SELECCIÓN DE POESÍAS en EL ENGUERINO
1.908
1.908
Recopilación de la obra poética aparecida en El Enguerino durante el año 1908 debida alos autores siguientes: X. Y. Z. PEDRO MARIN B. talón sanmartín Blopa P. M.
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Collage cedido por
D. Germán Huesca Pérez
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Un angel más
Ved la; su blonda cabellera
dorada cual las mieses del estío,
sobre su frente virginal caía,
y en rizadas guedejas se mecía,
como las ondas del azulado río.
Había en su sonrisa tal encanto
tal dulzura y amor en su mirada,
que más un ángel que niña parecía,
llevando en su semblante la alegría
de su alma inmaculada:
Capullo que, aún no abierto su corola
para que aspíre el mundo su perfume,
éste le brinda con penas y amarguras
y una horfandad tristísima le augura,
lacerando aquel alma de querube.
Ma.s ¿plido resistir tan débil tallo
61 huracán furioso de la suerte?
No; al morir el ser que amaba tanto,
de sus ojos huyó el amargo llanto
y en su cabeza se cernió la muerte.
Muchos meses pasaron; aquel rostro,
de angélica hermosura en otro tiempo,
perdió con ella sus gracias y alegrías,
y hundíéndose en mortal melancolía
va caminando al mundo de lo eterno.
Ya no tiene su rubia cabellera;
de la muerte la cubren negro velo
y con fúnebre calma así decía:
.No me importa morir, mamita mía,
porque veré á papá qua está en el Cielo «.
y al triste despertar de una mafw.na,
por voluntad de Dios cesaron sus tormentos;
desapareció el fulgor de su mirada
y en un nlmbo de luz fué coronada
al exh~lar su postrimer aliento.
Abandonó la vida; cruzÓ los horizontes,
á Dios se dirigió con raudo vuelo,
dejó del mundo lo. fementida guerra,
y si un C1ngel de amores fué en la tíerra,
un angol es, de amores en el Cielo.
X. Y. Z. El Enguerino, nº 23, del 25 – 01 – 1908
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Patria chica Enguera, pueblo que adoro,
en ti vi la luz primera,
y en ti el sol sus rayos de oro
despertó en mi primavera
el cariño
á la que su serena calma
iba formando mi alma
siendo niño.
En tus calles siempre abiertas
á la más grata expansión,
gocé de tus lindas fiestas
que causan admiración
bien sentida
entre los propios y extraños;
recuerdo que con los años
no se olvida.
De tu campo en sus ribazos
festoneados de flores
tegiéronse fuertes lazos
de los primeros amores del que ausente,
en extraña lejanía
te tiene de noche y día
muy presente.
Manto de verde esmeralda
undoso á tus pies se extiende,
rico dosel á tu espalda
que poco á poco desprende
los aromas
que las auras ondulantes
aprisionarán anhelantes
de tus lomas.
Si tus hijos luchadores
un día te abandonaron
tuyos fueron sus amores
y para ti conservaron
el tesoro
de su creciente cariño,
siempre puro cual armiño;
más que el oro.
Sabes que ingratos no son
los que en tu ambiente nacieron,
que el alma y el corazón
de tus hijos tuyos fueron
sin quebrantos
y aunque lejos de sus lares
en sus pechos sus altares
serán santos.
PEDRO MARIN
El Enguerino, nº 34, del 18 – 04 – 1908
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Postal
Para M. R. Escepticismo
A tantas conocí, cual tú ¡inconstante!
que juraron
no olvidarme jamás y me olvidaron
al instante.
Que aunque me digan ahora dulcemente:
–¡amor mío,
te juro que he de amarte eternamente!...
me sonrío.
B. talón sanmartín
El Enguerino, nº 50, del 08 – 08 – 1908
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¿Qué es el amor?
No es el amor sufrir en esperanza
En incesante afan, de cruel martirio
Anhelando encontrar, ciego delirio,
Felicidad sin fin, que no se alcanza.
No es vivir de ilusiones, falsos sueños,
Ni combinando ideas tenebrosas
Discurrir por regiones peligrosas
Pretendiendo lograr locos empeños.
No es buscar el placer, vana porfia
Ni en amargo desvelo sumergido
Enfermar de tristeza consumida
Esclavo de mortal melancolía.
No es mentir, no es jurar, no es llanto ardiente
Ni regalar suspiros á los vientos
Ni acariciar absurdos pensamientos
Ni apostrofar al cielo impíamente.
No es el torpe interés que al hombre ciega
Y preso de mil ansias le condena
A mendigar la suerte que se niega.
No es revolcarse en el impuro cieno
Con el inmundo bruto comparado,
No es matar, no es morir desesperado
Bajo el arma homicida ó vil veneno
Es el amor dulce inclinación
Que se siente por el bien que agrada;
La inseparable unión
Del ser amante con la cosa amada;
El amor es la paz, es la alegría,
El contento, el bienestar, la calma,
La clara luz del explendente dia,
La pureza del alma.
El amor es la vida, la belleza,
La virtud, el progreso, la grandeza,
La ciencia, el arte, la verdad. En suma:
La voluntad de Dios, la esencia Una.
Blopa El Enguerino, nº 65 del 28 – 11 – 1908
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Caprichos del amor (A las coquetas)
¡Oh niña de los ojos negros, cuyo fuego, Mas que el sol quemaba! ¡Cuantas veces,
Los corazones á tus pies cayeron Presos entre tus redes!
¡Cuantos ratos pasaste, desdichada Convirtiendo el amor en un juguete
Y cuan pronta á sus flechas escapabas Con gran astucia siempre!
¿Y despues? ¡Cual reías bella ingrata Saboreando el triunfo deseado, Y cómo te burlabas de las cartas
De amantes olvidados! “Tengo ansias de gozar, de ser amada”
Decías anhelante; y dulces sueños, En tu linda cabecita se agitaban
De mil encantos llenos. “Venid hombres, venid; pues soy hermosa”
“Dadme vuestro cariño por tributo” Y al eco de tus voces engañosas,
Vi que acudían muchos. “Adoradme y sufrir” les ordenabas
Y les mirabas tan amablemente Que los incautos locos te admiraban
Sin lograr conocerte. Y cada ahora teniendo un nuevo amante
Llegaste á imaginar, santa inocencia, Enamorar con tus ladinas artes
A todo el que quisieras. Un día viste uno, y cosa hecha,
“Otro más que me rinda sus amores” ¡Asi pensaste! ¡mas, fatal idea!
¡Oh amargas ilusiones! “¿No se rinde el taimado?” ¡Vano intento!
“Es inútil luchar con mis encantos!” “A mis pies sin remedio vendrá presto
O pierdo lo que valgo” “Es un pobre infeliz, no cabe duda”. “Que conmigo no puede, está claro”.
“Mas me vuelve la espalda, estoy segura” “Este es un caso extraño”
Y el tiempo transcurría sin que el mozo Picase el grato anzuelo de la bella Y andaba descuidado o receloso,
Bien de largo ó de cerca. “¡Pues señor, no comprendo! ¡Si él me amara!”
“Pero ¿puedo dudar?” “Buen matemático Debe ser el muy tuno, aunque en casa
No seamos tan cándidos.” ………………………….
¡Pobre hermosa!¡Cuánto pudo sufrir! Muestra en su rostro del dolor las huellas.
Y todavía llora la infeliz Siempre que de él se acuerda.
Blopa El Enguerino, nº 68 del 19 – 12 – 1908
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¡Yo te saludo Esperanza!
I
Hubo un tiempo en que la luz
de la razón y del alma,
á penas si sus reflejos
el espíritu alumbraba
del que en pobre y triste choza
vió su primera alborada.
Nació pobre, pero libre,
no por merced ni por gracia
de la suerte caprichosa
ó de la fortuna ingrata;
nació libre por que Dios,
que le dio al ave las alas
y con ellas libertad
para volar por las anchas
regiones de lo infinito,
y al pez la vida en las aguas
para nadar libremente
por entre ovas y lamas;
á la flor rico perfume,
dorado fruto á la palma,
á las rocas los metales,
los topacios y esmeraldas,
fuera injusto con el hombre,
su imagen y semejanza,
negándole lo que le dió
á las aves y á las plantas.
Mas ¡ay! la humana ambición
es puñal que hiere y mata,
puñal que se vuelve airado
contra libertades santas.
¿Quién lo esgrime? el ambicioso,
el déspota, los canallas,
que en su afán de esclavizar
á las conciencias honradas,
mandatos desobedecen
que del mismo Dios dimanan.
Y desde tiempos remotos,
un tirano se levanta
airado, adusto, y sin freno
que cual sobérbia avalancha
todo á su paso lo estruja
todo á su paso lo aplasta.
Él robó las libertades
que al hombre le son sagradas,
lo dirigió á su capricho,
le aplicó leyes tiranas;
y en su ambición desmedida,
y en su ilimitada audacia,
lo convirtió en vil esclavo
y lo selló con la infamia.
Hizo más: al fuerte yugo
de su soberbia lo amarra
y sobre su flaco rostro
ó en sus débiles espaldas
con el látigo traidor
férvido sello le marca.
II
Entre el furioso oleage
de un bravo mar en borrasca,
donde agita las pasiones
sostienen lucha encontrada,
se oyó el grito aterrador
de un vil tirano que exclama:
–¡Mi poder es absoluto!
¡mi voluntad ley sagrada!
Dios me ordena que gobierne
esta sociedad esclava
y yo cumplo inexorable
sus mandatos”.
–Escucha y calla.
¿Ves el pintado gilgero
que vuela de rama en rama
cantando trinos armónicos
que reflejan dulce calma?
¿Ves la tímida paloma
que en el arroyo de plata
entre flores y perfumes
su hermoso plumage baña?
¿Ves la tórtola gentil
que al primer beso del aura
sube ondulante al espacio
y no vuelve? ¿Qué le pasa?
¡Infeliz! ¡Pobre avecilla!
Mírala ya entre las garras
de aquel gavilán infame
que fiero la despedaza.
Ya el gilguero enmudeció,
ya la paloma en sus alas
no tiene la agilidad
ni la fuerza necesaria
para huir de aquel tirano
que siembra el terror y mata.
Eres tu ser cruel,
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ser despiadado y sin alma
que cual caballo de Atila
todo lo agosta tu planta.
¡Ayer en esta pradera
cuanta dicha, cuanta calma,
hoy soledad y tristeza,
espanto y luto mañana!
¿Fue Dios quien le dio el poder
á ese tirano con alas
para esclavizar las aves
como tú á la grey humana?
¿Afirmas que sí? ¡Impostor,
Cierra ese labio que mancha!
¡No comprendes, miserable,
que con tu torpe palabra
haces que el pecho del hombre
abrigue dudas amargas!
¡Abajo, pues, los malvados!
huya del mundo esa farsa
y con ella los que aún creen
en tiranías bastardas.
***
Ya el sol de la libertad
disipó las nubes pardas
y sus flamígeros rayos
anuncios son de bonanza.
¡Libertad, yo te saludo!
¡Yo te saludo Esperanza!
P. M. El Enguerino, nº 66 y 67, del 05 y 12 –12–1908