ que nos ofrece el Estado
y remplazarlo por la autogestión,7 entendido como nuestra capacidad de
reorganizarnos, de decidir sobre qué y cómo se hacen y gastan las cosas para un
interés en común.
Un segundo paso es la apertura de la universidad, donde los intereses científicos
estén articulados con satisfacer las necesidades de los grupos sociales que no tienen
5 Idea desarrollada en “Tecnologías del yo” de Michel Foucault. 6 Tomamos como base las aportaciones de Boaventura de Sousa Santos en “La universidad del siglo XX”. 7 Propuesta en base al artículo “Universidad, autogestión y anarquismo. Análisis y tácticas” en Regeneración,
Barcelona: http://www.regeneracionlibertaria.org/universidad-autogestion-y-anarquismo-analisis-y-tacticas
10
poder para acceder al conocimiento técnico y especializado. La apertura como nos
dice Boaventura, consiste que la universidad del siglo XXI debe ser un espacio que
lleve el conflicto estudiantil fuera de las aulas. Sin embargo, este trabajo no es posible
en una sociedad de ―individuos‖ sino, sólo de ―comunes‖; ya que se trata que las
universidades produzcan conocimiento vivo: ―saberes donde la universidad pueda
confrontar la injusticia... a través de la reorientación solidaria de sus funciones‖ (De
Sousa, 2007, p. 69).
Por último, un paso esencial -y con esto cierro el artículo-, es re pensar la
universidad. Para ello será necesario situarnos en el contexto del cual formamos parte;
apropiarnos de lo público, generar un diálogo desde el sentido de la comunidad.
Observar nuestro entorno más allá del horizonte, desde abajo y a la izquierda, y saber
que somos responsables de elegir nuestro propio futuro, siempre respetando nuestra
autonomía, conscientes de nuestra realidad y nuestra libertad de crear.
Bibliografía
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http://libros.metabiblioteca.org/bitstream/001/313/8/978-84-96453-55-5.pdf
Aviña, Carlos (2000) “Origen de la educación superior mexicana” en Sinéctica, núm. 17. Disponible en:
http://sinectica.iteso.mx/assets/files/articulos/17_origen_de_la_educacion_superior_mexicana.pdf
Bojalil J, Luis (2008) “La relación universidad-sociedad y sus desafíos actuales”, en Reencuentro. UAM-
Xochimilco, D.F. Disponible en: http://www.redalyc.org/pdf/340/34005202.pdf
Bourdieu Pierre; Passeron, Claude (1964) Los herederos: los estudiantes y la cultura. Argentina: Siglo XXI.
Brunner, José Joaquín (2007) Mercados universitarios: el nuevo escenario de la educación superior. Chile:
Universidad Diego Portales, pp. 27-147. http://biblioteca.usbbog.edu.co:8080/Biblioteca/BDigital/44129.pdf
Casteñanos-Lomnitz, Heriberta (2000) La Universidad y sus dilemas, México, D.F: UNAM. D.F. pp. 57- 113.
Disponible en: http://ru.iiec.unam.mx/2055/
Cruz López, Yazmín; Cruz López, Anna Karina (2008) “La educación superior en México. Tendencias y
desafíos” en Revista da Avaliação da Educação, vol. 13, Universidad de Sorocaba: Brasil. Disponible en:
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=219114873004
De Sousa Santos, Boaventura (2007) La Universidad en el siglo XXI. Bolivia: Plural Editores.
De Sousa Santos, Boaventura (2010) Descolonizar el saber, reinventar el poder. Uruguay: Ediciones Trilce.
Sevilla Alonso, Carlos (2006) “Unión Europea. Tesis sobre la Universidad y el movimiento estudiantil”, en
Viento sur, núm. 87. Disponible en: http://vientosur.info/articulosabiertos/vs_0087.pdf
Villa Lever Lorenza (2013) “Modernización de la educación superior, alternancia política y desigualdad en
México” en Revista de la educación superior, núm. 168, México, D.F. Disponible en:
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=60429658007
11
EL LUGAR MÁS PEQUEÑO (documental)
ROMYNA BÁEZ RENTERÍA
a guerra civil salvadoreña duró cerca de doce años y dejó aproximadamente
80 mil muertos junto con numerosos desaparecidos y desplazados. El
documental El lugar más pequeño expone los testimonios de los pobladores
de Cinquera, al norte de El Salvador, que tuvieron que huir de su comunidad ante el
asedio del ejército y los grupos paramilitares. Los sobrevivientes regresaron de países
como Honduras, a su lugar de nacimiento a finales de los años ochenta aún en medio
de la guerra, encontrándose un territorio destrozado y lleno de cadáveres.
Las entrevistas realizadas por la directora mexicana Tatiana Huezo Sánchez, de
abuela nacida en Cinquera, exponen las cicatrices que viven sus habitantes hoy en día.
En el relato se inserta la voz de una señora de 60 años de edad que perdió a su hija de
14 de una forma brutal a manos del ejército, y en su memoria sólo viven fantasmas
que gritan de dolor durante la matanza. También podemos conocer el testimonio de
un campesino amante de los libros que se nutrió de literatura libertaria influida por el
párroco de la iglesia, durante el accionar de la teología de la liberación en El
Salvador. Otro testimonio de esta obra es el de un poblador que se dedicó a buscar un
lugar donde resguardar a la gente, encontrando en medio de la selva la cueva del
―Duende‖, espacio en el que se refugiaron alrededor de 80 personas y en la que
vivieron escondidos por más de dos años.
Cinquera fue un pueblo guerrillero que no corrió con la misma pesadilla de
pueblos enteros masacrados, sin embargo, la memoria de los sobrevivientes nos habla
de la difícil reconstrucción de sus vidas y de las fuerzas que han sacado para mantener
unida a la comunidad. El lugar más pequeño nos ayuda a reflexionar sobre el tema de
los desplazamientos forzados que aumentan en México, o la huida de los migrantes
centroamericanos del clima de hostilidad en la región y su violento recibimiento en
nuestro país. La deshumanización del sistema imperante es atroz, y ante ello, la
memoria histórica debe proyectarnos hacia la acción colectiva que nos haga mirar de
frente a la realidad, para dedicarnos a cambiarla y hacer justicia al dolor
latinoamericano.
EL LUGAR MÁS PEQUEÑO
Dirección: Tatiana Huezo Sánchez Producción ejecutiva: Henner Hofmann, Liliana Pardo, Centro de Capacitación Cinematográfica, A.C.
Producción: Nicolás Celis
Guión: Tatiana Huezo Sánchez
Fotografía: Ernesto Pardo
Edición: Paulina Del Paso, Tatiana Huezo Sánchez, Lucrecia Gutiérrez
Sonido: Federico González
Diseño Sonoro: Lena Esquenazi
Música original: Leonardo Heiblum y Jacobo Lieberman
Compañías Productoras: Centro de Capacitación Cinematográfica, FOPROCINE (Fondo para la Producción
Cinematográfico de Calidad) con el apoyo de BECA GUCCI-AMBULANTE.
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12
Tatiana Huezo Sánchez
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MARX PARA NO-MARXISTAS (primera parte)
GERSON TOVAR CARREÓN
uisiera comenzar explicando que este texto está pensado ser un escrito de
varias partes. La razón de tal hecho no es otra que abordar algunos conceptos
e ideas que se han alzado desde el marxismo, pero como no soy marxista esto
me llevará bastantes horas de reflexión y enfrentarme a la frase ―qué quiere decir
Marx con esto‖. Por lo que más de un artículo sobre este tema es prudente.
En tal sentido, expongo este escrito en dos frentes. El primero es una reflexión,
como ya se ha mencionado, del marxismo desde la exploración y la experiencia
personal. El segundo es un ejercicio de síntesis, compresión y explicación.
Personalmente, esto último es lo más complicado porque en el fondo me preocupa
que pueda trasmitir un conocimiento tan abstracto sin errar o cometer suicidio
académico. De cualquier forma, es un intento de auto-reflexión que dejo en sus
manos.
Para mí, como para muchas personas, a lo que llamamos Marxismo, lo
escuchamos por primera vez en la educación preparatoria o bachiller. En la clase de
historia, filosofía o estructuras socioeconómicas. Tal, a mi juicio, es por la amplia
capacidad de explicación teórica que Marx acuñó sobre la realidad. Para esto, el autor
del Capital se basó en tres fuentes principales de pensamiento. Suena muy ortodoxo, y
lo es, pero me ayudó a comprender el origen del pensamiento marxista. David Harvey
explica que Marx era un genio erudito que bien podía citar a Balzac en francés como
a Platón en griego, hasta pasajes de la Biblia. El genio de Marx es la capacidad de
interpretación y una divergencia muy grande de conocimiento. Así que interpretar a
Marx es todo un reto.
Entonces, las tres partes fundamentales de su estudio son: la teoría económica
clásica inglesa, llámese la banda temible de Adam Smith, David Ricardo y compañía;
el socialismo utópico, otra banda temible, Robert Owen, Henri de Saint-Simon,
Auguste Blanqui, entre otros. Y por último la filosofía hegeliana, esta no fue tan
temible en la época de Marx, de hecho fue rechazada y criticada por muchos
filósofos, y tienen razón en cierta manera. Si abres un texto de Kant o Schopenhauer y
lo comparas con la obscuridad hegeliana, te enfrentas a pasajes de ideas sombrías e
incluso sin sentido que es preferible ignorar. Aunque, muy en su interior, Hegel tiene
algo bastante ganador: la dialéctica, que si bien es la base para la teoría materialista,
Marx explica que su dialéctica no es parecida a la de Hegel sino todo lo contrario.
Aún me pregunto qué quiso decir con eso.
Antes de continuar, quisiera exponer algunas experiencias sobre mi roce con el
mundo marxista. En primer lugar, el marxismo te vuelve muy hocicón, suena gracioso
pero es verdad. Una vez que lees a Marx, incluso a filósofos como Heidegger, crees
que tienes en ti la capacidad de comentar sobre todos los temas habidos y por haber
en las ciencias sociales e históricas. Me permito hacer esta broma pero es fatal
Q
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escuchar debates donde importa más una banalidad como cuál es la mejor traducción,
en vez del contenido del texto. Si bien es importante la traducción no veo porque una
discusión se desvíe por esta situación.
Así, recuerdo la primera clase seria sobre marxismo. El profesor, joven un poco
inexperto pero accesible, explicaba a un público muy plural en pensamiento lo que
significaba base y superestructura, conceptos claves para la crítica a la economía
política. Básicamente, nos explicó, muy al estilo de una caricatura, que imagináramos
un árbol donde la base, o sea las raíces, resulta ser el sistema económico y las ramas
en la copa del árbol son las instituciones políticas, la ideología y el sistema legal. Esta
explicación te permite, de manera simple, interpretar una idea compleja de la teoría
marxista, donde la base sustenta al mundo capitalista en su sistema económico, y la
política e ideología emanan de esta primera y no tienen una supuesta autonomía como
muchos economistas pensaban en el siglo XIX.
Para mí fue una buena explicación y me incentivó a leer e investigar más sobre la
relación que existe entre economía (base) e instituciones sociales (superestructura).
¡Ah! Pero aún no termina la anécdota. En el fondo del salón se escuchó la voz tenue
de un hombrecito de porte serio diciendo: ―Está mal esa explicación, Marx nunca dijo
eso… mi teoría es que fue Engels quien escribió eso…‖ Para no hacer larga esta
anécdota, el profesor confirmó que, en efecto, Marx nunca explicó de esa manera la
relación base y superestructura, de hecho, es la metáfora para una explicación más
compleja; pero que aludía a ese ejemplo porque muchos en ese momento –y me
incluyo– no teníamos conocimiento de la crítica a la economía de Marx.
Y aquí regreso al punto: muchos piensan que el hecho de leer a Marx te permite
ser autoridad y no es así; ante todo debe haber humildad y si no, simplemente callarse
(algo que un servidor debería hacer más seguido).
Un segundo punto que quiero explicar es el por qué decidí acercarme al marxismo.
Cuando estudias ciencias existe un paradigma, o bien lo que define qué es y qué no es
ciencia. Una matriz de la disciplina, en mi caso, la disciplina histórica.
Lamentablemente, durante los primeros años de mi formación académica nunca tuve
la fortuna de reflexionar sobre la tarea de mi disciplina, en parte por mis profesores y
profesoras, en parte por desinterés personal. Al final de mi tiempo académico en la
licenciatura recibí algunos destellos sobre una matriz para mi disciplina, entre los que
destacan a Ricoeur, De Certeau, Danto, Topolski, Rüsen e incluso Heidegger. Pero
sólo me confundieron por carecer de una formación filosófica.
Todos esos autores, a excepción de Topolski, tienen de referente el método
fenomenológico husserliano. Pero yo no le entendía, por lo que fue más una novedad.
Es hasta que salgo del Colegio que puedo hacerme de un interés por mi disciplina al
experimentar el desempleo y el desinterés social por el hacer del historiador. Así, me
pareció atractiva la crítica de Walter Benjamin y, por primera vez, el materialismo
histórico de Marx se hizo presente y me senté a reflexionar sobre el concepto de
historia. En fin, quizás el texto hasta ahora resulte anecdotario, pero me parece un
inicio para abordar un tema complejo. Mi interés por este tema es personal, la
búsqueda de una teoría sólida que sustente el carácter social de mi formación como
historiador.
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Retomando el tema, algo que permite regresar al pensamiento de Marx, después de
más de siglo y medio, es la interpretación de la realidad bajo la sospecha, lo aparente
en realidad es un fondo pre-construido y que el ser humano debe dar una explicación
rigurosa sobre los hechos reales: pobreza, desigualdad, despojo, explotación…
Explicación que permita una solución material y no simple especulación. En sí, el
materialismo histórico tiene una capacidad explicativa amplia, sin embargo, provoca
cerrar conceptos. La denominada escuela de Frankfurt dio cuenta de esto al criticar la
ortodoxia marxista y el socialismo real. Pero lo más destacable es la apertura del
marxismo al compartir la explicación de la realidad con otras teorías y metodologías
ajenas a él. Como el psicoanálisis, la teología, la estética, entre otras.
Cierro esta primer parte como una breve introducción, quedan abiertos para una
mejor explicación en la siguiente entrega: 1) las tres partes fundamentales del
pensamiento marxista, 2) el método dialectico de Hegel y de Marx, 3) los conceptos
de base y superestructura.
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PARA ANIMARSE A LEER…
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REVESES, CONCIENCIA Y CULTURA HISTÓRICA
Experiencias de dialogo y alternativas para la reflexión y el debate
FERNANDO G. CABRERA PARRA
Historia es una síntesis de dentro y
fuera, de „real‟ y „ficticio‟, de objetivo
e intencional, de empírico y normativo.
La conciencia histórica es realización y
resultado de esa síntesis.
JÖRN RÜSEN
Estas breves reflexiones personales forman parte de los cuestionamientos dialogados
en las tres sesiones del conversatorio: ―en torno al concepto de cultura histórica”.
Realizado por los integrantes del proyecto Revés Histórico con el objetivo de generar
espacios alternativos para la reflexión y el debate. Cabe destacar la necesidad de
abordar cultura, conciencia y memoria histórica como conceptos y como valores
éticos, morales y prácticos del historiador en estos momentos de incertidumbre
profesional.
Por una conciencia histórica
El estallido de la práctica historiográfica en múltiples fragmentos, no sólo ha
permitido cuestionar los grandes paradigmas teóricos que han monopolizado el
estudio sobre el pasado, sino que ha abierto nuevas perspectivas, métodos de
investigación y un sinfín de reflexiones sobre las amplias maneras de abordar el
pasado hoy en día. Pero más allá de modelos historiográficos alternativos como
práctica científico-académica, crítica y resistencia, surge el interés por renovar el
sentido latente de conciencia y memoria, vislumbrando el concepto de cultura
histórica como un conjunto de operaciones de estas. Funciones a través de las cuales,
un individuo y una sociedad crean una relación activa con su pasado mediante
distintas experiencias, con el objetivo de desentrañar ciertos pendientes de la historia.
Bajo la mirada de Jörn Rüsen, ya no se habla solamente de la historia, del
pensamiento histórico, del imaginario histórico; tampoco solamente de la conciencia
histórica cuando se quiere aludir a las dinámicas del recuerdo y a su papel en la esfera
pública. Así, el uso del idioma en el campo de lo histórico sigue a un cambio
generalizado de tendencia en la visión del hombre y de su mundo, una visión que se
desplaza de la sociedad a la cultura.
La cultura se fundamenta en que el hombre tiene que actuar para poder vivir, y en
que la actuación humana requiere siempre un sentido, es decir, que presupone una
significación de los hechos y de las situaciones que se afrontan y de la voluntad -que
motiva la actuación- como propósito, finalidad o intención. Cultura es entonces esta
parte de la relación activa y pasiva del hombre con su mundo y consigo mismo, en la
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que el mundo y él mismo tienen que ser interpretados para poder vivir con y en el
mundo.1
Al entender el concepto de cultura histórica como una nueva manera de pensar y
comprender la relación efectiva y afectiva que un grupo humano mantiene con el
pasado. Esta categoría de estudio propugna rastrear estratos y procesos de la
conciencia histórica social, prestando la debida atención a los agentes que la crean,
los medios por los que se difunde, las representaciones que divulga y la recepción por
parte de la ciudadanía. Bajo estos aspectos, cultura histórica es un proceso dinámico
de dialogo social por medio del cual se difunden y discuten diversos enfoques y
transformaciones de las imágenes del pasado. Es decir, lo representamos, lo hacemos
presente, lo interpretamos y lo comunicamos bajo el análisis de un sistema socio-
comunicativo.2
Podemos considerar la cultura histórica como la articulación práctica y operante de
la conciencia histórica en la vida de una sociedad, ya que el papel que juega dicha
conciencia aparece como una contribución cultural que afecta e influye en casi todas
las áreas de la praxis de la vida humana. Por tanto, la cultura histórica es la memoria
histórica (ejercida en y por la conciencia histórica), que se señala al sujeto una
orientación temporal a su praxis vital, en cuanto le ofrece una direccionalidad para la
actuación y una autocomprensión de sí mismo.3
Entorno a Rüsen, la conciencia histórica configura sentidos atendiendo a tres
dimensiones: la estética, la política y la cognitiva. En cada una de ellas los
procedimientos, factores y las funciones de la memoria histórica se presentan de
diferente manera, adquiriendo así ya un perfil los fenómenos de la cultura histórica. La diferenciación entre estas dimensiones tiene una base antropológica que se basa en
los tres modos fundamentales de la mente humana, en el sentimiento, la voluntad y el
intelecto. Con ello, las tres dimensiones no pueden ser reducidas la una por la otra.
Las tres dimensiones y sus principios (belleza, poder y verdad) existen por derecho
propio, pero no pueden pensarse unas al margen de otras en una relación meramente
externa, sino que están sujetas a una interrelación capaz de brindar sentido histórico.
No hay ninguna rememoración histórica que no esté marcada por los tres principios.4
La cultura histórica explora teóricamente un ámbito de experiencia, y determina al
mismo tiempo aspectos normativos de la praxis en ese ámbito. Entendiéndose como
el entreveramiento entre la interpretación del pasado, la comprensión del presente y la
perspectiva del futuro. Sin embargo, más allá de acorralar la cultura histórica como un
1 Sánchez Costa F., Schumacher Ib (traducción), Jörn Rüsen ¿Qué es la cultura histórica?: Reflexiones sobre una nueva manera de abordar la historia. Original en: Füssmann, K., Grütter, H.T., Rüsen, J. (eds.): Historische Faszination. Geschichtskultur heute, 1994, pp.3-26. 2 Los historiadores, tradicionalmente, leen los documentos desde la posición del emisor, y olvidan lo más importante, la del receptor. La comunicación no se realiza por el hecho de emitir el documento, sino desde el momento en que el público al que estaba destinado lo comprende. Por esto, los historiadores deberían de trabajar los actos de comprensión y no los de emisión. No porque estos últimos no sean importantes, sino porque el acto de emisión sólo se transforma en comunicación a partir de que llega el receptor. Mendiola, Alfonso, Retorica, comunicación y realidad. La construcción retórica de las batallas en las crónicas de la conquista, Universidad Iberoamericana, 2003, México. 3 Sánchez Costa, F. La Cultura Histórica. Una aproximación diferente a la memoria colectiva.
4 Sánchez Costa F., Schumacher Ib (traducción), Jörn Rüsen ¿Qué es la cultura histórica?...
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concepto, categoría de estudio o sistema rígido de representación del pasado, existe la
necesidad de que el historiador, consciente de su deber social y disciplinario, enfrente
y rebase ciertas delimitaciones académicas y científicas con el propósito de
comprender cultura histórica como un valor ético. Algo que no está en los hechos del
pasado, sino en nosotros y en nuestras interpretaciones del pasado.
Reveses
Historia es mucho más que un compendio historiográfico de una amplia gama de
estudios sobre el pasado. Es el factor cultural de nuestra existencia; el conocimiento
histórico de mujeres, hombres y sociedades que a través de la experiencia y la
memoria han experimentado una íntima relación con la conciencia histórica. Es saber
orientarnos en el tiempo y darle sentido; explorar nuestras condiciones, conocernos,
entender nuestras razones y hacer frente a nuevas situaciones a veces analógicas, pero
nunca repetitivas.
La historia es reflexión humana y su futuro es el curso de la libre acción, no es
simple entretenimiento a través de discursos e imágenes de manipuladora exaltación;
aquella actitud remunerada que hace que los historiadores se conviertan en
instrumento legitimador. Esto hace que el historiador se pierda en un pasado vacío,
duerma en los laureles y evite su presente por cómoda satisfacción.
El historiador no debe vivir en el pasado, más allá de la Historia hay más historias;
aquellas marcadas con minúsculas mediante una observación sólo para justificar
estructuras de poder. Lo que merecemos es una historia crítica acorde a situaciones
del presente, que el historiador se ubique como sujeto socialmente activo y no como
erudito que entretenga con discursos históricos de grandes logros y memorias
esplendorosas. Necesitamos dar reveses a la escritura y comprensión de la historia
con un sentido crítico y consciente; de valor ético, moral y práctico. Un estímulo para
los historiadores de hoy y también para los de mañana.
Reveses para enfrentar los discursos históricos de poder
Reveses para estudiar crítica y libremente el conocimiento de la historia
Reveses como resistencia ante la vasta producción historiográfica oficial
Reveses para salir del orden aparente enajenado por los grandes aparatos burocráticos
Reveses como proceso de liberación mental para pensar todo de nueva cuenta
Reveses para renovar las relaciones sociales y que los sujetos se redescubran
Reveses para encontrar el sentido ameno y consciente de nuestra existencia histórica
Reveses para experimentar procesos creativos y no estériles
Reveses para construir comunidades extramuros de trabajo histórico
Reveses para valorar el curso de la resistencia, la rebelión y la lucha autogestionaria
Reveses para mantener el espíritu abierto sin necesidad de dogmas
Reveses para vislumbrar armónicos utópicos codificados en la constelación presente
Reveses para reinventarnos día a día como historiadores conscientes
Reveses para no perdernos en el pasado, sabiendo enfrentar nuestro presente.
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HACER DEL PRESENTE
TIEMPO CULTURAL
DE CONCIENCIA
HACER DEL PASADO
PARTE CULTURAL
DEL PRESENTE
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RINCÓN ÁCRATA
Libros de Anarres, colección Utopía Libertaria
ANARKÍMEDEZ
Utopía Libertaria es una colección de
libros que rescata las obras fundantes del
anarquismo y actualiza esas ideas para los
tiempos que nos han tocado en suerte…
Este proyecto editorial surgió con
la finalidad de dar difusión a ideas
distintas y opuestas a las que
conforman el paradigma social y
cultural actual. En este sentido, las
colecciones que integran la editorial
buscan, por un lado, recuperar textos clásicos que por diversas razones, olvidos u
ocultamientos deliberados, no se encuentran al alcance del público medio y, por el
otro, incorporar nuevas voces e investigaciones dentro del amplio espacio libertario
en particular y del pensamiento de izquierda en general.
La edición de libros críticos parece un intento quijotesco más contra enemigos
gigantes como el capitalismo, el Estado, la sociedad mercantil, el patriarcado y un
largo etcétera, que si bien se muestran todopoderosos e inexpugnables, la historia de
la humanidad, en sus escasos momentos luminosos, ha demostrado que no son más
que molinos de viento. Este proyecto editorial, dentro de esta perspectiva más
optimista, intenta colaborar en la siembra de semillas que aporten a la emancipación
humana y a la gestación de otro sistema social libre e igualitario.
facebook: Libros de Anarres http://www.librosdeanarres.com.ar/
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LA NECESIDAD DE CONGRUENCIA ANTE EL DESENCANTO
La autocrítica desde la Genealogía de la Soberbia Intelectual
LUIS ENRIQUE VÁZQUEZ CASTILLO
l no salir bien librado después de
una lectura a una crítica dirigida
hacia la intelectualidad, puede ser
crucial para retomar el rumbo que
aproxime hacia una mejor versión de la
compostura cultural. El escritor mexicano
Enrique Serna dio el primer revés a un gran
sector del medio intelectual con el
escándalo que suscitó su novela El miedo a
los animales (1995), pero con su ensayo,
Genealogía de la soberbia intelectual
(2013), pone sobre las cuerdas a un mayor
número de aspirantes a ser vacas sagradas,
ya que toca de manera más profunda la
intencionalidad de esa falsa erudición. Por
ello ―reconstruye el ADN del poder
cultural autoritario, y desmonta los
tinglados que utiliza con más frecuencia
para intimidar a los espíritus libres‖.
Considero que el ensayo de Serna podría tener la virtud de volverse una
publicación atemporal, que se mantenga dentro del pensamiento crítico de los lectores
durante los años venideros, ya que siempre habrá necios que busquen permanecer,
pese a todo, en la élite de la pedantería que busca odiar al vulgo profano. Es así que
con este trabajo intenta dialogar con el público general no pensando en sus ―muletas‖
de prestigio.
Desde mi terruño histórico, he descubierto que si esta lectura hubiera llegado a
mis manos al iniciar la ―carrera‖ dentro de la Facultad de Filosofía y Letras, y no al
final, hubiera sido más fácil precisar mi intuición para detectar el comportamiento de
los intelectuales amateur, habidos de prestigio y que deambulaban por los pasillos del
Colegio buscando que les hicieran fiesta por cumplir cabalmente con los clichés que
los embestían, provocando así, la paupérrima auto-parodia de lo que aspiraban ser.
Obviamente incluyendo también a algunos docentes que muchas veces querían aplicar
la lima no sobre sus publicaciones, casi siempre inexistentes, intrascendentes y
aburridas, sino sobre todos los alumnos para moldearnos y seguir los patrones de
conducta heredados que cumplían en la pose, y no en la motivación de trabajar con
rigor para intentar ser profesionales.
Quizá si algunos leyeran este ensayo en los primeros días de ingresar a la Facultad
o en cualquier otra disciplina, desertarían inmediatamente porque sabrían que
E
24
quedaría expuesta la necesidad de llenar su vacío emocional con dosis del prestigio
intelectual imaginario; o en el caso opuesto, tal vez retomen las ideas del ensayo, pero
cayendo en una falsa humildad en la que reiteren que siempre han sido honestos y sin
ideales endebles.
Enrique Serna invita a poner en duda a la autoridad cultural ejerciendo el
pensamiento crítico, y desdobla cómo es que se han complejizado las disciplinas para
acaparar el conocimiento. Por ejemplo, señala los alardes de superioridad que se
resguardan en un lenguaje cifrado, y que sólo los intelectuales ―competentes‖ pueden
leer basándose en la sacralización de la escritura; o bien en un ámbito más activo,
dentro de las discusiones académicas en donde el vencedor será siempre quien
memorizó el mayor número de ―citas oficiales‖ de los autores de élite, logrando así,
su ―triunfo incuestionable‖. Por lo que en tono irónico, Serna evidencia que ―lo mal
escrito suele estar mal pensado, aunque pueda ser una buena estrategia para
imponerse en un tono distinguido‖. Así mismo, ante los hábitos pasivos culturales que
no generan un impacto social benéfico, señala que ―no podremos oponer una
resistencia eficaz a los poderes mediáticos mientras prevalezca en las élites culturales
el espíritu sectario que las ha llevado al autismo‖.
Ante la labor social sesgada de las disciplinas humanistas y el arte, que sólo ha
generado una antipatía en las nacientes generaciones, Serna precisa que ―sustraer las
letras, las humanidades y las ciencias de la esfera a la que pertenecen, la del trabajo,
para colocarlas a hurtadillas en los salones de la aristocracia, creó un abismo entre los
intelectuales y el pueblo que ha perdurado hasta nuestros días‖. De ahí la pertinencia
de replantear la divulgación del conocimiento que le aporte una identidad crítica a la
sociedad.
La necedad de la vieja guardia intelectual de creer que sólo en sus tiempos se
hacían bien las cosas, generalizando la ignorancia de las nacientes generaciones,
debería ir acompañada de un autocrítica fina que toque los tópicos formativos
relevantes, para que no sólo se resguarden en la pasividad de su suave sillón de
investigador y en la espera de que nuevos intelectuales sostengan un papel activo con
propuestas sociales sólidas, lo cual es limitado por su ejemplo apático. Serna plantea
que ―difundir ideas, erradicar prejuicios, avivar el espíritu crítico de la comunidad,
enseñarle que hay conductas encomiables y otras despreciables tanto en la vida
pública como en la privada, son tareas educativas que la literatura y las humanidades
no pueden relegar al olvido sin empobrecerse‖.
El vivir de viejas glorias sin comprometerse a mejorar, puede generar un autismo
que sólo busca perpetuar un supuesto ―buen gusto‖, que normalmente puede rayar en
la vulgaridad incoherente. Este daño, explicado en un lenguaje más coloquial, revela
que el creer que todos son unos ―pinches faroles que no saben ni madres‖, sólo
porque no estuvieron en su contexto, o porque no quieren que nadie más llegue a
detentar su ―supremacía‖ de ideas, o que realice proyectos parecidos, puede volcar en
la falta de congruencia que casi nunca logra llegar, y en la falta de intereses comunes.
Quizá, lo mejor sería bajar la guardia y aceptar que se puede estar inmerso en una
crisis de valía, para romper con las formas retorcidas que dictan paso a paso cómo
inflar un ego sociópata que busca distanciarse siendo visto.
25
De ahí viene la invitación a leer este ensayo para no salir bien librados de él, y así
azotar nuestra memoria con frases contundentes bañadas en humor negro, que nos
generen una conciencia cultural sin vicios estúpidos y abierta a la autocrítica para de
ahí partir. El estar en un estado de alerta ayudará a poner en evidencia la libertad sin
sentido que muchos esnobs practican, y que adoptan etiquetas sólo para escuchar de
otras bocas que son ―artistas‖ e ―intelectuales‖ aunque con sus obras muestren el daño
que le puede generar a un imaginario colectivo que requiere de una orientación
estética.
La necesidad de ejercer la autocrítica intelectual viene de un hartazgo de ya no ver
un impacto benigno y real en la población. Serna advierte que ―la literatura y las
disciplinas humanísticas tienen una aureola de prestigio que algunos codician, pero el
verdadero poder está en otra parte: en las ciencias, en la economía, en la tecnología y
en la política. Esas inteligencias nos han avasallado y en vez de condenarlas desde
una posición santurrona y a la vez envidiosa, quizá deberíamos entender cómo
funcionan‖.
Como recién egresado de una licenciatura en humanidades, noto que los
verdaderos alcances de las virtudes del oficio se pierden, por ejemplo, en la creación
casi siempre de un único libro: la tesis. Misma, que debe estar sujeta a crítica, ya que
ese ejemplar tiene un nulo impacto social y puede ser la base de futuras
publicaciones, y aunque se debe reconocer que normalmente somos principiantes en
las investigaciones, también se debe ver a los asesores que no leen las tesis pero
quieren acaparar el mayor número de alumnos para sacar dinero y tener prestigio, y
no por un interés real de apoyar futuros investigadores. Para ser más puntual, Serna
acierta al decir que ―la especialización absurda de las disciplinas, la obligación de
citar a los colegas para quedar bien con todo el mundo, la dictadura de la
metodología, el predominio castrador de la corrección política, la sequía de las ideas
propias y el hábito pedantesco de sobrecargar las tesis con notas a pie de página son
algunas de las lacras que han convertido a las facultades de letras y humanidades en
grandes fábricas de chatarra, donde a veces surge por casualidad una que otra joya‖.
Diversas disciplinas pueden partir de este texto, para replantear su formación y su
desempeño humanista que invite al compromiso por una sociedad contemporánea
plagada de autómatas competitivos, no necesariamente competentes, y más allá de la
necesidad de la retribución económica (que ya de por si es casi inexistente) deberá
sobresalir el deseo de buscar una cultura menos impertinente que caiga en el auto-
boicot social. Sería mejor basarse en una formación orientadora, la cual motive y
genere una reflexión desde nuestro presente, para aspirar a aprender de los errores con
experiencias futuras, en las que aunque existan tropiezos incongruentes por ridículos
alardes de superioridad, estos tambaleos se esfumen paso a paso, y ya no nos hagan
caer en el fango de la ignorancia que produce la inconsciencia de querer olvidar y
mirar siempre hacia otro lado.
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El TURNO DEL AULLANTE (Fragmento No. X)
MAX ROJAS
Era como si el fantasma de un hombre que se hubiera
ahorcado regresara al lugar de su suicidio, por pura
nostalgia de beber otra vez las copas que le dieron valor
para hacerlo y preguntarse, tal vez, cómo tuvo el coraje.
Malcolm Lowry, Bajo el volcán.
…y sepa dónde y cuándo apuñalearon mi cadáver.
A Valquiria
Caidal mi pinche extrañación vino de golpe
a balbucir sepa qué tantas pendejadas;
venía dizque a escombrar lo que el almaje me horadaba,
y a tientas tentoneó para encontrarse
un agujero tal de tal tamaño que en su adentro
mi agujereaje y yo no dábamos no pie
sino siquiera mentábamos finar
de donde a rastras pudiera retacharse nuestro aullido.
Eso es lo que me queda —dije— de tanta extrañación
como he tenido; un hueco nada más, y ya me crujo
del tanto temblequear de que ese hueco
del mucho adolorar se me deshueque
y ya ni hueco en que caer tengamos
ni mi agujero ni mi yo
tan deshuecado invertebral volvido
que ni a madrazos mi almaraje quiera
ponerse a recoger su trocerio.
Caidal mi pinche extrañación se fue de golpe
luego de extremaunciar sepa qué tantas pendejadas;
no le entendí ni madres de todo lo que dijo,
pero sentí que era de cosas que desgracian.
A buena hora se te ocurre —dije—
venirme a jorobar con lo pasado,
cuando que a puro ferretear me atasco el alma;
si no fuera por tanto pinche clavo que me clavo,
ya ni memoria ni aulladar tendría.
A mí de sopetón una mujer me destazó en lo frío,
y desde entonces
a puro pinche ardor me estoy enfriando.
Ni lumbre en el finar del almaraje y sus trocitos queda
y sólo el agujero está y estamos dentro
mi esqueletada y yo y mis agujeros,
27
a trompicones tentaleando fondo
para por fin tener donde aventar el alma
y de una vez echar la moridera.
Luego de extremaunciarme el esqueleto,
mi pinche extrañación se fue de golpe;
a tales rumbos me aventó de lejos
que pura mugre soledad me fui encontrando;
de arrempujón en empujón llegué a mis huecos,
todo ya de oquedad hallado hoyado,
y sin huesaje ya y sin nada
en que la agonición llevar a cabo.
Es frío —me dije— lo de agonir que tanto escalda,
pero el asunto es memoriar lo que en trocitos
del almaje va quedando de esa mujer y yo memorio
de cuando me hoyancó y, luego, hubo un desmadre tal
que estropició la elevación de los San Ángel
y memoreo, también, que al destazarme
los huesos se me fueron hasta un deshuesadero tal
que, entonces, mi agujereaje y yo crujímonos de frío,
y a puro pinche enfriar hemos andado desde entonces.
Extremahumado ya,
ni un chinguirito de lumbre en el almaje y sus retazos queda
para lumbrar siquiera el huésar donde a tumbos
velorio a esa mujer que desahució mi almario
y cascajó, de paso, la ardidera.
Una llagada me dejó, y qué llagada,
y aluego hubo un friadal y un chingo más de casas
que a chingadazos, pues, me auparon la caída.
Si así —me dije—, sin nada de huesar
y a puro bújero velorearé por siempre a esa mujer
mientras chinguitos del almar me queden
y siendo como es de frío lo de agonir que tanto escalda,
mejor ya de una vez me descerrajo el alma
y a ver en qué lugar la moridera boto.
Ya ni mi triste corazón me aguanta nada
y ya que en éstas del morir me esculco muerto,
dada la extremaunción, el último traguito
mi agujereaje y yo nos lo echaremos solos.
Briagados ya, y a tarascazos dando fondo,
vidriaremos por ahí a ver en que mugre velorio
nos aceptan:
resurreccir como que está bastante del carajo
y este pinche camión de Tizapán que ya no pasa,
como que nada más hasta un barranco hubo llegado.
Junio de 1971
28
LA ESCRITURA DE LA HISTORIA
De Michel De Certeau
PRÁXEDIS PRAXIS
¿En qué consiste la escritura de la historia? y
¿cuáles son algunos factores que determinan dicha
escritura? Ante ello, es conveniente considerar qué
es lo que produce el historiador y cómo lo produce.
Lo que produce el historiador es historiografía
(escritura de la historia) a través de una práctica de
investigación científica de hechos y procesos del
pasado, con el objetivo de realizar un análisis
reflexivo bajo un conjunto de normas. Sin
embargo, otros factores que determinan la escritura
de la historia dependen de diversos tipos de
enunciación e intereses desde lugares sociales e
institucionales. Los cuales brindan cierta
particularidad a la producción historiográfica.
Dichos lugares se ven más caracterizados por consolidarse como espacios
académicos y científicos, dándole un valor negociable a la práctica historiográfica
más que un carácter social. Es decir, la escritura de la historia se ve saturada de
lenguaje científico propiciado por grupos, escuelas y doctrinas al servicio de la
academia. Sin embargo, el aspecto científico es aquel que le brinda al historiador las
bases de análisis y reflexión de sus objetos de estudio; de su cuerpo social. Lo que
lleva a considerar que la práctica historiográfica depende de la estructura de la
sociedad y de espacios profesionalizados que aceptan y rechazan obras
historiográficas.
Más allá de ello, hay que considerar que al realizar la escritura de algún hecho
histórico, bajo métodos y técnicas, el historiador transforma todo el hecho
considerado como historia y lo ―manipula a conciencia‖, con el fin de hacer útil lo
desconocido hasta el grado de otorgarle un carácter netamente cultural. Así, el pasado
que el historiador indaga ya no es sólo un dato, sino un “producto primo” que será
transformado. De este modo, la escritura de la historia no se puede considerar como el
simple rescate de restos del pasado, sino toda una síntesis comprensiva de los hechos
históricos llevados a cabo bajo la guía de un método historiográfico.
La escritura de la historia debe tener la capacidad de revivir a mujeres y hombres;
mentalidades y otras manifestaciones humanas. A la vez que reafirma y equilibra su
tiempo y su espacio con el momento y la forma en que el historiador lleva a cabo la
investigación y su escritura. Fijando específicamente el lugar que ocupan los vivos y
los muertos.
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El PASADO ES UN PAÍS EXTRAÑO
De David Lowenthal
PRÁXEDIS PRAXIS
Bajo el análisis de David Lowenthal, tres rutas nos
llevan al conocimiento del pasado; la memoria, la
historia y las reliquias. Sin embargo, también
pueden desviarnos hasta extraviarnos en lo que el
autor caracteriza como país extraño.
El pasado es considerado como un tiempo
finito, sin ninguna existencia objetiva presente. No
obstante, es parte integral de dicho tiempo al estar
separado de él y al esfuerzo por devolverle
existencia bajo una supuesta conciencia histórica,
convirtiéndose en una realidad de nuestro presente.
Sin embargo, es conveniente reconocer que el
pasado sólo lo conoceremos por el recuerdo; por lo
que no se puede verificar ni confirmar del todo. Se
encuentra lejos de nuestro alcance, es
incognoscible, aunque hay evidencia de su
existencia a través de distintos testimonios de algunos hombres que vivieron en dicho
tiempo.
Para ser histórico, el pasado debe descansar en la memoria con todas sus
implicaciones (colectiva, identidad, individual, selectiva, tergiversada, recordada u
olvidada). Es la memoria la que nos conecta con el pasado a través de los recuerdos
subsumidos en costumbre, recordación y remembranza, sin embargo, son recuerdos
que se añaden y se descartan; que se alteran, crecen, se acumulan, se multiplican y
llegan a perderse. Aunque no hay que olvidar que la función de la memoria no es
conservar el pasado, sino ―manipularlo‖ y servirse de su experiencia.
En cuanto a la historia, esta disciplina práctica se encarga de elaborar
interpretaciones a través de la revisión y la crítica de fuentes del pasado, con la
consideración de que nunca habrá documentos cien por ciento fiables y totales, sólo
informes de lo que supuestamente ocurrió. Además, el estudio histórico se encuentra
a merced de las pretensiones e intereses del historiador, quien le da sentido a las
interpretaciones del pasado.
De tal modo, no se trata de revivir el pasado, sino de recuperarlo, ordenarlo, darle
coherencia. Convertir el pasado en historia a través del conocimiento y la conciencia
histórica, con el fin de hacerlo menos extraño y de hacernos menos extraños a él.
La conciencia del pasado es esencial porque toda conciencia presente se basa en
percepciones y actos pasados. La conciencia del pasado coexiste con el presente,
diferente a él, pero unido por nuestras percepciones.
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FREUD “PASIÓN SECRETA” (película)
CINTHIA ARISBET CARRILLO
Freud “pasión secreta” es una película que
muestra el adentramiento de Sigmund Freud
al mundo del psicoanálisis, una historia que
nos describe a un joven apasionado con su
trabajo e interesado en los casos de histeria.
En busca de un mejor conocimiento,
Freud decide viajar a Paris para trabajar con
el doctor Charcot, quien le enseña cómo
tratar a pacientes neuróticos por medio de la
hipnosis (interpretación de los sueños).
Sumergido cada vez más en el tema, Freud
logra atraer la atención del doctor Joseph
Breuer, el cual le confía a uno de sus
primeros pacientes y quizá el más importante
de la historia de la teoría freudiana; el caso
de Cecily Koertner (Ana O), una joven con severa crisis nerviosa tras a la muerte de
su padre, al cual amaba con fuerte obsesión.
A través de muchas investigaciones y terapias, Freud pudo determinar que Cecily
padecía complejo de Edipo (instinto sexual de un niño hacia su padre o madre),
mismo que caracterizó al propio Freud. Por medio de la hipnosis, al entrar en trance,
Cecily logró recordar con ―claridad‖ lo que la atormentaba, sin embargo, al creer que
un síntoma era curado, uno nuevo se manifestaba. Al abandonar Breuer el caso, por
problemas personales, la hipnosis se vio interrumpida, sin embargo, Freud emprendió
una serie de charlas con Cecily sin necesidad de hipnosis, ésto llevó a Freud a lograr
una transferencia de paciente a médico por medio de la asociación libre.
A través de los casos que trató Sigmund Freud, en especial el de Cecily, pudo
fundamentar la teoría del psicoanálisis; la cual plantea que ―el niño debe completar
ciertas etapas en su vida para que en un futuro crezca y se convierta en un individuo
pleno‖, considerando, en su mayoría, los instintos sexuales como causa de todos los
traumas más allá de ciertos aspectos sociales y culturales.
FREUD “PASIÓN SECRETA”
Año: 1962 País: Estados Unidos
Director: John Huston
Guión: Wolfgang Reinhardt & Charles A. Kaufman
Música: Jerry Goldsmith
Fotografía: Douglas Slocombe
Reparto: Montgomery Clift, Susannah York, Larry Parks, Susan Kohner, Eileen Herlie, Fernand Ledoux, Eric
Portman, David McCallum
Productora: Universal Pictures
Género: Drama/Biográfico
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LA IMAGEN PERDIDA, UN DOCUMENTAL DE RITHY PANH
DIANA JIMÉNEZ VÁZQUEZ
Hay tantas imágenes en el mundo, que uno cree que ha visto todo, que ha
pensado todo. Desde hace años, busco una imagen que falta. Una fotografía
tomada entre 1975 y 1979 por los Jemeres Rojos, cuando dirigían Camboya...
Ahora sé que esta imagen debe faltar y que, en realidad, no la estaba
buscando… Lo que ofrezco no es una imagen, o la búsqueda de una sola
imagen, sino más bien la imagen de una búsqueda… Ciertas imágenes deben
seguir faltando por siempre, y deben ser reemplazadas por otras: en este
movimiento está la vida, el combate, la pena y la belleza…
Con estas palabras el cineasta Rithy Panh, nos
introducen a su obra La imagen perdida (L'image
manquante, 2014). Un documental basado en su
libro autobiográfico La eliminación, que narra los
actos de violencia que vivió durante su infancia,
cuando el régimen comunista de Pol Pot tomó la
capital de Camboya.
Con figuras de arcilla, frágiles y combativas,
como luciérnagas por desaparecer de nuestra
vista, se van a un lugar donde serán percibidas
por otro, allá donde su supervivencia puede aún
observarse.i Así, la ―imagen perdida‖ es el
proceso de creación, que representa una situación
decadente y a la vez, una forma de resistirse al
olvido de las injusticias.
Este documental nos transmite una experiencia que descubre la esencia creadora
del humano, en el sentido que imagina y expresa, “y es en esa dimensión que el cine
puede encontrar su fuerza”.ii La imagen perdida, es aquella que sobrevive cuadro por
cuadro en el ojo del espectador.
LA IMAGEN PERDIDA
Año: 2013
Duración: 90 minutos
País: Camboya
Director: Rithy Panh
Guión: Rithy Panh
Música: Marc Marder
Reparto: Documentary, Randal
Douc, Jean-Baptiste Phou
Productora: Coproducción
Camboya-Francia; Catherine
Dussart Productions / Arte France /
Bophana Production.
i Metáfora de Georges Didi-Huberman en la Supervivencia de las luciérnagas, pp. 92.
ii Entrevista a Rithy Panh, http://www.cineasiaonline.com/hablamos-con-rithy-panh/
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"La paz o la armonía entre los sexos y los individuos no depende
necesariamente de una superficial igualación entre los seres
humanos; ni tampoco supone la eliminación de los rasgos y
peculiaridades individuales. El problema al cual tenemos que
hacer frente actualmente, y que en un futuro cercano se
resolverá, es cómo ser una misma al tiempo que una unidad con
los demás, sentirse unida profundamente con todos los seres
humanos y aún así mantener nuestras propias cualidades
características. Me parece que será la base sobre la cual la masa
y el individuo, la verdadera democracia y la verdadera
individualidad, el hombre y la mujer puedan unirse sin
antagonismos y resistencias".
Emma Goldman
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TRANSGR3SOR
Rock en contradicción…
ERLANTZ CASTFORTH
TRANSGR3SOR, rock en contradicción, es un
medio crítico que aborda el rock poblano como
género musical, fenómeno histórico-sociológico,
objeto comercial y campo de producción cultural. Analizando problemáticas latentes en torno a la
funcionalidad de la ―escena musical‖ de la ciudad,
así como imaginarios sociales y otros vicios que
genera este fenómeno contradictorio llamado rock.
De manera independiente, por medio de
entrevistas, notas, reseñas, crónicas, recomendaciones y otros elementos de
comunicación. Este medio presenta un contenido crítico con el objetivo de valorar
―nuevas‖ y ―consolidadas‖ propuestas musicales, así como discutir lo que sucede
dentro y fuera del rock. Aquello que lo hace sobrevivir en el fondo de ciertas
contradicciones, bajo la construcción de un ethos social capaz de transgredir tanto su
entorno como a sí mismo.
Más allá del rock, siempre habrá más debido a todo lo que produce este fenómeno:
música, simbología, cultura, estética, ideología, identidad, comunicación, consumo,
arquetipos, imaginarios, valores, movimiento, entre otros factores socio-culturales.
Quebrantar costumbres, provocar contextos, romper reglas y superar lo
establecido, forma parte de poder vislumbrar el aspecto artístico, cultural, resistente y
crítico del rock. Más allá de considerarlo únicamente como producto de mercado al
servicio de disqueras, sellos, promotoras, empresarios y gestores culturales.
¡Sé participe de la cultura de la transgresión!
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¡CONSTRUYENDO ESPACIOS, CREANDO ALTERNATIVAS!
Generar espacios alternativos de diálogo, crítica y reflexión es parte esencial de Revés
Histórico. Por ello, agradecemos la participación de todos aquellos que asistieron
tanto a la presentación en el V Coloquio de Historia Social, como a las tres sesiones
del conversatorio realizado durante el mes de julio del año en curso: "En torno al
concepto de cultura histórica", "Jörn Rüsen: entre memoria conciencia y cultura
histórica" y "Reflexiones en torno al concepto de memoria histórica".
Es un gran placer compartir diversas experiencias con respetables compañeros, con
la cualidad de haber esbozado distintas propuestas (teóricas y prácticas) en
funcionalidad de la historia. De antemano, seguiremos realizando más actividades con
el fin de construir espacios alternos de discusión, comunicación directa y una plena
difusión social de lo dialogado. ¡Estén pendientes de los próximos eventos!
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“Burroughs para principiantes”, Longseller, 2001
Textos por Rubén Mira, dibujos por Sergio Langer
William Burroughs