SALUD Y M A Q U IL //: ACOTACIONES
DEL CAMPO DE INVESTIGACIÓN EN VISTA
DE LAS CONTRIBUCIONES RECIENTES
R E L A C I O N E S 7 4 , P R I M A V E R A 1 9 9 8 , V O L . X I X
C a t a l i n a A . D e n m a nEL C O L E G I O D E S O N O R A
I Cerca de un millón de trabajadores mexicanos encuen-I tran actualmente su empleo en alguna de las maquila-
i / doras que, si bien se concentran aún en la fronteranorte de México, cada vez se localizan más en otros estados del país. El análisis de los impactos de esta particular forma de industrialización abarca una amplísima gama de temas, y es abordado desde las perspectivas de la economía, la sociología, la demografía, la antropología y la epidemiología, relevantes por demás frente a las perspectivas de crecimiento que tiene esta industrialización en México. El tema en que nos centramos en este artículo tiene que ver con los estudios sobre la salud- enfermedad de la población trabajadora de la industria maquiladora de exportación (ime). Es objetivo del texto revisar la producción más reciente (publicada entre 1992 y 1997) sobre condiciones de salud en la industria maquiladora de exportación (ime).1 El propósito de dicha revisión es continuar la discusión sobre las relaciones entre la maquilización y la salud-enfermedad, iniciada en un artículo previo,2 y socializar, particularmente dentro de un ámbito antropológico, las descripciones de los estudios más recientes.3
Al final de la revisión se sugiere una serie de elementos que deben considerarse para futuros proyectos de investigación. Una de las reflexiones finales tiene que ver con las aportaciones que la antropología puede hacer a la investigación sobre el tema, al privilegiar el análisis contextual y holístico, centrado en el punto de vista de los trabajadores. El debate sobre el enfoque holístico de la antropología médica rebasa las
1 No incluimos en esta revisión aquellas investigaciones sobre el tema de salud am
biental, medio ambiente y las maquiladoras. Al respecto cfr. F. Espinosa-Torres et al. 1994; Roberto Sánchez, "El Tratado de Libre Comercio en America del Norte y el medio am
biente en la frontera norte", Frontera N orte, vol. 3, núm. 6,1991: 5-28.
2 Cfr. Catalina A. Denman, "Salud en la maquila: preguntas para la investigación,
N ueva Antropología, vol. xvi, núm. 52-53, agosto 1997, pp 167-186.
3 Otro trabajo que describe muy detalladamente el tema, pero que no se ha publica
do, se encuentra en Leonor Cedillo, "Diagnóstico de la salud ocupacional de las mujeres
residentes de la frontera México-americana, con un enfoque de género", manuscrito, oc
tubre de 1997.
posibilidades de este artículo/ pero merecen mencionarse muy brevemente algunas de sus características, con el riesgo de sobresimplificar el tema.
Las investigaciones holísticas o contextuadas no son exclusivas de la antropología; si bien cuentan con importantes antecedentes en esta disciplina, también encontraremos la referencia al holismo en un gran número de investigaciones cualitativas diseñadas desde otras disciplinas, como la psicología o la sociología. Entre los distintos usos del enfoque holístico queremos destacar aquel que se refiere a la importancia de contar con el contexto, i.e. un panorama más amplio, centrado en los actores, que permite contar su historia y que sirve para interpretar el significado y sentido de los "hechos" estudiados.5
Como suele suceder cuando se abre un campo nuevo de investigación -que no es lo ijiismo que un campo disciplinar nuevo- las investigaciones generalmente parten de visiones amplias, de enfoques que intentan abarcar el fenómeno global estudiado, y que por lo tanto poco pueden profundizar en aspectos específicos. Ésta parece ser la historia de las investigaciones que indagan sobre la salud entre grupos de trabajadores de la maquiladora. Conforme se van identificando las diferentes partes del problema y sus relaciones, surgen las explicaciones más precisas y se desarrollan conceptos más apropiados y el campo se va especializando.
En el caso del tema que nos ocupa, la salud de trabajadores de la maquila ha sido atendido por diversas disciplinas, desde la antropología, la sociología, y la epidemiología, principalmente. Sin embargo, en el último lustro han predominado los estudios epidemiológicos y sociode- mográficos. Estos enfoques han privilegiado, en la mayoría de los casos, como veremos después con más detalle, la explicación de los daños a la salud desde una visión multicausal originados principal, aunque no
4 Cfr. Eduardo L. Menéndez, "Antropología médica: orientaciones, tendencias y omi
siones" en Teoría e investigación en la antropología social mexicana, Cuadernos de la Casa
Chata, núm. 160, ciesas, México, 1988, pp. 112-142.
5 Este tema puede consultarse en varios de los artículos del excelente libro de Nor
man K. Denzin e Yvonna S. Lincoln, editores, Handbook o f Q ualitative Research, London,
Sage Publications, 1994.
exclusivamente en el ámbito laboral. Plantearemos que, si bien estas investigaciones han permitido señalar un problema que requiere mayor atención -la identificación de sus factores o variables más asociados al riesgo- se encuentra ausente de la literatura actual una explicación que pretenda entender la salud de los trabajadores en su contexto más amplio e integral. Esto es, no sólo como trabajadores en el ambiente laboral, sino además en otros ámbitos, como sería el doméstico.
En parte esto es una herencia de las principales prácticas de la salud ocupacional. Aun aquellos estudios que desde la economía política pretenden explicar la salud de los trabajadores lo hacen sólo desde la esfera de la producción, como si lo que pasara afuera de la fábrica y del ámbito de la producción no tuviera algún impacto en la salud.
Debe explicarse también como un sesgo de género. Gran parte de los estudios de la epidemiología ocupacional clásica fueron hechos en varones, considerando el ámbito laboral y el espacio productivo como el origen fundamental de riesgos para la salud. Conforme se han ido incorporando las mujeres a los mercados de trabajo las metodologías de investigación sobre salud laboral han variado poco, adoptando los mismos enfoques que para varones, y por ende, ignorando las otras actividades de las mujeres.6 El sesgo de género también se presenta en las investigaciones sobre salud reproductiva que indagan exclusivamente el tema en mujeres, como si problemas de esterilidad, impotencia, y anomalías congénitas no se presentaran entre los varones y sus hijos.
Otra conclusión que se deriva de la revisión se refiere al tipo de estudios realizados, generalmente estudios epidemiológicos o sociodemográ- ficos que aportan valiosa información a nivel global, pero que merecen ser completados con investigaciones antropológicas que profundicen en
* En México, otras autoras han insistido en la necesidad de incluir el enfoque o la
perspectiva de género en la investigación sobre salud femenina en el trabajo, cfr. al res
pecto a M. Márquez, C. Talamante y M. de los A. Garduño, en "La salud-enfermedad de
las maestras: una experiencia participativa" y P. Ravelo, "Perspectivas teórico-metodoló-
gicas para el estudio de la salud en el trabajo femenino", ambos artículos en S. E. Pérez-
Gil, J.C. Ramírez R. y Patricia Ravelo B. (Coords.), Género y salud femenina: experiencias de investigación en M éxico, ciesas, Universidad de Guadalajara e Instituto Nacional de Nu
trición, 1995.
el punto de vista de los propios trabajadores considerados en sus contextos específicos.
En la parte central del texto se exponen los principales resultados de los estudios, su metodología, las poblaciones estudiadas y los daños a la salud, y los programas preventivos. En el apartado final se presenta una propuesta alternativa para el estudio de la salud, orientada a reconocer los avances en la investigación, a atender algunas de las lagunas identificadas y a generar nuevas preguntas de investigación.
A PROPÓSITO DEL TEMA
La industria maquiladora de exportación (ime) se refiere a un campo de la manufactura mexicana que opera bajo un régimen arancelario especial, y que ha adquirido en las últimas décadas una importancia singular debido fundamentalmente a dos hechos. Esta peculiar forma de industrialización, de ninguna manera específica de México, sino extendida a un gran número de países en el Caribe, Centro América y Asia particularmente, ha llegado a constituirse en el segundo generador de divisas para la economía nacional. Esto no es insignificante. En momentos en que la balanza de pagos (el equilibrio entre lo que compramos fuera del país y lo que vendemos fuera del país) determina varios de los procesos económicos centrales de México, la generación de divisas se liga con las probabilidades de devaluación, la deuda externa, la inflación, el aumento de la tasa de interés, entre otras, y las consecuencias socio-políticas asociadas. No es fácil, en estas condiciones, evaluar a la industria maquiladora de exportación en México sin tomar en consideración este hecho.
El segundo hecho que explica la importancia de esta industria en el panorama nacional se refiere a la generación de empleos. A través de más de dos mil empresas, establecidas en 80% en la frontera norte, pero cada vez más en ciudades y pueblos en el interior de México, la ime ha llegado a generar casi un millón de empleos. En una gran cantidad de ciudades fronterizas estos empleos son ocupados por migrantes expulsados de los campos, y cada vez más de ciudades donde el acceso al empleo es muy limitado. Juzgar a la maquila sin considerar, mínimamente
estos dos hechos, es desconocer el panorama más global en que se ubica esta industria y sus impactos en el país.
Sin embargo, por más significativos que sean, empleo y divisas no revelan todo el panorama. Desde los ochenta y mucho más intensamente, a partir de los debates sobre los beneficios y limitaciones del Tratado Trilateral de Libre Comercio, comienza a circular una producción generosa y diversa sobre las contribuciones y los costos de la ime analizados desde muy diferentes ángulos, uno de ellos sobre la salud de los trabajadores y en el ambiente de las regiones donde se ha establecido.7 Este trabajo pretende hacer una valoración de algunas de estas investigaciones y proponer las contribuciones que la antropología, muy particularmente la antropología médica, puede hacer en este campo.
A lgunos antecedentes
En otro texto8 hemos descrito las diversas publicaciones y estudios sobre la salud de trabajadores de la industria maquiladora de exportación que empezaron a aparecer, sobre todo a partir de los ochenta. Una de las grandes contribuciones de estos estudios pioneros es que comenzaron por identificar el problema, describir y denunciarlo. Se comentaron investigaciones de campo, así como algunos trabajos testimoniales y periodísticos. Y, como cualquier trabajo inicial, era obvio que iba a ver algunas omisiones. Las cuatro consideraciones fundamentales sobre las lagunas de estos trabajos fueron la necesidad de considerar la dimensión temporal en el estudio. Esto es, no es igual el estudio de la maquila al inicio de los setenta, que durante la década actual. Por otro lado, se mencionó la importancia de especificar la relevancia teórica de cada grupo de comparación o de "control" en el caso de los estudios epidemiológicos. Se comentó también que los futuros estudios lograrían un mayor grado de explicación al considerar la calidad y alcance de los indicadores de salud-enfermedad que utilizaban. En este rubro se men-
7 Cfr. la bibliografía citada al final de este texto.
* Cfr. Catalina A. Denman, "Salud en la maquila: preguntas para la investigación,
Nueva Antropología, vol. xvi, núm. 52-53, agosto 1997, pp. 167-186.
donó particularmente la falta de indicadores sobre salud mental y sobre salud positiva. Finalmente, un tema que retomaremos en este trabajo, se refiere a la necesidad de comprender las vinculaciones entre las condiciones de trabajo y las condiciones de vida, ya que la mayoría de los trabajos se limita a la identificación de riesgos asociados a las condiciones de producción.
P rincipales resultados de las investigaciones recientes
SOBRE SALUD EN LA MAQUILA
Como mencionamos al inicio, en este texto sólo revisamos los trabajos más recientes (publicados entre 1992 y 1997) sobre la salud de los trabajadores de la maquila. Representan las principales investigaciones realizadas sobre el tema durante los noventa.9 Esta revisión se centra en las investigaciones realizadas con apoyo en un trabajo de campo, principalmente encuesta, pero también se incluyen algunos trabajos apoyados en entrevistas y revisiones en las plantas maquiladoras. En este grupo incluimos los trabajos de R. Moure-Eraso, M. Wilcox, L. Punnett, L. Co- peland y C. Levenstein 1994; R. Moure-Eraso, M. Wilcox, L. Punnett, L. MacDonald y C. Levenstein 1997; General Accounting Office 1993; N. Ojeda 1995; L. Cedillo, S. Harlow, R. Sánchez y D. Sánchez 1997; M. A. González Block 1996 y M. González Arroyo, G. Brown, Simone Brumis, E. Knight y T. Takaro 1996. Para un resumen de las investigaciones, consultar el cuadro 1, "Características de los trabajos sobre salud de trabajadores de la maquila".
También incluimos una referencia a los trabajos de opinión, o ensayos que revisan y sistematizan la investigación realizada por otros. En este grupo que incluye tanto trabajos académicos, como de activistas o periodistas, están los trabajos de Espinosa-Torres et al. 1994, Human Rights Watch 1996, J. Villegas, M. Noriega, S. Martínez y S. Martínez 1996 y L. Cedillo 1997.
l* No se incluyen en la revisión investigaciones realizadas como tesis profesionales o
de posgrado que no se hayan publicado.
Cuadro 1Características de los trabajos sobre salud de trabajadores de la maquila
AUTORES AÑO
INVESTI
GACION
METODOLOGÍA LUGAR MUESTRA
Leonor A. Cedillo Becerril
Sioban D. Harlow
Roberto A. Sánchez
David Sánchez. 1997
1993 Muestreo 12 colonias Tijuana, B. C. 479 trabajadoras
y no trabajadoras
General Accounting Office 1993 1993 Visitas plantas; entrevistas
gerentes y trabajadores;
revisión normatividad
Frontera 8 plantas
autopartes
Miguel Ángel González Block 1996 1995 Muestra ponderada
trabajadoras
Tijuana 928 trabajadoras
Rafael Moure-Eraso
Meg Wilcox
Laura Punnett
Leslie MacDonald
Charles Levenstein 1997
1992 Cuestionario no aleatorio
a trabajadores
Matamoros y
Reynosa
267 trabajadores
Rafael Moure-Eraso
Meg Wilcox
Laura Punnett
Leslie MacDonald
Charles Levenstein 1994
1992 Entrevistas a líderes
comunitarios
Matamoros y
Reynosa
25 líderes
comunitarios
Michele González Arroyo
Garrett Brown
Simone Brumis
Elizabeth Knight
Tim Takaro 1997
1996 Cuestionario aplicado a
trabajadores (no aleatorio)
Tijuana y Tecate 177 trabajadores
Norma Ojeda 1995 1993 Encuesta posparto a
mujeres atendidas en el
Hospital imss
Tijuana 2,595 mujeres
La aproximación metodológica
Es importante definir brevemente las aproximaciones metodológicas de los estudios que revisaremos. Como hemos mencionado, éstos se basan principalmente en las herramientas y métodos de la epidemiología y la sociodemografía; esto es, principal, aunque no exclusivamente en la medición de factores específicos y en su análisis estadístico. Se entiende que los autores buscan conocer la distribución general de un fenómeno
determinado y su relación con una variedad de factores, por ejemplo, la proporción de personas con un problema de salud y su asociación con la edad, la antigüedad o la exposición a ciertos riesgos. Algunos de los estudios se basan en la aplicación de una encuesta a nivel comunitario, en unos casos las muestras son de conveniencia,10 (Moure Eraso et a l 1997, González Arroyo et a l 1997) mientras que otros se elaboran con apoyo en una selección definida o ponderada de la muestra con la finalidad de que los resultados puedan extrapolarse a una población mayor. (Cedillo et a l 1997, González Block 1996). Otras investigaciones se realizan centradas en tomo a visitas y observación a fábricas, incluyendo la entrevista a trabajadores, o a "líderes comunitarios"; sin embargo la forma de seleccionarlos no es aleatoria, ni de representatividad estadística (gao 1993, Moure Eraso 1994).
Finalmente, están los cuestionarios aplicados a toda una población definida, en este caso la encuesta post partum aplicada al total de mujeres atendidas de embarazo en el hospital del imss en Tijuana (Ojeda 1995).
Una investigación, el estudio patrocinado por el General Accoun- ting Office (1993) es un reporte solicitado por el Senado de los Estados Unidos para apoyar sus deliberaciones sobre el TLC. Se contrata a un grupo de asesores especialistas en salud ambiental y ocupacional (la mayoría académicos estadounidenses y mexicanos) que visitaron ocho maquiladoras de autopartes para evaluar las condiciones de salud ocupacional, describe la supervisión gubernamental en este campo y discute los esfuerzos de colaboración que México y Estados Unidos realizan para mejorar las condiciones de trabajo. Se seleccionaron 12 empresas de un total de 104 maquilas estadounidenses de autopartes, aunque sólo se obtuvo permiso para visitar ocho de éstas, con entrevistas, encuesta, observación y revisión de archivos. Todos los gerentes entrevistados enfatizaron la importancia de la seguridad y de la salud y se aclara que en siete de ocho plantas había personal específico responsable de poner en marcha los programas de seguridad y salud. Sin embargo, en
Este es un muestreo no aleatorio, ni sistemático donde los entrevistadores seleccio
nan, de entre una colonia o barrio a los entrevistados, no pueden generalizarse los resul
tados de este tipo de muestreo, aunque pueden ser muy útiles para ir delimitando un
campo de estudio.
todas las plantas se observaron riesgos de distintos niveles de gravedad, en los campos ergonómicos, de seguridad, físicos y químicos. Algunos de estos riesgos eran serios, pero ninguno ponía al trabajador en riesgo de perder su vida. De acuerdo a las autoridades de o s h a (Oficina de Seguridad y Salud Ocupacional-EEUUA) estos riesgos también se presentan en la industria estadounidense de autopartes. Otro de los señalamientos de los autores se refiere a la falta de programas de prevención y evaluación de riesgos.
El trabajo de Ojeda (1995) es .resultado de una encuesta realizada a2 595 mujeres atendidas por embarazo en el Hospital Ginecobstétrico del im ss en Tijuana en la primavera de 1993. Se analiza la morbilidad durante el embarazo y los resultados del embarazo de acuerdo a la participación económica y a la intensidad del trabajo. La ventaja del diseño de esta investigación es la inclusión de trabajadoras manuales (principalmente de la maquila) y no manuales (principalmente de servicios), así como de amas de casa, lo cual permite la comparación entre distintas poblaciones. Ciertamente hay diferencias en los niveles demográficos entre las tres poblaciones, la autora señala particularmente las diferencias en la edad y paridad.
Una de las reflexiones más completas sobre el tema se deriva de un estudio, realizado en fechas similares (1993) en la misma ciudad, que obtiene su muestra de doce diferentes colonias en Tijuana (L. Cedillo, S. Harlow, R. Sánchez y D. Sánchez 1997). Se diseñó la muestra de manera que se formaron cuatro grupos (trabajadoras de maquiladora electrónica, no electrónica, otras trabajadoras y no trabajadoras) de dos estratos de edad (de 18 a 24 y de 25 a 40 años) para 479 mujeres. Se recabaron datos sociodemográficos, datos sobre la historia ocupacional y las condiciones en el trabajo. Al igual que las investigaciones descritas anteriormente, una limitación señalada por los autores es que los datos son aquellos reportados por los propios encuestados, por ende sólo se registra si un riesgo es percibido o no. No se midieron niveles ni la duración de las exposiciones.11 Los autores señalan las dificultades metodo-
” Este es resultado directo de las estrategias que los investigadores hemos tenido que
adoptar para realizar estudios sobre salud de los trabajadores de la maquila. La dificul
tad de tener acceso continuo y abierto a las plantas para poder realizar mediciones y en-
lógicas intrínsecas a la investigación sobre el tema, en particular la alta rotacion que dificulta la aplicación de métodos y técnicas diseñados para poblaciones trabajadoras relativamente estables, la renuencia de las maquiladoras a facilitar este tipo de estudios y las limitaciones de los registros de morbilidad (Cedillo et al. 1997).
En 1995, se realiza otra encuesta sobre salud reproductiva a 928 mujeres trabajadoras en Tijuana, a nivel comunitario, ya que no se obtuvo acceso a las plantas maquiladoras (M. A. González Block 1996). La muestra incluye sólo trabajadoras de línea, no trabajadoras administrativas y, por la forma en que se diseñó, se considera que puede generalizarse para toda la población de trabajadoras de la maquila en aquella ciudad. El propósito de la investigación es generar políticas innovadoras sobre los servicios de salud reproductiva, por lo que las principales recomendaciones se centran en este campo.
El estudio más reciente se realiza en Tijuana y Tecate en 1996 auspiciado por una coalición de activistas y académicos interesados en la salud en las maquilas12 (M. González Arroyo, G. Brown, S. Brumis, E. Knight y T. Takaro 1997). Diez trabajadores fueron capacitados para realizar un sondeo en estas dos ciudades a 177 trabajadores de maquilas estadounidenses, coreanas y japonesas. La muestra tiene varias limitaciones debido a la falta de aleatoriedad y selección de los entrevistados, sin embargo genera resultados similares a los otros estudios, y su metodología participativa se recomienda para futuras investigaciones. Entre las limitaciones se vuelve a insistir en la falta de acceso a las fábricas lo cual dificulta la verificación de la información sobre riesgos, así como la alta rotación entre la población trabajadora de la industria maquiladora.
Una reflexión de R. Moure-Eraso (1997) sobre la metodología sugiere que dadas las características demográficas de los encuestados, esto es jóvenes y con poca antigüedad en el trabajo, los efectos reales de las condiciones de trabajo pueden ser más severos que los identificados. Sugie
trevistas es un importante obstáculo a la investigación. También lo es la escasez de los re
cursos que hay para realizar encuestas representativas y los estudios de medición.
12 Comité de Apoyo Fronterizo Obrero Regional, Support Committee for Maquilado
ra Workers-San Diego, Labor Occupational Health Program (Universidad de California,
Berkeley), Maquiladora Health and Safety Support Network.
ren además que deben verificarse estos resultados en estudios más grandes con un número mayor de trabajadores. Finalmente, recuerdan las limitaciones de la autoevaluación de la salud. En tanto los propios trabajadores son los que identifican sus problemas de salud, hay posibilidades de un sesgo sistemático o errores de clasificación.
Las características de la población
Las investigaciones suelen coincidir en torno a las características de la población trabajadora (aunque ésta variará levemente dependiendo del objeto del estudio), predominantemente es migrante, joven (alrededor de 25 años) y femenina. Por su juventud, alrededor de la mitad de la población es soltera, y sin hijos o con uno o dos. Por ser migrantes, la infraestructura material y social con que cuentan es aún precaria y caracterizada por la vulnerabilidad. Ya sea por el tema que les interesa, salud reproductiva en su caso, o por el predominio de la población femenina entre el total de trabajadores de la maquila (alrededor de 50%) varias de las investigaciones se orientan exclusivamente a estudiar sólo a la población trabajadora femenina (González Block 1996, Cedillo et al. 1997, Ojeda 1995).
En cuanto al nivel educativo, la gran mayoría ha cursado primaria (48% en Moure Eraso et al. 1997,43% en González Block 1996 y 34% en Cedillo et al. 1997), o uno o dos años de educación secundaria (40% en Moure-Eraso 1997).
Esta misma encuesta reveló diferencias substanciales en salario, duración de la jomada, y capacitación entre Matamoros y Reynosa, siendo los trabajadores de Matamoros los que perciben mejores ingresos, y trabajan una jomada menor. Los autores explican estas diferencias por la mayor intensidad de la actividad sindical en Matamoros (Moure Eraso e ta l 1997).
Las características de la región
Las investigaciones coinciden en cuanto a las características de la región, recuérdese que todas las investigaciones comentadas se han realizado en la frontera norte, una zona desértica, con escasez de agua, con
una infraestructura urbana deficiente, condiciones ambientales deterioradas y presiones sobre la limitada oferta de vivienda, aunado a presiones sobre la infraestructura social y cultural reflejadas en un mayor grado de inseguridad, delincuencia, y conflicto intrafamiliar.
En el estudio de Moure Eraso et al. 1994, las principales preocupaciones identificadas por los líderes comunitarios entrevistados fueron el deterioro del ambiente y de la estructura social (los cambios en la familia, la falta de un sentido de pertenencia o de comunidad) y las deficiencias en la infraestructura urbana. Al respecto se mencionó que no había inspectores de trabajo para ninguna de las 106 fábricas en Matamoros,13 los bomberos de Reynosa no tenían ni el equipo, ni la capacitación para atender contingencias ambientales, la ciudad de Matamoros no cuenta con suficiente equipo para trasladar más de 400 toneladas diarias generadas por la maquila, esta ciudad sólo contaba con una guardería, con 60 camas hospitalarias para una población mayor a doscientos mil y 80% de las colonias tiene severas deficiencias en los servicios de agua, drenaje, alumbrado público o electricidad, esto a pesar de que la encuesta revelaría que 80% de los trabajadores tenía agua en la vivienda, y una proporción similar (75%) contaban con viviendas con pisos de cemento.
En cuanto a los problemas ambientales, 16 de 22 entrevistados pudieron especificar con detalles por lo menos una contingencia ambiental específica de la maquila asociada a problemas de salud (ya fueran incendios, explosiones o fugas de gases tóxicos). Otro punto de coincidencia en cuanto a los problemas ambientales se refería a la descarga de aguas industriales al drenaje público, sin tratamiento previo, lo cual provocaría la contaminación de los acuíferos subterráneos, fuente de agua potable. Los entrevistados señalaron su preocupación por la nor- matividad ambiental, dada su relativa novedad, la falta de conocimiento y de capacitación (Moure-Eraso et al. 1994; Moure-Eraso el al. 1997).
Estos resultados coinciden con los señalados por Cedillo et al. 1997, sobre el deterioro ambiental, los problemas asociados al hecho de que la velocidad a la que ha crecido la industria ha rebasado la oferta de
n Los autores no mencionan que dicha inspección corresponde a autoridades fede
rales.
vivienda, servicios públicos, y la creación de infraestructura para contender con los problemas de contaminación (rellenos sanitarios, procesamiento de aguas residuales, centros de confinamiento, entre otros).
Los problemas de salud
La mayoría de los estudios14 se centra en la identificación de daños a la salud asociados a las condiciones laborales. La forma de identificar dichos daños es mediante el reporte directo del trabajador durante la entrevista y se dividen generalmente en problemas físicos, mecánicos, químicos y ergonómicos,15 además de los problemas de salud reproductiva, que mide generalmente los resultados del embarazo, así como problemas durante éste. Sólo un estudio reporta enfermedades crónicas (González Block 1996), de las cuales llama la atención específicamente la elevada tasa de hipertensión entre trabajadoras.
Con referencia específica a la salud laboral, la encuesta aplicada a trabajadores (Moure-Eraso et a l 1997) reveló una gran proporción de mujeres (81%) con problemas musculoesqueléticos asociados a las condiciones de trabajo. Como veremos, éste es un problema identificado en la mayoría de las investigaciones y se asocia a la posición que ocupan frente a las máquinas o bandas durante la jomada de trabajo, a la monotonía del trabajo y al trabajo repetitivo, así como a la vibración de las máquinas y a su diseño inadecuado. Como veremos, estos datos coinciden con los resultados del estudio de General Accounting Office 1994 y de Cedillo et a l 1997.
Se identificaron además exposiciones a sustancias químicas. No se identificaron enfermedades crónicas. En cuanto a los riesgos ocupado- nales asociados a la exposición a sustancias químicas, alrededor de 40% reportó exposición dérmica de algún tipo de sustancia o mezcla durante el día laboral. Los síntomas identificados con mayor frecuencia fueron dolores de cabeza, fatiga, depresión, presión en el pecho, insom
M Con la excepción de los estudios sobre salud reproductiva de Ojeda 1995 y González Block 1996.
15 Estos últimos se refieren a los problemas de postura y posición.
nio, olvidos, dolores de estómago, mareo y falta de sensación en los brazos o piernas. (Moure Eraso et al. 1997).
Otras cuestiones de salud mencionadas fueron problemas de oído, ojos, nariz y garganta, así como molestias gastrointestinales y problemas de la piel. Casi la mitad, 47% se consideraba en buen estado de salud, mientras que 32% consideraba que sus problemas de salud podrían estar "un poco" relacionados con su trabajo, y 23% contestó que sus problemas podrían estar "muy" asociados al trabajo.
En el estudio de gao 1993, en el campo de la ergonomía, el asesor entrevistó a 175 trabajadores en una planta y encontró datos muy similares al estudio realizado en Matamoros y Reynosa por R. Mouré et a l 1994. En el estudio gao 1993, 42% reportó dolor en brazos, 37% en manos y muñeca, 30% en piernas, 25% en cuello y hombros, datos cuanto más significativos dado que casi 70% de los trabajadores había estado trabajando en la planta menos de seis meses. Otros riesgos mencionados eran la falta de protección alrededor de las máquinas, el ruido y problemas de ventilación. En seis fábricas había niveles de ruido por arriba de 90 decibeles, lo cual ameritaba equipo de protección que habían recibido los trabajadores, pero que frecuentemente no utilizaban. En cuanto a los riesgos químicos, los autores señalan que dadas las características de las fábricas era de esperarse que hubiera poco uso de sustancias químicas; sin embargo donde éstas se utilizaban no existía el equipo suficiente, ni el monitoreo d e exposición, ni la capacitación adecuada. Aunque tres de las siete plantas tenían programas de prevención de problemas respiratorios, sólo uno de estos programas estaba en español.
En el estudio de Ojeda 1995, las principales conclusiones aparecen como paradójicas, puesto que existe una mayor morbilidad reportada durante el embarazo por las amas de casa (anemia, dolores, edema, hipertensión, entre otras); mientras que los resultados del embarazo (aborto, mortinatos e hijos nacidos vivos) resultan más altos para las trabajadoras. Ojeda aclara los problemas metodológicos en torno a los autorregistros de morbilidad, señalando que posiblemente las diferencias (entre trabajadoras y amas de casa) se deban a distintas formas de percibir la enfermedad. Este es un hecho importante para otras investigaciones y se asocia, no sólo a las condiciones materiales de vida, sino a
construcciones culturales diferentes en cada grupo. Podría especularse alrededor de una cultura de salud reproductiva distinta entre mujeres que se emplean fuera de la casa y las que no (Ojeda 1995). Por otro lado, habría que subrayar la recomendación hecha en otros artículos (Denman 1997 op cit.) y Cedillo 1997 acerca de la necesidad de indagar sobre el efecto del trabajador sano.
En el estudio de Cedillo et a l 1997, los resultados del análisis de 365 mujeres que habían trabajado por lo menos dos años, subrayan la exposición a ruido, calor, mala ventilación y vibraciones en cuanto a factores físicos; alrededor de 35% reportó exposición a sustancias químicas; más de 65% consideró que la postura física era incómoda; y en la maquila electrónica 18% estaba expuesta a humos de soldadura (Cedillo et a l 1997)
En la investigación de González Block 1996 además de la información sobre salud reproductiva, se proporciona una generosa fuente de datos sobre enfermedades crónicas y accidentes. Las principales enfermedades reportadas en los últimos dos años fueron hipertensión (registrada 3.8 veces mayor que las tasa respectiva a nivel nacional), dolor de muelas, anemia y bronquitis. 11% había tenido un accidente en el último año, (49% de éstas en las maquiladoras, 34% en la vía pública y 14% en el hogar. La mayoría de las accidentadas en las maquiladoras se incapacitaron (85%) mientras que la proporción sólo fue de 57% para las accidentadas en el hogar.
Los principales problemas registrados durante el embarazo fueron riesgo de infección vaginal uretral (29%), riesgo de parto pretérmino o muerte fetal (27%) y anemia (24%). La gran mayoría recibió atención prenatal (97%) y atención hospitalaria del parto (94%). El aborto fue reportado por 19% de las trabajadoras y el bajo peso al nacer en 4%, aunque las inmigrantes recientes reportaron 7.5% de bajo peso al nacer, con lo cual identifica González Block a un grupo de mayor vulnerabilidad, las migrantes con menos de cinco años en la ciudad.
En el estudio de González Arroyo et a l 1997, sobre trabajadores en Tijuana y Tecate, alrededor de la mitad de los entrevistados (53%) afirmó no tener información sobre los riesgos de las sustancias químicas, y 40% no había recibido capacitación con respecto a la forma de protegerse de los riesgos. El ruido, la maquinaria sin protección o guardas, y la
ventilación inadecuada, fueron tres de los principales problemas, así como la falta de comisiones mixtas en 40% de los casos. Los principales problemas de salud fueron problemas ergonómicos, de fatiga, dolores de cabeza, y respiratorios, así como problemas de irritación debido a las exposiciones a sustancias químicas.
Los programas preventivos y de atención
Este es un tema escasamente desarrollado en los trabajos,16 suele hacerse referencia al tipo de programas preventivos en las fábricas, la capacitación a trabajadores y a la institución médica que otorga los servicios, con poca consideración de cualquier estrategia tomada por los trabajadores fuera de la fábrica para mejorar o atender su salud.
En la encuesta a trabajadores de Reynosa y Matamoros, alrededor de 90% de los trabajadores mencionaron que en sus plantas había servicios médicos, atendidos principalmente por una enfermera. Más de la mitad (58%) se atendían en los servicios de la fábrica, otros iban al im ss
o a ambos servicios. Algunos no se atendían ya sea por que no les daba permiso o por temor a perder el empleo. Casi la mitad recibieron capacitación sobre los riesgos de trabajo y formas de prevención y consideraban adecuada la capacitación. Al evaluar sus conocimientos básicos en la materia de prevención, la encuesta concluye que alrededor de la mitad tenían conocimientos básicos en cada tema (Moure-Eraso et a l 1997).
En cuanto al equipo y las prácticas protectoras, más de 60% de las maquilas proveía equipo, mientras que más de 34% no lo hacía; alrededor de 50% respondió que habían controles mínimos para evitar exposición a sustancias, entre 40% y 50% consideró que había recibido capacitación mínima para el uso de sustancias, otro 40% consideró que dicha capacitación era inadecuada y finalmente 85% conocía el nombre de la sustancia que usaban (Cedillo et a l 1997).
En la investigación sobre mujeres atendidas en el hospital del im ss
de Tijuana se relata cómo las trabajadoras de la industria se atienden
,#i El trabajo de González Block 1996 profundiza en múltiples aspectos de la atención
médica (fundamentalmente en el imss) de salud reproductiva, incluyendo atención pre
natal, parto, puerperio, anticoncepción, etcétera.
más de cuidado prenatal que las trabajadoras de servicios, o las amas de casa, esto a pesar de trabajar jornadas de más de cuarenta horas a la semana. (Ojeda 1995:19).
También en Tijuana se reporta que la atención médica de problemas del embarazo no se asocia al nivel de educación, ni si es primípara o multípara (González Block 1996, p. 32). En este último estudio el grupo más vulnerable es, nuevamente, el grupo de recién inmigradas (de menos de cinco años en la ciudad), quienes visitaban al médico menos veces que las trabajadoras más establecidas.
Las recomendaciones y conclusiones
Hemos incluido este apartado por dos razones. La ilustración de las recomendaciones y la identificación de las soluciones, o alternativas diversas de solución a los problemas de salud señalados en las investigaciones, permiten vislumbrar los marcos más amplios desde donde se ubican los autores. Ello facilita el esclarecimiento del tipo de problema de salud de que estamos hablando cuando hablamos de salud en la maquila.
A referirse a Matamoros y Reynosa, los autores concluyen su estudio diciendo que las condiciones de trabajo en las maquiladoras en dichas ciudades son similares a las que prevalecían en el siglo xix en los Estados Unidos. Aluden a la alta rotación como señal de la falta de satisfacción de los trabajadores mexicanos con este tipo de industria. Señalan que algunas dificultades metodológicas pudieran superarse de contar con acceso a las fábricas, recalcan que es necesario el monitoreo, la supervisión continua y mayor investigación y que no debe posponerse la puesta en marcha de medidas preventivas inmediatas. Los autores concluyen que el cumplimiento voluntario de la normatividad en cuanto a la salud ocupacional y ambiental no se practica por los dueños de las maquilas, ni los obliga el gobierno mexicano a ello. Son reacios a culpar al gobierno mexicano por los riesgos existentes, ya que consideran que dichos problemas son causados por la mala administración de las compañías. La responsabilidad del gobierno mexicano es mantener las instancias de supervisión e inspección que cuenten con buena capacitación y autoridad para obligar al cumplimiento de la normatividad
vigente a fin de proteger la salud de los trabajadores (Moure Eraso et a l 1997).
Sin la participación sindical, cuyos propósitos deben incluir la protección de la salud laboral, sería imposible la puesta en marcha de las medidas anteriores. Por ello los autores consideran que se requiere un enfoque de cooperación entre gobierno, trabajadores y los niveles ge- renciales. Finalmente, los autores recalcan que los problemas identificados en la maquila no pueden ser simple resultado de la ignorancia corporativa, es responsabilidad de cada compañía multinacional operar responsablemente, de acuerdo a las prácticas profesionales bien establecidas.
En cuanto a las conclusiones específicas los autores señalan tres: el hallazgo muy llamativo de los problemas musculoesqueléticos (que sorprenden, además por la relativa juventud de la población); la fuerte correlación entre la frecuencia de exposición a contaminantes (polvos, gases y vapores) y síntomas como nausea, dolores estomacales, urinarios y respiratorios; la baja efectividad de la capacitación en las fábricas. (Moure Eraso et a l 1994 y 1997)
Para atender las conclusiones anteriores se hacen recomendaciones en tomo a la necesidad de poner en vigor medidas preventivas encaminadas a evitar contingencias mayores; se recomienda que los grupos internacionales de salud ocupacional y salud pública apoyen a los movimientos sindicales en el desarrollo de sus funciones de protección de la salud laboral. En este punto se matiza, si los sindicatos principales -léanse ctm y asociados- no desean luchar por mejores condiciones, entonces la comunidad internacional debe apoyar el desarrollo de sindicatos independientes y organizaciones que atenderán las necesidades de los trabajadores mexicanos. Se considera que uno de los pocos beneficios del TLC ha sido el aumento de relaciones de solidaridad entre los movimientos laborales y ambientales en los tres países y que es función de éstos presionar a los gobiernos y las corporaciones a mejorar sus prácticas. Debe mencionarse que esta investigación fue hecha a petición y con financiamiento del afl-cio (American Federation of Labor, Congress of Industrial Organizations) que en esa época cabildeaba en contra del TLC argumentando la pérdida de empleos para trabajadores estadounidenses. Recuérdese, cuando se hizo la investigación, aún no
se firmaba el Tratado de Libre Comercio y las discusiones sobre las ventajas y desventajas de la industria maquiladora se encontraban en auge.
En el trabajo solicitado por el Senado estadounidense a GAO, los autores concluyen con una reflexión sobre las condiciones de seguridad e higiene en las empresas similares en los Estados Unidos mencionando que 80% de las inspecciones a plantas de autopartes durante los últimos cinco años ha culminado con multas a las empresas por faltas en la seguridad e higiene por cuestiones similares a las observadas en las maquiladoras. Se recomiendan cuatro campos en donde podrían establecerse programas de cooperación entre México y Estados Unidios en asuntos de seguridad e higiene. El primero es el ergonomico. De acuerdo a la valoración del asesor en materia de ergonomia, la negligencia en este campo podría provocar problemas serios de salud a largo plazo, un incremento en los costos del imss, así como una baja en la productividad. Se sugiere la puesta en marcha de programas de capacitación y mejoras en las estaciones de trabajo. Otro campo se refiere a la prevención de exposiciones para lo cual se recomienda la elaboración de materiales y la capacitación. En cuanto a las comisiones mixtas se sugiere aprovechar los programas para mejorar la capacitación para que dichas comisiones puedan identificar los problemas de seguridad y riesgos. Finalmente, se requiere mejorar la calidad de la información sobre accidentes y enfermedades a fin de poder contar con una mejor comprensión de las condiciones de trabajo, (gao) Aunque las compañías matrices en los Estados Unidos ofrecían algún apoyo en el campo de la seguridad y la salud a las maquilas, se recomienda un monitoreo más cercano de parte de las primeras para garantizar el cumplimiento de las políticas de seguridad y salud en sus plantas en México.
La normatividad mexicana establece que la atención a la seguridad en el trabajo y la salud ocupacional sea atendida mediante las comisiones mixtas de trabajo, las inspecciones de parte de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social y la elaboración de los reportes de riesgos de trabajo, que incluyen enfermedades profesionales, accidentes de trabajo y de trayecto, y en cuyo registro participa el imss. En las visitas a las plantas los asesores de gao encontraron que estos tres componentes podrían mejorarse para corregir subregistros de accidentes, la capacitación de los inspectores y de las comisiones mixtas, ya que sus reportes
internos no identificaron o no documentaron riesgos en muchas de las plantas visitadas.
En el trabajo de Cedillo et ni. 1997, los autores discuten cuidadosamente sus resultados, obtenidos de un estudio que pretende definir parámetros, sugerir hipótesis y establecer prioridades para futuras investigaciones. Recalcan la necesidad de diseñar instrumentos adecuados para la medición de exposiciones en una población tan móvil como la trabajadora de la maquila; recomiendan considerar el sesgo que puede operar el llamado "efecto del trabajador sano"17 al seleccionar sólo mujeres que trabajan; y sugieren que la categoría de "empleadas de no maquila" puede incluir mujeres que hayan dejado las maquiladoras por problemas de salud. Considerando varias condiciones, entre éstas las características sociodemográficas de la población, la ubicación de la industria maquiladora en la economía mexicana, la naturaleza del proceso de trabajo, así como los principales riesgos en la industria, recomiendan las siguientes prioridades de investigación. Sobre problemas de salud asociados a exposiciones químicas, factores de riesgo ergonòmico y estrés como: efectos en la reproducción y el desarrollo; problemas musculoesqueléticos;18 daños neurológicos, psiquiátricos y del sistema nervioso, así como años de vida saludable perdidos. Finalmente, en vista de las limitaciones en las condiciones de vida y de las deficiencias en los servicios públicos, recomiendan el desarrollo de métodos aptos para "evaluar los efectos conjuntos de los factores socioeconómicos y las exposiciones ocupacionales" (Cedillo et a l 1997:222).
Las recomendaciones de R. Moure-Eraso et a l 1994 incluyen recomendaciones generales y específicas. Las generales se refieren a la
17 En síntesis, este efecto se refiere al supuesto de que la mayoría de los trabajadores
son sanos, ya que si se enferman o tienen problemas de salud, dejan de trabajar. Si sólo
se entrevistan a trabajadores, puede operar este efecto, dejando a un lado aquellos que se
hayan enfermado por causas asociadas al trabajo. Mientras tanto, entre la población no
trabajadora puede operar el efecto contrario, que los que no trabajen se encuentren enfer
mos.
,K Esta investigación ha producido además, otros artículos actualmente en prensa,
entre ellos, S. Harlow, L. Cedillo, J. N. Scholten, D. Sánchez y R. Sánchez, "The Prevalen
ce of Musculoskeletal Complaints Among Women in Tijuana: Sociodemographic and
Occupational Risk Factors", manuscrito 1998.
necesidad de realizar acciones preventivas y de precaución para evitar contingencias ambientales o epidemias de enfermedades crónicas, y se cuestionan la expansión del programa maquilador, dada la falta de cumplimento con la legislación sobre salud ocupacional y cuestiones ambientales, tanto por parte de las empresas, como por parte del gobierno. Las recomendaciones específicas incluyen el traslado de las fábricas lejos de las colonias, el seguimiento preciso de la normatividad mexicana en el campo de contaminación de agua y aire, así como el incremento de la contribución de las empresas maquiladoras a la infraestructura comunitaria en materia de vivienda, servicios municipales, escuelas y hospitales.
Las principales recomendaciones de Ojeda 1995 se dirigen al diseño de futuras investigaciones. Sugieren, entre otros, la necesidad de considerar simultáneamente tanto el empleo, como la intensidad del trabajo al analizar la salud materno infantil, ya que no debe estudiarse el efecto de uno de estos factores desvinculado del otro. Esta importancia de analizar la salud en relación a la intensidad del trabajo maquilador también es subrayado en el artículo de Villegas et al. (1996, p. 10) donde se señala la existencia de tasas de morbilidad dos veces más altas entre trabajadores de la maquila, que entre trabajadores de otra manufactura. Recomiendan no descartar de las investigaciones futuras la consideración de este tema, intensidad de trabajo y salud, especialmente frente a todas las acciones de las empresas por aumentar la intensidad del trabajo.
En cuanto a la atención a los problemas de salud reproductiva y se xualidad, como la práctica anticonceptiva, las enfermedades de transmisión sexual, la violencia y el acoso sexual, González Block 1996 recomienda programas de promoción, alternativas de servicio, mejoras en el monitoreo, la vigilancia y la detección, la adecuación de los formatos de registro, y la identificación de población vulnerable, entre otras. Sus recomendaciones se dirigen a la búsqueda de acciones conjuntas entre las autoridades de salud, tanto im ss , como la Secretaría de Salud, junto con las empresas maquiladoras, para fines de oferta de servicios, consejería, así como de capacitación.
La investigación de Human Rights Watch, una organización no gubernamental que entrevista a trabajadoras de 42 maquiladoras en Tijua-
na, Chihuahua, Rió Bravo, Reynosa y Matamoros en 1995 recomienda medidas muy severas para todas aquellas maquiladoras que solicitan pruebas de ingravidez (no embarazo) como requisitos de trabajo o motivos de despido,19 y ponen una queja oficial en mayo de 1997 alegando la violación de los Acuerdos Paralelos al TLC por discriminación sexual. Aunque está pendiente aún el resultado de este proceso, seguramente habrá de repercutir en modificaciones en las prácticas de contratación de trabajadoras.20
C o n c l u s io n e s y n u e v o s d e r r o t e r o s p a r a l a in v e s t ig a c ió n
Una conclusión de coincidencia entre todos los autores señalados es la necesidad de mayor investigación sobre el tema, investigación que requiere ser diseñada cuidadosamente, tomando en consideración aquellas características específicas de la población que hacen imposible la aplicación mecánica de métodos y técnicas diseñadas para poblaciones trabajadoras estables y compuesta mayormente por varones. Hay acuerdo, además, sobre la necesidad de realizar estudios que aborden a la población dentro de las fábricas, y den acceso directo a los trabajadores, de forma que puedan tomar mediciones más precisas y regulares.
Finalmente, como vimos en el apartado sobre las recomendaciones, se insiste en la necesidad de poner en marcha inmediatamente una serie de medidas correctivas y preventivas orientadas a evitar mayores problemas y a atender aquellos identificados, como los asociados con las condiciones monótonas y repetitivas y el diseño inadecuado de los lugares de trabajo; a controlar las exposiciones a sustancias químicas y especialmente a humos de soldadura y vapores; a desarrollar mayor protección y capacitación continua a los trabajadores, con materiales en español, así como echar a andar sistemas para mejorar los registros de enfermedades profesionales y accidentes.
Creemos que es menester señalar algunas de las limitaciones de estos estudios, ya que ello nos permite avanzar en el diseño de mejores
19 Cfr. Human Rights Watch Womens's Rights Project, 1996.
2" The Human Rights Information Network, 17 de enero de 1998.
investigaciones, encaminadas a contribuir con una imagen más cabal de la salud de la población trabajadora.
Encontramos que las acotaciones parcializan el contexto de los trabajadores al considerar, casi exclusivamente, la génesis de su salud-enfermedad, al interior de la fábrica, hecho que constituye sólo una parte del panorama. Como ya hemos mencionado, esto se debe en parte a la metodología de la epidemiología ocupacional. Pero también pudiera explicarse por razones asociadas al recortar el objeto de los estudios, población trabajadora de una industria específica, la maquiladora de exportación, de su contexto más amplio, por ejemplo, sus condiciones de vida. Como lo que se juzga es el proceso de maquilización impulsada por las corporaciones multinacionales y la política económica que la ha estimulado, se pierden de vista las múltiples otras condiciones, también asociadas a la política económica, que ha expulsado a los migrantes de sus tierras y sus pueblos. Y, por otro lado, se ignoran las prácticas que los trabajadores ejercen, tanto dentro como fuera de las fábricas, para protegerse y cuidarse, o para exacerbar su salud-enfermedad.
Esta conclusión adicional, sobre la cual reflexionan poco los autores, requiere de la realización de otro tipo de estudios, que se centraran más en los relatos de los propios trabajadores y en el acercamiento a sus elaboraciones sobre sus vivencias como trabajadores de la maquila. El análisis de los grupos humanos en sus contextos específicos ha sido el tema, por excelencia, al que se ha dedicado la antropología en sus diversas versiones. Simplificando de nuevo deseamos recalcar que los límites del "contexto" nunca son dados, siempre son construidos por el investigador, generalmente en torno a sus orientaciones teóricas y centralmente con apoyo en la relación del investigador con sus informantes.
Con apoyo en la revisión descrita y con la finalidad de contribuir a la investigación sobre salud y maquila desde la antropología médica, creemos que sería útil tomar en cuenta algunos de los siguientes elementos: a) el rescate del punto de vista de los propios trabajadores, b) la investigación sobre la atención a la salud, además de la mera identificación de los daños, c) construir un contexto más integral, incluyendo las condiciones domésticas, además de las fabriles, y d) el reconocimiento de las diferencias de género. Aclararemos enseguida algunos de estos puntos.
Como mencionamos al inicio de este texto, la mayoría de las investigaciones menciona siempre el predominio de la población trabajadora femenina en la maquila. Seguramente una herramienta teórica y metodológica útil para el análisis sería preguntarse sobre las construcciones sociales y culturales de las diferencias entre la población varonil y femenil en la im e . Cómo, por ejemplo, explicarse las diferencias salariales, de ascenso, y más específicamente los distintos perfiles patológicos y de atención a la salud entre hombres y mujeres, las formas en que opera la discriminación sexual en el empleo, o el hostigamiento en la supervisión.
Para el caso del estudio de salud de trabajadoras, algunas de las interrogantes que plantearíamos en esta aproximación se refieren a la forma en que ellas perciben su salud, cuándo se consideran enfermas, cuándo sanas. Reconocer este panorama más complejo de la salud implica indagar acerca de todo lo que se hace para atenderse, o no atenderse la salud. ¿Cuáles son las múltiples maneras en que se atienden, considerando no sólo la atención medicalizada o institucional, sino además las múltiples medidas, casi cotidianas y a veces casi invisibles, al ojo externo, en que corrigen, aminoran, previenen un problema de salud? ¿Cómo se explican ellas las causas de los daños, de sus alternativas de cuidado?
Un fundamento para la propuesta de incluir en futuros diseños el ámbito doméstico, además del laboral, lo encontramos en los mismos estudios mencionados. Al respecto Cedillo et a l (1997: 225) mencionan que alrededor de 35% de las trabajadoras dejó el último empleo por razones asociadas a la salud en el trabajo o a las condiciones del trabajo. Sin embargo, no le otorgan el mismo peso en sus reflexiones a 54% que dejó su empleo por razones personales o familiares.
Una de las conclusiones más importantes de nuestra revisión es la necesidad de realizar investigaciones que amplíen el contexto que se analiza al estudiar a los y las trabajadoras. Por ejemplo, para el caso de las trabajadoras implica centrarlas en un contexto más amplio que el meramente fabril. Por ejemplo, ¿qué representa para ellas el trabajo en la maquila, cómo se compara con su situación antes de migrar, cuándo no trabajaba, cuándo trabajaba en otra actividad no maquiladora? ¿cómo entender la situación de trabajo, dadas sus condiciones domésti
cas y familiares? Esta es una pregunta válida para cualquier trabajador, pero muy especialmente para las mujeres, que habrán de cumplir, además con la jornada en la fábrica, de una jornada doméstica, frecuentemente pesada y sin apoyos de parte de los varones. Ignorar las prácticas de las trabajadoras en los aspectos mencionados sugiere una visión demasiado corta, limita el papel de la trabajadora a ser meramente víctima de su situación. No reconoce que ellas también son actoras, si bien su menú de opciones tiene límites, dentro de éstos se mueven, deciden, toman medidas para atender su salud. Ignorarlas pareciera limitar las alternativas de solución al papel que puedan jugar las instituciones (léase la fábrica, léase el gobierno) para echar a andar programas preventivos.21
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21 Este artículo forma parte de la investigación realizada para la tesis doctoral en el
Programa del Doctorado en Ciencias Sociales de El Colegio de Michoacán, "Madre, ma
quila y salud: atención integral al embarazo en trabajadoras de una maquiladora en No
gales". Se agradece el apoyo de la doctora Gail Mummert, directora de la tesis, de los
integrantes del Grupo de Salud y Sociedad de El Colegio de Michoacán, de los generosos
y atinados comentarios de Leonor Cedillo y de quien anónimamente compartió conmi
go su dictámen. Se agradece el apoyo de la Fundación Ford para la realización de la in
vestigación.
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1 O O